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161 COMUNICAR 16, 2001; pp. 161-170 Propuestas Hacia un nuevo concepto de alfabetización. El lenguaje de los medios Josefina Prado Aragonés Josefina Prado Aragonés Huelva Huelva La autora de este trabajo ofrece una aguda reflexión sobre las transformaciones que la sociedad contemporánea ha vivido con la irrupción de las nuevas tecnologías y sus consiguientes transformaciones en las formas de entender el concepto de alfabetización, por la aparición de nuevos lenguajes para la comunicación que requieren de destrezas específicas, que, con mucho, superan las tradicionales estrategias para enseñar y apren- der a leer y escribir. Los nuevos medios de comunicación marcan también una nueva forma de entender la interpretación de los mensajes. 1. La alfabetización en la era de la informa- ción Una de las señas de identidad más signifi- cativa de la sociedad moderna es la comunica- ción de masas, consecuencia de los imparables avances tecnológicos que comenzaron tímida- mente su andadura a fines del siglo XIX y que, con un desarrollo espectacular a lo largo del siglo XX, nos conducen inexorablemente a un nuevo siglo y a un nuevo milenio con unas posi- bilidades y perspectivas de desarrollo aún ini- maginables. Se dice que vivimos en la era de la informa- ción y que estamos siendo testigos de la mayor revolución de la historia respecto a la comuni- cación, que llega a ocupar hasta un 80% de nuestro tiempo vital. En la actualidad, como afirma Pérez Tornero (1997: 105), estamos asis- tiendo a «un cambio cualitativo en las condicio- nes lingüísticas y semiológicas de la especie humana», pues nuevos recursos, nuevos códi- gos y nuevos canales de transmisión de la información se están imponiendo, ampliando los cauces tradicionales para la transmisión de la cultura. Diariamente asistimos, entre impasibles y deslumbrados, al «espectáculo cotidiano de la opulencia comunicativa de los mensajes de la cultura de masas» (Lomas, 1997: 343). Las in- dustrias de la comunicación, claro exponente del desarrollo económico y tecnológico al que ha llegado la sociedad actual, están configuran- do una nueva realidad y una nueva forma de comunicación, basada en la utilización de nue- vos lenguajes y procedimientos textuales, bas- tante alejada de la comunicación verbal tradi-

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COMUNICAR 16, 2001

COMUNICAR 16, 2001; pp. 161-170

Propuestas

Hacia un nuevo concepto dealfabetización. El lenguaje de los medios

Josefina Prado AragonésJosefina Prado AragonésHuelvaHuelva

La autora de este trabajo ofrece una aguda reflexión sobre las transformacionesque la sociedad contemporánea ha vivido con la irrupción de las nuevas tecnologías y susconsiguientes transformaciones en las formas de entender el concepto de alfabetización,por la aparición de nuevos lenguajes para la comunicación que requieren de destrezasespecíficas, que, con mucho, superan las tradicionales estrategias para enseñar y apren-der a leer y escribir. Los nuevos medios de comunicación marcan también una nuevaforma de entender la interpretación de los mensajes.

1. La alfabetización en la era de la informa-ción

Una de las señas de identidad más signifi-cativa de la sociedad moderna es la comunica-ción de masas, consecuencia de los imparablesavances tecnológicos que comenzaron tímida-mente su andadura a fines del siglo XIX y que,con un desarrollo espectacular a lo largo delsiglo XX, nos conducen inexorablemente a unnuevo siglo y a un nuevo milenio con unas posi-bilidades y perspectivas de desarrollo aún ini-maginab les .

Se dice que vivimos en la era de la informa-ción y que estamos siendo testigos de la mayorrevolución de la historia respecto a la comuni-cación, que llega a ocupar hasta un 80% denuestro tiempo vital. En la actualidad, comoafirma Pérez Tornero (1997: 105), estamos asis-

tiendo a «un cambio cualitativo en las condicio-nes lingüísticas y semiológicas de la especiehumana», pues nuevos recursos, nuevos códi-gos y nuevos canales de transmisión de lainformación se están imponiendo, ampliandolos cauces tradicionales para la transmisión dela cultura.

Diariamente asistimos, entre impasibles ydeslumbrados, al «espectáculo cotidiano de laopulencia comunicativa de los mensajes de lacultura de masas» (Lomas, 1997: 343). Las in-dustrias de la comunicación, claro exponentedel desarrollo económico y tecnológico al queha llegado la sociedad actual, están configuran-do una nueva realidad y una nueva forma decomunicación, basada en la utilización de nue-vos lenguajes y procedimientos textuales, bas-tante alejada de la comunicación verbal tradi-

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cional, con la finalidad de establecer formas decontrol social, ideológico y cultural (Lomas yOsoro, 1994: 101).

Bien es cierto que a lo largo de la evoluciónhumana los descubrimientos y los avancestecnológicos han ido modificando la forma decomunicación y de acceso al saber y a la cultura,así como el modo de vivir y de entender la rea-lidad. De esta forma, a partir de la comunica-ción oral, único medio natural de comunica-ción del hombre primitivo, se idearon nuevasformas simbólicas de comunicación que evolu-cionaron hasta llegar a la escritura. La inven-ción de la escritura1 y más tarde, en el Rena-cimiento, la invención de la imprenta constituye-ron dos revoluciones culturales que conmo-cionaron el mundo y cambiaron los parámetrosde acceso al conocimiento, como atestigua lahistoria (Crowley y Heyer, 1997: 140).

Con relación a la primera, la invención delalfabeto fonético, base del código escrito, su-puso la creación del sistema de comunicacióncon más alto grado de desarrollo de la civiliza-ción occidental, el cual ha sobrevivido con muyligeros cambios durante milenios (Diringerm1948: 37). Permitió ampliar las posibilidadescomunicativas, al no estar limitadas a la pre-sencia de los interlocutores, pero puso en evi-dencia la necesidad de instrucción en ese nuevocódigo para poderse servir de él como mediode comunicación, surgiendo así el concepto dealfabetización, cuya valoración ha ido evolu-cionando sustancialmente a través de los tiem-pos, como veremos a continuación (Colomer yCamps, 1996: 15-19).

Respecto a la segunda2, la invención de laimprenta marcó el amanecer de la era modernay significó la instauración definitiva del códigoescrito como única forma de acceso a la cultu-ra. La imprenta alteró la historia intelectualoccidental y conmocionó todas y cada una delas áreas de la actividad humana (Burke, 1997).En consecuencia, iba a producir una gran revo-lución social, un cambio absoluto en el pensa-miento y en las formas de aprendizaje. Impactódirectamente en el mundo de las ideas y elconocimiento, haciendo posible el nacimiento

de las ciencias modernas, y creó un espacio enel que pudieron florecer nuevas formas deexpresión. La nueva cultura del libro impreso,gracias al uso del papel, influyó de maneradecisiva en un auge progresivo de la alfabetiza-ción y la divulgación de la cultura, y facilitó elacceso a la educación. La imprenta conocerá sumomento de máximo esplendor durante el si-glo XVIII, con la Ilustración, etapa en la que enEuropa, a imitación de lo que ocurría en Fran-cia, la alfabetización en el código escrito seconvierte en un objetivo cultural prioritario.

Sin embargo, el concepto de alfabetiza-ción relacionado con la instrucción y escolari-zación, además de con el progreso económicoy cultural, tal como lo concebimos hoy, es unaidea propia de la era de la industrialización. Apartir de ese momento, este concepto irá am-pliando sus límites, pues al final del siglo XIX,y sobre todo a lo largo del siglo XX, fruto de losimparables avances tecnológicos, irán surgien-do nuevos y potentes instrumentos de comuni-cación, con nuevos códigos y lenguajes, espe-cialmente audiovisuales: serán los medios decomunicación de masas (traducción aproxi-mada del término anglosajón mass-media), loscuales pueden adoptar en su sentido más am-plio muy diversas formas: periódicos, libros,revistas, tebeos, fotografías, radio, televisión,videocintas, videojuegos, carteles, etc.

La característica básica de los mismos es lautilización de recursos y soportes tecnológicospara la transmisión de mensajes, cifrados encódigos simbólicos, y dirigidos simultáneamen-te y de forma unidireccional a un gran número depersonas.

Éstas son, a juicio de Aparici y García Ma-tilla (1987), las principales características de losmedios de comunicación de masas:

• Los mensajes pueden llegar a cualquierpersona que tenga acceso a ellos.

• La comunicación se transmite a través demedios técnicos: impresos, sonoros, visuales yaudiovisuales.

• Establecen una comunicación indirectacon los receptores que se encuentran a distan-cia espacial o temporal del emisor.

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• El mensaje se transmite de forma unilate-ral.

• Se dirigen a una audiencia amplia, disper-sa y anónima.

En la actualidad, el auge y la influencia delos medios de comunicación en la sociedad sonincuestionables y aún lo serán más en el futuro,con el desarrollo de nuevos medios basados enla informática, la robótica y la telemática (Merayo,2000). Su influencia es tal que ha llegado amediatizar en gran medida nuestro conoci-miento de la realidad y nuestros hábitos ycostumbres vitales. De esta manera, los mediosde comunicación configuran y uniforman lamanera en que aprendemos a comprender yconocer el mundo en que vivimos: nos trasmi-ten formas de comportamien-to social, actitudes, valores,hábitos, costumbres, modos dehabla, pero, además, estáncreando una forma distinta derecibir y de transmitir infor-mación, mediante nuevos có-digos y símbolos que, a dife-rencia de los verbales, tienencarácter universal.

Sin duda alguna, los mássensibles a la influencia de losmensajes de los medios sonlos más jóvenes, que carecende los suficientes criterios parahacerles frente de una formacrítica, pues, como reconoceLomas (1999: 261), «los textosde la prensa, las ondas de laradio, el espectáculo televisivoy la seducción publicitaria in-vitan a la infancia y a la ado-lescencia a consumir ciertotipo de situaciones, a imitarciertos estilos de vida, a adorar ciertas ideolo-gías y a menospreciar otras maneras de enten-der las cosas».

Los medios de comunicación, por tanto,han creado un nuevo concepto de lectura yescritura y un nuevo concepto de comunica-ción, que no supone ni mucho menos la supera-

ción ni marginación de los actuales códigosescritos. Por el contrario, la gran diversidad decódigos de que se dispone en la actualidad secomplementan e interrelacionan potenciandoenormemente nuestras posibilidades comuni-cativas.

El concepto de alfabetización, en conse-cuencia, necesita ampliar sus límites semánticospara dar respuesta a la necesidad educativa deinstruir en estos nuevos y diversos lenguajes.Es necesario aprender a «leer» y a «escribir» enesos nuevos códigos para poder comprendercon precisión, y de manera crítica, la infinitavariedad de mensajes que continuamente serecibe a través de ellos (Aguaded, 1995). Lalectura de los lenguajes de los medios debe ser,

a partir de ahora, una parteintegrante del proceso de al-fabetización, incluso más alláde la escolarización formal(Emery y Rother, 2000).

Esta preocupación por laeducación en los medios yaestá presente en una declara-ción de la UNESCO, en 1982,en la que se evidencia que:

• Los medios se han con-vertido en omnipresentes den-tro de la sociedad.

• Un gran número de per-sonas invierte la mayor partede su tiempo en mirar la tele-visión, leer periódicos y re-vistas y escuchar la radio uotras grabaciones sonoras.

• En algunos países losniños pasan más tiempo antela pantalla de la televisiónque en la escuela. También lapreocupación por la necesi-

dad de una alfabetización audiovisual en laescuela aparece recogida así en el Libro Blancopara la Reforma Educativa en nuestro país(MEC, 1989): «La importancia y la abundanciade la información que el ciudadano recibe,principalmente a través de los medios de comu-nicación social, así como la influencia positiva

Se dice que vivimos enla era de la información

y que estamos siendotestigos de la mayor

revolución de la historiarespecto a la comunica-ción, que llega a ocuparhasta un 80% de nues-tro tiempo vital. En laactualidad estamos

asistiendo a un cambiocualitativo en las condi-

ciones lingüísticas ysemiológicas de laespecie humana.

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y negativa que de ello se deriva, han determina-do en los últimos años una mayor concienciasocial del problema y la búsqueda de unarespuesta eficaz de parte de los sistemas educa-tivos. Si analizamos el fantástico desarrolloque en este campo se ha producido en el sigloque finaliza, y que se prevé aún mayor en elsiglo XXI, la necesidad de dotar a los ciudada-nos de una formación básica en materia decomunicación es una cuestión inaplazable».

Ante esta evidente realidad, la escuela nopuede permanecer indiferente. Se hace, portanto, imprescindible la necesidad de contem-plar la alfabetización en esos lenguajes, si noqueremos que se agudice el desfase ya existen-te entre la realidad educativa y la realidadsocial, ya que, como pronostica Merayo (2000:36), «en un futuro no muy lejano quien no estéfamiliarizado con ellos –los medios– se con-vertirá en un analfabeto funcional».

Ahora bien, dicha alfabetización no sepuede producir de forma natural y espontánea,especialmente la audiovisual, sino que requie-re de un imprescindible proceso de aprendizajey educación en su uso (Aguaded, 1997; 1998),y de un adiestramiento similar al que se precisapara el conocimiento del código escrito, pues,como afirma Aparici (1994: 83-84), «la alfabe-tización audiovisual requiere un proceso queimplica la lectura y la producción de medios ydebe ser considerado como el aprendizaje deuna segunda lengua».

El mismo autor establece así la similitudentre ambos aprendizajes, el código escrito y elcódigo audiovisual: «la alfabetización audio-visual requiere un proceso intencionado simi-lar al que experimenta un individuo que apren-de a leer y a escribir una segunda lengua. Unindividuo que no realiza un proceso sistemati-zado para leer imágenes y que está siendobombardeado por imágenes estará en una si-tuación similar a la de un individuo que estárodeado por miles de libros y revistas y no sabeleer y escribir, aunque mirar imágenes sin com-prender la complejidad de su significado esmás entretenido y fácil que mirar un libro delque no se entiende ninguna de sus palabras».

Sin embargo, un aprendizaje de los lenguajesde los medios no puede reducirse a un simpleanálisis de las características formales, técni-cas y estéticas de sus productos, sino que esinevitable y necesario adentrarse también en elanálisis de la ideología que hay detrás de ellos(Masterman, 1993).

Esta alfabetización, aunque debe contem-plarse de forma interdisciplinar y debe estarpresente en todas las áreas de conocimientoincluso como algo más que eje transversal en elcurrículum (Aguaded, 1994), sin duda, dado sucarácter esencialmente comunicativo, tiene queser abordada como uno de los objetivos priori-tarios dentro del currículum del área de Lenguay Literatura, pues si la enseñanza de la lecturay la escritura han sido tradicionalmente la basede la educación lingüística y la llave para elacceso a la información, hoy, como afirma Lo-mas (1997: 342), «no es posible entender laenorme complejidad de la comunicación entrelas personas en el seno de nuestras sociedades,si limitamos nuestra mirada a los usos estricta-mente lingüísticos y evitamos el estudio de unconjunto de prácticas comunicativas en las quese aúnan los procedimientos verbales de cons-trucción del sentido con otros dispositivos noverbales (casi siempre iconográficos)», de ma-nera que los profesores de este área de conoci-miento deben entender que la comunicación yano está restringida exclusivamente al códigolingüístico oral y escrito, ya que, si el objetivofundamental de la enseñanza lingüística esdesarrollar la plena competencia y la capaci-dad comunicativa de los alumnos y hacer deellos hablantes competentes, no se logrará esteobjetivo, si no se contempla en la enseñanzalingüística la presencia de pleno derecho de loslenguajes de los medios.

El concepto de comunicación y competen-cia comunicativa, por tanto, necesita ampliartambién sus límites en la era de la información.Las necesidades de instrucción escolar con lafinalidad de desarrollar dicha competenciacomunicativa del alumnado no pueden limitar-se por más tiempo a una mera instrucciónverbal, ya que, como afirma Grenaway (1993:

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43), «todos los profesores que entiendan que lacomunicación no está restringida al lenguajehablado y escrito y la comunicación en el auladeberían incluir en sus materias la lectura deimágenes y la escritura de documentos audio-visuales. La enseñanza de los medios audio-visuales debería integrarse a través de currícu-lum, de modo que leer y escribir mensajes au-diovisuales fuera una destreza coherente, quelos estudiantes considerasen tan relevante parasus vidas como la lectura y escritura del lengua-je verbal. Los medios audiovisuales ejercenuna influencia sobre nuestras vidas que nosinvade desde todas partes y su enseñanza debe-ría realizarse también en todas partes».

Es preciso, por tanto, desarrollar a partirde ahora destrezas que capaciten a los escola-res a leer y a escribir textos con múltiples códigosy lenguajes, entre ellos los de los medios, y ainterpretar correctamente susimbología, a conocer el fun-cionamiento de sus mecanis-mos técnicos, para que seanen verdad hablantes compe-tentes y usuarios críticos delos medios.

Ante esta acuciante ne-cesidad educativa que la so-ciedad actual exige, el profe-sor, especialmente el de Len-gua y Literatura, conscientedel importante papel que losmedios de comunicación es-tán desempeñando en la con-cepción de una nueva comu-nicación, debe estar dispues-to y preparado para afrontarla alfabetización en la diver-sidad del fenómeno cultural,desde una postura crítica y deequilibrio. La actitud más adecuada, segúnFerrés (1994: 19), que debe adoptar el profeso-rado es «la aceptación crítica, el equilibrioentre el optimismo ingenuo y el catastrofismoestéril, un equilibrio que asuma la ambivalenciadel medio, sus posibilidades y limitaciones, suscontradicciones internas».

2. El lenguaje de los medios: su diversidadSi bien es cierto que todos los medios de

comunicación poseen una estructura funda-mentalmente lingüística, pues «no sólo soncomo el lenguaje sino que en su forma esencialson lenguaje, cuyo origen proviene de la capa-cidad del hombre de extenderse a sí mismo através de sus sentidos hacia el medio que lorodea» (McLuhan y Powers, 1996: 16), tal vezlo más característico de dicho lenguaje es sudiversidad y heterogeneidad (Lomas, 1997:344-47; 1999: 315-315), ya que cada uno deestos medios posee no sólo su propio lenguaje,sus propias convenciones simbólicas, sino tam-bién su propia retórica, sintaxis y sus propiosgéneros y tipología textual.

Revisaremos, aunque sucintamente, el len-guaje de los principales medios de comunica-ción: prensa, radio, televisión.

2.1. El lenguaje de la prensaLa prensa es el medio de

comunicación de masas másantiguo2, utiliza el lenguajegráfico, fundamentalmenteverbal, con sus propias con-venciones y usos retóricos,pragmáticos y gramaticales,pero también se sirve de códi-gos no verbales que desempe-ñan un papel fundamental enel proceso de comunicación através de este medio:

• Por una parte, utiliza có-digos paralingüísticos como lasdiferentes convenciones tipo-gráficas: diferentes tipos de le-tra, su tamaño y estilo, así comoel espaciado y separación entreletras y líneas; diseño de pági-

na: márgenes, cabeceras y pies de página; dis-posición del texto en la página, distribución delas columnas y textos en las páginas pares oimpares o distribución del texto en cada partede la página, superior o inferior, derecha oizquierda...

• Por otra, se sirve de códigos iconográfi-

Los medios de comuni-cación nos ofrecen

muchas posibilidades deexplotación didáctica en

el aula para que losalumnos, además de

convertirse en consumi-dores críticos y selecti-vos de sus mensajes,descubran su rico,

novedoso y atractivolenguaje de expresión

y comunicación.

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cos: fotografías, dibujos, símbolos, ilustracio-nes, gráficos, mapas, diagramas y diversosefectos de realce, como líneas, color, cuadros,fondos, tramas y sombreados.

La organización y uso en sus páginas deestos códigos no verbales condiciona en granmedida la lectura y la comprensión de sus men-sajes verbales. Ambos códigos, por tanto, inter-actúan en el proceso comunicativo. Por eso, esimportante conocer y entender su verdaderovalor expresivo e intención comunicativa.

Por otra parte, los mensajes contenidos ensus páginas se organizan en una macroestruc-tura, en función de diversas intenciones comu-nicativas:

• Informar: con noticias de interés generalsobre la actualidad.

• Opinar y orientar: con comentarios sobreesa actualidad que sirven de orientación allector para formar su propia opinión sobre lamisma.

• Entretener: con pasatiempos y otros re-cursos para divertir al lector.

• Hacer publicidad: mediante anuncios porpalabras y ofertas varias con anuncios brevesofreciendo servicios, o publicidad con módu-los o espacios en páginas de diversa extensióncon fines comerciales.

Los textos periodísticos se organizan te-máticamente en distintas secciones. Así, laprensa diaria se organiza en: información na-cional, internacional, deportes, cultura, econo-mía, espectáculos, publicidad, pasatiempos...

Asimismo, estos mensajes vienen expresa-dos mediante una variada tipología textual:textos expositivos, argumentativos, descripti-vos, narrativos, conversacionales, literarios...configurados en una serie de géneros propiosde este medio como: noticia, editorial, artículode opinión, crónica, carta al director, entrevis-ta, crítica... y sus mensajes, además de reflejarel estilo peculiar de su autor, deben cumplirunas reglas muy precisas: claridad, concisión yprecisión.

A su vez, cada uno de estos tipos de textosse organiza en una microestructura específica:así, la noticia, el tipo de texto periodístico por

excelencia, comienza por el antetítulo, título,encabezamiento, entrada y cuerpo de la noti-cia, con una estructura de pirámide invertida demás a menos importancia informativa.

El conocimiento de la organización y es-tructuración de la información periodística esimprescindible para llevar a cabo una lecturacomprensiva de la misma.

2.2. El lenguaje de la radioLa radio es el medio más rápido y ágil para

la difusión de la información2, pero también elmás fugaz. Su canal de comunicación es el airey está basado en la utilización de la lengua oral,además de otros sistemas de comunicaciónacústicos no verbales.

La expresión radiofónica no sólo se com-pone de palabras, pues la música, efectos sono-ros y ruidos, contribuyen a crear el ambienteapropiado, sirven de fondo a la palabra habladay pueden ser tan significativos como ésta. Pre-cisamente lo que distingue el lenguaje de estemedio es «el sonido en sus cuatro opciones:articulado en palabras, concretado en ruidos,armonizado en forma de música o como silencio,es decir, como sonido (Burriel, 1981). Dichosonido, a través de sus diferentes recursos: voz,música y efectos especiales, es lo que atrae a losoyentes y fomenta en ellos la creatividad eimaginación (Balsebre, 1994).

El código verbal oral, a través de la palabrahablada, se potencia y adquiere diversos valo-res expresivos mediante la utilización de diver-sos recursos paralingüísticos, como:

• Pronunciación, entonación, ritmo, acen-to e intensidad: estos elementos, tan importan-tes en la lengua oral, son determinantes en elmedio radio para crear un ambiente idóneo a lahora de establecer una adecuada comunica-ción, para mantener la atención de los oyentes,enfatizar determinadas palabras, crear tensión,o agilizar o relentizar el diálogo.

• Pausas articulatorias y silencios: en laescritura aparecen indicadas por signos de pun-tuación, en la lengua oral sirven para crearexpectación en torno a la información o resaltardeterminados contenidos.

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Las características específicas del lengua-je de este medio, al igual que en la prensa, sepueden concretar en claridad, precisión y con-cisión, ya que la cantidad de información quellega a la emisora y la rapidez con que dichainformación hablada pasa obliga a seleccionarsólo lo esencial y a utilizar enunciados concre-tos, sencillos y breves, pues el oyente no puedevolver y reflexionar sobre los contenidos emi-tidos.

También hay que destacar la utilización dedeterminadas convenciones respecto al códigomusical: sintonías de cierre y apertura de pro-gramas, ráfagas musicales,separadores musicales... ade-más de efectos acústicos es-peciales con un claro valorexpresivo: ruidos diversos,silencios, subidas y bajadasde volumen...

La radio ofrece una granvariedad de espacios, cuyafinalidad fundamental es in-formar y entretener, con unosgéneros y tipología textualsimilar a la prensa, que re-quieren una programaciónprevia y la elaboración de unguión escrito.

La comunicación radio-fónica, al igual que la de losdemás medios de comunica-ción, es producto de una la-bor de equipo, perfectamentesincronizada en la que cadauno desempeña su papel en elmomento preciso para obte-ner un resultado adecuado.

Aprender a escuchar re-flexiva y críticamente mensajes radiofónicos,valorar los usos verbales y no verbales de loslenguajes de este medio, conocer cómo funcio-na una emisora de radio, quiénes trabajan enella, cuáles son sus tareas y cómo las realizan,pueden ser estrategias válidas para una ense-ñanza crítica y creativa del lenguaje de estemedio.

2.3. El lenguaje de la televisiónLa televisión es el medio de comunicación

de masas que mayor impacto está causando enla sociedad actual. Ésta, como afirman Cassanyy otros (1994: 535), «es una ventana abierta almundo por la que todos podemos mirar de unamanera fácil y cómoda y que, en principio, nospermite recibir datos documentados sobre unlugar o un acontecimiento».

Es el medio de comunicación que cuentacon un mayor número de audiencia; casi diría-mos que cuenta con una audiencia universal,pues la ven personas de cualquier nivel socio-

cultural y de cualquier edad.Como afirma Sánchez Noriega(1997: 27), «la ven más indi-viduos de toda clase y condi-ción, lo hacen durante mástiempo y con más usos quecualquier otro medio de ma-sas». Es, por tanto, un mediocapaz de llegar a cualquierrincón del Planeta, que ha he-cho realidad la idea de «aldeaglobal», preconizada ya porMcLuhan en los años sesenta.

El lenguaje televisivo secaracteriza por la diversidadde códigos utilizados en laamplia variedad de mensajesaudiovisuales que emite deforma ininterrumpida. Com-parte algunas características ycódigos lingüísticos con otrosmedios de comunicación, peroes quizás en la televisión, en lapublicidad y en el cine dondese dé una mayor variedad, ri-queza y conjunción de códi-

gos verbales y no verbales.Su lenguaje se basa en la imagen en mo vi-

miento, que es lo que le confiere un mayoratractivo respecto a otros medios. Por eso, desta-ca en primer lugar la utilización de:

• Códigos iconográficos: imágenes, dibu-jos, emblemas, mapas... y otros códigos visua-les: color, luminosidad, formas, tamaños...

El conocimiento y lacomprensión del hetero-géneo y rico lenguaje de

la televisión, de sufuncionamiento y valorcomunicativo y estético,permitirá a los escola-res desarrollar la com-

petencia televisivanecesaria para ser

telespectadores críticos,capaces de defendersedel enorme poder de

persuasión y manipula-ción de los mensajes

de este medio.

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PROPUESTAS

• Códigos espaciales: encuadre, planos,angulación...

• Códigos verbales orales: la voz articuladay todos los códigos paralingüísticos que acom-pañan a ésta, comentados anteriormente en ellenguaje radiofónico: pronunciación, entona-ción, ritmo, acento e intensidad; y verbalesescritos: rótulos, títulos, créditos, pies de foto,con todas las convenciones tipográficas indica-das en el lenguaje de la prensa.

• Además de otros códigos no verbales:sonoros, como música, sintonías de programa,de apertura y cierre, de separación entre espa-cios, sonidos ambientales yefectos acústicos diversos;gestuales y proxémicos: mo-vimientos, posturas, gestos; yescenográficos: decoración,ambientación, vestuario.

En fin, una gran diversi-dad de códigos semióticos queencierran todos ellos una enor-me potencialidad creativa, es-tética y expresiva.

El conocimiento y lacomprensión del heterogéneoy rico lenguaje de la televi-sión, de su funcionamiento yvalor comunicativo y estéti-co, permitirá a los escolaresdesarrollar la competenciatelevisiva necesaria para sertelespectadores críticos, ca-paces de defenderse del enor-me poder de persuasión y manipulación de losmensajes de este medio.

La televisión, igual que la radio, ofrecegran variedad de espacios, que requieren unaprogramación previa y un guión escrito, ade-más de un trabajo en equipo perfectamentecoordinado que se asemeja en gran medida alequipo radiofónico.

La emisión de uno u otro espacio vienemarcado por el factor audiencia, que es endefinitiva el indicador más efectivo de su popu-laridad y aceptación mayoritaria por los televi-dentes, y en consecuencia, el máximo consumi-

dor de publicidad, que es la fundamental fuentede financiación del medio.

3. Utilización didáctica de los mediosAlgunos de los objetivos específicos que

se pueden plantear en el aula relacionados conla alfabetización en el discurso y lenguaje delos medios son (Lomas, 1999: 304; Cassany,1994: 535):

• Conocer los mecanismos lingüísticos,paralingüísticos, iconográficos y acústicos dellenguaje de los diferentes medios.

• Reconocer los diversos géneros periodísti-cos y su tipología textual y va-lorar su finalidad comunicativa.

• Distinguir las distintasvariedades, registros y usoslingüísticos que se dan en es-tos medios, así como los re-cursos no lingüísticos utiliza-dos en función de la temáticade las secciones, espacios yprogramas y el público al quevan dirigidos.

• Desarrollar una actitudcrítica y analítica ante los usosestereotipados, persuasivos,ideológicos y manipuladoresde sus contenidos.

Estos objetivos se puedenalcanzar trabajando con losmedios y sobre los medios.Estas son algunas de las suge-rencias para alcanzarlos:

• Los talleres de prensa en los que los alum-nos pueden elaborar sus propios periódicos yrevistas escolares, en los que se acostumbran aleer, escribir, transformar y recrear textos, ade-más de comentarlos críticamente, constituyenactividades muy adecuadas y de indudableutilidad para el conocimiento de este medio enel aula. También la creación de una emisora deradio en el centro educativo puede brindar laoportunidad de que los alumnos se conviertanen protagonistas de su aprendizaje, mediante eltrabajo cooperativo en equipo, para investigary crear sus propios espacios radiofónicos.

La creación de unaemisora de radio en elcentro educativo puedebrindar la oportunidadde que los alumnos se

conviertan en protago-nistas de su aprendizaje,

mediante el trabajocooperativo en equipo,para investigar y crear

sus propios espaciosradiofónicos.

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COMUNICAR 16, 2001

• Por último, el medio televisión como re-curso didáctico ofrece múltiples posibilidades enel aula, desde el visionado crítico de programasde gran impacto e influencia social a la creaciónpor parte de los alumnos de su propia progra-mación y espacios televisivos. De esta forma,no sólo darán rienda suelta a su creatividad ydemostrarán su talante para trabajar en equipo,sino que serán capaces de recibir más objetivay críticamente los mensajes procedentes deeste medio. Los medios de comunicación, pues,nos ofrecen muchas posibilidades de explota-ción didáctica en el aula para que los alumnos,además de convertirse en consumidores críti-cos y selectivos de sus mensajes, descubran surico, novedoso y atractivo lenguaje de expre-sión y comunicación.

Notas1 Según Marcos Marín (1994: 305), «la escritura rudi-mentaria en forma de muescas talladas en bastones obastoncillos de madera y hueso, puede remontar a unosseis mil años antes de Cristo. Mil o mil quinientos añosdespués nos encontramos ya con la larga serie de materialgrabado en piedra, en ladrillo, en metales y en materiasblandas. Del jeroglífico, abstracción gestual, se pasa alideograma, de ahí al carácter morfemático presente ydesarrollado en el chino clásico- y, sucesivamente, enculturas diversas, al silabario y al alfabeto».2 Ya durante la Edad Media aparecieron publicacionespre-periodísticas, antecedentes claros del actual periódico,con una periodicidad variable. Será a partir de la invencióndel la imprenta cuando comiencen a desarrollarse formasnuevas de textos periódicos, entre los que destacan lasgacetas, con finalidad propagandística utilizados en elsiglo XVII. El primer periódico diario aparece en Inglaterraen el siglo XVIII, será el Daily Courrant y se publicó en1702. A partir de la revolución francesa y durante el sigloXIX los periódicos conocen un gran momento de esplendory su finalidad política y económica los asemeja a la prensaactual. En 1848 aparecen las primeras agencias de noticiasy de publicidad y la prensa se institucionaliza comoprincipal medio de información. El concepto de la prensacomo medio de comunicación de masas surge en loscomienzos de siglo XX, y aunque ha tenido que competirmás tarde en otros medios, radio y televisión sigue siendoel principal medio para el análisis y la reflexión de laactualidad informativa.

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• Josefina Prado Aragonés es profesora del Departamento de Filología Española y susDidácticas de la Universidad de Huelva ([email protected]).