El Maravilloso viaje a su presencia Pastor Marco Barrientos No he podido salir de un sentir que no se si es consecuencia de lo que he vivido en los últimos cuatro días que hemos estado aquí con ustedes, que me ha regresado un profundo sentir de acción de gracias hacia el Señor y eso es lo que les quiero compartir.

LA IMPORTANCIA DE LA ACCION DE GRACIAS

¿Por qué son tan importantes las llaves? Las llaves son importantes porque nos dan acceso. Si no tienes la llave te quedas fuera aunque tus cosas estén dentro. Si te quedas fuera no puedes disfrutar de lo que está adentro. Aunque el cuarto este registrado a mi nombre si no tengo la llave no puedo entrar.

Salmo 100:4“Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre.”

Una llave me da acceso a lo que me pertenece. El Señor nos ha dado cosas que no podemos disfrutar porque hemos olvidado la llave: la llave de la acción de gracias.

¿Recuerdas la serie del Súper Agente 86? Lo que más me gustaba del programa era el inicio: el pasaba por los pasillos cuando caminaba hacia el lugar donde le iban a dar su misión secreta. El no tenía que patear la puerta, no tenía que empujarlas o forzarlas, simplemente caminaba y las puertas se abrían de todas las formas. Cuando conocí al Señor, me recordé del programa y dije “esto es tener favor”.

El Señor está cambiando tu nombre como se lo cambió a Abraham. Tu nombre ahora es Favor de Dios, cuando tienes el favor de Dios las puertas se abren. También el favor de Dios se incrementa cuando eres agradecido.

Así como tú has recibido, también tienes que dar. Cuando estas agradecido comienzas a dar porque estás tan bendecido que no puedes quedarte con todo sino tienes que compartirlo. Esta actitud de gratitud puesta en acción incrementa el favor sobre tu vida.

Cuando mi esposa me prepara un rico caldo talpeño, y comienza a hacerlo con caldo de pollo de verdad, no de cubitos, y después pone el pollo de un lado, un poco de arroz, verduras cocidas, queso, y finalmente lo corona con un chile chipotle, entonces me siento y veo aquella obra de amor. Ella me bendice con esa sopa. ¿qué pasaría si yo sólo me sentara en la mesa y digiera “esto está frío, caliéntalo”? Perdería la llave, me quedaría afuera de su corazón. Si yo no entro a su corazón en la noche todo sería muy triste. Pero, si yo me siento a la mesa y pruebo la sopa, extiendo mi mano y le digo “mi vida gracias, esto está riquísimo”, a ella se le dibuja una sonrisa en el rostro y me dice “mi chinito”. En ese momento la cerradura se abrió y yo puedo entrar. Estoy en un momento de favor con ella. Entonces ella responde abriendo su corazón y yo aprovecho. No me malentienda, no se lo digo para manipular, se lo digo de corazón, porque las mujeres tienen un sentido para discernir cuando se hablan las cosas por conveniencia.

Salmo 103:1-3“Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias”

Me llama la atención la frase en el verso dos: NO OLVIDES. El que olvida se hace ingrato. Si olvidas, te vuelves ingrato. Puede llegar el día en el que los hijos ya no están atendiendo al mandato de Dios de honrar a sus padres para que les vaya bien, y es porque se les ha olvidado. Puede ser que porque los padres no fueron buenos, pero si ya entraste en al dimensión en la que el Espíritu de Dios ya te está sanando, si eres una nueva criatura, ya no estás sujeto a tu pasado, ya no estás sujeto a como te educaron.

Estaba un día compartiendo con un grupo de hombres y estaba hablando del amor del padre manifestado a nosotros como hombres. En el momento de la ministración, un hombre empezó a acercarse a mi, - era un hombre muy grande, más alto que yo, un hombre del campo (en el norte de México, la gente es un poco alta) - venía caminando hacia mi. Yo le pedí a Dios que me ayudara. Cuando se acercó se echo sobre mi cuello, empezó a sollozar y no podía hablar del sollozo que tenía. El Señor me dijo “ámalo”, yo lo abracé y oré para que el sintiera el amor de padre. Cuando se calmó me dijo “lo que he escuchado en este mensaje me ha liberado porque entiendo que Dios es un padre bueno”. Me contó como su padre lo trataba a palos y me dijo que su padre trataba mejor a las vacas que a el. Este hombre había sido libre de su amargura, de su resentimiento, de todo el enojo que tenía por dentro, y finalmente se había rendido a los pies de Jesús. Esto lo introdujo a una nueva etapa y me dijo “hoy decido ser un padre diferente para mis hijos” y en ese momento las ataduras que tenía se rompieron.

¿Por qué a veces los hijos se olvidan? ¿Por qué ya no honran a sus padres? ¿Por qué se olvidan de que esa mujer fue quien les cambiaba los pañales y quien les daba de comer a media noche? Si me olvido, me hago ingrato, el que se olvida de los beneficios que ha recibido empieza a endurecerse y enorgullecerse su corazón.

I Corintios 4:7“Porque ¿quién te distingue? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?”

En otras palabras, a mi esto me costó, nadie me lo dio. Entonces me siento a la mesa y no le doy gracias a nadie porque yo trabajé por ella. Nuestro corazón se endurece porque se nos olvida que antes de recibir un cheque o un salario, recibimos un aliento de vida que nos permitió salirnos de la cama y empezar a trabajar.

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Cuando si empiezas a darle gracias a Dios, gracias por tu perdón, en ese momento vas a empezar a recordarte de cosas que Dios te ha perdonado. Dile al Señor que no te vas a olvidar de los clavos, de la corona de espinas, de los latigazos, que fue despreciado y desechado. Dile que no olvidarás que el pagó el precio por tu libertad. Le tienes que dar gracias a Dios por su misericordia. El es el que sana todas tus dolencias.

Al dar gracias abres las puertas para disfrutar lo que te corresponde. Aunque mis hijos se porten mal, y aunque los castigue con la vara o les quito privilegios de manera que entiendan de que no pueden violar un principio sin tener consecuencias, nunca los he dejado sin comer por portarse mal. Si castigas a tus hijos quitándoles el pan, mandándolos a dormir sin cenar, te invito a que reconsideres qué sucedería si el Padre Celestial haría lo mismo con nosotros. En este sentido se vale recordar que con el mismo juicio que juzgamos se nos va a juzgar por eso la misma misericordia que recibimos debemos de dar. La disciplina es una manifestación de amor, de interés genuino, de decir te amo más allá de lo que significa que emocionalmente yo me sienta bien porque tu me sonrías y me digas te amo papi.

Cuando vienes delante del señor y empiezas a darle gracias por sanar tus dolencias, puedes decirlo independientemente de que si estás luchando con alguna debilidad de carácter en tu vida, o con un área de tentación en la que no te has podido levantar. La sanidad sigue siendo el pan de tu padre para ti y el no te va a quitar el pan porque no tengas la suficiente capacidad para decir no.

La vara significa autoridad y eso puede llegar a infundir temor. ¿Qué sucede cuando una persona ejerce la fuerza de la autoridad sobre alguien que no se ha portado bien? Esto puede llegar a causar un terror. Yo me impresionaba cuando escuchaba la declamación de Manuel Bernal acerca un niño que tenía un padre alcohólico, que cada vez que tomaba veía a su esposa que había fallecido y hablaba con ella. Un día encuentra a su hijo embriagado, y le dice ¿qué has hecho? El niño le dice “no me pegues es por ver a mi mamita, para ver si yo podía ver a mi mamita como tu lo haces.” Eso me impresionaba porque a ese niño se le quitó la embriaguez por el susto que se le dio. Por eso la Biblia dice que el principio de la sabiduría es el temor de Dios.

Solo la misericordia hace que una persona moldee su corazón; sólo la misericordia convence el corazón. Vivimos muchas veces respetando la autoridad porque la autoridad pega, grita, es temible, trae garrote, pero cuando no está la autoridad no hay a quien hacerle caso. La benignidad de Dios es lo que nos guía al arrepentimiento. Dios no condiciona su pan, puedes acercarte con confianza, sin importar el momento por el que estés atravesando.

Salmo 126“Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, Seremos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos. Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres. Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, Como los arroyos del Neguev. Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.”

Todos llevamos semillas dentro de nosotros. Estas son semillas que dan vida. Físicamente sufrí un ataque muy fuerte el año pasado, no voy a entrar en detalles, pero me di cuenta que había una relación entre cosas que nos han menguado en lo espiritual y lo natural. El Señor me mostró que lo físico que me estaba pasando estaba relacionado con un descuido espiritual. Me di cuenta que la clave para la solución para el problema físico no era solo pedir sanidad, sino arrepentirse.

El arrepentirse es un cambio de mente, dar media vuelta, caminar de una forma diferente. Cuando te das cuenta que hay cosas que necesitas cambiar o arrepentirte entonces viene una tristeza. La escritura dice que hay una tristeza que según el mundo es remordimiento o vergüenza que no te lleva a ser libre, sino te hunde en un círculo vicioso, pero cuando la tristeza según Dios hace que derramemos lágrimas, nos lleva a un genuino arrepentimiento.

Tu podrías tener un caminar marcado por una serie de charcos de lágrimas, de momentos en los que vino un arrepentimiento y hubieron lágrimas, un sacar del interior y de lo más profundo de tu ser de cosas que no habías confesado y que poco apoco se habían quedado allí. Cuando viene la tristeza que según Dios nos lleva al arrepentimiento y causa lágrimas, te das cuenta que esas lágrimas te traen libertad.

Tienes que seguir caminando; no puedes detenerte porque hay un momento de debilidad o porque crees que no o que no estás maduro para seguir adelante. El Señor te dice: “¡sigue andando! Si debes ir andando y llorando que así sea, sigue llevando la preciosa semilla porque al final verás el fruto de aquellas cosas”. El dolor que te lleva a decir “Señor una vez más me vuelvo a ti”, y ves su ayuda, entonces en ese momento de acción de gracias se convierte en una llave, y en ese lugar donde has dejado un pequeño charco.

Obtienes la llave en el momento que dices “Gracias Señor, porque ahora veo, que aún en mi debilidad tu me dices bástate mi gracia porque mi poder se perfecciona en tu debilidad. Señor te doy gracias, y una vez más me levanto, una vez más yo declaro que la sangre del Cordero de Dios ha limpiado mi pecado. Sigo adelante y llevo la preciosa semilla y declaro que no veré atrás que seguiré adelante” Entonces te das cuenta de que traes una carga de Dios, una semilla que él ha depositado en ti.

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