El Matrimonio: Una mirada pastoral y...
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En esta edición
El Matrimonio…………………………..……..2
Mujeres Jefas de Familia…………………......3
Trigésimo Aniversario………………………4-5
Las Iglesias Protestantes y su Obra Médico
Social en PR………………………………...6-9
Un Velorio a la Indignación……………..10-11
Palabras de Testimonio……………………...11
Convención ICDC PR 2013…………………12
Sabías que……………………………………12
Por. Rvdo. Osvaldo Delbrey
Recientemente hemos visto y escuchado en
los medios del país la controversia en torno al
matrimonio. La controversia tiene distintos ángulos,
por un lado el reclamo de la comunidad homosexual
para que se reconozca y practique el matrimonio entre
personas del mismo sexo, por otro lado lo que la
prensa ha llamado la crisis del matrimonio. Por crisis
en el matrimonio se refieren a la alta tasa de divorcios
en nuestro país, la reducción de matrimonios
celebrados en la pasada década, la cantidad de
personas que optan por convivir sin casarse y la
violencia entre parejas o entre personas que viven bajo
un mismo techo indistintamente de su género. Como
vemos el asunto tiene diversas ramificaciones que
debemos ver y analizar en conjunto.
Comencemos por la llamada crisis del
matrimonio. En primer lugar no podemos negar que al
juzgar por la alta tasa de divorcios en Puerto Rico,
ciertamente tenemos un problema de grandes
proporciones. Sin embargo los que llevamos mucho
tiempo en el pastorado (23 años en mi caso particular)
sabemos que la raíz no está en el divorcio sino en la
preparación, orientación pre-matrimonial y en el
acompañamiento contínuo de la iglesia a través de las
diversas etapas de la familia o el matrimonio. Esto
por mencionar los factores principales sin descartar
muchos otros factores que amenazan la vida
matrimonial. Pero la realidad es que el matrimonio
siempre ha enfrentado y enfrentará retos, pero estos no
son la amenaza, sino la falta de capacidad y
compromiso para juntos enfrentarlos hasta superarlos.
Tanto el matrimonio como los hijos no
deberían ser el resultado de una relación sexual,
sino sobre todo el resultado de un compromiso de
amor. Este compromiso de amor es lo que pretende
recoger la promesa de los novios en la ceremonia
nupcial. En cuanto a la reducción de matrimonios
en las pasadas décadas, debemos observar en
primer lugar que es una tendencia compartida con
otros países donde la mujer se está educando y
desarrollando carreras que requieren muchos años
de preparación. Por tanto la reducción en
matrimonios en las pasadas dos décadas, no
necesariamente se debe a que la mujer
puertorriqueña rechace el matrimonio sino que a
sido pospuesto por asuntos de preparación
académica o por crisis económica. En cuanto a la
cantidad de personas que conviven en vez de
casarse, no están claros los datos estadísticos si esta
práctica va en aumento, pues me da la impresión
que en los tiempos de mis padres y abuelos esta
práctica era aun más generalizada que en estos días.
El Matrimonio: Una mirada pastoral y sociológica
2
En mi experiencia pastoral me he
encontrado con muchos casos de familia cuyos
padres no se han casado, no porque no crean en el
matrimonio, sino por factores de índole
económicos o por otros factores familiares (la
oposición familiar a dicha relación). Sin embargo
en términos de compromiso de amor y filosóficos,
esta familias sí creen en el matrimonio como el
lugar idóneo donde criar a los hijos. Por tanto la
noción pública de que las parejas de hoy no creen
en el matrimonio y por ello están optando
masivamente por el concubinato es más una
ilusión o una propaganda de personas que tienen
acceso a los medios de comunicación del país,
como lo son artistas, periodistas, analistas, etc…
Con esto no quiero decir que la práctica sea
inexistente, lo que estoy diciendo es que se ha
magnificado el fenómeno, y porque hoy en día es
mucho más visible que antes.
Recientemente la Iglesia Cristiana
Discípulos de Cristo en su Convención 2013,
afirmamos que la familia de hoy no cuenta con
una sociedad que sea aliada de la familia, sino por
el contrario da signos de ser hostil a esta. En este
caso cuando hablamos
de sociedad no
hablamos
necesariamente de la
totalidad de los seres
humanos que la
componen sino del
constructo social, es
decir aquellos
elementos más vocales
y formadores de
opinión y estilos de
vida en el país. La
familia no tan solo tiene que enfrentar los retos
naturales que surgen de las presiones del día a
día, sino también es sometida a un ambiente que
promueve: el individualismo, el pragmatismo y en
cierto modo el egoísmo. Se trabajó a base de los
predicamentos de que si algo va mal en el
matrimonio o en el núcleo familiar la opción es la
búsqueda de la felicidad o conveniencia personal.
La consecuencia de estas actitudes es el
aislamiento, la separación o el rompimiento con
el matrimonio o estructura familiar.
Por otro lado la crisis social ha afectado la
estructura tradicional familiar como la conocemos. Los
divorcios producen una estructura familiar muchas
veces complicada donde tenemos madres solas criando
a sus hijos, o padres solos criando a sus hijos,
matrimonios reconstituidos donde ambos o uno de ellos
tiene hijos, padres solos criando hijos y por último
parejas del mismo sexo criando o pretendiendo adoptar
hijos. La iglesia no tan solo tiene que reconocer estas
realidades sino también servirles con amor a cada una
de ellas. Sin embargo, el reconocimiento de dichas
formas o prácticas no significa que sean el modelo que
perseguimos y motivamos. La Iglesia Discípulos de
Cristo como la gran mayoría de las Iglesias en nuestro
país insistimos en promover el modelo de familia
tradicional, compuesto por padre, madre e hijos como
el lugar en condiciones sanas, como el mejor lugar para
desarrollar al ser humano y al cristiano. De ninguna
manera significa que le demos la espalda a los padres
divorciados o a la madres soltera que esté criando.
Nuestras iglesias están llenas de estas, y nos
esforzamos en tratar de suplir las carencias que unas y
otras puedan tener, para que sus hijos puedan crecer
saludablemente y eventualmente aspirar a formar una
familia, donde esté presente tanto el padre como la
madre.
Reconocer y apoyar a la madre soltera no
significa que deseemos reproducir ese modelo en los
hijos de las madres solteras. De igual modo apoyamos
al padre y a la madre divorciada, pero no promovemos
que ese sea el modelo a aspirar por sus hijos y de
ninguna manera se debe entender que estamos pasando
juicios valorativos sobre estas personas. Por
limitaciones de espacio, no puedo desarrollar como
quisiera el tema de las parejas del mismo sexo, y espero
en próximas publicaciones poder hacerlo. Pero al
menos puedo adelantar, que es una práctica que
reconocemos su existencia y que es una realidad con la
cual debemos trabajar, aunque entendemos se aleja del
modelo de familia que aspiramos. Sin embargo, no es
un tema cerrado, sino uno que levanta pasiones tanto de
un lado de la discusión como del otro. Por nuestra
parte cualquiera sea el diálogo, reflexión y
conclusiones, siempre ha de hacerse desde el respeto,
amor y sensibilidad.
Que el Señor nos ilumine para poder
comprender los retos de nuestro tiempo, pero siempre
recordando nuestro lema, “En lo esencial, unidad, en
lo no esencial, libertad, y en todo, amor”.
La familia no tan solo
tiene que enfrentar los
retos naturales que
surgen de las presiones
del día a día, sino
también es sometida a
un ambiente que
promueve: el
individualismo, el
pragmatismo y en cierto
modo el egoísmo.
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Por. Rvda. Carmen Vélez
En el mes de marzo celebramos un día muy
significativo: el Día Internacional de la Mujer
Trabajadora. Me pregunté, ¿qué escribir que vaya a
tono con la celebración? La respuesta vino al
instante……Marta y María! ¿Por qué ellas? Son dos
mujeres, hermanas, mujeres trabajadoras, que
cumplían con sus labores domésticas. No dudo que
María estuviese junto a su hermana realizando alguna
tarea del hogar cuando Jesús llegó a visitarlas. Sin
embargo, ante un visitante tan especial, María decidió
hacer un alto en sus labores para hacer algo diferente.
Se sentó a los pies de Jesús para oír su palabra. Con su
actitud María estaba rompiendo con los moldes que la
sociedad le imponía a la mujer, pues la Ley mosaica
prohibía a las mujeres recibir enseñanza sagrada de un
rabí. Se decidió al cambio. Y fue precisamente con
esta actitud de María que Jesús se solidarizó. Por eso
cuando Marta, irritada, le recrimina que su hermana no
la ayudaba en los quehaceres, Jesús le responde, “sólo
una cosa es necesaria, y María ha escogido la buena
parte la cual no le será quitada.”
Así pues, “escoger la buena parte” es
atreverse al cambio, es salirse de la rutina, de lo
establecido y heredado de la sociedad y de nuestros
hogares. Gracias a esta actitud, la mujer del flujo de
sangre fue sanada al atreverse tocar el manto de Jesús,
a pesar de que la Ley de Moisés lo prohibía. Así
mismo, la mujer pecadora fue restaurada de su
condición de pecado por atreverse a entrar a casa de
uno de los fariseos para ungir los pies de Jesús con
perfume.
Hoy día, muchas mujeres necesitan atreverse a
salirse de la rutina que las ahoga y las asfixia. Hay
muchas amas de casa que se sienten amargadas y
malhumoradas, precisamente porque están cansadas de
estar haciendo todos los días las mismas cosas. Yo viví
esa experiencia. Sentía que trepaba paredes y deseé
escapar, dejarlo todo. Incluso, le dije a Dios una
mañana que si la vida era esa rutina que me ahogaba
yo prefería morir. Así de desesperada me sentía. Y es
que la tarea que sea que estemos realizando
rutinariamente puede hacernos sentir irritadas, ansiosas,
insatisfechas. Esto quiere decir que estamos
necesitando un cambio, salirnos de la rutina para hacer
algo diferente.
En mi caso, el tener un encuentro personal
con Jesús hizo el milagro que yo necesitaba en
mi vida. Él llenó el vacío que sentía dentro de mí,
satisfizo mis necesidades, me completó. La
verdad es que escogí no sólo la mejor parte sino
la mas excelente. Y tal vez tú, que estás leyendo
esta reflexión, que ya tienes al Señor, pero te
sientes atrapada en tus roles y tareas, con tantas
responsabilidades sobre tus hombros, necesitas
detenerte y decidir qué vas a hacer. ¿Qué
necesitas soltar? o ¿Qué necesitas añadir? Tal
vez debas emprender esos estudios que
pospusiste, tomar clases de música, canto, dibujo,
o de pintura. Quizás retomar los momentos a
solas con Jesús que tanto refrescaba nuestra vida.
Tal vez, brindar algunas horas de servicio
voluntario en alguna organización sin fines de
lucro que te haga sentir útil, valiosa. Puede que
lo que estés necesitando es soltar las penas y
amarguras que llevas arrastrando por años y no te
dejan disfrutar la vida plena en Cristo. Esas
memorias dolientes del pasado, sepúltalas, y
disfruta el presente precioso que Dios te regala
cada día.
¡ATREVETE! Sólo has un alto en tu afán
diario, siéntate a los pies de Jesús, preséntale tu
vida, dile cómo te sientes y escucha Su voz. Ten
la seguridad que cual sea el cambio que busques
en tu vida, siempre y cuando sea para bien, Jesús
se solidarizará contigo, estará a tu lado siempre y
será tu sostén y fortaleza cada día. Sé valiente
como María, escoge la buena parte la cual no te
será quitada.
¡MUJER TRABAJADORA, MUCHAS
FELICIDADES Y ABUNDANTES
BENDICIONES EN TU DIA!
Mujeres Jefas de Familia
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Las Iglesias Protestantes y su Obra Médico Social en Puerto Rico
1898-1930
“Se reunieron en torno al mapa sobre la mesa y oraron para que Dios los ayudara a entrar a
Puerto Rico, de tal manera que nunca hubiese conflicto misionero alguno en la isla”. “Luego
procedieron a dividir la Isla…”
El siguiente artículo fue publicado en la revista El
Bisturí de noviembre de 2011, revista oficial del
Colegio de Medicos-Cirujanos de Puerto Rico. El
contenido es de tipo histórico e informativo sobre la
evangelización a través de la obra médica y social de los cristianos protestantes en Puerto Rico.
Por: Andrea Sofía Rodríguez-Lebrón y
Eduardo Rodríguez-Vázquez, MD
La religión Católica fue una de las
bases principales en el proceso conquista y
colonización en América Latina. Cuando los
españoles llegaron a la Isla en 1508
inmediatamente comenzaron a convertir a los
indios a la fe católica. Debido a que Puerto
Rico fue colonia de España por cuatrocientos
años, la Isla se convirtió en un país sumamente
católico, religioso y conservador. En Puerto
Rico la religión oficial era la Católica,
Apostólica y Romana, no había libertad de
culto, ni separación entre iglesia y estado. Sin
embargo, la derrota de España en la Guerra
Hispano -Amer icana causó cambios
trascendentales en la vida religiosa del
puertorriqueño.
El 25 de julio de 1898, Estados Unidos
invadió a Puerto Rico. Como colorario,
comenzaron a llegar estadounidenses a la Isla
para dar comienzo al proceso de asimilación
cultural.
Los estadounidenses en su mayoría eran
cristianos protestantes y tenían como misión
implementar su religión a través de la evangelización
del país con obra médica y social. Establecieron
orfanatos, hospitales, centros comunitarios y
escuelas. El establecimiento de estas instituciones
tuvo como propósitos principales la expansión
religiosa y la diseminación cultural de las tradiciones
estadounidenses.
Para hacer más efectiva la expansión
religiosa, tuvieron que dividirse la Isla en diferentes
sectores denominacionales. En 1899 representantes
de siete Iglesias protestantes se reunieron en una
conferencia en Nueva York. En este acto
desarrollaron un plan estratégico el cual consistía en
dividir a la isla en 8 regiones. Cada región a cargo
de una denominación; los ocho originales fueron: la
iglesia Bautista, Metodista, Presbiteriana, Hermanos
Unidos en Cristo, Discípulos de Cristo,
Congregacional y la Iglesia Cristiana. En estas
desarrollaron iglesias, hospitales, escuelas, orfanatos
y centros comunitarios (“neighborhood houses”).
Cada región que tuviese menos de 7,500 miembros
tenía exclusividad con una denominación. Sin
embargo, si la cantidad de miembros de una región
se excedía de 7,500 miembros otras denominaciones
podían intervenir.
7
Iglesia Presbiteriana
En 1900 el Reverendo J. Milton Green, director, médico y ministro de la Iglesia Presbiteriana
en San Juan, solicitó al “Woman’s Board of the Presbyterian Church” ayuda médica y social para
Santurce. En el 1901 enviaron a Puerto Rico a la doctora Grace Atkins, la primera mujer médica en
ejercer la medicina en Puerto Rico.
La doctora Grace Atkins en 1902, estableció en Santurce, cerca del mar, un dispensario médico
en donde atendía a los pobres necesitados. En 1903, debido a la escasez de recursos solicitó ayuda
adicional al “Woman’s Board.” Se envió entonces a su colega y compañera de clases la doctora Jane
Harris. Los puertorriqueños tenían tanta necesidad de ayuda médica que el dispensario no pudo
acomodar al gran número de pacientes que acudió al mismo. Los fondos que le enviaron se invirtieron
en construir un hospital de madera con capacidad para 45 camas, un dispensario y una escuela de
enfermería que comenzó a operar en 1904. Este centro se conoció como el Hospital Presbiteriano de
San Juan. Sin embargo, la estructura de madera del hospital se estaba deteriorando muy rápido por la
lluvia y otros eventos atmosféricos y en 1917 se construyó la estructura en concreto.
Este hospital tendría una mayor capacidad para atender pacientes. En el hospital se creó la
segunda escuela de enfermería en la isla. Esta escuela entrenó a muchísimas jóvenes no-católicas en el
campo de la enfermería. La Iglesia Presbiteriana de Rye New York proveyó los fondos para crear un
segundo hospital en el área de Mayagüez. El mismo se llamó el Hospital Rye y era más pequeño, ya
que tenía solamente unas 21 camas. El médico que prestaba servicios en el hospital de Mayaguez fue
Manuel Guzmán Rodríguez (padre). Este hospital fue destruido debido al terremoto del 1918 que
afectó severamente el área oeste de Puerto Rico. Estaba apoyado por dos dispensarios médicos. Uno
en el Barrio de la Marina de Mayagüez y el otro en el pueblo de Aguadilla. Estos dispensarios estaban
ubicados dentro de una especie de centros comunitarios que eran conocidos como “neighborhood
house”. Este centro albergaba además, centro de cuidado diurno para niños (“daycare”),
“kindergarden” y escuelas industriales entre otros servicios a la comunidad. El doctor Guzmán
Rodríguez no solo atendía el hospital, sino que estaba a cargo de las clínicas del dispensario de
Mayagüez. El municipio de Aguadilla proveía el médico para el dispensario de Aguadilla.
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LA IGLESIA CONGREGACIONAL
En la distribución acordada a la Iglesia Congregacional le corresondió el área este de Puerto
Rico. Comprendía los pueblos de Humacao, Naguabo, Yabucoa, Fajardo y Las Piedras. Charles J.
Ryder comenzó a visitar la isla para supervisar el desarrollo del congregacionalismo en la isla y
comenzar su ministerio de salud. En 1910, E.W. Smith y su esposa vinieron a Puerto Rico como
ministros para evangelizar y a trabajar en la obra médica. En 1914 el doctor Charles Ryder fundó un
hospital en el pueblo de Humacao con una capacidad inicial de 16 camas que trataba a 2,000
pacientes mensuales. En 1917 el Dr. Schurter inauguró el hospital con el nombre de Ryder Memorial
Hospital. El hospital desarrolló un sistema de clínicas en los diferentes pueblos bajo su jurisdicción.
En 1922, el Dr. Wycoff comenzó a desarrollar la idea de ¿crear una escuela de enfermería en el
hospital. En 1923, cuatro estudiantes participaron del programa de enfermería y finalmente se
graduaron tres años después, en el 1926.
IGLESIA EPISCOPAL
La otra denominación que se destacó por su obra médica en el sur de la isla en las primeras
décadas en el siglo XX fue la Iglesia Episcopal. Las leyes españolas no permitían las prácticas de
otras religiones que no fuesen la Católica. Durante las corrientes liberales en la República Española
pudo establecerse en la década de 1870 en Ponce, Puerto Rico, una Iglesia Anglicana, subordinada al
Obispo de Antigua. Esta atendería a los súbditos ingleses y otros no católicos que residían en
pueblos vecinos. Este período de libertad religiosa duró poco, finalizando con la restauración de la
monarquía. Con el cambio de soberanía en 1898 la Iglesia Anglicana en Puerto Rico se subordinó a
la Iglesia Episcopal Estadounidense. Esta iglesia estableció el Saint Lukes Memorial Hospital en
Ponce en 1907. Este tenía 53 camas, cinco doctores y veintitrés enfermeras. El Hospital San Lucas
era el centro médico religioso más importante en el sur de la isla. Cabe destacar que un gran sector
de la población del sur hacía uso de estos servicios hospitalarios para atender sus condiciones y
padecimientos.
Al igual que los otros hospitales efectuaban clínicas en los pueblos limítrofes. En 1916 se
creó una escuela de enfermería la cual estuvo dirigida por la señora Etta Rodin. La profesora Rosa A.
González estructuró el programa y las clases.
IGLESIA METODISTA
Esta iglesia fundó dos orfelinatos a través del Pastor George Robinson, uno para niñas ubicado
en Santurce frente al Hospital Presbiteriano, y otro para niños ubicado en Hatillo que funcionaba
como una escuela industrial. Además crearon el Blanche Kellog Institute, escuela superior para niñas
protestantes de todas las denominaciones. En las facilidades del instituto se realizaban clínicas
médicas para niños pobres y estaciones para la distribución de leche. A diferencia de su obra en los
Estados Unidos, la Iglesia Metodista en Puerto Rico no fundó ni hospitales ni clínicas.
IGLESIA DISCÍPULOS DE CRISTO
La Iglesia Discípulos de Cristo fue la primera en enviar un representante a Puerto Rico en
diciembre 1898, este fue J.A. Erwin. Los Discípulos de Cristo en 1899 comenzaron su obra
evangelizadora en los pueblos del sector norte de la Isla. Comprendidos entre Guaynabo a Manatí,
incluyendo pueblos del centro.
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Comenzaron su obra y labor social con la construcción de un orfelinato para niñas en el
pueblo de Bayamón en 1900. En el 1902 la iglesia adquirió un terreno de más de cien cuerdas en el
Barrio Hato Tejas de Bayamón. En este construyeron un edificio que albergaría un orfelinato para
niños. En 1905, el Dr. William Alton se hizo cargo de la dirección del proyecto de los orfelinatos.
Este médico conocido como el “buen doctor” ofrecía servicios medicos desde el balcón de su casa y
visitaba pacientes en cada barrio del pueblo de Bayamón. Ambos orfelinatos se consolidaron en el
edificio de Hato Tejas en 1909. Estos centros servían como escuelas y además, como escuelas
industriales. Debido a problemas económicos, los orfelinatos dejaron de ser prioridad y fueron
cerrrados. El edificio fue vendido a la Gran Logia de Puerto Rico que estableció un orfelinato para
los hijos de sus miembros fallecidos. En 1924 el Dr William Lippitt y el Dr. Merhoff compraron
estas facilidades estableciendo el Hospital San Alberto.
Conclusiones:
Las Iglesias Bautista, Hermanos Unidos en Cristo e Iglesia Cristiana no realizaron obra médica
y social durante los primeros treinta años de dominación Americana. La obra médica y social de las
Iglesias protestantes se realizó en cinco de las ciudades de la costa: San Juan, Ponce, Mayaguez,
Humacao y Bayamón. El centro de la isla permaneció fuera de las estratégias iniciales de estos grupos
religiosos. Los hospitales fundados entonces todavía ofrecen servicios de salud de calidad y
excelencia al pueblo de Puerto Rico.
Bibliografía:
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Fernández Garcia, Eugenio. El Libro de Puerto Rico=The Book of Porto Rico. New York: Gordon, 1977.
Gutiérrez, Angel Luis. Evangélicos en PuertoRico en la Época Española. Guaynabo, PR.; Puerto Rico Evangélico, Seminario Evangélico de Puerto Rico,
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James, Arthur. Twenty Years in Porto Rico; a record of Presbyterian Missionary Work since the American occupation. New York: Educational Work,
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Pérez González, Lydia. Enfermería en Puerto Rico desde los Precolombinos hasta el siglo XX. Mayaguez, P.R.:Universidad de Puerto Rico, Recinto
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Smith, John A. Hospital Ryder Memorial: Relato de un ministerio de salud. Humacao, P.R.: Hospital Ryder Memorial, 1989.
Silva Gotay, Samuel. Protestantismo y Política en Puerto Rico: 1898 – 1930:Hacia una historia del Protestantismo Evangélico en Puerto Rico. San
Juan:Ed. De La Univ. de Puerto Rico, 1997.
10
Por. Emanuel Pérez
Soy una persona que a pesar de mi
juventud prefiero escuchar emisoras AM, lo que
muchos conocen como emisoras de noticias. De
esta manera puedo estar informado sobre lo que
acontece en Puerto Rico y el mundo (para escuchar
música tengo mi iPod). También esto me permite
conocer lo que tienen que decir los protagonistas de
las noticias y por otra parte escuchar el sentir del
pueblo que vive las noticias. Así me siento
conectado con la realidad que me rodea.
Aunque la mayoría de las veces lo hago a
través de Internet, leo el periódico. Prefiero la
versión electrónica porque me permite conocer las
expresiones de los lectores. En ocasiones hay
comentarios interesantes pero también los hay sin
sentido (hay de todo en la viña del Señor).
Personalmente disfruto la lectura y por eso no me
cuesta leer el periódico.
Además de estos dos medios, hay otro que
yo disfruto mucho: la calle. El ir por la mañana a
una panadería y comerse un buen desayuno
(imagínate el más rico), es una dinámica
interesante. No sólo por la comida sino por la
experiencia de escuchar a las personas hablar sobre
lo que ocurre en el país, lo que opinan y sienten, y
por la oportunidad de intercambiar impresiones con
ellos. Esto puede ocurrir en cualquier lugar que
vayamos como, por ejemplo, en la fila del banco.
Ya sea en radio, prensa o la calle, hay algo
que predomina: la bendita queja. Me he dado
cuenta de que la mayoría de las personas llaman a
las emisoras y lo que hacen es pelear, criticar,
quejarse, echar culpas… y siempre es la misma
letanía. En la versión electrónica del periódico, el
espacio de los comentarios parece un panel de
invitados del programa de Laura Bozzo (Laura en
América): la gente se insulta, pelea y uno se los
puede imaginar entrándose a golpes en cualquier
instante si se encuentran de frente.
Lamentablemente, gran parte de nuestra sociedad se
encuentra en el velorio de la indignación.
Al parecer la indignación ha muerto. Se
dice que la asesinaron. Unos creen que recibió
múltiples puñaladas de conformismo, otros juran
que la envenenaron con indiferencia, pero todos
coinciden en que fue una muerte lenta y dolorosa.
También se comenta que muchas personas, como
el sacerdote en la historia del buen samaritano, la
vieron delirar en el suelo, pero en vez de ayudarla
sólo la echaron a un lado. Lo impresionante de lo
que se rumora es que cuando alguien trataba de
ayudarla, los demás se lo impedían. Fue un
asesinato en masa por lo que las autoridades no
saben quién es el responsable.
Podría seguir mi relato como si se tratara
de una novela sobre detectives pero me parece
que ya entendiste mi punto. “Ay bendito, la
violencia no cesa en este país”, “las cosas están
malas”, “entre políticos y policías tienen a este
país hecho un desastre”, y muchas cosas más. Yo
sé que si te brindara el espacio para escribir
algunas de las cosas que tú escuchas todos los
días, te cansarías de escribir. Y es que la crítica y
la queja son la orden del día, son como la plaga
de gallinas de palo.……………………………..
Lo más fácil que existe es criticar, eso lo
hace cualquiera. La crítica en sí no es mala
porque para hacerla hay que evaluar y analizar.
Malo es cuando va tomada de la mano con la
inacción. Yo no puedo estar solo en un cuarto
oscuro, quejarme porque no veo nada y no
pararme a prender la luz. Cada vez que alguien
critica sin proponer nada, se canta a sí mismo
como un soberano irresponsable. Hay personas
que lo confunden, pero una cosa es enojarse o
irritarse y otra cosa es indignarse.
Como dijo la psicóloga social Mercedes
Rodríguez López: “Para indignarse hay que tener
dignidad. La mejor estrategia para asegurar que la
gente y los pueblos se indignen es promover,
fortalecer y enaltecer la dignidad”. La dignidad es
amor propio, unidad con sentido de bien, es saber
el valor que tiene lo que nosotros realizamos, lo
que poseemos y lo que somos. La pregunta es si
tenemos dignidad como individuos y como
pueblo.
Un Velorio a la Indignación
11
No se puede negar que hay muchas personas que si las dejan se pondrían a gritar como locos que
el gobierno promete y no cumple, que cada día las cosas están más caras, que se quedaron sin trabajo.
Podríamos unirnos a ese canto con melodía de locura pero si no lo acompañamos con propuestas
concretas y una actitud de comunidad, cantamos en vano. Y no me refiero a la comunidad de plástico que
para muchos es unirnos a celebrar que Barea ganó el campeonato de la NBA.
Ser comunidad es ser humanos, respetar a los demás y a nosotros mismos, conocernos y luchar por
el bienestar de todos. Como comunidad puertorriqueña estamos enojados pero no indignados. Porque
parece que nos hemos convencido de que no tenemos valor como pueblo y merecemos la crisis. Hemos
permitido que la indiferencia y el conformismo asesinen en nuestras narices la capacidad para
indignarnos. Nos resignamos con celebrarle un velorio a la indignación.
“Indignarse es aprender a identificar las injusticias y tomar acción para una convivencia mejor”,
como dijo la periodista puertorriqueña Vivien Mattei Colón. No hay que necesariamente salir a la calle a
protestar para demostrar que estamos indignados. Tenemos la capacidad como pueblo para revivir la
indignación, hacer comunidad, unir esfuerzos e ideas para establecer propuestas efectivas que promuevan
un cambio en nuestro entorno. Salgamos del velorio y comencemos a indignarnos con prudencia, acción y
respeto.
Por: Gloria Matos
En los años 50 me matriculé en un curso de
Ciencias y Biológicas en la Universidad de Puerto
Rico con el propósito de continuar estudios para
obtener el bachillerato en educación elemental. Ya
había completado el diploma normal en un grado
asociado en educación. Esto me permitía ejercer la
profesión de maestro en escuela elemental. Había
cumplido 18 años. Era necesario trabajar para poder
suplir las necesidades de mi hermana menor.
Todo iba bien hasta que un día cuando salí de
la clase nocturna, ya que trabajaba por el día, tuve
una experiencia muy desagradable. Sentí que debí
de cambiar la ruta hacia mi casa porque la calle
Vallejo era muy oscura. Salí por la Avenida Ponce
de León y a pocos pasos del portón de la
Universidad sentí que dos individuos me perseguían.
Luego tomé la Avenida De Diego y ellos
continuaban detrás de mi. Me mantuve serena y
orando pidiéndole al Señor protección.
Al llegar a la Cafetería Guardiola (la cual ya
no existe) entré a tomar café, algo que acostumbraba
hacer cuando salía de mi clase. Mientras estaba en
la cafetería, sentía que me hincaban alfileres por
todo el cuerpo.
Miraba hacia afuera, pero no veia a los
individuos. Esa sensación de las hincadas me hizo
pensar que los individuos me estaban velando. Para
esa época ocurrían muchas violaciones en el casco
del pueblo de Río Piedras.
Cuando terminé de tomar el café, salí y me encontré
con un compañero de clases. Le pedí que me
acompañara hasta mi casa. Él me indicó que no
podía ya que la última guagua de la AMA pasaba a
las diez de la noche. De lo contrario no hubiese
tenido transportación para Puerto Nuevo. No tuve
más remedio que quedarme en la parada de guagua
asustada y deseando que apareciera un taxi.
Apareció un taxi y cuando yo estaba dentro,
aparecieron los dos individuos y agarraron la
empuñadura de la puerta. Inmediatamente le dije al
chofer que arrancara seguida. Cuando llegué a mi
casa fue cuando verdaderamente me sentí nerviosa,
pero dándole gracias a Dios por haberme salvado de
una situación tan embarazosa.
Ciertamente el ángel del Señor acampa
alrededor de los que le temen, y los defiende.
“El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende” Salmo 34:7
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Sabías... ¿Cuáles son las Iglesias Discípulos de Cristo más antiguas en Puerto Rico?
Centésima Cuarta Convención 2013
Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Puerto Rico
Por. Jayson Aponte
Durante los días 14 al 17 de febrero de 2013 se llevó a cabo la Centésima Cuarta Convención de
la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Puerto Rico. Las actividades diurnas tuvieron lugar en la
Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) del Barrio Dajaos y los eventos cúlticos durante la noche se
llevaron a cabo en el Coliseo Rubén Rodríguez en el pueblo de Bayamón. El tema para la ocasión lo fue;
“Una Iglesia que Acompaña a su Niñez y Juventud en su Formación.” Los textos bíblicos fueron: Instruye
al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él (Proverbios 22.6) y ¿Con qué
limpiará el joven su camino? ¡Con guardar tu palabra! (Salmos 119.9).
Nuestra Iglesia siempre ha estado consciente de los retos y desafíos que enfrenta la niñez y la
juventud puertorriqueña. Por esta razón, a través de toda la agenda programática de esta Convención;
afirmamos nuestro compromiso con la formación del carácter cristiano en la niñez y la juventud, revisamos
las estrategias educativas que son fundamentales en la gestión formativa, celebramos la contribución de
nuestra niñez y juventud al desarrollo integral de la Iglesia y fortalecimos el testimonio de toda la Iglesia
para que la tarea formativa sea reflejo del señorío de Jesucristo.En esos días se llevaron a cabo las
presentaciones de informes, conferencias y predicaciones. A través del informe del Pastor General se
reconoció la aportación y compromiso del Rvdo. Fernando Barbosa Álvarez al culminar sus funciones
como Pastor Asociado en Educación Cristiana durante los pasados trece años. Este fue un momento muy
emotivo en donde el Equipo Pastoral del Nivel Central, junto a la Iglesia, expresó su agradecimiento a Dios
por la vida del Pastor Barbosa. Otras instancias de gran significado durante la Convención lo fueron; el
reconocimiento de la misión en Cayey, convirtiéndose esta en nuestra 105 Iglesia y la Ordenación al Santo
Ministerio de seis Pastores/as.
En cada una de las conferencias y predicaciones fuimos confrontados con las realidades que viven
los niños y jóvenes de nuestro país. Al mismo tiempo, la Palabra del Señor nos desafió y llenó de
esperanza. Agradecemos a los recursos; Dr. Michael Domenech (ICDC San Juan), Rvdo. Fernando
Barbosa (ICDC Levitown), Rvdo. Pablo Jiménez (Pastor ICDC Espinosa, Dorado), Dr. Ohel Soto
(Siquiatra de Niños y Adolescentes), Rvdo. Eliezer Álvarez (ICDC Hato Nuevo, Guaynabo), Rvda.
Amarylis Alvarado (ICDC Villa Marisol, Toa Baja) y la Lcda. Sarah Y. Rosado Morales (ICDC Buena
Vista) por sus aportaciones. A través de ellos/as el Señor bendijo la vida de la Iglesia.
Damos gracias al Señor de la Iglesia que nos ha permitido aportar a la vida de nuestro pueblo a
través de la agenda de servicio que ha surgido de esta Convención.
¡Continuamos adelante en el nombre del Señor y con la asistencia de su Espíritu!
ICDC Central - 113 años
ICDC Morovis - 111 años
ICDC Corozal - 109 años
ICDC Dajaos - 107 años
ICDC Barrio Nuevo - 105 años
ICDC Naranjito - 102 años
ICDC El Salto Comerío - 100 años
ICDC Calle Comerío - 100 años
*Datos obtenidos del Calendario Eclesiástico 2013