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    CARLOS MARX

    el mtodo enla economa

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    70COLECCION

    Segunda Serie

    Dirigida por Alberto Snchez Mascun

    EL METODO EN LA ECONOMIA POLITICA

    Seleccin de diversos fragmentos de la obra del autor Fun-damentos de la critica de la economa poltica. Esbozo de 1857 1858, La Habana, Cuba, 1970.

    D. R. , 1971, sobre la presente seleccin por Editorial Gri jalbo, S. A., avenida Granjas, 82, Mxico 16, D. F.

    PRIMERA EDICION

    Reservados todos los derechos.

    IMPRESO EN MEXICO

    PRINTED IN MEXICO

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    I N D I C E

    Nota editorial ......................................................................... 7

    I F u n d a m e n t o s d e l a c r t i c a d e l a e c o n o m a p o l t i c a 1 3

    1) La produccin ............................................................. 13

    2) Relacin general de la produccin con la distri-bucin, el cambio y el consum o............................. 23

    3) El mtodo en la economa p o lt ic a ....................... 39

    4) Medios de produccin y relaciones de produccin 53

    5) El dinero ....................................................................... 59

    6) El capital ..................................................................... 73

    7) Formas anteriores a la produccin capitalista 109

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    ota editorial

    A l nombre de Marx, de su teora y espritu crticos, se encuentran asociados, en un grado o en otro, casi todos los volmenes publicados has-ta hoy bajo el sello editorial de C o l e c c i n 70.

    En realidad, no poda ser de otro modo: el mar- xismo ha superado ya, definitivamente, todos los cercos de silencio a que fuera sometido en sus comienzos, para convertirse en una teora cient- fica de valor universal. Hoy por hoy, no hay, en rigor, ciencia social al margen del marxismo; incluso sus adversarios se ven obligados por la

    fuerza de las cosas a discutir con el marxismo9 en funcindel marxismo, lo cual prueba hasta

    qu punto ste ha penetrado ya en el espritu de la, poca. Pero el debate, a nivel terico, se da principalmente en el seno mismo del pensamien-to marxista. Una vuelta a M arx, generalizada e Irreversible, caracteriza los esfuerzos, acaso no siempre acertados pero positivos de muchos in-vestigadores. De lo que se trata para ellos, es de retomar los aspectos crticos de la teora marxis-ta que el dogmatismo anul en su propio benefi-cio y, por decirlo as, de actualizar los elementos revolucionarios que le son esenciales. Un momen-to muy importante de esta evolucin est reprt/

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    sentada por a lectura renovada de los textos cl- sicos, las fuentes, no para buscar en ellos, como se hizo equivocadamente en el pasado re-

    ciente, una filosofa de la historia, sino las ca-tegoras que permitieron elevarse a Marx hasta su concepcin revolucionaria del mundo. Eviden-temente, este movimiento, en cierto sentido, aca-ba de comenzar: la mayor parte de los importan-tsimos trabajos de Marx que precedieron a la redaccin de su obra cumbre, El Capital,de los que este volumen es una breve seleccin, no fue-ron conocidos en forma completa sino hasta I 939 , en una poca cuya utilizacin se hizo particular-mente difcil para todos los marxistas, de modo que prcticamente quedaron inditos en casi to-das las lenguas, no obstante que en ellos se plan-tean importantsimos problemas para la justa comprensin del marxismo como un pensamien-to unitario.

    No es casual, pues, que al llegar al nmero cien de este esfuerzo editorial, hayamos querido pun-tualizarlo decorosamente, brindando a nuestros lectores unos cuantos materiales de la vasta pro-dicin terica de Marx que es menos conocida.

    Bajo el ttulo de El mtodo en la economa po-ltica, nombre de uno de los ensayos, recogemos aqu trabajos pertenecientes a los Fundamentos de la crtica de la economa poltica, esbozo de 187 18S, cuya traduccin al castellano, iniciada en Cuba por el Instituto de Economa, ha servido

    como base para la presente seleccin. Asimismo, hemos tenido a la insta la magnfica recopilacin de Gnther Hillmann, Texte zu Methode undPraxis,aparecida en Berln en lp67, para estruc-turar los fragmentos elegidos.

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    Como se sabe, Los Fundamentoses una obra no publicada, inconclusa, constituida por los bo-rradores personales de Marx, los esbozos de lo

    que vendran a ser sus posteriores Crtica de laEconoma Poltica y El Capital,aunque el prop- sito inicial del autor tena un carcter todava ms amplio y rebasaba con mucho esos dos proyectos cumplidos. Como lo advierte el editor cubano, Los Fundamentoscontiene todo el bosquejo del anlisis econmico de Marx, todo su instrumen-

    tal terico que no fue trasladado enteramente a El Capital. Esta sola caracterstica confiere una importancia inmensa al conocimiento cuidadoso de estos manuscritos. Nos parece que una lectura atenta de los textos, a travs de su lenguaje os-curo, a veces hegeliano, que parece proseguir la lnea temtica y los modos de expresin pro-

    pios de los trabajos de juventud, permitir esta-blecer, como lo han sealado numerosos autores, la compleja relacin de continuidad discontinui dad subyacente en la ruptura de Marx con sus

    propios antecedentes filosficos. Problemas como el de la determinacin de la

    especificidad de la dialctica marxista y de sus categoras principales reciben una nueva luz a

    partir de las reflexiones marxistas sobre el con- junto de las categoras econmicas, sometidas por M arx a la crtica en Los Fundamentos. El anlisis de la produccin y el consumo, de la mercanca

    y el dinero; la definicin de la circulacin y del capital y su gnesis; la crtica de las diversas con-cepciones econmicas y la~s actitudes ideolgicas ante los hechos econmicos aparecen, en Los Fun-damentos,en toda su madurez; son el rcsidtado de quince aos de investigacin, que Marx debi

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    alternar bajo la presin de graves dificidtades econmicas con su labor revolucionaria prc-tica, a la cual siempre concedi una importancia

    extraordinaria, la mayor de las prioridades. Es, tambin, la poca en que Marx escribe, a ttulo de corresponsal en Londres, sus clebres artculos acerca de la expansin colonial britnica en Orien-te para el New York Daily Tribune. E l lector hallar la huella de sus investigaciones tericas en algunas anotaciones de aquellos trabajos periods-

    ticos. Comprense, por ejemplo, los juicios marxis tas acerca de la sociedad oriental con su ms am- plia reflexin en torno a las formas que preceden a la produccin capitalista, incluida al final del

    presente volumen, que contiene una singular in-terpretacin en torno al problema de la gnesis del capital y el trabajo libre, como supuestos de

    la produccin capitalista, considerados a partir de la investigacin de la comunidad primitiva y sus formas, hasta la sociedad de clases, altamente es-tratificada. Se podrn encontrar los elementos de

    juicio para la debida comprensin terica del pro-blem a tan largamente debatido como deforma-do de la especificidad, en el pensamiento de

    Marx, de vas originales de evolucin social, in-cluido el modo de produccin asitico. Insistimos en este ejemplo solamente para mostrar hasta qu

    punto la concepcin de Marx haba orgnicamen-te madurado y era capaz de enfrentar con xito los problemas ms inmediatos y complejos, plan-teados a la nueva ciencia econmica por la reali-dad, lo cual permiti a Engels escribir, aos ms tarde, que ya en 18 5p su propia crtica, (de

    Marx) de la economa poltica estaba perfilada,

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    no slo en lneas generales, sino incluso en cuanto a sus ms importantes pormenores.

    No queremos concluir esta nota sin mencionar

    la extraordinaria importancia actual de las refle- xiones marxistes en torno al problema de la me-todologa en la economa poltica, tema del ensayo que da ttulo al volumen y uno de los raros textos de Marx en que se exponen, de manera sistem-tica, las bases materialistas sobre las cuales des-cansa la ciencia elaborada por l. Asimismo, lla-

    mamos la atencin del lector hacia el captido dedicado a estudiar la dialctica entre la produc-cin y el consumo, en el que Marx establece, a un nivel de profundidad terica, su concepcin de la

    prxis, de la actividad transformadora, creadora, del hombre.

    E. G.

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    alternar bajo la presin de graves dificidtades econmicas con su labor revolucionaria prc-tica, a la cual siempre concedi una importancia extraordinaria, la mayor de las prioridades. Es, tambin, la poca en que M arx escribe, a titxdo de corresponsal en Londres, sus clebres artculos acerca de la expansin colonial britnica en Orien-te para el New York Daily Tribune. E l lector hallar la huella de sus investigaciones tericas en algunas anotaciones de aquellos trabajos periods-ticos. Comprense, por ejemplo, los juicios nuirxis tas acerca de la sociedad oriental con su ms am-

    plia reflexin en torno a las formas que preceden a la produccin capitalista, incluida al final del presente volumen, que contiene una singular in terpretacjin en torno cd problema de la gnesis

    del capital y el trabajo libre, como supuestos de la produccin capitalista, considerados a partir de la investigacin de la comunidad primitiva y sus

    formds, hasta la sociedad de clases, altamente es-tratificada. Se podrn encontrar los elementos de

    juicio para la debida comprensin terica del pro-blema tan largamente debatido como deforma-do de la especificidad, en el pensamiento de

    Marx, de vas origimles de evolucin social, in-cluido el modo de produccin asitico. Insistimos en este ejemplo solamente para mostrar hasta qu

    punto la concepcin de Marx haba orgnicamen-te madurado y era capaz de enfrentar con xito

    los problemas ms inmediatos y complejos, plan-teados a la nueva ciencia econmica por la reali-dad, lo cual permiti a Engels escribir, aos ms tarde, que ya en I 859 "su propia crtica, (de

    M arx) de la economa poltica estaba perfilada,

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    no slo en lneas generales, sino incluso en cuanto a sus ms importantes pormenores.

    No queremos concluir esta nota sin mencionar

    la extraordinaria importancia actual de las refle- xiones marxistas en torno al problema de la me-todologa en la economa poltica, tema del ensayo que da ttido al volumen y uno de los raros textos de Marx en que se exponen, de manera sistem-tica, las bases materialistas sobre las cuales des-cansa la ciencia elaborada por l. Asimismo, lla-

    mamos la atencin del lector luida el captulo dedicado a estudiar la dialctica entre la produc-cin y el consumo, en el que Marx establece, a un nivel de profundidad terica, su concepcin de la

    prxis, de la actividad transformadora, creadora, del hombre.

    E. G.

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    FU DAM E TOS DE LA CR ITICA DE LA ECO OMIA POLITICA

    I

    1) La produccin

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    Individuos autnomos

    Ideas del siglo XVIII

    a) Examinemos en primer lugar la produccin material.

    Como punto de partida sabemos que los individuos pro-ducen en sociedad, y por consiguiente su produccin essocialmente determinada. De ah que el cazador y el pes-cador aislados y dispersos, de que hablan Smith y Ri-cardo, sean sencillamente producto de la imaginacin.Del mismo modo, no obstante lo que piensen los histo-riadores de la civilizacin, las robinsonadas tan propiasdel siglo xvin no expresan de ninguna manera una re-accin contra un refinamiento excesivo o un retorno aun estado natural mal comprendido hasta entonces. In-cluso elContrato social de Rousseau que, mediante un pacto, establece las relaciones y las obligaciones entre in-dividuos naturalmente independientes, no descansa en se-

    mejante naturalismo, el cual, entre las pequeas y gran-des robinsonadas, no es ms que apariencia puramenteesttica. Se trata en efecto de anticipaciones de la so-ciedad burguesa, concebidas desde el siglo xvi, que mar-chaba a pasos de gigante hacia su madurez en el cursodel siglo xvm. En esta sociedad, en la cual reina la librecompetencia, el individuo parece emancipado de los lazosnaturales y otros vnculos que, en pocas anteriores dela historia, lo mantenan en el seno de un conglomerado

    humano preciso y bien delimitado. Este individuo del si-glo xvm es producto, por una parte, de la disolucin delas formas sociales del feudalismo y, por otra, de las

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    fuerzas productivas nuevas surgidas desde el siglo xvi.Para los profetas del siglo xvm, que todava consideranque Smith y Ricardo encarnan todas las ideas, este in-dividuo aparece como un ideal cuya existencia perteneceal pasado. No constituye para ellos el resultado de lahistoria, sino su punto de partida. No es una creacinde la historia, sino un hecho natural, conforme a las ideasque ellos se hacen de la naturaleza humana. Esta mix-tificacin ha sido hasta ahora el caso de toda nueva poca.Steuart, que como aristcrata estuvo en oposicin con elsiglo xvm en muchos aspectos, se situ ms en el terreno

    histrico y evit esta puerilidad.Cuanto ms nos remontamos en la historia ms apa-rece el individuo, y por tanto el productor individual, co-mo dependiente y formando parte de un conjunto msvasto; en primer lugar, muy naturalmente, de una fami-lia y de una tribu, que constituye la familia ampliada;ms tarde de una comunidad en sus diversas estructuras,nacidas del choque y de la fusin de las tribus. Slo enel siglo xvm, en la sociedad burguesa, es cuando losdiversos vnculos sociales representan para el individuosimples medios para alcanzar sus fines particulares, comouna necesidad exterior. No obstante, la poca que cre estaconcepcin del individuo aislado es precisamente aquellaen la cual las relaciones sociales (convertidas en generalesa este nivel) han alcanzado el ms alto grado de des-arrollo.

    El hombre, en el sentido ms literal, es unanimal

    poltico (gr.); no es slo un animal social, sino tambinun animal que no puede individualizarse sino dentro dela sociedad.

    Concebir que el lenguaje puede desarrollarse sin in-dividuos vivientes y hablandoentre s no es menos ab-surdo que la idea de una produccin realizada por indi-viduos aislados, fuera del mbito de la sociedad. (Estehecho excepcional puede ocurrirle a un individuo civi-lizado, que se extrava en una comarca salvaje, y que posee virtualmente las fuerzas de la sociedad.) Es in-til detenernos ms tiempo sobre este punto. Ni siquierahubiramos tenido que mencionar esta tontera, que tenaun sentido y una razn de ser entre los hombres del si-glo xvm, si no hubiese sido introducida de nuevo con

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    la mayor seriedad en la economa moderna por Bastiat,Carey, Proudhon, etc. Proudhon, entre otros, se compla-ce en hacer el anlisis histrico filosfico de un fen-meno econmico cuya gnesis histrica ignora, recurrien-do a la mitologa: todo es muy sencillo, la idea se leocurre a Adn o a Prometeo, despus de lo cual es intro-ducida en el mundo, etc. Nada ms fastidioso ni msestril que los lugares comunes de una imaginacin quese forja quimeras.

    Eternizacin de las relaciones histricas de produccin. Produccin y distribucin en general. Propiedad

    Cuando hablamos de produccin se trata siempre deuna produccin a un nivel dado de desarrollo de la so-ciedad, de una produccin de individuos que viven ensociedad. Podra parecer que, para hablar de produccin,es necesario seguir las diferentes fases del desarrollo his-trico, o especificar desde el primer momento que ha-

    blamos de tal o cual poca histrica claramente definida; por ejemplo, de la produccin burguesa moderna, queconstituye en realidad nuestro tema.

    Pero sucede que todas las pocas de la produccin poseen ciertos elementos y rasgos comunes. Si admitimosque la produccin en general constituye una abstraccin,es preciso reconocer, con todo, que se trata de una abs-traccin razonada, porque subraya y precisa efectivamentelos elementos comunes, y nos ahorra por tanto la repe-ticin. Sin embargo, estas caractersticas generales oelementos comunes, despejados por la comparacin, searticulan en la realidad de manera muy diversa y se des- pliegan en haces originales. Ciertos elementos pertenecena todas las pocas; otros son comunes slo a algunas deellas. Cierto elemento se encuentra a la vez en la pocams moderna y en la ms antigua; de lo contrario nosera concebible ninguna produccin. Ciertas leyes rigen ala vez las lenguas ms desarrolladas y otras menos des-arrolladas; pero si se desarrollan es a causa de elemen-tos que no son generales y comunes. Es pues indispen-sable separar claramente las caractersticas comunes atoda produccin, no sea que a fin de evitar la unidadresultante del simple hecho de la identidad del tema la

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    humanidad y del objeto la naturaleza se olvidenlas diferencias fundamentales.

    Toda la sabidura de los economistas modernos que ase-guran que todas las relaciones sociales existentes soneternas y armoniosas, no es ms que una forma de esteolvido. Segn ellos, no puede haber produccin a no serque haya un instrumento de produccin, aunque no fuesems que la mano; la produccin es tambin necesaria-mente el fruto del trabajo acumulado en el pasado, aun-que fuese solamente bajo la forma de la destreza adqui-rida y concentrada en la mano del hombre primitivo, porel hecho de la repeticin de los ademanes. El capital cons-

    tituye, entre otras cosas, un instrumento de produccin,y es tambin trabajo pasado, objetivado. El capital cons-tituye por tanto una relacin general y eterna de la na-turaleza, desde luego con la condicin de que no se tomeen cuenta lo que es especfico, es decir, el elemento quehace que este instrumento de produccin y este tra- bajo acumulado sea capital. As es como Carey preten-de que toda la historia de las relaciones de produccinha sido falsificada por gobiernos malvolos.

    De todos modos, no existe all ni produccin en ge-neral ni produccin general. La produccin constituye o bien una rama productiva particular (por ejemplo, laagricultura, la cra de ganado, la manufactura), o bienel conjunto. Sin embargo, la economa poltica no es latecnologa.

    Analizaremos ulteriormente la relacin entre las carac-tersticas generales de la produccin a un nivel social dadoy las formas particulares de la produccin.Finalmente, la produccin no es slo una rama par-ticular: constituye siempre un cuerpo social determina-do, un sujeto social, que obra en un conjunto ms cmenos vasto, ms o menos rico, de ramas de produccin.Este no es el lugar adecuado para estudiar la relacinentre el anlisis cientfico y el movimiento de la realidad;la produccin en general; las ramas particulares de la

    produccin; la produccin en su conjunto.Es de buen tono abordar la economa poltica conuna introduccin general sobre la Produccin (cf. por ejemplo J. Stuart Mili en su Principios de eco-noma poltica), es decir, un captulo que trate de las

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    condiciones generales de toda produccin. Esta partegeneral estudia o se considera que estudia : 1) lascondiciones sin las cuales es imposible la produccin.

    Se trata en efecto de una simple enumeracin de losfactores esenciales de toda produccin, y se limita, comoveremos, a enunciar algunas nociones elementales que,a fuerza de ser machacadas, se convierten en tautologascomunes; 2) las condiciones que favorecen ms o menosla produccin, por ejemplo, el anlisis de Adam Smithsobre el estado progresivo o estancado de las sociedades.Para dar un carcter cientfico a lo que, segn l, tiene

    el valor de un resumen, sera necesario dedicarse a in-vestigaciones sobre los diversosniveles de productividad logrados en el curso de la evolucin de cada uno de los pueblos.

    Este estudio va mucho ms all de los lmites denuestro tema; pero en la medida en que podamos ha-cerlo, lo situaremos dentro del anlisis de la competencia,de la acumulacin, etc. En general, la respuesta es lasiguiente; un pueblo industrial est en su apogeo pro-ductivo en el momento en que se encuentra en el puntoculminante de su historia. En efecto, un pueblo se hallaen su apogeo industrial cuando para l lo esencial noes la ganancia, sino la consecucin de lo provechoso (locual explica la superioridad de los yanquis sobre los in-gleses). Tambin puede resultar que ciertas razas, ap-titudes, climas, condiciones naturales (la proximidad almar, la fertilidad del suelo, etc.) sean ms favorablesque otras para la produccin. Lo cual conduce a estatautologa: la riqueza se crea tanto ms fcilmente cuantoque se dispone de un mayor nmero de elementos sub- jetivos y objetivos.

    Pero, en esta primera parte, los economistas se in-teresan en algo ms. Suponen en efecto (cf. Mili) quela produccin, a diferencia de la distribucin, etc., estsujeta a leyes eternas de la naturaleza, independientes

    de la historia: buena ocasin para insinuar que las rela-cionesburguesas constituyen leyes naturales e indestruc-tibles de la sociedad concebidain abstracto. Tal es, porotra parte, la finalidad, ms o menos consciente, de todala maniobra En la distribucin, en cambio, los hombres

    podran permitirse toda clase de arbitrariedades.

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    Esto equivale a introducir una separacin directa en-tre la produccin y la distribucin, y su relacin real.Sea lo que fuere, una cosa es inmediatamente evidente: por desemejante que sea la distribucin en cuanto a losdiversos niveles sociales, es posible entresacar, de la mis-ma, caractersticas comunes como lo hacemos en el casode la produccin. Algunos se esforzaron despus , en bo-rrar o confundir todas las diferencias histricas al for-mular las leyes delhombre en general.

    Por ejemplo, el esclavo, el siervo, el obrero asalariado,reciben todos una cantidad de alimentos que les permite

    subsistir como esclavo, como siervo y como obrero asa-lariado. Ya sea que el conquistador viva de los tributos,el funcionario de los impuestos, el terrateniente de larenta del suelo, el monje o el cura de la limosna o deldiezmo, todos reciben una porcin de la produccin so-cial; pero sta es determinada de acuerdo con otras leyesdistintas a las que se aplican al esclavo, etc.

    Los dos puntos principales que todos los economistascolocan bajo este rubro son: 1) la propiedad, y 2) lasalvaguardia de sta por la justicia, la polica etctera.He aqu lo que respondemos brevemente:

    En cuanto al punto 1): toda produccin constituyeapropiacin de la naturaleza por el individuo en el senode una forma social dada y mediante la misma. En estesentido es una tautologa afirmar que la propiedad (apro- piacin) constituye una condicin de la produccin. Se-ra ridculo hacer de la misma el punto de partida para

    pasar de un salto a una forma determinada de la pro- piedad; por ejemplo, la propiedad privada (puesto questa implica, como condicin, una forma antagnica: lano propiedad). La historia nos muestra ms bien que la propiedad colectiva (por ejemplo, entre los indios, loseslavos, los antiguos celtas) representa la forma primi-tiva, y que durante largo tiempo ha jugado un papelimportante en las comunidades. En cuanto a saber si lariqueza se desarrolla mejor bajo tal o cual forma de

    propiedad, tampoco este es el lugar para plantear el pro blema. No obstante, es pura tautologa decir que no hayque hablar de produccin, y por tanto de sociedad, donde no existe ninguna forma de propiedad. Una apropia-cin que no apropia nada es unacontradictio in subjecto.

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    En cuanto al punto 2), sobre la salvaguardia de la propiedad, etc.: si se reduce esta trivialidad a su conte-nido real, vemos que nada saben de ella los que la pre-dican, o sea, que toda forma de produccin crea sus pro- pias relaciones jurdicas, su propio tipo de gobierno, etc.Hay que ser muy ignorante y estar muy confundido pa-ra ver relaciones fortuitas en lo que forma un todo or-gnico, y no considerar ms que los reflejos en lasrelaciones. Lo que los economistas no pierden de vistaes que la produccin es ms fcil bajo la polica moder-na que bajo el imperio de la ley del ms fuerte, por

    ejemplo. Ellos olvidan que la propia ley del ms fuer-te (Faustrecht germanique) constituy un derecho, yque sobrevivi bajo otra forma en su estado jurdico.

    Cuando las condiciones sociales que corresponden auna forma determinada de la produccin se encuentranen desarrollo o en declinacin, es natural que surjan di-ficultades en la produccin, dificultades cuya intensidady efectos son variables.

    En resumen: todos los niveles de la produccin po-seen ciertos elementos comunes que el pensamiento con-sidera como generales; pero las llamadascondiciones

    generales de toda produccin constituyen elementos abs-tractos que no permiten comprender tal o cual fase his-trica real de la produccin.

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    2 ) Relacin general de la

    produccin con la distribucin, el cambio y el consumo

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    :m ' t , o'fsti o I

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    Antes de seguir adelante con el anlisis de la pro-duccin, es necesario examinar los diferentes ttulos con(jue la acompaan los economistas.

    La idea es muy sencilla: en la produccin, los miem- bros de la sociedad adaptan (producen, dan forma) los

    productos de la naturaleza en funcin de las necesidadeshumanas; la distribucin determina la proporcin en que participan los individuos en dichos productos; el cam- bio les proporciona los productos que ellos quieren ob-tener contra la parte que les ha correspondido en la dis-tribucin; finalmente, en el consumo los productosdevienen objetos de disfrute y de apropiacin indivi-duales.

    La produccin crea los objetos correspondientes alas necesidades; la distribucin los reparte segn las le-yes de la sociedad; el cambio efecta una nueva distri- bucin segn las necesidades individuales; por ltimo, enel consumo, el producto abandona la esfera social paraconvertirse directamente en objeto y servidor de la ne-cesidad del individuo. La produccin aparece as comoel punto de partida, el consumo como el punto final, ladistribucin y el cambio como el trmino medio que sedesdobla: la distribucin tiene su fuente en la sociedad,y el cambio su fuente en los individuos.

    En la produccin el hombre se objetiva, y en el hom- bre el producto se subjetiva; en la distribucin, la so-ciedad, mediante reglas generales e imperativas, asegura

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    el nexo entre la produccin y el consumo; en el cambioeste nexo se realiza en funcin de la cualidad fortuitadel individuo.

    La distribucin determina la proporcin (cantidad)de los productos que reciben los individuos; el cambiodetermina la produccin, y el individuo reclama a stala parte que le asigna la distribucin. [Para los econo-mistas], la produccin, la distribucin, el cambio y el consumo forman un verdadero silogismo: la produccin esla mayor, la distribucin y el cambio la menor, y el con-sumo la conclusin que cierra el argumento. Se trata evi-dentemente de un razonamiento, pero es superficial. La produccin obedece a leyes generales de la naturaleza;la distribucin a la ventura social que puede estimularms o menos la produccin; el cambio se sita entreambas como movimiento que no tiene de social ms quesu forma; el acto final del consumo, que es concebidono slo como resultado sino como objeto final, se sitafuera de la economa (excepto cuando reacciona sobreel punto de partida para generar un nuevo ciclo).

    Los adversarios de los economistas ya sean profe-sionales o no les reprochan la divisin, de un modo brbaro, de lo que constituye un todo. Pero lo cierto esque se colocan o bien en el mismo terreno que elloso por debajo de ellos. En efecto, nada hay ms comnque reprochar a los economistas el hecho de considerarla produccin exclusivamente como un fin en s, al aducirque la distribucin es igualmente importante. Este re-

    proche se funda en la concepcin misma de los economistas en el sentido de que la distribucin existe junto a la produccin como esfera autnoma e independiente. Porotra parte, se les reprocha que no comprenden los dife-rentes elementos en su unidad. Pero esta disociacin,no ha pasado de la realidad a los libros, ms bien quede los libros a la realidad? No se trata ms bien de unaconcepcin de las relaciones reales que de un equilibriodialctico de los conceptos?

    a) Consumo y produccinLa produccin es consumo directo, tanto en el plano

    subjetivo como en el plano objetivo. De una parte, cuan-

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    do el individuo produce, desarrolla sus facultades y lasgasta; consume en el acto productivo, de la misma ma-nera que la naturaleza procrea al consumir fuerzas vi-

    tales. De otra parte, el individuo consume los medios de produccin que utiliza; stos se usan y se disuelven en parte (por ejemplo en la combustin) en el seno de loselementos del universo. Del mismo modo las materias

    primas pierden su forma y su constitucin naturales yson consumidas.

    Por tanto, en todas las fases, el proceso de produc-cin es tambin un acto de consumo. Todo lo dems los

    economistas lo admiten de buen grado. Ellos llamancon- sumo productivo a la produccin que corresponde direc-tamente al consumo, y viceversa. Esta identidad de la produccin y del consumo termina en la frmula deSpinoza:determinatio est negatio.

    Pero los economistas establecen esta definicin slo para disociar el consumo correspondiente a la producciny el consumo propiamente dicho, que ellos conciben comola negacin y la destruccin de la produccin.

    Consideremos pues el consumo propiamente dichoEl consumo es tambin produccin en forma directa.As, en la naturaleza, el consumo de los elementos y delas sustancias qumicas constituye produccin de la plan-ta. Del mismo modo, mediante la alimentacin queconstituye una forma particular de consumo el hombre produce su propio cuerpo. Esto es vlido para toda clasede consumo que, de una manera o de otra, produce elhombre: la produccin consumidora.Pero, replican los economistas, esta produccin equi-valente al consumo pertenece a una segunda categora, yaque implica la destruccin del producto. En la primeracategora el productor se objetiva; en la segunda el ob- jeto creado por l se personifica. Esta produccin con-sumidora sera fundamentalmente diferente de la pro-duccin propiamente dicha, aunque ella une directamentela produccin y el consumo. Sin embargo, esta unidadque liga la produccin al consumo, y el consumo a la produccin, dejara subsistir su dualidad innata.

    En efecto, la produccin es consumo en forma di-recta, y el consumo directamente produccin: cada cuales inmediatamente su contrario. As pues, tiene lugar

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    entre una y otro un movimiento mediador: la producin es la intermediaria del consumo al crear su objy al asignrselo, pero a su vez, el consumo es el intmediario de la produccin al proporcionar a sus prodtos el sujeto para el cual ellos devienen productos. lamente en el consumo es cuando el producto encuensu destino final. Un ferrocarril que no es utilizado, se desgasta ni se consume: puede decirse que es un rrocarril imaginario, no existe. Sin produccin no hconsumo, pero sin consumo tampoco hay produccin,que la produccin sera entonces intil.

    El consumo da lugar a la produccin de dos maner1) El producto no deviene realmente producto sien el consumo. Por ejemplo: un vestido no se convie

    verdaderamente en vestido sino cuando se lleva puesuna casa deshabitada no es realmente una casa. Conriamente a un objeto que existe en la naturaleza, el pducto no se confirma como tal y nodeviene productosino en el consumo. Al absorber el producto, el consule da el golpe de gracia; en efecto, en la produccin

    producto no es sio una actividad objetiva, sino tambel objeto de sujeto activo.2) El consumo crea la necesidad de unanueva pro-

    duccin, o sea la condicin subjetiva y el mvil ntde la produccin. El consumo alienta la produccin;decir, posee el objeto que obra como finalidad en

    produccin. La produccin proporciona, materialmte, el objeto del consumo; pero no es menos evidente el consumo coloca idealmente el objeto de la produc bajo la forma de imagen interior, de necesidad, de vil y de fin: crea los objetos de la produccin bajo forma que es todava subjetiva. Sin necesidades no produccin. Pero el consumo reproduce la necesida

    Paralelamente, la produccin nos muestra lo sigute: 1) Proporciona al consumo su materia, su objDesprovisto de objeto no existira el consumo. Es en

    sentido que la produccin engendra el consumo. 2) Pla produccin no slo proporciona un objeto de como, sino que tambin le da su carcter especfico, perfeccin; en tanto que el consumo da su perfecci producto como tal, la produccin da su perfeccin al sumo. En efecto, el objeto no es un objeto cualquiera

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    muy preciso y debe ser consumido de una manera de-terminada, impuesta por la produccin misma. El ham- bre es el hambre; pero si es satisfecha con carne prepa-rada y cocida y se come con la ayuda de un tenedor yun cuchillo, es diferente del hambre que es satisfechadevorando carne cruda, desgarrada con las manos, lasuas y los dientes. No se trata solamente del objeto delconsumo, sino tambin del modo de consumo que la pro-duccin crea tanto en forma objetiva como subjetiva.Por ende la produccin da lugar al consumidor.

    3) La produccin no slo proporciona una materia ala necesidad, sino tambin una necesidad a la materia.Cuando el consumo pierde su espontaneidad y su rus-

    ticidad primitiva y el hecho de un retraso al respectosignifica sencillamente que la produccin contina man-tenindole al nivel de la rusticidad natural es estimu-lado por el objeto: la necesidad experimentada se debe ala sensacin producida por el objeto. Como cualquier otro producto, un objeto de arte da lugar a un pblico sen-sible al arte y susceptible de apreciar lo bello. En esesentido, la produccin crea no slo un objeto para elsujeto, sino tambin un sujeto para el objeto.

    La produccin da lugar por tanto al consumo: a) proporcionndole su materia; b) determinando el modode consumo; c) suscitando en el consumidor la necesi-dad de productos que ella ha creado materialmente. Porconsiguiente ella produce el objeto, el modo y el instintodel consumo. Por su parte el consumo suscita la predis- posicin del productor, y despierta en l una necesidadanimada de una finalidad.

    Existen tres series de identidades entre el consumoy la produccin:

    1) Su identidad es inmediata : la produccin es con-sumo y el consumo es produccin, o sea produccinconsumidora, y consumo productivo. Los economistas na-cionales llaman a ambos fenmenos consumo productivo, pero tambin hacen una distincin. Consideran la pri-mera como reproduccin, y el segundo como consumo productivo. Todas las investigaciones sobre la primeratienen por objeto el trabajo productivo o improductivo;y sobre el segundo, el consumo productivo o no pro-ductivo.

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    2) Se sirven recprocamente de medio y de media-cin. Se puede decir que tanto la produccin como elconsumo son recprocamente dependientes; existe entrela una y el otro un movimiento de reciprocidad que loshace aparecer como indispensables entre s, aunque per-manecen recprocamente externos. La produccin pro- porciona al consumo su materia y su objeto exterior,mientras que el consumo crea la necesidad que es el ob- jeto interno y el fin de la produccin. Sin produccinno hay consumo; sin consumo no hay produccin. Este

    punto es tratado de muchas maneras por la economa.3) La produccin no es solamente consumo directo,

    ni el consumo produccin directa. La produccin no esun simple medio para el consumo, ni el consumo unsimple fin para la produccin, porque se proporcionanrecprocamente su objeto: la produccin es el objetotangible del consumo, y el consumo es el objeto ideal dela produccin. No slo la una constituye directamente elotro, y una y otro son mediadores entre s, sino queambos al realizarse producen el otro, se crea bajo la for-ma del otro.

    El consumo perfecciona el acto de la produccin alrealizar el producto, disolvindolo y absorbiendo su for-ma autnoma y material. La destreza desarrollada a tra-vs del primer acto de la produccin deviene una adqui-sicin con la repeticin. El consumo constituye as elacto final por el cual no slo el producto se convierte ver-daderamente en producto, sino tambin el productor real-mente en productor.

    Adems, la produccin engendra el consumo al crearun modo determinado de consumo y al inspirar el de-seo al mismo tiempo que la capacidad de consumo bajola forma de necesidad. La economa poltica pone de re-lieve esencialmente la identidad citada en el punto 3),cuando trata de la relacin entre la oferta y la demanda,entre los objetos y las necesidades y entre las necesida-des creadas por la sociedad y las necesidades naturales.

    Por tanto, nada es ms fcil para un hegeliano queidentificar la produccin con el consumo. Esto es lo quehan hecho no slo los escritores socialistas, sino tambinlos economistas vulgares (por ejemplo Say) propagan-do esta frmula: al nivel de un pueblo, o al de la huma-

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    nidad in abstracto, la produccin iguala el consumo.Storch ha demostrado el error de Say cuando hace notarque un pueblo, por ejemplo, no consume simplemente

    su producto, sino que tambin crea medios de produccin,de capital fijo, etctera.Adems, es engaoso considerar la sociedad como un

    solo individuo, porque se trata de una nocin especula-tiva. En un mismo individuo produccin y consumo apa-recen como los elementos de un solo acto. Es importantesubrayar que si se considera la produccin y el consumocomo actividades de un individuo o de un gran nmerode individuos, tanto la una como el otro constituyen loselementos de un proceso en el cual la produccin es elverdadero punto de partida, y en consecuencia, el factor preponderante. Como necesidad y menester, el consumomismo es un elemento constitutivo de la actividad pro-ductiva. Esta ltima es el punto de partida de la realiza-cin, y por tanto tambin su elemento preponderante, osea el acto por el cual todo el proceso se renueva. Elindividuo produce un objeto y, al consumirlo, vuelve

    ciertamente a su punto de partida, pero lo hace como in-dividuo que produce y se reproduce. De este modo elconsumo representa un elemento de la produccin.

    Pero, en la sociedad, se trata de una relacin contin-gente que liga el productor al producto; cuando el pro-ducto es terminado, su retorno al individuo dependerde sus relaciones con los otros individuos, ya que no puede apropirselo directamente. Por otra parte, cuandose produce en sociedad, su objeto no es la apropiacindirecta del producto. Entre el productor y los productos,o sea entre la produccin y el consumo, interviene ladis-tribucin que determina mediante leyes de la sociedadla parte que corresponde a cada uno entre la masa de productos.

    Es necesario, por ende, reconocer que la distribu-cin constituye una esfera autnoma, al lado y fuera dela produccin?

    b) Distribucin y produccin

    Al consultar las economas corrientes, uno se asom- bra del hecho de que en ellas todo anticipa un benefi

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    co; por ejemplo, la tierra, el trabajo y el capital repre-sentan la renta del suelo, el trabajo asalariado, el intersy la ganancia; en tanto que la tierra, el trabajo y el ca- pital figuran como factores de la produccin. Es evi-

    dente que el capital es considerado ante todo bajo jdosformas: de una parte, como factor de la produccin, yde otra, como fuente de ingresos, o sea como un elementodeterminante de formas de distribucin determinadas.

    Tambin el inters y la ganancia figuran en la pro-duccin, ya que el capital se acrecienta revistiendo es-tas formas, y son por tanto elementos de su produccin;como formas de la distribucin, suponen el capital comofactor de la produccin. El inters y la ganancia consti-tuyen a la vez modos de distribucin fundados en elcapital y en los modos de reproduccin del capital.

    Anlogamente el salario constituye el trabajo asala-riado considerado tambin bajo otro aspecto; el papelque el trabajo juega en la produccin se encuentra, porende, en la distribucin. Si el trabajo no fuese definidocomo trabajo asalariado, no recibira su parte de los pro-ductos a ttulo de salario, como sucede en la esclavitud.Finalmente, si consideramos inmediatamente la renta delsuelo que es la forma ms desarrollada bajo la cualla propiedad de la tierra participa en la distribucin delos productos vemos que ella supone, como factor dela produccin, la propiedad de la tierra en gran escala(o mejor dicho, la agricultura en gran escala), y no latierra en general; del mismo modo, el salario no corres- ponde al trabajo en absoluto.

    En efecto, las relaciones y modos de distribucin cons-tituyen sencillamente el reverso de los factores de la pro-duccin: el individuo que contribuye a la produccin consu trabajo asalariado participa, bajo la forma de un sa-lario, en la distribucin de los productos creados en la produccin. La estructura de la distribucin es determinada enteramente por la estructura de la produccin.La^fistribucion es determinada par_la produccin, tantoen lo qu concierne a su objeto (va qe'solo se puededistribuir lo que resulta de la produccin ) como a suforma (porque el modo de participacin en la produc-cin determina la forma especfica de la distribucin, osea la forma bajo la cual se participa en la distribucin).

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    Es Jjor consiguiente ilusorio incluir la_ticya en__ la pro-duccin, y la renta del__syei. en la distribucin,, etctera.

    Se reprocEaesencialmente a economistas como Ricar-

    do no tener presente ms quejlagroduccin, y^considerarla distribucin como el nico objeto de la economa. Enefecto, ellos consideraban instintivamente que las formasde la distribucin definan cabalmente los factores dela produccin en el seno de una sociedad dada.

    Para el individuo la distribucin apareca muynaturalmente como una ley social que determina su posicionen eTseno deTa~pfoducaoia. es decir, el marco en el cual

    produce: la distribucin, por tanto, precede a la producCytl. El individuo no posee ni capitarPterra por elhecho de su nacimiento: al venir al mundo es obligadoal trabajo asalariado por la distribucin social. En rea-lidad, ello se debe a que el capital y la propiedad delsuelo son factores independientes en el seno de la pro-duccin.

    * Incluso al nivel de una sociedad en su conjunto pue-de parecer que la distribucin precede, en ciertos respec-tos, a la produccin y tambin la determina en ciertomodo como un hecho pre econmicoj Un pueblo conquis-tador reparte la tierra entre los conquistadores; de estamanera impone cierta distribucin y una forma dada dela propiedad de la tierra: determinara de ese modo la produccin; tambin puede reducir a los conquistados ala esclavitud y hacer del trabajo esclavo la base de la produccin. Por otra parte, un pueblo revolucionario puede abolir la tenencia de la tierra en gran escala einstituir la parcelacin, atribuyendo mediante este nuevotipo de distribucin un carcter nuevo a la produccin.Por ltimo, la legislacin puede perpetuar la propiedadde la tierra en manos de ciertas familias, de la mismamanera que puede hacer del trabajo un privilegio here-ditario al imprimirle la rigidez del sistema de castas.En todos estos ejemplos, sacados de la historia, la es-tructura de la distribucin no parece estar determinada por la produccin, muy al contrario.

    En la acepcin ms simple, la distribucin representala distribucin de los productos; definida de este modo,est al otro extremo de la produccin y es, por decirloas, independiente. Pero antes de ser distribucin de

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    productos es: 1) distribucin de instrumentos de produccin, 2) lo (jue constituye la prolongacin de la rlacin precedente: la distribucin de los miembros de sociedad entre las diversas ramas de la produccin, edecir, la subordinacin de los individuos a relaciones d

    produccin determinadas. La distribucin de los produtos resulta evidentemente de la distribucin existente eel seno del proceso de produccin mismo y determina estructura de la produccin. Si no tuviese en cuenta esltima distribucin, la produccin resultara una abstracin sin sentido.

    La distribucin de los productos es por consiguientdeterminada por esta distribucin que, debido a su or

    gen, constituye un elemento de la produccin. Cuidadossobre todo de interpretar la produccin moderna en sestructura social claramente definida, Ricardo es poexcelencia el economista de la produccin; ahora bienes precisamente por esta razn que l afirma que el vedadero objeto de la economa moderna no es la produccin, sino la distribucin. Lo cual demuestra una vems la ineptitud de los economistas que analizan la produccin como una verdad eterna, y relegan la historia acampo de la distribucin.La relacin entre esta distribucin y la produccinse sita manifiestamente tambin en el seno de la produccin. Como la produccin parte necesariamente dcierta distribucin de medios de produccin, se podrdecir que al menos en este aspecto la distribucin precede a la produccin y constituye la condicin previde ella. La respuesta a esta objecin es que la produccitiene ciertamente sus condiciones y premisas propias, perstas son simplemente sus elementos constitutivos. Acomienzo puede parecer que provienen de la naturaleza

    pero el proceso mismo de la produccin las transformen factores histricos.: si durante un perodo aparececomo condiciones naturales, en el siguiente constituyeel resultado histrico del perodo precedente. Por lo dems, ellas se transforman constantemente en el seno de l

    produccin. As es como el maqumismo modifica la ditribucin de los instrumentos de la produccin y la dlos productos. La gran propiedad inmobiliaria modernes el resultado tanto del comercio y de la industria mo

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    derna como de la aplicacin de esta ultima a la agri-cultura.

    En ltimo anlisis, las cuestiones planteadas se redu-cen todas a lo siguiente: cul es el efecto de las con-diciones histricas sobre la produccin, y cul es la re-lacin de esta ltima con la evolucin histrica? Todoello pertenece evidentemente a la discusin y al anlisisde la produccin misma. Sin embargo, dada la forma tri-vial en que han sido expuestas, pueden dilucidarse bre-vemente. En cuanto a las conquistas hay tres posibilida-des. El pueblo conquistador impone al conquistado su propio modo de produccin lo que los ingleses hicieronen Irlanda en nuestra poca, y en un grado menor en laIndia); o bien deia subsistir el antiguo modo de pro-duccin y se contenta con extraer un trihnto (a la ma-era de ios turcos y de los romanos): o bien se estableceuna interaccin que da lugar a una forma nueva, una'sntesis (lo cual realizaron las conquistas germnicas'~ealgunos pases). En todos los casos lo determinante parala nueva forma de~ distribucin es el modo dp produc-cin, va sea el ~lel pueblo conquistador, el del pueblosometido o el que resulta de la combinacin de ambos.Aunquel distribucin aparece como la condicin previade la nueva era productiva, es por consiguiente el fru-to de la produccin, no slo de la produccin histrica engeneral, sino de una produccin histrica bien determinada.

    En sus devastaciones en Rusia, los mongoles, porejemplo, obraban en funcin de su produccin la crade ganado que requera vastos espacios desiertos. La produccin tradicional de los brbaros germanos, quienesvivan aislados en el campo, provena de la explotacinagrcola realizada por los siervos: pudieron someter tan-to ms fcilmente las provincias romanas a sus condicio-nes, cuanto que la concentracin de la propiedad de latierra ya haba arruinado irremediablemente las relacio-nes agrarias arcaicas.

    Se ha dicho con frecuencia sin razn que enciertas pocas se viva nicamente del pillaje; pero paraello es necesario que haya algo que saquear, es decir, produccin. No es lo mismo el pillaje en una nacin que

    practica la especulacin en la bolsa que en una nacin decriadores de ganado.

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    En la persona misma del esclavo es donde se roel instrumento de produccin. Pero es preciso que la tructura productiva del pas que se beneficia con el raadmita el trabajo esclavista, de lo contrario (como enAmrica del Sur, etc.) es necesario crear un modo produccin apropiado a la esclavitud.

    Mediante leyes se puede perpetuar en algunas famlias la propiedad del instrumento de produccin, pejemplo la tierra. Pero no adquieren significacin enmica sino cuando la propiedad de la tierra en grescala est en armona con la produccin social, comoel caso de Inglaterra. En Francia se practicaba ya la pequea agricultura no obstante los grandes terranientes: por eso la gran propiedad fue dividida porrevolucin. Pero, pueden las leyes perpetuar la pcelacin de las tierras? Es necesario, por tanto, que eminemos la influencia que ejercen las leyes sobre el mtenimiento de las relaciones de distribucin, y por csiguiente su efecto sobre la produccin.

    c) Cambio y circulacin.Cambio y produccin

    La circulacin propiamente dicha, no es ms qun momento determinado del cambio, o bien es el camconsiderado en su conjunto.

    Evidentemente elcambio no ms que un factor de la produccin cuando sirve de intermediario a la prodcin y a la distribucin (determinada tambin por produccin) de una parte, y al consumo de otra; en tque este ltimo aparece como un elemento de la pduccin.

    En primer lugar, es evidente que el intercambio actividades y de capacidades en el seno de la prodcin depende directamente de ella y constituye un faesencial de la misma. En segundo lugar, lo mismoaplica al cambio de productos que permite realizar producto acabado, destinado al consumo directo. A respecto, el cambio est incluido en la produccin. tercer lugar, lo que se llama elexchange entre dealers, o sea el intercambio entre comerciantes, es debisu organizacin y a la actividad productiva que re

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    senta enteramente determinado por la produccin. Sloen la ltima fase cuando el producto se cambia paraser consumido directamente es que el cambio resultaindependiente y externo a la produccin y, por decirloas, indiferente a la misma.Por otra parte, observemos que: a) no existe cam- bio sin divisin del trabajo, ya sea natural o producido por la historia; b) el cambio privado implica la produc-cin privada; c) la intensidad del cambio, al igual quesu extensin y su estructura, es determinada por el des-arrollo y la organizacin de la produccin. Por ejemplo:el cambio entre la ciudad y el campo, el cambio en el

    campo, en la ciudad, etc. As pues, la produccin en-globa y determina directamente el cambio bajo todas susformas.

    Por consiguiente, llegamos a la conclusin de que la produccin, la distribucin, el cambio y el consumo noson idnticos, sino que cada una de estas categoras cons-tituye un elemento de un todo y representa la diversidaden el seno de la unidad.

    Aun cuando tiene una forma contradictoria, la pro-duccin excede su propio sector estrecho al igual que losotros elementos del conjunto. El proceso siempre co-mienza de nuevo partiendo de ella. Es evidente que niel cambio ni el consumo podran ser los elementos pre-dominantes. Lo mismo sucede con la distribucin de los

    productos. La distribucin de los factores productivosno es ms que un elemento de la produccin. En conse-cuencia, tal produccin determina tal consumo, tal dis-

    tribucin y tal cambio as como todas lasrelaciones de-terminadas entre estos diversos elementos. Sin duda, ensentido estricto, la produccin misma es determinada porlos otros elementos. As, cuando se ampla el mercado,o sea la esfera de los cambios, la produccin aumentaen volumen y se diversifica. La produccin se modificaal mismo tiempo que la distribucin, cuando el capitalse concentra o cuando se modifica la distribucin de loshabitantes entre el campo y la ciudad, etc. Por ltimo,las necesidades del consumo influyen en la produccin.Existe una interaccin de todos estos factores: estoes propio de todo conjunto orgnico.

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    El mtodo en la economa poltica

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    Cuando se estudia la economa de un pas se analizaen primer lugar la estructura de su poblacin: cmoest dividida en clases y cmo est distribuida entre laciudad y el campo; se analiza la hidrografa, las distintasramas de la produccin, la exportacin y la importacin,la produccin y el consumo anuales, los precios de lasmercancas, etctera.

    Puede parecer un buen mtodo comenzar por la baseslida de lo que es real y concreto; en una palabra, en-focar la economa a travs de la poblacin, la cual cons-tituye la raz y el motivo de todo el proceso de la pro-duccin. Sin embargo, bien mirado este mtodo es errneo.La poblacin resulta una abstraccin si, por ejemplo, paso por alto las clases de que se compone. A su vez, estasclases no tienen sentido si ignoro los elementos sobre loscuales descansan, por ejemplo: el trabajo asalariado, elcapital, etctera. Estos ltimos suponen el cambio, la di-visin del trabajo, los precios, etctera.

    Si, en consecuencia, comenzara sencillamente por la poblacin, tendra una visin catica de conjunto. Perosi procediera mediante un anlisis cada vez ms pene-trante, llegara a nociones cada vez ms simples: par-tiendo de lo concreto que yo percibiera, pasara a abs-tracciones cada vez ms sutiles para desembocar en lascategoras ms simples. En este punto, sera necesariovolver sobre nuestros pasos para arribar de nuevo a la poblacin. Pero esta vez no tendramos una idea caticadel todo, sino un rico conjunto de determinaciones yde relaciones complejas.

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    Histricamente, tal es el primer paso de la econo-ma en su nacimiento. Los economistas del siglo xvn, por ejemplo, comenzaban siempre por un todo viviente

    la poblacin, la nacin, el estado, varios estados, etc.Pero terminan siempre por descubrir, mediante el an-lisis, cierto nmero de relaciones generales abstractas quson determinantes, tales como la divisin del trabajo, edinero, el valor, etc. Desde el momento en que estas categoras han sido ms o menos elaboradas y abstradas,hilvanan los sistemas econmicos que, partiendo de nociones simples tales como el trabajo, la divisin detrabajo, la necesidad, el valor de cambio , se elevan hasel estado, el intercambio entre las naciones y el mer-cado mundial. Evidentemente este es el mtodo cientfico correcto.

    Lo concreto es concreto, ya que constituye la sntesisde numerosas determinaciones, o sea la unidad de ladiversidad. Para el pensamiento constituye un procesode sntesis y un resultado, no un punto de partida. Es para nosotros el punto de partida de la realidad, y potanto de la intuicin y de la representacin. En el primer caso, la concepcin plena se disuelve en nocionesabstractas; en el segundo, las nociones abstractas permiten reproducir lo concreto por la va del pensamientoHegel cay en la ilusin de concebir lo real como el resultado del pensamiento que se concentra en s mismo, s profundiza y se mueve por s mismo; mientras que emtodo que consiste en elevarse de lo abstracto a loconcreto es, para el pensamiento, la manera de apropiarse lo concreto, o sea la manera de reproducirlo bajo laforma de lo concreto pensado. Pero este no es en modoalguno el proceso de la gnesis de lo concreto mismoEn efecto, la categora econmica ms simple poejemplo el valor de cambio supone una poblacin, ysta produce en determinadas condiciones; supone adems cierto tipo de familia, de comunidad o de estadoetc. Dicha categora econmica slo puede existir bajla forma de una relacin unilateral y abstracta en elseno de un conjunto concreto, vivo y ya dado. Sin em bargo, como categora, el valor de cambio tiene una existencia antiqusima.

    As se hace la conciencia filosfica de modo que e

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    pensamiento conceptivo es para ella el hombre real; loreal deviene as el mundo concebido: el movimiento delas categoras aparece a esta conciencia como un verda-dero acto de produccin que recibe un simple impulsodel exterior. De este modo el movimiento de las catego-ras tiene por resultado el mundo. Esto es correcto aun-que se trata de una simple tautologa en la medidaen que la totalidad concreta (puesto que es totalidad pen-sada o representacin intelectual de lo concreto) es pro-ducto del pensamiento y de la representacin. Pero no es producto en absoluto del concepto que se engendrara as mismo, que pensara aparte y por encima de la per-

    cepcin y de la representacin: es producto de la ela- boracin de los conceptos partiendo de la percepcin yde la intuicin. As, la totalidad que se manifiesta enla mente como un todo pensado es producto del cerebro pensante que se apropia el mundo de la nica manera posible. La apropiacin prctica e intelectual del mundo por el arte y la religin es enteramente diferente.

    En tanto que la mente posee una actividad puramen-te especulativa y terica, el sujeto real subsiste de mane-ra autnoma, aparte de la mente. Por eso es que, tam- bin en el mtodo terico, es preciso que el sujeto lasociedad obre constantemente sobre la mente como con-dicin previa.

    Pero estas categoras simples, no tienen una existencia independiente, histrica o natural, anterior a las ca-tegoras ms concretas? Eso depende (fr.); Hegel, porejemplo, tiene razn al comenzar la filosofa del dere-cho por la posesin, o sea la ms simple de las relacio-nes jurdicas del sujeto. En efecto, no existe propiedadantes de la familia o antes de las relaciones entre amosy siervos, que son relaciones mucho ms concretas. Hayque aadir empero que existen familias y tribus que s-lo conocen la posesin, no la propiedad. Por lo querespecta a la propiedad, la categora ms sencilla es larelacin de simples comunidades familiares o tribales.

    En una sociedad ms avanzada, aparece como la relacinms simple de una organizacin desarrollada. Pero se presupone siempre el sujeto concreto cuya relacin esla posesin. Se puede imaginar un salvaje aislado quees poseedor, pero no existe entonces relacin jurdica.

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    No es cierto, histricamente, que la posesin evoluciona hacia la familia; la misma supone siempre, por el contrario, esta categora jurdica ms concreta.

    Como quiera que sea, no es menos cierto que las categoras simples expresan relaciones en las cuales el menor desarrollo de lo concreto no ha podido producirtodava una relacin ms compleja, expresada intelectuamente por la categora ms concreta; estas categoras puden subsistir como relaciones subordinadas cuando loconcreto est ms desarrollado. El dinero puede existihistricamente, y de hecho ha existido antes que el ca

    pital, los bancos, el trabajo asalariado, etc. Se puede potanto decir que la categora ms simple puede expresar, tanto las relaciones esenciales de un conjunto todava poco desarrollado, como las relaciones secundariade un conjunto muy desarrollado; estas relaciones existan ya histricamente antes de que el conjunto se desarrollara al nivel de la categora ms concreta. La transicin del pensamiento abstracto, que va de lo simple lo concreto, refleja as el proceso histrico real.

    Por otra parte, existen sociedades cuyas formas sonmuy desarrolladas, pero cuyo progreso histrico es dbien ellas se encuentran las categoras ms desarrolladas dla economa, tales como la cooperacin, la divisin dearrollada del trabajo, etc., pero sin la menor traza de lmoneda: tal es el caso del Per. Del mismo modo, en lacomunidades eslavas el dinero y el cambio que lo condciona no se manifiestan, o se manifiestan ligeramenteen el seno de cada comunidad particular: aparecen slo esus fronteras, en el comercio con otras ComunidadesAdems, es errneo situar el cambio en el centro de lcomunidad, como si se tratara del elemento constitutivy primitivo de las mismas. Al principio el cambio tienlugar entre comunidades ms bien que entre individuo

    Asimismo, aun cuando el dinero desde muy tempran juega un papel muy importante, no es un elemento pre ponderante en la antigedad sino entre ciertas nacioneespecializadas en el comercio. Incluso en la antigedams desarrollada, entre los griegos y los romanos, el dnero no alcanza su pleno desarrollo premisa de lsociedad burguesa sino en el curso del perodo de disolucin. Por tanto, esta categora sencillamente no ad

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    quiere toda su intensidad sino en la fase ms desarrolladade la sociedad, aunque existe desde mucho antes sin im- pregnar todas las relaciones econmicas: en el apogeodel imperio romano el impuesto y los prstamos en es- pecie constituan la regla. El dinero no se desarrollcompletamente sino en el ejrcito; por consiguiente ja-ms domin el conjunto del trabajo. As, aunque hist-ricamente la categora ms simple puede haber existidoantes que la categora ms concreta, puede perteneceren su complejo desarrollo, intensivo y extensivo, a unaforma de sociedad compleja; en tanto que la categorams desarrollada puede pertenecer a una forma de so-

    ciedad menos avanzada.El trabajo al parecer es una categora muy sencilla,y la idea del trabajo en general trabajo simplementees tan antigua como el mundo. Concebido desde el puntode vista econmico, en toda su simplicidad, el trabajoes, sin embargo, una categora tan moderna como lasrelaciones que engendran esta abstraccin pura y sim-

    ple. El sistema monetario, por ejemplo, consideraba demanera enteramente material el dinero como riqueza,o sea como algo totalmente externo. Se realiz un gran progreso cuando el sistema manufacturero y comercialvio la fuente de la riqueza no ya en el objeto, sino enla actividad subjetiva, o sea el trabajo comercial y ma-nufacturero, aunque en cierto sentido rehusaba conside-rarlo como medio de hacer dinero. Respecto a este sis-tema, los fisicratas sostenan que un tipo particular detrabajo el trabajo agrcola crea la riqueza. Consi-deraban que el objeto no era la simple forma exteriordel dinero, sino el producto y el resultado general deltrabajo. No obstante, debido al carcter unilateral quela actividad tena en esa poca, ellos continuaron conci- biendo el producto bajo su forma natural, es decir, como producto de la agricultura, producto de la tierra por excelencia.

    Se logr un inmenso progreso cuando Adam Smithrechaz toda forma particular de la actividad creadorade riqueza, por ejemplo el trabajo manufacturero, co-mercial o agrcola, para hablar del trabajo a secas, esdecir, todas las actividades sin distincin alguna. A estauniversalidad de actividad creadora de riqueza corres-

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    ponde la universalidad del objeto, simplemente el producto y tambin el trabajo en general, aunque lo conciben forma de trabajo pasado y objetivado.

    Se concibe la dificultad y la extensin de este pro-greso por el hecho de que Adam Smith vuelve a caeraqu y all en el sistema de los fisicratas. Puede de-cirse que se acababa sencillamente de encontrar la ex presin abstracta de la relacin ms simple y ms antigude la produccin humana, es decir, la categora vlida para todas las formas de sociedad. Esto al parecer ecorrecto, pero en realidad es falso. En efecto, la indiferencia respecto a todo tipo particular de trabajo suponque existe un conjunto muy diversificado de modos concretos de trabajo, y que ninguno de ellos predomina sobrlos otros. As pues, las abstracciones ms generales nsurgen sino con el desarrollo concreto ms rico, y es entonces cuando la gran masa, o la totalidad de los elementos, se reduce a una unidad. Slo entonces es cuando yno se concibe bajo una forma particular.

    En resumen, esta abstraccin del trabajo a secas noes solamente el resultado intelectual de una totalidad con

    creta de trabajos: la indiferencia a todo tipo determinadde trabajo responde a una forma de sociedad en la cualos individuos pasan con facilidad de un trabajo a otry consideran como fortuito y por tanto indiferenteel carcter especfico del trabajo. No slo en lo que res pecta a las categoras, sino en la realidad misma, el tra bajo se ha convertido en el medio de producir la riquezen general, o sea ha cesado de confundirse con el individu para formar un todo particular.

    Este estado de cosas alcanza su mayor desarrollo enla forma ms moderna de las sociedades burguesas: elos Estados Unidos. Es por tanto, solamente en este casoque la categora abstracta del trabajo, trabajo en general,trabajo a secas (fr.), punto de partida de la eco-noma moderna, deviene verdadera en la prctica. De esmodo la abstraccin ms simple, colocada por la econommoderna en primer lugar y expresando una relacin ancestral vlida para todas las formas de sociedad, no e prcticamente verdadera, en toda su abstraccin, sino cmo categora de la sociedad moderna.

    Puede decirse que la indiferencia a todo trabajo de

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    terminado, que en los Estados Unidos es producto de lahistoria, se manifiesta entre los rusos por ejemplo, comouna disposicin natural. Pero la indiferencia es conside-rable entre los brbaros que se prestan a cualquier tareay los civilizados que se dedican ellos mismos a todo. Ade-ms, esta indiferencia a todo trabajo determinado sig-nifica que los rusos se hallan sometidos tradicionalmentea un trabajo bien determinado del cual, segn todas lasapariencias, slo pueden ser arrancados por acontecimien-tos externos. Este ejemplo de trabajo muestra de unamanera palpable que las categoras ms abstractas, aun-que vlidas para todas las pocas debido a su abstrac-cin, son tambin por abstractas que sean productode condiciones histricas, y no son plenamente vlidassino dentro de los lmites de stos.

    La sociedad burguesa constituye la organizacin his-trica de la produccin ms desarrollada y ms diversi-ficada. T^as categoras que expresan las relaciones deesta sociedad y aseguran la comprensin de sus estruc-turas, nos permiten al mismo tiempo entender la es-

    tructura y las relaciones de produccin de todas las so-ciedades pasadas, sobre cuyas ruinas se halla edificadala sociedad burguesa, la cual conserva ciertos vestigiosde las primeras, mientras que algunas virtualidades, aldesarrollarse, han tomado en ella todo su sentido. Laanatoma del hombre da la clave de la anatoma del mono.Las virtualidades que anuncian una forma superior enlas especies animales inferiores no pueden comprender-se sino cuando la forma superior misma es finalmenteconocida.

    As es como la economa burguesa nos da la clavede la economa antigua, etc. Pero de ningn modo a lamanera de los economistas que borran todas las diferen-cias histricas y ven la forma burguesa en todas las for-mas sociales. Se puede comprender el tributo, el diezmo,etc., cuando se conoce la renta del suelo; pero no esnecesario identificarlo. Por lo dems, como la sociedad burguesa representa una forma antagnica de la evolu-cin, ciertas relaciones pertenecientes a sociedades an-teriores no se encuentran en ella sino enteramente debilita-das o incluso disfrazadas; este es el caso de la propiedadcomunal.

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    Por consiguiente, si bien las categoras de la economa burguesa son vlidas para todas las otras formassociales, ello no es cierto sinoen un sentido totalmente determinante (lat). Pueden contenerlas en una formadesarrollada, debilitada, caricaturizada, etc., pero la diferencia sigue siendo esencial. Si se invoca la evolucihistrica es generalmente para afirmar que la ltimaforma de sociedad no es ms que el resultado de lassociedades pasadas que constituyen etapas que conducea ella. Por tanto siempre se conciben de manera parciaLa sociedad no es capaz de hacer su propia crtica, excepto en condiciones muy determinadas (pasemos poalto los perodos histricos que se consideran decadentesLa religin cristiana no pudo contribuir a la comprensin de las mitologas anteriores sino despus de habelogrado, en ciertos aspectos, digamosvirtualmente (gr.),su propia crtica. Del mismo modo, la economa burguesa no lleg a comprender las sociedades feudal antiguaoriental, sino el da en que la sociedad burguesa comenzsu propia crtica. Cuando la economa burguesa no s

    identifica pura y simplemente con el pasado fabricanduna mitologa, su crtica de las sociedades anteriore especialmente del feudalismo, contra el cual la burguesa tuvo que luchar directamente se asemeja a lcrtica del paganismo por el cristianismo, o incluso la crtica del catolicismo por el protestantismo.

    En lo que concierne a las ciencias histricas y sociales, hay que tener presente que el sujeto en este caso la sociedad burguesa moderna est dado a la vez ela realidad y en la mente. Las categoras expresan potanto formas y modos de la existencia, y con frecuencisimples aspectos de esta sociedad, de este sujeto: desdel punto de vista cientfico, su existencia es anterior amomento en que se comienza a hablar de ellacomo tal (esto es vlido tambin para las categoras econmicasEste es un principio que hay que tener presente, ya qunos proporciona elementos esenciales para el plan dnuestro estudio.Aparentemente, parecera natural comenzar nuestranlisis por la renta del suelo y la propiedad de la tierra, porque estn ligadas a la tierra, es decir, la fuentde toda produccin y de toda existencia, y por tanto

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    la agricultura, que constituye la primera actividad pro-ductiva de todas las sociedades ms o menos estables.Ahora bien, nada sera ms engaoso. En todas las for-maciones sociales, una produccin dada es la que asignaa todas las otras su rango y su importancia: las relacio-nes esenciales juegan un papel determinante respecto aotras relaciones. Se obtiene as una iluminacin generalque baa todos los colores y modifica su tonalidad par-ticular; dicho de otro modo: un ter especial determinael peso especfico de cada una de las formas de exis-tencia.

    Consideremos, por ejemplo, los pueblos de pastores(los pueblos de cazadores y de pescadores no han lle-gado al punto en que comienza efectivamente la evo-lucin) : ellos conocen una forma espordica de agri-cultura, la cual es determinante para la propiedad de latierra. Esta propiedad es colectiva, y sigue sindolo enla medida en que estos pueblos estn aferrados a sustradiciones: este es el caso de la propiedad comunalentre los eslavos. Los pueblos que, como en la antige-

    dad y en el feudalismo, practican sobre todo la agri-cultura sedentaria logrando as un progreso impor-tante la estructura de la industria y las formas de propiedad correspondientes dependen ms o menos delcarcter de la propiedad de la tierra: o bien la industriadepende enteramente de la agricultura, como entre losantiguos romanos, o bien imita en la ciudad la organi-zacin y las relaciones del campo, como en la edad me-dia. Cuando no se trata simplemente de capital monetario,el capital de la edad media tiene el carcter de la pro- piedad de la tierra en los oficios de artesana tradicio-nales. En la sociedad burguesa sucede lo contrario: laagricultura deviene cada vez ms una simple rama dela industria, y es dominada enteramente por el capital.Lo mismo ocurre con la renta del suelo.

    En todas las formas de sociedad en que domina la propiedad de la tierra, la relacin con la naturaleza es

    preponderante. Bajo el imperio del capital, la preponde-rancia pasa al elemento social creado en el curso de lahistoria. No se puede comprender la renta del suelo sinel capital, pero se comprende este ltimo sin la rentadel suelo. l capital es la fuerza econmica que domina

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    todas las relaciones burguesas. Es a la vez el punto ini-cial y el punto final: es preciso por tanto explicarlo an-tes que analizar la propiedad de la tierra. Una vez queambos hayan sido examinados, se estudiarn sus relaciones recprocas.Se cometera un error si se estableciera la sucesinde las categoras econmicas segn el orden de su in-fluencia histrica. Su orden, por el contrario, es deter-minado por sus relaciones en el seno de la sociedad burguesa moderna. Se obtiene entonces exactamente loinverso de su orden natural o del orden de su desarrollohistrico. Aqu pasamos por alto las relaciones que ligan

    histricamente entre ellas las condiciones econmicas dlas diferentes formas sucesivas de la sociedad, as comosu orden de sucesinideal (Proudhon), lo cual consti-tuye una concepcin nebulosa de la historia. Lo que nosinteresa aqu son su orden y sus relaciones en la sociedad burguesa moderna.

    En el seno del mundo antiguo, los pueblos mercanti-les fenicios y cartagineses aparecieron en toda su

    pureza (su abstraccin) por la sencilla razn del predominio de los pueblos agrcolas. El capital monetario ycomercial tiene una forma tanto ms pura y abstractacuanto que el capital no es todava el elemento dominantde las sociedades. Los lombardos y los judos ocupan unlugar parecido respecto a las sociedades medievales que practican la agricultura.

    Otro ejemplo ilustra la evolucin de las categoras

    en funcin de las diferentes fases de la sociedad: unade las ltimas formas de la sociedad burguesa lassociedades por acciones surge al comienzo de la era burguesa en el seno de las grandes compaas mercantiles que disfrutan de privilegios y de monopolios.

    Cierta nocin de la riqueza nacional se abre paso en-tre los economistas del siglo xvn y subsiste entre aquellos del siglo xvm: la riqueza es creada slo para el Estado, cuyo podero es funcin de esta riqueza. La mismaidea, inconscientemente hipcrita en la poca moderna, ela de que la produccin de riqueza constituye la finalidadde los estados modernos, considerados como simples medios de producir riqueza.

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    En consecuencia, estableceremos nuestro plan de lamanera siguiente:

    1) Las nociones abstractas y generales ms o menosvlidas para todos los tipos de sociedad, teniendo en

    cuenta las observaciones que hemos hecho al respecto.2) Las categoras que constituyen la estructura in-terna de la sociedad burguesa y sobre las cuales des-cansan las clases fundamentales. El capital, el trabajoasalariado, la propiedad de la tierra, sus relaciones re-cprocas. La ciudad y el campo. Las tres grandes clasesde la sociedad. El cambio entre ellas. La circulacin. Elcrdito (privado).

    3) La concentracin de las relaciones de la sociedad burguesa en el estado (considerado igualmente en smismo). Las clases improductivas. Los impuestos. Ladeuda pblica. El crdito pblico. La poblacin. Las co-lonias. La emigracin.

    4) Las relaciones internacionales de la produccin.La divisin internacional del trabajo. Los cambios entrelas diferentes naciones. La exportacin y la importacin.El curso del cambio.

    5) El mercado mundial y las crisis.

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    4 ) Medios de produccin y relaciones de produccin

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    Nota bene: No olvidar de tratar tambin los puntos si-guientes :

    1) La guerra. Se practica antes que la paz; ciertasrelaciones econmicas, tales como el trabajo asalariado,el maqumismo, etc., son desarrolladas en el ejrcito an-tes de desarrollarse en el seno de la sociedad burguesa.Adems, el ejrcito ilustra mejor la relacin entre lasfuerzas productivas y los modos de cambio y de distri- bucin.

    2) Relacin entre la historia real y la concepcin idealista de la historia que conocemos hasta ahora, y particularmente lo que se llama historias de las civiliza-ciones, que son las historias de la religin y de los Es-tados. A este respecto, se podr hablar de los diferentesmodos de escribir la historia hasta nuestros das: la lla-mada historiografa objetiva; historiografa subjetiva(moral, filosfica, etc.).3) Fenmenos secundarios y terciarios: relaciones de

    produccin110 originales, derivadas o trasferidas. Lasrelaciones internacionales pertenecen a este campo.

    4) Objeciones contra el materialismo de nuestra con-cepcin. Relacin con el materialismo naturalista.

    5) Dialctica de los conceptos de fuerza productiva (medios de produccin) y de relaciones de produccin, dialctica cuyos lmites habr que precisar, y que no debesuprimir las diferencias existentes en la realidad.

    6 ) La relacin desigual entre el desarrollo de la pro-duccin material y la del arte, por ejemplo. Hay que

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    evitar concebir el progreso bajo la forma abstracta co-rriente. El arte moderno, etc. Esta disparidad es msfcil de comprender que aquella que se produce en elseno de las relaciones sociales prcticas, por ejemplo, dela educacin. Relacin entre Estados Unidos y Europa.La verdadera dificultad estriba en determinar cmo lascondiciones de produccin se desarrollan de manera des-igual con respecto al sistema jurdico. As, por ejemplo,la relacin entre el derecho privado romano (en ungrado menor, el derecho penal y el derecho pblico) yla produccin moderna.

    7) Esta concepcin nace de un desarrollo necesario.

    Es preciso justificar el azar. De qu manera? (Y, entreotras cosas, la libertad). Influencia de los medios decomunicacin. La historia universal no existi siempre:es el resultado de toda la historia anterior.

    8) Los factores naturales representan evidentemente el punto de partida, subjetiva y objetivamente. Tribus,razas, etc.

    Arte griego y sociedad moderna

    En primer lugar, a propsito del arte, es sabido queciertas pocas de florecimiento artstico no correspondenen absoluto a la evolucin general de la sociedad ni, por consiguiente, al desarrollo de la base material querepresenta de cierto modo su armazn. Por ejemplo, sise compara a los griegos, o incluso a Shakespeare, conlos modernos. Para ciertas formas del arte tales comola epopeya se reconoce incluso que no pueden ser re- producidos en la forma clsica en que hicieron poca,o sea en el momento en que surgi la produccin ar-tstica como tal. Se admite por tanto que, en el terrenodel arte, ciertas obras importantes no son posibles sinoen una etapa ms desarrollada del arte. Si los diferentesgneros literarios se desarrollan en el seno del mundoartstico, no es sorprendente encontrar las mismas des-

    igualdades entre la evolucin del arte en general v la dela sociedad. La dificultad estriba en dar una formula-cin general a estas contradicciones, pero desde el mo-mento en que las especifica, son explicadas.

    Consideremos, por ejemplo, las relaciones entre el ar-

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    te griego, Shakespeare, y la poca contempornea. Sesabe que la mitologa griega ha sido no slo el arsenal,sino tambin la tierra nutricia del arte griego. La con-cepcin de la naturaleza y las relaciones sociales quealimenta la imaginacin, y por tanto la [mitologa] grie-ga, es posible en la poca de lasmquinas hiladoras automticas, las locomotoras y el telgrafo elctrico?Qu representa Vulcano junto a Roberts & Co., J- piter junto al pararrayos, y Hermes junto al CreditMobilier? Es en la imaginacin y por la imaginacinque la mitologa supera, domina y modela las fuerzasde la naturaleza: desaparece por tanto cuando, en la rea-lidad, estas fuerzas son dominadas. Qu devieneFa-ma junto a Printing H om e Square ?

    El arte griego supone la mitologa griega, es decir,la naturaleza y las formas de la sociedad elaboradas

    por la imaginacin popular de una manera todava incons-ciente aunque artstica. Tales son sus materiales. No des-cansa pues sobre cualquier mitologa, sobre cualquierelaboracin artstica inconsciente todava de lanaturale- za (entendemos por ello todo lo que es objetivo, y portanto tambin la sociedad). Se trata deuna mitologaque proporciona el terreno favorable al florecimiento delarte griego que no hubiera podido nacer partiendo dela mitologa egipcia, ni partiendo de una sociedad queha llegado a un nivel de desarrollo en el que ya no exis-ten relaciones mitolgicas con la naturaleza, relacionesque se expresan mediante mitos, y en las cuales el ar-tista debe por tanto dar pruebas de una imaginacinindependiente de la mitologa.Por otra parte, es posible Aquiles en la era de la

    plvora y el plomo? O La Ilada con la imprenta, o me- jor dicho la mquina de imprimir? El canto, la leyenday las musas, no se detienen necesariamente ante la pa-lanca del impresor, como se desvanecen las condicionesfavorables a la poesa pica?

    Lo difcil no es comprender que el arte griego y la

    epopeya estn ligados a ciertas formas de desarrollosocial, sino que nos aseguran tambin un placer estticoy, en muchos respectos, representan para nosotros unanorma, incluso un modelo inaccesible.

    Un hombre no puede volver a ser nio sin entrar en

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    la infancia. Pero, es acaso insensible a la ingenuidaddel nio, y no debe esforzarse, a un nivel ms elevadoen reproducir su sinceridad? En la naturaleza del nio,no debe cada poca revivir su propio carcter en suverdad natural? Por qu la infancia histrica de lahumanidad, en el momento de su pleno florecimiento,no habra de ejercer el encanto eterno del instante que novolver jams? Hay nios mal educados y nios quehan crecido demasiado pronto: ese es el caso de nume-rosos pueblos de la antigedad. Los griegos eran niosnormales. El encanto que nos inspiran sus obras nosufre del dbil desarrollo de la sociedad que las hizoflorecer: ellas son ms bien el resultado inseparable delas condiciones de inmadurez social en que este arte naci, en que slo poda nacer, y que no volver nunca ms

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    El dinero

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    Valor de cambio y produccin privada

    La reduccin a valores de cambio de todos los pro-ductos y de todas las actividades presupone a la vez ladisolucin de todas las relaciones de dependencia (his-tricas) que ligan a los individuos a la produccin, yuna interdependencia universal de los productores. La produccin de cada individuo depende de la de todos losdems, de la misma manera que la transformacin desu producto en alimento para s mismo depende del con-sumo de todos los dems. Desde luego los precios sontan antiguos como el cambio; pero actualmente los pre-cios se determinan cada vez ms por los costos de pro-duccin, y el cambio los ha llevado a todas las relacio-nes de produccin. Slo en la sociedad burguesa, en lacual reina la libre competencia, es donde se desarrollanverdaderamente en una amplitud siempre creciente. Loque Adam Smith, enteramente a la manera del siglo xvm,sita en el perodo prehistrico en realidad es productode su siglo.

    Esta dependencia recproca se manifiesta actualmenteen la necesidad perpetua del cambio, siendo el valor elintermediario universal. He aqu cmo los economistas

    ven las cosas: cada individuo slo persigue su inters privado y nada ms; pero, por la misma razn, sirve elinters privado de todos; es decir, sin saberlo ni propo

    * Prob ablemente redactado a fines de 1857. ( f. del E.)

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    nrselo, sirve el inters general. La irona est en queal perseguir su inters privado, el individuo alcanza latotalidad de los intereses privados, o sea el inters ge-neral. Sin embargo, se podra deducir de esta frmulaabstracta que cada cual entorpece la puesta en valor delinters de otro: en lugar de una afirmacin general, se podra deducir de la misma una negacin general, o seala guerra de todos contra todos (lat.). Pero el colmo esque el inters privado es determinado por la sociedad,y no puede ser alcanzado sino en condiciones dadas por lasociedad y gracias a los medios proporcionados porella; lo que es ms, est ligado a la reproduccin de es-tas condiciones y de estos medios. Se trata desde luegodel inters de personas privadas, pero su contenido ascomo la forma y los medios de su realizacin no son da-dos sino por las condiciones sociales, independientes delos individuos.

    .. .La dependencia mutua y universal de los individuosmientras permanecen indiferentes los unos a los otros:tal es actualmente la caracterstica de sus lazos sociales.Estos vnculos sociales se expresan en elvalor de cam-bio, ya que solamente gracias al mismo es que la activi-dad, o el producto, de cada individuo deviene para l unaactividad y un producto; el individuo tiene que creareste producto general que es el valor de cambio, o, bajosu forma autnoma e individualizada, eldinero. Por otra parte, el poder que ejerce un individuo sobre la actividadde otro o sobre la riqueza social, se debe al hecho de quees propietario devalores de cambio, de dinero. Tiene as

    en su bolsillo todo su poder sobre la sociedad as comosus relaciones con ella. Cualesquiera que sean las formasy el contenido particular de la actividad y del producto,tenemos que lidiar con elvalor, o sea con algo generalque es negacin y supresin de toda individualidad yde toda originalidad. Por lo dems, estas condiciones di-fieren totalmente de aquellas en que el individuo, naturalo histrico, se desarrolla en la familia y en la tribu (mstarde en la comunidad) y se reproduce directamente enla naturaleza, o posee una actividad productiva y una parte en la produccin ligadas a una forma determinadade trabajo y de producto, siendo su relacin con los de-ms hombres paralelamente determinada.

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    inters y que su producto no es creado para s mismo,debe existir acceso al cambio, no slo para participar enla capacidad general de produccin, sino para transfor-mar su propio producto en medios de subsistencia paral. (Cf. misObservaciones sobre la economa, p. V). Elcambio en que media el valor y el dinero implica una de pendencia universal entre los productores, as como elcompleto aislamiento de sus intereses privados y unadivisin extensa del trabajo social cuya unidad y complementariedad existen desde ese momento como un hechonatural y exterior, i