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Jacques Dionne1
Alba Zambrano Constanzo2
Resumen
En el artculo se efecta un anlisis acerca de las condiciones quedeben reunir los programas de rehabilitacin destinados a jvenes
infractores de ley. A partir del anlisis de experiencias exitosas enCanad as como de las condiciones en que hoy se busca aportar a larehabilitacin en Chile, se analizan las caractersticas fundamentalesque deben reunir intervenciones tanto en el medio cerrado como enlos espacios comunitarios para favorecer procesos de readaptacin enadolescentes.
Se destaca que las intervenciones deben ser diferenciadas para aten-der a las particularidades de los adolescentes y a las tipologas detrayectorias delictivas en las que ellos se ven involucrados, al mismotiempo que integrales o multimodales para atender a la complejidad
de los procesos de inadaptacin en los que algunos de estos ado-lescentes se encuentran. Se sostiene que el enfoque psicoeducativo,provee de un marco de referencia y de una metodologa apropiadospara el trabajo con infractores de ley, especialmente si se combina conaportes provenientes de enfoques complementarios que muestran suefectividad en este campo de intervencin.
1 Psiclogo, Magster en Psicoeducacin y Doctorado en Psicologa de la Edu-cacin. Acadmico del Departamento de Psicologa y Psicoeducacin de laUniversidad de Qubec en Outaoues, Qubec Canad. Especialista en Reha-bilitacin de adolescentes infractores de ley.
2 Psicloga, Magster en Ciencias Sociales Aplicadas, Matrisse en Ciencias
de la Educacin mencin Desarrollo social y Doctora en Psicologa Social.Acadmico del Departamento de psicologa, Universidad de la Frontera.Especialista en Psicologa Comunitaria e Intervencin con nios y ado-escentes en dicultades psicosociales.
INTERVENCIN CON ADOLESCENTES
INFRACTORES DE LEY
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Palabras claves
Adolescentes infractores de ley, readaptacin, enfoque psicoeducati-vo, intervencin integral diferenciada.
Abstract
The article analyzes the conditions that must be present in the rehabi-litation programs destined to young law offenders. From the analysisof successful experiences in Canada as well as of the conditions looked
for today in the rehabilitation programs in Chile, the analysis conti-nues with the main aspects that must be part of the community basedprograms and the custodial institutions. The goal is to obtain favorableprocesses of readjustment in adolescents.
It is pointed out that the interventions must be differentiated to take
care of the individuality of the adolescents and their specic criminal
trajectories. At the same time the processes of intervention must becomprehensive or multimodal to take care of the complexity of the
lifestyles and circumstances in which some of these adolescents areinvolved.
The article states that the psico educative approach, provides with anappropriate frame of reference and methodology for the work with
young offenders, especially if it is combined with complementary
approaches that show their effectiveness in this eld of intervention.
Key words
Young law offenders, readjustment, psico educative approach, diffe-rentiated comprehensive intervention.
La readaptacin de los adolescentes infractores de ley en Chile es po-sible? Y si lo fuese, bajo qu condiciones es posible? En este artculo
buscamos abordar estas cuestiones.
Para responder a ambas preguntas comenzaremos por denir la de-
lincuencia juvenil y analizar el contexto de la delincuencia en Chile,para luego examinar el conjunto de factores de riesgo que estn a labase del desarrollo de una trayectoria delictual. Ms adelante descri-biremos ciertas estrategias de readaptacin potencialmente ecaces
en el plano de la delincuencia. Entre ellas, se explicar en qu sentidola psicoeducacin puede tener un lugar importante en la intervencincon jvenes infractores en intervenciones multimodales y diferencia-les. Para nalizar, examinaremos las perspectivas de intervencin con
los jvenes infractores en Chile y los desafos que se derivan en elactual contexto para avanzar hacia una intervencin eciente y hu-
manizadora.
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Delincuencia juvenil: Aspectos conceptuales
Algunos autores como LeBlanc (2003) han propuesto adoptar una de-
nicin factual de la delincuencia: de este modo, la delincuencia juve-
nil se da cuando un nio o un adolescente comete infracciones contralas leyes criminales de un pas. Esta denicin est conrmada en la
utilizacin en Chile del trmino infractores de ley. El adolescente de-lincuente es aquel que ha cometido una o ms infracciones contra lasleyes criminales. Entre las infracciones ms corrientes se encuentranlos delitos contra la propiedad, tales como diferentes tipos de robos;
delitos contra la persona, tales como las agresiones, los homicidios ointentos de homicidio, los robos a mano armada, los delitos sexuales,
los delitos relacionados con drogas ilegales, el fraude y el vandalis-mo.
Muchos investigadores coinciden en sealar que durante la adolescen-cia las personas estn ms susceptibles a cometer actos delictuales(Zambrano & Prez-Luco, 2004; Alarcn, Vinet & Salvo, 2005; Dio-
nne & Zambrano, 2008). Segn Le Blanc (2003), investigador que
ha utilizado medidas de delincuencia autorevelada en Canad, msdel 95% de los adolescentes hombres han confesado haber cometido
un acto delictual en el curso de los 12 meses precedentes, antes depasarles el cuestionario. Otras investigaciones, en otros pases han
obtenido resultados similares. En todo caso, es importante precisarque esta actividad delictual es transitoria y se limita para la mayorade sujetos interrogados, al perodo de la adolescencia. En efecto, slouna pequea proporcin de adolescentes tienen una actividad delic-tual importante que contina cuando se hacen adultos, lo cual hacedecir a LeBlanc (2003) que la delincuencia es un epifenmeno de la
adolescencia.
El contexto de la delincuencia en Chile
Es diferente la delincuencia de los adolescentes si se la compara conla delincuencia de jvenes de otras partes del mundo? Existe an poca
informacin a este respeto, aunque podemos apreciar de un modogeneral que la delincuencia en Chile mantiene las tendencias repor-tadas en otros pases del mundo que indican que las mayores cifrasde incidencia y prevalencia de conducta delictiva se alcanzan en laadolescencia y adultez temprana.
Distintos estudios realizados en el pas se han focalizado fundamental-mente en poblacin adolescente en condiciones de pobreza. Algunasde estas fuentes coinciden en sealar que para esta poblacin la con-
ducta infractora se presenta tempranamente, sealndose como edadpara la primera presentacin ante la justicia los quince a diecisieteaos (Riquelme, 2004). Tambin se indica que los nios que delinquen
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SENAME alrededor de los 12 aos y forman parte habitualmente degrupos organizados (pandillas), con un historial donde se aprecia cla-ramente la escalada delictiva (Alarcn, Prez-Luco & Lucero, 1992,
Zambrano & Prez-Luco, 2004).
Alarcn, Vinet y Salvo (2005), a partir de una investigacin efectuada
en la zona sur de Chile, nos ponen en alerta acerca de la heterogenei-dad de adolescentes que se implican en conductas delictivas. De estosresultados, se deriva que entre los jvenes infractores de ley existea pesar de su aparente homogeneidad- una heterogeneidad de im-
portancia que debe ser profundizada en investigaciones para orientar
intervenciones capaces de atender a esas diferencias.
Los factores de riesgo que inuyen en el contexto de in-
adaptacin y de delincuencia
En la literatura se han identicado trayectorias delictuales. Estas
trayectorias se preparan desde la tierna infancia, se acentan durantela infancia; mientras que en la adolescencia, ellas se modican y se
direccionan hacia una integracin social armoniosa, o ellas se inten-sican, para cristalizarse en una delincuencia crnica y en un estilo
de vida marginal y criminal (Dishion, Nelson, Miwa, 2005; LeBlanc,2003). A la base de estas trayectorias, se encuentran factores de
riesgo que han sido clasicados como factores del entorno, familiares
e individuales. Entre los factores del medio, se encuentra la pobreza,pero la relacin existente entre la pobreza y la delincuencia no es unarelacin de causalidad simple y directa. Ello, puesto que la pobreza nocausa inevitablemente la delincuencia (Zambrano, Ballestero, Galindo
& Suazo, 2001), muchas personas que han vivido en condiciones de
gran pobreza, no han llegado a ser delincuentes. De este modo, sepuede decir que ciertas personas que han vivido en la pobreza llegana ser delincuentes, pero es falso creer que todas las personas que
provienen de medios pobres van a ser delincuentes. De cierta forma,se podra simplemente decir que los jvenes de medios desfavoreci-dos se hacen arrestar ms, que los jvenes de medios ms holgados,o que los dispositivos de control social operan con mayor fuerza conesta poblacin.
Adems, hay factores individuales y familiares que tienen una impor-tancia determinante. Entre stas, se pueden encontrar algunos o va-rios de los siguientes factores: el temperamento difcil del nio, el d-cit de atencin y la hiperactividad, la pobreza de relaciones de apego
con los padres, la presencia a muy baja edad de conductas agresivascrnicas en el nio, la supervisin parental dbil, la disciplina incon-sistente aplicada por los padres. Otro factor agravante, es la presenciaen uno de los dos padres o en los dos, de problemas importantes desalud mental y/o de abuso de alcohol o drogas.
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Mientras ms frecuente sea la presencia de varios factores, ms ele-
vados sern los riesgos de desarrollo de trayectorias delictiva. En cier-tos casos, estos factores tendrn como efecto en un mismo individuo,una combinacin de estos tres tipos de dicultades de adaptacin: de-
lincuencia, sobreconsumo de drogas y alcohol, as como problemas desalud mental. Esos factores de riesgo van a consolidar la trayectoriadelictual en el adolescente, an ms intensamente si se completa conun proceso de construccin de identidad personal, marginal y delictual(Zambrano, 1998; Rivas, Smith & Zambrano, 1999; Zambrano, Ba-
llesteros, Galindo & Suazo, 2001). Tambin segn lo consignado por
diferentes investigaciones, las Instituciones de proteccin o controlsocial pueden actuar en direccin de conrmar la identidad delictiva
y la identidad psicosocial negativa, especialmente si ellas fallan enaportar a una vinculacin afectiva positiva mediante guras sustitutas
socialmente adaptadas y con competencias tcnicas para favorecer enlos adolescentes la satisfaccin de necesidades del desarrollo. (Zam-brano, Ballesteros, Galindo & Suazo, 2001; Prez-Luco, Lagos, Rozas
y Santibez, 2005).
La capacidad de construir una frontera entre el s mismo y los eventosestresantes (como la violencia o abandono) de manera de mantenercierta indemnidad del yo, y la presencia de guras sustitutas signica-
tivas, destacan como factores protectores en los nios y jvenes que
se desarrollan en contextos de mltiples carencias. As la interaccinentre la presencia de guras sustitutas, la oportunidad de su presen-
cia, el estilo de afrontamiento del nio-joven (aprovecha o no el apoyo
externo), la intensidad de las demandas externas, son factores crucia-les en la construccin de la identidad de los jvenes sin compromisodelictivo que viven en condiciones de pobreza (Zambrano, Ballesteros,Galindo & Suazo, 2001).
En el nivel institucional, las investigaciones ponen de maniesto la ne-
cesidad de adecuar la intervencin a las caractersticas de la poblacinatendida, estableciendo intervenciones diferenciadas y especializadas,
que incorporen como uno de sus ejes la calidad del vnculo de aten -cin. Es fundamental evitar reforzar identidades jas y generadoras
de dao, atendiendo a la diversidad de necesidades, potenciales y di-
cultades que presentan los diferentes jvenes. Para ello es imprescin-dible generar contextos educativos especcos capaces de responder
a esas particularidades.
Es posible intervenir para inuenciar y modicar estos ti-pos de trayectorias hacia la delincuencia?
De acuerdo a un conjunto de investigaciones y experiencias, es po-sible intervenir de manera ecaz para prevenir la delincuencia, e in-
cluso conducir intervenciones de rehabilitacin para modicar esas
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trayectorias con jvenes que presentan una delincuencia explosiva o
persistente (Coumoyer, Dionne, 2007).
Los programas de rehabilitacin ecaces para lograr el objetivo de
inuir y modicar trayectorias delictivas, son programas con mltiples
componentes y con una perspectiva diferencial, que se han desarro-llado a partir de datos probados, en los planos cientco y profesional.
Algunos de estos programas han sido utilizados en la comunidad yotros en instituciones. Tomemos como ejemplo dos programas aplica-dos en el contexto de Qubec.
La readaptacin en la comunidad
El seguimiento dentro la comunidad es posible, un ejemplo es elprograma utilizado en el Centro de juventud de Montreal Institut
Universitaire (CJM IU), para hacer un seguimiento intensivo en la
comunidad de jvenes infractores que presentan altos riesgos de rein-sidencia delictual (Coumoyer, Dionne, 2007). Este programa, llamado
Probation intensive, que podra ser traducido en el contexto chilenocomo Libertad asistida especial, tena una perspectiva de interven-cin diferencial y una constitucin multimodal. De este modo, paraincluir a un joven en este programa, se proceda a una evaluacin
muy potente, con el n de conocer su perl de delincuencia bajo ca-ractersticas diferentes. Uno de los instrumentos utilizados para estaevaluacin era el Inventario de riesgos de reincidencia y de necesi-dades asociadas a factores crimingenos (Hoge & Andrews, 2005).
Estos adolescentes deban presentar una implicacin grave en la de-lincuencia con riesgos elevados de cometer nuevos delitos despus dela intervencin.
Adems de la perspectiva diferencial, el programa CJM IU com-
prenda mltiples componentes. Haba un conjunto de acciones decontrol y de encuadre con el sujeto, su familia y la comunidad, que
representaba ms de una centena de horas de intervenciones duran-te las primeras semanas de seguimiento del joven. Los resultadosde esta investigacin muestran que ms del 70% de los jvenes
en seguimiento de esta forma, no tuvieron reincidencia ocial un
ao despus de su participacin en el programa (Laporte & Dion-ne, 2006). Esta experiencia tambin ha mostrado que es posible
tener programas de readaptacin aptos para realizar un seguimientode manera ecaz en adolescentes infractores en la comunidad. En-
tonces, puede la readaptacin en instituciones aportar resultadospositivos? Veamos la evidencia que existe al respecto en algunas
experiencias canadienses.
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La readaptacin en institucin
Un ejemplo de programa en institucin que tiene una perspectiva di-ferencial, as como una composicin multimodal, es un programa quetiene como base la intervencin psicoeducativa (Gendreau, 2001). Se
trata del programa Intervenir de otra forma (LeBlanc, Dionne, Gr-
goire, Proulx & Trudeau LeBlanc, 1998) que se ha experimentado
en Qubec desde hace muchos aos, en contexto de internados de
readaptacin con adolescentes en dicultades y delincuentes. Este en-
sayo ha sido concebido en la perspectiva de hacer an ms ecaz la
aproximacin psicoeducativa.
De hecho, se haba demostrado (LeBlanc, 1983) que con el modelopsicoeducativo cerca del 65% de los jvenes que haban participado
en el programa durante a lo menos 1 ao, no haban cometido rein-cidencia despus de 2 aos de su estada en Boscoville (institucinsemi cerrada para adolescentes). En todo caso, la investigacin ha-ba mostrado que el programa de Boscoville no presentaba la mismatasa de xito con todos los tipos de jvenes delincuentes. A partir deeso, se desarroll la perspectiva diferencial, que est a la base de laexperiencia Intervenir de otra forma; es decir, el emparejamiento
entre el tipo de jvenes delincuentes y el tipo de modelo de interven-cin. El mtodo de intervencin comn en todas las unidades experi-
mentales, es el mtodo psicoeducativo, que se complement con unmodelo de intervencin cognitiva, ya sea cognitiva conductual o cog-nitiva constructivista. Actualmente, en este proyecto hay numerosasunidades experimentales que utilizan como modelo de intervencincomplementario la aproximacin psicoeducativa, el modelo cognitivoconductual, y algunas el modelo cognitivo constructivista.
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El modelo de intervencin cognitivo conductual se fundamenta en el
postulado de que los comportamientos marginales y delictuales soncomportamientos que se han aprendido por imitacin y se han re-forzado por la experiencia (LeBlanc et cols., 1998). Segn quienesapoyan esta aproximacin terica, los comportamientos delictualesresultan de los excesos y de los dcits de sus habilidades comporta-
mentales. Entre estas habilidades, hay habilidades sociales de base,habilidades de comunicacin, habilidades de manejo del enojo, demanejo del estrs, as como habilidades de resolucin de problemas.La intervencin consiste entonces, en hacer que se aprendan nuevoscomportamientos pro sociales que estn decientes y en reducir los
excesos comportamentales. El programa del modelo cognitivo con-
ductual comprende un mtodo de observacin de conductas por partede los educadores y los jvenes, un procedimiento de evaluacin, uncontrato conductual, un conjunto de actividades de aprendizaje, ascomo un sistema de refuerzo. El programa de intervencin comprendea lo menos una actividad del modelo cada da de la semana. El progra-ma tambin puede comprender ciertas actividades complementariasrespecto a drogadiccin, y a sexualidad, adems de otras activida-des escolares, fsicas y de entretencin. Todas estas actividades sonpreparadas y animadas utilizando los conceptos de la intervencinpsicoeducativa.
El modelo cognitivo constructivista se deriva de las teoras de Kolh-berg, respecto al juicio moral (Power, Higgins, Kolhberg, 1989) y deSelman (Selman & Schutz, 1990) en el plano de la competencia so-
cial (Dionne, St-Martin, 2005; LeBlanc et al., 1998). La intervencin
se basa en el postulado de que el sentido de la ayuda mutua y de lajusticia, no pueden aprenderse por sermones, sino ms bien viviendoen un medio que est en bsqueda de la justicia y la democracia. Loscomportamientos delictuales se explican en gran parte, por retrasosen el plano de la adquisicin de las competencias sociales de esos
jvenes. Los educadores evalan el nivel de competencia sociomoraldel joven, as como los principales comportamientos de riesgo que
ha tenido, antes y despus de su entrada a la unidad de internacin.Esta evaluacin complementa el anlisis psicoeducativo del joven. Elmodelo de intervencin cognitivo constructivista es una intervencinintensiva, llamada comunidad de ayuda mutua y de justicia. Esosignica que los jvenes y educadores de la unidad de readaptacin
tratan de construir en conjunto un ambiente democrtico; es decir,
una comunidad humana donde todos jvenes y adultos se con-
sideran iguales como personas humanas. Entre los medios utilizadospara llegar a eso, se encuentra una Carta, incluyendo los reglamentosde la unidad. Esta Carta es discutida y votada (principio una perso-
na, un voto igual) por todos los miembros de la comunidad. Hay un
conjunto de actividades y de encuentros para apoyar el aprendizajey el desarrollo de la democracia en el seno de la unidad, como una
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asamblea general, donde se discuten y votan las reglas, los procedi-
mientos, la calidad de la atmsfera social de la unidad, as como todoslos proyectos importantes que conciernen a la comunidad (ver Dionney St. Martin, 2005, para una descripcin detallada de este tipo de pro-
grama). Reexionar, es el primer deber de todos los miembros de la
comunidad - jvenes y educadores.
La literatura sobre las intervenciones en internado y la experienciaIntervenir de otra forma muestra que para ser ecaces y para evi-
tar los efectos perversos de reagrupar a jvenes delincuentes en unmismo lugar (ej. Unidades de vida en un internado), es importan-te favorecer una intervencin intensiva en un clima prosocial. Y esto
puede ser posible, por la combinacin del modelo psicoeducativo com-plementado por uno de los modelos cognitivos (comportamental oconstructivista).
El caso chileno
En Chile hay muy pocos reportes acerca de experiencias en el mbitode la rehabilitacin con infractores, existiendo escasa evidencia deevaluaciones sistemticas a travs del tiempo.
En Chile durante el ao 2007 se promulga la ley 20.084 sobre respon-sabilidad penal adolescente, normativa que por primera vez contem-pla en nuestra legislacin a los adolescentes como sujetos de derecho,responsables de sus actos, con deberes y prerrogativas. Si bien lanormativa enfatiza la responsabilizacin durante el cumplimiento delas medidas y sanciones, un propsito de relevancia es la reinsercin,normalizacin educativa y capacitacin laboral, como tambin la reha-bilitacin de las adicciones de los jvenes que sean imputados de undelito, si ello es requerido (Sename, 2007a). Una vez denida la san-
cin, el nfasis que se intenta en la intervencin, es de carcter socio-educativo en la perspectiva de la reinsercin social. Ello implica una
intervencin que asegure un acompaamiento global al adolescenteen su calidad de sujeto en desarrollo, enfatizando explcitamente unalgica de relacin educativa adecuada a las necesidades y recursos deladolescente as como tambin a las caractersticas y condiciones delcontexto en el que l se desarrolla (Sename, 2007a).
Si examinamos nuestra oferta programtica en Chile nos podemospercatar que la condicin de intervencin diferencial ha sido prc-ticamente omitida, efectundose intervenciones estndares para lapoblacin adolescente infractora de ley.
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La readaptacin en medio cerrado
En lo que ha transcurrido desde la entrada en vigencia de la nueva leyy de la aplicacin de estas medidas, -a pesar de las diferencias que
se pueden apreciar en los equipos y condiciones de los centros a lolargo de Chile-, presentan algunas constantes que nos hacen concluir
que hay dicultades en distintos planos que deben ser resueltas, para
poder avanzar de lleno en el plano tcnico de la intervencin.
En relacin al medio cerrado, se puede apreciar que est operandobajo la lgica, de un modelo de control que genera condiciones querefuerzan la prisionizacin (informe Programa de mejoramiento conti-
nuo de competencias laborales UFRO, UAH, UAHC, 2007). Se apreciaun esfuerzo sostenido en garantizar la seguridad esttica (presenciade gendarmera, centrado en el control), pero poco respecto de laseguridad dinmica, la que se relaciona con un modelo relacional yprosocial, ello es: normas claras, capacidad para contener, preocupa-cin por la equidad con el consiguiente esfuerzo para evitar luchas yabuso de poder, nfasis en los valores de la convivencia, todo lo cualexige la presencia de equipos competentes adems de condicionesde arquitectura apropiadas a una labor educativa. En el informe ela-borado por los ejecutores del Programa de mejoramiento continuo decompetencias laborales (UFRO, UAH, UAHC, 2007), se seala como
diagnstico general, algunas deciencias importantes presentes en loscentros cerrados, tales como: falencias estructurales, carencias derecursos y dicultades en adoptar decisiones tcnicamente fundadas.
Un insuciente nivel de competencias especializadas de los equipos
tcnicos -en la mayor parte de los centros- ha conllevado a que se
utilicen una similar forma de intervencin sin mayor diferenciacinen funcin de las caractersticas de los adolescentes. As tambin semenciona que slo algunos equipos han logrado sostener un trabajocoordinado e integrado intentando poner en marcha una tarea de ma-yor integralidad.
Por su parte, el modelo socioeducativo no ha sido operacionalizado yello se aprecia, en tanto los diversos equipos realizan interpretacionesdistintas de cmo deben hacerse algunas cosas (especialmente el di-seo de los Planes de Intervencin Individualizados).
En el sistema semicerrado, se comparten algunos de estos elementos,aunque los avances son ms favorables en algunos centros, apre-cindose en algunos equipos importantes logros particularmente enel plano del trabajo en redes. Desafos consignados por los equiposcorresponden a territorializar la intervencin, ya que hay centros queatienden jvenes que provienen de ciudades distantes al lugar dondeopera el programa, avanzar en la integracin del componente tnicoy de gnero, as como tambin operacionalizar el modelo socioeduca-
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tivo de un modo mucho ms preciso (informe Programa de mejora-
miento continuo de competencias laborales UFRO, UAH, UAHC, 2007).Aunque volvemos a destacar que en los distintos centros se apreciandiferencias, es claro que los propsitos de rehabilitacin y de integra-cin social de los jvenes se ve dicultado mxime si al diagnstico
referido le agregamos que pocos equipos han logrado avanzar en untrabajo coordinado con otros actores relevantes para la intervencincon estos jvenes.
Intervencin en el medio libre
Aqu nos referiremos particularmente al Programa de Libertad Asis-tida. Se trata de un programa cuyos lineamientos, lo mismo que elnanciamiento y supervisin es de responsabilidad del Servicio Na-
cional de Menores, siendo ejecutado por organismos colaboradoresde este servicio. Adems de pretender el ejercicio de la coaccin yel control sobre los adolescentes, se orienta a generar condicionespara favorecer la responsabilizacin e insercin social. Chesta y Riffo(2008), a partir de la experiencia de un programa de libertad asistida
en la regin de la Araucana indican en primer lugar que no existe unadiferenciacin de las problemticas a la base de las conductas, faltan-do un estudio exhaustivo del tipo de joven a quien se sancionar. De
tal modo, segn estos autores, predomina un sistema matemticode sanciones, orientado ms a lo punitivo que a la reinsercin. En esamisma lnea, ellos reeren que la aplicacin de medidas, en ocasio-
nes resulta inadecuada, puesto que no se decide sobre la base de lascaractersticas y requerimientos especcos del tipo de joven infractor
para avanzar en un proceso de readaptacin, mermando de esta for-ma la efectividad de la respuesta de los programas. De este modo,existe el riesgo de generar una oferta de programas inadecuada al noconocer de forma detallada las caractersticas de la poblacin.
La falta de profesionales especializados en los distintos niveles en
los que opera esta medida (interventores, jueces, abogados, scales,etc.), no favorece la presencia de criterios uniformes basados en laevidencia cientca, como tampoco la toma de decisiones acertadas a
los requerimientos del desarrollo y rehabilitacin de los jvenes se-gn sus perles especcos. Asimismo, los tiempos de evaluacin e
intervencin resultan inadecuados en la medida que no permiten unaevaluacin integral y en profundidad de los adolescentes, como tam-poco se cuenta con instrumentos que iluminen los perles y focos de
atencin a trabajar en la fase de intervencin. La cantidad de jvenesasignados a cada delegado o delegada, as como la dispersin geogr-ca en la atencin de cada caso, no permiten un trabajo con la inten-
sidad requerida para cumplir los objetivos para cada joven.
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Con todo, se seala la necesidad urgente de validar y construir instru-
mentos apropiados para apoyar a los interventores en la evaluacinde los infractores. Contar con instrumentos apropiados, permitira to-mar mejores decisiones, as como orientar los focos pertinentes deintervencin. A lo anterior debe agregarse un sistema de evaluaciny seguimiento de las intervenciones, a n de contar con informacin
pertinente acerca de las estrategias ms apropiadas segn especici-
dades de los jvenes y de los contextos en que se desarrollan.
Aportes de la Psicoeducacin en el campo de la interven-cin con infractores de ley
El enfoque psicoeducativo se ha desarrollado en la provincia de Qu-
bec, zona francfona de Canad, en el curso del ltimo medio siglo. Seha formulado principalmente en el Instituto Boscoville, una institucindestinada a la readaptacin de adolescentes delincuentes y con di-
cultades de adaptacin social; junto a ella, tambin han hecho aportes
otros centros e instituciones especializados en el trabajo con niosy adolescentes que sufren severos problemas de comportamiento yaprendizaje.
En Chile su desarrollo se ha dado en el marco del Programa de forta-
lecimiento de capacidades para la atencin de jvenes en dicultadesde la Araucana, desarrollado por la Universidad de La Frontera enconvenio con la Universit du Qubec de Outaouais.
Previamente a explicar el concepto del enfoque psicoeducativo, sea-laremos que este modelo tiene fundamentos tericos y empricos s-lidos, que se articulan sobre una perspectiva de intervencin diferen-ciada, colocando el acento sobre la calidad del personal que intervienedirectamente con los jvenes.
La investigacin y la experiencia clnica han demostrado que con este
enfoque, es posible incidir positivamente en el clima social vivido porlos jvenes en el momento de su participacin en el programa. Per-mite reducir los factores de riesgo y los deseos de delinquir apoyn-dose en su resiliencia y en los factores protectores de su entorno.Los resultados muestran que con este enfoque es posible disminuir lareincidencia del delincuente y mejorar el funcionamiento psicolgicoy social de los jvenes infractores. La concepcin de la intervencinpropuesta por este enfoque, se dirige a toda la persona de los jvenes
junto a componentes que favorecen su desarrollo cognitivo, afectivo,social, moral y fsico.
El enfoque psicoeducativo, es un conjunto complejo de principios,conceptos y tcnicas basados en una perspectiva losca, un marco
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de referencia terico y un mtodo de intervencin. Dos son los postu-
lados bsicos sobre los que se funda este enfoque. Uno de naturalezalosca, sita al ser humano como nico y portador de potencialida-
des intrnsecas que se pueden poner en juego y desarrollar. Esto nodesconoce que bajo ciertas circunstancias sociales y/o personales, los
individuos pueden experimentar ciertos retrasos en su desarrollo. Estaconcepcin humanista reconoce en las personas una capacidad decambio y transformacin a pesar de las condiciones adversas, por tan-to los retrasos especcos en el desarrollo pueden mejorar bajo ciertas
condiciones. Desde esta perspectiva, la accin psicoeducativa pone elacento sobre las fuerzas de la persona e intenta ayudarle a recobrareste atraso para un desarrollo cada vez ms adaptado, permitiendo
una integracin social lo ms armnica posible.
El segundo postulado es que el operador social, o educador, puedevivir con las personas que enfrentan algunas dicultades, relaciones
que ofrecen un material nico para promover procesos de cambio ydesarrollo. La relacin de ayuda puede constituirse en un conjuntocomplejo de oportunidades para favorecer la superacin de diculta-
des, en la medida que el operador es capaz de promover relacionesde calidad, organizando el entorno para provocar estas experienciasconsiderando el potencial de desarrollo del individuo (garantizando unequilibrio entre potencialidades y oportunidades).
En la perspectiva psicoeducativa, el operador social acta como unprofesional de los detalles de la vida, aprovechando en la cotidianidadde las relaciones, espacios educativos para estimular el sentido decompetencia y mltiples aprendizajes. Se asume a los nios y jvenescomo sujetos activos en su desarrollo y al educador como una suertede palanca que estimula mltiples esquemas de conducta que lepermiten a un sujeto usar de mejor forma su potencial, enriquecer sucampo de experiencia y responder ms apropiadamente al entorno.
En el plano terico, la concepcin de la readaptacin comprende una
concepcin de la delincuencia, una concepcin del proceso de readap-tacin y una concepcin de la intervencin en tanto que sistema. Laconcepcin acerca de la delincuencia actualmente vigente es sociopsicolgica, inspirndose en teoras sociolgicas de la regulacin so-cial (LeBlanc, Frchette, 1989) as como teoras psicolgicas y eco-sistmicas sobre los factores de riesgo de delincuencia y sobre losfactores de resiliencia (Hoge, Andrews y Leschield, 1996).
La concepcin del proceso de la readaptacin, contempla que el jovenes involucrado en un proceso que comprende diferentes etapas a fran-quear. Cada una de estas etapas representa desafos a alcanzar que
se regulan y ajustan a sus capacidades de adaptacin. Al comienzo,el acento est puesto sobre la aclimatacin a un nuevo estilo de vida,
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lo que es acompaado por controles externos intensivos. Despus, el
joven es poco a poco expuesto a niveles de expectativa ms elevadasen el plano del autocontrol, de una implicacin a una productividadprosocial y en una modicacin de estrategias delictivas de resolucin
de problemas y de sus falsas creencias y pensamientos automticosque alimentan su implicacin en la delincuencia. A continuacin, paralos jvenes insertos en un programa interno, hay un seguimiento du-rante su perodo de insercin social.
La concepcin de la intervencin es la de un sistema dinmico enconstante interaccin con los otros sistemas que se presentan en elentorno del joven y de la institucin (familia, escuela, organismos co-
munitarios, policas, empresa y otros). Esta concepcin ha sido elabo-rada y anada gracias a un proceso sistemtico de reexin a partir de
la experiencia concreta de la readaptacin de algunas generaciones depsicoeducadores bajo la gua de Gendreau, uno de los co-fundadores
de la psicoeducacin que ha publicado numerosos escritos sobre estetema (Gendreau, 1966; 1978; 1995; 2003).
El mtodo psicoeducativo comprende tres componentes centrales queson el corazn dinmico del sistema: el sujeto mismo, el educador ylos objetivos perseguidos. Se agregan otros siete componentes com-plementarios que son: el componente temporal de la intervencin;
el espacio donde sta es conducida; el contenido de la experiencia oactividad; las reglas y los procesamientos en vigor de la situacin; el
sistema de compartir responsabilidades con el sujeto; el sistema de
evaluacin y de reconocimiento de los esfuerzos de los sujetos; y los
medios o estrategias utilizadas para favorecer y soportar la apropia-cin y la consecucin de los objetivos por parte del sujeto.
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Las actitudes que son centrales en el saber ser de un educador son
una aplicacin de los valores humanistas mencionados ms arriba so-bre los fundamentos loscos del enfoque psicoeducativo. Gendreau
(2003) dene estas actitudes como esquemas relacionales; stas
son la consideracin de la persona, la disponibilidad del otro, la se-guridad personal, la conanza, la congruencia y la empata. La con-
sideracin incondicional del adolescente delincuente, como personahumana nica que tiene el derecho fundamental de ser respetado ensu integridad fsica y moral, es la piedra angular de toda gestin deintegracin entre un educador y un joven. Esto supone en el educadorla capacidad de distinguir entre la persona del joven y sus acciones.El adolescente delincuente puede haber cometido actos horribles que
el educador puede y debe reprobar, pero si este ltimo no puede ha-cer la distincin entre estos actos y la persona del joven y no logramanifestarle una consideracin profunda, ninguna alianza de readap-tacin podr nacer entre ellos. La disponibilidad toca el compromisodel educador para estar presente en el joven en las situaciones devida que comparte con l, sobre una base cotidiana en el transcursode su readaptacin. La seguridad es esta capacidad de encontrar ens mismo y su alrededor la seguridad necesaria para sobrepasar suspropios temores en una situacin particular para manifestar la calmanecesaria a n de ayudar al sujeto a experimentar un cierto bien-
estar, a calmarse y sentirse menos amenazado. La conanza es el
sentimiento del deseo profundo de apoyarse en las capacidades deljoven para desarrollarse y retomar la vida en sus manos, es as, comosus propias capacidades personales de educador acompaan bien al
joven en la experiencia de vivencia compartida. La congruencia es lacorrespondencia entre lo que el educador predica y lo que practica,entre lo que solicita al joven y lo que l se pide a s mismo. En n, la
empata es la sntesis de todos los otros esquemas. En el educador,es la capacidad de objetivarse l mismo para estar en condiciones desentir lo que el otro vive, comprender su punto de vista y su forma decomportarse en la situacin y expresarse su comprensin por actos,actitudes y palabras.
El marco de referencia prctico comprende tambin ocho operacionesprofesionales que el psicoeducador debe efectuar de forma conscientey metdica en el contexto de la situacin de vivencia compartida don-de l conduce su intervencin. Estas operaciones son la observacin,el anlisis y evaluacin diagnstica, la planicacin, la organizacin, la
animacin, la utilizacin, la evaluacin post situacional y la comunica-cin. Muchas de estas operaciones forman parte de la accin de otrasdisciplinas profesionales. Lo que es particular al enfoque psicoeducati-vo, es ante todo el contexto de la intervencin en situacin de vivenciacompartida. Las operaciones de observacin, de organizacin de la
situacin, de animacin y utilizacin clnica de la experiencia tienenadems una connotacin propia en la intervencin psicoeducativa. As
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por ejemplo, observar en una situacin donde el educador est l
mismo en interaccin con un joven, demanda un entrenamiento par-ticular para estar en condiciones de mantener la distancia crtica en lasituacin; lograr estar sucientemente comprometido y participando
en la situacin para sostener y ayudar al joven, conservando la dis-tancia necesaria para no ser invadido por la situacin y las reaccionesdel joven. Esto es algunas veces muy complejo y muy exigente parael educador, pues su intervencin se desarrolla a menudo en contextode interaccin de grupo donde los intercambios son mltiples y muyrpidos. Para la organizacin, el educador debe hacer un anlisis cr-tico de los diferentes detalles que son necesarios para su intervencinde manera de respetar las vulnerabilidades de los jvenes. As por
ejemplo, con jvenes que tienen dicultades de autocontrol l debeprevenir evitando exponer objetos que tendrn el efecto de estimularsu impulsividad. En el plano de la operacin de la animacin, estosupone la maestra de diferentes tcnicas de animacin que puedenser adaptadas a los objetivos perseguidos y a las capacidades de los
jvenes. En n, habiendo hecho vivir una experiencia de interaccin al
joven, lo que importa es que l sea capaz de ayudar al sujeto a tomarconciencia de lo que acaba de vivir, aprender de esta experiencia paracambiar y para desarrollarse, en una palabra hacer una utilizacin cl-nica del caso. Esta ltima operacin es compleja y demanda una bue-na formacin de base y un entrenamiento continuo para ejecutarla.
Experiencias actualmente en curso, han complementado el enfoquepsicoeducativo con los mtodos cognitivos del desarrollo y por los m-todos cognitivo-comportamentales, permitiendo una accin ms pre-
cisa para el enriquecimiento de las habilidades cognitivas y socialesde los jvenes. As, el enfoque psicoeducativo aporta un conjunto decriterios, a nivel terico y operativo que permiten dotar de coheren-cia a programas efectivos de readaptacin de jvenes, manteniendola exibilidad para nutrirse de nuevos hallazgos tericos y empricos
para favorecer la integralidad y diferenciacin en la intervencin.
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CONCLUSIONES
El fenmeno de la desadaptacin social, particularmente la infraccinde ley, durante el perodo de la adolescencia segn lo reportado es unfenmeno multidimensional que no puede reducirse a un tratamien-to de variables nicas o simples que pudieran predecir el comporta-miento del o la joven. Por lo tanto podemos concluir que una mismaintervencin no puede ser ecaz para todos los tipos de jvenes, co-
rrespondiendo a cada perl de delincuente estrategias particulares de
modo de responder a las necesidades de desarrollo de estos adoles-centes.
Este planteamiento nos conduce a proponer que la aplicacin de laley debiera ajustar la aplicacin de sanciones al tipo especco de
adolescente infractor ms que considerar exclusivamente la grave-dad del delito. En este artculo se ha buscado argumentar que la re-adaptacin de adolescentes infractores de ley es posible, pero hemossealado tambin que dado que la delincuencia de los adolescenteses muy compleja no hay una frmula simple para la readaptacin.Ella requiere de una serie de condiciones que se han detallado en eldocumento.
Hemos sealado que la intervencin con infractores, tanto en el medio
libre como cerrado, debe basarse en un modelo diferencial con estra-tegias que se focalicen en aquellas dimensiones requeridas por los j-venes para avanzar en su desarrollo y en su proceso de readaptacin.Los programas requieren fundarse sobre la base de datos empricos,considerando que todos los momentos de la vida cotidiana contribu-yen a la readaptacin, y por tanto se debe propiciar un contexto parasu apropiada utilizacin. Cabe puntualizar aqu que el trabajo clnicodebe concebirse no como una cuestin circunscrita a una atencinparticular para el adolescente una hora a la semana, sino que se debedesarrollar en los pequeos detalles del cotidiano, los que deben serorganizados a la medida del potencial de adaptacin del o la adoles-
cente. Tambin se ha planteado la importancia de que los programasfavorezcan el vnculo en un clima social prosocial, manteniendo unequilibrio entre la seguridad esttica y dinmica.
En el contexto comunitario, el que aparece como mbito propicio parauna mejor integracin social, adems de la intervencin diferencialcon un programa de intervencin fundada sobre la evidencia cien-tca, se indica como requerimiento para su xito la intensidad del
control ajustado al nivel de funcionamiento del joven.
Entre las condiciones compartidas para ambos mbitos de actuacin,aparece la necesidad de efectuar un abordaje a largo plazo, con lapresencia de equipos comprometidos y operando desde el enfoque
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de las fortalezas que implica conanza en las capacidades de los j-
venes. Con personal altamente calicado que ha sido rigurosamenteseleccionado como tambin integrado a un proceso de formacin per-manente.
No podemos dejar de mencionar que la perspectiva diferencial de in-tervencin requiere primero que nada de un proceso especializado dediagnstico integral de los adolescentes. En nuestro medio se nece-sita generar modelos de diagnsticos ms precisos e integrales quepermitan entregar orientaciones acerca de los aspectos especcos
a considerar en el proceso de rehabilitacin con el o la adolescente.Adicionalmente se requiere de personal entrenado en programas dife-
renciados, ajustado en estilo y competencias a los requerimientos decada programa segn el perl de los adolescentes atendidos.
Es de vital importancia tambin una coordinacin interdisciplinaria eintersectorial de los esfuerzos que favorezca la coherencia e integra-lidad de la intervencin, as como tambin la promocin pblica de lanecesidad, el valor y posibilidad de la readaptacin.
Finalmente quisiramos destacar la urgencia de generar un fuerte vn-culo entre la investigacin y la accin en el trabajo con adolescentesinfractores de ley, con la nalidad de aportar a un proceso riguroso de
desarrollo, evaluacin y mejoramiento de los programas de interven-cin atendiendo a las especicidades de nuestro medio.
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