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Del Consejo de Honor al primer Patronato de la Universidad Autónoma de Puebla
Mtra. Guadalupe Prieto Sánchez
En el año de 1956, la Institución de Educación Superior más importante del Estado de
Puebla, adquirió su Autonomía y con ella una serie de cambios importantes se
suscitaron. Entre ellos, se nombró a los miembros del Consejo de Honor, al nuevo rector,
a los directores de facultades y escuelas y al patronato universitario, en medio de una
serie de confusiones administrativas, en gran parte generadas por la misma legislación;
en el Periódico Oficial del 23 de noviembre de 1956, se publicó la Ley Orgánica de la
Universidad Autónoma de Puebla (UAP) y el gobernador en turno era el general Rafael
Ávila Camacho (1951-1957).
En las “Consideraciones” de la determinante legislación, se planteaba que por decreto,
el 19 de abril de 1937, el Colegio del Estado se convirtió en Universidad de Puebla como
una Institución Oficial del Estado y el 18 de abril de 1941 se publicó en el Periódico
Oficial su Ley Orgánica. Como parte de las consideraciones, incluidas en la Ley del 56,
se plantearon algunas observaciones importantes, con las que estaba de acuerdo el
entonces gobernador, sobre todo, las relacionadas con la Autonomía y un
reconocimiento al Consejo Universitario y a la Federación Estudiantil Poblana (FEP)
por su interés en el desarrollo de la Institución:
…la Universidad debe gozar, desde el punto de vista docente y
administrativo, de la más completa libertad para organizarse en forma
que garantice el bienestar cultural y social de la Institución, en
beneficio indiscutible de la colectividad, sobreponiéndose a los
intereses de grupo o de facción, que desvirtúan toda finalidad
esencialmente universitaria.
Que reconociendo el propio Ejecutivo que uno de los medios más
eficaces para el logro de estos fines es, sin duda alguna, el
otorgamiento de la Autonomía a la Universidad de Puebla, someto a la
consideración de este Honorable Consejo el Proyecto de Ley Orgánica
de la Universidad Autónoma de Puebla, después de haber orientado
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sus propósitos mediante el acopio de datos, cifras, experiencias,
críticas de sistemas y haber escuchado y atendido en lo conducente,
los puntos de vista que le fueron expuestos por los inmediatamente
interesados Consejo Universitario y Federación Estudiantil Poblana.
Efectivamente, la FEP fue una de las principales impulsoras de la Autonomía, razón por
la cual, los sectores estudiantiles y la sociedad en general se lo reconocieron; este
mismo organismo se mostró satisfecho por …”las simpatías que despertó su
movimiento”1.
En esta misma Ley del 56, los primeros artículos definieron a la Universidad como una
corporación pública, con plena capacidad jurídica, que tenía como finalidad …”impartir,
fomentar y divulgar la educación superior a efecto de formar profesionales,
investigadores y técnicos útiles a la comunidad, además de fomentar manifestaciones de
cultura artística y deportiva. El artículo segundo, menciona que la Universidad es un
organismo descentralizado del Estado, fundamental y especialmente para que cumpla con
las altas finalidades que se le encomiendan, y se responsabilice íntegramente de ellas”.
La Ley planteaba que el gobierno de la Universidad estaría integrado, en primera
instancia, por el Consejo de Honor, a éste le seguiría el Consejo Universitario, el rector
y por último los directores de facultades, escuelas e institutos.
El Consejo de Honor
La nueva institución requería de personajes y de una administración acorde con las
recientes transformaciones. El 28 de noviembre de 1956, en sesión de carácter
extraordinario2, se nombró a las personas que integrarían el Consejo de Honor, tal y
como indicaba la nueva Ley Orgánica. Para llevar a cabo el protocolo, el rector Rafael
Artasánchez Romero acordó que todos los alumnos asistieran y por ello se
suspendieron los exámenes entre las 9:00 y las 11:00 hrs. Así también, la Secretaría de
la Universidad giró instrucciones, tanto a catedráticos como alumnos para asistir a
dicha sesión, en la que estaría presente, por única ocasión, el Jefe del Ejecutivo local,
puesto que él otorgaría los primeros nombramientos. Es decir, en plena confusión,
debido a las transformaciones, los compromisos y lo que significaba la nueva
administración universitaria, como primera actividad de Autonomía3, el gobernador
nombraría el Consejo de Honor, de acuerdo con el primer inciso, del artículo 11, el cual
especificaba: El Ejecutivo del Estado, designará a los primeros componentes de este
Consejo.
El periodista Felipe Morales, aseguró que ese 28 de noviembre, “En histórica sesión
cristalizó el más caro anhelo de los universitarios”; narró la ceremonia austera, que a
1 El Sol de Puebla, 22 de noviembre de 1956 2 El Sol de Puebla, 27 de noviembre de 1956 3 Encabezado del diario El Sol de Puebla
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partir de las 10:00, dio inicio en el Paraninfo de “La casona de Covarrubias”, encabezado
por el rector Artasánchez, representantes del poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial,
todos los consejeros universitarios, así como los miembros designados para ocupar el
Consejo de Honor, los cuales vestían toga y birrete académico4, acorde con la
significativa reunión:
Es difícil tratar de describir la emoción que anudo gargantas y empañó
pupilas en los momentos cumbres de la histórica sesión del Consejo
Universitario y que fueron aquellos durante los cuales se realizó la
solemnidad de la toma de protesta a los ameritados universitarios que
recibieron la honrosa distinción y el agradecimiento tributado en
forma de espontáneo y largo aplauso hacia todas las personas y
autoridades que contribuyeron a la emancipación de la máxima casa
de estudios del Estado.5
El Consejo de Honor quedó constituido por los siguientes siete miembros, seis hombres
y una mujer, que se encontraban presentes en la ceremonia, con excepción del
licenciado Nicolás Vázquez, que por varios días estuvo enfermo:
Dr. Gil Jiménez
Lic. Nicolás Vázquez
Dr. Gonzalo Bautista O’Farril6
Lic. José Antonio Pérez Rivero
Ing. Eligio (Joaquín) Ancona
Dr. Carlos Zaragoza
Quím. Marina Sentíes
Este Consejo se iría renovando por muerte o por incapacidad de alguno de sus
miembros o transcurridos los primeros cinco años, por nombramientos de nuevos
consejeros, hechos por el Consejo Universitario. Se creía que los personajes citados
pertenecían a los más prestigiados catedráticos, razón por la cual, la elección no pudo ser
más acertada. El Dr. Gil Jiménez subió a la tribuna y expresó su reconocimiento a la FEP
4 En esta época la toga y el birrete fueron de tal importancia que para la toma de protesta del Patronato universitario, el Consejo de Honor le solicitó al rector información acerca de la forma y color de las togas de las distintas facultades y escuelas, así como la forma, color y adorno de los birretes que debían portar en dicho evento. 5 Morales, Felipe, “Tomó posesión el Consejo de Honor”, en El Sol de Puebla, 29 de noviembre de 1956 6 Este miembro del Consejo de Honor fue hijo de Gonzalo Bautista Castillo, gobernador de Puebla (1941-1945). Bautista O’Farril, en 1947 se recibió de médico e impartió clases en la Universidad de Puebla, donde ocupó el cargo de rector de 1953 a 1954, fue diputado y senador al Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, llegó a la presidencia municipal de la ciudad de Puebla y la abandonó para ocupar el puesto de gobernador interino de 1972 a 1973.
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por impulsar la autonomía y al gobernador por haberla aceptado. A los consejeros les
recalcó su responsabilidad y pidió a todos los universitarios contribuir a conservar y
acrecentar el patrimonio universitario. En el uso de la palabra le siguió el secretario de
la FEP, José Manuel Salgado, quien rememoró la historia del Colegio del Estado, hasta
su transformación en UAP y finalmente el maestro José Antonio Pérez Rivero reiteró lo
que es la Universidad y la Ley Orgánica, para que los universitarios reconocieran con
exactitud la dimensión de lo que se había conseguido. A las 12:00 horas, el rector
declaró cerrada la histórica sesión y una comitiva se encaminó a las oficinas de la FEP,
ubicadas en la planta alta del Carolino, para descubrir dos placas, una, en la que estaban
grabados los nombres de todos los presidentes de las sociedades de alumnos de las
facultades y escuelas y los miembros de la directiva, de la máxima organización
estudiantil del Estado. La otra placa se localizaba en el vestíbulo de la “casa de don
Melchor de Covarrubias”, como testimonio del grandioso evento.
La Ley del 56 dedicaba cinco artículos al Consejo de Honor, en donde se incluía que el
cargo de los miembros de este organismo era de carácter honorífico y sin retribución
alguna. Una vez concluida la designación de este principal grupo, en él recayó todo el
poder de decisiones, actuaciones y nombramientos que se verificarían en la novicia
Universidad Autónoma de Puebla.
El rector
De acuerdo con las actas de Consejo de Honor, en sesión del 30 de noviembre de 1956,
se aceptó la renuncia del rector Rafael Artasánchez y Romero, se nombró como interino
al secretario de la Universidad, el licenciado Armando Guerra y Fernández y para la
sesión del 3 de diciembre el Consejo de Honor eligió como primer rector al doctor
Manuel S. Santillana.
La terna propuesta por el Consejo Universitario, estaba compuesta por el licenciado
Ernesto Castro Rayón y los doctores Alberto Guerrero y Manuel S. Santillana, la votación
del Consejo de Honor (artículo 15 de la Ley Orgánica, 1956) fue secreta y por medio de
un sobre cerrado. El licenciado Nicolás Vázquez, que continuaba enfermo logró emitir
su voto, gracias a que los demás consejeros aceptaron que enviara su decisión por
cédula sellada. Por acuerdo del Consejo de Honor, se nombró a la máxima autoridad
carolina, mientras estudiantes y maestros esperaban el veredicto, en el vestíbulo de la
“casona de Cobarrubias”. Al concluir, el doctor Gil Jiménez escribió el fallo en el pizarrón
para que todos los asistentes se enteran; el reloj de prefectura marcaba las 22:44 horas.
Al día siguiente Manuel S. Santillana tomó posesión de su puesto en una ceremonia
organizada en el salón de actos o Paraninfo, en donde el rector saliente Rafael
Artasánchez Romero rindió el informe de su gestión y Gonzalo Bautista O’Farril, a
nombre del Consejo, dirigió unas palabras. Se realizó la toma de protesta y la
investidura con el grado de rector, la conclusión estuvo a cargo del mismo Manuel S.
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Santillana, quien después de unas palabras clausuró la ceremonia; el “El Sol de Puebla”
la resumió de la siguiente forma: Horizontes de libertad y dignidad para la Universidad.
El viernes 7 de diciembre de 1956, el rector se reunió con el Consejo de Honor y en la
sesión del día 10, les presentó su terna a ocupar los puestos de directores de facultades,
escuelas e institutos. Ese mismo día el rector dio un recorrido por las instalaciones de
la Universidad para presenciar la forma en que se desempeñaban las actividades y
además, como él mismo aseguró, pondría atención en lo relativo al inventario de la
institución. Mandaría imprimir cuatro mil ejemplares de la Ley Orgánica y se repartirían
entre los estudiantes, profesores y personal administrativo. Sin embargo, una de sus
principales actividades fue la del 7 de febrero de 1957, cuando Santillana viajó a la
ciudad de México para entrevistarse con el doctor Nabor Carrillo presidente de la
Asociación de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior de la República
Mexicana, con la finalidad de lograr un aumento en el subsidio federal que recibía la
máxima casa de estudio de Puebla. Esta misma solicitud se la envió al presidente de la
República, Adolfo Ruiz Cortines, con el objetivo de lograr una mejor calidad educativa,
aumento a los salarios de catedráticos y la adquisición de material indispensable para
instrumentos y sustancias de laboratorios. El presupuesto que en ese entonces recibía
la Universidad estaba dividido: por parte de la federación, 359 mil pesos, más un
subsidio de carácter extraordinario de 200 mil pesos7.
Los directores
En sesión del 7 de enero de 1957, de la terna propuesta por el rector, el Consejo de
Honor acepto como directores de escuelas y facultades a doce académicos, de los que
vale la pena resaltar la presencia de dos mujeres, una, María del Carmen Pérez H.
Castillo de la preparatoria nocturna y Maricarmen Ancona Herrera de la facultad de
Ciencias Físico Matemáticas, que en ese entonces pertenecía a una de las áreas que por
mucho tiempo se consideró exclusiva de los hombres. La lista quedó de la siguiente
forma:
Escuelas
1. Preparatoria Diurna: Lic. Juan Manuel Brito, de quien cabe hacer mención que el
13 de febrero presentó su renuncia, pero no se aceptó.
2. Preparatoria Nocturna: Lic. Ma. Del Carmen Pérez H. Castillo.
3. Enfermería y Obstetricia: Dr. Raúl Gil Anaya.
Facultades
4. Ciencias Económico Administrativas: Cont. Gustavo Rivero Salgado, quien el 10
de mayo de 1957, al igual que Brito, presentó su renuncia.
5. Arquitectura: Arq. Miguel Pavón Rivero.
6. Ciencias Físico Matemáticas: Mtra. en Cs. Físicas, Maricarmen Ancona Herrera.
7El Sol de Puebla, 7 de febrero de 1957
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7. Ingeniería Civil: Ing. Sergio Cepeda Cornejo.
8. Odontología: Cirujano dentista, Luis Villaseñor Morales.
9. Ciencias Químicas: Quím. Antonio Espinoza Porto.
10. Ingeniería Química: Ing. Químico, Gustavo Urcid Bautista, quien el día 10 de
septiembre, también presentó su renuncia ante el Consejo de Honor.
11. Derecho y Ciencias Sociales: Lic. Ernesto Castro Rayón.
12. Medicina: Dr. Roberto Díaz e Imbert.
A cada uno de ellos, se le entregó sus nombramientos en forma de diploma.
El Patronato
Como ya hemos mencionado anteriormente, el Consejo de Honor también designaba a
las personas que formarían el patronato.
El día 10 de diciembre, se iniciaron las pláticas en relación al nombramiento de los
ciudadanos que formarían el patronato de la Universidad, en esa ocasión se
mencionaron nombres, pero no se llegó a ningún acuerdo. Sin embargo, como parte de
las confusiones que se presentaron en este periodo, el Consejo de Honor acordó que,
mientras se tomaba una decisión con respecto a estos personajes, se designara como
“presidente honorario” de este importante grupo, al entonces gobernador de Puebla,
Rafael Ávila Camacho, cuestión que fue aprobada Con unánime beneplácito, “motu
proprio”. En esa ocasión, se designó como representante del Consejo de Honor ante el
patronato, al doctor Gonzalo Bautista y se solicitó al rector designar un contador para
que el patronato estuviera enterado de todo lo relativo a la contabilidad y facilitarle sus
funciones8.
El día 7 de enero de 1956 se continuaron las pláticas sobre la designación de los
miembros del patronato, pero no se concluyó nada, sino hasta la sesión del 22 de enero,
en que después del intercambio de amplias impresiones y ventajas, sobre los posibles
candidatos, se nombró a los siguientes cinco personajes que habitaban en la ciudad de
Puebla: Enrique Benítez Reyes, Manuel Ibáñez Guadalajara, Francisco Rodríguez
Pacheco, Casimiro Senderos Gutiérrez y Domingo Taboada Roldán. A cada uno de ellos
se les envío su correspondiente oficio de nombramiento firmado por todos los socios
del Consejo de Honor y a la vez se les solicitó contestar por escrito su aceptación al
cargo.
En los artículos 34, 35 y 36 de la Ley Orgánica, se indicaba que este organismo estaría
integrado por cinco miembros, los cuales durarían en el puesto tres años y podían ser
reelectos. Para ser miembro del patronato se requería una edad mayor a los treinta
años, tener residencia en el Estado de Puebla, por más de cinco años, ser de reconocida
8 V. Consejo Universitario, Actas Consejo de Honor (1956-1960), Puebla: UAP, 1982
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honorabilidad y poseer experiencia en asuntos financieros. El artículo 36 sólo incluía
cuatro incisos que precisaban sus atribuciones:
I. Promover cuanto tienda a incrementar el patrimonio universitario
II. Vigilar que los bienes aportados por su conducto sean aplicados al objeto
para el que fueron destinados.
III. Designar auditor para cerciorarse del estado de cuentas de la tesorería de la
Universidad cuando lo estime conveniente.
IV. Dar cuenta al Consejo de Honor de las irregularidades que notare al hacer
uso de la facultad anterior.
El Consejo acordó que la toma de posesión de los miembros del patronato se efectuaría
en una ceremonia, donde cada uno rendiría protesta. En esa misma reunión se le
entregaría un diploma y un pergamino al general Rafael Ávila Camacho, como presidente
honorario que ha sido nombrado de dicho patronato, sin olvidar que también se le
otorgaría su nombramiento como Rector Honoris Causa. El 22 de febrero se concertó
que la fecha de dicha ceremonia sería el 15 de marzo de 1957, a las 20:00 horas, en el
Paraninfo, con la asistencia de todas las autoridades universitarias. Este acto se
consideraba de suma importancia porque al Patronato lo involucrarían con los asuntos
relacionados, con la inversión de la Institución. En ese entonces, la Universidad contaba
con un fondo de un millón de pesos y las autoridades debían decidir si se regresaba a
sus trabajadores o se invertía en alguna obra en beneficio de la Institución9.
El comisionado para detallar el programa de protesta del Patronato, fue el doctor
Gonzalo Bautista, mismo que se encargaría de la música “selecta” y la preparación del
discurso en nombre del Consejo de Honor. El discurso debía contener lo siguiente:
Enalteciendo la importante labor encomendada al patronato y su gran
repercusión social a través del mejoramiento que tendrán todos los
estudios de nuestra Universidad, en razón de mejores elementos
económicos; que hagan uso de la palabra algunos de los alumnos de la
Universidad en nombre de todos ellos, manifestando las fundadas
esperanzas que el alumnado tiene de los trabajos del patronato y,
finalmente, que el señor rector de la Universidad tenga a bien dar las
gracias en nombre de toda ella y dar la bienvenida a los mismos
señores del patronato.10
9 El Sol de Puebla, 23 de febrero de 1957 10 Consejo Universitario…, p. 22
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A pesar de todos los anteriores preparativos, la ceremonia de toma de posesión se
alargó, principalmente porque Rafael Ávila Camacho no llegó a detallar el día en que se
efectuaría; en mucho la excusa era que se encontraba delicado de salud.
Los miembros del Patronato comenzaron a mostrar su desacuerdo con la Ley Orgánica,
en la sesión del Consejo de Honor que se llevó a cabo el 27 de marzo. Por medio de
Francisco Rodríguez Pacheco, manifestaron que consideraban “escaso” el artículo
dedicado a las funciones y facultades. Así como también, que “la calidad y características
de todo patronato obliga a un conjunto de responsabilidad que exige los
correspondientes derechos y facultades para poder ser bien cumplido”.11 El Consejo de
Honor acordó reunirse con ellos en la próxima sesión y se pidió información a la
Universidad de Nuevo León12, acerca de las condiciones jurídicas en que trabajaba su
patronato, así como sus facultades y atribuciones. El 16 de mayo de 1957, esta
información fue dada a conocer por el Consejo de Honor al Patronato, con la finalidad
de cambiar impresiones.
El Consejo de Honor acordó que las consideraciones del Patronato eran “razonables” y
esto se lo harían saber por escrito, a cada uno de ellos, además de que reconocían “la
bondadosa decisión que todos los señores del Patronato tiene que trabajar por la
Universidad y aceptar responsabilidades a pesar de la escasa legislación existente”. El
2 de abril de 1957, el Consejo de Honor y el mismo Patronato, declararon instalado el
“Patronato”, para los fines legales correspondientes, a reserva de la celebración de una
ceremonia solemne y la entrega de un pergamino Ad perpetuam rei memoriam. Para el
funcionamiento del Patronato, se decidieron los siguientes cargos:
Francisco Rodríguez Pacheco: presidente
Casimiro Senderos: secretario
Enrique Benítez: tesorero
Manuel Ibáñez: vocal
Domingo Taboada: vocal
A un año de distancia (28 de marzo de 1958) de este nombramiento y sin poder llevarse
a cabo la ceremonia solemne con la presencia del general Rafael Ávila Camacho, se les
entregó a los personajes del patronato, un ejemplar empastado de la Ley Orgánica, con
su respectivo nombre y un diploma con su cargo. Mientras tanto, el Patronato ya
solicitaba la construcción del edificio para la Facultad de Medicina, puesto que existían
quinientos mil pesos.
11 Consejo Universitario…, p. 27 12 En la primera mitad de la década de los cincuenta, la Universidad de Nuevo León, construyó diversas escuelas y facultades como la de Medicina, Filosofía y Letras, Comercio y Administración, Ciencias Físico-Matemáticas, Ciencias Biológicas y Agronomía. Así como la formación del Patronato Universitario integrado por destacados hombres de la industria, la banca y el comercio. V. http://www.uanl.mx/sites/default/files/documentos/universidad/historia-de-la-uanl_9.pdf
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Los miembros del Patronato Universitario
Casimiro Senderos
De Casimiro Senderos se conoce poco, sin embargo, por las actas del Consejo de Honor
se sabe que pidió su renuncia al Patronato el 25 de febrero de 1959, aunque esta no se
aceptó.
Enrique Benítez
Este miembro del patronato de la UAP, fue hijo del empresario Ramón Benítez Landa,
quien en 1905 fabricó el primer aparato (patente No. 4260) de uso práctico para la
fabricación de tortilla a gran escala.
Enrique fue un importante filántropo industrial nacido en Puebla el 5 de enero de 1887,
estudió en la Escuela Modelo e ingresó a la preparatoria del Colegio del Estado, lugar
donde inició estudios profesionales. Esta etapa de su vida fue referencia en algunos
homenajes que le ofrecieron, como por ejemplo, el celebrado a él y a su hermana Luisa
(poeta y escritora), el domingo 20 de julio de 1958, por la Bohemia Poblana. En esa
ocasión un grupo de poetas leyeron sus obras y Gil Jiménez evocó sus días de
compañerismo. A este homenaje asistió otro miembro del Patronato Universitario,
Domingo Taboada.
De acuerdo con Enrique Cordero y Torres13, Benítez abandonó los estudios por
dedicarse a atender los negocios familiares. Su labor de benefactor es trascendente y
como parte del grupo literario Bohemia Poblana, patrocinó diversas obras literarias,
científicas y culturales, entre las que podemos mencionar, la creación del jardín “Lic.
Enrique Gómez Haro”, el monumento a Rafael Cabrera y el monumento a Federico
Escobedo. Apoyó a importantes autores como Alfonso G. Alarcón y Rafael Cabrera. Este
último reconocido poeta que en 1935 publicó su libro “Presagios”, por medio de “La
Enseñanza objetiva” y otra en 1950 por la “Asociación Social y Económica ProPuebla”,
esta última aumentada con más poemas del autor y reeditada, gracias a la aportación
del que fuera socio del Patronato Universitario.
Enrique Benítez fue propietario del molino de Huexotitla y presidente de la Cámara de
Harineros. En 1956, este molino se anunciaba en las páginas de la revista Bohemia
Poblana, en donde se indicaba su localización, en la calle 16 de septiembre y 39 oriente,
producía Harinas y Esquilmos “de calidad superior”. “Pagamos trigo a los mejores
precios”. Así también, donó el terreno del Colegio América, conocido como Colegio
Teresiano, el terreno y la construcción del Colegio América, sección A, dedicado a niñas
de escasos recursos. Con su nombre existe una biblioteca pública en Puebla, en la
13 Cordero y Torres, Enrique, Diccionario biográfico de Puebla, T.I, México: Enrique Cordero y Torres, p. 93
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avenida Eduardo Cue Merlo y 20 de noviembre y el Instituto Salesiano lleva su nombre.
Esta última fundada por Miguel Márquez en 1927, como una escuela de preescolar y
primaria, particular para atender a niñas de escasos recursos. En un inicio se le llamó
“Ángela Peralta” y se encontraba a cargo de la parroquia del barrio El Refugio. Para
1954 abrió secundaria y en 1958 ya era una Escuela Normal con turno matutino y
vespertino; el aumento del alumnado era tal que se solicitó la ayuda de Enrique Benítez.
En 1963, con su apoyo se inició la construcción de un nuevo plantel en la calle 27 oriente
609 y en agradecimiento la Normal adoptó su nombre.14
Benítez aportó importantes cantidades de dinero para sostener otras escuelas en la
ciudad, entre ellas la “Marillac” y el IPECYT (Instituto Profesor Enrique Cordero y
Torres) del que fue presidente de su patronato. Protector de la escuela oficial de San
Baltazar Campeche, comunidad que también recibió ayuda de su padre y abuelo. Fundó
el Centro de Estudios Históricos de Puebla y por su medio promovió la creación de la
Galería Pictórica de Gobernantes; los retratos estuvieron a cargo de los artistas Ignacio
Dávila Tagle, Delfina Pérez B. de Casas, Josefina Albisúa de García, Enrique Huerta Luna
y Augusto Domínguez Amor. Con respecto a esta obra, Enrique Cordero y Torres
menciona:
Al habérseme designado director de este Centro propuse al fundador
y actual presidente de la Junta de Gobierno señor don Enrique Benítez,
la realización de constituirse, con retratos al óleo, la "Galería de
Gobernantes", proyecto que encajaba en el programa de actividades de
este Instituto privado. Se hicieron consideraciones, estudios,
presupuestos, etc. por los integrantes del Centro, aprobándose iniciar
la empresa ofreciendo mi colección, las fotografías y negativos, así
como al renunciamiento de mi propiedad, ya que al quedar la galería
en poder del Gobierno del Estado, el material será "del dominio
público"15
En la actualidad existe un busto de este ilustre poblano, localizado en el parque de la
calle 43 poniente, entre la 16 de septiembre y la 2 sur.
14http://www.ineb.edu.mx/Secciones.aspx?Id=34 15http://www.ipecyt.com.mx/Galeria%20Pictorica.pdf
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Como dato complementario, es importante dar a conocer que este tipo de obras
escultóricas, son parte del patrimonio artístico e histórico poblano, mismo que
lamentablemente corre un serio peligro, ya que la delincuencia llega a robarlos y
venderlos por kilo. En marzo de 2013, este busto de bronce, que había sido develado el
27 de agosto de 1978, fue arrancado de su pedestal y tuvo que ser restituido, aunque
de otro material.
Manuel Ibáñez Guadalajara
En el Diccionario biográfico de Cordero y Torres, aparece que Ibáñez fue químico y
editor, nacido en la ciudad de Puebla, el 6 de abril de 1886, falleció el 8 de marzo de
1970. Estudió en el Instituto Literario y Convictorio Angelopolitano en 1893 y en el
Colegio del Estado desde 1899 a 1909, año en que se graduó de Químico farmacéutico.
Se desempeñó como profesor en la Universidad Católica y en el Colegio del Estado,
donde impartió farmacia, toxicología y análisis; como Universidad de Puebla impartió
química inorgánica. Publicó libros y artículos en revistas sobre temas de su área y
perteneció a varias agrupaciones, como la Sociedad Mutualista Farmacéutica Mexicana,
a la Asociación de ex alumnos del Colegio del Estado, al Club Rotario de Puebla, en
donde fue fundador, tres veces presidente, tesorero y secretario. Obtuvo varios premios
y el programa de radio “La Hora de Puebla”, transmitido por la XEW (La Voz de América
Latina desde México), lo mantuvo durante 16 años.
En febrero de 1957, publicó un extenso discurso en la revista Servicio, publicación en la
que participaba como jefe de redacción el Dr. Manuel Lara y Parra. En este texto explica
que en Puebla existe la Fundación Rotaria de Beneficencia de Puebla y el Patronato
contra las secuelas de la “poliomielitis” (sic), ambas regidas por patronatos. La primera,
considerada la más antigua e internacional, creada gracias a la donación que los rotarios
hicieron al morir, en favor de Rotary Internacional (RI) y cuyo auge inicia en 1947, año
de muerte de Paul Harris, el fundador del rotarismo a nivel mundial. La directiva de RI
sugirió que en lugar de mandar flores, al sepelio de Harris, cada rotario donara 10
dólares para la fundación. En ese entonces se reunieron 500.000 dólares, los cuales
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subieron a 2,500.000 y para 1957 llegaron a más de 3,000.000. El capital de este fondo
no se gastaba y sólo se utilizaban los réditos, sobre todo, para la concesión de becas, del
perfeccionamiento de estudios superiores. De ahí que Manuel Ibáñez aclarara: “De
modo que, cuando se dice Fundación Rotaria, se entiende que es la Institución
Internacional a la cual ha contribuido nuestro Club con 10 dólares por cada uno de los
rotarios que ingresan a él “16.
El 29 de Septiembre de 1924, rotarios de la Ciudad de México encabezados por los
señores Francisco Couturier, Julio D’Acosta, Harry Mazal, Julio Zetina y Lamberto
Hernández se reunieron en la ciudad con algunos empresarios poblanos con la finalidad
de integrar el Club Rotario de la ciudad de Puebla. De esa reunión se acordó que la
presidencia la ocupara el químico Manuel Ibáñez Guadalajara y como Secretario del
Club, el comerciante en calzado Luciano Ruíz; a ellos se sumaron Isauro Uriarte
fabricante de cerámica de talavera, Mariano Bello y Zetina fabricante de cigarros, Jesús
Rodríguez Torres dedicado a la venta de cedería, Ángel Peláez quien tenía una fábrica
de puros, Adolfo Cohglan distribuidor de petróleo, Luis Villaseñor, contador y Carlos
Valle, periodista.17
Entre 1923 y 1929, se creó el Club Rotario de Puebla y una de sus primeras actividades
fue la celebración de la Navidad del Niño Pobre. Esto trajo como inconvenientes que
llegara mucha gente y no alcanzaran los juguetes para todos los asistentes, además de
que los niños salían maltratados y el juguete era “pasajero”, lo llegaban a jugar un rato
y se rompía o se lo quitaba el padre para venderlo. Con organización y sin “ninguna
publicidad”, se pensó en dar canastillas a las madres. Con el tiempo los ayuntamientos
comenzaron a repartir juguetes y el Club Rotario abandonó esta práctica.
El Club intentó hacer algo útil y benéfico y en la Conferencia del Distrito Rotario 109
celebrado en Puebla en 1949, se creó la Fundación Rotaria de Beneficencia de Puebla,
en donde los socios nombraron como presidente al profesor Manuel Ibáñez (Manolo),
así como un secretario, tesorero y el patronato era autónomo. Una de sus primeras
acciones la realizaron en el pabellón del Hospital General del Estado, puesto que “no
tenía ni para algodón”. Lo dotaron de agua potable, arreglaron el drenaje, pusieron
máquina lavadora, estufa de gas, tinacos, bomba, sábanas, hule para camas, ropa y
zapatos para los niños, juguetes, medicinas y principalmente antibióticos.
Sin continuar su atención, al Hospital General, pero también, gracias a las damas
rotarias, erigieron el Hospital del Corazón de Jesús con la cantidad de $3,000.00,
donaron aparatos de química a la fundación Haro Tamariz “Casa de Maternidad”,
ayudaron a la Guardería Infantil del Hospital de Corazón de Jesús, misma a la que
donaban mensualmente $60.00 y a la Fundación Rafael Hernández Villar, anexo al
16 Servicio, órgano oficial del Club rotario de Puebla, Revista mensual, N° 84, 10 de febrero de 1957. 17http://www.clubrotario.mx/boletin_semanal.php?cmd=loadboletinSemanal&id=20, visto el 27 de mayo de 2014
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templo de San Antonio, $200.00 mensuales y algunas otras obras importantes de
beneficencia.
Al final del informe, Manuel Ibáñez solicita la …ayuda y el estímulo de todos los rotarios
poblanos. Queremos sentirlos a nuestro lado, en la lucha que queremos seguir sosteniendo,
contra la ignorancia, la pobreza, el raquitismo, y la mala alimentación de los niños pobres
de nuestra ciudad18
Francisco Rodríguez Pacheco
Monumento a Francisco Rodríguez Pacheco localizado en Tuxtepec, Oax.
Otro miembro de este primer patronato de la UAP, fue Francisco Rodríguez Pacheco,
originario de Tuxtepec Oaxaca, nacido el 23 de febrero de 1898. La familia Rodríguez
Pacheco viajó a la ciudad de México, en donde Francisco realizó sus primeros estudios,
ingresó a la escuela de cadetes, hasta los primeros años de la preparatoria y regresó a
su pueblo natal. En 1919 llegó a Puebla, en donde empezó a trabajar en el negocio “El
Estilo Nuevo”, pero al incendiarse lo dejó. Enrique Cordero y Torres asegura que se
desempeñó como empleado de “La Nueva España” y para 1930 ya aparece como
fundador de la colonia Santa María, construida en colaboración con su socio Henning;
en sociedad con Rómulo Recasen fundó la colonia la Paz19. Instaló la empresa de
“Conductores Eléctricos”, bajo la denominación social PYCSA (Pacheco y Compañía,
Sociedad Anónima). Como socio, fundador y/o presidente: de la Cámara Nacional de
Comercio de Puebla durante cinco periodos, de Banco de Puebla, de la Asociación
Regional de Caminos de Puebla y Tlaxcala y de la Beneficencia Pública de Puebla;
perteneció a varios clubes y fue miembro honorario de la Bohemia Poblana. En 1960 lo
eligieron como presidente municipal de Puebla y de este modo emprendió las obras del
embovedamiento del río San Francisco, pero se vio interrumpido debido a su muerte.
Cordero y Torres asegura que el deceso ocurrió el 15 de septiembre de 1961, sin
embargo, el acta de sesión del Consejo de Honor que se efectuó el 13 de octubre de
18 Servicio…, p. 26 19 http://www.oem.com.mx/elsoldepuebla/notas/n1844208.htm
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1960, da a conocer: Secretaría informó oficialmente del sentido fallecimiento del señor
don Francisco Rodríguez Pacheco.
Domingo Taboada Roldán
Domingo Taboada Roldán nació el 4 de agosto de 1892 en “El Gavillero”, del municipio
de Tlahuacán, en Huejotzingo, lugar donde curso la primaria. En 1922 se inició como
empresario en el ramo de los automóviles. Fue presidente de la Comisión de Turismo
en Puebla de 1955 a 1960, presidente de la Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y
Material del Municipio de Puebla y miembro de la Bohemia Poblana. Perteneció a la
Asociación Regional de Caminos y en el Comité de Caminos Vecinales de Puebla y
Tlaxcala fue su máximo dirigente. Presidente del patronato de la Fundación Contra las
Secuelas de la Poliomielitis. Sin educación formal, gran parte de su reconocimiento
académico se debe a su afición a la astronomía, la cual inició en 1910, cuando desde su
azotea observó el paso del cometa Halley.
Su formación científica fue autodidacta y para 1935 ya poseía un observatorio. En su
casa ubicada en la 3 poniente 2300, construyó su observatorio, mismo que aún existe;
el observatorio Taboada estaba catalogado entre el grupo de doscientos observatorios
en todo el mundo. Perteneció a la Sociedad Astronómica de México y para 1942 ya había
sido nombrado Socio Titular, presidente de la Mesa Directiva, además de dirigir el
boletín de la sociedad “El Universo”. Recibió la primera medalla Luis G. León otorgada
por la Sociedad Astronómica de México y un reconocimiento por parte del Harvard
College Observatory por su “labor como observador del Sol”.
Con Luis Enrique Erro, promotor del Observatorio Astrofísico Nacional, actualmente
conocido como INAOE de Tonanzintla, mantuvo una cercana amistad. Taboada llegó a
realizar importantes observaciones, más de 44,000 y en general, su aportación a la
astronomía se desarrolló a nivel mundial, llegó a participar con Smithsonian
Astrophysical Observatory20. El 13 de junio de 1978, estableció la fundación “Aurora
Marín de Taboada”, misma que otorga becas a estudiantes universitarios de
licenciatura21. Así también, en febrero de 1996, la Universidad Popular Autónoma del
20http://texblog-cronista-tlahuapan.blogspot.mx/2009/06/personajes-domingo-taboada-roldan.html 21http://www.fundaciontaboada.com/Historia
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Estado de Puebla (UPAEP) conformó la Sociedad Astronómica “Domingo Taboada
Roldán”.
Reflexión final
Además de que los miembros del patronato sólo podían permanecer tres años en el
cargo, desde el 25 de febrero de 1959, ya se comenzaban a manifestar cambios
determinantes en su funcionamiento, como lo fue la renuncia de Casimiro Senderos,
misma que el Consejo de Honor no aceptó e intentó persuadirlo para continuar. Así
también, el 13 de octubre de 1960, se dio a conocer el fallecimiento de Francisco
Rodríguez Pacheco, presidente del patronato. En esa ocasión, el máximo órgano de
gobierno de la UAP, estableció llevar a cabo los nuevos nombramientos para el
Patronato, por lo que se comenzaron a considerar los nombres de posibles candidatos.
Sobre el autor: Es Maestra en Literatura Mexicana en la BUAP, Licenciada en Antropología Social. Ha
publicado: Historia de las Bibliotecas de la BUAP, Antes de dar la vuelta y el Arte de la Tortilla. Actualmente
se desempeña como profesor investigador en el Programa de Estudios Universitarios de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla.