El Paisaje y La Agricultura Familiar

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septiembre 2014 volumen 30 número 3 El paisaje y la agricultura familiar campesina

Transcript of El Paisaje y La Agricultura Familiar

  • s e p t i e m b r e 2 014

    v o l u m e n 3 0

    n m e r o 3

    El paisajey la agricultura

    familiar campesina

  • L E I S A revista de agroecologavolumen 30 n 3,septiembre de 2014Una publicacin trimestral de la Asociacin Ecologa, Tecnologa y Cultura en los Andes, en convenio con la Fundacin ILEIA

    DireccionesAsociacin ETC AndesApartado Postal 18-0745. Lima 18, PerTelfono: +51 1 4233463www.etcandes.com.pewww.leisa-al.org

    Fundacin ILEIAPO Box 90, 6700 AB Wageningen, Pases BajosTelfono: +31 33 4673870, Fax: +31 33 4632410 www.ileia.org

    Equipo editorial de LEISA-Amrica LatinaTeresa Gianella, Teobaldo PinzsEditora invitada: Saray SiuraColaboracin editorial: Carlos [email protected]

    Apoyo documental: Doris Romero Diseo: Magaly SnchezDiagramacin: Carlos MazaSuscripciones y relaciones pblicas:Cecilia JuradoPgina web de LEISA-Amrica Latina: Doris Romero, Jos Cam

    Portada: Inicio de la faena comunal de limpieza de la acequia amunadora

    Vctor Mallqui ImpresinTarea Asociacin Grfica EducativaPasaje Mara Auxiliadora 156, Brea,Lima 5, Per

    ISSN: 1729-7419Biblioteca Nacional del PerDepsito Legal: 2000-2944

    La edicin de LEISA revista de agroecologa 30-3 ha sido posible gracias al apoyo de la Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional (Styrelsen fr internationellt utvecklingssamarbete - Swedish International Development Agency-SIDA)

    Los editores han sido muy cuidadosos en editar rigurosamente los artculos incluidos en la revista. Sin embargo, las ideas y opiniones contenidas en dichos artculos son de entera responsabilidad de los autores.

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    La Red AgriCulturas

    LEISA es miembro de esta red mundial, integrada por seis organizaciones responsables de la edicin de revistas regionales que proporcionan informacin sobre agricultura sostenible a pequea escala en todo el mundo:

    FARMING MATTERS (Asuntos Agrcolas, edicin internacional, en ingls)

    LEISA revista de agroecologa (Amrica Latina, en espaol)

    LEISA India (en ingls, canars, tamil, hindi, telugu y oriya)

    AGRIDAPE (frica Occidental, en francs) AGRICULTURAS Experiencias en

    agroecologa (Brasil, en portugus) LEISA China (China, en chino mandarn)

    Mosaicos de conservacin para preservar la biodiversidadAntonio Jos Solarte Snchez,Yuly Catalina Zapata Arango, ngela Mara GmezLos esfuerzos de conservacin en reas protegidas, como son los Parques Nacionales Naturales de Colombia, deben ser complementados con estrategias de conservacin de los paisajes agropecuarios. Para ello es necesario entender las polticas agrarias y tomar en cuenta el papel del agricultor y de las organizaciones campesinas en la toma de decisiones.

    11

    Fincas Integrales: aportes a los servicios ecosistmicos y a la calidad de vida de las familiasAna Navarro OrtegaLas Fincas Integrales en Costa Rica impulsadas por un grupo de campesinos y lderes comunitarios capacitados en temas de conservacin y prcticas agroecolgicas productivas han propiciado la conservacin y uso sostenible de la biodiversidad. Este modelo aprovecha los recursos de la finca de forma sostenible, y da valor a la mano de obra familiar.

    29

    La colaboracin comunitaria frente a las amenazas econmicas e institucionalesErika Speelman, Jeroen Groot, Luis Garca-Barrios, Kasper Kok, Pablo TittonellEn Chiapas, Mxico, a travs del fortalecimiento del proceso de toma de decisiones y una mayor colaboracin entre los miembros de la comunidad, un grupo de agricultores ha encontrado un camino para lograr medios de subsistencia y paisajes ms sostenibles.

    32

    SIPAM: un legado mundial de paisajes agrcolas notablesMiguel A. Altieri, Parviz KoohafkanLos Sistemas Ingeniosos del Patrimonio Agrcola Mundial (SIPAM) comprenden un impresionante conjunto de patrimonios agrcolas que se encuentran en muchos pases del mundo. Estos sistemas agrcolas tradicionales pueden contribuir al aumento de la produccin de alimentos y mejorar los medios de vida rurales, apoyando significativamente a la lucha contra el hambre y la pobreza.

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  • contenido

    Estimados lectoresNuestra revista ha iniciado el registro digital de suscriptores, quiere decir que todos los interesados en recibirla ya sea como boletn por correo electrnico o en versin impresa en su domicilio, pueden suscribirse directamente llenando sus datos en el formato digital que se encuentra en nuestro sitio en Internet: http://www.leisa-al.org/web/suscripciones

    LEISA revista de agroecologa se ha propuesto resaltar el papel que cumplen los diferentes actores relacionados con la agroeco-loga en los diferentes pases de Amrica Latina y ha ampliado la funcin del registro. De manera inicial fue de organizaciones de productores ecolgicos, ahora es un registro ampliado con la ubicacin de los diferentes actores de la agroecologa y de la produc-cin, comercializacin de productos orgnicos y prestadores de servicios de asesora profesional o capacitacin para producto-res u otros interesados en la agroecologa y desarrollo rural en nuestra regin. Este mapa est funcionando y ya tenemos va-rios inscritos de diferentes pases de la regin.

    El objetivo de este registro es difundir en cada uno de los pa-ses de Amrica Latina la informacin sobre lo que ah se oferta como producto o servicio ecolgico u orgnico. Por ejemplo, un registro puede ser de un agricultor de Mxico que vende cha orgnica o una institucin colombiana que ofrece cursos de ca-pacitacin para el manejo integral de plagas, etc.

    El formato para registrarse se encuentra en el siguiente enlace: http://www.leisa-al.org/web/mapa.html, donde se puede apreciar el mapa y la ficha de registro de cada ofertante.

    Los editores

    4 Editorial: El paisaje y la agricultura familiar campesina

    Visin integral del paisaje rural6 SIPAM: un legado mundial de paisajes agrcolas

    notables Miguel A. Altieri, Parviz Koohafkan

    11 Mosaicos de conservacin para preservar la biodiversidad

    Antonio Jos Solarte Snchez, Yuly Catalina Zapata Arango, ngela Mara Gmez

    15 El paisaje cultural cafetero de Colombia Juan David Solano Mendoza

    18 Los paisajes en la Meseta Norte Catarinense y la conservacin de los remanentes del bosque

    Ansio da Cunha Marques, Valdir Frigo Denardin, Maurcio Sedrez dos Reis, Celina Wisniewski

    21 Podemos combinar la agricultura con la conservacin del bosque?

    Heitor Teixeira

    22 Regeneracin de los paisajes bioculturales en la amazona alta del Per

    Rider Panduro Melndez

    24 Gestin del paisaje y el agua en los Andes Entrevista con Andrs Alencastre, director ejecutivo de

    la Asociacin Agua en Cuencas (AGUA-C)

    26 Los yapuchiris. Capacidades locales en la gestin del riesgo climtico

    Tania Ricaldi Arvalo, Luis Carlos Aguilar

    Opinin28 Democratizando los paisajes La brecha en la democracia del paisaje Andrew Butler

    gestin integral y prOduccin29 Fincas Integrales: aportes a los servicios

    ecosistmicos y a la calidad de vida de las familias Ana Navarro Ortega

    32 La colaboracin comunitaria frente a las amenazas econmicas e institucionales

    Erika Speelman, Jeroen Groot, Luis Garca-Barrios, Kasper Kok, Pablo Tittonell

    35 FUENTES

    36 TRABAJANDO EN RED

    la Va campesina37 Desenmascarando la Agricultura Climticamente

    Inteligente

    energas renOVables / HiVOs38 Financiamiento innovador para el uso de la lea en

    Centroamrica sOcla40 Reflexiones sobre la participacin de SOCLA en

    el Simposio Internacional de Agroecologia para la seguridad Alimentaria y Nutricin en FAO, Roma

    Clara Ins Nicholls

    Mapa de organizaciones

  • 4 | LEISA revista de agroecologa | 30-3 visin integral del paisaje rural

    editorial

    El paisaje y la agricultura familiar campesina

    El paisaje es toda la naturaleza, es toda la humanidad, los rboles, los animales, el paisaje somos todos los que lo conformamos, es donde vivimos. Por decir, tenemos nuestra chacra bien ordenada, bien ubicadita tambin entra en el paisaje.

    Don Alberto Romero Palomino,agricultor de 43 aos, Comunidad de El Challual,

    Bajo Biavo, provincia de Bellavista, San Martn, Per

    4 | LEISA revista de agroecologa | 30-3

    Como una accin previa al Foro Global sobre Paisajes que tendr lugar en diciembre 2014 en Lima, Per, este n-mero presenta experiencias que destacan la relacin entre el paisaje y la agricultura y la forma en que las comunidades ru-rales estn actuando ante la creciente presin existente sobre sus tierras y recursos.

    Generalmente el paisaje se entiende como aquella porcin de la tierra o territorio que se puede ver y comprender con una sola mirada, abarcando as todas las caractersticas que lo definen y distinguen. Pero estas caractersticas no son solo el resultado de las fuerzas de la naturaleza, sino tambin un pro-ducto del quehacer humano. En este momento, ante las ame-nazas que presenta el cambio climtico, existe la necesidad de miradas y conceptos integradores que permitan enfrentarlas y abordar los nuevos retos.

    Internacionalmente se ha optado por el enfoque de pai-saje que lo interpreta como una unidad biocultural que per-mite intervenciones integrales complejas, donde la relacin entre los factores propiamente naturales y los factores hu-manos es evidente. Esto es claramente apreciable al percibir cmo las caractersticas de un paisaje rural son producto de la actividad humana a partir de su interaccin con los ele-mentos de un espacio natural determinado: los mosaicos de parcelas cultivadas, las praderas para el ganado, los bosques preservados o degradados, los cursos de agua libres o cana-lizados, los caminos y asentamientos humanos construidos

    con peculiares formas por la calidad de los materiales locales empleados o por las condiciones que el clima impone son muestras de esta integralidad.

    El enfoque de paisaje puede constituirse en una herra-mienta conceptual y metodolgica que permita hacer frente a los efectos perniciosos de las acciones sectorializadas que han actuado independientemente, por s solas, sin considerar los efectos negativos que podan ejercer sobre otros sectores, tanto sociales como naturales. Este enfoque, al integrar los di-ferentes elementos que constituyen el paisaje, alberga el po-tencial para mejorar los medios de vida y la seguridad y sobe-rana alimentarias, as como para ser un factor de adaptacin al cambio climtico al proporcionar servicios ambientales.

    Cuando miramos el paisaje rural observamos que la agri-cultura es una de las modalidades de intervencin que ha mo-dificado ms intensamente el estado natural de estos espacios y ha creado, a travs de siglos, sistemas que constituyen patri-monios de la humanidad cuya vigencia como espacios agra-rios los hacen, en muchos de los casos, altamente productivos y resilientes ante las amenazas del cambio climtico.Ejemplo de ello son los Sistemas Ingeniosos del Patrimonio Agrcola Mundial (SIPAM). Muchos de estos sistemas se han visto al-tamente erosionados por las exigencias de la agricultura co-mercial de monocultivo que, al interactuar con la naturaleza, obedecen a una racionalidad distinta a la de los agricultores de pequea escala productiva (Altieri y Koohafkan, p. 6).

  • convocatoria | leisa 31-1, marzo 2015Para lograr suelos sanos: la materia orgnica es lo que importa2015 ha sido declarado como el Ao Internacional de los Suelos. Por ello, ahora es una poca apropiada para volver a mirar a los suelos que son tan fundamentales para la agroecologa y la agricultura familiar campesina. Los suelos no son solo esenciales para la agricultura, la ganadera y la forestera; tambin son suministradores de agua limpia, capturadores de dixido de carbono de la atmsfera y proveedores de varios otros servicios ecosistmicos. Sin embargo estas funciones estn en riesgo debido a que, cada vez ms, muchos suelos estn siendo degradados.

    Mientras la investigacin y la poltica suelen hacer hincapi en el uso de fertilizantes qumicos para aumentar la produccin, estas por s solas no pueden revertir los problemas de los suelos degradados y el pobre rendimiento de las cosechas en el largo plazo, incluso pueden hacer que empeoren en algunos casos.

    Los suelos son saludables cuando son suelos vivos y contienen una cantidad adecuada de materia orgnica, lombrices de tierra, insectos y microorganismos. Un suelo sano puede retener ms agua y mantener ms nutrientes. Con el cambio climtico, que ha alterado los regmenes de precipitaciones pluviales, se producen sequas ms frecuentes y de mayor duracin, lo que significa que mantener los suelos vivos, vale decir, frtiles, sea ms importante que nunca. El Ao Internacional de Suelos 2015 es una excelente ocasin para llamar la atencin sobre la necesidad de mejorar la salud del suelo.

    LEISA revista de agroecologa invita a presentar experiencias de conservacin, recuperacin o formacin de suelos vivos y frtiles, realizadas por los agricultores campesinos en sus parcelas, chacras o fincas. Los artculos seleccionados se publicarn en la primera edicin de la revista en 2015.

    Las contribuciones para LEISA 31-1 deben ser enviados antes del 7 de enero de 2015 a Teresa Gianella: [email protected]

    La visin integral del espacio rural que presentan algu-nos de los artculos publicados en este nmero de LEISA estn basados en experiencias con una visin igualmente integral de la gestin y donde se comprueba, como es el caso de la conservacin del bosque para una produccin sostenible de yerba mate en la Meseta Norte Catarinense de Brasil (Cunha Marques y otros, p. 17), donde se muestra que para lograr una produccin sostenible no es suficiente trabajar solo el componente forestal con criterio conserva-cionista, como lo exigen muchos ecologistas, sino que es necesaria la complementacin de una agricultura sostenible

    que aliente la preservacin de los servicios ambientales de los ecosistemas.

    Varias experiencias publicadas en este nmero (Solarte y otros, p. 11; Navarro, p. 29), as como la nota de campo del es-tudiante de agronoma que se pregunta: Podemos combinar la agricultura con la conservacin del bosque? (Teixeira, p. 21) demuestran que en una gestin integral del paisaje, la agricul-tura familiar campesina es un factor indispensable para la sos-tenibilidad de los recursos naturales que posibilitan la vida de la sociedad humana y de la flora y la fauna albergada en estos espacios bioculturales que conforman los paisajes rurales.

    Andenera en produccin, Valle del Colca, Arequipa, Per. Archivos LEISA

  • 6 | LEISA revista de agroecologa | 30-3 visin integral del paisaje rural

    MIGUEL A. ALTIERI, PARVIZ KOOHAFKANT

    En todo el mundo los paisajes determinados especficamente por la biologa y la cultura son parte de sistemas agrcolas nicos y han sido creados, formados y mantenidos por generaciones

    de agricultores y pastores, utilizando los recursos naturales localmente disponibles y un manejo adaptado ecolgicamente. Estos agropaisajes ingeniosos, basados en el conocimiento y la experiencia local, reflejan la evolucin de los diversos grupos humanos, la diversidad de sus conocimientos y su profunda relacin con la naturaleza. Estos paisajes excepcionales conservan la biodiversidad agrcola de importancia mundial. Los sistemas de conocimiento indgenas que han dado lugar a ecosistemas resilientes proporcionan mltiples bienes y servicios que garantizan la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de millones de personas en las zonas rurales.

    SIPAMlegado mundial de paisajes

    agrcolas notables

    A l llegar casi a la segunda dcada del siglo XXI, muchos de estos paisajes bioculturales amenazados por la penetra-cin del mercado, la migracin, el crecimiento demogrfico, las reformas polticas, la introduccin de nuevas tecnologas y otros factores que sin duda han acelerado el ritmo de cam-bio en las zonas rurales, han resistido la prueba del tiempo y son prueba de estrategias agrcolas resilientes. Con el fin de salvaguardar y apoyar los sistemas del patrimonio agrocultu-ral mundial, la FAO, con el apoyo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrario y otros donantes, inici la gestin de la conservacin y adaptacin de los Sistemas Ingeniosos del Patrimonio Agrcola Mundial (SIPAM), con el objetivo de establecer las bases para su reconocimiento internacional, su conservacin dinmica y el manejo adaptativo de su biodiversidad cultural y agrcola asociada, como son los sistemas de conocimiento, la seguri-dad alimentaria y los medios de vida en todo el mundo. Los sitios designados como SIPAM comprenden un impresionante conjunto de patrimonios agrcolas ingeniosos, dispersos en muchas regiones del mundo. Basados en sistemas agrcolas tradicionales, pueden contribuir al aumento de la produccin de alimentos y mejorar los medios de vida rurales, contribu-yendo significativamente a los Objetivos de Desarrollo del Mi-lenio en la lucha contra el hambre y la pobreza.

    Caractersticas notables, propiedades emergentes y servicios de SIPAMLos sistemas agrcolas tradicionales nicos prevalentes en los sitios SIPAM representan sistemas bioculturales con caracte-rsticas de importancia local y mundial:

    Los SIPAM son generalmente ricos en biodiversidad agr-cola muy propia y especial, la cual se despliega tanto en los campos de cultivo como en el paisaje, formando la base de los sistemas de produccin de alimentos. Los sitios SIPAM comprenden paisajes rurales que no han sufrido fragmen-tacin ni homogenizacin por la intensificacin productiva y donde la matriz agrcola es clave para el control de la estructura y dinmica de la biodiversidad.

    Los SIPAM se sustentan gracias a los innovadores, ind-genas y campesinos que tienen un amplio conocimiento de los complejos sistemas ecolgicos locales. Entre estos innovadores, son las mujeres especialmente quienes po-seen muchos conocimientos tradicionales y cumplen as un papel fundamental en la conservacin y utilizacin de la biodiversidad.

    Los SIPAM son sistemas de gestin de tierras, agua y biodi-versidad y, por lo tanto, ofrecen lecciones de sostenibilidad para los sistemas agrcolas modernos. En los sitios SIPAM, diversas culturas o epistemologas del conocimiento por ejemplo: acadmico-disciplinar, profesional-practicante, perspectivas del conocimiento agrcola se renen para una mejor comprensin y mejora de la resiliencia y soste-nibilidad de los sistemas, de las personas y del ambiente.

    Los paisajes diversificados SIPAM contribuyen sustancial-mente a la seguridad alimentaria local y nacional y a los medios de vida. Las pequeas fincas que producen gra-nos, frutas, vegetales, forraje y productos de origen ani-mal en el mismo campo son muy eficientes en trminos de produccin total. El rendimiento de los sistemas agrcolas diversificados puede ser un 30 a 60% mayor que el de los

    Paisaje agrcola en la microcuenca Los Sainos, El Dovio, Colombia, con un mosaico de cultivos diversos dentro de una matriz natural E. Murgueitio

  • LEISA revista de agroecologa | 30-3 | 7visin integral del paisaje rural

    monocultivos. Estos sistemas tradicionales comprenden no menos del 30% de los 350 millones de fincas conducidas por pequeos agricultores que proporcionan la mitad del suministro mundial de alimentos.

    Los SIPAM muestran resiliencia y solidez para hacer fren-te a los cambios ambientales y climticos. Muchas de las prcticas indgenas, como la diversificacin, amortiguan los efectos de la variabilidad del clima en los agroecosiste-mas. La diversidad agrcola ampla la complementariedad y la compensacin, permitiendo a los agroecosistemas se-guir funcionando a pesar de los cambios ambientales.

    Los servicios ecosistmicos derivados de los sistemas agr-colas SIPAM incluyen la regulacin de los sistemas de agua y el microclima, servicios estticos y culturales, as como como el soporte a la fertilidad del suelo y la polinizacin de cultivos. La gestin de una agricultura diversa en paisajes heterogneos cumple funciones cruciales en las cuencas hidrogrficas como el mantenimiento de la calidad del agua y la regulacin de su flujo, la recarga de los acuferos subterrneos, etc.

    En sistemas socioecolgicos complejos como son los sitios SIPAM, la biodiversidad agrcola y la diversidad cultural son mutuamente dependientes y se refuerzan. La estabilidad y la capacidad de los sistemas ecolgicos SIPAM para proveer bie-nes y servicios dependen principalmente de las comunidades rurales, las que tienen diversas formas de organizacin social y gobierno. Estas regulan los modos de produccin, la distri-bucin del trabajo, las tecnologas y prcticas.

    Significancia mundial y beneficiosLos SIPAM proporcionan muchos bienes y servicios: biodiver-sidad y conservacin del ecosistema; regulacin de los ciclos del agua, carbono y nitrgeno; conservacin y restauracin del suelo y del agua; secuestro de carbono y regulacin del clima (micro y macro), y la capacidad de recuperacin y adap-tacin a la variabilidad del clima, plagas y brotes de enferme-dades. Muchos SIPAM estn ubicados en importantes centros de origen y de diversidad de especies vegetales y animales domesticadas.

    La riqueza y amplitud de los conocimientos y experiencia acumulados en la gestin y uso de los recursos naturales consti-tuye un recurso de importancia mundial que debe ser preserva-do y al que se debe permitir evolucionar. Estos paisajes agrcolas se caracterizan por las innovaciones tecnolgicas y culturales continuas, a travs de su transferencia entre generaciones, los

    intercambios con otras comunidades y respuesta a los eventos naturales y al cambio social, tecnolgico y poltico.

    En el contexto de la creciente urgencia global para encon-trar soluciones ticamente responsables y respetuosas del am-biente para la alimentacin mundial, el cambio climtico y la crisis energtica, los SIPAM constituyen sistemas de referencia para las estrategias internacionales y nacionales del desarrollo sostenible de la agricultura destinada a abordar la creciente demanda para satisfacer las necesidades de alimentos y me-dios de subsistencia de poblaciones pobres y remotas. La evi-dencia cientfica demuestra que los SIPAM pueden ser una opcin viable y sostenible especialmente para los productores pobres de los pases en desarrollo. Diversas evaluaciones han demostrado las ventajas comparativas de este tipo de sistemas en la produccin alimentaria y la mitigacin de riesgos en el mediano y largo plazo.

    Amenazas y retosA pesar de su notable capacidad para adaptarse a las pertur-baciones y los cambios, los SIPAM encaran grandes retos ante la rpida variabilidad ambiental y climtica y los cambios aso-ciados a la globalizacin, que son presiones exacerbantes en los sistemas agrcolas familiares campesinos. La penetracin de los mercados mundiales de productos bsicos en reas remotas crea con frecuencia situaciones en las que los pro-ductores locales en los SIPAM tienen que competir con los productos agrcolas de la agricultura intensiva, generalmente subvencionada y proveniente de otras regiones del mundo. Las polticas inadecuadas, que inducen a la adopcin de va-riedades de alto rendimiento (VAR) y especies exticas, tienen como consecuencia la prdida de la agrobiodiversidad y su manejo, as como de las prcticas relacionadas con la aversin al riesgo. Los insumos externos subvencionados y la reduccin de los precios agrcolas para los alimentos bsicos y cultivos comerciales afectan directamente la viabilidad econmica y la base biocultural de estos sistemas.

    De hecho, muchas zonas rurales del mundo incluso los si-tios SIPAM constituyen espacios en ardua disputa por actores con intereses opuestos. El capital financiero, las empresas trans-nacionales y los sectores privados nacionales son espacios de reterritorializacin que tienen abundantes recursos naturales a travs de megaproyectos como represas, minera a cielo abier-to en gran escala y grandes plantaciones para el monocultivo de pino y eucalipto, as como cultivos transgnicos para bio-combustibles. Estos intereses corporativos, apoyados por pol-ticas econmicas neoliberales, han generado el problema del

    INGENIOOrganizacin social nica, conocimientos tradicionales, uso sostenible de recursos naturales, gestin compleja

    de sistemas de produccin biodiversos

    SIPAMBENEFICIOS GLOBALES Y LOCALES

    Servicios ambientales, conservacin de biodiversidad valorable, produccin con identidad cultural, modelos de

    resiliencia, seguridad alimentaria

    CARACTERSTICAS EXCEPCIONALESPaisajes notables, agrobiodiversidad,

    diversidad cultural, estrategias de usos mltiples

    PROBADA HISTORIA DE SOSTENIBILIDADAdaptabilidad a ambientes hostiles,

    produccin durante periodos de estrs climtico

    Figura 1. Caractersticas nicas de paisajes SIPAM en el mundo

    Fuente: Autores

  • 8 | LEISA revista de agroecologa | 30-3 visin integral del paisaje rural

    Territorios indgenas y campesinos

    Reservas de biodiversidadRepositorios de conocimiento tradicional

    Mosaicos de paisajesFaros arqueolgicos

    Espacios de esperanza y resistencia

    Figura 2. Territorios SIPAM, paisajes de autonoma y resistencia

    Fuente: Autores

    Plantaciones forestales

    Minera

    Cultivos transgnicos

    Ganadera extensiva

    BiocombustiblesDespojo

    de tierrasPolticas agroexportadoras

    creciente acaparamiento de tierras en muchos pases del Sur. Como respuesta a estas agresiones, muchas organizaciones y movimientos sociales de los pueblos rurales se oponen y resis-ten la ocupacin de sus tierras, recuperando prcticas ancestra-les y utilizando cada vez ms la diversificacin agroecolgica de sus sistemas productivos, como herramienta en la lucha por la defensa de los espacios rurales en disputa y su transformacin en territorios campesinos, mediante un proceso denominado recampesinizacin (Rosset y Martnez-Torres, 2012).

    Aunque la incorporacin de los SIPAM en las estrategias nacionales, su reconocimiento y apoyo a nivel internacional, son objetivos de nuevas polticas para su conservacin di-nmica, su aplicacin es un proceso lento. Sin una modesta pero rpida atencin global e intervenciones nacionales que promuevan su mantenimiento, es probable que la prdida de estos paisajes patrimoniales se acelere. Es paradjico que el proceso general de recampesinizacin que conduce a la (re)configuracin del espacio como territorio campesino puede, inadvertidamente, llegar a ser una forma eficaz para detener la rpida degradacin de los SIPAM. En estos espacios los campesinos se organizan para preservar su riqueza biolgica y cultural y su capacidad productiva mediante la participa-cin en coproduccin con la naturaleza y as fortalecer su base de recursos y ser cada vez menos dependientes de los mercados de insumos y crditos y, por lo tanto, del endeuda-miento. Este es un uso estratgico de la agroecologa para transitar a lo largo de un continuo que va desde la dependen-cia hacia la autonoma relativa. Es decir, de ser agricultores empresariales han vuelto a ser, en algunos casos, nuevamen-te campesinos; esto constituye uno de los ejes de la recam-pesinizacin segn J. D. van der Ploeg (2008). Otro de los ejes de la recampesinizacin es la conquista de la tierra y el territorio de la agroindustria y otros grandes propietarios, ya sea mediante reforma agraria, ocupaciones de tierras u otros mecanismos (figura 2).

    Otra estrategia, que no desafa directamente las estruc-turas de poder y opera dentro de los entornos polticos y econmicos existentes, es ampliar lo que se ha denomina-do Desarrollo Territorial con Identidad Cultural (DTIC; RI-MISP: www.rimisp.org/proyecto/desarrollo-territorial rural-con-Identidad-cultural). El DTIC tiene como objetivo poner en marcha un proceso territorial de desarrollo sostenible e inclusivo, que contribuya a mejorar la autonoma y calidad de vida de la poblacin rural carente de oportunidades. La principal estrategia es fortalecer los vnculos entre los mer-cados y las polticas pblicas orientadas a la valorizacin de

    los patrimonios culturales y agrcolas que se encuentran en un territorio, estimulando las asociaciones pblicas/priva-das que beneficien a los agricultores de pequea escala y otros pobladores rurales. El SIPAM localizado en la isla de Chilo, Chile, ha sido pionero de este enfoque en Amrica Latina (Venegas, 2014). La idea, liderada por la ONG Centro de Educacin y Tecnologa (CET) junto con los agricultores locales, es lanzar una etiqueta de certificacin SIPAM. Una de las lecciones de la experiencia de Chilo es que la conser-vacin dinmica de los sitios SIPAM y sus formas culturales pueden conformar la base de una estrategia de recampesi-nizacin para el desarrollo territorial con identidad cultural, reconociendo que con el fin de superar la pobreza no es ne-cesario renunciar a la riqueza cultural existente en el territo-rio. Por el contrario, el desarrollo regional debe basarse en la biodiversidad natural y agrcola existente y en el contexto sociocultural que lo nutre. El reto es mantener el proceso de desarrollo bajo el control de los actores rurales locales.

    Miguel A. AltieriSociedad Cientfica Latinoamericana de Agroecologia (SOCLA)[email protected]

    Parviz KoohafkanWorld Agricultural Heritage [email protected]

    Referencias - Koohafkan, P. y M. A. Altieri, 2010. Globally Important

    Agricultural Heritage Systems: A Legacy for the Fu-ture. Roma: Food and Agriculture Organization (FAO).

    - Lu, J. y X. Li, 2006. Review of rice-fish-farming in Chi-na. One of the globally important ingenious agri-cultural heritage systems (GIAHS). Aquaculture 260: 106-113.

    - Rosset, P. M. y M. E. Martnez-Torres, 2012. Rural social movements and agroecology: context, theory and process. Ecology and Society 17(3): 17. http://dx.doi.org/10.5751/ES-05000-170317 (acceso 15/10/14).

    - Venegas, C. 2014. Produccin agroecolgica en comu-nidades campesinas de Chilo y marca de certifica-cin SIPAM: una experiencia de desarrollo territo-rial. LEISA revista de agroecologia 29-4.

    - Van der Ploeg, J. D., 2008. The new peasantries: stru-ggles for autonomy and sustainability in an era of empire and globalization. Londres: Earthscan.

  • LEISA revista de agroecologa | 30-3 | 9visin integral del paisaje rural

    Cuatro ejemplos de paisajes SIPAMen Amrica Latina

    Paisaje agrcola chilote en la costa de la isla, donde los agricultores usan recursos martimos para la alimentacin y

    algas como fertilizantes. C. Venegas, CET

    Terra Preta de ndio (TPI), cerca de ros secundarios. Programa de Investigacin en Biodiversidad, Brasil

    (http://ppbio.inpa.gov.br/)

    Brasil: Terra Petra, Tierra Negra del Amazonas o Tierras Oscuras AmaznicasSon suelos muy frtiles de color oscuro, un producto nico de la gestin ingeniosa de los suelos por los pueblos indgenas. La mayora de estos suelos se formaron hace entre 500 y 2.500 aos. El manejo de la Terra Preta, como se practica en la cuenca del Amazonas, se basa en una integracin diversa y compleja de modificaciones orgnicas del suelo para maximizar los rendimientos y la calidad de los alimentos, al mismo tiempo que se minimiza la degradacin de los recursos.

    Para la formacin de la Tierra Oscura Amaznica es crucial la incorporacin de carbono pirgeno, fsforo orgnico y calcio, elementos clave del sistema. Los rendimientos de los cultivos en la Tierra Oscura Amaznica son mayores que los que se producen en los suelos adyacentes y mantienen esta ventaja durante muchos aos en una regin que normalmente no admite ms de un ciclo de cultivo sin ingreso masivo de fertilizantes. Esta capacidad de resiliencia crea una notable seguridad para las poblaciones locales.

    Los sistemas de conocimiento y cultura vinculados a la gestin de Terra Preta eran nicos pero lamentablemente se han perdido. Aunque amenazadas, las Tierras Oscuras Amaznicas siguen siendo un importante recurso, as como un patrimonio agrcola que necesita un mejor entendimiento cientfico.

    Chile: Agricultura ChiloteEn el archipilago de Chilo hay una agricultura nativa practicada por cientos de aos, basada en el cultivo de numerosas variedades de papa nativas e introducidas, ajo, manzanas, crianza de ovejas, etc., inserta en un rico paisaje de bosques vrgenes, hogar de muchas especies de flora y fauna endmica, varias de ellas en peligro de extincin. Chilo es considerado uno de los centros de origen de la papa y actualmente sus variedades tienen una importancia especial para los agricultores ya que la diversidad gentica proporciona la seguridad de la cosecha y la proteccin contra las enfermedades, plagas, sequa y otros factores de estrs. Las variedades con diferentes potenciales agronmicos permiten a los agricultores explotar toda la gama de los agroecosistemas existentes en el interior y en las regiones costeras, que difieren en altitud, calidad del suelo, pendiente, disponibilidad de agua, etc. La mayora de los agricultores tradicionales cultivan las papas con prcticas agroecolgicas uso de sistemas de labranza cero, cultivo intercalado con habas o guisantes que fijan el nitrgeno y el empleo de los recursos locales para la produccin, tales como algas marinas y estircol de corral para la fertilizacin. Tradicionalmente las mujeres huilliche han mantenido las actividades de conservacin de la biodiversidad en las pequeas parcelas de sus huertos hortcolas familiares, por lo que en sus respectivas comunidades son una fuente crucial de conocimiento sobre la conservacin de semillas en campo, cultivo de la papa y su culinaria.

  • 10 | LEISA revista de agroecologa | 30-3 visin integral del paisaje rural

    Andenes de Pisac, Cusco, Per. Carlos Zapaterahttp://carloszapatera.wordpress.com/2011/04/21/

    Agricultor trabajando en su chinampa, Xochimilco, Mxico. Jflo23, Commons, Wikimedia

    Per: El corredor Cuzco-Puno

    Mxico: Las chinampas

    Sistema waru-waru o de camellones: durante el da el agua absorbe el calor y lo irradia por la noche(tomado de http://hidraulicainca.com/).

    Los Andes comprenden una gama de ecorregiones consideradas entre los ambientes ecolgicos ms heterogneos del planeta. El transecto de 350 kilmetros seleccionado como sitio SIPAM presenta tal verticalidad y heterogeneidad ambiental que incluye diferentes climas y comunidades vegetales, y un paisaje construido por humanos compuesto por terrazas, obras de riego, mosaicos de campos de cultivo y asentamientos poblacionales. El transecto incluye miles de hectreas de terrazas, la mayora construidas en tiempos prehistricos. Estas chacras escaleras muchas ahora abandonadas siguen contribuyendo con grandes cantidades de alimentos y proporcionan servicios como terrenos cultivables, control de la erosin y proteccin a los cultivos durante las heladas nocturnas. Los pueblos andinos domesticaron una serie de tubrculos (oca, mashua, ulluco, arracacha, maca, achira y yacn) de los cuales la papa es el ms destacado. En promedio se pueden encontrar fcilmente 50 variedades de papas en los campos de los agricultores y, por referencias locales, la existencia de hasta 100 variedades nativas en un solo pueblo. El mantenimiento de esta amplia base gentica reduce la amenaza de las prdidas de cosechas por plagas y patgenos y por variacin climtica. En los valles, el maz se cultiva todava junto con otras especies de alto valor alimenticio como son los granos andinos (quinua, kiwicha, caihua), plantas leguminosas como frijoles y lupinos, y races como arracacha, yacn y chago.

    En altitudes de casi 4.000 msnm, los waru-warus o camellones todava prevalecen. Consisten en plataformas de tierra rodeadas de zanjas llenas de agua. Permiten la produccin de cosechas abundantes a pesar de las inundaciones, las sequas y las heladas. El agua circundante eleva la temperatura lo suficiente para mitigar las perniciosas heladas, comunes a esta gran altura.

    Las chinampas son sistemas de policultivo en camas elevadas o camellones en los pantanos de los lagos en el sur del valle central de Mxico. Los canales alrededor de estas camas o chinampas se utilizan para la acuicultura y para evitar las plagas y el acceso del ganado. Los policultivos en las chinampas incluyen maz, frijol, calabaza, chile y una amplia variedad de otros cultivos, frutos y flores, as como hierbas comestibles. Las primeras evidencias de chinampas se pueden encontrar en la antigua ciudad de Tenochtitlan. Una de las mayores innovaciones aztecas fue la utilizacin de estas camas elevadas para la germinacin de las semillas y como almcigos o viveros ubicados en los mrgenes. Mediante el uso de una gran diversidad de nichos, el sistema agrcola chinampa ofrece altos rendimientos de productos derivados tanto de la tierra como del agua. El sistema agrcola chinampa tiene la capacidad, por ello, de sustentar a pueblos con alta densidad poblacional. Este sistema es un excelente ejemplo de agricultura sostenible que garantiza la seguridad alimentaria y los medios de vida, ayudando a aliviar la pobreza, especialmente ante las amenazas emergentes relacionadas con la variacin climtica.

  • LEISA revista de agroecologa | 30-3 | 11visin integral del paisaje rural

    Mosaicos de conservacin para preservar la biodiversidad

    ANTONIO JOS SOLARTE SNCHEZ, YULY CATALINA ZAPATA ARANGO, NGELA MARA GMEZ

    Las reas protegidas de carcter estricto, como los Parques Nacionales Naturales (PNN), son una figura necesaria pero insuficiente para garantizar la conservacin de la biodiversidad y de los servicios ecosistmicos en espacios donde la presencia humana genera fuertes presiones. Los esfuerzos de conservacin en reas protegidas deben ser complementados con estrategias de conservacin por fuera de ellas, en los paisajes agropecuarios.

    F rente al debate de si se deben separar o integrar los proce-sos de conservacin de la biodi-versidad y la produccin agrope-cuaria, Perfecto y Vandermeer (2012) defienden la posicin de la integracin de la conservacin-produccin desde una perspectiva agroecolgica e identifican algu-nos elementos claves para que esta estrategia sea efectiva:

    1. La necesidad de construir una matriz de alta calidad (combi-nacin de fragmentos de vege-tacin natural incrustados en una matriz agropecuaria) que facilite la migracin de los or-ganismos entre fragmentos de vegetacin natural.

    2. Entender los factores polticos y sociales que pueden tener

    Mosaico de conservacin del PNN Las Orqudeas con la cobertura del suelo en 2010

    N

    SudamricaPNN Las OrqudeasCuenca EncarnacinPramo del SolEncarnacinFincasRos-quebradas

    PramoArbustal densoBosque fragmentado con pastos y cultivosBosque fragmentado con vegetacin secundariaBosque natural densoMosaico de cultivos, pastos y espacios naturalesMosaico de pastos y cultivosMosaico de pastos y espacios naturalesPastos enmalezados o enrastrojadosPastos limpiosRos (50 m)Vegetacin secundaria o en transicin

    Vereda Carautica

    Vereda El Salado

    Colombia

    Antioquia

    Fuente: rea de intervencin mosaicos de conservacin, PNN Las Orqudeas, 2012. Direccin Territorial Andes Noroccidentales.

    Panormica de la cuenca del ro Encarnacin, al fondo (derecha) el Pramo El Sol con conexin hacia el PNN Las Orqudeas (izquierda). Antonio Solarte

  • 12 | LEISA revista de agroecologa | 30-3 visin integral del paisaje rural

    inf luencia en la construccin de esta matriz, como las polticas agrarias o los procesos de ordenamiento am-biental del territorio.

    3. Tomar en cuenta el papel del agricultor y las organizacio-nes campesinas en la toma de decisiones acerca de lo que se produce y la forma como se hace.

    En varios PNN de Colombia se ha propuesto la figura de mosaicos de conservacin para intervenir a escala de paisaje y trascender los lmites del rea protegida (Andrade, 2012). Los mosaicos de conservacin se definen desde el punto de vista ecolgico como redes de reas protegidas y paisajes comple-mentarios (Barona y otros, 2012) y buscan generar sinergias entre comunidades e instituciones para fortalecer y consolidar escenarios de manejo y desarrollo sostenible en torno a la con-servacin de un ecosistema priorizado dentro de un rea pro-tegida (Montenegro y otros, 2007, citado por Andrade, 2012).

    En este artculo presentamos una sntesis de la experiencia del mosaico Orqudeas, en la cuenca del ro Encarnacin, Co-lombia, desde la perspectiva del Centro para la Investigacin en Sistemas Sostenibles de Produccin Agropecuaria (CIPAV), que realiz el acompaamiento tcnico al proceso en el pero-do 2008-2013.

    LocalizacinEl PNN Las Orqudeas, de 32.000 hectreas aproximadamen-te, se localiza en la vertiente occidental de la cordillera oc-cidental de Colombia, en el departamento de Antioquia, en jurisdiccin de los municipios de Frontino (73%), Urrao (23%) y Abriaqu (4%). Alberga ecosistemas de bosque hmedo suban-dino y andino, entre 300 y 3.000 msnm. Este PNN fue el esce-nario de una experiencia de mosaico de conservacin, parte del Proyecto GEF (siglas en ingls de Global Environmental Facility, Fondo Mundial para el Medio Ambiente) Mosaicos de Conservacin (2007-2012), que desarroll actividades tanto al interior del PNN como en el rea aledaa correspondiente a la cuenca del ro Encarnacin.

    El mosaico se delimit en la parte media-alta de la cuenca, en el municipio de Urrao, zona priorizada porque se encuentra en el rea de influencia directa del PNN y se configura como rea de conexin entre el parque y el pramo El Sol. Como se observa en el mapa, el PNN Las Orqudeas y las zonas aledaas se encuentran influenciadas por las actividades humanas.

    En 2007 se form un Grupo de Accin Local (GAL) inte-grado por 12 familias, el equipo del PNN y Patrimonio Natural como ejecutor de los recursos del GEF, bajo la orientacin tc-nica de CIPAV y con el apoyo de la Asociacin de Productores Indgenas y Campesinos de Riosucio, Caldas (Asproinca).

    Modelo conceptual para la intervencin en el mosaicoLa gestin a nivel del mosaico busca que los valores objeto de conservacin identificados en el plan de manejo del rea pro-tegida sean reconocidos por las comunidades e instituciones en las reas aledaas, generando alianzas para asegurar su permanencia. El PNN Las Orqudeas se orienta hacia la con-servacin de ecosistemas naturales, especies de flora y fauna, recursos hdricos y valores culturales relacionados con comu-nidades indgenas ember-katio.

    El rea de trabajo en la cuenca del ro Encarnacin ha sido severamente afectada por el conflicto armado, lo que ha ge-nerado desplazamiento y abandono del territorio por parte de los habitantes locales. Con el paso del tiempo algunas familias han retornado pero entre las comunidades la marginalidad y la poca atencin del estado se evidencian en los niveles de pobreza registrados en esta zona rural. Existen carencias en aspectos educativos, de salud y en los servicios de extensin y asistencia tcnica agropecuaria, y limitaciones en la participa-cin y organizacin social, adems de poca credibilidad en las instituciones locales y externas.

    Entre las principales situaciones que afectan negativamen-te el estado de los objetos de conservacin se encuentra el avance de la frontera agropecuaria mediante la tumba y que-ma de las coberturas de bosque para el establecimiento inicial de cultivos como granadilla, maz y frijol, que posteriormente toman el uso definitivo de reas en pastoreo extensivo para ganadera bovina. Este uso del suelo predomina especialmen-te a lo largo de los principales ros y quebradas (ver mapa). La ganadera con escaso manejo ha generado procesos ero-sivos y de contaminacin de las aguas. Junto con el proceso de transformacin de los bosques, los ecosistemas de pramos tambin han recibido fuertes impactos por incendios devasta-dores, posiblemente generados para establecer pasturas.

    La compleja situacin social, el desarraigo, la escasa pre-sencia estatal y el bajo nivel de organizacin han generado que las normas ambientales no se cumplan y que tampoco

    Integrantes de la Asociacin Agroambiental Las Orqudeas y personal de varios Parques Nacionales en un recorrido de aprendizaje por la experiencia del mosaico Orqudeas. Antonio Solarte

  • LEISA revista de agroecologa | 30-3 | 13visin integral del paisaje rural

    se aprueben participativamente medidas de ordenamiento ambiental. De esta forma, aunque los bosques van quedando relegados a las reas ms inaccesibles, el aprovechamiento se-lectivo de las especies valiosas para aserro es muy frecuente. La caza de animales silvestres es una prctica frecuente, mu-cho ms cuando afectan los cultivos de subsistencia. Aunque en la cuenca Encarnacin la minera no se ha practicado, en otras zonas aledaas al parque la minera artesanal puede ver-se transformada en una amenaza permanente con el auge de la actividad a nivel nacional.

    Estrategias de intervencinCon el propsito de incidir sobre las amenazas directas de ma-yor repercusin ambiental negativa y analizando causas sub-yacentes o amenazas indirectas, se definieron tres estrategias que incluyen acciones complementarias de forma paralela y articulada en la zona aledaa del mosaico.

    Ordenamiento ambiental del territorio, concebido como una agregacin de procesos que se construye por escalas, de abajo hacia arriba, desde el nivel local (la finca), hasta escalas ms amplias de paisaje, que aporte a la generacin de conectivida-des entre el PNN Las Orqudeas y el pramo El Sol. Se inici en el nivel local mediante un proceso participativo de planifica-cin predial en cada una de las 12 fincas y, desde ah, se aport a la planificacin del manejo de microcuencas hidrogrficas del rea amortiguadora del PNN Las Orqudeas. Se plante desa-rrollar planes de manejo comunitario de los recursos naturales en tres microcuencas, con la identificacin de los principales focos de contaminacin y reas crticas para la conservacin y restauracin ecolgica, para desarrollar acciones de sanea-miento bsico y de conservacin de los recursos naturales.

    Sistemas sostenibles de produccin y manejo de recursos na-turales, articulado con el anterior ya que es a nivel de la finca donde el productor y su familia toman decisiones que inciden en la produccin, conservacin y manejo de recursos natura-les, lo cual no solo tiene implicaciones a nivel del predio, sino tambin en la microcuenca y la matriz del paisaje. Este compo-nente fue enmarcado dentro de un proceso de planificacin predial participativa que incluy capacitacin para entender las bases agroecolgicas de los sistemas sostenibles de produc-cin agropecuaria y el manejo de los recursos naturales. Se usaron estrategias como giras y talleres con acompaamiento tcnico para su desarrollo en la finca. Se desarrollaron alter-nativas agroforestales, silvopastoriles y de conservacin de los recursos naturales para reducir el impacto de los sistemas de produccin basados en la ganadera extensiva. Entre los siste-mas seleccionados estn los bancos mixtos de forrajes (comi-da, forraje y maderables), cercas vivas, mejoramiento de pas-turas con sistemas silvopastoriles. Se realiz el mejoramiento de la infraestructura productiva en cuanto a la construccin de instalaciones para el manejo de animales domsticos, re-coleccin y procesamiento de abonos orgnicos, descontami-nacin de aguas residuales a travs de biodigestores plsticos y produccin de hortalizas en invernadero para fortalecer la seguridad alimentaria.

    Fortalecimiento de la participacin y la organizacin comu-nitaria. En este componente se pretenda desarrollar activida-des de formacin para grupos de mujeres, jvenes y adultos, incluyendo al GAL. Desde el fortalecimiento del GAL se busc potenciar espacios mayores de participacin y organizacin comunitaria como las Juntas de Accin Comunal (JAC).

    Lecciones aprendidasEn un contexto como el descrito, las primeras dificultades son la desconfianza y el escepticismo por parte de los pobladores locales. Esto hizo que al inicio la participacin fuera baja y que los proyectos fueran vistos como asistencialistas. Un elemento

    clave para romper esta inercia inicial fue identificar a los par-ticipantes que mostraban mayor motivacin e iniciar acciones en sus predios con el fin de generar experiencia local.

    Como estrategia de capacitacin y acompaamiento tc-nico se estableci una alianza entre CIPAV y Asproinca para avanzar en el intercambio de conocimientos de campesino a campesino y en la formacin del talento y el capital humano bajo un esquema de aprender haciendo en alternativas pro-ductivas sostenibles, construccin de infraestructura agro-pecuaria, organizacin comunitaria y manejo de microcr-ditos agropecuarios. Estas acciones fueron complementadas con la asistencia tcnica especializada a los productores, el desarrollo de talleres y reuniones grupales, as como giras de intercambio a experiencias innovadoras en otras regio-nes y espacios de aprendizaje para potencializar las habili-dades de los participantes y vencer las limitantes culturales asociadas al establecimiento de tecnologas amigables con el medio ambiente.

    Los procesos de ordenamiento ambiental comunitario a nivel de microcuencas no generaron suficiente inters y par-ticipacin en la fase inicial, debido a que los productores de esta regin tuvieron preferencia por el desarrollo de activi-dades relacionadas con el mejoramiento de sus fincas, en los aspectos relacionados con la conservacin de los recursos na-turales, seguridad alimentaria e infraestructura. Por lo tanto se opt inicialmente por acciones con resultados rpidos a nivel de finca como los invernaderos y los bancos mixtos de forrajes.

    En la cuenca La Encarnacin, las JAC son organizaciones de base que se han legitimado y que mantienen un recono-cimiento. En articulacin con la alcalda municipal de Urrao (oficina de Bienestar Social), el PNN Las Orqudeas y CIPAV, se ampli el proceso de participacin a las 13 JAC de la zona Encarnacin. Se logr conformar una organizacin de base comunitaria con mayor proyeccin que una JAC: la Asocia-cin Agroambiental Las Orqudeas, conformada por 45 socios individuales que representan a 31 familias entre las que se encuentran algunas personas con predio en el PNN Las Or-qudeas. Esta asociacin cuenta con un fondo rotatorio que a travs de microcrditos puede apoyar la implementacin de alternativas productivas. La asociacin ha logrado gestionar y canalizar recursos pblicos para ampliar el cubrimiento del mosaico a otras veredas y para apoyar el desarrollo de alter-nativas productivas.

    Humano

    Natural

    Fsico-construido

    Social

    Financiero-productivo

    05/09/0808/11/0905/02/1107/03/12

    Grfico 1. Monitoreo de las acciones desarrolladas en los predios de la cuenca Encarnacin con indicadores

    Fuente: Solarte y otros, 2012.

    5

    4

    3

    2

    1

    0

  • 14 | LEISA revista de agroecologa | 30-3 visin integral del paisaje rural

    Los resultados fueron objeto de seguimiento utilizando 20 indicadores de sostenibilidad, analizados con el enfoque de los capitales (DFID, 1999). Se asign a cada indicador una escala de calificacin de uno a cinco, donde cinco es una situacin deseable a la que es factible llegar en el contexto de la regin. Los indicadores se agruparon en cinco capitales: humano, na-tural, fsico/construido, financiero/productivo y social, y el mo-nitoreo se realiz cuatro veces en las 12 fincas del GAL (grfico 1), durante los cuales se encontr el mayor nivel de avance en el primer ao de intervencin (finales de 2008 y todo 2009). El mayor avance se present en el capital humano, confirmando la prioridad que se le brind al proceso de formacin y capaci-tacin como pilar para avanzar en la adopcin de tecnologas amigables con el medio ambiente que se reflejan, con el paso de tiempo, en los otros componentes. Durante la tercera medi-cin, el capital fsico/construido present el mayor incremen-to, posiblemente debido a los limitantes de mano de obra y al desconocimiento de las tecnologas propuestas que requieren un tiempo para la formacin y adaptacin a la metodologa de trabajo. En la ltima medicin se siguieron presentando avan-ces en la mayor parte de los indicadores como una forma de fortalecimiento de las acciones iniciadas en los predios.

    ConclusionesLas tres estrategias de intervencin en el mosaico Orqudeas se convirtieron en referentes destacados en el municipio de Urrao, municipios vecinos y Parques Nacionales. A partir de aqu, el enfoque de mosaicos de conservacin se ve como exi-toso para la articulacin de actores sociales e institucionales en torno a procesos de conservacin.

    El desarrollo de propuestas de conservacin en zonas con estas caractersticas debe abordar, como primera medida, el mejoramiento de los medios de vida de los habitantes y fortale-cer su seguridad alimentaria y sus principales actividades eco-nmicas, para ir avanzando, mediante procesos de produccin sostenible, hacia esquemas ms amplios de conservacin.

    Con esta experiencia se ratifica que a travs de los pro-cesos de produccin sostenible en el nivel de finca se avanza socialmente hacia la legitimacin de procesos de conserva-cin a otras escalas, contribuyendo a la conservacin de la biodiversidad a escala de paisaje.

    Los elementos que contribuyeron exitosamente en el pro-ceso pueden agruparse en el establecimiento de experiencias piloto en sistemas de produccin agropecuaria amigables con el entorno natural, la conformacin y fortalecimiento continuo de la Asociacin Agroambiental Las Orqudeas y el apoyo ins-titucional brindado durante el proceso.

    ProyeccinLa experiencia fue evaluada como exitosa por Patrimonio Na-tural y PNN, por lo que a partir de 2013 cuenta con su apoyo

    para consolidar los procesos iniciados en 2007 y escalar la ex-periencia con el enfoque de mosaicos de conservacin hacia otros sectores del PNN Las Orqudeas.

    Antonio Jos Solarte SnchezCoordinador del rea de Servicios Ambientales, [email protected]

    Yuly Catalina Zapata ArangoInvestigadora, [email protected]

    ngela Mara GmezInvestigadora, CIPAV y [email protected]

    Referencias - Andrade, G., 2012. El Mosaico, una forma para pensar

    la conservacin. En: Santamara, M., Barona, A. B., Rey Cobos, N., Orjuela, M., Chaves, M. E., eds. Mosaicos de Conservacin. Patrimonio Natural. Bogot: Fondo para la biodiversidad y reas protegidas.

    - Barona, A. B., Orjuela, M., Rey Cobos, N., 2012. Introduc-cin. En: Santamara y otros, obra citada.

    - DFID, 1999. Sustainable livelihoods guidance sheets. Londres: Department for International Development UK.

    - Montenegro, P., Awad, G., lvarez, A., Barona, A. B. y Gil, A., 2007. Programa Mosaicos de Conservacin. Pa-trimonio Natural. Bogot: Fondo para la Biodiversidad y reas Protegidas. Proyecto GEF. Proyecto de Participa-cin de la Embajada de Holanda en la consolidacin del Fondo.

    - Perfecto, I. y Vandermeer, J., 2012. Separacin o integra-cin para la conservacin de biodiversidad: la ideo-loga detrs del debate land-sharing frente a land-sparing. Revista Ecosistemas, 21(1-2).

    - Solarte, A., Zapata, Y. C., Gmez, A., 2012. Sistemas sos-tenibles de produccin agropecuaria como estrate-gia para mejorar los medios de vida en el mosaico de conservacin Orqudeas - Cuenca La Encarna-cin, Urrao - Antioquia. En Santamara y otros, obra citada.

    AgradecimientosLos autores desean expresar sus agradecimientos a las institu-ciones del municipio de Urrao, Alcalda Municipal, Corpoura-ba, PNN Las Orqudeas y a las organizaciones comunitarias, Grupo de Accin Local, Asociacin Agroambiental Las Orqu-deas, Asociacin de productores ASPROINCA y a Patrimonio Natural.

    Instalacin de un biodigestor durante capacitacin en la finca de un integrante del GAL. Yuly C. Zapata

    Terneros de Jaime Quiroz, criados mediante microcrdito en fondo rotatorio. ngela Gmez

  • LEISA revista de agroecologa | 30-3 | 15visin integral del paisaje rural

    El paisaje cultural cafetero de Colombia

    El PCCC est conformado por zonas cafeteras de los depar-tamentos de Caldas, Quindo, Risaralda y Valle del Cauca, ubi-cadas en las estribaciones Central y Occidental de la cordillera de los Andes, regin tradicionalmente conocida como el Eje Cafetero y como la Ruta del Caf (Ramrez, 2002). En la regin se puede apreciar una gran diversidad de especies de fauna y flora as como las viviendas rurales que se integran al paisaje, construidas con tapia, bahareque (palos o caas entretejidos y barro) y tejas de barro, con puertas y ventanas de fuertes maderas de la regin adornadas con calados, tallas y apliques.

    JUAN DAVID SOLANO MENDOZA

    La Asociacin de Empresarial de Caficultores Filandia Especial (ASEMCAFE) naci en 2009, a partir de la necesidad de construir un modelo asociativo de agricultura familiar empresarial en el municipio de Filandia (Quindo, Colombia), para la produccin y comercializacin de cafs especiales sostenibles. Por ms de 100 aos los caficultores colombianos se han caracterizado por producir un caf diferenciado por su sabor y por las tecnologas empleadas para su produccin. La cultura cafetera est representada por el talento humano, el esfuerzo y la dedicacin de las familias caficultoras que da a da hacen posible obtener un grano de caf de calidad superior.

    E l caf de alta montaa producido y comercializado por la ASEMCAFE se cultiva en los municipios de Filandia, Ar-menia, Calarc y Salento, entre los 1.200 y los 1.700 msnm. La asociacin la conformamos actualmente diez familias; desde 2011 nuestras fincas cafeteras forman parte del Paisaje Cul-tural Cafetero de Colombia (PCCC). El Comit de Patrimonio Mundial de la UNESCO inscribi en la Lista de Patrimonio Mundial el Paisaje Cultural Cafetero el 25 de junio de 2011. Este reconocimiento compromete al estado colombiano y a la comunidad internacional, nacional y local a su proteccin.

    Paisaje cafetero colombiano. Autor

  • 16 | LEISA revista de agroecologa | 30-3 visin integral del paisaje rural

    Zaguanes, patios y corredores decorados con flores, pjaros y aromas silvestres caracterizan a los pueblos de la colonizacin antioquea (Sarmiento, 1995) que hoy integran el PCCC.

    Los primeros aos de la ASEMCAFE, antes de que la UNESCO declarara el PCCC como patrimonio mundial, fueron de un esfuerzo casi obsesivo, aun sabiendo que los asociados no tendramos abundancia de grano de caf para recolectar debido a que los cafetales eran viejos y a que el producto de la venta de la cosecha tendra que ser invertido en su totalidad para renovar los cultivos y levantar siembras nuevas. Por esa misma razn decidimos unirnos y organizarnos con el objetivo de obtener un grano de caf de excelente calidad, cultivado con sentido social y producido bajo los ms altos estndares, al tiempo que preservbamos el paisaje y el entorno de la regin. Iniciamos el trabajo rescatando y adoptando prcticas cultura-les y tecnologas simples que los caficultores tradicionales de la regin descubrieron dcadas atrs pero que, que por una u otra razn se fueron olvidando. Algunas de estas prcticas, como la seleccin de cerezas maduras de caf para su recolec-cin, el beneficio hmedo y la fermentacin natural del grano, y el secado al sol, son importantes ya que permiten resaltar los atributos del caf en la taza. Las caractersticas sensoriales y el perfil de taza de los cafs de la ASEMCAFE estn representa-dos en las caractersticas de fragancia y aroma vainilla-floral, acidez media-alta ctrica, cuerpo cremoso y sabor vainilla-ca-ramelo con residual limpio a chocolate.

    Al iniciarse la participacin de la ASEMCAFE en el PCCC se asumieron compromisos y se emprendieron acciones para man-tenernos como parte del reconocimiento de la UNESCO, ya que cada ao se realizan auditoras para el mejoramiento continuo.

    Produccin sostenible de alimentosNuestro plan de actividades comprende varios proyectos a ni-vel de finca para el fortalecimiento de la produccin sostenible de alimentos provenientes de la agricultura familiar, as como estudios sobre la biodiversidad de los agroecosistemas que in-tegran el PCCC. En algunas fincas se est llevando a cabo la

    identificacin de las principales familias de insectos benficos y aves del paisaje cafetero y de los rboles nativos con la fi-nalidad de multiplicarlos en viveros para la construccin de corredores biolgicos que sirvan de refugio, hbitat y trnsito de especies en peligro, y la conservacin del paisaje.

    Adems de caf especial sostenible para exportacin, en las fincas se cultivan otros productos de la agricultura familiar como maz, frijol, yuca, pltano, aguacate, mandarina, mora y pitaya, los cuales son comercializados en mercados y ferias locales. En cada finca tenemos una huerta casera para la pro-duccin agroecolgica de hortalizas, plantas usadas en la me-dicina tradicional y plantas aromticas como condimento en la preparacin de platos tpicos.

    Otra forma de participacin en el PCCC se ve reflejada en la vinculacin, desde 2010, con el Programa de Cafs Especiales Sostenibles de la Federacin Nacional de Cafeteros de Colom-bia, obteniendo los sellos de Certificacin Rainforest Alliance de la Red de Agricultura Sostenible, (RAS) y UTZ Certified Gru-po Quindo. Estas certificaciones han permitido a la asociacin participar en varios concursos nacionales. Un ejemplo es la fin-ca El Edencito de Hugo Solano, que particip en el concurso de Caf de Conservacin de la RAS en 2011 y fue seleccionado entre los 16 finalistas de cafs de conservacin, los cuales re-presentaron ese ao a Colombia en la Feria de Cafs especiales de Amrica en los Estados Unidos. Experiencias como esta de-muestran que la ASEMCAFE contribuye al fortalecimiento del tejido social e impide el deterioro del componente humano del PCCC. Estos elementos tambin le han permitido a la asocia-cin llevar su caf a mercados tan exigentes como el de Corea del Sur, a donde exportamos desde 2013.

    La ASEMCAFE cuenta adems con aliados estratgicos como el Comit de Cafeteros del Quindo, las alcaldas munici-pales y el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), los cuales nos brindan cursos y capacitacin en temas como soberana y seguridad alimentaria en la agricultura familiar, nutricin y sa-lud, conservacin y restauracin del patrimonio arquitectni-co, preservacin del entorno y paisajismo, educacin ambien-

    Secado del caf y evaluacin del grano. Autor

  • LEISA revista de agroecologa | 30-3 | 17visin integral del paisaje rural

    tal, administracin de fincas agropecuarias, buenas prcticas agrcolas, cooperativismo y modelos asociativos.

    Para la divulgacin de estos y otros programas la ASEM-CAFE realiza das de campo y reuniones a nivel de finca una vez al mes. En estos eventos se difunde entre los asociados la importancia del PCCC como mecanismo de preservacin del tejido social. Aqu hay que tener en cuenta algo muy impor-tante: durante muchos aos los campesinos de Colombia han tenido que vivir y soportar los flagelos de la violencia por fe-nmenos sociales como el narcotrfico y el conflicto interno armado que lleva ms de 50 aos; de aqu la importancia de motivarnos unos a otros con frecuencia, con el objetivo de lo-grar que nuestros jvenes no abandonen el campo pues ellos son los que debern continuar con la labor de preservar y con-servar el patrimonio cultural de nuestros pueblos cafeteros. En estos espacios de encuentro entre los miembros de la asocia-cin y diferentes instituciones se plantean propuestas, se crean nuevos lazos, se fortalece la unin entre los asociados y se ad-quieren responsabilidades y deberes por parte de cada uno de los miembros con el fin de implementar y ejecutar las tareas, adems de ejercer un control sobre el plan de actividades.

    Creacin de tejido socialLa organizacin, la dedicacin, el esfuerzo humano y el traba-jo colectivo de cada familia son elementos que hacen parte de la cultura cafetera exaltada por el PCCC. Hoy la asociacin es ejemplo sobresaliente de la creacin de tejido social, econmi-co y cultural alrededor de la agricultura familiar y del cultivo del grano de caf. Para lograrlo se integran los componentes ambiental, econmico, social y productivo. Un ejemplo de sostenibilidad social y econmica es el incentivo y el recono-cimiento que la asociacin da a la labor de mujeres y hombres que nos ayudan en la ejecucin de prcticas culturales como la recoleccin de la cereza madura, una tarea muy delicada y especializada ya que se debe escoger grano por grano. Asimis-mo, el equipo de trabajo recibe una alimentacin balanceada con alimentos en su mayora producidos en la misma finca y se les brinda capacitacin y asistencia social y mdica. Sus hijos son incentivados para que estudien en la escuela de la zona y se les inculca el compromiso y amor con los cuales debern

    enfrentar el reto de seguir conservando la cultura cafetera, el paisaje y biodiversidad de su regin.

    El PCCC es un ejemplo de construccin del tejido social para otras naciones del mundo. Permite la creacin de espacios de discusin para el planteamiento y desarrollo de proyectos y pol-ticas alrededor de temas tan importantes como la conservacin de la biodiversidad, el fortalecimiento de la produccin sosteni-ble de alimentos de la agricultura familiar, la soberana alimen-taria, la participacin ciudadana y el rescate de las tradiciones y la cultura de nuestros pueblos. El PCCC representa tambin la posibilidad de iniciar alianzas estratgicas con los gobiernos de otros pases, haciendo posible que las personas que habitan el PCCC y las que visitan y quieren conocer el paisaje cultural cafetero valoricen y contribuyan a su preservacin.

    Juan David Solano MendozaUNESP - FCA Botucatu [email protected]

    Referencias - Ministerio de Cultura de Colombia, 2011a. Paisaje Cultural

    Cafetero, Excepcional fsico entre naturaleza, cultu-ra y trabajo colectivo. Bogot: Direccin de Patrimonio.

    - Ministerio de Cultura de Colombia, 2011b. Paisaje Cultu-ral Cafetero, Un paisaje cultural productivo en per-manente desarrollo. Bogot: Direccin de Patrimonio.

    - Quintero, G. I., 2003. Especificacin de origen y buena calidad del caf en Colombia. Avance tcnico 316. Chinchin: CENICAFE. Octubre de 2003.

    - Rainforest Alliance, 2011. II Concurso Nacional de Caf Rainforest Alliance Certified, Con sabor a conser-vacin. Bogot.

    - Ramrez, Jorge, 2002. Agroturismo como alternativa de diversificacin del ingreso en el Eje Cafetero Colom-biano. Harvard Review of Latin America. Tourism in the Americas. Development, Culture and Identity. Invierno.

    - Sarmiento, Juan Manuel, 1995. De tapias, chambranas, aleros y balcones: patrimonio arquitectnico. Patri-monio y memoria cultural de Caldas. Manizales: Goberna-cin de Caldas.

    Cafetos en el paisaje. Autor

  • 18 | LEISA revista de agroecologa | 30-3 visin integral del paisaje rural

    Los paisajes en laMeseta Norte Catarinense

    y la conservacin de los remanentes del bosque

    ANSIO DA CUNHA MARQUES, VALDIR FRIGO DENARDIN,MAURCIO SEDREZ DOS REIS, CELINA WISNIEWSKI

    La yerba mate como actividad de extraccin desarrollada en los paisajes forestales y agroforestales, no parece hacer parte del mundo tcnico. De esa forma, el manejo de las hierbas nativas es fruto de la propia experiencia acumulada por los agricultores.

    Paisaje tpico de los yerbales de la Meseta Norte Catarinense A. da Cunha

  • LEISA revista de agroecologa | 30-3 | 19visin integral del paisaje rural

    La yerba mate (Ilex paraguariensis A. St. Hil) es un rbol de tamao mediano, originario del estrato herbceo del bos-que de araucaria, formacin tpica de las reas ms altas del sur de Brasil. La yerba mate era de uso comn por las pobla-ciones indgenas que habitaban al sur del continente america-no mucho antes de la llegada de los espaoles y portugueses. El uso de la infusin de esas hojas ricas en cafena y de varios otros compuestos que le confieren propiedades estimulantes, nutricionales y medicinales se expandi tambin entre los in-migrantes y se acab configurando como uno de los princi-pales productos de la economa regional durante cientos de aos. Actualmente se estima que su explotacin abarca ms de 700.000 hectreas en 180.000 propiedades.

    El mate puede ser obtenido de yerba cultivada o de la re-coleccin de la yerba silvestre. Cerca del 57% de la produccin brasilea se obtiene a travs de la recoleccin de la yerba que se encuentra cercana a las formaciones forestales nativas, con-figurndose as como el principal producto de extraccin en Brasil. (IBGE, 2013).

    Paisajes, extraccin y conservacin por el usoLa exploracin de la yerba mate nativa puede ser considerada como un importante estmulo para la conservacin ambiental pues su origen en el estrato herbceo del bosque y su signi-ficativo valor econmico confieren un valor monetario para el bosque en pie, contribuyendo a la conservacin de los remanentes del bosque y de la biodiversidad por el manejo tradicional de esas yerbas nativas.

    La extensin rural, en cambio, siempre priorizar la plan-tacin de la yerba mate retirndola del bosque, incentivando su monocultivo y el uso de fertilizantes qumicos y plaguicidas. La legislacin ambiental es muy restrictiva y prcticamente impide el desarrollo de prcticas de manejo de los yerbales nativos junto a los bosques.

    La poca importancia dada a los yerbales nativos puede ser fruto de cierto prejuicio en relacin a las actividades de reco-leccin, muchas veces consideradas como atrasadas, pues los investigadores y extensionistas tienden a trabajar con cul-tivos o crianzas que requieren grandes inversiones y el uso de tecnologas de punta, para las cuales han sido preparados (fertilizantes qumicos, plaguicidas, mecanizacin, monoculti-vos, cultivos mejorados).

    En la visin urbana y en la de cientficos y tcnicos, muchas veces preocupados solo por la conservacin ecolgica, no se considera que los paisajes estn habitados y son gestionados por las poblaciones locales. Este aspecto puede ser destaca-do en el caso de los yerbales de la Meseta Norte Catarinense (MNC), la mayora formados por bosques gestionados en aso-ciacin con la crianza de ganado dentro de la mata de rboles y la extraccin de yerba mate. Esto implica, por un lado, el distanciamiento de la fisonoma de los bosques naturales y, por otro, que los que quedan hasta ahora deben su existencia a la asociacin entre el uso de los bosques, la yerba mate y la ganadera: una conservacin a travs del uso.

    Berkes y Davidson-Hunt (2006), y Clement y Junqueira (2010) consideran que los paisajes originales paisajes que no han sufrido alteraciones por actividades humanasno son tan puros como piensan los ambientalistas y que en gran parte cons-tituyen un mito, pues resultan de la interaccin entre los proce-sos naturales y las actividades humanas, como lo demuestran diversos estudios sobre la influencia de las actividades de los pueblos indgenas en la formacin actual de los bosques ama-znicos y tambin la expansin de los bosques con araucarias.

    La MNC, situada en la regin norte del estado de Santa Ca-tarina, es una de las principales regiones productoras de yerba mate del Brasil y es un ejemplo de la existencia de evidencias de que esos bosques naturales constituyen paisajes intervenidos,

    sobre todo por los pueblos kaingang, que reflejan patrones de uso tanto pasados como presentes (Reis y Ladio, 2012).

    A pesar de que la intensidad de la influencia de las pobla-ciones indgenas en la conformacin de los bosques actuales puede ponerse en duda, es incuestionable que la mayor parte de la biodiversidad del mundo se encuentra en las zonas utili-zadas por las personas. Asimismo, para conservar la biodiver-sidad, es necesario entender cmo las comunidades humanas interactuaron con los paisajes desde una visin cultural (Ber-kes, Davidson-Hunt, 2006; McNeely, 2009): la conservacin a travs del uso.

    Yerbales: conservacin de los paisajes forestalesLa importancia del manejo de la yerba mate para la conserva-cin de los remanentes forestales es an ms evidente al estu-diarse la aptitud agrcola de los yerbales forestales. Normal-mente se relacionan los remanentes de bosques con araucaria con reas de baja aptitud agrcola y, por lo tanto, con menor presin para su conversin en tierras de cultivo. Sin embargo, la realidad de las propiedades de la MNC es muy diferente.

    La mayora de los yerbales forestales (65%) est en reas de muy buenas condiciones para la agricultura y el 21% est en reas regulares; consecuentemente en todas existe una alta presin para su conversin en tierras de cultivo. En el 80% de los casos la yerba mate es citada como uno de los motivos principales que evitan esa conversin.

    En el 55% de los casos aparece la importancia del uso com-binado del bosque para madera, lea y yerba mate con crian-za de ganado. Es importante destacar que en las estrategias de conservacin la presencia del ganado en la mayora de esas reas es importante.

    Otro aspecto que valoriza la funcin de la conservacin am-biental de los yerbales es la constatacin de que dos de las prin-cipales especies arbreas amenazadas de extincin en el bosque de araucarias presentan una alta frecuencia en los yerbales na-tivos de la MNC. En el rea de yerbales la araucaria (Araucaria angustifolia) tiene una presencia de 98% y la imbua (Ocotea po-rosa) de 79%. De esa forma, los yerbales constituyen importantes paisajes de conservacin de especies arbreas amenazadas de extincin, aun cuando son sometidas a la presin animal.

    A pesar de la importancia del manejo del yerbal para la conservacin de los remanentes forestales, la legislacin ba-sada en la ya comentada concepcin de separar paisajes de uso y paisajes de conservacin dificulta el manejo junto al

    Testimonios de agricultores de la Meseta Norte Catarinense

    Toda la plantacin es buena para cultivarla debido al rea de las yerbas (). El pap deca: no vamos a deforestar porque tenemos un montn de yerba.

    Preserv la mata porque era el futuro para mis hijos (), tena la yerba tena la lea y mantena el ganado, incluso con un invierno difcil.

    Junto con el yerbal fue quedando la mata (), el pap iba retirando mucha yerba mate, alguna madera, lea; hoy no puede tocar nada sin el cuidado y las yerbas se van acabando. Quien conserv las matas sufre con las leyes y quien deforest tiene las tierras valorizadas.

  • 20 | LEISA revista de agroecologa | 30-3 visin integral del paisaje rural

    bosque, llevando al agricultor a abandonar esta actividad y, en algunas situaciones, a desarrollar la plantacin en agroecosis-temas mucho ms frgiles y menos resilientes. Por ello, la tierra de aquellos agricultores que conservan los bosques tiene me-nor valor monetario.

    Frente a este conflicto socioambiental, el camino no pa-rece ser la autorizacin para la deforestacin, pero s el desa-rrollo de sistemas de manejo del bosque con araucarias que puedan generar recursos monetarios como bosque en pie, en la mayora de los casos, asociados a la crianza animal, al contrario de simplemente impedir cualquier gestin, ya que fue justamente el uso de esas reas configuradas con paisajes culturales lo que posibilit su conservacin, complementado con el pago por servicios ambientales.

    Ansio da Cunha MarquesAnalista Ambiental del Instituto Chico Mendes de Conservacin de la [email protected]

    Valdir Frigo DenardinProfesor da Universidad Federal do [email protected]

    Maurcio Sedrez dos Reis Profesor da Universidad Federal de Santa [email protected]

    Celina Wisniewski [email protected]

    Referencias - Berkes, F., Davidson-Hunt, I. J., 2006. Biodiversity, tra-

    ditional management systems, and cultural lands-capes: examples from the boreal forest of Canada. International Social Science Journal, v. 58, n. 187, pp. 35-47.

    - Clement, C. R., Junqueira, A. B., 2010. Between a pristine myth and an impoverished future. Biotropica, v. 42, n. 5, pp. 534-536.

    - IBGE, 2013. Produccin de la extracin vegetal y de la forestacin (PEVS). Disponible en http://www.si-dra.ibge.gov.br/bda/tabela/listabl.asp?z=t&c=289 y Produccin agrcola municipal (PAM). Disponible en http://www.sidra.ibge.gov.br/bda/tabela/protabl.asp?c=1613&z=t&o=1&i=P (accesos: 16.11.2013).

    - McNeely, J. A., 2009. Ecoagricultura: alimentacin del mundo y biodiversidad. San Pablo: Editora Senac.

    - Reis, M. S., Ladio, A. H., 2012. Paisajes con Araucarias en Sudamrica: construcciones culturales preco-lombinas y del presente para produccin de ali-mento. En: Navarro, V., Espinosa, S. (eds.). Memorias de las Jornadas de reflexin acerca de los paisajes culturales de Argentina y Chile, en especial los situados en la regin Patagnica. Ro Gallegos: COMOS/UNPA/UMAG. Vol. 1, pp. 224-244.

    Texto elaborado con base en la tesis de Ansio da Cunha Marques, Los paisajes del mate y la conservacin sociambiental: un estu-dio junto a los agricultores y familias de la Meseta Norte Ca-tarinense, del curso de Doctorado en Medio ambiente y Desarrollo de la Universidad Federal del Paran, Brasil.

    Agricultor familiar en su yerbal en medio del matorral nativo. A. da Cunha

  • LEISA revista de agroecologa | 30-3 | 21visin integral del paisaje rural

    Jvenes: Una vista desde el borde del bosque

    Podemos combinar la agricultura con la conservacin del bosque?

    Nota de campo

    HEITOR TEIXEIRA

    La ciudad de Viosa est ubicada en la regin de Zona da Mata, en Minas Gerais, Brasil, rodeada de montaas y suelos de mala calidad ms apropiados para la agricultura familiar que para la agricultura industrial. Pero el suelo ha sido cada vez ms para monocultivos a gran escala con el uso de pesticidas y fertilizantes qumicos que degradan los recursos naturales, y los bosques se han ido reduciendo a pequeos fragmentos dispersos en el paisaje. Esto puede verse claramente en So Bartolomeu, una cuenca que tambin suministra la mitad del agua que necesita Viosa. Aqu los agricultores locales luchan por obtener una vida digna a partir de la agricultura, con problemas sociales, falta de acceso a los mercados y mano de obra insuficiente.

    Se necesitan estrategias que intensifiquen la participacin de los agricultores en la combinacin de la conservacin de los recursos naturales con la produccin agrcola sostenible. Pero es eso posible? Las amenazas externas y la presin sobre la tierra estn en aumento. La ciudad est creciendo. Una empresa minera tiene planes para la cuenca que afectaran el agua, el suelo y tambin la vida de los agricultores locales. En ese contexto, los alumnos de la Universidad Federal de Viosa estn trabajando a nivel de paisaje, asociados a dos ONG, el Centro de Tecnologas Alternativas (CTA) y el Instituto Socio-Ambiental de Viosa (ISA).

    La idea es crear corredores agroecolgicos. Los fragmentos de bosque pueden ser conectados, las reas naturales pueden expandirse, incluyendo tambin reas que son manejadas usando principios agroecolgicos. Paisajes como estos tienen un gran potencial para aumentar la biodiversidad, permitir el flujo gentico entre los fragmentos de bosque y proteger los suelos y el agua.

    El proyecto est realizando talleres en conjunto con los agricultores y tomando en cuenta sus necesidades. El primero fue sobre suelos y los participantes intercambiaron sus conocimientos sobre los diferentes

    tipos de suelo y la mejor manera de utilizarlos sosteniblemente. El siguiente ser sobre agroforestera.

    Otra posibilidad que debera ser explorada es la conversin de la cuenca en un rea de Proteccin Ambiental (APA), una Unidad de Conservacin de Uso Sostenible. Los agricultores podran permanecer en ella y seguir realizando sus actividades, pero a la vez podra generar otros beneficios tales como el ecoturismo y el acceso a recursos financieros a travs de pagos por servicios ambientales (PSA).

    Los agricultores estn siendo entrevistados por los estudiantes y los cuestionarios estn enfocados de manera que las necesidades e ideas de los agricultores tengan autonoma y sean expresadas. La creacin y el xito a largo plazo del APA no podrn ser viables sin la incorporacin de los conocimientos y las percepciones de los agricultores locales, otros pobladores y partes interesadas.

    Pensamos que en casos como este, la conservacin del medio ambiente solo ser posible y sostenible si se hace junto con una transicin agroecolgica y la plena participacin de los agricultores locales.

    Heitor TeixeiraEstudiante de la Universidad Federal de Viosa, Brasil. [email protected][email protected]

    Estudiantes en el paisaje. Autor

  • 22 | LEISA revista de agroecologa | 30-3 visin integral del paisaje rural

    Regeneracin de los paisajes bioculturales

    en la amazona alta del Per

    RIDER PANDURO MELNDEZ

    Las vertientes nororiental y occidental de los Andes amazni-cos, en los Andes centrales del Per, son de mucha impor-tancia para la regin altoamaznica porque permiten ampliar nuestros accesos a diferentes zonas de vida, en altitudes que van desde los 100 msnm en la llanura amaznica y desde el nivel del mar en la costa del Pacfico, hasta los 4.300 msnm en la zona altoandina. Estos diferentes pisos altitudinales hacen posible la existencia de una gran diversidad biolgica, densidad y varia-cin de climas, determinando una gran variedad de regiones naturales. Los Andes centrales son considerados uno de los ocho principales centros de megadiversidad del mundo y cen-tros de origen de algunos de los ms importantes cultivos ali-mentarios bsicos para la humanidad. Desde hace 10.000 aos los pueblos altoamaznicos tienen en comn ser culturas agro-cntricas, criadoras itinerantes de mucha diversidad de cultivos nativos como imitacin de lo que acontece en los ecosistemas naturales. Por ello los Andes centrales son considerados como uno de los principales centros de origen de la agricultura y de domesticacin de plantas en el mundo. El modo ritual de ver y vivir los paisajes que constituyen el microcosmos local est cons-tituido por la conjuncin del Ayllu y el Pacha, en la que Ayllu son las otras personas, como los cerros, los ros, los humanos, las deidades, los animales, el sol, la luna, el granizo, la lluvia, etc., que viven en un espacio-tiempo conocido como Pacha.

    Comunidad natural megadiversaLa comunidad natural de la regin, con una gran diversidad ecolgica, se encuentra en un rea de 51.350,85 km2, cruzada

    por dos grandes ros, el Mayo y el Huallaga, y una numerosa cantidad de ros menores, afluentes del gran ro Amazonas, y con tierras que estn distribuidas segn su mayor capacidad de uso: 13% de aptitud agropecuaria, 11% de aptitud forestal y 76% de proteccin, como se indica en el Plan de Evaluacin de los Recursos Naturales y Plan de Proteccin Ambiental de la regin San Martn (ONERN 1984).

    La verticalidad de los pisos ecolgicos, que va desde los 100 msnm hasta altitudes superiores a los 2.500 msnm incre-menta la diversidad de la comunidad natural que forma parte de los paisajes de terrazas, colinas, mesetas y montaas, como se ha podido registrar en el Parque Nacional Cordillera Azul (Plan Maestro, 2006, p. 50). Esta diversidad natural fue cono-cida por la comunidad humana precolombina y lo es todava por la actual poblacin campesina.

    En el recorrido por esta vertiente se encuentra una enor-me interrelacin de caminos muy antiguos que actualmente estn en uso y mediante los cuales los pueblos andinos y ama-znicos se han relacionado desde siempre en redes de inter-culturalidad y de intercambios de semillas como procesos de adaptacin, diseminacin e incremento de la diversidad. Estas sendas se conocen como caminos de las semillas.

    Encuentro de cosmovisiones para la crianza del paisaje bioculturalEn el paisaje altoamaznico existe la convergencia milenaria de tres cosmovisiones correspondientes a tres grandes ecosis-temas: la amaznica, la andina y la de la costa del Pacfico; una

    El paisaje, desde la percepcin holstica de los campesinos, es visto como un todo en el que nadie est desligado de nada, todos somos importantes, todos vivimos en simbiosis y de modo comunitario. Por ello, la salud del paisaje depende de la salud de todos y a su vez la salud de todos depende de la salud del paisaje.

    Nuestra integracin con la biodiversidad en la amazona andina se da con el agua, la chacra y el bosque, en una relacin ritual con los cerros protectores. Autor

  • LEISA revista de agroecologa | 30-3 | 23visin integral del paisaje rural

    ms ligada al bosque y al agua, otra a la tierra y la chacra, y la tercera al agua y la chacra, pero por su relacin intercultural ancestral tienen aspectos comunes que se expresan en la for-ma de vivir en armona con el paisaje natural y el cultivado. Actualmente estn relacionadas con una cuarta cosmovisin: la occidental moderna.

    Entre los aspectos comunes que tienen las cosmovisiones milenarias resalta el sentido de equivalencia que los humanos tienen con todo lo que en su entorno existe, por lo que aqu se habla de crianza ms que de manejo, lo que se evidencia en la relaciones de cario, afecto y amparo que se dan entre las personas humanas y las personas no humanas. Es comn escuchar en las familias campesinas decir yo les cro, para que tambin me cren.

    Desencuentros con las propuestas oficiales de desarrollo y conservacinLas sabiduras campesinas sobre los ecosistemas de montaas con equilibrios frgiles no estn en las bases de datos de las instituciones ni en nuestros centros de formacin profesional, espacios que, ms bien, estn contribuyendo a su desmedro y olvido por la abrumadora importancia que brindan a la cuan-tificacin y a la rentabilidad.

    Hoy, a 50 aos de implementacin de los programas de de-sarrollo, los logros obtenidos son muy efmeros, las promesas de mejorar la calidad de nuestras vidas y conservar la naturaleza se cumplen parcialmente. Por el contrario, se han acentuado las causas del deterioro de los recursos naturales, como la defores-tacin para la ampliacin de la frontera agrcola comercial, la extraccin comercial-industrial de madera, la promocin de los monocultivos y, en dcadas anteriores, la masificacin del cultivo ilcito de la coca. Esto ha causado prdida de biodiversidad, desa-paricin de fuentes de agua, crisis climticas e incremento de los ndices de desnutricin en las poblaciones rurales. Hoy se estima que una tercera parte de los aproximadamente cinco millones de hectreas de bosque que tiene la regin ha sido deforestada y se calcula que anualmente se deforestan 50.000 hectreas.

    En gran parte del territorio regional existen bosques se-cundarios empobrecidos en su biodiversidad y estructura forestal, y donde se notan grandes extensiones de reas cu-biertas de gramneas conocidas localmente como cashucsha (Imperata sp.), yaragua (Melinis minutiflora) y arrocillo (Digita-ria ciliaris), y helechos como la shapumba (Pteridium aquilium), especies indicadoras de erosin de los suelos en ltimo grado. De igual modo, durante los ltimos 50 aos, la lluvia, de la cual depende el 80% de agricultura tradicional, ha disminuido en volumen e intensidad de precipitacin. Ambas manifesta-ciones son signos de desertificacin de estas grandes reas depredadas.

    Algunos testimonios de la interpretacin del paisaje desde la vivencia campesina andina-amaznica

    El paisaje es toda la vegetacin, animales, quebradas y cerros que existen y que dan vida a un espacio.Arcadio Julca Campos, 32 aos, comunidad de Los Cedros, distrito Bajo Biavo, provincia de Bellavista, regin San Martn.

    Nuestro paisaje est formado por nuestra chacra, nuestros bosques y lo que criamos ah, y parte de nuestro paisaje sirve para la agricultura y otra para nuestra reserva de bosque, para nuestras aguas, porque a veces se sufre sin agua y de las inclemencias del tiempo.

    Edwin Gamonal Sarmiento, 43 aos, comunidad de Sapotillo, distrito de Tres Unidos, provincia de Picota, regin San Martn.

    El paisaje es muy importante porque nos cra, nos proporciona el aire, agua y alimentos que es lo principal para que un ser vivo pueda sobrevivir. Yo ac en mi zona vivo feliz, cada maana al levantarme miro a mi alrededor un paisaje grande, lleno de vida, es por eso que no debemos malograrlo, porque si tumbamos estos rboles solo por tumbar, van a pasar siglos y no vamos a poder recuperar lo que ahora tenemos.

    Julia Bayona Bentez, 54 aos, comunidad de las Palmas, distrito Bajo Biavo, provincia de Bellavista, regin San Martn.

    Yo me relaciono con mi paisaje porque yo le cuido y l cuida de m.Javier Pacheco Chinchay, 29 aos, natural de Soritor, poblador de la comunidad de

    Playa Hermosa, distrito de Pampa Hermosa, provincia de Contamana, regin Loreto.

    Para revertir estas tendencias desde la institucionalidad se ha generado una serie de propuestas de reforestacin y de conser-vacin de bosques, todas ellas con resultados poco alentadores para la inversin. Estas alternativas parecen no atraer mucho a los agricultores nativo