El Poblamiento y El Hábitat Rural

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EL POBLAMIENTO Y EL HÁBITAT RURAL EL POBLAMIENTO RURAL El poblamiento rural está integrado por los núcleos de población menores de 10.000 habitantes. Está definición no responde totalmente a la realidad pq existen núcleos rurales con cifras superiores y las ciudades que no alcanzan estos valores. El censo considera núcleos rurales en sentido estricto a los inferiores a 2.000 habitantes y núcleos semiurbanos a los que tienen entre 2.000 y 10.000. El crecimiento o decrecimiento posterior han estado condicionados por las circunstancias de cada periodo histórico. El poblamiento rural puede presentar tipologías variadas q se incluyen en dos grandes grupos, disperso y concentrado. En el poblamiento disperso, la casa rural está rodeada de campos de cultivo, bosque o prados y separada de las otras casas. Domina la periferia peninsular, Baleares y Canarias. Existen a su vez varios tipos de poblamiento disperso: Absoluto: no incluye ningún tipo de población agrupada, se da en espacios reducidos de montaña media basados en la explotación ganadera o agrícola - ganadera - forestal. Concentrado laxo: son pequeñas agrupaciones de casas formando aldeas, parroquias o pueblos. La vivienda es exenta y está asociada al terreno. Disperso intercalar: es el más frecuente. Se trata de una dispersión de casas a partir de primitivos núcleos concentrados debida al crecimiento demográfico. Las casas mantienen con los núcleos concentrados relaciones religiosas, sociales y administrativas o comerciales. Dentro del poblamiento intercalar se distinguen: El poblamiento de montaña media. El poblamiento tradicional de la España costera mediterránea e insular: consiste en edificaciones intercalares agrarias.

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Diferenciando como es la vida entre poblamiento y el habitat rural.

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EL POBLAMIENTO Y EL HÁBITAT RURAL

EL POBLAMIENTO RURAL

El poblamiento rural está integrado por los núcleos de población menores de 10.000 habitantes. Está definición no responde totalmente a la realidad pq existen núcleos rurales con cifras superiores y las ciudades que no alcanzan estos valores. El censo considera núcleos rurales en sentido estricto a los inferiores a 2.000 habitantes y núcleos semiurbanos a los que tienen entre 2.000 y 10.000.

El crecimiento o decrecimiento posterior han estado condicionados por las circunstancias de cada periodo histórico. El poblamiento rural puede presentar tipologías variadas q se incluyen en dos grandes grupos, disperso y concentrado.

En el poblamiento disperso, la casa rural está rodeada de campos de cultivo, bosque o prados y separada de las otras casas. Domina la periferia peninsular, Baleares y Canarias. Existen a su vez varios tipos de poblamiento disperso:

Absoluto: no incluye ningún tipo de población agrupada, se da en espacios reducidos de montaña media basados en la explotación ganadera o agrícola - ganadera - forestal.

Concentrado laxo: son pequeñas agrupaciones de casas formando aldeas, parroquias o pueblos. La vivienda es exenta y está asociada al terreno.

Disperso intercalar: es el más frecuente. Se trata de una dispersión de casas a partir de primitivos núcleos concentrados debida al crecimiento demográfico. Las casas mantienen con los núcleos concentrados relaciones religiosas, sociales y administrativas o comerciales. Dentro del poblamiento intercalar se distinguen:

El poblamiento de montaña media.

El poblamiento tradicional de la España costera mediterránea e insular: consiste en edificaciones intercalares agrarias.

El poblamiento de las vegas andaluzas y de ciertas zonas manchegas: une al poblamiento concentrado predominante una gran variedad de construcciones agrarias intercalares.

El poblamiento periurbano: q se dispone alrededor de las ciudades en relación con pequeñas explotaciones agrarias, sólo rentables por la cercanía del mercado urbano.

En el poblamiento concentrado, las viviendas se disponen unas junto a otras, independientemente de la localización de las respectivas tierras de cultivo, pasto o bosque. Presenta dos formas básicas:

El pueblo lineal: a lo largo de una vía o carretera.

El pueblo apiñado: con las casas agrupadas de forma irregular l más o menos regular.

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El poblamiento rural ha experimentado transformaciones recientes:

En el interior: se ha reducido el tamaño de los núcleos a raíz del éxodo rural de la década de 1960, q afectó a los situados en áreas de pocos recursos o de difícil accesibilidad, provocando envejecimiento demográfico y escasez de infraestructuras y equipamientos.

En las áreas costeras: principalmente en la mediterránea, se ha producido un poblamiento nuevo dedicado al ocio q ha llenado el campo de urbanizaciones, hoteles, chalets, etc., con lo q se ha perdido el carácter agrario de los espacios afectados.

En las áreas periurbanas: el crecimiento demográfico y económico de la ciudad va incorporando los núcleos rurales próximos, q terminan por formar parte del continuo urbano.

EL HÁBITAT RURAL

El hábitat rural está constituido por las células de los asentamientos rurales: las viviendas y otras dependencias. Su morfología viene dada por el material utilizado en la construcción y por la distribución de los espacios.

Materiales: empleados tradicionalmente en la construcción de la casa son los existentes en la zona, esto da lugar a varios tipos de modelos de casas:

La casa de piedra: la piedra puede aparejarse si escuadrar o escudrada y sin cemento q una las piedras o con cemento de barro o cal. Predomina en la periferia ( Galicia, Montes de León, Asturias, Pirineos, etc,) y en Baleares y Extremadura.

La casa de madera entramada: la estructura de madera se proyecta al exterior de la casa y se rellena con mampostería, ladrillo, etc. Predomina en País Vasco, Tierra de Pinares, en Segovia y la Alcarria en Guadalajara.

La casa de Barro: utiliza como material barro mezclado con paja, crudo o secado al sol. Puede ser de adobe, se moldea en forma de ladrillos o de tapial, se configura por medio de grandes moldes de madera. Predomina en el Valle del Duero y del Ebro, en la huerta de Valencia, en gran parte de la Meseta, etc. También se utiliza el ladrillo, q se ha difundido por todas partes gracias a su facilidad de transporte.

El plano: de la casa está relacionada con la actividad agraria realizada por sus habitantes. Puede dar lugar a varios modelos:

La casa - bloque: tiene todas las dependencias bajo el mismo techo, puede estar a ras del suelo o en altura, la casa a ras del suelo solo tiene un piso, y la vivienda se separa del lugar donde se guardan la cosecha, los aperos o el ganado. La casa en altura está dividida en plantas, la planta baja (establo, almacén, bodega, etc) y la superior (la vivienda) a veces también podemos encontrar un espacio bajo el tejado, esto es característico del caserío Vasco, la Casona de asturiana, y santaderina, etc.

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La casa compuesta: está integrada por varios edificios en torno a un patio interior cerrado o abierto, como es el caso de la masía catalana y el cortijo andaluz.

En la actualidad se está produciendo una homogeneización del hábitat rural, tanto en los materiales como en le plano, debida en parte a la imitación de los modelos urbanos de chalet. Sólo últimamente se empieza a respetar la armonía con el paisaje tradicional.

EL POBLAMIENTO URBANO

CRITERIOS PARA DEFINIR UNA CIUDAD

Es muy difícil en algunos casos definir una ciudad. Para ello en geografía, y así diferenciar la parte rural de la urbana, se utiliza el criterio numérico que en España esta en 10.000 habitantes, pero no es igual en todos los países (Suecia 200). También se utiliza el criterio del sector de actividad, es decir si la mayoría de los habitantes se dedican al sector primario se considera una zona rural, si por el contrario los habitantes se dedican al sector secundario y terciario se considera urbano. Otro criterio es el de la función, una zona urbana tiene mas de una función (económica, industrial, administrativa - política, comercial). Por otro lado el criterio del paisaje, en la zona urbana, el hábitat esta concentrado y no tienen zonas de cultivo o bosques, de estructura cerrada y bloques de pisos.

Cada día es más difícil distinguir entre la zona urbana y la rural, por eso existen unas zonas con la periferia que debido a la extensión de la ciudad ha hecho que zonas rurales se modifiquen y empiecen a convertirse en ciudades, se llaman zonas "rururbanas.

EL PROCESO DE URBANIZACIÓN

Llamamos proceso de urbanización a la progresiva concentración en la ciudad de la población, las actividades económicas y las innovaciones más destacadas, así como a la difusión de estos procesos hacia el entorno. Su historia permite diferenciar en él varias etapas: preindustrial, industrial y postindustrial.

La urbanización preindustrial: comprende el origen de las ciudades hasta el inicio de la industrialización en el s. XIX. Durante esta etapa la urbanización es modesta. La población urbana no supera el 10% del total, y la tasa de urbanización se mantiene estable, al ser el crecimiento de la población urbana paralelo al de la rural. Los factores q favorecen la urbanización son estratégicos - militares, políticos y administrativos, económicos y religiosos. Dentro del proceso de urbanización preindustrial pueden distinguirse a su vez tres etapas: desde los orígenes de la Edad Media, la época medieval y la urbanización en la Edad Moderna.

De las ciudades prerromanas no quedan vestigios en los planos actuales. Se trata de autóctonas íberas (Ecija) y de las fundadas por mercaderes fenicios (Malaca o Málaga) y griegos (Rhode o Rosas).

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Las ciudades de fundación romana existentes no manifiestan, generalmente, el urbanismo romano, que consistía en dos calles básicas (cardo y decumano) a partir de las cuales surgían las paralelas (asemejándose a un campamento militar) plano en damero. Ejemplos Caesar Augusta (Zaragoza). Mayor pervivencia ha tenido su infraestructura. Tras los periodos visigodo y altomedieval, escasamente urbanos, la Edad Media es la época de florecimiento de las ciudades, impulsado por la reactivación del comercio y del artesanado. La ciudad se encorseta en la muralla circular formando un plano radial. La muralla limitaba el crecimiento de esta se veía obligada a salir de la muralla creando los arrabales.

Durante la Baja Edad Media surgen ciudades creadas, longitudinalmente y de trazado regular, junto al Camino de Santiago (Logroño). En esta época y alejadas de la frontera surge un tipo de ciudad en damero (Villareal).España musulmana. La intrusión musulmana en la Península alteró, en ocasiones, los planos anteriores (Sevilla) y en otros, dio lugar a la aparición de nuevas ciudades (Almería). El plano de las ciudades musulmanas constituye un autentico laberinto de calles estrechas pueden acabar cerradas por adarves. En la Medina (la ciudad en si), se hallaban la mezquita principal y el zoco. Fuera de este conjunto se encontraban los arrabales, en donde se agrupaba la población según oficios. Esta anarquía pervive aun en ciudades como Toledo. En el espacio cristiano, la vida urbana era escasa, pero se expandió a partir del siglo X, con la reconquista y repoblación del territorio y la consiguiente creación de municipios q tenían como base ciudades nuevas o reconquistadas a los musulmanes.

La urbanización en la Edad Moderna, experimentó vaivenes en función de la situación demográfica, económica y política de cada momento. En el siglo XVI hubo un crecimiento urbano continuado debido al aumento de la población, la expansión económica basada en el comercio con América y el poderío político - militar de los Austrias. Finalmente, en el s. XVIII, el proceso de urbanización se reanimó con la nueva dinastía de los Borbones, q fortalecieron el poder real y crearon las condiciones para una recuperación demográfica y económica.

La urbanización industrial: comprende desde el inicio de la industrialización en el s. XIX a la crisis económica de 1975. Durante esta etapa, la tasa de urbanización experimentó un gran crecimiento, pues el incremento de la población urbana supera al de la población rural. Los factores q explican este crecimiento son administrativos y económicos - sociales. En la urbanización industrial pueden distinguirse cuatro etapas: hasta mediados del s. XIX, desde mediados del s. XIX hasta la Guerra Civil, y la posguerra y la etapa del desarrollo.

Hasta mediados del s. XIX, la concentración demográfica en las ciudades era todavía pequeña. La debilidad de la industrialización hizo q el crecimiento urbano afectara principalmente a las ciudades capitales de provincia en la nueva división administrativa.

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Desde mediados de s. XIX a la Guerra Civil (1936): el crecimiento de las ciudades es manifiesto, de modo q la tasa de urbanización casi se dobla. La industria ahora provoca los mayores incrementos.

La Guerra Civil y la Posguerra (1936-1959) ralentizaron el crecimiento. El proceso de urbanización se interrumpió con la guerra, y no se reactivó en la posguerra por los problemas de deterioro y de abastecimiento q afectaban a las ciudades. El régimen de Franco no favoreció el crecimiento urbano, debido al escaso respaldo q tenían en las regiones más urbanizadas del país; esto impulsó políticas de puesta en riego y creación de nuevos núcleos rurales destinados a retener a la población campesina en sus regiones de origen. No obstante, la adopción de una política autárquica, basada en la utilización de los recursos propios, fomentó los sectores básicos de la economía. Empezó a fomentarse el triángulo de desarrollo urbano - industrial del nordeste.

La etapa del desarrollo: se extiende entre 1960 y 1975. Al finalizar la autarquía (1959), España inició loa etapa de mayor crecimiento económico y urbano de su historia. La causa principal fue la expansión de la industria, impulsada por los planes de desarrollo, q provocó un gran movimiento de mano de obra del campo a la ciudad. Las actividades terciarias fueron un factor menos importante en la urbanización de este periodo, aunque a ellas se debe el crecimiento de las áreas metropolitanas de las grandes ciudades, de los centros turísticos del Mediterráneo y de las islas y de algunas capitales de provincia no industrializadas en ambas mesetas.

La urbanización postindustrial: desde 1975, la crisis económica e industrial produjo cambios q dieron lugar a un nuevo modelo económico y urbano conocido como sociedad postindustrial. España se encuentra entre los llamados países centro sino en la primera periferia. Debido a ello, los cambios llegan más tarde, aún no se han completado en su totalidad y se localizan puntualmente, afectando sólo a determinados espacios, lo q acentúa las desigualdades internas. Los cambios q caracterizan la urbanización postindustrial son los siguientes: descenso del ritmo de crecimiento urbano, cambios en los factores de la urbanización y ralentización del crecimiento de las grandes ciudades a favor de las medias y pequeñas.

El ritmo de crecimiento urbano desciende en dos etapas: en la primera, de transición o estabilización, la tasa de urbanización se estabiliza, España se encuentra actualmente en esta etapa, debido a la reducción del crecimiento natural de las ciudades y de las migraciones hacia ellas. La segunda etapa de desurbanización o decrecimiento urbano.

El cambio en los factores de la urbanización: consiste en la pérdida de protagonismo de la industria como factor de urbanización a favor de las actividades terciarias. La industria pierde importancia, pq la crisis de 1975, q fue principalmente energética e industrial, produjo desindustrialización y declive de las ciudades industriales afectadas, y por otra parte, pq la nueva tendencia dispersa la producción industrial en el espacio, facilitada por

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las nuevas tecnologías, permite localizar la industria en zonas hasta ahora sin tradición industrial y poco urbanizada. El problema es q estas nuevas industrias crean pocos puestos de trabajo pq están muy mecanizadas y exigen alta cualificación, lo q contribuye a disminuir las tasas de crecimiento urbano. La terciarización va ganando importancia como factor de urbanización, especialmente en tres áreas: las grandes metrópolis, las regiones turísticas y las regiones menos avanzadas del sur peninsular.

Por último, en la etapa postindustrial se frena el proceso de crecimiento de las mayores ciudades a favor de las medias y pequeñas próximas, pues los clásicos movimientos de población campos - ciudad son sustituidos por movimientos multidireccionales, e incluso se produce un renacimiento rural.

LA MORFOLOGÍA URBANA

Se llama morfología urbana al aspecto externo q presenta la ciudad. Está influida por la situación y el emplazamiento urbano.

El emplazamiento: es el espacio concreto sobre el q se asienta la ciudad. Depende de las características del medio físico y sobre todo de la función para la q se creó la ciudad. Las ciudades fundadas con fines fundamentalmente defensivos dan lugar a los emplazamientos sobre colinas, la función comercial, a el emplazamiento a lo largo de vías de comunicación, etc.

La situación: es la posición relativa de la ciudad respecto a un entorno geográfico amplio.

La morfología de la ciudad es el resultado de la combinación del plano, de la construcción y de los usos del suelo.

El plano: es la representación a escala de las superficies construidas y libres de la ciudad. Pueden distinguirse tres tipos de planos:

Plano irregular: es caracteriza por tener calles estrechas y tortuosas y plazas sin formas definidas.

Plano radiocéntrico: tiene un centro del q parten calles radiales, cortadas por otras q forman anillos en torno a él. Puede ser irregular o regular.

Plano ortogonal, en cuadrícula o damero: está formado por calles q se cortan en ángulo recto.

La construcción: incluye la trama urbana y la edificación:

La trama: es la disposición de los edificios. Puede ser compacta o abierta.

La edificación puede ser colectiva o individual.

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Los usos del suelo: son la diversa utilización q se hace del espacio urbano y de negocios, residenciales, industrial, de equipamiento, etc.

LA ESTRUCTURA URBANA

Se llama estructura urbana a la división de la ciudad en áreas con morfología y funciones características. Como resultado del largo proceso de urbanización, la ciudad española actual tiene una estructura compleja. En las ciudades convencionales, bien individualizadas respecto al campo circundante, estas zonas son el casco antiguo, el ensanche y la periferia.

EL CASCO ANTIGUO

Es la parte de la ciudad urbanizada desde su origen hasta la época industrial. Ocupa una pequeña superficie de la ciudad actual, pero tiene un importante valor, pues suele poseer destacados conjuntos históricos y artísticos.

Por su larga historia en el casco antiguo se acumulan elementos muy dispersas pertenecientes a diversas etapas, desde el nacimiento de la ciudad hasta hoy.

La herencia de la época preindustrial: se concentra en el casco antiguo. Aunque las ciudades preindustriales responden a modelos distintos según las épocas y culturas, suelen presentar algunas características comunes. Casi todas están rodeas de murallas q tenían finalidad defensiva, fiscal y sanitaria. El plano solía ser irregular con calles estrechas y tortuosas, pero también hay ejemplos de planos radiocéntricos, lineales y en cuadrícula. La trama urbana era cerrada y solía organizarse en manzanas pequeñas. En la edificación predominaban las casas unifamiliares, con corrales y huertos. Tb había edificios destacados, q varían según el periodo histórico. Los usos de suelo eran diversos; con la viviendas se entremezclaban talleres, comercios, almacenes y edificios públicos. Desde el punto de vista social, en la ciudad coexistían diversos grupos, aunque existía cierta jerarquización; el centro era el lugar más destacado, donde se localizaban los principales edificios públicos y vivía la elite de la ciudad, q concentraba el poder político, religioso y cultural. A estas características se unen las peculiares aportadas por las distintas sociedades preindustriales q, en función de sus necesidades, crearon su modelo de ciudad.

De este modo, la ciudad romana, suele presentar plano regular, derivado del campamento militar, con las calles en damero y dos vías principales de norte a sur (Cardo) y de este a oeste (decumanus).En el cruce de ambas se encontraba el foto, q albergaba los edificios principales. Por ejemplo, Zaragoza, León, Barcelona, etc.

En la Edad Media, las dos culturas peninsulares, musulmana y cristiana, realizaron sus aportaciones a la morfología urbana. La ciudad musulmana tenía un núcleo principal amurallado, la median, donde se situaban los edificios mas destacados. Por ejemplo Córdoba, Sevilla y Toledo. La ciudad cristiana, medieval también estaba rodeada de murallas, los planos son variados: irregulares, radiocéntricos, lineales; y los edificios más destacados son iglesias y palacios nobiliarios.

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En el Renacimiento se crearon nuevos barrios de plano regular más allá de las antiguas puertas. También plazas mayores, donde se instalaron primero el mercado y luego el ayuntamiento. Las primeras fueron irregulares ( Cáceres) pero tras la planificación de la de Valladolid son regulares y se rodean de edificios a los q se dota de fachadas uniformes. Entre los edificios más destacados encontramos las casas consistoriales (ayuntamientos), en relación con la normativa q obliga a los consejos a disponer de casas adecuadas para realizar sus funciones; se sitúan en los lugares más concurridos de la ciudad, próximos a la iglesia o al mercado.

En el Barroco y la Ilustración se embelleció la ciudad con calles amplias y rectas trazadas en perspectiva, grandes plazas, jardines y paseos arbolados. También se construyeron edificios monumentales, religiosos y civiles (hospitales, hospicios, edificios, administrativos y culturales). Además se mejoraron las infraestructuras de abastecimiento e higiene.

La herencia de la primera etapa industrial: en el casco antiguo se refleja en las modificaciones q sufrió la ciudad preindustrial como consecuencia del crecimiento urbano entre mediados del s. XIX y el primer tercio del XX. En la primera mitad del s. XIX, el casco absorbió el crecimiento de la población sin necesidad de extender el plano en superficie. El crecimiento era todavía poco intenso por la escasa industrialización, y la desamortización liberal puso en circulación gran cantidad de inmuebles eclesiásticos con sus huertos, q ocupaban mucho espacio. Todo ello permitió la apertura o ensanchamiento de calles y plazas y la reutilización de los edificios eclesiásticos. Desde mediados del s. XIX al primer tercio del XX, el inicio de la industrialización dio lugar a un notable crecimiento urbano, q obligó a ensanchar la ciudad fuera de las murallas y produjo notables transformaciones en la morfología del casco antiguo. En el plano, los espacios más valorados por la burguesía experimentaron reformas, como la apertura de grandes vías inspiradas en el modelo de París. En unos casos, las grandes vías rompen la trama del casco histórico, contrastando fuertemente su trazado y edificios con los tradicionales de la zona (gran Vía de Madrid) en la ciudad histórica con el ensanche burgués o la estación ferroviaria (Oviedo, León). La trama se densificó a causa del crecimiento urbano para aprovechar más el espacio. La edificación sé verticalizó, con la sustitución de la vivienda unifamiliar de una o dos plantas por la vivienda localizada en edificios de tres a cinco alturas. Desde el punto de vista social, la industrialización trajo el desarrollo de dos grupos fundamentales en la ciudad: la burguesía industrial y comercial y el proletariado. La burguesía se apropió de las zonas del casco antiguo más valoradas por su centralidad, que fueron elegidas como su lugar de residencia y empezaron a recibir actividades terciarias, con la consiguiente revalorización.

El auge industrial: trajo consigo el deterioro y la renovación del casco antiguo. Desde finales del s. XIX, con la construcción de ensanches, una parte de la burguesía abandonó el centro. Ello favoreció un proceso de deterioro morfológico y social. El deterioro del centro dio lugar en la década de 1960 a políticas de renovación, q se concentraron en las zonas de mayor accesibilidad y rango. En el plano, con el pretexto de sanear el centro, se destruyó

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parte de la trama urbano antigua, ocasionando daños al patrimonio. En la edificación, se sustituyeron edificios antiguos por otros de mayor altura, volumen y precio, cuya morfología no guarda relación con la tradicional de la zona. En los usos de suelo, las zonas y edificios renovados recibieron actividades terciarias, q necesitan accesibilidad y rango, y q pueden rentabilizar el alto precio del suelo. Estas zonas del casco antiguo se consolidan como CBD (Central Busines District) o centro comercial y de negocios, con el consiguiente desplazamiento de los usos residenciales. En las grandes ciudades, el centro de negocios se ha ido desplazando hacia el ensanche o hacia las grandes avenidas externas del casco histórico, dejando éste convertido en un subcentro funcional, en otras ciudades se mantiene la identificación entre casco antiguo y centro comercial. Estas transformaciones trajeron problemas medioambientales y sociales. Los problemas medioambientales son la saturación del tráfico y de personas, al confluir en el centro las redes de transporte urbano, los empleados de los negocios y el público en general. Esto produce atascos de tráfico en horas punta y horarios comerciales, graves problemas de aparcamiento y congestión de las calles; a consecuencia, se deterioran los edificios, afectados por la contaminación y las vibraciones del tráfico. Los problemas sociales consisten en una excesiva segregación interna; en algunos barrios del centro dominan los grupos sociales de bajos ingresos y de edad avanzada, así como población marginada, con lo que el deterioro se acentúa, otro barrios mantienen cierto prestigio y calidad

En la época postindustrial (a partir de 1975): se inician las políticas de rehabilitación integrada en los cascos antiguos. Su objetivo es la conservación, recuperación y revitalización de la morfología tradicional, evitando tanto el conservadurismo a ultranza como la renovación especulativa. En el plano, se peatonalizan las calles de los espacios más congestionados, recuperándolas como espacio público, las plazas se ensanchan y ajardinan para devolverles su uso tradicional de lugar de encuentro y asueto. En la edificación, se conceden ayudas para la rehabilitación de viviendas privadas y se rehabilitan edificios históricos, para usos distintos del q tenía anteriormente. En los usos del suelo, las políticas de rehabilitación combinan la defensa de los usos tradicionales con la implantación de actividades innovadoras. Los resultados de estas políticas han sido modestos hasta ahora por las grandes inversiones que requieren y los conflictos que suscitan entre las partes implicadas.

EL ENSANCHE URBANO

Desde mediados del s. XIX, la creación de la industria moderna atrajo a la población del campo a las principales ciudades industriales, ocasionando la expansión urbana mas allá de las murallas preindustirales. En las ciudades q rebasaron el casco antiguo se crearon, por una parte, ensanches para los burgueses y por otra, en la entonces periferia urbana, áreas industriales, barrios obreros y barrios ajardinados.

El ensanche burgúes: intentó dar respuesta al crecimiento de las ciudades de acuerdo con los intereses de la burguesía. Para realizarlo, en la mayoría de los casos se derribaron las

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murallas, cuya función defensiva había quedado anulada por los progresos de la artillería. En el espacio antes ocupado por la muralla se construyeron paseos de ronda o bulevares q diferencian el casco antiguo de la nueva ciudad. Por lo tanto, el ensanche es un espacio nuevo q plasma las ideas burguesas: orden, higiene y obtención de considerables beneficios con la construcción de viviendas, comercios y transportes. En el momento de su creación, el ensanche adoptó el plano regular en cuadrícula, con calles rectilíneas y más anchas q las del casco antiguo q reflejaban el deseo de orden de la burguesía. La trama fue de baja densidad, en manzanas amplías y regulares, abiertas por uno o dos extremos y con poca profundidad edificada, además quedaban extensos espacios sin edificar ocupados por jardines. El uso del suelo predominante fue residencial y desde el punto de vista social, los altos precios de los solares e inmuebles hicieron q fuera ocupado principalmente por la burguesía, q se instaló en los sectores más próximos y mejor comunicados en el centro histórico. Los grupos sociales de menor nivel ocuparon las áreas más distantes y pero comunicadas en viviendas de inferior calidad y tamaño: Los primero ensanches se hicieron el las ciudades más dinámicas. El de Barcelona fue proyecto por Ildefonso Cerdá, y el de Madrid por Carlos María de Castro. Luego se difundieron otras ciudades. Con el paso del tiempo, el ensanche experimentó modificaciones. La trama se densificó: las manzanas se edificaron por los cuatro lados y con más profundidad de la prevista, al reducirse la superficie del patio interior. La edificación se verticalizó; se levantaron áticos y sobreáticos y en la década de 1960, bloques de pisos. En los usos del suelo, el ensanche comenzó a recibir funciones terciarias, q se extendieron desde el centro histórico a sus calles principales, de modo q acabó produciéndose una división entre un área claramente residencial y cara para la burguesía y un sector terciarizado donde se sustituyeron las viviendas por comercios y oficinas. Ello ha causado una elevada densidad edificatoria y la sustitución de la tipología tradicional de la zona por una edificación en altura.

En claro contraste con el ensanche burgués, se crearon en el s. XIX zonas industriales y barrios marginales para el proletariado.Las instalaciones industriales se establecieron en la periferia urbana, junto a los principales caminos q conducían a la ciudad o junto a las estaciones de ferrocarril. las estaciones atrajeron a las industrias, sobretodo a las que necesitaban transportar alto volumen de materias primas o de productos, todo contribuyó a una escasa valoración de suelo. Los trabajadores que emigraron a las ciudades industriales, solo encontraron acogida en la periferia, en barrios marginales que fueron surgiendo a lo largo de las carreteras y caminos de ferrocarril, estos barrios tenían casi siempre un plano irregular, debido al mecanismo utilizado para su creación: parcelaciones privadas del suelo rústico de la periferia realizadas por sus propietarios. La trama se hizo cerrada y densa, y en la edificación predominaron las viviendas de escasa dimensión y calidad, realizadas por pequeñas empresas promotoras. Los usos del suelo entremezclaron las residencias obreras con industrias, talleres y almacenes; las infraestructuras y servicios eran escasos. Las instalaciones industriales y ano dependen del ferrocarril por el auge de la carretera, estas arreas han quedado plenamente incorporadas a la ciudad, lo que revaloriza el suelo que ocupan y da lugar a una tendencia al vaciado industrial. En la arreas

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menos apreciadas han aparecido solares o inmuebles industriales abandonados. EN las áreas más apreciadas, cuando existe la posibilidad de recalificar el suelo, se ha producido la sustitución del suelo industrial por otros usos, principalmente terciarios. Los antiguos barrios proletarios han quedado asimismo, plenamente incorporados a la ciudad, lo que les ha afectado de manera desigual, los más próximos y mejor conectados se han revalorizado por su relativa centralidad y se han remodelado, con la consiguiente sustitución de la población residente.

A lo largo del siglo XIX, se difundieron en España ideas naturalistas e higienistas. Esto llevo al deseo de acercar el campo a la ciudad, a finales del s. XIX llegó a España la influencia de la ciudad - jardín, en general no se hicieron ciudades - jardín autónomas, sino barrios ajardinados de viviendas unifamiliar. La ciudad lineal de Arturo Soria se concibió como una gran calle bordeada de casas con huerto y jardín, por la cual discurrían los servicios básicos y el transporte, en cuyas estaciones estaban previstos centros comunitarios, comercios y servicios públicos, se pretendía superar la segregación social incluyendo viviendas de distinto nivel y precio, aunque apenas se instalaron obreros en ella. El proyecto sólo se llevó a cabo parcialmente en el nordeste de Madrid y se encuentra hoy muy modificado porque la revalorización creciente de este espacio ha llegado a derribar parte de las viviendas unifamiliares y hacer bloques de viviendas y centros comerciales.

LA PERIFERIA URBANA ACTUAL

En la década de 1960 las principales ciudades españolas experimentaron un enorme crecimiento debido al incremento natural de la población, al desarrollo industrial y al progresivo desarrollo de los servicios, en lo que tuvo un papel destacado el impulso del turismo, de esta manera se amplio el área edificada de las ciudades, dando lugar a la creación de grandes periferias a lo largo de los principales ejes de transporte.

Apareció la llamada franja periurbana o suburbana, en la que se mezclan usos del suelo y formas de vida propias del campo y de las ciudades. Las periferias se estructuran en diversas áreas, que se caracterizan por sus contrastes morfológicos, funcionales y sociales; los barrios residenciales, las áreas industriales y las áreas de equipamiento.

Los barrios residenciales de la periferia son:

Los barrios marginales de infravivienda o chabolas: surgen en suelo ilegal y sin organización urbanística. Estos barrios alcanzaron su máxima dimensión en la década de 1950 con el éxodo rural masivo que llevó a la ciudad a millones de personas de escasos recursos, para los que no había oferta de vivienda suficiente y accesible.

Los barrios de viviendas de promoción oficial: surgieron entre 1940 y 1960, periodo en que se crearon más de 400.000 viviendas de promoción oficial para intentar atajar el problema del alojamiento. La edificación en viviendas unifamiliares o bloques, se

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caracteriza por la monotonía, la pobreza de materiales y la baja calidad constructiva, que ha ocasionado un envejecimiento prematuro.

Los polígonos de viviendas de promoción privada: surgieron a partir de 1960, se crearon de forma aislada y mal conectados entre sí. En la trama se adoptó el planeamiento abierto, en bloques o torres de vivienda colectiva. Así surgieron amplios espacios libres entre los bloques para jardines o aparcamientos que posibilitaron mayor ventilación y soleamiento de las viviendas. En la edificación se adoptó el estilo internacional propio de la arquitectura moderna, caracterizado por edificios geométricos q muestran los materiales sin camuflar. La función de estos polígonos era predominantemente residencial, los comercios y dotaciones de barrio se concentraron en ciertas zonas, dentro de cada polígono existe una gran homogeneidad, fruto del precio del suelo y de la distancia al centro.

Las áreas de vivienda unifamiliar y de segunda residencia: Proliferan a partir de los años 80 en relación con la difusión entre la clase media de la ideología clorofílica y el crecimiento del uso del automóvil, la trama que presentan es abierta, la edificación individual en viviendas exentas o adosadas y un uso del suelo fundamentalmente residencial. Desde los años 60 han proliferado también las segundas residencias en la sierra o zonas turísticas cercanas a las grandes ciudades.

Las áreas industriales de la periferia: surgen en las décadas de 1950 y 1960 con la creación de polígonos industriales junto a las principales vías de acceso a la ciudad, en algunos casos se planificaron bien, pero en otros se permitió a los empresarios instalar sin control fábricas y talleres, produciendo un impacto negativo en el medio natural y grandes atascos e incomodidades para las personas que vivían cerca. En la actualidad se están creando en la periferia nuevos espacios industriales relacionados con las exigencias de la sociedad postindustrial, áreas de gran calidad ambiental, dotadas de espacios libres y equipamientos, para instalar parques empresariales, áreas de menor calidad, en las que predominan las pequeñas naves adosadas para empresas con escasos recursos.

Las áreas de equipamiento en la periferia: son fruto de la descentralización actual de las actividades económicas hacia la periferia de las grandes ciudades. Se están instalando grandes superficies comerciales y de equipamiento que buscan en estos nuevos emplazamientos grandes espacios y precios del suelo más baratos que no encuentran en otras aras urbanas.

LAS AGLOMERACIONES URBANAS

Algunas ciudades han crecido hasta conectar con otros núcleos de población, se crean así aglomeraciones urbanas, que pueden ser de diferentes tipos.

El área metropolitana: es una gran extensión urbana q rodea a una ciudad importante y comprende, desde un punto de vista administrativo, varios municipios. En los años sesenta

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llegó la metropolización plena a las grandes ciudades españolas. El área metropolitana se caracteriza por los siguientes rasgos:

Existe una jerarquía urbana presidida por una ciudad importante (ciudad central), cuya actividad económica se proyecta al exterior y es origen del área metropolitana.

Entre la ciudad central y los núcleos del área se establecen relaciones económicas y sociales, la ciudad central proporciona empleo de servicios a la población del área. El área también alberga a trabajadores de la ciudad principal, en unos casos, en las zonas de vivienda unifamiliar permanente o secundaria, y en otros, en suburbios o agrupaciones extensas de casas y población. Los suburbios pueden ser satélites o suburbios dormitorio.

Desde el punto de vista social, el área metropolitana se caracteriza por un estilo de vida urbano, fuerte movilidad de su población, predominio de los jóvenes y variedad social.

La conurbación: es una área urbana continua formada por el crecimiento paralelo de dos o más ciudades hasta unirse, cada ciudad de la conurbación mantiene su independencia. El factor de fusión suele ser un eje de trafico.

La región urbana: es un área urbana discontinua, integrada por ciudades dispersas, pero lo suficientemente densa como para que todo el territorio posea características urbanas. Suele crearse también por el crecimiento paralelo de varias ciudades.

La megalópolis: se crea cuando la urbanización alcanza escala suprareginal, esta constituida por diversos elementos urbanos con funciones distintas, q crecen y forman una red urbana discontinua, pero sin fracturas importantes. En España podría considerarse como tal el eje mediterráneo, desde la frontera francesa a Cartagena, está formado por las áreas metropolitanas de Barcelona, Valencia y Alicante, conurbaciones turísticas o industriales, ciudades medias y pequeñas ciudades industriales.

LA PRODUCCIÓN DEL ESPACIO URBANO Y EL URBANISMO

LA PRODUCCIÓN DEL ESPACIO URBANO

En la creación del espacio urbano intervienen diversos agentes sociales, cada uno de los cuales defiende sus propios intereses.

Los propietarios del suelo; pretenden que el crecimiento urbano se dirija hacia sus terrenos para beneficiarse de la revalorización q supone la conversión del suelo rural en suelo urbano.

Loas promotores e inmobiliarias; buscan el crecimiento del suelo urbano y la consecución de la mayor edificación posible en él.

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Los empresarios industriales; entran en conflicto con los propietarios del suelo, q prefieren dedicarlo a usos residenciales y con los ciudadanos, q sufren los inconvenientes q a menudo se derivan de la proximidad de la industria.

Los ciudadanos; se organizan en asociaciones para defender sus intereses.

El poder político; interviene a través de la planificación urbana y la resolución de los conflictos entre los agentes sociales.

LA PLANIFICACIÓN URBANÍSTICA

Planificar es prever el futuro a partir del análisis de la realidad actual, en el planeamiento de ciudades en España podemos distinguir tres etapas:

los inicios de la planificación en la segunda mitad del s. XIX: los primeros intentos de planificar la expansión urbana corresponden a la segunda mitad del s. XIX, cuando el crecimiento urbano rebasó las murallas de la ciudad preindustrial, las principales actuaciones planificadoras fueron las siguientes:

Planos geométrica; para la expansión urbana, obligatorios desde 1846.

Planes de alineación de calles; desde 1853, regulan el trazado de las calles, q debe ser recto y tener una determinada anchura para el tráfico.

Planes de saneamiento; están relacionados con la propagación de las ideas higienistas sobre la salubridad de la ciudad.

Mejora de los servicios y equipamientos urbanos; como parques públicos, tranvías, edificios utilitarios, alumbrado, pavimentación. Estas actuaciones se aplicaron solamente en los espacios ocupados por la burguesía.

El urbanismo en el siglo XX hasta 1975: Durante el primer tercio del s. XX continuaron las actuaciones anteriores, después se diferencian dos etapas:

En la época de la autarquía (1939-1959); la planificación se centró en tres objetivos: la reconstrucción de las destrucciones de la Guerra Civil, se reguló la organización del crecimiento urbano, los q tuvieron mayor aplicación fueron los planes generales de ordenación urbana. Además, la ley clasificaba el suelo en tres categorías: urbano, de reserva urbana y rústico. El objetivo de la política urbanística durante la época de la autarquía fue la creación de leyes sobre la vivienda.

En la época del desarrollo (1960-1975); se mantuvo la Ley del Suelo y la tendencia zonificadora del periodo anterior, pero no se logró evitar q surgieran toda una serie de problemas en las ciudades. Se plantearon problemas de vivienda, pq las empresas privadas actuaron especulativamente y consiguieron autorización para aumentarla altura permitida y la edificabilidad a costa de no dejar apenas espacios para equipamientos o

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zonas verdes. Se eliminaron elementos valiosos del patrimonio para implantar actividades productivas, surgieron problemas de contaminación atmosférica y de las aguas, y se incrementó la congestión urbana.

El urbanismo en la época postindustrial: se caracteriza por tres rasgos básicos:

La planificación del desarrollo urbano; a través del Plan General de Ordenación (PGOU), q proyecta el desarrollo de la ciudad para cierto número de años: el plano, los usos del suelo, los equipamientos y los instrumentos para su realización.

El intento de acabar con la especulación del suelo; desde la Ley del Suelo de 1992, los ayuntamientos tienen el control de la creación de suelo urbanizable.

El interes por la calidad de vida en las ciudades; diversas organizaciones ciudadanas reclaman mayor participación del ciudadano en la planificación urbana, especialmente en los barrios obreros, donde las carencias son más acusadas. La rehabilitación del patrimonio urbano, la mejora de la calidad residencial y la rehabilitación de las viviendas colectivas de los años cincuenta y sesenta, envejecidas prematuramente. Por otra parte, se demanda también el incremento de la dotación de servicios y de espacios públicos, así como el control de las actividades contaminantes.

PROBLEMAS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS

A pesar de la intensificación de las políticas urbanísticas en los últimos años, todavía persisten graves problemas de distinta índole en las ciudades españolas.

Problemas de vivienda: La adquisición o alquiler de una vivienda, especialmente en las grandes ciudades, resulta caro debido a los altos precios del suelo y a la especulación, la solución a estos problemas debe venir de la capacidad reguladora de las políticas de urbanismo y planificación.

Problemas de abastecimiento de agua en energía: el consumo de agua y energía de las ciudades se ha incrementado notablemente en los últimos años y exige inversiones e instalaciones costosas, q hacen necesario promover el ahorro.

Problemas de equipamiento: ciertas zonas urbanas demandan una mejora de sus equipamientos recreativos, culturales, sanitarios, etc., q son deficitarios como consecuencia de los desequilibrios del crecimiento urbano, durante la época del desarrollo.

Problemas de tráfico: están causados por la necesidad de abastecimientos diversos y por los desplazamientos pendulares residencia - trabajo, q ocasionan atascos en las horas punta y problemas de aparcamiento.

Problemas ambientales: q se concretan en diversos aspectos.

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La creación de un microclima urbano; caracterizado por temperaturas más altas q las del campo, la ciudad es un foco calorífico ocasionado por el tráfico, las calefacciones y la industria.

La contaminación atmosférica; el tráfico y las calefacciones crean nieblas artificiales formadas por partículas de polvo y humo, las cuales afectan a la salud, a las plantas y a los edificios.

El ruido; los altos niveles de ruido q suelen registrarse en las ciudades, acarrean trastornos como insomnio, cefaleas y sordera.

La producción de residuos urbanos y su eliminación; las aguas residuales requieren ser depuradas antes de ser vertidas a los ríos o al mar. Los costos del proceso hacen q muchas sólo tengan un tratamiento parcial.

Problemas de delincuencia y marginación social: la ciudad favorece los comportamientos sociales marginales, debido a q los individuos están más expuesto a la publicidad, el estrés, el aislamiento, el hacinamiento, etc.

EL SISTEMA DE CIUDADES

Un sistema es un conjunto de elemento interrelacionados. El sistema de ciudades está formado por unos elementos y por las relaciones q se establecen entre ellas. Las ciudades tienen unas características a partir de las cuales ejercen su influencia sobre un área más o menos amplia y ocupan una posición jerárquica dentro del sistema urbano.

EL TAMAÑO DE LAS CIUDADES

El tamaño demográfico de las ciudades es una de las bases de la jerarquía urbana, se establece de acuerdo con la regla rango - tamaño, q relaciona la población de una ciudad y su rango en el sistema urbano.

No existe casi ninguna ciudad en torno al medio millón de habitantes, (Málaga es la única excepción).

La distribución espacial de las aglomeraciones urbanas por su tamaño demográfico se caracteriza por dos rasgos principales:

En la Península, las grandes ciudades: se disponen de forma semianular en la periferia, rodeando un espacio interior poco urbanizado en cuyo centro está la mayor aglomeración urbana del país; Madrid. Las aglomeraciones urbanas de la periferia forman cuatro ejes:

El eje septentrional; es discontinuo, está integrado por el eje atlántico de Galicia y las ciudades interiores q dependen de él y por el eje cantábrico, comprendido entre el triángulo asturiano (Oviedo, Gijón, Logroño).

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El eje del Valle del Ebro; funciona como corredor de comunicaciones entre el Cantábrico y el Mediterráneo y tiene como ciudad principal a Zaragoza.

El eje mediterráneo oriental; comprende desde Girona a Cartagena.

La red urbana andaluza; se dispone a lo largo de un doble eje: el Valle del Guadalquivir y el eje litoral.

Las grandes metrópolis se concentran en el nordeste: donde se localizan cinco de las siete ciudades con más de 500.000 habitantes; las cuatro grandes polos de actividad económica (Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia) Zaragoza, q ocupa una posición estratégica como lugar de encrucijada.

LAS FUNCIONES DE LAS CIUDAES ESPAÑOLAS

Las funciones q realizan son otros de los factores q determinan la posición de las ciudades en el sistema urbano. Las funciones son las actividades socioeconómicas q desempeñan las ciudades hacia el exterior. Dependiendo de su función, las ciudades pueden clasificarse en diversos tipos:

Las ciudades primarias: tienen una especialización en actividades del sector primario, destacan por su importancia las agrociudades andaluzas, manchegas, etc., y las ciudades mineras como muchas asturianas.

Las ciudades secundarias: en unos casos están especializadas en la industria, como las primeras ciudades q se incorporaron a la revolución industrial, o muchas de las q forman parte de las áreas metropolitanas, algunas veces las ciudades secundarias están especializadas en la construcción, como es el caso de las ciudades de gran dinamismo económico y demográfico o muy afectadas por el turismo.

Las ciudades terciarias: están especializadas en servicios, q son las actividades q mejor definen el rango de una ciudad y su papel organizador del espacio, como las grandes metrópolis nacionales.

EL AREA DE INFLUENCIA URBANA

Por la funciones q desempeñan hacia el exterior se consideran las ciudades como lugares centrales, q abastecen de bienes y servicios a un área más o menos extensa, denominada área de influencia.

Christaller clasifica los lugares centrales de acuerdo con la variedad y calidad de las funciones q desempeñan y les adjudica un área de influencia hexagonal. El resultado es un territorio organizado como una malla hexagonal formada por las áreas de influencia de cada uno de los lugares centrales.

Si se compara el caso español con el modelo teórico de Chritaller, resulta una distribución relativamente aceptable:

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Madrid es un lugar central principal y su influencia se extiende por toda España.

En la periferia se sitúan los núcleos q le siguen en influencia.

A una distancia media se encuentran las ciudades de rango medio y después los núcleos de influencia menor.

LA JERARQUÍA URBANA ESPAÑOLA

El tamaño demográfico, las funciones y la extensión del área de influencia dan lugar a una organización jerárquica del sistema de ciudades. Las categorías son las siguientes:

Metrópolis: son las ciudades q se encuentran en la cima de la jerarquía del sistema urbano. Su población supera los 200.000 habitantes y desempeñan funciones más especializadas y diversificadas q las restantes ciudades, relacionados con el sector terciario de mayor nivel y con la industria.

Las metrópolis nacionales: son Madrid y Barcelona. Su población supera los 3 millones de habitantes y cuentan con las funciones más diversificadas. Su área de influencia se extiende por todo el territorio nacional y se encuentran también estrechamente relacionados con otras metrópolis mundiales.

Las metrópolis regionales: son Valencia, Bilbao, Sevilla y Zaragoza, tienen una población entre 1.5 millones y 500.000 habitantes y cuentan con servicios de alto rango.

Las metrópolis subregionales o regionales de segundo orden: son ciudades como Oviedo, Murcia, Alicante, etc., tiene un población entre 500.000 y 200.000 habitantes y cuentan todavía con funciones y algunos servicios altamente especializados.

Ciudades medias: la mayoría son capitales de provincia no incluidas en los apartados anteriores, su población está en torno a los 200.000 y 50.000 habitantes y sus funciones son principalmente terciarias, pero menos especializadas; el comercio y servicios de ámbito provincial.

Ciudades pequeñas o villas: tienen una población de menos de 50.000 habitantes, como Astorga, Pola de Siero, etc., sus funciones son mucho menos especializadas: administrativas y comerciales, aunque pueden contar con algunos equipamientos de cierta especialización.

LAS RELACIONES URBANAS EN EL SISTEMA ESPAÑOL DE CIUDADES

Las relaciones entre las ciudades de un sistema pueden ser unidireccionales o recíprocas. Ambas pueden ser directas entre un núcleo u otro o indirectas, a través de centros intermedios. El sistema urbano español se caracteriza por los siguientes rasgos:

Madrid mantiene relaciones intensas con las demás metrópolis.

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Barcelona tiene una influencia general más débil, aunque intensa en el sector oriental.

El mayor grado de integración se da en el cuadrante nordeste, cuyas cinco metrópolis principales mantienen intensas relaciones, especialmente, Madrid y Barcelona.

En el resto del sistema, el grado de integración es más reducido e incompleto. El área con mayor desconexión es la q rodea Portugal, salvo Galicia.

EL SISTEMA DE CIUDADES ESPAÑOL EN EL SISTEMA EUROPEO DE CIUDADES

El sistema de ciudades español forma parte del sistema europeo de ciudades, q a su vez es una parte del sistema mundial.

El sistema urbano europeo se basa en las eurociudades, q son las poblaciones más dinámicas y con mayor capacidad de relacionarse con el extranjero, es decir, las metrópolis nacionales de cada país y en menor medida, algunas metrópolis regionales.

El sistema europeo de ciudades se articula en torno a varios ejes de distinto dinamismo.

El eje urbano más dinámico se encuentra a lo largo de una gran dorsal q se extiende desde el sureste de Inglaterra al noroeste de Italia a través del Rin, en relación con este eje, el sistema de ciudades español ocupa una posición periférica.

El sistema europeo tiene un segundo eje urbano y de crecimiento en el arco mediterráneo, q abarca la zona entre el nordeste - centro de Italia - sur de Francia - Levante español. El sistema español cuenta con ciudades en este eje, q penetran por la frontera francesa hasta Alicante y Murcia y se ramifican hacia el eje del Ebro y Madrid, q son las zonas de España con más renta per cápita y mayor crecimiento económico.

El resto de las ciudades españolas se encuentra en los ejes europeos menos dinámicos:

Los centros urbanos de la franja cantábrica y Galicia se sitúan en el llamado arco atlántico o “finisterres”, q se extiende desde el oeste de Gran Bretaña a Portugal.

Andalucía y el espacio meridional de la meseta quedan dentro de lo q se denomina “los sures”, haciendo referencia a su condición de espacios periféricos y tecnológica y poco integrados en el gran sistema de ciudades europeo.

Para paliar esta posición periférica y lograr una mayor integración con el sistema de ciudades comunitario, la Unión Europea está invirtiendo fondos para desarrollar las redes transeuropeas de transporte y comunicaciones.

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EDUCAR EN LOS DIFERENTES ENTORNOS DE CASTILLA Y LEÓNMEDIOS RURALES, MEDIOS URBANOS

Aunque es posible iniciar una reflexión sobre la “identidad” de Castilla y León (si existe, si debe existir, si ha de tener algún sentido unitario, o si bien ha de construirse en torno a la resolución de problemas comunes), no cabe duda de que existen realidades muy diversas en los social, en lo económico, en lo cultural, en lo demográfico... que la educación ha de tener en cuenta, tanto en lo que respecta a la red escolar e infraestructura como en lo que tiene que ver con el currículo y la práctica educativa. En este apartado se trata de abordar sólo el segundo de estos aspectos.

1. Algunos rasgos específicos de Castilla y León con trascendencia educativa

La situación actual de Castilla y León no puede ser entendida sin tener en cuenta la realidad económica, social y cultural a nivel internacional, y cómo ésta afecta a una región situada en el "Primer Mundo", pero dependiente e históricamente deprimida (teniendo en cuenta también sus rasgos específicos):

1. Escasa asunción de identidad regional y cierto rechazo incluso de esta idea.

2. Falta de articulación interna del territorio: dispersión y fuerzas centrífugas. Los desequilibrios territoriales tienden a aumentar. Pérdida de papel de los núcleos comarcales. "Hipertrofia" de las capitales de provincia, no por su propio dinamismo en la mayor parte de los casos.

3. Débil densidad de población y concentrada en pocos lugares. Emigración histórica y, sobre todo, en los 50, 60 y 70. Pérdida de parte de la población más formada y dinámica.

4. Existencia de grandes áreas semidespobladas o despobladas y marginadas del proceso económico. Muchas poblaciones en vías de desaparición y otras con problemas para acceder a niveles mínimos de servicios.

5. Se da un proceso de envejecimiento y de retroceso poblacional en el medio rural (grave en muchas comarcas), por la emigración anterior más la reducción actual de la

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fecundidad, aunque permanecen desde hace unos años muchos jóvenes (más varones que mujeres) por la falta de alternativas en otros lugares.

6. Ausencia de grandes ciudades. Menor incidencia de los problemas propiamente urbanos, aunque existen suburbios marginados y "problemáticos" en las ciudades. El rápido y desordenado crecimiento de algunas ciudades todavía hoy deja sentir sus consecuencias.

7. Falta de dinamismo económico y social. Escaso desarrollo económico y escasa proporción de población "económicamente activa". Dependencia económica (los sectores económicos dinámicos están controlados por capital extraregional) y cultural respecto a otros espacios.

8. Aumento del nivel de vida en los últimos años de una parte importante de la población, en consonancia con lo que sucede en la sociedad española (aunque continúa el bajo nivel de renta frente al nivel europeo)

9. La industria está poco desarrollada, mientras ocupan a la mayor parte de los/as activos/as el sector servicios (con funcionamiento inercial). La agricultura, pese a ocupar a menos personas que los anteriores, tiene un peso superior a la media española, ya de por sí elevada, con el problema de una menor productividad que en el entorno europeo, a la par que existe un exceso de producción y una debilidad política para realizar presiones adecuadas; el peso de "la subvención" (que en su mayor parte va a las explotaciones grandes) y la modernización llevada a cabo en las últimas décadas no son suficientes para aclarar las expectativas de futuro. La "pluriactividad" aparecer casi siempre más como un único recurso que como una alternativa.

10. Los espacios rurales se encuentran entre la crisis agrícola y la debilidad de las alternativas, en una región donde el peso de lo rural es grande. Económica y culturalmente, sufren también la preponderancia de lo urbano.

11. Desigualdad social, con sectores afectados por la pobreza en ciudades y, sobre todo, en los medios rurales marginales. Grave problema de desempleo (disimulado en el medio rural por el trabajo familiar) a pesar de tener poca población activa.

12. Abundante patrimonio artístico y natural, no siempre debidamente atendido y aprovechado. También se detectan problemas medioambientales, a los que se dan débiles respuestas.

13. Exposición a modelos/formas de vida que tienen poco que ver con la realidad regional. Ruptura (parcial) de los lazos sociales tradicionales. Ocupación rutinaria y estereotipada del tiempo libre de los jóvenes, con ciertos problemas de relación entre los niños urbanos y (por distintas causas), entre los jóvenes de los pueblos más

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pequeños.

14. Falta de reconocimiento del trabajo de las mujeres (en el hogar, en el campo, en la empresa familiar...)

15. Alto nivel de instrucción y equipamiento universitario, pero poca adecuación a la realidad regional

16. La tradición individualista, el débil tejido asociativo y la composición social (peso de la pequeña empresa, sobre todo familiar, de los "autómonos", del pequeño propietario agrícula, del funcionario/a, del empleado de pequeñas empresas...) dibujan un cuadro de estabilidad social.

2. Educar en el medio rural

2.1. Algunos rasgos del medio rural de Castilla y León

Alrededor de la mitad de la población regional vive en localidades rurales (estadísticamente, las que tienen menos de 10.000 habitantes). Si excluimos las localidades "intermedias" (entre 2.000 y 10.000 habitantes) queda todavía casi la tercera parte de la población. Estos datos indican que la ruralidad, sin ser ya preponderante en Castilla y León, es mucho mayor que en el conjunto del estado español, ya de por sí mayor que la media europea.

Dentro del medio rural, y sin salir de nuestra región, encontramos pueblos mineros con alta inmigración, pueblos agroganaderos, agrícolas, de jornaleros, unos con exceso de ocupación (en pocos casos con elevados ingresos), otros de desocupación.... Todo ello influye de forma determinante en el contexto sociocultural, y, por tanto, en su incidencia educativa. Brevísimamente, sin embargo, podemos acotar la realidad dentro de las siguientes observaciones:

1. Proceso intensivo de crisis y reconversión, con exceso de mano de obra agraria: la explotación familiar sólo sobrevive porque no tiene otras alternativas, y en las ciudades tampoco hay trabajo. En determinados pueblos, se percibe la influencia de los grandes centros urbanos (Valladolid, Madrid...), pues hay muchas personas que pueden trabajar en ellos, generalmente dentro del sector servicios y mediante subcontratas y contratos temporales.

2. Envejecimiento de la población, aunque en los últimos años han permanecido los jóvenes, pero con pocas expectativas de futuro.

3. Progresiva influencia «avasalladora» de la cultura urbana. Pérdida de valores rurales

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tradicionales de forma acrítica, es decir, no tanto por enriquecimiento cultural como fruto del «complejo» frente a lo urbano. Lo tradicional se ha perdido, pero ha sido sustituido sobre todo por los medios de comunicación de masas, que facilitan la autodesvalorización del medio (aunque no siempre ésto se da).

4. Planteamientos de solución individual y ausencia de actividades productivas y culturales colectivas. Los intentos que actualmente existen parten de cero y generalmente tienen poca permanencia y sistematicidad, si bien a veces tienen un alto grado de significación.

5. Las nuevas tendencias respecto a los espacios rurales sólo se notan, en general, por la afluencia masiva de veraneantes (madrileños y vascos) que, a pesar de ser naturales del pueblo en muchas ocasiones, suelen afianzar la tendencia a valorar como inferior el medio rural respecto al urbano.

6. El grado de accesibilidad varía enormemente de unas comarcas a otras, así como la frecuencia de los desplazamientos, pero hoy en día no puede olvidarse que el automóvil y los medios de comunicación han relegado al pasado la situación de aislamiento general de los pueblos. Sin embargo, parece percibirse que cuando el pueblo se halla muy cerca de un centro más o menos urbano, pueden darse los inconvenientes de los dos medios.

7. El medio rural tiene un nivel de vida menor al urbano, como media, pero ello no quiere decir que las carencias sean generalizadas. Los efectos negativos se notan en niños/as que, por ser sus familias las más desfavorecidas social y culturalmente, tienen una reducida gama de experiencias y mediación familiar.

8. La ocupación del tiempo libre no resulta problemática para los niños pequeños, pero a partir de los 12-13 años, se echan en falta medios de diversión o de relación más amplios, hasta que la mayoría de edad permite el uso y abuso del coche.

En definitiva, los valores rurales que pudieran considerarse positivos tienden a perderse, mientras lo urbano deja sentir su influencia difícilmente resistible (y en muchas ocasiones lo negativo no viene acompañado de lo positivo). Así, aunque los habitantes de un medio tienen saberes que los del otro no poseen, son los detentadores de «lo urbano» los que aparecen como aventajados socialmente, en virtud de la inferioridad a que ha sido sometido el medio rural, tanto económica como culturalmente. Por ejemplo, los veraneantes que vienen a consumir su tiempo libre al pueblo, se presentan en él orgullosos de residir en una ciudad y de manejar caras bicicletas de montaña, mientras quedan ocultas las destrezas y saberes que los niños del pueblo tienen en relación con su medio (conocimiento de lugares, animales...).

2.2. Educación y medio rural

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a) Algunos puntos de partida

1. Contrariamente al estereotipo dominante, que tiende a ver el medio rural desde una perspectiva urbana (y, por tanto, sólo detecta ausencias y se lamenta de los inconvenientes), el medio rural tiene también potencialidades y ventajas respecto a la zona urbana para la acción educativa: a poco que se profundice, maestros/as sin vocación rural admiten el menor número de problemas educativos en las aulas, o la cercanía respecto a las familias que puede darse en una escuela unitaria, por ejemplo.

2. Constatamos que, como profesionales, nos encontramos en las aulas con problemas que lo estrictamente escolar no da solución, es decir, que se hayan unidos a situaciones del entorno social. Desde una perspectiva estrictamente «profesional-funcionarial», estos aspectos suelen considerarse fuera de la responsabilidad del sistema educativo, pero, tanto por nuestro compromiso social como porque, lo queramos o no, interfieren con el «currículo programado», urge tratarlos (lejos de la ingenuidad, pero también del cínico «echar balones fuera»).

3. La escuela no puede partir de una decisión a priori sobre el futuro lugar donde vivirán los alumnos, por lo que (...) debe permitir al alumnado conocer y poner en práctica las alternativas que existan en su comarca, luchar por su medio y elegir críticamente dónde se establecerá en su vida adulta

4. Si el/la maestro/a sólo conoce y valora el medio urbano, difícilmente puede aspirar a abrir la escuela al entorno o viceversa

5. Cuando la escuela se sitúa en un medio social que valoriza su propio espacio y su propia cultura, la motivación y la dinámica del trabajo a partir del entorno próximo se mantiene de forma casi natural. En la situación contraria, deberá descubrirse primero la importancia de conocer el propio contexto.

6. La escuela no es, ni puede ser, neutral. En el caso de la escuela rural al estar situada en un medio social claramente desfavorecido, debe tomar partido por potenciar dicho medio y por fortalecer a los más débiles.

7. El desarrollo de la autoestima en relación a la propia cultura y la propia personalidad es un elemento imprescindible.

8. Los contenidos no pueden ser idénticos a los impartidos en el medio urbano. Dada la dominancia sociocultural del medio urbano, la tendencia general lleva a la imposición de éstos (...) por lo que los profesores comprometidos con la educación rural debemos realizar un esfuerzo para compensar esta tendencia. Esta tesis no debe interpretarse como una reducción del horizonte cultural de los niños/as rurales, sino

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como una ampliación a partir de su realidad y no saltando por encima de ella.

b) Valorar y conocer el propio medio

Dos ideas se presentan unidas y, contrariamente a lo que en principio pudiera parecer, no son contradictorias: conocer y valorar el propio medio y superar sus limitaciones. Cualquier medio donde se viva es limitado, en tanto en cuanto no abarca más que un tipo de los diferentes posibles, y a la vez tiene unas potencialidades de las que otros carecen. No necesariamente el medio rural ofrece más limitaciones que muchos empobrecidos medios urbanos, pero la escuela del medio rural tiene que trabajar para compensarlas, y ello no puede hacerlo más que aprovechando lo que de educativo haya, conociendo y valorando lo que ya se tiene y ofreciendo experiencias que no son accesibles directamente en el propio medio. Sin caer en la idealización ni el maniqueísmo, no puede olvidarse que la desvalorización de lo propio, y, por tanto, de uno mismo, sólo puede generar una integración pasiva en lo ajeno o un encastillamiento igualmente empobrecedor en lo cercano. Por ejemplo, las salidas de aprendizaje a lugares alejados deben de estar correctamente planeadas para evitar que el «embobamiento» ante las ciudades, comercios o instalaciones «grandes» o «novedosas»: un semáforo, que tal como aparece en los libros de texto da pie a pensar que es algo que «falta» en el pueblo de uno, puede verse más adecuadamente como un limitador de la libertad de movimientos, inevitable sólo donde vive mucha gente concentrada (dicho de otra forma, está bien que los alumnos de un pueblo conozcan las escaleras mecánicas, pero también que hagan de «espabilados» respecto a los niños urbanos cuando éstos están en su pueblo, o que conozcan empáticamente la realidad rural).

De la misma manera, deben integrarse, o tenerse en cuenta, la tradición cultural y los avances tecnológicos, el pasado y el presente, la realidad y las alternativas, el conocimiento abstracto y el utilitario.

En muchas ocasiones, habrá que empezar por conocer lo que existe en el entorno por parte del maestro/a, dado que ha habido un arrasamiento previo y una desvalorización de todo lo cercano, pero, en todo caso, cuando la escuela investiga el medio, se genera un proceso de colaboración entre la escuela y el exterior. Esta apertura de la escuela es además imprescindible para dar un sentido profundo a lo que se aprende-investiga (se comunica a la familia y a la comunidad, y ésta aporta sus «fondos de conocimiento»): publicando lo investigado de cara a las personas del pueblo, éstas empiezan a pensar que su realidad también es objeto de interés para la escuela, para la transmisión cultural.

Si una de las limitaciones del medio rural es la dificultad de socialización y desenvolvimiento ante grupos numerosos o ante medios desconocidos, la escuela

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debe contribuir a superarlo.

3. El medio urbano

3.1. Consideraciones previas

Podemos partir de la diferencia entre zonas urbanas de ciudades pequeñas como Palencia, Soria,... con sus zonas de centro y barrios y ciudades más industrializadas como León o Valladolid. Pero antes de definir las características que encontramos en cada entorno urbano, debemos señalar una serie de circunstancias específicas:

Los niños y las niñas de clases más acomodadas o culturalmente más acordes con la cultura dominante, aun con `éxito´ escolar, pueden estar sometidos a muchas circunstancias adversas que genera nuestra sociedad: individualismo, soledad, sedentarismo, falta de comunicación, separaciones no bien asimiladas...Estos son elementos que nos afectan si miramos más allá de la `nota´.

Determinados grupos étnicos (gitanos, mencheros, inmigrantes...), ubicados en zonas suburbiales, tienen `sistemas de actividades´ propias y cercanas, además de las que les proporciona y asumen de la cultura suburbial y urbana.

Como posibilidades educativas a veces nos encontramos con la pervivencia, en el medio urbano, de una serie de valores tradicionales del mundo rural, con sus ventajas e inconvenientes, que aun mantienen familias procedentes de ese medio: vivencias, costumbres y conocimientos que pueden facilitar u orientar la labor educativa.

Como características de los barrios en los que están ubicados nuestros centros, a pesar de su heterogeneidad, podemos señalar:

Urbanísticamente, puede tratarse tanto de restos de antiguos barrios de casas bajas y de las antiguas viviendas sindicales o similares, como de barrios modernos concebidos como ciudades dormitorio, con grandes bloques y escasos equipamientos y servicios, normalmente ocupando espacios muy delimitados.

Desde un punto de vista sociológico, consecuentemente, por una parte han recogido a la población que se desplazó desde los pueblos en los diferentes momentos de emigración, por otra a las parejas jóvenes, así como, en mayor o menor grado, a los antiguos chabolistas y minorías étnicas.

Culturalmente son barrios dependientes de las actividades que se realizan en el

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centro urbano o en las zonas industriales, careciendo de identidad cultural y/o con mezcla de cultural urbana y restos de valores rurales y étnicos. Se da incluso la circunstancia de que, en la medida que hay una excesiva concentración de marginalidad, aparece la cultura suburbial como subproducto y pasan a ser barrios mal conceptuados por los propios habitantes. En estos últimos, respecto a los demás, disminuye en muchos casos la posibilidad de encontrar colaboración e interés por la escuela y por la formación, tanto de adultos como de niños, así como en la participación en asociaciones y centros culturales.

Las chicas y chicos conviven con puntos de vista muy diferentes respecto al hecho educativo: desde alumnos con familias ágrafas, hasta alumnos con padres profesionales de media o alta cualificación. Predominan, no obstante, las alumnas y los alumnos con dificultades de adaptación a las tareas escolares, porque:

o Las dificultades económicas y desestructuración social y familiar abarca cada vez a mayores sectores de la población.

o Aumenta la concentración de alumnos y alumnas con estas condiciones en los Colegios Públicos, por la `emigración´ de ciertos sectores a la enseñanza privada en busca de mayor prestigio social.

3.2. Implicaciones y potencialidades educativas

Si hacemos un catálogo de las dificultades con las que se enfrentan padres y profesores respecto a la educación de los menores, nos encontramos con una relación de problemas que los desbordan y ante los cuales se sienten inermes: apatía, déficit atencional, hiperactividad, dificultad para aplazar la gratificación, absentismo, desimplicación familiar y social, abandono de los estudios. Si ampliamos la edad a la adolescencia o a la primera juventud, y en determinados ambientes, el panorama es aún más preocupante (tabaco, alcohol, pandillismo, violencia...). Estos fenómenos se asocian en mayor o menor grado al medio urbano y, por contagio, al rural. En esta primera apreciación puede parecer que la ciudad ha perdido muchas de las cualidades educativas que tradicionalmente se le atribuían, supuestamente por encima de las que ofrecía el pueblo.

Antes de trazar un panorama de lo que pueden ser hoy nuestras ciudades como ámbito educativo, conviene hacer algunas precisiones. En primer lugar, considerar al medio urbano como el de un contexto instruccional y formativo homogéneo sería desconocer las profundas diferencias que se dan entre las zonas residenciales, los barrios-dormitorio, o el centro de las ciudades, diferencias que evidentemente no son sólo urbanísticas sino económicas, sociales y culturales. Ni siquiera podemos suponer, sin un análisis previo, que se den las mismas condiciones y que se produzcan los mismos fenómenos en todas las ciudades de nuestra región.

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La existencia de subsistemas y contextos formativos diferenciados en las ciudades no puede convertirse en modo alguno en una coartada tranquilizadora ("ya se sabe lo que determinados ambientes o familias dan de sí") para responsables políticos, agentes sociales y educadores. El tópico etiquetado barrio = peores condiciones educativas puede no ser tan cierto, salvo cuando afecta a familias desestructuradas o con graves problemas de paro y marginación. Para comenzar ponemos muy en duda que para muchos de los hijos de familias acomodadas o de padres de profesiones liberales estén garantizadas las condiciones de su desarrollo como seres humanos: el hecho de que consigan éxito en la escuela o de que gocen de amplia oferta de actividades extraescolares no supone ni una mayor autonomía, ni más tiempo de relación con los padres o con los familiares, ni que dispongan de una calle que proporcione un mínimo de socialización.

Con lo expuesto queremos llamar la atención sobre la necesidad de investigar e intervenir más allá de los planteamientos aceptados comúnmente. Son muy escasos en nuestra región los trabajos de campo sobre las necesidades de niños y adolescentes, sobre sus preocupaciones, sus modelos y su identificación, sobre su percepción de los hechos sociales, sobre los marcos normativos que aceptan o rechazan... Y esto para los distintos grupos de edad y de nivel económico y/o cultural.

Es cierto, sin embargo, que la mayoría de estos cambios que en los modos de vida y en la educación han provocado la revolución tecnológica y la urbana afectan a gran parte del mundo y que no hablamos de fenómenos exclusivos de Castilla y León, pero no lo es menos que, por el modo peculiar en que nuestra región se ha enfrentado (o padecido) a esos cambios, nos encontramos en una situación bastante diferente a las de otras nacionalidades o regiones de nuestro propio pais.

Quizás sea el momento de recordar los puntos de vista, las preguntas relevantes y los criterios que van a guiar nuestra evaluación de las posibilidades educativas de la ciudad. Para nosotros/as, la tarea principal de la educación consiste en facilitar al niño y al joven la adquisición de una conciencia personal y la conquista de una identidad como miembro de la colectividad en la que vive. Ambas cosas se adquieren en el marco de las actividades en las que las que el menor participa guiado por el adulto y que progresivamente asume como propias, las rechaza o las transforma.

Son cuestiones relevantes, para el análisis que proponemos, los grandes cambios que nos han afectado y que nos siguen afectando -con peculiaridades regionales muy específicas-, (la masiva emigración de los 60, la reducción de la natalidad, la desestructuración cultural de muchos pequeños municipios, el déficit de recursos culturales en los barrios de las ciudades y, porque no todo sean aspectos negativos, el esfuerzo de muchos ayuntamientos o entidades sociales y culturales, el crecimiento del voluntariado, las iniciativas de futuro que surgen en muchos sectores...). Pero en modo alguno se agota ahí la indagación; por el contrario, a profesores/as, educadores/as, padres y madres nos interesa un análisis de lo más

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cercano, de lo que cotidianamente hacemos, de lo que vivimos, de los valores que nos mueven y de los que rechazamos.

La valoración de la incidencia de las transformaciones económicas y sociales en la cultura castellana y leonesa, y más en concreto en la manera de transmitirla a las nuevas generaciones, está aún por hacer, si bien no parece aventurado afirmar que el relevo de la cultura tradicional ha sido tomado por formas y contenidos foráneos y por la emulación de modelos extraños a nuestra idiosincrasia. Pero lo más lamentable es, probablemente, la sustitución de las actividades comunitarias por actividades estancas (por grupos de edad, por espacios de uso predeterminado, incluso por tiempos específicos). Unos ejemplos bastarán para ilustrar lo que queremos decir: discotecas para quinceañeros hasta las diez de la noche, trabajo al margen de la vida familiar, ancianos recluidos en asilos...

En estas condiciones, que afectan en mayor grado a la ciudad, la transmisión cultural y la interacción entre adultos y entre iguales puede llegar a verse dificultada en extremo.

La dificultad de comunicación entre generaciones, el escaso tiempo que los padres pueden dedicar a sus hijos, la pérdida de control de los adultos sobre las actividades de los jóvenes, la cada vez más débil presión social sobre los comportamientos públicos inadecuados e incluso delictivos aquejan a todos los estratos sociales. Afortunadamente las ciudades castellanas y leonesas ven reducido el impacto de estos fenómenos globales por su tamaño, por los vínculos y afinidades entre sus miembros, por el conocimiento mutuo y por la personalización de las relaciones. Además, la ciudad ofrece, en contraste con los municipios demasiado pequeños, una gama más diferenciada y amplia de ofertas culturales (entiéndase cultural en su sentido más amplio: aficiones, deportes, diversiones, asociaciones...).

Una primera valoración de los datos obtenidos (en encuestas y entrevistas con alumnos y padres) nos muestran que el niño rural, en general, participa más directamente de las actividades, productivas o no, de sus padres, goza de una mayor autonomía en la edades tempranas, suele mantener una relaciones más ricas con iguales y mayores, etc. Sin embargo, la cultura urbana con sus pros y contras gana más y más terreno.

Por el contrario, en el medio urbano es más difícil que se den situaciones de colaboración de los niños en el trabajo de los padres (incluso llegan a desconocer en qué y cómo se ganan la vida éstos); la participación en las tareas de la casa, que podía ser un momento privilegiado de vinculación, de intercambio y de creación de lazos afectivos y de valores, es poco apreciada por los padres y madres y, en consecuencia, pocos niños y niñas las realizan, creando un estado de atonía y de falta de responsabilidad y esfuerzo que repercute en el ámbito escolar.

Basten estos rápidos apuntes de lo que parece relevante desde un punto de vista educativo para llamar la atención sobre la importancia de iniciar lo antes posible estudios más amplios que los que nosotros hemos podido realizar. Al mismo tiempo es urgente promover

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alternativas que ofrezcan mejoras sustanciales para que las ciudades vuelvan a convertirse en lugares de convivencia y de encuentro.

Este apartado quedaría cojo si no finalizáramos con algunas propuestas de acción, aunque sólo sea a título de ejemplo . Si recogemos las sugerencias que tanto padres como menores suelen hacernos en cuanto a sus necesidades y expectativas, no es difícil entresacar algunas intervenciones relativamente viables, intervenciones que en algunos casos dependen de una mayor sensibilidad de la sociedad y en otras de decisiones de carácter político:

Incrementar la oferta de actividades para toda la familia.

Favorecer formas de ayuda mutua entre familias para el cuidado de los más pequeños o para menores enfermos o discapacitados.

Fomentar los intercambios entre niños rurales y urbanos superando las trabas que en ocasiones impone una concepción excesivamente rígida del municipio.

Facilitar la autonomía de los niños y niñas más pequeños: recuperar la calle, poner a su disposición servicios indispensables (desde lugares de encuentro a urinarios, atenciones especiales de la policía municipal...).

Primar actividades culturales, deportivas y recreativas, públicas o privadas, accesibles a bajo coste...

Se trata siempre de no dar por inamovibles las tendencias que se supone conlleva la "vida urbana", optando por la intervención en diferentes niveles y ámbitos, para hacer más educativa la ciudad y más vivencial la escuela.

4. Los diferentes medios rurales y urbanos

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Cada centro desarrolla su actividad escolar junto a y en medio de unos contextos determinados que juegan un papel también educativo y que van a conformar su identidad personal, social y cultural. Ninguno de esos contextos puede ser definido con carácter general para Castilla y León (lo que es más común es lo "universal"), pero tampoco es suficiente la diferencia entre “rural” y “urbano”. Es preciso, pues, iniciar una investigación para conocer cada uno de los entornos de nuestras escuelas e institutos y, en un proceso "de abajo a arriba" abordar la relación con lo regional y con lo estructural, construyendo una identidad alrededor de un abordaje común y de ámbito regional de los problemas de nuestra realidad.

Aportado por Concejo Educativo a laI Conferencia de educación progresista de Castilla y León - Marzo 2001

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Educación alternativa / Educar en Castilla y León

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