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El rancho
Cuentos y poesías para alimentar la fantasía y el alma Número 2
Selección de textos de alumnos del Colegio 791
Unidad Penitenciaria Nº 14 – Esquel – Chubut- Patagonia Argentina
Cuentos y poesías entre risas y añoranzas.
Palabras que habitan los cuerpos y toman aire
para habitar el mundo.
La segunda publicación de un “rancho” pensado
como alimento para el espíritu con… ¿más?
¿otros? ingredientes.
Como el pan se comparte y como el pan…crece.
Los aromas de aquel primer número macerado por
Ariel Puyelli nos invitan a ensayar hoy
nuevas y viejas recetas.
Nilda Bulzomi
Selección de trabajos realizados por alumnos
del Colegio 791
Unidad Penitenciara Nº 14
Coordinador Proyecto Educación Secundaria U 14
Carlos Miselli
Docente de Lengua y Literatura
Nilda Bulzomi
Autoridades del Colegio 791
Pablo Modugno – Director
Alicia Toloza – Vice Directora
Gladis Ramírez - Secretaria
Subprefecto Pedro C. Meza
Director U 14
Índice
Después del amor………………………….2
La puerta solitaria…………………………3
Encantamiento de la vida………………..4
La cita perfecta……………………………..5
Primavera……………..………………….... 6
La emboscada……..………………………..7
El pajarito amigable.………………………9
Caligramas….……………………………...11
Desvaríos de la imaginación…………….19
Volver a nacer….…………………………..20
Preso de mis sueños………………………21
Otra oportunidad..………………………. 22
Diosa Adonis……………………………….23
Acróstico…………………………………….24
El Rancho
II
“…contra el silencio y el bullicio, invento la Palabra, libertad que se inventa y me inventa cada día.”
Octavio Paz
1
Acróstico
Caminando
Amanecido Rosas Luz
Olvido mío Sombras.
Necias Aisladas
Raíces Versos
Asombrados Enardecido Zapatero de los míos.
2 23
Después del amor
Desahuciado por sus pensamientos decidió alejarse
por un tiempo de la ciudad hacia una montaña. Alejado, donde no hubiera ruidos ni tóxicos, Lautaro huyó.
En su camino pasó por un barrio pequeño, decidió
explorar, probó ilusiones de todos colores pero con nada se conformó. Subió hasta una nube esponjosa, sus ecos resplandecían.
Y gritó: “De quién es este corazón!”. Y bajó hasta el
suelo. Ardía entre frío y calor, se desesperaba en una pequeña estimulación que invadía su cuerpo por los suburbios.
Despegó un día entre sombras y gritos en una noche llena de estrellas.
Si me caigo estarás tú para levantarme. Si tropiezo
estarás tú para decirme: “camina derecho”. Si te digo que te quiero más que a mi vida es porque te extrañaré por el resto de mis días.
Lautaro no encontró regocijo en nada ni nadie.
Había perdido a su mujer.
Miguel Calderón
Diosa Adonis
Adonis de mi siglo
derramas hielo y brasas en mi corazón sabiendo que
vivo mato
muero por tu amor.
Glaciar de caricias soplas y me transformo
en bosque tropical del Amazonas. Tú,
que juegas sin medir las roturas que dejas, angelical belleza
demonio de pasión. Brillo
pelo que encandila manantial de placeres Adonis, acéptame
como tu Faraón.
Rubén Darío Pérez
22 3
Otra oportunidad
NO
sistema de obligación carnaval de barrotes
NO robotito digitado
globalizado mundo simplemente un desafío
poder es querer en mi equipo
mejor jugador; voluntad te espero en el amanecer
de cada mañana vos también podés.
Rubén Darío Pérez
La puerta solitaria
La puerta se encontraba siempre con
candado, la llave se había perdido y nadie sabía quién la tenía.
Se buscó por cielo, mar y tierra –como dijo un cantautor, si es por mar en un
buque de guerra y si es por tierra en un tren militar-.
Y alguien puso una ventana.
Luis Acuña
4 21
Encantamiento de la vida Me lo contaron una vez. Dicen que es
verdad. Me parece que lo viví, no recuerdo bien…creo escucharlo, verlo y sentirlo cada día y
lo deseo mucho. Lo que sea en realidad no me importa, sólo sé
que me hace feliz y agradezco a Dios haber nacido allí…
Por cosas de la vida lo tuve que dejar. De
las aguas tan dulces y el paisaje tan lindo…
Sólo necesito pensar y soñar como una vez,
en libertad en el campo, mi perro y yo, disfrutábamos tanto, tanto…
Pasaron los años, regresé y fue allí, en ese mismo lugar en el que me crié y aprendí lo mejor de mi juventud que sentí el aire de los vientos
entre los cañadones y mesetas que alguna vez caminé.
Como un pájaro en el aire y entre el paisaje
que no se olvida jamás, disfruto el
encantamiento por sobre todas las cosas.
Miguel Baeza
Preso de mis sueños
Sueño
Soñadores. Realidades opuestas.
No soy. Contra adversidad.
Sueño Mejor existencia.
Paz de mi pueblo. Más posibilidades. Cambio que nunca llega.
Sueño Letargo día, nunca termina.
Amor no correspondido. Ansiadamente, nunca aparece.
Larga vida no vivida. Sueño
Vivir. Libertad. Soñadores.
Rubén Darío Pérez
20 5
La cita perfecta La hora de la cita por fin llegó, ya estaba
preparado. Ya me había probado toda mi ropa. Me encontraba perfumado, hasta me había
hecho un peinado con gel. Sonó el portero eléctrico; era ella, tan
hermosa, tan perfecta pero muy callada.
Puse música acorde a la situación, la tomé de la cintura, bailamos casi toda la noche.
Le hice el amor como a nadie y, exhausto, me acosté a su lado. No podía parar de acariciar su suave piel admirando su belleza. Era la mujer
perfecta.
Encendí un cigarro y sin querer apoyé la brasa en su delicado brazo. Inmediatamente apoyé mi dedo sobre su herida, llorando le pedí
perdón, no podía creer lo que había sucedido. Saqué mi mano de la herida y ¡shhhh!… voló por toda la habitación.
Mi muñeca se había desinflado.
Marcelo Giménez Ferreira
Volver a nacer
Rechinar de puertas
metal con metal trote de botas acompañando el agite de llaves
murmullo, silencio crudo. Click de luces pierde su resplandor
la oscuridad, la mente divaga.
Recuerdo, náufrago Presente, vivir recuerdo, grato presente anhelar recuerdo, anhelo presente sin ella
recuerdo conciente presente sin mí. recuerdo lejano Presente , hoy
recuerdo pasado. presente, no hay ayer presente sin futuro león rugiendo
sin más nada que temer. Como un niño… volver a nacer.
Juan Alanis
6 19
Primavera Era una tarde de setiembre, salí de mi casa a caminar por la costanera de Quilmes. Me sorprendí, en el río una mano me llamaba “¿qué hago?” me
pregunté “¿voy o me quedo?”. Fui. Estaba ya hasta el cogote de agua y la mano se
alejaba lentamente hacia las profundidades. No la vi más, me asusté y regresé. Estaba saliendo pero
me encontraba sin mis pertenencias y en calzoncillos. Miré hacia atrás y vi otra vez la mano “tengo miedo para salir y tengo miedo para ir” me
decía. Caminé hacia la mano y me di cuenta que
quería hacer pie pero me hundía. Nadé hasta la mano, que me salvó de ahogarme y ahí me di
cuenta de que era un árbol: el oleaje mostraba un brazo como si fuera una mano.
Lloré y lloré hasta que me cansé y luego me reí a carcajadas. Dios extendía su mano para que yo
sea salvo. Me fui con el árbol recorriendo la costanera hasta que encontré una flor del irupé y saludé a todas las flores del mundo.
Marcelo Lezcano
Desvaríos de la imaginación
La bruma, cristal gris desvarío, alma helada
rejas, día gris mi ser quebrando, bruma del suelo húmedo.
Mi mirada en una nube gris
horizonte de montaña nieve. Desde la altura
gente que pasa y tengo en mis manos.
Caricias. Tu cabello en un correr de años
el espejo, tu rostro, tu pelo, gris.
Confusión, este clima. Confusión, crepúsculo.
Confusión, lluvia a contramano. Confusión gris, mi alma. Confusión, desvarío.
Juan Alanis
18 7
La emboscada Esta historia fue contada por la hija de un desafortunado hombre de campo que por una disputa entre vecinos sufrió una emboscada de la
que salió momentáneamente favorecido aunque fue trágica para su futuro. Sucedió en una zona alejada y no muy poblada de la Patagonia. Allí, se vivía de lo
que se cosechaba y de la cría de ganado… habrá sido muy dura la vida de este pobre hombre.
Su hija cuenta que después de varios años de discutir con sus vecinos, que de noche desplazaban
varios metros el alambre que compartían por uno de los lados del campo, y ya cansado, decidió hacer
guardia de noche. En uno de sus recorridos lo esperaban para matarlo, asustaron a su caballo y él cayó de espaldas. Para su suerte, la caída fue
amortiguada por unos arbustos, lo que le permitió sacar de entre sus ropas un revólver y empezar a disparar. Hirió de muerte a uno de sus atacantes
pero empezó así una vida de sufrimientos.
Matías Chancalay
César Arias
8 17
Cristian Álvarez
Su esposa, a los pocos meses de dar a luz una hermosa beba, murió de tristeza por su marido encarcelado. Sus hijos fueron criados por
el abuelo que desconsolado, jamás perdonó, e impidió que sus nietos volvieran a ver a un padre condenado a treinta años.
Esta historia es contada por la hija de un desafortunado hombre de campo con lágrimas de
confusión…
Carlos Murúa
16 9
El pajarito amigable El preso comenzó a salir a trabajar al taller de la
huerta de la Unidad. Coincidió con la llegada de la primavera que, según él pensaba, sería una primavera más. Como es casi natural que en todas las
primaveras haya nuevos sueños y nuevas expectativas, él también tenía las suyas.
Tal vez eran sus propias ganas de disfrutar esta primavera en particular…pareciera ser que la
naturaleza misma estaba esperando. Ya estaba realizado, había comenzado a trabajar
con el inmenso valor que esto tenía cuando se vieron las primeras flores, los primeros verdes del follaje y los
frutales florecidos. Estaba maravillado con el rico aroma de las mañanas; nunca había pensado que una experiencia hermosa le aguardaba con el caminar de
los días. Estaba solo en el invernáculo que se le había
asignado y miraba por la ventana que da al frente de la Unidad convencido, casi seguro, de que algo
extraordinario pasaría ese día. Fue entonces cuando vio que, en el árbol cercano a la ventana, un pajarito apostado inicia su canto, su dulce y delicado canto.
10 15
Desde que el pajarito cantó por primera vez y
él dejaba por unas horas las rejas, pudo mirar al
cielo y darse cuenta de algo que no había notado antes: en el cielo no hay vallados.
Este maravilloso acontecimiento
natural fue interrumpido por una nevada; el
preso no volvió a ver a su amigo y prefirió imaginar que había emigrado a otro lugar donde
la primavera tuviera su brillo a llevar su alegre compañía a otro preso.
Jorge Antiman
César Lara