Érase una vez , un ratón de pelaje gris oscuro con un traje

de rayas blancas y rojas, llamado Ratatá, al que le gustaba

mucho la música.

Un buen día soleado decidió hacer un concierto al aire

libre. En medio del concierto, a Ratatá se le rompió una

cuerda del violín. El público se enfadó, porque le estaba

gustando mucho el concierto. pero ellos no sabían que

Ratatá siempre traía un violín de repuesto, pero ese día,

como estaba tan ilusionado con el concierto, se le olvidó

en casa.

Ratatá estaba muy nervioso y no se le ocurría nada que

pudiera hacer para que el público no se enfadara. Cuando

de repente apareció por el concierto su hijito, que tenía el

pelaje gris claro con una camiseta verde pistacho y un

pantalón azul y le dijo a su padre que no se preocupara,

que él iría a buscar el violín.

Después de un rato lo encontró y se lo llevó a su padre a

toda prisa.

Ratatá se hizo famoso. Luego el ratoncito hizo conciertos

por todo el mundo, pero claro, ahora con dos violines.

Paula González Fernández 4ºB