El Reverso de La Conquista

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La muerte de los señores cakchiqueles Trece meses después de la llegada de Tunatíuh fi) ahorcado el rey Ahpozotzil Gahí Yraox. El día 13 [26 de mayo de 1540] fue ahorcado por Tunatiuh unión de Quiyavit Caok. El día 12 Ah [20 de junio de 1540] se cumplió el año de la revolución. Catorce meses después de haber sido ahorcado el Ahpozotzilj ahorcaron a Chuuy Tziquinú, jefe de la dad, porque estaban enfadados. El día 4 Can [27 de brcro de 1541] lo ahorcaron en Paxayá. Lo conduje por el camino y lo ahorcaron secretamente. Diecisiete días después de haber sido ahorcado el ñor, de haber ahorcado a Chuuy Tziquinú, el día 8 [16 de man» de 1541] fue ahorcado el Señor Chic junto con Nimabah Quehchún, pero esto no lo Tunatíuh, que entonces ya se había marchado para chipillan. El teniente de Tunatiuh los ahorcó. Don Fi cisco hizo la ejecución. Cinco meses después de haber sido ahorcado el Chicbal llegó la noticia de que Tunatiuh había ic morir a Xuchipillan. El día 9 Ah [25 de julio de 1541] se cumplió el año de la revolución. Durante el añb hubo un gran derrumbe, en el murieron los castellanos en Panchoy. El día 2 Tihax' de septiembre de 1541] se derrumbó el Volcán Hum el agua brotó del interior del volcán, murieron y cieron los castellanos y pereció la mujer de Tunath 1R Memorial de Solóla, Anales de los Cakchiqueles, ti ción de Adrián Recinos, Ed. cit., pp. 124-138. 110 III MEMORIA QUECHUA DE LA CONQUISTA

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La muerte de los señores cakchiqueles

Trece meses después de la llegada de Tunatíuh fi)ahorcado el rey Ahpozotzil Gahí Yraox. El día 13 Gí[26 de mayo de 1540] fue ahorcado por Tunatiuhunión de Quiyavit Caok.

El día 12 Ah [20 de junio de 1540] se cumplió elaño de la revolución.

Catorce meses después de haber sido ahorcado elAhpozotzilj ahorcaron a Chuuy Tziquinú, jefe de ladad, porque estaban enfadados. El día 4 Can [27 debrcro de 1541] lo ahorcaron en Paxayá. Lo condujepor el camino y lo ahorcaron secretamente.

Diecisiete días después de haber sido ahorcado elñor, de haber ahorcado a Chuuy Tziquinú, el día 8[16 de man» de 1541] fue ahorcado el Señor Chicjunto con Nimabah Quehchún, pero esto no loTunatíuh, que entonces ya se había marchado parachipillan. El teniente de Tunatiuh los ahorcó. Don Ficisco hizo la ejecución.

Cinco meses después de haber sido ahorcado elChicbal llegó la noticia de que Tunatiuh había icmorir a Xuchipillan.

El día 9 Ah [25 de julio de 1541] se cumplió elaño de la revolución.

Durante el añb hubo un gran derrumbe, en elmurieron los castellanos en Panchoy. El día 2 Tihax'de septiembre de 1541] se derrumbó el Volcán Humel agua brotó del interior del volcán, murieron ycieron los castellanos y pereció la mujer de Tunath

1R Memorial de Solóla, Anales de los Cakchiqueles, tición de Adrián Recinos, Ed. cit., pp. 124-138.

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III

MEMORIA QUECHUA DE LA CONQUISTA

INTRODUCCIÓN

La secuencia de los hechos

Como en el caso de la nación azteca, la conquista delgran estado quechua, del "imperio de los incas" comoordinariamente se le llama, fue sin duda una proeza ex-traordinaria. Los incas, al igual que los mayas y los az-tecas, eran también herederos de una cultura milenaria.Su postrer desarrollo político y económico curiosamentecoincide también en el tiempo, con el esplendor de losaztecas, el otro "Pueblo del Sol".

Poco antes de la muerte del Inca Huayna Cápac, elpadre de Huáscar y Atahualpa, acaecida hacía 1525, susdominios de cerca de un millón de kilómetros cuadradosse extendían desde la frontera de la actual Colombiahasta algunas porciones del norte de Chile y de la ac-tual República Argentina. De un extremo al otro habíacerca de cuatro mil kilómetros, comunicados eri buenaparte por los famosos caminos del incario. El Tahuan-tinsuyu, "la tierra de los cuatro cuadrantes o rumbosdel mundo", había alcanzado extraordinaria prosperi-dad, gracias a una rígida administración política y eco-nómica, que tenía como "ombligo" o centro al Cuzco. Suriqueza era proverbial. Los conquistadores españoles bienpronto habrían de tener noticia de ella.

El primer español que entró en contacto con los que-chuas fue un náufrago de nombre Alejo García, queapareció poco antes de la muerte de Huayna Cápac conun grupo de indígenas chiriguanás del Paraguay. Supresencia, sin embargo, no tuvo mayores consecuencias.Del norte, en cambio, empezaban a llegar rumores in-sistentes acerca de la presencia de los hombres blancos.De Panamá habrían de venir los conquistadores.

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Para fortuna de éstos, la muerte de Huayna Capíiba a tener como consecuencia la división del estado i]caico y la guerra a muerte entre Huáscar, el legítimo,Atahualpa, que residía en Quito. En tanto que FrancilPizarro, Diego de Almagro y el clérigo HernandoLuque organizaban en Panamá sus primeras expedicilnes, Huáscar y Atahualpa luchaban entre sí. Huáhabía salido del Cuzco, marchando hacia el nortepresentar batalla a Atahualpa, El primer encuentrolugar en Riobamba. Atahualpa, gracias a la destreza tsus generales Quizquiz y Calcuchima, pudo derrotalas tropas de Huáscar. Hubo otras varias batallas,última ocurrió en Cotabamba, junto al río Apurímac,muy lejos, de la gran capital incaica, Calcuchima sederó allí de Huáscar, quien desde ese momento qiprisionero de su hermano Atahualpa.

Francisco Pizarro y Diego de Almagro habíanprendido ya su primera y segunda expedición en bidel país del oro. La primera, efectuada a fines de 1!había permitido a Pizarro explorar el río Virú yfirmarse en cierto grado de la riqueza de las nu<tierras. La segunda, realizada con la ayuda del pillBartolomé Ruiz, tuvo consecuencias decisivas. Ruizcubrió la isla del Gallo, en donde pudo ver gentecomerciaba en objetos de oro y tejidos. Más tardevarios prisioneros, algunos de los cuales habrían de;jlsempeñar después importante papel como intérpr

Mientras Almagro regresaba a Panamá para dar-Jtimonio de las riquezas de esas tierras del sur, latad de Pizarro se impuso en la isla del Gallo. C(grupo de audaces que decidió seguirlo, reconoció elfo de Guayaquil y continuó por la costa hacia elhasta llegar a la ciudad de Túmbez. Allí obtuvo hmación sobre el estado incaico y aun probableacerca de las luchas internas en que se debatía.

Al fin hubo de regresar a Panamá con intención deorganizar la expedición definitiva de Conquista. En 1528se trasladó a España para obtener directamente del Em-perador Carlos V licencia para emprenderla. En juliode 1529 Pizarro firmaba las Capitulaciones por las cua-les se le encomendaba "continuar el descubrimiento, laconquista y población de la dicha provincia del Perú".En 1530 regresaba a Panamá, acompañado de sus her-manos, Hernando, Gonzalo y Juan. Guando Almagroconoció las Capitulaciones y vio por ellas que en reali-dad la empresa estaba al mando de Pizarro, quedóen él la semilla del odio que habría de fructificar mástarde.

Algún tiempo después tres embarcaciones zarpaban dePanamá rumbo a Túmbez. El 13 de mayo de 1532 Pi-zarro y Almagro desembarcaron con algo más de dos-cientos hombres. Túmbez estaba abandonada. Huáscarera ya prisionero de Atahualpa, quien pronto tuvo no-ticia de la llegada de los hombres blancos. Como en elcaso de los aztecas, Atahualpa creyó en un principio quese trataba del regreso de los dioses, el retorno de Hui-racocha.

Esta creencia movió a Atahualpa, que se encontrabaen Cajamarca, a posponer su partida al Cuzco. El Inca,como Motecuhzoma, envió observadores y mensajeros.Supo que los blancos habían estrangulado a varios ca-ciques y que habían fundado después la población deSan Miguel. Finalmente tuvo conocimiento de que cincomeses más tarde los huiracochas se dirigían hacia lacordillera, para tratar de llegar a Cajamarca. En reali-dad eran sólo unos cuantos. Setenta y dos hombres mon-tados en bestias extrañas y noventa y seis gentes de apie. Probablemente Atahualpa, oscilando entre el temor,la curiosidad y la duda, optó por permitir el avance delos forasteros. Al menos podía confiar en los cerca de

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cuarenta mil hombres armados que, según parece, teñí»!en ese momento bajo su mando.

Un mensajero del Inca se encontró una vez más coirlos conquistadores. Al igual que en el caso de la con-|quista de México, hubo intercambio de presentes,españoles siguieron adelante. Casi dos meses despuétjllegaban a Cajamarca. Por fin el 15 de noviembre1532 entraban en la ciudad, que estaba desierta. Fuede ella, en la llanura, estaba desplegado el ejércitoInca con sus tiendas y fogatas.

Al día siguiente Atahualpa decidió entrevistarselos forasteros. La ciudad estaba rodeada por sus hoibrcs. El Inca, acompañado de su séquito, sentado en silitera, defendido por sus nobles más cercanos, los célebí"orejones", entró en la plaza de Cajamarca, Los es{ñcles, entretanto, se habían apostado en los lugaresadecuados en espera de lo que pudiera acontecer. Ettiel pensamiento de Pizarro estaba la idea de hacer pri*j|sionero al Inca por sorpresa.

Lo que sucedió en esos momentos lo refieren losríos cronistas españoles, testigos de vista, como Franciade Jerez, pero también lo relatan a su modo los histriadores indígenas, principalmente el célebre GuarníPoma de Avala. Por medio del intérprete, Felipillo, üdio guancabilca, que acompañaba a los españoles desu segunda expedición, habló Pizarro con el Inca,hizo saber que era embajador de un gran señor; qu(debía ser su amigo. El Inca respondió con majestaddijo que creía que venía enviado por un gran señe"pero que no tenía que hacer amistad, que tambidél era un gran señor en su reino". Habló entonces frVicente de Valverde con una cruz en la derecha y enjjla izquierda el breviario. Por su parte, le conminó ft-|adorar a Dios y a la cruz y al Evangelio, "porque todo!lo demás era cosa de burla". Atahualpa respondió que¡

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él "no adoraba sino al Sol que nunca muere y a susdioses que también tenia en su ley". Preguntó luego elInca a fray Vicente quién le había enseñado la doctrinaque predicaba. A estas palabras respondió el fraile quelo que él enseñaba se lo había dicho el Evangelio. Ata-hualpa pidió entonces el libro, diciendo: "Dámelo a mi.d libro, para que me lo diga." Acto seguido se puso ahojear el libro. Dijo luego "no me lo dice, ni me hablaa mí el dicho libro" y, como escribe el cronista GuarnanPoma, "con grande majestad, echó el dicho libro de lasmanos".

Al ver esto fray Vicente exclamó a voces: "¡Aquí,caballeros, con estos indios gentiles, son contra nuestrafe!" Esta fue la señal de ataque. La caballería se lanzósobre la gente de Atahualpa; los arcabuces causaronpavor y estrago en los indios. En medio de la confusiónAtahualpa fue hecho prisionero. Según el testimonioindígena, "murieron mucha gente de indios que no sepudo contar". Al anochecer el Inca Atahualpa, quecontaba entonces algo más de treinta años, estaba ya amerced de los extraños forasteros.

En su desgracia, Atahualpa tomó dos determinacionesde suma importancia: sospechando que posiblementePizarro tramaría ceder el trono a su hermano Huáscar,ordenó que fuera éste ejecutado de inmediato; cono-ciendo, por otra parte, la sed de oro que atormentabaa los conquistadores, ofreció pagar como rescate de sulibertad todo el metal precioso que cupiera en el apo-sento que le servía de prisión hasta la altura que pu-diera alcanzar un hombre.

Aceptado esto por Pizarro, Atahualpa mandó traerobjetos de oro de todos los rumbos del estado incaico.La habitación se llenó hasta la altura en que se habíaconvenido. A pesar de haberse pagado así el rescate,Pizarro consideró que para someter del todo a los in-

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dios era necesario deshacerse de Atahualpa. Se le acus6>,|entonces de haber dado muerte a su hermano Huáscar.Se acumularon varios cargos: idolatría, adulterio, reía-*?clones incestuosas con su hermana y otros más. Atahual-pa fue condenado a ser quemado vivo. Unos pocos dfl¡,los conquistadores se opusieron a esta farsa de juicia^JFray Vicente de Valverde obtuvo la promesa de que, siAtahualpa se dejaba bautizar, la pena de la hoguera tejsería conmutada por la del garrote. El 29 de agosto d%|1533 el Inca Atahualpa moría ajusticiado.

El imperio de los incas sucumbía así en aparienciicomo un castillo de naipes. Sin embargo, la resistencia!habría de continuar. En realidad fueron los quechuaijlos únicos que en la Conquista de los grandes estados dft|la América precolombina habrían de mantenerse en pia>de lucha por cerca de cuarenta años.

Los españoles se esforzaron por consolidar y extende^Jsus conquistas. Marcharon hacia el sur y el 15 deviembre del mismo año entraron en la gran ciudadCuzco, que fue saqueada por completo.

La intempestiva llegada de Pedro de Alvaradoel norte, a principios de 1534, vino a crear problemaslos conquistadores del Perú. El Tonatiuh de la conquista),!de México y Guatemala había tenido noticias del oíde las nuevas tierras descubiertas. Su propósito era adu<ñarse del reino de Quito. Almagro salió a su encuenty, después de algunas escaramuzas, convenció a Alvsdo de que lo mejor para él sería abandonar estapresa. Sin duda ayudó a persuadirlo la entrega de urfuerte cantidad en oro con la condición de que habíde dejar parte de sus fuerzas y el armamento que traíifconsigo.

Para apaciguar a los quechuas y hacer más fácil si*gobierno los españoles coronaron en 1535 como Inca *jManco II, hijo del padre de Atahualpa y medio hermana i

de éste. Ese mismo año Pizarro fundaba la Ciudad delos Reyes, Lima, como nueva capital del Perú.

Bien pronto Manco II no pudo soportar las cruelda-des y exacciones de los conquistadores. Haciendo a unlado su tutelaje, se rebeló contra ellos. El pueblo que-chua se sublevó por todas partes. Lima fue atacada ytil igual que ella la ciudad del Cuzco. Los hispanos es-tuvieron a punto de ser vencidos. En la defensa perecióJuan Pizarro y puede afirmarse que sólo por milagrolograron vencer los españoles a los incas. Manco IIdecidió entonces establecer la sede del nuevo estado incafn Vilcabamba., situada en la vertiente oriental de losAndes, dentro de un gran triángulo formado por losríos Apurímac, Urubamba y Vilcamayo. Desde allí, sustropas hacían continuas salidas para atacar a los con-quistadores. Manco II y su gente se adueñaron de ca-ballos, hicieron prisioneros y esclavos a algunos españo-Irs y llegaron a poseer cañones y otras armas de fuego.

Entretanto, las rivalidades entre los Pizarro y Alma-gro sé recrudecieron. Francisco Pizarro había logradopersuadir a Almagro a emprender la conquista de Chile.F.ste, sin embargo, regresó desengañado para dar prin-c.ipio a su lucha a muerte contra su antiguo compañerode aventuras.

En junio de 1537 Almagro se adueñó del Cuzco ehizo prisioneros a Alonso y Hernando Pizarro. El añosiguiente de 1538, después de una serie de luchas, Al-magro era derrotado por Pizarro y condenado a muerte.Pero las luchas continuaron, Diego, el hijo de Almagro,asesinó a su vez a Francisco Pizarro, el 26 de junio de1541. Las luchas entre los conquistadores parecían emu-líir la discordia de los tiempos de Huáscar y Atahualpa.

Hacia 1545 murió Manco II y le sucedió su hijo SayriTúpac, quien al fin, diez años más tarde, abandonó sufortaleza de Vilcabamba y se entregó a los españoles.

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Sayri Túpac murió envenenado. Los quechuas corolaron entonces como Inca a su hermano Titu Cu» Y|panqui, quien recrudeció los ataques contra los espíles desde la inexpugnable Vilcabamba.

Por todos los medios trató el Virrey Francisco deledo, que gobernaba desde Lima, de someter al meInca. Viendo que las armas poco aprovechaban, eninumerosas embajadas. El Inca permitió la entradaalgunos frailes a Vilcabamba. Uno de éstos, el PíMarcos García, transcribió las palabras dictadas dlamente por Titu Cusí Yupanqui, redactando unmorial o instrucción en el que refiere el Inca los &gvios que había sufrido su padre Manco II, así comovejaciones de que había sido objeto su gente.

Esta crónica o memorial constituye precisamente wde los testimonios indígenas acerca de la Conquista,bien es cierto que el fraile que recibía el dictado pu(añadir algo de su propia cosecha, en general pue<afirmarse que este documento es reflejo fiel de laque tuvo el inca acerca de la Conquista.

Poco tiempo después, hacía el año de 1569, Titu \MYupanqui moría en Vilcabamba a consecuencia de uipulmonía. Le sucedió entonces en el mando su hermaiTúpac Amaru, el último de los Incas. Los españoldecidieron apoderarse a como diera lugar de la forleza de Vilcabamba. Se aproximaron a ella por tres eiminos distintos. AI fin encontraron a Túpac Amaru fu<ra de su reducto. El Inca huyó entonces por el iVilcamayo. Alcanzado, fue hecho prisionero, llevadoCuzco, juzgado sumariamente y ejecutado.

Con la muerte de Túpac Amaru. acaecida en ^concluía finalmente el señorío de los Incas y la conquista!española quedaba consumada. El pueblo que en apa-riencia había sido vencido por sorpresa con la prisióny muerte de Atahualpa, había sabido resistir durante1.

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casi cuarenta años, oponiéndose con heroísmo y portodos los medios posibles a la dominación de los hom-bres blancos, a quienes en un principio había tenido pordioses.

A continuación veremos cuáles son los principales tes-timonios indígenas en los que puede estudiarse la visiónde los vencidos quechuas.

Los testimonios quechuas de la Conquista

Menos abundantes que en el caso de los aztecas y lospueblos mayances son los testimonios que acerca de laConquista nos dejaron algunos cronistas e historiadoresindígenas del mundo incaico. Cuatro son los autoresprincipales que escribieron durante ía segunda mitad delsiglo xvi y principios del XVH, además de algunos otrostestimonios anónimos, entre los que se cuenta un dramaen quechua acerca de la Conquista y algunos poemasy cantares indígenas en los que también puede estudiarseesta tercera "visión de los vencidos".

La más importante y auténtica relación indígena acer-ca de la conquista del Perú se debe probablemente alya célebre Felipe Guarnan Poma de Ayala. Descendientede los señores de Allanca Huánuco, nació probablemen-te hacia 1526, ya que, según su propio testimonio, tenía88 años de edad en el de 1614. Quechua de pura cepa,ostentó siempre al lado de su nombre cristiano los deGuarnan (halcón) y Poma o Puma.

Andariego incansable y hombre de gran curiosidad,comenzó a escribir desde temprana edad su obra titu-lada El Primer Nueva Coránica y Buten Gobierno^ ex-tenso trabajo de 1179 páginas con cerca de 300 dibujoso ilustraciones. Su crónica, redactada en un castellanoretorcido, lleno de errores gramaticales y con incontablestérminos y aun frases enteras en idioma quechua, resulta

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ciertamente de difícil lectura, aunque, eso sí, profunda*mente reveladora. Guarnan Poma, como lo ha notado ^Raúl Porras Barrenecheaj es en £ste sentido "el mayo*;exponente del indio posterior a la Conquista".1

El Primer Nueva Coránica y Buen Gobierno^dera enciclopedia del mundo quechua, habla, entre otraijcosas, de las varias "edades" antiguas, de cada unolos gobernantes incas y de las coyas, sus mujeres, de|los capitanes, los reglamentos, organización social,cios, fiestas, creencias religiosas, etc. Al tema de la Coiquista, que es el que aquí nos interesa, dedica GUÍPoma varias páginas, de la 367 a la 439. Allí ofrsu propia visión indígena, basada, tanto en los testimcnios de su padre y de otros ancianos que eran ya adul* |tos-al tiempo de la venida de los españoles, como enque él mismo pudo conocer y presenciar, ya que n<»debe olvidarse que probablemente había nacido hacia'1526, o sea seis años antes del desembarque final dé*)Pízarro en la ciudad de Túmbez.

Esta importante crónica indígena permaneció olvida^da hasta el año de 1908 en que fue descubierta en bl|Biblioteca Real de Copenhague por el doctor Richard!Pietschmann, quien dio a conocer su existencia ese milmo año e informó más ampliamente acerca de este h*x|Ilazgo con ocasión del XVIII Congreso InternacionalAmericanistas, celebrado en Londres en 1912.

Existe una reproducción facsimílar de la Corónícpublicada por Paul Rivet en el volumen xxm del Iitituto de Etnología de París, en 1936. La única verskpaleográfica completa de esta fuente de tanta imjtancia se debe a Arturo Posnansky, quien la publicóLa Paz, Bolivia, en 1944.

1 Porras Barrenechea, Raúl, Los cronistas riel Perú (152B-.J1650} Sanmartí y Cía., Lima, 1962, pp. 432-436.

En la presente antología de textos indígenas Acercade la conquista del Perú se incluirán buena parte de laspáginas que escribió Guarnan Poma sobre este tema.

Otra importante relación indígena acerca de la Con-quista es la Instrucción del Inca don Diego de Castro,Tilu Cusí Yupanqui, para el muy ilustre Señor el Lie.Lope García de Castro. Ya vimos, al tratar de la resis-tencia de los incas desde Vilcabamba, el papel que de-Kwnpeñó el Inca Titu Cusí, quien gobernó entre losunos de 1557 y 1570. Titu Gusi entró en más de unaocasión en tratos con los mensajeros españoles enviadosdesde Lima. De hecho fue bautizado en agosto de 1568,recibiendo el nombre de Diego de Castro. El Padre Mar-cos García, que quedó en Vilcabamba para catequizarni Inca, fue precisamente quien transcribió el memorialu "instrucción" de Tiíu Cusí dirigido al gobernador(Jarcia de Castro. En ella hace cuenta de las vejacionesy agravios que recibió su padre Manco II, Habla asimis-mo del sitio de Cuzco, donde murió Juan Pizarro, ymenciona no pocos hechos tocantes a la vida y organiza-ción del nuevo estado incaico en Vilcabamba, Respectotl« la lucha entre Huáscar y Atahualpa, toma la actitudrnzqueña, declarándose partidario de Huáscar.

Tocando el punto de la participación que pudo ha-IHT tenido fray Marcos García al poner por escrito laspalabras del Inca, vale la pena citar la opinión de Po-rras Barrenechea: "El fraile redactor de la crónica in-terpone también su personalidad, haciendo pronunciarA cada rato, a Manco Inca, arengas que son verdaderashomilías y que comienzan invariablemente con este vo-nilivo: LMuy amados hijos y hermanos míos'. Sin em-lnu'go de esto, hay algunos atisbos e impresiones directas(ii.-l espíritu indio frente a los españoles o huiracochas.Así, cuando dice, para describir a los conquistadores, querran hombres barbados que hablaban a solas con unos

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paños blancos — para decir que leían — , que ibanbre animales que tenían los pies de plata y quedueños de algunos illapas o truenos." 2

La relación de Titu Cusí se conserva en la Bibliotcdel Escorial y de ella existe la reproducción demínima parte hecha por Marcos Jiménez de la Esjen el apéndice 18 a La Guerra de Quito, de Pedro Gilde León, Madrid, 1867. Más tarde, en edición p<cuidada, se publicó completa la Instrucción deYupanqui, bajo el título de Relación de la Conquüdel Perú y hechos del Inca Manco II, ColecciónLibros y Documentos referentes a la Historia del P<(Urteaga-Romero), Primera Serie, tomo n, Lima, I9t(

El tercer cronista netamente indígena cuya obra cttiene asimismo referencias acerca de la conquista es deJuan de Santa Cruz Pachacuti, Yamqui Salcama)Hijo de padres nobles de origen collagua, deja traslmen su escrito, redactado a principios del siglo xvn,resentimiento contra la gente del Cuzco, Su crónicatulada Relación de Antigüedades deste Reyno del Pifaunque mucho más breve que la obra de Guarnan Pores rica mina de información. Entre otras cosas, h¡de la famosa leyenda de Tonapa, incluye varias oraci<en idioma quechua y ofrece numerosos datos acerca-Ílos varios Incas, Entre los dibujos que incluye., haysumamente interesante acerca del Coricancha o recílsagrado del Cuzco, que ha sido interpretado ende una ocasión como una especie de "mapa coiindígena". La porción referente a la Conquista es brpero no por ello menos importante. En la presentetología será incluida en su totalidad.

La Relación de Santa Cruz Pachacuti se conservala Biblioteca Nacional de Madrid. Jiménez de la-

3 Porras Barrenechea, Op. cit., p. 439.

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pada la publicó junto con la Relación de Fernando San-tillán y otro documento anónimo, debido probablemente;il Padre Blas Valera, bajo el título de Tres RelacionesPeruanas, Madrid, 1879.a

Además de los tres cronistas ya citados, todos ellosplenamente indígenas, es necesario referirnos siquiera seabrevemente a la obra de Garcilaso de la Vega. Como esbien sabido, Garcilaso fue hijo de uno de los conquis-tadores españoles que llegaron con Alvarado y de unañusta o princesa incaica, sobrina del Inca Huayna Cá-pac. Garcilaso, quien se apropió el título de Inca, yaque éste correspondía sólo a los descendientes por líneapaterna de la familia real, nació en el Cuzco el año de1539. En su misma ciudad natal, y en compañía de loshijos mestizos de otros conquistadores, aprendió gramá-tica, se adentró en los clásicos latinos y en la historiadel Viejo Mundo, y pudo escuchar asimismo de labiosde sus parientes indígenas las antiguas tradiciones delIncario,

Tal vez al apego de esa tradición, tan ligada al amormaterno, se debe que Garcilaso se proclamara siempremás indígena que español. Una sola cita que valdrá pormuchas, tomada de sus Comentarios Reales, podrá ser-vir para confirmar lo dicho. Explicando por qué se re-fiere a los españoles, como a ¡os "huiracochas", escribe,"así llaman bs indios a los españoles, y así los llamaréyo también, pues soy indio..." *

A los veinte años de edad Garcilaso pasó a España.Sirvió allí al rey como capitán y combatió en la guerracontra los moros bajo las órdenes de don Juan de Aus-

B Existe una nueva edición de esta obra publicada por laRHitorial Guáranla, Asunción del Paraguay, 1950.

* Garcilaso Inca de la Vega, Historia General del Perú,Sf^unda Parte de los Comentarios Reales, Universidad Nacío-iwl Mayor de San Marcos, Lima, 1962, vol. i, p. 217.

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tria. Por este tiempo aprendió la lengua italianahabría de servirle para traducir los Diálogos de A\e León Hebreo.

Los últimos años de su vida, hasta el de 1616 en ,murió en la ciudad de Córdoba, los dedicó al estudía la redacción de sus varias obras históricas. De ,nos interesan aquí, sobre todo, sus célebres ComenttReales. Ya desde 1586 había manifestado su des-tratar "sumariamente de la conquista de mí tierra,gándome más en las costumbres, ritos y ceremonia,ella y en sus antiguallas ..." Guando en 1590 publicíversión de los diálogos de León Hebreo, en la que ̂de manifiesto su extraordinario dominio y elegancia.flel uso de la lengua castellana, insistió una vez más, dtel mismo título dado al libro, en su origen indígena.la portada de la obra se leen las siguientes pala!"La traduzión del Indio de los Tres Diálogos de -de León Hebreo, hecha del italiano en español por _cilaso Inga de la Vega, natural de la gran ciudad ACuzco, Cabeza de los Reynos y Provincias del Pirú."<

Garcilaso consagró buena parte de su tiempo á F

parar las que podríamos considerar como sus obras fldamentales. Primero fue La Florida del Inca, que .recio en 1605. Más tarde pudo completar al fin .Comentarios Reales, que como se lee ya en el título¿la primera edición de 1609, "tratan del origen deIncas, Reyes que fueron del Perú, de su idolatría, _,y gobierno en paz y en guerra: de sus vidas y conquily de todo lo que fue aquel Imperio y su Repúblantes que los españoles pasaran a él".

La segunda parte de los Comentarios es precísame...la Historia General del Perú, en la que se refiere al d<cubrimiento y a la conquista del mismo. Garcilaso ,pudo verla impresa, ya que no apareció sino hastaaño que siguió al de su muerte, o sea en el de 1617.

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No es éste lugar para ocuparnos del valor literario dela obra de Garcilaso. Fijándonos tan sólo en lo que enelía puede haber de testimonio indígena acerca de laConquista, si bien por una parte cabe afirmar, como lohizo ya Menéndez y Pelayo, que es un "reflejo del almade los pueblos vencidos", es cierto también que ese reflejoes mucho menos directo que el de los otros cronistasnetamente quechuas de quienes antes nos hemos ocupa-do. En realidad cabe afirmar que los años que estuvoGarcilaso en España, la mayor parte de su vida, nopasaron en vano. Podría decirse de él que en cierto modoera indio entre los españoles y español entre los indios.

Mucho se ha discutido el valor histórico y la auten-ticidad de no pocos de los datos que presenta en susComentarios y en su Historia, Es un hecho que se em-peñó en exaltar lo indígena, pero, fuerza es confesarlo,ese empeño es una buena parte el de un hombre dementalidad europea. Desde este punto de vista su testi-monio sólo a medias puede ser incluido dentro de lamemoria de los vencidos. En la presente antología úni-camente incluiremos, por vía de ejemplo, un breve pa-saje en el que refiere cuál fue la actitud del Inca MancoII, a quien los españoles instauraron como rey para po-der gobernar mejor a la nación incaica. De las variasediciones de la obra histórica de Garcilaso se ofrece ennota la referencia a la más reciente y fácil de adquirir,publicada por la Universidad de San Marcos.5

Al lado de los cronistas cuyas obras se han mencio-nado, vale la pena recordar la existencia de otros varios

5 Los Comentarios Reales que tratan del origen de los In-cas .. . ¡ Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Patronatodel Libro Universitario, 3 vols., Lima, 195°-196Q.

Historia General del Perú (Segunda Parte de los Comenta-rios Reales), Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Pa-tronato del Libro Universitario, 4 vols., Lima, 1962.

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testimonios, si se quiere más tardíos, pero que pimente por ello ponen de manifiesto la persistencia d<recuerdo de la Conquista en la conciencia indígena,el más interesante una antigua pieza de teatro en idioiquechua conocida bajo el título de Tragedia delde Atahualpa. De ella se conocen distintas versiones c<algunas variantes entre sí. Como lo ha notado el distilguido quechuista boliviano Jesús Lara, esta pieza pertcnece al que pudiera llamarse el género de los "huanca",;sea una de las formas de representación existentesen los tiempos prehispánicos. Un "huanca" podría d<cribirse como una representación de carácter histórúen la que se rememoran las hazañas de las grandes fijras del incario.

De las versiones que se conocen de la Tragedia delde Atahualpa., algunas de ellas de considerable antigüedad, el propio Jesús Lara ha publicado la que ajuicio ha conservado más su forma original. De la tduccíón al castellano preparada por él mismo ofrécemetan sólo una parte: la referente al encuentro de Au*fhualpa con Pizarro y los "enemigos barbudos", cora*se designa en el texto a los conquistadores. La tragedilse inicia con las palabras de Atahualpa que refiere c¿ha visto en sueños la amenaza que se cierne sobre élsu pueblo. Los hechos históricos se alteran en másuna ocasión, tal vez para presentar dentro de la unidíy la sencillez del teatro indígena el meollo mismodrama de la Conquista. Más que un testimonio historieque pretendiera reflejar la secuencia de los hechos,esta tragedia memoria profundamente humana del traiina de los vencidos.6 El que se haya seguido representan*

* Véase: Tragedia del Fin de Atawaüpa, monografía y trt-1ducción de Jesús Lara (incluye asimismo el texto originalquechua), Imprenta Universitaria, Cochabambaj 1957-

do hasta la fecha en numerosos pueblos de la Sierra esprueba de que el alma quechua no ha olvidado aún loque significó para ella la Conquista.

Finalmente, de los numerosos cantares en idioma que-chua que tratan del tema de la Conquista, mencionare-mos aquí sólo dos de ellos. Es el primero el conocido conr-1 título de Apu Inca Atawalpaman} elegía quechuaanónima, escrita seguramente bastante tiempo despuéstic la muerte de Atahualpa. En ella se recuerda conprofundo realismo la ejecución del Inca en Cajamarcay se describe la triste situación del pueblo quechua. Estarlt'gía fue publicada por el quechuista J, M. B. Farfánen la revista del Instituto de Antropología de la Univer-sidad Nacional de Tucumán, vol. xir, n* 12, 1942. Da-remos aquí la versión más fiel de la misma preparadapor el gran poeta y quechuista peruano José M* Ar-

El otro poema o cantar, más tardío que el anterior,procede de la zona quechua del Ecuador. Lleva comotítulo Runapag Llaqut, "desventura del indio" y esasimismo dolorida recordación de la muerte de Atahual-pa y de todas las desgracias que cayeron sobre el puebloindígena.8

Éstos son los principales testimonios indígenas quepodemos aducir acerca de la conquista del Pero. A tra-vés de ellos puede estudiarse el concepto que el gran pue-blo quechua se formó de lo que iba a ser la ruina denú cultura milenaria.

7 Apu Inca Atawallpaman, elegía quechua anónima. Reco-gida por J. M. Farfán; traducción de José M* Arguedas, JuanMejía Baca, Editor, Lima, s.f.

8 El Runapag Llaqui ha sido publicado entre los ejemplosde literatura quechua incluidos en el Diccionario Quechua deLuís Cordero, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 1955.

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El concepto quechua de la Conquista

Los quechuas, al igual que sus hermanos aztecasque los pueblos mayas de las tierras altas de Guatepensaron en un principio que los extraños hombreshados que llegaban a su tierra eran los dioses quegresaban. En el mundo quechua se les tomó porlegendario Huiracocha y sus acompañantes. Pero, a»,cuando durante muchos años se siguió llamando huilcobas a los españoles, en realidad bien pronto se d|cubrió el error inicial.

Son los cronistas indígenas del Perú quienes, talpara disipar el primer engaño, insisten más en descrilla codicia y sed de oro de los extraños forasteros.Guarnan Poma escribe de ellos que "de día y de ntentre sueños, todos decían, 'Indias, Indias, oro, platoro, plata, del Pirú... '" Y añade: "aún hasta ahídura igual deseo de oro y plata y se matan los españoly desuellan a los pobres de los indios, y por el oro y plquedan ya despoblados parte de este reino, los pide los pobres indios, por oro y plata..."

Dio entrada el pensamiento indígena a la idea, tantveces repetida por conquistadores y misioneros, deen realidad venían para predicar al Dios verdaderonueva doctrina de salvación. El indio fue consciente,que no le quedaba otro camino sino el de aceptar eltíanismo. Pero, a su manera, hizo burla de lo quepor falsa religiosidad en los conquistadores. En su "J(logo a los lectores cristianos españoles" escribe elGuarnan Poma: "todo lo tenéis y lo enseñáis a losbres de los indios... decís que habréis de restituir,veo que lo restituyáis en vida ni en muerte. Parecemi, cristiano, que todos vosotros os condenáis al infielQue su Majestad es tan grande santo que a todos citos prelados y vizorreyes vienen encargados con los

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bres naturales, los prelados lo propio, toda la mar traeel favor de los pobres indios, en saliendo en tierra, luegoestá contra los indios pobres de Jesucristo ..."

Y en la Tragedia del Fin de Atahualpa, con no pocaironía y sentido de burla, aparece el intérprete Felipillotraduciendo las palabras de Almagro:

Este fuerte señor te dice:nosotros hemos venidoen busca de oro y plata.

Y acto continuo Felipillo traduce la intervención vio-lenta de Fray Vicente de Valverde, quien se interponey grita:

A^o, nosotros venimosa hacer que conozcáisal verdadero Dios ...

A todo lo cual el enviado Huaya Huísa responde so-lamente :

El Sol, que es nuestro padre,es de oro refulgentey la Luna, que es nuestra madre,es de radiante plata,y en Curicancha ambos están.Pero para acercarse a elloshay que besar antes la tierra .. .9

Pero, si al fin quedó claro en el pensamiento quechuaque los forasteros no eran dioses sino sólo "enemigosbarbudos", como les llama el texto indígena, codiciososde oro y de poder, también penetró bien pronto la idea

6 Tragedia del Fin de Atawallpa, trad. cít. de Jesús Lara.

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de que irremisiblemente la presencia de esa gente signi-ficaba el fin de la antigua manera de vida. Y aunquelos quechuas se mantuvieron en pie de guerra cerca da icuarenta años en su fortaleza de Vilcabamba, la persua-sión de la derrota se adueñó al cabo enteramente de SÚ|conciencia. Garcilaso trata de explicar ésta, afirmando^que los indios no ofrecieron resistencia a los españolerdebido a una profecía de Huayna Cápac que anunciaba-,su llegada. Ti tu Cusí sostiene que los conquistadorcí •pudieron vencer porque obraron con dolo y engaño.Para Santa Cruz Pachacuti la explicación está en Uvoluntad divina. Pero si son distintas las explicaciones'de la derrota, la convicción trágica de que fae algo in-evitable parece ser la misma,

Quizás desde este punto de vista? los quechuas po-drían simbolizar, una vez más, la resignación del ven-cido. La elegía anónima en honor de Atahualpa es ilus-tración de ello:

Bajo extraño imperio, aglomerados los martirios,,y destruidos,perplejos, extraviados, negada la memoria,solos;muerta la sombra que protege,lloramos,sin tener a quién o a dónde volver.Estamos delirando .. .10

Es cierto que el Inca Titu Cusi Yupanqui supoponer sus quejas en su instrucción o memorial para hícerlas llegar a la autoridad real, pero también esdad que la postrer persuasión fue la de que todo eso ettKrjinútil. En su interior el quechua aprendió a desprecia^!a los "barbudos enemigos". Con una mezcla de ironií

10Apu Inca Atawallpaman, ed. cit.

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de burla y de miedo, les siguió llamando huiracochas.Indudablemente aprendió a humillar la cabeza y a te-mer a conquistadores y encomenderos. Como sus her-manos aztecas y mayas, aceptó la nueva religión, peroconservó tradiciones y creencias de los tiempos antiguos.Al parecer la postrer conclusión del quechua fue resig-narse en medio de la desgracia. En su aislamiento deencomiendas y de haciendas después, ha vivido su trau-ma. Se ha rebelado algunas veces como en el caso deTúpac Katari. Participó en Jas luchas de Independencia,pero hasta ahora sigue aguardando el momento, tal vezya cercano, en el que al fin su antigua fuerza creadorapodrá ejercitarse en el nuevo contexto de los grandespueblos mestizos de la América nuestra.

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LOS TESTIMONIOS QUECHUASDE LA CONQUISTA

1. LA CRÓNICA DE LA CONQUISTADE GUAMAN POMA

De la obra de Guarnan Poma El Primer Nueva Coránica iy Buen Gobierno, redactada como ya dijimos en un «w-jjtettano mésela de quechua, tanto en su estructura comoen su vocabulario, se ofrece aguí buena parte de la rela-ción que en ella se incluye acerca de la Conquista. Laselección se inicia con un elocuente "Prólogo a los lec-tores cristianos españoles", en el cual el andariego cro-nista indígena muestra como en síntesis cuál es su pen-samiento acerca de los resultados de la presencia de losespañoles y de su dominación sobre los indios. Las pá~ *ginas siguientes hablan de la aparición de esos hombres Jblancos que fueron tenidos en un pricipio por Huiraco^fcha y los dioses. Narra su encuentro con Atahualpa £rtCajamarca; su prisión y muerte, así como los princi*pales hechos que siguieron, hasta la muerte del nuevoíInca Manco II en su fortaleza de Vilcabamba y la ruiruufinal y definitiva de la nación incaica. Para la transcrip^don del texto de Guarnan Poma nos hemos valido dtla reproducción facsimilar del mismo, publicada por PalRiuet en el volumen xxin de los Travaux et Memoir*de L'Institut d'Ethnologie. París, 1936. Con el fin dymfacilitar la lectura, se ha modernizado la ortografía^y se ha introducido, sin hacer violencia al texto, la pun-tuación que pareció más adecuada, asi como los variossubtítulos que aparecen al principio de los distintos pa-sajes en que se distribuye el texto.

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Prólogo a los lectores cristianos españoles [foja 367]

Ves aquí, cristiano, toda la ley mala y buena. Agoracristiano lector parte a dos partes, lo malo apartadlo,para que sean castigos y con lo bueno se sirva a Diosy a Su Majestad. Cristiano lector, ves aquí toda la leycristiana, no he hallado que sean tan codiciosos en oroni plata los indios. Ni he hallado quien deba cien pesos,ni mentiroso, ni jugador, ni perezoso, ni puta, ni puto3

ni quitarse entre ellos.Que vosotros los tenéis todo inobediente a vuestro

padre y madre y prelado y rey y si negáis a Dios, lonegáis a pie juntillo. Todo lo tenéis y lo ensenáis a lospobres de los indios. Decís cuando os desolláis entrevosotros y mucho más a los indios pobres. Decís quehabrás de restituir. No veo que lo restituyáis en vidani en muerte. Paréceme a mí, cristiano, que todos vos-otros os condenáis al infierno. Que su majestad es tangran santo que a todos cuantos prelados y vizorreyesvienen encargados con los pobres naturales, los preladoslo propio, toda la mar trae el favor de los pobres indios,en saliendo en tierra, luego es contra los indios pobresde Jesucristo.

^No os espantéis, cristiano lector, de que la idolatríay erronia antigua le erraron como gentiles indios anti-guos. Erraron el camino verdadero. Como los españoles,tuvieron ídolos, como escribió el reverendo padre frayLuis de Granada que un español gentil tenia su ídolode plata, que él lo había labrado con sus manos y otroespañol lo había hurtado de ello. Fue llorando a buscarsu ídolo; más lloraba del ídolo que de la plata, así losindios como bárbaros y gentiles lloraban de sus ídolos,cuando se les quebraron en tiempo de la Conquista. Yvosotros tenéis ídolos en vuestra hacienda y plata entodo el

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Preparativos de la Conquista [foja 372]

Don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro, d<capitanes generales y los demás se ajuntaron trescienty cincuenta soldados. Todo Castilla hubo grandes allrotos, era de día y de noche, entre sueños, todos decíí"Indias, Indias, oro, plata, oro, plata, del Pirú". Hílos músicos cantaban el romance, "Indias, oro, plata**Y se ajuntaron estos dichos soldados y mensaje delNuestro Señor Católico de España y del Santo PÍPapa.

De mil quinientos doce años Papa Julio II, de su r_.„tincado siete; emperador Maximiliano II, de su imperio]diecisiete; Reina de España, doña Juana, de su reinado!cinco. Vasco Núñez de Balboa tuvo noticia de la Mar1

del Sur. Con esta nueva, más se alborotó la tierra. Qu«si la reina le dejara venir, me parece que toda Castillase viniera1 con tan rica nueva deseada: oro y plata. [S*creía] que la gente andaba vestida toda de oro y platxty todo el suelo, lo que pisaban, era todo oro y plattimacizos, que como piedra amontonaban oro y plata.

Aun hasta ahora dura aquel deseo de oro y plata ymatan los españoles y desuella a los pobres de los indi—á

y por el oro y plata quedan ya despoblados parte dest*|reino, los pueblos de los pobres indios, por oro y plat

Del año de mil quinientos trece, Papa Julio II ysu pontificado siete; emperador Maximiliano II, de „imperio diecisiete, reina de España doña Juana y de Kreinado cinco. Descubrimiento del río de la plata; _,Díaz de Solís vecino de la villa de Librexa, piloto, setC*|cíentas leguas a Paraguay, al río grande, se descubrió;

Comenzaron los capitanes a aliñarse sus viajes y ma-talotajes, mucha comida y armas, todo, bizcocho y to- jciño, cecina y procuraron traer otros regalos y ropa blan- jca, pero de hacienda pobre no quisieron traer nada, sino |

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armas y escopetas, con la codicia de oro, plata, oro yplata, Indias, a las Indias, Pirú.

[foja 374] La mar de sur al río de la Plata, setecientasleguas a la ciudad de Paraguay. Mas, primero, fue des-cubierto el mar de norte por el compañero de Columa las Indias, Y sí murió, y dejó los papeles al dicho Co-lum., y fue ganado Santo Domingo y Panamá, de allísaltó a las Indias, al reino del Pirú, en tiempo y reinadode Guayna-Cápac Inca. Se descubrió y fue conquistadoen tiempo que reinó Topa Cucihualpa Huáscar Inca,cuando tuvo contradicción con su hermano bastardoAtahualpa Inca.

Y así don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro ysu hermano Gonzalo Pizarro, Factor Gelín Martín Fer-nández Enseso y el dicho Colum, Juan Díaz de Solís,piloto, Vasco Núñez de Balboa tuvo noticia de la maren el ano de mil quinientos catorce.1

Papa Julio II, de su pontificado, siete; emperadorMaximiliano II, de su imperio, diecisiete; reina de Es-paña, doña Juana, de su reinado, cinco, y don FranciscoPizarro, don Diego de Almagro, fray Vicente de la ordende San Francisco y Felipe, lengua, indio Guancabilca, yse ajuntaron con Martín Fernández Enseso y trescien-tos cincuenta soldados y se embarcaron al reino de lasIndias del Pirú y no quisieron descansar ningún díaen los puertos.

Cada día no se hacía nada, sino todo era pensar enoro y plata y riquezas de las Indias del Pirú. Estabancomo un hombre desesperado, tonto, loco, perdido eljuicio con la codicia de oro y plata. A veces no comía,con el pensamiento de oro y plata, a veces tenía gran

1 Como es obvio, la cronología y las distintas figuras deldescubrimiento del Nuevo Mundo y de la conquista del Perúse confunden aquí en el pensamiento de Guarnan Poma.

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fiesta, pareciendo que todo oro y plata tenía dentrolas manos asido. Como un gato casero cuando tieneratón dentro de las uñas, entonces se huelga y sisiempre acecha y trabaja y todo su cuidado y pensamito se le va allí, hasta cogerlo no para, y siempre vuehallí, así fue los primeros hombres. No temió la muécon el interés de oro y plata. Peor son los de esta vicLos españoles corregidor y padres comenderos, concodicia del oro y plata, se van al infierno.

[foja 378] Año de mil y quinientos y veinte y cincPapa Clemente VII, de su Pontificado tres, Emperaddon Carlos V, de su Imperio siete, de su reinado cin.don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro, dos cí.,.pitanes generales en el descubrimiento de este reino deljjPirú y Hernando de Luque, maestre escuela, saltaroifjen esta tierra. Luego comenzaron a tener diferencias düdicho descubrimiento de este mundo nuevo de las Indtaálde este reino y con la codicia de oro y plata en su corzón, traía "matarte he o matarme has" y unos y otrosmordían y los dichos soldados andaban espantados. ,,

Año de mil y quinientos veinte y seis, Papa Clementfljjde su Pontificado cinco, Emperador don Carlos V ysu Imperio nueve, de su reinado diez, nacimientorey don Felipe, Segundo de este nombre, hubo migrandes fiestas en España y en toda Castilla y Roma, „

Año de mil quinientos treinta y dos, Papa Ciernen*!VII y de su Pontificado diez, Emperador Carlos Vde su Imperio catorce y de su reinado quince, don Ficisco Pizarro, .don Diego de Almagro, tuvieron el priembajador del legítimo y rey Cápac Apo Inc'a T ^ ;Cucihualpa, Huáscar Inca, rey y señor de este reinoyle envió a dar paz al puerto de Tumbee al embajadordel emperador y rey de Castilla. Le envió a su segundapersona, virrey de este reino, Cápac Apo Excmo. Señor1

don Martin Guarnan Marqués de Ayala, fue el emba-jador de la gran ciudad del Cuzco, cabecera de estereino. Y los españoles, don Francisco Pizarro y don Diegode Almagro y don Martin de Ayala, se hincaron de ro-dillas y se abrazaron y se dieron paz [y] amistad con elEmperador. Y le honró y comió en su mesa y hablarony conversaron y le dio presentes a los cristianoSj asimis-mo le dio al Señor don Marqués de Ayala, que fueprimer embajador de Atahualpa Inca en el puerto deTúmbez, a donde saltó primero.

Disensiones entre Huáscar y Atahualpa [foja 378]

Al difunto Guayna Cápac, Inca, lo llevan a la ciudaddel Cuzco, a donde es cabecera de este reino, a ente-rrarlo. Lo trajeron desde la provincia de Quito. En estetiempo que tuvieron grandes dares y tomares los dosincas, el legítimo Huáscar Inca y el bastardo AtahualpaInca, desde Quito y porfía de capitanes. Y se hicieronel reinó dos partes. Desde Jauja hasta Quito, y nuevoreino, fue lo de Atahualpa. Y desde Jauja hasta Chilelo de Huáscar. Y con ellos hubo grandes contradiccionesy batalla y muerte de los capitanes y de indios de estereino. Entonces fue llevado el cuerpo de Guayna CápacInca, a la gran ciudad del Cuzco. Le llamaba el difuntoyllapa?

Del dicho Inca Guayna Cápac pensaron los indiosde Quito que vino vivo el Inca y así no se alzaron, nihubo alboroto del reino por la muerte del Inca y lollevaron a su bóveda real embalsamado de manera. Des-de Jauja se supo que estaba muerto y en la ciudad delCuzco hicieron grandes llantos y lloros de la muerte deGuayna Cápac Inca. Y la promesa y lo que le denun-

3 Yllapa: rayo.

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ciaron los demonios al Inca, desde sus antepasados inifue declarado que habían de salir unos hombres liandos Huiracocha, como dicho fue en este tiempo salieilos hombres Huiracochas cristianos en esta revueltaeste reino. Y fue ventura primisión de Dios que enbatalla y derramamiento de sangre y pérdida de la gte de este reino saliesen los cristianos. Fue Dios servi<y la virgen María adorados y todos los santos y san*ángeles llamado de que fuese la Conquista en tantavuelta de Huáscar, Atahualpa, Incas.

Los primeros contactos [foja 380]

El segundo Embajador de Atahualpa Inca,bastardo de Huáscar Inca, envió a su capitán Mllamado Ruminauí al puerto de Túmbez al EmbajadoÜdel Emperador, don Francisco Pizarra y don Diego dt]Almagro y tuvieron muy grandes respuestas y cumplí*miento. Le envió suplicando que se volviesen los Cristi»!,nos a sus tierras y le dijo que le daría mucho oro '»|plata para que se volviesen. Y no provecho y dio la]respuesta diciendo que quería ver y besar las manos «írey Inca. Después se volverían y que venía por embaja'dor de su rey emperador y así vino adelante. >j

Atahualpa Inca como le mandó dar indios mitayo*;)a don Francisco Pizarro y a don Diego de Almagro "al Fator Gelin. Le dieron cama, ricos y regalos y mijeres a ellos y a todos sus caballos, porque decían q |era persona los dichos caballos que comían maíz. N|sabía, ni había visto en su vida y así lo mandó djdrecaudo.

Año de mil quinientos y treinta y tres; Papa Clemen-te VII, de su Pontificado once, Emperador don Carlos

z Mitayos: trabajadores forzados.

cinco y de su imperio quince, y de su reinado diez yseis, marcha don Francisco Pizarro y don Diego de Alma-gro a la ciudad de Cajamarca contra Atahualpa Incacon ciento y sesenta soldados contra cien mil indios;Hernando de Soto, Sebastián de Balcázar y HernandoPizarro con veinte caballeros y Felipe Guancabilca, indiolengua, que trajo para la conquista. Entraron a Caja-marca y no estaba en la ciudad el dicho Inca Atahualpa;estaba en los baños. Envía Atahualpa a su embajadora la ciudad con el capitán Ruminaui diciendo que sevolviesen los cristianos españoles a su tierra. Don Fran-cisco Pizarro y don Diego de Almagro responde[n] queno hay lugar de volverse.

[foja 381] De cómo los españoles llegaron a la ciudadde Cajamarca y no se aposentaron en la dicha ciudad,en ausencia del dicho Inca Atahualpa y fuera se arma-ron sus toldos y se ordenaron como bravos animosospara lo embestir y en aquel tiempo no traían cabellossino traían el cuello como todos, traían bonetes coloradosy calzones chupados, jubón estofados y manga larga yun capotillo con su manga larga como casi a la viscai-nada.

Cómo tuvo noticia Atahualpa Inca y los señores prin-cipales y capitanes y los demás indios de la huida delos españoles se espantaron de que los cristianos no dur-miesen. Es que decía porque velaban y que comía platay oro, ellos como sus caballos, y que traía ojotas deplata. Decía de los frenos y herraduras y de las armasde hierro y de bonetes colorados.

Y que de día y de noche hablaban cada uno con suspapeles — quilco, — 4 y que todos eran amortajados, todala cara cubierta de lana, y que se le parecía sólo ojos

* Qquellca: papel, carta o escritura,

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y en la cabeza traía unas ollitas colorado —añmanca-suríuayta —,* que traían las pijas colgadas atrás Iz „simos de encima las espadas y que estaban vestidosplata fina y que no tenía señor mayor. Que todoscían hermanos en el traje y hablar y conversar comíy vestir y una cara. Sólo les pareció que tenía[n] unñor mayor de una cara prieta y dientes y ojo blíque éste sólo hablaba mucho con todos. Oída esta d«nueva se espantó el dicho Inca y le dijo: qué nu<me traes mal mensaje. Y así quedaron espantados __la nueva nunca oída y así mandó Atahualpa Inca qtle diesen servicios de mujeres a ellos y a sus cabalkPorque se rieron de la pija de los cristianos de la esp»*|da, mandó matar Atahualpa Inca a las indias querieron y tornó a dar otras indias de nuevo y servicioij'Con todo eso replicó muy mucho de que fueran y toivnaran y no hubo remedio que en oportuno los cristianoiverse con la majestad del Inca. -"

[foja 383] Hernando Pizarro y Sebastián de Balcázar dfti]cómo estuvo el dicho Atahualpa Inca en los baños,fueron estos dos dichos caballeros encima de dos caba->líos muy furiosos enjaizados y armados y llevaba mucha*1!cascabel y penacho y los dichos caballeros armados ajpunta en blanco comenzaron a apretar las piernas, ..rrieron muy furiosamente qué fue deshaciéndose y llívaba mucho ruido de cascabel. Dicen que aquelloespantó al Inca y a los indios que estaban en los didbaños de Gajamarca y como vido nunca vista, conespanto cayó en tierra el dicho Atahualpa Inca decima de las andas. Como corrió para ellos y toda sugente quedaron espantados, asombrados, cada uno se!

fi Olla nueva; probablemente se refieren a los cascos.6 Pluma de avestruz.

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echaron a huir porque tan gran animal corrían y en-cima unos hombres nunca vista de aquella manera, an-daban turbados. Luego tomaron a correr otra vez ycorrían más contento y decían: a Santa María, buenaseña, a señor Santiago, buena seña.

Y así hubieron buena seña y comenzar la batalla yhacer la guerra contra Atahualpa Inca. Y así llegó asu hermano don Francisco Pizarro y dijeron los caba-lleros: albricias, hermanos míos, ya yo tengo convenci-do y espantado a los indios; será Dios servido que lecomencemos la batalla, por todos se espantaron y de-jaron en tierra a su rey y cada uno echaron a huir, bue-na seña, buena seña.

El encuentro en Cajarnarca y la prisión de Atahualpa[foja 385]

Don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro yfray Vicente de la orden del Señor San Francisco. GomoAtahualpa Inca desde los baños se fue a la ciudad ycorte de Cajamarca y llegado con su Majestad y cercadode sus capitanes con. mucho más gente, doblado de cienmil indios, en la ciudad de Cajamarca, en la plaza pú-blica, en el medio en su trono y asiento, gradas quetiene [que] se llaman usno se sentó Atahualpa Inca.

Y luego comenzó don Francisco Pizarro y don Diegode Almagro a decirle con la lengua, Felipe, indio Guan-cabílca. Le dijo que era mensaje y embajador de ungran señor y que fuese su amigo que sólo a eso venia.

Respondió muy atentamente lo que decía don Fran-cisco Pizarro y lo dice la lengua, Felipe, indio. Respondeel Inca con una majestad y dijo que será la verdad quetan lejos tierra venían por mensaje, que lo creía queserá gran Señor, pero no tenía que hacer amistad, quetambién que era él gran señor en su reino.

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Después de esta respuesta, entra con la suya fraycente, llevando en la mano derecha una cruz y enizquierda el breviario. Y le dice al dicho AtahuatInca que también es embajador y mensajero de oíseñor, muy grande amigo de Dios y que fuese suy que adorase la cruz y creyese el evangelio de Dioftijque no adorase en nada, que todo lo demás era cosaburla.

Responde Atahualpa Inca y dice que no tieneadorar a nadie sino al sol que nunca muere niguacas J y dioses [que] también tienen en su ley:Üo guardaba. Y preguntó el dicho Inca a fray Viceiquién se lo había dicho.

Responde fray Vicente que le había dicho el evfigelio, el libro.

Y dijo Atahualpa: dámelo a mí, el libro, para qme lo diga. Y así se lo dio y lo tomó en las manoijcomenzó a hojear las hojas del dicho libro. Y dicedicho Inca que, como no me lo dice; ni me habla ael dicho libro, hablando con grande majestad, senten su trono, y lo echó el dicho libro de las manos,dicho Inca Atahualpa.

Cómo fray Vicente dio voces y dijo: ¡ Aquí, Caballéros, con estos indios gentiles son contra nuestra fe!don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro, desuya, dieron voces y dijo: ¡ Salgan, caballeros, contestos infieles que son contra nuestra cristiandad ynuestro emperador y rey, demos en ellos!

•HW

[foja 386] Y así luego comenzaron los caballeros y dis«|pararon sus arcabuces y dieron ]a escaramusa y los di*1chos soldados a matar indios como hormigas y de es-*!panto de arcabuces y ruido de cascabeles y de las armas

7 Huaca: todo lo que se consideraba sagrado.

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y dr ver primer hombre jamás visto; de estar lleno deindios la plaza de Cajamarca. Se derribó las paredes del1'riro de la plaza de Cajamarca.

Y se mataron entre ellos, de apretarse y pisarse ytin|ir/arse los caballos, murieron mucha gente; de indios,i juí ' no se pudo contar. De la banda de los españolesmurieron cinco personas^ de su voluntad, porque ningúnludio se atrevió, de espanto asombrado. Dicen que tam-li í i ' t i estaban dentro de los indios muertos, los dichos cin-rn españoles. Deben de andar tonteando como indio, de-VK-U de tropezarse los dichos caballeros.

Y así se le prendió don Francisco Pizarro y don Diegodr* Almagro al dicho Atahualpa Inca, de su trono. LeHrvó sin herirle y estaba preso con presiones y guardatlr españoles, junto del capitán don Francisco Pizarro.Quedó muy triste y desconsolado y desposeído de sumajestad, sentado en el suelo quitado su trono y reino.

He cómo hubo alboroto en este reino entre hermanos.Vil rey Cápac Apo Huáscar. Inr.a legítimo, y su hermanopríncipe Auqui Atahualpa Inca, después de la muertedr su padre Guayna Cápac Inca, este dicho alboroto yKm-rra duró treinta y seis años. Desde niño el dichoHuáscar fue muy soberbio y mísero y mal inclinado; en'Mácalas pajas", mandaba matar a los dichos capitanes.Y así huían de él. Después nunca les quiso favorecer [a]ningún capitán, ni soldado. Ves aquí cómo [no] quisol'nvorecer ningún capitán ni soldado. Ves aquí cómopierde con la soberbia todo su reino siempre que seaivy o capitán, si es soberbio, auriento, perderá su reinoy la vida como Huáscar Inca,

Y fue Dios servido que en este tiempo enviase su em-1 tajador y mensaje el rey emperador a don FranciscoPizarro y a don Diego de Almagro, capitanes.

Tuvo batalla el legitimo de la parte del Cuzco, elbastardo de la parte de Quito, En esta batalla murieron

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muchos capitanes y soldados y se perdió muy nmhacienda de los incas y de los templos que hastft,]quedaron escondidos en todo este reino y así fue A

quistado y no se defendió.

Atahualpa paga, su rescate [foja 388]

Cómo le prendieron y, estando preso Atahualpale robaron toda su hacienda don Francisco Píadon Diego de Almagro y todos los demás solíespañoles. Y lo tomaron toda la riqueza del templsol y de Curicancha y de Huanacauri, muchosde oro y plata, que no se puede contar, porque iCuricancha todas las paredes y la cobertura y su<las ventanas, cuajado de oro,

Y dicen que las personas que entran dentro,rayo de oro; parece difunto, en el color del oro. Y iInca Atahualpa y de todos sus capitanes y deprincipales de este reino y las dichas andas deplata que pesaban más de veinte mil marcos <fino, el tablón de las dichas andas y veinte milde plata fina, un millón y trescientos veintiséiscudos de oro finísimo, les quitó sus servicios hastatarle su mujer legítima, la coya. Y como se vio tañítratamiento y daño y robo, tuvo muy grande pajtristeza en su corazón y lloró y no comió. Com<llorar a la señora coya, lloró y de su parte hubollantos en la ciudad de los indios.

Cantaba de esta suerte: "ray aragui aray arauiaucacho coya atihuanchic llazauanchicma coyauanoson amatac acuyraq'ca cachuncho paracinampayllamanta urmancam coya hinataccyia." 8

8 "Un guerrero perverso nos ha aprisionado, oh Colllsaqueádonos, Reina, ahora moriremos; que nuestro infono sea como una lluvia de lágrimas que por sí sola cae;:

tendría que suceder." (Versión dada por A. Posnansky.)

De cómo estando preso, conversaba Atahualpa Incacon don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro ycon los demás españoles y jugaba con ellos en el juegode ajedrez que ellos les llaman Taptana. Y era muyapacible príncipe y así se contentaba con los cristianosy daba su hacienda y no sabía con qué contentarles yregalarles.

De cómo estando preso Atahualpa Inca, todos susvasallos y indios y capitanes y señores grandes de sureino le desampararon y no le sirvieron.

De cómo procuró de rescatar su huida AtahualpaInca con todos sus capitanes y dio a don Francisco Pi-zarro y a don Diego de Almagro y a todos los soldadosmucho oro, que una casa señaló, con su propia espadale midió don Francisco Pizarro, media pared, que erade largo ocho brasas y de ancho cuatro brasas, henchi-do de oro y lo tomó don Francisco Pizarro y don Diegode Almagro, con todos los demás españoles lo partierony mandaron toda la riqueza del despacho al empera-dor, todos a España, cada uno a sus deudos y parientesy amigos.

Atakualpa manda matar a Huáscar [foja 389]

Cómo el Inca Atahualpa, estando preso, envió a susembajadores y capitanes a los dichos capitanes mayoresChallcochima, Quisquís, incas, y otros capitanes paraque diesen guerra y batalla a su hermano legítimo Huás-car Inca. Y así le venció y le prendió al cuerpo deHuáscar Inca y luego le maltrató y le dio a comer maízchuño9 podrido y por coca le dio hojas de chuca10 y

9 Arrugado, enjuto, seco,10 Yerba medicinal.

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por lipta n le dio suciedad de los hombres y esúéde carnero majado y por chicha orines de carnero^por fresada, estera, y por mujerj una piedra larga vescomo mujer. En el sitio llamado Andamarca le matílos ranaris chachapoyas cantando "poluya, poloya, urimiya.", y mataron todos los auquiconas y ííustas,11

días preñadas, les abrían la barriga.Todo se hizo por consumir y acabar al dicho Huí

Inca? con toda su generación, para que no hubiese 1<timos incas, porque había preguntado los cristianoslegítimo rey Inca y así lo mandó matar.

De como en tiempo de contradicción entre dos hímanos Huáscar Inca, Atahualpa Inca y de salir nuíhombre nunca visto, que fueron españoles, se perdió mimucha hacienda del sol y de la luna y de las estrelly de los dioses guacabilcas. templos de CuricanchaInca y de las vírgenes aellas y de los pontífices y deindios comunes, porque cada cosa estaban señalandotodo el reino que no se puede contar tanto.

De cómo los indios andaban perdidos de sus dioly huacas y de sus reyes y de sus señores grandes y cajtañes en este tiempo de la Conquista, ni había dioslos cristianos, ni rey de España, ní había justicia,dieron a hurtar y robar [a] los españoles como Challechima, Quisquís, Auapanti, Kuminaui y otros muchccapitanes y los indios canaris y chachapoyas huanclandaban robando y salteando y perdidos, hechos yanjconas,15 desde allí comenzaron los yanaconas a serllacos y ladrones y así hubo muy mucha hambre y alt

11 Coca: hojas que mastican los indios con unos panecillhechos con ceniza que llaman llipiía (nota de Posnansky).

3 - A los príncipes y princesas, sus hermanos y parientes.13 Yanaconas: criados o domésticos que se rebelaron

tonces.

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rnto y se murió mucha gente y revuelta en todo el reino,daca oro y toma oro.

Muerte de Atahualpa [foja 391]

De cómo había pronunciado un auto y sentencia donFrancisco Pizarro de cortarle la cabeza a Atahualpa Inca,no quiso firmar don Diego de Almagro, ni los demás, ladicha sentencia porque daba (había dado ya) toda lariqueza de oro y plata, y lo sentenció. Todos dijeronque lo despachase al Emperador preso^ que allá resti-tuyese toda la riqueza de este reino.

Atahualpa Inca fue degollado y sentenciado y le man-dó cortar la cabeza don Francisco Pizarro y le notificacon una lengua indio, fe natural de Guancabilca. Estadicha lengua le informó mal a don Francisco Pizarroy los demás, no le gustó la dicha sentencia y no le dio aentender la justicia que pedía y merced Atahualpa Inca,por tener enamorado de la coya, mujer legítima. Y asífue causa que le matasen y le cortasen la cabeza a Ata-hualpa Inca. Y murió mártir, cristianísimamente, en laciudad de Cajamarca acabó su vida.

Cómo vino por mandato de don Francisco Pizarroy don Diego de Almagro y de sus generales dos españo-les a prender los cuerpos de los dichos capitanes Chal-cochima, Quisquís y lo prendió e hizo justicia en Jaujales colgó de unos palos y murió Chalcochima y los de-más capitanes se huyeron Quisquís, Quizoyupanqui yRuminaui, Auapanti Huanca Auqui Collatupa.

De cómo todas las riquezas que tenía escondidas, oroy plata, joyas y piedras preciosas le envió al Empera-dor y Rey Católico de España, don Francisco Pizarro ydon Diego de Almagro y los demás soldados toda lariqueza y huaca y del sol, todo cuanto pudieron coger.Y enviaron cada uno de ellos a sus casas y a sus mujeres

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y hijos y parientes de este reino y de Castilla. Concodicia se embarcaron muchos sacerdotes y españoleíseñoras., mercaderes, para el Pirú, todo fue Pirú yPirú, Indias y más Indias, oro y plata de este reino,

Vienen más españoles

De cómo por la riqueza envió el Emperador gobeidores y oidores presidentes y obispos y sacerdotes y files y españoles y señoras. Todo era decir Pirú yPirú, De los ciento y sesenta españoles y un negro con¡aumentó mucha gente de españoles y mercaderes ycatadores y mercachifles y muchos morenos agora muítiplica mucho más que indios mestizos, hijo de sacerdctes, oro y plata en el Pirú. Ves aquí como leperder al Emperador con la soberbia, cómo pudo scn«tenciar un caballero a su rey y si no le matara todariqueza fuera del Emperador y si descubriera todas llminas...

[foja 395] Cómo los españoles se derramaron por todlpartes de la tierra de este reino, de dos en dos, y alguiucada uno, hay y con su gente yanaconas indios buscsdo cada uno sus ventajas y buscaban sus remedios,ciendo muy grandes males y daños a los indios, pidWdoles oro y plata, quitándoles sus vestidos y comidalos cuales se espantaron por ver gente nueva nuncvista y así se escondían y se huían de los cristianos

Cómo los primeros conquistadores traían otro tra$|por temor del frío, coleto y bonetes colorados, unos cízones chupados y sin cuello como clérigo y traían man^jgas largas la ropilla, el capote corto, asimismo las dichímujeres, como usaron los antiguos indios, unas camege^tas largas, manta corta, y después van apuliendo y del-'gazando la tierra en mucho más en este reino.

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Cómo Jos primeros españoles fueron chapetones, asi-mismo los dichos indios no se entendían el uno ni alotro, pidiendo agua traían leña, diciendo, anda, puto;traían cobre y calabazas, porque, anda, es cobre, puto,calabazas. Y algunos indios se hacían ladinos. Los ya-naconas decían: "oveja chineando, pacat tura buscandomana tarinchos Huir acocha'V* Como los mestizos delCuzco y de Xacxauana y de Conchacalla decía: "ya, se-flor, señora, parauyando, capón asando, todo comiendo,nú madre pariba, yo agora mirando, chapin de la muía".Y así los unos como los otros pasaron grandes trabajoslos indios como los Cristíanes y en los collas decían:"anda, puto". Decía los indios: "putu, sapi hile y haccha,puto, sapi hila".15

Cómo después de haber conquistado y de haber ro-bado comenzaron a quitar las mujeres y doncellas ydcsvirgar por fuerza y, no queriendo, le mataban comoR perros y castigaba sin temor de Dios ni de la justicia.No había justicia.

Cómo los primeros españoles conquistaron la tierracon sólo dos palabras que aprendieron, decían: "amamancha, noca Inca", "que no tenga miedo, que él eraInca", decía a voces a los indios y se huían de ellos portemor y no conquistó con armas ni derramamiento delangre, ni trabajo. Y los canaris y chachapoyas y yana-ronas se metieron sólo a fin de robar y Hurtar con losdichos españoles. No se metieron por servir a su ma-jestad. Dicen que un español con la codicia del oro yplata mandóse llevarse en unas andas y ponerse orejas

14 Según Ponsnansky se trata de una jerga de castellano yquechua: "día y noche buscando, no la encontré señor".

15 Según Ponsnansky esta frase puede traducirse literalmen-te de las siguientes maneras: "putas sólo sobra y gran putasliólo sobra", o "anda gran puta, puta abandonada", o "nidolólo sobra y huérfano nido sólo sobra".

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postizas y traje del Inca. Entraba a cada pueblo pic__do oro y plata. Gomo veían inca barbado se espanta!y nías se echaban a huir los indios, mucho más lasjeres de este reino.

Más vejaciones [foja 397]

Don Francisco y don Diego de Almagro y los dt_,cristianos le mandaron tapear al Exmo, Señor GájApo Huamanchaua, segunda persona del Inca, ,estaba vivo, muy viejo y los demás grandes señores. ^encerraron pidiéndole oro y plata como interesadot;jcodiciosos en oro y plata estos dichos conquistadoiLe echó fuego y le quemó, acabó su vida, asimismoa los dichos incas y a todos los señores grandes y „.tañes generales y a los principales de cada provinciaeste reino con varios tormentos, pidiéndole oro y plY traía presos y lo castigaba muy cruelmente preso „cadena de hierro y de cuero de vaca torcido y cuell,de la misma vaca. Dicen que usaba grillos de vaca!esposas del mismo cuero para tener presos a los didindios de este reino. Y así muchos señores principacon el miedo del tormento dijeron que eran indiosbres para que no les atormentara y padeciera tnen este reino.

Cómo en tiempo de los incas había salteadores llídos pomaranra y el capitán de ellos se llamaba C™quiaquilla inca. Andaba en las quebradas hondaftfpedregales y peñas barrancos llamado pumaranra yteaba por los caminos reales. Estos dichos indios CH.rrones, estos dichos salteadores pomaranra en tiempola Conquista se hicieron yanaconas de los dichos esñoles y salteaban mucha más mejor y robaba a losbres indios y después se quedaron y se vecitaron enciudades por yanaconas. A donde está al presente

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conas de Quito de Huánuco y de Lima, Huamanga,Cuzco, Arequipa, Potosí, Chuquisaca; en las ciudadesson indios tributarios, pecheros del rey en este reino.

Reinado de Manco Inca II [foja 399]

Manco Inca se alzó por rey Inca porque les mandólos dichos capitanes y consejo de este reino QuisquísInca, Auapanti, Amarouanca, Auqui ylla topa, Colla-topa Curinaui Yuto Inga, Yucra Huallpa, Estos dichoscapitanes fueron incas Hanancuzco y Lurincuzco, Collaaymara, Chuquíllanqui Supaguaman, GhuuituamanChanbimallco, Apomallco Castillapari, Apomollo Con-dorchaua, Cuílic Chaua Cucichaqui Huayanay, consejosle alzaron por fin y muerte de Cápac Apo Huaman-chaua, segunda persona del Inca, por ser muy antiguoseñor del reino, porque le quemó y lo mató don Fran-cisco Pizarra y don Diego de Almagro y los demásespañoles.

Se alzó contra ellos [Manco Inca] por los malos tra-tamientos y burlas que se chocarreaba del Inca y de losdemás señores de este reino. A vista de ojos les tomabansus mujeres e hijas y doncellas con sus malas opinionesy con poco temor de Dios y de la justicia y de que re-cibían otros muchos agravios que le hacían a los indios.Y así se defendió y les cercó con gran suma de indiosque no se podía contar, sino que se entenderá cien milmillones de indios a que habría llegado de este reino. Ytodos los que se habían juntado a los dichos soldadoscristianos, pedían misericordia hincados de rodillas lla-maban a Dios con lágrimas a voces y a la Virgen Maríay a sus santos y decían a gran voz: Señor Santiago, vál-game Santiago, Santa María, válgame Santa María.,ayúdanos Dios, Esto decían con alta voz los caballerosa la escaramuza, diciendo, Santiago, los soldados en el

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medio hincados de rodillas,, diciendo Santa María puestillas manos.

La gente de Manco II ataca a los españoles en el Cuzco[foja 401]

Encendió fuego a la casa del Inca llamado Cuyusman»co, adonde los cristianos señalaron por templo de DÍO||y puso en el techo y en el altar la Santa Cruz. Primero ̂los indios echaron fuego a las dichas moradas de loicristianos y lo quemaron, estando cercado los cristiano!^!toda la morada hasta el galpón y palacio que fue del iInca, el dicho Cuyusmanco, a dónde está de presénte-la iglesia mayor de la ciudad del Cuzco. Dicen quefuego pegado a la dicha casa volaba por lo alto y no wquería quemar la dicha casa de ninguna manera, qufrellos se espantaron cómo el fuego no quería llegar a laSanta Cruz, que fue milagro de Dios Nuestro Señor enese tiempo; era señal de Dios que estaba ya fija la SantaIglesia en el reino.

Luego en aquella hora hizo Dios otro milagro estandocercados todos los cristianos en la plaza del Cuzco estan-do haciendo oración, hincado de rodillas dando vocet;y llamando a Dios y a la Virgen María y a todos suí,santos y santas ángeles y decía, válgame la Virgen Ma-ría. Madre de Dios hizo otro milagro muy grande. Mila-jgro de la madre de Dios en este reino que lo vieron »¡vista de ojos los indios de este reino y lo declaran y;dan fe de ello} como en aquel tiempo no había ninseñora en todo el reino, ni jamás lo habían visto ninocido, síno primera señora le conoció a la Virgen María.

[foja 403] Señor Santiago Mayor de Galicia, apóstol enJesucristo, en esta hora que estaba acercado los cristia-nos hizo otro milagro Dios muy grande en la ciudad del

Cuzco. Dicen que lo vieron a vista de ojos que abajóel Señor Santiago. Con un trueno muy grande comorayo cayó del cielo a la fortaleza del Inca llamado Sac-naguamán., que es pucará [fortaleza] del Inca, arriba deSan Cristóbal. Y como cayó en tierra se espantaron losindios y dijeron que había caído, yllapa trueno y rayodel cielo, caccha de los cristianos, favor de cristianos. Yasí abajó el Señor Santiago a defender a los cristianos.Dicen que vino encima de un caballo blanco, que traíael dicho caballo pluma suri y mucho cascabel enjaezadoy el santo todo armado con su rodela y su bandera ysu manta colorado y su espada desnuda y que veníacon gran destrucción y muerto muy muchos indios ydesbarató todo el cerco de los indios a los cristianos quehabía ordenado Manco Inca. Y que llevaba el santomucho ruido y de ello se espantaron los indios.

De esto echó a huir Manco Inca y los demás capita-nes y indios y se fueron al pueblo de Tambo con suscapitanes y demás indios los que pudieron. Y desde en-tonces los indios al rayo les llama y le dice Santiago,porque el santo cayó en tierra como rayo, yllapa, San-tiago. Como los cristianos daban voces, diciendo, San-tiago, y así lo oyeron los indios infieles y lo vieron alsanto caer en tierra como rayo y así los indios son testi-gos de vista del señor Santiago. Y se debe guardarseesta dicha fiesta del señor Santiago en este reino comoPascua porque del milagro de Dios y del señor Santia-go se ganó.

Manco II se retira a VÜcabamba [foja 406]

Cómo se desbarató Manco Inca por el señor Santiagode los cristianos y cómo se espantó y se fue huyendocon sus capitanes y llevó muchos indios al pueblo deTambo. Allí edificó muchas casas y corredores y ordenó

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muchas chacras ie y mandó retratarse el dicho MInca y a sus armas en una peña grandísima parafuese memoria. Y como no pudo allí asistir en el dipueblo de Tambo, desde allí se retiró más adentro amontaña de Vilcabamba con los demás capitanes y Il<indios y a su mujer, la coya, y dejó el reino y cormascapaycha y chambí al señor emperador y rey nuitro señor, don Carlos, de la gloriosa memoria queen el cielo y a su hijo don Felipe el segundo queen el ciclo y a su hijo don Felipe el tercero. . .

El capitán Quisquís levantó otra vez después de MalInca al Inca Paullo Topa, hijo bastardo de GuaíCápac Inca, y se defendió de los españoles, aunque depues comenzó a servir y ayudar no de todo corazón,en él ha habido sospecha siempre hasta que murió"murió crist i anísim amenté en la ciudad del Cuzco y dftja su hijo, don Melchor Carlos Paullotopa Inca.

Este dicho capitán Quisquís siempre perseguía acristianos y por sus pecados porque no tuvo paz con Kcristianos y así le mataron sus propios capitanes indí<que tenía en su banda. Murió en el Cuzco y dejóotros capitanes su cargo en este reíno.

De cómo Manco Inca fue haciendo camino a la metaña dentro de Vilcabamba, no estando seguro enpueblo de Tambo con algunos capitanes, CuripaucaíManacutana, Atoe, Rumisonco. Y llevó indios de difijrentes castas y fue haciendo camino más adentro y lle¡a un río grande e hicieron puente de crisnejas y pasaraa la otra banda y llegó al valie llamado HuÜcapampl

El nuevo estado incaico [foja 407]

Y se poblaron y edificó otro Cuzco ciudad y edificáasu templo de Curicancha que lo armó y pobló y

16 Chacras: sementeras.

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poca gente indios de diferentes castas y de ayllos deiridios en la ciudad de Vilcabamba y sensa chacras ysementeras y ganados y quedó muy pobre en Vilcabamba.

De cómo Manco Inca, por su mandado, sus capitanessalteaban en el camino de Aporima, camino real delCuzco de Lima, a los españoles y a los indios cristianosdr. la manda del rey que pasaban recuas y ganados ymercaderes y lo mataba y le quitaba la hacienda y ropay todo lo que llevaba lo robaba y llevaba presos a losindios cristianos. Y así de esta manera estuvieron muchosaños salteando en el dicho pueblo de Vilcabamba con sumujer y hijas el dicho Manco Inca,

Cómo un mestizo llamado Diego Méndez entraba ala ciudad de Vilcabamba con su embuste y mentira a!Inca Manco Inca, avisaba este dicho mestizo al dichoInca cuándo salía la recua del rey o de algún españolrico para que le saltease Manco Inca en el camino realy así siempre salteaba y hacía muy grandes daños a loscristianos por aquel camino. Y así una vez estando bo-rracho Manco Inca y Diego Méndez mestizo, los dosborrachos, comenzaron a jugar de porfía, le mató y ledio de puñaladas y le dejó muerto al dicho Manco Incael dicho mestizo. Y al dicho mestizo le mataron los ca-pitanes y dejó por heredero al Inca Sayre Topa Ya-muuarca Coya y murió en el Cuzco y quedó Tupa Ama-ra Inca . . .

El Virrey Toledo decide capturar a Túpac Amaru[foja 445]

... y así se fue a la ciudad del Cuzco y en el Cuzcose ensayó e hizo soldados para la ciudad de Vilcabamba.Se armaron contra Topa Amaro Inca y de sus capitanes,Curipaucar, Manacutana. Para ensayarse subió en sujaca rijosa en la plaza del hospital del Cuzco con los

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soldados y capitanes y lo puso muy ordenado y miaunas y arcabuces y estaba hecha una montañamuchos micos y monos y guacamayas y papagayos ypájaros y leones y zorras y venados. Y dentro de lataña muchos indios con sus ondas y lanzas y Guayllpa Antara, un Inca postizo, en sus andas, tirandodon Francisco de Toledo.

Dieron batalla con el Inca y lo prende al dicho Iidesbaratando a los indios y fue ordenación y semejlque fue hecha para la batalla. Y no fue nada ni|defendió, antes se huyó el dicho Inca, por ser muchly no saber nada, y le prendió junto al río, sólo, ]indios...

Prisión y muerte de Túpac Amaru. [foja 451]

Cómo don Francisco de Toledo se enojó muy nuUcontra Topa Amaro Inca porque le habían informjque había dicho el Inca como muchacho, y con racuando le envió a llamar, dijo que no quería ir amayordomo de un señor Inca como él. Y de esto h\o y sentenciar a muerte, de enojo contra el Inca,

lo sentencia a cortarle la cabeza a Topa Amaro Ii¡ Oh cristiano soberbio que habéis hecho perder lacienda de su majestad de los millones que dabaciudad y los tesoros escondidos de sus antepasados y ,todas las minas y riquezas, perdido su majestad,querer hacerse más señor y rey don Francisco de ToleNo seáis como él.

[foja 452] Fue degollado Topa Amaro Inca por latencia que dio don Francisco de Toledo. Le dio la diísentencia al infante rey Inca y murió bautizado ciñámente de edad de quince años. Y de la muerte Ikron todas las señoras principales y los indios de ei

reino e hizo grandísimo llanto toda la ciudad y doblarontodas las campanas y al entierro salió toda la gente prin-cipal y señoras y los indios principales y la clerecía leacompañó y le enterraron en la iglesia mayor de laciudad del Cuzco. Entonces cesó don Francisco de To-ledo.

Antes que le degollasen a Topa Amaro Inca, pidióle otorgasen la dicha sentencia y le diese vida, que queríaser esclavo de Su Majestad, o que daría muchos millonesde oro, plata, tesoros escondidos de sus antepasados, oque mostraría muchas minas y riquezas y que serviríatoda su vida. No hubo remedio y fue sentenciado yejecutado a cortar la cabeza del infante Topa AmaroInca.

Mira, cristiano, esta soberbia y demás de la ley depérdida que hizo en servicio de Dios y de Su Majestad,de don Francisco de Toledo, cómo puede sentenciar amuerte al rey, ni al principal, ni al duque, ni al conde,ni al marqués, ni al caballero, un criado suyo pobre ca-ballero. De esto se llama alzarse y querer ser más queel rey de estos dichos caballeros. Sólo con su poder tie-ne de conocer su causa y sentencia el rey, con su perso-na propia, ni puede conocer la dicha causa su virrey, nisu audiencia real, sino entregarle a sus manos, para quecomo señor y poderoso, lo perdone o le sentencie a suvasallo mayor de todo universo mundo. Esto es la ley.

2. RELACIÓN DE TITU CUSÍ YUPANQUI

Titu Cusí Yupanqui, hijo de Manco II, ocupó el tronode los Incas en Vilcabamba de 1557 a 1570. A principiosde este último año., como ya se dijo en la introducción^dictó a fray Marcos García, quien había llegado paracatequizarlo, una interesante "Relación de cómo los es-

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pañoles entraron en el Perú y el subceso que tuvo AfaInca en el tiempo que entre ellos vivió". Este memoi _iba dirigido al licenciado Lope García de Castro, "Gbernador de los reinos del Perú", antes de la llegada divirrey Toledo. En él Titu Cusí relata las vejacionesagravios de su pueblo y en especial los recibidos porpadre Manco II y pide al licenciado García de Cashaga llegar sus quejas hasta Felipe II} en cuya justieüafirma tener confianza.

Aun cuando es posible suponer que en este memorúdictado por el Inca tuvo también alguna paríicipacú,el agustino fray Marcos García, parece indudable q\_,la mayor parte del texto es fiel reflejo del pensamienUdel Inca. A pesar de las obvias inexactitudes históricas^en que incurre Titu Cusi y aun de lo que pudiera des-cribirse como sentido en buena parte tendencioso de surelación, ya que en ella se hace pasar como hijo legítimo'de Manco II e incluso llega a afirmar que era éste quienpor derecho gobernaba al estado incaico a la venida d«los españoles, no puede negarse que su testimonio es\ y elocuente. Es esto cierto sobre todo en lo

se refiere a los tratos ulteriores que tuvo Manco II conlos hombres de Castilla y a los reiterados intentos de •parte de los "huiracochas" por someter a quienes se Aa-bían refugiado en Vilcabamba. A continuación se iraní-criben¡ modernizada la ortografía, algunos de los pasa->jes más interesantes de este memorial.

Descripción de los conquistadores

Decían que habían visto llegar a su tierra ciertas per-sonas muy diferentes de nuestro hábito y traje, que pa-recían viracochas, que es el nombre con el cual nosotrosnombramos antiguamente al Creador de todas las co-sas, diciendo Tecsi Huiracochan., que quiere decir prin-

cipio y hacedor de todos; y nombraron de esta maneraa aquellas personas que habían visto, lo uno porquediferenciaban mucho nuestro traje y semblante, y lo otroporque veían que andaban en unas animalías muy gran-des, las cuales tenían los pies de plata: y esto decíanpor el relumbrar de las herraduras.

Y también los llamaban así, porque les habían vistohablar a solas en unos paños blancos como una personahablaba con otra, y esto por el leer en libros y cartas;y aun les llamaban Huiracochas por la excelencia yparecer de sus personas y mucha diferencia entre unosy otros, porque unos eran de barbas negras y otros ber-mejas, y porque les veían comer en plata; y tambiénporque tenían yllapas, nombre que nosotros tenemospara los truenos, y esto decían por los arcabuces, porquepensaban que eran truenos del cielo,.."

La prisión de Atahualpa en Cajamarca

Desde que aquella plaza estuvo cercada y los indiostodos dentro como ovejas, los cuales eran muchos y nose podían rodear a ninguna parte, ni tampoco teníanarmas, porque no las habían traído, por el poco casoque hicieron de los españoles, sino lazos y turnes, comoarriba dije. Los españoles con gran furia arremetieronal medio de la plaza, donde estaba un asiento del Incaen alto, a manera de fortaleza, que nosotros llamamosusnu, los cuales se apoderaron de él y no dejaron subirallá a mi tío [Atahualpa], mas antes al pie de él lederrocaron de sus andas por fuerza, y se las trastornaron,y quitaron lo que tenía y la borla, que entre nosotros escorona.

Y quitado todo lo dicho, le prendieron; y porque los

17 Tomado de la ed. cit. de Urteaga y Romero, pp. 8-9.

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indios daban gritos, los mataron a todos con loslíos, con espadas, con arcabuces, como quien matftfovejas, sin hacerles nadie resistencia, que no se earon, de más de diez mil, doscientos. Y desde que fuitodos muertos, llevaron a mi tío Atahualpa a unacel, donde le tuvieron toda una noche, en cueros, atuna cadena al pescuezo..."

Palabras de algunos capitanes del Inca a los

"¿Qué andáis vosotros aquí con nuestro Incapor allá cada día, hoy prendiéndole, mañana molídolé y otro día haciéndole befas? ¿Qué os ha hechohombre? .¿Así le pagáis la buena obra que os hizometeros a su tierra contra nuestra voluntad? ¿Quéreís de él, qué más os puede hacer de lo que ha h<¿No os dejó entrar en su tierra con toda paz y sosay con mucha honra? ¿No os envió a llamar a Cajca? ¿A los mensajeros que le enviasteis, no os losmuy honrados con mucha plata y oro y con mugente? ¿No fueron y vinieron en hamacas trayéndolo» !gente a cuestas?

En Cajamarca ¿no tomasteis dos casas de oro y plque le pertenecían, y más lo que os dio Atahualpa,todo era de mi Inca, y lo que él os envió de aqu)Cajamarca, que fue gran cantidad de oro y plata?Cajamarca a este pueblo, en ciento treinta leguashay de camino de allá acá, ¿no os hicieron todo bltratamiento, dándoos muchos refrescos y gente quejtrajese? ¿Él mismo no os salió a recibir al caminoleguas de aquí, en Xaquixaguana? ¿Por vuestro resjno quemó la persona más principal que tenía en toda itierra que fue Challcochima, llegados que fuisteis

«/Wd.f pp. H-12.

¿No os dio casas y asientos, y criados y mujeres, y w-menteras? ¿No mandó llamar a toda su gente para queos tributasen? ¿No os han tributado? Sí que sí.

El otro día cuando le prendisteis por redimir su ve-jación, ¿no os dío una casa llena de oro y plata? A nos-otros los principales y a toda la gente ¿no nos habéisquitado las mujeres nuestras e hijos e hijas? Y a todocallamos porque él lo quiere por bien y por no darlepena. Nuestra gente ¿no os sirve hasta limpiar con suscapas la suciedad de los caballos y de vuestras casas?¿Qué más queréis? Todas cuantas veces habéis dichodaca oro, daca plata, junta esto, junta esto otro, ¿nolo ha hecho siempre hasta daros sus mismos criados queos sirvan? ¿Qué más pedís a este hombre? ¿Vosotrosno le engañasteis diciendo que veníais por el viento pormandato del Huíracocha que erais sus hijos y decíaisque veníais a servir al Inca, a quererle mucho, a tratar-le como a vuestras personas mismas a él y a toda sugente?

Bien sabéis vosotros, y lo veis si lo queréis mirar aten-tamente, que en todo habéis faltado y que en lugar detratarle como publicasteis al principio, le habéis moles-tado y molestáis cada credo, sin merecerlo, ni haberosdado la menor ocasión del mundo. ¿De dónde pensáisque ha de sacar tanto oro y plata como vosotros le pedís,pues os ha dado hasta quitarnos a nosotros nuestras jo-yas, todo cuanto en su tierra tenía? ¿ Qué pensáis que osha de dar ahora por la prisión en que le tenéis preso?¿De dónde ha de sacar esto que le pedís, no con nada,si no lo tiene, ni tiene qué daros? Toda la gente de estatierra está muy escandalizada y amedrentada de tal ma-nera de ver vuestras cosas que no saben ya qué decirni a dónde se puedan ir, porque lo uno, vense desposeí-dos de su Rey; lo otro, de sus mujeres, de sus hijos, desus casas, de sus haciendas, de sus tierras; finalmente

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de todo cuanto poseían, que cierto están en tanta trttlación que no les resta sino ahorcarse o dar al ti*>con todo, y aún me lo han dicho a mí muchas

Por tanto, señores, lo más acertado que a mí mece sería que dejaseis ya descansar a mi Sapai Inca,por vuestra causa está con tanta necesidad, y trabaj<le soltaseis de la prisión en que está, porque estosindios no estén con tanta congoja".18

3. BREVE RELACIÓN DE LA CONQUISTA,!SEGÚN JUAN DE SANTA CRUZ PACHACUTF

YAMQUI SALCAMAYHUA

De la obra de Santa Cruz Pachacuti, Relación degüedades deste Reyno del Piró, tomamos la parteen la que da su autor su propia visión de la ConquilA través de ella se trasluce su poca simpatía hacia Aihualpa, de quien afirma que se hizo "falso tristi"t

conocer que se habla cumplido su orden de dar muta Huáscar*

Y tras de esto, dentro de pocos días, llegó la nuevacómo los españoles habían desembarcado y saltadoTúmbez, de la cual nueva todos quedan atónitos; ytonces, por consejo de dicho Quisquís, esconde granquina de riqueza bajo de tierra. Y más dice, queorden del dicho Huáscar Inca, antes que hubiera híguerras y batallas, los escondieron una maroma detres mil cargas de oro y otras tantas o más de plata heen Condessuyo.20 Al fin, todos los cumbis y ricos veade oro también los escondieron, y por los indios lo

i» Ibíd., pp. 48-50.s° El Coutisuyu: región occidental del Imperio.

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En este tiempo, fulano del Barco y Candía llega alCuzco, sin toparse con Huáscar Inca. Y en este tiempo,dicen que también los prendió a Challcochima y el Huás-car Inca ya iba acercando a Cajamarca.

Y en este tiempo, el Francisco Pizarro prende a TopaAtahualpa Inca, en Cajamarca, enmedio de tanto nú-mero de indios, arrebatándoles, después que acabo dehablar con el padre fray Vicente de Valverde, y endonde los dichos indios, de doce mil hombres, fueronmatados, quedándose muy pocos. Y por ellos entendie-ron que era el mismo Pachayachachi Huiracochan osus mensajeros, y éstos los dejaron; y después, como tirólas piezas de artillería y arcabuces, creyeron que eraHuiracocha; y como por los indios fueron avisados queeran mensajeros, así no los tocaron mano ninguno, sinque los españoles recibiesen siquiera ser tocados.

Al fin, [a] Atahualpa echa preso en la cárcel. Y allícanta el gallo, y Atahualpa Inca dice: "Hasta las avessaben mi nombre de Atahualpa." Y así, desde entonces,a los españoles les llamaron Huiracocha, Y esto le llamó,porque los españoles desde Cajamarca los avisó al Ata-hualpa Inca, diciendo que traía la ley de Dios, hacedordel cielo, y así los Uamó a los españoles Huiracocha yal gallo Atahualpa.

Al fuij como digo, el dicho Atahualpa, estando preso,despacha mensajeros a Antamarca, para que acabase dematar a Huáscar Inca y después de haber enviado, sehace falso tristi, dando a entender al capitán FranciscoPizarro. Al fin, por orden del dicho Atahualpa Inca,los mató a Huáscar Inca en Antamarca, y asimismo asu hijo, mujer y madre, con gran crueldad. Y por elmarqués sabe todas estas cosas, por quejas y querellasde los curacasS1 agraviados. Al fin, se bautizó y se llamó

21 Curaca: jefe de una parcialidad.

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D. Francisco. Y después fue ajusticiado el dicho Athualpa Inca por traidor.

Y después, el capitán Francisco Pizarro parte juntmente con el padre Fray Vicente para el Cuzco, ytonces trajo a un hijo bastardo de Huayna CápacInca, y el cual fallece en el valle de Jauja. Y dftllega el dicho capitán Francisco Pizarro con suso setenta hombres españoles a el puente de Aporimt,donde había venido Manco Inca Yupanqui con t<los orejones y curacas a dar la obediencia y hícristianos.

Al fin, todos allí se juntaron por bien de paz, a<rando la cruz de Jesucristo nuestro señor, ofreciéndía su vasallaje del emperador D. Garlos. Y de allí Hejron a Villcaconga, donde los apocuracas22 y orejoide puros alegres y contentos hicieron escaramuzas. _ .fin, aquel día llegaron a Saquixaguana, en donde al disiguiente, el padre Fray Vicente con el capitán Frarwco Pízarro les dice á Manco Inca Yupanqui que los qtría ver vestidos de Huayna Cápac Inca, su padre,cual se hace mostrar, y visto por el capitán PizarroFray Vicente, les dice que vistieran aquel vestidorico, Al fin, se vistió el mismo Pizarro en nombre diEmperador.

Al fin, el dicho Pizarro y todos parten para el Ciy el Manco Inca Yupanqui en sus literas. Al fin,españoles y curacas vinieron con mucha orden, y el Iicon el padre y capitán Francisco Pizarro, que despuésmucho tiempo se llamó don Francisco Pizarro. 'i

Gomo digo, todos vinieron al Cuzco, y en junto dipueblo de Anta toparon con Quisquís, capitán tin...del dicho Atahualpa Inca. Al fin, les dio batalla todí.los orejones y con los españoles. Y así, se fueron hacil

22 Apocuracas: principales jefes.

Capí; y el marqués con el Inca, en compañía del SantoEvangelio de Jesucristo nuestro señor, entraron con granaparato real y pompa de gran majestad. Y el marquélcon sus canas y barbas largas representaba la personadel emperador don Carlos V y el padre fray Vicente,con su mitra y capa, representaba la persona de SanPedro, pontífice romano, no como Santo Tomás, hechopobre. Y el dicho Inca con sus andas de plumerías ri-cas, con el vestido más rico, con su suntorpaucar2B enla mano, como rey son sus insignias reales de capacunancha y los naturales gran alegría, y tantos espa-ñoles,

Al fin, el dicho fray Vicente va derecho a Corícancha,casa hecha de los incas antiquísimos para el Hacedor. Alfin, la ley de Dios y su Santo Evangelio tan deseado,entró a tomar la posesión a la nueva viña, que estabatanto tiempo usurpado de los enemigos antiguos.

Y allí predica en todo el tiempo como otro Santo To-más, el apóstol, patrón de este reino, sin descansar, conel celo de ganar almas, haciéndolos convertir, bautizán-dole a los curacas con hizopos nomás. Porque no pudie-ron echar agua a cada uno, que sí hubiera sabido lalengua, hubiera sido mucha su diligencia, más por intér-prete hablaba. No estaba desocupada como los sacer-dotes de ahora; ni los españoles por aquel año se apli-caba a la sujeción de interés como ahora. Lo que esllamar a Dios, hacía mucha devoción en los españoles ylos naturales eran exhortados de buenos ejemplos."

23 Suntorpaucar: flor redonda.24 Tomado de la Relación de Antigüedades deste Reyno del

Pirú, por Don Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salca-mayhua, en Tres Relaciones Peruanas (ed. Marcos Jiménez dela Espada), Madrid, 1879.

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4. MANCO II PIDE LA RESTITUCIÓN DE 81PODER COMO INCA

Para dar sólo un ejemplo de la forma como presentahechos de la Conquista Garcilaso de la Vega, se tncribe un pasaje de la Segunda Parte de los ComentarReales, donde aparece Manco Inca hablando antepropios capitanes para hacerles ver la necesidad de ttgir de los espartóles se restituyera la antigua formagobierno. Como ya se dijo en la Introducción, el ttímanió de Garcilaso, criticado numerosas veces desdtpunto de vista histórico, tan sólo parcialmente putconsiderarse dentro de esta "Memoria Quechua deConquista". De cualquier manera, su obra constituyeprimera versión, al menos hasta cierto grado vtncula lo indígena, que se conoció y difundió al ser publicta principios del siglo xvii en el viejo mundo.

Manco Inca, con los avisos que su hermano Titu Atchi y el maese de campo Quizquiz le enviaron, se apcibió, como atrás dijimos, para ir a visitar al Gobcy pedirle la restitución de su Imperio y el cumplimieide los demás capítulos que su hermano y todos lospitanes principales del Reino habían ordenado.

Entró en consejo con los suyos una y dos y másees, sobre cómo iría, si acompañado de gente de gu<o de paz. En lo cual estuvieron dudosos los consejeque unas veces les parecía mejor lo uno y otras v<lo otro, pero casi siempre se inclinaban a que fuesegurado con ejército poderoso, conforme al parecerQuizquiz, porque no le acaeciese lo que a su hermaiAtahuallpa; que se debía presumir que los forasteharían más virtud por temor de las armas que noagradecimiento de los comedimientos, porque los de Atahuallpa antes le habían dañado que aprovechado. E¡

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tando los del consejo para resolverse en ette parflOtr,habló el Inca diciendo:

"¡ Hijos y hermanos míos! Nosotros vamos a pedirjusticia a los que tenemos por hijos de nuestro DÍOBViracocha, los cuales entraron en nuestra tierra publican-do que el oficio principal dellos era administrarla a todoel mundo. Creo que no me la negarán en cosa tan jus-tificada como nuestra demanda, porque (conforme ala doctrina que nuestros mayores siempre nos dieron),les conviene cumplir con las obras lo que han prometidopor sus palabras, para mostrarse que son verdaderos hijosdel Sol. Poco importará que los tengamos por divinos siellos lo contradicen con la tiranía y maldad.

Yo quiero fiar más de nuestra razón y derecho queno de nuestras armas y potencia. Quizá, pues dicen queson mensajeros del Dios Pachacámac, le temerán, puessaben (como enviados por él), que no hay cosa quetanto aborrezca como que no hagan justicia los que es-tán puestos" por superiores para administrarla, y que, enlugar de dar a cada uno lo que es suyo, se lo tomenpara sí. Vamos allá armados de justa demanda; espere-mos más en la rectitud de los que tenemos por dioses,que no en nuestras diligencias, que sí son verdaderoshijos del Sol, como lo creemos, harán como Incas: dar-nos han nuestro Imperio, que nuestros padres, los Reyespasados, nunca quitaron los señoríos que conquistaron,por más rebeldes que hubiesen sido sus curacas. Nosotrosno lo hemos sido, antes todo el Imperio se les ha rendi-do llanamente.

Por tanto, vamos de paz, que si vamos armados, pa-recerá que vamos a hacerles guerra y no a pedirles justi-cia, y daremos ocasión a que nos la nieguen; que a lospoderosos y codiciosos cualquiera les basta para hacerlo que quieren y negar lo que les piden.

En lugar de armas llevémosles dádivas de lo que te-

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nemos,, que suelen aplacar a los hombres airados ynuestros dioses ofendidos. Juntad todo el oro y platapiedras preciosas que pudiéredes; cácense las aves y ani-males que se pudieren haber; recójanse las frutas mej<res y más delicadas que poseemos; vamos comopudiéremos, que, ya que nos falta nuestra antiguajanza de Rey, no nos falta el ánimo de Inca.

V si todo no bastase para que nos restituyan nuestImperio, entederemos claramente que se cumple la pifecía de nuestro padre Huayna Cápac que dejó dicho!había de enajenarse nuestra monarquía, perecer nu«•república y destruirse nuestra idolatría. Ya vemos ciplirse parte desto. Si el Pachaca lo tiene así ordenadc¿qué podemos hacer sino obedecerle? Hagamos nosotlo que es razón y justicia, hagan ellos lo que quisieren.";]!

Todo esto dijo el Inca con gran majestad; sus capi*tañes y curacas se enternecieron de oír sus últimas razo*nes, y derramaron muchas lágrimas, considerando que Macababan sus Reyes Incas.zs

5. TRAGEDIA DEL FIN DE ATAHUALPA

De esta pieza de teatro en lengua quechua., que aún aktra se representa en diversos lugares de la sierra, se tran*criben aquí los diálogos entre el capitán Sairi Túpac, hijtdel futuro Inca Manco II, y Pizarra, quien hablamedio del intérprete Felipillo, asi como las palabras ™propio Atahualpa al caer prisionero de los conquistada^res. Como ya se dijo en la introducción, más que untestimonio histórico de la Conquista, esta tragedia es me"moria y reflejo de los sentimientos de quienes, deseen"

35 Garcilaso Inca de la Vega, Historia General del Perú, ivoL i, pp. 215-217.

dientes de los vencidos1 guardaron el recuerdo de la des-trucción del estado incaico.

SAHU TÚPAG

Barbudo, adversario, hombre rojo,¿por qué tan sólo a mi señor,a mí Inca le andas buscando?¿No sabes que Atahualpaes Inca y único señor?¿Acaso ignorasque dueño es de esta clava de oro,acaso ignoras que estasdos serpientes de oroson de su propiedad?Antes de que levanteésta su clava de oro, antesde que vayan a devorarteestas serpientes de oropiérdete, regresa a tu tierra,barbudo enemigo, hombre rojo.

[PIZARRO sólo mueve los labios]

SAIRI TÚPAC

Hombre rojo que ardes como el fuegoy en la quijada llevas densa lana,me resulta imposiblecomprender tu extraño lenguaje.Yo no sé qué me dices, no lo puedosaber de ningún modo.Antes de que mi solo señor, mi Incamonte en cólera, vete, piérdete.

[PIZARRO sólo mueve los labios]

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FELIPILLO

Saíri Túpac, inca que manda,este rubio señor te dice:"¿ Qué necedades vienesa decirme, pobre salvaje?Me es imposible comprendertu obscuro idioma,Pero yo te preguntodónde se halla tu señor Inca.Yo vengo en busca de ély me propongo conducirlo;si no, obtendré siquiera su cabezao bien su insignia real, para que veael poderoso señor, rey de España."Eso te dice este guerrero,Sairi Túpac, inca que manda.

SAUU TÚPAC

Barbudo enemigo, hombre rojo,tampoco yo a entender alcanzoése tu idioma. A la moradade mi señor acércate,acaso él pueda comprenderte.Encuéntrate con él y con él hablacomo con quien más potestad posee.

[FELIPILLO parlotea a Pizarra]

SAUU TÚPAC [a Atakualpa]

¡Ay, ay, mí muy amadoAtahualpa, Inca mío!Me es imposible descifrar

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el lenguaje del enemigo.Me infunde miedo el deslumhrarde su honda de hierro.Te toca a ti, solo señor, mi Inca,como a poderoso que eres,verte y hablar de igual a igual con él;acaso tú desentrañar pudierasese su atronador idioma.Yo no he podido comprenderlede ninguna manera.He aquí tu clava de oro,he aquí también tus dos serpientes,he aquí también tu feroz anutara,he aquí tu honda de orode invencible poder.

ATAHUALPA

Nada hay que hacer entonces.Mis muy amados incas,todos vosotros competidsea con la honda o con la clava;hacedlos volver a su tierra;por el sitio por donde aparecieron,por ahí mismo que regresen.No os dejéis derrotarpor los enemigos de barba.

HUAYLLA HUISA

Mis muy amados incas,acudid sin tardanza.Vamos a competir todos en unocon los barbudos enemigos.Los venceremos y los echaremoshasta su pueblo, hasta su patria.

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HUARMA

Solo señor que a todos miedo infunde,que vence a todos y gobierna,Atahualpa, Inca mío,hombres barbudos y agresivosmanchando de rojo el trayectohacia aquí se dirigen.

ATAHUALPA [fl Pizarra]

Barbudo enemigo, hombre rojo,¿de dónde llegas extraviadoa qué has venido,qué viento te ha traído,qué es lo que quieresaquí en mi casa, aquí en mi tierra?En la ruta que has recorrido,no te abrasó el fuego del sol,y el frío no te atravesó,y el monte, retirándose a tu pasOjno te aplastó bajo sus peñas,y, abriéndose a tus pies, la tierrano pudo sepultarte,y el océano, envolviéndote,no te hizo desaparecer.¿De qué modo has venidoy qué quieres conmigo?Vete, regresa a tu paísantes de que levante esta mi clavade oro y vaya a terminar contigo.Enemigo barbudo, ya te he dichoque a tu tierras te vayas.

[PIZARRO vocifera con furiosos ademanes]

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FELIPILLO

Señor Inca Atahualpa,te dice este señor que manda:"Es inútil que digas cualquier cosay te desates en palabrasque no se pueden comprender.Yo soy un hombre pertinazy todos ante mi se humillan.Te concedo un instantea fin de que te alistesy te despidasde estos prójimos tuyos.Prepárate, que has de partirjunto conmigo a la llamadaciudad de Barcelona.Del mismo modo que en tus manoshumillaste a tu hermanoel Inca Huáscar, asimismoante mí te doblegarás."

SAIRI TÚPAC

Barbudo enemigOj ¿por quéal Inca mi único señor,tan rudamente le maniatas?Él nació libre y sueltoigual que la tánica,él es tan fuerte como el puma,Otro hombre tan notabley generoso corno él, no existe.

[PIZARRO sólo mueve los labios]

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FELIPILLO

Sairi Túpac, señor que manda,este rubio señor te dice:"Ya dije a qué he venido a esta tierra;tengo que conducira este señor a la presenciade mi señor omnipotente.Y no he de decirlo otra vez."

ATAHUALPA

¡Ay de mí!, mi amadísimo señor,a Huíracucha parecido,ya me encuentro en tus manos,¿por qué te encolerizas ya?Quizá te sientes fatigado,descansa un poco;acaso vienes por el sol vencido,toma un poco de sombradebajo de este mi árbol de oro.Ya me hallo doblegadoa tus pies, bajo tu dominio.

ÑUST'ACUNA [las princesas]

Único señor, Atahualpa,Inca mío,

el barbudo enemigo te encadena,Inca mío,

para acabar con tu existencia,Inca mío,

para usurparte tus dominios,Inca mío.

El barbudo enemigo tiene,

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Inca mío,el corazón ansioso de oro y plata,

Inca mío.SÍ oro y plata demanda,

Inca, mío,le entregaremos al instante,

Inca mío.

[PIZARRO sólo mueve los labios]

FELIPILLO

Único Inca Atahualpa,este fuerte señor te dice:"Hoy día mismo partirása donde yo te diga."

ATAHUALPA

Ay, señor Huíracucha,no muestres ese continente.Si oro y plata deseaste los pondré inmediatamentehasta cubrir todo el parajeque abarque el tiro de mi honda.

[PIZARRO sólo mueve los labios]

FELIPILLO

Solo señor, Inca Atahualpa,este fuerte señor te dice:"Deseo" que recubranesta llanura de oro y plata,"

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SAIRI TÚPAC

Mi muy amado y único señor.Atahualpa Inca mío,iremos corriendo, volando,igual que el huaychuy para estos barbudos enemigostraeremos oro y plataHasta cubrir esta llanura.

[PIZARRO mueve tos labios]

FELIPILLO

Sólo señor, Inca Atahualpa,este fuerte señor te dice:"Yo vengo con el fin irremisiblede llevar tu cabezao por lo menos tu imperial insigniapara que mi soberano la vea."

ATAHUALPA

Ay, barbudo enemigo, huiracucha,en nuestra entrevista de ayerpudiste verme en mediode mis innúmeros vasallos,honrado, conducido en altoen regia litera, de oro.Y ahora, viéndome a tus plantashumillado,me hablas con arrogancia.¿Pero, acaso tú ignorasque de mi voluntad depende todo,que la plata y el oro

6.

a mi mandato están subordinados?Pídeme aquelloque llevarte deseas,te lo alcanzaré con mis manos.He aquí mi llaut'u de oro,he aquí también mí clava de oro,he aquí también mi honda de oro.Te lo daré también todo eso.No me quites, pues, la existencia,poderoso señor.. ,26

UNA ELEGÍA QUECHUA SOBRE LA MUERTEDE ATAHUALPA

De las varias elegías y cantares que se conocen en que-chua acerca de la Conquista, transcribimos ésta, conocidabajo el titulo de Apu Inca Atahualpaman. De autor anó-nimo, no se ha establecido hasta ahora la fecha en queprobablemente pudo haber sido compuesta. Como lonota José M9 Arguedas, a quien se debe la presente tra-ducción, "la palabra, el acento, el metro y la rima hansido empleados con sabiduría y jluidez, como instru-mentos legítimos al servicio de un poeta que clama, con-templando la destrucción de un mundo, la desolaciónde un pueblo hundido en el extravio y la esclavitud..."

¿ Qué arco iris es este negro arco irisque se alza?Para el enemigo del Cuzco horrible flechaque amanece.Por doquier granizada siniestragolpea.

2fl Tragedia del Fin de Ataivallpa, ed. cit. de Jesús Lara,pp. 127-145.

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