El significado de la canonización de Pío X

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    EL SIGNIFICADO DE LA CANONIZACIN DE PO XR. P. Julio Meinvielle

    A los cuarenta aos de su muerte, Po X acaba de ser canonizado. Todavaestn presentes en el escenario del mundo, muchos que fueran testigos del fue-

    go ardiente de su fe y de su caridad. Po X fue un santo. Y el secreto de su santi-dad fue la Fe. "Nada haba ms natural a sus ojos que lo sobrenatural. Creacomo respiraba, porque de tal suerte Dios le era sensible. El mundo de la Fe leera familiar, y se mova en l con comodidad, mientras que el mundo, as solo,donde iba a vivir y actuar deba permanecerle extrao, o al menos le pareca tal,porque la fealdad de sus pensamientos y de sus costumbres horribles le repug-naban. No se mezclar en l sino forzado a la lucha contra los enemigos decla-rados de la Iglesia y contra los adversarios emboscados del Dogma, en que lasantenas sobrenaturales de su Fe intrpida captarn las inspiraciones divinaspara dictarle decisiones humanamente sorprendentes, imprevistas, pero pode-rosamente fecundas"1.

    Porque Po X se mova en el mundo de la Fe, poda estimar en su justo va-lor el estado del mundo y medir la gravedad de los errores que le amenazaban.De aqu el significado de sus reprobaciones contra desvaros espirituales quehan determinado el estado calamitoso en que se encuentra hoy el mundo.

    Tres son estos desvaros. El primero lo constituye la guerra contra los de-rechos imprescriptibles de la Iglesia, llevada a cabo particularmente en Franciapor el gobierno masnico de Combes. Frente a un gobierno, empeado en crearuna Iglesia y un episcopado "nacional", Po X se yergue como un gigante en to-da la majestad de su soberana autoridad y pronuncia el non possumus. El go-bierno rompe relaciones con la Iglesia, se incauta de sus bienes, prohbe todoacto de culto en las escuelas, en el ejrcito y en todos los establecimientos pbli-cos y niega en absoluto el derecho de ensear a las congregaciones religiosas.Po X, en su encclica Vehementerdel 11 de febrero de 1907 reprueba y condenala ley votada en Francia de separacin de la Iglesia y del Estado. "En consecuen-cia, dice all, Nos protestamos solemnemente con todas nuestras fuerzas contrala proposicin, contra el voto y contra la promulgacin de esta ley, declarando

    Artculo aparecido en DILOGO N 1, Primavera 1954 e includo en la publicacin pstuma J ULIOMEINVIELLE,El progresismo cristiano, Cruz y Fierro, Buenos Aires 1983, 87-93. Lo republicamos aqu

    con ocasin de los 100 aos de la encclica Pascendi de S.PO X, tan actual -o ms an- que en el mo-mento de la canonizacin del santo Papa, cuando a mitad de camino de estos cien aos, M EINVIELLEescribe este artculo. All el padre Julio llamaba la atencin sobre la actualidad de la Pascendi, que con lacondena del modernismo conden la teologa construda sobre el principio de inmanencia que inficio-na el pensamiento moderno. A propsito escriba CORNELIO FABRO: Considerada en su contenido, en elmodo de proceder y en su estilo inconfundible, es uno de los ms decisivos documentos del magisteriosupremo, y el ms insigne entre todos los dems actos del pontificado de Po X (Modernismo, en En-ciclopedia Cattolica VII, col. 1190). El peligro del modernismo nunca ha sido completamente descubier-to, pues est inscripta en la razn humana, corrompida por el pecado, la tendencia a erigirse como el crite-rio absoluto de verdad y someter a la fe (Ibid., col. 1196).1T.R.P.GILLET,Appel au bon sens.

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    que nunca podr ser ella alegada contra los derechos imprescriptibles de laIglesia para debilitarlos.

    Ms peligrosa que la accin de los enemigos de fuera lo es siempre la delos enemigos de dentro. Po X va a proceder con toda energa para conjurar elmal, tan frecuente entonces como ahora en los medios catlicos, de acomodar ladoctrina y la accin social-poltica a los requerimientos del siglo.

    Las corrientes subjetivistas, inmanentistas y evolucionistas que inficiona-ban la mentalidad moderna se infiltraban en los ambientes intelectuales catli-cos determinando en exgesis, historia de los dogmas y de la Iglesia, filosofa yteologa una nueva interpretacin del cristianismo que, en la realidad de loshechos, lo alteraba fundamentalmente, y, con ello, lo destrua. Contra ese se-gundo desvaro espiritual, conocido con el nombre de modernismo, Po X pro-nuncia sentencia de condenacin en el decreto Lamentabili del 17 de julio de1907, y ms particularmente en la encclica Pascendi, del 7 de setiembre delmismo ao, en la que lo califica como "coleccin de todas las herejas".

    La adaptacin al espritu moderno determinaba en el plano social-polticoerrores no menos peligrosos que podramos denominar demoliberales. Hacien-do del pueblo la fuente de la autoridad pblica, Marc Sangnier y su equipo delSillon buscaba un ordenamiento social-poltico fundado en la nivelacin declases, soando as cambiar las bases naturales y tradicionales de la sociedadpara edificar la sociedad del futuro sobre otros principios que seran ms fe-cundos y bienhechores que aquellos sobre los que reposa la sociedad cristianaactual. Contra este tercer desvaro espiritual, mezcla de liberalismo y socialis-mo, Po X ensea de manera categrica " No, Venerables Hermanos preciso es

    recordarlo enrgicamente en estos tiempos de anarqua social e intelectual enque todos sientan plaza de doctores y legisladores, no se edificar la ciudadde modo distinto de como Dios la edific; no se edificar la sociedad si la Iglesiano pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilizacin no est por inven-tar ni la ciudad nueva por edificar en las nubes. Ha existido y existe; es la civili-zacin cristiana, es la ciudad catlica. No se trata ms que de establecerla y res-taurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques,siempre renovados, de la utopa malsana, de la rebelda y de la impiedad: om-nia instaurare in Christo"2.

    Pero Po X comprendi que de nada valan estas condenaciones de los do-

    cumentos pblicos si la conduccin diaria de los asuntos de la Iglesia no estabaen manos de hombres verdaderamente de Dios. Por esto llam junto a s, paraque compartiera el gobierno de la Iglesia en la secretara de Estado, al CardenalMerry del Val. Pero no es esto todo. Un prelado romano, muy discutido y ata-cado, Mons. Benigni, fund con la aprobacin expresa de Po X el SodalitiumPianum, o Sapinire, en abreviatura S. P., para descubrir las infiltraciones mo-

    2Notre charge apostolique, del 25 de agosto de 1910.

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    dernistas y demoliberales dentro de la Iglesia y, con ello, mantener la pureza eintegridad de la verdad catlica en el plano del pensamiento y de la accin.

    Po X ha sido violentamente atacado por la firmeza de sus directivas espi-rituales. Y cuando, en razn de la santidad notoria de su vida, no se han atrevi-do a atacarlo a l directamente, lo han considerado "un santo cura de campaa"y se han ensaado, en cambio, con el Cardenal Merry del Val y con Mons. Be-nigni. Una de las objeciones, en apariencia ms slidas, que se ha levantado co-ntra la santidad del Pontfice en el proceso de su canonizacin, la han constitui-do precisamente las actividades del ilustre Cardenal y de Mons. Benigni.

    Pero, en vano, como lo manifest Po XII, en el discurso que pronunci el 3de junio de 1951 en la Plaza de San Pedro, en ocasin de la beatificacin delgran Pontfice. "Ahora, dijo entonces, que el examen ms minucioso ha descu-bierto a fondo todos los actos y las vicisitudes de su pontificado, ahora que seconocen las consecuencias de aquellas vicisitudes, ninguna duda, ninguna re-serva es ya posible, y se debe reconocer que, aun en los perodos ms difciles,ms speros, ms graves y de ms responsabilidad, Po X, asistido por la granalma de su fidelsimo secretario de Estado, el Cardenal Merry del Val, dioprueba de aquella iluminada prudencia que nunca falta en los santos, aunqueen sus aplicaciones se encuentre en contraste doloroso, pero inevitable, con losengaosos postulados de la prudencia humana y puramente terrestre"3.

    Pero hay todava ms. Po XII no se ha contentado con defender a Po X y asus ilustres colaboradores. Ha hecho el elogio positivo de sus cualidades extra-ordinarias. "Con su mirada de guila, ms perspicaz y ms segura que la cortavista de miopes razonadores, vea el mundo tal como era, vea la misin de la

    Iglesia en el mundo, vea con ojos de santo Pastor cul era su deber en el senode una sociedad descristianizada, de una cristiandad contaminada, o, al menos,acechada por los errores de la poca y por la perversin del siglo."

    "La mirada de guila" de Po X vio claro asimismo en el asunto de l'ActionFranaise y de Charles Maurras. Cierto que la incredulidad religiosa de Mau-rras, que haba perdido la fe en su juventud, ha alcanzado un grado de sacrlegaimpiedad y de blasfemia en obras como Anthinea y Le chemin de Paradis. Pero elprograma de accin poltica contra el demoliberalismo de la Revolucin, forjadopor Maurras, ofreca garantas para una firme restauracin social-poltica en lalnea catlica. Su Action Franaise era, en el plano poltico, una defensa de la

    Iglesia contra la Revolucin. A Camille Bellaigue, que peda una bendicin paraMaurras, le respondi Po X: "Nuestra bendicin! Pero todas nuestras bendi-ciones! Y decidle que es buen defensor de la Fe"4.

    Creemos conveniente recordar estos hechos para descubrir el significadocompleto de la canonizacin de Po X, en este ao de 1954. Los errores que l

    3Ecclesia de Madrid, 9 de junio de 1951.4HARY MITCHELL, Pie X et La France, Les Editions du Cdre, Paris 1954.

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    conden y anatematiz con energa desusada se encuentran hoy, para mal deFrancia y del mundo, en pleno apogeo. Laicismo de Estado, debilitamiento de ladoctrina catlica, infiltracin del marxismo. De modo particular estos erroreshan hecho presa de Francia y an de Italia. Los acontecimientos ltimos produ-cidos en el sector catlico de estos dos pases los ponen en evidencia.

    Pero, felizmente, estos errores al desarrollarse y mostrar sus perversas vir-tualidades han puesto en guardia a muchos hombres todava responsables yello ha de determinar que los pueblos busquen la solucin de sus problemas enel camino sealado por el gran Pontfice. Santidad de vida e integridad de doc-trina, recta concepcin del ordenamiento econmico-poltico de la ciudad, pru-dentes pero progresivas y efectivas reformas que eliminen las injusticias socia-les, son tres condiciones inseparables para restaurar la ciudad catlica. Desgra-ciadamente en nuestro tiempo se ha confundido, de manera inextricable, refor-ma de las injusticias con izquierdismo econmico-poltico y se ha querido bau-tizar esa confusin con un sentimentalismo evanglico, sucedneo de la cari-dad. El mrito excepcional de San Po X consiste precisamente en que, siendo lun luminar ardiente de autntica caridad, ha establecido las condiciones paraque, sin confusin, se adjudicasen las justas partes que se deben a la verdad y ala justicia.

    Finalmente, la canonizacin del Papa que conden el modernismo y eldemoliberalismo en el mismo ao en que su sucesor Po XII toma enrgicas me-didas contra el modernismo de telogos franceses y contra el socialismo de losprtres-ouvriers, es signo de feliz presagio para la noble nacin francesa. Losque amamos a Francia, a la Francia de San Luis y de Juana de Arco, creemosque han de encontrar cumplimiento las palabras que Po X pronunci en el

    Consistorio del 29 de noviembre de 1911.Dijo el Santo Pontfice: "Hijos de Francia que gems bajo la persecucin,

    sabedlo, el pueblo que ha hecho alianza con Clodoveo en las fuentes bautisma-les de Reims, se arrepentir y volver a su primera vocacin. Un da vendr, yNos esperamos que no sea lejano, en que Francia, como Saulo sobre el caminode Damasco, ser envuelta con una luz celeste y oir una voz que le repetir:Hija ma, por qu me persigues?. Y sobre su respuesta: quin eres t, se-or? la voz replicar: Yo soy Jess a quien t persigues... Duro te es dar cocescontra el aguijn, porque en tu obstinacin t te reniegas a ti misma. Ella, tem-blando, sorprendida, dir: Seor, qu queris que haga? y l: Levntate,

    lvate de las manchas que te han desfigurado, despierta en tu seno los senti-mientos dormidos y el pacto de nuestra alianza, y anda, Hija muy amada de laIglesia, Nacin predestinada, Vaso de eleccin, anda a llevar, como en el pasa-do, mi Nombre delante de los pueblos y de todos los reyes de la tierra".

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