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Documento de análisis del calentamiento global

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El sntoma se llama calentamiento climtico,

Material preparado para intervenir en Madrid,

Fac. de Geografia e Historia de la UCM, 24 de abril de 2014;

y en Torrelavega, CIMA, 8 de mayo de 2014;

y en la Fac. de Bellas Artes de la UCM, 18 de diciembre de 2014;y en la asignatura tica aplicada del Grado en Filosofa de la UAM, 18 de febrero de 2015.

Jorge Riechmann

El sntoma se llama calentamiento climtico,

pero la enfermedad se llama capitalismo

"Los cientficos creen que la velocidad del cambio climtico superar dentro de poco tiempo la capacidad de adaptacin de la naturaleza con respecto al clima terrestre. De hecho, el fenmeno puede compararse a los efectos de una guerra nuclear, en lo que atae a su capacidad para trastornar una amplia variedad de sistemas humanos y naturales, para dificultar las tareas de gestin econmica y para generar otros problemas diversos. Las obras de regado, las formas de repoblacin rural y la produccin de alimentos quedaran trgicamente desbaratadas como consecuencia de un rpido calentamiento."

Lester R. Brown, Christopher Flavin y Sandra Postel

Un alce hambriento en un supermercado

En abril de 2013, en la localidad de Smithers (Columbia Britnica), un alce famlico y gravemente infestado de garrapatas se adentr en la seccin de plantas y flores de un supermercado, probablemente buscando con desesperacin algo para comer. Lo abatieron.Los alces estn desapareciendo rpidamente en toda Norteamrica, y las explicaciones apuntan al calentamiento climtico. La epidemia de escarabajos de la corteza del pino, que prosperan en climas ms calurosos, est haciendo desaparecer grandes extensiones de los bosques boreales donde viven los alces. Los otoos ms prolongados, con menos nieve, han incrementado enormemente el nmero de garrapatas. stas atormentan a los alces hasta volverlos locos: se rascan continuamente, arrancndose grandes mechones de pelo... Cuando luego llueve en primavera, privados de su clido abrigo, padecen hipotermia.ste es el mundo que estamos creando los seres humanos (por eso hablamos de cambio climtico antropognico). Hay que achacar a nuestra propensin a la ilusin de control la desatinada creencia de que escaparemos a las consecuencias de los tremendos desequilibrios que estamos causando en la biosfera de la Tierra.Con la emisin masiva de dixido de carbono y otros gases, las sociedades industriales vienen modificando la composicin qumica de la atmsfera desde hace ms de siglo y medio. Desde finales de los aos cincuenta del siglo veinte nos hemos ido haciendo conscientes poco a poco de los tremendos riesgos asociados con este fenmeno: as, en 1957 los investigadores Roger Revelle y Hans Suess advertan que "en la actualidad los seres humanos estn desarrollando un experimento geofsico a gran escala, de un tipo que no poda haberse producido en el pasado, ni podr repetirse en el futuro. Estamos evaporando e incorporando al aire el petrleo, el carbn y el gas natural que se acumularon en la Tierra en los 500 millones de aos anteriores. Esto puede tener un profundo efecto sobre el clima."

Si no estabilizamos la atmsfera global --reduciendo nuestra dependencia de los combustibles fsiles y acelerando la adopcin de nuevas formas de produccin y consumo, especialmente nuevas opciones energticas y de transporte--, estarn en peligro numerosos ecosistemas de los que dependen las sociedades humanas, y se pueden presentar situaciones graves de adaptacin traumtica causantes de serios conflictos entre clases y naciones. En el peor de los casos, asistiremos al colapso de sociedades enteras quiz incluso a la extincin de la especie humana.En efecto, un calentamiento rpido y descontrolado del planeta sera algo tan grave para la humanidad que ha sido comparado con una guerra nuclear. As, el documento aprobado por ms de trescientos cientficos de cuarenta pases en la Conferencia de Toronto de junio de 1988 hace ms de un cuarto de siglo!-- afirmaba que "la humanidad est llevando a cabo un enorme experimento de dimensiones globales, cuyas ltimas consecuencias podran ser inferiores nicamente a las de una guerra nuclear generalizada" (e instaba a los pases industrializados a imponer un impuesto sobre los combustibles fsiles, con vistas a la creacin de un fondo para proteger la atmsfera y reducir de forma drstica las emisiones de dixido de carbono).

Estamos en la cuenta atrs

El asunto es, pues, de una gravedad extrema Vamos a otra noticia de prensa, para ir entrando poco a poco en materia. El pasado 8 de febrero de 2011, en el diario Pblico poda leerse un reportaje estremecedor acerca de cmo el deshielo del permafrost siberiano estaba liberando numerosos restos de mamuts animales extintos desde hace diez milenios--. En aquel remoto Far West (Far East ms bien), aventureros, exploradores y logreros desentierran los cuerpos preservados hasta hoy a bastantes grados bajo cero para aprovechar --sobre todo-- el marfil de los colmillos, cotizado a ms de mil euros el kilo (y demandado sobre todo en China).

Habr quien objete el adjetivo estremecedor: ya estamos haciendo alarmismo catastrofista, o catastrofismo alarmista, a costa del cambio climtico? A fin de cuentas, no les vendr bien a los siberianos un clima algo ms suave que el que padecen? Tales consideraciones evidencian la clase de miopa que contribuye a empujarnos al abismo hacia el que nos precipitamos: pues el permafrost congelado contiene ingentes cantidades de metano (que proviene de los depsitos submarinos formados antes de la ltima glaciacin) y el metano es un gas de efecto invernadero unas 25 veces ms potente que el dixido de carbono, por lo que su liberacin provocara un intenso efecto de realimentacin, acelerando el calentamiento hasta niveles espeluznantes. El comercio de marfil de mamut constituye un signo ominoso a comienzos del siglo XXI.La pinza de la doble crisis energtica que padecemos final de la era del petrleo barato, y desestabilizacin del clima del planeta est atenazando las posibilidades de vida humana decente sobre el planeta Tierra.

En lo que se refiere a asuntos como la hecatombe de biodiversidad, el calentamiento climtico, o el cnit del petrleo y del gas natural, estamos en la cuenta atrs. La oceangrafa Sylvia Earle ex cientfica jefe de la Administracin Nacional Ocenica y Atmosfrica de EEUU lo expresa con precisin: Es la primera vez que tenemos capacidad [cientfica] para entender los riesgos que sufre el planeta, pero tal vez la ltima para solucionarlo. Y los plazos de que disponemos, en relacin con estos problemas globales, son muy cortos.

Alerta, la Tierra se calienta

El clima de nuestro planeta es un fenmeno de una complejidad extrema, que slo en el ltimo tercio del siglo XX los investigadores e investigadoras comenzaron a comprender mejor. Con todo, algunas ideas pueden rastrearse hasta mucho tiempo antes.

NUESTRA COMPRENSIN DEL

EFECTO INVERNADERO: CRONOLOGA (1827-1985)

1827: El matemtico francs Jean Baptiste Fourier observa por vez primera que ciertos gases, en particular el dixido de carbono, retienen el calor de la atmsfera, y acua el trmino effet de serre (efecto de invernadero).

1860: El fsico ingls J. Tyndall relaciona los cambios climticos con las variaciones de la concentracin de dixido de carbono en la atmsfera, elaborando una primera "teora del dixido de carbono".

1896: El fsico y farmaclogo sueco Svante Arrhenius (premio Nobel en 1903) realiza los primeros clculos acerca de los posibles efectos que la exorbitante produccin de dixido de carbono por parte del ser humano, desde los comienzos de la Revolucin Industrial, podra tener sobre el clima del planeta. Estima que duplicando la concentracin de dixido de carbono la temperatura aumentara 5 6 grados centgrados (lo cual se acerca notablemente a las predicciones actuales de los cientficos, a pesar de todas las variables que con posterioridad se introdujeron en el clculo).

1938: El meteorlogo britnico G.S. Callender muestra que las temperaturas medias se haban incrementado en el medio siglo 1880-1930, achacando dicho aumento a las concentraciones crecientes de dixido de carbono.

1957: Roger Revelle y Hans Suess, dos oceangrafos de la Scripps Institution of Oceanography de California, lanzan otra voz de alarma: contra lo que se supona hasta entonces, la capa superior de los ocanos absorba muy poco del exceso de dixido de carbono producido por actividades humanas.

1959: Comienzan las mediciones sistemticas del dixido de carbono atmosfrico en el observatorio de Mauna Kea, en Hawaii.

1965: En EEUU, la Casa Blanca encarga por vez primera un estudio sobre si el consumo de combustibles fsiles poda relacionarse con los crecientes niveles de dixido de carbono atmosfrico.

1970: El informe sobre medio ambiente del secretario general de las Naciones Unidas se refiere al potencial efecto catastrfico del calentamiento de la atmsfera.

1971: Primer encuentro internacional de cientficos para discutir sobre el cambio climtico, en Suecia.

1975: La Organizacin Mundial de Meteorologa patrocina un simposio cientfico sobre Fluctuaciones del clima a largo plazo en Norwich, Inglaterra. Este mismo ao, la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. publica su informe titulado Understanding Climate Change: A Programme for Action.1979: Se celebra en Ginebra la I Conferencia Mundial sobre el Clima, que pone en marcha el Programa Mundial del Clima. Se constata la creciente proporcin de dixido de carbono en la atmsfera, atribuible a la quema de combustibles fsiles y la desforestacin.

1982: La Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. calcula que doblar la concentracin de dixido de carbono en la atmsfera hara aumentar las temperaturas medias entre 15 y 45 grados centgrados.

1985: Tiene lugar el congreso de Villach (Austria) sobre el impacto de los gases de invernadero en las variaciones climticas, organizado conjuntamente por el PNUMA, la Organizacin Mundial de Meteorologa y la ICSU (Consejo Internacional de Asociaciones Cientficas). La Declaracin de Villach alerta sobre un posible --y desastroso-- cambio climtico a consecuencia de emisiones gaseosas causadas por los seres humanos.

El dixido de carbono, un subproducto de la combustin de los compuestos del carbono (como los combustibles fsiles --carbn, gas natural, petrleo-- o la biomasa), retiene en la atmsfera la radiacin infrarroja que de otro modo sera reflejada hacia el espacio exterior, de manera semejante al cristal de un invernadero. De ah el nombre de "efecto de invernadero" para designar el calentamiento de la atmsfera producido por este fenmeno (que tambin causan otros gases como el metano). El efecto de invernadero natural, anterior a la Revolucin Industrial, resulta benfico para la vida, puesto que sin l la temperatura media del planeta sera 33 grados centgrados ms baja que en la actualidad: a dieciocho bajo cero en promedio, nuestro planeta no sera un lugar muy agradable para vivir. Antes de la Revolucin Industrial, la atmsfera terrestre contena 280 ppm (partes por milln) de dixido de carbono (el 0'028%), y ste era el nivel ms alto que se haba registrado en los ltimos 160.000 aos. Ahora estamos ya ms all de las 400 ppm (y el lmite de seguridad se hallara en las 350 ppm).El fsico y farmaclogo sueco Svante Arrhenius, midiendo la radiacin infrarroja de la luna llena, calcul a finales del siglo XIX que la temperatura media del planeta se elevara en unos cinco grados centgrados si la concentracin de dixido de carbono en el aire llegaba al doble de los niveles preindustriales. Pero la advertencia del fsico sueco fue echada en el olvido durante decenios por todo el mundo excepto por unos pocos cientficos; a partir de finales de los cincuenta, sin embargo, la inquietud de los cientficos creci en paralelo a sus intensificadas investigaciones (vase el cuadro de arriba).El lema propuesto por la ONU para el Da Mundial del Medio Ambiente de 1989 fue "Alerta mundial, la Tierra se calienta". En los aos ochenta, gracias a las numerosas e intensas investigaciones emprendidas, se haba averiguado que otros gases adems del dixido de carbono contribuyen al "efecto invernadero": el metano, los clorofluorcarbonados, los xidos de nitrgeno, el ozono cercano a la tierra, el vapor de agua. Y a lo largo de toda esta dcada, una viva controversia cientfico-poltica discuti la realidad de peligro, sus posibles consecuencias y las vas de accin para escapar a las peores de ellas.En 1988 dos organismos de NN.UU., la OMM (Organizacin Meteorolgica Mundial) y el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente), estaban tan preocupados por las posibilidades de cambio climtico que fundaron el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climtico (IPCC por sus siglas en ingls). Desde finales de los aos ochenta del siglo XX existe un consenso prcticamente generalizado entre la comunidad cientfica segn el cual el calentamiento progresivo del planeta a causa del "efecto invernadero" es ya inevitable, aunque podra mitigarse si se tomaran rpida y eficazmente mente las medidas adecuadas. (El matiz prcticamente generalizado se refiere a que hasta comienzos del siglo XXI han persistido unas pocas voces discrepantes, en general de investigadores negacionistas financiados por el poderoso lobby de las industrias del petrleo, carbn y automvil, que gastaron muchos cientos de millones de dlares para intentar impedir que se acte con el objetivo de estabilizar la atmsfera.) En 1992, en Ro de Janeiro, la comunidad internacional aprob la Convencin de NN.UU. sobre Cambio Climtico: al menos desde esa fecha, seguir negando el problema es imposible.GASES CAUSANTES DEL "EFECTO INVERNADERO"

Se estima que el "efecto de invernadero" est originado:

en un 5% por xidos de nitrgeno (provenientes de la combustin del carbn y la biomasa, del trfico automovilstico y de la fertilizacin de la tierra por abonos nitrogenados);

en un 20% por metano (proveniente de las plantaciones de arroz, los intestinos del ganado, la putrefaccin de las basuras y las fugas de gas natural a la atmsfera);

en un 10% por clorofluorcarbonados (CFCs) y sus sustitutos, como los HCFCs (empleados como propelentes, refrigerantes, disolventes, etc., y responsables tambin de la degradacin de la capa de ozono estratosfrico que nos protege de la radiacin ultravioleta);

en un 65% por dixido de carbono (procedente de la combustin de carbn, petrleo, gas natural y biomasa).

Fuente: European Environment Agency: Climate Change in the European Union. EEA, Copenhagen 1996, basado en los datos oficiales del IPCCPor favor, un poco de seriedad

La investigadora mexicana Amparo Martnez Arroyo (del Centro de Ciencias de la Atmsfera de la UNAM) indica: No es que creamos o no en el cambio climtico: es algo que est sucediendo y lo sabemos. El cambio climtico, anlogamente a la gravitacin universal o la evolucin biolgica, no es un asunto de opinin

No son serias las posiciones negacionistas del cambio climtico antropognico (importante adjetivo que significa: causado por el ser humano). Prcticamente no hay cientficos solventes que las respalden: se trata de espesas cortinas de humo cuyo origen puede rastrearse hasta intereses econmicos muy concretos, por lo general las transnacionales del petrleo y los automviles. Pero, por los peculiares mecanismos de la sociedad meditica, esas posiciones ecoescpticas que no hallan el menor acomodo en las revistas cientficas serias (con sus rigurosos mecanismos de control de calidad) van esponjndose en los semanarios para el gran pblico y los libros de divulgacin, y llegan a su apoteosis en los talk-shows televisivos: ah aparecen no pocas veces una persona a favor y otra en contra, como si los argumentos que hay detrs fuesen equivalentes.

Los negacionistas se apoyan en las caractersticas de los perodos interglaciares que la Tierra ha conocido en el pasado para cuestionar el papel causal del dixido de carbono (y los dems gases de efecto invernadero) en el calentamiento actual. Pero la cadena de causalidad es diferente. En los perodos interglaciares (recordemos que la ltima glaciacin acab hace unos 20.000 aos) (1) una mayor insolacin resultante natural de cambios peridicos en la posicin de la Tierra respecto al Sol, en su trayectoria elptica-- provoc una elevacin de temperaturas que se tradujo despus de cierto tiempo en (2) un alza de la concentracin de carbono atmosfrico (el agua fra de los ocanos disuelve ms dixido de carbono que el agua ms caliente) lo cual a su vez condujo a (3) un incremento del efecto invernadero natural y un calentamiento climtico. El fenmeno actual no sigue esta pauta causal: es el aumento de carbono atmosfrico (resultante sobre todo de la quema de combustibles fsiles, y en menor medida de los cambios de usos del suelo como la desforestacin) lo que se halla en el origen. Segn los astrofsicos, las variaciones de la insolacin y de la actividad solar apenas explican entre el 5 y el 10% del calentamiento actual: el resto deriva directamente del efecto invernadero causado por el incremento de la concentracin atmosfrica de carbono. Simplificando, podra decirse que, en el pasado remoto, el cambio climtico provocaba un aumento del efecto invernadero; hoy es el aumento del efecto invernadero lo que comporta directamente un cambio o, con mayor precisin, un vuelco climtico.

Un debate mucho ms acotado pero el problema no cesa de agravarseHasta 1995 an se discuta sobre los ritmos del proceso y sobre si la fase de calentamiento ms rpido ya se haba iniciado o no. Un momento decisivo lleg en 1995: a finales de este ao, los cientficos del IPCC (Comisin Intergubernamental sobre el Cambio Climtico), reunidos en Nueva York en septiembre, en Madrid en noviembre y en Roma en diciembre, dieron finalmente por cierto el comienzo del calentamiento inducido por la actividad humana. Hay que subrayar que el IPCC es una institucin intergubernamental, muy sometida por consiguiente a todo tipo de presiones moderadoras y poco dada al aventurerismo intelectual. No est exagerando el problema del calentamiento climtico, sino ms bien infraestimndolo sistemticamente.

El tercero y el cuarto informes de evaluacin del IPCC este ltimo hecho pblico en 2007-2008 no hicieron sino robustecer la evidencia disponible. El quinto informe de evaluacin se ha hecho pblico en 2014.HACIA EL PROTOCOLO DE KYOTO:

CRONOLOGA DE UN DECENIO (1988-1997)

1988: Se crea la Comisin Intergubernamental sobre el Cambio Climtico (IPCC, Intergovernmental Panel on Climate Change), compuesta por los cientficos ms importantes del mundo en este mbito. El IPCC se rene por vez primera en noviembre en Ginebra.

En junio de este ao se celebra en Toronto el congreso internacional The Changing Atmosphere: Implications for Global Security. Se pide para el 2005 un 20% de reduccin de las emisiones de DIXIDO DE CARBONO sobre los niveles de 1988, con el objetivo final de una reduccin del 50% (esto pasa a conocerse posteriormente como los objetivos de Toronto).

En julio de este ao James Hansen, cientfico de la NASA y uno de los mayores investigadores mundiales de los cambios climticos, asegura ante el Comit de Energa del Senado de los EEUU --en una declaracin que tiene una gran repercusin pblica-- que puede afirmarse con un 99% de probabilidad que el calentamiento progresivo del planeta en los aos ochenta se deba al "efecto invernadero".

En septiembre de este ao se rene el Foro del Pacfico Sur: se predice que, en caso de tornarse realidad el calentamiento global, las naciones miembros de este Foro produciran medio milln de refugiados por razones ambientales. Como consecuencia de esta reunin se crea la Alianza de los Pequeos Estados Isleos (AOSIS, Alliance of Small Islands States), cuyos miembros tienen muchsimo que perder en un mundo de efecto invernadero con la subida del nivel del mar.

1990: en noviembre, II Conferencia mundial del Clima en Ginebra. La AOSIS y la Red de Accin del Clima (coordinacin europea de las principales organizaciones ecologistas) peda una reduccin de las emisiones de al menos un 20% respecto a los niveles de 1988 antes del ao 2005, siguiendo las recomendaciones de la anterior conferencia de Toronto. Pero la Conferencia del Clima en Ginebra concluye sin compromisos polticos para reducir las emisiones, resultado en el que EEUU tuvo un papel determinante.

Este ao se publica el primer informe completo del IPCC (Climate Change: The IPCC Scientific Assessment, Cambridge University Press).

1992: en mayo se celebra la Cumbre de la Tierra de Ro de Janeiro (oficialmente: Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo), a la que acuden 178 pases. EEUU --presionado por el lobby de las industrias del petrleo, carbn y automovilstica-- se emplea a fondo y con xito para evitar que el Tratado sobre el Cambio Climtico incluya compromisos concretos. Finalmente se firma el Convenio Marco de las NN.UU. sobre Cambio Climtico, adoptando el compromiso de estabilizar las concentraciones atmosfricas de gases de invernadero a un nivel que evite una interferencia humana peligrosa con el sistema climtico (artculo 2). Los pases ms industrializados adquieren un compromiso voluntario: estabilizar en el 2000 las emisiones en los niveles de 1990. (Compromiso incumplido: en el 2000 EEUU va a emitir un 12% ms de gases de efecto invernadero que en 1990, Japn un 10% ms, y slo la Unin Europea, a trancas y barrancas, puede ser capaz de estabilizar sus emisiones.)

1994: El 21 de marzo entra en vigor el Tratado (o Convenio) de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climtico que 155 estados haban firmado dos aos antes en la Cumbre da Tierra en Ro, tras ser ratificado por ms de 50 de tales pases. Estos pases se haban comprometido en mantener en el 2000 sus emisiones de dixido de carbono al nivel de 1990. Por desgracia, no se van dando los pasos necesarios para cumplir ese compromiso, ya de por s insuficiente para estabilizar el clima del planeta. Espaa, segn las previsiones del Plan Energtico Nacional 1990-2000, se reserva el derecho de aumentar las suyas nada menos que un 25%. (Le ser reconocido un 15% tras la firma del protocolo de Kioto).1995: Cumbre de Berln en abril (oficialmente: la Primera Conferencia de las Partes sobre el Tratado del Cambio Climtico). Hay que constatar la misma respuesta de los gobiernos: ausencia de respuestas. Los pequeos estados isleos ms amenazados por la subida de las aguas marinas (organizados en la AOSIS), y los movimientos ecologistas en todo el mundo, siguen exigiendo reducciones del 20% de las emisiones de DIXIDO DE CARBONO para el ao 2005 y del 60% para el ao 2030 (con respecto a los niveles de 1990), segn los objetivos de Toronto que gozan del respaldo de los cientficos de IPCC. El Parlamento Europeo aprueba en primavera una resolucin sumndose a este objetivo (20% de reduccin respecto a los niveles de 1990 en 2005).

En diciembre se hace pblico el segundo informe completo del IPCC (en tres volmenes que aparecen en 1996 en Cambridge University Press). Lo ms importante: se afirma por primera vez que, con certeza, ya ha comenzado el calentamiento global causado por la actividad humana.

1996: Cumbre de Ginebra en julio (Segunda Conferencia de las Partes sobre el Tratado del Cambio Climtico). Tampoco se consigue avanzar en la definicin de un calendario de reduccin de emisiones, que se aplaza de nuevo hasta la siguiente cumbre.1997: cumbre de Kyoto en diciembre (3 Conferencia de las Partes). Se consigue firmar un protocolo en el que 39 pases industrializados acuerdan reducir las emisiones de los principales gases de efecto invernadero: dixido de carbono, xido nitroso, metano, hidrofluorocarbonos, perfluorocar-bonos y hexafluoruro de azufre. Los compromisos de reduccin (para los aos 2008-2012, respecto a los niveles de 1990) son del 8% para la Unin Europea, el 7% para EE.UU. y el 6% para Japn. En total, una reduccin promedio del 52% para los pases industrializados. Esto es muy insuficiente: queda lejos de los ms razonables objetivos de Toronto (20% de reduccin en el 2005). Sin embargo, tambin puede valorarse entonces que se trata de un primer paso esperanzador.

El acuerdo intergubernamental contenido en el Protocolo de Kyoto que se firm en 1997, adems de no haberse cumplido en los aos que siguieron, resultaba del todo insuficiente El nuevo acuerdo debera adoptarse en la cumbre del clima de Pars en diciembre de 2015, para entrar en vigor a partir de 2020. Pero hoy por hoy las perspectivas polticas de que se alcance un acuerdo adecuado son mnimas.

Las seales del calentamiento se multiplican

Las seales del calentamiento se multiplican en el siglo XXI. Desde 1894, en poco ms de un siglo, los glaciares pirenaicos han perdido el 85% de su masa helada, nos dicen los expertos en la criosfera (la capa de hielo y nieve que recubre parte de nuestro planeta). En otras cadenas montaosas la evolucin es anloga.

En una iniciativa sin precedentes, el 7 de diciembre de 2009 --en la antesala de la fallida Cumbre de Copenhague-- 56 diarios de 45 pases publicaban un editorial conjunto del que vale la pena extraer algunos pasos: Si no nos unimos para emprender acciones decisivas, el cambio climtico causar estragos en nuestro planeta y, con l, en nuestra prosperidad y nuestra seguridad. Los peligros son evidentes desde hace una generacin. Ahora, los hechos han empezado a hablar por s solos: 11 de los ltimos 14 aos han sido los ms calientes que se registran, el casquete polar del rtico est derritindose y la increble subida de los precios del petrleo y los alimentos el ao pasado nos ofrece un anticipo del caos que se avecina. En las publicaciones cientficas, la cuestin ya no es si la culpa es de los seres humanos, sino cunto tiempo nos queda para limitar los daos. Y, sin embargo, hasta ahora, la respuesta del mundo ha sido dbil y desganada.

En 2007, el hielo del Ocano Glacial rtico se redujo a un nivel no visto durante siglos. Ese mismo ao, el climatlogo de la NASA James Hansen, que no ha dejado de hacer sonar la alarma con respecto al clima desde la dcada de 1980, anunci que para eludir las consecuencias ms devastadoras, necesitamos mantener el dixido de carbono en la atmsfera a un nivel de 350 partes por milln (ppm). Pero por entonces ya habamos superado 380, y la cifra se elevaba. (Desde entonces ha llegado a 400 ppm).

Es as de grave: un incremento de 5 6 C sobre las temperaturas promedio de la Tierra (con respecto a los comienzos de la industrializacin), incremento hacia el que vamos encaminados si no descarbonizamos nuestras economas rpidamente y a gran escala, nos retrotraera a una biosfera inhspita, probablemente similar a lo que los paleontlogos designan con la grfica expresin de infierno del Eoceno. En un mundo as, cientos de millones de seres humanos pereceran antes de finales del siglo XXI, y cabe suponer que la vida de los supervivientes no tendra mucho de envidiable.

Se trata de una amenaza existencial. Y es de tal calibre que incluso la expresin calentamiento climtico es eufemstica: habra que hablar ms bien de vuelco climtico, como sugiere Daniel Tanuro, pues en menos de un siglo el clima de la Tierra podra modificarse tanto como a lo largo de los veinte milenios precedentes, y de una forma que la humanidad nunca ha conocido.Las emisiones estn aumentando cada vez ms rpido

Entre 1990 ao de referencia para las negociaciones internacionales y 2010, es decir, durante dos decenios de lucha contra el calentamiento global, las emisiones mundiales de dixido de carbono aumentaron el 49%. (Entre 1970 y 1990 las emisiones haban aumentado casi en el mismo porcentaje, un 45%.)

ACELERACIN DE LAS EMISIONES

Los datos del Global Carbon Project para 2007 revelaban que el aumento de las emisiones antropognicas se est produciendo cuatro veces ms deprisa desde el ao 2000 que en la dcada anterior.

La aceleracin tanto de las emisiones de dixido de carbono como de su acumulacin en la atmsfera no tiene precedentes. Tan es as que el crecimiento de las emisiones en el periodo 2000-2007 es peor que el escenario ms desarrollista (basado en la quema de combustibles fsiles) planteado por los cientficos del IPCC.De seguir este ritmo, la concentracin de dixido de carbono podran alcanzar las 450 partes por milln (previsiblemente ligado a ms de 2C de aumento de la temperatura promedio) en 2030 en vez de en 2040 (como apuntaban hasta hace poco las previsiones).El mundo est en la trayectoria de los seis grados de aumento [a finales del siglo XXI], deca el economista jefe de la AIE, Fatih Birol, en 2011.

La tasa de crecimiento de las emisiones de dixido de carbono, que en los aos sesenta del siglo XX aada anualmente a la atmsfera 07 ppm, se triplic en los primeros aos del siglo XXI hasta 21 ppm cada ao y tiende ahora hacia el rcord de 28 ppm cada ao.

Y aunque en 2008-2009 la crisis econmica ralentiz este crecimiento de las emisiones, el alivio dur poco: ya en 2010, segn los datos oficiales de la AIE (Agencia Internacional de la Energa), las emisiones de dixido de carbono crecieron ms de un 5% respecto a 2009, retomando la senda de incremento de los aos anteriores a 2008. En Espaa, tras una importante cada de las emisiones a partir de 2007 causada por la crisis econmica, stas subieron en 2011 por unas ayudas gubernamentales al carbn que prcticamente duplicaron el uso de este combustible fsil (el ms contaminante de todos).

En septiembre de 2013 el IPCC constataba: Las emisiones acumuladas de dixido de carbono determinan ampliamente el calentamiento medio global en superficie a finales del siglo XXI y con posterioridad a esa fecha. La mayor parte de los aspectos del cambio climtico persistirn durante muchos siglos incluso aunque las emisiones de dixido de carbono sean detenidas por completo. Este hecho representa un cambio climtico ya comprometido por varios siglos y creado por las emisiones pasadas, presentes y futuras de dixido de carbono.

El informe del Grupo III del IPCC (hecho pblico el 13 de abril de 2014 en Berln), dentro del Quinto Informe de Evaluacin de este organismo internacional, acota los incrementos de temperatura esperables a finales del siglo XXI entre 25 y 78 C (respecto a las temperaturas preindustriales, ya se sabe), con los valores ms probables entre 37 y 48 C (con una probabilidad del 95%, precisan los cientficos). Esto tiene una traduccin sencilla: vamos a un genocidio preprogramado (aunque previsible y evitable). El cuerpo humano puede adaptarse a un aumento de 4 6 C en la temperatura promedio del planeta, pero los cultivos y los agrosistemas que utilizamos para la produccin de alimentos no pueden.En particular, todo lo que est sucediendo en el rtico, en el ltimo decenio, apunta hacia un calentamiento climtico no lineal, abrupto, descontrolado y catastrfico.En noviembre de 2012, la consultora y empresa de asesoramiento financiero PricewaterhouseCoopers, la mayor de las llamadas Big Four (Cuatro Grandes), public un informe donde se llegaba a la conclusin de que ya era demasiado tarde para mantener el aumento futuro de las temperaturas medias globales por debajo de la lnea de seguridad de dos grados centgrados (con respecto a las temperaturas preindustriales). Ha llegado el momento de prepararse para un mundo ms caliente, se afirma en el informe. Para los poderes capitalistas, el cambio climtico est ya siendo reformulado como oportunidad de negocio.

(In) justicia climtica

En el perodo 1950-2000, el consumo mundial de energa primaria se multiplic por cinco, posibilitando que durante el mismo perodo el PIB mundial se multiplicase por siete, la poblacin humana por algo ms de dos y las emisiones de dixido de carbono (el principal gas de efecto invernadero) casi por cinco. Nada extrao, teniendo en cuenta que los combustibles fsiles han constituido y siguen constituyendo la base energtica de la civilizacin industrial: el carbn en el siglo XIX, el petrleo en el XX. A comienzos del siglo XXI proporcionan el 80% aproximadamente de la energa primaria mundial.

Es un hecho que los impactos del cambio climtico recaen de forma desproporcionada sobre los pases ms pobres y las poblaciones ms desfavorecidas... con la trgica paradoja de que son estos, adems, los que menos responsabilidad tienen en la creacin del problema. En efecto, el crecimiento econmico del siglo XX ha beneficiado a la quinta parte de la poblacin mundial que reside en los pases industrializados, de forma que estos pases acaparaban en el ao 2000 cerca del 80% del PIB mundial, mientras que el resto de los habitantes del planeta apenas haban incrementado su consumo energtico y PIB per cpita.

Segn datos de la Agencia Internacional de la Energa, este 80% ms pobre de la poblacin mundial tan slo es responsable del 42% de las emisiones globales de dixido de carbono (relacionadas con la energa) acumuladas desde 1890 hasta 2010. Otro clculo del World Resources Institute con sede en Washington DC indica que, entre 1850 y 2005, el mundo desarrollado emiti el 76% del dixido de carbono, y el mundo en vas de desarrollo apenas el 24%. En definitiva: todo indica que, en lo que a emisiones histricas de gases de efecto invernadero se refiere, se cumple tambin de forma aproximada la ominosa regla 20/ 80 (el 20% de los privilegiados, en este caso, sera responsable del 80% de las emisiones dainas, grosso modo). Y en 2007 las emisiones per cpita de las naciones industrializadas cuadruplicaban en promedio a la del resto de pases del mundo. Por ejemplo, EEUU emita 19 toneladas por habitante y ao; Espaa 77, y China 46 (una parte sustancial de las cuales habra que asignar en realidad a los pases ms ricos que acaban consumiendo sus manufacturas!).

UNA DOBLE REFLEXINLa crisis ecolgica se entremezcla con la social, suscitando una doble reflexin. La primera tiene que ver con el hecho de que ante las mismas amenazas, las vulnerabilidades sean diferentes; la segunda se relaciona con lo que se conoce como el principio de responsabilidad comn, pero diferenciada.

Lo primero revela que ante una amenaza vinculada al clima los factores determinantes de la vulnerabilidad de las personas no son de carcter natural, sino social. Lo que explica por qu impactos climticos similares producen resultados tan diferentes no es tanto la aleatoriedad siempre presente en cualquier acontecimiento climtico como las condiciones sociales en que vive una poblacin, en concreto el grado de pobreza, de desigualdad y el tipo de cobertura que ofrecen las redes de seguridad, fundamentalmente de carcter pblico. En los llamados desastres naturales las cartas estn marcadas en contra de los pobres, por varias razones: en primer lugar, porque su grado de exposicin a una amenaza es mayor (al vivir en edificaciones precarias, en suburbios situados en laderas frgiles o en tierras que quedan expuestas a inundaciones); en segundo lugar, disponen de menos recursos para manejar los riesgos y proveerse de mecanismos de aseguramiento; y, finalmente, porque el 75% de los pobres del mundo viven en reas rurales y sus medios de vida dependen en gran medida de lo que acontezca con el clima.

A su vez, el principio de responsabilidad comn, pero diferenciada seala dos asuntos importantes. Por un lado, apunta a la actividad humana como la causante del cambio climtico al alterar los ciclos bsicos que regulan el funcionamiento de la naturaleza y provocar un continuo deterioro ecolgico. En consecuencia, el clima ha dejado de ser una realidad independiente de nuestro comportamiento y, en esa medida, los humanos somos responsables de la evolucin de ciertos acontecimientos que hasta hace poco resultaban ajenos a nuestra accin.

Por otro lado, la segunda parte del principio seala que no todos los pases y poblaciones han contribuido de la misma manera a la creacin del problema. Un ciudadano africano genera apenas 0,3 toneladas de gases de efecto invernadero en un ao frente a las 20 toneladas por persona y ao que emite la economa de los EE UU.

La puesta en relacin de ambas sentencias mismas amenazas, vulnerabilidades desiguales y responsabilidad comn, pero diferenciada permite percibir la existencia de una relacin inversa entre la responsabilidad por el calentamiento global y la vulnerabilidad ante sus efectos. Este corolario, a su vez, pone de manifiesto las implicaciones distributivas que afloran en el combate contra el cambio climtico y las dificultades para coordinar una accin colectiva de respuesta a este desafo.

Santiago lvarez Cantalapiedra, La civilizacin capitalista en la encrucijada, en el libro coordinado por l mismo: Convivir para perdurar Conflictos ecosociales y sabiduras ecolgicas, Icaria, Barcelona 2011, p. 26-27. En los ltimos cien aos, la temperatura media del planeta se ha elevado en 07 grados, a lo cual ha correspondido una elevacin de 15 cm. del nivel del mar en promedio. Pases ricos y amenazados como Holanda no han esperado para actuar: en mayo de 1997 se culmin la construccin de una ciclpea obra de ingeniera, una gran compuerta de 15.000 toneladas de acero que permite cerrar buena parte de la desembocadura del Rin para impedir la entrada de agua de mar en situaciones crticas. Los ingenieros la disearon previendo que cada seis o siete aos, en la primera mitad del siglo XXI, se alcanzarn tales situaciones crticas a causa del calentamiento climtico: subidas de ms de tres metros por encima de los niveles del mar, que harn que las compuertas se cierren automticamente. Es evidente que Holanda puede permitirse una solucin high-tech, pero Bangladesh --que ser inundada a causa de las emisiones de Holanda y otros pases altamente industrializados-- no puede hacerlo.

La principal medida de adaptacin es disminuir la brecha entre pobres y ricos. Lo deca el profesor Benjamn Martnez Lpez (del Centro de Ciencias de la Atmsfera de la UNAM) pensando en Mxico (en el pas del hombre ms rico del mundo, Carlos Slim, la quinta parte de la poblacin padece hambre): pero lo mismo es cierto cuando hablamos del mundo en su conjunto. Disminuir la vulnerabilidad de nuestras sociedades y aumentar su resiliencia exige de manera muy destacada avanzar hacia sociedades ms igualitarias.

Somos interdependientes y ecodependientes, cierto; vivimos en un solo mundo, cierto Only one Earth fue el lema de la primera de las cumbres de NN.UU. sobre medio ambiente y desarrollo, la de Estocolmo, en 1972--; las responsabilidades en cuanto a proteccin del clima son comunes, cierto comunes pero diferenciadas. Una expresin como justicia climtica recoge sobriamente esta exigencia. El reconocimiento del calentamiento global como un problema atribuido directa o indirectamente a la actividad humana, y que se suma a la variabilidad natural del clima, lo convierte en un dao producido, no en un mal externo a la actividad del hombre. Es entonces cuando surgen las preguntas sobre la responsabilidad y la justicia, dado que ese dao no es producido por todos en la misma medida, afecta a otros seres ahora y en el futuro, y se forja a partir de un bien comn como es la capacidad de la Tierra de absorber emisiones de gases de invernadero.

Responsabilidades concentradas

Una investigacin reciente muestra que la gran mayora de las emisiones histricas de dixido de carbono fue causada por slo noventa grandes empresas, privadas y pblicas entre ellas transnacionales tan conocidas como Chevron, Exxon o BP--, en el sector de los combustibles fsiles y la produccin de cemento. Se trata, en concreto, de 50 empresas privadas, 31 empresas pblicas y nueve Estados-nacin. El autor seal que aunque "hay miles de productores de petrleo, gas y de carbn en el mundo; pero si lo reducimos a quienes toman las grandes decisiones, los directores generales de las empresas, o los ministros del carbn y el petrleo de un puado de pases, todos ellos podran caber en un autobs Greyhound o dos".

En concreto, estas noventa entidades grandes del carbono, entre 1751 y 2010, lanzaron a la atmsfera el 63% de las emisiones totales 914 gigatoneladas de equivalente de dixido de carbono (correspondientes a las emisiones de metano y el propio dixido de carbono). El anlisis de Heede muestra que, entre 1854 y 2010, las emisiones de 315 Gt de CO 2 correspondieron a las entidades propiedad de inversores, 288 Gt de CO 2 a las empresas de propiedad estatal, y 312 Gt de CO 2 a los nueve Estados-nacin. De estas emisiones histricas acumuladas, la mitad se han lanzado a la atmsfera desde 1986: slo en el ltimo cuarto de siglo! Es decir, en un perodo en que los gobiernos y las empresas ya saban que las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero, muchas de ellas debidas a la quema de carbn, gas natural y petrleo, estaban causando un peligroso cambio climtico. Por lo dems, estos mismos noventa grandes del carbono poseen las reservas restantes de combustibles fsiles que, si son extradas y quemadas, intensificarn el cambio climtico antropognico hasta producir un verdadero colapso.

Hemos creado un problema existencial. Rehusamos obstinadamente hacerle frente. Hacemos todo lo posible por diferir la respuesta. Imponemos cargas a los dems. Confundimos conceptos, insistiendo en soluciones incrementales. Qu tipo de gente hara algo as?

Pero cmo unos grados ms de temperatura pueden causar tales desastres?

Si, leyendo un libro en el saln de nuestra casa o en la alcoba, alguien nos subiera el termostato 08 C ms o menos el calentamiento promedio durante el siglo ltimo--, probablemente ni lo notaramos. Pero entonces por qu parece que el mundo se est encaminando hacia una catstrofe por este calentamiento? El problema no es tanto el calentamiento moderado, gradual y lineal-- que ya se ha producido, sino las consecuencias que se prevn para los decenios por venir. El clima, se ha dicho a veces, es como un superpetrolero: no se puede maniobrar fcilmente. Aunque hoy redujramos drsticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, el calentamiento continuara con toda probabilidad durante siglos e incluso milenios, debido a la inercia de los sistemas naturales (anclada, por ejemplo, en la capacidad de los ocanos de retener el calor ). Los sistemas naturales no son lineales: suelen sufrir cambios bruscos imprevisibles. Puede haber un momento () a partir del cual los gases de efecto invernadero empiecen a generar efectos incontrolables e irreversibles. El problema es que cientficamente no podemos determina ese punto pero nos vamos acercando

Nuestra mayor inquietud es que los cambios dejen de ser lentos y graduales para convertirse en rpidos, descontrolados, no lineales y abruptos, una vez sobrepasado uno o varios tipping points (puntos de inflexin, o ms bien de vuelco) que desencadenen potentes realimentaciones positivas del calentamiento. La fusin del hielo y la nieve reduce la cantidad de luz solar reflejada (las superficies oscuras absorben ms calor). La mayor presencia de vapor de agua en la atmsfera aumenta la cantidad de calor atrapado (es decir, el mismo vapor de agua es un gas de efecto de invernadero). El derretimiento del permafrost de la tundra, y el calentamiento del mar en las latitudes boreales, hace que se libere metano, un potentsimo gas de efecto invernadero. Y la creciente desforestacin y desertizacin reduce la cantidad de vegetacin capaz de fijar dixido de carbono.Insistamos en la no linealidad

Un fenmeno de crucial importancia aqu, no nos cansaremos de repetirlo, es la no linealidad de muchos fenmenos naturales y sociales y en particular la no linealidad del sistema climtico. No linealidad quiere decir que puede haber cambios bruscos desde un estado a otro muy diferente, cuando se sobrepasan ciertos umbrales. No se tratara para entendernos de lo anlogo a una ruedecita que regula por ejemplo el volumen de sonido de un aparato, sino del equivalente a un interruptor con dos posiciones: ON/ OFF.En septiembre de 2008, el buque cientfico ruso Jacob Smirnitsyi inform de que millones de toneladas de metano estn escapando a la atmsfera desde los fondos marinos del rtico. Si se confirma esta tendencia, querra decir que se estn fundiendo las capas de permafrost que impedan escapar el metano de los depsitos submarinos formados antes de la ltima glaciacin. El metano ya lo mencionamos antes-- es un gas de efecto invernadero unas 25 veces ms potente que el dixido de carbono, por lo que su liberacin provocara un intenso efecto de retroalimentacin, acelerando el calentamiento.

Los cientficos han identificado numerosos bucles de realimentacin positiva susceptibles de acelerar el calentamiento (la liberacin del metano slo es uno de ellos). Superado cierto umbral, el calentamiento gradual podra disparar varios de estos mecanismos, lo que conducira a un cambio rpido, incontrolable y seguramente catastrfico. Tenemos todas las razones para temer estarnos acercando a ese punto sin retorno...HACIA UNA EMERGENCIA PLANETARIA INSTANTNEA:

EL CALENTAMIENTO AUTORREFORZADO Y DESCONTROLADO

"Como especie, nunca hemos experimentado 400 partes por milln de dixido de carbono en la atmsfera", dijo Guy McPherson, profesor emrito de biologa evolutiva, recursos naturales y ecologa de la Universidad de Arizona, experto en cambio climtico hace 25 aos. "Nunca hemos estado en un planeta sin hielo en el rtico, y vamos a romper el techo de las 400 ppm (). En ese momento, tambin veremos cmo desaparece el hielo del rtico en el verano. Este planeta no ha experimentado un rtico libre de hielo durante al menos los ltimos tres millones de aos".

Para los no iniciados, en los trminos ms simples, esto es lo que significara un rtico libre de hielo cuando de calentar el planeta se trata: con menor capa de hielo sobre las aguas del rtico que la refleje, la radiacin solar sera absorbida directamente por el mar rtico. Esto calentara las aguas y, por lo tanto el planeta, todava ms. Este efecto tiene el potencial de cambiar los patrones climticos globales, variar el flujo de los vientos e incluso algn da posiblemente alterar la posicin de las corrientes de viento ms altas, o jet streams. Las jet streams polares son como ros de corrientes rpidas que fluyen en lo alto en la atmsfera de la Tierra y empujan a las masas de aire fro y caliente, jugando un papel fundamental en la determinacin del clima del planeta.

() El profesor Peter Wadhams, experto del rtico de la Universidad de Cambridge, ha estado midiendo el hielo del rtico durante cuarenta aos, y sus hallazgos ponen de relieve los temores de McPherson. El descenso en el volumen de hielo es tan rpido que vamos a quedar en cero muy rpidamente, declar Wadhams a la prensa. De acuerdo con datos actuales, se estima con un 95% de certeza que el rtico tendr veranos completamente libres de hielo en 2018 (investigadores de la Armada de Estados Unidos predijeron un rtico sin hielo incluso para antes, en 2016.)

El cientfico britnico John Nissen, presidente del Grupo de Emergencia de Metano del rtico (del cual Wadhams es miembro), sugiere que si la prdida de hielo marino del verano pasa el punto de no retorno y se liberan catastrficas cantidades de metano del rtico, estaremos en una emergencia planetaria instantnea.

McPherson, Wadham y Nissen representan slo la punta de un iceberg en deshielo de cientficos que ya nos est advirtiendo sobre un inminente desastre que afecta especialmente a la liberacin de metano del rtico. En la atmsfera, el metano es un gas de efecto invernadero que, en una escala de tiempo de relativamente corto plazo, es mucho ms destructivo que el dixido de carbono (DIXIDO DE CARBONO). Es 23 veces ms potente que el DIXIDO DE CARBONO por molcula en una escala de tiempo de 100 aos, 105 veces ms potente a la hora de calentar el planeta en una escala temporal de 20 aos. Y el permafrost rtico, en tierra y ms all de la costa, est lleno de metano. El lecho marino dice Wadham es un permafrost en alta mar, pero ahora se est calentando y fundiendo. Ahora estamos viendo grandes penachos de metano burbujeando en el mar de Siberia millones de kilmetros cuadrados, donde la cubierta de metano est siendo liberada.

Segn un estudio recin publicado en la revista Nature Geoscience, se est liberando el doble de metano de lo que se crea desde la Plataforma rtica de Siberia Oriental, un rea dos millones de kilmetros cuadrados frente a las costas del norte de Siberia. Sus investigadores encontraron que al menos 17 teragramos (un milln de toneladas) de metano estn siendo liberados a la atmsfera cada ao, cuando un estudio de 2010 haba detectado slo 7 teragramos liberados.

Al da siguiente de que Nature Geoscience public su estudio, un grupo de cientficos de la Universidad de Harvard y otras instituciones acadmicas public un informe en Proceedings of the National Academy of Sciences que muestra que la cantidad de metano que se emite en Estados Unidos, tanto de petrleo como de actividades agrcolas, podra ser un 50% mayor que las estimaciones previas y 1,5 veces ms altas que las estimaciones de la Agencia de Proteccin Ambiental (EPA) norteamericana.

() Ira Leifer, experto en atmsfera y ocanos de la Universidad de California, Santa Barbara, y uno de los autores del reciente estudio sobre el metano del rtico, me seal que la extincin masiva del Prmico ocurrida hace 250 millones de aos est relacionada con el metano que se cree es la clave de lo que caus la extincin de la mayora de las especies en el planeta entonces. En ese episodio de extincin, se estima que el 95% de todas las especies fueron exterminadas.() Como reza un informe de la NASA, es un gigante climtico dormido el que se despereza en el rtico?: A lo largo de cientos de miles de aos, los suelos congelados o permafrost del rtico han acumulado grandes reservas de carbono orgnico un estimado de 1.400 a 1.850 petagramos (un petagramo es 2,2 billones de libras, o mil millones de toneladas mtricas). Eso es aproximadamente la mitad de todo el carbono orgnico almacenado en los suelos de la Tierra. En comparacin, cerca de 350 petagramos de carbono se han emitido desde toda la combustin de combustibles fsiles y de las actividades humanas desde 1850. La mayor parte de este carbono se encuentra en suelos vulnerables a la descongelacin, a tres metros de profundidad.

() Movindose debajo del ocano rtico, donde estn el hidrato de metano -a menudo descrito como gas metano rodeado de hielo- un informe de marzo de 2010 publicado por Science indic que contienen acumulativamente el equivalente a de 1.000 a 10.000 gigatoneladas de carbono. Comparemos este total con las 240 gigatoneladas de carbono que la humanidad se ha emitido a la atmsfera desde el inicio de la revolucin industrial.

Un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature en julio de 2013 sugiri que un eructo de 50 gigatoneladas de metano a partir de la descongelacin del permafrost del rtico bajo el mar de Siberia Oriental es muy posible en cualquier momento. Eso sera el equivalente a al menos 1.000 gigatoneladas de dixido de carbono.

Incluso el relativamente sobrio IPCC ha advertido sobre tal escenario: La posibilidad de un cambio climtico abrupto y/o cambios bruscos en el sistema de la Tierra provocado por el cambio climtico, con consecuencias potencialmente catastrficas, no se puede descartar. La retroalimentacin positiva de calentamiento podra causar la liberacin de carbono o el metano de la biosfera terrestre y los ocanos.

En los dos ltimos siglos, la cantidad de metano en la atmsfera ha aumentado de 0,7 partes por milln a 1,7 partes por milln. La introduccin de metano en grandes cantidades en la atmsfera, temen algunos cientficos del clima, puede tornar inevitable un aumento de la temperatura global de entre 4 y 6 C.Dahr Jamail, Cambio climtico: ltimas noticias sobre el fin del mundo, en mientrastanto.e 121, febrero de 2014. Puede consultarse en http://mientrastanto.org/boletin-121/de-otras-fuentes/cambio-climatico-ultimas-noticias-sobre-el-fin-del-mundoPara hacernos una idea: segn investigaciones recientes, uno de los cinco episodios de megaextincin que ha conocido en el pasado nuestro planeta la cuarta gran extincin, en el gozne entre los perodos Prmico y Trisico, hace unos 250 millones de aos result de uno de estos cambios de interruptor climtico. Se cree ahora que el intenso vulcanismo asociado con la fragmentacin del primitivo supercontinente Pangea inyect a la atmsfera cantidades considerables de dixido de carbono, provocando un calentamiento inicial moderado (anlogo al que estn produciendo ya ahora las emisiones antropognicas de gases de efecto invernadero); pero este calentamiento activ otro mecanismo, la liberacin de enormes cantidades de metano almacenado en los fondos marinos (en forma de clatratos de metano). Tal liberacin de metano de los fondos ocenicos el metano es un potentsimo gas de efecto invernadero-- sera lo que aument la temperatura promedio del planeta en otros 5C, lo cual produjo un verdadero vuelco climtico, el peor episodio de megaextincin que ha conocido nuestro planeta: desaparecieron el 96% de las especies marinas y el 70% de las especies de vertebrados terrestres. Tras la catstrofe slo sobrevivi aproximadamente un 10% de las especies presentes a finales del Prmico. Con tan poca biodiversidad resultante, la vida tard mucho tiempo en recuperarse. La llamada hiptesis del fusil de clatratos (clathrate gun hiptesis) ha sido reforzada por nuevas y recientes evidencias.Los informes del IPCC no estn considerando adecuadamente las posibilidades de cambio no lineal. Presuponen que el calentamiento climtico seguir siendo un proceso lineal, gradual y controlable, sin que se sobrepase alguno de esos tipping points que pueden hacer que de golpe d un vuelco el sistema climtico planetario (por ejemplo, la liberacin de grandes cantidades del metano que ahora est congelado en el rtico). El quinto informe de evaluacin del IPCC (hecho pblico en 2014) sigue pronosticando apenas un metro de incremento del nivel del mar hacia 2100.

Ay, ojal eso fuese cierto Pero el IPCC est subestimando la gravedad del cambio climtico, y por desgracia parece que vamos hacia un mundo donde habr que multiplicar por 20 30 ese incremento de un metro. Adaptacin a eso? Como seala Ira Leifer, investigador del Instituto de Ciencias del Mar de la Universidad de California en Santa Brbara: Algunos cientficos sugieren hacer planes para adaptarnos a un mundo de 4 C ms clido. Si bien es prudente, uno se pregunta cul es la parte de la poblacin que vive ahora que podra adaptarse a un mundo as, y mi opinin es que es slo unos pocos miles de personas que busquen refugio en el rtico o la Antrtida.

No es una amenaza para la biosfera como tal, sino para las sociedades humanas

Es cierto que la Tierra ha conocido en el pasado (a lo largo de sus ms de 4.500 millones de aos de existencia) climas extremos. Y la vida ha sobrevivido a situaciones mucho peores que las que previsiblemente vamos a experimentar, en escenarios tanto ms calientes como ms fros (originados por factores como las alteraciones en el ciclo del carbono, el vulcanismo, la tectnica de placas y los cambios en la posicin de la Tierra con respecto al Sol). Por ejemplo, los gelogos han identificado dos situaciones de Tierra Bola de Nieve (Snowball Earth), con un fro extremo (y los ocanos casi completamente helados), hace 700 y hace 2200 millones de aos.

Lo que est amenazada no es la vida cono fenmeno biolgico, no es la continuidad de la biosfera; somos los seres humanos y eso que llamamos civilizacin.El famoso Informe Stern sobre La economa del cambio climtico alerta de que la cada anual del PIB podra alcanzar incluso el 20%!, lo que implicara una catstrofe econmica de magnitud desconocida en la historia contempornea y consecuencias tremendas sobre las condiciones de vida, el empleo o la seguridad alimentaria. Los informes de la Organizacin Mundial de la Salud no son menos inquietantes: las muertes anuales asociadas al cambio climtico rondan ya las cien mil, pero sern millones si no lo evitamos. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo Humano (PNUD) recuerda que entre los aos 2000 y 2004 se ha informado de un promedio anual de 326 desastres climticos que han afectado anualmente a alrededor de 262 millones de personas... cifra que duplica lo ocurrido en la primera mitad del decenio de 1980 y que quintuplica a los damnificados en el ltimo lustro de los setenta. La revista Scientific American publicaba en un artculo de 2011 que la frecuencia de los desastres naturales ha aumentado ya un 42% desde la dcada de los aos ochenta, y que la proporcin de estos episodios relacionados con el clima ha aumentado del 50 al 82%.

Sin exageracin: en un lapso de tiempo que ya se mide en decenios, un cambio climtico rpido y descontrolado puede llevarse por delante las condiciones para una vida humana decente en el planeta Tierra, y quiz incluso a la especie humana en su conjunto. En efecto, los impactos actuales sobre la biosfera (y el uso insostenible de energa proporciona una buena aproximacin al impacto ambiental global) nos sitan en la antesala de un planeta no habitable para muchas especies vivas, quiz entre ellas la especie humana.

El tiempo est corriendo rpidamente en contra nuestra

El lmite para el cambio climtico peligroso se sita quiz en unos 2C (con respecto a los niveles preindustriales), pero probablemente incluso menos. La diferencia entre el promedio de temperaturas en el ltimo milenio, y la edad del hielo que finaliz hace unos 12.000 aos, es slo de unos 3C. Todos los estudios, por cierto, coinciden en que la Pennsula Ibrica es una de las reas del mundo ms vulnerables al cambio climtico.

Segn los clculos del IPCC en su cuarto informe (2007), para tener opciones de no superar los 2C de incremento de la temperatura promedio (en relacin con el periodo pre-industrial) es necesario que las emisiones de dixido de carbono disminuyan hasta el ao 2050 entre el 80 y el 95% en los pases ms industrializados (y de 50 al 85% a nivel mundial), situndose el punto de inflexin a ms tardar en el ao 2015.

Entre los cuatro grupos de escenarios dibujados por el IPCC en su Quinto Informe de Evaluacin (2014), el nico que garantiza, con una probabilidad razonable, el umbral de seguridad de los dos grados centgrados implica alcanzar un mximo de emisiones hacia el ao 2020, iniciando un importante descenso de las mismas hasta situar las emisiones netas en cero hacia 2070.LOS OBJETIVOS OFICIALES DE LA UNIN EUROPEA

Los ministros de la UE acordaron en 2005 el objetivo de limitar el aumento de la temperatura media del planeta a no ms de 2 C por encima de los niveles preindustriales. (ste objetivo fue asumido tambin por los pases del G-8, reunidos en julio de 2009, en la antesala de la cumbre de Copenhague, y recogido tambin en el texto final de sta, en diciembre de 2009.) Se estim entonces que eso exigira, para 2050, reducir las emisiones de GEI en los pases ricos entre un 60 y un 80% respecto a los niveles de 1990 (Comisin Europea: Action on climate change post-2012, Bruselas 2004). Tal es, por lo dems, el objetivo que dieron los pases ricos del G-8 en su reunin de julio de 2009: reduccin de un 80% de las emisiones de GEI en 2050. La Unin Europea se comprometi a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 80 y un 95 % por debajo de los niveles de 1990 para 2050, en el contexto de las reducciones necesarias por parte del grupo de los pases desarrollados (Consejo Europeo, octubre de 2009).

Estos compromisos estn recogidos y analizados en la Energy Roadmap 2050 (Hoja de ruta de la energa para 2050), aprobada en diciembre de 2011 (COM(2011)885 final).

Posteriormente, en 2014, el Consejo Europeo adopt la decisin vinculante de reducir las emisiones de GEI de la UE-28 un 40% en 2030 (respecto del ao de referencia 1990) (Consejo Europeo, octubre de 2014).

El tiempo est corriendo rpidamente en contra nuestra (y ms si tenemos en cuenta la considerable inercia del sistema climtico y de los sistemas socioeconmicos humanos). Para descarbonizar nuestra economas y as comenzar a hacer las paces con la naturaleza, hay que adaptar los procesos productivos en la tecnosfera a las condiciones de nuestra vulnerable biosfera, de tal modo que estos procesos lleguen tambin a ser cclicos o cuasi-cclicos; y poner en marcha la transicin hacia un sistema energtico basado en la explotacin directa o indirecta de la luz solar, fuente en ltima instancia de toda la energa disponible en la Tierra; as como limitar el tamao de los sistemas socioeconmicos humanos con enrgicas medidas de autocontencin, en un proceso de contraccin y convergencia entre los pases industrializados y los pases ms pobres que permita un acceso justo a los limitados recursos.

Contraccin y convergencia, como es sabido, significa reduccin del consumo de energa en el Norte, e igualacin tendencial de los consumos energticos de todos los pueblos en un nivel que permita la satisfaccin de las necesidades humanas bsicas y al mismo tiempo sea de verdad sostenible. Segn clculos cientficos, para salir a la vez de los combustibles fsiles y la energa nuclear hacia un sistema basado en las energas renovables en la Unin Europea el consumo de energa final debera reducirse un 50% aproximadamente hacia 2050, y en EEUU hasta un 75%, seala Daniel Tanuro.Pero las cosas no van por ah

As pues, sabemos que, debido a que las actividades que producen las emisiones de gases de efecto invernadero ocupan casi todas las esferas productivas, a lo largo del siglo debe producirse un cambio de enormes proporciones comparable al que tuvo lugar con la Revolucin Industrial-- en casi todos los mbitos del uso de la energa, la edificacin o el transporte, cambios orientados hacia una economa descarbonizada.

Ahora bien, sucede que el triunfo de las soluciones de mercado para la crisis [climtica] no va a desembocar en el tipo de transformacin profunda que necesitamos para ese aterrizaje suave del que hablan los cientficos, un resultado que slo podra lograrse reduciendo las emisiones de dixido de carbono entre el 60 y el 80% en los prximos 10-15 aos.

Tengamos presente que los dbiles compromisos de la Cumbre de Cancn (finalizada el 10 de diciembre de 2010), si se cumplieran, lo que implican es a escala mundial un crecimiento de las emisiones de GEI entre el 12 y el 18% respecto de los niveles de 1990 (ao de referencia para las negociaciones internacionales).

Probablemente ya no deberamos esperar una transicin planificada y suave hacia una economa post-carbono, o de manera ms general-- hacia una sociedad sustentable. La investigacin sobre los colapsos que sufrieron culturas y civilizaciones antiguas apunta a que las soluciones para problemas de escasez de recursos energa sobre todotienden a crear sistemas an ms complejos, y asociado con esta mayor complejidad va un mayor uso directo e indirecto de energa. Todo indica que hoy el colapso es ms probable que una transicin razonable a la sustentabilidad.

Las guerras del clima

El psiclogo social alemn Harald Welzer, director del Center for Interdisciplinary Memory Research en Essen y profesor de la Universidad de Witten-Herdecke, ha escrito un libro importante titulado Guerras climticas. A Welzer le asombra --con razn-- la relativa indiferencia con que las ciencias sociales han tratado hasta ahora el enorme asunto de los desequilibrios climticos antropognicos, y con esta obra ha realizado una valiosa contribucin a paliar tal desidia. Quiz no resulte extrao que bastantes investigadores alemanes o polacos sean muy sensibles al potencial de catstrofe que entraa la Modernidad industrial: al fin y al cabo, en Centroeuropa resulta menos fcil apartar la mirada del lugar central que el ascenso del nazismo o la Shoah deberan ocupar para la teora social y para la autocomprensin humana a secas. Welzer ha escrito obras notables sobre la memoria histrica, los modos de transmisin de experiencias traumticas, la perspectiva psicolgica sobre el Holocausto y los usos de la violencia social. Guerras climticas es un libro que, en la estantera, habra que dejar cerca de otras dos obras a mi juicio muy importantes: Auschwitz: comienza el siglo XXI? de Carl Amery, y Modernidad y Holocausto de Zygmunt Bauman.

Tres elementos centrales del penetrante anlisis desplegado en Guerras climticas son: en primer lugar, del calentamiento climtico en curso cabe esperar en muchas zonas del planeta la prdida de recursos bsicos para la vida humana: la competencia recrudecida en situaciones de escasez creciente llevar a un incremento de la violencia (en formas viejas y nuevas). En segundo lugar, la violencia organizada y la violencia extrema es una posibilidad abierta siempre para los seres humanos. Y en tercer lugar esa violencia extremada hasta el genocidio no constituye una desviacin o anomala respecto del curso de progreso de la Modernidad, sino que por el contrario supone una dimensin central de la misma. Bauman mostr esto con respecto al Holocausto; Amery primero, y ahora Welzer, ambos con la experiencia del nazismo intensamente presente, llegan a conclusiones similares analizando la crisis ecolgico-social y su probable evolucin futura. Ahora que decenas de miles de seres humanos ya han padecido el abrupto desplome del orden social a consecuencia de fenmenos meteorolgicos extremos (como en Nueva Orleans con el huracn Katrina, catstrofe se analiza en p. 47 y ss.) y al menos una guerra climtica (la de Darfur en Sudn, estudiada en p. 107 y ss.), cobra suma importancia ser conscientes de que

la violencia en tanto opcin social, en tanto posibilidad siempre disponible, representa un elemento nuclear, latente o manifiesto de las relaciones sociales, aunque los miembros de las sociedades que poseen el monopolio estable de la violencia [por parte del Estado] suelan preferir pasar esto por alto. Pero en esas sociedades simplemente se ha alojado en otra escala de relaciones sociales, se ha vuelto indirecta (), pero esto no significa que haya desaparecido (p. 158).

EN SIRIA, LA SEQUA FUE UN FACTOR DESENCADENANTE

DE LA GUERRA CIVIL

A finales de 2010 informaba el New York Times que, tras cuatro aos consecutivos de sequa, la ms grave de los ltimos cuarenta aos, el corazn agrcola de Siria y las zonas vecinas de Irak se enfrentaban a una situacin muy grave: [l]os antiguos sistemas de riego se han desmoronado, las fuentes de aguas subterrneas se han secado y cientos de aldeas han sido abandonadas a medida que las tierras de labor se convertan en superficies desrticas cuarteadas y moran los animales. Las tormentas de arena son cada vez ms habituales y alrededor de los pueblos y ciudades ms grandes de Siria e Irak se han levantado inmensas ciudades de tiendas, en las que viven los agricultores arruinados y sus familias.

La principal zona afectada por la falta de lluvias es el nordeste de Siria, que produce el 75% de la cosecha total de trigo. El Informe de evaluacin global sobre la reduccin del riesgo de desastres del ao 2011, publicado por las Naciones Unidas, seala que cerca del 75% de los hogares que dependen de la agricultura en el nordeste del pas ha sufrido prdidas totales de sus cosechas desde que comenz la sequa. El sector agrcola de Siria representaba el 40% del empleo total y el 25% del producto interior bruto del pas antes de la sequa. Entre dos y tres millones de personas se han visto condenadas a una pobreza extrema ante la falta de ingresos de sus cultivos y han tenido que vender su ganado a un precio un 60 70% inferior a su coste. La cabaa ganadera de Siria ha quedado diezmada, pasando de 21 millones a entre 14 y 16 millones de cabezas de ganado. Esta calamidad ha sido provocada por una serie de factores, que incluyen el cambio climtico, la sobreexplotacin de las aguas subterrneas debida a las subvenciones para cultivos que consumen grandes cantidades de agua (algodn y trigo), unos sistemas de riego ineficientes y el sobrepastoreo.3

La sequa ha provocado el xodo de cientos de miles de personas de las zonas rurales hacia ncleos urbanos. Las ciudades de Siria padecan ya tensiones econmicas, debidas en parte a la llegada de refugiados de Irak tras la invasin de 2003. Un creciente nmero de personas indigentes se encuentra ahora en situacin de intensa competencia por unos recursos y unos puestos de trabajo escasos. Francesco Femia y Caitlin Werrell, del Center for Climate and Security, escriben que las comunidades rurales desafectas han desempeado un destacado papel en el movimiento sirio de oposicin, en comparacin con otros pases de la primavera rabe. El pueblo agrcola rural de Daraa, afectado con especial dureza por cinco aos de sequa y de escasez hdrica, sin apenas apoyo del rgimen de al-Assad, fue efectivamente el germen de las protestas del movimiento de oposicin en sus primeros tiempos [en 2011].

La experiencia de Siria sugiere que las tensiones ambientales y de recursos, incluido el cambio climtico, podran convertirse en una importante causa de desplazamientos. Aunque el profundo descontento popular tras dcadas de gobierno represivo constituye indudablemente uno de los motivos de la guerra civil de Siria, las tensiones generadas por las alteraciones climticas han aadido lea al fuego. Y esta es precisamente la cuestin importante: las repercusiones de la degradacin ambiental no suceden en el vaco, sino que interactan con toda una serie de tensiones y problemas sociales preexistentes en un autntico hervidero.Michael Renner, Cambio climtico y desplazados ambientales, en Boletn ECOS 24, septiembre a noviembre de 2013. Puede consultarse en https://www.fuhem.es/media/cdv/file/biblioteca/Boletin_ECOS/24/cambio-climatico-y-desplazados-ambientales_M_RENNER.pdfCon el calentamiento climtico, en muchas zonas del planeta con impactos especialmente brutales en frica-- se desplazarn las zonas habitables y las regiones de cultivo, se perdern recursos bsicos como bosques o pesca, avanzarn los desiertos, escasear el agua, se inundarn las costas, menudearn fenmenos meteorolgicos extremos como inundaciones fluviales o tornados Resulta dudoso que muchos rdenes sociopolticos fragilizados, y atravesados por diversos conflictos, puedan resistir la magnitud de las embestidas. Los refugiados climticos, que ya hoy son decenas de millones, pueden convertirse a no muy largo plazo en centenares de millones. Todo esto afecta a los equilibrios de poder, a la geopoltica y al acceso a los recursos bsicos, de manera que no hay absolutamente ningn argumento que pueda refutar la idea de que en el siglo XXI el cambio climtico generar un potencial de tensin mayor con un peligro considerable de llegar a situaciones violentas (p. 179). Genocidios causalmente agravados por la superpoblacin y la escasez de recursos como en Ruanda, o guerras civiles enconadas por los efectos de graves sequas como la de Siria, prefiguran lo que puede ocurrir en el siglo XXI. Nos dirigimos a toda mquina hacia lo que puede cobrar la forma de un verdadero colapso civilizatorio y la mquina, de momento, no da seales de parar, ni siquiera de dejar de acelerar su marcha.

Manchar el propio nido

Como escribe otro investigador, el filsofo britnico James Garvey,

podemos esperar un futuro con cientos de millones, incluso miles de millones, de desplazados, hambrientos, sedientos, que intentarn escapar no slo de los aumentos del nivel del mar sino de tierras de cultivo abrasadas y pozos secos. No resulta muy difcil imaginar los conflictos que tendrn lugar en un planeta que ve cmo sus recursos disminuyen o cambian. Tampoco cuesta ver que los ms pobres del mundo sern los que ms afectados negativamente se vean, as como los que menos recursos de adaptacin tengan. frica, por ejemplo, un continente que ya sufre sequa, malas cosechas, conflictos regionales, escasez de agua, enfermedades, etctera, empeorar su situacin mucho ms con el cambio climtico.

Tales perspectivas no dejan de entraar un terrible simbolismo. Porque, como sabemos por la paleoantropologa, frica es precisamente la cuna de la humanidad actual: el continente donde evolucion Homo sapiens sapiens, y desde donde se extendi al resto del mundo. Daar frica y a los africanos de la forma en que con toda probabilidad lo har proseguir con el BAU (business as usual) en nuestro uso de la energa y el territorio equivale a un caso extremo de eso que los anglosajones llaman to foul ones own nest: manchar el propio nido. Y nos hace ver cmo en realidad ese comportamiento destructivo se extiende a nuestra cuna y casa ms amplia, el oikos biosfrico en su conjunto.

Cuando las culturas humanas topan con problemas de lmites, en muchos casos emprenden estrategias de huida hacia adelante. Ya se trate de la Isla de Pascua o de nuestras petrodependientes sociedades actuales, se reacciona intensificando las prcticas que tuvieron xito en el pasado (pero ahora se han vuelto contraproducentes), en vez de poner en entredicho los supuestos culturales, econmicos, polticos-- que nos estn llevando al desastre. Harald Welzer remite expresamente a otra investigacin importante, Colapso de Jared Diamond.

La historia de los siglos XIX y XX fue la historia de cmo el capitalismo industrial construy un mundo. La del siglo XXI, salvo que seamos capaces de imprimir en el decenio que est comenzando un fuerte giro de racionalidad colectiva a la actual carrera fuera de control, ser la historia de cmo el capitalismo destruye el mundo natural y social--. Y, pese a las fantasas de exoplanetas habitables alimentadas por los mass-media, no hay ningn otro mundo de recambio. El captulo final de Guerras climticas de Welzer se abre con una advertencia del gran dramaturgo germano-oriental Heiner Mller el optimismo no es ms que falta de informacin y concluye con las benjaminianas palabras siguientes:

El proceso de globalizacin puede describirse () como un proceso de entropa social que se acelera, desintegra las culturas y al fin, cuando termina mal, slo deja tras de s la indiferenciacin de la voluntad de supervivencia. Aunque eso sera la apoteosis de esa misma violencia de cuya abolicin la Ilustracin (y con ella la cultura occidental) crey hallar la clave. Pero desde el trabajo esclavo moderno y la explotacin inmisericorde de las colonias hasta la destruccin perpetrada en la industrializacin temprana del sustento vital de personas que no tenan absolutamente nada que ver con ese programa, la historia del Occidente libre, democrtico e ilustrado escribe precisamente su contrahistoria de falta de libertad, opresin y contrailustracin. La Ilustracin (y esto lo demuestra el futuro de las consecuencias climticas) no podr liberarse de esa dialctica.

Seremos capaces de contrariar este amargo pronstico?

Un desafo formidable

Problemas globales como el calentamiento climtico, o la hecatombe de diversidad biolgica que analizamos en el captulo anterior, plantean un desafo formidable a la capacidad humana de ofrecer una respuesta adecuada. Este desafo proviene de la escala global de los problemas, de su proyeccin hacia el futuro, y de la inadecuacin de los recursos poltico-morales de que disponemos para hacerles frente.

Resulta difcil enfrentarse a las amenazas, independientemente de lo que nos cuenten de ellas, porque, en cierto modo, se perciben como irreales, y al mismo tiempo tenemos que vivir la vida, con todos sus placeres y sus presiones. La poltica del cambio climtico debe asumir lo que he llamado la paradoja de Giddens. Segn sta, como los peligros que representa el calentamiento global no son tangibles, inmediatos ni visibles en el curso de la vida cotidiana, por muy formidables que puedan parecer, muchos se cruzarn de brazos y no harn nada concreto al respecto. A pesar de ello, si esperamos hasta que se hagan visibles y se agudicen antes de pasar a la accin, ser demasiado tarde por definicin.

(Y lo mismo podramos decir acerca de la hecatombe de biodiversidad, cabe observar aqu)

Un conjunto de dificultades, decamos, tiene que ver con la escala global. Las causas y efectos relevantes, as como los agentes involucrados, se hallan dispersos por todo el globo. Las emisiones de nuestros tubos de escape influirn en la frecuencia de ciclones tropicales a miles de kilmetros de distancia; la generacin elctrica con carbn en EEUU o China afectar a las sequas en Centroamrica o en el Mediterrneo.

Adems de la diseminacin de causas, efectos y agentes en el espacio, algo anlogo sucede en el tiempo. Las emisiones acumuladas hoy son fruto del modo de vida de las generaciones anteriores; nuestras emisiones proyectan sus efectos hacia las generaciones venideras. Y esto se relaciona con la inadecuacin de los recursos poltico-morales que tambin mencionamos. Por ejemplo, lo relacionado con el descuento del futuro que estudia la psicologa experimental.

A la gente le cuesta ms trabajo conceder al futuro el mismo nivel de realidad que al presente. De este modo, se suele preferir una pequea recompensa recibida en el momento a una mayor que se ofrece con posterioridad

Aqu tendramos que reiterar las dificultades para pasar de una moral de proximidad a una moral de larga distancia que he analizado en otro lugar. No se nos da demasiado bien deliberar y actuar pensando en nuestro futuro a largo plazo, tomar en cuenta los intereses de quienes no pertenecen a nuestros grupos primarios y crculos cercanos, considerar moralmente a los seres vivos no humanos o la naturaleza, evaluar las acciones dispersas en el tiempo y en el espacio

Como librar una guerra? Pero si no hay enemigo externo

Bastantes investigadores y analistas han expresado que, para responder adecuadamente a este desafo, deberamos movilizarnos con intensidad comparable a la necesaria para librar una guerra (como EEUU justo despus de Pearl Harbour, o Gran Bretaa frente a Hitler en 1940).

Soy lo bastante viejo escribe James Lovelockcomo para ver lo parecidas que son la actitud que haba hace ms de sesenta aos respecto a la amenaza de la guerra y la que existe hoy respecto al calentamiento global. (...) Hasta ahora, nuestra reaccin ha sido idntica a la que se dio antes de la segunda guerra mundial: apaciguamento. El tratado de Kyoto se parece mucho al de Munich, con polticos saliendo a la palestra para demostrar que estn haciendo algo para solucionar el problema cuando en realidad se limitan a ganar tiempo. Puesto que somos animales tribales, la tribu no acta al unsono hasta que no percibe un peligro inminente y real. Y todava no lo ha percibido.

O, como deca Lester R. Brown: Debemos reestructurar la economa a velocidad de tiempos de guerra. El tiempo se acaba.

Es cierto que un calentamiento rpido del planeta sera algo tan grave que ha sido comparado con una guerra nuclear. Es cierto que no vivimos tiempos ordinarios, normales; y tambin lo es que lo imposible en tiempos ordinarios se torna factible en tiempos extraordinarios. Pero la dificultad estriba en que, en el caso del calentamiento climtico o de la hecatombe de biodiversidad--, no podemos recurrir a la proyeccin hacia la nacin de las fuertes lealtades bsicas depositadas en el grupo primario, a esa identificacin nacionalista frente a un enemigo externo que tan buen resultado da en las guerras, porque no hay enemigo externo a quien combatir: el enemigo, si acaso, somos nosotros mismos.De dnde tanta ceguera?

Los problemas exigen soluciones slo cuando se presentan como amenazas, sugiere Harald Welzer en ese libro imprescindible que es Guerras climticas. Y aunque en las prximas dcadas muchas sociedades entrarn en un colapso determinado por el clima, el psiclogo social alemn advierte tambin que nadie cree realmente que eso vaya a suceder. De dnde tanta ceguera?

Creo que cuatro grandes dificultades explican la pasividad e inaccin con que (no) abordamos el calentamiento climtico y, ms por extenso, la crisis socioecolgica mundial--. (1) La gradualidad de los procesos (esto remite a los fenmenos de la rana dentro de la olla que se va calentando despacito, y a los puntos de referencia cambiantes). (2) La externalizacin y alejamiento de muchos sntomas de la degradacin (con todo un conjunto de estrategias de barrer debajo de la alfombra que ponen en prctica los poderes dominantes). Vinculado con ello, observamos (3) la existencia de poderosos grupos de inters comenzando por las grandes compaas energticas y automovilsticas-- que luchan por mantener a toda costa el statu quo. Y last but not least constatamos (4) la dependencia estructural de todo el orden socioeconmico presente con respecto al crecimiento econmico, que condiciona gravosamente las alternativas.Nuestra normalidad es la catstrofe

El economista Joseph Stiglitz reflexionaba: Hay quienes dicen que, como no estamos seguros de cmo ser el cambio climtico, debemos hacer poco o nada. Para m, la incertidumbre debe hacernos actuar ms resueltamente hoy, no menos. Como dice un cientfico amigo mo: si yendo por una carretera de montaa nos acercamos a un acantilado en un coche cuyos frenos pueden fallar y nos envuelve la niebla, debemos conducir con ms o menos prudencia? El calentamiento del planeta es uno de esos casos poco comunes en que la comunidad cientfica siente ms miedo de lo que puede estar ocurriendo que la poblacin en general. Los cientficos han vislumbrado lo que el futuro puede reservarnos.

En cierto sentido, las repercusiones del "efecto invernadero" sobrepasan la imaginacin humana; por eso resulta tan difcil encarar el fenmeno de forma reflexiva. El cambio climtico producido por el "efecto invernadero" es seguramente el problema ecolgico ms grave que tenemos que afrontar hoy (que hubiramos debido afrontar ya hace bastanbtes lustros, con ms precisin); y, al mismo tiempo, es el problema ecolgico-social que mejor evidencia el carcter global de la crisis en la que nos encontramos.

En efecto: podemos atajar otros problemas mediante soluciones parciales concretas, quiz difciles de llevar a la prctica por el grado de cooperacin internacional y de enfrentamiento con los poderes existentes que implican, pero inmediatamente discernibles y efectivas. Podemos acabar con el insidioso envenenamiento que produce el DDT dejando de fabricar este plaguicida. Podemos frenar la destruccin de la capa de ozono atmosfrico que nos protege de la radiacin ultravioleta dejando de fabricar los productos qumicos (como los clorofluorcarbonados) que la destruyen, y prohibiendo los vuelos de aviones a gran altura.

Pero, en cambio, el calentamiento del planeta a resultas del "efecto invernadero" no admite el mismo tipo de solucin simple. Lo causan desde los pedos del ganado vacuno hasta las emisiones de xidos de nitrgeno de los aviones supersnicos en la estratosfera, desde los escapes de los automviles hasta los de los arrozales, desde el metano que producen los vertederos hasta el dixido de carbono procedente de la generacin de energa elctrica. Nuestra normalidad es la catstrofe: las emisiones de gases de invernadero se localizan en el transporte, la industria, la agricultura, la generacin de electricidad, el sector residencial y la desforestacin. O sea, en casi toda la sociedad y en la mayora de sus actividades econmicas. Es la totalidad de nuestro modo de produccin y consumo lo que lleva a las alteraciones climticas globales; y, en consecuencia, ese peligro no puede atajarse sin cuestionar nuestro entero modo de produccin y consumo, nuestras prcticas industriales, agrcolas e incluso domsticas. Sin afrontar, en suma, cambios de enorme envergadura: la transicin hacia una economa solar basada en fuentes de energa renovables.

Sobre medios y fines en un marco capitalista

Dadas las dimensiones y las caractersticas del problema que nos ocupa en estas pginas, constituye un error maysculo ajustar las respuestas al calentamiento climtico tanto si hablamos de mitigacin como de adaptacin, por emplear las expresiones consagradas a lo que resulta polticamente factible dentro del capitalismo, aceptado como un marco irrebasable. El calentamiento climtico y ms en general la crisis ecolgico-social pone inevitablemente sobre la mesa, en efecto, la cuestin del sistema socioeconmico.

Por poner un ejemplo, dentro del marco econmico dominante con sus debates acerca de agentes racionalmente egostas, anlisis de coste-beneficio y criterios de cost-efficiency (eficiencia relativa a costes): un puado de economistas ha tratado de calcular alguno de los impactos no econmicos del cambio climtico asignando valores a las vidas humanas segn el PIB nacional per cpita. As suponen obtener respuestas slidas aceptando el supuesto de que un ciudadano chino vale diez veces menos que uno europeo! Pero esta clase de razonamiento demente es congruente con la economa poltica que hoy domina el mundo. Las prcticas de descuento del futuro rutinarias entre los economistas adeptos a la ortodoxia dominante-- introducen anlogos supuestos de desigualdad referidos a los seres humanos futuros.Se puede salvar el planeta manteniendo la rentabilidad que exigen los capitales --o es el intento por mantener esas tasas de beneficio en una situacin de "mundo lleno" lo que destruye el mundo? Desde la perspectiva hoy dominante de la cost-efficiency, slo se admiten como preguntas: qu resulta ms barato, y de qu manera pueden alcanzarse mayores ganancias privadas. Esta perspectiva resulta inaceptable. El muy razonable anlisis que Daniel Tanuro realiza sobre los potenciales tcnico, de mercado y econmico para reducir las emisiones resulta del todo pertinente, y aqu no puedo sino remitir a l y recoger sus conclusiones:Basarse sobre el potencial tcnico equivale a decir que nos comprometemos a estabilizar el clima al mximo posible, movilizando todos los medios conocidos independientemente de su coste; adoptar alguna de las otras dos nociones significa que se intentar salvar el clima en la medida en que no cueste nada (potencial de mercado) o no demasiado (potencial econmico) y siempre que se permita a las empresas generar beneficios.

Reducir las emisiones de dixido de carbono en las magnitudes y plazos necesarios, no ya para estabilizar el clima del planeta, sino para frenar lo peor del calentamiento (al menos un 5% anual durante casi cuatro decenios, de 2013 a 2050, de manera que en 2050 supusieran aproximadamente una dcima parte de las emisiones de 2011), no parece compatible con mantener la rentabilidad que exigen los capitales en el sistema de produccin capitalista

Ni en cuestiones de seguridad nacional y defensa militar, ni por ejemplo en la conquista del espacio, se opera con criterios de cost-efficiency: ms bien se define polticamente un objetivo, y se emplean los recursos necesarios para alcanzarlo sin parar en gastos (aunque los recursos hayan de emplearse del modo ms eficiente posible, por descontado). Pero los medios no deben determinar los fines, y menos an cuando estamos hablando de fines como la habitabilidad futura de la Tierra para la especie humana.PROGRAMA ECOSOCIALISTA BSICO PARA HACER FRENTE

AL VUELCO CLIMTICO, segn Daniel Tanuro

1. Necesitamos reducir las fuerzas productivas materiales: producir menos, y transportar menos mercancas. Por eso la reduccin radical del tiempo de trabajo sin prdida de salario es hoy la reivindicacin ecolgica ms importante que podemos formular.

2. Expropiacin (sin indemnizacin) y socializacin de las grandes compaas energticas, as como de las redes de distribucin.

3. El nuevo sistema energtico basado en fuentes renovables ha de ser de titularidad pblica.

4. Pero de dnde los recursos para esas cuantiosas inversiones? Expropiacin y socializacin de la banca y el sistema financiero.5. Gratuidad de los bienes bsicos (agua, energa, movilidad), provistos por el sector pblico, hasta el nivel de satisfaccin de necesidades humanas bsicas determinado democrticamente.

6. Crear las condiciones polticas y culturales para una responsabilizacin colectiva sobre lo que se produce, y luego se consume, a travs de una direccin democrtica de la transicin.Daniel Tanuro, Los y las marxistas frente a la urgencia ecolgica, intervencin en la II Universidad de Verano de Izquierda Anticapitalista, Banyoles, 24 al 28 de agosto de 2011; y p. 171 de su libro El imposible capitalismo verde (La Oveja Roja, Madrid 2011). Vase tambin, del mismo autor, Fundamentos de una estrategia ecosocialista, publicado el 8 de abril de 2011 en la web de Viento Sur (http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=3811). El sntoma se llama calentamiento climtico, pero la enfermedad se llama capitalismo

En diciembre de 2013 se public un importantsimo artculo cientfico, del climatlogo James Hansen y sus colaboradores: Assessing dangerous climate change. Qu nos dice este trabajo? Que incluso los daos asociados a un incremento de temperatura promedio de +2 C (sobre los niveles preindustriales) son insoportables y recordemos que se trata del objetivo oficial de las instituciones polticas de nuestro disfuncional mundo poltico, y que no se est haciendo nada por acercarnos a ese objetivo insuficiente, antes al contrario: cada vez nos alejamos ms del mismo--.Y que si existe todava alguna posibilidad de resolver el problema climtico, consistira en disminuir las emisiones globales que ahora siguen creciendo, en la misma senda en que lo han hecho durante los decenios ltimos-- a un rapidsimo ritmo del 6% anual, sostenidamente, durante cuatro decenios empezando en 2013!Nada de eso est sucediendo, claro est, ni es verosmil que suceda en los prximos aos. Tras el rotundo fracaso de la cumbre de Copenhague en 2009 (donde se aspiraba a lograr un acuerdo global de reduccin de emisiones de GEI gases de efecto invernadero que sustituyese al P