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«El Stradivarius perdido» es un clásico de la ghost story victorianaemparentado por su penetración psicológica con «Otra vuelta de tuerca».JohnMaltravers, un estudiante deOxford de 1840 aficionado a lamúsica,experimenta,cadavezqueinterpretaunaGagliardadelsigloXVIIitaliano,lasensación de una presencia invisible, que un día se manifiesta como elespectro de un hombre ataviado a la usanza del siglo XVIII, paradesvanecerseacontinuacióncontraunmuro.

Meses después aparece en un hueco del muro un violín antiguo con dossellos:enunosemencionaalconstructordelviolín,AntonioStradivarius,yunafecha,1704,yenelotropuedeleerse«Porphyrusphilosophus»…

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JohnMeadeFalkner

ElStradivariusperdidoValdemar:Gótica-37

ePubr1.0orhi24.02.2017

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Títulooriginal:TheLostStradivariusJohnMeadeFalkner,1895Traducción:SantiagoGarcía

Editordigital:orhiePubbaser1.2

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NOTICIASOBREELAUTOR

JohnMeade Falkner nació el 5 de mayo de 1858 en el condado deWiltshire(Inglaterra). Hijo de un clérigo anglicano, se matriculó en Oxford en 1878,ingresando en el Hertford College, el cual le serviría posteriormente de escenariodonde ambientar El Stradivarius perdido. En 1882 se licenció con un título enHistoriaModerna.TrasabandonarlaUniversidad,seconvirtióentutordeloshijosdeAndrewNoble,unodelosprincipalesdirectivosdelafirmadeingeniería,armamentoynavieraArmstrongMitchell(posteriormente,ArmstrongWhitworth).Conlosaños,su vinculación a Noble fue estrechándose y pasó a ser su secretario personal.Posteriormente, entró a formar parte de la empresa y acabaría siendo su directorduranteunalargaetapa.

Falknerdesempeñócongranaciertosuslaboresalfrentedelafirma,vendiendoarmamentoentodoelmundoduranteunperiodotanconvulsocomoelqueprecedióala IGuerraMundial.Viajópornumerosospaíses en calidadde representantede laempresa, realizando una función que tenía parte de agente comercial y parte dediplomático.Superfileraeladecuadoparaelpuesto,yaqueuníaasugranerudiciónun talante paciente y dialogador. Él, por su parte, se beneficiaba de su actividadviajera al poder ahondar en sus aficiones por la arquitectura, la demonología, lamúsicasacra,loslibrosviejosyraros(conespecialpredilecciónporlosmisales),losvinos antiguos y, por supuesto, los violines clásicos. Sus investigaciones en laBiblioteca del Vaticano le hicieron acreedor a ser condecorado con una MedallaPontificia.Sustratoscomerciales,porsuparte,nosólolemerecieronlaconfianzadesu empresa, cuyo cargo directivo ostentó hasta 1926, sino que le otorgarondistincionesenJapón,TurquíaeItalia.

Falkner publicó sus primeros textos en 1894, con una guía del condado delOxfordshiredonde recogía lospuntosde interés turístico, artísticoehistóricode laregión. En años posteriores publicaría otras aproximaciones de talante similar,dedicadasalBerkshireyBath,estaúltimadeformaanónima.Suprimeranovela,ElStradivariusperdido,aparecióen1895.Compaginandosuvocaciónliterariaconsusobligaciones profesionales, llegaría a completar otras dos novelas a lo largo de suvida:Moonfleet(1898),lamásfamosadesusobrasjuntoaElStradivariusperdido,yThe Nebuly Coat (1903), la más ambiciosa. Una cuarta novela en la que estabatrabajando,quedóolvidadaeneltrenqueletrasladabadecasaaltrabajoynopudorecuperarla.Sedeclaróincapazdereconstruireltrabajoperdido.En1916publicaríaen la revista Cornhill un relato titulado Charalampia, ambientado en la épocabizantina. Falkner también escribió versos a lo largo de su vida, pero éstos fueroncasi siempre de circulación privada, incluso en la edición póstuma que se hizo deellos,aunquealgunosllegaronaaparecerpublicadosenelSpectator.

JohnMeadeFalknermurióen juliode1932ensudomiciliodeDurham,dondemantuvosuresidenciadurantelosúltimos40añosdesuexistencia.

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Lamúsicaeneldueloesuncuentofueradetiempo.

ECLESIÁSTICO22,6

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CartadelaSEÑORITASOPHIAMALTRAVERSasusobrino,SIREDWARDMALTRAVERS,enaquelentoncesestudianteenChristChurch,Oxford

PauncefortBuildings13,Bath,21deoctubrede1867

MIQUERIDOEDWARD

Laúltimavoluntaddetupadrefuequecuandoalcanzaraslamayoríadeedadsetecomunicaranciertosacontecimientossucedidosdurantelosañosfinalesdesuvida.Loshepuestoporescrito,utilizandoenpartecomobasemispropiosrecuerdos,que,pordesgracia,todavíasondemasiadovivos,yenpartetambiénconlaayudadenotastomadasenelmomentodelamuertedemihermano.Comoyaeresadulto,teentregoesta narración. Gran parte de ella me ha resultado extremadamente dolorosa deescribir,peroalmismotiempocreoqueesmejorqueoigaslaverdaddemíquenoatravésdeconfusashistoriascontadasporotrosquenoquisieronatupadretantocomoyo.

Tutíaquetequiere,SOPHIAMALTRAVERS

ParaSirEdwardMaltravers,Baronet

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LAHISTORIADELASEÑORITASOPHIAMALTRAVERS

CAPÍTULOPRIMERO

Tupadre, JohnMaltravers,nacióen1820enWorth,y sucedióanuestropadre,que murió cuando todavía éramos niños. John fue enviado a Eton a su debidomomento, y en 1839, con diecinueve años cumplidos, se decidió que asistiera aOxford.Enunprincipio,laintencióneraqueingresaraenChristChurch;peroelDr.Sarsdell, que nos visitó en Worth durante el verano de 1839, persuadió al señorThoresby,nuestrotutor,paraqueleenviasemejoraMagdalenHall.ElDr.SarsdelleraprecisamenteelDirectordeesainstitución,yarguyóqueJohn,queporentoncesexhibíaciertossíntomasdedebilidad,recibiríaunaatenciónmáspersonalizadabajosus cuidados de la que podría obtener en un colegio de las dimensiones delChristChurch. El señor Thoresby, siempre atento al bienestar de su pupilo, rápidamentedescartóotrasconsideracionesenfavordeunacuerdoqueconsiderófavorableparalasaluddeJohn,yporlotantofuematriculadoenMagdalenHallenelotoñode1839.

ElDr.Sarsdellno faltóasupromesadecuidaramihermano,y le reservóunahabitaciónexcelenteenelprimerpiso,conundormitorioanexo,orientadahaciaNewCollegeLane.

MesaltarélosdosprimerosañosderesidenciademihermanoenOxford,porquenotienennadaqueverconlahistoriaquenosocupa.Sinduda,lospasóenlarutinahabitualdetrabajoyociocomúnenOxfordduranteeseperiodo.

Desdesumás temprana juventud,Johnsehabíadedicadoapasionadamentea lamúsica, y había conseguidoun considerable dominio del violín.En el trimestre deotoñode1841,trabóamistadconelseñorWilliamGaskell,unestudiantedemuchotalentodelNewCollege,ytambiénunmúsicomásqueaceptable.PoraquelentonceslaprácticadelamúsicaeramuchomenoscomúnenOxforddeloqueesahora,ynoexistía ninguna de las asociaciones actuales que tanto hacen para promocionar suestudioentreelalumnado.Fueportantomotivodegranalegríaparaambosjóvenes,yposteriormentevínculodegran amistad, el descubrir queunode ellos estaba tandedicado al piano como el otro al violín. El señor Gaskell, aunque de situaciónacomodada, no tenía piano en sus dependencias, y se complacía en utilizar unexcelente instrumento de D’Almaine que John había recibido ese trimestre como

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regalodecumpleañosdesututor.Apartir de aquelmomento, ambosestudiantespasaronmucho tiempo juntos, y

entre el trimestre de otoño de 1841 y el trimestre de Pascua de 1842, practicarondiversaspartiturasenlashabitacionesdeJohn,élinterpretandolapartedelviolínyelseñorGaskellladelpiano.

Creo que fue en marzo de 1842 cuando John adquirió para sus aposentos unmueblequeestaríadestinadoadesempeñarunpapelnocarentedeimportanciaenlahistoriaqueestoynarrando.Setratabadeunasillademimbre,grandeybaja,deltipoque por entonces se estaba poniendo de moda en Oxford y que ahora, según medicen, esyaobjetohabitual en lamayoríade losdormitoriosuniversitarios.Estabatapizadadecretonaestampadaconcoloreschillones,ysecomprónuevaauntapicerodelfinaldeHighStreet.

EltíodelseñorGaskellselollevóapasarlaPascuaaRoma,ycomoobtuvounadispensaespecialdelafacultadparaprolongarsusviajes,noregresóaOxfordhastaque hubieron transcurrido tres semanas del trimestre de verano, con mayo yaavanzado. Tan impaciente estaba por ver a su amigo que no dejó que pasara ni laprimera noche tras su regreso para visitar los aposentos de John. Los dos jóvenesestuvieron sentados sin encender las luces hasta bien entrada la noche; el señorGaskellteníamuchoquecontardesusviajes,yhablabaespecialmentedelahermosamúsica que había oído durante la Pascua en las iglesias romanas. También habíarecibido lecciones de piano de un alabado profesor de estilo italiano, pero parecíahaberencontradoungozoespecialenloscompositoresdelsigloXVII,decuyasobrassehabíatraídoalgunasmuestrasarregladasparapianoyviolín.

EranmásdelasoncecuandoelseñorGaskellsaliópararegresaralNewCollege;perolanocheerainusualmentecálida,conlalunacasillena,yJohnsequedósentadounratoensuasientotapizadojuntoalaventanaabierta,pensandoenloquelehabíancontado sobre la música de Italia. Como todavía no se sentía inclinado a dormir,encendióunaúnicavelayempezóadarvueltasa lasobrasmusicalesqueel señorGaskellhabíadejadosobrelamesa.Suatenciónsesintióespecialmenteatraídaporunlibroapaisado,encuadernadoenvitela,conunescudodearmasestampadoenorosobre el costado. Era una copiamanuscrita de algunas suites antiguas deGrazianipara violín y clavicordio, y parecía haber sido escrita enNápoles en el año 1744,muchos años después de la muerte de ese compositor. Aunque la tinta estabaamarillentaydesvaída,latranscripcióneramuyprecisa,yunmúsicoexpertopodíaleerlaconaceptablecomodidad,apesardelaanticuadanotación.

Talvezporaccidente,otalvezdebidoaalgunadirecciónmisteriosaquenuestrainteligencia es incapaz de apreciar, su ojo fue atrapado por una suite de cuatromovimientos con un basso continuo, o bajo continuo, para clavicordio. Las otrassuitesdel libro sólo sedistinguíanpornúmeros,peroa ésta el compositor lahabíadignificadoconelnombrede«l’Areopagita».Deformacasimecánica,Johnpusoellibrosobreelatril,sacóelviolíndesufunda,ydespuésdeafinarlounmomentose

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levantóytocóelprimermovimiento,unCorantomuyvivaz.Laluzdelaúnicavelaqueardíasobrelamesaapenasbastabaparailuminarlapágina;lassombrascolgabandelasarrugasdelashojas,quesehabíanconvertidoenesosplieguesonduladosqueaveces se pueden observar en libros hechos de papel grueso que han estadomuchotiempocerrados;yfuecondificultadqueconsiguióleerloqueestabatocando.Perosintió el extraño impulso de la música del antiguo mundo espoleándole, y no sedetuvo ni siquiera para encender las velas que estaban listas en sus candelabros acadaextremodelamesa.ElCorantofueseguidoporunaSarabanda,ylaSarabandaporunaGagliarda.Mihermanotocabaenpie,con lacaramirandoa laventana, lahabitaciónylagransillademimbrequehemencionadodetrásdeél.LaGagliardaempezabaconunaireenérgicoyanimado,ymientrastocabalosprimeroscompases,oyó detrás de sí un crujido en la silla de mimbre. El sonido era perfectamentefamiliar, el de una persona poniendo lamano en alguno de los brazos de la silla,preparándoseparadejarsecaersobreella,seguidodeotropropiodelamismapersonaqueseinstalaasugustoenlasilla.Pero,exceptoporlasnotasdelviolín,todoestabaen silencio, y el crujidode la silla era extrañamente inequívoco.La ilusión era tancompletaquemihermanodejódetocarrepentinamente,ysediolavueltaesperandoquealgúnamigotrasnochadorsehubieradeslizadohastaallísinserpercibido,atraídoporelsonidodelviolín,oqueelseñorGaskellmismohubieraregresado.Alcesarlamúsica,unsilencioabsolutoseimpuso; la luzdelaúnicavelaapenasllegabaalosrinconesoscurosdelahabitación,perocaíadirectamentesobrelasillademimbreyrevelaba que estaba completamente vacía.Medio divertido,medio irritado consigomismo por haber interrumpido sumúsica sin razón alguna,mi hermano retomó laGagliarda;peroun impulso le llevóaprender lasvelasde loscandelabros, locualproporcionóunailuminaciónmásadecuadaparalaocasión.LaGagliardayelúltimomovimiento,unMinuetto,llegaronasufin,yJohncerróellibro,conlaintencióndedirigirsealacama,debidoalahoratardía.Alcerrarlaspáginas,unnuevocrujidodela sillademimbreatrajo su atención,yoyóclaramente los sonidospropiosdeunapersonaqueselevantadeunaposiciónsedente.Estavez,alversemenossorprendido,pudo meditar con mayor tranquilidad las posibles causas de tal circunstancia, yrápidamentellegóalaconclusióndequeenlasilladebíadehabermimbressensiblesaciertasnotasdelviolín, igualque losventanalesde las iglesiasvibranensintoníaconciertostonosdelórgano.Peroaunqueesteargumentoeraaceptadoporsurazón,suimaginaciónapenasestabamedioconvencida;ynolecausababuenaimpresiónelhechodequeelsegundocrujidodelasillahubieracoincididoconelmomentoenquecerróel librodemúsica. Inconscientemente,se imaginóalgúnextrañovisitantequeesperabaaqueterminaselamúsica,ydespuéssemarchaba.

Sin embargo, sus conjeturas ni le privaron del sueño ni lo enturbiaron conpesadillas, y despertó a la mañana siguiente con el ánimomás tranquilo ymenosinclinadoalasimaginacionesfantásticas.Sielextrañoepisodiodelanocheanteriornosehabíadesvanecidocompletamentedesuspensamientos,parecíaalmenosestar

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plenamentejustificadoporlaexplicaciónacústicaalaquehealudidoantes.Apesarde que vio al señor Gaskell en el transcurso de la mañana, no creyó necesariomencionarleunacircunstanciatantrivial,aunqueconcertóunacitaconélparacenarjuntos esa noche en su propia habitación, y para entretenerse ensayando algo demúsicaitaliana.

Eranpocomásde lasnueveesanochecuando, trashaber terminado lacena,elseñorGaskellsesentóalpianoyJohnsacósuviolín.Caíalanoche;habíahabidounatormentacontruenosdurantelatarde,yelairehúmedopendíaahorapesadoydenso,mientrasreverberabanlaslejanasvibracionesdelacampanadeChristChurch.Estabatocando las 101 campanadas habituales, que se tocan todas las noches durante elperiodo lectivo como señal para el cierre de las puertas de los colegios. Los dosjóvenes se entretuvieron un rato, tocando primero una suite de Cesti, y luego dosantiguassonatasdeBuononcini.Amboseranmúsicossuficientementeexpertoscomopara que la lectura fuese más un placer que un esfuerzo; y el señor Gaskell,especialmente,estabamuyversadoenteoríamusical,yenlacorrectainterpretacióndelbassocontinuo.DespuésdeBuononcini,elseñorGaskelltomólacopiaapaisadadeGraziani, y al hojear sus páginas, propusoque tocaran lamisma suite que Johnhabía interpretado en solitario la noche anterior. Su elección fue aparentementefortuita,yaquemihermanosehabíareprimidodeliberadamentededirigirsuatenciónen ninguna forma hacia esa pieza. Tocaron elCoranto y la Sarabanda, y con lasingularfascinacióndelamúsica,Johnyahabíaolvidadoporcompletoelepisodiodelanocheanteriorcuando,alcomenzarelairealegredelaGagliarda,deprontonotóelmismocrujido extrañode la silla demimbrequehabía observado en la primeraocasión. El sonido era idéntico, y tan exacto era su parecido al de una personasentándose,quemiróhacia lasilla,casiextrañadodequesiguieravacía.Apartedegirarlacabezaduranteuninstanteparaecharunvistazoalrededor,elseñorGaskellnodiomuestrasdehaberoídoelsonido;ymihermano,avergonzadodemostraruninterés absurdo o alguna emoción, continuó laGagliarda, con su repetición. A suconclusión,elseñorGaskellsedetuvoantesdeprocederconelminueto,ygirandolabanquetasobrelaqueestabasentadohacialahabitación,observó:

—Qué extraño, Johnnie —pues estos jóvenes se trataban con suficientefamiliaridad como para dirigirse el uno al otro con un estilo coloquial—. ¡Quéextraño! Me pareció oír a alguien sentarse en esa silla cuando empezamos laGagliarda.Eché un vistazo porque esperaba ver que había venido alguien. ¿Túnohasoídonada?

—Hasidoúnicamenteuncrujidodelasilla—contestómihermano,aparentandouna indiferenciaqueapenas sentía—.Parecequehayalgúnsegmentodel tejidodemimbrequeestáensintoníaconlasnotasmusicalesyrespondeaellas;continuemosconelMinuetto.

Tan pronto terminaron la suite, el señor Gaskell pidió una repetición de laGagliarda, cuya tonada le había encandilado.Comoel reloj ya había llegado a las

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once, decidieron no tocar más esa noche; el señor Gaskell se levantó, apagó loscandelabros, cerró el piano y dejó lamúsica aparte.Mi hermanome ha aseguradomuchas veces que estaba preparadopara lo que vino a continuación, y que casi loestabaesperando;puestanprontocomodejaronaunladoloslibros,sepudooíruncrujidoenlasillademimbre,similarentodoalquehabíaoídocuandodejódetocarla noche anterior. Hubo un silencio momentáneo; los jóvenes se miraroninvoluntariamente,yentonceselseñorGaskelldijo:

—Noentiendoelcrujidodeesa silla;nuncahabíahechoese ruido,con toda lamúsicaquehemostocado.Puedequeestéimaginandocosasdebidoalaemocióndelas bellas melodías que hemos oído esta noche, pero tengo la impresión, que nopuedodisipar,dequehahabidoalgosentadoyescuchándonostodoeltiempo,yqueahoraqueelconciertohaterminadosehalevantadoysehaido.

Habíaunairede sorna en suspalabras, pero su tononoera tan jovial como lohabríasidonormalmente,yeraevidentequenoseencontrabacómodo.

—VolvamosaensayarlaGagliarda—dijomihermano—.Eslavibracióndelasnotasdeaperturalaqueafectaalosmimbres,yveremossielruidoserepite.

Pero el señor Gaskell se excusó de probar el experimento, y después de unaconversacióndispersa,a lacual resultabaevidentequeningunode losdosprestabaatención,semarchóderegresoalNewCollege.

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CAPÍTULO2

No te aburriré, mi querido Edward, relatando experiencias similares que seprodujeroncasitodaslasocasionesenquelosjóvenessereunieronporlanocheparatocarmúsica.Larepeticióndelfenómenoleshabíaacostumbradoaesperarlo.Ambosdeclaraban estar convencidos de que era atribuible a afinidades acústicas de lavibración entre elmimbre y ciertas cuerdas del piano, y en verdad ésta parecía laúnicaexplicaciónposible.Pero,almismotiempo,lasemejanzadelosruidosconlosprovocadosporunapersonaquesesientaoselevantadeunasillaeratanseñalada,queinclusosufrecuentereiteraciónnodejabadeproducirlesunaextrañaimpresión.Sesentíanreticentesamencionarlacuestiónasusamigos,enparteportemoraquese rieran de ellos, y en parte para evitarse ridiculizar una circunstancia a la queambos,talvezapesardesímismos,habíanotorgadociertogradodeimportancia.Laexperienciaprontolesconvenciódequeelprimerruidodealguiensentándosenuncaseproducíaamenosquese tocara laGagliardade la«Areopagita»,yqueunavezquesehabíaoídoesteruido,elsegundosólollegabacuandodejabandetocarduranteesanoche.Sereuníancadanoche,alargándosedurantelosatardecerescrecientesdelverano, y cada noche, como por un acuerdo tácito, tocaban la suite «Areopagita»antesdesepararse.ConloscompasesinicialesdelaGagliarda,elcrujidodelasillase producía espontáneamente con la mayor regularidad. Raras veces hablaban deltema, incluso entre ellos; pero una noche, cuando John estaba guardando su violíndespués de una larga velada demúsica sin haber tocado la «Areopagita», el señorGaskell,quesehabíalevantadodelpiano,volvióasentarsecomodominadoporunimpulsorepentinoydijo:

—Johnnie,noguardestodavíaelviolín.Soncasilasdoceymevanadejarfuera,peronopuedopararestanochesinhabertocadolaGagliarda. Imagínateque todasnuestras teorías sobre la vibración y la afinidad están equivocadas, imagínate querealmentehayunextrañovisitantequevienetodaslasnochesparaoírnos,unapobrecriaturacuyocorazónestáatadoaesamelodía;¿noseríacruelhacerlemarchar sinhaber oído esa pieza que tanto parece deleitarle? No seamos groseros, demossatisfacciónasucapricho;toquemoslaGagliarda.

Latocaronconmásvigoryprecisióndelohabitual,yelsonidoyaacostumbradodealguienquetomabaasientoseoyóenseguida.Fueesanochecuandomihermano,quemirabafijamente lasilla,vio,ocreyóver,unaligeraoscuridad,unapenumbra,neblina o sutil vapor que, mientras lo miraba, parecía luchar por tomar formahumana. Dejó de tocar durante un instante y se frotó los ojos, pero al hacerlodesapareciótodaborrosidadyviolasillaperfectamentevacía.Elpianistatambiénsedetuvoalpararseelviolín,ypreguntóquéleocurría.

—Essóloquetengolosojosborrosos—contestó.—Ya hemos tenido suficiente por esta noche —dijo el señor Gaskell—.

Dejémoslo.Mevanadejarenlacalle.

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Cerróelpiano,ymientras lohacía,el relojde la torredelNewCollegedio lasdoce.Abandonólahabitacióncorriendo,perollególobastantetardecomoparaquedieranpartedeély lecastigaranconunamultapor llegaraesashoras,ademásdeconfinarle durante una semana en el colegio; pues estar en la calle después demedianocheseconsiderabaunafaltadeciertagravedad,almenosenaquellaépoca.

Así que durante algunos días la práctica musical fue obligatoriamenteinterrumpida,perosereanudólaprimeranochedespuésdequeexpiraseelperiododeconfinamiento del señorGaskell.Tras haber interpretado varias suites deGraziani,para terminar como de costumbre con la «Areopagita», el señorGaskell se quedósentadoduranteunratoantesuinstrumento,comosimeditara,yentoncesdijo:

—Nopuedoexpresarhastaquépuntomeafectaestamúsicaantigua.Hayquienintentaría persuadirnos de que estas suites, cuyas tonadas llevan los nombres dediferentesbailes,fueronescritasmásbiencomoensayosmusicalesyconintencionesinterpretativasqueparaque lagente lasbailara,comosusnombresdanaentender.Perocreoqueesoscríticosseequivocan,almenosenalgunosaspectos.Meresultaimposiblecreerqueunamelodíacomo,porejemplo,laGigadeCorelli,quehemostocado,nofueraescritaconlaintenciónrealdequefuerabailada.Unocasipuedeoírel golpeteode lospies sobre el suelo, yme imaginoque en la épocadeCorelli laprácticadeladanza,aunqueenningúnmodoinferiorengracia,teníamásdelcaráctertripudístico o rítmico del que ahora se estima procedente en una correctainterpretacióndebaile de salón.LaGagliarda, que ahora tocamos constantemente,tambiénposee el poder singular de ayudar a la imaginación a retratar o reproducirtalesescenascomolasquesindudaantiguamenteanimaba.Noséporqué,peroenmicabeza se identifica constantemente con cierto jolgorio que he visto tal vez en uncuadro, en el que varias parejas bailan de forma licenciosa en un largo salóniluminadoporunacantidaddecandelabrosdeplatadelmodelovulgarqueeracomúnafinalesdelsigloXVII.Probablementeseaunareminiscenciademipasadaexcursiónlaqueotorgaaestosbailarinespielaceitunada,pelooscuroyojosbrillantesdetipoitaliano;y llevanvestidosde tejidos extremadamente ricosydibujo sofisticado.Laimaginaciónes tancaprichosaquemepintaelcarácterde la salamisma,que tieneunaarcadaalolargodeunsololado,pertenecientealfantásticoypaganizadoGóticodelRenacimiento.Alextremohayunagaleríaobalconadaparalosmúsicos,queensucóncavofrontaltieneunfloridoescudodearmasdealgunaheráldicaextranjera.Elescudolleva,sobreuncampooro,lacabezadeunquerubínsoplandosobretreslirios,un blasón que sin duda he visto en alguna parte durante mis viajes, aunque noconsigorecordardónde.Estaescena,digo,estátanrelacionadaenmicerebroconlaGagliarda,queapenassuenansusprimerasnotasseapareceantemisojosconunavivezaqueaumentacadadía.Lasparejasavanzan,tomansusposicionesyseretiran,utilizando gestos libres y licenciosos quemi imaginación debería avergonzarse derecordar.Entretantosextranjeros,lafantasíaretrata,notengonilamásremotaideadeporqué,lapresenciadeunjovenconunacaradeaspectoinglés,cuyosrasgos,sin

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embargo,siempreeludenlosintentosdemimenteporfijarlos.CreoqueeltemadeaperturadeestaGagliardaesunacomposiciónsuperioralrestodeella,pueslavisióndelantiguojolgoriosólosemeaparecedurantelosdieciséisprimeroscompases.Conlaúltimanotadeldecimosextocompás,unvelo secorreante laescena,ycasiconunasensacióndeciertacatástrofe,sedesvanece.Estoloatribuyoalhechodequeelsegundotemadebedeserinferiorenconceptoalprimero,yqueporalgunarazóndeincongruenciadestruyeeltejidoquelafascinacióndelprecedentehabíaurdido.

Mi hermano, aunque escuchó con interés lo que dijo el señor Gaskell, nocontestó,ynosesiguiódebatiendoelasunto.

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CAPÍTULO3

Fueenelmismoveranode1842,haciamediadosdejunio,cuandomihermanoJohn me escribió invitándome a acudir a Oxford para las festividades de laConmemoración.YohabíapasadoalgunassemanasconlaseñoraTemple,unaprimalejananuestra,ensucasadeRoyston,enDerbyshire,yJohnestabadeseosodequelaseñoraTemplevinieraaOxfordehicieradeacompañanteparasuhijaConstanceyparamíenlosbailesylasotrasactividadesquetienenlugaraltérminodeltrimestrede verano. Debido a que Royston estaba a unas doscientas millas de WorthMaltravers, nuestras familias se habían visto poco, pero durante mi visita habíallegadoaapreciaralaseñoraTemple,unadamadecaráctersingularmenteamable,yhabía establecido devotos lazos con su hija Constance. Constance Temple teníadieciochoañosdeedad,yasugranbellezauníalasvirtudesintelectualesyrasgosdetemperamento excelentes que siempre deben ser considerados por las personasrazonables más duraderamente valiosos que el mayor atractivo personal. Era muycultaeinteligente,ysehabíaeducadoenlosprincipiosdelaverdaderareligiónquesiempresiguióconladevotaconsistenciadelauto-sacrificioylapiedadresignadaalo largo de su vida demasiado corta. En persona, debo recordártelo, mi queridoEdward, ya que la muerte se la llevó años antes de que pudieras apreciar suaparienciaosuscualidades,eraalta,conelrostromásbienlargoyovalado,ycabelloyojoscastaños.

LaseñoraTempleaceptóconprestezalainvitacióndeSirJohnMaltravers.Nuncahabía estado en Oxford, y le agradó concedernos el placer de una excursión tandeliciosa.Johnnoshabíareservadoelalojamientoadecuadoencimadeltallerdeunconocido impresordeHighStreet,y llegamosaOxford lanochedelviernes18dejuniode1842.NoteentretendréconlasvariadasfestividadesdelaConmemoración,queprobablementehayancambiadopocodesdeaquellosdías,yconlascualesestásfamiliarizado.Bastedecirquemihermanonoshabíareservadoentradaparatodaslasdiversiones,yquedisfrutamosdenuestravisitacomosólolosjóvenes,consuagudasensibilidad y sus placeres aún no embotados, lo pueden hacer. No pude evitarobservarqueJohnsesintiómuyafectadoporlosatractivosdelaseñoritaConstanceTemple, y que ella, por su parte, aunque no exhibió ningún descaro inapropiado,ciertamente no manifestó aversión hacia él. Yo me sentí muy feliz tanto con mispropios poderes de observación, que me habían permitido descubrir un dato tanimportante,comoconlacircunstanciaensímisma.Paraunamuchacharománticadediecinueve años, ya era hora más que sobrada de que el hermano de veintidósestuvieracomomínimopreparandoalgúnproyectomatrimonial;ymiamigaeratanbuenaytanbellaqueparecíaimposiblequeyopudieraconseguirunahermanamásadorable o mi hermano una esposa mejor. La señora Temple no podía negar suaprobación a este plan; pues si sus cualidades espirituales parecían notablementecompatibles,ademásJohneraellegítimoseñordeWorthMaltravers,ylahijadeella

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laúnicaherederadelaspropiedadesdeRoyston.LasfestividadesdelaConmemoraciónterminaronlanochedelmiércolesconun

granbaileenelSalóndeMúsicadeHolywellStreet.ElbailelodabaunaLogiadeFrancmasones de la Universidad, y John asistió con el señor Gaskell, al cualhabíamos conocido con gran satisfacción, ambos vestidos con pañuelos de sedaazules y pequeños mandiles blancos. Nos presentaron a muchos de sus amigos,engalanados de forma similar, y tan importantes y misteriosas insignias nodesentonabanconsusjóvenesfigurasysusrostrosjuveniles.Despuésdeunlargoydivertidoprograma,sedecidióquedeberíamosprolongarnuestravisitahastalanochesiguiente, para abandonar Oxford a las diez ymedia de la noche y trasladarnos aDidcot, donde nos uniríamos al correo del oeste. A la mañana siguiente noslevantamostarde,ypasamoseldíavagandoporlasviejasfacultadesyjardinesdelamáshermosadelasciudadesinglesas.AlassieteenpuntocenamosjuntosporúltimavezennuestroalojamientodeHighStreet,ymihermanopropusoqueantesdepartirdisfrutáramos del exquisito atardecer en los jardines del St. John’s College.Aceptamosdeinmediato,ynosdirigimoshaciaallí,JohncaminandodelantejuntoaConstanceylaseñoraTemple,yyodetrás,conelseñorGaskell.MiacompañantemeexplicóqueestosjardinesseconsiderabanlosmáshermososdelaUniversidad,peroque bajo circunstancias ordinarias no se permitía a los extraños pasear por ellosdurante el atardecer. Entonces citó una frase en latín sobre «aurum permedios iresatellites»,antelacualsonreícomosilaentendiera,yenrealidaddeelladedujequeJohnhabíasobornadoalporteroparaquenosadmitiese.Eraunanochecálidaymuytranquila, sin luna, pero con una luz mortecina suficiente como para mostrar loscontornosdelfrontaldeljardín.EstalargaybajalíneadeedificiosconstruidaduranteelreinadodeCarlosIeratanexquisitamentehermosaquenuncalaolvidaré,aunquedesde entonces no he vuelto a ver las ventanas de sus miradores y sus muroscubiertosdeenredaderas.Unpesadorocíoempapabaelanchocésped,yalprincipiocaminamossóloporlossenderos.Nadiehablaba,puesnossentíamosabrumadosporlabellezadelaescena,yporlatristezaquelainminenteseparacióndelosamigosydeunlugartanhermososehabíancombinadoparaprovocar.Johnllevabatodoeldíaen silencio y deprimido, y tampoco el señor Gaskell se sentíamuy inclinado a laconversación.Constanceymihermanoserezagaronunpoco,yelseñorGaskellmepidióquecruzaraelcéspedsinoteníamiedodelrocío,yqueasípodríaverelfrontaldeljardíndesdeunlugarprivilegiado,enlaesquina.LaseñoraTemplenosaguardóen el sendero, pues no deseaba mojarse los pies. El señor Gaskell me señaló lasbellezasdelaperspectivaqueseveíadesdeesepuntoelevado,ytuvimoslasuertedeoíreldulcedescensodelosruiseñoresporlosqueestejardínsiemprehasidofamoso.Mientras permanecíamos a la escucha en silencio, se encendió una vela en unpequeñomiradoralextremo,y la luzquemostraba la traceríade laventanaañadióalgodepintorescoalaescena.

Antesdequepasaraunahora,estábamosenunlandóqueatravesabalospaseos

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todavía cálidos hasta Didcot. Había visto que la separación de Constance y mihermanohabíaresultadoemotiva,ynoestoyseguradequeaellanoseleresbalaranlaslágrimasalmenosduranteunapartedenuestroviaje;peronomefijéenellacondemasiadaatención,puesteníalospensamientosenotraparte.

Aunquecadainstantenosalejabadelaciudaddormida,dondenuestroscorazonessehabíanquedadoatrapados,tengolamismasensaciónquesiyohubierasidotestigopersonaldelosincidentesquevoyarelatar,tanamenudolosheoídodelabiosdemihermano. Los dos jóvenes, después de separarse de nosotras en High Street,regresaronasusrespectivoscolegios.Johnllegóasushabitacionespocodespuésdelasonceenpunto.Sesentíaalmismotiempotristeyfeliz;tristepornuestrapartida,pero feliz por el nuevomundo de goce que su admiración por Constance Templehabía abierto ante él. Estaba, de hecho, profundamente enamorado de ella, y eltorrentedeunapasióndesconocidahastaentonces leanegabaconunaemoción tanabrumadoraquesuvidaordinariaparecíatransfigurarse.Semovía,porasídecirlo,enun éter superior de nuestra atmósferamortal, y un nuevo territorio de importantesdecisiones y nobles posibilidades se extendía ante sus ojos. Cerró con firmeza lapesadapuertaexterior(alaquellamaban«roble»)paraimpedirqueentraraalguienyse arrojó sobre el asiento de la ventana. Allí permaneció largo rato, con elmarcolevantado y la cabeza asomada, pues se sentía emocionado y febril. Su exaltaciónmentaleratangrandeysuspensamientosdeuninteréstanabsorbentequenosediocuentade lahora,y luego sólo recordabaque le llegóelolorde las lilasdesdeunpequeñomacizodeenfrente,yqueunmurciélagosubióybajódescribiendocírculossobre el paseo, hasta que oyó que los relojes daban las tres. Almismo tiempo, lapálidaluzdelalbasedejósentirdeformacasiimperceptible;lasestatuasclásicasdeltejado de la escuela empezaron a recortarse contra el cielo blanco, y un débilresplandorpenetróenlahabitaciónaoscuras.Refulgiósobrelatapabarnizadadelafundadelviolínsobrelamesa,ysobreunajarradeaguacontostadasquedejabaallísucriadoosirvienteenelcolegiocadanocheantesdemarcharse.Bebióunvasodelamezcla, y ya se dirigía hacia la puerta de su dormitorio cuando le sobrevino unpensamientorepentino.Sediolavuelta,sacóelviolíndesufunda,loafinó,yempezóatocarlasuite«Areopagita».Eraconscientedeesaclaridadmentalyesevigorqueno es infrecuente que acudan con el alba a aquellos que han permanecido toda lanocheenvigiliaodedicadosalalectura:ysuspensamientosestabanexaltadosporelefectoque laprimera concienciadeunapasiónprofundaprovoca sobre lasmentesimaginativas.Nuncahabíatocadolasuiteconmásenergía;ylastonadas,inclusosinla parte del piano, parecían cargadas de un significado que anteriormente no habíaentendido.CuandoempezólaGagliarda,oyócrujirlasillademimbre;peroledabala espalda, y el sonido ya era demasiado familiar para hacer que se molestase nisiquieraendarlavuelta.Nofuehastaqueempezóatocarlarepeticiónquenotóunanueva y sobrecogedora sensación. Al principio fue la vaga impresión, que tan amenudohemosexperimentadotodos,denoestarsolo.Nodejódetocar,yenescasos

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segundos el sentimiento de que había una presencia en la habitación distinta de lasuya propia se hizo tan fuerte que llegó a tenermiedo de volver la vista. Pero alinstante sintió que tenía que ver qué o quién era esa presencia a toda costa. Sindetenerse,mediosevolvióymediomiróporencimadelhombro.Laluzplateadadelalbainundabalahabitación,haciendoquelosdiversosobjetospareciesendeuncolormenosbrillantedelhabitual,ydándolea todountinteneutrodecolorgrisperlado.Bajoestaluzfríaperoclaraviosentadaenlasillademimbrelafiguradeunhombre.

Con laprimera impresiónviolentadeundescubrimiento tanaterrador,nopudoapreciardetalles talescomosusrasgos,suvestimentaosuapariencia.Simplementeeraconscientedequeconél, enunahabitacióncerradade la cual sabíaqueeraelúnicohabitantehumano,sesentabaalgoqueteníaunaaparienciahumana.Lomiródurante un instante con la esperanza, que sintió era vana, de que se esfumara yresultase ser un fantasma de su imaginación excitada, pero siguió allí sentado.Entoncesmihermanosoltóelviolín,ysolíaasegurarmequeledominóunterrordetalintensidadcomojamáshubieracreídoposibleexperimentar.Silaimagenquevioerasubjetivauobjetiva,nopuedoafirmarlo:túestarásenposicióndejuzgarloportimismocuandohayasterminadoesterelato.Nuestralimitadaexperiencianosllevaríaacreerque fueun fantasmaconjuradoporalgunaalteraciónextrañadesucerebro;perodebuenaganaadmitimosqueciertamente existen fenómenosen lanaturalezaquedesafíana la razónhumana;yesposibleque,poralgúnpropósitoocultode laProvidencia, se pueda conceder permisoocasionalmente a los quehan abandonadoesta vida para asumir de nuevodurante un tiempo la formade su soporte terrenal.Debemos,digo,contentarnosconsuspendernuestrojuiciosobresemejantesasuntos;pero en este caso el curso subsiguiente de los acontecimientos es muy difícil deexplicar,exceptopor lasuposicióndequeentoncessepresentóante losojosdemihermanolaverdaderaformacorpóreadealguienfallecidomuchoantes.Elhorrorqueseapoderódeélsedebía,medijomásdeunavezalanalizarsussentimientosmuchodespués, a dos razones predominantes. Primero, sintió la confusión mental queacompaña a la repentina alteración de las teorías preconcebidas, la repentinamodificación de largos hábitos, o incluso el acontecer de cualquier circunstanciafueradelarutinadenuestraexperienciadiaria.Estolohecomprobadoyomismaenel efecto perturbador que una muerte repentina, un accidente doloroso, o en añosrecientesladeclaracióndeguerra,hanejercidosobrecualquierespíritu,exceptolosmás letárgicos o los más decididos. En segundo lugar, experimentó la profundaautodegradación o aniquilaciónmental provocada por casi concebir a un ser de unorden superior.Enpresenciadeunaexistenciaquemostraba, enverdad, aparienciahumana, pero cuyos atributos eran ampliamente distintos y superiores a los suyos,sintiócombinadaslamismaadmiraciónyrepulsiónqueinclusolosanimalessalvajesmásnoblesmuestrancuandoseenfrentanporvezprimeraalhombre.Laimpresiónfuetangrandequeestoypersuadidadequeejercióunefectosobreéldelcualnuncaserecuperóporcompleto.

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Después de un intervalo que le pareció interminable, aunque sólo duró unsegundo,volvió losojosunavezmáshaciaelocupantede la sillademimbre.Susfacultadessehabíanrecuperadolosuficientedelaprimeraimpresiónparapermitirleverquelafiguracorrespondíaaunhombredeunostreintaycincoañosdeedadydeaparienciatodavíajuvenil.Lacaraeralargayovalada,elpelocastaño,ypeinadodeformaquedejabadespejadaunafrenteexcepcionalmentealta.Supieleramuypálidao exangüe.Estaba bien afeitado, y su boca finamente trazada, de labios apretados,mostraba algo parecido a una sonrisa burlona. Su expresión general era pocoagradable, y desde el principiomi hermano intuyó que se hallaba presente algunainfluenciamalignayperversa.Susojosnoeranvisibles,pueslosmanteníamirandohacia abajo, la cabeza descansando sobre la mano con la actitud de alguien queescucha.Su rostroe inclusosus ropasquedaron tangrabadosen lamentede John,quenotuvoningunadificultadenrecordarlosconlaimaginación;yélyyotuvimoscon posterioridad ocasión de verificarlos de forma inequívoca. Llevaba una levitalargadetelaverdeconbordadosdorados,yunchalecodesaténblancoadornadoconramasderosas,unacorbatadericosencajes,calzonesdesedadeante,ymediasdelomismo.Suszapatoserandecueronegropulidoconpesadashebillasplateadas,ysusropasengeneralrecordabanlasquesellevabanhaceunsiglo.Mientrasmihermanolemiraba,selevantó,poniendolasmanossobrelosbrazosdelasillaparaelevarse,yocasionandoelcrujidoquetantasveceshabíanoído.Lasmanosllamaronlaatencióndemihermano: eranmuyblancas, con los largosydelicadosdedosdeunmúsico.Mostró una altura considerable; y manteniendo todavía los ojos dirigidos hacia elsuelo,caminóconpasoordinariohaciaelfinaldelalibreríaquehabíaenelextremode lahabitaciónmás alejadode laventana.Alcanzó la librería, y entonces John loperdiódevistarepentinamente.Lafiguranosedesvaneciópaulatinamente,sinoqueseapagócomosifueralallamadeunavelarepentinamenteextinguida.

Ahora la habitación estaba llena de la clara luz de lamañana estival: la visióncompletahabíaduradoapenasunossegundos,peromihermanosabíaquenohabíaposibilidaddequesehubieraequivocado,queelmisteriodelasillacrujientehabíasidoresuelto,quehabíavistoalhombrequehabíavenidounanochetrasotraduranteel mes pasado para escuchar el ritmo de laGagliarda. Terriblemente afectado, sesentóduranteunrato,temiendoydeseandoalmismotiempoelregresodelafigura;perotodopermanecióinmutable:novionada,niseatrevióaarriesgarsureaparicióntocandodenuevolaGagliarda,queparecíaejercertanextrañaatracciónsobreél.Porúltimo,bajolaplenaluzdeunamañanadefinalesdejunioenOxford,oyólospasosdelosprimerospeatonessobreelpavimentobajosusventanas,elgritodeunlechero,yotrossonidosquemostrabanqueelmundodespertaba.

Eranlasseispasadas,yensudormitoriosearrojósobrelacamasindeshacerparadisfrutardeunahoradesueñosatormentados.

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CAPÍTULO4

Cuandosucriadolellamóhacialasochoenpunto,mihermanoenvióunanotaalseñorGaskellenelNewCollege,rogándolequeacudieraaMagdalenHalltanprontocomofueraposibleenel transcursode lamañana.Suconvocatoria fueatendidaenseguida, y el señor Gaskell estaba a su lado antes de que hubiera terminado eldesayuno. Mi hermano seguía muy alterado, y al instante le contó lo que habíaocurridolanocheanterior,detallandolasdiversascircunstanciasconprecisión,ysinocultarle los sentimientos que albergaba hacia la señorita Constance Temple. Aldescribir laapariciónquehabíavistoen lasilla, suexcitación fue tanexcesivaquetuvodificultadesparacontrolarlavoz.

ElseñorGaskellleescuchóconmuchaatención,ynoreplicóenseguidaunavezqueJohnterminósurelato.Porúltimodijo:

—Supongo que muchos amigos considerarían adecuado fingir, aunque no lasintieran, incredulidad por lo que acabas de contarme. Podrían considerar másprudente intentardisipar tus temorespersuadiéndotedeque loquehasvistonoeraunarealidadobjetiva,sinosimplementeelfantasmadeunaimaginaciónexcitada;quesinohubierasestadoenamorado,notehubierasquedadoenvelatodalanoche,yquesi no hubieras sobrecargado de esta manera tus energías físicas, no habrías vistoningunavisión.No lodiscutiré, pues estoy tan convencidocomodelhechodequeestoy sentado aquí, de que todas las noches que hemos tocado la suite llamada«Areopagita»,hahabidoalguienescuchándonos,yqueporfinhastenidolafortunaoladesgraciadeverle.

—No digas la fortuna —dijo mi hermano—; pues tengo la sensación de quenuncamerecuperarédelaimpresióndeanoche.

—Es bastante probable —contestó el señor Gaskell, con tranquilidad—. Puesigual en la historia de la raza que en la del individuo, la cultura mayor y la másexquisita susceptibilidad mental necesariamente disminuyen el valor bruto y lospoderes de resistencia que observamos en los salvajes, de manera que cualquiervisión sobrenatural como la que acabas de contemplar se obtiene al coste de unareacciónfísica.Desdelaprimeranochequetocamosestamúsica,yoímoslosruidosquereproducíantanfielmentecómounapersonasesientayselevanta,hetenidoelconvencimientodequecausasdistintasdelasquenormalmentellamamosnaturalesintervenían aquí, yque estábamospróximos a lamanifestaciónde algún fenómenoextraordinario.

—Noterminodecomprenderloquequieresdecir.—Quierodecir—prosiguió—queestehombreoespíritudeunhombrehaestado

sentándose aquí noche tras noche, y que no hemos sido capaces de verle, porquenuestrasmentes son torpesyobtusas.Anoche, la fuerza sublimadoradeuna fuertepasión,talcomolaquemehasconfiado,combinadaconelpoderdelabellamúsica,exaltarontantotumentequetevistedotado,porasídecirlo,deunsextosentido,yde

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prontofuistecapazdeverloqueanteriormentehabíasidoinvisible.Lamúsica,creo,eslaclavedeestesextosentido.Enlaactualidadestamosapenasenelumbraldeunconocimientotaldeeseartequenoscapacitaráparausarlofinalmentecomoelmayorde los agenteshumanizadoresy educativos.Lamúsicademostrará serunaescalerahacia las regiones más elevadas del pensamiento; en verdad hace tiempo que hedescubiertopormímismoquenopuedoalcanzarloslímitessuperioresdemipoderintelectualexceptocuandooigobuenamúsica.Todoslospoetas,ylamayoríadelosescritores en prosa, te dirán que sus pensamientos nunca se ven tan exaltados, susentido de la belleza y la proporción tan ajustado, como cuando escuchan ora lamúsicaartificialhechaporelhombre,oraalgunosdelostonosmásgrandiososdelanaturaleza,talescomoelrugidodeunocéano,oelsuspirodelvientoenunmacizodeabetos. Aunque a menudo me he sentido en tales ocasiones al borde de algúndescubrimientomentaldeordensuperior,yaunqueunamanosehaestiradocomosifueraaapartarelvelo,nuncasemehaconcedidomiraralotrolado.Sinduda,estoeslo que anoche se te ha permitido a ti en cierta medida. Probablemente tocaste lamúsicaconunaintuiciónmásprofundaquedecostumbre,yesto,combinadoconlaemoción bajo la que ya estabas trabajando, te elevó por un instante hasta el tonorequeridodeexaltaciónmental.

—Escierto—dijoJohn—quenuncahabíasentidolamelodíatanprofundamentecomocuandolatoquéanoche.

—Exacto—contestósuamigo—;yprobablementehayalgúnvínculoentreestatonaday lahistoriadelhombrequevisteanoche;algúnpoder fatalhayenellaqueposibilita que ejerza una atracción sobre él incluso después de la muerte. Puesdebemosrecordarquelainfluenciadelamúsica,aunquesiempreespoderosa,noessiempreparabien.Nopodemosdudarqueigualqueciertasformasdemúsicatiendenaelevarnossobrelasensualidaddelosanimales,olapasiónmásdegradantedellucromaterial, y a transportarnos al éter del pensamiento superior, también otras formasestáncalculadasdirectamenteparadespertarennosotrosemocioneslujuriosas,yparaalimentar los apetitos sensuales que es misión del filósofo no aniquilarlos oavergonzarse de ellos, sino mantenerlos rígidamente a raya. Esta capacidad de lamúsica para producir el mal tanto como el bien la he visto reflejada, y muyfelizmenteexpresada,enunoshermososversosdelseñorKeblequeacabodeleer:

Detén,extraño,deténesasnotasembrujadas,Elartedeloscorosdesirena;SilencialavozseductoraqueflotaSobreloshilostemblorosos.ElpoderetéreodelamúsicafueotorgadoNoparadisolvernuestrobarro,SinoparaatraerrayosprometeicosdelcieloQuepurguenlaescoria.

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—Un poema excelente —dijo mi hermano—, pero no veo cómo aplicar tuargumentoalcasopresente.

—Loquequierodecir—contestóelseñorGaskell—esquetengopocasdudasdeque lamelodía de estaGagliarda está de alguna forma conectada con la vida delhombrequevisteanoche.Noesimprobable,tampoco,quefueraunadesuscancionesfavoritasmientrasexistíaencarneyhueso,oinclusoqueestuvierasiendotocadaporélmismooporotrosenelmomentodealgunacrisisdentrodesuhistoria.Esposibleque tal conexión se deba simplemente al placer inocente que la melodía leproporcionabaenvida;pero lanaturalezade lamúsicamisma,yunefectopeculiarque tiene sobremispropiospensamientos,me inducenacreerqueestuvoasociadaconalgunaocasiónen laquecayópresadeungranpecadooenquealgúndestinomaligno,quizás incluso lamismamuerte, lesobrevino.Recordarásque tehedichoque esta melodía me trae a la mente cierta escena de jolgorio italiana en la cualparticipauninglés.Esciertoquenuncahepodidoconcretarsusrasgosenmicabeza,yni siquierahepodidodecirexactamentecómo ibavestido.Peroahoraun instintomedicequeeselmismohombreaquienvisteanoche.Nonoscorrespondeanosotrosdesentrañarelmisterioqueocultadenuestrosojoslossecretosdeunaexistenciatraslamuerte; perome cuesta creer que un espíritu completamente en paz sintiera tanprofundamenteelpoderdeunamelodía,hastaelpuntodeverseatraídoderegresoasusviejos territorioscomounperroqueacudealsilbidodelamo.Esmásprobablequehayaalgunahistoriamalignarelacionadaconelasunto,yesto,creo,deberíamostenerloencuentasiqueremosdilucidarlo.

Cuandomihermanoasintió,elseñorGaskellprosiguió.—Cuandoestehombretedejó,Johnnie,¿sefuecaminandohastalapuerta?—No;seacercóhastalapared,ycuandollegóalextremodelalibreríaleperdíde

vista.ElseñorGaskellfuealalibreríaymiróporunmomentolostítulosdeloslibros,

como si esperase ver algo en ellos que le ayudara en sus indagaciones; pero al noencontrarningunapistaaparente,dijo:

—Ésta será la última vez que nos veamos en tres meses o más; toquemos laGagliardayveamossihayalgunarespuesta.

Alprincipio,mihermanonoquiso sabernadade ello, ymostróunvivo temorante laposibilidaddequereapareciese la figuraquehabíavisto:enrealidad,sentíaque semejante acontecimiento probablemente le precipitaría a un estado de gravedesordenfísico.ElseñorGaskell,sinembargo,leinsistió,asegurándolequeelhechodequeyanoestuvierasolodeberíadisiparengranmedidacualquiermiedopor suparte,yrecordándolequeéstaseríalaúltimaoportunidadquetendríandetocarjuntosenvariosmeses.

Claudicandoporúltimo,mihermanotomóelviolín,yelseñorGaskellsesentóalpiano. John estaba muy alterado, y cuando comenzó la Gagliarda sus manostemblaban tantoqueapenaseracapazde tocar la tonada.El señorGaskell también

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mostraba cierto nerviosismo, y no tocaba con su corrección habitual. Pero por vezprimera falló el encantamiento: ningún ruido acompañó a la música, ni tampocoocurrió nada de carácter extraordinario. Repitieron la suite completa, pero conresultadossimilares.

Ambossesintieronsorprendidos,peroningunopudoofrecerunaexplicación.Mihermano,quealprincipiohabíatemidointensamentequeserepitieralavisión,ahorase sentíacasidecepcionadodequenohubieraocurrido; tan rápidamentecambiaelhumordeunhombre.

Después de seguir conversando un rato, los jóvenes partieron para las largasvacaciones. John regresó aWorthMaltravers y el señorGaskell a Londres, dondepasaríaunosdíasantesdedirigirseasucasaenWestmoreland.

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CAPÍTULO5

John pasó casi todas las vacaciones de verano en Worth Maltravers. EstabaimpacienteporhacerunavisitaaRoyston;perolaprolongadaygraveenfermedaddela hermana de la señora Temple la había llevado a ella y a Constance a Escocia,donde permanecieron hasta que la muerte de su pariente les permitió regresar aDerbyshire a finales de otoño. John y yo nos habíamos criado juntos desde lainfancia. Cuando él estaba en Eton, siempre habíamos pasado las vacaciones enWorth,ydespuésdelamuertedemiqueridamadre,cuandonosquedamossolos,loslazosdenuestroamorseestrecharonaúnmásdeformanatural. InclusodespuésdequemihermanofueraaOxford,enunmomentoenquelamayoríadelosjóvenessesientenansiosospordisfrutardeunareciéndescubiertalibertad,elardienteafectodeJohnpormíyporWorthMaltraversleretuvoencasa;yennumerosasocasionessecomplacióenhacermepartícipedesuspensamientosydesusalegrías.Estas largasvacacionesde1842fueron,creo,lasmásfelicesdenuestrasvidas.Enmicaso,séquelofueron,ycreoquetambiénfueronfelicesparaél;puesnadiepodíasuponerquelapequeña nube que se veía en la distancia como la mano de un hombre ibaposteriormentealevantarseyoscurecertodossusdíasposteriores.Fueunveranodesolbrillanteycontinuo;muchosdelosmayoresdecíanquenopodíanrecordarunaestacióntanmaravillosa,ytantolafrutacomolascosechasfueronabundantes.Johncontratóunpequeñoyate, elPalestino, que atracaba ennuestropequeñopuerrodeEncombe, y en el cual él y yo hicimosmuchas excursiones, visitandoWeymouth,LymeRegis,yotroslugaresdeinterésdelacostasur.

Durante aquel verano, mi hermano me confió dos secretos: su amor porConstanceTemple,queenrealidadnoeraningúnsecreto,ylahistoriadelaapariciónque había visto. Esta última me llenó con un miedo y un pavor indescriptibles.Parecíacruelyantinaturalqueunainfluencia tanoscuraymisteriosairrumpieseennuestra luminosa vida, y desde el principio tuve una impresión que no pudesacudirme, la de que semejante aparición o trato con un espíritu incorpóreo debíapresagiar desgracias, si no algo peor, para el que la viera u oyera. Nunca se meocurriódiscutirodudarde larealidadde lavisión;élcreíaque lahabíavisto,ysuconvencimientobastabaparaconvencermeamí.Segúnmedijo, su intenciónhabíasido no contárselo a nadie, y en ese sentido había hecho una promesa al señorGaskell; pero creo que no podía soportar ocultar semejante cuestión dentro de supecho,yantesdequesecumplieralaprimerasemanadesuregreso,meconvirtióensuconfidente.Recuerdo,miqueridoEdward,elaspectoqueteníatodoaquellatristenocheenqueporvezprimeramecontóelsecretoqueconposterioridadresultósertanterrible.Habíamoscenadosolos,ysehabíasentidomelancólicoydeprimidotodala noche. Era una noche gélida, con una brisa que llegaba desde el mar. La lunamostrabalaaparienciamelladaydeformequeadoptaunoodosdíasdespuésdeestarllena,ylahumedaddelairelarodeabaconunhalotormentoso.Habíamossalidopor

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losventanalesdelcomedorhasta lapequeña terrazaquemirabahaciaSmedmoreyEncombe.Losarbustosglaucosquecrecíanentrelasbalaustradasestabanhúmedosygoteabanconelalientosaladodelmar,ypodíamosoírlasolasquellegabanhastalaensenadadesdeeloeste.Despuésdepermanecerenpieduranteunminuto,sentífrío,ysugeríquevolviésemosalasaladebillar,dondesiemprehabíaencendidounfuego,exceptoenlasnochesmáscálidas.

—No—dijoJohn—.Quierocontartealgo,Sophy.Yentoncesseguimoscaminandohastaelviejoembarcaderodeverano.Allímelo

contó todo.Nopuedodescribirtemis sentimientosdeangustiayhorrorcuandomehablódelaaparicióndelhombre.Elinterésdelrelatoeratanabsorbentequenonotéel paso del tiempo, ni el frío aire nocturno, y sólo cuando todo hubo terminadoapreciéeldesasosegantefrescoquesehabíalevantado.

—Volvamosdentro,John—dije—.Tengofríoymesientoentumecida.Pero la juventud está llena de esperanzas y fuerzas, y una semana después la

impresiónsehabíadesvanecidodenuestrospensamientos,yestábamosdisfrutandodetodalagloriadelclimaestival,quecreoquesóloconocenquieneshanvistoelmarazulondulándosealospiesdelosacantiladosdetizablancadeDorset.

Mehabíasentidoreticenteaescucharla tonadadelaGagliarda,yaunqueJohnmehabíahabladodel temamásdeunavez,mihermanonuncasehabíaofrecidoatocarla para mí. Sabía que tenía en Worth Maltravers la copia de las suites deGraziani, porqueme había dicho que la había traído deOxford; pero nunca habíavisto el libro, e imaginaba que lo conservaba intencionadamente bajo llave. Sinembargo, nodejóde lado el violín, y durante lasmañanasdeverano,mientrasmesentabaaleerotrabajarenlaterraza,amenudoleoíatocandoparasímismoenlabiblioteca. Aunque nunca me había hecho una descripción de la melodía de laGagliarda, estaba segura de que la tocaba con cierta frecuencia. No puedo decircómofue,perodesdeelmomentoenqueleoíunamañanaenlabibliotecatocandounatonadaenunaclavecuriosamentegrave,mellamólaatención,ysupe,comoporinstinto, que debía de ser laGagliarda de la «Areopagita». Estaba utilizando unasordinaytocándolaconmuchasuavidad;peronomeequivoqué.Unahúmedatardedeoctubre,apenasunasemanaantesdelmomentoenquenosdejaríapararegresaraOxfordduranteeltrimestredeotoño,entróenelsaloncitodondeestabasentada,ymepropuso que tocáramos música juntos. Accedí de buen grado. Aunque soy unaintérprete mediocre, siempre he obtenido gran placer de la práctica del piano, yconsiderabaunhonorcadavezquemepedíaquetocaseconél,yaquemicapacidadmusicaleramuyinferioralasuya.Despuésdequehubotocadovariaspiezas,tomóunlibrodemúsicaapaisado,encuadernadoenvitelablanca,losituósobreeltablerodel piano y sugirió que tocásemos una suite deGraziani. Sabía que se refería a la«Areopagita»,ylesupliquédeinmediatoquenomepidiesetocarla.Desestimóconjovialidadmis temores yme dijo que le agradaríamucho tocarla, ya que no habíaoído la parte del pianodesde que abandonaraOxford tresmeses antes.Comprendí

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que estaba ansioso por interpretarla, y como aborrecía ser poco servicial con unhermanotanbondadosodurantesuúltimasemanadeestanciaencasa,porfinsuperémisescrúpulosymedispuseatocarla.Peroestabatanpreocupadaporlaposibilidadde que se produjera cualquier consecuencia maligna, que cuando comenzamos laGagliarda apenas podía encontrar mis notas. Sin embargo, no ocurrió nadaextraordinario; y reconfortada por esto, y al sentir un encanto irresistible en lamúsica,terminélasuiteconunairedemayorcomodidad.Mihermano,sinembargo,metemoquenoquedósatisfechoconmiinterpretación,yposiblementelacomparóconladelseñorGaskell,antelacualteníaquesernecesariamentemuyinferior,tantopor la deficiencia de la ejecución como por mi insuficiente conocimiento de losprincipios del basso continuo. Dejamos de tocar, y John se quedómirando por laventana a través delmar, donde el cielo se aclarababajo las nubes.El sol se pusodetrásdePortlandconunresplandorflamígeroquenossaludódespuésdelalluviadeun largo día.Yo había tomado la copia de las suites deGraziani de lamesa, y lasujeté sobre mi regazo, pasando las viejas páginas, amarillentas y manchadas.Cuandolacerraba,unrayodelaluzdelatardeceratravesólahabitacióneiluminóunescudo de armas estampado en oro sobre la portada. Estaba muy desgastado ynormalmentehabríasidodifícildistinguirlo;peroelpotenterayoloiluminó,yenuninstante reconocí elmismo escudo que el señor Gaskell había visto colgado en lagalería de losmúsicos de su salón de baile fantasmal.Mi hermano amenudomehabíacontadoesteprodigiodelaimaginacióndesuamigo,yaquíveíayoantemíelmismoyfloridoblasónextranjero,lacabezadeunquerubínsoplandosobretresliriosenuncampodorado.Estedescubrimientonosólofuedeinterés,sinoquemealivióengranmedida;puesexplicabademaneraracionalalmenosunodelosaspectosdela extraña historia. El señor Gaskell sin duda había visto en alguna ocasión esteescudoestampadoenelexteriordellibro,yconsuimageninconscienteenlacabeza,lohabíareproducidoensusfantasiosasrevelaciones.Asíselodijeamihermano,quesesintiómuyinteresado,ydespuésdeexaminarelescudoestuvodeacuerdoenqueésta era una probable solución para esa parte delmisterio. El 12 de octubre, JohnregresóaOxford.

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CAPÍTULO6

Mihermanomedijodespuésqueenmásdeunaocasión,durantelasvacacionesde verano, había meditado sobre la conveniencia de cambiar de habitación enMagdalenHall.Pensabaquetalvezasípodríalibrarsealinstantedelrecuerdodelaaparición, y del temor de que volviera a aparecérsele. Podría trasladarse a otrashabitaciones dentro del mismo Hall, o bien instalarse en algún hospedaje de laciudad,procedimientobastantehabitual,segúnmedicen,entreloscaballerosqueseaproximan al final de sus estudios enOxford. ¡Ojalá hubiera queridoDios que lohubiesehechoasí!Peroconladejadezque,metemo,miqueridoEdward,hasidocondemasiada frecuencia característica de nuestra familia, evitó las molestias quesupondríasemejantedecisión,yeliniciodeltrimestredeotoñoleencontróaúnensusantiguas dependencias. Me perdonarás por detenerme aquí en una brevísimadescripción de la sala de estar de tu padre.Creo que es necesaria para el correctoentendimientodelosincidentesposteriores.Noeraunahabitacióngrande,aunqueeraprobablemente la mejor entre los pequeños edificios de Magdalen Hall, y estabaforrada desde el suelo hasta el techo con roble que sucesivas generaciones habíanoscurecidoconnumerosascapasdepintura.AunladohabíadosventanasorientadassobreNewCollege Lane, dotadas de asientos acolchados. Fuera de estas ventanashabíamacetas con flores, cuyo colorido hacía en el trimestre de verano un bonitocontrasteconelgrisycon lapiedradesmigajada,yproporcionabaplaceralmismotiempo al inquilino y al transeúnte.A lo largode casi toda la longitud de la paredopuestaa lasventanas,algúnhabitantedeañospasadoshabíacolocado libreríasdecaoba,quealcanzabanunaalturadeunoscincopiesporencimadelsuelo.Estabanbellamente talladas al estilo del siglo XVIII, y agradaban al gusto de mi hermano.Siemprehabíamostradoinclinaciónporloslibros,ylaexcelentebibliotecadeWorthMaltraverssindudahabíacontribuidoapromoversusgustosenesadirección.Enlaépoca de la cual escribo, se había hecho una pequeña colección propia enOxford,prestandoespecialatenciónalasencuadernaciones,yadquiriendomuchasexcelentesmuestrasdeesearte,principalmente, segúncreo,de los señoresPayne&Foss, losconocidoslibrerosdeLondres.

Unfríodíadefinalesdeltrimestredeotoño,conocasióndetomarunvolumendePlatón de la estantería, descubrió para su sorpresa que el libro estaba caliente.Unexamenmásatentoleexplicóconfacilidadlarazón:elcañóndeunachimenea,quepasabatraselextremodeunalibrería,calentabaalcontactonosólolaparedmisma,sinotambiénloslibrosdelasestanterías.Aunquellevabaenesashabitacionescercadetresaños,nuncaanteshabíaobservadoestehecho;enparte,sinduda,porqueloslibros de esas estanterías eran raramente utilizados, ya que los tenía más paraexhibirlos como ejemplos de encuadernación que para uso práctico. Se sintiómásbienmolestoporeldescubrimiento,yaquetemíaqueelcalor,queconmoderación

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beneficia a los libros, pudiera por el exceso arrugar la piel o perjudicar a laencuadernación. El señor Gaskell estaba sentado con él en el momento deldescubrimiento,ydehechoeraparasuusoparaloquemihermanohabíatomadoelvolumen de Platón. Le recomendó encarecidamente que trasladase la librería, ysugirió que sería mejor situarla al otro extremo de la habitación, donde en esosmomentosestabaelpiano.Laexaminaronydescubrieronqueseríafácilretirarla,altratarse, de hecho, sólo del marco de una librería, que a su espalda mostraba lospanelespintadosdelapared.ElseñorGaskellobservóqueeracuriosoquetodaslasestanterías estuvieran fijas e inamovibles, excepto una al extremo, que había sidodotadaconladisposiciónsencillaquepermitequesuubicaciónsealtereavoluntad.Mihermanopensóqueelcambiomejoraríalaaparienciadesualojamiento,ademásdeserbeneficiosoparaloslibros,ydioinstruccionesalcarpinterodelafacultadparaquehicieraeltrabajorequeridocuantoantes.

Los dos jóvenes habían reanudado sus estudios musicales, y habían tocado amenudola«Areopagita»ymásmúsicadeGrazianidesdequeregresaranaOxfordenotoño.Observaron,sinembargo,quelasillayanocrujíadurantelaGagliarda,yque,de hecho, no se producía ninguna situación anormal durante su interpretación. Enocasionescasisesentíantentadosdedudardelaexactituddesuspropiosrecuerdos,ydeconsiderarqueelmisterioque tanto leshabíaperturbadoduranteel trimestredeverano era puramente mítico. Mi hermano también señaló al señor Gaskell midescubrimiento de que el escudo de armas en el exterior del libro de música eraidénticoalquesufantasíareflejabaenlagaleríademúsicos.Admitiódebuengradoqueenalgúnmomentodebíadehabersefijadoenél,paradespuésolvidarelblasóndellibro,yqueunrecuerdoinconscientesindudahabíainspiradoasuimaginaciónenestecaso.Reprendióamihermanoporhabermepreocupadoinnecesariamentealcontarmeunahistoria tanextravagante;y tuvoelgustodeescribirmeunas líneasaWorthMaltravers, felicitándomepor laagudezademipercepción,perobromeandosobretodoelasunto.

La noche del 14 de noviembre, mi hermano y su amigo estaban sentados,conversando en la habitación del primero. La posición de la librería se habíacambiadoenlamañanadeesedía,yelseñorGaskellhabíaidoavercómoquedabanlos libroscuandose lossituabaalextremo,en lugardealcostadodelahabitación.Aplaudióelnuevoemplazamiento,ylosjóvenessesentaronlargoratoanteelfuego,conunabotelladevinodelcolegioyunplatodenísperosqueyohabíaenviadoamihermanodesdenuestro famosoárbolen lagranjadeWorthMaltravers.Despuéssededicaron a lamúsica, y tocaron una variedad de piezas, interpretando también lasuite «Areopagita». Antes de marcharse, el señor Gaskell felicitó a John por lasmejorasqueelcambiode lugarde laestanteríahabía introducidoensuhabitación,diciendo:

—Nosóloloslibrosmejoranconmucholaaparienciageneraldelahabitaciónensu situación actual, sino que el cambio parece haber producido también alguna

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apreciablemejoraacústica.Lospanelesderoblequeahorahanquedadoexpuestosenel costado de la habitación otorgan una cualidad resonante a la pared que especuliarmente sensible a los tonosde tuviolín.Mientras tocabas laGagliardaestanoche, casi podía imaginarme que alguien en una habitación adyacente estabatocandolamismatonadaconsordina,taninconfundibleeraeleco.

Pocodespuéssemarchó.Mi hermano se desvistió parcialmente en su dormitorio adyacente, y después

regresóalasaladeestar,pusolagransillademimbredelantedelfuego,ysesentóenellamirandoloscarbonesincandescentes,pensandotalvezenlaseñoritaConstanceTemple. La noche prometía ser muy fría, y el viento silbaba en la chimenea,incrementando la sensación de comodidad que transmitía el animoso fuego.Permaneciósentado,contemplandoelrojizoreflejodelfuegobailandosobrelaparedforrada,cuandonotóqueuncuadrosituadodondeanteriormenteestabaelfinaldelalibrería, no estaba bien colgado y necesitaba un ajuste. Los cuadros torcidos leresultaban particularmente ofensivos, y se levantó en seguida para modificarlo.Mientrassedirigíaaél, recordóqueenestemismopuntocuatromesesanteshabíaperdidodevista lafiguradelhombrequevio levantarsede lasillademimbre,yalrecordarlosintióunescalofríoinvoluntario.Esterecuerdoprobablementeinfluyóensuimaginacióntambiénenotrosentido;puesleparecióquemuydébilmente,comosise tocaramuy lejos, y con sordina, podía oír la tonada de laGagliarda. Puso unamano detrás del cuadro para enderezarlo, y al hacerlo su dedo tropezó con unalevísimaprotuberanciadelapared.Apartóelcuadroaunlado,yvioqueloquehabíatocado era la parte de atrás de una pequeña bisagra hundida en la pared, y casiborradaportantasmanosdepintura.Sucuriosidadhabíadespertado,ytomóunavelade la mesa y examinó la pared atentamente. La inspección pronto le reveló otrabisagraunpocomásarriba,ypaulatinamentepercibióqueenelpasadounode lospaneles había sido adaptado para abrirse, y que servía probablemente comoportezuela de una alacena. En estemomento,me aseguró, una febril ansiedad porreabrir lapuertade laalacena tomóposesióndeél,y llenósumentecon la intensaemoción que sentimos en el umbral de un descubrimiento que imaginamos podríaproducir importantes resultados. Soltó la pintura de los bordes con una navaja, eintentóhacerpresiónparaabrir laportezuela;perosu instrumentonoeraadecuadoparaestefin,ytodossusesfuerzosresultaroninútiles.Suemociónhabíaalcanzadoyaun grado abrumador; pues anticipaba, aunque no sabía por qué, que algún extrañodescubrimientoseproduciríaenestaalacenacerrada.Buscóporlahabitaciónalgunaherramientaconlacualforzarlapuerta,yporúltimoconsunavajacortósuficientemaderaenlajunturaparapermitirleinsertarelextremodelatizadorenelagujero.Elrelojde la torredelNewCollegedabalaunaenelmomentoexactoenqueconunvigorosoesfuerzoabriólaportezuela.Parecequenuncahabíatenidouncerrojo,sinoque simplementehabíaquedado selladapor la acumulacióndepintura.Mientras lagirabalentamentesobrelasmohosasbisagras,sucorazónlatíatanrápidoqueapenas

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podía tomar aliento, aunque era consciente todo el tiempo de lo ridículo de suposición,sabiendoqueeramuyprobablequelacavidadinteriorresultaraestarvacía.Laalacenaerapequeñaperomuyprofunda,ybajolaoscuraluzparecióalprincipiono contener nada excepto un montoncito de polvo y telarañas. Se sintió muydecepcionado al meter la mano, pero al instante volvió a sentir un interésestremecedor cuando tocó algo sólido en lo que había imaginado que era sólo unaacumulacióndemohoysuciedad.Agarróunavela,ysujetándolaconunamano,conlaotrasacóunobjetodelaalacenaylopusosobrelamesa,cubiertodeloscuriososropajesdenegruraytelarañascolgantesquehevistoadheridosalasbotellasdevinoantiguo.Lodejóentreelplatodenísperosylajarra,veladoconelpolvoespesocomounmanto,perodescubriendodebajolaformayelcontornodeunviolín.

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CAPÍTULO7

Johnseentusiasmóconeldescubrimiento,ysintiósuspensamientosconfusosdelamismamaneraqueyomismaheexperimentadoalrecibirinesperadamentenoticiasquemeinteresabanprofundamente,yafueranplacenterasodolorosas.Peroalmismotiemposesintióenpartedivertidoporsupropiaemoción,alpensarqueerainfantilsentirseconmovidoporunacontecimientotansimplecomoelhallazgodeunviolínen una vieja alacena. Pronto se tranquilizó y tomó el instrumento con extremocuidado, ya que temía que la edad hubiera podrido lamadera o la hubiese vueltoquebradiza.Conalgunossoplidosvigorososyunasomeralimpiezaconunpañuelo,retiró la pesada capa exterior de telarañas, y empezó a ver más claramente lasdelicadas curvas de la caja y la voluta. Unos minutos de delicada manipulacióndejaron el instrumento lo suficientemente limpio comopara permitirle apreciar susaspectosprincipales.Suaislamientodelmundoexterior,quelapesadaacumulacióndepolvodemostrabaquehabía duradomuchos años, noparecía haberle dañado lomásmínimo;yelhechodequeelcañóndeunachimeneapasaraatravésdelaparedaescasadistanciasindudahabíacontribuidoamantenerelaireenlaalacenaaunatemperaturaestable.Porloqueélpodíajuzgar,lamaderaeratansólidacomocuandosalió de manos del fabricante; pero las cuerdas estaban rotas, por supuesto, yarremolinadasenpequeñosnudos.Lacajaeradecolorrojoclaro,conunbarnizdelustreysuavidadpeculiar.Elmástilparecíamáslargoquelonormal,ylavolutaeranotablementeatrevidaylibre.

ElviolínquemihermanoteníalacostumbredeusareraunexcelentePressenda,regalo de su tutor, el señor Thoresby, cuando cumplió quince años. Pertenecía alperiodofinalymejordeesefabricante,yeracopiadelmodeloStradivarius.Johnlosacó de su funda y lo puso junto a su nuevo descubrimiento, para compararlos entamañoyforma.Advirtióenseguidaquemientrasambosmodeloseranidénticos,lasuperioridaddelviolínmásantiguoentodoslosdetalleseratanseñaladacomoparaconvencerle de que se trataba indudablemente de un instrumento de valorexcepcional. La extrema belleza de su barniz le impresionó vivamente, y aunquenuncahabíavistounStradivariusauténtico,tuvoelconvencimientocrecientedequeestabaenpresenciadeunaobramaestradeesegranfabricante.Almirarelinterior,descubrióquesorprendentementemuypocopolvohabíapenetradoenél,yalsoplaratravés de las ranuras pronto las limpió lo suficiente para permitirle discernir unaetiqueta.Acercó lavelay levantó el violínde formaqueunpequeño tramode luzcayeraatravésdelaranurasobrelaetiqueta.Sucorazónsaltóconunlatidoviolentocuandoleyóloscaracteres«AntoniusStradivariusCremonensis faciebat,1704».Encircunstanciasnormales,habríallegadoalaconclusióndequesemejanteetiquetaerafalsa, pero las condiciones eran completamente distintas en el caso de un violínhalladoenunaalacenaolvidada,conpruebastanevidentesdequehabíapermanecidoallíduranteunperiodomuyprolongado.

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Enaquelmomentonoestabatanfamiliarizadoconlahistoriadelosviolinesdelgran fabricante comomás tarde tanto él como yo lo estaríamos. Así que no pudocalibrarencuántodeterminaríaelañoexactodesumanufacturasuvalor,comparadocon otros especímenes de Stradivarius. Pero aunque el Pressenda que solía tocarsiempre fue considerado un excelente instrumento tanto en fabricación como enbarnizado, su nuevo descubrimiento lo superaba tanto en ambos aspectos que tuvoporseguroquedebíadeserunodelosmejoresproductosdelmaestrodeCremona.

Examinó el violín minuciosamente, escrutando cada rasgo por separado, ydescubrióquecadaunodeelloserade lamásabsolutaperfección,almenospor loquesusconocimientosdelinstrumentolepermitíanjuzgar.Encendiómásvelasparaverlomejor,yponiéndolosobresusrodillas,sesentóaadmirarlohastaqueelfuegomoribundo y el frío creciente le advirtieron que la noche ya estaba avanzada. Porúltimo,llevándoloasuhabitación,loguardócuidadosamentebajollaveenuncajónyseretiróporesanoche.

Despertóalamañanasiguienteconlaagradableconcienciadequehabíaalgunarazón para la alegría, la cual sentimos al despertar en épocas de felicidad, inclusoantes de que nuestra razón, al localizarla, nos recuerde cuál era la causa real denuestro gozo. Al principio tuvo miedo de que su entusiasmo, influyendo en laimaginación,lehubierallevadoasobrestimarlaexcelenciadelinstrumentolanocheanterior,ylosacódelcajóncasiesperandosentirsedecepcionadoconsuaparienciadiurna. Pero unamirada bastó para convencerle de la naturaleza infundada de sussospechas. Los variados primores que había observado antes se multiplicaban porcien a la luz del día, y comprendió de forma más completa que nunca que elinstrumentoeradeunvalorexcepcional.

Y ahora,mi queridoEdward, te pido perdón si en la historia tengo que incluiralgunaobservaciónmíaqueparezcaenturbiarelcarácterdetudifuntopadre,SirJohnMaltravers.Yteruegoqueconsideresquetupadrefuetambiénmiqueridoyúnicohermano,yquees indescriptiblementedolorosoparamí relatarcualquieractosuyoquepuedaparecerindignodeunnoblecaballero,comoélsindudafue.Sóloobroasíporque,cuandoestuvopróximosufin,meimpusoestrictamentequetenarraseestascircunstanciasde formacompletacuando fuerasmayordeedad.Debemos recordarhumildemente que sólo Dios puede juzgar, y que no nos corresponde a nosotros,pobresmortales, decidir qué es correcto o equivocado en ciertas circunstancias denuestroscongéneres,sinoquecadaunodeberíaesforzarseconelmayorempeñoencumplirconsupropiodeber.

Tu padre me ocultó por completo el descubrimiento que había hecho. No fuehastamuchodespuésquemelorelató,ysóloobtuveconocimientodeésteymuchosotros de los actos que ahora te voy a contar en una fecha muy posterior a queacontecieran.

Johnexplicóasucriadoquehabíadescubiertoyabiertounaviejaalacenaenunpanel, sinmencionar el hechodequehubiera encontradonadadentro de ella, sino

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simplementepidiéndolequedierainstruccionesparaquesearreglaralapinturaylaalacenasepusieraenestadoutilizable.Antesdequehubieraterminadoundesayunotardío, el señorGaskell le acompañaba, y ha sido paramí unmotivo de duraderopesar que mi hermano también ocultara a su amigo más íntimo y leal eldescubrimiento de la noche anterior. Ciertamente, le dijo que había encontrado yabiertounaviejaalacenaenlospaneles,peronohizomenciónalgunadequehubierahabidonadadentro.Nopuedodecirquéleinspiróestaacción,pueslosdosjóvenessetratabanentérminosdeintimidaddesdehacíatantotiempoqueelunocompartíaconelotrocasicomolomásnormalcualquierplacerosinsaborquepudieraacaecerasusuerte.ElseñorGaskellmirólaalacenaconciertointerés,ydijodespués:

—Ahora sé, Johnnie, por qué la estantería de la librería que se erguía allí eramóvil cuando todas las otras estaban fijas. Algún antiguo ocupante utilizaba laalacena, sin duda, como receptáculo secreto para sus tesoros, y la enmascarabaponiendo las librerías delante. ¡Quién sabe qué guardaba ahí, o quién era! Nomesorprenderíaquefueraelmismohombrequesolíaveniraquítanamenudoaoírnostocarla«Areopagita»,yaquienvisteaquellanochedelpasadojunio.Hizofabricarlaestanteríaparaquesemovierayledieraaccesoaestacavidadcuandolorequiriese:después abandonóOxford, o tal vezmurió, elmisterio fue olvidado, y después deunasmanosdepintura,lasgrietassecerraron.

PocodespuéselseñorGaskellsemarchóporqueteníaqueasistiraunaclase,ymihermanosequedósoloparacontemplarsunuevotesoro.Trasmeditarlounrato,decidió que llevaría el instrumento a Londres, y pediría la opinión de un expertosobre su autenticidad y valor.Conocía al difunto señorGeorge Smart, el conocidotratante de Londres, a quien su tutor, el señor Thoresby, había comprado el violínPressenda que John utilizaba habitualmente. Además de ser comerciante deinstrumentos valiosos, el señor Smart era un famoso coleccionista de Stradivarius,consideradounade las principales autoridadesdeEuropa en ese campodel arte, yautor de unavaliosa obra de referencia relacionada con ello.Fue a él, por tanto, aquien mi hermano decidió llevarle el violín, y escribió una carta al señor Smartdiciendoquelegustaríatenerelplacerdevisitarlealdíasiguienteporunacuestiónde negocios. Después llamó a su tutor, y con alguna excusa obtuvo permiso paraviajaraLondresalamañanasiguiente.Pasóelrestodeldíasinsalir,limpiandoconextremo cuidado el violín, y la tarde del siguiente lo llevó cuidadosamenteempaquetadoalestablecimientodelseñorSmartenBondStreet.

ElseñorSmart recibióaSirJohnMaltraverscondeferencia,ypreguntóenquépodíaservirle.Alsaberqueserequeríasuopiniónsobrelaautenticidaddeunviolín,sonriódeformamásbiensospechosaylecondujoaunasalitatrasera.

—MiqueridoSirJohn—dijo—,esperoquenolehayanhechocomprarcualquierinstrumento fiándose de su antigüedad. En estos momentos han aflorado tantasbuenascopiasdeinstrumentosdefabricantesfamososquellevansusetiquetasquelasposibilidadesdeobtenerunviolíngenuinodeunafuentenoreconocidasonremotas;

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de cientos de violines quemehan enviadopara conocermi opinión, descubroqueapenasunodecadacincuentaesloqueaparentaser.Dehecho,laúnicareglasegura—añadió como comentario profesional—, es no comprar nunca un violín amenosqueloobtengadeuntratantequetengaunareputaciónqueperder,yestarpreparadoapagarunpreciorazonableporél.

Mientras tanto, mi hermano había desempaquetado el violín y lo había puestosobrelamesa.Mientrasretirabalaúltimahojadepapeldeestaño,vioesfumarselasonrisa condescendiente del señor Smart, que, asumiendo unamirada de interés yexcitación, dio un paso adelante, tomó el violín en sus manos, y lo examinóatentamente.Lediovueltasensilenciodurantealgunosmomentos,mirandomuydecercacadarasgo,einclusoaplicándolelapruebadeunalupa.Porúltimo,dijoconlavozalterada:

—Sir John, he tenido en mis manos casi todos los mejores productos deStradivarius,ymecreíafamiliarizadocontodoslosinstrumentosnotablesquejamássalierondesutaller;perodeboconfesarquemehabíaequivocado,ylepresentomisexcusaspor ladudaqueexpreséencuantoal instrumentoqueme traía.Esteviolínpertenecealaedaddeorodelgranmaestro,esincontestablementegenuino,ymejorenalgunosaspectosquecualquierStradivariusquehayavistojamás,sinexceptuarnisiquiera al famosoDolphin.No necesita temer por su autenticidad: ningún expertopodría tenerlo en susmanos durante un segundo y conservar lamenor duda sobreello.

Mi hermano se sintió muy complacido por tan favorable veredicto, y el señorSmartcontinuó.

—ElbarnizesdelrojobrillantequeStradivariususóensumejorperiododespuésdeabandonareltinteamarilloquealprincipiocopiabadesumaestroAmad.Nuncahe visto un barnizmás espeso nimás lustroso, ymuestra en la parte de atrás esasombrapeculiarqueimitaeldesgastequellamamos«usado».Elbordetambiénesdeuna calidad insuperable. Su ejecución es tan exquisita que debo recomendarle queutiliceunalupaparasuexamen.

Yasícontinuó,encontrandoacadamomentonuevasbondadesqueadmirar.MihermanosesentíaalprincipiotemerosodequeelseñorSmartlepreguntase

dedóndeprocedía tanextraordinario instrumento,perovioqueelexpertoyahabíasacado sus propias conclusiones al respecto. Sabía que John había cumplido lamayoríadeedadrecientemente,yevidentementesupusoqueelviolínformabapartedelaherenciadeWorthMaltravers.JohnpermitióqueelseñorSmartconservaraestaideaequivocada,diciendotansóloquehabíadescubiertoelinstrumentoenunaviejaalacena,dondeteníarazonesparapensarquehabíapermanecidoocultoduranteaños.

—¿Ynohaydocumentosadjuntosa tanespléndido instrumento?—preguntóelseñorSmart—.Supongoque llevamuchosañosen su familia. ¿Sabecómo llegóasusmanos?

Creoqueésta fue laprimeraocasiónen laquea John se leocurriópensarqué

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derecho tenía a la posesión del instrumento. Se había emocionado tanto con sudescubrimientoquelacuestióndelapropiedadnoselehabíapasadoporlacabeza.La desagradable idea de que al fin y al cabo no era suyo, que el colegio podríalegítimamente reclamarlo, se leplanteóduranteun instante;pero ladejóde ladoalmomento, acallando su conciencia con la reflexión de que almenos éste no era elmomentodehacersemejanterevelación.

LidióconlapreguntadelseñorSmartlomejorquepudo,diciendoqueignorabalahistoriadelinstrumento,perosincontradecirlasuposicióndequellevabamuchotiempoenposesióndesufamilia.

—Es ciertamente singular—continuó el señorSmart—que un instrumento tanmagnífico llevara tanto tiempo escondido; y que incluso losmásversados en estascuestiones ignorasen por completo su existencia. Tendré que revisar la lista deinstrumentosfamososenlapróximaedicióndemiHistoriadelViolín,yescribir—añadiósonriendo—unpárrafoespecialsobreelStradivariusdeWorthMaltravers.

Despuésdemuchasotrascosasquenonecesitorelatar,elseñorSmartsugirióqueel violín se quedase con él para que pudiera examinarlomás a su gusto, y quemihermano debería regresar al cabo de una semana, cuando hubiera hecho abrir elinstrumento,unaoperaciónqueentodocasoeraaconsejable.

—El interior—añadió—pareceestar estrictamenteen suestadooriginal,yesopodré determinarlo cuando esté abierto. La etiqueta está perfecta, pero si no meequivoco,puedover algomás arriba, sobre la espalda, quepodría seruna segundaetiqueta. Esto estimula mi interés, pues no conozco ningún caso en que uninstrumentollevasedosetiquetas.

Mihermanoaccediódebuengradoaestapropuesta,puesestabaimpacientepordisfrutarensoledaddelplacerdeundescubrimientotangratificantecomohabíasidolaindiscutibleautenticidaddelinstrumento.

Mientrasreflexionabasobreeltemaconmayortranquilidad,sesintióansiosoporsabercuálpodríaserelsignificadodelasegundaetiquetadelaquehabíahabladoelseñorSmart.Me sonrojo al decir que temíaquepudiera llevar el nombrede algúnpropietario del instrumento o alguna otra inscripción que demostrase que elinstrumentono llevaba tanto tiempoen la familiaMaltraverscomohabíapermitidoquesupusieraelseñorSmart.Así fueposiblequeen tanbreve lapsode tiempoSirJohnMaltraversdeWorthtemieseserdescubierto,sinoenunafalsedadabsoluta,síalmenosenhaberconsentidounaconsusilencio.

Durantelasemanasiguiente,Johnpermanecióenestadodenerviosismo.Trabajópoco,ydejódeladoasusamigos,suspensamientosconstantementeocupadosconelextraño descubrimiento que había hecho. Sé también que su sentido del honor leatormentaba,yquenoestabasatisfechoconelrumboquehabíatomado.LanochedesuregresodeLondres,acudióalashabitacionesdelseñorGaskellenelNewCollege,y pasó una hora conversando con él sobre materias intrascendentes. Durante eltranscursodelacharla,propusoasuamigocomodilemamorallacuestióndelcurso

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deacciónquedeberíatomarsesiunoencontraraalgúnartículodevalorescondidoensu habitación. El señor Gaskell contestó titubeante que se sentiría obligado acomunicárseloalasautoridades.Vioquemihermanonosesentíacómodo,yconlaclaridad de juicio que siempre exhibía, supuso que realmente había hecho algúndescubrimiento de ese tipo en la alacena de su habitación. No podía adivinar, porsupuesto,lanaturalezaexactadelobjetohallado,ypensóqueprobablementeestaríarelacionado con un tesoro pecuniario; pero insistió con mucho énfasis en laobligación de revelar en seguida cualquier cosa de este género. Sin embargo, mihermano,me temo quemal aconsejado por ese sentimiento de derecho inalienableque siente el descubridordeun tesoro sobre el tesoro, noprestómás atención a larecomendación de su amigo que a las estocadas de su propia conciencia, y siguióadelante.

A partir de aquel día, mi querido Edward, John empezó a mostrar un espíritusecretistayunareservacompletamenteajenasasudisposiciónabiertayhonorable,ytambién empezó a ver menos al señor Gaskell. Su amigo intentaba, es verdad,ganarsesuconfianzaysuafectoportodoslosmediosasudisposición;peroapesarde ello, la fisura entre los dos se ensanchaba de forma ostensible, y mi hermanoperdiólacamaraderíayelconsejodeunamigofielenunmomentoenquenopodíapermitirsecarecerdeellos.

John regresó a Londres la semana siguiente, y se reunió con el señor GeorgeSmart previa cita enBond Street. Si el experto se habíamostrado entusiasta en laprimera ocasión, en ésta lo fue diez vecesmás.Habló en términos casi de éxtasissobreelviolín.Locomparabacondosmagníficos instrumentosde lacoleccióndeldifuntoseñorJamesLoding,porentonceslamejordeEuropa;yeramanifiestamentesuperioraambos,tantoenladelicadatalladesumaderacomoensusingularmenteexquisitobarniz.

—Sobresutono—dijo—,nopodemos,porsupuesto,pronunciarnostodavíaconcerteza,peroestoysegurodequesuvoznodesmentirásuespléndidoexterior.Sehaabiertoconcuidado,yseencuentraenunacondiciónextrañamenteperfecta.Variaspersonaseminentementecualificadasparajuzgarlocoincidenconmigoenconsiderarquesehatocadoextremadamentepoco,yadmitenquenuncahabíanvistouninteriortanintacto.Lavolutaesexcepcionalmenteaudazyoriginal.Aunqueindudablementeobra de la mano del gran maestro, luce un patrón completamente distinto ydistinguibledecualquierotroquehayapodidoobservarjamás.

Entoncesindicóamihermanoquelaslíneaslateralesdelavolutateníanuncorteextraordinariamenteprofundo,yquesupartefrontalseproyectabamuchomásdelocomúnenestosinstrumentos.

—El rasgomás destacado—concluyó—es que el instrumento lleva una dobleetiqueta.Ademásdelaetiquetaqueyahavistodondesedice«AntoniusStradivariusCremonensis faciebat», con la fechade superiodomásespléndido,1704, tan claraque la tintaapenaspareceseca,hayotramáspequeñaunpocomásarriba,sobre la

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tapa,quelemostraré.Desmontóelviolíny leenseñóunapequeñaetiquetaconcaracteresescritosen

tintaborrosa.—Es la letra de Antonio Stradivarius en persona, y es fácilmente reconocible,

aunqueesmuchomás firmequeunamuestraqueviunavez,escritaensuancianaedad,yquedabasunombreylafechade1736.Entoncesteníanoventaydosaños,ymurióalañosiguiente.Peroenésta,comove,noponesunombre,sinosimplementedospalabras,«Porphyriusphilosophus».Aquépuedareferirseestonolosé:escapaamis conocimientos. Mi amigo el señor Calvert me ha sugerido que Stradivariuspodría haber dedicado este violín al filósofo pagano, o haberle puesto su nombre;peropareceimprobable.Esciertoquesédedosviolinesllamados«Peter»y«Paul»,pero los casos que dieron pie a estos nombres sonmuy raros, y creo que es algocompletamentesinprecedentesencontrarunnombreasignadodeestaformaenunaetiqueta.

»Entodocaso,debodejarqueseasuingenioelquedescifreesteenigma.Nielpuenteni labarradegraveshansidomovidos,yheaquíunviolínStradivariusquetieneexactamentelamismaaparienciaquetuvoeneltallerdelgranmaestro,yqueestá exactamente en las mismas condiciones; pero creo que la tapa es lo bastantefuertepararesistiruncordajemoderno.Leaconsejoquemedejeelinstrumentoalgúntiempomás,paraquepuedaprestarle laatencióndebidayasegurarmedequese leponenlascuerdascorrectamente.

Mi hermano le dio las gracias y le dejó el violín, diciendo que más tarde leindicaríaporcartaladirecciónalaquequeríaqueseloenviasen.

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CAPÍTULO8

Unos días después de esto, el trimestre de otoño llegó a su fin, y la segundasemana de diciembre John regresó a Worth Maltravers para las vacaciones deNavidad. Su llegada siempre había supuesto una gran alegría para mí, y en estaocasión aguardaba su compañía conmás expectación de la acostumbrada, pues sehabíasuspendidolavisitadeunaamigayhabíapasadoelúltimomessola.Despuésdequelaalegríadenuestroprimerencuentrosehubieramoderadountanto,nopasómuchosinquenotaseuncambioensusmanerasquemedesconcertó.Noesquefueramenosamableconmigo,puescreoqueera inclusomástiernamentesolícitoydulcede lo que le había visto jamás, pero tenía la incómoda sensación de que algunasombrasehabíaentrometidoentrelosdos.Fuelapequeñanubequeselevantabaenla distancia la que después oscureció su horizonte y el mío. Echaba de menos laantigua sinceridady la francaconfianzaque siempremehabíamostrado;yparecíaque siempre había algo en el fondo que intentaba ocultarme. Era obvio que suspensamientosestabanconstantementeenotrositio,tantoqueenmásdeunaocasiónreplicóconrespuestasvagaseincoherentesamispreguntas.Avecesmecontentabacon pensar que estaba enamorado, y que sus pensamientos estaban con la señoritaConstanceTemple;peroinclusoasí,nopudepersuadirmedequesucomportamientoalterado se podía justificar por completo. En otros momentos un aire aturdido,completamente extraño a su carácter inteligente, que observaba en especial por lasmañanas, despertaba en mis pensamientos la terrible sospecha de que tuviera elhábitodetomaralgúnnarcóticosecretooalgunaotradroganociva.

NuncahabíamospasadolaNavidadfueradeWorthMaltravers,ysiemprehabíasidounaépocadegozoy recogimientoparaambos.Pero,bajoestascircunstanciasperturbadas, me causó un gran alivio y agradecimiento recibir carta de la señoraTempleinvitándonosaambosapasarlaNavidadyelAñoNuevoenRoyston.Estainvitación tuvo sobre mi hermano precisamente el efecto que yo esperaba. Ledespertó de su melancolía, y mostró un gran placer en aceptarla, especialmenteporquenuncahabíaestadoenDerbyshire.

NosreunimosconungrupopequeñoperomuyagradableenRoyston,ypasamosuna quincena deliciosa. Mi hermano parecía haberse sacudido completamente suindisposición; y vi cumplirse mis mejores esperanzas en la cálida relación queevidentementeestabasurgiendoentreélylaseñoritaConstanceTemple.

Nuestravisita seaproximabaasu final,y faltabamenosdeunasemanaparaelregresode JohnaOxford.La señoraTemplecelebróel términode las festividadesnavideñas dando un baile la Noche de Reyes, al cual acudió un grupo numeroso,incluidas la mayoría de las familias del condado. Royston estaba admirablementepreparadoparasemejantesactividades,empezandoporelnúmeroygrantamañodesus recibidores. Aunque isabelina de fecha y apariencia externa, sucesivasgeneracioneshabíanmodificadoy ampliado enmucho la casa; yun antepasadode

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mediados del siglo anterior había construido en la parte trasera un salón enormesegúnelmodeloclásico,cubriéndoloconunabóvedaocúpula.Enestahabitaciónsecelebrabaelbaile.Lacenasesirvióenelantiguosalóndelapartedelantera,yeneltranscursodeellasedesatóunatormentaeléctrica.Lorarodesemejantefenómenoenmitaddelinviernofuetemadecomentariogeneral;peroaunquelosrelámpagoseranextremadamentebrillantes,puessepodíaverclaramentea travésde lascortinasdelas ventanas, la tormenta parecía estar a cierta distancia y, excepto por ciertorepiqueteo,lostruenosnoeranfuertes.Despuésdelacenasereanudóelbaile,yyoparticipabaenunapolca (llamada, recuerdo, elReyPippin), cuandomi compañeroobservóqueunodeloslacayosqueríahablarconmigo.Leroguéquemellevaseaunlado,yentonceselcriadomeinformódequemihermanoseencontrabaenfermo.SirJohn, dijo, había sufrido un desvanecimiento, pero había sido llevado a la cama yestaba siendoatendidopor elDr.Empson,unmédicoquepor azar estabapresenteentrelosvisitantes.

Abandoné al instante el salón y me dirigí apresuradamente al cuarto de mihermano. Por el caminome encontré con la señora Temple y conConstance, éstamuy afectada y llorosa. La señora Temple me aseguró que el Dr. Empson habíainformadofavorablementesobreelestadodemihermano,atribuyendosudesmayoalsobresfuerzoenelsalóndebaile.Elmédicolehabíametidoenlacamaconelauxiliodel ayuda de cámara de Sir John, le había dado un trago tranquilizante, y habíaordenado que por ahora no se le molestara. Era mejor que yo no entrase en lahabitación;merogóquetuvieralaamabilidaddeconsolaryanimaraConstance,queestabamuyalterada,mientrasellavolvíaconsusinvitados.

Conduje a Constance hasta mi cuarto, donde ardía un fuego espléndido, y latranquilicélomejorquepude.Suinteréspormihermanoeraevidentementemuyrealynadafingido,yaunquenoadmitíasupredisposiciónhaciaélconpalabras,nohizoningúnesfuerzoporocultarmesussentimientos.Labesécon ternura,y lepedíquemenarraralascircunstanciasdelataquedeJohn.

Pareceserquedespuésdelacenahabíansubidoalasalademúsica,yélmismohabíapropuestoqueentraranen lagaleríade retratos,dondepodríanvermejor losrelámpagos, que entonces eran especialmente vigorosos. La galería de retratos deRoystonesunahabitaciónmuylarga,estrechaymásbienbaja,querecorre toda lalongitud del ala sur, y termina en un gran mirador Tudor, o ventana salediza,orientadahaciaeleste.Endichomiradorestuvieronsentadosdurantealgúntiempo,contemplando los rayos, y el paisaje invernal revelado por un instante y acontinuaciónsumergidodenuevoenlanegruraexterior.Lagaleríamismanoestabailuminada,yelefectodelosrelámpagoseraespléndido.

Hubo un rayo extraordinariamente brillante acompañado de ese excepcionalrepiqueteodetruenosquehabíanotadoconanterioridad.Constancehabíahabladoamihermano,peroéstenocontestó,yalmomentoellavioquesehabíadesmayado.Buscóayudasinperderunmomento,peropasóalgúntiempoantesdequerecuperase

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laconciencia.Concluyó su relato, y se quedó sentada sujetando mi mano entre las suyas.

Especulamossobrelarazóndelaenfermedaddemihermano,pensandoquepodríadebersealsobresfuerzo,oaestarsentadoenunambientegélido,pues lagaleríaderetratosno teníacalefacción,cuando la señoraTemple llamóa lapuertaydijoqueJohnsehallabaalgorepuestoyqueteníagrandesdeseosdeverme.

Alentrarenelcuartodemihermano,loencontrésentadoenlacama,vestidoconunbatín.Parnham,suayudadecámara,queestabaarreglandoelfuego,abandonólahabitaciónalentraryo.Habíaunasillaalacabeceradelacamaymesentéjuntoaél.Tomómimanoentrelassuyasysinunapalabraestallóenlágrimas.

—Sophy—dijo—,mesientomuyinfeliz,ytehehechollamarparacontartemisproblemas, porque sé que serás indulgente conmigo. Hace una hora todo parecíaespléndido.EstabasentadoenlagaleríaderetratosconConstance,aquienamocontodomicorazón.Habíamosestadocontemplandolosrelámpagos,hastaqueeltruenofuedesvaneciéndoseylatormentapareciópasar.Estabaapuntodepedirlequefuerami esposa cuando un relámpago más brillante que todos los demás estalló sobrenosotros, y vi… vi, Sophy, en pie en la galería, tan cerca demí como tú lo estásahora…vi…aaquelhombredequientehabléenOxford;yentoncesmesobrevinoestedesmayo.

—¿Aquién te refieres?—dije, sin comprenderdequémehablaba, ypensandoporunmomentoquesereferíaaotrapersona—.¿VistealseñorGaskell?

—No,aélno; sinoaunmuertoaquienvi levantarsedemi sillademimbre lanochequetemarchastedeOxford.

Talveztesonríasantemidebilidad,miqueridoEdward,puesenverdadenaquelmomentonotuvejustificaciónparaella;peroteaseguroqueaúnnoheolvidado,ynuncaolvidaré,laimpresióndehorrorabrumadorquesuspalabrasprodujeronenmí.Fuecomosiunmiedoqueanteriormentehubierapermanecidovagoyensombrecidoen el fondo, empezara ahora a avanzar hacia mí, adquiriendo mayor definición amedidaqueseaproximaba.Paramíhabíaalgomorbosamenteterribleenlaapariciónde este hombre en una crisis tan crucial en la vida de mi hermano, y en seguidareconocíqueesafiguradesconocidaeralasombraquepaulatinamenteseinterponíaentre John y yo. Aunque fingí incredulidad lo mejor que pude, y utilicé losargumentos o tópicos que siempre se utilizan en estas ocasiones, afirmando quesemejantefantasmasólopodíaexistirenunamenteperturbadaporladebilidadfísica,mihermanonosedejóengañarpormispalabras,yadvirtióalinstantequenisiquierayomismacreíaenellas.

—QueridaSophy—dijo,conunairemuchomástranquilo—,dejemosdeladolosfingimientos.Séqueloquehevistoestanoche,yqueloquevielveranopasadoenOxford,nosonfantasmasdemicerebro;ycreoquetútambiénestásconvencidadeestaverdadenlomáshondodetualma.Porlotanto,nointentespersuadirmedelocontrario. Si no puedo creer en la evidencia demis sentidos, serámejor reconocer

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cuanto antes mi locura, y sé que no estoy loco. Pensemos más bien qué puedesignificar semejanteaparición,yquiéneselhombrequeasí sepresenta.Nopuedoexplicarteporquéestaapariciónmeinspiratantaaversión.Sólopuedodecirqueensupresenciaescomosimeenfrentaraaalgunaperversidadabismalyrepugnante.Noes que la forma que tiene sea espantosa.Anoche le vi exactamente como le vi enOxford,sucarapálidacomolacera, labocaburlona, lamismafrenteelevada,yelpelo tan estirado que casi parece levantarse sobre sus extremos. Llevaba lamismalevitalargadetelaverdeyelchalecoblanco.Parecíaquehubieraestadoescuchandolo que decíamos, aunque no le vimos hasta que ese relámpago brillante le hizomanifestarse.RecordarásquecuandolevienOxfordsusojossiempremirabanhaciaabajo,demaneraquenosupesucolor.Estavezestabanabiertosdeparenpar;dehechonosmirabadirectamente,yerandeuntonocastañoclaroymuybrillantes.

Vi que mi hermano se alteraba, y todavía estaba débil por su recientedesvanecimiento.Sabía,también,quecualquierpersonanormaldeánimofuertediríaalinstantequesucerebrodivagaba,peroyotuveelterribleconvencimientotodoeltiempodequeloquemedecíaeraverdad.Loúnicoquepodíahacererarogarlequesecalmase,yreflexionarsobrelovanasquedebendesersemejantesfantasías.

—DebemoscreerenDios,queridoJohn—dije—.Estoyseguradequesiempreque no vivamos en pecado consciente, no seremos entregados a ningún podermaléfico; y conozco a mi hermano lo suficiente para saber que no hará nada asabiendasdeque esmalo.Si hay espíritusmalignos, como senos enseñaquehay,también se nos enseña que hay espíritus buenos más fuertes que ellos, que nosprotegerán.

Asíhabléconélduranteunrato,hastaquesetranquilizó;ydespuéshablamosdeConstanceydesuamorporella.Sesintiómuycomplacidoalsabera travésdemícómo ella había mostrado tan obvios signos de interés por su enfermedad, y desinceroafectoporél.Detodasformas,mehizoprometerquenuncalemencionaríaaellanadadeloqueélhabíavistoesanochenielveranoanteriorenOxford.

Se había hecho tarde, y el ritmo ondulante de los bailes, que había sidoclaramente perceptible en la habitación, aunque no podíamos oír ningún ruidodefinido,yahabíacesado.LaseñoraTemple llamóa lapuertaantesdeacostarseypreguntó cómo se encontraba John, al mismo tiempo que le transmitía un amablemensaje de simpatía deConstance, que le causó gran satisfacción.Después que sehubomarchado,yotambiénmepreparépararetirarme;peroantesdeirmemerogóque tomara un devocionario que había sobre lamesa y que leyera en voz alta unaplegariaquemeseñaló.EraladelsegundodomingodeCuaresma,yevidentementeleresultaba harto conocida.Mientras la leía, las palabras parecían cobrar un nuevoymásprofundosignificado,ymicorazónrepetíaconfervorlapeticióndeproteccióndeesos«pensamientosmalignosquepuedenasaltaryherirelalma».Ledilasbuenasnochesymemarchémuyapesadumbrada.Parnham,apeticióndeJohn,sepreparóparadormirenunsofáeneldormitoriodesuseñor.

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Al día siguienteme levanté al alba, y fui a la habitación demi hermano parapreguntarcómoseencontraba.Parnhammeinformódequehabíapasadounanocheintranquila, y al entrar un pocomás tarde lo encontré con fiebre alta, ligeramentedelirante,yevidentementenotanbiencomocuandolehabíavistoporúltimavez.LaseñoraTemple,conmuchaamabilidadyprevisión,habíarogadoalDr.EmpsonquepermanecieseenRoystondurantelanoche,yprontoestuvoatendiendoasupaciente.Su diagnóstico fue indiscutiblemente grave: John padecía de un serio acceso demeningitis;suestadodabarazonesparalaalarma;nopodíarespondersobrequégiropudiese tomar la enfermedad. Imaginarás cómo me afectó esta información; y laseñora Temple y Constance compartían mi ansiedad. Constance y yo hablamosmuchoaquellamañana.Lapreocupaciónsincerahabíaeliminadosusreservas,ymeexpresóabiertamente sus sentimientoshaciamihermano, sinocultar su inclinaciónhaciaél.Yo,pormiparte, lehicecomprender lobienvenidaqueseríaparamíunauniónentreellayJohn,ylosinceramentequelaapreciabacomohermana.

Eraunamañanadecrudoinvierno,conalgodenieveyfuertesvientos.Lacasaseencontraba en el estado de desorden que normalmente se puede observar al díasiguienteaunbaileuotrafestividadimportante.Larecorrídandovueltasinfatigable,y por último llegué hasta la galería de retratos, que había sido escenario de laaventuradeJohnlanocheanterior.Nuncahabíaestadoenesapartedelacasa,yaquenoteníainstalacionesparacalefacción,yporlotantoamenudopermanecíacerradadurante los meses invernales. Hallé un placer apático en admirar los cuadros quecubríanlasparedes,lamayoríadeloscualeseranretratosdeantiguosmiembrosdelafamilia, incluida la famosa pintura de Sir Ralph Temple y su familia, atribuida aHolbein. Había llegado al extremo de la galería y me senté en el mirador,contemplando cómo caían los dispersos copos de nieve, y cómo los siempreverdesoscilaban salvajemente con las ráfagas de viento repentinas. Mis pensamientosestabanocupadosconlosacontecimientosdelanocheanterior,conlaenfermedaddeJohn,conelbaile,ymeencontrétarareandolamelodíadeunvalsquehabíaatrapadomiimaginación.Porúltimomevolvídesdelaescenadeljardínhacialagalería,yalhacerlomisojoscayeronsobreunnotablecuadroqueteníajustoenfrente.

Eraunretratodecuerpoenterodeunjoven,atamañoreal,yapenashabíatenidotiempo de apreciar sus rasgos principales cuando supe que tenía delante de mí lacontrapartidapintadadelavisióndemihermano.Eldescubrimientomeprovocóunasorpresa violenta, y fue con infinita aversión que reconocí al instante los rasgos yropasdelhombreaquienJohnhabíavistolevantarsedelasillaenOxford.Contantaprecisiónmelohabíadescritolaimaginacióndemihermano,queparecíacomosiyomismalehubieravistoantes.Observécadaunodelosrasgos,comparándolosconladescripcióndemihermano,yencontrándolostodosfamiliaresyencorrespondenciaexacta. Era un hombre todavía en la flor de la vida. Sus rasgos eran uniformes yhermosamentemoldeados;perohabíaalgoensurostroquemeinspirabaunprofundoaborrecimiento,aunquesusojoscastañosestabanabiertosy resplandecían.Suboca

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estabafinamentecortada,conunaligeramuecadeburlaenloslabios,ysupielteníaesa extrema palidez que se había grabado profundamente en la imaginación demihermanoyenlamíapropia.

Después de que la intensa sorpresa inicial hubo remitidoun tanto, experimentéunasensacióndegranalivio,puesaquíhabíaunaexplicaciónextraordinariaparalavisión de mi hermano la noche anterior. Estaba claro que el relámpago habíailuminado su malhadado retrato, y que en su imaginación predispuesta la figurapintada se había destacado como una verdadera encarnación. Que semejanteincidente, aunque alarmante, pudiera haberle provocado a John una meningitis,demostrabaqueyadebíadehaberseencontradoenunestadomuydébilodisminuido,en el cual la emociónactuaríade formamuchomáspoderosaque enun estadodesaludmuchomásrobusto.Unestadodedebilidadsimilar,perturbadoporlaemocióndesupasiónporConstanceTemple,podríaseguramentehaberconjuradotambiénlavisión que creyó ver la noche que abandonamos Oxford en el verano. Estospensamientos, mi querido Edward, me proporcionaron un gran alivio; pues porcomparaciónparecíaunacuestióntrivialquemihermanoestuvieraenfermo,inclusogravemente enfermo, si su indisposición físicapodía explicar el pavor sobrenaturalque le había acosado los últimos seismeses. Las nubes se estaban disipando. EraevidentequeJohnsehabíaencontradogravementeindispuestodurantevariosmeses;su debilidad física había actuado sobre su cerebro; y yo había dado vida a susdisparatadasfantasíasalsentirmealarmadaporellas,enlugarderechazarlasdeplanoo burlarme amablemente de ellas como debería haber hecho. Pero estos alegrespensamientosmellevarondemasiadolejos,ydeprontomeviasaltadaporunaideaquenoadmitíaunaexplicacióntansencilla.Silafiguradelhombrequemihermanovio enOxford era simplemente un producto de la imaginación trastornada, ¿cómohabía podido describirla exactamente tal y como aparecía representada en estecuadro?NuncaanteshabíaestadoenRoyston,yporlotantonopodíatenerningunaimagen del retrato grabada inconscientemente o escondida en su mente. Pero sudescripciónnuncahabíavariado.Habíasidotanprecisacomoparapermitirmecrearenmiimaginaciónunarepresentaciónvividadelhombrequehabíavisto;yaquíteníaantemísusrasgosyropasreproducidosdeformaexacta.Anteunacoincidenciatanextraordinaria, larazónsesentíadesorientada,ynosupequépensar.Meacerquéalretratoyloexaminémásdecerca.

LasropascorrespondíanentodoslosdetallesalasquemihermanohabíadescritoquellevabalafiguradeOxford:unalargalevitadetelaverdeconbordadosdorados,un chaleco de satén blanco con tallos de rosas bordados, puntilla dorada en losbolsillos, calzones de ante, y bajando por el cuello elegantemente moldeado unacorbata largadeexquisitosencajes.La figuraposabanegligente,apoyándoseenunpedestal de piedra o columna corta sobre la que yacía el codo izquierdo, y el piederecho estaba cruzado levemente sobre el izquierdo. Sus zapatos eran de cueronegro con grandes hebillas de plata, y toda su indumentaria era muy a la moda

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antigua, tal como sólo la había visto en bailes de disfraces. En el pie del pedestalestaba el nombre del pintor: «Battoni pinxit, Romae, 1750». Sobre lo alto delpedestal, y bajo su hombro izquierdo, había un largomanuscrito aparentemente demúsica,delcualunextremo,desplegado,colgabasobreelborde.

Durante algunos minutos permanecí mirando este retrato que tanto me habíasorprendido, perome volví al oír pasos en la galería, y vi aConstance, que habíavenidoabuscarme.

—Constance—dije—, ¿de quién es este retrato? Es un cuadro impresionante,¿verdad?

—Sí,esunamagníficapintura,aunquedeunhombremuymalo.SunombreeraAdrianTemple,yfuepropietariodeRoyston.Nosémuchodeél,perocreoqueeramuyperversoymuyastuto.Mimadrepodríacontartemás.Esuncuadroquenonosgusta a nadie, aunque esté tan bien pintado; y tal vez porque siempre me lodescribierondesdeniñacomounhombremalo,tengoaversiónporél.Escuriosoquecuando surgió el relámpago anoche mientras tu hermano John y yo estábamossentadosaquí,iluminóestecuadroconunresplandorcegadorquehizoquelafiguradestacara tan extrañamenteque casi parecíaviva.Fue justodespuésde eso cuandodescubríqueJohnsehabíadesmayado.

Elrecuerdonoeraagradableparaningunadelasdosycambiamosdetema.—Vamos—dije—,abandonemoslagalería,aquíhacemuchofrío.Aunquenodijenadamásenaquelmomento,suspalabrasmehabíancausadouna

fuerteimpresión.Eramuyraroque,inclusoconlopocoquesabíadeAdrianTemple,hablaraalinstantedesuvidanotoriamentemaligna,ydesuaborrecimientopersonalhaciaelcuadro.Alrecordarloquemihermanohabíadicholanocheanterior,queenpresencia de este hombre, él mismo se sintió enfrentado a una indescriptibleperversidad,nopudesinosentirmesorprendidaporlacoincidencia.Lahistoriaenteraempezabaahoraaparecermeunodeesosrompecabezasomapasconlosquehabíajugado de niña, en los que cada pieza encajaba con otra hasta que el contornoquedaba completo.Era como si estuviera encontrandouna a una las piezas de unahistoriapasada,ylasencajaraunasconotrashastaqueunterribleconjuntosurgierapaulatinamenteyseirguieraensudeformidadcompleta.

ElDr.EmpsonhablóentérminosgravesdelaenfermedaddeJohn,yaceptósinreticenciaslapropuestadelaseñoraTempledequeelDr.Dobie,unconocidomédicodeDerby,fuerallamadoparaunaconsulta.ElDr.Dobievinomásdeunavez,yporúltimopudoinformardeunamejoríaenelestadodeJohn,aunquelosdosmédicosprohibieron terminantemente cualquier visita, y dijeron que bajo las circunstanciasmás favorables transcurriríaunperiododevarias semanasantesdequepudiera sertrasladado.

LaseñoraTemplemeinvitóapermanecerenRoystonhastaquemihermanoseencontrara suficientemente recuperado para ser trasladado; y tanto ella comoConstance,aunquelamentabanlacausa,fuerontanbondadosascomoparadeclararse

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complacidasdequeelaccidentemeretuvieraconellastantotiempo.Como los informes de los médicos eran paulatinamente más favorables, y

nuestrospensamientosenconsecuenciamáslibresparadedicarseaotrascuestiones,undía pregunté a la señoraTemple por el cuadro, diciéndole queme interesaba, einterrogándolasobrealgunosdetallesdelavidadeAdrianTemple.

—Miqueridaniña—dijo—,hubierapreferidoquenomostraras curiosidadporestehombre,aquiendesearíanotenerquellamarantepasado.Yomismasépocodeél,yenverdadsuvidafuedetalnaturalezaqueningunamujer,ymuchomenosunajovencita,deberíadesearestarmuyversadaenella.Fue,creo,unhombredetalentosobresaliente, y pasó la mayor parte de su tiempo entre Oxford e Italia, aunquevisitaba Royston ocasionalmente, y construyó nuestro gran salón, que utilizamoscomosalóndebaile.Antesdequecumplieralosveinteañosyacirculabanhistoriasextravagantessobresuvidalicenciosa,yparacuandocumpliólostreintasunombreera conocidísimo entre las personas rectas y honradas. En Oxford y en sus viajessiempreleacompañabauncompañeroinseparablellamadoJocelyn,quelesecundabaensuperversidad,hastaqueenunadesusexcursionesitalianas,Jocelynleabandonórepentinamenteyseconvirtióenmonjetrapense.SedijoporentoncesquealgúnactosalvajedeAdrianTemplelehabíaimpresionadoinclusoaél,yquehabíaofendidodetalmanera los instintosdedecenciahumanaque todavía le quedabanque se sintióarrancadocomounaramadelahoguera,ypudovolverlaespaldaalarrolladoroleajedesuperversidad.Seacomosea,Adriancontinuósurumbomalignosinél,yunoscuatroañosmástardedesapareció.LoúltimoquesesupodeélfueenNápoles,ysecree que sucumbió durante un brote violento de la plaga que tuvo lugar en Italiaduranteelotoñode1752.Esoestodoloquetepuedocontar,ylaverdadesquesépocomás. El único rasgo bueno que se ha recordado de él es que era unmúsicosoberbio,quetocabaadmirablementeelviolín,elcualhabíaestudiadoconelilustreTartini en persona. Pero incluso su arte musical, si la tradición dice la verdad, loempleabaenlosfinesmásviles.

Medisculpépormiindiscreciónalpreguntarlepormateriatandesagradable,yalmismo tiempo le agradecí lo que había considerado oportuno contarme,declarándomemuyinteresada,comorealmenteloestaba.

—¿Eraunhombreguapo?—Esoesunapreguntademozuela—contestó,sonriendo—.Sedicequefuemuy

guapo; y en verdad su retrato, pintado después de que hubiera pasado su primerajuventud, le hace a unapensar que fue así. Pero se dice que su complexiónquedóarruinada,ysupielsevolviódeunblancomortecinodebidoaciertosexperimentosque ni nos es posible ni adecuado comprender. Su rostro tiene la forma ovalada yalargadade laque todos losTempleseenorgullecen,y teníaojoscastaños:avecesnosburlamosdeConstancediciendoqueescomoAdrian.

Eraverdad,recordédespuésdequelaseñoraTempleloseñalara,queConstanceteníaunacarapeculiarmentelargayovalada.Ledaba,creo,unairedebellezaplácida

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y seria, que era amis ojos, y tal vez también a los de John, uno de susmayoresatractivos.

—Ni siquiera me gusta su retrato—prosiguió la señora Temple—. Y criadosociososhancontadoextrañashistoriasdeélquenomerecelapenarepetir.Aveceshepensado en destruirlo; peromi difunto esposo, que era unTemple, no quiso ni oírhablar de ello, y ni siquiera de retirarlo del sitio que ocupa en la galería; y seríaaborrecible que yo hiciera algo contrario a sus deseos, que tan firmemente fueronexpresados.Además,esperfectodesdeunpuntodevistaartístico,yaquefuepintadoporBattoniensuestilomásalegre.

Nuncapudeobtenermásde la señoraTemple;pero loquemedijome interesóprofundamente. Que Adrian Temple hubiera sido un músico y violinista tanfenomenalparecíaotroeslabóndelacadena,aunqueapenaspodíaimaginarporqué.Tenía, supongo, la oscura idea de que ese maligno y proscrito espíritu se habíasentadosoloenlaoscuridaddurantecienaños,hastaquefueatraídodenuevoporlosdulcestonosdelamúsicaitaliana,yelritmodela«Areopagita»quehabíaadoradohacíatantotiempo.

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CAPÍTULO9

LarecuperacióndeJohn,aunquecontinuaysatisfactoria,fuelenta;ynofuehastala Pascua, que cayó pronto ese año, cuando su salud se consideró plenamenterestablecida.Lasúltimassemanasdesuconvalecenciafueronparatodosnosotrosunaépocadeagradecidoytranquilodisfrute.Sipuedojuzgarpormipropiaexperiencia,hay pocos momentos en nuestra vida más favorables para que crezcan lossentimientos de afecto y piedad, o más llenos de agradable contenido, que losperiodosderecuperaciónpaulatinadeunagraveenfermedad.Elefectoaleccionadordenuestra recienteenfermedadaúnnosehadisipado,peronossentimosalmismotiempoagradecidosanuestroCreadorporpreservarnos,yanuestrosamigosporlosincontablesactosdevigilanteamabilidadquelaenfermedadtienelapeculiarvirtuddesuscitar.

NingunamadreatendiójamásasuhijoconmayorternuraquelaseñoraTempleatendióamihermano,yantesdequesusaludestuvieracompletamenterestablecida,los vínculos entre él yConstance habíanmadurado en un compromiso formal. Talalianzaera,comoheexplicadoantes,particularmenteapropiada,ysuperspectivameproporcionóelmásvivoplacerdetodoslosinteresados.Elmesdemarzohabíasidoextraordinariamentesuave,yalestarRoystonsituadoenunvalle,comolamayoríadelascasasdesuépoca,estababienprotegidodelosvientosfríos.Estaba,además,orientado hacia el sur, y a medida que mi hermano fue recuperando fuerzaspaulatinamente,Constance,élyyosolíamossentarnosalairelibreenlasagradablesmañanas de primavera. Pusimos un sillón con muchos cojines para John sobre lagrava de la puerta delantera, donde el calor del sol se reflejaba en las paredes deladrillorojo,yavecesnosleíaenvozaltamientrasestábamosenfrascadasennuestralabordeganchillo.ElseñorTennysonacababadepublicaranónimamenteunprimervolumen de poemas, y la sobria dignidad de sus versos encajaba muy bien connuestroestadodeánimoenaquellosmomentos.El recuerdodeaquellasagradablesmañanas de primavera, mi querido Edward, aún no se ha desvanecido, y todavíapuedoolereldulcearomahúmedode lasvioletas,yver loscoloresbrillantesde laflordelazafránenlosparterres.

ElintelectodeJohnparecíarecuperarfuerzasconsucuerpo.Eracomosihubieraapartadolanubequeleensombrecíaantesdesuenfermedad,yevitabaporcompletocualquier referencia a aquellos acontecimientos desagradables que con anterioridadhabían estado tanpresentes en suspensamientos.Yohabía aprovechado la primeraoportunidad para contarlemi descubrimiento del retrato deAdrianTemple, ya quepensé que ayudaría a mostrarle que al menos la última aparición de esta formafantasmal admitía una explicación racional. Pareció contento de oír esto, pero nodemostró el mismo interés por el tema que yo esperaba, y permitió que loabandonáramos en seguida. Fuera por falta de interés, o por una repugnanciapersistente a revisitar el lugar donde le atacó la enfermedad, creo que no volvió a

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entrarenlagaleríaderetratosantesdemarcharsedeRoyston.Nopuedodecirlomismodemí.ElcuadrodeAdrianTempleejercíaunacuriosa

fascinaciónsobremí,yaprovechabacualquieroportunidaddeestudiarlo.Enverdad,era unaobramaravillosa; y tal vezporque la recuperaciónde Johnotorgóun tonomásalegreamispensamientos,otalvezporelpoderdelacostumbreparaembotarinclusolasmásagudasantipatías,elcasoesquepaulatinamentelleguéaperdergranpartedelsentimientodeaversiónquemehabíainspiradoalprincipio.Coneltiempo,suaspectodesagradablesehizomenosdesagradable,ymefijémásenelbelloóvalodelrostro,losojoscastaños,yloexcelentementecinceladosqueestabanlosrasgos.Aveces,también,sentíaunaprofundalástimaporuncaballerotaninteligentequehabíamuertojoven,ycuyavida,alsersiempretanperversa,amenudodebíadehabersidosolitaria y triste. Más de una vez fui descubierta por la señora Temple o porConstance sentada en contemplación del cuadro, y se rieron amablemente de mí,diciendoquemehabíaenamoradodeAdrianTemple.

Unamañana a principios de abril, cuando el sol brillaba sobre elmirador, y elcuadro recibía una luz más directa que de costumbre, se me ocurrió examinar decercalapartiturademúsicapintadacomosicolgaradelbordedelpedestalenelcualse apoyaba la figura. Hasta aquel momento, había pensado que los signosreproducidos en ella serían tan sólo aquellos con los que los pintores solíanrepresentar convencionalmente una pieza de notaciónmusical.Creo que esto es lohabitualen loscuadrosen losquehevistoqueaparecíaunapiezamusical.Quierodecirqueaunquelapinturaofreceelaspectogeneraldelpentagramamusical,nosepretendepintarnotasconcretasquepermitanidentificarunapiezamusicalauténtica.Aunque,mientrasescriboesto,recuerdoqueenelmonumentoaHandelenlaAbadíadeWestminsterestárepresentadounmanuscritomusicalsemejantealdelretratodeAdrianTemple,peroqueincluyerealmentelafraseinicialdelamajestuosamelodía:«SéquemiRedentorvive».

Asípues,aquellamañanaenRoystonmeparecióadvertirqueenelmanuscritohabíapintadounverdaderopentagrama,concompasesynotas;yunavezdespiertomi interés, me subí a una silla para examinarlo mejor. Aunque el tiempo habíaoscurecidoaquellapartedelcuadrocomoconunvelo,distinguíqueelpintorhabíaintentado reproducir una pieza musical concreta. Al momento vi que la melodíarepresentada consistía de los compases iniciales de la Gagliarda de la suite deGrazianiconlaquemihermanoyyoestábamostanfamiliarizados.Aunquecreoquenohabíavistoellibrodemúsicaqueconteníaesapiezamásdedosveces,lamelodíame resultabamuy conocida, y no tuve ninguna dificultad en comprobar que teníadelantedemílatonadadelaGagliarda,ynootra.Esciertoqueestababurdamentepintada,peroparaalguienqueconocieralacanciónnohabíalugarparaladuda.

Había aquí una nueva razón, no diré que para la sorpresa, pero sí para lareflexión. Por supuesto, podría haber sido una coincidencia que el artista eligiesepintar en este cuadro esa pieza musical concreta; pero parecía más probable que

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hubiese sido una tonada favorita de Adrian Temple, y que hubiera elegidodeliberadamentequelerepresentaranconella.Estedescubrimientomeloguardéparamímisma,puesnomepareciósabiocomunicárseloamihermano,porsialhacerloreavivabasuinterésporuntemaqueconfiabaquehubieseapartadofinalmentedesuspensamientos.

Lasegundasemanadeabril,elfelizgrupodeRoystonsedispersó:Johnregresabaa Oxford para el trimestre de verano, la señora Temple hacía una breve visita aEscocia yConstance venía aWorthMaltravers para hacerme compañía durante untiempo.

Era el último trimestre de John enOxford. Esperaba licenciarse en junio, y sumatrimonio con Constance Temple había sido fijado provisionalmente para elsiguiente septiembre. Regresó a Magdalen Hall del mejor humor, y encontró susdependenciasconunaspectoalegredebidoalasmacetasrebosantesdefloresdelasventanas.Noteentretendréconunlargorelatodelosacontecimientosdeltrimestre,yaquenotienenrelaciónconlahistoriaactual.Sólotediréquecreoquemihermanose aplicó con diligencia a sus estudios, y se divirtió únicamente con la equitación,cabalgandodoscaballosquehizoqueleenviarandesdeWorthMaltravers.

Hacia la segunda semana después de su regreso, recibió una carta del señorGeorge Smart para comunicarle que el Stradivarius ya se encontraba en perfectoestado.Exámenessubsiguientes,escribíaelseñorSmart,yelveredictounánimedelosexpertosaquieneshabíaconsultado,sólohabíanservidoparaconfirmarelpuntodevistaquehabíaexpresadodesdeelprincipio,esdecir,queelviolíneradelamejorcalidad,yquemihermanoteníaensuposesiónunejemplarúnicoeintactodelmejorperiododeStradivarius.Habíahechoquelepusieranuncordajeadecuado;ycomolabarra de graves nunca había sido retirada, y era de naturaleza más fuerte que lohabitual en la épocade su fabricación,habíaconsiderado innecesario sustituirla.Simostraracualquiersignodequefuerainadecuadaparasoportarlatensióndelcordajemoderno, se podría fácilmente sustituir por otra en una fecha posterior. Habíapermitidoquelotocaraunjovenvirtuosoalemán,yaunqueestecaballeroeraunodelos principales intérpretes vivos, y había tenido oportunidad de manejar muchosinstrumentos espléndidos, aseguró al señor Smart que nunca había tocado ningunoquepudieraenformaalgunacompararseconéste.MihermanoescribióunarespuestadándolelasgraciasyrogándolequehicierallegarelviolínaMagdalenHall.

Sinembargo, lasagradablesveladasmusicalesqueJohnacostumbrabapasarencompañía del señor Gaskell habían quedado completamente interrumpidas. Puesaunquenohabíarazónalgunaparaquedisminuyeralaamistadentreambos,yaunqueporpartedelseñorGaskellhabíaunardientedeseodemantenersuantiguaintimidad,sinembargo losdos jóvenesseveíancadavezmenos,hastaquesu relaciónquedóreducida a un saludo casual en la calle.Creo que durante este tiempomi hermanotocó con mucha frecuencia el Stradivarius, pero siempre solo. Su mera posesiónparecíahaberengendradoensuánimodesdeelprincipiounatendenciaalareserva

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que, como ya he observado, era completamente ajena a su verdadera disposición.Igualquehabíaocultadosudescubrimientoasuhermana,tambiénlohabíahechoasuamigo,yelseñorGaskellsemantuvoencompletaignoranciadelaexistenciadedichoinstrumento.

La noche de su llegada de Londres, parece que John desempaquetócuidadosamente el violín y lo probó con un arco nuevo fabricado por Tourte quehabíaadquiridoalseñorSmart,Cerrólapesadapuertaexteriordesucuartoantesdeempezar a tocar, para que no pudiera entrar nadie inadvertidamente; y despuésmecontóqueaunque,comoesnatural,habíaesperadoqueelinstrumentodierauntonoexcelente,susauténticasvirtudesexcedieronentalmagnitudsusprevisionesquesesintióabrumado.Elsonidobrotabadeélconunvolumendetalprofundidadypurezaqueledabalaimpresióndequelospasajeseranenacorde,oqueinclusohabíaotroviolín tocandoalmismotiempo.Porsupuesto,nohabía tenidoocasióndepracticardurante su enfermedad,demaneraque esperaba encontrar suhabilidad con el arcoalgodisminuida;peropercibió,porelcontrario,quesuinterpretaciónhabíamejoradomucho, y que estaba tocando con unamaestría y un sentimiento de los que nuncahabíatenidoconciencia.Aunqueatribuíaestamejoríaengranmedidaalasbondadesdel instrumento con el cual tocaba, no podía dejar de creer que debido a suenfermedad, o por alguna otra razón inexplicada, había adquirido en realidad unamayor libertadenlamuñecayunafluidezenlaexpresión,conlacualsesentíanopocoregocijado.Hizoponeruncerrojoenlaalacenaenlaquehabíaencontradoelviolín,yallílodepositabacuidadosamentecadavezqueterminabadetocar,antesdeabrirlapuertaexteriordesuhabitación.

Asípasóeltrimestredeverano.Losexámeneshabíanllegadoasudebidotiempo,y ahora ya habían concluido. Los dos jóvenes se habían sometido a la prueba, yaunqueporsupuestoningunodelosdoslohabríaadmitidoantenadie,ambossentíanensuinteriorquenoteníanrazonesparasentirseinsatisfechosconsuactuación.Losresultados no se harían públicos hasta varias semanasmás tarde. Había llegado laúltimanochedeltrimestre,laúltimanochetambiéndelacarreradeJohnenOxford.Eran cerca de las nueve en punto, pero todavía había bastante luz, y el intensoresplandornaranjadelocasotodavíanohabíaabandonadoelcielo.Elaireeracálidoysofocante,comoenaquellanochefunestadeunañoantesenquehabíavistoporvezprimeralaestampaolailusióndelaestampadeAdrianTemple.Desdeaquellavez había tocado la «Areopagita» muchas, muchas veces; pero nunca se habíaproducido una reaparición de aquella figura, ni siquiera se había oído el antañofamiliar crujido de la silla de mimbre. Mientras estaba sentado en su habitación,pensandoconlalógicamelancolíaquehabíavistoponerseelsolporúltimavezensuvidaestudiantil,yreflexionandosobrelasposibilidadesdelfuturoytalvezsobrelasoportunidades desperdiciadas en el pasado, el recuerdo de aquella noche del junioanteriorvolvióconfuerzaasuimaginación,ysintióel impulsoirresistibledetocaruna vez más la «Areopagita». Abrió la ahora familiar alacena y sacó el violín, y

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nunca lehabíanparecidomáshermosas lasexquisitasgraduacionesdelcolordesubarnizquebajolasuaveluzdeldíamoribundo.CuandoempezólaGagliardamiróhacia la silla demimbre, casi esperandover la figuraquebien sabía se sentaba enella;peronadadeesoocurrió,y terminó la«Areopagita»sinquesucedieraningúnfenómenoextraordinario.

Fue casi al final cuando oyó que alguien llamaba a la puerta exterior.Apresuradamenteencerróelviolínyabrióel«roble».EraelseñorGaskell.Entróconunaireincómodo,comosinoestuvierasegurodeserbienvenido.

—Johnnie—empezó,ysedetuvo.La fuerza de la costumbre nos lleva a veces, querido sobrino, a dirigirnos

inadvertidamenteaaquellosquefueronnuestrosamigosutilizandounmotefamiliarmuchodespuésdequelaintimidadqueantañolojustificabahayadesaparecido.Peroavecesvolvemosdeliberadamenteausardichonombre,alnoquererproclamardeformaabierta,comoseríaelcasoconuntratamientomásformal,queyanosomoslosamigos que fuimos. Creo que éste era el caso del señorGaskell cuando repitió elnombrefamiliar.

—Johnnie,estabapaseandoporNewCollegeLane,yoíelviolína travésde tuventanaabierta.Estabastocandola«Areopagita»,ymesonótanfamiliarquepenséquedebíasubir.Noteinterrumpo,¿verdad?

—No,no,enabsoluto—contestóJohn.—Es la última noche de nuestra vida de estudiantes, la última noche que nos

veremos enOxford como universitarios.Mañana nos despedimos de la juventud ynosconvertimosenhombres.Elcasoesquenonoshemosvistomuchoduranteesteúltimo trimestre, y me atrevo a decir que ha sido culpa mía. Pero al menosseparémonos como amigos. No creo que tengamos tantos amigos como para quepodamospermitirnosdesprendernosdeellosalaligera.

Alargósumanoconsinceridad,ysuvoztemblabaunpocomientrashablaba,enpartequizáporlaemociónverdadera,peromásprobablementeporelsentimientodereticenciaqueheobservadoqueloshombressiempreexhibenadescubrircualquiersentimientomás profundoque los que habitualmente se consideran convencionalesen la sociedad educada. Mi hermano se sintió conmovido por su obvio deseo derenovarsuantiguaamistad,yestrechólamanotendida.

Hubounapausadeunminuto,yentoncesse reanudó laconversación,unpocoenvarada al principio, pero más suelta después. Hablaron de muchos temasintrascendentes,yelseñorGaskellfelicitóaJohnporsufuturomatrimonio,delcualhabíatenidonoticia.Cuandoporfinselevantóparamarcharse,dijo:

—Debes de haber practicado el violín conmucha diligencia últimamente, puesnuncavianadieprogresartanrápidocomotúlohashecho.Cuandovenía,mesentíhechizado por tu música. Nunca te había oído sacar al instrumento un tono tanexquisito: lospasajesenacordeeran tanpoderososquecreíquehabíaotrapersonatocandocontigo.TuPressendaesmejorinstrumentodeloquecreía.

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Mi hermano se sintió halagado por el cumplido del señor Gaskell, y ésteprosiguió.

—Permíteme disfrutar una vez más del placer de tocar contigo en Oxford;toquemosla«Areopagita».

Dichoeso,abrióelpianoysesentó.John se volvía para sacar el Stradivarius cuando recordó que nunca le había

reveladosuexistenciaalseñorGaskell,yquesiahora lomostraba, tendríaquedarunaexplicación.Alinstantecambiósutalante,yconmenorafabilidad,seexcusódeunaformamásbienviolentadeatendersupetición,diciendoqueestabafatigado.

El señorGaskell se sintió evidentemente dolido por los nuevosmodales de suamigo,ysinrenovarsupetición,se levantóal instantedelpiano,ydespuésdeunabreveyforzadaconversación,semarchó.Alirseestrechólamanodemihermano,ledeseótodalaprosperidadposibleensumatrimonioyensuvidaposterior,ydijo:

—¡Noteolvidesdel tododetuantiguocamarada,yrecuerdaquesialgunaveznecesitasunamigodeverdad,sabesdóndeencontrarle!

John oyó sus pasos reverberando por el pasillo e hizo un movimientoinvoluntario,comosifueraallamarle,peronolohizo,aunquepensóensusúltimaspalabrasentoncesyenotraocasiónposterior.

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CAPÍTULO10

PasamoselveranoencompañíadelaseñoraTempleydeConstance,enparteenRoyston y en parte en Worth Maltravers. John había vuelto a alquilar el yatePalestino, y el grupo entero hicimos varias expediciones en él. Constance estabacompletamentededicadaasuamado;suvidaparecíaenvueltaenladeél;eracomosinotuvieraexistenciasinoenpresenciadeél.

Apenas puedo enumerar las razones que provocaron tales pensamientos, peroduranteestosmesesavecesmeencontrépreguntándomesiJohntodavíacorrespondíaasuafectotanardientementecomoyosabíaquehabíasidoelcaso.Esciertoquenopuedo traer a la cabeza ninguna circunstancia individual que justificara semejantesospecha.Élcumplióconpuntillosaeficaciatodosesospequeñosactosdedevociónque se esperan de un enamorado correspondido; parecía obtener placer enperfeccionarcualquierplandediversiónparaentretenerla;ysinembargocrecíaenmiinteriorlaimpresióndequeyanosentíaelmismoamorsinceroporellaqueellaleprofesabaaélyqueélmismohabíamostradoseismesesantes.Nopuedodecir,miquerido Edward, lo intenso que fue el pesar que la simple sospecha de esto meprovocó,ycontinuamentemereprendíaamímismapordarpábuloapensamientostan indignos,y losexpulsabademimentereprobatoriamente.Pero,ay,no tardabanmucho en volver a hacerse notar. Todos habíamos visto el violín Stradivarius; eraimposible que mi hermano siguiera ocultándonoslo, pues ahora lo tocaba sindescanso.Nonosrelatólahistoriadesudescubrimiento,contentándosecondecirquehabía llegado a su posesión enOxford.Como es lógico, imaginamos que lo habíacomprado;yporellosentílástima,puestemíqueelseñorThoresby,sututor,quelehabía dado algunos años antes un excelente violín de Pressenda, pudiera sentirsedolido al ver su regalo tan poco ceremoniosamente dejado de lado. Ninguna denosotrasestabafamiliarizadaíntimamenteconloscaprichosdeloscoleccionistasdeviolines, y por lo tanto todas ignorábamos el enorme valor que la moda habíaaplicadoatanespléndidoinstrumento.Inclusosilohubiéramossabido,nocreoquenoshubierasorprendidoqueJohnlocomprase;puesrecientementehabíaadquiridolamayoría de edad, y estaba en posesión de una fortuna tan grande que justificaríaampliamente semejante capricho si él hubiera deseado gratificarse con él. Sinembargo,nadiepodíapermanecerignorantedelasmaravillosascualidadesmusicalesdel instrumento. Sus tonos ricos y melodiosos atraían incluso a los oídos menosmusicales,yerantemadeconstantecomentario.Tambiénobservéqueeldominiodemi hermano del violín había mejorado de forma perceptible, pues era imposibleatribuir la gran belleza y energía de su interpretación tan sólo a la excelencia delinstrumentoqueestabautilizando.Parecíamásentregadoquenuncaa suarte,y seencerrabaensuhabitaciónsolodurantedosomáshorasseguidasconelpropósitodetocarelviolín,unhábitoquefuemotivodepesarparaConstance,puesnopermitíaquepermanecieraensucompañíaen talesocasiones,cuandoella,comoesnatural,

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deseabahacerlo.Así se fue el verano. Debería haber mencionado que en julio, después de

completarlaparteoraldesuexamen,tantoelseñorGaskellcomoJohnrecibieronlainformación de que habían obtenido «primera clase». Parece que los jóvenes lohabían hecho excelentemente bien, y ambos habían conseguido un puesto en esaenvidiadadivisiónde laprimera claseque se llamaba«sobre la línea».El éxitodeJohnfuemotivodegranplacerparatodosnosotros,yseintercambiaronlibrementemutuasfelicitaciones.TambiénnossentimoscomplacidosporelaltopuestodelseñorGaskell, al recordar la amabilidad con la que nos había tratado en Oxford el añoanterior. Deseaba enviarle mis cumplidos y felicitaciones cuando volviera aescribirle.No dudaba de quemi hermano contestaría a las felicitaciones del señorGaskell,queyahabía recibido;dijo,sinembargo,quesuamigono lehabíadejadodirecciónalacualescribirle,ydejócorrerelasunto.

El1deseptiembre,JohnyConstanceTemplesecasaron.LabodasecelebróenRoyston,ypordeseoespecialdeJohn(alcualaccedióporcompletoConstance) laceremoniafueestrictamenteprivadaydenaturalezasencilla.LaparejareciéncasadahabíadecididopasarsulunademielenItalia,ysemarchórumboalcontinenteporlamañana.

LaseñoraTemplemeinvitóaquedarmeconellaenRoystonporelmomento,locual hice con mucho gusto, al sentir profundamente la pérdida de un hermanoquerido,yencontrarmeantelatristeperspectivadelasseissemanasdesoledadquedebíantranscurrirantesdequevolvieraaverleaélyamiqueridaConstance.

Recibimos noticias de nuestros viajeros unos quince días después, y luegosupimos de ellos en intervalos frecuentes. Constance escribía con el mejor de losánimos,yconelmayorcariño.NuncahabíaestadoenSuizanien Italia,y todo leresultaba encantadoramente novedoso. Habían viajado a través de Basilea hastaLucerna,pasandounpardedíaseneselugardelicioso,ydeallí,atravesandoelPasodeSimplónhastaLuganoyloslagositalianos.Despuéssupimosquehabíanidomásal sur de lo que en principio tenían previsto; habían llegado aRoma, y pretendíanseguirhastaNápoles.

Despuésdelasprimerassemanas,norecibimosmáscartasdeJohn.SiempreeraConstancequien escribía, e incluso sus cartas se hicieronmuchomenos frecuentesqueantes.Estopodíasernatural,yaquelosasuntosdelviajesindudaocupabansuspensamientos. Pero pronto ambas advertimos que las cartas de nuestra queridamuchacha eranmás reservadas y formales que antes. Era como si ahora escribieramásparacumplirconciertosentidodeldeberqueparadesahogarlaalegrejovialidadyelingenuodisfrutequealentabacadarenglóndesusanteriorescomunicaciones.Asíalmenosnosparecíaanosotras,yunavezmáslaantiguasospechasepresentóenmimente,ytemíquelascosasnofuerancomodebíanser.

Nápoles iba a ser el punto de inflexión de sus viajes, y esperábamos queregresaranaInglaterraafinalesdeoctubre.Sinembargo,llegónoviembreytodavía

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noteníamosindicacionesdequesuviajederegresohubieracomenzadoonisiquieraestuviese decidido. De John no había noticias, y Constance escribía cada vez conmenorfrecuencia.John,decía,estabaembelesadoconNápolesysusalrededores;sededicabaconahíncoalviolín,yaunqueellanolodecía,yosabíaqueesosignificabaque a menudo se quedaba sola. Ella, por su parte, no creía que una estanciaprolongadaenItaliaconvinieraasusalud;loscambiosrepentinosdetemperaturalaponíanaprueba,y lagentedecíaque lasbrisasque llegabandesde labahíapor lanocheeraninsalubres.

Entonces recibimos una carta de ella que nos alarmó en gran medida. Estabaescrita en Nápoles y fechada el 25 de octubre. John, decía, había padecidoúltimamente de nervios e insomnio. Elmiércoles, dos días antes de la fecha de lacarta,habíasufridodurantetodoeldíaunaextrañainquietud,queseacentuódespuésdequeseretirasenporlanoche.Nopodíadormiryhabíavueltoavestirse,diciéndolequepasearíaunpocobajoelairenocturnoparareanimarse.Noregresóhastalasseisdelamañana,ytanmortalmentepálidoyconunaspectotanagotadoqueinsistióenquedarseenlacamahastaqueellapudieraconseguirconsejomédico.Losdoctorestemieron que hubiera sido atacado por alguna extraña forma de fiebre palúdica ydijeron que necesitaba muchos cuidados. Sin embargo, nuestra ansiedad se vio almenos temporalmente aliviada al recibir nuevas posteriores que hablaban de larecuperacióndeJohn.Peronoviembreseacercabaasufinsinqueningunamenciónconcretadesuregresohubiesellegadohastanosotras.

Creo que ese mes es siempre aburrido en el campo. No tiene ni los tintesbrillantesdeoctubre,nilaacogedorajovialidaddemitaddelinvierno,conlaalegríadelaNavidadparaaliviarlo.Esteañofuemáslúgubrequedecostumbre.Unalluviaincesantesehizonotar,yelRoy,unarroyueloquerodeabalosjardinesnomuylejosde lacasa,crecióhastaproporcionesextraordinarias.Porúltimo,unanoche terriblelasaguassubierontantoquecubrieronporcompletolasterrazasdeljardín,arrasandolos parterres y cubriendo el césped con una gruesa capa de fango. Puede que estalobreguez del rostro externo de la naturaleza grabase una sensación aprensiva ennuestrosánimos,yconunsentimientodeplacermásintensodelohabitualyaliviorecibimos a principios de diciembre una carta fechada en Laon, la cual decía quenuestrosviajerosyaestabanmuyadelantadosensuviajederegreso,yqueesperabanllegaraInglaterraunasemanadespuésdequenosotrosrecibiéramostalaviso.Comodecostumbre,eraConstancequienescribía.Johnlerogaba,decía,quepudieranpasarlaNavidadenWorthMaltravers,yquedeberíamosdirigirnosdeinmediatoallíparaocuparnos de que todo estuviera en orden para su regreso. Llegaron a Worth amediadosdemes,ynohacefaltaquedigaquefueronrecibidosconelmayorafectoporlaseñoraTempleypormímisma.

En respuesta a nuestras preguntas, John afirmó que su salud estabacompletamente restablecida; pero aunque no podíamos discernir otros signos dedebilidad especial, nos sentimos muy impresionadas por los cambios de su

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apariencia. Había perdido por completo su tez morena y saludable, y su rostro,aunque no consumido ni demacrado, estaba extrañamente pálido. Constance nosaseguróqueaunqueenotrosaspectosparecíahaberserecuperado,nuncarecobrósuantiguocolordespuésdelanochedesuataquedefiebreenNápoles.

Prontopercibí que el ánimode ella tampoco era tan exaltado como solía; y nomostrabaelentusiasmopornarrara losdemás los incidentesdelperiploquepuedeobservarseporlogeneralenaquellosqueacabanderegresardeunviaje.Lacausadeestadepresiónnofue,ay,muydifícildedescubrir,pues laantiguaabstraccióny lamelancolíadeJohnparecíanhaberregresadoconfuerzasrenovadas.FuemotivodeinfinitodolorparalaseñoraTemple,ytalvezaúnmásparamí,observareste tristeestadodecosas.Constancenuncasequejó,ysuafectohaciasumaridosóloparecíaincrementarseconlasdificultades.Perolacuestiónnopodíaocultarsealosojosdeuna amorosa pariente, y creo que fue la conciencia de que estas circunstanciasalteradas no podían sino revelarse ante nuestros ojos lo que añadió sufrimiento alpesardemipobrehermana.Aunquenolahabíadescuidadodeformaostensible,eraevidente que mi hermano había dejado de obtener de su compañía el placer querazonablemente podría haberse esperado en las circunstancias de un recientematrimonio, ymil vecesmás cuando su esposa era una criatura tan adorable y tanhermosacomoConstanceTemple.Johnsedejabaverpoco,exceptoenlascomidas,yni siquiera siempre en el almuerzo, encerrándose lamayor parte del tiempo en sucuartooestudio,ytocandocontinuamenteelviolín.Envanointentamosinclusopormediodesumúsicadevolverleuncaráctermásamable.Unayotravezleroguéqueme permitiera acompañarle al piano, pero nunca lo consentía, y siempre merechazabaconalgunaexcusa. Inclusocuandosesentabaconnosotraspor lanoche,hablabapoco,dedicándoselamayorpartedeltiempoalalectura.Suslibrosestabancasisiempreengriegoolatín,demaneraqueignorocuáleseransustemasdeestudio;perose sentíacontentodequeConstanceoyo tocáramoselpiano,diciendoque lamelodía, lejosdedistraersuatención, leayudabamásbienaapreciar loqueestabaleyendo.Constancesiempremerogóquelepermitieraocuparsulugaralinstrumentoenestasocasiones,yavecestocabaparaéldurantehorassinrecibirunapalabradeagradecimiento,anhelante,inclusoenestaformanorecíproca,detestificarsuamorydevociónporél.

EldíadeNavidad,normalmenteunmomentotanfeliz,nosupusoningúnaliviopara nuestra tristeza. La reserva de mi hermano no hacía más que acentuarse, eincluso sus hábitos más antiguos parecieron cambiar. Siempre había sido muyobservante de sus obligaciones religiosas, y asistía al servicio divino con lamayorregularidad, fuera cual fuese el tiempo, diciendo que dar buen ejemplo en estascuestiones era un deber que un propietario de tierras debía tanto a sus inquilinoscomoasímismo.Desdenuestrosprimerosaños,élyyohabíamos idoeldomingopor la mañana a la pequeña iglesia deWorth, y allí nos sentábamos juntos en lacapilla deMaltravers, donde tantos de nuestro apellido se habían sentado antes de

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nosotros.Aquísusmonumentosylogrosnosrodeabanportodaspartes,ysiempremehabía parecido que con su nombre y su propiedad también habíamos heredado laobligacióndecontinuaraquellosactosdepiedad,enlaprácticadeloscualestantosdeelloshabíanvividoyhabíanmuerto.Fue,porlotanto,unmotivodesorpresaydegranpesarparamíqueeldomingodespuésdesuregresomihermanoomitieratodaslasprácticasreligiosas,ynoatendieraniunasolavezalaiglesiaparroquial.Nonosacompañóeneldesayuno,yordenóquelesubierancaféyunbolloasusalitadeestarprivada.A lahoraenquenormalmentesalíamospara la iglesia, fuiasuhabitaciónpara decirle que estábamosvestidas y le aguardábamos.Llamé a la puerta, pero alintentarentrardescubríqueestabacerradacon llave.Enrespuestaamimensajenoabrió lapuerta, sinoque simplementenos rogóque fuéramosa la iglesia, diciendoqueprobablementenos seguiríamás tarde.Nos fuimos solas, y estuve sentada conansiedad en nuestro asiento, los ojos clavados en la puerta, esperando contra todaesperanzaquecadarezagadopudieraserJohn,peronovino.Talvezestoteparezca,Edward, una circunstancia relativamente trivial (aunque espero que no), pero teaseguroquehizoaflorar las lágrimasamisojos.Cuandomesentéen lacapilladeMaltraversypenséqueporvezprimeramiqueridohermanohabíapreferidodeformaabiertasuconvenienciaosucaprichoporencimadesudeber,yquehabíadejadodeacudiralacasadeDiosdeliberadamente,sentíunamargopesarquepareciósubirpormi garganta hasta ahogarme.No podía pensar en el significado de las plegarias niunirmea loscánticos:y todoel tiempoqueel señorButler,nuestroclérigo,estuvopredicando, una estrofa de un poemilla que aprendí de jovencita se repetía en micabeza:

Quéfácilessonloscaminosdelmal;quéangostosydurosloscaminosdelaascensión.Unniñopuedehacerqueruedecolinaabajolapiedraqueungiganteserompeelbrazointentandolevantar.

Teníalasensacióndequenuestroseramadohabíapuestoelpieenlapendiente,yqueni todos losesfuerzosdequieneshabríamosdado lavidaparasalvarlepodríandetenerleya.

El día de Navidad fue aún peor. Desde que fuimos confirmados, John y yosiempre habíamos recibido el sacramento esamañana feliz, y después del serviciohabíamosdistribuido la limosnadeMaltravers en nuestra capilla.Como sabes, esedíaseentregaacadaunodedoceancianoscincolibrasyunabrigoverde,yunasumasemejantededineroconunvestidodetelaazulalmismonúmerodeancianas.Estosartículosdevestirsonsituadosenlatumba-altardeSirEsmoundeMaltravers,yhansidodistribuidosdesdetiemposinmemorialesporelcabezadenuestrafamilia.Desdequeélteníadoceaños,habíasidomiorgulloveramihermosohermanocumplirconesteactodenoblecaridad,yescucharlasamablespalabrasqueañadíaacadaregalo.

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¡Ay! ¡Ay! Aquella Navidad fuemuy distinta. Ni siquiera aquel día sagrado seacercómihermanoalaltaroalacasadeDios.HastaentonceslaNavidadsiempremehabía parecido un día otorgado desde lo alto, para que pudiéramos ver mientrasestamos en el mundo un débil destello de la serenidad y el pacífico amor queenriquecentodoslosdíasdelcielo.Loshombrescodiciososdejandeladosuavariciaylosenemigossurencor,loscorazonesbondadosossehacenmásbondadososaún,yloscristianossientensuhermandadcompartida.Apenaspuedoimaginarunhombretanperdidootanculpablequenoexperimenteesedíaalgúndeseoderegresaralbienunavezmás,quenoreconozcaalgunaremotaposibilidaddecosasmejores.Fueronpensamientos libres y felices como éstos los que previamente habían llenado micorazón durante el servicio del día de Navidad, y habían estado especialmenteasociadosconlaspalabrasfamiliaresquetantoamamostodos.Peroaquellamañanalas armonías estaban confusas: parecía que algún espíritu maligno estuvieraderramando pensamientos perversos en mi oído; y mientras los niños cantaban«Escuchadalosángelesheraldos»,meparecióoírporencimadetodounamelodíaquehabíaaprendidoaaborrecer,laGagliardadela«Areopagita».

¡PobreConstance!Aunquesuveloestabacorrido,podíaversuslágrimas,ysabíaquesuspensamientosdebíandeseraúnmástristesquelosmíos:tomésumanoylasujetécomosifueraladeunaniña.Terminadoelservicio,nosaguardabaunanuevaprueba.Johnnohabíatomadolasdisposicionesnecesariasparadistribuirlalimosna.LosabrigosylosvestidosestabanapiladosylistossobrelatumbadeSirEsmoun,yallíestabanlasbolsitasdecueroconeldinero,peronohabíanadieparaentregarlas.El señorButler parecíadesconcertado, y aproximándose anosotras, dijoque temíaqueSirJohnestuvieraenfermo;¿nohabía tomadomedidaspara ladistribución?Elorgullo contuvo las lágrimas que brotaban rápidamente, y dije que mi hermanoefectivamentenoseencontrababien,queseríamejorquefueraelseñorButlerquienentregase la limosna, y que Sir John visitaría personalmente a los beneficiariosdurante la semana. Entonces nos marchamos apresuradamente, sin atrevernos acontemplar la distribución de la limosna, por temor a no ser capaces de dominarnuestrossentimientosytraicionarabiertamentenuestraturbación.

Yano intentamos seguirdisimulandonuestropesar entrenosotras.Fuecomosihubiéramos decidido a la vez abandonar la farsa de fingir que no notábamos eldistanciamiento de John de su esposa, o de explicar el tratamiento negligente einjustificablequeledaba.

NocreoquehubierahabidotrespobresmujeresmástristeseldíadeNavidadquenosotrascuandoregresamosdelaiglesiaesamañana.Ningunahabíamosvistoamihermano,perohacialascincodelatardeConstanceentróensucuarto,yatravésdelapuerta cerrada con llave le rogó lastimosamenteque le dejaraverle.Despuésdeunosminutos,élaccedióasupeticiónyabriólapuerta.Lascircunstanciasexactasdeesaentrevistanomelasrevelónunca,perosupeporsusmanerasalvolverquealgoquehabíavistouoído la había apesadumbrado tanto comoasustado.Sólomedijo

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quesehabíaarrojadoaunaagoníadelágrimasasuspies,yallíarrodillada,agotadaydescorazonada,lehabíasuplicadoqueledijerasihabíahechoalgomalo,ylehabíarogado que le devolviera su amor. A todo esto él dio escasa respuesta, pero sussúplicassurtieronalmenossuficienteefectocomoparainducirleacenarconnosotrasesa noche. Durante la comida intentamos dejar de lado nuestra melancolía, y confingidassonrisasyvocesalegres,delasquelaslágrimasapenasestabandesterradas,sostuvimosunapálidaparodiadeconversacióne intentamosdistraersumalhumor.Peroélhablópoco;ycuandoFoster,elmayordomodemipadre,pusosobrelamesala copa de la amistad de tres asas deMaltravers, la cual había traídoNavidad trasNavidaddurantetreintaaños,mihermanosimplementelapasósinprobarla.VienelrostrodeFosterqueelmaldelamoyanoeraunsecretonisiquieraparaloscriados.

No maltrataré mis sentimientos ni tampoco los tuyos, mi querido Edward,entrandoenmayoresdetallessobrelaenfermedaddetupadre,puesesobvioqueeneso se había convertido su indisposición.Era el único consuelo, y qué lamentable,quepodíamosutilizarconConstance;persuadirladequeeldistanciamientodeJohneratansóloelresultadoolamanifestacióndealgunaenfermedadfísica.Obviamenteempeoraba de semana en semana, y el tratamiento que dispensaba a su esposa sevolvíamásfríoycruel.Habíamoshechotodoslosesfuerzosposiblesparapersuadirlea cambiarde aires, paraque fuera aRoystonduranteunmesy sepusierabajo loscuidadosdelDr.Dobie.LaseñoraTempleinclusohabíallegadoaescribirenprivadoasumédico,contándoledelcasoloqueleparecióprudente,ypidiéndoleconsejo.Alnoestaral tantode lacaramásoscurade laafliccióndemihermano,elDr.Dobiecontestóenun tonomenosseriodelquenosparecióadecuado,pero recomendóentodocasouncambiocompletodeairesydeescenario.

Portanto,sentimosnopocoplaceryaliviocuandooímosamihermanoanunciardeformainesperadaunamañanademarzoquehabíadecididobuscaruncambio,yqueibaamarcharsedeformainmediataalcontinente.SellevóasuayudadecámaraParnham, y abandonó Worth una mañana antes del almuerzo, dándonos unadespedidapococeremoniosa, aunquebesó aConstance concierta ternura aparente.Fuelaprimeravezentresmeses,meconfesaríaelladespués,quehabíamostradounaseñal de afecto, aunque fuera tan pequeña; y su herido corazón atesoró lo queesperabafueramuestradeunamorquevolvía.Johnnopropuso llevarlaconsigo,yaunquelohubierahecho,habríamosdudadoendarconsentimiento,pueslasseñaleshacían que pareciera imprudente para ella emprender un viaje al extranjero en eseperiodo.

Durante casi unmes no supimos nada de él. Por fin escribió una breve nota aConstancedesdeNápoles,sindarningunanoticia,y,dehecho,hablandomuypocodesímismo,peromencionandounadirecciónalaquepodíaescribirlesilodeseaba,laVilladeAngelisenPosilipo.Aunquelacartaerafríayhueca,Constancesesintiódeleitadaderecibirla,yapartirdeentoncesescribióellamismacasitodoslosdías,contándoleabsolutamentetodo,ycomunicándolelasnoticiasqueellapensabaquele

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animarían.

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CAPÍTULO11

Unmesmástarde, laseñoraTempleescribióaJohnadvirtiéndoledelestadoenque se encontrabaConstance, y rogándole que regresara almenos durante algunassemanasparaquepudieraestarpresenteenelmomentodelparto.Aunquehabríasidodespiadado en grado máximo, e incluso inhumano, rechazar una petición de estaíndole, te confesaré que las recientes rarezas demi hermanome habían preparadoparalosmásdisparatadoscomportamientosporsuparte;ymeinvadióunasensaciónde alivio cuando supe por la señora Temple poco después que había recibido unabrevenotadeJohn,enlaquedecíaqueyaestabalistoparasuviajederegreso.CreoquelaseñoraTemplemismasentíalomismoqueyoenestacuestión,aunquenuncadijonada.

Cuando regresó, estábamos todas en Royston, adonde la señora Temple habíallevado aConstancepara ponerla bajo los cuidadosdelDr.Dobie.Encontramos elestadofísicodeJohncambiadoparapeor.Supalidezeratannotablecomoantes,peroestaba visiblementemás delgado; y su extraña abstracciónmental y sumelancolíaparecían escasamente mitigadas. Al principio, es cierto, saludó a Constance conamabilidadeinclusoconafecto.Ellahabíasoportadounterribleestadodeansiedadencuantoalaactitudqueéladoptaríahaciaella,ylatensiónmentallahabíaafectadoperjudicialmente en su muy delicado estado físico. La amabilidad de él, de unanaturalezabastantevulgarenrealidad,leparecióasucorazónanhelanteunmilagrodeamorcondescendiente,ysesintióextasiadaporlaideadequesuafectohaciaella,antaño tan sincero, estuviera regresando. Pero me duele decir que las maneras deJohnsedeshelaronduranteunperiodomuybreve,ydespuésrecayóenunaactituddecompleta indiferencia. Fue como si su personalidad verdadera, sincera, honrada ycariñosahubierahechounúltimoyvigorosoesfuerzoporimponerse,comosiporunmomento hubiera atravesado el duro y egoísta caparazón que se estaba formandoalrededordeél;pero la influencianocivaque leafectaba resultó seraparentementedemasiadopoderosaparaqueél luchasecontraella,y remachósuscadenasconunpeso mayor que antes. Que había alguna influencia maléfica, mental o física,actuando sobre él, nadie que le hubiera conocido antes podía dudarlo por unmomento. Peromientras la señoraTemple y yo reconocíamos esto de buen grado,éramoscompletamenteincapacesdeestableceralgunaconjeturasobresunaturaleza.EsciertoquelaimaginacióndelaseñoraTemplesugeríaqueConstanceteníaalgunarival en sus afectos; pero rechazamos semejante teoría casi antes de que fuerapropuesta, al pensar que era inherentemente improbable, y que, si hubiera sidoverdad, no podríamos haber permanecido completamente ignorantes de lascircunstanciasquehabríanconducidoasemejanteestadodecosas.Eralainexplicablenaturalezadelaafliccióndemihermanoloqueaumentabanuestrodolormásalládetodamedida.Sihubiéramospodidodiscernirsucausa,podríamoshaberlacombatido;pero tal y como estaban las cosas, luchábamos en la oscuridad, como contra un

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enemigoquenos asaltaradesdeunas tinieblas tan espesasquenopodíamosver sufigura.No teníamos noticia de ningúnproblemamental, ni podíamos decir quemihermano sufrieradeningúnmal físico, exceptoqueevidentemente estabacadavezmásdelgado.

Tunacimiento,miqueridoEdward,llegómuypocodespués.Tupobremadreserecuperó en un tiempo extraordinariamente breve, y se sintió entusiasmada con elnuevotesoroqueveníaadarsolazasuspesares.Tupadreexhibiópocointerésporelacontecimiento, aunque una tarde estuvo sentado con ella casi media hora, y lepermitióinclusoquelepasaselamanoporelpeloyleacariciasecomoenelpasado.Aunqueestábamosenmitaddelverano,élrarasvecesabandonabalacasa,pasandomuchotiemposentadoyleyendoensupropiahabitación,dondehabíahechoquelepreparasenuncamastro,ycontinuamentesededicabaalviolín.

Unanoche,afinalesdelmesdejulio,estábamossentadosdespuésdelacenaenel saloncito de Royston, con las puertaventanas que daban al césped abiertas,mientras el aire seguía siendo asfixiantemente cálido. Aunque las cosas sedesarrollaban con la indiferencia de antes, tal vez estuviéramosmenos deprimidasquedecostumbre,puesJohnhabíacenadoconnosotrasesanoche.Ahoraestoera,ay, una circunstancia bastante fuera de lo normal, pues hacía que le sirvieran casitodas las comidas en sus propias habitaciones.Constance, que estaba una vezmásabajo,sesentóatocaralpiano,interpretandoprincipalmentemelodíasdeScarlattioBach,cuyaanticuadamúsicasabíaquelegustabaasumarido.Unamodaposterior,comobiensabes,hareanimadolaaficiónporestoscompositores,peroenelmomentodelcualescribosusobraseranmuchomenosconocidas.Aunqueerauna intérpretemásqueaceptable,élnopermitíaqueleacompañase;enrealidadyanuncatocabaelviolín delante de nosotras, reservándose su práctica por completo a su propiaestancia.Hubounapausaenlamúsicamientrasseservíaelcafé.Mihermanohabíaestado sentado en un sillón apartado, leyendo algunas obras clásicas durante lainterpretacióndesuesposa,yprestándonosescasaatención.Perodespuésdeunrato,abandonóellibroydijo:

—Constance,siquieresacompañarme,voyacogerelviolínytocarunrato.Nopuedoexplicarcuántonosasombraronsuspalabras.Lodijocomosifueralo

más natural del mundo, pero a nosotras nos llenó de una alegría inexpresable.Ocultamosnuestraemociónhastaquehuboabandonadolahabitaciónparabuscarsuinstrumento, y luego Constance demostró lo gratificada que se sentía besandoprimero a sumadrey luego amí,mientras apretabamimano sindecir nada. Johnregresóalminuto, trayendosuviolínyun librodemúsica.Por laportadadevitelamanchadaylaformapercibíalinstantequeeraellibroqueconteníala«Areopagita».Hacíadosañosquenoloveía,ynisiquierasabíaqueestuvieraenlacasa,perosupeal momento que pretendía tocar esa suite. Yo tenía una irracional pero profundaaversiónporsusmelodías,peroenesemomentohabríasaludadocalurosamenteésaocualquier otra clase demúsica, con tal de que nos hubieramostrado una vezmás

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algún pensamiento hacia su abandonada esposa. Puso el libro abierto por la«Areopagita»sobreel tablerodelpiano,y lepidióque la tocaraconél.Ellanuncahabíavistoaquellamúsicaantes,aunquecreoquenoleeradesconocidalamelodía,yaquelehabíaoídotocarlasolo,yunavezoída,noerafácilolvidarla.

Empezaronlasuite«Areopagita»,yalprincipiotodofuebien.Eltonodelviolín,y también, puedo decir con parcialidad no inapropiada, la interpretación de mihermano, fueron tan excelentes que aunque nuestros pensamientos estaban en otraparte cuandocomenzó lamúsica, enunos segundos se encontrabancompletamenteenvueltosenlamelodía,ypermanecimoshechizadas.Fuecomosielviolínsevierade pronto dotado de vida, y nos cantara con un idioma místico más profundo yterrible que cualquier palabra humana. Constance estaba relativamente pocoacostumbrada a la interpretación del basso continuo, y tuvo algún problema paraleerlo correctamente, en especial en unmanuscrito; pero pudo disimular todas lasdificultades que sufría hasta llegar a la Gagliarda. Aquí me confesó que suspensamientosparecierondivagarcontrasuvoluntad,ysuatenciónquedódemasiadofirmementeclavadaenlainterpretacióndesumaridocomoparapermitirleigualarlaconlasuya.Cometióprimerounalevefalta,yluego,alponersenerviosa,otra,yotramás.DeprontoJohnsedetuvoydijobruscamente:

—DejaquetoqueSophy,nopuedomantenerelritmocontigo.¡PobreConstance!Laslágrimasacudieronalinstanteamispropiosojoscuando

le oí hablarle tan desconsideradamente, y casi me sentí obligada a reprenderle deforma abierta. Ella todavía estaba débil por su reciente prueba física; sus nerviosestabanexcitadosporelextraordinarioplacerquesentíaaltocarunavezmásconsumarido,yesterepentinoaniquilamientodesusesperanzasdedisfrutardeunaternurarenovadaresultómásdeloquepodíasoportar:pusolacabezaentrelasmanos,sobreelteclado,yestallóenunparoxismodelágrimas.

Ambas corrimos hacia ella; pero mientras intentábamos mitigar su pena, Johnguardó el violín en su funda, tomóel librodemúsicabajo el brazoy abandonó lahabitación sin decir una palabra a ninguna de nosotras, ni siquiera a lamuchachasollozante,cuyosgemidosparecíanestarapuntodepartirleelcorazón.

La llevamosa lacamaenseguida,peropasaronalgunashorasantesdequesusconvulsivossollozoscesaran.LaseñoraTempleleadministróunabebidacalmantedeprobadaeficacia,ydespuésdepermanecersentadaconellahastadespuésdelauna,ladejéporúltimoadormilada,ybusquéyomismareposo.Mesentíaagotadaporelpeso de mi ansiedad, y con la aplastante amargura de ver los sentimientos de miqueridísimaConstance tan heridos. Pero a pesar, o quizá debido amis problemas,apenastocómicabezalaalmohadacaíenunprofundosueño.

Unahabitacióndelalasurhabíasidotransformadaporelmomentoenguardería,yparaestarjuntoasuhijo,Constancedormíaahoraenunahabitaciónanexa.Comoesta parte de la casa estabamás bien aislada, la señoraTemple sugirió que hicieracompañíaasuhija,yocupaseunahabitaciónenelmismopasillo,sóloseparadaunas

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pocaspuertas,yasílohicedebuengrado.Aquellanochemedespertéporunsuavegolpeteoenlapuertademidormitorio;peropasaronunossegundosantesdequemimente estuviera suficientemente despierta para permitirme recordar dónde estaba.Habíaalgodeluzdeluna,peroencendíunavela,ymirandomirelojviqueeranlasdos.LleguéalaconclusióndequeConstanceosuniñonoseencontrabanbien,yquelaniñeranecesitabamiayuda.Asíqueabandonélacama,yacercándomealapuerta,pregunté suavemente quién era. Parami sorpresa, fue la voz de Constance la quereplicó:

—Oh,Sophy,déjamepasar.Al instante abrí la puerta, y descubrí a mi pobre hermana vestida sólo con su

camisón,depiebajolaluzdelaluna,delantedemí.Parecíaasustadayextraordinariamentepálidaconsuvestidoblancoyconelfrío

resplandorde la lunarodeándola.Alprincipiopenséquecaminabaensueños,y talvez repetía en sueños los problemas que acosaban sus pasos diurnos. La tomésuavementeporelbrazo,diciendo:

—QueridaConstance,vuelveenseguidaalacama;cogerásfrío.Sin embargo, no estaba dormida, pero hizo un gesto de silencio, y dijo con un

susurroaterrorizado:—Calla,¿nooyesnada?Había algo tan vago pero tan misterioso en la pregunta y en su evidente

perturbaciónqueyotambiénmesentíintoxicadaporsualarma.Sentíunescalofrío,mientrasforzabaeloídoparacaptarsieraposibleelmenorsonido.Perounabsolutosilencioloimpregnabatodo:nopodíaoírnada.

—¿Looyes?—dijodenuevo.Todaclasedeimágenesfunestassepresentaronenmiimaginación:penséqueel

bebé debía de estar enfermo de garrotillo, y que ella estaba escuchando susangustiados estertores; y despuésme acometió el temor de que tal vez sus pesareshubieran sidodemasiadopara ella yque la razón la hubiera abandonado.Ante esepensamiento,lamédulasecongelóenmishuesos.

—Calla—volvióadecir;yjustoenesemomento,alforzarmisoídos,mepareciócaptarenelairedurmienteunremotoymuysuavemurmullo.

—¡Oh!,¿quées,Constance?—dije—.Vasavolvermeloca.Mientras hablaba, elmurmullopareció concretarse en la vibración, casi sentida

másqueoída,dealgúnlejanoinstrumentomusical.Entréenelpasillo,detrásdeella.Todoestabaenunsilenciomortal,peropodíapercibirqueseestabatocandomúsicaenalgúnlugarlejano;ycasienelmismoinstantemisoídosreconocieronleveperoinconfundiblementelaGagliardadela«Areopagita».

Yahemencionadoqueporalgunarazónqueapenaspuedoexplicar,estamelodíame resultaba repugnante. Parecía asociada en alguna extraña e íntimamanera a laindisposiciónyeldeclivemoraldemihermano.Casienelmismomomentoenquelaoíporvezprimeradosañosantes, lapazparecíahaberse levantadoparaabandonar

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nuestrohogar,recogiéndoselafalda,comohemosoídoquelosángelesabandonaronelTemploenelsitiodeJerusalén.Yahoraresultabaaúnmásdetestableamisoídos,alrecordarmedeformatanvívidaloscruelessucesosdelanocheanterior.

—Johndebedeestartocando—dije.—Sí—contestó—;pero,¿porquéestáenestapartedelacasa,yporquésiempre

tocaesacanción?Fue como si una atracción irresistible nos llevara hacia la música. Constance

tomómismanos entre las suyas y juntas avanzamos lentamente por el pasillo. Sehabía levantadoviento,yaunquehabíauna luna resplandeciente, sus rayosestabanconstantemente eclipsados por las nubes abundantes. Aun así, había luz suficientepara guiarnos, y apagué la vela. Al alcanzar el final del pasillo, la tonada de laGagliardasehizocadavezmásdistinguible.

Nuestropasilloseabríaaunampliorellanoconunabalaustrada,ydeunodesusladossalíalagaleríaderetratosqueyaconoces.

Miré aConstance expresivamente. Era evidente que John estaba tocando en lagalería.Cruzamoselrellano,pisandosigilosamenteysinhacerningúnruidoconlospies desnudos, pues ambas estábamos tan emocionadas que ni siquiera habíamospensadoenponernoszapatos.

Ahora podíamos ver toda la longitud de la galería. Mi pobre hermano estabasentado en la ventana del mirador de la que he hablado antes. Estaba sentado deforma que daba la cara al retrato de Adrian Temple, y las grandes ventanas delmiradorarrojabanunafuerteluzsobreél.Avecesunanubeocultabalaluna,ytodoquedabasumidoenlaoscuridad;peroalmomentolaluzfríacaíadellenosobreél,ypodíamosdistinguirtodossusrasgoscomosifuerauncuadro.Eraevidentequenosehabía acostado, pues estaba completamente vestido, exactamente igual que cuandonoshabíadejadoenelsaloncitocincohorasantes,mientrasConstancesollozabaporsusdesconsideradaspalabras.Estabatocandoelviolín,tocandoconunapasiónyunaenergíaexcesivasquenuncahabíavisto,yqueesperonovolveraverjamás.Quizárecordaraqueestelugarestabaapartadodelrestodelacasa,oquizáledieraigualqueestuviéramosdespiertasyleescucháramos;peromeparecióqueestabatocandoconunaenergíasonoramayordelaqueyohabríacreídoposibleparaunsoloviolín.Salíade su instrumento tal volumen y torrente de melodía que llenaba la galería porcompletodeunsonidoquepalpitabayvolvíaavibrar.Manteníalosojosfijosenalgoalotroladodelagalería;nopodíamosverelqué,peronotengolamenordudadequeera el retrato de Adrian Temple. Su mirada era ansiosa y expectante, como siestuvieraesperandoqueocurrieraalgoquenopasó.

Sabíaqueúltimamentehabíaestadoadelgazando,peroéstafuelaprimeravezquemedicuentadelohundidasqueestabanlascuencasdesusojosylodemacradosquese habían vuelto sus rasgos. Podría ser algún efecto de la luna que no comprendíabien, pero sudelicado rostro, antaño tanhermoso, parecía esta nochedesgastadoyenjuto como el de un anciano. No cesó de tocar ni un momento. Siempre era la

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mismayterriblemelodía,laGagliardadela«Areopagita»,ylarepitióunayotravezconlaperseveranciaylaaparentecarenciadealbedríodeunautómata.

Nonosvio,ynohizoseñalalguna,perdidodepieenelmudohorrordeaquellavisión nocturna. Constance me agarró del brazo: estaba tan pálida que lo percibíinclusobajolaluzdelaluna.

—Sophy—dijo—,estásentadoenelmismositioque laprimeranochequemedijoquemeamaba.

No pude contestar nada, mi voz se había paralizado dentro de mí. Sólo podíamirar el pobre ymarchito rostro demi hermano, comprendiendo entonces por vezprimeraquedebíadeestarloco,yqueeraelhechizodelaGagliardaelquelehabíavueltoasí.

Permanecimosallídepiedurantecreoquemediahora,sinhablarysinmovernos,ytodoeltiempolatristefiguradelextremodelagaleríacontinuósuinterpretación.Deprontosedetuvo,yunaexpresióndefrenéticadesesperacióncayósobresurostroaldejarelviolínyenterrarlacabezaenlasmanos.Nopudesoportarlomás.

—Constance—dije—,vuelvealacama.Nopodemoshacernada.Así que nos dimos la vuelta y nos arrastramos tan silenciosamente como

habíamosllegado.SóloalcruzarelrellanosedetuvoConstance,ymiróhaciaatrásduranteunminutoconnostalgiadesoladaporelhombrequeamaba.Élhabíaretiradolasmanos de la cabeza, y ella veía el perfil de su cara tallado con nitidez bajo lablancaluzdelaluna.

Fuelaúltimavezquesusojosvolvieronaposarsesobreél.Poruninstantehizoademándevolverhaciaél,perolefaltóelcoraje,yseguimos

adelante. Antes de llegar a su habitación, oímos en la distancia, tenue peroinconfundible,lamelodíadelaGagliarda.

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CAPÍTULO12

Lamañanasiguientemidoncellametrajounanotaapresuradaescritaalápizpormihermano.Conteníaapenasunaslíneas,diciendoqueconsiderabaquesuestanciacontinuada en Royston no era beneficiosa para su salud, y que había decididoregresar a Italia. Si deseábamos escribirle, las cartas podían llegarle a la Villa deAngelis:suayudadecámaraParnhamleseguiríaposteriormenteconsuequipajetanprontocomopudieraprepararlo.Esoeratodo;nisiquierahabíaunapalabradeadiósparasuesposa.

Descubrimosqueesanochenisiquierasehabíaidoalacama.Peroalalbahabíaensillado su caballoCentinela y había cabalgado hasta Derby, tomando el primercorreodesdeallíhastaLondres.SudecisióndeabandonarRoystonparecíahabersidorepentina,puespor loquepudimosaveriguarno sehabía llevadoningunaclasedeequipaje.NopudeevitarregistrarconciertocuidadosuhabitaciónparacomprobarsisehabíallevadoelStradivarius.Nohabíarastrodelmismonidesufunda,aunqueeradifícil imaginar cómo podría habérselo llevado a lomos de un caballo. Había, esverdad,unbaúldeviaje cerradocon llavequeParnham teníaque llevarse consigodespués,yel instrumentopodía,por supuesto,haberestadoahídentro;peroestabaconvencidadequeselohabíallevadoencimadeunauotraforma,yposteriormentesedemostróqueasíhabíasido.

Correré un velo, mi querido Edward, sobre los sucesos que siguieroninmediatamente a la partida de tu padre. Incluso a esta distancia en el tiempo, elrecuerdoesdemasiadoamargoparapermitirmehacermásqueunabrevealusiónaellos.

Una quincena después de la partida de John abandonamos Royston y nosinstalamos enWorth, deseando disfrutar de algo de aire demar y gozar del tardíoverano de la costa sur. Tu madre parecía completamente recuperada del parto, ydisfrutaba de tan buena salud como podía esperarse razonablemente bajo lascircunstanciasdelaindisposicióndesumarido.Perodeprontocayósobreellaunadeesasinsidiosasenfermedadesquesonfortuitasenlasmujeresensuestado.Habíamosesperadoycreídoquedichoperiododepeligroyahubierapasadofelizmente;pero,ay, no fue así, y apenas unas horas después de su primer ataque comprendimos logravequeerasusituación.Sehizotodoloquesepuedehacerbajotalescondiciones,pero sin ningún resultado. Aparecieron síntomas de envenenamiento sanguíneo,acompañadosdealtasfiebres,yenunassemanasacabóenelféretro.

Aunquesudeliriofuealgoespantosodecontemplar,agradezcoaDioshastaeldíadehoyque,yaqueteníaquemorir,fueseSuGraciallevárselamientrastodavíaestabasumida en la inconsciencia. Durante dos días antes de su muerte no reconoció anadie,yasíalmenosseleahorrólatristezadepartirdeestemundosinunapalabraamableosinnisiquieralareconciliaciónconsuinfelizesposo.

La comunicación con un sitio tan lejano comoNápoles no se podía conseguir

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entonces enmenosdequinceoveintedías, y todo acabóantesdequepudiéramosesperarsiquieraquelainformacióndelaenfermedaddesuesposallegasehastaJohn.Tanto la señora Temple como yo permanecimos enWorth en estado de postracióncompleta,aguardandosuregreso.Cuandohubopasadomásdeunmessinsullegada,osinni siquieraunacartaquedijeraqueestabadecamino,nuestraansiedadcobrónuevavida,yaquetemimosquelehubieraacaecidoalgúnaccidente,oquelanoticiadelamuertedesuesposa,queporentoncesyahabríallegadoasusmanos,lehubieraafectadotangravementecomoparadejarleincapazdeemprenderningunaacción.Arepetidas comunicaciones subsiguientes no recibimos respuesta; pero por último, aunacartaqueescribíaParnham,replicóelcriado,afirmandoquesuamoseguíaenVilladeAngelisenunestadodesaludquediferíaenpocodeaquélenelcualhabíaabandonado Royston, excepto que ahora estaba ligeramente más pálido, si eraposible, y aún más delgado. Hasta finales de noviembre no llegó noticia de él, yentoncesmeescribiósólounapáginadeunahojadecuadernoconlápiz,sinhacerlamenor referencia a la muerte de su esposa, pero diciendo que no regresaría paraNavidad,yordenándomequepidiera a susbanqueros cualquierdineroquepudieranecesitarconfinesdomésticosenWorth.

NohacefaltaquetedigaelefectoquesemejanteconductaprodujoenlaseñoraTempleyenmímisma;puedesimaginarfácilmentecuáleshabríansidotuspropiossentimientosenestecaso.Tampocorelataréningunade lasotrascircunstanciasqueseprodujeronenestaépoca,yaquenotendríanunefectodirectosobreminarración.Aunque todavía escribía a mi hermano a intervalos frecuentes, pues no deseabaincumplirundeber,jamásllegóningunapalabraporpartedeélencontestación.

Haciafinalesdemarzo,dehecho,ParnhamregresóaWorthMaltravers,diciendoque su señor lehabíapagado loshonorariosdemedioañopor adelantado,y luegohabía prescindido de sus servicios. Siempre había sido un excelente criado, muyligado a la familia, y me alegré de poderle ofrecer una posición adecuada connosotrasenWorthhastaquesuseñor regresara.Trajonoticias inquietantessobre lasaludde John,diciendoque sedebilitabaaojosvista.Aunqueme sentí tentadadehacerlemuchaspreguntassobreloshábitosyestilodevidadesuamo,miorgullomeimpidióhacerlo.PerooídecircasualmenteamidoncellaqueParnhamlehabíadichoque Sir John gastaba el dinero con gran liberalidad en reformas en la Villa deAngelis,yquehabíacontratadoaitalianosparaqueleatendieran,conlocual,comoesnatural,suayudadecámaraingléssesentíamuydescontento.

Asípasólaprimaverayavanzóunbuentrechoelverano.Laúltimamañanadejulioencontréesperándomesobrelamesadeldesayunoun

sobreescritodepuñoyletrademihermano.Loabríapresuradamente.Sóloconteníaunaspocaspalabras,quetengodelantedemímientrasescriboestas líneas.Latintaestá un poco desgastada y amarillenta, pero la impresión sigue tan vívida comoaquellamañanadeverano.

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MiqueridísimaSophy [empezaba], ven aquí en seguida, si es posible, o puedequeseademasiadotarde.Quieroverte.Dicenqueestoyenfermo,ydemasiadodébilparaviajarhastaInglaterra.

Tuhermanoquetequiere,John.

Habíaungrancambioenelestilo,delasfríasyconvencionalesnotasquehastaentonceshabíaenviadoainfrecuentesintervalos;delosrígidos«QueridaSophia»y«Sinceramentetuyo»aloscuales,meapenadecirlo,mehabíaacostumbrado.Inclusolamisma caligrafía se había alterado.Eramás el trazo osado y juvenil con el queescribíacuandofueaOxford,quelasletrasmáspequeñas,apretadasyclásicasdesusúltimos años. Aunque era poca cosa, Dios sabe, en comparación con su penosaconducta,aunasímeconmovióquevolvieraausarelantañofamiliar«QueridísimaSophy»yafirmarcomo«mihermanoquemequiere».Sentíquemicorazónpartíahacia él; y tan fuerte es el afecto de unamujer por su propia sangre que ya habíaolvidadocualquierresentimientoyreprobaciónenmienormecompasiónporelpobredescarriado,enfermo,talvezalaspuertasdelamuerte,ysoloenunpaísextranjero.

LlevésunotaalinstantealaseñoraTemple.Laleyódosotresveces,intentandoasimilarsusignificado.Entoncesmeatrajohaciaellay,besándome,dijo:

—Veconélenseguida,Sophy.TráelederegresoaWorth; intentadevolverlealbuencamino.

Ordenéqueembalasenmiscosas,decidiendoviajarhastaSouthamptonytomareltrendesdeallíhastaLondres;yalmismotiempolaseñoraTempledioinstruccionesdequetododeberíaprepararseparasupropioregresoaRoystonalcabodeunpardedías.YosabíaqueellanosedecidiríaaveraJohndespuésdelamuertedesuhija.

Me llevé ami doncella conmigo, y a Parnham para que hiciese de correo. EnLondrescontratamosuncarruajepara todoelviaje,ydesdeCalais fuimosdirectoshasta Nápoles. Tomamos el atajo por Marsella y Génova, y viajamos durantediecisietedías sin interrupción, yaque lanotademihermanohizoquenodesearaperdertiempoporelcamino.NuncahabíaestadoenItalia;peromiimpacienciaeratalquemimenteeraincapazdeapreciarnilabelleza,nilospaisajesoincidentesdelviaje.Nopuedo,dehecho,recordarnadadenuestroviajeahora,exceptoelagotadore interminable traqueteo sobre las malas carreteras y el insoportable calor. Era amediados de agosto en un verano excepcionalmente caluroso, y después de pasarGénovaelcalorsevolviócasitropical.Nohabíaalivio,nisiquieradenoche,pueselairecálidoquedabaestancadoysofocante,yel interiordelcochedecaballoseraamenudocomounhorno.

Porfinnosestábamosaproximandoalaconclusióndenuestroviaje,yhabíamosdejado Roma a nuestras espaldas. El día que salimos de Aversa fue el día máscalurosoquehevivido jamás,conelsolcayendoconunaenergíapavorosa incluso

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desdeprimerashoras,ylacarreteracubiertadeunpolvoblancoycegador.Fuepocodespués de medianoche cuando nuestro carruaje empezó a repiquetear sobre losgrandes bloques de piedra con los que están pavimentadas las calles de Nápoles.Recuerdo que los barrios a través de los cuales pasamos en primer lugar estabansumidosenlaoscuridadyelsilencioabsolutos;perodespuésdeatravesarelcorazónde laciudadyalcanzarel ladooccidental,deprontonosencontramosenmediodeuna muchedumbre enorme y muy densa. Había linternas por todas partes, einterminables filas de barracas, cuyos propietarios alababan sus mercancías confuertes gritos; y acróbatas, malabaristas, juglares, sacerdotes de sotana negra ysoldadosdelevitaazulsemezclabanconunaenormemultitudcuyonúmeroimpedíael avance del carruaje. Aunque era muy tarde en una noche de domingo, todosparecíantandespiertosyatareadoscomosifueraelmediodía.Laslinternasdeaceiteconpestilenteshumaredasnegrasarrojabansuresplandorsobrelaescena,ylosgritosdiscordantesyelparloteoseuníanenunruidotanensordecedorquemehizosentirvértigo,cansadacomoestabatrasellargoviaje.Aunquesentílaintensaansiedadyeldeseoquelapróximafinalizacióndeunviaje tantediosoinspira,yanhelabaseguiradelante con toda prontitud, nuestro discurrir se vio tristemente retrasado. Loscaballos sólopodíanavanzaralmenorde lospasos,yconstantementenosveíamosdetenidos por completo durante algunosminutos antes de que el postillón pudieraabrirsecaminoatravésdelamultitudqueestorbaba.Estoproducíaunsentimientodeirritación, y de desesperación de alcanzar alguna vezmi destino; y la alegría y ladesenfadadahilaridaddelagentequenosrodeabachocabaenamargocontrasteconmiánimodeprimido.Preguntéalpostillóncuáleraelmotivodetangrandetumulto,yentendí queme dijo como respuesta que era un festival religioso que se celebrabaanualmente en honor de «Nuestra Señora de la Gruta». Sin embargo, no puedoconcebirningunapersonaverdaderamentereligiosaqueaprobasesemejantereunión,queamímerecordabamáslassuciasorgíasdeunadeidadpaganaqueunactodefede personas cristianas. Esta perturbación nos provocó una demora tan grave quecuandosubíamoslaescarpadapendientequeconducíaaPosilipoyaeranlastresdelamañanayelalbaestabapróxima.

Despuésdeascendercontinuamentedurante largorato,empezamosadescendercongranrapidez,yalmismotiempoqueelsolsalíasobreelmarllegamosaVilladeAngelis.Saltédelcarruaje,yatravesandounaespalderadeparras,alcancélacasa.Uncriadonosesperaba,ymeabriólapuerta;peroeraitaliano,ynomeentendiócuandole pregunté en inglés dónde estabaSir JohnMaltravers. Sin embargo, era evidenteque había recibido instrucciones de llevarme en seguida con mi hermano, y mecondujohastaunaparte interiorde la casa.Mientras avanzábamos,oí el sonidodeuna fuerte voz de alto cantando muy suavemente al son de una mandolina unamelodíaconsoladoraoreligiosa.Elcriadoapartóunapesadacortinaymeencontréen lahabitacióndemihermano.Un joven italianoestaba sentadoenunabanquetajuntoa lapuerta,yeraélquienhabíaestadocantando.TrasunaspalabrasdeJohn,

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que se dirigió a él en su propio idioma, recogió su mandolina y abandonó lahabitación,retirandolacortinaycerrandolapuertadetrásdesí.

La habitación daba directamente al mar: la villa estaba, de hecho, construidasobre piedras al pie de las cuales rompían las olas. A través de dos ventanasplegadizasqueseabríanaunbalcón,laprimeraluzdelamañanaestivalentrabaconunchorrorosado.Mihermanoestabasentadosobreundivánbajo,apoyadoenunapiladealmohadones, conunamantadecoloresbrillantes tapándolepiesypiernas.Estirólosbrazoshaciamí,yyocorríaél;peroinclusoenunintervalotanbrevepudepercibirqueestabaterriblementedébilyconsumido.

Todos mis recuerdos de sus faltas pasadas se habían desvanecido y habíanperecido ante el triste aspectode sus rasgosdemacrados, y ante el convencimientoque sentí, desde el primermomento, de que le quedaba poco tiempo de estar connosotros.Mearrodilléjuntoaélenelsuelo,yconlosbrazosalrededordesucuello,le abracé tiernamente, pues no encontré lugar para las palabras, sino sólo parasollozosdegranangustia.Ningunodelosdoshabló,ymiagotamientotrasellargoviajeylaextrañezadelasituaciónmehizosentirlasensaciónparalizantededudardelarealidaddelaescena,einclusodemipropiaexistencia,quetodos,creoyo,hemosexperimentadoenmomentosenqueestamossometidosaunafuertetensiónmental.Queyo,unasimplemuchachainglesa,meestuvieraarrodillandojuntoamihermanobajolaauroraitaliana;queleyera,comoasícreía,ensujovenrostrolainconfundibleimagenyelsobrescritodelamuerte;yreflexionasequeentanpocosmesessehabíacasado,habíaarruinadosuhogar,quemipobreConstanceyanoexistía;estascosasparecíantanirrealesqueduranteunminutosentíquetododebíadeserunapesadilla,quedebíadespertardeinmediatoconelfrescoairesaladodelCanalsoplandoatravésdemiventanaenWorth,ydescubrirquehabíaestadosoñando.Peronofueasí;laluzdeldíasehizocadavezmásfuerteybrillante,yapesardemiangustiaelpaisajedellugarmás hermoso delmundo, laBahía deNápoles, con elVesubio elevándose alextremo más alejado, tal y como se veía desde aquellas ventanas, se grabó parasiempre en mi memoria. Era irreal como la escena de algún brillante espectáculodramático,pero,ay,aquínohabíaningunairrealidad.Lasllamasdelasvelasensuscandelabrosplateadosempalidecieron,laslíneasdelassombrassobreelrostrodemihermanosehicieronmásoscuras,ylablancuradesusrasgosdemacradossemostrómásimpresionantebajolosrayosbrillantesdelsoldelamañana.

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CAPÍTULO13

HabíapasadocasiunasemanaenVilladeAngelis.EltratodeJohnhaciamíeratierno y afectuoso; pero nomostraba deseo alguno de referirse a la tragedia de lamuertedesuesposaylostristesacontecimientosquelahabíanprecedido,niintentóexplicarenformaalgunasuconductaenelpasado.Tampocoyollevélaconversaciónhacia esos temas,pues tenía la sensacióndeque, aunquenohubieraotra razón, sugrandebilidadhacíadesaconsejable introducirdichascuestionesporelmomento,oincluso llevarleahablardecualquiercosamásde lonecesario.Mecontentabaconatenderle en silencio, y me sentía infinitamente feliz por su afecto restablecido.Parecía deseoso de desterrar de sumente todo pensamiento de los últimosmeses,perohablómuchodelosañosantesdeiraOxford,ydelosdíasfelicesquehabíamospasado juntos en nuestra infancia enWorthMaltravers. Su debilidad era extrema,peronosequejabadeningunaenfermedadconcretaexceptodeunatosentrecortadaqueleatormentabaporlasnoches.

Lehablédesusalud,puespodíaverquesuestadoeratalqueinspirabaaprensión,yleroguéquemepermitieracomprobarsihabíaalgúnmédicoinglésenNápolesquepudieravisitarle.Aestonodiosuconsentimiento,diciendoquesesentíasatisfechodeloscuidadosdeunmédicoitalianoquelevisitabacasiadiario,yqueesperabasercapaz,conmiescolta,deregresaraInglaterraenbreve.

—Nuncaestarémuchomejor, queridaSophy—dijoundía—.Losmédicosmedicenquesufrodealgunaclasedetisis,yquenodeboesperarvivirmuchotiempo.Pero anhelo volver a verWorth una vezmás, y volver a sentir el viento del oestesoplandoenel atardecerdesdePortland,yoler el tomillode las colinasdeDorset.Dentrodeescasosdíasesperoestarunpocomásfuerte,yentoncesdeseomostrarteundescubrimientoquehehechoenNápoles.DespuésdeesopodrásdarordendequeenjaecenloscaballosymellevendevueltaaWorthMaltravers.

Procuré averiguar pormedio del Signor Baravelli, elmédico, algo referente alestadorealdelpaciente;peromiconocimientodelitalianoeratansuperficialquenipudehacerleentenderloqueyoquería,nicomprendíacambioloqueélmecontestó,demaneraqueesteintentofueenvano.Porloquedecíamipropiohermano,dedujequehabíaempezadoasentirdisminuidasusaludyaaprincipiosdelaprimavera,peroaunque sus fuerzas le habían fallado desde entonces paulatinamente, no se habíaencerrado en la casa hasta pasado un mes. Pasaba el día y a menudo la nochereclinadoeneldiványhablandopoco.Parecíahaberperdidoelgustoporelviolínqueantañolehabíaabsorbidotanto;enverdadcreoqueprobablementeyalefaltabanlas fuerzas físicas necesarias para su interpretación. El Stradivarius estaba junto aldiván,ensufunda;perosólolaviabrirseenunaocasión,creo,ysentíunprofundoagradecimientoporqueJohnnoobtuvieraelmismodeleitequeantesenlaprácticadesu arte, no sólo porque elmero sonido del violín ahora estaba cargado paramí deamargos recuerdos, sino también porque estaba segura de que su práctica tenía en

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algunaformaqueyonoeracapazdeexplicarunefectonocivoparaél.Mostrabaesaausenciadevitalidadquetanamenudosepuedeobservarenaquellosalosquenolesquedamuchoquevivir,yalgunosdíasyacíaenunestadodesemiletargodelcualeradifícildespertarle.Perootrasvecessufríadeunaacucianteinquietudqueleimpedíapermanecersentadonisiquieraunosminutos,yqueeramásdolorosadecontemplarquesuestuporletárgico.Elmuchachoitaliano,dequienyahehablado,mostrabaunaincansable devoción hacia su señor que conquistó mi corazón. Su nombre eraRaffaele Carotenuto, y a menudo nos cantaba al atardecer, acompañándose de lamandolina. Por las noches, también, cuando John no podía dormir, Raffaele leíadurante horas hasta que su amo se adormecía. Estaba bien educado, y aunque nopodía entender los temas que leía, a menudo me quedaba sentada escuchando,encantada por su evidente cariño hacia mi hermano y por las melodiosasentonacionesdesudulcevoz.

Parecía quemi hermano estaba nervioso en algunos aspectos, y no se le podíadejarsolonisiquieraunosminutos;peroenlosintervalosenqueRaffaeleestabaconél, tuve amplia oportunidad de examinar y apreciar las bondades de la Villa deAngelis.Estabaconstruida,comohedicho,sobreunasrocasqueasomabanhaciaelmar, justo antes de llegar al Capo di Posilipo según se viene desde Nápoles. Losantiguos cimientos eran, creo, originalmente romanos, y sobre ellos se habíaconstruido una villa moderna en el siglo XVIII, y a ésta John le había hechoimportantes ampliaciones durante los dos últimos años. Almirar elmar desde lasventanasdelavilla,enlosdíastranquilossepodíandistinguirconfacilidadlosrestosdemuellesy rompeolas romanosbajo lasuperficiedelagua transparente;y la tobasobre la cual estaba construida la casa estaba horadada por las incomprensiblesexcavacionesdelaépocaclásicatancomunesenelvecindario.Estashabitacionesypasajes subterráneos, aunque despertabanmi curiosidad, parecían almismo tiempotanlúgubresyrepelentesquenuncalasexploré.Perounamañanasoleada,mientrascaminabaalpiedelasrocasjuntoalmar,meaventuréenunadelasmayoresdeestascavidades,yviqueteníaalextremoopuestounaaberturaqueconducíaenaparienciaaunahabitación interior.Meacompañabaenelpaseounaviejacriada italianaquehabíaadoptadouninterésmaternalpormisactos,yque,apoyándoseprincipalmenteen un conocimiento muy superficial del inglés, se había constituido en miguardaespaldas.Animada por su presencia, penetré en esta sala interior y descubríqueasuvezseabríaenotra,yasísucesivamentehastaquepasamospornomenosdecuatrocámaras.

Hastaciertopunto,estabanbieniluminadasatravésdehuecosdeventilaciónqueocasionalmentellegabanalaireexterior,perolacuartacámaraseabríaenunaquintaque estaba sin iluminar.Mi acompañante, que habíamostrado señales de alarma yuna evidente reticencia a seguir adelante, se detuvo abruptamente y me rogó queregresáramos.Puedequesumiedosemetransmitieraamítambién,puesalintentarcruzarelumbralyexplorarlaoscuridaddelaquintacelda,mesentíatrapadaporun

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pánico irracionalyporel sentimientodehorror indefinidopropiodeunapesadilla.Titubeéporuninstante,peromitemorsehizorepentinamentemásintenso,ydeunsaltoretrocedí,siguiendoamiacompañante,queyahabíaemprendidoelcaminodelaireexterior.Nonosdetuvimoshastaqueestuvimosjadeandobajolaluzdelsoljuntoalmar.Tanprontocomoladoncellarecuperóelaliento,mesuplicóquenovolvieraaentrarnunca,explicandoensutorpeinglésquelascuevaseranconocidasenelbarriocomo las «Celdas de Isis», y que tenían la reputación de estar hechizadas pordemonios.Esteepisodio,portrivialquepuedaparecer,meimpresionótantoquenovolvíaaventurarmeporelpaseoinferiorquerecorríaelpiedelasrocasjuntoalmar.

Arriba, en la casa, mi hermano había construido un gran vestíbulo al estiloromanoantiguo,yéste,conuncomedorymuchasotrascámaras,estabadecoradoalestilodelosquehabíansidodescubiertosenPompeya.Habíansidoamuebladosconelmáximolujo,ylabellezadelaspinturas,losmuebles,lasalfombrasylostapicesse veía reforzada por estatuas de bronce y mármol. En realidad, la villa y susdotaciones eran de una categoría a la que estaba poco acostumbrada, y al mismotiempodetalbellezaquenodejabadeconsiderarlotodocomolacreacióndelavaritade un mago, o como el telón de un drama que podría levantarse de repente ydesaparecer de mi vista. La casa, en resumen, junto con su mobiliario, pretendía,creo,serunareproduccióndeunaantiguavillaromana,yteníaalgoquerepelíaamisprincipios rústicos y provincianos. Experimentaba una curiosa sensaciónmental alcontemplarsuperfección,quesólopuedocompararconlaopresiónfísicaproducidaenalgunaspersonasporelperfumeintensoyempalagosodeunramodegardeniasodeotrasplantasexóticasdefuertearoma.

En la habitación demi hermano había una reproducciónmedieval en alabastroblandodeungrupoclásicodeundelfínrodeandoaCupido.Era,creo, lamásbellaobradeartequejamáshevisto,perochocabaconmisentidodeladecenciaquejuntoa ella colgara un crucifijo de marfil. Creo que preferiría haber visto sólo cosasmaterialesypaganasporcompleto,concualquierimagendelavidafuturaeliminada,que haber encontrado una mezcla de cosas sagradas y profanas, en la que lossímbolos de nuestras mayores esperanzas y aspiraciones estaban situados eninsultanteindiferenciajuntoalasformasencarnadasdelasensualidad.Aquí,enesteescenario de bellezamágica,me pareció durante unmomento que los años habíanretrocedido,queel cristianismo todavía teníaque luchar conunpaganismovivo,yquelabatallaaúnnosehabíaganado.Eralomismoentodalacasa;yhabíamuchasotras cuestiones que me llenaban de pesar, mezcladas con vagas y aprensivassospechasquenoreproduciréaquí.

A un extremo de la casa había una pequeña biblioteca, pero contenía escasasobrasexceptoclásicosgriegosy latinos.Había idoallíundíaenbuscadeun libroqueJohnhabíapedido,cuandoalabriralgunoscajonesencontréciertacantidaddecartasescritasdesdeWorthpormiperdidaConstanceasumarido.Laimpresióndevermerepentinamenteenfrentadaaunacaligrafíaqueevocabarecuerdosalaveztan

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queridos y tan tristes fue en sí misma grande; pero su amargura se vioinconmensurablementeaumentadaporeldescubrimientodequeniunosolodeestossobres había sido abierto. Mientras su dulce corazón, ahora por fin en reposo,derramabasuamorysutristezasobrelosoídosquedeberíanhaberestadoporencimade todos los demás listos para recibirlos, sus cartas, al llegar, eran apartadas sininterés,sinserleídas,sinsernisiquieraabiertas,encualquierreceptáculoalazar.

LosdíaspasaronunotrasotroenlaVilladeAngelisconescasas incidencias,ytampoco la salud de mi hermano mejoró o declinó de forma visible. Aunque eltiempoera todavíaextraordinariamentecálido,unabrisaagradecida llegabapor lasmañanas y al atardecer desde el mar y moderaba el calor hasta hacerlo siempresoportable.Aveces,Johnsesentabaporlatardeapoyándoseencojinesenelbalcónenrejado que daba a la Bahía, y contemplaba a los pescadores preparar sus redes.Podíamosoírlasmelodíasdesuscancionesdevocesprofundasarrastradasporelairenocturno.

—Fue aquí, Sophy —dijo mi hermano una noche que estábamos sentadoscontemplando una escena como ésta—, fue aquí donde el gran epicuro Polio seconstruyóunacasafamosa,ylepusodenombredospalabrasgriegasquesignifican«treguaenlaspreocupaciones»,delocualsederivanuestronombrePosilipo.Erasusans-souci,yaquídejabadeladosusaflicciones;peroeranmáslevesquelasmías.Posilipo no me ha proporcionado ninguna interrupción de las preocupaciones. Nocreoqueencuentreningunatreguaaesteladodelatumba;yalotro,¿quiénsabe?

Aquélla fue la primera vez que John había hablado en este sentido, y parecióespoleadoaunaactividadextraordinaria,comosi suspropiaspalabrasdepronto lehubieranrecordadolofrágilqueerasuestado.HizollamaraRaffaeleylemandóaunrecadoaNápoles.Lamañanasiguientemehizollamarantesdelohabitual,ymerogó que hiciese preparar un carruaje para las seis de la tarde, pues deseabadesplazarsealaciudad.Alprincipiointentédisuadirledeesteproyecto,urgiéndoleaquetuvieraencuentasudébilestadodesalud.Replicóquesesentíaalgomásfuerte,yquehabíaalgoenespecialquedeseabaqueyovieraenNápoles.Hechoesto,seríamejor regresar en seguida a Inglaterra: pensaba que podría soportar el viaje si lohacíamosenetapasmuycortas.

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CAPÍTULO14

PocodespuésdelasseisdelatardeabandonamoslaVilladeAngelis.Eldíahabíasidoserenoysinnubes,comodecostumbre;perounaagradablebrisamarina,delacual ya he hablado, se levantó por la tarde y trajo con ella un aire refrescante.Habíamos dispuesto una especie de diván en el landó conmuchos cojines paramihermano,ysesubióalcarruajeconmayorfacilidaddelaqueyoesperaba.Mesentéjuntoaél,conRaffaelefrenteamíenelasientoopuesto.Bajamospor lacolinadePosilipoatravésdelasencinasylostamariscosqueentoncesorillabanelmar,yasíllegamos a la ciudad. John habló poco, excepto para indicar que el carruaje eracómodo.Mientraspasábamosa travésdeunade lascallesprincipales, se inclinóymedijo:

—No debes alarmarte si hoy te muestro una extraña visión. Tal vez algunasmujeres podrían asustarse de lo que vamos a ver; pero mi pobre hermana ya haconocidotantosproblemasqueunacosalevecomoéstanoleafectará.

Apesardesuselogiosamisupuestocoraje,mesentíalarmadayperturbadaporsus palabras. Había una incertidumbre en ellas queme asustaba, y alimentaba esaaprensiónindefinidaqueesamenudoinfinitamentemásaterradoraqueelobjetorealquelainspira.AmispreguntasnodiomayorrespuestaquedecirquemientrasestabaenPosilipohabíahechoalgunasinvestigacionesenNápolesquelehabíanllevadoaun extraño descubrimiento, el cual estaba ansioso por comunicarme. Después deatravesarunadistancia considerable, parecióquepenetrábamosenel corazónde laciudad. Las calles se hacían cada vez más estrechas y estaban más densamentepobladas; las casas eranmás sucias y ruinosas, y la apariencia de la gentemismasugería que habíamos llegado a alguno de los barrios bajos de la ciudad. Aquípasamosatravésdeunanuevareddecallejuelasencuyonombrenomefijé,ynosencontramos por último en un paseo muy oscuro y estrecho llamado la Via delGiardino.Aunquehastaentoncesmihermanonohabíadadoórdenesalcochero,porlomenos que yo lo observara, éste no pareció tener dificultades para encontrar elcamino, conduciendo rápidamente, al estilo napolitano, y dirigiéndose directo a unlugarconelqueyaestabafamiliarizado.

EnlaViadelGiardinolascasaserandegranaltura,ysecerníansobrelacalletancercaunasdeotrasqueparecíaquefueranatocarse.Dabalaimpresióndequeestebarriohabíaestadoantiguamentehabitado,sinoporlaaristocracia,síalmenosporunaclasemuysuperioralaqueahoravivíaaquí;ymuchasdelascasaserangrandesy ostentosas, aunque desde hacía mucho se habían dividido en viviendas máspequeñas.Fuedelantedeunadeestascasasdondeporfinnosdetuvimos.Aquídebíade haber habido alguna vez una casa o palacio de una persona distinguida, ya quetenía una enorme y exquisita fachada adornada con pilastras delicadas, y conornamentosmuyfloridosdelperiododelRenacimiento.Elpisobajoestabadivididoen una serie de pequeñas tiendas, y sus pisos superiores estaban evidentemente

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ocupados por familias sórdidas de la clase más baja. Delante de una de estastiendecitas,ahoracerradayconlasventanascuidadosamentecegadascontablas,sedetuvonuestrocarruaje.Raffaeledescendió,ysacandounallavedelbolsilloabriólapuerta, y ayudó a John a abandonar el carruaje. Yo les seguí, y tan pronto comohubimos cruzado el umbral, el muchacho cerró la puerta detrás de nosotros, y oícómoelcarruajesemarchaba.

Nosencontramosenunpasilloestrechoyoscuro,ytanprontocomomisojosseacostumbraronalapenumbra,percibíqueestabaalextremodeunaescalerabajaqueconducíahastaalgunahabitaciónsuperior,yquealaderechateníaunapuertaqueseabría a la tienda cerrada.Mi hermano avanzó lentamente a lo largo del pasillo, yempezó a subir por las escaleras. Se inclinaba con una mano sobre el brazo deRaffaele,agarrándosealabarandillaconlaotra.Peronotéquesubirlasescaleraslecostabaunesfuerzoconsiderable,ysedeteníafrecuentementeparatoseryrecuperarelaliento.Asíalcanzamosunrellanoenloalto,ynosencontramosenunapequeñacámaraqueservíadealmacéndirectamentesobrelatienda,listabavacíaexceptoporunassillasrotas,yparecíaserunpequeñodesvánformadoaldividirloquehabíasidoantañounahabitaciónaltaendosespacios,deloscualeslatiendaformabaelinferior.Una largaventana,que sindudahabía sidoantañounadevarias en lasparedesdeesta gran habitación, estaba ahora dividida a lo ancho por el piso, y con su partesuperiorservíaparailuminareldesván,mientrasquesuscristalesinferioresseabríanalatienda.Eltechoera,comoconsecuenciadeestasreformas,bajoporcomparación,peroaunquemuymutilado,conservabaevidentesrastrosdehaberestadoalgunavezricamente decorado, con las molduras en relieve y los medallones comunes en elsiglo XVI. A un extremo del desván había una especie de friso cóncavo yelaboradamente tallado, del cual su antiguo uso no era obvio; pero la gran salaoriginalsindudatambiénhabíasidodivididaenlongitud,ademásdeenaltura,yaquelosmurosdeyesoacadaextremodeldesvánevidentementenohabíanformadopartedelaantiguaestructura.

Mihermanosesentóenunadelasviejassillas,yparecióestarrecuperandolasfuerzasantesdehablar.Miansiedadaumentabapormomentos,yfueungranalivioqueempezaraahablarenvozbajacomoalguienqueteníamuchoquedecirydeseabaeconomizarsusfuerzas.

—Nosési recordarásquetecontéalgoqueelseñorGaskelldijounavezde lamúsicadelasuite«Areopagita»deGraziani,Solíadecirquesiemprehabíatenidounefecto curioso sobre su imaginación, y la melodía de laGagliarda especialmenteatraíaasuspensamientosunaimagendeciertosalóndondelagentebailaba.Inclusollegóadescribirlaaparienciageneraldelahabitaciónmisma,yaunadelaspersonasquebailabanallí.

—Sí—contesté—,recuerdoquemelocontaste.Y en verdadmimemoria había recordado en épocas pasadas tan a menudo la

descripcióndel señorGaskell que, aunquenohabíapensado recientemente en ella,

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susrasgosprincipalesdeinmediatovolvieronamimente.—Ladescribía—continuómihermano—comounsalónalargadoconunaarcada

aunlado,enelestilodelfantásticoGóticodelRenacimiento.Alextremohabíaunagaleríadebalconadasparalosmúsicos,lacualostentabaensufrontalunescudodearmas.

Lorecordabaperfectamente,yasíselodijeaJohn,añadiendoqueelescudolucíaunacabezadequerubínsoplandosobretresliriosenuncampodorado.

—Es extraño—continuó John—que la descripción de una escena que nuestroamigocreyóqueeraunsimpleproductodesuimaginaciónseimpresionaradeformatan profunda en nuestras mentes. Pero la imagen que dibujaba era más que unafantasía,puesenestemismoinstanteestamosenelsalóndesussueños.

No podía entender lo que quería decir mi hermano, y pensé que le fallaba lacordura;perocontinuó.

—Estepisomiserable sobre el que estamos seha construido conposterioridad,porsupuesto;perosobre tipuedesverelantiguotecho,yaquíalextremoestabalagaleríadelosmúsicosconelescudosobresufrente.

Señaló al friso labrado y blanqueado que hasta entonces tanto me habíadesconcertado.Me acerqué a él, y aunque la paredde separacióndeyeso ahora lorodeaba, estaba claro que su contorno curvado podría fácilmente, tal y como Johndecía, haber formadopartedel frontaldeunagalería cóncava.Observéde cerca elrelievequelohabíaadornado.Aunquelosbordesestabanborrosos,ylasmoldurasenalgunos casos se habían retirado por completo, podía descubrir sin dificultad unescudoenmedio;yunainspecciónmásminuciosarevelóbajoelblanqueado,queenparte se había descascarillado, suficientes restos de color como para mostrar queantañohabíaestadopintadodeoroylucíalacabezadeunquerubíncontreslirios.

—ÉseeselescudodelaantiguacasanapolitanadeDomacavalli—continuómihermano—.Eraunacabezadequerubínsoplandosobretresliriosenunescudo.Fueen la balconada que había detrás de este escudo, desde hacemucho tapada, comopuedesver, donde losmúsicos se sentaban aquella nochedebaile con la que soñóGaskell.Desdeellamirabanelsalóndedebajodondecontinuabaelbaile,yahoratellevaréabajoparaquepuedasverportimismasiladescripcióncoincide.

Dichoesto,selevantó,ydescendiendolasescalerasconmuchamenordificultaddelaquehabíamostradoalsubirlas,abriódeparenparlapuertaquehabíavistoenelpasilloynosinvitóaentrarenlatiendadelaplantabaja.Laluzdelatardecersehabíadesvanecidotantoqueapenaspodíamosvernisiquieraelpasillo,ylatienda,altener las ventanas cerradas con contraventanas, estaba sumida en la oscuridadmáscompleta. Raffaele, sin embargo, encendió una cerilla y prendió tres velas medioconsumidasenuncandelabrodeslustradodelapared.

Era evidente que la tienda había estado ocupada recientemente por uncomercianteenvinos,pueshabíavariastinajasdevinovacías,yalgunasfrascasrotasen las estanterías.En un rincón noté que la tierra que formaba el suelo había sido

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removidaconpatas.Habíaunmontoncitodearenayunagranpiedraplanaexpuestabajo la superficie. Esta piedra tenía unido un anillo de hierro, y parecía cubrir laaberturadeunpozo,oquizáunabóveda.Enlatraseradelatienda,ymásalejadosdelacalle,habíadosarcoselevadosseparadosporunacolumnaenelmedio,delacualhabíasidoarrancadoelrecubrimientoexterior.

Johnseñalóaquellosarcosydijo:—Esoespartede laarcadaqueantañocorríaa todolo largodelsalón.Yasólo

quedanestosdosarcos,ylosexcelentesmármolesquesindudarecubríanelexteriordeestepilardivisoriohansidoarrancados.Unanochedeveranodehaceunoscienaños, se celebró un baile en este salón.Había una docena de parejas bailando conpasossalvajescomonosevenahora.Lacanciónquelosmúsicosestabantocandoenla galería superior estaba tomada de la suite «Areopagita» de Graziani. Gaskell amenudomehadichoquecuandotocabalamúsicaletraíaalamenteunasensaciónde catástrofe inminente, que culminaba al final del primer movimiento de laGagliarda.Fuejustoenesemomento,Sophy,cuandouninglésqueestababailandoaquífueapuñaladoporlaespaldayvilmenteasesinado.

Apenas había entendido lo que John había dicho, y ciertamente no había sidocapazdeasimilarsuimportancia;perosinesperaraoírsiqueríadeciralgo,sedirigióa la piedra descubierta del anillo. Ejerciendo una fuerza que habría creídocompletamenteimposibleensudebilitadoestado,aplicóalapiedraunapalancaqueestabadispuestacon tal fin.Almismotiempo,Raffaeleagarróelanillo,yasíentreambospudieronapartaraunladolacubiertalosuficientecomoparapermitirnoselaccesoaunapequeñaescaleraqueaparecióantelavista.Laescaleraeraretorcida,yantañoconducíasindudaaalgúnsótanobajoelpiso.Raffaeledescendióelprimero,llevando en lamano el candelabro de las tres velas, quemantenía sobre la cabezapara arrojar alguna luz sobre los escalones. John fue a continuación, y yo entré laúltima, intentando apoyar en lo posible ami hermano con lamano. Las escalerasestabanmuysecas,yenlasparedesnohabíanadadelahumedadnielmohoquelaimaginaciónnormalmenteasociaalascriptassubterráneas.Noséquéesperabaver,pero tenía la incómoda sensación de que estaba al borde de algún descubrimientomaligno e inquietante. Después de que hubimos descendido unos veinte pasos,pudimosverlaentradaaunacriptaohabitaciónsubterránea,yfuejustoalpiedelasescalerasdondeviqueyacíaalgo,alcaersobreellolaluzdelasvelasdesdeloalto.Alprincipiopenséqueeraunmontóndepolvoodesperdicios,peroalmirarlomásdecercamepareciómásbienunfardodeharapos.Amedidaquemisojospenetrabanlapenumbra,viqueasualrededorhabíaunatelaandrajosadetinteverdedescolorido,ycasialmomentomepareciódescubrirbajolasropaslasformasodimensionesdeunafigurahumana.Duranteunmomentoimaginéqueeraalgúnpobrehombretumbadoboca abajoydoblado contra la pared.La ideadequehubiera allí unhombreouncadávermeimpresionóviolentamente,ygritéamihermano:

—Dime,¿quéeseso?

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Eneseinstante,laluzdelasvelasdeRaffaelecayóenunadirecciónalgodistinta.Iluminóelcuencoblancodeuncráneohumano,yviqueloquehabíatomadoporlaformadeunhombreeraensulugarunesqueletovestido.Porunmomentomesentíenferma, yme habría caído de no ser por John, queme rodeó con el brazo ymesostuvoconfuerzainesperada.

—¡QueDiosnosayude!—exclamé—.Vámonos.Nopuedo soportar esto; aquíhaygasesnocivos;volvamosalairefresco.

Metomóporelbrazo,yseñalandoalbultoacurrucado,dijo:—¿Sabesdequiénsonesoshuesos?SondeAdrianTemple.Cuando todohubo

terminado,arrojaronsucuerpoporlasescaleras,vestidoconlasropasquellevaba.Anteesenombre,pronunciadoenunsitiotanfunesto,sentíunnuevoaccesode

terror.Meparecióqueelalmadeesehombreperversodebíadeestartodavíaflotandosobresusrestosinsepultos,deseándonoselmalatodos.Unescalofríomerecorrió;laluz,lasparedes,mihermanoyRaffaeledieronvueltasamialrededorymedesplomésobrelasescaleras,desmayada.

Cuando recuperé por completo el sentido, estábamos de nuevo en el landó,caminodelaVilladeAngelis.

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CAPÍTULO15

Alamañanasiguienteyahabíarecuperadoporcompletolasaludyelvigor,peromihermano,porelcontrario,parecíadébilyagotadoporsusesfuerzosdelanocheanterior.NuestroviajederegresoalaVilladeAngelishabíatranscurridoencompletosilencio.Yoestabademasiadoperturbadaparainterrogarlesobrelosmuchospuntosrelacionadosconlosextrañosacontecimientosalrespectodeloscualesseguíaenlamás completa ignorancia, y él por su parte no había mostrado ningún interés portransmitirme ninguna nueva información. Cuando le vi a la mañana siguiente,mostraba signos de gran debilidad, y en respuesta a un esfuerzo por mi parte deobtener alguna explicación del descubrimiento del cuerpo deAdrianTemple, evitóunarespuestainmediata,prometiendocontarmetodoloquesabíacuandohubiéramosregresadoaWorthMaltravers.

Medité frecuentemente sobre el último y aterrador episodio, y cuanto másprofundamente he pensado en él, más me ha parecido que las líneas maestras dealgunahistoriamalignaseestabandesenvolviendopasoapaso,yqueyocasiteníaenmismanos la pista que aclararía todo, y que hasta entoncesme había eludido. Enaquellaoscurahistoria,AdrianTemple,lamúsicadelaGagliarda,lapasiónfunestademihermanoporelviolín, todoparecía teneralgunaconexiónmisteriosa,y todoparecíahaberconspiradoparaprovocar la ruinamentaly físicade John. InclusoelStradivarius interpretaba un papel en la tragedia, convirtiéndose, de hecho, en unespírituactivamentepernicioso,aunquenopodíaexplicarcómo,ytodavíaignorabaporcompletolaformaenquehabíallegadoaserposesióndemihermano.

DescubríqueJohnseguíadecididoaregresardeinmediatoaInglaterra.Esciertoque su debilidadmehizo albergar dudas sobre cómo soportaría un viaje tan largo;pero al mismo tiempo no me parecía justificado esforzarme en disuadirle de supropósito. Reflexioné que el aire y las relaciones más sanos de Inglaterrafortaleceríansucuerpoysuespíritu,yquecualquieresfuerzoextraproducidoporelviajeprontoseríacompensadoporlacomodidadylosatentoscuidadosconlosquepodríamosrodearleenWorthMaltravers.

Así que la primera semana de octubre nos encontró una vez más camino deInglaterra.SepreparóparaJohnunahamacao literamuycómodaenelcarruaje,ydecidimosevitarlafatigatantocomofueraposible,dividiendonuestroviajeenetapasmuycortas.MihermanonoparecíatenerningunaintenciónderenunciaralaVilladeAngelis.Ladejóalcompletoconsulujosomobiliario,ycontodosuservicio,bajoelcuidadodeunmaggior-duomoitaliano.Yopensabaquedadoqueelestadodesaludde John impedía quepudiera tener ninguna esperanzadeunpronto regreso, habríasidomuchomejorcerrardeformadefinitivasucasaitaliana.Perosugrandebilidadlehacíaimposiblesoportarelesfuerzoquesemejanteacciónsignificaría,einclusosimi propia ignorancia de la lengua italiana no se hubiera interpuesto, yo estabademasiadoimpacientepordevolveramiinválidoaWorthparasentirmeinclinadaa

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provocarningúnnuevo retraso,mientrasyomisma resolvía asuntosque al finy alcaboerantrivialesencomparación.ComoParnhamyaestabalistoparadesempeñarsusobligacioneshabitualesdeayudadecámara,ycomomihermanoparecíacontentodequeasílohiciera,huboqueprescindirdeRaffaele,porsupuesto.Elmuchachosehabíaganadomicorazónconsussuavesmodales,combinadosconsuevidenteafectohaciasuamo,yalhacerleentenderqueahorateníaquedejarnos,leofrecíelregalodeunaslibrascomomuestrademiestima.Sinembargo,rehusóaceptareldinero,yderramó lágrimas cuando supo que le dejaríamos en Italia, y suplicó con grandesmuestrasdedevociónque lepermitiéramosacompañarnosa Inglaterra.Micorazónno estaba preparado para resistir sus súplicas, apoyadas por tantas muestras deaprecio,ysedecidió,porlotanto,quenosserviríaalmenoshastaWorthMaltravers.John no mostró sorpresa porque el muchacho nos acompañara; en realidad nuncaconsiderénecesarioexplicarqueenprincipiohabíapensadoendejarloatrás.

Nuestroviaje,aunquenecesariamenteprolongadoporlabrevedaddesusetapas,sellevóacabosinincidencias.Johnlosoportótanbiencomoyohabíaesperado,yaunquesucuerponomostrórastrosdevigorincrementado,suespíritu,creo,mejoródetono,almenosdurantealgúntiempo.DesdelatardeenquemehabíamostradoelterribledescubrimientodelaViadelGiardino,parecíahaberdejadodeladopartedesus preocupaciones y pesares.Ahora apenasmostraba la taciturnidad y el egoísmoqueúltimamente tantohabíaafectadosucarácter;yaunque, comoesnatural,huboocasiones en las que sintió la fatiga del viaje, ya no tuvimos que temer ningunarecaídaeneseestadode letargooestuporque tanamenudohabíarechazadotodoslos esfuerzos por contrarrestarlo en Posilipo. Cierro sentimiento de aversiónsupersticiosa me había llevado a dar orden de que el Stradivarius se quedara enPosilipo. Pero antes de partir,mi hermano preguntó por él, e insistió en que debíallevárselo, aunque no le había oído tocar una nota desde hacía muchas semanas.Mostróinterésportodoslosinsignificantespormenoresdelviaje,yenverdadparecióobtener más entretenimiento del mismo del que se podía haber supuesto dado sufrágilestadodesalud.

Nohizoalusióndeningúntipoa los incidentesdela tardepasadaenlaViadelGiardino, y yo pormi parte tampoco deseaba renovar recuerdos de naturaleza tandesagradable.Suúnicamenciónseprodujounatardededomingocuandopasábamosjunto a un pequeño cementerio cerca de Génova. La escena pareció dirigir suspensamientos hacia ese tema, y me dijo que había tomado medidas antes deabandonar Nápoles para asegurarse de que los restos de Adrian Temple fuerandecentementeenterradosenelcementeriodeSantaBibiana.Suspalabrasmehicieronpensardenuevo,y lacuriosidad insatisfechame llevóapreguntarlecómosehabíaconvencido de que el esqueleto al pie de las escaleras era realmente el deAdrianTemple.Peromecontuve,enparteporqueconfiabaensupromesadequealgúndíameloexplicaríatodo,yenparteporquemesentíareticenteaestropeareldisfrutedelospacíficospaisajesqueestábamosatravesandoalintroducirtemastandolorososy

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chocantescomoaquellosalosquehealudido.Por fin llegamos a Londres, y allí nos detuvimos un par de días para hacer

algunos preparativos necesarios antes de bajar hastaWorthMaltravers. Durante elviaje había urgido a John para que nada más llegar a Londres buscara el mejorconsejomédico inglés en lo referente a su propia salud.Aunque al principio pusoreparos, diciendo que no se podía hacer nada más, y que estaba perfectamentesatisfechoconlamedicinaquelehabíadadoelDr.Baravelli,lacualseguíatomando,pormediodeconstantessúplicasconseguíqueaccedieraaunapeticióntanrazonable.El Dr. Frobisher, considerado en aquella época la máxima autoridad viviente enenfermedadesdelcerebroy losnervios, leexaminó lamañanasiguientedenuestrallegada.Fuetanamablecomoparahablarconmigoconciertaextensióndespuésdever ami hermano, y de darmemuchos consejos y recetas que podría utilizar paraatenderalinválido.

El estado de Sir John, me dijo, bastaba para suscitar los peores temores.Ciertamente,nohabíadañoscerebralesodeotraclasequepudierandescubrirse,perosuspulmonesseencontrabanenunestadodeavanzadadecrepitud,yhabíaseñalesdeunagraveafeccióncardiaca.Sinembargonomehizodesesperar,sinoquedijoqueconatentoscuidadossuvidapodríaprolongarse,einclusoconeltiempoacabaríaporrestablecerselasaludenciertamedida.Mepreguntómásdeunavezsiconocíaalgúnproblemaopreocupaciónquehubierahechopresaen lamentedeSir John.¿Habíadificultades financieras, había sido sometido a una fuerte impresión mental, habíarecibido algúngrave susto?A todo esto sólo pude contestar de formanegativa.Almismo tiempo, le conté alDr. Frobisher cuanto pude de la historia de John comoconsiderépertinenteparaelasunto.Movió lacabezagravemente,y recomendóqueSirJohnsequedaraporelmomentoenLondres,bajosuconstantesupervisión.Aestapropuesta mi hermano no dio su consentimiento bajo ningún concepto. Estabaimpaciente por llegar cuanto antes a su propia casa, y dijo que si era necesarioregresaría aLondres porNavidad.Se acordópor lo tanto que llegaríamos aWorthMaltraversafinalesdesemana.

ParnhamyahabíapartidohaciaWorthparaprepararlotodoconvistasalregresode suamo,ycuando llegamos loencontramos todoenperfectoordenparanuestrorecibimiento.Sehabíapreparadoparausodemihermanounapequeñasalitapróximaa la biblioteca, con agradables vistas al sur y salida a la terraza, de manera quepudiera evitar la fatiga de subir escaleras, que el Dr. Frobisher consideraba muyperjudicialensuestadoactual.TambiénhabíamosadquiridoenLondresunasillaconruedas,quelepermitíasertrasladadoo,sisesentíaconánimosdehacerelesfuerzo,moverseélmismodehabitaciónenhabitación.

Creoquesusaludmejoró;paulatinamente,escierto,perolosuficientecomoparadarme esperanzas de que todavía pudiera salvarse. Del estado de su ánimo o suspensamientosyosabíapoco,peropodíaverqueaveceseravíctimadeunaansiedadnerviosa. Se revelaba en lamirada atormentada que amenudo ostentaba su pálido

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rostro,yensunotabledisgustoporquedarsesolo.CreoqueobteníaunciertoplacerdelaquietudylamonotoníadesuvidaenWorth,ytalveztambiéndelaconcienciade que tenía a su alrededor a quienes le querían y le profesaban devoción. Digoquienes,porquetodosloscriadosdeWorthsesentíanmuyunidosaél,alrecordarlaexquisitaatenciónycortesíadesusañosanteriores,yalsentirseapesadumbradosporver su figura antaño juvenil y vigorosa reducida a tan triste resultado. Los librosnunca los leía por símismo, e incluso el encanto de la lectura deRaffaele parecíahaberperdidosupoder;aunquenuncasecansabadeoírcantaralpobremuchacho,ylegustabaquesesentarajuntoasusillainclusocuandosusojossecerrabanyestabaaparentementedormido.Meparecióquesusaludengeneralcambiabapoco,niparabienniparamal.ElDr.Frobishermehabíaadvertidoqueesperaseestassecuelas.Nolehabíaocultadoqueaveceshabíatenidomisdudassobrelacordurademihermano;peromehabíaaseguradoqueerancompletamenteinfundadas,queelcerebrodeSirJohnestaba tandespejadocomoel suyopropio.Almismo tiempo, confesóquenopodíahacerseresponsabledelavitalidadexhaustadesupaciente,unestadoqueencircunstanciasordinariashabríaatribuidoalestudioexcesivooagravesproblemas.Me había insistido en la apremiante necesidad de que tuviera reposo absoluto, ymuchashorasdesueño.Mihermanonuncasereferíadeformacasualasuesposa,suhijooalaseñoraTemple,queconstantementemeescribíadesdeRoyston,enviandoamablesmensajesaJohn,ypreguntandocómoleiba.Nuncameatrevíatransmitirleestos mensajes, temiendo alterarle, o retrasar su recuperación al distraer suspensamientos hacia cauces que debían ser necesariamente de naturaleza dolorosa.Que nunca mencionase su nombre, ni el de LadyMaltravers, me llevó a veces apreguntarmesialgunodeesoscuriososcaprichosdelamemoria,queocasionalmenteacompañanaunagraveenfermedad,nohabríaborradoporcompletodesumenteelrecuerdo de sumatrimonio y de lamuerte de su esposa.Era incapaz de pensar encualquier asunto de negocios, y la administración del patrimonio siguió, como lohabíaestadodurantelosdosúltimosaños,enmanosdenuestroexcelenteagente,elseñorBaker.

PerounanocheaprincipiosdediciembremeenvióaRaffaeleaesodelasnueve,diciendo que quería hablarme. Fui a su habitación, y sin previo aviso empezó enseguida:

—Nuncame enseñas ami chico, Sophy; ya debe de haberse convertido en unmocito,ymegustaríaverle.

Desconcertadaporunaobservacióntaninesperada,repliquéqueelniñoestabaenRoyston al cuidado de la señora Temple, pero que sabía que si le apetecía ver aEdward,estaríaencantadadetraerloaWorth.Pareciócomplacidoporestaidea,ymerogóquelepidieraquelohiciese,deseandoquealmismotiempoletransmitierasusrespetos. En ese instante casi me aventuré a devolver a su esposa perdida a suspensamientos,aldecirquesuhijoseparecíamuchoaella;puestusemejanzacontumadreenaquellaépoca,einclusoahora,miqueridoEdward,eramuydestacada.Pero

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mefaltóelvalor,ysuconversaciónprontorevirtióaunaépocaanterior,comparandola suavidad del mes con la del primer verano que había pasado en Eton. Suspensamientos, sinembargo, imaginoquedebierondevolverporunmomentoa losdíasenqueconocióatumadre,puesdeprontopreguntó:

—¿DóndeestáGaskell?¿Porquénovienenuncaaverme?Estoprovocóunanueva ideaenmicabeza. Imaginéque lepodríahacermucho

bienamihermanotenerasuladoalguientansensatoyatanlealamigocomosabíaqueeraelseñorGaskell.Afortunadamente,sudirecciónnosehabíaborradodemimemoria,ydejandodeladotodoslosescrúpulos, leescribíconelsiguientecorreo,comunicándole el triste estado de mi hermano, diciendo que había oído a Johnmencionarsunombre,ysuplicándoleenmipropionombrequefueratanbondadosocomoparaayudarnosenloposibleyqueacudieraanosotrosenestahoradeprueba.Aunqueestabamuylejos,enWestmoreland,lagenerosidaddelseñorGaskellletrajoal instanteennuestra ayuda,yenmenosdeuna semanaestaba instaladoenWorthMaltravers,durmiendoenlabiblioteca,dondehizoponersucamapordeseoexpresoparaestarmáscercadesuamigoenfermo.

Supresencianosfuedegranayudaatodos.TratabaaJohnalavezconlaternurade unamujer y con la firmeza de un hombre fuerte y listo. Pasaban las mañanasjuntos, y el señorGaskellme dijo que John no habíamostrado con él losmismosreparos a hablar libremente de su vida de casadoque había reveladohaciamí.Nopuedoimaginareltalantedesuscomunicaciones,ytampocolopregunténunca;perosabíaqueelseñorGaskellsesentíamuyafectadoporellas.

Ahora John incluso se entretenía a veces haciendo pasar a sus habitaciones alseñorBakeralgunamañana,paradiscutirlaadministracióndesupatrimonioconsuamigo;ytambiénexpresósudeseodeveralnotariodelafamilia,puesdeseabadictarsutestamento.Alpensarquecualquierdiversióndeestanaturalezanopodíasinoserbeneficiosaparaél,hicevenirdeDorchesteranuestronotario,elseñorJeffreys,quejunto con su ayudante pasó tres noches en Worth, y escribió la voluntad de mihermano.

Asípasóeltiempo,yelañoseaproximóasufinal.EraNochebuena, y yomehabía acostadopocodespués de las doce, tras haber

deseado una hora antes las buenas noches a John y el señor Gaskell. La largacostumbre de vigilarle, o de estar al cuidado de un inválido por las noches, habíahechoquemisoídos fueranextraordinariamente rápidosparacaptar inclusoelmásligero murmullo. Debían de ser, creo, cerca de las tres de la mañana, cuando meencontrédespiertayconscientedealgúnsonidoextraordinario.Seoíabajoylejano,pero supe instantáneamente qué era, y sentí queme ahogaba en una sensación demiedo y horror, como si una mano gélida me hubiera agarrado la garganta, alreconocerlatonadadelaGagliarda.Laestabantocandoalviolín,ymuylejos,peroconocíaesacancióndemasiadobienparapermitirmetenerningunadudaalrespecto.

Algún día descubrirás,mi querido sobrino, que cualquier problema o temor es

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inmensamente intensificado y exagerado de noche. Supongo que es así porquenuestrosnerviosestánenunacondicióndeexcitación,ynuestrocerebronoestá losuficientementedespiertoparapedircuentasanuestrasestúpidasfantasías.Yomismahe permanecido muchas veces despierta, luchando en mis pensamientos condificultadesqueen lashorasde laoscuridadparecían insuperables,peroqueconelalba se resolvían en inconvenientes triviales. Así, aquella noche, mientras estabasentadaenlacamamirandolaoscuridad,conelsonidodeesamelodíaenlosoídos,meparecióque algodemasiado terribleparadescribirlohabíaocurrido; como si elespíritumaligno, que esperábamos hubiera sido exorcizado, hubiese regresado conotrossietevecesmásperversosqueél,yhubieranvueltoaestablecersumoradaenmi hermano condenado. El recuerdo de otra noche llegó a mi cabeza, cuandoConstance me despertó de la cama en Royston, y ambas nos deslizamos por lospasillosiluminadosporlalunaconlavibracióndeesamúsicaperversareverberandoen el silencioso aire estival. ¡PobreConstance!Ahora estaba en su tumba; pero almenossusproblemashabíanterminado,mientrasqueaquí,comoporalgunaamargaironía, en lugar de villancicos o dulces sinfonías, era la Gagliarda la que medespertabademisueñolamañanadeNavidad.

Me eché la bata por encima, y corrí por el pasillo y bajé las escaleras queconducíanalpisoinferioryalahabitacióndemihermano.Mientrasabríalapuertade mi dormitorio, el violín se detuvo repentinamente en mitad de un compás. Suúltimo sonido no fue una nota musical, sino más bien un horrible chillido, comoruegonovolver aoír jamás.Fueun sonidocomoelquepodríaproferirunabestiaherida.He visto un cuadro deBlake quemuestra el alma de un poderoso hombreperversoqueabandonasucuerpoalmorir.Elespírituvuelaatravésdelaventanaconunamiradaespantosaenlosojos,horrorizadoporladesolaciónhacialaquesedirige.Sienlaagoníadeladisolución,unalmasemejantepudierapronunciarungrito,creoquesonaríacomoelaullidoqueoíaquellanocheprocedentedelviolín.

Alinstantetodoquedóenunsilencioabsoluto.Lospasillosestabansilenciososyfantasmalesbajoladébilluzdemivela;peroalllegaralfinaldelasescaleras,oíelsonido de otras pisadas, y el señor Gaskell salió a mi encuentro. Estabacompletamente vestido, y era evidente que no se había acostado. Me tomóamablementedelamanoydijo:

—Temíaque le alarmara el sonidode lamúsica. Johnha estado caminando ensueños;hasacadoelviolínylohatocadocomosiestuvieraabsorto.Cuandollegabahasta él, hubo algo que cedió, y la disonancia provocada por las cuerdas flojas ledespertóalinstante.Ahoraestádespiertoyhavueltoalacama.Dominesualarma,porbiendeélyporelsuyopropio.Esmejorquenosepaquesehadespertado.

Meapretólamanoypronuncióalgunasotraspalabrastranquilizadoras,yvolvíamihabitacióntodavíamuyalterada,perosintiéndomemedioavergonzadaporhabermostradotantaansiedadportanpocomotivo.

AquellamañanadeNavidadfueunadelasmáshermosasquerecuerdo.Parecía

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queelveranodetestabatantolaideadeabandonarnuestrassoleadascostasdeDorsetquehabíavueltoaqueldíaparadecirnosadiósantesdesupartidadefinitiva.Yomehabíalevantadotempranoyhabíarecibidoelsacramentoennuestrapequeñaiglesia.ElDr.Butleracababadeiniciarsuprimerservicio,yaunqueporlogeneralningunaalteraciónde lascostumbresestablecidasen talescuestionesporelpasodel tiempohabríarecibidomiaprobación,mealegrédeconcedermeelprivilegioenestaocasión,yaquedeseabapasarlapartefinaldelamañanaconmihermano.Lasingularbellezadelashorasdelalba,yelefectotranquilizadordelsolemneservicio,devolvieronlaserenidad a mi espíritu, y desterraron con gran eficacia todos los recuerdos de lanocheprecedente.ElseñorGaskellsereunióconmigoenelvestíbuloamiregreso,ydespuésdesaludarmeamablementeconlascortesíasacostumbradasdeldía,preguntópor mi salud, y deseó que la perturbación de mi sueño la noche anterior no mehubieraafectadoperjudicialmente.Teníabuenasnoticiasparamí:Johnparecíaestarmanifiestamente mejor, ya se había vestido, y deseaba, ya que era la mañana deNavidad,quedesayunáramosconélensuhabitación.

Aesto, comopuedes imaginar, accedí al instante.Nuestrodesayuno transcurriócongranalegría,einclusoconalgúnmoderadohumor,conJohnsentadoensusillaalacabeceradelamesaydándonoslasfelicitacionespropiasdelaépoca.Encontréenmi puesto una carta de la señoraTemple felicitándonos a todos (pues sabía que elseñor Gaskell estaba en Worth), y diciendo que confiaba en traernos al pequeñoEdwardenAñoNuevo.Mihermanopareciócomplacidoantelaperspectivadeverasuhijo,yaunquepuedequesólofueramiimaginación,fantaseéconlaposibilidaddeque se sintiera especialmente gratificado de que la señora Temple en persona noshicieraunavisita.NohabíaestadoenWorthdesdelamuertedeLadyMaltravers.

Antesdequetermináramoseldesayuno,elsolcayósobreloscristalesconfuerzaybrilloextraordinarios.Susrayosnosanimaronatodos,yhacíatantocalorqueJohnabrió primero las ventanas, y condujo después su silla hasta el paseo exterior. ElseñorGaskell le trajoun sombreroybufanda,ynos sentamosconél en la terraza,disfrutandodelsol.Elmarestabatranquiloycristalinocomounespejo,yelCanalsealargabaantenosotroscomounsuelodeoromóvil.Unarosaodostodavíacolgabanfrentealacasa,ylosrayosdelsolreflejadosenlarojizapiedraareniscanosdieronunamañanadediciembremás suaveyagradablequemuchosdíasde junioqueheconocido en el norte. Estuvimos sentados sin hablar durante algunos minutos,inmersosennuestraspropiasreflexionesyenlaexquisitabellezadelaescena.

El silencio fue interrumpido por las campanas de la iglesia parroquial, queanunciaban el servicio matinal. Eran dos, y su sonido, que nos resultaba familiardesde la infancia, parecía la voz de viejos amigos. John me miró y dijo con unsuspiro:

—Megustaríairalaiglesia.Hacemuchoquenovoy.Túyyosiempreíbamoslasmañanas de Navidad, Sophy, y Constance lo habría deseado también si hubieraestadoconnosotros.

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Sus palabras, tan inesperadas y tiernas, llenaron de lágrimas mis ojos; no conlágrimas de dolor, sino de profundo agradecimiento al ver que mi ser queridoregresaba una vezmás a las antiguas costumbres. Era la primera vez que le habíaoídohablardeConstance,yesedulcenombre,conelinfinitopatetismodesumuerte,ydelespectáculode ladebilidaddemihermano,meabrumóde talmaneraquenopudehablar.Sóloleapretélamanoyasentí.ElseñorGaskell,quesehabíaalejadounminuto,dijoquepensabaquenoleharíaningúndañoaJohnasistiralserviciodelamañana siempreque la iglesia fueracálida.Aeste respectopodía tranquilizarle,yaque la había encontrado suficientemente templada incluso a primera hora de lamañana.

ElseñorGaskellempujaríalasilladeJohn,yyocorríaponermeelabrigo,conelcorazónllenodeprofundoagradecimientoporlossignosdegraciarestauradaquetanpiadosamenteseotorgabananuestroqueridosufrienteenestedíafeliz.Prontoestuvevestida, y acababa de entrar en la biblioteca cuando el señor Gaskell entróapresuradamenteatravésdelaventanadelaterraza.

—¡John se ha desmayado! —dijo—. ¡Corra a por sales aromáticas y llame aParnham!

Se produjo una escena de apresurada alarma, que dio lugar a una aterrorizadadesesperación.ParnhammontóuncaballoypartióalgalopehaciaSwanageenbuscadelDr.Bruton;perounahoraantesdeque regresarasupimos lopeor.Mihermanoestabamásalládelaayudadelmédico:¡sudesdichadavidahabíaalcanzadounfinalrepentino!

Aquí,queridoEdward,heterminadoelbreverelatodealgunosdeloshechosquesucedierondurantelosúltimosañosdevidadetupadre.Larazónquemehallevadoa ponerlos por escrito ha sido doble. Quiero cumplir con el deseo expresadovivamente al señor Gaskell por parte de tu padre, de que se te pusiera enconocimientodeestoshechoscuandofuerasmayordeedad.Ypormipropiaparte,creo que serámejor que conozcas la verdadpura a través demí, o de lo contrarioestarías amercedde informes azarosos, quepodrían llegarte en algúnmomentodefuentes ignorantes o interesadas. Algunas de las circunstancias fueron tansobresalientes que apenas es posible suponer que no fueran conocidas, y muyprobablemente debatidas con frecuencia, en una casa tan grande como WorthMaltravers. Incluso tengo razones para creer que historias exageradas y absurdascirculaban en la época de la muerte de Sir John, y me apenaría pensar que esosridículos relatos pudieran por casualidad llegar a tus oídos sin que tuvieras ningúnmediodedescubrirdóndeseocultalaverdad.Diossabecuántomehadolidoponersobreelpapelalgunosdeloshechosquehenarradoaquí.Tú,comoestuobligacióndehijo, reverenciaráselnombre inclusodeunpadreaquiennuncaconociste;perodebesrecordarquesuhermanahizomásqueeso;lequisoconunadevociónsincera,

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y todavía le conmueve escribir cualquier cosa que pudiera parecer que empaña sumemoria.Porencimadetodo,sólopodemosdecirlaverdad.Creoquegranpartedeloquetehecontadonecesitamayoresexplicaciones,peroyonopuedodártelas,puesnoconozcolascircunstancias.ConfíoenqueelseñorGaskell,tututor,añadiráaesterelatoalgunasnotaspropias,quepodríanayudaradilucidarciertosaspectos,yaqueélestáenconocimientodealgunoshechosdeloscualesyosigoignorante.

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LANOTADELSEÑORGASKELL

He leído lo que ha escrito la señoritaMaltravers, y tengo poco que añadir.Nopuedodarningunaexplicaciónqueencajecontodosloshechosniqueresuelvatodaslas incertidumbres relacionadas en su narración.La soluciónmás obvia de algunascuestionessería,porsupuesto,suponerqueSirJohnMaltraversestabaloco.Peroparacualquieraquelehubieseconocidodeformataníntimacomoyolohice,semejantehipótesis es insostenible; y, aunque fuera admitida, no explicaría algunos de losincidentesmás extraños.Aúnmás, fue firmemente desechadapor elDr. Frobisher,sobrecuyoveredictoentalesmateriasnohabíaporaquelentoncesdiscusión,porelDr. Dobie, y por el Dr. Bruton, que había conocido a John desde la infancia. Esposiblequehaciaelfinaldesuvidasufrieraocasionalmentealucinaciones,aunquenopuedoafirmarlopositivamente;perofuesólocuandosusaludquedócompletamenteminadaporrazonesquesonmuydifícilesdeanalizar.

Cuando le conocí en Oxford era un hombre fuerte, tanto física comomentalmente; generoso, y de temperamento alegre y afable. Almismo tiempo eramuynerviosoyexcitable,como lamayoríade laspersonascultas,yespecialmentelos músicos. Pero en cierto momento de su carrera, su misma naturaleza pareciócambiar;sevolvióreservado,calladoysaturnino.Asumetamorfosismoralsiguióuncambiofísicoigualmentealarmante.Surobustasaludempezóaflaquear,yaunquenosufría ninguna enfermedad concreta que los médicos pudieran combatir, empeorópaulatinamentehastaquellegóelfinal.

Creoqueel iniciodeesteextraordinariocambiócoincidiócasiexactamenteconsudescubrimientodelStradivarius;ysiestofue,alfinal,unasimplecoincidenciaoalgomás,noesfácildecirlo.Hastapocoantesdesumuerte,nilaseñoritaMaltraversniyotuvimosideadecómoeseinstrumentohabíallegadoasuposesión,ocreoqueencasocontrariohabríamospodidohaceralgoparasalvarle.

Aunquehaciaelfinaldesuvidahablóconlibertadasuhermanasobreelviolín,sólolecontólamitaddelahistoria,puesleocultóporcompletoquehubieraalgomásen la alacena oculta de Oxford. Pero de hecho, allí encontró también dos librosmanuscritos que contenían un minucioso diario de algunos años de la vida de unhombre.EsehombreeraAdrianTemple,ycreoqueenelexamendeesediariodebebuscarseelorigende la ruinadeJohnMaltravers.Elmanuscritoestababellamenteescrito con letra clara pero apretada del siglo XVIII, y le transmitió la idea de unhombre que escribía con deliberación, deseando transcribir sus impresiones conexactitudparafuturareferencia.Elestiloeraexcelente,ylosínfimosdetallesquesedabaneranamenudodealto interésparaunanticuario;peroel registroengeneralestabamancilladoporelmásgroserolibertinaje.LavidadeAdrianTemplesindudafueunainfluenciatanmarcadaenladeSirJohnqueunbreveperfil,recogidodesusdiarios,esnecesarioparacomprenderloqueocurrió.

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Temple acudió a Oxford en 1737. Tenía diecisiete años de edad, sin padres,hermanosnihermanas;yposeíalasfincasRoystonenDerbyshire,queeranentonces,comoahora,unapropiedadvaliosa.Susdiariosempiezanconelaño1738,yaunqueentonces era pocomás que unmuchacho, había probado todos los placeres ilícitosqueOxfordpodíaofrecer.Sustentacionessindudafuerongrandes;puesademásdericoeraguapo,yprobablementenuncahabíasidosometidoauncontroladecuado,yaque sus padresmurieron cuando todavía eramuy joven.Pero, a pesar de sus otrasfaltas,eraunestudiantedestacado,yal licenciarselohicieronsociodeSt.John.Seinstaló en ese colegio en un excelente conjunto de habitaciones orientadas a losjardines, y durante este periodoparecehaber estadomuypoco enRoyston, yaquevivíasiempreenOxfordoenelcontinente.Enestaépoca trabóamistadconun talJocelyn,dequienhizosuacompañanteysuamanuense. Jocelyneraunhombredetalento,perodevidairregular,ysindudafuecómplicedemuchosdelosexcesosdeTemple.En1743,ambosemprendieronelllamado«granviaje»,yaunquenoerasuprimera visita, fue probablemente entonces cuando sintieron por vez primera lafascinaciónde laItaliapagana,unafascinaciónquecrecióconcadaañodesuvidaposterior.

Al regresar de su viaje al extranjero, se encontró en medio de los turbulentosacontecimientosde1745.FueunardientepartidariodelAspirante,ynohizoningúnesfuerzopordisimular supuntodevista.Las tendencias jacobinaseranen realidadpredominantesenelcolegioenaquellaépoca,ysiésehubierasidotodosudelito,esprobablequelasautoridadesdelcolegiolehubieranprestadopocaatención.Perosunotoria vida alocada habló contra el joven, y ciertas oscuras sospechas no fueronpasadas por alto con tanta facilidad. Después del fracaso de la Rebelión, el Dr.Holmes, entonces Presidente del Colegio, parece que convirtió a Temple en chivoexpiatorio. Perdió su calidad de socio, y aunque no fue formalmente expulsado, lepresionaron de tal manera que acabó por abandonar St. John y trasladarse aMagadalen Hall. Allí, su gran fortuna hizo que le tuvieran en consideración, y lecedieron las mejores habitaciones del Hall, el mismo conjunto que mira a NewCollegeLaneyqueSirJohnMaltraversocuparíaconposterioridad.

En la primeramitad del sigloXVIII, la fascinación por la EdadMedia, aunquemoribunda, no había fenecido aún, y las ciencias ocultas todavía encontrabanseguidores en las torres deOxford.Desde sus primeros años, los pensamientos deTempleparecenhaberseinclinadofirmementehaciaelmisticismodetodaclase,yély Jocelyn estaban versados en la jerga de los alquimistas y los astrólogos, ypracticabansiguiendolasreglasantiguas.Sureputacióndenigromante,ylashistoriasque circulaban de ritos ilícitos celebrados en las habitaciones de St. John,contribuyeron en gran medida a que fuera despedido de aquel Colegio. Tambiénhabía trabado amistad con Francis Dashwood, el notorio Lord le Despencer, ymuchasnochesdeinviernolevieroncabalgaratravésdelasbrumosaspraderasdelTámesishastalapuertadelafingidaabadíafranciscana.Ensusdiarioshabíamásde

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unamencióndelos«franciscanos»ylasinnombrablesorgíasdeMedmenham.Templesededicabaalamúsica.Eraunaocupaciónraraporentonces,yaúnmás

raroeraencontraraunricoterratenientetocandoelviolín.Peroasílohacía,aunqueseguardabasupasiónparasímismo,yaquelaprácticadelviolínestabamalvistaenaquellosdías.Susdotesmusicaleseranexcepcionales,yfueelprimerposeedordelStradivariusqueposteriormenteacabaríadeformatandesafortunadaenmanosdeSirJohn.EsteviolínlocompróTempleenelotoñode1738,conocasióndeunaprimeravisita a Italia. Aquel año murió el nonagenario Antonius Stradivarius, el mayorfabricante de violines que ha conocido el mundo. Después de la muerte deStradivarius, laprovisióndeviolinesdesu tallersevendióensubasta.OcurrióqueTempleestabadeviajeenCremonaenaquelmomentoconuntutor,yenlasubastacompróaquelmismoinstrumentoqueposteriormentetuvimosrazonesparaconocertanbien.Unanotadesudiariositúasucosteencuatro luises,ydicequeteníaunahistoria curiosa. Aunque pertenecía a su periodo dorado, y probablemente era elmejorinstrumentoquejamáshabíafabricado,Stradivariusnuncaquisovenderlo,ylotuvocolgadodurantemásdetreintaañosensutaller.Sedecíaquemientrasyacíaensu lecho de muerte había dado órdenes de que lo quemaran; pero si fue así, lasórdenesfueronincumplidas,ydespuésdesumuertepasóalasubasta.AdrianTemplereconociódesdeelprincipioelenormevalordelinstrumento.Susnotasmuestranquesóloloutilizóenciertasocasionesespeciales,yfuesindudaparasumejorprotecciónqueconcibiólaalacenaocultadondeSirJohnacabaríaencontrándolo.

LosúltimosañosdevidadeTempletranscurrieronensumayorparteenItalia.EnelScogliodiVenere,cercadeNápoles,construyó laVilladeAngelis,yallípasóapartirdeaquelmomentotodoeltiempo,exceptolosmesesmáscálidosdelaño.Pocodespuésde terminar lavilla,Jocelyn leabandonórepentinamente,yseconvirtióenmonjecartujo.Unanotacáusticadeldiarioapuntabaqueinclusoestesucioparásitosesintiótanimpresionadoporalgoquehabíavistoqueadoptólaformamásausterade religión. En Nápoles, la vida oscura de Temple se volvió aún más negra.Coqueteó,escierto,conelNeoplatonismo,ysejactódequeél,comoPlotino,habíapasadodosvecesporelcírculodelnousydisfrutabadelosfrutosdeladeidad;perolosidealesdeinclusoesacómodadoctrinasedegradarondeformaaúnmásmiserableensumalvadavida.MásdeunavezenelmanuscritohacemenciónporsunombredelaCagliarda deGraziani, como algo que ha sido tocado enmisterios paganos queestosentusiastasrevivieronenNápoles,ylatonadaevidentementesehabíagrabadodeformaprofundaensumemoria.Laúltimaanotacióndesudiariollevafechadel16dediciembrede1752.EntoncesestabaenOxfordduranteunpardedías,peropocodespuésregresóaNápoles.Lacasualidaddehaberacabadodecompletarunsegundovolumen le indujo, sin duda, a dejarlo en la alacena secreta. Es probable quecomenzarauntercero,perosifueasí,éstenuncasehaencontrado.

Al leer el manuscritome impresionó el estilo claro y desenvuelto del autor, ydescubríqueel interésde lanarraciónaumentabaen lugardedisminuir.Almismo

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tiempo, su estudio me resultó indescriptiblemente doloroso. Nada podría habermeanimadoenmidecisióndeleerloporcompleto,exceptoelconvencimientodequesiqueríaserdealgunaayudarealparamipobreamigoMaltraversteníaqueconocerenelmayorgradoposibletodaslascircunstanciasrelacionadasconsudolencia.Elcasoesquemeencontrérespirandounaatmósferadecontagiomoraldurantelalecturadelmanuscrito, y ciertospasajeshan regresadode cuandoen cuandopara acosarme, apesardetodosmisesfuerzosporapartarlosdemimemoria.CuandovineaWorthporla urgente invitación de la señorita Maltravers, encontré a mi amigo Sir Johnterriblemente alterado.Noera sóloqueestuviera enfermoy físicamentedébil, sinoquehabíaperdidoporcompletoelportede la juventud,que,aunque indefinible,esmuyapreciable,ymarcaunaclaradistinciónentreelprimerperiododelavidaylaedadmadura. Pero el rasgo más llamativo de su enfermedad era la extraordinariapalidezde supiel, quehacía que su rostroparecieseuna falsificación sutil de cerablanca en lugardel deunhombrevivo.Medio la bienvenidapoco calurosamente,pero con evidente sinceridad; y hubo una completa ausencia de la reserva que amenudoacompañaal reencuentrodeamigoscuyas relacionescordialeshansufridounainterrupción.DesdelaépocademillegadaaWorthhastasumuerte,estuvimosconstantementejuntos;dehecho,mesentíimpresionadoporeldisgustocasiinfantilque mostraba si le dejaban solo siquiera por unos momentos. A medida que seaproximaba la noche, se intensificaba la sensación. Parnham dormía siempre en lahabitacióndesuamo;perosialgohacíasaliralcriadoaunquefueraunminuto,noshacíallamaraCarotenutooamíparaqueestuviéramosconélhastasuregreso.Susnervios estaban muy debilitados; saltaba violentamente ante cualquier ruidoinesperado,ypor encimade todo temíaquedarse aoscuras.Cuandocaía lanoche,hacíaquetrajeranmáslámparasasuhabitación,einclusocuandosepreparabaparadormirinsistíaenqueunafuerteluzpermanecieseencendidajuntoasucama.

Amenudohabíaleídoenlibrosacercadepersonasqueteníanexpresióndeestar«acosadas»,ymehabía reídode la fraseal considerarla convencionalycarentedesignificado.PerocuandolleguéaWorthconocíloqueteníadecierto;puessialgúnrostro tuvo alguna vez un aspecto acosado, y casi escribiría que hechizado, fue elrostro blanco de Sir John Maltravers. Tenía el aire de un hombre que estabaconstantemente esperando la llegada demalas noticias, y en ocasionesme recordódolorosamente la expectación culpable de un rufián que sabe que han emitido unaordenparasuarresto.

Durante mi visita, me habló frecuentemente de su vida pasada, y en lugar demostrar reticencia a tocar el tema, pareció complacido por la ocasión de aliviar suespíritu.PorélsupequelalecturadelasmemoriasdeAdrianTemplehabíacausadounaprofundaimpresiónensumente,quesindudafueintensificadaporlavisiónquecreyó ver en sus habitaciones en Oxford, y por el descubrimiento del retrato enRoyston.Deesosfenómenossingularesnotengoningunaexplicaciónqueofrecer.

El elemento romántico de su estado le hacía particularmente susceptible a la

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fascinaciónpor elmisticismoque transpiraba la narracióndeTemple.Medijo quecasidesdelaprimeravezquelaleyósesintióllenodeunanhelodevisitarloslugaresy revivir la extraña vida de la que hablaba. Al principio mantuvo a raya estainclinación,peropocoapocofueganandofuerzasuficienteparadominarle.

No tengo lamenor duda de que lamúsica de laGagliarda deGraziani ayudómaterialmente a este proceso de degradación mental. Es curioso que MichaelPraetoriusenlaSyntagmamusicumhablaradelagallardageneralmentecomodeuna«invención del diablo, llena de gestos indecentes y libertinos y de movimientoslicenciosos». Y la singular melodía de la Gagliarda de la suite «Areopagita»ciertamenteejerciódesdeelprincipiounaextrañainfluenciasobremí.Aquínoharémásquemencionar la cuestión,puesveoque la señoritaMaltravershahabladodeella extensamente, y sólo diré que, aunque desde el día de la muerte de Sir Johnnuncaheoídounasolanotadeella,latonadasiguefrescaenmicabeza,yavecessemehaaparecidoinesperadamente,ysiempreconunefectoindeseable.Heobservadoqueocurregeneralmenteenmomentosdedepresión física,y lamismamelodía sinduda ejerció una influencia similar sobre Sir John, cuya impresionable naturalezahizoquedesdeelprincipiofueramásperjudicialparaél.

Digo esto con conocimiento de causa, pues estoy seguro de que si algunasmúsicassonbuenasparaelhombreyleelevan,otrasmelodíassonigualmentemalasy enervantes.Una experienciamuchomás amplia que la que todavía poseemos esnecesaria para permitirnos decir hasta dónde puede extenderse esta influencia. Esdecir,hastadóndepuedellegarlamenteporunladoenlaabnegaciónascéticaporelusosistemáticodeciertamúsica,oporelcontrarioenplaceres ilícitosypeligrosospormelodíasdetendenciaopuesta.Perodeestoestoyseguro,queunavezquesehaconseguido un nivel de cultura relativamente avanzado, la música es la llavemásapta, si no la única, que da paso al círculo más estrecho del pensamiento másimaginativo.

Aprovechandolaocasióndeviajarqueleofreciósulunademiel,unimpulsoquenopudoexplicarenaquellosmomentos,peroquelosacontecimientosposterioresmehanconvencidoquecorrespondíaalaencantadasugestióndelaGagliarda,lellevóavisitar los escenariosmencionados tan amenudo en el diario de Temple. Siemprehabíasidounexcelenteerudito,yunestudiosodelosclásicosdecapacidadmásqueordinaria.RomayelsurdeItalialellenarondeunextrañodeleite.Sueducaciónlepermitía apreciar la plena extensión de lo que veía; poblaba los decorados con lasfiguras de los actores originales, e intentaba asimilar su pensamiento al de ellos.Empezó a leer literatura clásica profusamente, no ya desde el punto de vistaacadémico,sinodesdeelpuntodevistaliterario.EnRomapasómuchotiempoenlaslibrerías,yallíencontrócopiasdelosnumerososautoresdefinalesdelimperioydelos filósofos alejandrinos que raras veces se ven en Inglaterra. En éstas halló unnuevoplaceryalimentofrescoparasumisticismo.

Dichos estudios, llevados al límite, son probablemente dañinos para el carácter

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inglés, y ciertamente lo fueron para un hombre con las simpatías románticas deMaltravers.Estas lecturas le produjeron con el tiempoun efecto tan real que si noabandonó definitivamente el cristianismo, como temo que hizo, al menos sí loadulteró con otras doctrinas hasta que para él se convirtió enNeoplatonismo. Esaseductora filosofía, que ha atrapado tantas mentes desde Proclo y Juliano a SanAgustín y los renacentistas, encontró un rápido converso en John Maltravers. Suapasionado anhelo de un bien vago e indefinido, su tolerancia de las impresionesestéticas, las agradables supersticiones de su dinámico panteísmo, todo tocó fibrassensiblesensunaturaleza.Sumente,medijo,se llenódeunanostalgiasinmedidaporlaantiguaculturadelafilosofíapagana,ydelamismamaneraqueelpasadosevolvíamásclaroymás real, elpresente sehizomás turbio,y suspensamientos seapartaron paulatinamente de todos los objetos naturales de su afecto e interés quedeberíanhaberlosocupado.Hastaquéterriblepuntollegóesteproceso,lodemuestrala narración de la señoritaMaltravers. Poco después de llegar aNápoles, visitó laVilladeAngelis,queTemplehabíaconstruidosobrelasruinasdeunacasamarítimadePomponio.Elantiguoedificiohabíasidodesmanteladoyestabaenruinas,ySirJohnnotuvodificultadencomprarelsolardeinmediato.Despuésloreconstruyócongran detalle, esforzándose por reproducir en su equipamiento el lujo del imperiotardío.Tuveocasióndevisitarlacasamásdeunavezenmicondicióndealbacea,ylaencontréllenadevaliosasobrasdearte,que,aunqueenaquellaépocaningunaeratan difícil de conseguir ni tan costosa como lo sería ahora, eran suficientementevaliosascomoparahaberrequeridoundesembolsoinjustificable.

El emplazamiento del edificio promovió su locura por el pasado. Está entre laBahía de Nápoles y la de Baia, y desde sus ventanas ofrecía las mismas vistasexquisitasquehabíanencandiladoaCicerónyLúculo,Severoy losAntoninos.Allado se erigía Baia, el principesco retiro costero del imperio. Esa lujosa y lascivaciudadentrelasciudadesdelaantigüedadsobrevivióaloscataclismosdelaseras,ysóloperdiósucontinuidadurbanayseconvirtióenelpobladoruinosoqueeshoyenlossaqueosdelsigloXV.Perounacontinuidadperversanose interrumpecon tantafacilidad, y los que conocen mejor el lugar dicen que todavía está imbuido derecuerdosdeunpasadoexecrable.

Durantemillasalolargodeesacostahechizadanosepuedeponerelpieexceptosobrelasruinasdealgunaespléndidavilla,ysobretodoellosecierneunespíritudecorrupciónyvilezaquellegaaserpalpableyopresivo.Delasaurorasylosocasos,delsoldelmediodíatempladoporlabrisamarinaylasombradearboledasfragantes,losquehanestadoallíconocenelencanto,yalosquenohanestadolaspalabrasnoselopuedendescribir.Perohayvaporesmaléficosqueseelevandelcadáverdeunpasado que no ha sido enterrado por completo, e ingleses muy cultivados que sedemoran allí mucho tiempo sienten su influencia como la sintió JohnMaltravers.Como tantos decepti deceptores de la escuela Neoplatónica, no practicó laabnegaciónimpuestaporelmismocultoqueafirmabaseguir.Aunquesunaturaleza

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erademasiadorefinada,creo,parasumirseenelsensualismoreveladoporlosdiariosdeTemple,fueconlagratificacióndelosgustosdelcuerpocomointentóconseguireldivinoéxtasis;poresohabíaconstantementedistraccionesprofusasysuntuosasenlavilla,enlacualinvitadosdesconocidosestabanpresentes.

Nosepodíaesperarqueensemejantevidadepesadillaencontrasereposoningúnespíritu, y Maltravers ciertamente no lo halló. Todas las preocupaciones quehabitualmente ocupan lasmentes de los hombres, todos los pensamientos hacia suesposa,hijoyhogarfueron,escierto,abandonados;perounainquietudsalvajetomóposesióndeél,ynoconsintióquesesintieranuncatranquilo.Aunquenuncamelodijo,creoqueteníalaideadequelafiguraquehabíavistoenOxfordyRoystonselehabía reaparecido en más de una ocasión subsiguiente. Imagino que con la vagaesperanzade«enterrar» ese espectro sepropuso con entusiasmodescubrir dóndeocómohabíamuertoTemple.RecordabaquelatradicióndeRoystondecíaquehabíasucumbidoenNápolesen laplagade1752,pero leacometió la ideadequenoeraasí; de hecho, casi sospecho que su fantasía imaginaba que ese hombre malvadoseguíavivo.Losmétodosporloscualesacabódescubriendoelesqueleto,oconociólos episodios que precedieron a la muerte de Temple, no los conozco. Prometiócontármeloscondetallealgúndía,perosurepentinamuerteleimpidióhacerlo.Loshechos, tal y como él los contó, y como yo tengo pocas dudas de que realmenteocurrieron, fueron éstos: Adrian Temple, después de la partida de Jocelyn, habíahecho su confidente a un tal Palamede Domacavalli, vástago de una espléndidafamiliapartenopeadelmismonombre.Palamede teníaunpalacio en el corazóndeNápoles,yeraeligualdeTempleenedadytambiénensuinmensafortuna.Losdoshombres se convirtieron en compañeros inseparables, asociados en toda clase deperversidades y excesos. A su momento, Palamede se casó con una hermosamuchachallamadaOlimpiaAldobrandini,quetambiéneradelmásnoblelinaje;perolaintimidadentreélyTemplenoseinterrumpió.Aproximadamenteunañodespuésdesumatrimonio,seestabacelebrandounbailedespuésdeunespléndidobanqueteenelgransalóndelPalazzoDomacavalli.Adrian,queerainvitadodehonor,pidióalosmúsicosdelagaleríaquetocaranlasuite«Areopagita»,ylabailóconOlimpia,laesposadesuanfitrión.LlegaronhastalaGagliarda,peronuncala terminaron,puescercadelfinaldelsegundomovimiento,Palamedehundióporlaespaldaunestileteenelcorazóndesuamigo.EsedíahabíadescubiertoqueAdriannohabíarespetadonisiquieraelhonordeOlimpia.

HeintentadoresumirenunahistoriacoherenteloshechosqueconocípocoapocomedianteconversacionesconSirJohn.Hastaciertopuntoproporcionaban,sinounaexplicación, sí almenos un relato del cambio al que se había sometidomi amigo.Perosólohastaciertopunto;apartirdeahílaexplicaciónsedesmoronabayyomequedaba desconcertado. Podía imaginar que una vida de relaciones indeseables yestudiosdesordenadospodríaconeltiempoproducirtalpérdidadevigormentalqueconduciríaaunaacolasiamoral,elexcesosexual,ylaruinafísica.Peroenelcasode

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SirJohn, lacausanoeraadecuada;por loqueyosabía,nuncahabíaentregadoporcompletolasriendasalasensualidad,yelcambiofuedemasiadoabruptoylaruinadelcuerpoylamentedemasiadocompletaparajustificarseconacontecimientostalescomolosquehabíarelatado.

Yotambiénteníaunsentimientodeintranquilidad,quecreciódentrodemícuantomás le veía, que era quemientras que hablaba con bastante libertad sobre ciertostemas,yobviamentepretendíaofrecerunahistoriacompletadesuvidapasada,habíaen realidadalgoenel fondoque siempreocultabaamivista.Parecíaque fueraunjoven al queunpadre indulgentepedíaque confesase susdeudasparaquepudierasolventarlasyque,aunqueconoce lapocaseveridaddesuspadres,yquecualquierdeudaquenoseasolventadaahoraserádespuésunpesosobresushombros,titubeaporvergüenzaaconfesarlacantidadtotal,ysereservaciertascuestiones.AsíqueelpobreSirJohnmeocultabaalgoamí,suamigo,cuyaúnicaintencióneratransmitirleconsueloyalivio,ycuyacompasiónmehabríahechoescucharsinreprimendaalgunala narración del más negro de los crímenes. No puedo decir lo mucho que meapenaba este convencimiento.De buen grado lo habría dado todo, inclusomi vidamisma, para salvar a mi amigo y hermano de la señorita Maltravers; pero misesfuerzos se veían paralizados por el sentimiento de que no sabía con qué meenfrentaba, que algunamalvada influencia le afectaba y continuamente evitabamipresa.Una o dos veces pareció que estaba a punto de contármelo todo; una o dosveces,creo,sehabíadecididoahacerloasí;peroentoncescambiódetalante,omásprobablementelefaltóelvalor.

Fueenunadeestasocasionescuandomepreguntó,deformamásbienrepentina,si pensaba que un hombre podría con algún acto carnal cometido conscientementeprivarse de toda posibilidad de redención y de salvación definitiva. Aunque meconsiderouncristianosincero,nosoyunteólogo,ylapreguntareferenteasemejantetema,quenosemehabíaocurridodesdelainfancia,yqueparecíatenermáselsabordelromancemedievalquedelareligiónpráctica,medesconcertóporunmomento.Titubeéuninstante,yluegocontestéquelosmediosdesalvaciónofrecidosalhombresindudabastabanparalimpiaralverdaderopenitentedelaculpadecualquiercrimen,poroscuroquefuera.Midudahabíasidomomentánea;peroSirJohnpareciónotarla,y selló sus labios a cualquier confesión, si es que verdaderamente pretendía haceralguna, al cambiar bruscamente de tema. Esta pregunta, como es natural,me hizoreflexionardeformaseriayaprensiva.Eralaprimeraocasiónenquemeparecióqueindiscutiblemente sufríadealucinaciones,yeraconscientedequecualquier ilusiónrelacionada con la religión es por lo general muy difícil de suprimir. Al mismotiempo,cualquiercuestióndeestegéneroeramásdestacableenelcasodeSirJohn,yaque,porloqueyosabía,habíaabandonadolafecristianaporcompletoyduranteunatemporadaconsiderable.

Incapazdeobtenermásinformacióndeél,ylimitadoporlotantoamispropiosrecursos, decidí que volvería a leer enteros los diarios deTemple. La tarea resultó

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desagradable,comoyaheexplicado,peroesperabaqueunasegundalecturapudieraarrojaralgunaluzsobreeloscuroinfortunioqueatribulabaaSirJohn.Volvíaleerelmanuscritoconlamayoratención.Sinembargo,noparecíaquenadadeimportanciasemehubieraescapadoenlasanterioresocasiones,ycasihabíaalcanzadoelfinaldelsegundovolumen cuandouna cuestión relativamentemenor atrajomi atención.Hedicho que las páginas estaban todas cuidadosamente numeradas, y los sucesos decadadíaregistradosdeformaseparada;inclusocuandoTemplenohabíaencontradonadadeinterésparareseñarloenundíadeterminado,habíainsertadolafechaconlapalabra nil escrita frente a ella. Pero mientras estaba sentado una noche en labibliotecadeWorth,despuésdequeSirJohnsehubieraidoalacama,yporúltimorevisaba losdíasde losmesesdeldiariodeTempleparaasegurarmedequeestabacompleto,descubríquefaltabaundía.Erahaciaelfinaldelsegundovolumen,yeldía era el 23deoctubredel año1752.Unamiradaa lanumeraciónde laspáginasrevelóelhechodequetreshojashabíansidoarrancadas,yquelaspáginasnumeradas349 a 354 no aparecían por ningún lado. Una vez más revisé los diarios paracomprobarsihabíahojasarrancadasenalgúnotrolado,peronoencontréquefaltarani una sola página.Todo estaba completo, excepto en este sitio, con elmanuscritoredactadoprimorosamente,yapenasunerrorounborrónen todasuextensión.Unexamenmásatentomostróqueestashojashabíansidocortadascercadellomo,ylosbordes cortados del papel parecían demasiado recientes para pensar que se habíanhechounsigloantes.Unabrevereflexiónmeconfirmó,dehecho,que lasupresiónprobablementenohabíasidohechaporTemple,yquedebíadehabersidohechaporSirJohn.

Mi primera reacción fue preguntarle en seguida qué contenían las páginasperdidas,yporquélashabíacortado.Lacuestiónpodíaserbanal,yéllaexplicaríaen un instante. Pero al abrir suavemente la puerta de su dormitorio, lo encontrédormido, y Parnham (a quien la fuerte luz que siempre ardía en la habitaciónmantenía desvelado) me informó de que su amo llevaba sumido en un profundosueño más de una hora. Sabía cuánto necesitaban sus agotadas fuerzas semejantereposo,yvolvíalabibliotecasindespertarle.Unosminutosantes,mehabíasentidoamodorradoalaconclusióndemitarea,peroahoratododeseodesueñohabíasidodesterrado repentinamente y un doloroso insomnio había ocupado su lugar. EstababajounaclasedeexcitaciónmentalquemerecordabamissentimientosdeunosañosantesenOxford,laprimeravezquetocamoslaGagliardajuntos,ymesobrevinounaidea con la fuerzadeuna intuición, la deque en esas tres hojas perdidas estaba elsecretodelaruinademiamigo.

Volvíalcontextoparaversihabíaalgoenlasentradasprecedentesosiguientesala lagunaquemediesealgunapistasobreelpasajedesaparecido.Elregistrodelosescasos días inmediatamente precedentes al 23 de octubre era breve y no conteníanada de ningún interés.Adrian y Jocelyn estaban solos en laVilla deAngelis. Laentradadel22eramuypocoimportanteyaparentementeestabacompleta,acabando

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al final de la página 348. Del 23 no había, como he dicho, ningún registro enabsoluto, y la entrada del 24 empezaba al inicio de la página 355. Este últimomemorandotambiénerabreve,yfueescritocuandoelautorestabadisgustadoporqueJocelynlehubieraabandonado.

La deserción de su compañero debió de ser, según parece, completamenteinesperada. Al menos no había ninguna indicación previa de que tuviera talesintenciones.TempleescribióqueJocelynhabíaabandonadolaVilladeAngelisaqueldíaysehabíainstaladoconloscartujosdeSanMartino.Nosedabaningunarazónpara tan extraordinario cambio; pero se apuntaba que Jocelyn se había declaradoimpresionado por algo que había ocurrido. La entrada concluía con algunasobservaciones amargas: «Así que adiós a mi santo anacoreta; y si no puedodespedirle con una lepra como Elisa hizo con su criado, al menos abandona mipresenciaconlacaratanblancacomolanieve».

Habíaleídoestafrasemásdeunavezsinquemeprovocaramásqueunaatenciónpasajera.LacuriosaexpresióndequeJocelynhabíaabandonadosupresenciaconlacarablancacomolanievemehabíaparecidohastaentoncesquenosignificabanadamásquelosdoshombressehabíanseparadoconrabiaviolenta,yqueTemplehabíainsultadooamedrentadoasucompañero.Peromientrasestabasentadoaquellanocheen la biblioteca, las palabras parecieron tomar una fuerza completamente nueva, yunaextrañasospechaempezóadominarme.

HedichoqueunodelosrasgosmásdestacadosdelaenfermedaddeSirJohnerasupalidezmortal.Aunqueyoyahabíapasadoalgún tiempoenWorth, y todos losdíasmehabíasorprendidoesta faltadecolor,nunca recordéen relaciónaestoqueuna extraña palidez también había sido uno de los atributos de Adrian Temple, yciertamentequedabamuydestacadaenelretratopintadoporBattoni.Aúnmás,enelrelato de Sir John de la visión que pensó que había visto en sus habitaciones deOxford, siempre había hablado de la cara blanca como la cera de su visitanteespectral.LatradiciónfamiliardeRoystondecíaqueTemplehabíaperdidoelcoloren algúnmortífero experimentomágico, y ahora sentí el convencimientodeque elrostro de Jocelyn «tan blanco como la nieve» podía referirse sólo a esta mismapalidez antinatural, y que él también había sido azotado con ella como si fuera lamarcadelabestia.

EnuncajóndemiescritorioguardabajuntoamítodaslascartasqueladifuntaLadyMaltravers había escrito a casa durante su funesta luna demiel. La señoritaMaltraverslashabíapuestoenmismanosparaquepudierafamiliarizarmecontodosloshechosquepudierandilucidar el avancede la dolenciadeSir John.RecordabaqueenunadeesascartassehacíamencióndeunfuerteataquedefiebreenNápoles,yaqueellahabíaobservadoporvezprimeraenélestasingularpalidez.Encontrélacarta de nuevo sin dificultad y la leí bajo una nueva luz. Todos los renglonestranspirabansorpresayalarma.LadyMaltraverstemíaquesumaridoestuvieramuygravementeenfermo.Elmiércoles,dosdíasantesdequeellaescribiera,habíasufrido

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durante todo el día una extraña inquietud, que se había incrementado después deretirarseporlanoche.Nopodíadormiryhabíavueltoavestirse,diciendoquequeríadarunpaseobajoelairenocturnoparatranquilizarse.Noregresóhastacasilasseisdelamañana,yentoncesparecíatanexhaustoqueapartirdeaquelmomentohabíaquedadopostradoenlacama.Estabaterriblementepálido,ylosmédicostemíanquehubierasidoatacadoporalgunaextrañafiebre.

Lafechadelacartaeradel25deoctubre,locualfijabalanochedel23comoelmomentodelprimerataquedeSirJohn.Lacoincidenciade la fechacon ladeldíaque faltaba en el diario de Temple era significativa, pero ya no era necesaria paraconvencermedequelaruinadeSirJohnsedebíaaalgoquehabíaocurridoaquellanochefatalenNápoles.

LapreguntaqueelDr.FrobisherhabíahechoalaseñoritaMaltraverscuandolepidieron que examinase por vez primera a su hermano en Londres volvió a mimemoria con fuerza abrumadora: «¿Había estado Sir John sometido a algunaimpresiónmental;habíarecibidoalgúnsustoterrible?»Ahorasabíaquelarespuestaaesapreguntadeberíahabersidoafirmativa,puessentíacontantaseguridadcomosimelohubieradichoSirJohnenpersonaquesíhabíarecibidounaimpresiónviolenta,yprobablementealgúnsustoespantoso,en lanochedel23deoctubre.Cuálpodríahaber sido la naturaleza de aquella impresión, mi imaginación era incapaz deconcebirlo, sólo sabía que fuera lo que fuese lo que Sir John había hecho o visto,AdrianTempley Jocelyn lohabíanhechoovistoun sigloantesenelmismositio.Aquelhorrorquehabíablanqueadoelrostrodelostreshombresparatodalavidatalvez había caído con fuerza menos abrumadora sobre la curtida perversidad deTemple,perohabíallevadoalindignoJocelynalclaustro,yestabaconduciendoaSirJohnalatumba.

Alpasarpormicabeza,estospensamientosmellenarondeunaalarmaimprecisa.Lo tardío de la hora, el silencio y la luz tenue, hacían que la biblioteca en la queestaba sentado pareciese tan enorme y tan solitaria que empecé a sentir el mismotemoraquedarmesoloquehabíaobservadotanamenudoenmiamigo.Aunquesólouna puerta me separaba de su dormitorio, y podía oír su respiración profunda yregular, sentíquedebíaentrarydespertarleaéloaParnhamparaquemehiciesencompañía y me salvaran de mis propias reflexiones. Con un inmenso esfuerzoconseguícontrolarme,ymesentéparadarlevueltasalasuntoyesforzarmeportrazaralguna hipótesis que pudiera explicar el misterio. Pero todo fue en vano.Simplementemecansabasinllegarnisiquieraaunaconjeturaplausible,exceptoqueparecíaquelaextrañacoincidenciadelafechapudieraindicaralgúnencantamientoohechizoatrozquesólopodíaejecutarseenunanocheconcretadelaño.

Debíadesercercadelalbacuandocaíexhaustoenunsueñointranquilosobreelsillón donde estaba sentado. Mi sueño, aunque breve, estuvo poblado por unasucesión de visiones fantásticas en las cuales veía continuamente a Sir John, noenfermoyconsumidocomoahora,sinovigorosoybellocomolehabíaconocidoen

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Oxford, en pie junto a un brasero resplandeciente y recitando palabras que noentendía, mientras otro hombre de rostro blanco y burlón estaba sentado en unaesquinatocandolatonadadelaGagliardaalviolín.Parnhammedespertóenmisillaalassiete;suamo,dijo,seguíadurmiendoplácidamente.

HabíadecididoquetanprontodespertarapreguntaríaaSirJohnpor laspáginasquefaltabaneneldiario;peroaunquemiimpacienciayminerviosismoestabanensugradomáximo,meviobligadoacontenermicuriosidad,pueselsueñodeSirJohncontinuóduranteeldía.ElDr.Brutonvinodevisitaporlamañana,ydijoqueestesueño era lo que más necesitaba el estado del paciente, y que era un síntomaclaramente favorable; no había que molestarle bajo ningún pretexto. Sir John noabandonólacama,sinoquesiguiódormitandotodoeldíahastaelatardecer.Cuandoporfinsesacudiólasoñolencia,yaeratantardeque,apesardemiansiedad,titubeéenhablarconélsobrelosdiarios,paranoalterarleindebidamenteantesdelanoche.

Amedidaqueanochecíasefuevolviendomuyintranquilo,yse levantómásdeunavezdelacama.Estainquietud,acontinuacióndelreposodeldía,talvezdeberíahaberme perturbado, pues desde entonces he observado que cuando lamuerte estámuypróxima,unaintranquilidadaprensivaamenudodominatantoahombrescomoa animales. Parece que temieran ceder al sueño, como si mientras duermen elenemigofinalpudieraatraparlesdesprevenidos.Intentansacudirselaropadecama,aveces abandonan el lecho y caminan. Así ocurrió con el pobre John Maltraversaquella última Nochebuena. Permanecí sentado con él, sufriendo por su turbaciónhastaqueparecióquedarsemástranquilo,yporúltimocayóenelsueño.Esanocheyodormí en suhabitación en lugar deParnham,y cansado comoestabapor haberpasadosentadolanocheanterior,mearrojésobrelacamavestido.Creoqueapenasme había adormilado cuando el sonido de su violínme despertó. Descubrí que sehabía levantado,había tomadosu instrumento favoritoyestaba tocandoen sueños.LatonadaeralaGagliardadelasuite«Areopagita»,queyonohabíaoídodesdequela tocamos juntosporúltimavezenOxford,y trajoconsigoun tropelderecuerdoslejanosydeinfinitaslamentaciones.Maldijelasoñolenciaquemehabíasometidoenmipuestodevigía,ypermitíqueSirJohntocaraunavezmáslamelodíaquesiemprehabía estado cargada de tanta maldad para él; estaba a punto de despertarlesuavementecuandounextrañoaccidentelesacódesusueño.Mientrasyocaminabahaciaél,elviolínpareciódesplomarseensusmanos,y,dehecho,lacajacedióyserompióbajolapresióndelcordaje.Mientraslascuerdassesoltaban,laúltimanotaseconvirtióenunadisonanciainhumana.Sifuerasupersticioso,diríaquealgúnespíritumaligno había salido del violín, y que había roto con sus estertores finales elreceptáculodemaderaquelecobijaratantotiempo.Fuelaúltimavezqueseutilizóelinstrumento,yeseespantosoacorde,elúltimoquellegóatocarMaltravers.

Temía que la impresión de despertar tan repentinamente del sueño tuviera unefectomuyperjudicialsobreelsonámbulo,peronoparecióserelcaso.Lepersuadídequevolvieraenseguidaa lacama,yenunosminutosvolvióaquedardormido.

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Porlamañanaparecíaporvezprimeraclaramentemejorado;enverdadhabíaalgodesu antiguo yo en su porte. Pareció como si la rotura del violín hubiera sido unauténtico alivio para él; y creo que aquella mañana de Navidad despertaron susmejoresinstintos,yquesuantiguaeducaciónreligiosaylasrelacionesdesujuventudhicieronsuúltimasúplica.Meagradósemejantecambio,portemporalqueresultaraser.Deseaba ir a la iglesia, y decidí que una vezmás pospondríami curiosidad yretrasaría las preguntas que ardía por hacerle hasta que regresáramos del serviciomatinal. La señorita Maltravers había entrado en la casa para hacer algunospreparativos,SirJohnestabaensusilladeruedasenlaterraza,yyoestabasentadoasu lado bajo el sol. Durante unos momentos pareció inmerso en pensamientossilenciosos,ydespuésseinclinóhaciamíhastaquesucabezaestuvomuycercadelamíaydijo:

—QueridoWilliam,hayalgoquedebodecirte.Creoquenisiquierapuedoiralaiglesiahastaquetelohayacontadotodo.—Suexpresiónmeimpresionómásalládeloexpresable.Sabíaque ibaacontarmeel secretode laspáginasperdidas,peroenlugar de seguir deseando que mi curiosidad quedara satisfecha, sentí un horribletemordeloquepudieradecir.Tomómimanoentrelassuyasylasujetófirmemente,como un hombre que estuviera a punto de sufrir un gran dolor físico y buscara elconsuelodelapoyodeunamigo.Entoncesprosiguió—.Tesorprenderáloquevoyacontarte; pero escucha, y no me abandones. Debes permanecer a mi lado yconsolarmeyayudarmearectificar.—Sedetuvouninstanteycontinuó—:Fueunanochedeoctubre,cuandoConstanceyyoestábamosenNápoles.Toméeseviolínyfui solo a la villa ruinosa de Scoglio di Venere. —Había estado hablando condificultad. Su mano apretaba la mía convulsivamente, pero seguía sintiéndolatemblar, y podía ver la humedad espesándose en su frente. En aquel momento elesfuerzoparecióexcesivoparaélyestalló—:Nopuedoseguir,nopuedocontártelo,peropuedesleerlotúmismo.Eneldiarioquetedifaltanalgunaspáginas.

Latensiónseestabavolviendointolerableparamí,yleinterrumpí.—Sí,sí,losé;túlascortaste.Dimedóndeestán.Élcontinuó.—Sí,lascortéparaquenocayeranenmanosdenadiedesprevenido.Peroantes

de que las leas debes jurarme, como tu esperanza para la salvación, que nuncaintentarás hacer lo que está escrito en ellas. Júramelo ahora, o no te dejaré verlasnunca.

Miimpacienciayaerademasiadograndeparadetenermeadiscutirtrivialidades,y para seguirle la corriente juré lo que deseaba. Había estado hablando con unesfuerzo creciente; echó una apresurada y temerosamirada a su alrededor como siesperasequehubieraalguienescuchando,ycasiconunsusurrocontinuó.

—Lasencontrarásen…Suagitaciónsehabíavueltodemasiadolamentableparacontemplarla,ymientras

decíalasúltimaspalabras,unaconvulsiónatravesósurostro,yalfallarlelapalabra,

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sedesplomósobresucojín.Unextrañomiedoseapoderódemí.Duranteuninstantepenséquehabíaotrosenlaterrazaapartedemímismo,ymedilavueltaesperandover que la señorita Maltravers hubiera regresado; pero seguíamos solos. InclusoimaginéquemientrasSirJohndecíasusúltimaspalabras,sentíaalgoquemerozabaligeramente. Levantó lasmanos, golpeando el aire con un gesto patético, como siintentara repeleraunadversarioque lehubieraagarradopor lagarganta,ehizounúltimoesfuerzoporhablar.Peroelespasmofuedemasiadofuerteparaél;siguióunespantososilencio,yyaestabamuerto.

Haypocoqueañadir;pueselsecretoculpabledeSirJohnperecióconél.Aunquea juzgarpor suexpresión,yoestaba segurodeque lashojasdesaparecidasestabanocultasenalgúnlugardeWorth,yaunquecomoalbaceahicequesellevaseacabolamásdiligentebúsqueda,noseencontróni rastrodeellas; tampocoocurrióningunacircunstanciaquearrojasenuevaluzsobreelasunto.Deboconfesarquedeberíahaberinterpretadoeldescubrimientodeestaspáginascomounalivio;puesaunquetemíaloquepudieratenerqueleer,estabamáspreocupadoaúnporquefueranencontradasenunperiodoposterior y cayeran en otrasmanos, causandoun recrudecimiento de laplagaquehabíaafligidolavidadeSirJohn.

Sobre lanaturalezade los acontecimientosque tuvieron lugar aquellanocheenNápolesnopuedohacerninguna conjetura.Pero igual que ciertas imágenes físicashandemostradosertanrepugnantesquesacandequicioalintelecto,tambiénpuedoimaginarquelamentepuedaconjurarporsímismaotrasformasdemaldadmoraltanespantosas como paramarchitarlametafísicamente: y esto, creo, es lo que ocurriótantoenelcasodeAdrianTemplecomoeneldeSirJohnMaltravers.

Esdifícilconcebirlosaccesoriosutilizadosparaproducirlaexcitaciónmentalenque semejante sentimiento demaldad pudiera hacerse imaginable. La fantasía y laleyenda,quesehancombinadopararepresentarcomoposibleslasaparicionesdelosobrenatural, también están de acuerdo en considerarlas más probables en ciertosmomentosylugaresqueenotros;yesposiblequelashojasdesaparecidasdeldiariocontuvieran un relato delmomento, lugar y otras condiciones elegidos porTempleparaalgúnmortíferoexperimento.SirJohnprobablementerepresentólaescenabajocondicionesabsolutamenteidénticas,yelefectosobresuagotadaimaginaciónfuetanvívidoquealteróelequilibriodesumente.Elmomentoelegidofuesindudalanochedel23deoctubre,ynopuedoevitarpensarqueellugarfueunadeaquellascuevasruinosas de aspectomaléficoque tuvieronun efecto tan aterrador sobre la señoritaMaltravers.Templepodríahaberutilizadoaquellanocheunode losencantamientosmedievales,oposiblementelainvocaciónmásantiguadelritodeIsisconelcualunhombre de sus conocimientos y sus tendencias sin duda estaría familiarizado. Losaccesorios de cualquiera de los dos casos son suficientemente horribles como paradebilitarlamentemedianteelterror,yparaprepararlaparacreerenalgunaapariciónespantosa.Perofueraloquefueraquesehizo,estoysegurodequelamúsicadelaGagliardaformópartedelaceremonia.

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Losfilósofosylosteólogosmedievalesmanteníanqueelmalesensuesenciatanhorrible que la mente humana, si pudiera comprenderlo, perecería ante sucontemplación. Semejante conocimiento era por lo general evitado, pero suposibilidad se apuntaba en la leyenda de laVisiomalefica. LaVisio Beatifica era,comoesbienconocido,lavisióndelaDeidadocomprensióndelBienperfectoqueotorgaríalafelicidadenelcielo,ylarecompensadelosbenditosenelotromundo.La tradición dice que esta visión fue otorgada también a varios espíritusespecialmenteelegidosyaenestavida,comoEnoc,Elías,EstebanyJerónimo.PerohabíaunopuestodelaVisiónBeatíficaenlaVisiomalefica,orepresentacióndelMalabsoluto, que sería la principal tortura de los condenados, y que, como la VisiónBeatífica,habíasidohechavisibleenvidaaciertoshombresdesesperados.VisitóaEsaú,sedecía,cuandonoencontrólugarparaelarrepentimiento,yaJudas,aquiencondujoalsuicidio.Caínlaviocuandoasesinóasuhermano,ylaleyendarelataqueensucaso,yeneldeotros,dejóunamarcafísicaqueerallevadaporelcuerpohastala tumba. Se suponía que la VisiónMaléfica, además de ser así espontáneamentepresentadaaloshombrestípicamenteabandonados,tambiénhabíasidoinvocadadeformadeliberadaporalgunosgrandesadeptos,yutilizadaporellosparaaniquilarasus enemigos. Pero hacer esto era considerado equivalente a claudicar de formaconscienteante lasfuerzasdelmal,yaque lavisión,unavezvista,arrebataba todaesperanzadesalvaciónfinal.

Adrian Temple sin duda alguna estaba al corriente de esta leyenda, y elexperimentoperdidopodríahabersidounintentodeinvocarlaVisiónMaléfica.Esunavagaconjeturaenelmejorde loscasos,pueselárbolde lacienciadelMaldamuchos frutos venenosos, y nadie puede conocer todas las extravagancias de unafantasíarebelde.

DeacuerdoconlaseñoritaSophia,SirJohnmedesignósualbaceaytutordesuúnicohijo.Dosmesesdespuésprendimosungran fuegoen labibliotecadeWorth.En él, una vez que los criados se hubieron ido a la cama, quemamos el libro queconteníala«Areopagita»deGrazianiyelStradivarius.LosdiariosdeTempleyaloshabía destruido, y ojalá pudiera borrar con tanta facilidad su sucio y degradanterecuerdo demimemoria. Probablemente seré culpado por todos los que exaltan elartealcostedetodolodemás,porquemarunviolínúnico.Estereprochelosoportarécongusto.Aunquenosoyirracionalmentesupersticioso,ynosientosimpatíaporesepanteísmo potencial al cual Sir John Maltravers rindió su intelecto, sentía tanprofundaaversiónporeseviolínquenopodíatolerarquesiguieraenWorth,niquepasaraaotrasmanos.LaseñoritaSophiaestuvocompletamentedeacuerdoconmigoenestepunto.Fueelmismosentimientoqueimpideatodosexceptoalosneciosoalos fanfarrones el deseo de dormir en habitaciones «encantadas», o vivir en casascontaminadas con lamemoria de algún crimen repugnante.Ningunamente cuerdacreeenneciasapariciones,perolafantasíapuedeaveceshechizaralosmejores.Porlo tanto, se quemó el Stradivarius. Puede que, después de todo, no fuera algo tan

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grave,pues,comohedicho,labarradegraveshabíacedido.Siemprehabíaexistidola duda de si sería lo suficientemente fuerte para resistir la tensión de un cordajemoderno.Laexperienciademostróporúltimoquenolofue.Conlaroturadelabarrade graves, la caja se desplomó, y lamadera se rompió a través de la fibra de unaforma tan extraordinaria que dejó al violín en un estado irreparable, excepto comomera curiosidad.Supérdida,por tanto,nodebe ser lamentada.SirEdwardha sidoeducado para preocuparsemás del bate de criquet que del arco del violín; pero sidesea en cualquier momento comprar un Stradivarius, las fortunas deWorth y deRoyston,administradasdurantedos largasminoríasdeedad,ciertamentepermitiránquelohaga.

LaseñoritaSophiayyonosquedamoscontemplandoelholocausto.Micorazónflaqueóuninstantecuandovielsuavebarnizrojoabrasándoseenlatapa,perodejémis lamentaciones de lado con gran determinación. Mientras las llamas brillantessaltabanycorreteabana sualrededor, arrojabanun resplandor rojo sobre lavoluta.Estabamaravillosamente tallada,ydifería,comocreoque laseñoritaMaltraversyaha dicho, de cualquier muestra conocida de Stradivarius. Mientras lacontemplábamos,lavolutatomóunaforma,yvimosloquenohabíamosvistoantes,queestabatalladadetalmaneraquelasprofundaslíneasmostrabanbajociertaluzelperfil de un hombre.Era unmarchito rostro pagano, de rasgosmarcados y cabezacalva.Almirarlosupealinstante(yuncamafeolohaconfirmado)queeralacabezadePorfirio.AsíseexplicabalasegundaetiquetahalladaenelviolínyseconfirmabalaopinióndeSirJohn,dequeStradivariushabíafabricadoelinstrumentoparaalgúnentusiastadelNeoplatonismoqueselohabíadedicadoasuseñorPorfirio.

Un año después de la muerte de Sir John, fui con la señoritaMaltravers a laiglesiadeWorthparaverunasencillalápidadepizarraquehabíamospuestosobrelatumba de su hermano. Estábamos en pie bajo la brillante luz de la capilla deMaltravers,conlosmonumentosdeesaespléndidafamiliarodeándonos.Entreellosestabalatumba-altardeSirEsmoun,ylasefigiesdemásdeuncruzado.Almirarsusfiguras caballerescas, con las cabezas descansando sobre los yelmos ladeados, losrostros firmes, y las manos unidas en la plegaria, no pude evitar envidiarles la feabsoluta e inquebrantable por la que habían luchado ymuerto. Parecía destacar enagudocontrasteconnuestroconocimientosuperficialmodernoynuestrocredotibio,y adquiría aún más relieve por la oscura sombra de la vida truncada de JohnMaltravers.AnuestrospiesestabalagranplacadeuntalSirRogerdeMaltravers.Leseñaléelfinaldelainscripciónamiacompañante,«CVIVSANIMAE,ATQVEANIMABVS

OMNIVM FIDELIVM DEFVNCTORVM, ATQVE NOSTRIS ANIMABVS QVVM EX HAC LVCE

TRANSIVERIMVS, PROPITIETVR DEVS». Aunque no soy católico, no pude negarme aañadir un sincero amén. La señorita Sophia, que no desconoce el latín, leyó lainscripcióndespuésdemí.

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—Exhac luce—dijo, como si hablara consigomisma—.Que salga de aquí laluz;¡ay!,¡ay!Puesparaalgunoslaluzeslaoscuridad.

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