El valor de la cotidianidad en Logro inicial constituyó...

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Alessandro Portelli dice que “contar una historia es levantarse en armas contra la amenaza del tiempo, resistirse al tiempo o dominarlo. Contar una historia preserva al narrador del olvido; una historia construye la identidad del narrador y el legado que dejará en el futuro”. La historia oral cobra fuerza porque a través de la palabra podemos rescatar la historia de nuestra ciudad. Una suerte de rescate de lugares, espacios, platos tradicionales, personajes, entre tantos temas, con una mirada muy personal, aunque sin dejar de lado la magia de lo colectivo, del recuerdo que se puede compartir y que por esa razón se convierte en historia. Don Felipe Ayala nos relata que “En aquellos años por La Lomita no había ninguna familia, ningún. Hasta 1938, 1939, empezaban a hacer casitas de chiname, de palma, de varas; así fue como se fue poblando para acá, fueron desmontando calles, pintando calles, porque no había calles, no había trazos de calles, no estaban las manzanas hechas, porque había puro monte. Entonces la calle principal era la Álvaro Obregón y la iluminación eran las pantallas colgantes que estaban en el puro centro de las cuatro esquinas”. Desde su percepción donde la memoria se funde con su propia historia, nos relata una autobiografía que sirve de pretexto para recordar un Culiacán en ciernes. Podríamos decir, que de cada tema que aborda en su relato no omite información porque se da el lujo de recordar hasta el mas mínimo detalle “En la Victoria hacían bailes en los carnavales, una arena de box, es que adentro estaba grande el espacio. Ya llegando a la Donato Guerra, estaba un taller y luego seguía el cine Humaya, luego la tintorería del Noroeste, y el taller y la casa de Guillermo Zazueta Amarillas”. El relato cobra una connotación especial porque don Felipe describe minuciosamente cada una de las calles del centro histórico de Culiacán. Si bien es cierto y no podemos asegurar “que todo tiempo pasado fue mejor” una cosa es real, y es que en la actualidad se privilegia mucho más el tener que el ser, y el valor de la vida está muy devaluado. Los personajes de la ciudad, los lugares característicos, los temas de ecología, la política, en fin, hasta se permite la posibilidad de recordar mediante diálogos algunas situaciones que nos llevan a imaginar la escena como si estuviéramos en un teatro. Por eso, se ha respetado con total fidelidad el discurso expresivo de don Felipe, hemos tratado de dejar copia fiel de sus expresiones porque consideramos que el lenguaje como discurso expresivo forma parte del elemento contextual de la descripción, el lenguaje puede ser estudiado en sí mismo como expresión de la cultura urbana. Por otro lado, es importante recordar que este trabajo fue realizado durante los años 2008 y 2009, su plan metodológico constó de 15 entrevistas de aproximadamente 2 horas cada una, las cuales fueron grabadas en audio y video. Posteriormente se realizó la transcripción de las mismas para dar paso a una guía temática que ordenara los temas abordados por don Felipe y así poder realizar el trabajo de edición. El mayor número de entrevistas fue realizado por Graciela Zazueta Jiménez quien se desempeñaba en el área de historia oral de esta institución; va nuestro especial agradecimiento por el trabajo aportado a esta serie. Este trabajo es el comienzo de la serie Personajes de la Ciudad. Sabemos que hay muchas cosas por mejorar, y que conforme andemos el camino cada obra avanzará en su desarrollo con menos errores y tal vez con más pautas significativas. Queremos agradecer a María de los Ángeles Pacheco Alvarado nuestra bibliotecaria por su predispuesta colaboración cada vez que se le pedía información sobre algún tema o acontecimiento referido por don Felipe, también a nuestra compañera Gladis Aidé Gálvez Rivas por su colaboración en la asistencia técnica. Ojalá lo disfruten del mismo modo que yo; para mi ha sido una experiencia por demás significativa, no sólo por todo lo que he aprendido, sino además por el reto de terminar un trabajo que da sustento histórico a nuestra ciudad desde la historia oral, una metodología poco explorada y a veces un tanto desvalorizada. Gracias a todos los que desinteresadamente colaboraron en este trabajo, gracias a don Felipe por su buena disposición, por su memoria, por tenernos paciencia y por creer en nosotros y en este proyecto. 265 Miércoles 05 de Mayo de 2010 El Culiacán de Felipe Ayala, es una Gran Obra de Teatro, que se desarrolla en un espacio o escenario llamado Culiacán … ¿pueden imaginar quien es el actor principal? …. Efectivamente Don Felipe Ayala… obra que se desenvuelve en 11 actos: la Familia; el Trabajo; las Comidas Tradicionales; el Comercio, Transporte y Comunicaciones; la Ecología; las Calles de Culiacán; los Sitios y Hechos del Ayer; los Cambios en la fisonomía Urbana; los Personajes de la ciudad; los Personajes políticos y campañas; y, las Misceláneas… y para cerrar con broche de oro la temporada la GALERÍA FOTOGRÁFICA. Finalmente, quiero agradecer el extraordinario trabajo que realizaron las dos Gracielas: Zazueta y Fernández. Sin el trabajo de estas dos personas no estaríamos en estos momentos aquí reunidos y mucho menos el tener la oportunidad de disfrutar de una obra como el Culiacán de Felipe Ayala ….. Primeramente, permítanme hacer un pequeño paréntesis, para hablar sobre la importancia de la Historia Oral: Cuando hablamos de "ELLA", nos referimos a la producción y uso de fuentes orales en la reconstrucción histórica. Ésta ha sido, y pretende seguir siendo, producto de un movimiento de cambio progresista centrado en el rescate de la memoria colectiva, social e individual. La historia oral es sinónimo de la tradición oral, es decir, del registro del pasado confiado a la memoria y la transmisión oral entre las generaciones. Pero, conceptos que deben separarse, ya que el primero se reconstruye con testimonios de testigos presenciales, por tanto se restringe a la historia contemporánea, y el segundo hace referencia a períodos antiguos de los que no quedan, lógicamente, testigos vivos. Las fuentes orales a pesar de que son sometidas a la crítica documental, desde el principio de la historia como ciencia se han utilizado. Antes del desarrollo de la escritura, la tradición oral, los mitos, los ritos, las costumbres y la cultura material eran los únicos medios para la transmisión de información de una generación a otra. Como antecedentes lejanos es posible mencionar a figuras como Heródoto o Voltaire, quienes recurrieron a los testimonios de sus coetáneos para escribir sus obras; pero la versión moderna de las fuentes orales apareció después de la II Guerra Mundial. En 1948, el periodista Allan Nevins fundó, en la Universidad de Columbia (EEUU), el primer Centro de Historia Oral con el objeto de recuperar los testimonios de pequeñas comunidades y corporaciones. Iniciativa que fue secundada en 1954 por la Universidad de Berkeley (E.E.U.U.), creando el Archivo de Fuentes Orales para ser utilizado en el futuro por estudiantes e investigadores. Estudio sobre la vida cotidiana a través de una memoria singular Y así surgieron algunos otros en América Latina... por lo que esperamos que con este tipo de iniciativas de La Crónica de Culiacán, entremos en un proceso de institucionalización de las Fuentes Orales y surjan así numerosos archivos que las resguarden. Pero, bien, dejemos todo esto… Y entremos a … La obra El Culiacán de Felipe Ayala. Que hoy nos reúne en este hermoso patio del Archivo Histórico del Estado de Sinaloa. Editado por La Crónica de Culiacán, a través de la Serie Personajes de la Ciudad, es una publicación sobre algo tan ordinario como es la vida cotidiana, pero además, podemos observar que no es un estudio sobre la Historia de la Ciudad, propiamente dicho, o bien sobre lo que la historia nos ha dado y que comúnmente hemos conocido en relación a los diferentes procesos que se han desarrollado en este espacio pero en diferentes tiempos: la Historia de Bronce. Sino más bien es un estudio sobre la vida cotidiana vista a través de la Memoria de un Gran Personaje: Don Felipe Ayala. La vida cotidiana o la vida de cada día, es el discurrir de un día cualquiera en la vida de una persona y sus significados con una perspectiva de rango corto en una comunidad, escenificando los símbolos que interaccionan, recreando ese pasado. Por EJEMPLO: La agenda de un día en la vida de una comunidad, donde hay una distribución de tareas, basada en el trabajo y por edades: niños, adolescentes, jóvenes, adultos y mayores, donde cada grupo hace lo mismo durante todos los años, y esto es escuela o trabajo u ocio. Comidas diarias a las mismas horas y con menús parecidos, después tareas caseras, medios de comunicación, conversación con familiares y amigos, y descanso. Cada actividad tiene un ritual sea en una familia, una escuela, una empresa, un centro social, entre otros. La historia de la vida cotidiana estudia, precisamente, esas manifestaciones que se tienen como menos importantes: "la cotidianidad, lo íntimo, la sensibilidad, la sociabilidad, los afectos, indaga sobre las representaciones sociales del amor, la pareja, la niñez, la sexualidad, la familia, el honor o el gusto…” Si estuviera AQUÍ acompañándonos el Dr. Rafael Torres Sánchez –estudioso de la vida cotidiana--- estoy seguro que nos diría “la importancia de lo cotidiano radica precisamente en su cotidianeidad en lo monótono … pero, hay que extraer de eso tan ordinario … lo extraordinario … que te puede llevar a la universalidad y/o caracterización de una sociedad tan compleja como la nuestra”. Y eso es precisamente lo que vamos a encontrar en la obra El Culiacán de Felipe Ayala, Una gran obra de teatro en el enorme escenario de Culiacán Mil gracias Don José Felipe Ayala Medina … mejor conocido por sus amigos como Felipe Ayala… por permitirme conocer a su familia, a sus amigos, a un Culiacán que las nueva generaciones ni siquiera nos imaginamos, y menos aún si no nos damos la oportunidad de conocer los lugares que todavía conservan algunas de sus muchas tradiciones; pero que con el tiempo se han ido perdiendo: Tacuichamona, Quila, Cosala, San Javier, Concordia, o del norte: Mocorito, El Fuerte, entre muchos otros. Nos presenta un CULIACÁN, de los 40 y los 50's, que no llegaba más haya de la Lomita o de lo que hoy conocemos como el Centro de la Ciudad. Años, en los cuales se empiezan a detectar elementos que nos da el crecimiento y desarrollo económico: tintes de gran ciudad; y, donde deja de ser “una ciudad pequeña … tranquila, polvosa, caliente, con calles sin pavimentar, por donde no era raro que pasaran las vacas, los burros y otros animales domésticos… era una ciudad de bicicletas más que de automóviles Donde la vida era más apacible y tranquila”. Desde el acto inicial de aparición, el libro El Culiacán de Felipe Ayala, producido por el Instituto de Investigaciones Históricas y Archivísticas La Crónica de Culiacán, logró un primer éxito con la respuesta del público idóneo que asistió al acto de presentación realizado en el patio del señero edificio que aloja al Archivo Histórico General de Sinaloa. Las invitaciones corrieron a cargo del propio Instituto, a la par que el Ayuntamiento de Culiacán, del cual es organismo descentralizado, y en ellas se adelantó el orden programático de la ceremonia que inició con la participación del cronista secretario Adrián García Cortés, quien fungió como presentador y conductor del acto; enseguida la licenciada Graciela Fernández, titular del área de Historia Oral y Vinculación de La Crónica de Culiacán, emitió el mensaje de introducción, a lo cual sucedió la expresión de los comentaristas del libro que, por orden de presentación, fueron Alfonso Mercado Gómez, Agustín Jaime López Montoya y el propio personaje central del libro, José Felipe Ayala Medina. Todos ellos tomaron asiento en el presidium, acompañados por el licenciado Papik Ramírez Bernal, Director del Instituto Municipal de Cultura, en representación del Ayuntamiento de Culiacán. Realmente fue un éxito de convocatoria el hecho de ver en ese recinto a significados representantes del mundo intelectual en esta ciudad, particularmente aquellos relacionados con las actividades de investigación histórica y con la crónica. Entre el público asistente se encontraban algunos personajes que Felipe Ayala cita en los relatos consignados en el libro. Muchos más ya no pudieron hacer acto de presencia debido a causas de fuerza mayor, como es la de haber emprendido la inexorable marcha final. Con su característica vena interlocutora, el cronista García Cortés condujo el desarrollo de la ceremonia, de principio a fin, y el cual se inició con la intervención de la licenciada Graciela Fernández, de la cual aparece una síntesis en esta misma página. A petición de la licenciada Fernández, dirigió unas palabras la maestra Graciela Zazueta, quien fue coautora inicial de la obra presentada., Ella destacó la satisfacción que le causaron las horas dedicadas a entrevistar a don Felipe Ayala. El valor de la cotidianidad en Puntuales comentarios en torno a la producción editorial del Instituto La Crónica de Culiacán, donde la Historia Oral se hace ameno anecdotario Alfonso Mercado Gómez El Culiacán de Felipe Ayala Don Felipe tiene la palabra Profesionalismo diseñador en una manta Logro inicial constituyó la presentación del libro INTRODUCCIÓN “La vida no es la que uno vivió, si no la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla” Gabriel García Márquez Graciela Fernández Área de Historia Oral y Vinculación

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Alessandro Portelli dice que “contar una historia es levantarse en armas contra la amenaza del tiempo, resistirse al tiempo o dominarlo. Contar una historia preserva al narrador del olvido; una historia construye la identidad del narrador y el legado que dejará en el futuro”. La historia oral cobra fuerza porque a través de la palabra podemos rescatar la historia de nuestra ciudad. Una suerte de rescate de lugares, espacios, platos tradicionales, personajes, entre tantos temas, con una mirada muy personal, aunque sin dejar de lado la magia de lo colectivo, del recuerdo que se puede compartir y que por esa razón se convierte en historia.

Don Felipe Ayala nos relata que “En aquellos años por La Lomita no había ninguna familia, ningún. Hasta 1938, 1939, empezaban a hacer casitas de chiname, de palma, de varas; así fue como se fue poblando para acá, fueron desmontando calles, pintando calles, porque no había calles, no había trazos de calles, no estaban las manzanas hechas, porque había puro monte. Entonces la calle principal era la Álvaro Obregón y la iluminación eran las pantallas colgantes que estaban en el puro centro de las cuatro esquinas”.

Desde su percepción donde la memoria se funde con su propia historia, nos relata una autobiografía que sirve de pretexto para recordar un Culiacán en ciernes. Podríamos decir, que de cada tema que aborda en su relato no omite información porque se da el lujo de recordar hasta el mas mínimo detalle “En la Victoria hacían bailes en los carnavales, una arena de box, es que adentro estaba grande el espacio. Ya llegando a la Donato Guerra, estaba un taller y luego seguía el cine Humaya, luego la tintorería del Noroeste, y el taller y la casa de Guillermo Zazueta Amarillas”. El relato cobra una connotación especial porque don Felipe describe minuciosamente cada una de las calles del centro histórico de Culiacán.

Si bien es cierto y no podemos asegurar “que todo tiempo pasado fue mejor” una cosa es real, y es que en la actualidad se privilegia mucho más el tener que el ser, y el valor de la vida está muy devaluado. Los personajes de la ciudad, los lugares característicos, los temas de ecología, la política, en fin, hasta se permite la posibilidad de recordar mediante diálogos algunas situaciones que nos llevan a imaginar la escena como si estuviéramos en un teatro.

Por eso, se ha respetado con total fidelidad el discurso expresivo de don Felipe, hemos tratado de dejar copia fiel de sus expresiones porque consideramos que el lenguaje como discurso expresivo forma parte del elemento contextual de la descripción, el lenguaje puede ser estudiado en sí mismo como expresión de la cultura urbana.

Por otro lado, es importante recordar que este trabajo fue realizado durante los años 2008 y 2009, su plan metodológico constó de 15 entrevistas de aproximadamente 2 horas cada una, las cuales fueron grabadas en audio y video. Posteriormente se realizó la transcripción de las mismas para dar paso a una guía temática que ordenara los temas abordados por don Felipe y así poder realizar el trabajo de edición. El mayor número de entrevistas fue realizado por Graciela Zazueta Jiménez quien se desempeñaba en el área de historia oral de esta institución; va nuestro especial agradecimiento por el trabajo aportado a esta serie.

Este trabajo es el comienzo de la serie Personajes de la Ciudad. Sabemos que hay muchas cosas por mejorar, y que conforme andemos el camino cada obra avanzará en su desarrollo con menos errores y tal vez con más pautas significativas. Queremos agradecer a María de los Ángeles Pacheco Alvarado nuestra bibliotecaria por su predispuesta colaboración cada vez que se le pedía información sobre algún tema o acontecimiento referido por don Felipe, también a nuestra compañera Gladis Aidé Gálvez Rivas por su colaboración en la asistencia técnica.

Ojalá lo disfruten del mismo modo que yo; para mi ha sido una experiencia por demás significativa, no sólo por todo lo que he aprendido, sino además por el reto de terminar un trabajo que da sustento histórico a nuestra ciudad desde la historia oral, una metodología poco explorada y a veces un tanto desvalorizada.

Gracias a todos los que desinteresadamente colaboraron en este trabajo, gracias a don Felipe por su buena disposición, por su memoria, por tenernos paciencia y por creer en nosotros y en este proyecto.

265Miércoles 05 de Mayo de 2010

El Culiacán de Felipe Ayala, es una Gran Obra de Teatro, que se desarrolla en un espacio o escenario llamado Culiacán … ¿pueden imaginar quien es el actor principal? …. Efectivamente Don Felipe Ayala… obra que se desenvuelve en 11 actos: la Familia; el Trabajo; las Comidas Tradicionales; el Comercio, Transporte y Comunicaciones; la Ecología; las Calles de Culiacán; los Sitios y Hechos del Ayer; los Cambios en la fisonomía Urbana; los Personajes de la ciudad; los Personajes políticos y campañas; y, las Misceláneas… y para cerrar con broche de oro la temporada la GALERÍA FOTOGRÁFICA.

Finalmente, quiero agradecer el extraordinario trabajo que realizaron las dos Gracielas: Zazueta y Fernández. Sin el trabajo de estas dos personas no estaríamos en estos momentos aquí reunidos y mucho menos el tener la oportunidad de disfrutar de una obra como el Culiacán de Felipe Ayala …..

Primeramente, permítanme hacer un pequeño paréntesis, para hablar sobre la importancia de la Historia Oral: Cuando hablamos de "ELLA", nos referimos a la producción y uso de fuentes orales en la reconstrucción histórica. Ésta ha sido, y pretende seguir siendo, producto de un movimiento de cambio progresista centrado en el rescate de la memoria colectiva, social e individual.

La historia oral es sinónimo de la tradición oral, es decir, del registro del pasado confiado a la memoria y la transmisión oral entre las generaciones. Pero, conceptos que deben separarse, ya que el primero se reconstruye con testimonios de testigos presenciales, por tanto se restringe a la historia contemporánea, y el segundo hace referencia a períodos antiguos de los que no quedan, lógicamente, testigos vivos.

Las fuentes orales a pesar de que son sometidas a la crítica documental, desde el principio de la historia como ciencia se han utilizado. Antes del desarrollo de la escritura, la tradición oral, los mitos, los ritos, las costumbres y la cultura material eran los únicos medios para la transmisión de información de una generación a otra.

Como antecedentes lejanos es posible mencionar a figuras como Heródoto o Voltaire, quienes recurrieron a los testimonios de sus coetáneos para escribir sus obras; pero la versión moderna de las fuentes orales apareció después de la II Guerra Mundial. En 1948, el periodista Allan Nevins fundó, en la Universidad de Columbia (EEUU), el primer Centro de Historia Oral con el objeto de recuperar los testimonios de pequeñas comunidades y corporaciones. Iniciativa que fue secundada en 1954 por la Universidad de Berkeley (E.E.U.U.), creando el Archivo de Fuentes Orales para ser utilizado en el futuro por estudiantes e investigadores.

Estudio sobre la vida cotidiana a través de una memoria singular

Y así surgieron algunos otros en América Latina... por lo que esperamos que con este tipo de iniciativas de La Crónica de Culiacán, entremos en un proceso de institucionalización de las Fuentes Orales y surjan así numerosos archivos que las resguarden.

Pero, bien, dejemos todo esto… Y entremos a … La obra El Culiacán de Felipe Ayala. Que hoy nos reúne en este hermoso patio del Archivo Histórico del Estado de Sinaloa.

Editado por La Crónica de Culiacán, a través de la Serie Personajes de la Ciudad, es una publicación sobre algo tan ordinario como es la vida cotidiana, pero además, podemos observar que no es un estudio sobre la Historia de la Ciudad, propiamente dicho, o bien sobre lo que la historia nos ha dado y que comúnmente hemos conocido en relación a los diferentes procesos que se han desarrollado en este espacio pero en diferentes tiempos: la Historia de Bronce. Sino más bien es un estudio sobre la vida cotidiana vista a través de la Memoria de un Gran Personaje: Don Felipe Ayala.

La vida cotidiana o la vida de cada día, es el discurrir de un día cualquiera en la vida de una persona y sus significados con una perspectiva de rango corto en una comunidad, escenificando los símbolos que interaccionan, recreando ese pasado.

Por EJEMPLO: La agenda de un día en la vida de una comunidad, donde hay una distribución de tareas, basada en el trabajo y por edades: niños, adolescentes, jóvenes, adultos y mayores, donde cada grupo hace lo mismo durante todos los años, y esto es escuela o trabajo u ocio. Comidas diarias a las mismas horas y con menús parecidos, después tareas caseras, medios de comunicación, conversación con familiares y amigos, y descanso. Cada actividad tiene un ritual sea en una familia, una escuela, una empresa, un centro social, entre otros.

La historia de la vida cotidiana estudia, precisamente, esas manifestaciones que se tienen como menos importantes: "la cotidianidad, lo íntimo, la sensibilidad, la sociabilidad, los afectos, indaga sobre las representaciones sociales del amor, la pareja, la niñez, la sexualidad, la familia, el honor o el gusto…” Si estuviera AQUÍ acompañándonos el Dr. Rafael Torres Sánchez –estudioso de la vida cotidiana--- estoy seguro que nos diría “la importancia de lo cotidiano radica precisamente en su cotidianeidad en lo monótono … pero, hay que extraer de eso tan ordinario … lo extraordinario … que te puede llevar a la universalidad y/o caracterización de una sociedad tan compleja como la nuestra”.

Y eso es precisamente lo que vamos a encontrar en la obra El Culiacán de Felipe Ayala,

Una gran obra de teatro en elenorme escenario de Culiacán

Mil gracias Don José Felipe Ayala Medina … mejor conocido por sus amigos como Felipe Ayala… por permitirme conocer a su familia, a sus amigos, a un Culiacán que las nueva generaciones ni siquiera nos imaginamos, y menos aún si no nos damos la oportunidad de conocer los lugares que todavía conservan algunas de sus muchas tradiciones; pero que con el tiempo se han ido perdiendo: Tacuichamona, Quila, Cosala, San Javier, Concordia, o del norte: Mocorito, El Fuerte, entre muchos otros.

Nos presenta un CULIACÁN, de los 40 y los 50's, que no llegaba más haya de la Lomita o de lo que hoy conocemos como el Centro de la Ciudad. Años, en los cuales se empiezan a detectar elementos que nos da el crecimiento y desarrollo económico: tintes de gran ciudad; y, donde deja de ser “una ciudad pequeña … tranquila, polvosa, caliente, con calles sin pavimentar, por donde no era raro que pasaran las vacas, los burros y otros animales domésticos… era una ciudad de bicicletas más que de automóviles Donde la vida era más apacible y tranquila”.

Desde el acto inicial de aparición, el libro El Culiacán de

Felipe Ayala, producido por el Instituto de Investigaciones

Históricas y Archivísticas La Crónica de Culiacán, logró un

primer éxito con la respuesta del público idóneo que

asistió al acto de presentación realizado en el patio del

señero edificio que aloja al Archivo Histórico General de

Sinaloa. Las invitaciones corrieron a cargo del propio

Instituto, a la par que el Ayuntamiento de Culiacán, del cual

es organismo descentralizado, y en ellas se adelantó el

orden programático de la ceremonia que inició con la

participación del cronista secretario Adrián García Cortés,

quien fungió como presentador y conductor del acto;

enseguida la licenciada Graciela Fernández, titular del

área de Historia Oral y Vinculación de La Crónica de

Culiacán, emitió el mensaje de introducción, a lo cual

sucedió la expresión de los comentaristas del libro que, por

orden de presentación, fueron Alfonso Mercado Gómez,

Agustín Jaime López Montoya y el propio personaje central

del libro, José Felipe Ayala Medina.Todos ellos tomaron asiento en el presidium,

acompañados por el licenciado Papik Ramírez Bernal,

Director del Instituto Municipal de Cultura, en

representación del Ayuntamiento de Culiacán. Realmente fue un éxito de convocatoria el hecho

de ver en ese recinto a significados representantes del

mundo intelectual en esta ciudad, particularmente aquellos

relacionados con las actividades de investigación histórica

y con la crónica. Entre el público asistente se encontraban algunos

personajes que Felipe Ayala cita en los relatos

consignados en el libro. Muchos más ya no pudieron hacer

acto de presencia debido a causas de fuerza mayor, como

es la de haber emprendido la inexorable marcha final. Con su característica vena interlocutora, el

cronista García Cortés condujo el desarrollo de la

ceremonia, de principio a fin, y el cual se inició con la

intervención de la licenciada Graciela Fernández, de la

cual aparece una síntesis en esta misma página. A petición de la licenciada Fernández, dirigió unas

palabras la maestra Graciela Zazueta, quien fue coautora

inicial de la obra presentada., Ella destacó la satisfacción

que le causaron las horas dedicadas a entrevistar a don

Felipe Ayala.

El valor de la cotidianidad en

Puntuales comentarios en torno a la producción editorial del Instituto La Crónica de Culiacán, donde la Historia Oral se hace ameno anecdotario

Alfonso Mercado Gómez

El Culiacán de Felipe Ayala

Don Felipe tiene la palabra

Profesionalismo diseñador en una manta

Logro inicial constituyó la presentación del libro

INTRODUCCIÓN

“La vida no es la que uno vivió, si no la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla”

Gabriel García Márquez

Graciela Fernández

Área de Historia Oral y Vinculación