Elementos 76
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA rector, Enrique Agüera Ibáñez
secretario general, José Ramón Eguibar Cuencavicerrector de investigación y estudios de
posgrado, Pedro Hugo Hernández Tejeda
ELEMENTOSwww.elementos.buap.mx
revista trimestral de ciencia y culturanúmero 76, volumen 16, diciembre-febrero de 2009-2010
director, Enrique Soto Eguibarsubdirector, José Emilio Salceda
consejo editorial, Beatriz Eugenia BacaMaría de la Paz Elizalde, Enrique González VergaraFrancisco Pellicer Graham, Leticia Quintero Cortés
José Emilio Salceda, Raúl Serrano LizaolaEnrique Soto Eguibar, Cristóbal Tabares Muñoz
Gerardo Torres del Castilloedición, José Emilio Salceda, Enrique Soto Eguibar
portada, Luz María Genisdiseño y edición gráfica, Miguel A. Sánchez Vázquez
obra gráfica, Luz María Genisimpresión, Xpress Gráfica S.A. de C.V.
redacción, 14 Sur 6301, Ciudad UniversitariaApartado Postal 406, Puebla, Pue., C.P. 72570
email: [email protected] registrada en Latindex (www.latindex.unam.mx)
catalogada en red alyc (http://redalyc.uaemex.mx) y miembrode la Federación Iberoamericana de Revistas CulturalesCertificados de licitud de título y contenido 8148 y 5770
ISSN 0187-9073
La Diosa BlancaAnamaría Ashwell
Microtransplantes proteicos:un acercamiento a los desórdenes neurológicos
Angélica Almanza, Francisco S. Mercado
Reproducción de un ser idéntico:entendimiento público de la clonación
Antonio Peña Aguilar
Dinosaurios en la actualidad:la relación evolutiva dinosaurios-aves
Francisco J. Jiménez Moreno
Avances en la era ribonuclearOliver K. Reyes Hernández, Jesús Muñoz Rojas,
Candelario Vázquez Cruz, Rebeca D. Martínez Contreras
La controvertida ozonoterapiaArnaldo González Arias
Parques y jardines del municipio de PueblaVictor Hugo de Gante Cabrera, Maricela Rodríguez Acosta
Caído de rocas en Barranca GrandeIxhuacán de los Reyes, VeracruzOscar Andrés Cuanalo Campos
Carta a la redacción
Libros
Luz María Genis
© Luz María Genis
© Luz María Genis.
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1.
Doris Lessing reflexionó sobre la manera como se editó de
la memoria el daño que la Primera Guerra Mundial causó a
Europa y a los europeos. Ella había nacido en 1919, cuando
la mitad del territorio europeo yacía devastado, sembrado
de cementerios; diez millones de soldados habían muerto
en las trincheras y millones más (se estima entre 20 y 30)
morían por la pandemia de influenza llamada la “Dama
Española”. Hubo aldeas en las cuales no sobrevivió un solo
hombre sano ni un joven. Cientos de miles de nombres de
escoceses –recuerda– quedaron registrados entre 1914 y
1918 en un libro del castillo de Edimburgo como “vidas no
vividas”. La guerra no se ha tornado menos central a los
europeos a medida que pasa el tiempo –piensa Lessing–,
sino todo lo contrario: “Todos somos resultado de la guerra,
dañados y marcados por la guerra, aunque al parecer lo
hemos olvidado”.1
El poeta Robert Graves nacía un 24 de julio de 1895 en
Wimbledon, en las afueras de Londres. En 1919 Graves
fue reportado muerto en combate, en Francia. Graves,
con 22 años, se había alistado para combatir con los Fusi-
leros Reales Galeses y a ese joven le alcanzó la “muerte”
un año después:
“A los 23 años de haber nacido” –contó en su autobio-
grafía–“ya me había iniciado en una religión formal,
viajé, aprendí a mentir, amé sin ser feliz, me fui a la
guerra, procree mi estirpe, rechacé toda religión formal,
gané fama y fui asesinado”.2
La Diosa BlancaAnamaría Ashwell
E l e m e n t o s 7 6 , 2 0 0 9 , p p . 3 - 1 8
A
FT, vecino de Graves en Deyá, porque
a él también se le apareció la Musa.
Ashwell A. La Diosa Blanca.Elementos 76 (2009) 3-18 w w w . e l e m e n t o s . b u a p . m x
4
Graves sobrevivió apenas. Con penas. Y al borde de
la locura se refugió en Oxford, Inglaterra. Con el tiempo,
Graves se recuperó física y mentalmente y se convirtió
en un prolífico escritor de prosa; un extraordinario
narrador de historias; obsesivo estudioso de los mitos
griegos y hebreos y al final o finalmente, como explica D.
Donoghue, se reveló como un gran poeta.3
2. …Allí donde hAbitA el peligro
crece tAmbién lo que sAlvA. 4
Las resonancias de una Diosa –Musa– Lunar que en los
siglos de la cristianización de Occidente había quedado
oculta, obsesionó al poeta Graves. Esa historia y su
encuentro con la Musa está contada en un libro fasci-
nante, delirante y erudito que Graves publicó en 1948
bajo el título: La Diosa Blanca: gramática histórica del
mito poético.5 Según muchos, el des–ocultamiento
de la Diosa–Musa acompañaría a Graves en la compo-
sición de sus mejores poemas.6 “Soy por vocación un
poeta”, explicó, “aunque me he ganado la vida escri-
biendo prosa, biografías, novelas, traducciones de
varios idiomas y otras cosas”.7
En 1929 Graves dejó Inglaterra para instalarse defi-
nitivamente en Deyá, Mallorca (se ausentó de Deyá sólo
en el periodo de la Guerra Civil Española, cuando viajó a
Estados Unidos y después, cuando se refugió de la gran
guerra en Inglaterra). Sin embargo fue en Galmpton,
Inglaterra en 1944, mientras trabajaba en una novela
histórica sobre los Argonautas, cuando le sobrevino
una suerte de “arrobamiento”. Él lo explica así: “No soy
ningún místico, pero una abrumadora obsesión me inte-
rrumpió en la forma de una iluminación inesperada”.
A pesar de considerarse bastante “normal”, con una
cotidianidad sencilla y observar que nunca había tenido
experiencias en “cosas de brujerías”, Graves explicó
que se puso a escribir este libro, basándose en un frené-
tico impulso, apoyándose en una “sustentable intuición
histórica”, en menos de seis semanas. El arrobamiento le
secuestró la concentración y le sobrevino una obsesión
con la Diosa Blanca de Pelión y el libro que estaba redac-
tando entonces, The Roebuck in the Thicket (El corzo en
el matorral) se convirtió en La Diosa Blanca.
La “sustentable intuición histórica” de Graves se
había informado y formado, aunque no totalmente, con la
lectura de –parte o todo– los doce tomos que conforman
la obra de James Frazer: La Rama Dorada.8 De LaRama
Dorada, Graves obtuvo información histórica y desa-
rrolló la idea que el cristianismo había evolucionado
de “supersticiones” más primitivas y de civilizaciones
occidentales anteriores. La investigación de Frazer
sobre los orígenes de la religión y el folclor –editada por
primera vez en 1890– pretendió ser en un inicio solo
una explicación de una antigua tradición italiana: un
esclavo cimarrón, si tenía éxito al extraerle una rama
al árbol dorado, se ganaba el derecho de pelear hasta
la muerte contra el rey del bosque sagrado en Nemi;
y si salía victorioso, se convertía en el siguiente rey.
Frazer fue hilando y revelando, sin embargo, no solo
el universo del mito, el folclor y las costumbres en la
historia arcaica y clásica occidental sino que destacó
las similitudes esenciales entre esos mitos con las
creencias y prácticas de pueblos “primitivos” contem-
poráneos. Su obra resultó en una monumental reco-
pilación de datos sobre mitos y religión en culturas
arcaicas y clásicas, así como de costumbres en
pueblos “salvajes”. Monumental simplemente porque
sir James Frazer casi nunca se movió de Inglaterra y sólo
conoció brevemente Grecia; escribió, sin embargo, una
historia que abarcaba el mundo entero. La Rama Dorada
resultó en una “épica de la humanidad que comienza con
la magia” –según explicó el propio Frazer–, y esa inves-
tigación radió influencias y promovió muchas inves-
tigaciones e hipótesis, incluyendo La Diosa Blanca de
Graves. La Rama Dorada demostró, además, que las
semejanzas de mitos y creencias entre pueblos tan
dispares en tiempo y geografía debieron emanar del
contacto y migración entre culturas y civilizaciones.
El impulso poético humano –pensó entonces Graves
siguiendo a Frazer–, venía de un pasado insondable pero
que dejaba huellas históricas.
La otra fuente que informó la “intuición histórica” de
Graves provino del antropólogo y psicólogo W.H. Rivers,9
quien había argumentado sobre un matriarcado original y
antiguo en la evolución de las sociedades del hombre.
La primera investigación que desencadenó el interés
por el mito de un matriarcado en los albores de la civiliza-
ción occidental no fue la de Rivers, sin embargo; como A n A m A r í A A s h w e l l
5
lo saben todos, el libro de Johan Jacob Bachofen, Das
Mutterecht,10 impulsado por teorías evolucionistas del
siglo xix europeo, fue pionero en la propuesta. La origi-
nalidad del argumento de Bachofen residió en que sus
fuentes eran mayormente poéticas (Ovidio, Virgilio, La
Iliada y La Odisea, entre otros). Bachofen argumentó que
El Derecho Materno tuvo primacía en la evolución de las
sociedades porque la primera organización social se
basó sobre la relación biológica entre madres e hijos. El
matriarcado,11 explicó Bachofen, fue un desarrollo que
emanó de esta relación natural y por la resistencia de las
mujeres ante una “sexualidad no regulada o promiscua”
que el hombre le impuso. Evolucionó primero con la apari-
ción de la institución del matrimonio y después con la
regulación de la herencia de los bienes por vía materna.
Eso llevó al derecho civil o al gobierno de las mujeres que
con el tiempo fue secuestrado o derrotado por el “prin-
cipio del padre sagrado”; no antes, sin embargo, de que el
matriarcado hubiera dejado su impronta en los rituales y
los mitos religiosos. Estos son elementos esenciales del
mito poético sobre el matriarcado en la prehistoria de las
culturas del Mediterráneo que informan también la argu-
mentación histórica de Graves en La Diosa Blanca.
Otra fuente de inspiración de La Diosa Blanca cuya
influencia aún no se precisa pero provoca polémica –en
parte porque Graves no dejó constancia de ello– fueron
las ideas, investigaciones y publicaciones de la poetisa
Laura Riding. Entre 1929 y 1939 Riding y Graves fueron
amantes y llevaron una forma de vida –entre Egipto, Ingla-
terra y Mallorca– que ni la palabra excéntrica alcanza
adecuadamente a describir.12 Se separaron en 1939 y
aunque Graves mantuvo respeto y reconocimiento por
Riding, ella salió de la relación con encono y odio: mien-
tras vivió prohibió que su nombre fuera asociado al de
Graves. Laura Riding Jackson; mientras tanto, mudó
su residencia a Estados Unidos y se casó con Schu-
yler Jackson; allí inició una correspondencia con Mark
Jacobs (actual profesor investigador de la Universidad
Trent en Nottingham, Inglaterra), cuando él era un estu-
diante de posgrado. Esa voluminosa correspondencia,
después de la muerte de Riding en 1991, se incorporó al
acervo de la Universidad. En esa correspondencia Riding
acusa a Graves de apropiación indebida de su obra y
dice textualmente que las ideas que sostienen La Diosa
L a D i o s a B l a n c a
© Luz María Genis.
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Blanca, Graves las plagió de un libro suyo (publicado en
1930) The idea of God así como de un manuscrito que
dejó abandonado en Deyá, The word woman.13
3. ...y si en mí, como en los Antiguos preferidos del
cielo, lA plenitud del espíritu se volviese locurA... 14
Graves escribió La Diosa Blanca ebrio de inspiración,
desbordado por la “iluminación” o la “gracia” que el deve-
lamiento de la Diosa causó en su espíritu y consciencia:
If strange things happen where she is
So that men say that graves opens
And the dead walk, or that futurity
Becomes a womb, and the unborn are shed
Such portents are not to be wondered at
Being tourbillions in Time made
By the strong pulling of her bladed mind
Through that ever–reluctant element.15
Explicó –además– que cuando se propuso escribir
La Diosa Blanca no contaba siquiera con una biblio-
teca adecuada para documentar los mitos de los bardos
medievales gaélicos que él conocía bien. Una “intuición”
le indicó, sin embargo, que solo necesitaba comprobar
tex tualmente cer tezas que ya tenía por esa “intui-
ción” que calificó de “poética”. Le cayeron pronto, en
las manos, libros de una librería de segunda, car tas
de poetas, documentación inesperada a las cuales se
sumaron “coincidencias” que acercaron su vida y poesía
a una diosa que llegaba a él desde la historia antigua de
las culturas del Mediterráneo.
... all saints revile her, and all sober men
Ruled by the God Apollo’s golden mean
In scorn of which I sailed to find her
In distant regions likeliest to hold her...16
La Diosa Blanca fue para él un descubrimiento
original, como son los inventos a los inventores o la
música a los músicos –explicó Graves. Se le develó
la Musa, además, desde un pensamiento “proléptico”
que anticipó, mediante la suspensión del tiempo, resul-
tados imposibles de obtener por un método deductivo;
o quizás fue mediante un pensamiento “analéptico”
–escribió también– capaz de recuperar el tiempo pasado
también mediante la suspensión del tiempo. Los poetas
me entenderán –dijo Graves, no en vano la Musa de los
griegos llevaba el nombre Mnemosina o Memoria.
Graves empezó a rondar los límites de la cordura
–por segunda vez– cuando su cotidianidad se ajustó
cada vez más a su teoría sobre La Diosa Blanca.17 Se
defendió, sin embargo, sobre cuestionamientos con
respecto a su equilibrio mental, diciendo que en todo
poeta “auténtico” siempre habita un “predicamento
obsesivo”. Más de un lector de La Diosa Blanca notó, sin
embargo, el uso y abuso que Graves hizo del canon mito-
lógico documental que sustentó ese universo mítico y
devocional a la Musa; algunos críticos equipararon sus
argumentaciones con fantasías “neuróticas”.18
La Diosa Blanca –intentó explicar Graves– esen-
cialmente argumenta que la poesía, toda la poesía,
tuvo su origen en encantamientos mágicos y sagrados
cargados de poderes adivinatorios y proféticos. Su única
función fue la de servir como invocación religiosa a una
Diosa–Musa que presidió abiertamente –bajo variados
nombres de distintas deidades– en los albores de
las primeras culturas y que la institucionalización del
patriarcado ocultó, después del reino de su hijo Apolo,
más o menos en el siglo viii a.C., ante el mundo occi-
dental contemporáneo.
Por eso mismo, La Diosa Blanca –dijo Graves– no
sirve de lectura para los que con facilidad se distraen,
se abruman o tienen una “rígida mentalidad científica”,
porque las suyas eran conclusiones no ortodoxas para
las cuales no siempre se pudo acceder a las fuentes que lo
autorizan: los caminos de la poesía inspirados en la Musa
le llevaron por laboriosos y tediosos datos, intuiciones
y argumentaciones que a veces son referentes oscuros
e inaccesibles al lector común –se defendió Graves. La
Diosa Blanca sostiene:
que el lenguaje poético en curso en la antigüedad del
Mediterráneo y el norte de Europa fue un lenguaje
mágico que se mezcló con las ceremonias religiosas
populares en honor de la Diosa Lunar, o Musa; algunas
originadas desde la edad de piedra y que éste perduró
como el lenguaje de la verdadera poesía.A n A m A r í A A s h w e l l
7
La verdadera poesía –explicó Graves– recurrió a un
lenguaje que al final de la era minoica en Creta, cuando
los invasores de Asia Central logran sustituir las antiguas
instituciones matriarcales por instituciones patriarcales,
quedó subsumido o falseado por la descalificación de los
mitos arcaicos. Los antiguos filósofos griegos, poste-
riormente, clausuraron la intimidad que existió entre
poesía y magia: Sócrates se sintió ofendido, incluso
asustado, por los mitos arcaicos, porque cuestionaban
su veneración por la lógica escribió Graves, y a partir
de él, los griegos inventaron un nuevo lenguaje poético
–conocido como clásico– olvidándose de la Diosa
Lunar. La poesía y la religión sirvieron desde entonces al
dominio patriarcal y al culto de Apolo. Los mitos, por eso
mismo –dice Graves–, son estudiados como “curiosas
reliquias de la primera infancia de la humanidad”, y el
mundo moderno, siguiendo el pensamiento apolíneo
en el cual reina la ciencia y el dinero, finalmente le dio la
espalda a la Diosa Lunar que los inspiró. Graves se dolió
de la “mentalidad científica” que ocultó para siempre
esta función de la poesía, es decir, su origen en “la invo-
cación religiosa de la Musa”. Nuestra morada desde
entonces está trastocada por los “experimentos capri-
chosos de la filosofía, la ciencia y la industria” y vivimos
un tiempo en el cual la poesía es “deshonrada” –pensó
Graves. Las serpientes, el león y el águila –evocaciones
de la Musa– “son hoy animales de circo”, y la Luna solo
un satélite, una estrella sin luz, que ronda una Tierra en
la cual el dinero compra casi todo menos “al poeta que
posee la verdad”.
Graves, mejor que nadie, supo que rondaba límites en
su rendición histórica de la Musa, pero también debido a
su vocación de poeta; buscó un equilibrio a la invocación
de la locura que la inspiración poética cultivaba en él:
There’s a cool web of language winds us in,
Retreat from too much joy or too much fear:
We grow sea–green at last and coldly die
In brininess and volubility.
But if we let our tongues lose self–possession
Throwing off language and its watery clasp
Before our death, instead of when death comes,
Facing the wide glare of the children’s day,
Facing the rose, the dark sky and the drums,
We shall go mad no doubt and die that way.19
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8
Y se refirió abiertamente a los misteriosos estados
mentales que la “inspiración poética” propicia: el
tiempo queda trascendido en la poesía –escribió–,
pero de manera distinta a como sucede con la sucesión
de imágenes oníricas durante el sueño. En el acto poético
–insistió Graves– el poema permanece en “control
crítico” y racional mientras que en los sueños “uno se
vuelve paranoide, convertido en un simple espectador
del evento mítico”.20
4. ...y tú ángel del díA , ¿no despiertAs/ A los que
Aún siguen durmiendo? dAnos leyes, / dAnos
vidA, vence, mAestro, sólo tú/tienes derecho de
conquistA como bAco... 21
“La Musa es hermosa, delgada, de nariz aguileña, palidez
mortuoria, labios rojos como las cerezas del fresno, ojos
brillantes, azules, y larga cabellera rubia; ella se trans-
forma inesperadamente en semental, yegua, perra,
zorra, burra, serpiente, búho, loba, tigre, sirena o temible
bruja” –escribió Graves– en La Diosa Blanca.
La Diosa Blanca es la deidad primigenia de la huma-
nidad y es blanca porque es la Luna; aunque en sus dife-
rentes fases tiene distintos atributos –nueva, creciente,
plenilunio y menguante– atestiguando y marcando los
ciclos agrícolas. Ella es la primavera y la floración en sus
fases crecientes, así como una bruja de invierno en su
fase menguante. Tuvo muchos nombres desde la Anti-
güedad y diversos atributos culturales: “sus nombres y
títulos son innumerables... no puedo recordar a un solo
poeta desde Homero que independiente uno del otro
no hayan registrado su experiencia con Ella” –escribió
Graves.22 Todas las Diosas fueron, sin embargo, una
suerte de Cibeles; la eterna Madre de todo lo viviente, la
diosa que se crea a sí misma y dona la vida. Si existiera
un nombre inclusivo de todas las Diosas Blancas que
quedaron registradas en la arqueología y en los textos
de las culturas a lo largo del tiempo y las geografías, él
escogería Ana, siguiendo también a James Joyce que
juega con su nombre, Anna Livia Plurabelle, porque
alude a su universalidad:
...la forma simple Ana, o Anah, ocurre cómo el nombre
de un clan Horite en Génesis xxxvi; aunque masculi-
nizado en dos o tres menciones de ella; ella es princi-
palmente celebrada como la madre de Aholibamah
(tabernáculo de las alturas) la heredera que se casa
con Esaú cuando él llega a los pastizales de Seir (el
supuesto descubrimiento de las mulas en el desierto
se debe a un error del escribano)... Para los místicos
cristianos ella es la abuela de Dios.23
La Diosa Blanca documenta además cómo con Ella,
o por Ella, arranca la cuenta de los días y en la culturas
aparecen los primeros calendarios lunares –de luna
nueva a luna nueva– en los cuales un mes se calculó con
28 o 29 días. Las más antiguas cuentas calendáricas
–recuerda Graves– tienen no solo un sentido astronó-
mico sino místico:
...28 (o 29.5 como comprendía doce lunaciones en el
más antiguo calendario de Mesopotamia) es un verda-
dero mes lunar no solo en el sentido astronómico de
las revoluciones de la Luna en torno al Sol, sino en un
sentido místico ya que la Luna, por ser femenina, tiene
ese ciclo menstrual de 28 días (la palabra menstrua-
ción (en inglés) se relaciona a la palabra luna, moon).24
Los bardos homéricos fueron sus cantores –dice
también– pero en las tradiciones poéticas de los bardos
gaélicos e irlandeses (específicamente en la fábula
proveniente de tradiciones folclóricas antiguas sobre
Gwion, el joven que prueba una pócima que lo hace
conocedor de todo presente, pasado y futuro y a quien A n A m A r í A A s h w e l l
© Luz María Genis.
9
se le atribuyen los 58 poemas–adivinanzas recopilados
en el llamado Libro Taliesin del siglo xiii Graves descifra
un alfabeto y encantamiento dirigido a una Musa–Diosa
precristiana que en La Diosa Blanca compara con
otras tradiciones arcaicas, geografías y culturas. En
un momento histórico esa deidad lunar queda violen-
tamente desplazada: cuando su hijo o consorte la
destrona. El triunfo de Apolo sobre el reinado de la Diosa
Blanca, inicia esta modernidad occidental y todos sus
males. La poesía –que solo podía existir como dona-
ción de esa Musa, que era una suerte de don o gracia
que Ella caprichosamente otorgaba a algunos de sus
devotos– se sacrificó en el altar de Plutón, dios de
las riquezas, Apolo dios de la ciencia y Mercurio, el dios
de los ladrones.
Graves pudo haber utilizado –ciertamente abusado,
igual que Frazer– de la mitología de segundas fuentes
que referían cuentos como mitos; y asumido contactos
arcaicos entre civilizaciones para rendir pruebas de
un culto a una Diosa Lunar que “inspira” la poesía.25 Sin
embargo, a pesar de las puntuaciones y correcciones
a errores históricos en La Diosa Blanca (en 1948 la
arqueología y la etnografía no ofrecían la informa-
ción de hoy), el grueso del argumento de Graves siguió
gravitando y radiando interrogantes porque más que
contender que los mitos se replican en la historia real,
la argumentación de Graves insinuaba que los mitos
solo dan cuenta fragmentada de experiencias colec-
tivas que existen fuera del tiempo y el espacio. Esos
mitos, recitados una y otra vez, se convierten en algo
así como una explicación simbólica sobre cómo esas
realidades históricas se originaron. Los mitos, cultos
y ritos asociados a una Diosa Lunar han sido persis-
tentes y universales en las culturas del hombre; quizás
seducen al imaginario porque se refieren esencialmente
al misterio que es la aparición del arte y la poesía en la
cultura de los hombres.
Después de la publicación de La Diosa Blanca,
Graves26 llegó a convencerse de que en tiempos
arcaicos de la civilización occidental reinaron mujeres,
como sacerdotisas de un culto a esa madre primordial,
que decidieron también los destinos terrenales de sus
pueblos; a sus críticos los retó a que demostraran que
la documentación sobre las creencias antiguas de esa
Diosa primigenia no eran verificables.
La Diosa Blanca de Graves resultó así en un argu-
mento plausible pero, quizás, imposible de verificar
porque su argumento es del ámbito de lo simbólico: esos
cultos y rituales dedicados a una deidad lunar originaria
que impulsaron los poemas consagrados a su culto,
finalmente y esencialmente, representan también el
predicamento amoroso que cantan todos los poemas y
al cual sirven los poetas de todos los tiempos. La exis-
tencia o no de la Diosa no podría tener otra respuesta
que la que dan los mismos mitos; ciertamente ninguna
respuesta “científica” –como lo explicó Graves– porque
de Ella no se puede decir algo que no fueran esos rastros
culturales, artísticos o poéticos que sus devotos y
creyentes le fueron dedicando con sus rituales a lo largo
del tiempo.27 La Musa Lunar que Graves fue desocul-
tando en los mitos del antiguo mundo del Mediterráneo
continúa provocando a la mentalidad “científica”, pero
queda un hecho sin cuestionar: esa Diosa obró su magia
en el propio Graves; después de la publicación de La
Diosa Blanca Graves devino en uno de los más laureados
poetas de habla inglesa.
5. ...Ay, envíAme Al lugAr del misterio:
bAjo su mAndAto.. 28
La Diosa Blanca tiene dos referencias al universo
mítico mesoamericano.29 La primera es a los estudios
del “señor y la señora Wasson” así como del “profesor
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© Luz María Genis.
10
Heim”, quienes demostraron que “el dios–sapo Tláloc,
representado como un sapo con un penacho serpentino,
durante miles de años presidió la ingestión comunitaria
del hongo alucinógeno Psilocybe en una festividad que
otorgaba a los comensales visiones trascendentales de
gran belleza”. Graves sugiere que la contraparte europea
de Tláloc fue Dionisios, porque los atributos de ambas
deidades y su culto resultaban con demasiadas coinci-
dencias: “tienen que ser versiones de la misma deidad;
sin embargo, es debatible en qué periodo cultural existió
contacto entre el Viejo y el Nuevo Mundo”, escribió
Graves.30
Las coincidencias entre aspectos culturales del
Viejo y el Nuevo Mundo durante el tiempo mesoame-
ricano tienen una larga y polémica bibliografía de
antropólogos americanistas y mexicanos. Las “coinci-
dencias” entre algunos aspectos religiosos, represen-
taciones artísticas y religiosas en cerámica y piedra,
pero en particular las coincidencias entre el calendario
lunar y adivinatorio, el tonalpohualli mesoamericano,
y las festividades religiosas y cuentas calendáricas
que regían en otras geografías, incluso de ultramar
(específicamente en China), a más de un antropólogo
americanista le sugirió influencias y contactos directos
entre el Viejo y Nuevo Mundo.31 Sin embargo, continúa
siendo debatible insistir (como lo hicieron los antropó-
logos difusionistas de comienzos del siglo xx) sobre
contactos sistemáticos y prolongados entre las civili-
zaciones de los dos hemisferios en tiempos del inicio
de las culturas mesoamericanas. Las similitudes de
estilo y costumbres –como explica Nigel Davies–, “las
misteriosas semejanzas” que son muchas, obligan,
sin embargo, a explorar alguna explicación. A Graves,
quizás, le hubiera entusiasmado la tesis del propio
Davies sobre estas misteriosas coincidencias porque
aunque Davies rechaza que el origen de estas seme-
janzas sea por contactos ultramar entre las culturas del
Viejo y Nuevo Mundo en los tiempos primarios meso-
americanos asume, a su vez, que las semejanzas cultu-
rales son notables y reales: “En todo el planeta, la mente
humana comparte una herencia común, derivada de
un pasado insondable que es la base de toda forma
de arte, mitos y rituales” –escribió. Los hombres final-
mente tienen ante sí solo un “abanico de posibilidades
limitadas por las cartas que tiene en la mano... y (así
se producen) los paralelos observables en las formas
artísticas y los rituales que son la expresión viva de los
mitos de cada pueblo” –concluyó.32 Por otro lado, la
investigación arqueológica contemporánea va descu-
briendo crecientemente rastros materiales prove-
nientes de culturas en el continente americano al sur
de Mesoamérica: los antropólogos, libres de prejui-
cios nacionalistas, tendrán que investigar sobre los
alcances de ese intercambio (quizás también de los
intercambios que sucedieron así sea esporádicamente
por vías marítimas transpacíficas) en la conformación
cultural mesoamericana.33
Los misterios órficos, los rituales eleusinos y
otros rituales religiosos de la antigüedad –existentes
en variadas geografías, culturas y desde tiempos
arcaicos–, recurrieron a los hongos (Amanita muscaria,
señalada en los ritos de Eleusis) para provocar visiones
y el don de la profecía. Así mismo, los rituales mediante
estados alterados inducidos por plantas alucinógenas
que provocan visiones proféticas se registraron muy
tempranamente en Mesoamérica. En toda Mesoamé-
rica –todo el continente indígena americano– el uso
y recurso de una flora nativa, además de hongos, se
utilizaron y siguen utilizando en las comunidades indí-A n A m A r í A A s h w e l l
© Luz María Genis.
11
genas para provocar visiones y profecías.34 Como
insinúa la leyenda de Gwion (explicada por Graves en La
Diosa Blanca), el mito de los bardos gaélicos sobre una
“gema” que se agranda bajo la influencia de un “sapo” o
una “serpiente” produciendo una iluminación universal
en aquel que la consume, no es exclusivo de los bardos
gaélicos e irlandeses que extasiados por esos poderes
alucinatorios cantaron a la Diosa Blanca en tiempos
medievales en las Islas Británicas: la misma “gema” se
consumía y fue parte de los mitos fundacionales de casi
todos los pueblos mesoamericanos.
En Mesoamérica la ingestión de plantas aluci-
nógenas formó parte del ritual de gobernantes y reli-
giosos, por ejemplo, cuando decidían, según los mitos
de origen, el lugar destinado a conquistar o colonizar: en
“penitencia” el tlamacazqui Couenan durante el siglo
xi mesoamericano obtuvo una “visión” que le indicó
“aquí será nuestro hogar” en la cercanía de un manantial
–de aguas primordiales en más de un sentido– en cuya
vecindad estaba erigido el gran templo piramidal que la
htc35 nombra Tlachihualtepetl en Cholollan.36 La inges-
tión de hongos alucinógenos y/o brebajes compuestos
de diversas plantas psicotrópicas también entronizaba
y legitimaba gobernantes y linajes, como lo demuestra
el llamado Códice Vindobonensis;37 en una lámina del
códice se muestra al dios Quetzalcóatl cargando sobre
sus hombros a la Señora 4 Lagartija y a la Señora 11
Lagartija, ambas con bocas serpentinas, espíritus de los
hongos alucinógenos, hacia la tierra primordial donde
se adora al dios de la lluvia y del maíz; se describe en
esa lámina el estado visionario, inducido por hongos,
al cual acceden gobernantes y sacerdotes que serán
instruidos y autorizados en la fundación de pueblos y
en la conducción de los linajes y señoríos. Fray Bernar-
dino de Sahagún en la Historia general de las cosas de la
Nueva España38 también describe la ingestión de plantas
psicotrópicas así como hongos alucinógenos, ingeridos
en rituales y fiestas en las cuales unos bardos mesoame-
ricanos se inspiraban y creaban poemas y cantos a los
dioses primordiales.
El arte de la pintura mural mesoamericana tiene un
momento particularmente notable entre 450 y 650 d.C.
en Teotihuacan. A este periodo corresponde el mural de
Tepantitla descubierto en 1942 en una residencia atrás
de la Pirámide del Sol y cuyo simbolismo sirvió a James
Wasson para destacar que en ese paraíso pluvial pleno
de flores, niños, frutas, hombres y mujeres recitando o
cantando, el papel de los hongos sagrados fue primor-
dial.39 Sin embargo, “un asunto” sobre ese mural teoti-
huacano que Wasson explica “carece de importancia
para su argumento” y omite desarrollar, hubiera tenido
una gran significación para el argumento de Graves en
La Diosa Blanca:40 la identificación de la deidad central
del mural de Tepantitla (que Wasson explica como
una visión inducida por la ingestión de hongos aluci-
nógenos y que Graves retoma en su argumento en La
Diosa Blanca) algunos investigadores41 argumentaron
no está dedicado a Tláloc sino a una portentosa deidad
femenina. Una diosa asociada a unos árboles floridos,
que presidió en los tiempos teotihuacanos mesoameri-
canos sobre un paraíso celeste y terrenal; una diosa de
la tierra y de la fertilidad, también representada al lado
del dios pluvial Tláloc, en otro mural teotihuacano cono-
cido como Techinantitla.42 El “asunto” quizás hubiera
resultado aún de mayor interés para Graves si él hubiera
sabido que E. Pasztory, muchos años después, sosten-
dría que en los murales de Tepantitla lo que observamos
sobre el borde del dintel es en realidad una deidad mitad
Diosa y mitad Dios de la Lluvia. Un Dios–Metáfora que
reunía todo el universo teotihuacano en una sola y trans-
génica Deidad.43
6. ...nuestrA mAdre, lA guerrerA, nuestrA mAdre,
lA guerrerA... de plumAs es su AtAvío...44
¿A quién cantaron los bardos nahuas en sus poemas?
Los informantes de Sahagún nos dicen que los poemas
o cantares de los bardos nahuas eran himnos “con que
hacían reverencia” a los dioses principales.45 Miguel A.
Garibay como Edward Seler que tradujeron y estudiaron
poemas recopilados por fray Bernardino de Sahagún,
siguiendo los mismos métodos de Graves en La Diosa
Blanca, es decir, descifrando una gramática histórica
y toponímica encubierta en el lenguaje poético de cada
uno de los cantos, demuestran que los temas poéticos
de los bardos nahuas aluden reiteradamente al paraíso
primario de los mitos de origen; describen los rituales
que originan la vida; celebran a la deidad de la lluvia y la
L a D i o s a B l a n c a
12
donación del maíz, y refieren a las “flores” que median
en la celebración y rituales dedicados a una Diosa primi-
genia, que se distingue con varios nombres y atributos, y
a quienes reconocen origina los pueblos mesoamerica-
nos.46 Los poemas octavo y noveno, por ejemplo, cantan
a Xochipilli y a Xochiquétzal y aluden al paraíso origi-
nario Tamoanchan/Tlalocan, una región “de nieblas de
turquesa”, “asiento del Árbol Erguido” donde reinan los
tlaloques, “donde llueven los dioses” y que es referido
también en los otros cantos.47 Los poemas doce y trece,
sin embargo, cantan abiertamente a la misma deidad
femenina pero como Diosa Madre. Una Diosa Madre que
se manifiesta como ciervo; que tiene como símbolo un
malinalli o “manojo de hierbas” que usa como escoba
barriendo los caminos; que siembra la primera mazorca
divinizada; que lleva un palo con sonajas, una sonaja de
tortuga “ayochicavaztli”, el mismo instrumento atri-
buido a Tláloc. Sus nombres son Quilatztli porque es la
que origina los alimentos y las legumbres; Cohuacíhuatl
o Mujer Culebra; Yaocíhuatl o Mujer Guerrera; Tzitzimcí-
chuatl o Mujer Infernal. “Es la diosa en sus formas múlti-
ples. La que cuida de la germinación de las legumbres...
la que forma parte complementaria del hombre (cóatl
significa serpiente y mellizo). La que se encumbra al Sol
y con él obra, como águila cósmica, en el cielo, y humana
en la batalla” según explicó A.M Garibay.48 Ella es fomen-
tadora de vida; preside también los sacrificios que
aseguran la vida; se viste con plumas de águila cuando
es guerrera y como cihuateteo se aparece al abrigo de la
noche para infligir martirio y heridas a los que pasan por
las encrucijadas de los caminos. En su advocación más
temida ella es Tzitzimcíchuatl: trae la muerte que igual
que ella, se viste de blanco.
El canto catorce, “Aquí está un Canto que se Cantaba
Cada Ocho Años cuando la Época de Comer Tamales
de Agua” refiere detalladamente a una fiesta nocturna
que se llamó Atamalcualiztli o Atamalcualoyan y que
se celebraba cada ocho años: una festividad o ritual,
para celebrar al dios andrógino Cintéotl, el maíz divi-
nizado, que culminaba cuando a medianoche la luna
se aparecía en el horizonte. Como lo señaló Gordon
Wasson, “muchas de estas poesías, tal vez todas, se
recitaban o se cantaban en reuniones que los poetas
celebraban en torno al Árbol Florido, el Xochicuáhuitl,
que se fabricaba exclusivamente para estas ceremo-
nias o rituales: se trataba de una fiesta al aire libre, con
música y danza, cantos, disfraces y poesías, inspirada
en “flores”. En el poema se describe cómo, mediante la
embriaguez con “flores”, es decir plantas psicotrópicas
u hongos alucinógenos, de los bardos nahuas brotaron
los cantos sagrados: “con embriagantes flores bellas se
va tiñendo mi corazón... Dentro de mi corazón se quiebra
la flor del canto” dedicados a la Diosa Madre como diosa
del placer y desborde sexual, en su advocación como
Tlazolteótl. En el poema ella se irá transformando en la
primigenia Diosa Madre y aparecerá al final como Cihua-
cóatl. Siempre como deidad lunar en un sitio “donde
las flores, o el árbol de flores, se alzan en pie”, es decir
en Tamoanchan/Tlalocan. El poema termina con una
encantación que celebra la fertilidad y la fecundación
que ella dona; en un lugar donde rige el comercio y es
gobernado por un pochteca o comerciante cholulteca;
allí la Diosa Madre en su advocación como Xochiquetzal,
es adquirida y subida a cuestas por el dios Quetzalcóatl,
quien con su mano le hace girar hasta colocarla de frente
para fornicar con ella.
7. ...el dios vitzilopochtli... y su pueblo... lo primero
que AllAron fue unA sAbinA, blAncA todA, muy
hermosA, Al pié de lA quAl sAliA AquellA fuente. lo
segundo que vieron, fueron que todos los sAuces
que AquellA fuente Alredeor teniA, erAn blAncos,
sin tener unA solA hojA verde: todAs lAs cAñAs
de Aquel sitio erAn blAncAs y todAs lAs espAdA-
ñAs de Alrededor. empesAron á sAlir del AguA rAnAs
todAs blAncAs y A pescAdo todo blAnco, y entre ellos
AlgunAs culebrAs del AguA blAncAs y vistosAs... 49
El universo mesoamericano estuvo dividido en cuatro
rumbos. Cada rumbo, a su vez, fue relacionado con
un dios, color, glifo y árbol. El códice mixteco cono-
cido como Féjervary–Mayer, muestra al Dios viejo y
del fuego, Huehuetéotl-Xiutecutli, ocupando el centro.
El norte, a la izquierda, está relacionado con los colores
amarillo y negro; es lugar frío y seco y corresponde al rumbo
de la muerte –según explica Matos Moctezuma –.50 Se
asocia al “cuchillo de sacrificio” y la planta que lo repre-
senta es la xerófita espinosa. El rumbo Sur es la región A n A m A r í A A s h w e l l
13
de la humedad, su color es el azul y el glifo es el “conejo”.
El rumbo oriente es el lugar donde sale el Sol, el color es
rojo y el glifo es la caña: es el rumbo de lo masculino.
El poniente es el rumbo femenino del universo; carac-
terizado por el color blanco, el glifo es calli o casa y “es
el lugar por donde el Sol, acompañado de las mujeres
muertas en parto, es devorado por la tierra para alumbrar
el mundo de los muertos”.51
En Cholollan, fray Diego de Durán dice que rige el dios
Quetzalcóatl; en códices y documentos coloniales se le
relaciona a la ciudad con la blancura: sus símbolos son
el ahuehuete blanco (según Alvarado Tezozómoc en la
Crónica Mexicáyotl); el sauce blanco, el junco blanco,
la rana, el pez y la culebra blanca, según fray Diego
de Durán, y el “tule blanco”, según la htc. Cuando los
mexicas hacen su aparición en los mitos (descienden de
los chichimecas de la htc) ellos adquieren los símbolos
de la blancura, es decir aceptan las tradiciones y ense-
ñanzas toltecas como su legado, allí en Cholollan. El
mito indica también cómo al día siguiente a los mexicas
le son develados sus propios símbolos: “los símbolos
mexica, relacionados con Huitzilopochtli represen-
tados en el águila (el Sol) venciendo al enemigo (pájaros
o serpiente) en el lugar en donde cayó el corazón sacri-
ficado de Cópil, legitimando el lugar donde habrán de
fundar su ciudad, Tenochtitlan”.52
Cholula está, según los mitos, en el lugar del color
blanco; en el Poniente femenino del universo sagrado
mesoamericano, quizás, porque cuando los tolteca-chi-
chimeca arriban a conquistarla en el siglo xi, era centro
comercial y sagrado de un gran valle, el poblano-tlaxcal-
teca, donde se había desarrollado una antigua y fuerte
(desde el preclásico temprano 850-350 a.C) tradi-
ción magueyera: cuna de la elaboración pulquera en el
altiplano mesoamericano. El Mural de los Bebedores
(200-350 d.C) localizado en la gran pirámide o Tlachi-
hualtepetl cholulteca da cuenta de ese temprano ritual–
ceremonial, elaborado y asociado al consumo del pulque
en Cholollan.53 La deidad del maguey en la religiosidad
de Mesoamérica fue Mayahuel.54 Su asociación con el
color blanco en los códices es su más destacado atributo:
alude al pulque y a la Luna. Ella es la legendaria Madre que
nutre a los mexicanos, la que porta la media luna como
naringuera, yacameztli, en forma de luna creciente,
símbolos a su vez de recipientes de agua y pulque. La
producción magueyera en el Valle Poblano-Tlaxcal-
teca no solo implicó la producción pulquera sino fuego,
vivienda, medicina y textiles para los pueblos mesoame-
ricanos.55 Por eso Mayahuel como Diosa Lunar presencia
los tiempos primigenios de los pueblos mesoameri-
canos, desdoblándose poderosísima en otras deidades
primarias: cuando el hombre nace y muere, por ejemplo,
es Tlazoltéotl, la Diosa Madre, la Diosa del tejido, la que
preside el parto y la sexualidad, lleva puesta la narin-
guera así como un traje que se adorna de lunas blancas.56
Mayahuel se muestra también enjoyada y con doble colo-
ración facial, símbolos de Chalchiutlicue, consorte de
Tláloc, el dios de la lluvia, transformándose en una divi-
nidad agraria. Ella es también Xochiquétzal, la deidad de la
alegría y de la embriaguez –en las festividades se consu-
mían las “flores”: en el Códice Vindobonensis los hongos
sagrados y alucinantes tienen el color blanco. Y ella, como
planta del maguey divinizado, es símbolo de la fecunda-
ción agrícola: el Códice Vaticano A la describe como una
mujer de 400 senos que por su fecundidad fue transfor-
mada en maguey por los dioses. El mito describe que el
maguey que otorga el pulque a los pueblos mesoameri-
canos es la donación de esa Diosa Lunar. La producción
pulquera, por eso mismo, en tiempo mesoamericanos
L a D i o s a B l a n c a
© Luz María Genis.
14
pero hasta la actualidad, se rige estrictamente por las
lunaciones; los otomíes del Valle del Mezquital llaman
Virgen a esa luna que rige la siembra y la cosecha del
maguey; es más, se siembra, se rasca, se propicia el
aguamiel y se fermenta el pulque blanco del maguey
regido siempre por las lunaciones. Y hasta la actualidad
los tlachicheros de Tlaxcala rezan a la Virgen María al
terminar la faena. La Diosa Madre Mayahuel es una Diosa
Lunar con atributos blancos en los códices igual a todos
los dioses del pulque, también los centzontotochtin (400
señores conejos) de la embriaguez pulquera.
La Diosa Blanca Mayahuel preside además, porque
de ella como maguey brotan las espinas, los sacrifi-
cios rituales. Ella embriaga con el pulque blanco a los
que serán sacrificados y otorga valor a los guerreros.
Rige en el Poniente femenino del universo mesoame-
ricano porque allí el Sol se apaga para que en el cielo
brille la Luna.
Las deidades femeninas en el universo religioso
mesoamericano son portentosas: casi siempre son
representadas como si fueran símbolos de diversas
fases lunares –crecientes a menguantes– y sus atri-
butos son simplemente terroríficos y omnipotentes.
Por ejemplo, en su plenitud la Diosa Madre es Chal-
chiutlicue: en el Códice Borbónico ella está sentada
en un trono del cual emana un río y nacen los hombres
cantando con los símbolos del sustento y vida de los
pueblos mesoamericanos. La naringuera de media luna,
las plumas blancas del quetzal entre joyas y cascabeles,
la descubren como una diosa lunar. O ella es Chicome-
cóatl que mora en el Tlalocán cuyo nombre calendá-
rico es 7 Serpiente: una escultura que la representa en
el Museo Nacional de Antropología la muestra soste-
niendo la casa (calli), todo el lado poniente del universo
mesoamericano sobre sus hombros, con mazorcas
maduras en la mano, más poderosa imposible imagi-
nársela. O es Teteoínnan, la originaria madre de todos
los dioses, también llamada Toci, Tonantzin, Ilamate-
cuctli o Cozozcamíauh cuando porta espigas del maíz.
Le brotan flores blancas, “con tiza blanca, con plumas
blancas ella se engalana”57 y en una escultura en piedra
conservada en el Museo Nacional de Antropología se la
ve con incrustaciones que muestran sus ojos blancos
como el brillo de la Luna, erguida y solemne, y en su
falda un hombre cantando. ¿La Diosa Blanca, madre de
los dioses como indica su nombre, cuyos rituales con
hongos alucinógenos blancos incitan a que broten las
palabras en su alabanza también entre los bardos meso-
americanos? ¿Qué hubiera dicho el poeta Graves si la
hubiera conocido representada en piedra como la Coat-A n A m A r í A A s h w e l l
© Luz María Genis.
15
licue o Cihuacóatl? Belleza y horror de sueños muy anti-
guos, describió una vez Ernst Jünger, cuando presenció
una exposición de arte mesoamericano en 1952, en
París. Un escalofrío hubiera también sacudido a Graves,
en sus profundidades.58
8. coAtlicue... los AtAvíos con que estA mujer
ApArecíA erAn blAncos, y los cAbellos los tocAbA
de mAner A que teníA como unos cornezuelos
cruzAdos sobre lA frente...59
El mito dice que el dios Huitzilopochtli, indicó a su pueblo
dónde debían fundar su reino y ciudad: Tenochtitlan.
Después de una larga peregrinación que se había
iniciado en 1168 d.C., desde una isla llamada Aztlán en
el norte mesoamericano, el pueblo de Huitzilopochtli
arribó a Culhuacán. En ese lugar Huitzilopochtli le puso
un nuevo nombre a su pueblo: “Ahora ya no os llamareís
aztecas. Vosotros sois mexicas...” dice la Crónica de
Chimalpain. El dios procedió allí a embadurnarles de rojo
las orejas y selló su destino: les entregó arcos y flechas.
El dominio de Huitzilopochtli y su pueblo mexica corres-
ponde a los últimos tiempos de Mesoamérica (Teno-
chtitlan fue fundado alrededor de 1325 d.C.) pero el
poderoso y militarista estado mexica que consolidaron
no duraría sino unos siglos; interrumpe su dominio y
expansión la llegada de los españoles en 1519. Huitzilo-
pochtli –dice el mito– derrotó primero a una gran hechi-
cera, una deidad llamada Malinalxóchitl y sacrificó a su
hijo Cópil (su corazón fue arrojado al lago). Con ello dona
a su pueblo los símbolos proféticos del lugar donde
debían erigir su ciudad porque del corazón de Cópil
brotó el nopal sobre el cual se posó el águila, símbolos
de Tenochtitlán. El nacimiento del dios también implicó
la derrota de otra deidad femenina. Su madre, Coat-
licue, según el Códice Florentino, parió al dios Huitzilo-
pochtli completamente armado sobre el cerro llamado
Coatepec. Coatlicue se embarazó mientras barría: se
encontró una bola de plumas que recogió y colocó en
su pecho y quedó impregnada: “Nadie apareció jamás
como su padre” –dice un relato recopilado por Sahagún.
Los huitznahuas o 400 guerreros del sur, guiados por su
hermana Coyolxauhqui, una deidad lunar, hijos e hija de
Coatlicue, intentaron matar a la madre pero solo provo-
caron el nacimiento del dios mexica:
En es momento nació Huitizilopochtli
Se vistió sus atavíos
Su escudo de plumas de águila
Sus dardos, su lanzadardos azul...60
Huitzilopochtli, en venganza, capturó a su hermana
y la decapitó, desde lo alto del cerro Coatepec Huizilo-
pochtli arrojó a Coyolxauhqui; ella cayó a la tierra total-
mente desmembrada.61 Algunas partes del mito, como
el combate de Huitzilopochtli contra sus hermanos en
Coatepec, parten de hechos históricos “que el pueblo
donde acontece lo mitifica y lo que sucede entre
hombres se convierte en lucha entre dioses”.62
Pero el mito describe simbólica y esencialmente,
el triunfo de los poderes diurnos, solares y mascu-
linos sobre las más antiguas y primigenias tradiciones
religiosas regida por poderes nocturnos, lunares y
femeninos. Las portentosas deidades lunares omni-
presentes en la vida religiosa de los pueblos mesoame-
ricanos fueron vencidas por el dios solar y guerrero
Huitzilopochtli, y a partir del dominio de su pueblo
tributario, el mexica, ellas ocuparon un lugar secun-
dario en el panteón de los dioses mesoamericanos.63
L a D i o s a B l a n c a© Luz María Genis.
16
Los tiempos de revelación poética en rituales en
honor a la Diosa Lunar; las festividades en las cuales unos
hongos blancos ponía a cantar a los bardos en honor a la
Diosa Madre, el principio cósmico con apariencia feme-
nina, se siguieron practicando y venerando (así lo indican
las crónicas de Sahagún como la de fray Diego de Durán)
aunque en Tenochtitlán, a esa Diosa Madre los mexicas ya
no le dedicaron ninguno de los dos templos principales.
9. el cAmino del hombre occidentAl conduce A
vAstedAdes en lAs que dios se vuelve AbstrActo en
lo infinito y dA testimonio de sí en los mundos
mediAnte pArábolAs...64
De la arqueología, la etnohistoria o la etnografía no hay
pruebas o indicios que en tiempos primigenios meso-
americanos, ni en el antiguo Mediterráneo que Graves
documentó en La Diosa Blanca, durante el reino y
dominio religioso de unas diosas portentosas, lunares
y lunáticas, las mujeres de carne y hueso ejercieron
poderes o gobiernos terrenales. La mujer adorada, divi-
nizada y endiosada no inspira en la relación de géneros,
igualdades reales. Por el contrario, el reconocimiento
de sus poderes, de su capacidad para la fecundación,
sus portentosos poderes mágicos, mas bien debieron
inspirar sociedades en la cuales los hombres –aterrori-
zados– hicieron todo lo posible por domesticarlas.
Ni siquiera cuando el hombre enamorado canta su
devoción a la diosa blanca, se desprende que su amor
hacia la musa encarnada resultaría en otra cosa que no
fuera su sometimiento: el hombre enamorado que se
rinde ante la mujer divinizada solo persiste en su amor y
devoción mientras perdura la persecución, no la satis-
facción, de enamorarla. Si algo demostró La Diosa
Blanca, a pesar de la insistencia que el mito debió tener
una contraparte terrenal en un matriarcado antiguo y
originario, fue que el mismo Graves, enamorado, clara-
mente adoró a la Diosa en la misma proporción que
la temió cuando la tuvo cerca y encarnada. Los mitos
de La Diosa Blanca claramente no sirven –como pensó
también Graves– para argumentar un matriarcado ni
siquiera para sustentar una ética de igualdad y amor
incondicional entre géneros.
1 Lessing, Doris, Under My Skin; Volume One of My Autobiography to 1949. Harpers Collins. 1994.2 Graves R, Goodbye to all That, J.Cape and H.Smith, Londres, 1929.3 Donoghue, Denis, “The Myths of Robert Graves” en The New York Review of Books; Vol.4,num 6; Abril, 4, 1996.4 F.Hölderlin, “Patmos” en Hymns and Fragments (translated by Richard Sieburth), Princeton U Press. 1984.5 Debido a que existen varias ediciones modificadas y ampliadas desde la primera de 1948, este ensayo cita exclusivamente a Robert Graves, The White Goddess: A Historical Grammar of Poetic Myth. Farrar, Strauss and Giroux. New York. Amended and Enlarged Edition. Sexta Impresión. 1966. [Las traducciones son mías.]6 Denis Donoghue y Mike Nichols son algunos entre varios académicos, ingleses y norteamericanos, que han publicado estudios sobre los poemas de Robert Graves.7 “Postdata” incorporada en 1960 a la edición original de 1948 de La Diosa Blanca.8 Cito únicamente la edición resumida, de dos tomos, The Golden Bough: the roots of religion and folklore, ilustrado, edición de Crown Books de 1981.9 En el poema “Sueño de un listón rojo” Robert Graves da cuenta de su rela-ción con W.H. Rivers quien ayudó en el tratamiento de otros poetas, amigos de Graves, que retornaban de las trincheras de la Segunda Guerra Mundial profundamente traumatizados. W.H. Rivers, además, fue un prolífico escritor de etnografías (sus trabajos sobre el sistema de parentesco de tribus en el
n o t A S
y b i b L i o g R A f í A
A n A m A r í A A s h w e l l
Pero entonces ¿por qué los mitos insisten, con
perfecta claridad –como dice Graves– en esa estrella
matutina y vespertina; en esas Madre que se transforma
en ciervo o tlacuache; que es un ahuehuete o cedro; y
es una bruja maldiciente cuando la luna es menguante o
una seductora embriagante como Mayahuel cuando la
luna esta ascendente? ¿por qué los poetas le cantan?
–se preguntó Graves.
La Diosa Blanca, quizás, solo apunta al misterio del
arte. Al misterio que es la iluminación poética (o la inspi-
ración o el llamado al arte) que entre algunos hombres,
en todas las sociedades y en todos los tiempos, se torna
incontenible. Como cuando vienen las mareas altas
porque la atracción de la luna y el paso del sol coinciden y
se hinchan los mares hasta rebosar sus márgenes.
“Secreta o abiertamente, la magia circula por el arte
de todas las épocas” decía Octavio Paz65 y Graves, en
La Diosa Blanca, contó que él, poeta, una noche vio a
la Musa, ojos centelleantes, y muy muy blanca. Quiso,
quizás, solo contarnos, que no fue el primero, ni el único,
ni será el ultimo, porque ese encuentro con la Diosa
Blanca corresponde y llega, tarde o temprano, a todos
sus amantes, a todos los que serán llamados al arte.
17
18 Jarrel, R. The Third Book of Criticism.Farrar, Strauss, Giroux. 1969.19 Este poema The Cool Web, “La red fría” es muy temprano y su primera versión corresponde a 1914-26; existe una versión modificada en 1927 y quizás hubo revisiones posteriores (después de La Diosa Blanca Graves revisó toda su poesía y modificó sustancialmente y descartó mucho poemas. Esta es la última versión publicada en Collected Poems de 1975). La traduc-ción es de Antonio Rivero Taravillo, Ibíd:“...Hay una fría red de lenguaje que nos atrapa/ apartaos de demasiada alegría o demasiado miedo:/al final nos volvemos verdemar y morimos/fría, salobre, volublemente./ Pero si dejamos que nuestra lenguas pierdan autodominio/alejando el lenguaje y a su abrazo acuoso/ antes de nuestra muerte, en vez de cuando ésta llegue,/haciendo frente al resplandor del día de los niños/ la rosa, el cielo oscuro y los tambores/nos volveremos locos y locos moriremos.”20 “...se puede vivir en un mundo regido por los sueños y la imaginación, sin que esto signifique anormalidad o neurosis”, escribió Octavio Paz sobre la inspira-ción poética. Ver “La revelación poética” en Obras Completas. fce. Tomo i.21 F. Hölderlin, “Vocación de poeta” en Odas. Hiperión.2005. Traducción de Txaro Santoro. 22 La Diosa Blanca. Ibíd. 24.23 La Diosa Blanca. Ibíd. 372.24 La Diosa Blanca. Ibíd. 166.25 Antropólogos, estudiosos de las relaciones entre géneros en sociedades primitivas, y arqueólogos, no han podido documentar la existencia histórica de matriarcados, aunque han documentado etnográficamente las comple-jidades en las relaciones de parentesco y herencia en sociedades matrili-neales en las llamadas “sociedades primitivas” en los cuatro continentes; igualmente está arqueológicamente documentado el culto matriarcal que existió en la antigua Mesopotamia, Egipto, Creta y Anatolia. Sin embargo, la principal bibliografía que discute el mito y la práctica de un matriar-cado en las culturas se centra en los estudios etnográficos sobre las tribus iroqueses y, en la arqueología, los datos aportados sobre la arcaica civili-zación sumeria (Babilonia, Fenicia y Sumeria). Ver Joan Bamberger, “The Myth of Matriarchy”. Ibíd.Mike Nichols and Mama Rose: “Conversations on Robert Graves, The White Goddess and related things...” www.geocities.com/athens/forum/7280/mike-rose.html26 Graves aumentó y corrigió las sucesivas ediciones de 1948 de La Diosa Blanca. Explicó, además, que después de la conclusión en seis semanas del libro, dedicó seis años posteriores a corregir esa primera versión. 27 La Diosa Blanca. Ibíd. 490.28 “Canto de Tláloc”. Poema anónimo en náhuatl. Traducción y versión de Ángel María Garibay. Veinte Himnos Sacros de los Nahuas. unam. 1995.29 La segunda referencia, a la cual no me voy a dirigir en este ensayo, corres-ponde al capítulo 25, en la página 442 de La Diosa Blanca y responde a la pregunta: “¿Necesariamente la poesía debe ser original? De acuerdo con la teoría clásica y apolínea, no necesariamente, ya que la prueba de un buen poeta reside en su habilidad para expresar con fluidez sentimientos que han resistido la pátina del tiempo ) en formatos acreditados desde hace mucho. La poesía apolínea es esencialmente poesía cortesana, escrita para confirmar la autoridad delegada por el Rey a los poetas... Existe una sorpren-dente similitud en estos elogios: los aztecas adulaban a sus incas patriar-cales como a ‘un águila bien comida, siempre lista para la guerra’, que es una frase recurrida hasta el cansancio por los tempranos bardos gaélicos...”. Graves introduce el nombre del gobernante del Alto Perú prehispánico entre los mexicas del altiplano mexicano. La palabra inca debió ser tlahtoani para que la referencia fuera correcta. Sin embargo, la equiparación de los guerreros mexicas y sus tlahtoani con el símbolo del águila es acertada. Por
L a D i o s a B l a n c a
sur de la India y los dos tomos que publicó sobre Oceanía y Melanesia fueron seminales en el desarrollo de la antropología británica); publicó además trabajos sobre mito y folklore en la cultura europea.10 Existen varias ediciones en español del El derecho materno: una inves-tigación sobre el carácter religioso y jurídico del matriarcado en el mundo antiguo de Bachoffen. Ver Ralph Manhein editor, Myth Religión and Mother Right. 1967 que incluye una versión resumida de la edición original. El libro del jurista suizo, Bachofen, se publicó originalmente en Stuttgart en 1861 y ha sido traducido a todas las lenguas principales.11 Ver Joan Bamberger, “The Myth of Matriarchy: Why Men Rule in Primitive Society” en Woman, Culture, and Society. Michelle., Zimbalist Rosaldo and Louise Lam-Phere. Eds. Stanford University Press. Stanford, Calif., 1974.12 Debora Baker; In Extremis:The Life of Laura Riding. 1993.13 “The War Poet Robert Graves stole work from his mistress” (El poeta del periodo de la guerra, Robert Graves, robó la obra de su amante” por Arifa Akbar; entrevista con el doctor Mark Jacobs de la Universidad Trent en Nottingham; The Independent, Londres, 4 de julio 2008.14 F. Hólderlin, “La Tragedia de Empédocles”.15 Este poema, On Portents, (De Portentos) corresponde al año 1931, pero fue revisado en años posteriores por Graves: “Si cosas extrañas suceden donde ella está/tanto que dicen que se abren tumbas/y caminan los muertos, o que el futuro se hace vientre/ y son dados a luz los no nacidos,/ no te causen asombro esos portentos,/pues son torbellinos que en el Tiempo hace/ el fuerte tirar de su afilada mente/ a través de ese elemento siempre reacio.” Traducido por Antonio Rivero Taravillo, Poemas de Robert Graves, Colección La Cruz del Sur, editorial Pre Textos, Buenos Aires, 2005.16 “Los santos la reprenden y los sobrios/ hombres a quienes rige el dios Apolo/ con su aurea mediocritras;/ despreciándolos, navegué para buscarla/ en regiones remotas donde es más probable abrazarla...” Poemas. Ibíd.17 En tres biografías escritas sobre Graves, por ejemplo la de Martin Seymour-Smith de 1982, se registra cómo esta “iluminación” poética, a partir de 1940, significó comportamientos excéntricos en su cotidianidad. Graves, vivió, por ejemplo, constantes y promiscuos amoríos sin amor; exhibió un comportamiento obsesivo y ensimismado por no decir egoísta; a veces también vengativo; y fue tedioso y repetitivo hasta el cansancio en sus decla-raciones de amor a la Musa/Diosa. Su última mujer, Beryl Hodge, soportó lo que describió como su “nimphological disquiet”, algo así como su “inquietud ante las ninfas”, porque Graves se enamoraba perdidamente de cualquier jovencita que se aparecía por Deyá. Es decir, en todas encontraba la encar-nación de la Musa. Su trato a las mujeres, sin embargo, tenía aspectos misó-ginos y sustentó excéntricas teorías homofóbicas. El poeta es poeta sólo en el asedio de la Musa, insistió. Si él piensa que la alcanza o doméstica la Musa le abandona. Pero sin el amor de mujeres de carne y hueso el poeta corre un riesgo “apolíneo”: cree que puede vivir sin ellas, dijo también Graves. El peligro que acecha al poeta es el del “sentimentalismo homosexual”, el falso estado de “amores platónicos”, de “patología mórbida” por lo cual la Musa abandonará al poeta, –escribió–. Las mujeres, –dijo también Graves– en La Diosa Blanca, no podían ser poetas: “Ella es una Musa o no es nada”. Solo algunas mujeres, como Safo, alcanzaban el estrado de la poesía porque “escribieron como mujeres, sin imitar al hombre”. La mujer está destinada a ser siempre solo la encarnación de la Musa, “la luna visible, imparcial, amante, severa y sabia”.Graves, como bien lo dice Donoghue, mezcló a lo largo de su vida conocimientos eruditos e intuiciones geniales con deslices verbales absurdos y conclusiones extrañas. Quizás los intentó metafóricos, quizás eran simples expresiones de un hombre en extremo excéntrico. En una entrevista, por ejemplo, ya avanzado en edad, enteramente serio, Graves explicó que la homosexualidad masculina se debía “en parte a la genética, en parte al medio ambiente, pero en gran medida al hecho de que los hombres tomaban demasiada leche”.
18
otro lado, las culturas militaristas tolteca de Mesoamérica y los huaris del norte peruano coincidieron en fases de desarrollo y en tiempo cronológico. Estas culturas generaron estados militaristas –incas y aztecas o mexicas– coincidentes cronológicamente y reinantes al momento de la llegada de los españoles en el siglo xvi. Lingüistas han propuesto que el purépecha de la región michoacana se originó o tiene relaciones con lenguajes indígenas del Alto Perú. Graves, con este “error”, apunta a lagunas que aún persisten en la investigación antropológica sobre la relación de Mesoamérica con culturas del continente al Sur.30 La Diosa Blanca. Ibíd. 45.31 En el ensayo “Dicen las crónicas que un monje budista...” Elementos, buap, 2008 intento resumir la discusión contra difusionistas como Paul Kirchhoff, que el nacionalismo de americanistas mexicanos clausuró. Ver también Christian Duverger, El primer mestizaje: la clave para entender el pasado mesoamericano. conacyt, inah, Taurus, México 2007.32 Davies, Nigel, Ibíd. Existe una traducción resumida y una discusión de Octavio Paz en la revista Vuelta núm. 52-53 marzo, 1981.33 “Dicen las crónicas que un monje budista...” Ibíd.34 Ashwell A. “Cholula: pulque, religión y alucinógeno” en La realidad alte-rada, compiladores Glockner J. y Soto E. Debate. Mondadori, 2006. (Infor-mación etnohistórica proveniente de Cholula en relación al uso de plantas alucinógenas en la religiosidad mesoamericana).35 Historia Tolteca Chichimeca documento pictográfico producido en Quauh-tinchan del estado de Puebla, ca. 1547.36 htc, p. 143. Ashwell A. “Cholula a donde se dirigió Quetzalcoátl...” Ibíd.37 Documento pictográfico o códice, de época prehispánica, correspondiente a la región de Puebla–Oaxaca de las etnias mixtecas. Ver Reyes García, L, Anders F, Jansen M, Origen e historia de los reyes mixtecos, fce, México, 147.38 Refiero a la edición, en dos tomos, del llamado Códice Florentino de Alfredo López Austin y Josefina García Quintana. Alianza Editorial, 1995.39 Fue Alfonso Caso quien describió el mural de Tepantitla como el paraíso pluvial “Tlalocan”; paraíso de Tláloc que en los mitos mexicas del posclá-sico se describe como el lugar donde se forman las nubes y se reunían los muertos. Wasson R G. El Hongo Maravilloso Teonanácatl fce, 1983. Refiero al lector a las principales fuentes para el análisis de este mural: de la Fuente Beatriz, Teotihuacan. unam, 1987. Pasztory E. The Murals of Tepantitla. Garland, New York, 1974; Aztec Art. Oklahoma U Press.1983. Teotihuacan: An experiment in Living. Oklahoma University Press,,1997. Pre-Columbian Art. Cambridge University Press. 1998. Berrin. K; Millon C, Millon R, E.Pasztory, Seligman, T. Feather Serpents and Flowering Trees. San Francisco,1988.40 No queda claro, sin embargo, por la manera como está citado en La Diosa Blanca, cómo Graves obtuvo esta información del “Sr. y la Sra. Wasson” y del “Profesor Heim”, muy probablemente la información le fue transmitida oralmente por algunos de ellos y todavía como una tesis preliminar. Wasson publicaría su libro sobre micolatría en Mesoamérica hasta el año 1980.41 George Kubler. The Iconography of the Art of Teotihuacan. Dumbarton Oaks, 1967. Peter T. Furst en Mesoamerican Archeology, New Approaches, edited by N. Hammond. Duckworth, 1974. Furt interpreta el mural con énfasis en el gran árbol encima de la deidad principal y sostiene que representa las visiones extáticas producidas por semillas alucinógenas (ololiuhqui) consi-deradas sagradas en el mundo mesoamericano.42 Este mural se localizó a unos metros de la Pirámide de la Luna en la sección conocida como Tlacuilapaxco, lugar donde se encuentran los murales rela-cionados con sacrificios y el maguey. En los murales figura la deidad pluvial Tláloc, pero el personaje principal es la “Gran Diosa”: “con benevolente y feroz aspectos al mismo tiempo” la describe E, Pasztory: ella pudo ser la deidad principal de Teotihuacan en este periodo “fase Metepec 600-750
d.C.”. “A reinterpretation of Teotihuacan and its mural painting tradition” en Feathered Serpents... Ibíd, 74.43 The Murals of Tepantitla, Teotihuacan. op. cit.44 “Canto a Cihuacoatl”. Poema anónimo en náhuatl. Traducción y versión de A.M.Garibay, op. cit.45 Los poemas fueron recopilados en 1547 y 1558 en la región de Acohluacan, según indica A.M. Garibay. op. cit.46 Seler E, Poesía Indígena, unam, 1940.Ángel María Garibay, Veinte Himnos Sacros de los Nahuas, unam, 1995.47 López Austin A, Tamoanchan y Tlalocan, fce, 1994.48 Veinte Himnos Sacros, op.cit.49 Duran Fray Diego de, Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme. 1570. edición conaculta. ii Tomos. México. 1995, 88.50 Resumo la explicación sucinta de Eduardo Matos Moctezuma, sobre los símbolos de los rumbos del universo mesoamericano según los códices y la arqueología. Teotihuacan, fce, 2009, 100.51 Ver el Códice Fejérvary–Mayer: El libro de Tezcatlipoca, Señor del Tiempo. Anders F, Jansen M y Pérez Jiménez A. fce. 1994. También León Portilla M, Azteca–Mexicas. Alagaba Ed., 2005.52 Matos Moctezuma E., Tenochtitlan, op.cit., 4453 Ashwell A. “Cholula, a donde se dirigió Quetzalcóatl...” en La Realidad Alterada, op.cit.54 Gonzalves de Lima O, El Maguey y el Pulque en los Códices Mexicanos. FCE. 1978. Este es el estudio pionero sobre la tradición pulquera en Meso-américa pero realizado en 1955. Desde entonces varias interpretaciones citadas, como la de Edward Seler, han sido revisadas a partir de nuevas fuentes y nuevas traducciones de los códices.55 Artes de México dedicado al Maguey, Num. 51, año 2000 reúne varios ensayos sobre la producción magueyera, las tradiciones y los mitos. Textos de Fernando Benítez, Dominique Dufétel y en particular los testimonios de un indígena otomí vuelto antropólogo, Jesús Salinas Pedraza, son invaluables. 56 Ver la “Tercera Trecena 1 Venado”. 63 Códice Borgia. L. Reyes García. fce. 199357 Cantar de Teteoínnan. Veinte Himnos Sacros de los Nahuas, op.cit.58 Jünger E., “El nudo gordiano”, op.cit. 153.59 Sahagún Fray Bernardino de, Historia de las cosas... Capítulo vi, op.cit.60 Traducción de León Portilla M en Matos Moctezuma E, Tenochtitlan, op.cit. 35.61 La monumental escultura circular de Coyolxauhqui fue encontrada sobre una plataforma a mitad de la escalera de la parte superior del Templo Mayor dedicado a Huitzilopochtli. Eduardo Matos Moctezuma atribuyó la amplia-ción del templo –correspondiente al lugar donde estaba ubicada esta escul-tura– a Axayácatl quien gobernó Tenochtitlan entre 1469 y 1481 d.C. Matos Moctezuma estima que “es muy probable que en todas las etapas construc-tivas hubiera habido una figura de la diosa, ya que el templo de Huitzilo-pochtli representa el cerro Coatepec en el cual se lleva a cabo el combate original. Tenochtitlan, op.cit. 70-71.62 Matos Moctezuma E, Tenochtitlan, op.cit. 89.63 En los últimos tiempos mesoamericanos Huitzilopochtli reinó como un dios Marte.”En los sitios donde la espada de Temis, la diosa de la justicia, se oxida brillan los cuchillos de las matanzas... regresa la noche telúrica” expli-caba Jünger E. Pero el reino de las diosas madres mesoamericanas ante-riores al dominio mexica, pueblos regidos por unas portentosas deidades que creaban o destruían con igual pasión, tampoco fueron sociedades menos guerreras. Quizás solo arbitradas, en su concepción del bien y el mal, de manera distinta, op.cit. 90.64 E. Jünger, “El Nudo Gordiano”, op. cit. 79.65 “Arte Mágico” en Los privilegios de la Vista.Obras Completas. fce, México, 2004.
Anamaría Ashwell.email: [email protected] n A m A r í A A s h w e l l
19
Comprender el cerebro, su estructura y función es una de
las mayores ambiciones de la humanidad. Aunque se ha
avanzado mucho en el conocimiento de las funciones cere-
brales, las neurociencias son una de las áreas de la ciencia
con mayor número de preguntas sin resolver.
El cerebro, al igual que el resto de los órganos que cons-
tituyen un ser vivo, está compuesto por células. La unidad
funcional del tejido nervioso es la neurona y conformándolo
encontramos miles de millones de ellas, las cuales están
interconectadas unas con otras formando la red de comu-
nicación más compleja encontrada hasta ahora en la natu-
raleza. Esta red es el sustento de las funciones psíquicas
superiores como la memoria, el pensamiento creativo, el
aprendizaje, la percepción, etcétera. La conexión entre
neuronas individuales es la unidad funcional básica del
sistema nervioso y es conocida como sinapsis. Una sola
neurona puede estar conectada con miles de neuronas a la
vez, lo que da a la red una gran complejidad.
E l e m e n t o s 7 6 , 2 0 0 9 , p p . 1 9 - 2 3
Francisco S. Mercado
Angélica Almanza
un acercamiento a los desórdenes neurológicos
Microtransplantes proteicos:
Almanza A., Mercado F. S. Microtransplantes proteicos: un acercamiento a los desórdenes neurológicos. Elementos 76 (2009) 19-23 w w w . e l e m e n t o s . b u a p . m x
20
© Luz María Genis.
Cuando una neurona hace contacto sináptico con
otra neurona, éstas se comunican a través de mensajeros
químicos llamados neurotransmisores, los cuales son
pequeñas moléculas que se liberan desde una neurona
hacia el espacio existente entre las dos neuronas (cono-
cido también como espacio sináptico) uniéndose a sus
sitios receptores presentes en la membrana celular, los
cuales son proteínas de superficie que cuando el trans-
misor se les une desencadenan la señal en la neurona
receptora (ya sea la clásica señal eléctrica u otra señal
química en el interior de la neurona) produciendo su acti-
vación (excitación) o su silenciamiento (inhibición).
Las neuronas tienen prolongaciones que pueden ser
inusualmente largas (en un ser humano pueden medir un
metro o más de longitud) y la señal excitatoria generada
a partir de la activación de sus receptores de membrana
se propaga a lo largo de ella en forma de potenciales de
acción. Se le llama potencial de acción al cambio súbito
en el voltaje de la membrana neuronal; normalmente
este cambio es de corta duración y se propaga a lo largo
de todo el axón. El potencial de acción es generado por
el movimiento de los iones que se encuentran tanto en el
líquido intracelular como en el extracelular a través de
la membrana. Los iones, que normalmente no pueden
atravesar la membrana celular, fluyen a través de poros
proteicos llamados canales iónicos. Una vez que el poten-
cial de acción llega al sitio donde la neurona hace contacto
con otra (por su forma también llamado botón sináptico),
el cambio en el voltaje produce una serie de eventos en el
interior del botón que al final producen la liberación del
neurotransmisor, con lo cual la señal se propaga a la
siguiente neurona. Este fenómeno de transmisión sináp-
tica se repite infinidad de veces al día, ya que ocurre para
cualquier actividad que realizamos por muy simple que
esta parezca, incluso cuando aparentemente no tenemos
actividad como, por ejemplo, durante el dormir.
Debido a la complejidad de las interconexiones en
el cerebro, es de suponer que cualquier anormalidad
en un receptor de membrana, canal iónico, o en el esta-
blecimiento de conexiones sinápticas de algún circuito
neuronal (conexiones específicas entre neuronas de
distintas partes del cerebro) puede ser la causa de una
función inadecuada del sistema nervioso, lo que a su vez
puede traducirse en una patología neuropsiquiátrica.A . A l m a n z a , F . M e r c a d o
21
Las propiedades funcionales de diversos receptores
a neurotransmisores, canales iónicos y otras proteínas
de membrana han sido estudiadas usando diversas
estrategias tales como el registro electrofisiológico y la
medición de flujo iónico en vesículas formadas a partir de
membranas celulares en las cuales se encuentran dichas
proteínas. Sin embargo, el estudio de las proteínas de
membrana expresadas en células del sistema nervioso
no es una tarea fácil, debido entre otras causas al dimi-
nuto tamaño de la mayoría de las células nerviosas. Una
técnica desarrollada para estudiar tanto la estructura
como la función de estas proteínas consiste en expresar
proteínas provenientes de células del sistema nervioso
en ovocitos (huevos gigantes) de la rana sudafricana
Xenopus leavis, los cuales prácticamente no contienen
receptores de membrana. En este sistema, la inyec-
ción citoplasmática o nuclear de ácidos nucleicos (rna
mensajero o dna complementario respectivamente, que
constituyen la cinta magnética que da las instrucciones
para la síntesis proteica y en general para el funciona-
miento de la célula) conlleva a la síntesis e incorpora-
ción de la proteína funcional a la membrana del ovocito,
es decir, la maquinaria para la síntesis proteica del
ovocito puede leer una receta para sintetizar proteínas
aun cuando ellas correspondan a células de otras espe-
cies. Debido al gran tamaño del ovocito, tanto la inyec-
ción de ácidos nucleicos como el registro de la actividad
de las proteínas expresadas en él, son procesos fáciles
cuando se comparan con otras técnicas y con otras
preparaciones celulares. Esta metodología se desarrolló
hace más de dos décadas. Inicialmente se encontró que
la inyección en ovocitos de Xenopus del rna mensajero
aislado del órgano eléctrico del pez Torpedo (peces que
poseen órganos capaces de producir fuertes descargas
eléctricas que el animal utiliza para capturar sus presas y
defenderse) generaba la expresión heteróloga (debido a
la procedencia del ácido nucleico de una especie distinta
a la especie de referencia) de receptores funcionales
para la acetilcolina (neurotransmisor de la unión neuro-
muscular) en la membrana citoplasmática del ovocito.1
Desde entonces, este modelo experimental ha consti-
tuido una herramienta muy útil para el estudio tanto de
la estructura como de la función de receptores y canales
iónicos. Sin embargo, las proteínas sintetizadas a
M i c r o t r a n s p l a n t e s p r o t e i c o s
© Luz María Genis.
22 A . A l m a n z a , F . M e r c a d o
partir de la inyección de ácidos nucleicos heterólogos
son insertadas dentro de una membrana que contiene
proteínas propias del ovocito, acopladas a diversas vías
de señalización intracelular del mismo, lo cual plantea un
problema, ya que diversos modelos y estudios muestran
que más que ser elementos pasivos, los componentes
de membrana como son lípidos y proteínas asociadas,
pueden tener un rol esencial y determinante de la función
y la regulación de los receptores y canales iónicos.2
Adicionalmente, la conformación adecuada de la proteína
heteróloga (normalmente proveniente de mamífero)
puede no llevarse a cabo adecuadamente en una célula
de anfibio (en este caso de la rana Xenopus). Por todo ello,
el grupo del doctor Ricardo Miledi (científico mexicano y
uno de los diez neurobiólogos más citados en la litera-
tura especializada de todos los tiempos) desarrolló una
mejora sustancial a la técnica: saltó la maquinaria sinté-
tica, la membrana y las proteínas asociadas del ovocito
al lograr que los ovocitos incorporaran en su membrana
proteínas ensambladas desde la célula nativa y embe-
bidas en su propia membrana celular; a este proceso
se le ha denominado microtransplante proteico. Con la
inyección directa de fragmentos de membrana obtenidas
de muestras de un tejido en específico, la membrana
de los ovocitos adquiere eficientemente canales
iónicos y receptores dentro de su propia membrana
celular, manteniendo de esta manera sus caracterís-
ticas estructurales, estequiométricas y, además, el
conjunto de posibles proteínas y lípidos asociados
a ellos. De esta manera, el grupo del doctor Miledi, ha
logrado expresar en la membrana de ovocitos canales
iónicos y diversos receptores para neurotransmisores
como el glutamato (neurotransmisor excitador por
excelencia), acetilcolina (neurotransmisor de la unión
neuromuscular) y gaba (neurotransmisor inhibidor)
embebidos en membranas provenientes de diversos
tejidos tales como el órgano eléctrico del pez torpedo,3
estructuras de cerebro humano de pacientes sanos,4
así como de cerebro de pacientes con epilepsia5 y enfer-
medad de Alzheimer.4,6 Como el lector podrá imaginarse,
las implicaciones del desarrollo de este método pueden
tener un gran alcance ya que permitirá estudiar en detalle
no solo las propiedades funcionales y farmacológicas
de los receptores y canales iónicos, sino que, además,
permitirá entender mejor a nivel celular diversos desór-
denes neurológicos como los mencionados arriba,
aunque un problema real permanece: la implementación
de estrategias para llevar a cabo esta tarea se encuentra
limitada por la disponibilidad de tejidos para el estudio.
En el caso del tejido cerebral, donde las membranas se
aislaron de la corteza temporal de un paciente operado
por epilepsia intratable, los microtransplantes permi-
tieron caracterizar las propiedades de los receptores del
paciente epiléptico con sus moléculas asociadas en su
medio lipídico natural, lo que determina que este método
que emplea tejidos frescos pueda ser de gran utilidad,
ya que las membranas de los ovocitos, dentro de las
dos primeras horas, adquirieron receptores funcio-
nales para neurotransmisores del sistema nervioso
central con características similares a las de los recep-
tores sintetizados a partir de la inyección de rna mensa-
jero heterólogo. Por otro lado, el empleo de membranas
obtenidas a partir de tejidos post-mortem de pacientes
con enfermedad de Alzheimer (cerebros obtenidos
dentro de las primeras cinco horas y almacenados en
congelación entre uno y nueve años) arrojó resultados
© Luz María Genis.
23
1 Barnard EA, Miledi R y Sumikawa K. “Translation of exogenous messenger
rna coding for nicotinic acetylcholine receptors produces functional recep-
tors in Xenopus oocytes”. Proc R Soc Lond B Biol Sci. 215 (1982) 241-246.2 Phillips R, Ursell T, Wiggins P y Sens P. “Emerging roles for lipids in shaping
membrane-protein function”. Nature. 459 (2009) 379-385.3 Marsal J, Tigyi G y Miledi R. “Incorporation of acetylcholine receptors
and Cl-channels in Xenopus oocytes injected with Torpedo electroplaque
membranes”. Proc Natl Acad Sci usa. 92 (1995) 5224-5228.4 Miledi R, Dueñas Z, Martínez-Torres A, Kawas CH y Eusebi F. “Microtrans-
plantation of functional receptors and channels from the Alzheimer’s brain to
frog oocytes”. Proc Natl Acad Sci usa. 101 (2004) 1760-1763. 5 Miledi R, Eusebi F, Martínez-Torres A, Palma E y Trettel F. “Expression
of functional neurotransmitter receptors in Xenopus oocytes after injec-
tion of human brain membranes”. Proc Natl Acad Sci usa. 99 (2002)
13238-13242. 6 Bernareggi A, Dueñas Z, Reyes-Ruiz JM, Ruzzier F y Miledi R. “Proper-
ties of glutamate receptors of Alzheimer’s disease brain transplanted to frog
oocytes”. Proc Natl Acad Sci usa. 104 (2007) 2956-2960. 7 Limon A, Reyes-Ruiz JM y Miledi R. “Microtransplantation of neurotrans-
mitter receptors from postmortem autistic brains to Xenopus oocytes”.
Proc Natl Acad Sci USA. 105 (2008) 10973-10977.8 Autism and developmental disabilities monitoring network. Disponible en
http://www.cdc.gov/mmwr/pdf/ss/ss5601.pdf
R e f e R e n C i A S
Angélica Almanza.Instituto de Fisiología, buap.e-mail: [email protected]
Francisco S. Mercado.Instituto de Fisiología, buap, Instituto Nacional de Psiquiatría "Ramón de la Fuente Muñiz". e-mail: [email protected]
similares: la técnica es adecuada para explorar proteínas
de membrana insertadas dentro de su propio medio lipí-
dico en un sistema de expresión de fácil acceso para el
estudio como lo son los ovocitos de Xenopus.
Recientemente, Limón y colaboradores7 reali-
zaron el microtransplante de receptores de membrana
provenientes de cerebros de individuos autistas (post-
mortem) a ovocitos de Xenopus; las muestras de tejido
provinieron de bancos de cerebros que permanecieron
congelados durante largo tiempo después de la muerte
del paciente (dos a cinco años), por lo que resultó intere-
sante determinar hasta qué grado los receptores expre-
sados en estos tejidos permanecen funcionales. Cabe
mencionar que el autismo, como patología neuroló-
gica, ha cobrado mucho interés debido al incremento
en la incidencia de la enfermedad. Este padecimiento
es cuatro veces más común en niños que en niñas y se
presenta aproximadamente en uno de cada 150 niños
en los Estados Unidos de América.8 Por ejemplo, en el
estado de California, la incidencia de autismo ha alcan-
zado cifras alarmantes: hoy en día en este estado es más
probable que un niño sufra de autismo que de leucemia
y, sin embargo, las causas que producen la enfermedad
son casi desconocidas. El estudio de Limón y colabora-
dores7 demuestra la expresión altamente preservada de
receptores para diferentes neurotransmisores sin dife-
rencias con respecto a lo encontrado para los receptores
expresados en ovocitos a partir de la inyección de rna
mensajero proveniente de cerebros normales o autistas.
Así, aun cuando los resultados no revelan diferencias
moleculares entre los receptores de cerebros sanos y de
autistas, el estudio demuestra fehacientemente que las
proteínas de membrana humanas pueden ser estudiadas
después de largos periodos de almacenaje post mortem.
Aun cuando la comprensión de los procesos celu-
lares que subyacen a condiciones fisiológicas (sano)
y fisiopatológicas (cuando se sufre alguna alteración o
desequilibrio que produce una enfermedad) queda como
tarea para el futuro, la técnica de microtransplantes
desarrollada por el grupo del doctor Miledi se vislumbra
como una herramienta invaluable que permitirá no solo
estudiar las propiedades de proteínas de membrana
mantenidas en su propio entorno lipídico, sino además
avanzar hacia la explicación a nivel celular de la fisiopato-
genia de diversos desórdenes neurológicos.
© Luz María Genis.
M i c r o t r a n s p l a n t e s p r o t e i c o s
© Luz María Genis.
25
APRoxiMACión PSiCoLógiCo–SoCiAL
Cuando Serge Moscovici presentó en 1961 su trabajo
inaugural acerca de las representaciones sociales,1 era
poco probable pensar la aportación que iba a realizar
no solo al campo de la psicología social sino también al
estudio sobre el entendimiento público de la ciencia. Su
principal contribución en este terreno radicó en señalar
un mecanismo por el cual un conocimiento especiali-
zado deja de ser exclusivo en un grupo de expertos y se
vuelve común entre diferentes públicos. Esta perspec-
tiva indica que la comprensión de un fenómeno puede
ser limitada al inicio, cuando la información que aparece
en los medios de comunicación resulta poco familiar;
sin embargo, paulatinamente se logra su entendimiento
al ser integrada por medio de referentes de la vida coti-
diana. Esta apropiación de elementos llamada “anclaje”
es una forma práctica para hacer que lo que al inicio es
extraño pronto se convierta en algo usual. Entonces, el
fenómeno se convierte en un conocimiento común entre
los miembros de un grupo a través del proceso de “obje-
tivación”, fase en la que se le representa por medio de
frases o imágenes que facilitan identificarlo.2
Antonio Peña Aguilar
Reproducción de un ser idéntico:entend imiento púb l i co
clonaciónde la
E l e m e n t o s 7 6 , 2 0 0 9 , p p . 2 5 - 2 9
Peña Aguilar A. Reproducción de un ser idéntico: entendimiento público de la clonación. Elementos 76 (2009) 25-29 w w w . e l e m e n t o s . b u a p . m x
26
Moscovici expuso así, indirectamente, la impor-
tancia de los procesos de selección y representación de
la información en el entendimiento de un fenómeno cien-
tífico. Debido a este tipo de aportaciones, ahora resulta
apropiado tomar en cuenta una serie de elementos invo-
lucrados en esta actividad, entre ellos la importancia
de los conocimientos previos que facilitan asimilar
la información,3 la consideración de redes de significados
propios a cada fenómeno4 e incluso, el papel que juegan
las emociones, los valores y las apreciaciones estéticas
en el entendimiento de un fenómeno.5 Por otra parte, en
lo que respecta al papel que juegan los diferentes tipos
de públicos, se reconoce la capacidad de cada uno para
elaborar una visión propia derivada de la información,
congruente con sus principios y su forma de dar sentido
a lo que suceda en el entorno.6 Dada esta variedad de
puntos, se reconocen entonces la diversidad de audien-
cias, intereses públicos y cuestiones involucradas en el
entendimiento de un tema científico.7
Dentro de este contexto, hace relativamente poco,
Wolfgang Wagner, Nicole Kronberger y Franz Seifert
presentaron una propuesta fundamentada en la teoría
de las representaciones sociales, llamada afronta-
miento simbólico colectivo,8 la cual formula una expli-
cación acerca de cómo la gente entiende la información
científica que aparece en la escena pública reciente-
mente. Para estos autores, el fenómeno inicia cuando
la población ve cuestionados aspectos esenciales para
la vida como la salud o la alimentación (entre otros), lo
cual genera incertidumbre. Esto provoca que las audien-
cias dirijan su atención a los medios masivos de comu-
nicación con el fin de obtener información que les ayude
a reducir la inseguridad percibida. Este tipo de afronta-
miento consiste en diferentes etapas: el reconocimiento
de un fenómeno, su entendimiento en diferentes modos,
la reducción paulatina del número de formas dejando
de fundamentarse en las creencias, para finalmente
apoyarse en mayor medida en el conocimiento cientí-
fico. Desde esta perspectiva, el entendimiento público
de un fenómeno depende de la capacidad colectiva
para explicar un fenómeno con base en un repertorio de
creencias y conocimientos.
eL eStuDio
En las investigaciones sobre el entendimiento público de
la ciencia se han asumido diferentes posturas: evalua-
ción de un tipo de audiencia por medio de encuestas a
la recolección de información entre diferentes públicos
sobre descripciones de procesos que dan sentido a
un fenómeno.9 Partiendo de las propuestas teóricas
mencionadas anteriormente, el objetivo de esta inves-
tigación fue recolectar evidencia acerca del entendi-
miento público de la clonación, a partir del significado
que tuvo este fenómeno en un público no especialista.
Para lograr este propósito, se aplicó un cuestionario en
el que se tuvo la oportunidad de responder ampliamente
a interrogantes acerca del conocimiento sobre la clona-
ción, la forma en la que se lleva a cabo, la posición ante
ella y los usos que se le dan. También se recolectaron
algunos datos sociodemográficos.
El cuestionario fue enviado por correo electrónico
a 253 usuarios de la red. Específicamente, se trató
de los empleados administrativos de una institución de
educación superior de carreras relativas al área de los
negocios, los cuales contaban con cuenta de correo del
corporativo y que utilizaban, junto con el navegador,
por lo menos una vez a la semana. De esta manera, se
incrementó la probabilidad de que el estudio no fuera
realizado entre especialistas en el tema de la clona-
ción. El envío se realizó por internet con el fin de probar
este recurso en el acceso a la información científica.
En este caso, los participantes realizaron otra tarea
vinculada con navegar en la red y seleccionar imágenes A n t o n i o P e ñ a A g u i l a r
© Luz María Genis.
27
de la clonación (aquí sólo se presenta la parte sobre la
comprensión del fenómeno).
Posterior al envío del cuestionario vía correo elec-
trónico, se mandaron recordatorios por el mismo medio
con el fin de motivar la participación. Terminado el
periodo de levantamiento de la información (aproxima-
damente un mes), se recibieron de regreso 52 cuestio-
narios contestados, a cuyos emisores se les consideró
los participantes de la investigación. Se trató de hombres
y mujeres con promedios de 34 años de edad y 18 años
de escolarización (incluyendo formación continúa). A
las respuestas dadas por los participantes, se les aplicó
un análisis de contenido por condensación, el cual se
caracteriza por la concentración de información signi-
ficativa a través de extractos.10 De esta manera, se pudo
tener una aproximación al entendimiento de la clonación
por parte de este público específico, así como al signifi-
cado que le dio al fenómeno, dando así especial énfasis
a la manera en la que se construye socialmente.
eL entenDiMiento De LA CLonACión
Con base en la información recolectada mediante los
cuestionarios, se observó que los participantes conci-
bieron a la clonación como: 1. La reproducción de un
ser idéntico a otro, 2. Realizado por la manipulación de
material genético y 3. Con la intervención de estruc-
turas celulares (los últimos dos puntos fueron referidos
con menor frecuencia). La mayoría de los participantes
mencionó uno, dos o tres de estos elementos. A conti-
nuación se presenta la explicación enviada por un parti-
cipante que incluye las tres instancias mencionadas:
[La clonación] es multiplicar un gen o un adn, para
obtener uno o varios individuos de una célula de otro,
dando por resultado individuos idénticos al original.
Adicionalmente, los par ticipantes mencionaron
información complementaria entre la que destaca que
la clonación funcionará como una opción terapéutica
para curar enfermedades o reproducir órganos, con
los cuales se sustituirán aquellos que estén dañados.
En este sentido, se mencionaron posibles aplicaciones
de este conocimiento, por un lado, con fines terapéuticos
para auxiliar a personas que padezcan enfermedades, y
por el otro, reproductivos, para dar una alternativa a las
parejas que no puedan tener hijos a través del proceso
natural de reproducción.
Reproducción de un ser idéntico...
© Luz María Genis.
28
Otras respuestas dadas por los participantes sobre
la manera en la que se reconoció el fenómeno, hicieron
notable énfasis en las células madre y la mención de
animales –entre ellos la oveja Dolly– recordada como
el primer clon en la historia. Respecto a otros usos de
este conocimiento, se expuso el mejoramiento de las
razas de animales, así como la preservación de espe-
cies en riesgo de extinción; incluso, algunos partici-
pantes aludieron a la posibilidad de emplear la clonación
para reproducir al ganado y con ello poder alimentar a
comunidades de recursos limitados. En este contexto,
la clonación serviría para mejorar la calidad de ciertos
productos como la carne y la leche.
Entre los participantes, el 65 por ciento expresó
estar a favor y ocho por ciento totalmente a favor de
las investigaciones que se realizan sobre la clonación.
Las razones más notables para asumir estas posturas
fueron que las investigaciones representan un gran
avance para la ciencia. Por otro lado, cuando se estuvo
en contra, los argumentos se fundamentaron principal-
mente en el temor a que la clonación sea utilizada para la
reproducción humana y entonces se vincule a prácticas
poco éticas y corruptas. Dado lo anterior, fue interesante
observar que aunque la mayoría de los participantes
estuvo a favor o totalmente a favor, una parte de ellos
mencionó que esta posición continuaría así siempre y
cuando en el futuro se realice la clonación respetando
los principios éticos, con lo cual se espera eliminar los
efectos negativos resultado de su práctica, entre ellos la
reproducción humana indiscriminada, la reproducción
y venta de órganos, e incluso la falta de identidad entre
los individuos nacidos por este medio.
ConCLuSioneS
En esta estrategia de investigación fue necesario contar
con una población definida que además fuese usuaria
de internet. Estos dos criterios fueron cubiertos por los
participantes en esta investigación. Si bien la muestra
no fue representativa de la totalidad de personas que
tienen acceso a la divulgación científica, la información
obtenida resulta de relevancia tanto por los contenidos,
como por la puesta a prueba de la estrategia metodoló-
gica utilizada: la red como medio para invitar a los parti-
cipantes, para recibir los cuestionarios y para buscar
la información que cada encuestado asumió necesaria
para atender a la solicitud del investigador. La ventaja
que representa conocer el punto de vista de un grupo
en particular –lo cual ayuda a establecer una parte del
amplio panorama asociado con el entendimiento público
de la ciencia– también podría percibirse como una limi-
tación en la medida en que quizá solo las personas más
aptas para utilizar el correo electrónico, o más intere-
sadas en el tema, habrían respondido a la solicitud de
información. Por otra parte, dadas las características
sociodemográficas de los participantes (particular-
mente el alto nivel de escolaridad), se contó con una
visión sobre el fenómeno que probablemente no se A n t o n i o P e ñ a A g u i l a r
© Luz María Genis.
29
1 Moscovici S. El Psicoanálisis, su imagen y su público, Huemul, Buenos Aires (1979). Traducción de La psychoanalyse, son image et son public, puf, París (1961).2 Farr R. Common Sense, “Science and Social Representations”. Public Understanding of Science 2 (1993) 189-204.3 Bransford JD, Brown AL y Cocking RR (editores). How People Learn. Brain, Mind, Experience, and School, National Research Council, Estados Unidos (1999). En línea: http://www.nap.edu/openbook/0309065577/html/index.html4 Cobern B. y Aikenhead G. Cultural Aspects of Learning Science. Docu-mento presentado en la Annual Meeting of the National Association for Re-search in Science Teaching, Chicago (1997) 21- 24.5 Hodson D. “Inclusion without Assimilation: Science Education from an Anthropological and Metacognitive Perspective”. Canadian Journal of Science, Mathematics and Technology Education 1 (2001) 161-182.6 Juárez RE. Las chapuzas del lector. Análisis semiótico de la recepción, ite-so, Guadalajara (1992).7 Whitley R. “Knowledge Producers and Knowledge Acquirers” en Shinn T y Whitley R (editores). Expository Science: Forms and Functions of Populari-sation, Reidel, Dordrecht (1985).8 Wagner W, Kronberger N y Seifert F. “Collective symbolic coping with new technology: Knowledge, images and public discourse”. British Journal of Social Psychology 41 (2002) 323-343.9 Wynne B. “Public understanding of science” en Jasanoff S, Markle GE, Petersen JC y Pinch T. Handbook of science and technology studies, Sage, Estados Unidos (1995).10 Kvale S. Interviews. An introduction to qualitative research interviewing, Sage, Newbury Park (1996).11 Farr R. Common Sense, “Science and Social Representations” (obra citada).12 Wagner W, Kronberger N y Seifert F. “Collective symbolic coping with new technology” (obra citada).13 Burns TW, O’Connor DJ y Stocklmayer SM. “Science communication: a con-temporary definition”. Public Understanding of Science 12 (2003) 183-202.
R e f e R e n C i A S
apreciaría de igual manera en otro tipo de público. Otros
estudios con diversos tipos de audiencias y diferentes
estrategias para recolectar la información deberán reali-
zarse para tener referentes más amplios sobre lo que la
clonación significa en la sociedad.
En lo que respecta a los resultados, las audiencias
no especialistas en el tema asociaron la clonación con
la reproducción de un ser idéntico a otro, es decir, una
parte significativa de su asimilación del fenómeno se
fundamenta en esta idea. Por otra parte, “dar forma”
a la clonación significa: representar seres idénticos,
estructuras genético-celulares e incluso a la oveja
Dolly, lo cual quiere decir que con estos elementos
se lleva a cabo el anclaje o materialización del fenó-
meno.11 Adicionalmente, existen otros elementos no
siempre apegados a la información científica que sirven
como referentes colectivos para darle sentido a la clona-
ción. La mención de las células madre ejemplifica este
punto, ya que estrictamente hablando no son parte del
proceso de clonación, sino parte del desarrollo de su
implementación; sin embargo, entre los participantes
pareció adquirir un significado relativo a “estructuras
dadoras de vida”.
Lo anterior puede ser interpretado como muestra
de que los públicos son capaces de reelaborar la infor-
mación que apareció en diversos comunicados a través
de diferentes medios y que se reinterpreta para regular
procesos sociales, entre ellos reducir la incertidumbre,
normalizar lo que es novedoso o intentar tener certeza
sobre las aplicaciones que tendrá la clonación en el
futuro. Tal y como se expone en la teoría del afronta-
miento simbólico colectivo,12 el entendimiento de un
fenómeno (en este caso la clonación) se ve influido por
las inquietudes que genera este conocimiento y los
efectos que podría tener en diversos campos, entre
ellos la salud, la alimentación o la reproducción, con
particular énfasis en el desempeño ético por parte de
aquellos que lo apliquen. Como se podrá ver, se llega así
a una versión heterogénea entre conocimiento y creen-
cias, que en una primera aproximación puede asumirse
como equivocada desde el punto de vista del cono-
cimiento científico, pero que desde la vida cotidiana
puede tomarse como una respuesta al medio social y
a las expectativas generadas. Es así que anclar y obje-
tivar no modifican notablemente las labores científicas,
pero sí dan congruencia a la forma en la que se percibe
la cotidianidad.
La importancia de estudios como el aquí presen-
tado, reside en la identificación de un entramado de
condiciones psicológico-sociales que subyacen al
entendimiento de un fenómeno proveniente del campo
científico. Por un lado, es útil para definir los conoci-
mientos, creencias e intereses particulares entre las
diferentes audiencias, y por otro, es un apoyo para
entender el surgimiento de algunas ideas conside-
radas no apropiadas desde una perspectiva científica.
De esta manera, el conocimiento científico no se carac-
terizará sólo por ser una fuente de nuevos saberes que
amplían el horizonte, sino también como instrumento
para entender lo que sucede en la vida cotidiana.13
Antonio Peña AguilarFacultad de Psicología, unam. e-mail: [email protected]
Reproducción de un ser idéntico...
© Luz María Genis.
31
Los dinosaurios no son una reliquia del pasado, por mucho
tiempo se tuvo la creencia de que estos formidables orga-
nismos se extinguieron a finales del Cretácico. Sin embargo,
un número creciente de fósiles que llenan los huecos del
registro fósil con nuevas evidencias, ahora nos sugieren
que siguen entre nosotros en forma de aves, y estas están
representadas, como lo explicó Perrins en el año 2006, por
más de 9,845 especies que tienen una distribución mundial.
El análisis de los esqueletos encontrados y la compa-
ración con las estructuras óseas de diversos grupos de
reptiles han llevado a proponer varios linajes como los
posibles antecesores de las aves; entre ellos tortugas
(anápsidos), lagartos y cocodrilomorfos (Pseudosuquia
y Sphenosuchidae), diversos arcosaurios y arcosauro-
morfos basales, los pterosaurios o reptiles voladores
del Mesozoico y los dinosaurios Ornithopoda, pero la
balanza se inclina a la evidencia fósil aportada por los
dinosaurios Theropodos.
Francisco J. Jiménez Moreno
E l e m e n t o s 7 6 , 2 0 0 9 , p p . 3 1 - 3 7
la relación evolutiva dinosaurios-aves
Dinosaurios en la actualidad:
Jiménez Moreno F. J. Dinosaurios en la actualidad: la relación evolutiva dinosaurios-aves. Elementos 76 (2009) 31-37 w w w . e l e m e n t o s . b u a p . m x
32
El paleontólogo Alan Charig (Gran Bretaña) fue uno
de los primeros investigadores en explicar el hecho en su
formidable libro A new look at the dinosaurs: “la mayoría
de las personas cree que los dinosaurios tienen escaso
parecido con las aves, también es cierto que un dino-
saurio avestruz (Struthiomimus) tiene cierta similitud
con un avestruz (Struthio camelus), diversos nombres
asignados a diferentes taxones de dinosaurios hacen
alusión a una característica aviar como Ornistisquios
(cadera de ave), Ornitopodo (pata de ave), Ornito-
mimus (imitador de las aves), Avimimus entre muchos
mas. Tanto aves como dinosaurios depositan huevos
en nidadas, estas coincidencias antes mencionadas no
son prueba irrefutable de una relación filogenética.
También es cierto que géneros de dinosaurios como
Caenagnathus y Avimimus fueron confundidos con aves.
La morfología es tal que las primeras icnitas de dino-
saurios encontrada por Pliny Moody, (Massachusetts
Estados Unidos) fueron asignadas a aves gigantes; 60
años después, Edward Drinker Cope las asignó a Thero-
podos. El paleontólogo canadiense Phil Currie indica qué
existen más de 120 características que solo se encuen-
tran en los dinosaurios terópodos y las aves. Reciente-
mente Chiappe argumenta a favor de esta relación y nos
dice que las pruebas que vinculan a las aves con los dino-
saurios, se basan en evidencias, osteológicas, oologicas
(estudio de los huevos), tegumentarias y etológicas.
un iCono en LA hiStoRiA De LA evoLuCión
Uno de los fósiles mas importantes en la historia de la
evolución sin duda es Archaeopteryx, este organismo
causó controversia en el siglo xix, al mostrar la evidencia
de ave más antigua conocida, el primer indicio de esta
especie fue en 1860 con la aparición de una pequeña
pluma de seis centímetros de longitud, poco después
Hermann Von Meyer, informó de la aparición de un
esqueleto, el cual carecía de cabeza, fue el paleontó-
logo inglés Richard Owen quien se encargó de hacer la
meticulosa descripción del fósil y lo nombró: Archaeop-
teryx lithographica, en 1877 apareció otro esqueleto
pero este tenía cabeza y presentaba dientes colocados
en alveolos. A partir de entonces han aparecido otros,
los cuales son llamados coloquialmente los Archaeop-
teryx de Londres, Berlín, Maxberg, Teyler, Eichtatt y
recientemente el de Termopolis, con este último suman
ya diez esqueletos hasta ahora reportados, cada uno de
estos fósiles fueron descubiertos en las calizas de grano
fino de las ciudades de Eichtatt y Solnhofen al sur de
Alemania en yacimientos propios de Jurasico superior.
En 1992 apareció una nueva especie A. bavarica, Currie
menciona que son tan pocas las características que
distinguen a los terópodos de Archaeopteryx, que dos
esqueletos, los cuales no presentaban plumas fueron
confundidos como pertenecientes al dinosaurio sauris-
quio terópodo Compsognathus longipes, refiriéndose
en concreto a los especímenes de Eichtatt (1951) y el de
Solhofen (1987).
eL nACiMiento De unA teoRíA
Durante el siglo xix, Thomas Henry Huxley (1825-1895),
defensor de Darwin y la teoría de la evolución, fue el
primero en denotar una relación entre los dinosau-
rios y las aves. A partir de 1868, Huxley reiteró su punto
de vista en varios trabajos publicados como “On the F r A n c i s c o J . J i m é n e z M o r e n o
© Luz María Genis.
33
animals which are most nearly intermediate between
the dinosaurian reptiles and birds” y “Further evidence of
the affinity between the dinosaurian reptiles and birds”.
Basándose en patrones paleoosteológicos similares
entre Megalosaurus y Archaeopteryx, en esta obra dio
una detallada descripción de su anatomía, enfatizando
sus aspectos transaccionales y convirtiéndolos en
un buen ejemplo de la teoría de la evolución; sus meti-
culosas investigaciones revelaron que Archaeopteryx
era notablemente semejante a un dinosaurio. En 1869
Huxley propuso a la sociedad geológica en Londres,
eliminar el término dinosaurio (lagartos terribles)
propuesto por Richard Owen en 1842, y cambiarlo por
el de ornitoscélidos (piernas de aves); su propuesta,
sin embargo, fue rechazada. Los hallazgos de Huxley lo
hicieron proponer a los dinosaurios como antecesores
de las aves, y esta propuesta causó un gran debate pues
aunque encontró apoyo en Marhs y Samuel Williston
y otros paleontólogos famosos de su época como
Harry Govier Seeley (creador de los órdenes Saurisquia
y Ornistisquia) se argumentaba que las semejanzas se
debían a una mera convergencia evolutiva, por tanto esta
idea revolucionaria fue abandonada en su momento y por
los siguientes 50 años.
eL DebAte
A principios del siglo xx el paleontólogo danés Gerhard
Heilmann (1859-1946), en su libro publicado en 1916
Vor Nuvaerende Viden om Fuglenes Afstamning, tradu-
cido al inglés en 1926 como The origin of birds, denota
el extraordinario parecido entre los dinosaurios teró-
podos y las aves. El libro abordó varios temas: anatomía,
embriología, músculos, pterylosis y otros tantos apar-
tados. A pesar de ello, y como firme seguidor de la Ley de
Dollo que plantea que la evolución no es reversible, Heil-
mann explica entonces: los dinosaurios–coelurosaurios
al carecer de la fúrcula simplemente no podrían ser ante-
cesores de estos vertebrados voladores, no importando
las repetidas similitudes, dando a entender que el pare-
cido se debe a mera convergencia evolutiva. Propone
entonces otro grupo de arcosaurios como antecesores
de las aves, los tecodontos pseudosuquianos, y propuso
al género Ornithosuchus o Euparkeria del Triásico supe-
rior como el organismo idóneo; dicha teoría no era nueva
y se responsabiliza de ella al paleontólogo sudafricano
Robert Broom, quien en 1913, descubrió en los ricos
depósitos de África del sur a Euparkeria capensis, orga-
nismo que vivió hace aproximadamente 245 millones
de años en el piso Anisiano del Triásico inferior; según
él, no solo dio origen a las aves sino también a reptiles
ulteriores. Este paradigma apoyado por Heilmann se
mantuvo hasta la segunda mitad de la década de los
sesentas. En la actualidad la evidencia osteológica en
dinosaurios ha demostrado la presencia de fúrcula; esta
estructura ha sido hallada en diversos dinosaurios teró-
podos, como el reportado por Charles Lewis Camp en
Segisaurus (Coelophisidae) en 1936 y por Henry Fair-
field Osborn en Oviraptor (Oviraptoridae) en 1924 como
lo reporta Ostrom en 1973. Un fósil hallado en Mongolia,
asignado a Velociraptor mongolensis, (Dromaeosau-
ridae) presentado y estudiado por Mark Norell tiene una
clara fúrcula fusionada. Con estas pruebas óseas se da
por terminado el debate de que los dinosaurios no podían
ser antecesores de las aves porque no tenían fúrcula;
por ello, con estos fósiles, se hace más estrecha la rela-
ción dinosaurios-aves. Actualmente se sabe que la
presencia de la fúrcula es un carácter compartido deri-
vado (sinapomorfia) de un grupo de dinosaurios denomi-
nados tetanuros (cola rígida) que incluye desde géneros
Dinosaurios en la ac tualidad. . .
© Luz María Genis.
34
como Allosaurus, Velociraptor, Archaeopterix, hasta las
aves neornithes.
eL RenACiMiento De LoS DinoSAuRioS
En 1964 John Ostrom, profesor de la Universidad de
Yale, descubrió al dinosaurio terópodo dromeosaurido
Deinonychus antirropus en los depósitos de Montana;
basándose en el esqueleto formuló la teoría de que los
dinosaurios eran organismos ágiles, rápidos e inteli-
gentes, y por si fuera poco hace notar la posible endo-
termia de los dinosaurios. Tal idea tuvo un fuerte impacto
en los círculos académicos y posteriormente en la idea
popular sobre los dinosaurios, que llevaron a lo que se ha
denominado como “renacimiento de los dinosaurios”. El
abandono de los prejuicios y la avalancha de descubri-
mientos que le continuaron hicieron cambiar el método
de estudio de los dinosaurios para siempre.
En 1970, Peter Galton sugirió que los parientes más
cercanos a las aves eran los dinosaurios ornitisquios
(cadera de ave), idea propuesta originalmente por Heil-
mann; sin embargo, la forma de la cadera no tiene una
relación ancestro–descendiente como lo dijo Norman
en 1985. Pero a pesar de las evidencias, el origen
tecodonto de las aves seguía vigente debido a la poca
evidencia fosilífera.
eL DeSPeRtAR De unA teoRíA
En 1972 el doctor Alick Walker (1925-1999), de
Newcastle, propuso la idea de que las aves modernas
tienen varias características en común con Sphe-
nosuchus, un arcosaurio del Triásico parecido al
cocodrilo; Walker proponía que las aves habían evolu-
cionado a partir de un grupo de arcosaurios primitivos
de complexión ligera, los cuales se habían vuelto arbo-
rícolas, mientras otros se hicieron anfibios dando
origen a los cocodrilos. La propuesta de Walker tuvo una
respuesta inmediata: En 1973, John Ostrom respondió
un artículo publicado en la revista Nature bajo el nombre
“The ancestry of birds”, indicando pruebas osteológicas
de la relación dinosaurios-aves; Ostrom escribe: “el
esqueleto de Archaeopterix, es extremadamente seme-
jante al de un dinosaurio coelurosaurio, nada parecido
a un cocodriliano y tampoco a un tecodonto” de igual
forma enumera por lo menos 20 características morfo-
lógicas presentes en aves y dinosaurios; su trabajo
causó gran controversia reviviendo la idea original de
Huxley. Ostrom enumeró las siguientes características:
columna vertebral, vértebras torácicas con pleurocelos,
diez vértebras cervicales y doce o quince torácicas,
dígitos de la extremidad anterior presentados por los
dedos i, ii y iii, carpo en forma de media luna, forma del
húmero, presencia de escápula, coracoides subrectan-
gular fusionado con la escápula, extremidades poste-
riores con cuatro dedos, el quinto dedo reducido, hallux
reversible, forma del fémur, forma del ilium, forma del
pubis, cavidad acetabular abierta.
A pesar de su detallado trabajo, Ostrom no especi-
fica el taxón o grupo de dinosaurios con el que las aves
están directamente emparentadas, y los trabajos de
análisis cladísticos aparecerían hasta la década de los
ochenta. Apoyando esta teoría, pero de forma indepen-
diente, Robert Bakker y Peter Galton publican en 1974, en
la revista Nature, un artículo titulado “Dinosaur mono-
phyly and a new class of vertebrates” en el que proponen
© Luz María Genis.
F r A n c i s c o J . J i m é n e z M o r e n o
35
la creación de la clase Dinosauria la cual tendría a las
subclases saurisquios, aves y ornistisquios; según
los autores, esta nueva clasificación denotaría mejor
la filogenia de los grupos, ya que los reptiles ectotér-
micos estarían separados de los grupos endotérmicos:
mamíferos y dinosaurios (incluidas la aves). Desde
ese momento hasta el día de hoy cada vez es mayor el
número de científicos que incluyen a las aves dentro de
los dinosaurios; no por ello la propuesta es aceptada por
todos, pero con el tiempo el registro fósil ha demostrado
los vínculos cercanos de estos grupos. Chiappe, en su
excelente artículo del 2003 “Emplumando dinosau-
rios: la transición evolutiva de terópodos a aves” señala
otras características que vinculan a estos organismos,
por ejemplo, la presencia de restos de recesos timpá-
nicos rostrales, dorsales y caudales (áreas neuma-
tizadas contenidas dentro de los huesos que rodean la
cavidad ótica), miembros anteriores cuya longitud es
superior a la mitad de la longitud de los miembros poste-
riores, hueso carpal en forma de media luna, un fémur
con solo un débil cuarto trocánter (el punto de inserción
de la musculatura caudo–femoral).
unA nuevA eRA
La evidencia no solo se basa en las características
óseas; la etología (estudio del comportamiento animal)
ha revelado importantes pruebas como la encontrada
en los fósiles de dinosaurios oviraptoridos como Citipati
osmolskae, descrito por Norell y Clark (2001); este dino-
saurio fue encontrado en posición de “empollamiento”:
el organismo se encontraba sobre la nidada con los
brazos extendidos dando evidencia indirecta de que
los brazos se encontraban emplumados; dicha posi-
ción solo es conocida en aves actuales. En 1997 David
Varrichio y colaboradores describen en Nature los
restos de un terópodo americano (Troodon formosus)
sobre un nido con cinco huevos; por si fuera poco, el
paleontólogo chino Xing Xu, describe el esqueleto de un
pequeño troodontido de la formación Yixian. En China
dicho fósil se denomina Mei long (dragón dormido); el
cuerpo descansa sobre las patas traseras mientras las
patas anteriores se hayan plegadas, el cuello se pliega
sobre la espalda como en posición de descanso de una
ave actual. La evidencia oológica que sustenta la rela-
ción dinosaurios-aves es la presencia de una cáscara
estratificada en el cascarón de ambos grupos; las aves
en sus huevos presentan tres capas de conformación,
los dinosaurios dos y los reptiles, en general, tan solo
una, por tanto, estos últimos están menos relacionados
con las aves.
Las evidencias tegumentarias también aportan
fuertes argumentos para entender la relación dinosau-
rios-aves. En la actualidad solo las aves tienen plumas,
pero esto no fue siempre de esta manera, ya que desde
1996 se ha encontrado un número creciente de dinosau-
rios emplumados. Si bien con anterioridad ya se intuía la
presencia de plumas, fue hasta ese año cuando se tuvo
la evidencia fósil la cual fue hallada principalmente en la
provincia de Liaoning, China: en octubre de 1996, el
profesor Chen Pei-ji, del Instituto de Geología y Paleon-
tología de Naijing, presentó en la Reunión Anual de la
Sociedad de Paleontólogos de Vertebrados, un fósil
de dinosaurio terópodo de tipo coelurosaurio, el cual
tenía el lomo y la cola cubiertos por estructuras seme-
jantes a plumas filamentosas; el fósil y nombrado en
Dinosaurios en la ac tualidad. . .
© Luz María Genis.
36
1997 Sinosauropterix prima. En 1998 se dan a conocer
otros dos dinosaurios bípedos, terópodos maniraptores
emplumados, descubiertos en China: Protarchaeop-
terix robusta y Caudipterix zoui. Un año después apare-
cieron otros dinosaurios emplumados en la misma
provincia, el primero fue descrito por Xu, Tang y Wang
y fue nombrado Beipiosaurus inexpectus; además de
las estructuras tegumentarias, es relevante el hecho de
que este espécimen es el dinosaurio terópodo therizi-
nosaurio más grande encontrado en esta área, como lo
denotan Xu y colaboradores (1999); el segundo fue el
Sinornithosaurus millenii, que medía aproximadamente
1.3 metros de longitud; sus brazos y manos eran propor-
cionalmente muy largos; tenía dientes en forma de daga
y una cola rígida, y la capa tegumentaria (protoplumas)
que cubría su piel constaba de dos tipos de estruc-
turas: fibras simples organizadas en haces, y plumas
con un eje central y barbas, pero sin las bárbulas de las
plumas más evolucionadas. Para el año 2000, otra vez
Xu describe un dinosaurio dromeosáurido singular al
que denomina Microraptor zhaoianus. Este organismo,
según el autor, es tan pequeño como Archaeopteryx,
apoya la teoría de que los dinosaurios redujeron su
tamaño para poder volar. Hasta ese momento los dino-
saurios emplumados eran más grandes que las aves
voladoras, pero este dinosaurio emplumado de apenas
77 centímetros de longitud, fue sorprendente debido
a que presenta dos pares de alas con plumas asimé-
tricas por lo que se considera que podía volar. Según
varios autores, la función de estas plumas en dinosau-
rios emplumados era actuar como aislante térmico.
Actualmente se discute si presentaban una patrón
de coloración; en algunos dinosaurios se observan
grandes plumas a manera de penachos en la cabeza,
o abanicos en la cola como en Caudipteri; por si fuera
poco quizás denotarían dimorfismo sexual. Otros dino-
saurios emplumados son Epidendrosaurus ningchen-
gensis, Cryptovolans, Scansoripteryx, Sinovenator
changüí, Incisivosaurus gauthieri (2002), Microraptor
gui, Yixiannosaurus (2003), Dilong (2004), Pedo-
penna y Jinfengopteryx (2005), entre otros. También el
famoso Velociraptor tenía plumas, como lo demuestra
el hallazgo realizado en 2007 por Turner y colaboradores
en Velociraptor mongolensis, un dromeosaurio común
del Campaniano encontrado en la formacion Djadokhta,
Mongolia. En este ejemplar se encontraron en el ante-
brazo 18 papilas plumosas de inserción.
En el año 2000, Rusell y Fisher realizaron análisis de
tomografía computarizada, y revelaron una compresión
de ferrosa en la región del pecho de un dinosaurio ornis-
tisquio (Theceslosaurus neglectus), así como la pre-
sencia de un corazón tetracavitario. Debemos señalar
que los dinosaurios, aves y cocodrilos pertenecen al
grupo arcosauria (reptiles predominantes), y esta carac-
terística nos puede indicar una alta tasa metabólica
como ocurre en mamíferos y aves. En 2005, la investi-
gadora norteamericana Mary H. Schweitzer de la Univer-
sidad Estatal de Carolina del Norte, encontró evidencia
de hueso medular en un fémur de T. rex; dicho descubri-
miento apoya más la teoría, pues solo las aves presentan
este tipo de hueso al momento de colocar su nidada;
además, se pudo determinar el sexo del T. rex, pues las
hembras producen este tipo de hueso.
Con base en estudios de fósiles, Peter L. Larson
propone la presencia de forámenes neumáticos, en
Archaeopteryx, terópodos y saurópodos. Patrick O’Connor
plantea que los grandes terópodos poseían un sistema
© Luz María Genis.F r A n c i s c o J . J i m é n e z M o r e n o
37
de sacos aéreos similar al que se encuentra en las aves
modernas. Por su parte, Paul Sereno menciona la pre-
sencia de estas estructuras en Aerosteon riocolora-
densis, dinosaurio therópodo reportado en 2008 y
encontrado en rocas del Cretácico Superior en Argentina.
Los nuevos estudios basados no solo en caracteres
morfológicos, sino oológicos, tegumentarios e inclusive
etológicos refuerzan la teoría de que existe una clara rela-
ción evolutiva entre los dinosaurios y las aves.
La sistemática cladista aplicada a la relación dinosau-
rios-aves en la década del ochenta por Padian, Gauthier,
Benton, Sereno, entre muchos más, ha propuesto a la
familia Dromeosauridae (Deynonychus, Velociraptor,
Dromeosaurus Sinornithosaurus, etcétera) como grupo
hermano de las aves, y por tanto se considera que las aves
son dinosaurios-saurisquios-terópodos, y en conjunto
las aves y los dromeosáuridos forman el clado mani-
raptora. El cladismo apoya este vínculo de la siguiente
manera: de acuerdo a la adquisición de las caracterís-
ticas avianas, el análisis refleja los nodos Theropoda-Te-
tanurae-Coelurosauria-Maniraptora y aves, definiendo
el clado Theropoda por la presencia de tres dedos en los
piesfuncionales; tetanuros por la presencia de clavículas
fusionadas formando una fúrcula, y las extremidades
anteriores con tres dedos. Este grupo de dinosaurios
carnívoros está representado por géneros como Cryo-
lophosarus, Allosaurus, entre otros, que caminaban
sobre los tres dedos de los pies y su progresión es de tipo
mesaxónica (de los dedos ii, iii y iv, el tercero es el principal
en la locomoción) con organismos cursoriales y subcur-
soriales. El clado Maniraptora se define por la presencia
del carpal en forma semilunar y, además, por caracte-
rísticas particulares en la escápula y el coracoides, y
por el hecho de que el esternón se osifica formando una
placa rígida. Finalmente, el clado aves se define por la
presencia del primer dedo del pie invertido y seis vérte-
bras caudales, dando claras pistas de la relación filoge-
nética de los mismos.
El paradigma de que los dinosaurios se extinguieron
en el límite Cretácico–Terciario está siendo cuestio-
nado, pues se considera que los dinosaurios avianos
nos acompañan en la actualidad y les denominamos
aves. Nuevas pruebas fósiles en futuro nos ayudarán a
entender mejor la relación evolutiva entre los dinosau-
rios y las aves.
Francisco Javier Jiménez Moreno.Escuela de Biología, buap.e-mail: [email protected]
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University press, usa. (1999).2 Chiappe LM; Vargas A. Emplumando dinosaurios, la transición evolutiva
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tary structures from China”. Nature (1999) 399: 350-354.21 Xing X, Wang XL y Wu XC. ”A dromaeosaurid dinosaur with a filamen-
tous integument from the Yixian Formation of China”. Nature (1999) 401:
262-266.22 Xing X, Zhou Z y Wang X, ”The smallest known non-avian theropod dino-
saur”. Nature (2000)408: 705-708.
b i b L i o g R A f í A
Dinosaurios en la ac tualidad. . .
© Luz María Genis.
39
El descubrimiento de la estructura del ácido desoxirribonu-
cleico (adn) en 1953 y la demostración de que esta molécula
constituye la clave de la herencia en los organismos abrió
la puerta a numerosas aplicaciones, todas ellas excitantes
y prometedoras: desde controlar enfermedades de origen
genético hasta modificar la constitución y características
de los organismos vivos. Sin embargo, desde el origen de
la vida, ha existido otro actor tanto o más importante e
intrincado, a quien todavía no podemos acabar de desci-
frar: el ácido ribonucleico o arn. Esta molécula participa en
el proceso global de mantenimiento y decodificación de la
información almacenada en el adn, pero es capaz además
de realizar complejos mecanismos que contribuyen a
regular la expresión de dicha información. Los descubri-
mientos realizados en los últimos años han generado un
cambio drástico de nuestra visión referente a las funciones
del arn en la célula, pues aunque primero se le reconoció
como un intermediario para la transmisión de la informa-
ción genética y un adaptador necesario para la síntesis de
proteínas, ahora sabemos que es el reservorio del genoma
en algunos virus y retrovirus, que puede catalizar ciertas
reacciones químicas y que además tiene un papel impor-
tante y decisivo en la regulación de la expresión de genes.1
Avances en la era ribonuclearOliver K. Reyes Hernández Jesús Muñoz Rojas Candelario
Vázquez CruzRebeca D. Martínez Contreras
© Luz María Genis.
E l e m e n t o s 7 6 , 2 0 0 9 , p p . 3 9 - 4 5
Reyes O. Muñoz J. Vázquez C. Martínez R. Avances enla era ribonuclear. Elementos 76 (2009) 39-45 w w w . e l e m e n t o s . b u a p . m x
40
Han pasado ya más de 50 años desde el inicio de la
era genética y aún tenemos muchas cuestiones cien-
tíficas, filosóficas y éticas por resolver. Aunque la era
ribonuclear nos ayude a explicar parte de nuestras fasci-
nantes dudas genómicas, lo más probable es que, como
siempre, nos herede más preguntas que respuestas.
SeMejAnteS PeRo DifeRenteS
Desde el inicio de la era genética se estableció la ruta
por la que fluye la información, la cual se conoció como
el dogma central de la biología molecular y es relati-
vamente simple: en las células procariontes o euca-
riontes el adn original de una célula es copiado en una
nueva molécula de adn (a este proceso se le llama repli-
cación). Esta copia sirve de molde para generar molé-
culas de arn (transcripción) a partir de las cuales se
fabrican las proteínas (traducción). Dichos productos
proteicos cumplen con funciones específicas para
la célula (Fig. 1). La secuencia específica de cada gen
corresponde a una pequeña porción del adn total de un
genoma y corresponde a la información necesaria para
producir una proteína en particular; así, un gen deter-
minado codifica para cierta proteína correspondiente.
El concepto de secuencia de un gen se refiere al arreglo
lineal de cuatro moléculas (a, c, g, t) que se aparean
en forma específica y universal conformando un polí-
mero de adn. A diferencia de éste, el arn presenta u en
vez de t, y mientras el azúcar que conforma al adn es
desoxirribosa, el arn contiene una molécula del azúcar
llamado ribosa, el cual presenta un ligero cambio en
su estructura que le confiere mucha más reactividad.
Finalmente, el adn se arregla espacialmente en forma
de doble cadena, mientras que el arn está conformado
por una sola hebra, lo cual le otorga una enorme versati-
lidad al permitirle interactuar con un sinfín de moléculas.
Estas diferencias mínimas explican en parte por qué las
funciones realizadas por ambas moléculas pueden ser
tan distintas. A continuación se presentan las princi-
pales observaciones que convirtieron al arn de simple
mensajero en regulador clave de la expresión de la infor-
mación genética.
eL ARn y eL SeCReto De LA DiveRSiDAD
Cuando se publicaron los resultados del Proyecto del
Genoma Humano, los datos producidos fueron sorpren-
dentes. Con apenas 25 mil genes codificados no se
podía explicar la inmensa variedad de proteínas celulares
presentes en el ser humano, que supera a ese número.
Resultaba evidente que la información genética debía ser
más compleja y por tanto, lo que faltaba para descifrar el
mensaje debería ser buscado en otra parte. Es un hecho
que la porción de adn con información para proteínas
representa el dos por ciento del total en los cromosomas
humanos. Entonces, ¿para qué conservamos en nues-
tras células el 98 por ciento restante? Inicialmente se
pensó que esa porción mayoritaria de adn para la que
todavía no se había encontrado una función específica
se podría considerar "chatarra" evolutiva debido a que la
complejidad de los organismos no correlacionaba con
el tamaño de su genoma. Por ejemplo, hay anfibios que
contienen cinco veces más la cantidad de adn que existe
en los mamíferos; y aunque resulte increíble, algunas
amibas cuentan con mil veces más. Durante décadas se
pensó que semejante complejidad debería ser necesaria
para contar con un mayor número de genes codifica-
Figura 1. Antiguo dogma Central de la Biología Molecular. En la parte superior se muestra el planteamiento inicial en donde el adn original es copiado en una nueva molécula de adn, el cual serviría como plantilla para la síntesis de una molécula de arn la cual a su vez dará origen a una proteína. Abajo se muestra que aunque las bases de este modelo se mantienen, recientemente se han descu-bierto eventos de maduración que involucran al arn y que son cla-ve para la diversidad y regulación genética.
o l i v e r K . R e y e s H e r n á n d e z
ADN
ADN
Maduración ProteínaSplicingSilenciamiento
ARN
ARN
Proteína
Replicación
Replicación Replicación
Transcripción
Transcripción
Traducción
Transcripciónreversa
Traducción
41
dores de proteínas. Tras la secuenciación del genoma de
diversas especies, sabemos ya que no existe tal correla-
ción entre la complejidad del organismo y el número de
genes. Prueba de ello lo constituye el gusano Caenor-
habditis elegans, que consta sólo de unas mil células,
contiene unos 19 mil genes codificadores de proteínas,
aproximadamente 50 por ciento más que la mosca de la
fruta (13 mil 500) y casi tantos como los humanos (alre-
dedor de 25 mil). La conclusión lógica a partir de tales
números es que puede existir una relación directa entre
la complejidad del organismo y la cantidad de secuen-
cias de adn no codificantes. ¿Qué pensar entonces
si la mayor parte del genoma humano se transcribe en
arn, pero sólo el 1.5 por ciento determina proteínas?
Como ya mencionamos, originalmente se pensó que el
genoma humano estaba repleto de transcripción inútil,
aunque otra opción era que esos arn no codificadores
cumplieran con alguna función desconocida. Esta idea
fue avalada por diferentes resultados experimentales,
sugiriendo que, en los organismos complejos (como la
mayoría de los mamíferos) muchos genes no generan
proteínas, pero sí producen arns con funciones regu-
ladoras. Según esta hipótesis, tales secuencias de arn
contienen información de suma importancia para el
desarrollo y la evolución.
Lo que Se eSConDe en eL genoMA
En 1977 se produjo un descubrimiento que dio la primera
señal de que existían espacios por llenar en el “viejo
dogma central de la biología molecular”.2 Phillip A. Sharp
del Instituto de Tecnología de Massachusetts, y Richard J.
Roberts de New England Biolabs, cada uno por su cuenta
y con la ayuda de sus respectivos equipos de trabajo,
demostraron que los genes de organismos complejos
(eucariontes) presentaban bloques de secuencias de
adn codificantes para fragmentos de proteínas (a los
que llamaron exones) interrumpidos por secuencias
intermedias de adn, a menudo extensas, que no codi-
fican proteínas. A estas regiones no codificantes se les
llamó intrones. Experimentos posteriores sirvieron para
demostrar que estando en el núcleo de cada célula, los
genes se transcriben en arn; a continuación, el arn intró-
nico se elimina del transcrito primario y el arn exónico se
© Luz María Genis.
A v a n c e s e n l a e r a r i b o n u c l e a r
42
empalma para generar el arn mensajero (arnm). Una vez
alineadas las secuencias codificantes, el arnm puede
salir del núcleo celular y traducirse a proteína.
Pero si los intrones no codifican proteínas, entonces
¿por qué abundan en los organismos complejos y esca-
sean en los organismos simples? Aunque los intrones
constituyen el 95 por ciento o más del genoma humano,
habían sido considerados material redundante, restos
ancestrales de un tiempo anterior a la evolución de la
vida, cuando fragmentos codificadores de proteínas se
ensamblaron de forma tosca para constituir los primeros
genes. Se pensó que quizá los intrones sobrevivieron
en los organismos complejos porque desempeñaban
una función secundaria, mientras que la ausencia de
intrones en los sistemas simples obedecía a las intensas
presiones competitivas del entorno microbiano; por lo
que la evolución habría eliminado a los intrones por
inútiles. La evidencia experimental generada en los
últimos años ha demostrado que las cosas no ocurrieron
así. Cuando se comparan porciones de adn entre
distintas especies, se llega a la conclusión de que más de
mil segmentos presentan cambios mínimos (llamados
mutaciones), indicando que estas secuencias podrían
contribuir a la adecuación evolutiva de las mismas. El
20 por ciento de dichos cambios se encuentra dentro
de las porciones de adn que codifican para proteínas,
el 66 por ciento se observa en intrones y el resto está
disperso en el adn no codificante que aparece entre los
genes (regiones intergénicas). Estos datos, aunados
a diferentes observaciones experimentales, indicaron
que las alteraciones de la información genética no codi-
ficante tenían implicaciones relevantes y podían llevar a
la generación de proteínas defectuosas. Así se explicó
– por ejemplo– cómo diferentes mutaciones ubicadas en
regiones no codificantes correlacionaban con la apari-
ción de determinadas enfermedades humanas.
RoMPienDo DogMAS: MoLéCuLAS De ARn
Con ACtiviDAD CAtALítiCA
Desde mediados del siglo xix comenzó el estudio de cata-
lizadores biológicos con los “fermentos” descritos por
Louis Pasteur y que correspondían a agentes presentes en
las levaduras que convertían azúcar en alcohol. Posterior-
mente, el estudio de estas y otras moléculas convertidoras
llevó en 1926 a la purificación de la primera enzima, la
ureasa, encontrando que estaba compuesta por material
proteico. Los cientos de enzimas purificadas y analizadas
desde entonces resultaron ser de naturaleza proteica, por
lo que se concluyó que todas las enzimas eran proteínas.
Dicha conclusión pareció cambiar cuando en 1982,
en el laboratorio de Thomas Cech, estudiando el proce-
samiento de arn en un protozoario ciliado Tetrahymena
thermophila se observó que la eliminación de un intrón
era autocatalítica ¡El arn se cortaba a sí mismo sin
ayuda de un catalizador proteico! Paralelamente, en el
laboratorio de Sidney Altman se investigaban las propie-
dades de la enzima ribonucleasa p, que se encuentra en
todos los organismos, la cual consta de una proteína y
una molécula de arn. Sorprendentemente, la porción
de arn resultó suficiente para cortar otras cadenas de
arn, por lo cual a estas moléculas se les llamó ribo-
zimas (Fig. 2A). En 1989 se les otorgó a Cech y a Altman
el premio Nobel por el descubrimiento de estos cataliza-
dores biológicos no proteicos. Actualmente se diseñan
ribozimas para cortar determinado arn con fines tera-
péuticos, copiando la estructura y características de
las ribozimas naturales conocidas. Se ha pensado que
la función que cumplen estas ribozimas puede ser apli-
cada en varios problemas médicos, como el cáncer
y el sida, teniendo en cuenta que si la molécula de arn
G G G
G G
G
GG
U
U
U
UU
G
G G
G GG G G G G
AA
AA
A
A
A
A
A
C C
C
CC C
CC C
C
C
CC
C
Sustrato
A)
B)3’
3’
5’
5’
5’
5’Sitio deanclaje
Encendido
Apagado
Metabolito
Figura 2. Algunas funciones del arn. A) Esquema de una ribozima. Se indica el sitio de anclaje al sustrato, el cual es característico de cualquier enzima convencional. (Modificada de 7). B) Funciona-miento de un ribo–interruptor. En ausencia del metabolito, el in-terruptor mantiene activa la señal (estrella verde) para la síntesis de una proteína dada. Por el contrario, cuando este arn no se en-cuentra unido al metabolito, cambia de conformación, con lo que se bloquea la síntesis de la proteína (estrella roja) y el interruptor se mantiene apagado. (Modificada de 8).
o l i v e r K . R e y e s H e r n á n d e z
43
es cortada antes de ser traducida a proteína, nunca se
obtendrá un producto defectuoso.
LoS Ribo-inteRRuPtoReS
Otra manera en la que moléculas de arn participan en
procesos de regulación de la expresión genética lo cons-
tituyen los llamados “ribo–interruptores” (del inglés,
riboswitches) que actúan como interruptores genéticos
de precisión. En la mayoría de los ejemplos descritos
hasta el momento, estos interruptores se encuentran
en porciones de adn no codificantes, que al ser trans-
critos generan una molécula de arn capaz de acoplarse
a una molécula específica. Generalmente, en ausencia
de esta molécula reguladora, el arn mensajero produ-
cirá el producto correspondiente de manera perma-
nente. Sin embargo, la abundancia del regulador puede
generar un cambio en el arreglo espacial que tome el
interruptor, ocasionando que se “apague” la expre-
sión del producto, contribuyendo a la regulación fina de
dicha expresión (Fig. 2B). Diversas bacterias, hongos y
plantas cuentan con ribo–interruptores que responden
a ciertas vitaminas para regular la expresión de algunos
genes. Un ejemplo lo constituye la vitamina b1 (tiamina),
la cual es necesaria para muchas actividades impor-
tantes en el metabolismo celular y que mediante este
mecanismo puede regular la expresión del dos por ciento
de los genes de la bacteria Bacillus subtilis. Estos inte-
rruptores han sido encontrados en especies de todos los
reinos vivientes y quizá deriven de un ancestro común
muy antiguo. En años recientes se ha descrito además
que esta actividad no se circunscribe únicamente a vita-
minas, sino que se extiende a otras biomoléculas de dife-
rentes clases.
eL ARn CoMo nuevo ACtoR PRinCiPAL
en LA eRA genóMiCA
Los investigadores han comenzado a prestar más aten-
ción a las moléculas de arn y les han encontrado cada
vez más funciones. La posibilidad de diferentes inte-
racciones vuelve a ser el centro de la escena: arn–arn,
arn–adn, arn–proteína, arn–moléculas pequeñas.
En general, las interacciones moleculares entre ácidos
nucleicos ocurren cuando una molécula de arn se
encuentra con otra molécula de adn o arn que posea
una secuencia de bases complementaria, lo que les
permite interactuar para formar una estructura de
cadena doble. En el caso de las proteínas, éstas pueden
interactuar con una molécula de arn por complementa-
riedad de estructura, más que de secuencia, en forma
semejante a como una llave se acopla a su cerradura.
Todas las interacciones mencionadas han sido docu-
mentadas en diferentes organismos, con implicaciones
funcionales relevantes; algunos ejemplos se consideran
a continuación.
Figura 3. Esquema que representa los mecanismos de heren-cia en la hipoplasia del cartílago piloso. La mutación de una sola base en la molécula de arn puede ocasionar una vida bre-ve y con estatura corta cuando la mutación se recibe de ambos padres (rr). Cuando la mutación se recibe únicamente de uno de los progenitores, los hijos pueden llevar una vida sana y con estatura promedio (rr).
RR
rR Rr
Hijos enfermos=
(1 de cada 4= 25%)
Hijos portadores de gen normal=
(2 de cada 4= 50%)
Hijos sanos=
(1 de cada 4= 25%)
rr
Madre portadora que no expresa la enfermedad
Padre portador que no expresa la enfermedad
R= Gen normalr= Gen anormal
R r
RR rR RrHijos= rr
R r
geneS no ConvenCionALeS y eL PoDeR DeL SiLenCio
El hecho de que el 98 por ciento del adn contenido en el
genoma no sea codificante, no lo convierte en inservible.
En este sentido, cada vez aparecen más genes que no
codifican para una proteína y, en su lugar, dan origen a
arns activos, incluyendo variantes que pueden regular la
abundancia o la función de los genes codificantes.
Un ejemplo de la importancia de ciertos tipos particu-
lares de arn, lo tenemos en la enfermedad conocida
como hipoplasia del cartílago piloso (chh, cartilage
hair hypoplasia), una enfermedad recesiva identificada
A v a n c e s e n l a e r a r i b o n u c l e a r
44
por primera vez entre la población Amish. Uno de cada
19 individuos de esta comunidad lleva una copia defec-
tuosa del gen, que causa un tipo inusual de enanismo, en
el que las personas no solamente son de estatura corta,
sino que presentan alta propensión a cáncer y desór-
denes inmunológicos. En 2001 se identificó al culpable
de esta enfermedad, un gen codificante solamente
para arn, llamado rmrp. El arn transcrito por este gen
es capaz de interactuar con proteínas para formar una
enzima que altera la función mitocondrial. Un cambio
en solamente una base de este arn, puede significar la
diferencia entre una vida sana, con estatura normal, o
una vida breve (si es que se recibe la misma mutación de
ambos padres) y con estatura corta3 (Fig. 3).
Otra proteína muy importante que tiene que interac-
tuar con una molécula de arn para poder cumplir con su
función normal es la telomerasa. Esta enzima tiene un
papel relevante por varios motivos científicos y prác-
ticos; uno de ellos es que se encarga de copiar el arn en
adn, acción opuesta a lo que ocurre para la mayoría de
los genes convencionales. Particularmente, esta trans-
cripción ocurre sobre los telómeros, que son secuencias
específicas presentes en el extremo de cada cromo-
soma (unidades que albergan a los genes de cada orga-
nismo) para evitar que dos de ellos se peguen y empiecen
a generar defectos en la información genética expre-
sada (Fig. 4). Otro rasgo importante de la telomerasa
es que se encuentra elevada en células cancerosas, por
lo que se ha pensado usarla como blanco terapéutico
para controlar o curar esta enfermedad. Finalmente, se
le ha relacionado con la regulación del envejecimiento y
muerte de la célula, por lo que se ha propuesto que su
manipulación equivaldría a encontrar la “fuente de la
eterna juventud”.
En sentido estrictamente necesario para la célula,
un gen produce un arn mensajero y a partir de éste
puede elaborarse una proteína, sin embargo, en varias
porciones del genoma se transcriben las dos cadenas
del adn de los genes. En este caso, junto con una molé-
cula de arnm que serviría de molde para obtener la
proteína correspondiente, se obtendría una cadena
de arn que resultaría complementaria o “antisen-
tido” para dicho arnm. Muchos arns “antisentido”
pueden “secuestrar” al arnm transcrito a partir del gen
original y de este modo, se impide que se traduzca en
una proteína. Pequeñas porciones de ciertos intrones
pueden comportarse de la manera anteriormente
descrita y son utilizados por la maquinaria celular para
bloquear algún arnm de manera específica. La molé-
cula de arn capaz de controlar a otros genes se llama
“arn de interferencia” (arni). Puesto que la produc-
ción de la proteína disminuye mediante la acción de este
arn, a este mecanismo de regulación se le llama silen-
ciamiento.4 El sistema de arni es un mecanismo de
defensa, evolutivamente muy antiguo, contra arn de
doble cadena que la célula reconoce como extraño. Las
primeras observaciones relacionadas con este meca-
nismo al que entonces se llamó “co–supresión” se reali-
zaron en plantas en 1990, pero la evidencia contundente
se mostró en 1997, cuando se publicaron por separado
los trabajos de Craig C. Mello y Andrew Fire, documen-
tando el silenciamiento mediado por arn en el gusano
Caenorhabditis elegans. Casi diez años después, en
2006, dichos descubrimientos les valieron a Mello y Fire
la obtención del Premio Nobel en Fisiología y Medicina5
¡Nuevamente, el arn se colocaba en el centro de aten-
ción para la comunidad científica internacional!
Dado que la interferencia por arn ocurre gracias a
la interacción específica entre secuencias del arni y
del arnm, se pueden diseñar pequeñas moléculas de
Figura 4. La telomerasa requiere de una molécula de arn para rea-lizar su función. Dicha enzima se encarga de mantener la integri-dad de los extremos cromosomales y salvaguardar el genoma en la célula. Su función particular consiste en agregar muchas veces la secuencia ttaggg al extremo de cada cromosoma y es precisa-mente la molécula de arn la que le sirve de plantilla para copiar di-cha secuencia evitando que los cromosomas se peguen entre sí.
o l i v e r K . R e y e s H e r n á n d e z
45
1 Gesteland RF y Atkins JF. The rna world. eds. Cold Spring Harbor
Laboratory Press. (1993). 2 Nilsen TW. “rna 1997-2007: a remarkable decade of discovery” en
Molecular Cell (2007) Vol. 28: 715-720. 3 Calvo JC. Una nueva visión del arn: los arn de interferencia. ¿Un nuevo
genoma? Revista Química Viva (2003) núm 3, año 2. ISSN 1666-79484 Narry KV. “microrna Biogenesis: coordinated cropping and dicing”, en:
Nature Reviews Molecular Cell Biology, (2005) Vol. 6: 376-385.5 Return to the rnai World: rethinking gene expression and evolution (Nobel
Lecture). Discurso de Craig C. Mello durante la ceremonia de recepción del
Premio Nobel en Fisiología y Medicina, 2006.6 McManus MT y Sharp PA. “Gene silencing in mammals by small interfering
rnas” en: Nature Reviews in Genetics. (2002) Vol 3: 737-747.7 Sancho J. Estructura de Macromoléculas Virtual. http://bifi.unizar.es/jsancho8 Alexander Serganov. Brookhaven National Laboratory web site. http://www.
nsls.bnl.gov/newsroom/science/2006/08-Serganov.htm9 Howard Hughes Medical Institute. “Antidepressant Found To Extend
Lifespan In C. Elegans.” ScienceDaily 22 November 2007. <http://www.
sciencedaily.com¬ /releases/2007/11/071121144946.htm>
b i b L i o g R A f í A
Oliver K. Reyes Hernández, Jesús Muñoz Rojas, Candelario Vázquez Cruz, Rebeca D. Martínez Contreras. Centro de Investigaciones Microbiológicas.Instituto de Ciencias, BUAP. e-mail: [email protected]
arn para silenciar prácticamente cualquier gen y la rela-
tiva facilidad con que los genes pueden ser silenciados
mediante esta técnica, ha causado una revolución en la
biología molecular. El potencial terapéutico que repre-
senta la utilización del arni es enorme, ya que es posible
tomar la secuencia de adn de un gen relacionado con una
enfermedad particular y diseñar un arn que se administre
al paciente para silenciar dicho gen en forma específica
y efectiva.6 Sin embargo, aún es necesario resolver el
problema que presenta la degradación de la molécula de
arn por diferentes mecanismos, incluyendo la respuesta
inmune del paciente a tratar. Es necesario profundizar
todavía en los detalles que regulan el sistema de interfe-
rencia por arn, pero algo es seguro, que estos arni han
revolucionado la forma en que los científicos piensan
acerca del arn y su relación con el adn y las proteínas. El
trabajo futuro indicará el tipo y la utilidad que se le dará al
arni dentro de las compañías farmacéuticas, así como
en la investigación científica aplicada.
De vueLtA AL MunDo DeL ARn
La teoría del "mundo del arn" se ha desarrollado para
intentar develar el misterio del origen de la vida. Esta
teoría propone que la evolución basada en la replica-
ción del arn precedió a la aparición de la síntesis de
proteínas. En algún momento de la evolución de la vida,
la continuidad genética fue asegurada por la replica-
ción del arn, sin involucrar como catalizadores a las
proteínas codificadas genéticamente. Las eviden-
cias que sustentan esta teoría están basadas en las
múltiples funciones que puede cumplir el arn, algunas
de las cuales han sido descritas a lo largo de este artí-
culo: 1) el arn es capaz de almacenar información
genética, 2) puede servir de molde para la síntesis de
cadenas complementarias de adn o de arn, 3) puede
actuar como catalizador, 4) muchas moléculas de arn
se acoplan a diferentes proteínas para catalizar un sinfín
de reacciones biológicas, 5) la presencia de pequeñas
proteínas unidas al arn son indispensables para la regu-
lación de la expresión genética y el mantenimiento del
genoma y 6) numerosos virus llevan como único mate-
rial genético arn de cadena sencilla o doble. Si apli-
camos la teoría del mundo del arn, podemos suponer
que durante la evolución, a medida que el metabolismo
celular se volvió más versátil y sofisticado, el requeri-
miento de moléculas con distinta especificidad hizo
que las proteínas (capaces de combinar 20 aminoá-
cidos en comparación con cuatro bases del arn)
asumieran el papel de biocatalizadores. Por su parte, el
adn adquirió la función de guardar y transmitir la infor-
mación genética, presumiblemente debido a su mayor
estabilidad. Los descendientes de la era dominada por
el arn habitan hoy en el mundo en forma de ribozimas
presentes en todo tipo de organismos: desde las bacte-
rias hasta el hombre. James Watson y Francis Crick
fueron de los primeros en darse cuenta del apasionante
mundo encriptado en la molécula de arn, ya que al poco
tiempo de publicar la estructura del adn, empezaron a
estudiar diferentes aspectos de la maraña ribonuclear.
Los últimos 50 años han indicado que Watson y Crick
tenían razón y a pesar de que las limitaciones técnicas
actuales no nos permiten aún demostrar plenamente ni
descartar esta teoría, resulta atractivo pensar que: “En
un principio, existió el arn...”
A v a n c e s e n l a e r a r i b o n u c l e a r
46
© Luz María Genis.
47
La revista Pionero, órgano de la Unión de Pioneros de Cuba,
ha escrito recientemente en su versión digital:
Si bien es cierto que el ozono (O3) es un gas de la alta
atmósfera que protege la vida sobre la Tierra, en la superficie
terrestre es un poderoso irritante respiratorio, muy tóxico a
elevadas concentraciones [...]. Para protegernos de ese gas
nocivo, debemos evitar exponernos a las fuentes que lo
emanan y extremar el aporte de aire fresco en los lugares
cerrados donde se genera. El ozono irrita las membranas
mucosas del aparato respiratorio. Afecta desde la boca, la
nariz y la garganta hasta las vías respiratorias profundas;
además, propicia las irritaciones oculares, disminuye la
agudeza visual y embota el razonamiento. La exposición a
este gas tiene efectos tóxicos acumulativos, de ahí que,
a la larga, decrezca la función respiratoria e incremente la
susceptibilidad a sufrir infecciones. Cuando las concentra-
ciones son medias, el ozono atmosférico produce dolores
de cabeza, sequedad en las vías respiratorias altas amén de
dolores en el pecho. Es conocido que resulta muy perju-
dicial para quienes padecen de asma, sufren de rinitis
alérgica estacional o enfisema pulmonar. Las frecuentes
exposiciones a altas concentraciones de ozono desem-
bocan en asma, ataques de tos y dolores torácicos serios.1
La c
ontr
over
tida
ozonoterapia
Arnaldo González Arias
E l e m e n t o s 7 6 , 2 0 0 9 , p p . 4 7 - 5 0
González Arias A. La controvertidaozonoterapia. Elementos 76 (2009) 47-50 w w w . e l e m e n t o s . b u a p . m x
48
Sin embargo, con fecha 17 de Noviembre de 2008,
en otro órgano de prensa similar apareció escrito:
El empleo de la ozonoterapia para el tratamiento del
síndrome doloroso de espalda, provocado fundamental-
mente por la hernia discal, es el más reciente provecho
que especialistas cubanos han obtenido del ozono [...].
Su aplicación directa en la columna vertebral o en los
músculos que la soportan, permite tratar esta afección
en cualquiera de sus localizaciones (lumbar, dorsal y
cervical), sin riesgos de que el paciente sufra conse-
cuencias adversas. Esta terapéutica, basada en el efecto
del ozono como favorecedor de la oxigenación y del
aporte sanguíneo a la columna, provoca deshidratación
y disminución de la hernia del disco mediante diferentes
mecanismos bioquímicos. Así reduce la compresión e
irritación de la raíz nerviosa afectada.
Es decir, según estos reportes, por una parte el
ozono es irritante de los tejidos y posee efectos tóxicos
acumulativos cuando se respira, y por otra, favorece
la oxigenación y reduce la irritación de la raíz nerviosa
cuando se introduce directamente en los tejidos. ¿Cómo
compatibilizar estos reportes antagónicos?
Cuando se hace un esfuerzo por encontrar respuestas
siguen apareciendo informaciones contradictorias. Una
supuesta “sucursal” cubana en Argentina, adminis-
trada por el doctor Juan Milanés, con aparente sede en
La Habana, anuncia tratamientos de ozonoterapia para
hernia discal, y también para artrosis, enfermedades
cerebrales e infecciones óseas. México también parece
ser un sitio muy acogedor para los ozonoterapeutas. No
fue posible encontrar un solo sitio crítico de la ozonote-
rapia en la web mexicana, pero sí muchos ponderando
sus virtudes, aunque sin citar referencias válidas acordes
a los criterios internacionales de aceptación de resul-
tados científicos. Mucho ruido, pero ni una sola nuez.
Al ampliar la búsqueda a todos los países, junto a
unas pocas referencias en revistas científicas espe-
cializadas que usualmente sugieren beneficios, pero
no los afirman claramente, aparecen múltiples sitios
que niegan la eficiencia de la aplicación del ozono. En el
sitio de la enciclopedia Wikipedia, visto en noviembre
de 2008, bajo el título “Ozone Therapy” aparece el
siguiente comentario:
El uso terapéutico del ozono no está sancionado por las
autoridades de salud o asociaciones médicas en nin-
gún país de habla inglesa, y en la mayoría de los es-
tados de los ee.uu. se prohíbe la comercialización de
los generadores de ozono, su uso médico, e incluso la
investigación y ensayos clínicos de la terapia con ozo-
no, de manera que los médicos se arriesgan a perder su
licencia por administrar o prescribir terapias de ozono.
Actualmente es en la Florida es donde la prohibición
de las terapias de ozono se hace cumplir más riguro-
samente, mientras que a corta distancia, en Cuba, el
ozono médico se investiga y usa con liberalidad, con
generadores de ozono en cada hospital.2
Intentando comprobar la veracidad de estos
reportes fue posible encontrar en el Food and Drug
Administration (fda) Consumer Magazine de noviem-
bre–diciembre de 1999 la siguiente nota:
Kenneth R. Thiefault y su esposa, Mardel Barber [...] fue-
ron sentenciados en marzo, por la Corte del Distrito Sur
de la Florida, [...] a cumplir prisión por un total de más
de 8 años y multas que ascienden a más de $100 000.
© Luz María Genis.
A r n A l d o G o n z á l e z A r i a s
49
Ellos distribuyeron generadores de ozono de forma ile-
gal [...] alegando que estos dispositivos pueden curar
una variedad de dolencias, incluyendo el cáncer y el
sida. La fda nunca ha aprobado los generadores de ozo-
no o el ozono gaseoso para tratar alguna condición mé-
dica. Mientras que el ozono se utiliza como germicida
en la limpieza de equipos de manufactura, la fda no está
al tanto de datos científicos que apoyen la seguridad o
efectividad de los generadores de ozono para tratar con-
diciones médicas. De hecho, la agencia cree que a los
niveles necesarios para trabajar efectivamente como
germicida, el ozono podría ser dañino para la salud hu-
mana. “Estos dispositivos siguen apareciendo...” –dice
Bob Gatling– un ingeniero biomédico y director de gru-
po en el Centro fda para Dispositivos y Salud Radiológi-
ca. “Siempre le decimos a los fabricantes: muéstrennos
algunos datos... pero nunca lo hacen”.3
Un resumen publicado en internet en 2001, con 59
referencias de revistas científicas, reporta que cuando
el ozono se introduce en la sangre reacciona con el
agua en los glóbulos rojos generando agua oxigenada
y también radicales libres bactericidas que causan
daño en la membrana celular, y concluye que la inges-
tión, infusión o inyección de peróxido de hidrógeno no
puede reoxigenar los tejidos del cuerpo. Según el mismo
artículo, una búsqueda bibliográfica realizada en 1995
en las bases de datos Medline, Health, aidsline and
Cancerlit proporcionó mas de 100 artículos, desde 1966
hasta esa fecha, citando efectos adversos en humanos
o animales experimentales causados por el ozono o por
los productos de su reacción.
Más recientemente, el 4 de diciembre de 2004, el
periódico El Mundo publicó un suplemento bajo el título
“Hernia de disco, el timo de la ozonoterapia”, donde
aparece escrito:
[...] Es una de las opciones más populares de trata-
miento alternativo a la cirugía, aunque se practica ex-
clusivamente en el ámbito de la medicina privada. La
terapia consiste en inyectar una mezcla de oxígeno y
ozono directamente en el disco intervertebral dañado,
en los músculos paravertebrales, o en ambos, según
el profesional que lo aplique. Igualmente, el número de
infiltraciones puede variar de una a 12, administradas
en un periodo de uno a dos meses. La gran incógnita
es cómo actúa el gas... Pese a su extendido uso, no hay
un solo estudio científico que acredite las supuestas
ventajas del ozono... Ni siquiera se ha realizado un en-
sayo que confirme que los pacientes “ozonizados” evo-
lucionan mejor comparados con los no tratados, una
prueba básica para corroborar la eficacia de cualquier
intervención sanitaria. Pacientes crónicos, o que pre-
fieren agotar opciones antes de someterse a la cirugía,
y operados que siguen con molestias, hacen cola a la
espera de que el ozono obre el milagro. Eso sí, a cambio
de 3000 euros.
Obviamente, tampoco existen referencias verosí-
miles acerca de las posibles concentraciones dañinas, o
las contraindicaciones. De aquí que cada cual aplique la
concentración y procedimiento que mejor le parezca, sin
ninguna regulación. Lo más probable es que, por temor
a causar daños serios al paciente, las concentraciones
empleadas sean tan pequeñas que no exista efecto ni
beneficio alguno, a excepción de un posible efecto
placebo. Pero eso no da garantía alguna acerca del
posible daño a pacientes que sean muy sensibles al
“medicamento”. Y desde luego, no aparecen reportados
los resultados adversos.
En diciembre de 2005 el Ministerio de Salud de
Malasia emitió un extenso informe confeccionado por
© Luz María Genis.
L a c o n t r o v e r t i d a o z o n o t e r a p i a
50
1 http://www.pionero.cu/2007/eventos/ozono/ozono%20malo.htm,
09/05/20082 http://en.wikipedia.org/wiki/Ozone_therapy, visto el 23/11/083 http://www.fda.gov/fdac/departs/1999/699_irs.html, visto el 23/11/084 http://www.quackwatch.org/01QuackeryRelatedTopics/Cancer/oxygen.
html5 http://www.moh.gov.my/MohPortal/DownloadServlet?id=1009&type=26 Copias de estos documentos se pueden obtener en http://www.fisica.
uh.cu/rationalis/ciencia/ozono/ozono.htm
R e f e R e n C i A S
b i b L i o g R á f i C A S
Arnaldo González AriasDepartamento de Física Aplicada, Facultad de Física, Universidad de La Habana.e-mail: [email protected]
un grupo de expertos acerca de la efectividad de los
tratamientos con ozono en diversas dolencias: enfer-
medades infecciosas, isquemia, afecciones oftalmoló-
gicas, otorrinolaringológicas, obstétricas y ginecológicas,
desórdenes ortopédicos, cáncer, y problemas en la piel.
Las conclusiones del informe son las siguientes:
Los datos actuales acerca del uso de la ozonoterapia
como una opción terapéutica para diversas condicio-
nes de salud carecen de suficiente seguridad y ventajas
en relación a las modalidades terapéuticas convencio-
nales. No hay suficiente evidencia para recomendar el
uso de la ozonoterapia como una forma de tratamiento
alternativo en pacientes con desórdenes hematológi-
cos, enfermedades autoinmunes, isquemia, problemas
oculares, otorrinolaringológicos, obstétricos y gineco-
lógicos, ortopédicos, cáncer y problemas en la piel.
Y, ante estos criterios, parece incuestionable que
hay una ética mínima que invariablemente se debiera
cumplir, pero que aparentemente se cumple muy poco
o nunca, en unos casos por ganar dinero; en otros, por
alcanzar reconocimiento social que a la larga también
puede traer beneficios económicos.
¿Están al tanto los pacientes a quienes se aplica
esta terapia de lo controvertido del tema? ¿De que no
es un procedimiento común ni reconocido universal-
mente? ¿Se le informa al paciente del estado en que
se encuentran las investigaciones y de la prohibición
que existe en algunos países de aplicar estos proce-
dimientos? ¿Se les solicita permiso para aplicar el
tratamiento una vez que se les ha informado adecua-
damente, o se les mantiene en la total ignorancia? Al
parecer, esto último es lo que está sucediendo en la
gran mayoría de los casos.6
© Luz María Genis.
A r n A l d o G o n z á l e z A r i a s
51E l e m e n t o s 7 6 , 2 0 0 9 , p p . 5 1 - 5 5
Parques y jarDinesd e l m u n i c i p i o d e P u e b l a
Las áreas verdes urbanas en cualquier lugar del mundo
tienen una gran importancia, no solo por su valor estético,
sino como espacios públicos de conservación ambiental,
como áreas que nos proporcionan bienes y servicios
ambientales que elevan nuestra calidad de vida, además de
ser espacios de convivencia social que refuerzan el sentido
de comunidad que en las urbes planeadas de manera
insostenible se pierde.
Así, la presencia o ausencia de áreas verdes en una
ciudad puede afectar de diversas maneras la calidad de
vida de sus pobladores; su distribución, por ejemplo, debe
ser uniforme en toda la ciudad, por consiguiente si un área
verde se encuentra a grandes distancias desalentará a las
personas a acudir.
tenDenCiAS PobLACionALeS ACtuALeS
Según estimaciones de la Organización de las Naciones
Unidas (onu), cerca de la mitad de la población mundial
vive en zonas urbanas, y este porcentaje se irá incremen-
tando en las próximas décadas. En México, solamente en
la década de 1970, la ciudad de México tenía más de un
millón de habitantes y para 1995 el número de ciudades
con más de un millón de habitantes se incrementó a siete.1
De acuerdo al ii Conteo de Población y Vivienda, en 2005,
son ya diez las ciudades que en el país cuentan con más de
un millón de habitantes albergando cerca del 20 por ciento
de la población total del país.2
Victor Hugo de Gante Cabrera
Maricela Rodríguez Acosta
© Luz María Genis.
de Gante Cabrera V. H., Rodríguez Acosta M. Parques y jardinesdel municipio de Puebla. Elementos 76 (2009) 51-55 w w w . e l e m e n t o s . b u a p . m x
52 victor de Gante, mAricelA Rodríguez
Las áreas urbanas son uno de los principales res-
ponsables de los problemas medioambientales que
amenazan la Tierra. Hoy en día las ciudades contribuyen
a la contaminación global en una proporción superior
al 75 por ciento y utilizan más del 70 por ciento de la
energía consumida por la humanidad.3,4 Así, las grandes
ciudades que día a día van creciendo se transforman en
un doble problema ambiental, por un lado, al aumentar
su superficie, van modificando los usos del suelo y
acabando con los recursos naturales previamente exis-
tentes, y por otro, por su dinámica propia se convierten
en grandes productores de desechos que contaminan
y deterioran la calidad del agua, aire y atmósfera y, por
ende, la calidad de vida de sus habitantes. Aunado a esto
es necesario considerar que desde el poblamiento del
continente americano se ha presentado un proceso de
explotación de los recursos naturales, técnica que ha
sido intensificada en las últimas décadas.5
AMbiente y CALiDAD De viDA uRbAnA
Aun cuando vivimos en una época en la que la riqueza
aumenta de forma sorprendente, la concentración de ésta
en manos de unos pocos es notoria, como lo es también
el surgimiento de colonias pobres, donde las condiciones
ambientales y de salud son deficientes: falta de drenaje
y servicios públicos, desarrollo en tierras erosionadas y
desprovistas de vegetación y de áreas verdes.
La Organización Mundial de la Salud (oms) reco-
mienda que las ciudades deben tener como mínimo
entre 10 y 15m2 de área verde por habitante, distri-
buidos de manera equitativa con relación a la densidad
de la población.
funCioneS De LAS áReAS veRDeS
Las áreas verdes urbanas ayudan a disminuir el impacto
ambiental causado por el crecimiento urbano. Entre los
servicios ambientales que brindan se pueden mencionar:
1) Regulación del clima de las ciudades. El clima en las
ciudades suele ser más elevado en comparación con
la temperatura de las periferias y de las zonas rurales.
Esto se debe a la emisión de calor por vehículos, la
industria y sus procesos productivos, además del trazo
de las calles, los materiales de la carpeta de rodamiento
vehicular así como las edificaciones que tienden a
almacenar el calor del sol; todos estos factores llegan
a elevar la temperatura citadina entre 5 y 6 ºC. A través
del proceso de la transpiración las plantas liberan
aproximadamente 98 por ciento del agua que absorben
para reacciones metabólicas como la fotosíntesis;6 con
esta liberación de agua a la atmósfera y con la sombra
que generan, las plantas ayudan a disminuir el efecto de
las islas urbanas de calor.
2) Disminución de la fuerza de las corrientes de agua
asociadas a lluvias. La existencia de una cubierta vegetal
reduce el efecto erosivo del agua en dos momentos dife-
rentes, el primero es cuando las gotas de lluvias golpean
la copa de los árboles (disminuyendo drásticamente la
fuerza con que se precipitan a la superficie del suelo), y
el segundo cuando estas gotas llegan a la superficie del
suelo; en este punto las raíces favorecen su compac-
tación y evitan que sea arrastrado por las corrientes de
agua, además de que parte de esa agua es absorbida por
las raíces de las plantas.
3) Disminución de la fuerza de los vientos. El viento puede
ocasionar la erosión del suelo por el arrastre de partículas,
si el suelo se encuentra desprovisto de cubierta vegetal el
viento podrá de una manera más fácil, realizar el arrastre
de las partículas; por el contrario, al existir cubierta
vegetal, ésta disminuirá la velocidad del viento mediante
sus copas y las raíces también fijarán el suelo por lo que la
erosión se verá reducida.
4) Reducción de los contaminantes atmosféricos. Las
plantas para llevar a cabo los procesos de fotosíntesis
requieren principalmente de agua, bióxido de carbono,
macronutrientes (nitrógeno, fósforo, potasio, calcio,
magnesio, azufre) y micronutrientes (hierro, zinc,
manganeso, boro, cobre, molibdeno y cloro).7 Varios de
estos elementos y compuestos se liberan a la atmósfera
como resultado de las actividades antropogénicas.
5) Refugio y alimento para la fauna. Las plantas como
productoras de su propio alimento mediante la fotosín-
53Parques y jardines del municipio de Puebla
tesis, se convierten en el inicio de las cadenas alimen-
ticias, además de que su morfología permite que
asociados a ellas vivan una gran cantidad de animales.
6) Amortiguamiento de los niveles de ruido. Los árboles
pueden formar con sus copas barreras físicas que
desvían y atenúan la expansión de las ondas sonoras,
disminuyen la intensidad de los ruidos citadinos, favo-
recen un ambiente acústico sano también reducen las
alteraciones nerviosas y fisiológicas ocasionadas por la
exposición a niveles elevados de ruido en las ciudades.
7) Funcionan como lugares de esparcimiento y convi-
vencia social para los habitantes de las ciudades. Las
áreas verdes al contar con un clima más fresco, menor
ruido ambiental, atmósfera más limpia, son sitios donde
la gente adopta un comportamiento más relajado y las
relaciones sociales pueden establecerse más armóni-
camente, favoreciendo lazos de amistad, solidaridad e
identidad social.
tiPoS De áReAS veRDeS
Dependiendo del origen de las áreas verdes se puede
hablar de dos tipos de paisajes: el formalista y el
natural; el primer paisaje es el más valorado por los
diseñadores, está formado por pocas especies distri-
buidas de una forma armónica, sin embargo, la mayoría
de las veces las especies utilizadas en este tipo de
paisaje urbano son plantas introducidas y de poco valor
ambiental, ya que no permitirán el establecimiento de
una gran variedad de fauna nativa. El paisaje natural,
tiende a ser mal visto socialmente, pues su desarrollo
es visualmente desordenado y anárquico, sin conside-
rarse que sus especies son mayoritariamente nativas
y que sustentarán de una manera más efectiva a una
gran cantidad de fauna.8 Sin embargo, hay que tomar en
cuenta que con buenas prácticas hortícolas el aspecto
puede mejorarse sustancialmente, además de que los
requerimientos de agua y sustratos, así como el costo
de mantenimiento en los espacios de tipo natural son
mucho menores que en los espacios cultivados.
En este contexto las áreas verdes urbanas cobran
una gran importancia, no solo por su valor estético, sino
como espacios públicos de conservación ambiental,
como áreas que nos proporcionan bienes y servi-
cios ambientales que elevan nuestra calidad de vida,
además de ser espacios de convivencia social para
reforzar los lazos de solidaridad y el sentido de comu-
nidad que en las urbes planeadas de manera insoste-
nible se pierde.
Así, la presencia o ausencia de áreas verdes en una
ciudad, puede afectar de maneras diversas la calidad
de vida de sus pobladores, su distribución debe ser
uniforme a través de la ciudad, las superficies deben
ser lo suficientemente grandes para albergar números
manejables de usuarios, los servicios deben ser de
calidad, de manera que los ciudadanos realmente
encuentren en los parques y jardines un espacio seguro
y agradable para la convivencia, el relajamiento y de
alguna manera se reencuentren con la naturaleza.
ZonA De eStuDio
El municipio de Puebla se localiza en la parte centro -oeste
del estado; de acuerdo al marco geoestadístico 2005 de
inegi, tiene una superficie de 54 mil 548 hectáreas.
La población del municipio de Puebla ha tenido un
crecimiento acelerado durante los últimos quince años
como lo muestran los datos censales de inegi,9,10,11 y
de acuerdo a estimaciones de la conapo este ritmo de
crecimiento se irá reduciendo en los años venideros.12
Gráfica 1. Crecimiento de la población del municipio de Puebla 1990-2030. Elaboración propia con datos censales de inegi y pro-yecciones poblacionales de conapo.
Crecimiento poblacional del municipio de Puebla 1990-2030
Año
Hab
itant
es
1057673
1222569
1346916
1485941
1613646
1720449
1811898
1887724
1945509
1000000
1100000
1200000
1300000
1400000
1500000
1600000
1700000
1800000
1900000
2000000
1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030
Habitantes
54
Predios considerados parques, jardines y explanadas del municipio de Puebla década de los noventa
Parques Jardines Explanadas
Predios 123 484 118
Superficie total 98.6 Ha 94.5 Ha 73.2 Ha
Superficie promedio 0.8 Ha 0.2 Ha 0.6 Ha
Superficie máxima 56.5 Ha 11.6 Ha 10.3 Ha
Superficie mínima 92 m2 0.2 m2 21.3 m2
Tabla 1 Elaboración propia con datos de usos de suelo Parques, jardines y explanadas de la base de datos del Ayuntamiento de Puebla, 2007.
victor de Gante, mAricelA Rodríguez
eL CASo De PuebLA
Para el análisis de los parques y jardines del municipio de
Puebla, se adquirió del Ayuntamiento de Puebla muni-
cipal una base de datos con los predios catalogados por el
catastro poblano como parques, jardines y explanadas.
Dicha base de datos corresponde a principios de la
década de los noventa por lo que se procedió a su actua-
lización. Para ello se poligonizó en pantalla las áreas
verdes faltantes sobre imágenes aéreas de febrero de
1997 y abril de 1999 en escala 1:75,000. Con los polí-
gonos agregados se complementaron los datos para
esa década. Posteriormente con el apoyo visual de
imágenes de satélite obtenidas en internet (Google
Earth) del año 2006 se volvieron a hacer modificaciones
a los polígonos para tener datos actuales. De acuerdo a
la base de datos del Ayuntamiento de Puebla (década de
los noventa), se tenían contabilizados un total de 725
predios como: parques, jardines y explanadas, que en
total suman una superficie de 266.2 hectáreas (Tabla1)
y corresponden al 0.48 por ciento de la superficie del
municipio. Dentro de esta superficie la mayor (56.5
hectáreas) corresponde al parque ecológico "Revo-
lución Mexicana" y la menor corresponde a un jardín
registrado por el ayuntamiento como área verde en
Infonavit Amalucan.
ponden al 0.54 por ciento de la superficie del municipio
de Puebla, lo que significa un incremento de 0.6 por
ciento únicamente. La superficie promedio sigue siendo
de 0.367 hectáreas, al igual que los rangos extremos.
PARqueS y jARDineS PeR CáPitA en PuebLA
Los datos de crecimiento de la población del municipio de
Puebla nos indican que en el periodo 1990-2005 la pobla-
ción se incrementó en 428 mil 268 habitantes y las esti-
maciones poblacionales marcan que en los próximos
quince años (2005-2020) el incremento poblacional será
de 325 mil 957 habitantes, lo que aumentará la presión
sobre los pocos terrenos que actualmente son zonas de
cultivo o áreas parcialmente arboladas. Estos terrenos
están sufriendo y sufrirán un cambio en su uso de suelo,
dificultando de sobremanera el cumplimiento de las
superficies mínimas de áreas verdes marcadas por la
oms de 10 m2 por habitante.13
Los datos obtenidos reflejan que para la década de
1990 la superficie per cápita de parques y jardines en el
municipio de Puebla era de 1.58 m2, mientras que para
el año 2006 esta superficie se redujo a 1.50 m2 lo que
refleja una pérdida de áreas verdes del 5 por ciento per
cápita. Estas cifras nos muestran que en tan solo una
década, el municipio ha visto disminuida la superficie
per cápita de sus parques y jardines, convirtiéndolo en
un municipio gris. La reducción se debe principalmente
al incremento de la población y a que los nuevos desa-
rrollos residenciales no han cumplido con las normas
mínimas para la creación de parques y jardines.
DiStRibuCión De LoS PARqueS
y jARDineS en PuebLA
Además de no cumplir con la superficie marcada por
la oms, los parques y jardines del municipio tampoco
están distribuidos de manera homogénea ya que en la
década de los noventa más del 86 por ciento de estas
áreas se encontraban ubicadas en el este del municipio,
distribución que prácticamente se ha mantenido hasta
hoy día sin variación. Notoriamente, la porción sur-
oeste donde se está dando el mayor crecimiento pobla-
cional, es la que más carece de áreas verdes debido a
la construcción excesiva y desordenada de conjuntos
Como resultado de la actualización de polígonos
hecha con base a las imágenes de satélite para el año
2006, se contabilizaron un total de 748 predios como
parques, jardines y explanadas. Estos predios suman
una superficie de 296.3 hectáreas (Tabla 2) y corres-
55Parques y jardines del municipio de Puebla
que existen terrenos baldíos que pueden ser edificados.
Una reglamentación acerca de los predios privados descui-
dados y sin uso, también demandan una regulación.
Las áreas verdes en sí, requieren de un replantea-
miento con el fin de incrementar sus servicios ambien-
tales y sociales. El trabajo conjunto entre autoridades
"responsables" y participación ciudadana se ve como
prioritario para lograr su restauración, conservación y
cumplimiento total de las funciones que estas tienen.
Predios considerados parques, jardines y explanadas del municipio de Puebla 2006
Parques Jardines Explanadas
Predios 140 490 118
Superficie total 105.7 Ha 117.5 Ha 73.2 Ha
Superficie promedio 0.8 Ha 0.2 Ha 0.6 Ha
Superficie máxima 56.5 Ha 11.6 Ha 10.3 Ha
Superficie mínima 92 m2 0.2 m2 21.3 m2
Tabla 2. Elaboración propia con la actualización de datos de usos de suelo Parques, jardines y explanadas de la base de datos del ayuntamiento de Puebla, 2007.
1 Aguilar AG. “Los asentamientos humanos y el cambio climático global” Instituto Nacional de Ecología (2007) disponible en www.ine.gob.mx/uea-jei/publicaciones/libros/437/aguilar.html 2 inegi, ii Conteo de Población y Vivienda, (2005) disponible en http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/sistemas/conteo2005/default.asp?s=est&c=10398 3 Ruano M. Ecourbanismo, entornos humanos sostenibles: 60 proyectos. Gustavo Gili (edit.), Barcelona (1998)4 Rogers R. Ciudades para un pequeño planeta. Gustavo Gili (edit.), Barcelona (2000) 180.5 Ezcurra E. “El ambiente en los tiempos de cólera, ecología y desarrollo en América Latina” en Nueva Sociedad, Caracas (1992) núm. 122, noviembre-diciembre 128-137.6 Rost TL. et al., Botánica, introducción a la biología vegetal. Distrito Federal (1992) limusa, 466.7 Rost. op. cit. 8 Hough M. Naturaleza y ciudad: planificación urbana y procesos ecológicos. Gustavo Gili (edit.), Barcelona (1998) 315.9 inegi. xi Censo General de Población y Vivienda (1990).10 inegi. i Conteo de Población y Vivienda (1995).11 inegi. xii Censo General de Población y Vivienda (2000).12 conapo. Proyecciones de la Población de México 2005-2050, dispo-nible en http://www.conapo.gob.mx/00cifras/5.htm [consultada el 10 de diciembre de 2007]13 unep. The environment in the news Tuesday, disponible en http://www.unep.org/cpi/briefs/2006Aug29.doc
Victor Hugo de Gante Cabrera*Maricela Rodríguez Acosta**Herbario y Jardín Botánico. Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado. buap. *[email protected] ** [email protected]
b i b L i o g R A f í A
habitacionales y donde la carencia de áreas verdes y
hacinamiento son las constantes.
eStADo ACtuAL De LoS PARqueS
y jARDineS en PuebLA
Otros problemas existentes en los parques y jardines
del municipio de Puebla son el notorio estado de aban-
dono en que se encuentran: carecen de alumbrado, vigi-
lancia, equipamiento en buen estado y ambientalmente
hablando se han convertido en espacios sin una cubierta
vegetal significativa, y la que tiene presenta un aspecto
antiestético. Por tal motivo, es necesario revertir el
estado actual de los parques y jardines de Puebla, dotán-
dolos de la infraestructura y servicios necesarios,
además de incrementar la diversidad de especies que
hasta ahora existen. Una propuesta concreta es utilizar
especies nativas de la región, las cuales requieren de un
menor mantenimiento y confieren mayor valor estético
al paisaje, al igual que valor ecológico y ambiental.
Se pudo observar que en varios casos los predios
destinados inicialmente como parques y/o jardines se
han convertido en mercados, zonas de estacionamiento
y basureros. Dicha situación genera muchos problemas
sociales, pues no solo repercute en un ambiente poco
salubre para la comunidad, sino que además genera un
ambiente hostil que se refleja en altos índices de violencia
y poca cohesión social.
ConCLuSioneS
Es evidente que el municipio de Puebla tiene un alto
déficit de parques y jardines. El crecimiento poblacional
de los próximos años y la mala planeación urbana que
se viene arrastrando de muchos años atrás, ocasiona
el detrimento de la calidad de vida de sus habitantes y
amenaza con acrecentar el problema, si no se toman las
acciones correspondientes.
La cantidad de tierras que quedan sin edificar en el
municipio es insuficiente para revertir el déficit existente,
por lo que es necesario buscar alternativas que ayuden a
incrementar la cantidad de áreas verdes. Entre las alterna-
tivas existentes está el crecimiento vertical de la ciudad,
para aprovechar más las tierras disponibles, de igual forma
se debe de alentar el crecimiento al interior de la ciudad, ya
© Luz María Genis.
57
AnteCeDenteS
En la madrugada del 10 de septiembre de 2008 se presen-
taron caídos de rocas y derrubios (arenas y limos) en la
ladera norte de la comunidad de Barranca Grande, muni-
cipio de Ixhuacán de los Reyes en el estado de Veracruz
(Fig. 1). El fenómeno tuvo su origen después de varios
días de intensas lluvias, presentándose también flujos de
material en las serranías de la zona sur; estos movimientos
del terreno causaron dos fatalidades en la población civil,
obstrucción del camino de acceso, destrucción de varias
viviendas y daños a escuelas (Fig. 2).
La ayuda a la población afectada por el desastre fue
realizada por personal de la Dirección de Protección Civil del
estado de Veracruz, contando con el apoyo de brigadas de
rescate y auxilio, además de establecer un enlace aéreo a
pocas horas de ocurrida la contingencia, asimismo el tras-
lado de maquinaría pesada para la rehabilitación del camino
obstruido (retroexcavadora, traxcavos, pailoders, tractor
de orugas, motoconformadora y camiones de volteo).
También fue necesaria la habilitación de un alberge
para la atención de la población afectada, en un número
aproximado de mil 200 personas.
Oscar Andrés Cuanalo Campos
E l e m e n t o s 7 6 , 2 0 0 9 , p p . 5 7 - 6 1
Caído de rocas eni x h u a c á n D e l o s r e y e s,
B a r r a n c a G r a n D e
V e r a c r u z
Cuanalo Campos O. A. Caído de rocas en Barranca Grande - Ixhuacán de los Reyes, Veracruz. Elementos 76 (2009) 57-61 w w w . e l e m e n t o s . b u a p . m x
58
Las autoridades mencionaron que el día 4 de julio
de ese año, se había registrado ya un caído previo de
material de la misma ladera, ocasionando la destruc-
ción parcial de una vivienda; además según datos de su
registro histórico, el 3 de enero de 1920, después de un
sismo se presentó un deslizamiento que represó el río
Huitzilapan ubicado en promedio a 60 metros al sur de
la traza de la población, y al romper posteriormente el
embalse sepultó completamente a la comunidad.
CARACteRíStiCAS fíSiCo–geogRáfiCAS
De bARRAnCA gRAnDe
Localización. La comunidad de Barranca Grande perte-
nece al municipio de Ixhuacán de los Reyes en la zona
centro del estado de Veracruz y colindando con el estado
de Puebla, se ubica en las coordenadas geográficas de
19º 19’ 21.7’’ de latitud norte y 97º 02’ 33.3’’ de longitud
oeste, a una altitud de 1024 metros sobre el nivel de mar
(msnm) y a una distancia promedio de 80 kilómetros al
sur-poniente de la ciudad capital Xalapa. La ladera norte
se eleva en su punto más alto a más de mil 270 metros
de altitud, y la sur a más de 2 mil 100 msnm .
morfología. Las laderas de Barranca Grande presentan
una morfología de tipo montañoso y escarpado, con
pendientes superiores a los 50 grados y en varias zonas
con taludes verticales, por lo que el efecto gravitacional
tiene marcada influencia en su comportamiento. Estas
serranías pertenecen al Cinturón Volcánico Mexicano
que atraviesa el centro del país de este a oeste, donde se
ubican varios volcanes que han presentado actividad en
los últimos 100 años: Fuego de Colima, Paricutín, Jorullo,
Popocatépetl, San Martín Tuxtla y Chichonal.
geología. Las rocas que conforman los cerros de
esta parte del estado de Veracruz, corresponden a
la Provincia del Cinturón Neovolcánico Transversal,
Subprovincia de la Margen Oriental de Piedemonte,
formadas por acumulaciones de andesita/basalto y
flujos piroclásticos del Terciario Superior.1 En las partes
bajas de los sitios donde se presentaron los caídos de
rocas y suelos de la población de Barranca Grande, se
pudieron apreciar brechas volcánicas constituidas por
fragmentos grandes y chicos de roca empacados en un
matriz de arena–limosa; materiales asociados a la acti-
vidad del volcán Cofre de Perote y a subsecuentes depó-
sitos acumulativos de piedemonte (Fig. 3). Por su parte,
en las zonas abruptas de los cerros se observaron tobas
volcánicas de tipo ignimbritas.
clima. El clima de la zona está clasificado como cálido-
húmedo con lluvias todo el año, con una temperatura
promedio anual de 20ºC y una precipitación acumulada
de 2000 mm de lluvia por año.2
vegetación. La vegetación original de estas forma-
ciones rocosas la constituyen los árboles del tipo encino
que pueden alcanzar alturas superiores a los 25 metros
y árboles de guarumbo (nombre local); además se
apreciaron intercaladas en varias zonas de la serranía,
terrenos de cafetales y también de uso agrícola o desti-
nado a potreros.
hidrología. El río Huitzilapan nace en el Cerro de la
Cumbre al norte del Pico de Orizaba, a una altura de 3
mil 750 msnm; desciende por las montañas y se une
al Magueyitos formando el río de los Pescados que al
juntarse con el Santa María dan origen al río de la Antigua
(en la Villa del mismo nombre), el cual recibe el aporte
del río San Juan antes de desembocar en la playa de las
Vírgenes.3 En la parte poniente de la zona del desastre, oscAr Andrés Cuanalo Campos
Figura 1. Caído de rocas en Barranca Grande, Ixhuacán de los Reyes.
59
el río Huitzilapan se une al río Ixhuacán y ambas
corrientes recorren la comunidad en su costado sur.
fACtoReS ConDiCionAnteS y DeSenCADenAnteS
DeL fenóMeno geoLógiCo
Se pudieron identificar varios factores que tuvieron
influencia significativa en el comportamiento e inestabi-
lidad de las laderas que conforman las serranías de esta
comunidad de Barranca Grande, incluyendo:4
factores condicionantes. Dependen de las caracte-
rísticas intrínsecas de la ladera e influyen en el tipo de
movimiento, incluyendo los siguientes:
a) morfología de las laderas. La morfología del sitio
es de tipo montañoso y escarpado con pendientes
estimadas entre 60 y 90 grados. Como se mencionó
anteriormente, en estos sitios el efecto gravitacional
influye significativamente en la estabilidad de las
formaciones geológicas.5
b) geología del sitio. Se observaron principalmente
brechas volcánicas y depósitos de talud, constituidos
por fragmentos grandes y chicos de roca empacados
en una matriz de arena limo–arcillosa. La cohesión en
este tipo de materiales, es proporcionada por el suelo
fino, el cual es muy sensible a cambios en su conte-
nido de agua. Además, otra característica de los mate-
riales volcánicos granulares como los que conforman
las partes medias y bajas de estas serranías, es que
son muy vulnerables a la erosión originada por escurri-
mientos de agua superficial.
c) vegetación. La vegetación es un elemento de
protección natural que garantiza el buen comporta-
miento de las laderas ante los movimientos que sufre
el terreno y que van modelando la corteza terrestre.
Como funciones principales los árboles mitigan el
impacto de las gotas de lluvia con su follaje, absorben
una buena parte de la humedad del suelo con sus raíces
–mismas que ayudan de sujeción para las capas de
material superficial– más alterado por el efecto de la
meteorización, anclándolo a estratos profundos gene-
ralmente de mayor resistencia.
En la figura 4, que corresponde a una imagen de
la zona de estudio obtenida antes del evento del 10
de septiembre, se puede apreciar en la parte superior
de la cañada ubicada en la ladera norte de Barranca
Grande, una zona deforestada o con cambio de uso
de suelo, contigua a ambos lados del camino entre
Cosautlán de Carvajal e Ixhuacán.
En esta misma figura se observan varias zonas poten-
ciales de erosión en esa cañada Norte, los cuales pudieron
ser los puntos de inicio del caído de rocas y suelos por los
escurrimientos superficiales originados por las lluvias
provenientes de las partes altas de esa serranía.
factores desencadenantes. Estos factores influyen
en la magnitud o tamaño del movimiento y en la velo-
cidad del mismo:
a) lluvias. La influencia de este factor depende de
la intensidad de lluvia, duración y distribución espa-
cial de la misma. En el sitio de interés, la precipitación
promedio anual reportada por el inegi es de 2 mil mm/
año. Es de notar que en los lugares donde se registra
mayor precipitación pluvial, generalmente presentan
movimientos de terreno con más frecuencia (desliza-
mientos, flujos, caídos de rocas, avalanchas, etcétera),
lo anterior debido a que la lluvia influye directamente
en la meteorización del terreno y el nivel de agua subte-
rránea, estos últimos con incidencia en las propiedades
geomecánicas del terreno.6 En el caso particular de
Figura 2. Daño a escuelas por el movimiento del terreno en la ladera norte de la comunidad de Barranca Grande.
Caído de rocas en Barranca Grande. . .
60
0
100
200
300
400
500
600
16-Jun 06-Jul 26-Jul 15-Ago 04-Sep 24-Sep
Gráfica 1. Gráfica de precipitación pluvial en la estación meteoro-lógica de Xalapa.
Precipitación acumulada
Año 2008
mm
derar en el caso de inestabilidad de laderas, son la
magnitud del terremoto y la distancia al epicentro.8
c) La sacudida provocada por un sismo genera hondas
vibratorias que originan fluctuaciones en el estado de
esfuerzos del interior del terreno, afectando la resis-
tencia y por ende la estabilidad de la ladera. El represa-
miento del río Huitzilapan ocurrido en los primeros días
de 1920, se debió precisamente a un deslizamiento de
laderas que se presentó en la cañada sur ocasionado por
un sismo el 4 de enero de ese año, mismo que al romper
el embalse sepultó completamente a la comunidad de
Barranca Grande; los datos principales de ese evento
fueron los siguientes:9
• Ubicación: 19.267º Latitud Norte y 96.967º Longitud
Oeste (a 10 kilómetros aproximadamente de Barranca
Grande), Magnitud: 7.8 Richter, Origen: volcánico
Se menciona también a manera de ejemplo, el
sismo del 15 de junio de 1999, el cual dio origen a un
deslizamiento que destruyó la comunidad de Miguel
Hidalgo en el municipio de Zapotitlán Salinas en la
parte sur del estado de Puebla, y el represamiento del
río Zempoala ocurrido por las lluvias torrenciales de
octubre de ese mismo año, que al romper el embalse
causó serios daños a la población de Zapotitlán de
Méndez en la Sierra Norte del mismo estado. Asimismo
recordemos el represamiento del río Grijalva ocurrido
el 4 de noviembre del 2007, originado por un alud que
provocó una ola destruyendo la comunidad de Juan
Grijalva en el estado de Chiapas.
d) influencia de la actividad humana. El crecimiento
de las poblaciones en zonas montañosas tiene impacto
definitivo en la estabilidad de sus laderas, al realizar acti-
vidades para su propia subsistencia y/o su desarrollo
económico, las cuales cambian inevitablemente las
condiciones morfológicas e hidrogeológicas del medio
ambiente al modificar el drenaje superficial y el flujo
natural del escurrimiento pluvial. En el sitio del desastre
se identificaron las siguientes acciones:
• Cortes realizados para la construcción del camino
de acceso.
Barranca Grande, se considera que la concentración de
la lluvia fluyendo ladera abajo, fue la causa fundamental
del desastre.
En los periodos en los cuales se registraron los
caídos de rocas y suelos de la ladera norte, la precipita-
ción pluvial obtenida de los datos de la Estación Meteo-
rológica de Xalapa ubicada aproximadamente a unos
50 kilómetros de la población de Barranca Grande,7 fue
de 168.1 mm entre el 4 y 11 de julio, y de 132.2 mm
entre el 3 y 10 de septiembre (Gráfica 1).
Es importante señalar que el 10 de julio y 7 de
septiembre se registraron lluvias de 50 y 57 mm/día
respectivamente y que precisamente corresponden a
los periodos en los cuales se presentaron también los
caídos de rocas y derrubios. El valor anterior pudiera
preliminarmente considerarse como el umbral de preci-
pitación pluvial que puede activar movimientos del
terreno en los depósitos volcánicos no consolidados de
las serranías del Eje Neovolcánico Transversal.
b) sismos. Son agentes detonantes que dan origen a
deformaciones y roturas de laderas, provocan despren-
dimiento de bloques rocosos, deslizamientos, flujos y
avalanchas; las características más relevantes a consi-
Depósito volcanoclástico y de piedemonte
oscAr Andrés Cuanalo Campos
Figura 3. Materiales volcanoclásticos y de piedemonte, ladera sur de Barranca Grande.
61
• Obras complementarias de drenaje de los caminos,
en número insuficiente o mal emplazadas.
• Cambio de uso del suelo y deforestación media.
ConCLuSioneS
La comunidad de Barranca Grande del municipio de
Ixhuacán de los Reyes en el estado de Veracruz, se ubica
en zona de riesgo por caído de rocas y suelos de las
laderas que conforman sus cañadas. Los factores que
influyeron en la inestabilidad de las laderas de esta comu-
nidad, fueron:
• Morfología de tipo montañoso y escarpado con incli-
naciones superiores a los 50 grados.
• Geología del sitio constituida por materiales de
origen volcánico no consolidado (tobas y brechas),
ambos materiales asociados a la actividad del volcán
Cofre de Perote y a subsecuentes depósitos acumula-
tivos de piedemonte.
• Cercanía al volcán antes mencionado, que puede dar
origen a sismos de profundidad media (70 km), con
influencia directa sobre la estabilidad de las laderas,
e incluso con el riesgo de que dichos movimientos
del terreno puedan represar el río Huitzilapan, como
sucedió en el año de 1920.
• Lluvias que bajan por el talud de las laderas y que
actualmente no son captadas, conducidas y desalo-
jadas de manera adecuada y segura a las partes bajas
y que provocan la saturación y erosión los materiales
superficiales más meteorizados y susceptibles a deslizar
ladera abajo. De manera preliminar se puede establecer el
umbral de 50 mm de lluvia/día, como el valor que provoca
el caído de rocas y material térreo en formaciones volcá-
nicas no consolidadas, como las encontradas en las
zonas medias y bajas de las serranías pertenecientes al
Cinturón Neovolcánco Transversal.
• Actividad humana principalmente en los rubros de
cortes en los caminos de acceso a la comunidad y
cambio de uso del suelo.
Por otro lado, si bien es cierto que la población se
ubica en zona de riesgo, no solo por caído de rocas
y suelos de sus laderas sino también por inunda-
ciones, los daños ocasionados por el evento del día
10 de septiembre, donde se ha estimado que cayeron
en la ladera norte más de 30 mil m3 de material térreo,
1 Geissert D. Regionalización geomorfológica del estado de Veracruz. Investigaciones Geográficas, boletín núm. 40, México (1999).2 inegi. Carta climática escala 1:1 000 000. México (2008).3 González J. Las tierras bajas del Veracruz central. Entornos Municipales. Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales. Universidad de Veracruz, México (2002). Disponible en http://www.uv.mx/iihs/Cuadernos11.pdf 4 Cuanalo O, Oliva A y Flores C. Factores condicionantes y desencadenantes de los deslizamientos de laderas en las Sierras Norte y Nororiental de Puebla, México. vi Simposio Nacional sobre taludes y laderas inestables. Vol. i. España (2005) 705-716.5 Lugo J, Vázquez M, Melgarejo G, García F y Matias G. “Procesos gravitacio-nales en las montañas de Puebla”. Ciencia y Desarrollo núm. 157, Vol. xxvi, marzo/ abril 2001, 24-33.6 Cuanalo O, Aguilar A y Melgarejo G. “Pahuatlán landslide, Northern moun-tains of Puebla, Mexico”. Proceedings of the Internacional Conference on Fast Slope Movements, Prediction and Prevention for Risk Mitigation, Vol. i. Italia (2003) 119-123.7 Servicio Meteorológico Nacional “Precipitación Pluvial estación Xalapa”. México (2008). Disponible en http://smn.cna.gob.mx/productos/emas/#8 Kramer S. Geotechnical Earthquake Engineering. eua, Prentice Hall (edit.), Tomo i (1996).9 Cuanalo O, Quezada P, Aguilar A, Olivan A y Barona E. “Sismos y lluvias, factores detonantes de deslizamientos de laderas en las regiones monta-ñosas de Puebla, México”. Revista Científica y Tecnológica e-Gnosis Vol. 4. Disponible en http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/730/73000413.pdf
b i b L i o g R A f í A
Oscar Andrés Cuanalo Campos, Facultad de Ingeniería, buap. [email protected]
con tamaño máximo de rocas de 3 m3 y 6 toneladas
de peso, afectó aproximadamente al 40 por ciento de
la comunidad, principalmente la ubicada en el sector
oriente; asimismo el riesgo de inundaciones y la
vulnerabilidad de la comunidad se ha minimizado ya
que las autoridades municipales construyeron un
bordo de protección a base de materiales graduados
y chapa de enrocamiento, y espigones de muros
gavión localizados todos ellos entre la propia comu-
nidad y el río Huitzilapan.
Caído de rocas en Barranca Grande. . .
Barranca Grande
Ixhuacán de los Reyes
Sitios de escurrimiento superficial concentrado
Camino a Cosautlán
Figura 4. Vista aérea de las cañadas de Barranca Grande (Google-Earth, 2008)
62
No me sorprende que el profesor Julio Muñoz haya
renunciado, después de un año de silencio, a una discu-
sión que no supo iniciar. Esto se debe no sólo a su
desconocimiento de otras disciplinas sino a su falta
de tacto para acercarse a ellas. La insolencia no es un
buen camino para el entendimiento. El profesor Muñoz
distorsionó algunas cosas que dije, se empeñó en no
comprender otras e hilvanó una serie de autoafirma-
ciones que, supongo, lo habrán dejado satisfecho. En
mi réplica a sus comentarios (Elementos 71) examino
uno a uno sus argumentos y le demuestro sus desatinos
y falsas apreciaciones. En aquella respuesta intenté
centrar la discusión, dejando atrás sus diatribas y las
mías, planteando el problema que, supuse, realmente
nos interesaba: la distinta manera de concebir eso que
llamamos realidad entre la moderna racionalidad occi-
dental y la racionalidad de culturas tradicionales en las
que se consumen sustancias psicoactivas o enteogé-
nicas. No sé si lamentar su renuncia a discutir conmigo,
–quizá no hubiéramos llegado muy lejos– ¡pero son tan
pocas las oportunidades para cruzar ideas entre disci-
plinas tan absurdamente distantes como la antropo-
logía y la neurofisiología! En fin, que sirva al menos esta
experiencia como ejemplo de cómo no se debe iniciar
una discusión.
Julio Glockner
Carta a lareDacción
C a r t a a l a r e d a c c i ó n
63
Libros
L I B R O S
lA PARADOjA De lA sABIDURíA
cóMO lA Mente PUeDe MejORAR cOn lA eDAD
elkhonon goldberg
ed. CrítiCa (duakoutos Bolsillo), BarCelona, 2006
Durante muchos años los científicos habían creído que nuestras funciones mentales se deterioraban sin remedio con la edad. Sin embargo, las investigaciones más recientes de la neurociencia moderna revelan que eso no es forzosamente así. El pionero de la llamada “paradoja de la sabiduría”, el neuropsicólogo Elkhonon Goldberg, discípulo del mítico Alexander Luria, nos revela en este libro cómo se desarrollan las elegantes estructuras del cerebro y cómo cambian a lo largo de la vida creando nuevas neuronas, adquiriendo y almacenando datos y reforzando los senderos neu-ronales. A partir de su larga práctica clínica, el doctor Goldberg nos ofrece un programa de “mantenimiento cognitivo” de nuestra maquinaria cerebral que nos ayudará a detener o retrasar el declive mental y a mejorar nuestro rendimiento cognitivo.
Elkhonon Goldberg, catedrático, divide su tiempo entre la prác-tica clínica de la neuropsicología, la investigación en neurociencia cognitiva y la enseñanza por todo el mundo. Es catedrático clínico de neurología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York y director del Instituto de Neuropsicología y Funcionamiento Cognitivo. En Crítica ha publicado El cerebro ejecutivo (2002).
lA GUeRRA cOn lAs sAlAMAnDRAs
Karel ČapeK
siglo xxi editores, MéxiCo, 2009
Escuchar con los ojos es una colección que acerca a los jóvenes al mundo de la lectura. Está formada por novelas, cuentos, ensayos y poemas, con un criterio muy amplio: tanto escritos en lengua española como traducciones de los mejores autores de la literatura universal. La caracteriza este cuarteto de Fran-cisco de Quevedo:
Retirado en la paz de estos desiertos, con pocos pero doctos libros juntos, vivo en conversación con los difuntos y escucho con mis ojos a los muertos.
Karel Čapek (Malé Svatonovice, Bohemia, Imperio Austro-húngaro, 1890-Praga Checoslovaquia, 1938), importante nove-lista, dramaturgo, periodista y traductor checo de la primera mitad del siglo xx. Su obra está marcada por su formación filo-sófica y estética, sobre todo por el pragmatismo y el expre-sionismo, así como por la revolución científico–técnica. En muchas de sus obras expresó la preocupación de que un día la tecnología se apodere del hombre. Estudió filosofía en la Universidad Carolina de Praga, en Berlín y en París. Por su enfer-medad no participó en la Primera Guerra Mundial, mas la guerra marcó su obra. Trabajó como redactor en diferentes revistas, fue director y director artístico del teatro en Vinohrady y presi-dente del Pen Club de Checoslovaquia. Publicó novelas de gran trascendencia como Suplicio de Dios, La crítica de las palabras, La fábrica de lo absoluto, Krakatit, La guerra con las salaman-dras, las obras de teatro r.u.r. (Rossum’s Universal Robots), De la vida de los insectos, Asunto Macropulos, Adán el creador, La enfermedad blanca y muchas otras. Asimismo escribió libros de viaje, infantiles, obras filosóficas y políticas.
64
Luz Maríagenis
l u z m A r í A G e n i s
Desde hace años Luz María ha ocupado un importante
lugar en la tribu de los artistas plásticos en Puebla.
Elementos, en su número 25, dedicó un espacio a
su obra, cuando era una promesa en el arte. Hoy, tras
una ausencia de varios años debida a una estancia en
los Estados Unidos, Luz María se revela como un autor
maduro. Con una obra que se inscribe en el arte concep-
tual, ella expresa de forma peculiarmente lúcida las
tribulaciones e ideas dominantes de una clase media
mexicana que parece convencida de que el origen de
los males de nuestra sociedad es externo, que nuestros
vicios y flagelos nos vienen de afuera.
Un lugar preponderante en su obra lo ocupa la mujer,
pero la visión de Genis es pesimista y descorazona-
dora: mujeres con el alma rota, atrapadas sin remedio
en los convencionalismos de una sociedad hipócrita
e indiferente, figurines de revistas de moda sin rasgos
particulares que las individualicen, paralizadas de una
vez y para siempre entre los resortes de una ratonera
que, quizás, ellas mismas han accionado; negadas a la
rebeldía, entregadas a la resignación.
Luz María Genis es poseedora de
una mano suelta para el dibujo, mano
que, asociada con una astucia pecu-
liar para “pepenar” papelitos, colillas,
fotos viejas, botones, hilos, cuendas,
timbres, y cientos de chucherías,
produce una obra peculiar, montada
en todo tipo de soportes, que resulta
sumamente inquisitiva y nos invita
a mirar de nueva manera diversos
elementos de nuestro medio, desde la
televisión hasta las colillas de cigarro,
mirar de reojo, pero mirar e imaginar
al fin, una realidad construida a partir
de los sobrantes de un mundo que se
ahoga en sus desperdicios.
simón Jawlensky