Empatia Medicion en Adolescentes

11
Revista Latinoamericana de Psicología ISSN: 0120-0534 [email protected] Fundación Universitaria Konrad Lorenz Colombia Rey, César La medicion de la empatia en preadolescentes y adolescentes varones: adaptacion y validación de una escala Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 35, núm. 2, 2003, pp. 185-194 Fundación Universitaria Konrad Lorenz Bogotá, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80535206 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

description

PSICOLOGÍA SOCIAL

Transcript of Empatia Medicion en Adolescentes

Page 1: Empatia Medicion en Adolescentes

Revista Latinoamericana de Psicología

ISSN: 0120-0534

[email protected]

Fundación Universitaria Konrad Lorenz

Colombia

Rey, César

La medicion de la empatia en preadolescentes y adolescentes varones: adaptacion y validación de

una escala

Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 35, núm. 2, 2003, pp. 185-194

Fundación Universitaria Konrad Lorenz

Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80535206

Cómo citar el artículo

Número completo

Más información del artículo

Página de la revista en redalyc.org

Sistema de Información Científica

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Page 2: Empatia Medicion en Adolescentes

REVISTA LATINOAMERICANA DE PSICOLOGÍA2003 VOLUMEN 35 - N° 2 185-194

, ,LA MEDICION DE LA EMPATIA EN PREADOLESCENTES,

y ADOLESCENTES VARONES: ADAPTACION,y VALlDACION DE UNA ESCALA

CÉSAR REY*Universidad Católica de Colombia

"·'ABSTRACT

ReliabiUty and validity oí a Scale tOfvfeasure Emphaty weré studied 'in a sample of 318preadoleseents and adoleseents from ColOInbfa: 11 to lRy~ars ó1&'Theseale'fs'based ontheEmphatyQuestionnarie (Martorell, González and Calvo, 1998). ReliabiUty was found using the Cronbáchstandarized aJpQa~and the co~rlatiqnit~m~total. Validit)' (criterial) was found by using thediscriminatívé analY!lis, taken~scriteririm having beingdi~*nosed with disocial conduct dísorder,The mean score of 94 of the preadoleseents and adolese~r;s whichha~received the diagnosis. ofdisocial conduet disorder, were compared with the mean score óf thé restof thesample. Crombachstandarized alpha found was O,7828;'all theitemssh?Wedc?1elati?rts witnthe total score'to a 0,001levelor higher. Diseriminativean~dysisshowed a LarilbaaofWHks,ofO,978, tbat corresponda to thesignificance leve1 of 0,008. Statistical reseltsíadíeate thatth~Scale toMeasureEmphaty presents theappropiate reliability and validity levels..

, Key words:emphaty, measurement scales, preadolescents.vadolescents, Seale to MeasureEmphaty.

RESUMEN

Este estudio presenta los resultados'délaspruebas estadísticas dirigidas a evaluar la eonfiabiUdady la validez de una escala que mideempátía, basada en los ítemsde ·la escalade Empatía delCUestionario de Conducta Prosocialde Martorell, González y Calvo(t998): Estas pruebas se. '.

* Correspondencia: CÉSARREY, Calle 46 N° 41-A-18, Bogotá, Colombia. E-mail: [email protected]

Continúa ee

Page 3: Empatia Medicion en Adolescentes

186

Continuación ~

REY

~~~Y;~~~~1!.*·.cQrú1apiliºad~tUPl~{lda$-fuerOn-~taJfa·.~sta!i(iariza~i1crJ::r.vaiidezéyalM;a(fut:ue .•I~~teáªh·~·'iQ;9#aI ..~e..~~~ZQ .;v~able-ctiteiiQ ..... '. ' .Ó: • '.- ,'., '(DQ .

INTRODUCCIÓN

La empatía es una habilidad social de alto nivel,que hace referencia a la capacidad de comprenderlos sentimientos de otra persona (Repetto, 1992), ocompartir la emoción percibida en el otro (Eisenberg,Strayer, 1992).

Como habilidad comprende tanto componentescognoscitivos como componentes conductuales.De acuerdo con Eisenberg y Strayer (1992), estahabilidad implica la capacidad de percibir tantoclaves o señales directas como indirectas del estadoafectivo o emocional del otro, por lo que compro-mete habilidades tales como: diferenciar la respues-ta afectiva del otro de la respuesta afectiva de unomismo, asociar estas claves emocionales con losrecuerdos de experiencias personales pasadas, lacapacidad simbólica y la capacidad de asumir roles.Debido a ello esta habilidad no se presenta de formauniforme durante el desarrollo, sino que aumentacon la edad, conforme ocurre el desarrollo de estashabilidades cognoscitivas (Fuentes, 1989).

Los componentes conductuales de la empatía,por su parte, comprenden una serie de respuestasque señalan la comprensión de la emoción o senti-mientos del otro, y que son concomitantes a larespuesta cognoscitiva generada por las claves di-

rectas e indirectas de la emoción o afectivo percibi-do. Estas respuestas tienen que ver con gestos,posturas, contacto visual y otros indicadores quepueden ser utilizados para medir el grado de empatíamostrado por una persona (Eisenberg & Strayer,1992).

RELEVANCIA DE UNA ESCALA PARAMEDIR EMPATÍA

Se pueden argüir varios motivos para sustentarla necesidad de contar con instrumentos que permi-tan medir empatía, tanto en el ámbito clínico comoen el educativo. A continuación vamos a referimosa tres áreas de investigación que sustentan la rele-vancia de contar con este tipo de instrumentos.

El Papel de la Empatía en la Presencia deConducta Prosocial

Varios autores han planteado que la empatía esuna habilidad que media la presencia de diferentesformas de conducta prosocial, por lo que su desarro-llo es indispensable para que los individuos presen-ten comportamientos prosociales en general(Fuentes, 1989; Loeber, Hay, 1997). Fuentes (1989)encontró que la empatía era una variable que media-

Page 4: Empatia Medicion en Adolescentes

LA MEDICIÓN DE LA EMPATÍA EN PREADOLESCENTES y ADOLESCENTES VARONES 187

ba el comportamiento de ayuda entre un grupo de170 niños y adolescentes de los dos sexos, a quienesles aplicó el Índice de Empatía y Ansiedad, el cualmide la ernpatía desde el punto de vista situacíonal,También halló que la empatía era mayor en losadolescentes que en los niños, destacando el papelque el desarrollo cognoscitivo tiene sobre el desa-rrollo de esta habilidad. A pesar del rol que puedetener la empatía en el comportamiento prosocial,otros autores (Eisenberg , Strayer, 1992) han plan-teado que la empatía puede generar una intenciónde ayuda, pero que esta intención no necesariamen-te puede materializarse.

Otros autores han señalado el papel que posee laernpatía en la presencia de la conducta antisocial.De acuerdo con estos autores, una baja capacidadempática puede ser la base de la conducta antisocialen general, observada de forma especial en muchosniños y adolescentes con conducta agresiva seria(Ascione, 1993;Dodge, 1993; Loeber& Hay, 1997),Por ejemplo, Ascione (1993), ve la baja capacidadempática como la principal explicación de la cruel-dad hacia los animales evidenciada en muchosniños agresivos.

Varios estudios han mostrado que los niños yadolescentes con conducta antisocial, presentanuna escasa capacidad empática, lo cual refuerza laconsideración hecha por la American PsychiatricAssociation (1995) en relación con la escasa empatíacomo un síntoma asociado con el trastorno disocial,un trastorno en el cual sus síntomas se refieren avarias conductas antisociales. Por ejemplo, Rey(2001) halló un grado de empatía menor en ungrupo de niños y adolescentes con este trastorno, encomparación con el grado de empatía mostrado porun grupo de niños y adolescentes de la poblacióngeneral.

Por su parte, Matthys, WaIterbos, Van-Engeland y Koops (1995), comparando las des-cripciones libres que hicieron 42 niños yadolescentes con trastorno disocial sobre sus igua-les, con las que hicieron 54 niños y adolescentesnormales y las que ejecutaron 35 niños y adoles-centes con desordenes internalizantes (todos conedades que oscilaban entre los 8 y los 22 años),

hallaron que los chicos con trastorno disocialmostraban un punto de vista más egocéntrico desus iguales que los chicos normales. Además,prestaban menos atención al mundo interior de susiguales y a su forma de ser propia y se enfocabanmás en sus cualidades externas. Los chicos condesórdenes internalizantes, por su parte, asumie-ron una posición intermedia entre la de los chicoscon trastorno disocial y la de los chicos normales.Comparando a sus participantes en el grado deempatía por edad, hallaron que los chicos másjóvenes de los tres grupos percibían a sus igualesdesde un punto de vista más egocéntrico.

Los datos de estos estudios señalan la necesidadde promocionar la empatía a la hora de prevenirtrastornos como el trastorno disocial y de tratar aniños y adolescentes con dicho trastorno. En esesentido, Bemstein (1996) ha señalado que el trata-miento de la conducta antisocial podría facilitarsehaciendo que el niño o adolescente vea las conse-cuencias que produce dicha conducta (inducción deculpa), algo que Born, Chevaliery Humblet (1997)encontraron asociado a la desistencia delictiva en-tre 363 jóvenes institucionalizados de 12 a 18 añosde edad. En ese sentido, Kazdin (1988) presenta unprograma de tratamiento de la conducta antisocialinfanta-juvenil, que se centra en el desarrollo y lapromoción de habilidades sociales, siendo de espe-cial importancia la habilidad para ponerse en ellugar del otro. Con este entrenamiento se busca queel individuo modifique su patrón habitual deinteracción interpersonal y adquiera un repertorioque reditúe en relaciones distintas a las que común-mente caracterizan a los niños y adolescentesantisociales (Kazdin, 1988).

Empalia y Género

Otros estudios han resaltado el posible papeldel género en el desarrollo de la empatía, comparan-do el grado de empatía que presentan mujeres yvarones. Tales estudios han encontrado, en general,una menor capacidad ernpática y mayor procli vidada la conducta antisocial entre los varones. González,Calvo, Benavídes y Casulla (1998), por ejemplo,evaluaron varios tipos de conducta prosocial y de

Page 5: Empatia Medicion en Adolescentes

188

conducta antisocial en 977 adolescentes, 504 muje-res y 473 varones, encontrando que los varonesmostraban menos empatía, respeto y sociabilidadque las mujeres, así como mayores sentimientos desoledad, más conductas agresivas y una mayorcapacidad de liderazgo percibida que las chicas. Porsu parte, Tori y Emavardhana (1998), comparandodelincuentes juveniles de sexo masculino con de-lincuentes juveniles mujeres, hallaron que los pri-meros tenían una menor capacidad de apreciaciónde las emociones ajenas que las chicas.

Lara (1990), por su parte, aplicando una versiónpreliminar de su Inventario de Masculinidad yFemineidad a 220 hombres y 276 mujeres de unpoblado mexicano, con edades no inferiores a loscatorce años, encontró que tanto hombres comomujeres tendían a atribuir a la mujer una serie decaracterísticas asociadas con la habilidad empática,mientras que al hombre una serie de característicasque pueden, en un momento dado, ser opuestas a lamisma. Por ejemplo, para la mujer, los participantesatribuyeron las siguientes características: "Deseosade consolar al que se siente lastimado", "Dulce","Tierna" y "Sensible a las necesidades de los de-más", mientras que al hombre le asignaron lossiguientes rasgos: "Rudo", "Dispuesto a mantenersu postura", "Agresivo", "Dominante", "De perso-nalidad fuerte", "Rebelde", "Usa malas palabras","Egoísta" y "Frío".

Estas diferencias por sexo en empatía y conduc-ta antisocial han conllevado a varios teóricos a teneren cuenta el papel del género en el proceso desocialización. Por ejemplo, Loeber y Hay (1997),Mojarro y Benjumea (1995) y Pollack (1999), hanseñalado que el comportamiento que exhiben lospadres hacia su hijos, es diferente de acuerdo con elsexo de éstos. Aunque en la etapa preescolar elcomportamiento paterno y materno hacia sus hijosno es muy distinto, en la edad escolar ambos padresempiezan a promover en sus hijos varones la dure-za, el trato fuerte y otros comportamientos quepodrían desfavorecer la capacidad empática, casti-gando muestras de "debilidad" como llorar. Larudeza y la brusquedad, de hecho, son vistas en esaedad como algo propio de los niños y algo impropioen las niñas por ambos padres.

REY

Maltrato Infantil y Baja Empatia

Otra importante área de investigación relacio-nada con la empatía tiene que ver con el papeladverso del maltrato infantil en el desarrollo de estahabilidad. Además de una mayor tasa de conductasagresivas hacia otros niños e incluso hacia losanimales, hoy día se considera que el trato cruelhacia los niños genera en ellos un escaso desarrollode habilidades sociales, dentro de las cuales seincluye la empatía, y un modelo de interaccióninterpersonal que los niños repiten en su edadadulta, repercutiendo en problemas de relación depareja y en el trato que proporcionan a sus propioshijos (Ascione, 1993; Dodge, Pettit & Bates, 1997;Rey & Rodríguez, 1999). En ese sentido, Eckenrode,Powers y Garbarino (1997) encontraron que elmaltrato tiene repercusiones en la adolescenciatales como intentos de suicidio, delincuencia, da-ños físicos y daños psicológicos, dentro de loscuales se destacan baja autoestima, ansiedad, faltade empatía y pobres relaciones sociales.

En suma, la medición de la empatía conllevauna importancia crucial debido a:

l. El papel que esta habilidad tiene en la conductaprosocial y la conducta antisocial. El tratamien-to de la conducta antisocial puede basarse en lapromoción de la empatía, lo cual hace necesariala evaluación de esta habilidad a la hora devalorar los resultados de un programa de inter-vención de este tipo.

2. La baja empatía como un indicador de maltratoinfantil. Si se considera que uno de los efectosdel maltrato infantil es una escasa empatía (10

cual es coherente con el hecho de que muchosniños y adolescentes con conducta antisocialseria son maltratados), la medición de esta habi-lidad en los niños y adolescentes maltratadospermite evaluar tanto uno de los posibles efectosdel maltrato, como la efecti vidad de los progra-mas de intervención dirigidos a estos niños yadolescentes.

3. La empatía como indicador de la efecti vidad delos programas de prevención de la conducta

Page 6: Empatia Medicion en Adolescentes

LA MEDICIÓN DE LA EMPATÍA EN PREADOLESCENTES y ADOLESCENTES VARONES 189

antisocial. Además del tratamiento, el relevantepapel que se le ha asignado a la empatía en elproceso socializador yen el género, vinculadocon la conducta antisocial, conlleva la necesidadde tener en cuenta esta habi lidad para evaluar losprogramas de prevención de la conducta antiso-cial centrado en procesos socializadores comolos patrones de crianza y las normas socialescentradas en el género.

Estas consideraciones dirigen la mirada haciala evaluación de la empatía en preadolescentes yadolescentes varones en el contexto social colom-biano. Por un lado, y teniendo en cuenta el papeldel género en el desarrollo de la conducta antiso-cial, es importante contar con instrumentos en unmedio social como el colombiano, que permitanevaluar tal habilidad socio cognoscitiva con baseen los datos normalizados obtenidos con indivi-duos varones. Por otro lado, es conveniente contarcon instrumentos que proporcionen una evalua-ción de la efectividad de programas de prevencióno tratamiento de la conducta antisocial, que con-templen la potenciación de habilidades como laempatía.

Con base en ello, este estudio se propuso eva-luar la validez y la confiabilidad de una escala paramedir empatía, fundamentada en la escala deEmpatía del Cuestionario de Conducta Prosocial deMartorell, González y Calvo (1998), tomando comobase los datos arrojados por 318 preadolescentes yadolescentes varones colombianos a los cuales seles aplicó este instrumento.

MÉTODO

Participantes

La escala fue aplicada inicialmente a trescien-tos treinta preadolescentes y adolescentes entreonce y dieciocho años de edad de sexo masculino,cuyo promedio de edades era de 15,28 años. Lamayoría de estos preadolescentes y adolescentesprovenía de un colegio privado de Bogotá (214 entotal), mientras que 24 de ellos fueron enganchadosen un centro de capacitación juvenil también bogo-

tano, 69 en un centro reeducativo de modalidadabierta de la misma ciudad y 23 en otro centroreeducativo también de modalidad abierta ubicadoen un municipio aledaño a Bogotá (Soacha).

De estos preadolescentes y adolescentes, 265 seencontraban estudiando cuando se realizó la aplica-ción de la escala, mientras que 53 de ellos no (sedesconoce la situación académica que tenían docede ellos en ese momento). Su escolaridad oscilabaentre el segundo grado de educación básica prima-ria y el último grado de secundaria (uno de ellos notenía ningún grado de escolaridad, pero no eraanalfabeta) .

Es de aclarar que debido a que doce de estostrescientos treinta participantes no contestó ade-cuadamente al instrumento bajo estudio, los datosanalizados finalmente correspondieron a trescien-tos dieciocho de ellos.

Instrumento

El instrumento del cual partió la escala que fueevaluada, es la escala de Empatía del Cuestionariode Conducta Prosocial de Martorell, González yCalvo (1998), el cual posee también las siguientesescalas: Respeto, Relaciones Sociales y Liderazgo.Este cuestionario está dirigido a preadolescentes yadolescentes de los dos sexos y posee, en total, 55ítems, que se contestan a través de una escala tipoLikert de cuatro opciones ("Nunca": un punto,"Alguna vez": dos puntos, "Muchas veces": trespuntos, y "Siempre": cuatro puntos). Aunque laescala original posee diecinueve ítems, para losanálisis realizados en este estudio solo se tuvieronen consideración quince ítems, por lo que la escalaevaluada permite obtener una puntuación mínimade 15 puntos y una máxima de 60.

Esta escala intenta medir la empatía desde elpunto de vista de una habilidad para comprender lasituación, las emociones y los sentimientos de otrapersona; en ese sentido, siguiendo la diferenciaciónhecha por Fuentes (1989), mide la empatía desde elpunto de vista de una disposición más que de unestado situacional.

Page 7: Empatia Medicion en Adolescentes

190

Procedimiento

Debido a que la escala es de origen español,inicialmente fue sometida a un escrutinio enrelación con las características lingüísticas desus ítems e instrucciones, con el apoyo de unprofesor universitario español. Ya que este es-crutinio mostró una pequeña diferencia lingüís-tica en la parte de las instrucciones, fueligeramente modificada en esta parte. Posterior-mente fue aplicada a una muestra piloto de seisadolescentes (colombianos) a quienes se lespidió su opinión sobre la claridad de sus instruc-ciones, con base en una escala de uno a cinco,coincidiendo todos con la puntuación de cinco.La escala luego fue aplicada a la muestra de 330preadolescentes y adolescentes, en los lugaresdonde fueron enganchados y en grupos de aproxi-madamente veinte personas. Las instruccionesque muestra la escala para su contestación son lassiguientes:

"A continuación encontrarán una serie de frasesque se refieren a tu modo de ser o actuar. Léelas conatención y señala la alternativa de respuesta quemejor represente tu forma de ser o actuar, poniendouna 'X' sobre la casilla correspondiente. Las alter-nativas de respuesta son: Nunca, Algunas veces,Muchas veces y Siempre. No hay respuestas buenaso malas: Todas sirven. Fíjate de no dejar ningunapregunta sin responder".

No obstante, doce (12) de los 330 preado-lescentes y adolescentes a los que se les aplicóla escala no la contestaron apropiadamente, re-duciendo el análisis de sus resultados a 318participantes.

Los datos obtenidos fueron sometidos a dosanálisis de con fiabilidad relacionados con la con-sistencia interna: el alfa estandarizado de Cronbachy el análisis de correlación reactivo-total. La vali-dez fue evaluada a través del análisis discriminante,tomando como criterio el poseer diagnóstico detrastorno di social, dado que se considera en elámbito clínico que los niños y adolescentes que

REY

presentan este trastorno poseen una baja empatía(por ejemplo, Ascione, 1993; American PsychiatricAssociation, 1995). Este criterio funcionó como lavariable categórica que permitió clasificar a lospreadolescentes y adolescentes que participaron enesta investigación, con base en dos valores: "condiagnóstico de trastorno disocial" y "sin diagnósti-co de trastorno disocia}".

En la primera categoría fueron incluidos noven-ta y cuatro preadolescentes y adolescentes quepresentaban el trastorno de acuerdo con un cuestio-nario diagnóstico realizado para efectos de unainvestigación previa (Rey, 2001) Y que está basadoen los criterios de la American PsychiatricAssociation (1995). Estos preadolescentes y ado-lescentes estaban vinculados a las dos institucionesreeducati vas mencionadas y a un programa de orien-tación juvenil que se llevaba a cabo en un colegioprivado. El resto de preadolescentes y adolescentesparticipantes se clasificó como "sin diagnóstico detrastorno disocia}", independientemente de que enrealidad tuviesen o no el trastorno, pues esto no fueevaluado.

Otros datos estadísticos obtenidos fueron lamedia, la mediana, la moda, la desviación estándar,la varianza, las puntuaciones mínima y máxima, lacurtosis, el apuntalamiento y los percentiles másimportantes.

RESULTADOS

La fórmula de Cronbach para evaluar laconfiabilidad de esta escala arrojó un valor alphaestandarizado de 0,7828, que señala que posee unnivel adecuado de confiabilidad. En cuanto a lascorrelaciones entre cada uno de los reactivos de laescala y la puntuación total obtenida (correlaciónreactivo-total), como puede verse en la Tabla 1, seobtuvo coeficientes de correlación (formula pro-ducto momento de Pearson bilateral y Spearmanbilateral) de un nivel de significación superior a0,001 para cada uno de los ítems en relación con lapuntuación total.

Page 8: Empatia Medicion en Adolescentes

TABLA1

Correlaciones

ítem-total

Ítem

Correlaciones

t""'

Pearson

Spearman

> ~ t"I'lCoef.

Sigo

Coef.

Sigo

O ñ0,542

0,000**

0,556

0,000**

O' 20,402

0,000**

0,381

0,000**

O tT1

0,487

0,000**

0,483

0,000**

t""' >

0,578

0,000**

0,583

0,000**

tT1 ~

0,571

0,000**

0,556

0,000**

'"O > -30,483

0,000**

0,485

0,000"'*

S;:'

0,381

0,000**

0,361

0,000**

tri 2 '"O

0,396

0,000**

0,428

0,000**

;;>::l

tT1

0,446

0,000**

0,437

0,000**

> O O0,594

0,000**

0,592

0,000**

¡; CI:l

0,556

0,000**

0,531

0,000**

o tT10,634

0,000**

0,637

0,000**

2 -3 tT1

0,499

0,000**

0,444

0,000**

CI:l -<

0,495

0,000**

0,493

0,000**

> O0,368

0,000**

0,364

0,000**

O t""'

tT1

CI:l o tT1 2 -3 tT1 CI:l < > ;;>::l O 2 tT1 CI:l

l.Cuandoalguientieneproblemas

mepreocupa

2.Cuandopeganuofendenaalgúncompañero,ledefiendo

3.Cuandoalguienseequivoca

ohacealgoincorrecto

lecorrijo

intentando

noofenderle

4.Ayudo

alosquetienenproblemas

5.Cuandolonecesitan,animoamisamigosycompañeros

6.Colaboroparaquesetrabajemejoryconmásinterés

7.Hablomuybien,tengofacilidad

depalabra

8.Megustahablarconmisamigosycompañeros

9.Meentiendobienconmiscompañeros

10.

Cuandoofendo

omolesto,pidodisculpas

11.

Tengo

pacienciaconloserroresoequivocaciones

delosdemás

12.

Meintereso

por10quepuedasucederleamiscompañeros

13.

Recojoloquelosdemástiranodejanfueradesusitio

14.

Cuandoalguienesrechazadooignorado,meacercoaéleintentoayudarle

15.

Sécuando

tengoquehablarycuando

tengoquecallar

**P>O,oolbilateral

......

1.0 ......

Page 9: Empatia Medicion en Adolescentes

192

Por su parte, el análisis discriminante arrojó unvalor Lambda de WilksdeO,978, el cual indica, aunnivel de significación de 0,008, que la media mos-trada por el grupo de preadolescentes y adolescen-tes diagnosticados con trastorno disocial (37,5638)era muy diferente de la mostrada por el grupo deniños y adolescentes que no fueron diagnosticados(39,6964).

Por otra parte, la media obtenida por todo elgrupo de preadolescentes y adolescentes fue de39,0660, con una mediana de 39,00, siendo 36,00 lamoda de menor valor. La desviación típica obtenidafue de 6,5662 y la varianza fue de 43,1155; lapuntuación mínima fue de 21,00, mientras que lamáxima fue 60,00, la curtosis fue de 0,280, mien-tras que el índice de apuntalamiento fue de 0,304.Las puntuaciones distribuidas de acuerdo apercentiles se detallan en la Tabla 2.

TABLA 2Percentiles obtenidos por la muestrabajo estudio (media = 39,066;desviación típica = 6,5662).

Percentil Puntuación

1

5

10

152025303540455055

606570758085909599100

25,1900OOסס,2931,0000OOסס,3233,000034,000035,000036,000037.0000OOסס,38OOסס,39OOסס,40OOסס,41OOסס,42OOסס,43OOסס,43OOסס,45OOסס,46OOסס,4749,000058.000060,0000

REY

DISCUSIÓN

Los resultados de las dos pruebas de confiabilidadrealizadas a la escala de empatía indican que poseeuna alta consistencia interna, y que puede arrojarresultados fiables en relación con el constructo quepretende medir. Por un lado, el valor alfa estandari-zado obtenido, indica que sus ítems correlacionanaltamente entre sí; por otro, las correlaciones de unnivel de probabilidad superior a 0,001 entre cada unode sus ítems y las puntuaciones globales, señalan quetodos sus ítems muestran una fuerte consistencia enrelación con un mismo constructo.

El análisis discriminante realizado, por otraparte, con una Lambda de Wilks muy cercana a unoy un nivel de significación de 0,008, indica que laescala fue sensible a la existencia de un diagnósticode trastorno disocial, en el cual una de sus caracte-rísticas predominantes es una escasa habilidad paraponerse en el lugar del otro (American PsychiatricAssociation, 1995), indicando que la escala podríaestar midiendo efectivamente tal constructo. Es dedestacar que la escala logró hacer tal discrimina-ción, aún sin haberse evaluado si los preadolescentesy adolescentes "sin diagnóstico de trastornodisocia)", presentaban ese trastorno o no.

Los resultados de este análisis discriminante, asímismo, fueron coherentes con los postulados teóri-cos sobre la relación entre la conducta antisocial,patente en un trastorno como el disocial, y una escasacapacidad empática, ya que los preadolescentes yadolescentes con el trastorno mostraron una mediade puntuaciones en la escala significati vamente me-nor a la del resto de preadolescentes y adolescentes.Este hecho reafmna la necesidad de tomar en consi-deración la empatía a la hora de implementar trata-mientos en niños y adolescentes con problemas deconducta antisocial, como ocurre en el caso de laagresividad infantil y la delincuencia juvenil, asícomo de utilizar instrumentos que midan la empatía,como el que fue estudiado aquí, para evaluar laefectividad de estos tratamientos.

Debido a que el desarrollo de la empatía estámediado por el entorno sociocultural, siendo sensi-ble al maltrato infantil y a la crianza que sigue

Page 10: Empatia Medicion en Adolescentes

LA MEDICIÓN DE LA EMPATíA EN PREADOLESCENTES y ADOLESCENTES VARONES 193

estereotipos tradicionalistas de género, vale la penaconsiderar el uso de instrumentos como éste encontextos clínicos, educati vos y comunitarios, paraevaluar los programas que se realicen en estoscontextos, dirigidos a niños y adolescentes en ries-go de desarrollar problemas de conducta antisocialportales situaciones; para ello un instrumento comoéste permitiría obtener un indicador directo o indi-recto del éxito de estos programas al aplicársele apreadolescentes y adolescentes varones.

La escala evaluada en este estudio podría, noobstante, ser objeto de otras pruebas adicionales devalidez, a través de la aplicación concurrente deotros instrumentos que también vayan dirigidos aevaluar laempatía. Asimismo, podríaaplicársele enun próximo estudio auna muestra de preadolescentesy adolescentes mujeres, con el fin de validarla conesta población.

REFERENCIAS

American Psychiatric Association (1995). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (4". Ed.). Barcelona:Masson.

Ascione, F. R. (1993). Children who are cruel to animals: A review of research and implications fordevelopmental psychopathology.Anthrozooes, 6, 226-247.

Bernstein, N. 1. (1996). Treating the unmanageable adolescenl: A guide to oppositional defiant and conducl disorders. Northvale,NJ: Jason Aronson.

Born, M .. Chevalier, V., &Humblet, 1. (1997). Resilience, desistance and delinquent career of adolescent offenders. Journal ofAdolescense, 20, 679-694.

Dodge, K. A. (1993). Social-cognitive mechanisms in the development of conduct disorder and depression. Annual Review ofPsychology, 44, 559-584.

Dodge, K. A., Pettit, G. S., & Bates, J. E. (1997). How the experience of early physical abuse leads children 10beco me chronicallyaggressive. En D. Cicchetti, S.L. Toth, K. Dodge, G.

Pettit, & Bates (Eds.), Developmental perspectives on trauma: Theory research, and intervention. Rochester symposium ondevelopmental psychology (pp. 263-288). Rochester, NY: University of Rochester Press.

Eckenrode, J., Power, J., & Garbarino, 1. (1997). Youth in trouble are youth have been hurto En Garbarino, 1., Eckenrode, 1.. et al.(Eds.), Underslanding abusivefamilies: An ecological approach to theory and practice (pp. 166-193). San Francisco: Jossey-

Bass.

Eisenberg, N., & Strayer, J. (1992). La empatia y su desarrollo. Bilbao: Desclée de Brouwer.

Fuentes, M. 1. (1989). Análisis evolutivo de la empatía y la ansiedad como variables mediadoras del comportamiento de ayuda.

Infancia y Aprendizaje, 48, 65-78.

González, R., Calvo, A., Benavides, G., y Casullo, M. (1998). Evaluación de la conducta social: Un estudio comparativo entreadolescenles argentinos y españoles. Ponencia presentada en la Sexta Conferencia Internacional «Evaluación Psicológica:Formas y Contextos», Salamanca: Universidad de Salamanca.

Kazdin, A. (1988). Tratamiento de la conducta antisocial en la infancia y la adolescencia. Barcelona: Martínez Roca.

Lara, M. A. (1990). Estereotipos sexuales en una población rural mestiza de México. Revista Latinoamericana de Psicología,

22.51-67.

Loeber, R. y Hay, D. (1997). Key issues in the development of aggression and violence from childhood to early adulthood. Annual

Review of Psychology, 48, 37/-4/0.

Martorell, M. c., González, R., y Calvo, A. (1998). Cuestionario de Conducta Prosocial. Valencia: Universidad de Valencia.

Matthys, W., Walterbos, W., Van-Engeland, H., & Koops, W. (1995). Conduct-disordered boys' perceptions of their liked peers.

Cognitive Therapy and Research, /9, 357-372.

Mojarro. M. y Benjumea, P. (1995). Los trastornos de conducta en la infancia. Sevilla: Publicaciones Universidad de Sevilla.

Pollack, W. (1999). Qué pasa con los muchachos de hoy: Cómo rescatar a nuestros hijos hombres de los estereotipos sobre lo que

significa ser hombres. Bogotá: Norma.

Repetto, E. (1992). Fundamentos de orientacián: la empatia en el proceso orientador. Madrid: Morata.

Page 11: Empatia Medicion en Adolescentes

194 REY

Rey, C. (2001). La empatía en niños y adolescentes con trastorno disocia! y el grado de rechazo, marginación afectiva y permisividadde los que son objeto por parte de sus padres y madres. Avances en Psicología Clínica Latinoamericana, 19,25-36.

Rey, C. y Rodríguez, M. (1999). Efectividad de un programa de entrenamiento dirigido a padres y madres maltratantes sobre lasactitudes hacia el maltrato y las interacciones con los hijos. Avances en Psicología Clínica Latinoamericana, 17,21-33.

Tori, Ch. & Emavardhana, T. (1998). The psychology of Tai delinquent youth: A study of self-perception, ego defences, andpersonality traits. 1ntemational Joumal of Offender Therapy and Comparative Criminology, 42 (4), 305-318.

Página web: http://www.rlpsi.org