Muchas personas tenemos estos 7 hábitos mortales, sin darnos cuenta de ello:
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Semana del 27 de Jun al 03 de Jul 2016
[TESOROS DE LA BIBLIA] [SEAMOS MEJORES
MAESTROS] [NUESTRA VIDA CRISTIANA]
[Atalaya]
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27 de junio a 3 de julio
SALMOS 52-59
Canción 38 y oración
Palabras de introducción (3 mins. o menos)
TESOROS DE LA BIBLIA
“Arroja tu carga sobre Jehová” (10 mins.):
Sl 55:2, 4, 5, 16-18. David pasó por momentos de
mucha angustia en su vida (w06 1/6 pág. 11 párr.
3; w96 1/4 pág. 27 párr. 2).
(Salmo 55:2) De veras préstame atención y respóndeme. Mi preocupación me impele a vagar con desasosiego, y no puedo menos que mostrar inquietud,
(Salmo 55:4, 5) Mi corazón mismo está con dolor fuerte dentro de mí, y los terrores de la muerte misma han caído sobre mí.
5 Temor, sí, el temblor mismo entra en
mí, y me cubre estremecimiento.
(Salmo 55:16-18) En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová mismo me salvará.
17 Por la tarde y la mañana y
el mediodía no puedo menos que mostrar preocupación, y lanzo quejidos, y él oye mi voz.
18 Él ciertamente
redimirá [y pondrá] en paz mi alma de la pelea que se hace contra mí, porque en multitudes han venido a estar contra mí.
La Atalaya 2006
Puntos sobresalientes del libro segundo de los
Salmos
55:4, 5, 12-14, 16-18. La conspiración de su propio
hijo Absalón y la traición de Ahitofel, su consejero de
confianza, le causaron un profundo dolor a David. Sin
embargo, su confianza en Jehová no disminuyó.
Nosotros tampoco debemos permitir que los
sentimientos de dolor y angustia debiliten nuestra
confianza en Dios.
*** w96 1/4 pág. 27 Arroje siempre su carga sobre Jehová ***
En cierta ocasión, el rey David de Israel se vio sometido a una presión casi insoportable. Según el Salmo 55, la ansiedad que le ocasionaban las presiones y la animosidad de sus enemigos lo habían aturdido. Sentía una gran congoja y mucho miedo. Solo podía gemir de desconsuelo. (Salmo 55:2, 5, 17.) Sin embargo, a pesar de toda su angustia, encontró la manera de sobrellevar su situación. ¿Qué hizo? Recurrió a su Dios en busca de apoyo. El consejo que David dio a todo aquel que se encontrara en la misma situación fue: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo”. (Salmo 55:22.)
Sl 55:12-14. Un hijo y un amigo de confianza de
David lo traicionaron (w96 1/4 pág. 30 párr. 1).
(Salmo 55:12-14) Porque no fue un enemigo quien
procedió a vituperarme; de otro modo yo podría
soportarlo. No fue uno que me odiara intensamente
quien se dio grandes ínfulas contra mí; de otro modo yo
podría ocultarme de él. 13
Sino que fuiste tú, un hombre
mortal que era como mi igual, uno que me era familiar y
conocido mío, 14
porque disfrutábamos de dulce
intimidad juntos; en la casa de Dios entrábamos
andando con el gentío.
*** w96 1/4 pág. 30 Arroje siempre su carga sobre Jehová ***
Cómo afrontó la traición
Esta cuestión nos conduce al episodio que motivó a David a escribir el Salmo 55. Estaba bajo una gran tensión emocional. “Mi corazón mismo está con dolor fuerte dentro de mí —escribió—, y los terrores de la muerte misma han caído sobre mí.” (Salmo 55:4.) ¿Qué le había ocasionado tanto dolor? Absalón, el hijo de David, había tramado usurpar el trono. (2 Samuel 15:1-6.) Aunque la traición de su propio hijo ya era bastante dolorosa en sí, lo que agravó la situación fue que el consejero de más confianza de David, llamado Ahitofel, participó en la conspiración. Es precisamente a Ahitofel a quien David se refiere en Salmo 55:12-14. Como consecuencia de aquella conspiración y traición, David
tuvo que huir de Jerusalén. (2 Samuel 15:13, 14.) ¡Cuánta angustia debió provocarle aquello!
Sl 55:22. David estaba seguro de que podía contar
con la ayuda de Jehová (w06 1/6 pág. 11 párr. 4;
w99 15/3 págs. 22, 23).
(Salmo 55:22) Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él
mismo te sustentará. Nunca permitirá que tambalee el
justo.
La Atalaya 2006
Puntos sobresalientes del libro segundo de los
Salmos
55:22. ¿Cómo arrojamos nuestras cargas sobre
Jehová? Lo hacemos 1) diciéndole en oración qué es lo
que nos preocupa, 2) acudiendo a su Palabra y
organización en busca de guía y apoyo, y 3) haciendo lo
que razonablemente podamos para resolver la situación
(Proverbios 3:5, 6; 11:14; 15:22; Filipenses 4:6, 7).
*** w99 15/3 págs. 21-23 No permita que lo abrume la ansiedad ***
Moisés ante Faraón
Jehová Dios encargó a su profeta Moisés una difícil misión. En primer lugar, este tenía que presentarse ante los israelitas y convencerlos de que Jehová lo había comisionado para sacarlos de Egipto. Luego debía comparecer ante Faraón y pedirle que dejara marchar a los israelitas. Por último, tenía que dirigir a una muchedumbre de millones de personas a través del desierto e introducirla en una tierra ocupada por pueblos hostiles (Éxodo 3:1-10). Todo ello pudo haber parecido muy intimidante, pero ¿permitió Moisés que esa responsabilidad le causara indebida ansiedad?
Obviamente a Moisés le preocupaban varios asuntos. Preguntó a Jehová: “Supongamos que llego ahora a los hijos de Israel y de hecho les digo: „El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes‟, y ellos de hecho me dicen: „¿Cuál es su nombre?‟. ¿Qué les diré?”. Jehová le dio la respuesta (Éxodo 3:13, 14). También le preocupaba lo que podía suceder si Faraón no le hacía caso. Jehová contestó de nuevo al profeta. Un problema final: Moisés admitió que „no hablaba con fluidez‟. ¿Cómo podía remediarse este inconveniente? Jehová dispuso que Aarón fuera su portavoz (Éxodo 4:1-5, 10-16).
Preparado con las respuestas a sus preguntas, y con su fe en Dios, Moisés procedió a efectuar lo que se le había mandado. No se torturó a sí mismo con pensamientos inquietantes de lo que pudiera suceder cuando se enfrentara a Faraón, sino que „hizo precisamente así‟ (Éxodo 7:6). Si se hubiera dejado abrumar por la ansiedad, posiblemente esta habría
debilitado la fe y el denuedo que necesitaba para llevar a cabo su comisión.
El equilibrio con que Moisés emprendió su cometido es un ejemplo de lo que el apóstol Pablo llamó “buen juicio” (2 Timoteo 1:7; Tito 2:2-6). Si Moisés no hubiera manifestado buen juicio, tal vez no habría aceptado la misión, abrumado por su enorme complejidad.
Cómo controlar los pensamientos
¿Cómo reaccionamos en la vida diaria cuando nos enfrentamos a pruebas de la fe o a tribulaciones? ¿Nos asustamos solo de pensar en los obstáculos o desafíos que se avecinan? ¿O los vemos de manera equilibrada? Como reza un dicho inglés: “No cruces el puente antes de llegar a él”. Es posible que, al fin y al cabo, no haya necesidad de cruzar el puente imaginario. Así, ¿por qué atormentarnos por algo que quizá nunca suceda? La Biblia dice: “La solicitud ansiosa en el corazón de un hombre es lo que lo agobia” (Proverbios 12:25). El resultado suele ser el aplazamiento de las decisiones y la postergación de los asuntos hasta que es demasiado tarde.
Mucho más grave es el daño espiritual que puede ocasionar la ansiedad indebida. Jesucristo indicó que el poder engañoso de las riquezas y “la inquietud de este sistema de cosas” pueden ahogar por completo “la palabra del reino” (Mateo 13:19, 22). Tal como los espinos pueden impedir que la semilla alcance la madurez y produzca fruto, del mismo modo la ansiedad incontrolada puede impedir que progresemos espiritualmente y produzcamos fruto para la alabanza de Dios. La angustia autoinfligida y destructiva ha impedido incluso que algunas personas se dediquen a Jehová, pues se preguntan preocupadas: “¿Y si no puedo cumplir con mi dedicación?”.
El apóstol Pablo nos dijo que en nuestra guerra espiritual procuramos cautivar “todo pensamiento para hacerlo obediente al Cristo” (2 Corintios 10:5). A nuestro archienemigo, Satanás el Diablo, le satisfaría mucho aprovecharse de nuestras preocupaciones para desanimarnos y debilitarnos física, emocional y espiritualmente. Se vale con maestría de la duda para entrampar a los desprevenidos. Por esta razón Pablo también advirtió a los cristianos que no “[dejaran] lugar para el Diablo” (Efesios 4:27). Como “dios de este sistema de cosas”, Satanás ha conseguido “[cegar] las mentes de los incrédulos” (2 Corintios 4:4). Nunca permitamos que controle también nuestra mente.
Podemos conseguir ayuda
Cuando un niño se enfrenta a un problema, puede acudir a su padre amoroso para que lo guíe y consuele. De igual modo, nosotros podemos acudir a nuestro Padre celestial, Jehová, con nuestros problemas. De hecho, nos invita a arrojar nuestras cargas y ansiedades sobre él (Salmo 55:22). Como el niño a quien ya no le preocupa su problema después de que el padre lo ha tranquilizado, nosotros no solo debemos arrojar nuestras cargas sobre Jehová, sino también dejarlas con él (Santiago 1:6).
¿Cómo arrojamos nuestras ansiedades sobre Jehová? Filipenses 4:6, 7 contesta: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús”. Efectivamente, en respuesta a nuestras oraciones y súplicas persistentes, Jehová puede darnos una paz interior que nos proteja la mente de la perturbación que causan las ansiedades innecesarias (Jeremías 17:7, 8; Mateo 6:25-34).
Ahora bien, para obrar en armonía con nuestras oraciones, no debemos aislarnos, ni física ni espiritualmente (Proverbios 18:1). Más bien, conviene que analicemos principios bíblicos y directrices que tengan que ver con nuestro problema para que no confiemos en nuestro propio entendimiento (Proverbios 3:5, 6). Tanto los jóvenes como los adultos pueden dirigirse a la Biblia y a las publicaciones Watch Tower, donde encontrarán abundante información sobre cómo tomar decisiones y afrontar ciertos problemas. Además, en la congregación cristiana se nos ha bendecido con ancianos sabios y experimentados así como otros cristianos maduros que siempre están dispuestos a hablar con nosotros (Proverbios 11:14; 15:22). Aquellos que no están implicados emocionalmente en nuestros problemas y que tienen la mente de Dios sobre un determinado asunto, pueden ayudarnos a ver nuestras dificultades desde una perspectiva diferente. Y aunque no decidan por nosotros, pueden ser una importante fuente de ánimo y apoyo.
“Espera a Dios”
Nadie puede negar que los problemas reales de cada día producen suficiente estrés como para que tengamos que preocuparnos por los imaginarios. Si la ansiedad por lo que pueda suceder nos causa aprensión e incomodidad, entonces dirijámonos a Jehová en oración y súplica. Busquemos la guía, la sabiduría y el buen juicio en su Palabra y su organización. Veremos que, sin importar las circunstancias que se presenten, podemos conseguir ayuda para afrontar la ansiedad.
Cuando se sintió cargado y agitado, el salmista cantó: “¿Por qué estás desesperada, oh alma mía, y por qué estás alborotada dentro de mí? Espera a Dios, porque todavía lo elogiaré como la magnífica salvación de mi persona y como Dios mío” (Salmo 42:11). Que estos sean nuestros sentimientos.
Así, pues, prevea lo que razonablemente pueda esperarse, y deje lo inesperado en manos de Jehová. “[Echen] sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes.” (1 Pedro 5:7.)
Busquemos perlas escondidas (8 mins.):
Sl 56:8. ¿Qué quiso decir David con las palabras
“pon mis lágrimas, sí, en tu odre”? (w09 1/6 pág.
29 párr. 1; w08 1/10 pág. 26 párr. 3).
(Salmo 56:8) Tú mismo has dado informe de que yo soy
fugitivo. Pon mis lágrimas, sí, en tu odre. ¿No están en
tu libro?
La Atalaya 2009
“¿De veras le importo a alguien?”
El libro de los Salmos también resalta el amor e interés
que Dios siente por sus siervos. En Salmo 56:8, David
—que llegó a ser rey del antiguo Israel— le suplicó a
Dios: “Pon mis lágrimas, sí, en tu odre. ¿No están en tu
libro?”. Como vemos, David estaba convencido de que
Jehová comprendía lo mucho que él sufría y que tenía
muy presentes todas y cada una de las lágrimas que él
había derramado. Está claro, por tanto, que nuestro
Creador se interesa por todos los que se esfuerzan por
obedecerle, “aquellos cuyo corazón es completo para
con él”.
La Atalaya 2008
Nuestras lágrimas están guardadas en un odre
La conmovedora referencia de David a los odres
significa mucho para todos nosotros. ¿En qué
sentido? Pues bien, la Biblia indica que Satanás
controla este mundo y que tiene “gran cólera”.
Debido a eso, en todas partes suceden grandes
desgracias (Revelación [Apocalipsis] 12:12). Es
común que las personas, al igual que David, sufran en
sentido emocional, mental o físico, sobre todo si están
tratando de agradar a Dios. Puede que hasta algunos
de nosotros nos sintamos como David. Tal vez
estemos afligidos, “aun llorando”, pero seguimos
esforzándonos por conservar el ánimo y seguir
siendo fieles (Salmo 126:6). Podemos confiar en que
nuestro Padre celestial no solo ve las pruebas que
afrontamos, sino que también comprende cómo nos
afectan emocionalmente. Él entiende a la perfección
nuestro sufrimiento y, movido por la compasión,
guarda en un odre simbólico todas las lágrimas que
derramamos, pues no desea olvidar ninguna de ellas.
Sl 59:1, 2. ¿Qué nos enseña sobre la oración lo que
hizo David? (w08 15/3 pág. 14 párr. 13).
(Salmo 59:1, 2) Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; contra los que se levantan contra mí quieras
protegerme. 2 Líbrame de los practicantes de lo que es
perjudicial, y de hombres culpables de sangre sálvame.
La Atalaya 2008
Jehová escucha nuestras súplicas
13. Además de orar, ¿qué debemos hacer?
13 ¿Quiere decir eso que es suficiente con darle a
conocer nuestros problemas a Jehová? No; debemos
hacer algo más. Después de orar, tenemos que actuar
en conformidad con lo que pedimos. Cuando el rey
Saúl envió hombres a la casa de David para matarlo,
este oró así: “Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío;
contra los que se levantan contra mí quieras
protegerme. Líbrame de los practicantes de lo que es
perjudicial, y de hombres culpables de sangre
sálvame” (Sal. 59:1, 2). Pero además de orar, David
escuchó a su esposa y huyó (1 Sam. 19:11, 12).
Nosotros también podemos pedir que se nos dé
sabiduría para comprender cómo podemos afrontar
nuestra situación e incluso hacer que mejore (Sant.
1:5).
¿Qué me enseña sobre Jehová la lectura bíblica de
esta semana?
¿Qué ideas de la lectura bíblica de esta semana
pueden servirme en la predicación?
Lectura de la Biblia (4 mins. o menos): Sl 52:1-
53:6
(Salmos 52:1-53:6) ¿Por qué te jactas de lo que es malo, oh poderoso? La bondad amorosa de Dios continúa todo el día.
2 Adversidades trama tu lengua,
afilada como una navaja, y obra engañosamente. 3 Has
amado lo malo más que lo bueno; la falsedad, más que el hablar justicia. Sélah.
4 Has amado todas las
palabras devoradoras, oh lengua engañosa. 5 Dios
mismo también te demolerá para siempre; te tumbará de un golpe y te arrancará de [tu] tienda, y ciertamente te desarraigará de la tierra de los vivientes. Sélah.
6 Y los
justos [lo] verán y tendrán miedo, y de él se reirán.
7 Aquí está el hombre físicamente capacitado
que no pone a Dios por su plaza fuerte, sino que confía en la abundancia de sus riquezas, que se abriga en las adversidades [causadas] por él.
8 Pero yo seré como
olivo frondoso en la casa de Dios; yo sí confío en la bondad amorosa de Dios hasta tiempo indefinido, aun para siempre.
9 Ciertamente te elogiaré hasta tiempo
indefinido, porque has actuado; y esperaré en tu
nombre, porque es bueno, enfrente de los que te son leales.
Al director sobre Mahalat. Maskil. De David. 53 El insensato ha dicho en su corazón: “No hay Jehová”. Han obrado ruinosamente y han obrado detestablemente en injusticia; no hay quien haga el bien.
2 En cuanto a Dios,
él ha mirado desde el cielo mismo a los hijos de los hombres, para ver si existe alguien que tenga perspicacia, alguien que busque a Jehová.
3 Todos
ellos se han vuelto atrás, [todos] son igualmente corruptos; no hay quien haga el bien, ni siquiera uno.
4 ¿Acaso ninguno de los practicantes de lo que es
perjudicial tiene conocimiento, que se comen a mi pueblo como se han comido el pan? Ni siquiera a Jehová han invocado.
5 Allí se llenaron de gran pavor,
donde no había resultado que hubiera pavor; porque Dios mismo ciertamente esparcirá los huesos de cualquiera que acampe contra ti. Ciertamente [los] avergonzarás, porque Jehová mismo los ha rechazado.
6 ¡Oh que desde Sión procediera la
magnífica salvación de Israel! Cuando Jehová recoja de vuelta a los cautivos de su pueblo, esté gozoso Jacob, regocíjese Israel.
SEAMOS MEJORES MAESTROS
Primera conversación (2 mins. o menos): Presente
un tratado. Vaya a la parte de atrás y muestre el
código.
Revisita (4 mins. o menos): Demuestre cómo se
puede hacer una revisita a alguien que haya aceptado
un tratado.
Curso bíblico (6 mins. o menos): fg lección 3 párrs.
2, 3. Al terminar, indíquele al estudiante dónde
encontrar el video de jw.org ¿Por qué podemos
confiar en que la Biblia dice la verdad?, y véanlo
juntos unos segundos.
Buenas noticias
¿De veras provienen de Dios las buenas noticias de la
Biblia?
Porque la Biblia procede de Dios. Y estamos seguros
de esto, pues predice el futuro con total exactitud,
algo imposible para el ser humano (Josué 23:14). Solo
el Dios todopoderoso puede hacer eso. (Lea Isaías
42:9 y 46:10.)
Si un libro proviene de Dios, es de esperarse que sea
muy especial. De la Biblia se han distribuido miles de
millones de ejemplares en cientos de idiomas.
Aunque es antigua, concuerda con la ciencia. Además,
sus 40 escritores no se contradicen entre sí.* Por otro
lado, en cada una de sus páginas se refleja el amor de
Dios y aún hoy tiene el poder de cambiar por
completo la vida de la gente. Por estas razones,
millones de personas están convencidas de que la
Biblia es la Palabra de Dios. (Lea 1 Tesalonicenses
2:13.)
Ir al Vídeo
NUESTRA VIDA CRISTIANA
Canción 56
Necesidades de la congregación (7 mins.)
“Jehová Dios nos ayuda” (8 mins.): Análisis con el
auditorio. A fin de que los presentes se puedan
beneficiar de los comentarios personales de todos,
trate de que haya la mayor cantidad de comentarios
posible sobre las cuatro situaciones que se plantean
(Ro 1:12). Anime a todos los publicadores a usar la
Guía de estudio para encontrar ayuda en la Biblia
cuando surjan desafíos.
(Romanos 1:12) o, más bien, para que haya un intercambio de estímulo entre ustedes, por cada uno mediante la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía.
NUESTRA VIDA CRISTIANA
Jehová Dios nos ayuda
En los Salmos 52 a 59, David expresó cómo se sintió
durante los muchos desafíos que tuvo en su vida. Sin
embargo, en aquellos momentos difíciles, nunca dejó
de confiar en Jehová (Sl 54:4; 55:22). También alabó
a Dios por sus palabras (Sl 56:10). ¿Tenemos la
misma fe y confianza en Dios? ¿Acudimos a su
Palabra en busca de guía cuando tenemos
dificultades? (Pr 2:6). ¿Qué versículos le ayudaron a
usted en estas situaciones?
(Salmo 54:4) ¡Mira! Dios es mi ayudador; Jehová está entre los que sostienen mi alma.
(Salmo 55:22) Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará. Nunca permitirá que tambalee el justo.
(Salmo 56:10) En unión con Dios alabaré [su] palabra; en unión con Jehová alabaré [su] palabra.
(Proverbios 2:6) Porque Jehová mismo da la sabiduría; procedentes de su boca hay conocimiento y discernimiento.
Cuando se sintió desanimado.
Cuando estuvo enfermo.
Cuando le ofendieron.
Cuando enfrentó oposición.
Estudio bíblico de la congregación (30 mins.): ia
cap. 18 párrs. 14-21 y las preguntas de repaso del
capítulo
Una animadora visita
14, 15. a) ¿Por qué estaban los pastores deseosos
de ver al recién nacido? b) ¿Qué hicieron los
pastores después de ver a Jesús en el establo?
14 La calma se interrumpe cuando un grupo de
pastores entra de repente en el establo. Están
deseosos de ver a la familia, especialmente al recién
nacido. Han llegado corriendo desde las laderas
donde cuidaban a sus rebaños.* Nota Con los rostros
irradiando alegría y el corazón palpitando de
emoción, les cuentan a los sorprendidos padres lo
que acaba de sucederles. Aquella noche, mientras
estaban en el campo, un ángel se les apareció ante sus
ojos. La brillante gloria de Jehová los rodeó, y el ángel
les anunció que el Cristo (o Mesías) acababa de nacer
en Belén y que lo encontrarían envuelto en bandas de
tela en un pesebre. Y luego sucedió algo todavía más
espectacular: ¡una grandiosa multitud de ángeles se
reunió para alabar a Jehová! (Luc. 2:8-14.)
Nota: El hecho de que los rebaños estuvieran a la intemperie confirma lo que indica la cronología bíblica: que Cristo nació en algún momento a principios de octubre, y no en diciembre, pues en este último caso los rebaños estarían resguardados cerca de las casas.
(Lucas 2:8-14) También había en aquella misma zona
pastores que vivían a campo raso y guardaban las
vigilias de la noche sobre sus rebaños. 9 Y de repente el
ángel de Jehová estuvo de pie junto a ellos, y la gloria
de Jehová centelleó en derredor de ellos, y tuvieron
gran temor. 10
Pero el ángel les dijo: “No teman, porque,
¡miren!, les declaro buenas nuevas de un gran gozo que
todo el pueblo tendrá, 11
porque les ha nacido hoy un
Salvador, que es Cristo [el] Señor, en la ciudad de
David. 12
Y esto les servirá de señal: hallarán un nene
envuelto en bandas de tela y acostado en un pesebre”. 13
Y de súbito se juntó con el ángel una multitud del
ejército celestial, alabando a Dios y diciendo: 14
“Gloria
en las alturas a Dios, y sobre la tierra paz entre los
hombres de buena voluntad”.
15 ¡Con razón los pastores habían llegado corriendo a
Belén! Podemos imaginarnos la emoción de estos
humildes hombres al encontrar al recién nacido
exactamente como el ángel les había dicho. Y no se
callaron las buenas noticias. Al contrario, “dieron a
conocer el dicho que se les había hablado [...]. Y
cuantos oyeron se maravillaron de las cosas que les
dijeron” (Luc. 2:17, 18). Es muy probable que los
líderes religiosos de aquel tiempo menospreciaran a
gente sencilla como los pastores. Sin embargo, resulta
evidente que Jehová valoraba mucho a estos hombres
humildes y fieles. Ahora bien, ¿qué impresión causó
en María esta visita?
(Lucas 2:17, 18) Cuando lo vieron, dieron a conocer el
dicho que se les había hablado respecto a este niñito. 18
Y cuantos oyeron se maravillaron de las cosas que les
dijeron los pastores,
Jehová valoraba mucho a aquellos pastores humildes
y fieles
16. ¿Cómo sabemos que María reflexionaba en lo
que aprendía, y cómo la ayudó esto?
16 Seguramente, María se encuentra agotada por el
parto. Aun así, no se pierde palabra de lo que se dice.
Y no solo eso: el relato explica que “iba conservando
todos estos dichos, sacando conclusiones en su
corazón” (Luc. 2:19). María —una joven profunda y
reflexiva— capta enseguida el significado del
mensaje de los ángeles. Su Dios, Jehová, quería que
ella comprendiera y valorara la identidad e
importancia de su hijo. Así que ella hizo más que solo
escuchar. Fue guardando estas palabras en su
corazón para seguir reflexionando en ellas mes tras
mes y año tras año. Sin duda, la meditación
contribuyó muchísimo a que la fe de María se
mantuviera siempre firme (lea Hebreos 11:1).
(Lucas 2:19) pero María iba conservando todos estos dichos, sacando conclusiones en su corazón.
(Hebreos 11:1) Fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen.
En el establo, María y José escuchan a los pastores
mientras ella tiene en brazos a Jesús
María prestó mucha atención a los pastores y guardó
sus palabras en el corazón
17. ¿Cómo podemos imitar el ejemplo de María?
17 Y usted, ¿imitará a María? Jehová ha llenado las
páginas de la Biblia con verdades espirituales. Pero
estas no nos servirán de nada si no les prestamos
atención. Para eso, tenemos que leer la Biblia con
regularidad, conscientes de que no es un libro más,
sino la Palabra inspirada de Dios (2 Tim. 3:16). Luego
debemos guardar esas enseñanzas en nuestro
corazón y sacar lecciones útiles, tal como hizo María.
Si meditamos en lo que leemos y buscamos maneras
de ponerlo en práctica a mayor grado, nuestra fe se
hará más fuerte.
(2 Timoteo 3:16) Toda Escritura es inspirada de Dios y
provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar
las cosas, para disciplinar en justicia,
Más en lo que meditar
18. a) ¿Cómo obedecieron la Ley mosaica José y
María poco después de nacer Jesús? b) ¿Qué
revela sobre la situación económica de José y
María la ofrenda que presentaron?
18 A los ocho días de nacer el niño, José y María lo
circuncidan de acuerdo con lo que manda la Ley
mosaica y, tal como se les ha indicado, le ponen por
nombre Jesús (Luc. 1:31). Luego, cuando cumple
cuarenta días, lo llevan de Belén al templo de
Jerusalén, que está situado a unos 10 kilómetros (6
millas) de distancia. Una vez allí, presentan la ofrenda
de purificación que la Ley establece para los pobres:
dos tórtolas o dos pichones. Tal vez se sientan mal
porque no les es posible ofrecer un carnero y un
pichón o una tórtola, como hacen otros padres; pero
si así es, no dejan que eso los afecte. El caso es que
reciben mucho ánimo mientras están en el templo
(Lev. 12:6-8; Luc. 2:21-24). Veamos qué fue lo que
sucedió.
(Lucas 1:31) y, ¡mira!, concebirás en tu matriz y darás a luz un hijo, y has de ponerle por nombre Jesús.
(Levítico 12:6-8) Entonces, al cumplirse los días de su purificación por hijo o por hija, traerá un carnero joven en su primer año para una ofrenda quemada y un pichón o una tórtola para una ofrenda por el pecado, a la entrada de la tienda de reunión, al sacerdote.
7 Y él tiene
que presentarlo delante de Jehová y hacer expiación por ella, y ella tiene que ser limpia de la fuente de su sangre. Esta es la ley acerca de la que dé a luz niño o niña.
8 Pero si no tiene lo suficiente para una oveja,
entonces tiene que tomar dos tórtolas o dos pichones, uno para una ofrenda quemada y uno para una ofrenda por el pecado, y el sacerdote tiene que hacer expiación por ella, y ella tiene que ser limpia‟”.
(Lucas 2:21-24) Ahora bien, cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarlo, también se le puso por nombre Jesús, el nombre puesto por el ángel antes que fuera concebido en la matriz.
22 También, cuando se
cumplieron los días para la purificación de ellos conforme a la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo a Jehová,
23 así como está escrito en la
ley de Jehová: “Todo varón que abre matriz tiene que ser llamado santo a Jehová”,
24 y para ofrecer sacrificio,
según lo que se dice en la ley de Jehová: “Un par de tórtolas o dos pichones”.
19. a) ¿Cómo le dio Simeón a María más ideas en
las que meditar? b) ¿Cuál fue la reacción de Ana al
ver a Jesús?
19 Un anciano llamado Simeón se acerca a la pareja y
pronuncia unas palabras que María guarda muy
profundamente en su corazón. Explica que Jehová le
ha prometido que vería al Mesías antes de morir, y el
espíritu santo le ha revelado que el pequeño Jesús es
el Salvador predicho en las Escrituras. Sin embargo,
Simeón también le comunica a María que llegaría el
día en que ella iba a sentir un gran dolor, como si una
larga espada la atravesara (Luc. 2:25-35). Cuando
finalmente llegó ese terrible momento —más de
treinta años después—, es posible que estas palabras
del anciano la hayan ayudado a aguantar. A
continuación, mientras están allí en el templo, una
profetisa de nombre Ana también reconoce al
pequeño Jesús y empieza a hablar de él a todos los
que esperan la liberación de Jerusalén (lea Lucas
2:36-38).
(Lucas 2:25-35) Y, ¡mira!, había en Jerusalén un hombre cuyo nombre era Simeón, y este hombre era justo y reverente, que esperaba la consolación de Israel, y había espíritu santo sobre él.
26 Además, se le había
revelado divinamente por el espíritu santo que no vería la muerte antes que hubiera visto al Cristo de Jehová. 27
Bajo el poder del espíritu él entró entonces en el templo; y al traer adentro los padres al niñito Jesús para hacer por él según la práctica usual de la ley,
28 él
mismo lo recibió en los brazos y bendijo a Dios y dijo: 29
“Ahora, Señor Soberano, estás dejando que tu esclavo vaya libre en paz, según tu declaración; 30
porque mis ojos han visto tu medio de salvar 31
que has alistado a la vista de todos los pueblos,
32 una luz
para remover de las naciones el velo, y una gloria de tu pueblo Israel”.
33 Y su padre y su madre continuaron
admirándose de las cosas que se hablaban acerca de él.
34 También, Simeón los bendijo, pero dijo a María su
madre: “¡Mira! Este es puesto para la caída y el volver a levantarse de muchos en Israel, y para señal contra la cual se hable
35 (sí, a ti misma una espada larga te
atravesará el alma), para que los razonamientos de muchos corazones sean descubiertos”.
(Lucas 2:36-38) Ahora bien, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser (esta mujer era de edad avanzada, y había vivido con su esposo siete años desde su virginidad,
37 y para este tiempo era una viuda
de ochenta y cuatro años de edad), la cual nunca faltaba del templo, rindiendo servicio sagrado noche y día con ayunos y ruegos.
38 Y en aquella misma hora se acercó
y empezó a dar gracias a Dios y a hablar acerca [del niño] a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén.
Mientras María y José están en el templo, Simeón
toma en brazos a Jesús y la profetisa Ana los observa
José y María recibieron mucho ánimo en el templo de
Jehová en Jerusalén
20. ¿Qué bendiciones recibieron José y María por
haber llevado a Jesús al templo de Jerusalén?
20 ¡Cuántas bendiciones recibieron José y María por
haber llevado al bebé al templo de Jehová en
Jerusalén! Esta fue la primera de muchas visitas al
templo que su hijo haría fielmente a lo largo de toda
su vida. En aquella ocasión, la pareja le ofreció a
Jehová todo lo que estaba en su mano, y él sin duda
los recompensó, pues recibieron valiosas enseñanzas
y palabras de ánimo. Seguro que ese día María salió
del templo llena de fe y con el corazón repleto de
verdades espirituales en las que podría meditar,
profundos pensamientos que podría compartir con
otras personas.
21. ¿Cómo lograremos que nuestra fe se
fortalezca?
21 Es hermoso ver que muchos padres de la
actualidad siguen este excelente ejemplo. Los testigos
de Jehová también acostumbran llevar a sus hijos a
las reuniones cristianas. Al igual que José y María,
estos padres dan a Dios todo lo que pueden. Por
ejemplo, aprovechan estas ocasiones para ofrecer
palabras de ánimo a sus hermanos en la fe. A su vez,
salen fortalecidos, felices y con la mente y el corazón
llenos de cosas buenas que compartir con los demás.
¡Qué alegría nos da ver a estas fieles familias! Al
reunirnos con ellas para alabar a Jehová, nuestra fe se
fortalece más y más, tal como le sucedió a María.
Repaso de esta reunión y adelanto de la próxima
(3 mins.)
Canción 121 y oración
LA ATALAYA
Resolvamos los desacuerdos con amor
“Mantengan paz entre unos y otros” (MAR. 9:50).
CANCIONES 39 Y 77
¿QUÉ RESPUESTA DARÍA? ¿Qué consejos dio Jesús para resolver los desacuerdos con amor? Antes de decidir cómo tratar un desacuerdo con un hermano, ¿qué preguntas debemos hacernos? ¿Cómo nos ayudarán los tres pasos descritos en Mateo 18:15-17 a resolver algunos desacuerdos?
1, 2. a) Mencione algunos conflictos que aparecen
en Génesis. b) ¿Por qué menciona estos conflictos
la Biblia?
¿ALGUNA vez ha pensado en los conflictos que hubo
entre personajes bíblicos? Tan solo en los primeros
capítulos de Génesis encontramos varios: Caín
asesina a Abel (Gén. 4:3-8); Lamec mata a un joven
por haberlo golpeado (Gén. 4:23); los pastores de
Abrahán (Abrán) y los de Lot se pelean (Gén. 13:5-7);
Agar desprecia a Sara (Sarai), quien a su vez se enoja
con Abrahán (Gén. 16:3-6); Ismael tiene problemas
con todo el mundo, y todo el mundo está en contra de
él (Gén. 16:12).
(Génesis 4:3-8) Y al cabo de algún tiempo aconteció que Caín procedió a traer algunos frutos del suelo como ofrenda a Jehová.
4 Pero en cuanto a Abel, él también
trajo algunos primogénitos de su rebaño, aun sus trozos grasos. Ahora bien, aunque Jehová miraba con favor a
Abel y su ofrenda, 5 no miraba con ningún favor a Caín
ni su ofrenda. Y Caín se enardeció de gran cólera, y empezó a decaérsele el semblante.
6 Por lo cual Jehová
dijo a Caín: “¿Por qué estás enardecido de cólera, y por qué se te ha decaído el semblante?
7 Si te diriges a
hacer lo bueno, ¿no habrá ensalzamiento? Pero si no te diriges a hacer lo bueno, hay pecado agazapado a la entrada, y su deseo vehemente es por ti; y tú, por tu parte, ¿lograrás el dominio sobre él?”.
8 Después de
eso, Caín dijo a Abel su hermano: [“Vamos allá al campo”.] De modo que aconteció que, mientras estaban en el campo, Caín procedió a atacar a Abel su hermano y a matarlo.
(Génesis 4:23) Por consiguiente, Lamec compuso estas palabras para sus esposas Adá y Zilá: “Oigan mi voz, esposas de Lamec; presten oído a mi dicho: A un hombre he matado por haberme herido, sí, a un joven por haberme dado un golpe.
(Génesis 13:5-7) Ahora bien, Lot, que iba junto con Abrán, también era dueño de ovejas y ganado vacuno y tiendas.
6 Así que la tierra no permitía que moraran
todos juntos, porque se habían hecho muchos sus bienes y ellos no podían morar todos juntos.
7 Y se
suscitó una riña entre los manaderos del ganado de Abrán y los manaderos del ganado de Lot; y en aquel tiempo el cananeo y el perizita moraban en el país.
(Génesis 16:3-6) Entonces Sarai, esposa de Abrán, tomó a Agar, su sierva egipcia, al cabo de diez años de haber morado Abrán en la tierra de Canaán, y se la dio por esposa a Abrán su marido.
4 Por consiguiente, él
tuvo relaciones con Agar, y ella quedó encinta. Cuando ella se dio cuenta de que estaba encinta, entonces su ama empezó a ser despreciada a los ojos de ella.
5 Ante
esto, Sarai dijo a Abrán: “Venga sobre ti la violencia que se me ha hecho. Yo misma entregué mi sierva en tu seno, y ella se dio cuenta de que estaba encinta, y empecé a ser despreciada a sus ojos. Juzgue Jehová entre yo y tú”.
6 De modo que Abrán dijo a Sarai: “¡Mira!
Tu sierva está a disposición tuya. Hazle lo que parezca bien a tus ojos”. Entonces Sarai se puso a humillarla de modo que esta huyó de ella.
(Génesis 16:12) En cuanto a él, llegará a ser un hombre [con características de] cebra. Su mano estará contra todos, y la mano de todos estará contra él; y delante del rostro de todos sus hermanos residirá”.
2 ¿Por qué menciona estos conflictos la Biblia?
Porque eso nos ayuda a ver por qué debemos
mantener la paz y nos muestra cómo lograrlo. Desde
luego, nos beneficia leer cómo personas reales,
imperfectas igual que nosotros, lucharon con
problemas reales. Descubrimos que sus esfuerzos
tuvieron buenos resultados y aprendemos lecciones
que podemos poner en práctica. En realidad, esos
relatos nos enseñan qué cosas debemos hacer y qué
cosas debemos evitar en situaciones parecidas (Rom.
15:4).
(Romanos 15:4) Porque todas las cosas que fueron
escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra
instrucción, para que mediante nuestro aguante y
mediante el consuelo de las Escrituras tengamos
esperanza.
3. ¿Qué veremos en este artículo?
3 En este artículo analizaremos por qué los siervos de
Dios debemos resolver las diferencias y cómo
conseguirlo. Además, veremos varios consejos
bíblicos para solucionar los desacuerdos, llevarnos
bien con los demás y tener una buena relación con
Jehová.
POR QUÉ DEBEMOS SOLUCIONAR NUESTRAS
DIFERENCIAS
4. a) ¿Qué forma de pensar se ha esparcido por el
mundo? b) ¿Cuál ha sido el resultado?
4 Satanás es el principal responsable de que haya
tantos conflictos y desacuerdos. En el jardín de Edén
dio a entender que cada uno puede y debe decidir por
sí mismo lo que está bien y lo que está mal, sin tener
en cuenta a Dios (Gén. 3:1-5). Está claro qué
resultados ha tenido esa forma de pensar. El mundo
está lleno de personas que manifiestan un espíritu de
independencia. Y eso fomenta el orgullo, el egoísmo y
la competitividad. Todos los que se dejan contagiar
por esta actitud le están dando la razón a Satanás,
quien afirma que lo más inteligente es que cada uno
busque sus propios intereses sin preocuparse por los
demás. Esa forma de actuar es egoísta y provoca
enfrentamientos. La Biblia nos recuerda que el
hombre que se enoja fácilmente hace que surjan
peleas y comete muchos pecados (Prov. 29:22).
(Génesis 3:1-5) Ahora bien, la serpiente resultó ser la más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a decir a la mujer: “¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?”.
2 Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: “Del
fruto de los árboles del jardín podemos comer. 3 Pero en
cuanto a [comer] del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: „No deben comer de él, no, no deben tocarlo para que no mueran‟”.
4 Ante esto, la
serpiente dijo a la mujer: “Positivamente no morirán. 5 Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de
él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”.
(Proverbios 29:22) El hombre dado a la cólera suscita contiendas, y cualquiera dispuesto a la furia tiene muchas transgresiones.
5. ¿Qué consejos dio Jesús para resolver los
desacuerdos?
5 En cambio, Jesús enseñó a sus discípulos a buscar la
paz aunque eso pareciera ir en contra de sus propios
intereses. En el Sermón del Monte les dio muy buenos
consejos para resolver desacuerdos y evitar
conflictos. Por ejemplo, los instó a que fueran
apacibles, buscaran la paz, se libraran de
sentimientos que pueden llevar a la ira, resolvieran
rápidamente las diferencias y amaran a sus enemigos
(Mat. 5:5, 9, 22, 25, 44).
(Mateo 5:5) ”Felices son los de genio apacible, puesto que ellos heredarán la tierra.
(Mateo 5:9) ”Felices son los pacíficos, puesto que a ellos se les llamará „hijos de Dios‟.
(Mateo 5:22) Sin embargo, yo les digo que todo el que continúe airado con su hermano será responsable al tribunal de justicia; pero quienquiera que se dirija a su hermano con una palabra execrable de desdén será responsable al Tribunal Supremo; mientras que quienquiera que diga: „¡Despreciable necio!‟, estará expuesto al Gehena de fuego.
(Mateo 5:25) ”Ocúpate en arreglar prestamente los asuntos con el que se queja contra ti en juicio, mientras estás con él en camino hacia allá, no sea que el querellante te entregue al juez, y el juez al servidor del tribunal, y seas echado en prisión.
(Mateo 5:44) Sin embargo, yo les digo: Continúen amando a sus enemigos y orando por los que los persiguen;
6, 7. a) ¿Por qué es importante resolver las
diferencias personales lo antes posible? b) ¿Qué
preguntas conviene que nos hagamos todos los
siervos de Jehová?
6 Si no buscamos la paz con los demás, nuestros
esfuerzos por servir a Dios —lo que incluye orar, ir a
las reuniones y predicar— no tendrán ningún valor
(Mar. 11:25). No podemos ser amigos de Jehová si no
estamos dispuestos a perdonar a los demás (lea
Lucas 11:4 y Efesios 4:32).
(Marcos 11:25) Y cuando estén de pie orando, perdonen lo que tengan contra alguno; para que su Padre que está en los cielos también les perdone sus ofensas”.
(Lucas 11:4) Y perdónanos nuestros pecados, porque nosotros mismos también perdonamos a todo el que nos debe; y no nos metas en tentación‟”.
(Efesios 4:32) Más bien háganse bondadosos unos con otros, tiernamente compasivos, y perdónense liberalmente unos a otros, así como Dios también por Cristo liberalmente los perdonó a ustedes.
7 Debemos ser honestos y pensar detenidamente en
si estamos dispuestos a perdonar y a mantener
relaciones pacíficas con los demás. ¿Nos cuesta
perdonar a nuestros hermanos? ¿Disfrutamos de su
compañía aunque nos hayan ofendido? Jehová espera
que sus siervos sepan perdonar. Si nuestra conciencia
nos dice que tenemos que mejorar en este asunto,
pidámosle ayuda a Jehová, nuestro Padre celestial. Él
escuchará y contestará nuestras humildes oraciones
(1 Juan 5:14, 15).
(1 Juan 5:14, 15) Y esta es la confianza que tenemos
para con él, que, no importa qué sea lo que pidamos
conforme a su voluntad, él nos oye. 15
Además, si
sabemos que nos oye respecto a cualquier cosa que
estemos pidiendo, sabemos que hemos de tener las
cosas pedidas porque se las hemos pedido a él.
¿PODEMOS PASAR POR ALTO LA OFENSA?
8, 9. ¿Qué tenemos que hacer si alguien nos
ofende?
8 Como los humanos somos imperfectos, tarde o
temprano alguien dirá o hará algo que nos ofenda; es
inevitable (Ecl. 7:20; Mat. 18:7). ¿Cómo
reaccionaremos? Pensemos en lo que ocurrió en una
reunión social en la que había varios Testigos. Una
hermana saludó a dos hermanos, pero su forma de
hacerlo molestó a uno de ellos. Cuando los dos
hermanos se quedaron solos, el ofendido se puso a
criticar a la hermana por lo que había dicho.
Entonces, el otro le recordó que ella había servido
fielmente a Jehová en circunstancias difíciles durante
cuarenta años y le dijo que no creía que quisiera herir
sus sentimientos. El hermano ofendido lo pensó un
momento y dijo: “Tienes razón”. Así que decidió
olvidar el asunto.
(Eclesiastés 7:20) Pues no hay en la tierra hombre justo que siga haciendo el bien y no peque.
(Mateo 18:7) ”¡Ay del mundo, debido a los tropiezos! Pues, forzosamente tienen que venir los tropiezos, pero ¡ay del hombre por medio de quien viene el tropiezo!
9 ¿Qué lección aprendemos? Que podemos controlar
cómo reaccionamos cuando alguien hace algo que
podría ofendernos. El amor nos permite pasar por
alto las pequeñas faltas (lea Proverbios 10:12 y 1
Pedro 4:8). Jehová piensa que es “hermosura de
[nuestra] parte” pasar por alto una ofensa (Prov.
19:11; Ecl. 7:9). Por eso, lo primero que tenemos que
hacer cuando sentimos que alguien nos trata con falta
de respeto o no es amable con nosotros es
preguntarnos: “¿Puedo pasar por alto ese asunto? ¿De
verdad tengo que darle importancia?”.
(Proverbios 10:12) El odio es lo que suscita contiendas, pero el amor cubre hasta todas las transgresiones.
(1 Pedro 4:8) Ante todo, tengan amor intenso unos para con otros, porque el amor cubre una multitud de pecados.
(Proverbios 19:11) La perspicacia del hombre ciertamente retarda su cólera, y es hermosura de su parte pasar por alto la transgresión.
(Eclesiastés 7:9) No te des prisa en tu espíritu a sentirte ofendido, porque el ofenderse es lo que descansa en el seno de los estúpidos.
10. a) ¿Cómo se sintió una hermana cuando la
estaban criticando? b) ¿Qué consejo de la Biblia la
ayudó a conservar la paz interior?
10 Cuando alguien nos critica, puede ser difícil no dar
importancia a sus palabras. Pensemos en una
precursora a la que llamaremos Lucy. Algunos
hicieron comentarios negativos sobre su predicación
y sobre cómo usaba el tiempo. Lucy se sintió herida,
así que pidió consejo a hermanos maduros. Ella dice:
“Sus palabras basadas en la Biblia me ayudaron a ver
las opiniones de los demás desde una perspectiva
correcta y a concentrarme en lo más importante: lo
que piensa Jehová”. A Lucy la animó leer Mateo 6:1-4
(léalo). Estos versículos le recordaron que su objetivo
debía ser agradar a Jehová. “Aunque otros hagan
comentarios negativos sobre mi predicación —
explica—, soy feliz, porque sé que hago todo lo
posible por ganarme la aprobación de Jehová”.
Entender esto ayudó a Lucy a no hacer caso a esos
comentarios.
SI NO PODEMOS PASAR POR ALTO LA OFENSA
11, 12. a) ¿Qué debemos hacer si creemos que un
hermano tiene algo contra nosotros? b) ¿Qué
aprendemos de la manera en que Abrahán
resolvió un conflicto? (Vea el dibujo del
principio).
11 La Biblia dice que “todos tropezamos muchas
veces” (Sant. 3:2). Imagine que se entera de que un
hermano se molestó por algo que usted dijo o hizo.
¿Qué debería hacer? Jesús dijo: “Si estás llevando tu
dádiva al altar y allí te acuerdas de que tu hermano
tiene algo contra ti, deja tu dádiva allí enfrente del
altar, y vete; primero haz las paces con tu hermano, y
luego, cuando hayas vuelto, ofrece tu dádiva” (Mat.
5:23, 24). Siga el consejo de Jesús y hable con el
hermano. Pero no olvide cuál es su objetivo. No se
trata de echarle parte de la culpa a él, sino de que
usted admita la suya y hagan las paces. Lo más
importante es estar en paz con los hermanos.
(Santiago 3:2) Porque todos tropezamos muchas veces. Si alguno no tropieza en palabra, este es varón perfecto, capaz de refrenar también [su] cuerpo entero.
(Mateo 5:23, 24) ”Por eso, si estás llevando tu dádiva al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
24 deja tu dádiva allí enfrente del altar, y vete;
primero haz las paces con tu hermano, y luego, cuando hayas vuelto, ofrece tu dádiva.
12 El relato de la Biblia que mencionamos antes
sobre Abrahán y su sobrino Lot explica cómo
resolvieron pacíficamente un conflicto que podría
haberlos dividido. Los dos tenían rebaños, y sus
pastores se pelearon, según parece, por las tierras de
pasto. Para mantener la paz, Abrahán le dijo a Lot que
fuera el primero en escoger dónde vivir con su
familia (Gén. 13:1, 2, 5-9). ¡Qué buen ejemplo!
Abrahán buscó la paz, no sus propios intereses. ¿Salió
perdiendo por ser tan generoso? No, para nada. Justo
después de este incidente, Jehová le prometió que
recibiría muchas bendiciones (Gén. 13:14-17). Dios
nunca permitirá que sus siervos sufran pérdidas
permanentes por poner en práctica los consejos de la
Biblia y resolver sus diferencias con amor.[1]
Nota: [1] (párrafo 12): Hubo otros siervos de Dios
que resolvieron sus diferencias de manera pacífica:
Jacob, con Esaú (Gén. 27:41-45; 33:1-11); José, con
sus hermanos (Gén. 45:1-15), y Gedeón, con los
efraimitas (Juec. 8:1-3). Y puede que recuerde otros
ejemplos que están en la Biblia.
(Génesis 13:1, 2) Después de eso Abrán subió de Egipto —él y su esposa y todo cuanto tenía, y Lot con él— al Négueb.
2 Y Abrán tenía gran cantidad de
manadas y plata y oro.
(Génesis 13:5-9) Ahora bien, Lot, que iba junto con Abrán, también era dueño de ovejas y ganado vacuno y tiendas.
6 Así que la tierra no permitía que moraran
todos juntos, porque se habían hecho muchos sus bienes y ellos no podían morar todos juntos.
7 Y se
suscitó una riña entre los manaderos del ganado de Abrán y los manaderos del ganado de Lot; y en aquel tiempo el cananeo y el perizita moraban en el país.
8 Por
eso dijo Abrán a Lot: “Por favor, que no continúe riña alguna entre yo y tú y entre mis manaderos y tus manaderos, porque somos hermanos.
9 ¿No está a tu
disposición todo el país? Por favor, sepárate de mí. Si tú vas a la izquierda, entonces yo ciertamente iré a la derecha; pero si tú vas a la derecha, entonces yo ciertamente iré a la izquierda”.
(Génesis 13:14-17) Y Jehová dijo a Abrán después que Lot se hubo separado de él: “Alza los ojos, por favor, y mira desde el lugar donde estás, hacia el norte y hacia el sur y hacia el este y hacia el oeste,
15 porque toda la
tierra que estás mirando, a ti y a tu descendencia la voy a dar hasta tiempo indefinido.
16 Y ciertamente
constituiré a tu descendencia como las partículas de polvo de la tierra, de modo que, si un hombre pudiera contar las partículas de polvo de la tierra, entonces podría ser contada tu descendencia.
17 Levántate, ve de
un sitio a otro en la tierra por su largo y por su ancho, porque a ti te la voy a dar”.
13. a) ¿Cómo reaccionó un superintendente
cuando un hermano le habló de forma cortante?
b) ¿Qué podemos aprender de este ejemplo?
13 Veamos un ejemplo actual. Un hermano fue
nombrado superintendente de un departamento de
una asamblea. Un día llamó a otro hermano para
preguntarle si podía contar con él, pero este le
respondió de forma muy cortante y le colgó el
teléfono. Por lo visto, había tenido problemas con el
superintendente anterior y se sentía herido. El nuevo
superintendente no se lo tomó a mal, aunque
tampoco pudo pasarlo por alto. Una hora más tarde,
lo llamó otra vez para decirle que, como todavía no se
conocían, sería bueno que se vieran para resolver
juntos lo que le preocupaba. A la semana siguiente, se
reunieron en un Salón del Reino. Hicieron una
oración y hablaron durante una hora. El hermano le
contó al superintendente los problemas que había
tenido. Este lo escuchó, se puso en su lugar y repasó
con él algunas ideas de la Biblia. Al final, se
arreglaron las cosas, y el hermano sirvió como
voluntario en la asamblea. Hoy agradece que el
superintendente fuera paciente con él y lo tratara con
amabilidad.
¿HAY QUE INVOLUCRAR A LOS ANCIANOS?
14, 15. a) ¿Cuándo deberíamos seguir el consejo
de Mateo 18:15-17? b) ¿Qué tres pasos mencionó
Jesús? c) ¿Cuál debe ser nuestro objetivo al dar
estos pasos?
14 En la mayoría de los casos, podemos y debemos
resolver nuestras diferencias en privado y sin
involucrar a nadie más. Sin embargo, Jesús dijo que a
veces puede que sea necesario que la congregación
intervenga (lea Mateo 18:15-17). ¿Qué ocurría si el
ofensor se negaba a hacer lo que dijo Jesús: escuchar
a su hermano, a los testigos y a la congregación?
Entonces se le debía tratar “como hombre de las
naciones y como recaudador de impuestos”. Hoy
diríamos que tal persona debería ser expulsada. El
hecho de que pudiera tomarse esta medida tan seria
indica que el “pecado” en cuestión no podía ser un
simple desacuerdo. Jesús hablaba de una ofensa que
tenía que cumplir dos condiciones: 1) podía
resolverse entre los implicados, pero 2) era
suficientemente grave como para que el ofensor fuera
expulsado si el asunto no se resolvía. Estos pecados
pudieran ser acciones que implicaran algún tipo de
fraude, o calumnias que dañaran la reputación de
otra persona. Los tres pasos que Jesús mencionó solo
deben darse cuando se cumplen estas condiciones.
Estas ofensas no incluyen pecados como el adulterio,
la homosexualidad, la apostasía, la idolatría y otros
que siempre exigen la intervención de los ancianos de
la congregación.
(Mateo 18:15-17) ”Además, si tu hermano comete un
pecado, ve y pon al descubierto su falta entre tú y él a
solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano. 16
Pero
si no escucha, toma contigo a uno o dos más, para que
por boca de dos o tres testigos se establezca todo
asunto. 17
Si no les escucha a ellos, habla a la
congregación. Si no escucha ni siquiera a la
congregación, sea para ti exactamente como hombre de
las naciones y como recaudador de impuestos.
15 El objetivo del consejo de Jesús es enseñarnos a
ayudar al hermano con amor (Mat. 18:12-14). En
primer lugar, debemos intentar resolver el problema
sin involucrar a nadie más. Para ello, puede que
tengamos que hablar con el ofensor más de una vez.
Si no conseguimos arreglar el asunto, entonces
tenemos que hablar con la persona en presencia de
quienes hayan sido testigos de la ofensa o de otros
que puedan ayudar a determinar si realmente se ha
cometido un pecado. Si con su ayuda resolvemos el
conflicto, habremos “ganado” al hermano. Solo
debemos acudir a los ancianos cuando se han hecho
varios intentos de ayudar al ofensor y todos han
fracasado.
(Mateo 18:12-14) ”¿Qué les parece? Si cierto hombre
llega a tener cien ovejas y una de ellas se descarría,
¿no dejará las noventa y nueve sobre las montañas y
emprenderá una búsqueda por la que anda
descarriada? 13
Y si sucede que la halla, de seguro les
digo, se regocija más por ella que por las noventa y
nueve que no se han descarriado. 14
Así mismo, no es
cosa deseable a mi Padre que está en el cielo el que
uno de estos pequeños perezca.
16. ¿Por qué dar los pasos que explicó Jesús es
eficaz y amoroso?
16 Muy pocas veces nos vemos obligados a dar todos
los pasos descritos en Mateo 18:15-17. Esto es un
alivio, pues significa que las diferencias normalmente
se resuelven antes de que la situación sea tan grave
que haga falta expulsar a quien no se arrepiente. A
menudo el ofensor se da cuenta de su error y
rectifica. Entonces, la persona ofendida tal vez vea
que ya no hay razón para insistir en que se ha
cometido una falta y decida perdonarlo. En cualquier
caso, lo que dijo Jesús indica que no debemos
apresurarnos a involucrar a la congregación cuando
surge alguna diferencia. Los ancianos solo pueden
intervenir si se han dado los primeros dos pasos y la
acusación se basa en pruebas sólidas.
(Mateo 18:15-17) ”Además, si tu hermano comete un
pecado, ve y pon al descubierto su falta entre tú y él a
solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano. 16
Pero
si no escucha, toma contigo a uno o dos más, para que
por boca de dos o tres testigos se establezca todo
asunto. 17
Si no les escucha a ellos, habla a la
congregación. Si no escucha ni siquiera a la
congregación, sea para ti exactamente como hombre de
las naciones y como recaudador de impuestos.
17. ¿Qué bendiciones tendremos si buscamos la
paz entre nosotros?
17 Mientras dure este sistema de cosas, seremos
imperfectos y seguiremos ofendiendo a otros. El
discípulo Santiago dijo: “Si alguno no tropieza en
palabra, este es varón perfecto, capaz de refrenar
también su cuerpo entero” (Sant. 3:2). Para resolver
las diferencias, debemos esforzarnos por buscar la
paz y seguir tras ella (Sal. 34:14). Si fomentamos la
paz entre los hermanos, nos llevaremos bien con ellos
y contribuiremos a la unidad de la congregación (Sal.
133:1-3). Y lo que es más importante: tendremos una
buena relación con Jehová, “el Dios que da paz” (Rom.
15:33). Todos podemos disfrutar de estas
bendiciones si resolvemos los desacuerdos con amor.
(Santiago 3:2) Porque todos tropezamos muchas veces. Si alguno no tropieza en palabra, este es varón perfecto, capaz de refrenar también [su] cuerpo entero.
(Salmo 34:14) Apártate de lo que es malo, y haz lo que es bueno; procura hallar la paz, y sigue tras ella.
(Salmo 133:1-3) ¡Miren! ¡Qué bueno y qué agradable es que los hermanos moren juntos en unidad!
2 Es como el
buen aceite sobre la cabeza, que viene bajando sobre la barba —la barba de Aarón—, que viene bajando hasta el cuello de sus prendas de vestir.
3 Es como el rocío de
Hermón que viene descendiendo sobre las montañas de Sión. Porque allí ordenó Jehová [que estuviera] la bendición, [aun] vida hasta tiempo indefinido.
(Romanos 15:33) Que el Dios que da paz esté con todos ustedes. Amén.
Canción 38
Echa tu carga sobre Jehová
Vista alternativa del documento
(Salmo 55)
1. A mi ruego presta oído,
no te escondas, oh Jehová;
date prisa en responderme,
líbrame de la ansiedad.
(ESTRIBILLO)
Echa sobre Dios tu carga,
firme él te mantendrá;
no permitirá que caigas,
siempre te sustentará.
2. Si pudiera cual paloma
alto el vuelo remontar,
volaría yo muy lejos
de quien busca hacerme mal.
(ESTRIBILLO)
Echa sobre Dios tu carga,
firme él te mantendrá;
no permitirá que caigas,
siempre te sustentará.
3. Hacia ti mis ojos vuelvo
en la angustia y el dolor,
porque al justo que te invoca
lo socorres con amor.
(ESTRIBILLO)
Echa sobre Dios tu carga,
firme él te mantendrá;
no permitirá que caigas,
siempre te sustentará.
(Véanse también Sal. 22:5; 31:1-24.) volver
Canción 56
Oye mi oración
Vista alternativa del documento
(Salmo 54)
1. Oye mi voz, te ruego, Jehová;
tuyo es mi ser, soy tu propiedad.
Eres mi Dios, mi Rey salvador.
(ESTRIBILLO)
Llegue a tu trono mi oración.
2. Gracias te doy por un día más,
por tu bondad y guía al andar.
Para aguantar, te pido valor.
(ESTRIBILLO)
Llegue a tu trono mi oración.
3. Con rectitud deseo vivir,
tu ley está muy dentro de mí.
Dame, Señor, por siempre tu amor.
(ESTRIBILLO)
Llegue a tu trono mi oración.
(Véanse también Éxo. 22:27; Sal. 106:4; Sant. 5:11.)
volver
Canción 121
Animémonos unos a otros
Vista alternativa del documento
(Hebreos 10:24, 25)
1. Al animarnos mutuamente
a ser leales a Jehová,
se fortalecen nuestros lazos
de amor, fraternidad y paz.
Por el cariño que nos une,
cobramos fuerzas y valor.
Remanso donde refugiarnos
es la congregación de Dios.
2. Es la palabra dicha a tiempo
un bálsamo consolador
que amigos fieles y queridos
le aplican a tu corazón.
¡Qué bueno trabajar unidos
con quienes aman a Jehová!
Comparte sus pesadas cargas,
confórtalos con tu amistad.
3. Las pruebas claro lo demuestran:
se acerca el día de Jehová.
Hoy más que nunca es importante
reunirse con asiduidad.
Servir a Dios es nuestro anhelo,
honrarlo por la eternidad.
Por eso, junto a tus hermanos,
mantén la fe y la integridad.
(Véanse también Luc. 22:32; Hech. 14:21, 22; Gál. 6:2;
1 Tes. 5:14.) volver
Canción 39
La paz del pueblo de Dios
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(Juan 14:27)
1. Vamos juntos a alabar
al Dios de la paz;
en la Tierra hará cesar
todo batallar.
Su Hijo, el Príncipe de Paz,
tierno, manso, leal,
borrará la iniquidad,
y armonía habrá.
2. La discordia y el temor
han quedado atrás,
lanzas y espadas son
rejas para arar.
Quienes aman al Señor
saben perdonar,
las cadenas del rencor
no los atan más.
3. Cristo nos dejó su paz
antes de partir,
es un fruto espiritual
que hay que producir.
Entre el pueblo de Jehová
ya florece hoy;
pronto de ella gozará
toda la creación.
(Véanse también Sal. 46:9; Isa. 2:4; Sant. 3:17, 18.)
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Canción 77
Sepamos perdonar
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(Salmo 86:5)
1. Por amor mandó Dios
a su Hijo a morir
para dar fin a la muerte
y a los hombres redimir.
Si a Jehová, arrepentidos,
suplicamos el perdón,
él nos limpia con la sangre
que vertió el Redentor.
2. Dios piedad le muestra
al que sabe perdonar,
al que es tierno y compasivo
y no paga mal por mal.
Aprendamos mansedumbre,
olvidemos el rencor;
las ofensas, aunque muchas,
perdonemos por amor.
3. La misericordia,
¡oh divina cualidad!,
es vital para el que ansía
vida eterna disfrutar.
Nos dará Dios su cariño
y su compasión también
si su ejemplo imitamos
perdonando como él.
(Véanse también Mat. 6:12; Efe. 4:32; Col. 3:13.) volver