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EN ESTA EDICIÓN:

Testimonios desde el campo……………………….. 5

Evangelismo hoy…………………………………………. 17

El diario de un misionero…………………………….. 22

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EDITORIAL

SEAMOS AGRADECIDOS CON DIOS POR TODO LO QUE ÉL NOS DA

Jesús vino a dar vida y vida en abundancia para todos sin excepción: al enfermo, al

sano, al rico, al pobre, al ignorante, al ilustrado, al adicto, a los migrantes que han

dejado a los suyos para huir de la delincuencia y el crimen.

Dios puede sanar a toda la gente. Leemos en los Evangelios acerca de los leprosos que

iban con una campana para que la gente se quitara de en medio y pudieran pasar y no

se acercaran a ellos. Su enfermedad creaba una distancia entre ellos y los demás

considerados “sanos”. Dios nos ha llamado para que acortemos las distancias con los

necesitados.

La Biblia enseña que debemos acortar distancia con los “leprosos modernos”: con los

drogadictos, los alcohólicos, los homosexuales; todos aquellos que generalmente

consideramos casos perdidos, porque para Dios los casos perdidos no existen; todos

somos casos dignos de rehabilitación y justificación. Debemos recordar que Dios ama a

toda la gente y quiere que todos procedan al arrepentimiento como leemos en 2ª.

Pedro 3:9: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino

que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos

procedan al arrepentimiento”.

Algunos de estos “leprosos modernos”, quieren llamar tu atención para que lo abraces

y les digas que Jesús quiere cambiar su vida, que Él quiere que deje de llenarse de

alcohol o sustancias y que se llene de su Espíritu Santo.

Podemos observar la enseñanza bíblica del Señor Jesús en Lucas 17: 12 al 19: “Y al

entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se

pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de

nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que

mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado,

volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole

gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron

limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios

sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado”.

Jesús sanó a los diez leprosos. No a uno sólo. Los milagros y prodigios, son para que la

gente alcance la salvación. Los otros nueve se salvaron pero no se convirtieron. Es

preferible entrar con un ojo menos al cielo pero entrar, y no irte con tu cuerpo entero,

pero al infierno.

No todos reaccionamos de la misma manera ante un mismo suceso. Esto nos confirma

la universalidad de la salvación y la vida, el que fue sano y salvo era un samaritano, o

sea medio judío. Que no sólo se sanó sino que se salvó. La salvación es para todos:

religiosos, testigos de Jehová, musulmanes, católicos cristianos, etc... si aceptan a

Cristo Jesús " COMO SU UNICO Y SALVADOR PERSONAL.

Ser agradecidos es fundamental para alcanzar la próxima bendición. Ese que volvió se

llevó un extra: fue sanado, pero también fue salvado porque volvió para agradecer. El

dar gracias a Dios te prepara para recibir la otra bendición. Si te quejas por lo que no

tienes y no agradeces lo que ya tienes, no vas a recibir nada más.

El ser agradecido con Dios por lo que tiene, es alguien que reconoce que todo viene

como bendición y no porque lo merezcamos; pues si Dios nos diera realmente lo que

merecemos, estaríamos perdidos. Y esa es precisamente la misericordia de Dios…Él no

nos da lo que merecemos, sino que por Su gracia infinita, sí nos da lo que no

merecemos. “Porque por gracia somos salvos, y esto no de nosotros, pues es don de

Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. Efesios 2; 8.9

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Mi nombre es Guadalupe Castro. Viví

con mi familia por más de 40 años en la

Colonia Agua Azul del Estado de

México. Recuerdo que un día un

hombre joven pasó en su motocicleta

(siento mucho que con los años, su

nombre se me ha olvidad9. Él se detuvo

en mi domicilio y tocó mi puerta. Lo

primero que dijo fue que me llevaba un

obsequio de Cruzada Mexicana y me

entregó un folleto. Al principio dudé en

recibir lo que me ofrecía pero era tan

amable que no pude negarme.

También me ofreció un curso de

discipulado, me dijo que él me ayudaría

a estudiar y a entender mejor la Biblia,

y yo acepté. En su siguiente visita, me

llevó a regalar una Biblia que para mí

fue algo especial, pues nunca había

tenido una; ni siquiera había pensado

jamás en leerla. Desde ese momento,

empezamos a estudiar juntamente con

mi hija mayor, quien entonces tenía 15

años.

En aquel entonces Cruzada Mexicana

enviaba las lecciones por correo. El

curso que comenzamos a estudiar se

llamaba “La senda hacia una vida feliz”.

Nosotras en compañía de aquel joven

estudiábamos las lecciones y

respondíamos a los cuestionarios que

acompañaban cada lección. Al final del

curso enviábamos nuestros ejercicios y

a cambio nos regresaron nuestras

Guadalupe Castro

calificaciones con un diploma. Con el

tiempo y mucha paciencia de parte de

aquel joven, terminamos los dos cursos

bíblicos de Cruzada Mexicana y al

finalizarlos, este joven nos invitó a

hacer una oración para aceptar a

Jesucristo como nuestro Salvador.

A partir de ese momento vinieron los

problemas. El hermano de mi esposo

comenzó a luchar para quitarnos la

casa donde vivíamos y fue que nosotras

decidimos salirnos. El día que deje la

colonia Agua Azul, fue el día en que el

joven de Cruzada Mexicana nos dio la

última clase; nos mudamos de ese lugar

pero antes dijo una oración por

nosotros. Le di mi dirección y me

prometió que iba a orar por nosotros.

Lloró con nosotros porque sabía que

íbamos a enfrentarnos a muchos

problemas y después de esto nunca

más lo volvimos a ver, pero siempre

mantuve la esperanza de que algún día

llegaría a volverlo a ver para que me

hablara más de Jesús ; pero el tiempo

pasó y ya no supimos nada más de él.

Sin embargo, Jesucristo seguía vivo en

nuestros corazones y nunca nos

sentimos solos.

Muchas desgracias, miserias y dolores

vivimos en los siguientes diez años. Sin

embargo, Dios no nos abandonaba y

permitió que una mujer nos empezara

a visitar y a volver a hablarnos del

Evangelio de Jesucristo, porque nunca

falta alguien que Dios elija para

consolar a los necesitados.

Un día nos decidimos a ir a la iglesia a la

que ella nos invitó. Esta mujer nos

había convencido, a través de su

testimonio pero las palabras de aquel

joven que me decía que Cristo me

amaba, siempre habían permanecido

en mi corazón.

Por un tiempo y por mi propia cuenta

estuve estudiando la Palabra de Dios en

la Biblia que aquel muchacho me

regaló. La recuerdo muy bien; era de

pastas azules, pero con el tiempo se

desgastó y se la di a otra persona.

Pasados los años, finalmente entregué

de todo corazón mi vida a Jesucristo;

empecé a asistir a una iglesia y quería

afirmar mis pasos en el camino de Dios,

pero como siempre, empecé a tener

muchos problemas. Por fin, huyendo de

mis problemas vine a dar a la ciudad de

Acapulco, porque mis padres eran de

Guerrero. Y pronto llegó de nuevo la

devastación. Sin embargo, ahora sentía

una paz que provenía de mi nueva

relación personal con Jesucristo. Sería

tedioso para explicar todo lo que viví en

ese entonces.

Yo viviré siempre agradecida a Dios por

este joven de Cruzada Mexicana que

aquél lejano día se atrevió a tocar a la

puerta de mi hogar y presentarme a

Jesucristo. Siempre ha sido mi oración

que Dios lo bendiga esté donde esté,

porque sé que él siguió orando por mí;

de lo contrario tal vez nunca me habría

encontrado con el Señor Jesucristo.

Desde entonces no he dejado de hablar

de Jesús y su Evangelio, porque estoy

agradecida de que Él me haya salvado.

Dios ha usado mi vida para construir

iglesias. Tengo siete hijos y para la

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gloria de Dios todos ellos le sirven al

Señor. Dios ha guiado de tal manera a

toda mi familia, él ha levantado

Pastores entre algunos de ellos y ahora

mis nietos también están en el

ministerio.

Mi hija quien comenzó a leer la Biblia

junto conmigo hace más de 40 años y

que ella tenía quince años, sirve

actualmente junto con su esposo que

es Pastor de una iglesia y sus hijos

están en el ministerio de la música.

Tengo un hijo de Pastor en Estados

Unidos que acaba de comenzar su

ministerio. Por desgracia, para mi

marido, el enemigo lo usó para

hacernos por mucho tiempo la vida

imposible. Sin embargo, gracias a Dios,

un día Cristo se compadeció de él y lo

alcanzó hasta que finalmente rindió su

vida al Señor. No podemos negar que

Dios cumple su palabra: "Cree en el

Señor Jesucristo y serás salvo, tú y tu

casa". Para Dios no hay casos perdidos,

gracias a Él, todos, sin excepción, mis

hijos y mis nietos sirven a un Dios vivo.

Espero que el joven que un día me trajo

la Palabra de Dios todavía este vivo y

sirviendo al Señor y si no, estoy segura

que nos volveremos a ver cuando Cristo

venga por Su Iglesia.

Dios bendiga al ejército de hermanos

que pertenecen a la Cruzada Mexicana.

Y sepan que al igual que a mí, en

nuestro país muchos han sido

alcanzados para Cristo a través de este

ministerio.

Bendiciones.

LUGAR: Cuauhtémoc, Chihuahua.

IGLESIA: Salvos por Gracia

PASTOR: Adela Morales

VISIÓN DE CONJUNTO

La Colonia Emiliano Zapata es

nombrada por algunos residentes como

la "cueva del diablo". Es una zona muy

pobre donde el crimen, el narcotráfico

y la miseria material y espiritual

definen la vida de los habitantes de

este sector. Se encuentra justo detrás

de la zona roja de Cd. Cuauhtémoc y es

también el hogar de muchas de las

mujeres que ejercen la prostitución en

bares y burdeles que se encuentran por

toda la ciudad. Una mañana, huyendo

de la inseguridad en la zona centro de

la ciudad donde vivíamos mi esposa y

yo, el Señor nos llevó a alquilar una

casa en esta colonia.

Durante los siguientes días, el lugar nos

parecía seguro y tranquilo, pero esto

pronto cambió cuando al salir de

nuestra casa una tarde nos

encontramos con el mismo escenario

que prevalece en todo México. Varios

camiones con hombres armados

estaban justo en la casa de enfrente.

No era difícil darnos cuenta que eran

sicarios. A partir de entonces, esta

escena se hizo más frecuente. Ahora,

para nosotros es una escena normal ver

a hombres armados que entran y salen

de las casas de enfrente,

probablemente para tratar alguna

cuestión; para la gente común resulta

Grupo de hermanos alistándose para salir a Evangelizar

9

mejor no enterarse de más para evitar

problemas. Al ver esta necesidad y al

darnos cuenta de que no podíamos

estar huyendo siempre de esta

realidad, mi esposa y yo comenzamos a

orar por los vecinos.

Nosotros sabíamos que la mayor

necesidad de estas personas es que sus

vidas están lejos de Jesucristo;

pensábamos que si tan sólo pudieran

saber de Él, sin duda que sus

condiciones mejorarían por mucho. Así

que cada mañana después del

desayuno orábamos a Dios durante

unos minutos por estas almas. Poco a

poco, fuimos conociendo el barrio y a

las personas que viven aquí. Nos

dimos cuenta de que hay muchos niños

en las calles que crecen prácticamente

solos porque sus padres no les prestan

atención porque están atrapados en la

prostitución o son alcohólicos y adictos.

De repente nos dimos cuenta de que

además de orar, debíamos empezar a

hacer algo. La Biblia dice que la fe sin

obras es muerta, así que si en verdad

esperábamos que Dios cambiara las

circunstancias, nosotros deberíamos

empezar por hacer algo. Sabíamos que

la respuesta era que teníamos que salir

a evangelizar a estas personas para

mostrarles el camino a la vida que es

Jesucristo.

Fue entonces cuando empecé a buscar

iglesias ubicadas en la zona, con el fin

de exponerles la necesidad y para que

ellos pudieran abrazar un proyecto

destinado a evangelizar a estas

personas. La verdad es que no

esperaba encontrarme con esta

imagen: Visité tres diferentes iglesias y

ningún líder aceptó el reto. Me dio la

impresión de que estas iglesias estaban

tan cómodas con sus programas dentro

del templo, que no se incomodaban en

lo más mínimo con la situación que

existía en torno a ellos, en donde

muchas personas son consumidas por

el pecado y encuentran la muerte sin

Cristo como su Salvador. Al ver la

negativo, continuamos orando y

poniendo esta situación en manos de

Dios.

Pero Dios que tiene el control de los

tiempos y los acontecimientos, hizo

que, cuando menos me lo esperaba,

una puerta se abrió frente a nosotros

cuando un hermano nos invitó a

compartir el Evangelio con un grupo de

adictos en un centro de rehabilitación

que se encuentra en el mismo sector.

Aquí, más directamente, empezamos a

conocer a varias personas que buscan

escapar desesperadamente de las

cadenas de la adicción. Al salir del

lugar, a la vuelta de la esquina, me

encontré con la pequeña Iglesia

Bautista "Salvos por Gracia". La puerta

principal estaba abierta y me di cuenta

de que había gente en el lugar. Así que

decidí parar el coche y entrar, por si tal

vez yo pudiera hablar con el Pastor y

exponerle la necesidad. Cuando entré,

para mi sorpresa me encontré con un

grupo de cuatro hermanas mayores.

Ellas estaban orando y cantando

alabanzas, realmente esto no era lo que

tenía en mente. Pensé que encontraría

a un Pastor y a un gran número de

fervientes hermanos que después de

escuchar mi propuesta estarían

dispuestos a obedecer el llamado de la

Gran Comisión. Un momento antes de

que el servicio hubiera terminado, una

de las hermanas se me acercó y

comenzamos a intercambiar algunas

palabras y fue entonces cuando le dije

lo que me había traído a este lugar.

Ella permaneció atenta a cada palabra

de mi propuesta y me dijo que iba a

hablar con el resto de las hermanas

sobre este plan para evangelizar el

sector, y que me llamaría pronto para

darme su respuesta.

A la semana siguiente recibí una

llamada de la hermana Adela, que me

informaba que el pequeño grupo de

ancianas había decidido que era

necesario obedecer a Dios y rescatar a

este barrio de las garras del pecado.

Así fue como se organizaron para salir

cada viernes a visitar a los vecinos y

contarle las buenas noticias de Cristo.

Algunas de ellas llegaban en autobús o

en sus autos desde otros puntos de la

ciudad para llegar a este sector y tocar

puertas, repartir folletos y hablar con

los vecinos sobre la importancia de

encontrar las respuestas a sus

necesidades en la persona de

Jesucristo.

“Si podemos llegar y hablar con una

persona y demostrarles que Jesús es la

solución que tanto han estado

anhelando, nos habremos sentido como

ganadores, porque creemos que

estamos plantando una semilla de

esperanza y que el Señor hará su

Personas evangelizadas en Cuauhtémoc Chihuahua.

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voluntad en el corazón de cada

persona” comentó la hermana Adela.

Las hermanas de la iglesia Salvos por

Gracia hasta el momento han

evangelizado ocho calles completas, en

las que han tocado a las puertas de 97

hogares para decirle a la gente que

Jesús las ama. Oremos para que

tenazmente continúen difundiendo la

Palabra de Dios en la vida de muchas

personas que están sufriendo en esta

colonia de muchos contrastes y

dificultades. Hasta ahora, han sido

cuatro viernes consecutivos que

puntualmente han salido a evangelizar.

Donde todo tipo de aventuras han

vivido, y donde también han obtenido

muchas victorias. Ellas se animan unas

a otras contando sus experiencias en el

campo y nos gloriamos en la bendición

de ser capaz de decirles a otros acerca

del único Salvador, el cual un día nos

redimió del pecado y cambió nuestra

vida.

Tocando puertas para dar las Buenas Nuevas

Para gloria de Dios, compartimos el

gozo de que el pasado domingo se

recibió una inesperada visita durante el

servicio de la Escuela Dominical. Era

Pedrito, un niño que había sido

evangelizado el viernes anterior y que

fue invitado a visitar la Iglesia. La

hermana Adela nos contó que había

sido muy impresionada por la

inteligencia de Pedrito, quien durante

La clase nunca dejó de hacer

preguntas. Se notaba el deseo que él

tiene de conocer a Jesucristo. Su visita

fue una victoria más, producto del

trabajo que tenazmente siguen

haciendo estas fieles y valerosas

hermanas todos los viernes.

Y para mí, esta fue una gran lección

donde aprendí que el Señor trabaja a

menudo a través de los que se miran

humanamente menos capaces para

hacer el trabajo, pero que con amor se

disponen a obedecer y que a pesar de

que las circunstancias parezcan

adversas, Él les da la victoria.

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¡Hoy por fin conozco la verdad!

Testimonio del Sr. Andrés Hernández

Poblado de Los López, San Luis Potosí

Don Andrés es un católico devoto, de

esos a los que por su fervor hacia su

religión llaman de “hueso colorado”, ya

que como él mismo nos cuenta fue

desde muy pequeño cuando su familia

le enseñó a venerar a la virgen María y

a los santos quienes a lo largo de

muchos años conformarían el centro de

su fe y adoración.

Todos los años Andrés realizaba

peregrinaciones a diferentes partes de

México en donde se organizaban

celebraciones para festejar a los

“santos” o patrones. Siempre su

intención era agradecerles

personalmente por la protección y por

cada uno de los favores que había

recibido de ellos. Esta era la manera

que había aprendido para demostrar su

fidelidad a sus ídolos, pero también

era una forma con la cual buscaba

llenar ese vacío que su religión no había

logrado suplir.

Andrés Hernández

En su mente no había espacio para

otras opciones, escuchar acerca del

evangelio era algo imposible ya que era

uno de los muchos a los que la iglesia

católica les había prohibido recibir

propaganda de evangélicos en sus

domicilios, menos podía escucharlos ya

que se le había dicho que los cristianos

estaban equivocados y que además son

muy astutos para envolver y confundir

a las personas.

Un día una iglesia cristiana

local organizó una salida para

evangelizar las casas del barrio, este

acto significo un cambio radical para la

vida de Andrés cuando dos hermanos

tocaron a su puerta y lograron entablar

una conversación con él. Andrés se

notaba un poco inseguro de querer

escucharlos pero finalmente accedió.

Con amor y paciencia los hermanos

empezaron a explicarle las buenas

noticias que tiene la Biblia para él y

para todo aquél que quiere conocerlas

a lo cual Andrés, algo renuente por lo

que sabía respecto a los cristianos y a

sus enseñanzas, aceptó atenderlos

porque comenzó a sentir mucha

curiosidad de conocer aquello que esas

personas explicaban con tanta

seguridad; por lo cual permanecía

atento a cada palabra de ellos,

íntimamente comparándolas con su

trasfondo católico. Comenta Andrés

que él sabía que romper con la religión

que conocía desde su niñez, resultaría

sumamente duro para sus familiares y

amigos.

De manera respetuosa los hermanos

pidieron a Andrés que si podían leerle

algunas citas en su propia Biblia

Católica, lo cual le pareció correcto, ya

que era el libro al que más le confiaba –

aunque poco había leído de él- Andrés

accedió y se sintió más tranquilo.

Los hermanos abrieron la Biblia de

Andrés en el libro de Isaías 44:9: “Los

formadores de imágenes de talla,

todos ellos son vanidad, y lo más

precioso de ellos para nada es útil; y

ellos mismos son testigos para su

confusión, de que los ídolos no ven ni

entienden” Isaías 44.9.

Con mucho cuidado y respeto, los

hermanos le mostramos lo que su Biblia

Católica dice sobre aquellos que

adoran a los ídolos e imágenes. Andrés

estuvo muy atento a aquellas palabras

y después de un tiempo de hablar al

respecto, se mostró asombrado y con

cierta confusión ya que como él

dijo: nunca

antes había entendido la Biblia de esta

forma.

Por primera vez Andrés estaba siendo

confrontado acerca de la veracidad de

lo que había creído y profesado

durante toda su vida, la genuinidad de

su fe ahora estaba siendo desmentida y

no por medio de palabras de hombres

sino directamente del libro que tanto

atesoraba: su propia Biblia.

Finalmente admitió que no podía negar

que lo que la Biblia decía era lo

correcto y que él había estado en un

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error durante todo este tiempo, pero

que hoy le agradece a Dios por la

oportunidad que le permitirle de

entender y conocer lo que realmente Él

dijo que es lo debemos creer.

Los hermanos invitaron a Andrés a

que siguiera estudiando la Palabra y le

entregaron algunos folletos, los cuales

aceptó. Prometió estudiar para que

posteriormente un grupo de hermanos

cercanos a su domicilio lo visiten y

platiquen más de las Palabras de

Jesucristo.

Cuentan los hermanos que visitaron a

Andrés que ellos regresaron felices por

haber cumplido con la misión y

agradecidos con el Señor por haber

abierto el entendimiento a don Andrés

y que él pudiera comprender el

Evangelio. Ahora estarán orando para

que Dios siga obrando en su corazón y

que así como a él, la verdad del

Evangelio sea revelada a muchos más

en este poblado donde el 90% profesan

ser Católicos de "hueso colorado".

¡Qué gran impacto puede tener en la

vida de una persona, quien por

ignorancia, vive en la oscuridad

espiritual y está expuesta al castigo

eterno! Pero cuando cristianos fieles se

deciden a obedecer la Gran Comisión

se marca la diferencia. Hoy Andrés

conoció la verdad porque hubo

cristianos conmovidos por la necesidad

de llevar la luz de Cristo a una

comunidad que vive en la oscuridad del

error y salieron a testificar de su fe en

Jesucristo.

¡Dios hace maravillas cuando Su pueblo

cumple con Su voluntad!

DE LAS CALLES A LA LUZ.

Rubén González es originario de

Durango pero hace mas de 15 años

llegó al Estado de Sonora en busca de

una oportunidad para cruzar hacia

Estados Unidos. Al no lograrlo trató de

encontrar trabajo en Hermosillo, pero

la falta de dinero y las malas compañías

lo llevaron a vivir en las calles y

después lo indujeron al alcoholismo,

hoy Rubén se pasa la vida recibiendo

limosnas y durmiendo en las bancas de

la plaza principal de Hermosillo.

Platicando con él nos contó que

recuerda que de pequeño su madre lo

llevaba a una iglesia evangélica, dice

tener recuerdos de lo que le enseñaban

en la clase de niños donde conoció a

cerca de Jesús.

Al compartir con él un tratado que

presenta a Jesús, de inmediato

empezó a recordar las palabras del

Pastor que hablaba en aquella iglesia

que visitaba cuando era niño, donde

predicaba que Jesús había pagado el

precio por nuestros pecados con su

sacrificio en la cruz del Calvario. Esto

abrió una puerta de esperanza en su

corazón, y con lágrimas en los ojos

recordó a aquel que había venido al

mundo a libertar a los cautivos y a los

oprimidos por el diablo, justo como él.

Después de platicar unos momentos

con Rubén y analizar el valioso regalo

que Dios nos había dado por medio de

Su Hijo y la salvación que nos aguarda,

Rubén en medio de la plaza sin

importarle nada elevó una oración en

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su banca y rogó a Jesús, una vez más,

como cuando era niño, que lo

perdonara y que le diera una nueva

oportunidad para volver a empezar y

vivir para Él. Nos dijo que lo primero

que hará será buscar una iglesia y pedir

ayuda para encontrar un empleo y así

poder salir de las calles. Un día si Dios

se lo permite, espera volver a su ciudad

de origen y encontrarse de nuevo con

su familia y poder contarles que Cristo

lo ha salvado, pero si no fuese así,

espera un día estar ante la presencia de

su Salvador Jesucristo y mientras tanto

quiere vivir agradecido el resto de su

vida porque a pesar de su miseria y que

no lo merecía, el Señor tuvo compasión

de él y lo vino a buscar en ese lugar

donde lo encontramos. Ahora se siente

que ha salido de las tinieblas a la luz y

para finalizar nuestra plática manifestó:

“Ahora puedo ver y darme cuenta que

si hay vida y se encuentra sólo en

Jesús”. Oremos porque Rubén siga

adelante, firme en su convicción de que

Cristo lo ama y quiere una vida

diferente para él.

En medio de una generación difícil.

Por: Heber González

El Evangelismo siempre ha sido y seguirá siendo el propósito de existir de la verdadera

Iglesia. Al cumplir con este fin el propósito de glorificar y amar a Cristo se ve expresado

en la obediencia. Mucho es lo que se ha dicho y escrito al respecto, pero lo que urge

en nuestros tiempos más que información y teoría necesitamos ir a la práctica.

Tiempos difíciles son los que nos ha tocado vivir, donde una generación se levanta sin

temer al Dios verdadero ya sea por rebeldía o desconocimiento, tiempos de confusión

y de revuelta social donde prácticamente cada uno puede crear su propia religión y

adorar cualquier cosa y llamarla Dios, algo que nunca antes se imaginó.

Así es la época que nos tocó vivir. Abunda una enorme diversidad de ideologías y

pensamientos orientados a resolver los dilemas del hombre como alcanzar la plenitud,

el éxito, la paz, las riquezas y obtener la vida eterna entre otros. Enseñanzas que

prometen ser la respuesta a esa incansable búsqueda que por siglos el hombre ha

querido encontrar para suplir su necesidad de trascendencia, pero que

equivocadamente ha creído alcanzar fundándolas en cosas y objetos tan vanos y

efímeros como son el hombre mismo, la religión y las cosas creadas y materiales. Nos

hemos tardado en reconocer que las respuestas a nuestra condición no están en el

mundo material sino en el espiritual.

Los cristianos sabemos que esta es una verdadera mentira, un intento premeditado

por Satanás por esconder la verdad y hundir en el engaño a toda una generación.

Hoy el materialismo parece ser un grande problema, muchas personas necesitan de

entre tanta distracción encontrar un espacio donde meditar y darse cuenta de su

situación, asumir su condición de perdidos a consecuencia de sus pecados y esto se

logra sólo a través de la exposición del Evangelio.

Esta es una generación difícil como ninguna otra, es una que dice conocer a Dios pero

por otro lado, por sus actitudes, parece que no le importa, abiertamente es desafiada

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su veracidad y se atenta contra su justicia y santidad. Sólo basta con poner atención a

los sucesos del día a día y darnos cuenta que en la gran mayoría no hay ningún respeto

hacia Dios. Gran parte de la culpa de esta situación se debe a que la Iglesia no ha

cumplido con el ministerio de la predicación de los perdidos. Esta desinformación

proviene de una idea vaga que muchos incrédulos se han creado de un Cristo

permisivo, producto del cristianismo light y anti bíblico que hoy se predica en muchas

iglesias cristianas. Esta falsedad sólo se puede desenmascarar con una exposición fiel y

verídica del Evangelio donde se presenta al Cristo verdadero y esta misión se logra

cuándo se va y se les predica en su propio contexto, o sea: ir y visitarlos en sus

hogares, evangelizarlos en sus trabajos o en los colegios, etc.

En el pasado la Iglesia nunca desistió de esta ardua labor, se esforzó siempre por

cumplir la Gran Comisión que estaba adherida al cuerpo. Aquellos verdaderos

cristianos no escatimaron el dedicar tiempo a hablar de Cristo, sino que avanzaban

tenazmente para extender del Reino. Podemos atribuir su obediencia al amor a las

almas. Pero déjame decirte que sobresalía por mucho su devoción a Cristo, ésta era su

principal motivación para entregarse de lleno a esta tarea.

Esa necesidad de compartir el Evangelio es lo que necesitamos tanto hoy en día; hace

falta una Iglesia consumida por un celo por Dios que la moviliza, que la hace sentirse

inquieta por los miles de perdidos que esperan escuchar las Buenas Nuevas... Bien nos

haría preguntarnos ¿Qué fue lo que nos sucedió? ¿Cuando fue que perdimos la visión?

¿O quizás nunca la tuvimos realmente?

Dando por hecho de que somos la verdadera Iglesia, hay una sola y dura respuesta a

todos estos cuestionamientos y se resume en “Indiferencia”. La frialdad espiritual, la

falta de compromiso con Jesucristo y el querer ganar el mundo a costa de perder

nuestra alma, es lo único que puede hacer callar a la Iglesia; pues a los creyentes del

pasado, ni la pobreza material, ni la falta de recursos, ni la persecución, incluso ni la

ignorancia fueron suficientes motivos para que dejaran de extender el Evangelio en sus

comunidades. Siempre fue su devoción y amor a Dios lo que los motivó y los hizo estar

dispuestos a ser Iglesias evangelizadoras. El Señor siempre proveyó de todo lo

necesario para que sus fieles salieran al campo y así se cumplieran sus propósitos, tal y

como hoy en día Él ha puesto al alcance de los creyentes en Jesucristo, ministerios

como Cruzada Mexicana, dedicados a suplir del material necesario para que todo

creyente cumpla con su misión de testificar a sus familiares, amigos, vecinos,

compañeros de trabajo y escuela, etc..

Por lo tanto, no hay razón para no continuar llevando palabras de aliento, esperanza y

fe a tantas personas que carecen de ellas. Los tiempos difíciles nunca significaron

pasividad o abandono de esta importante labor, mucho menos debería ser así en

nuestras Iglesias cristianas, si en verdad nuestro Dios es el “Todopoderoso”. Actuar así

es contradictorio, es como asumir que nuestro Dios es incapaz de hacerse brillar ante

tanta maldad.

Más bien tiempos difíciles significan para Dios la grandiosa oportunidad para

magnificar Su gloria y para nosotros el privilegio de sufrir por él. Si, sufrimiento no

siempre es malo y para el cristiano mucho menos, éste siempre trae consigo el

propósito de una bendición implícita, es el acto renovador que Dios emplea para pulir

a sus hijos. Sería muy edificante tener grabadas en nuestras mentes las palabras del

Apóstol Pablo:

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los

que conforme a su propósito son llamados”. Romanos 8:28

Así que el que vivamos tiempos difíciles, que sepamos que hay gran indiferencia o se

sufre de mucha oposición y que nadie quiere escuchar la Palabra de Dios, nunca nos

eximirá de nuestra obligación de ir y evangelizar. Además Jesús nunca prometió

circunstancia mejores que no fueran la apatía de los hombres y las circunstancias

adversas, pues nos previno en Lucas 10:16: “El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a

vosotros desecha, a mí me desecha; y el que a mí me desecha, desecha al que me envió”.

Basta con echar un vistazo al libro de los Hechos para darnos cuenta que en medio de

tanta oposición la Palabra se predicaba, y qué podemos decir de los cristianos que

sufrieron la llamada “santa inquisición” que por sus creencias eran acusados de herejes

y quemados en la hoguera, o en la época del comunismo cuando se encarcelaba y

mataba a los “rebeldes” que preferían mantener su fe antes que ceder a la falsa iglesia

impuesta por el gobierno, o que hay de los creyentes genuinos de los años 60s que

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tuvieron que luchar contra la corriente hippie y la revolución sexual que los tachaba

ante el mundo de ignorantes anticuados, y que a pesar de que esta corriente

acaparaba todo el ambiente, ellos siguieron predicando de la pureza y la santidad que

de Cristo emana. Sólo por mencionar algunos ejemplos, pero todos estos

representaron tiempos difíciles para la verdadera iglesia pero el Evangelio nunca se

ocultó ni cesó de pregonarse.

Así que es urgente y necesario despertar a la realidad de que nuestro Señor desea que

su Iglesia atienda a Su mandato de Ir y predicar el Evangelio en el tiempo y el espacio

que le toca vivir hoy, sin importar las circunstancias y me atrevo a decir que tampoco

sus consecuencias. Al final todo será empleado para justificar nuestra razón de existir

“la gloria de Dios” y nuestro galardón nos estará aguardando a todos aquellos que

incondicionalmente y sin reservas creemos y atendemos a Su llamado, poniendo como

máxima prioridad el hacer Su voluntad y no la voluntad de este mundo tan vano y

volátil que inevitablemente un día perecerá junto con todos aquellos que no quisieron

mirar la Verdad.

“Jesús tu representas la verdad y la esperanza que el ser humano está necesitando en

estos tiempos de grandes revueltas y oscuridad. Hoy como siempre Tú eres lo único

digno de quien vale la pena hablar. Tu amor y pureza son cosa extraña a los conceptos

del mundo, sin embargo para nosotros son el deleite supremo, y la esperanza de

nuestra liberación inminente de este estado de muerte para siempre. Haz de nosotros

siervos consumidos por una desbordante pasión por hacer tu voluntad sin importar

cuán buenas o malas sean nuestras circunstancias”.

Heber e Isaías del equipo de Cruzada Mexicana

La aventura Yoreme

Por: Heber González

Cuando emprendí este viaje no sabía mucho del lugar hacia donde me dirigía, solo

sabía que era una pequeña comunidad como a una hora después de pasar Navojoa en

el estado de Sonora. Esto es parte de este trabajo, algunas veces se considera parte de

la aventura que vive un misionero, pero en otras te pone a pensar en los riesgos que se

corren y finalmente te lleva a confiar en Dios. Cuando Él dirige tu camino nunca

puedes saber hasta dónde te llevará, hasta que ya estás en el viaje.

Mi trayecto duró más de nueve horas montaña abajo, atravesando toda la sierra de

Chihuahua desde Cuauhtémoc a Yekora para por fin llegar a Sonora. De ahí viajé hasta

Obregón y transborde a Navojoa para verme justo afuera de la central de camiones

con el hermano Isaías Martínez, quien me llevaría hasta San Pedro un pequeño pueblo

de origen Mayo o Yoreme , grupo indígena que se estableció a lo largo del rio Mayo.

Aquí empezaría nuestra travesía de 3 días con la misión de despertar y movilizar a la

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Iglesia para que se aliste para salir a sembrar la semilla del Evangelio en un campo que

está listo para esa siembra.

Ésta es la labor que desarrollamos en Cruzada Mexicana a través de la impartición de

cursos de evangelismo, a través de lo cual proveemos de instrucción y motivación para

que la iglesia despierte a la necesidad de predicar a Cristo.

Tan pronto como descendí del autobús, eran aproximadamente las 9 de la noche y me

encontraba dentro de un pequeño auto blanco en compañía de 2 hermanos a los

cuales recién conocía. Abandonamos la ciudad para internarnos en un camino

pedregoso a campo abierto. En un País tan inseguro como el nuestro, uno piensa en lo

peor que le puede pasar, pero luego uno asume que Dios está en control de su vida y

es como encontramos valor y paz.

El cansado viaje me tenía hecho trizas; una sola cosa me pasaba por la mente en este

momento y era la de llegar pronto a descansar. Después del trayecto noté que íbamos

llegando al pequeño pueblo, nuestra primera parada fue con el Pastor de la Iglesia

Bautista de la localidad quien ofreció hospedarme. Después del saludo y la breve

charla de presentación fui dirigido a un salón que sirve como centro de traducción de

la Biblia donde hermanos voluntarios trabajan en escribir el Nuevo Testamento en

lengua Mayo. Allí mismo me habían preparado un sofá para mi descanso.

Por esa noche no supe más, ni el intenso calor pudo interrumpir el pesado sueño en el

que pronto caí. A la mañana siguiente, después del desayuno nos dispusimos a

conocer un poco el lugar. En San Pedro las personas viven principalmente de la

agricultura, también me entere que es una región que ha sido declarada por el

Gobierno como zona marginada debido a las pocas oportunidades laborales y la

extrema pobreza que padecen sus habitantes. Un lugar de clima muy caluroso con

temperaturas de hasta 55 grados en verano y una media de 35-40 en invierno. Hasta

aquí nos trasladamos para establecer contacto con los pocos Pastores de la comunidad

quienes afrontan grandes desafíos principalmente para lograr su propio sostenimiento,

ya que la región es muy pobre, pero a pesar de las necesidades ellos continúan

adelante desarrollando el ministerio y a la vez trabajando en el campo para el sustento

familiar. Situación que me hizo reflexionar cuando en las ciudades o en mejores

circunstancias no valoramos el gran privilegio que nos fue dado, perdemos de vista el

objetivo principal y nos entregamos al placer que nos brinda la comodidad dejando de

hacer realmente la obra para la que fuimos llamados. Y aquí cuando el panorama es

tan contradictorio a lo que estamos acostumbrados a ver en la ciudad, los hermanos

parecen más comprometidos con su misión, tal vez sea porque no tienen mucho a que

renunciar, ya que prácticamente pudiéramos decir que materialmente no tienen nada,

pero ahora que lo pienso bien parece ser mejor esta condición, vivir sin ataduras, sin

obstáculos que te impidan entregarte totalmente a la voluntad de Dios. Aquí es

cuando el proverbio cobra mucho sentido, “Hay quien pretende ser rico, y nada tiene;

hay quien pretende ser pobre, y tiene una gran fortuna”. Pr 13:7.

Me pregunto si acaso habrá una mayor riqueza que el del privilegio de seguir a Cristo,

y si además es librado de los obstáculos que representan comúnmente los afanes que

te impiden entregarte de todo a Él.

Al día siguiente por la tarde pudimos entrenar con el Curso Práctico de Evangelismo a

voluntarios de 3 congregaciones. Tiempo en el cual los hermanos se mostraron muy

interesados y reflexivos sobre la oportunidad de compartir el Evangelio a sus amigos y

familiares, a compartir el mensaje que los hará ricos espiritualmente. Entendieron el

llamado y nos dijeron que cuanto antes empezarían a evangelizar en sus

comunidades.

Los hermanos Isaías y su esposa Norma son una pareja misionera y fueron quienes nos

guiaron en nuestro recorrido por la zona y así llegar a las diferentes iglesias para

impartir los entrenamientos de Evangelismo. Viajamos en camión, pidiendo

“aventón” y a veces usando una motocicleta, fueron los medios por los que nos

trasladamos a los distintos puntos para llegar a los hermanos que nos estaban

esperando.

Entrenamiento con pastores y miembros de las Iglesias

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En cada lugar que visitamos, se podía percibir el sentimiento de abandono que sufren

la gran mayoría de ellos, ya que no cuentan con el apoyo de sus organizaciones y

subsisten con muy pocos recursos, pero el Señor es bueno y al igual que la iglesia

pobre de Esmirna, Él los sostiene y anima en medio dé muchas penalidades. Durante

mis tres días en el lugar penosamente debo confesar que sólo me pude bañar en una

ocasión, no había agua en el lugar, y solo por una hora durante el día era posible

encontrar un leve chorro en las tuberías y si a esto le sumamos el calor, ya se

imaginarán las penurias que debimos pasar, pero como buen misionero de Jesucristo,

he aprendido a no centrarme en las dificultades para sufrir menos, y mejor enfocarme

en lo que es importante: la misión y visión que me llevan a esos lugares; la necesidad

espiritual de la Iglesia que visito y las almas que están esperando que alguien les lleve

el Evangelio de Jesucristo. Eso debe ser mi prioridad: Amar como Cristo amó y,

¿porque no? sufrir como Él sufrió, aunque en realidad mis sufrimientos no son nada

comparables con los que padeció Cristo, pero el pensar en ello ayuda mucho a superar

cualquier obstáculo que se pueda presentar.

Los habitantes de estas regiones son de origen de la etnia de los Mayos, mestizos y

una mezcla de ambos. La mayoría habla Español. Los adultos y unos pocos jóvenes aún

conservan su idioma original. Actualmente el Gobierno impulsa un programa para

rescatar esta lengua al asignar como materia obligatoria el estudio del Mayo en la

educación primaria en toda la región indígena. En San Pedro el Pastor de la Iglesia

Bautista forma parte de un grupo de voluntarios que trabajaron en la traducción del

Nuevo Testamento a este idioma, y que tienen como sentir el evangelizar a los

ancianos y a aquellos que viven en las regiones apartadas que no hablan o entienden

bien el Español.

El Pastor Pedro Valenzuela nos comentó que unos dé los problemas que se presentan

es que al evangelizar a los lugareños en otra lengua que no es su idioma original, no

llegan a comprender bien el mensaje del Evangelio ya que por los ajustes semánticos

de un idioma a otro, se pierde el contexto y a menudo se presenta confusión. Debido a

esta necesidad surgió la iniciativa para colaborar con Cruzada Mexicana en la

traducción del curso de Discipulado “Camino a la Felicidad” y de algunos folletos para

evangelizar a esta etnia.

El hermano Isaías Martínez, quien es muy conocido en la región por su labor misionera

que ha desarrollado durante años, oriundo de esta comunidad y durante nuestra

estancia en su tierra nos compartió parte de su herencia Mayo. Sufridos y alegres son

dos contrastes que sobresalen en la mayoría de ellos, tal vez por años dé

discriminación que poco a poco parece estar cambiando, y no porque sean más

aceptados, sino porque los Mayos están emigrando y renunciando a su identidad y

cada vez más se están mezclando con el resto de los mexicanos, lo que pone en peligro

la supervivencia de la raza.

Pudimos estar en tres congregaciones y bendecir a los hermanos. El precio de

trasladarnos grandes distancias, invertir dinero y correr el riesgo es poco con la gran

obra que Dios está emprendiendo a través de nuestros pequeños actos, que a la vista

pueden percibirse como insignificantes y de poco valor, pero una vez que puedes ver

más allá, y darte cuenta que Dios no escatima el costo cuando se trata de que su

Iglesia haga su voluntad, sentimos que todo valió la pena. El Señor Jesús puede

hacernos atravesar todo un océano con el propósito de movilizar a una pequeña

congregación para que conozca el Evangelio y así llamar a Sus escogidos de los

rincones menos pensados.

El lunes por la mañana mi estancia en este lugar terminaba. El Pastor Valenzuela

tocaba el claxon de su moto a las 5 de la mañana anunciándose listo para llevarme al

pueblo vecino a tomar un camión que me llevaría hasta Ciudad Obregón para de ahí

regresar a casa. En las vísperas del amanecer y con la noche aun encima nos

encontrábamos en trayecto a Bacobambo a bordo de la vieja motocicleta que no tenía

luces mientras que el Pastor Pedro conducía. Yo con una mano agarraba fuertemente

mi maleta y con la otra sostenía una lámpara de mano que nos servía como una

especie de faro que avisaría a algún despistado que en medio de la noche oscura, dos

locos avanzaban por la carretera rumbo a su destino tras haber completado un

capítulo de la larga historia que previamente su Creador ya había escrito.

Mientras avanzábamos la corriente de aire frio se partía en dos al chocar con nuestras

caras cuando en el horizonte más allá de los pastizales, una enorme luna llena y

plateada nos acompañaba mientras yo me preguntaba si algún día regresaría, y me

contestaba a mi mismo que lo más probable era que no, pero uno nunca sabe. Lo que

sí sé es que después de esta faena si tan sólo un alma es llamada al encuentro con su

Señor, esta travesía habrá valido por mucho la pena y sería por demás digna de

volverse a vivir.

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GUIA DE ORACIÓN

Durante el siguiente bimestre nos gustaría que te involucraras orando principalmente

por las siguientes necesidades:

La evangelización de México. Que el Evangelio se expanda de tal manera, que

llegue a cada persona en cada rincón de nuestro país.

Los hermanos voluntarios que a lo largo de todo México están evangelizando

en sus comunidades. Pidamos por valor y perseverancia para que continúen

adelante con esta importante labor.

El equipo de Cruzada Mexicana. Por cada miembro de este equipo para que el

Señor nos bendiga y nos ayude a continuar haciendo el trabajo para el cual nos

llamó a desempeñar en este ministerio.

El proyecto de la traducción de materiales evangelisticos a las lenguas Mayo,

Nahuatl, Totonaco, Tzeltal y Tzotzil... y todos aquellos que se aumenten por la

voluntad de Dios.

Por el proyecto Navideño 2015. Es un programa de evangelismo que se

desarrollará durante el próximo Diciembre, con la finalidad de evangelizar a los

peregrinos guadalupanos en las inmediaciones de la Basílica y en otras ciudades

que se unirán a este proyecto.

Porque más cristianos recuerden que la Gran Comisión no es una opción y se

comprometan en la evangelización de sus comunidades.

Por México en general y por nuestros Gobernantes en particular.

Escríbenos a: [email protected]

Visita nuestra página web:

www.cruzadamexicana.org

Telefono: (721) 1456-227

Ixtapán de la sal, Estado de México.