En la-sencillísima-espera
Transcript of En la-sencillísima-espera
Mari Paz Santos Suero
Esperaré. No me da miedo el duelo.Lo conozco ya bien. Y acojo el vuelo
que mece a la arboleda y a la fuente.
En él iré, con todos, dócilmente.
Me entrego a la sencilla y buena espera.
Anhelando que llegue Primavera como siempre. A pesar de los
zarpazos.Me fundo con la vida en un abrazo.
… Qué curiosa la calma de las horas…
Alguien muere y nace alguien ahora.
Una hoja en el aire es tan graciosa…
La existencia también. Rara y hermosa.
Por eso, cuando llegues, Primavera,estaré aquí – te aguardo tan de
veras…- en la serena, en la sencilla espera.
Hagan click
Dadme – la quiero- la esencia precisacon que cae cada hoja y se deslíeagua en primavera y tú sonríes
en medio de alboroto y de la prisa.
Dádmela, entonces, que quiero la dicha.Mis venas con la gracia se encaprichan
del árbol, la brisa, el ir sin alardeque atrapan las aceras en la tarde.
Dádmela. Quiero. Porque es como fuego.- Ay, la ciudad, que corre tan deprisa-
Se queda en lo hondo para amarla luego.
¿ No veis la esencia que en todo se avisa?Deseo darla en las letras que riego.La canta la hoja, el agua, ay, tu risa.
La espera que se alimenta en la vida misma…
Simplísimas, plenas,las cosas sencillas.
El paseo diario.Calles, avenidas,llenas de rosariosen ellas tejidas
de arboledas verdes,farolas altivas.
La ciudad que pierde,que siempre cautiva,
y la verdad simplede las cosas vivas.
El perrillo alegre.Café en la cocina.
La sábana al viento.Charla de vecinas.Esa alfombra roja
posada en la esquinade otoñales hojas…
La vida sencilla.
Ese espacio de luz donde nos vemos.Donde encontrarnos tan
sinceramente,si viene Claridad, y si queremos,en la tranquila tarde suficiente.
Instante de la tarde o la siguientemañana. Cuando venga Melodíaserá cuando suceda. Diferente.
Momento, sin embargo, que se fía
de querer mecerse con nosotrosentre tanta paz, en el sosiego
que queremos tú y yo y agradecemos.
Y llenará la estancia como a otros,e inundará de vida plena luego.
Ese espacio de luz donde nos vemos.
…en el amor compartido…
Quien tiene todo y quien no tiene nada.Pero algunos ni posibilidad
de ser quienes son porque acalladaqueda la voz vestida de humildad.
Quien sufrirá tantísimo, quien muere,sin llorarle ni un raro noticiario.¿ No oís el grito ni el verso diario
que llena la oración de mil mujeres?
Demasiados que callan o prefierenignorar si se roba la deliciade vivir, o se niega caridad.
No será cierto que haya quien lo quiere.
¿ No oís el canto, el canto de justiciapor el pesebre cálido
de la eterna humildad?
Esperar a pesar de la injusticia y el sufrimiento…
No sé decir ni qué palabras darte.Se quiebra la garganta en tu dolor.Mi mano va. No sé cómo agarrarteel alma ahora: es tanto el estupor
que se aloja en tus sienes doloridas…
Si pudiera totalmente quedarmecon la tristeza tuya, con la heridaque te sangra en la hondura…
Que callarme
sólo sé y abrazarla con dulzuraen silencio de mi humilde escritura.
No tengo voz ni sé qué ya dejarte…- Mi mano va. Quisiera consolarte-
Que, si el Cielo me hiciera ese favor,con mi alma sostendría tu dolor.
Porque nos equivocamoso somos traicioneros.
Limitados viajerosque al ir también nos dejamos
heridas por donde vamosy heridas al fin traemos.
Luego sucede la vidapara curar tantas idas
y venidas… Nos tenemossin embargo. Porque somos
árboles de la ribera.Cada cual a su manera,
con su porqué, con su cómo…
Al andar nos acercamospara hacer ancho el sendero.
Queremos ser viajeros.
Aunque a veces nos dejemosheridas por donde vamosy duelan las que tenemos.
Porque hemos de continuar…
Caen las hojas del otoñoque embellecen las aceras.
Espejos la lluvia hace,y la ciudad se acelera.
Viene de gris y amarillonuevamente octubre. Quiera
venir también el sencillososiego mientras, la espera.
La mañana se sonroja.Con la prisa. El tropelíopor las calles del gentío
por la acera entre las hojas,que caen casi lisonjeras
y en realidad caprichosas.
La mañana. Otoño era.
Y la luz que parda afuera…
Y la belleza nos atrapa en cualquier esquina…
Cómo no amar la vida. Cómo noquerer atraparla entre los labios.Si lo sabéis, decidme. No sé yo.
Lo dice en primavera el brote sabioy toda esa sonrisa verdadera
que brota sin querer por dondequieravenciendo a la torpeza y pese a todo.
Cómo acallarla pues. Yo no sé el modo.
Y sucede. Lo sé. Tanta injusticia…
Sería que por eso se quedóla Belleza que vence los agravios
salpicando la vida de caricias.
Decídmelo vosotros. ¿ Cómo noatraparla también entre los labios…?
Arriesgarse. Correr. Ser solamentetú. Llevar tu pasión a tanta gente
con prudencia y toda valentía,para aceptar errores, alegrías,
aguantar la tristeza algunos días,y dejar que tu ser entero ría
con las cosas que llegan sorprendentes.Y no asustarte nunca porque sientes.
Correr hacia la Vida. Ser tú pleno.Aunque algunos te llamen diferente.
Te dejo mis palabras si te guían
para tu fortaleza y tu alegría. Y contagies - si tú quieres- a la gente.
Atrévete. Sólo has de ser sereno.
Qué apuesto todo por tu valentía.
Animando siempre a quien viene detrás
Serenidad concédenos, instante.Tan grata, sosegada, va tu ahora…Tu luz que llega tibia y elegante.
O tu sombra, cuando es acogedora.
Toda la calma, sólo eso, momento.La bondadosa claridad del día
si viene con nosotros. El vals lentode la hierba al sol cuando ya enfría.
Como el árbol callado, a su manera,la belleza, también, todos esperandel rato, del momento, de la hora
que abriga o tranquiliza… y enamora.
Porque hemos de seguir hacia adelante,serenidad, regálanos, instante.
Porque tenemos momentos, cosas,personas… que nos alientan.
El Cristo de la Paz sencillo llevaa Francisco. Con Él la entrega entera.
Porque es nuestro Jesús de savia nuevaque lleva la humildad como bandera.
Cristo-Dios, que de todos, para todos,nos seducirá así, con su manera
de amar la Vida tanto. Con su modode enseñarnos conSigo la escalera
hacia esa verdad que nos eleva:la de la entrega humilde pero entera,
en pura caridad sin acomodo.
Ay, Cristo de la Paz, sencillo, llevaa mi alma con Francisco en Tu bandera.
Que quisiera seguirTe y darlo todo.
En la espera del pétalo que bailaal viento. A su compás tan atrevido.En la alegría. Pues para atraparla
a la serenidad aquí os convido.
Con la tierra que cruje. Con el aguaempañando los árboles dormidos.El cristal que amanece oscurecido.
Primavera en voz baja, o en la fragua.
Así. En un silencio. Y al tranquilopaseo en la existencia. Van las horas
contando melodías. Van contigo.
Casi vuelan. Llevándonos. En vilo.
Y el pétalo gracioso que se añoraaguarda. Bajo el paño de mi abrigo.