ENERGÍAS RENOVABLES: las buenas...
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Supervisión
Jonathan Menkos Zeissig – Director ejecutivo, Icefi
Coordinación
Lourdes Molina Escalante – Economista investigadora, Icefi
Ricardo Castaneda Ancheta – Economista investigador, Icefi
Revisión
Lourdes Molina Escalante – Economista investigadora, Icefi
Ricardo Castaneda Ancheta – Economista investigador, Icefi
Diana De León Dardón – Coordinadora de comunicación, Icefi
Mediación, diseño y diagramación
Amanuense | www.grupo-amanuense.com
Fotos: Shutterstock.com | Tawormurak, Barna Tanko, Evan Lang, Stefano Ember y Joseph Tan Matt
Administración
Iliana Peña de Barrientos – Coordinadora de desarrollo institucional, Icefi
Icefi
Energías renovables: las buenas energías
©Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales
20 páginas.- 1,000 ejemplares
ISBN: 978-9929-674-35-6
Este documento ha sido elaborado por el Instituto Centroamericano de
Estudios Fiscales (Icefi), en cooperación con Hivos.
Cualquier parte de este volumen puede reproducirse total o parcial,
sin permiso expreso de los autores o editores, siempre y cuando se dé
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Cualquier reproducción comercial requiere permiso por escrito previo
del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) a:
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Puede descargar la versión electrónica en:
www.icefi.org
La energía es indispensable para superar la pobreza. Sirve para trabajar, para vivir más cómodos, para atendernos en la enfermedad, para divertirnos. Tenerla es fundamental para que se cumplan derechos como la salud, la educación, la seguridad.
Preparar el maíz para las tortillas es más fácil si
tenemos un molino.
Sembrar y cosechar es más rápido con tractores.
Poder conectarse con el mundo abre nuevas ventanas a nuestras escuelas.
Contar con un vehículo a motor puede ser cuestión
de vida o muerte.
Gracias a un micrófono, nuestro canto llega a más
personas, más lejos.
La falta de energía es más que la ausencia de electricidad. Cuando falta la energía se hace más difícil el desarrollo personal y colectivo.Millones de personas no tienen acceso D�OD�HQHUJtD�\�VXV�EHQHÀFLRV��SRUTXH�algunas cosas están al revés.
En el mundo, 1 de cada 5 personas no tiene acceso a
la electricidad. De ellas, 1.5 millones de personas
viven en Guatemala, y 310 mil en El Salvador.
En 2015, los Estados adquirieron compromisos en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, uno de ellos es JDUDQWL]DU�HO�DFFHVR�D�HQHUJtD�ÀDEOH��VRVWHQLEOH�\�D�XQ�SUHFLR�UD]RQDEOH�SDUD�WRGRV��El uso de energías renovables puede, además de contribuir con la reducción de la pobreza, apoyar la lucha contra el cambio climático.
A nivel mundial, el sector energético es el responsable del 60% de las emisiones de JDVHV�GH�HIHFWR�LQYHUQDGHUR��TXH�LQWHQVLÀFDQ�el cambio climático.
Asia Images / Shutterstock.com
Las energías renovables son buenas y pueden generar muchos EHQHÀFLRV��FRPR�UHGXFLU�OD�SREUH]D�\�OXFKDU�FRQWUD�HO�FDPELR�climático. Pero los Estados deben gestionar estos proyectos de tal manera que se respeten los derechos de las comunidades y se garantice que quienes habitan cerca de los proyectos, WDPELpQ�VHDQ�EHQHÀFLDULRV�
En la actualidad, tanto en Guatemala, como HQ�(O�6DOYDGRU��H[LVWH�FRQÁLFWLYLGDG�VRFLDO�porque los proyectos de energías renovables son manejados de manera excluyente y poco participativa.
/D�SROtWLFD�ÀVFDO�HV�OD�KHUUDPLHQWD�FRQ�OD�que cuentan los Estados para ser actores clave en la promoción y adopción de las energías renovables. El gasto y las inversiones públicas; los impuestos y la deuda pública, pueden motivar el uso de fuentes renovables y no contaminantes de energía.
Hasta el momento, la forma en la que El Salvador y Guatemala han utilizado OD�SROtWLFD�ÀVFDO��KD�OLPLWDGR�HO�SDSHO�GH�los Estados como actores protagónicos para promover las energías renovables.
Entre 2007 y 2014,el Estado de El Salvador
destinó USD3,718 millones al sector energético, mientras que el Estado de Guatemala gastó USD2,886.1 millones.
Del total de lo que los Estados destinan al gasto público en energía, en El Salvador solo se destina 11.9% a inversiones en energías renovables, mientras que en Guatemala solo es el 5.1%
Mientras que una gran parte del gasto público en energía se destina a subsidiar energías no renovables. En El Salvador, el 45% del gasto público en energía es para subsidiar el transporte y la electricidad; mientras que el Guatemala, el 58.1% del gasto en energía se usa para subsidiar el transporte, gas propano y electricidad.
Para que el Estado pueda liderar la transición hacia energías renovables, requiere disponer de recursos. Algunos países desarrollados han aplicado un impuesto a las energías contaminantes, cuya recaudación se destina directamente a inversiones en energías renovables.
Otras formas de obtener recursos son:• (YLWDU�RWRUJDU�SULYLOHJLRV�ÀVFDOHV��
que permiten que las energías contaminantes no paguen impuestos.
• Evaluar los subsidios que se otorgan a fuentes no renovables y contaminantes de energía.
Para que los Estados puedan liderar la transición de energías contaminantes a energías limpias y renovables, es necesario evaluar lo que se está haciendo, enmendar lo que está mal, fortalecer lo que está bien y adoptar las medidas que permitan avanzar en la dirección correcta.
Apoyar la aplicación de impuestos verdes y otras accionesde impulso a la generación de energías
renovables.
Evaluar los subsidios e incentivos otorgados al sector energético,
para que estos sean congruentes con la búsqueda de sostenibilidad
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Exigir modelos de gobernanza en donde las comunidades decidan las condiciones en
las que se deben desarrollar los proyectos de energía renovables y sean parte de sus
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Discutir sobre la creación o fortalecimiento de empresas públicas energéticas que, además de garantizar el acceso de la población a la energía,
se conviertan en una fuente de recursos para atender las necesidades de la población.
En resumen, hacer que en las agendas de desarrollo locales,
nacionales y regionales se priorice la adopción de energías
renovables como un pilar del mejoramiento de la calidad de
vida de la población.