Enrique Calvet - La Hidra Del Racismo-etnicismo Catalán

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  • 7/25/2019 Enrique Calvet - La Hidra Del Racismo-etnicismo Cataln

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    La hidra del racismo-etnicismo cataln

    *ENRIQUE CALVET ABC 20/01/16*

    * Espaa no puede ser la nacin que reintroduzca en Europa lainstalacin ilegal de movimientos etnicistas antidemocrticos*

    Deberamos aprovechar que el movimiento secesionista de la Cataluaespaola ha llegado al punto en que no puede enmascarar ms la esenciade su dinmica para comprender lo que se dirime y, adems, nuestraresponsabilidad ante Europa. El nuevo molt honorable (unacontradictio in terminis?) ha dicho que hay que expulsar a losinvasores de la Catalua hispana.

    La segunda autoridad autonmica (que es autoridad del Estado segn laley, y servidora del bien comn de todos los espaoles) ha afirmadoimpunemente que los que no son secesionistas no forman parte del pueblocataln. De paso, les quita sin pudor la condicin de cataln a unos450.000 catalanes franceses que no son separatistas. Ms vale pureza deraza que valor democrtico. Pero tocamos el quid de la cuestin. Ya nose molestan en disimular, ya no pueden, que lo que plantea elsecesionismo es la emancipacin y victoria de la raza elegida. La etniade pata negra frente a intrusos, impuros y renegados.

    El procs, que tantas veces hemos denunciado unos pocos cual Casandrasen el desierto, se bas durante decenios, en la era del exhonorablePujol, en esconder la raz racista del movimiento secesionista y suobjetivo ltimo. Que lo haya conseguido, e incluso haya logradocomplicidades contra natura de la izquierda (sem una naci!, dijo elcordobs!) dice muy poco de la calidad neuronal y/o tica de nuestrospolticos de los ltimos treinta aos, incluso de los ms mticos.Ahora, todas las disparatadas maniobras de distraccin, como el Espaanos roba, las balanzas fiscales, el estatus colonial, las autopistas,la catalanidad de Cervantes, sobran y se muestra a las claras lo que sepretende: que mande en exclusiva la raza elegida, los verdaderoscatalanes, en una parte del territorio espaol.

    Realmente, el objetivo desde hace unos 150 aos, no ms (toda apelacina manipulaciones histricas anteriores dan grima, o por las mentiras, opor la defensa de valores reaccionarios pre-Ilustracin), es la toma delpoder, sobre todo econmico, de una oligarqua depredadora. Estaoligarqua sabe sin duda que, aunque la secesin sera nefasta para loshabitantes de IberoCatalua, y para el resto de los espaoles, ella sse beneficiara claramente, por apropiacin impune. Evidentemente, esteplanteamiento en el siglo XXI no se puede decir a las claras paraconseguir una masa social de apoyo. Pero s se puede hacer nacerviscerales sentimientos de raza elegida pero vctima, de pueblo elegidopero humillado, de etnia superior expoliada en tierra prometida.

    Cuando se han conseguido unos incumplimientos impunes de leyes bsicas,

    un monopolio de la manipulacin educativa, una gran libertad para laintimidacin y presin social y clientelar, es mucho ms fcil convertirun movimiento separatista interesado en un movimiento de emancipacin dela raza elegida. Por supuesto, en el camino han quedado triturados losvalores democrticos, el Estado de Derecho y los valores tradicionalesde la izquierda democrtica europea.

    Pero desarrollar este movimiento sobre la base del engao, de lamanipulacin impune y de la intimidacin tiene una gran ventaja para losmuidores, y es que los que no pertenecen a la etnia elegida (ms de

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    la mitad de los apellidos existentes en Ibero-Catalua no tienenabolengo cataln), por pnico, por autoproteccin y por inherentesentido gregario tienen la necesidad de hacerse admitir en el puebloelegido, mucho ms si son conscientes de que el Gobierno nacional,supuesto protector de sus derechos y libertades, ni lo ha hecho ni se leespera. Esto explica la sbita avalancha, en aos recientes, deneoseparatistas. Es la fe del converso o el miedo del charnego a quenadie lo proteja cuando los separatistas lleguen al poder omnmodo. Todoesto no es nuevo en la Historia. Es casi un clsico en la Historiareciente. Y siempre acaba con sufrimiento de la buena gente.

    Existen algunos indicios de que el Gobierno central y la izquierdademocrtica espaola estaran enterndose, al fin, de lo que estocurriendo. Es evidente que todo llega muy tarde a la hora derestablecer la ley y los valores democrticos (habr mayor ofensa quepretender retirar el derecho a decidir sobre su futuro comn a millonesde espaoles?) y de desterrar el etnicismo. Sin embargo, existe unargumento aadido profundo que, como enamorado de la democracia europeay miembro del Parlamento, quiero subrayar.

    Espaa no puede ser la nacin que reintroduzca en Europa la instalacinilegal de movimientos etnicistas antidemocrticos. Espaa no puede abrirla espita de la fragmentacin de Europa en taifas de raza pura. Espaano puede ser ejemplo de destruccin de valores de convivencia,

    solidaridad, no discriminacin y ciudadana que inspiran los tratados yla construccin de una Europa de libres e iguales. Espaa no puede serel huevo de la serpiente.

    *ENRIQUE CALVET ES EURODIPUTADO ABC 20/01/16*