Ensayo
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Universidad Central de Venezuela
Facultad de Humanidades y Educación.
Ensayo
“Percepción errónea del riesgo y mal uso
de la globalización por parte del ambientalismo.”
Luis Vicente Arcia Colmenares.
C.I. V-21718060
Caracas, 18 de Abril de 2012.
Introducción
Con este ensayo se busca indagar más las ideas del autor William Ospina en su texto
“Lo que nos deja el siglo XX” para la publicación “Los nuevos centros de las esferas”
escrito en el 2001, en el cual hace una crítica sobre la ecología, la reacción de las
personas ante esta problemática y sus enfoques erróneos.
El ambientalismo siempre ha sido un movimiento que ha generado optimismo entre las
masas debido a las innumerables amenazas de un posible fin del mundo a causa de
nuestro uso irracional de los recursos naturales. Tanto así que cualquier iniciativa
llevando el estandarte del ambientalismo es generalmente aceptado de forma unánime
y los medios han sido el lubricante que ha llevado a una inmensa cantidad de personas
a confiar ciegamente en todo lo que traiga una etiqueta verde. Lo que lleva a las
personas a reaccionar de esta forma, es que todo aquel que intenta abordar el tema del
ambiente siempre lo hace con tono alarmista, rayando en el amarillismo y cayendo en
el pesimismo. Otro problema importante en el tema de la ecología es la globalización;
los problemas y soluciones no se pueden aplicar en todos los escenarios y casos, y
esto ha llevado a muchos desenlaces desastrosos en la historia de la ecología.
Con este ensayo se busca demostrar los errores más comunes del ambientalismo, y el
enfoque que Ospina debió darle en su texto, ya que él se centraba en la parte hipócrita
y consumista del movimiento, cuando esta no es la problemática principal que inspira
desconfianza de las acciones ecologistas.
Percepción del riesgo
En una era donde los medios manejan a placer los ideales de los receptores, siempre
se ha utilizado el miedo como el factor principal para impactar a las masas. Entre
mayor sea el riesgo de un evento al que se esté promocionando, así sean muy bajas
las probabilidades de que este ocurra, mayor será el porcentaje de personas
indignadas y dispuestas a pelear por tal causa. Como dice Matteucci, S. en su
publicación “Sistemas ambientales complejos: Herramientas de análisis espacial”
(1998) los riesgos deben analizarse desde dos perspectivas, probabilidad y daño, el
promedio obtenido de ambos factores es lo que se debe tomar en cuenta. Dos
ejemplos que el autor Aramis Latchinian usó en su libro “Globotomía” (2009) fueron los
de “una explosión de una central nuclear de última generación” y “muerte por consumo
de moluscos frescos en el Pacífico Sur”. En el primero, Aramis afirma que con los
controles y desarrollo tecnológico actual es muy poco probable que explote, sin
embargo, los daños causados por una explosión de ésta serían de una gran magnitud,
en este caso el riesgo sería medio, al promediar una probabilidad baja con un daño
alto. En el segundo caso, las mareas rojas (excesiva proliferación de micro algas en
los estuarios o el mar) son un evento frecuente en Pacífico Sur, y algunas de ellas
presentan una neurotóxica letal para el ser humano aun ingiriendo una cantidad
reducida de moluscos, en este caso el riesgo es alto (probabilidad alta, daño alto). Con
estos ejemplos, Aramis finaliza con la reflexión “así obtenemos que el riesgo para la
vida de cada persona es mayor por ingerir moluscos frescos del Pacífico que por vivir
cerca de una central nuclear; sin embargo, cualquier persona normal preferiría comer
ceviche en una playa del Pacífico a vivir al lado de una central nuclear. Y aquí
comienza el problema: la percepción de los riesgos por parte del público tiene poco que
ver con el riesgo real”. En el texto de William Ospina tal problemática no es nombrada,
cuando es uno de los temas que más influye en la ecología. Se le da más importancia a
los problemas mayores pero ocasionales, que a los menores pero frecuentes, sin saber
que este puede hacer más daño al ambiente con el tiempo que el primero. Uno de los
escenarios para probar esta última afirmación son los derrames petroleros, eventos
desastrosos y que pueden perjudicar al medio ambiente gravemente, a los cuales se
invierte una cantidad de dinero y mano de obra exorbitante; pero hay otros riesgos al
medio ambiente que pasan desapercibidos, como una cañería vertiendo sus desechos
en mar abierto, lo cual, durante un periodo de tiempo sin tratar, puede hacer mucho
más daño al ecosistema que un derrame petrolero en una semana. Otro ejemplo claro
de una errónea visión de riesgos, es Estados Unidos, principalmente en la inversión
social para el control de riesgos ambientales, el cual fue probado ineficiente por un
estudio realizado en la Universidad de Harvard en 1993, ya que se despilfarraban los
recursos invirtiendo en lugares equivocados, “haciendo caso a la percepción de riesgo
más que al riesgo real”, dicho por Cass Robert Sunstein en su obra “Riesgo y razón.
Seguridad, ley y medioambiente” (2006).
Globalización
Uno de los daños más grandes que ha podido realizar el movimiento ecológico, el cual
no es nombrado por William Ospina en su texto, es adoptar la globalización en su curso
de acción. Como dice Klaus Bodemer en su texto “La globalización. Un concepto y sus
problemas”, “no existe ni una definición clara ni una teoría de la globalización”. Este
término tiene varios usos y significados para cada persona, pero el que se busca
analizar es la de “declarar un conjunto de cursos de acciones y exigir el acato de éstas
a todos los países”. Un claro ejemplo es el que Michael Crichton escribió para su libro
“Estado de miedo” en el cual el autor habla sobre un tema recurrente en la temática
ecologista, los pesticidas, especialmente el DDT, el cual fue prohibido por la agencia
ambiental norteamericana en los setenta. El DDT era el pesticida más barato y efectivo
contra los mosquitos portadores de malaria que había en el mercado; el problema de
haber hecho esta elección, es haberla globalizado a todos los países, en especial a los
del Tercer Mundo, que a penas y poseen la suficiente producción industrial para
contaminar una milésima de lo que hacen los países desarrollados, y aún con eso,
tuvieron que someterse a esta medida drástica, dejando sus cosechas desprotegidas y
generados millones de muertes por malaria.
Las situaciones de contaminación deben ser estudiadas individualmente, no se puede
generalizar con las soluciones como se ha hecho en el pasado, no todos los países y
ecosistemas son iguales.
Conclusión
El problema principal con el texto “Lo que nos deja el siglo XX” es que William Ospina
critica más el aspecto comercial de la causa ecologista, siendo este sino el menor de
los problemas de este movimiento. El ecologismo ha hecho más daño que solo llenarse
los bolsillos con la ignorancia de las masas, ha logrado arruinar miles de vidas todo por
el bien del medio ambiente. Su principal falla es no saber administrar sus planes
inteligentemente. No existen los cambios graduales en el tiempo en este mundo que
buscan crear, todo debe darse inmediatamente, y eso es algo que muchos países no
pueden darse el lujo. Han sabido manejar al público incrédulo, haciéndoles pensar que
debemos cambiar nuestra forma de vivir y usar los recursos de un día para otro, o sino
el planeta no será capaz de sustentar la vida. Esta desesperación por resultados
inmediatos es probablemente lo que más influya en la mala toma de decisiones.
Todas las amenazas que se han declarado sobre el medio ambiente ya se han
empezado a desmentir gracias a la evolución en la tecnología. Primero fue el agujero
en la capa de ozono, creando incontables campañas pesimistas en su auge hace
varios años. Estudios actuales comprueban que se ha regenerado naturalmente de
años anteriores, después vino el efecto invernadero, un fenómeno que aumenta la
temperatura de la tierra, cosa que la gente, en su narcicismo, solo ha podido atribuir a
sí mismo, aún cuando no se ha podido confirmar si el hombre es el responsable o el
sol.
El ambientalismo es un movimiento que aún le falta evolución, la gente tiene que
cambiar la mentalidad tan extremista que tienen sobre la contaminación y sus
soluciones, y buscar alternativas más realistas, adaptar el ecologismo a nuestras
formas de vida sin tener que hacer cambios drásticos, y lo más importante, saber que
los mensajes apocalípticos son producto de un “merchandising” extremista de los
ambientalistas. Hay que investigar por sus propios medios y no dejarse influenciar por
lo que digan en la televisión.
Bibliografía
William Ospina de Padua (2001), Los nuevos centros de las esferas.
Matteucci, S. (1998), Sistemas ambientales complejos: Herramientas de análisis
espacial. Editorial Eudeba.
Aramis Latchinian. (2009), Globotomía. Ediciones Punto Cero.
Cass Robert Sunstein. (2006), Riesgo y razón. Seguridad, ley y medioambiente.
Editorial Kats.
Klaus Bodemer. (1998), La globalización. Un concepto y sus problemas. Nueva
Sociedad Nro. 156 Julio-Agosto 1998, pp. 54-71
Michael Crichton. (2005), Estado de miedo. Editorial Plaza y Janés.
Wikipedia. Marea roja. http://es.wikipedia.org/wiki/Marea_roja. Consultada el 14/04/12