Ensayo - Cómo Enseñar Valores en Ciencias
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ENSAYO:
“CÓMO ENSEÑAR VALORES A TRAVÉS DE LA DIDÁCTICA DE
LAS CIENCIAS”
“DIDÁCTICA Y EVALUACIÓN DE LAS CIENCIAS INTEGRADAS”
VICTORIA, 04 DE MARZO DE 2006.
INTRODUCCIÓN.
Enseñar y fomentar valores a través del proceso de enseñanza en las
escuelas es una tarea muy importante y valiosísima, porque en el fondo se
están formando personas, personas que en el futuro serán activos gestores
de una sociedad en la cual deben convivir interactivamente, cada uno
ejerciendo libremente sus derechos y cumpliendo deberes para con la
sociedad. Esencialmente somos seres sociales; por lo tanto, debemos
desenvolvernos en armonía con las demás personas, siempre en un marco
de respeto, aceptando a los demás y respetando las diferencias, sean éstas
de sexo, edad, condición física, etnia, religión o situación económica.
En este contexto, el proceso de didáctica es fundamental para llevar a
cabo esta tarea, ya que los profesores y profesoras en la planificación de sus
clases, deben considerar y abordar este importantísimo tema de la
enseñanza y promoción de los valores (Objetivos Transversales de la
Educación), ya que éstos son tan importantes como los contenidos
propiamente tales (Objetivos Verticales de la Educación). En consecuencia,
los alumnos deben asimilar los contenidos, pero por otro lado deben
aprender valores.
Las clases de Ciencias son las más propicias para enseñar y fomentar
valores, tales como la amistad; la solidaridad; el reconocer, respetar y
defender la igualdad de derechos esenciales en todas las personas; etc. Por
otro lado, hay que promover valores alusivos a la protección del entorno
natural y de sus recursos; valorar también el trabajo, como una forma de
contribución bien común, el desarrollo social y el crecimiento personal. Éstos
principios valóricos deben ser fomentados en las escuelas, para que las
personas que estamos formando tiendan, en el futuro, a buscar el bien de la
humanidad, respetando y valorando las ideas y creencias distintas de las
propias, y reconociendo el diálogo como fuente permanente de humanización
y de superación de diferencias.
En la enseñanza de las Ciencias se pueden utilizar las más variadas
estrategias didácticas; lo importante es el educador contribuya además con
su creatividad a que el proceso de enseñanza –aprendizaje sea auténtico en
un entorno enriquecido o estimulante, para que los estudiantes tengan una
predisposición a aprender, puedan interactuar y establecer una comunicación
efectiva con sus pares y con el profesor.
DESARROLLO.
El proceso de enseñanza de las ciencias ofrece momentos
valiosísimos para fomentar valores en el alumnado, momentos que los
docentes deben saber aprovechar para promover valores, tales como: la
amistad, el compañerismo, la solidaridad, la tolerancia, la justicia, el
respeto al otro, el respeto a la naturaleza, la convivencia democrática, el
espíritu emprendedor, la valoración del trabajo, etc. Toda esta amplia
gama de principios valóricos que se necesitan forjar en los alumnos y
alumnas sólo obedece a que se busca imperiosamente formar mejores
personas, dotadas de un carácter moral.
En este sentido, en el documento que contiene los Objetivos
Fundamentales y Contenidos Mínimos Obligatorios de la Educación Básica,
se plantea que: ”Los Objetivos Fundamentales Transversales tienen un carácter comprensivo y general orientado al desarrollo personal, y a la conducta moral y social de los alumnos, y deben perseguirse en las actividades educativas realizadas durante el proceso de la Educación General Básica”.
En primer lugar, el educador debe diseñar las clases de tal manera de
que éstas se lleven a cabo en contextos significativos de aprendizaje,
ejemplo: actividades de laboratorio, trabajos prácticos en el aula, salidas a
terreno, clases al aire libre, etc. Estos contextos estimulantes de aprendizaje
permiten que las clases de Ciencias sean tremendamente apropiadas para
forjar en los alumnos algunos principios valóricos; en consecuencia, se
puede abordar satisfactoriamente la didáctica de los Objetivos Transversales.
Y, en segundo lugar, el educador debe poner mucho énfasis en que
las distintas actividades de aprendizaje los alumnos las realicen en grupo (en forma cooperativa). Ahí está la clave para que cualquier tipo de
aprendizaje se adquiera más eficazmente.
Por lo tanto, es imperativo para el educador que, tanto las actividades
de aula, de laboratorio, o fuera de ellos, se lleven a cabo interactivamente e
equipos de trabajo.
El trabajo en grupo permite que se establezcan diálogos entre los
alumnos, y se sabe que el diálogo es la principal herramienta de superación
de diferencias; entonces, los profesores deben fomentar el trabajo grupal y
crear muchísimas instancias de diálogo, para que de esta forma los alumnos
se apoderen de esta eficaz herramienta humanizadora. Una vez que haya
una comunicación entre los alumnos se hacen propicias las clases para
promover valores, como los citados al comienzo.
Trabajando en grupo los estudiantes aprenden a aceptara a los
demás, a ser solidarios, etc., valores que sólo se adquieren interactuando
con los demás. María Victoria Reyzábal, en su libro: “La Comunicación Oral y
su Didáctica”, señala que: “Trabajar en equipo mejora el rendimiento, pero también y fundamentalmente mejora al ser humano, lo hace más abierto, seguro, tolerante, solidario, democrático…” (Reyzábal, 1993,
p.34-35). Por lo tanto, los alumnos y alumnas al trabajar junto a otros
integrantes en un grupo van interiorizando principios valóricos, pues al
aceptar a los demás con sus diferencias, se practica la tolerancia y el
respeto; al ayudar a los demás integrantes, se cultiva la solidaridad;
asimismo, surge en los alumnos y alumnas el espíritu emprendedor, van a
valorar el trabajo como una actividad humana conducente al crecimiento
personal y al desarrollo y progreso de la sociedad.
También, se debe fomentar el respeto a la naturaleza y a sus recursos
naturales. Para esto son necesarias las salidas a terreno, disertaciones sobre
lo recursos naturales (poniendo énfasis en los aspectos de protección,
conservación y preservación de éstos), charlas debates, proyectos sobre
salud ambiental, etc.
Es decir, el docente debe ser creativo para seleccionar las actividades
adecuadas, con el fin de fomentar el cuidado y respeto por la naturaleza.
Finalmente, el solo hecho de trabajar en equipo puede suscitar en los
alumnos la amistad y el compañerismo (esto es inevitable al interactuar con
los demás en un marco de respeto con todos los compañeros). Para el
docente sólo queda enfatizar muchísimo en actividades grupales, pues los
grupos son la base de la convivencia social en armonía.
CONCLUSIONES.
En primer lugar, este trabajo reconoce la gran importancia que tiene la
enseñanza de valores en la escuela, aduciendo que la formación plena e
íntegra de las personas pasa también por interiorizar y forjar principios
valóricos en las conciencias de las mismas. Y este ensayo ha tratado este
importantísimo tema, mirándolo desde el proceso de didáctica de las
Ciencias; es decir, cómo a través de la enseñanza de las Ciencias podemos
tomar y poner en marcha la valiosa tarea de fomentar valores en el
alumnado. Y, en este sentido, cómo aprovechar las instancias de aprendizaje
para también abordar el tema valórico.
Se han mencionado valores que son indispensables en la sociedad y
que el educador puede enseñar y fomentar en las clases de Ciencias, tales
como: la amistad, el compañerismo, la solidaridad, la tolerancia, la justicia, el
respeto a los demás, el respeto a la naturaleza, la convivencia democrática,
el espíritu emprendedor y la valoración del trabajo.
En consecuencia, se ha puesto mucho énfasis en que las clases de
Ciencias son muy propicias para enseñar y fomentar principios valóricos,
puesto que las actividades grupales son ineludibles en este sector de
aprendizaje para el aprendizaje de Contenidos Conceptuales,
Procedimentales y Actitudinales (donde caben los valores). Por consiguiente,
el solo hecho de trabajar en grupo (en forma cooperativa) es una manera de
formar valóricamente a los alumnos (y a todas las personas en general), ya
que trabajar en equipo no sólo desarrolla destrezas cognitivas, sino que
fundamentalmente mejora a los alumnos y alumnas como ser humano.
Lo importante es que los alumnos y alumnas tengan el espacio y
tiempo necesarios en la escuela para desarrollarse también en el ámbito
valórico, para que en el presente y en el futuro tengan una convivencia más
sociable, en armonía con los demás, donde reine el respeto por los demás.