Ensayo Musica Absoluta- Programatica Parte 2

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Luis Ángel Pastor Código: 1016019272 German Camilo Castiblanco P. Código: 1018427815 La música antiguamente se dividía en dos ramas por llamarlo así que eran la música vocal y la instrumental, esta última comienza a buscar su propia forma de expresión separándose completamente de la voz, cuando lo logra ya dentro de sí misma se comienza a ver dos formas diferentes que fueron la música absoluta y la música programática cada una con transformaciones de pensamiento a través de los S XIX y XX cuya mayor importancia se dio en el romanticismo musical. Estas dos ideas de ver la música instrumental generan cierta polémica entre los pensadores de la época como Schopenhauer, Wagner, Liszt, entre otros y de allí se genera paradigma estético en la forma de componer y escuchar la música. Los románticos sustituyeron el ideal de racionalidad con el de las emociones y el de la intuición, y el nuevo objetivo se centraba en la búsqueda de una nueva sensibilidad, lo cual convertía al compositor prácticamente en un vidente, cuyo arte se consideraba un producto de inspiración divina. Para ellos, las emociones eran sinónimo de simplicidad y de fe, mientras que la razón representaba lo artificioso, lo complejo y lo escéptico (Rowell, 1985: 117-118). En el S. XIX, en el romanticismo musical hay muchos compositores que escriben música instrumental con la que de alguna forma quieren “decir” algo. Los temas que más generan polémica es por un lado el de la música programática buscando legitimarse desde el punto de vista de la música y no del de la literatura, la pintura, o de la temática de donde vinieran los programas desde los cuales se presentaba la música, aunque la intención del compositor fuera que el oyente tuviera una representación de una imagen en su cabeza al escuchar la música, y esto muchas veces venía acompañado de un programa

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Luis Ángel Pastor Código: 1016019272German Camilo Castiblanco P. Código: 1018427815

La música antiguamente se dividía en dos ramas por llamarlo así que eran la música vocal y la instrumental, esta última comienza a buscar su propia forma de expresión separándose completamente de la voz, cuando lo logra ya dentro de sí misma se comienza a ver dos formas diferentes que fueron la música absoluta y la música programática cada una con transformaciones de pensamiento a través de los S XIX y XX cuya mayor importancia se dio en el romanticismo musical. Estas dos ideas de ver la música instrumental generan cierta polémica entre los pensadores de la época como Schopenhauer, Wagner, Liszt, entre otros y de allí se genera paradigma estético en la forma de componer y escuchar la música.

Los románticos sustituyeron el ideal de racionalidad con el de las emociones y el de la intuición, y el nuevo objetivo se centraba en la búsqueda de una nueva sensibilidad, lo cual convertía al compositor prácticamente en un vidente, cuyo arte se consideraba un producto de inspiración divina. Para ellos, las emociones eran sinónimo de simplicidad y de fe, mientras que la razón representaba lo artificioso, lo complejo y lo escéptico (Rowell, 1985: 117-118).

En el S. XIX, en el romanticismo musical hay muchos compositores que escriben música instrumental con la que de alguna forma quieren “decir” algo. Los temas que más generan polémica es por un lado el de la música programática buscando legitimarse desde el punto de vista de la música y no del de la literatura, la pintura, o de la temática de donde vinieran los programas desde los cuales se presentaba la música, aunque la intención del compositor fuera que el oyente tuviera una representación de una imagen en su cabeza al escuchar la música, y esto muchas veces venía acompañado de un programa que mostraba la intención del compositor o la historia que se contaba, el fin en realidad era la música, que ésta contara la historia por medio de los sonidos sin que el programa escrito fuera indispensable. Un ejemplo de música programática es la obertura que en el S XIX ya no tiene la intención de ser introducción de una ópera sino que podía ser una obra en sí misma, y en estas oberturas el compositor creaba los personajes, el ambiente, pero solo con instrumentos, y la obra podía ser solo la obertura sin necesidad de ser acompañada por mas partes.

Aunque en la música absoluta también podemos decir que cuando la escuchamos nos puede llegar una imagen a nuestra mente hay una diferencia con la música programática y es que aquí tenemos una intención del compositor para crear la imagen, en la música absoluta no se compone con el fin de que haya una historia pintura en la mente del que escucha. Uno de los músicos que entra a jugar un papel

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muy importante el pensamiento es Wagner al que muchos de los artistas de la época seguían en sus ideas, e implícitamente la estética de Schopenhauer de quien adopto muchos pensamientos y complemento con su propia forma de ver y razonar la música, aunque dice dalhaus “…la estética de Schopenhauer, que, expresado sentenciosamente, no era sino una metafísica de la música absoluta”.

Y por otro lado está la música absoluta, donde hay una transformación de la visión de la música y de cómo es concebida, la idea de la representación de los sentimientos concretos cambio por la de los sentimientos en abstracto, no solo se había independizado del texto sino también de cualquier elemento extramusical.

En el contexto de los artistas en el romanticismo Fubini decía que:

“La música instrumental, gracias a su condición intrínseca de ser un lenguaje plurisignificativo, carente de significado específico, obtiene un lugar destacado entre las artes. Su lenguaje poco común le consiente la expresión no solo de las ideas sino, también, la del espíritu y la infinitud, a la vez que logra captar la realidad en un nivel mucho más profundo, intentando separarse de cualquier género de semanticidad y de conceptualidad” (Fubini,1988: 255)

Los artistas románticos encuentran en la música absoluta la forma de expresar sus sentimientos de una forma abstracta y con algunas libertades, por lo tanto muchos se dan a la tarea de buscar cosas nuevas. En cierta forma cuando nos referimos a la música absoluta y esa búsqueda por apartarse y liberarse de cualquier elementos extramusical, nos encontramos con que los compositores y teóricos que defendían esta posición, trataban de alejarse de cualquier imposición moral y filósofica, y como tal pretendían ceñirse estrictamente a una contemplación del arte y de la música misma. Sin embargo resulta curioso entender, que cuando tratamos de definir tanto la música absoluta como la música programática, es dificil tratar de entender uno de ellos sin traer a colación el otro. Bueno y esto además partiendo del hecho de que ambos se amoldan a la música instrumental. Además, como mencionaba Dalhause, en el libro de la idea de la música absoluta, el concepto de esta, nos lleva a la convicción de que, precisamente como ella misma, carece de conceptos y objetivos, abarca explícitamente la expresión pura y profunda de la “el ser de la música”. Como un ejemplo claro de esta música podemos mencionar los cuartetos de Beethoven, discursos cuya lógica se referían y respondían a elementos estrictamentes sonoros y musicales.

Continuando con esta idea, vamos a retomar la discusión que surge hacia finales del siglo XVIII, en donde una buena pregunta pregunta comienza a surgir en la cabeza de los compositores, intelectuales y filósofos: ¿la música como un medio de expresión?. Apartir de esto, intelectuales como E.T.A Hoffman, y Berlioz entendían que la música era una expresión humana tanto como la pintura y la literatura, pero

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que sin embargo dentro de ese debate de cual de las artes era la mayor, o la más completa, ellos entendían que la música era la forma de expresión más completa y profunda, porque en cierta forma no dependía de una palabra o de una imagen. De ahí surge la disputa con la música programática que buscaba relacionarse precisamente con algunos de estos elementos.

Franz liszt, que precisamente era uno de los máximos exponentes de la música programática, fue uno de los primeros en pronunciarse en cuanto a esta discusión. Y hacia 1855 afirmaba que cuando colocaba un conjunto de palabras o temas, se pretendía evitar muchas interpretaciónes erróneas por parte del oyente. Esta era una visión cierta por parte del compositor, quien no quería estar condicionado por lo que pensaba o decía el oyente. Sin embargo, por otro lado, por así decirlo se destacaron defensores radicales como E. Hanslick quien decía que, la música absoluta esta por encima de todos, porque esta libre de referencias externas. Desde ahí, continúa la disputa sobre la legitimidad o ilegitimidad de la música programática. Y surgen personajes como Franz Brendel un historiador alemán, quien comentaba que en la música instrumental cuando se dió a conocer la música programática, tuvo una evolución, un paso desde el “grado” del sentimiento a los espiritual. Sucesivamente Brendel, expresaba su punto que era totalmente opuesto a lo que pensaba Hanslick, en cuanto a la música absoluta como el máximo esplendor, y hacía un llamado y citaba a Liszt, como quien se encargó en cierta forma de continuar y completar la línea de Beethoven, en cuanto que en la música el espiritu era la forma, y la forma espíritu.

Aunque, antes del renacimiento ya se habían hecho composiciones de estos tipos, en esta época se empezaron a ver como ideas o conceptos, podemos notar que cada uno de los pensadores que se dedicaba a opinar sobre el tema de la música absoluta y la programática intentaba proponer su propia posición frente a estas, pero se vuelve muy difícil hablar de una sin traer a colación la otra, y muchas veces el juicio hecho tenia gran parte de subjetividad. Ambas son músicas instrumentales que se emanciparon de la palabra y aunque la música programática incluye un programa, la forma de mostrarlo es también abstracta y el programa es una adición o complemento de la música sin que la esta tenga que imitar exactamente lo que dicen las palabras, pudiendo ser una sugestión de lo que se quiere decir. En ambas ideas tiene gran importancia el precepto de las obras, así como la música programática busca ser sugestiva la absoluta busca no serlo, además se empieza a pensar en la forma en la que el público escucha

Bibliografía

*Diccionario oxford de la música, tomo II, Percy A. Scholes.*The New Harvard Dictionary of music, Don Michael Randel .