ENSAYOS DE ECONOMÍA Y RELIGIÓN · etapas de expansión (recuperación o auge) ... de lo que...
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ENSAYOS DE ECONOMÍA Y RELIGIÓN
ABRAHAM APARICIO CABRERA
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Certificado de Derecho de Autor Número: 03-2016-092709382400-14.
Septiembre de 2016.
Ciudad de México, México.
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ÍNDICE
PRÓLOGO ........................................................................................................................................... 4
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................. 6
BIENESTAR ECONÓMICO Y BIENES RELACIONALES ..................................................................... 9
DETERMINANTES DE LA ASISTENCIA A CONCIERTOS DE MÚSICA CLÁSICA ............................. 17
DIVERTIMENTO ECONÓMICO........................................................................................................ 23
CONSUMO Y FELICIDAD: LA VISIÓN DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA ...................... 36
CICLO ECONÓMICO Y VIDA CONSAGRADA: EL CASO DE LOS SACERDOTES EN MÉXICO ...... 55
CONTEXTO SOCIO-ECONÓMICO Y RELIGIOSIDAD ...................................................................... 68
“AL QUE TE PIDA, DA…” DE LA CARIDAD MONETARIA ........................................................... 78
MILAGROS ECONÓMICOS: CRISTIANISMO VERSUS ESOTERISMO CONTEMPORÁNEO ............ 86
ÍNDICES DE CATOLICISMO ........................................................................................................... 109
PRÁCTICAS RELIGIOSAS Y FELICIDAD: EL CASO DE LA POBLACIÓN CATÓLICA ..................... 127
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PRÓLOGO
Este conjunto de diez ensayos abordan ya sea o temas de economía, o temas de religión o
temas comunes a ambas esferas. Los dos primeros ensayos tratan de temas eminentemente
económicos, en tanto que el tercero es una especie de miscelánea que contiene una muy breve
referencia al vínculo entre economía y religión. Los ensayos cuatro a ocho son “mixtos”
porque abordan diversos tópicos de la relación entre la economía y la religión. Los dos últimos
ensayos están dedicados exclusivamente a temas de la religión.
Aunque los ensayos fueron compilados en fecha reciente para su publicación conjunta,
son producto de seis años de intenso trabajo de investigación en temas interdisciplinarios de la
economía, la ética, la psicología y la religión. La mayoría de los ensayos son estudios empíricos
basados en la información de varias encuestas, ya sea en México o a nivel mundial, y aunque el
tratamiento técnico-estadístico es formal, ello no debe desanimar al lector no versado en
estadística, pues los resultados son explicados en un lenguaje sumamente comprensible.
Es probable que el economista de formación y de profesión encuentre “demasiada
religión” en estos ensayos, y es probable que el teólogo de formación y de profesión encuentre
“demasiada economía”. Para que la lectura sea provechosa a ambos, economistas y teólogos,
sugiero una actitud de apertura intelectual a enfoques poco convencionales en el estudio de los
temas de la relación entre la economía y la religión. Al lector que no es ni economista ni
teólogo, pero tiene curiosidad en temas de ambas disciplinas, se le garantiza una lectura amena
e interesante de cuestiones originales de las cuales normalmente se habla muy poco en las
sobremesas.
Deseo aprovechar este prólogo para expresar mi más profundo agradecimiento a las
autoridades de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México
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(UNAM) por la oportunidad que me brindan de difundir este grupo de ensayos a través del
sitio web de profesores de la Facultad.
Tomé la decisión de entregar este trabajo al público en general como una edición de
autor para cumplir dos objetivos: 1) no incurrir en costos monetarios editoriales —ya que la
edición tendría que pagarse con dinero público— y lograr así un ahorro presupuestal para la
UNAM; y 2) dar la mayor difusión posible al material tanto entre colegas y especialistas, como
entre el público en general. Por lo anterior, el Comité Editorial de la Facultad de Economía de
la UNAM no tiene responsabilidad alguna en esta edición electrónica, de modo que el
contenido de los ensayos refleja únicamente los puntos de vista del autor, y nunca los de la
UNAM o los de su Facultad de Economía. No obstante lo antes mencionado, este material es
legalmente propiedad de la UNAM, y la institución podrá disponer en todo momento, y en la
forma que considere conveniente, de estos ensayos sin ninguna objeción de mi parte.
Se sugiere la siguiente forma de citar los ensayos:
Aparicio, Abraham (2016) Título del ensayo, en “Ensayos de Economía y Religión”, México: Edición de Autor, pp. XX-XX.
Finalmente, debo aclarar que quien escribe es un economista de formación con gran
interés en los temas de religión, en especial de la religión católica, por lo cual apelo a la buena
voluntad de los teólogos para que no juzguen con demasiado rigor doctrinario los ensayos,
sino que, en todo caso, esbocen una compasiva sonrisa ante el atrevido intruso cuando
encuentren en el texto algo que, por decirlo de manera amable, sea inexacto.
Abraham Aparicio C. Septiembre de 2016.
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INTRODUCCIÓN
A continuación se hace una breve descripción del contenido de cada uno de los ensayos a
manera de entremés que despierte en el lector el apetito por la lectura completa de cada uno de
los ensayos.
En Bienestar económico y bienes relacionales se presentan los resultados de un ejercicio
estadístico que correlaciona un conjunto de 27 bienes relacionales con indicadores de bienestar
económico (objetivo y subjetivo), para lo cual se utilizó la base de datos del Modulo BIARE
del INEGI. Los resultados muestran que los bienes relacionales inciden positivamente no sólo
sobre la dimensión subjetiva del bienestar económico (lo cual era un resultado esperado), sino
que también lo hacen, y de mayor manera, sobre la dimensión objetiva. Esto significa que las
políticas públicas implementadas para la provisión de bienes relacionales podrían influir
positivamente también sobre el bienestar material.
En Determinantes de la asistencia a conciertos de música clásica se propone y calcula un modelo
para pronosticar la probabilidad que tiene un mexicano, en función de diversos indicadores
socio-económicos (sexo, edad, escolaridad, ingreso, ocupación, lugar de residencia) de asistir a
un concierto de música clásica, para lo cual se utilizaron los datos de la Encuesta Nacional de
Hábitos, Prácticas y Consumos Culturales 2010 del Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes.
El ensayo Divertimento económico, estructurado a modo de pieza musical, aborda de forma
amena y ligera, sin dejar de ser metodológicamente serios, algunos tópicos curiosos de la
economía como son la economía de la felicidad, el altruismo, la falsificación de billetes, la
relación entre las crisis económicas y la venta de música, el significado económico del cuento
infantil El Mago de Oz, los “milagros económicos” y, por último, la genoeconomía.
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El ensayo Consumo y felicidad: la visión de la doctrina social de la Iglesia revisa las pautas éticas
que se extraen del Magisterio de la Iglesia católica que pueden aplicarse en la vida cotidiana
para que el gasto de consumo tenga una repercusión positiva sobre la felicidad del ser humano,
pues en la sociedad contemporánea el consumo competitivo y aspiracional desgasta física,
psicológica y monetariamente a las personas.
En Ciclo económico y vida consagrada: el caso de los sacerdotes en México se presentan los
resultados de un ejercicio estadístico de correlación entre algunos indicadores de la evolución
en el número de presbíteros y la tasa de crecimiento del PIB real en México para el periodo
1969-2008. La conclusión del ensayo es que cuando la economía mexicana se encuentra en
etapas de expansión (recuperación o auge) aumenta la cantidad de sacerdotes.
En el ensayo Contexto socio-económico y religiosidad se toma la base de datos de la Encuesta
Mundial de Valores levantada en México en el año 2012 para llevar a cabo varios ejercicios
estadísticos los cuales permitieron inferir, entre otras cosas, que el contexto socioeconómico
influye en los valores, las prácticas religiosas y las creencias religiosas de los católicos
mexicanos.
En “Al que te pida, da…” De la caridad monetaria se hace un análisis estadístico del
altruismo monetario (donaciones de dinero) que hace la población dividida en varis grupos:
católicos, cristianos evangélicos, creyentes sin religión y ateos. Para ello se utilizó la base de
datos de la Encuesta Nacional sobre Filantropía y Sociedad Civil (en México) 2013. Entre los
resultados obtenidos podemos mencionar que sólo dos tercios de los creyentes cristianos
(católicos y evangélicos) donan dinero a quien se los pide en la calle, y que el 42% de ateos
dona dinero a amigos, vecinos o conocidos.
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En Milagros económicos: cristianismo versus esoterismo contemporáneo se define lo que el creyente
entiende por “milagro económico”, y se analizan las características de ese tipo de milagros en el
contexto de la doctrina católica y del esoterismo contemporáneo. Entre las conclusiones del
ensayo se menciona que los problemas económicos ponen a prueba y cuestionan, a veces de
manera terrible, nuestra fe y confianza en Dios, pero que en la doctrina cristiana, a diferencia
de lo que ocurre con las doctrinas esotéricas, cuando el milagro económico no se presenta el
creyente puede llegar a lograr que su sufrimiento no sea inútil y carente de sentido.
En el ensayo Índices de catolicismo se proponen tres medidas objetivas para cuantificar “el
grado de catolicismo” de los países: Índice de Catolicismo Institucional, Índice de Catolicismo
Personal e Índice de Catolicismo Global, que es una síntesis de los dos primeros. México
ocupó los lugares 4°, 6° y 3° en los índices respectivos. El país más católico del mundo es,
como cabría suponer, Italia.
Finalmente, el ensayo Prácticas religiosas y felicidad: el caso de la población católica ofrece una
revisión de los resultados de varios estudios empíricos que han abordado la relación entre
prácticas religiosas y distintas dimensiones del bienestar (físico, psicológico, subjetivo), y aporta
evidencia acerca de la relación entre las prácticas religiosas y la felicidad a través de un
ejercicios estadístico que utilizó una muestra de 22,982 personas católicas de 38 países. Los
resultados del estudio revelan que las prácticas de asistir a misa y participar en las actividades
que organiza la Iglesia contribuyen a la felicidad de los católicos, pero no así la práctica de la
oración.
Hasta aquí este resumen. Disfrute su lectura.
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BIENESTAR ECONÓMICO Y BIENES RELACIONALES
Los bienes relaciones se refieren al lado no instrumental, afectivo y expresivo de las relaciones
interpersonales, que incluyen la compañía, el apoyo emocional, la aprobación social, la
solidaridad, el sentimiento de pertenencia, el deseo de ser amado o reconocido por otros, entre
otros elementos. Estos bienes son producidos por relaciones familiares o amistades en la escala
micro, y por una gran variedad de eventos sociales tales como reuniones de club o
asociaciones, eventos deportivos al aire libre, entre otros en la escala macro o social1. De
manera sucinta los bienes relacionales son el fruto de las relaciones interpersonales informales
que surgen de la convivencia familiar y social2.
Algunos autores3 han estudiado empíricamente el efecto que tienen los bienes
relacionales sobre el bienestar subjetivo (felicidad, satisfacción con la vida), y sobre algunos
aspectos concretos de la economía, tales como la productividad, la eficiencia y el sostenimiento
del crecimiento económico.
En principio, puede plantearse que los bienes relacionales contribuyen positivamente
sobre la dimensión subjetiva del bienestar económico pues numerosos estudios teóricos y
empíricos han documentado el efecto positivo de las relaciones interpersonales sobre el
bienestar subjetivo, es decir, el nivel de satisfacción con la vida y/o de felicidad que
autorreportan las personas4.
1 Becchetti, L., Pelloni, A., y Rossetti, F. (2008) “Relational goods, sociability, and happiness”, Department of Communication, University of Teramo, Working Paper No 39. 2 Álvarez, S. (2003) “Divorcio entre crecimiento y bienestar sostenible: razones para la autocontención”, Ponencia, Madrid, Centro de Investigación para la Paz (CIP-Ecosocial). 3 Gui, B., y Stanca, L. (2010) Happiness and relational goods: well-being and interpersonal relations in the economic sphere, International Review of Economics 57, pp.105-118; o Iglesias, E., Pena, J., y Sánchez, J. (2013) Bienestar subjetivo, renta y bienes relacionales. Los determinantes de la felicidad en España, Revista Internacional de Sociología 71 (3), pp. 567-592. 4 Para una relación de estudios véase Rojas, M. (2011) El bienestar subjetivo: su contribución a la apreciación y la consecución del progreso y el bienestar humano, Realidad, Datos y Espacio. Revista Internacional de Estadística y Geografía 2 (1), pp. 64-77.
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Sin embargo, no es tan evidente esperar un resultado similar en cuanto a la dimensión
objetiva del bienestar económico, pues no existe evidencia concluyente acerca del efecto
positivo de las relaciones interpersonales sobre el bienestar material1, de ahí la necesidad de
realizar investigaciones en este sentido.
Para conocer el tipo de relación que existe entre los bienes relaciones y el bienestar
económico se realizó una prueba empírica tomando como insumo la información de la base de
datos del Módulo BIARE de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares
(ENIGH) que levantó el INEGI en 2012, con un total de 10,654 casos de mexicanos de entre
17 y 70 años de edad.
La Tabla 1 muestra los indicadores que fueron utilizados para representar los bienes
relacionales y el bienestar económico.
Tabla 1 Indicadores utilizados para representar bienes relacionales y bienestar económico
Variable Descripción Valores d1 Casado. Sí = 1; No = 0 d2 Soltero. Sí = 1; No = 0 d3 Unión libre. Sí = 1; No = 0 d4 Se reúne frecuentemente1/ con amigos. Sí = 1; No = 0 d5 Se reúne frecuentemente1/ con familiares que no viven en su hogar. Sí = 1; No = 0 d6 Está registrado en alguna red social de Internet. Sí = 1; No = 0 d7 Puede contar con dos o más familiares en caso de urgencia o necesidad. Sí = 1; No = 0 d8 Puede contar con dos o más personas que no son familiares en caso de
urgencia o necesidad. Sí = 1; No = 0
d9 Conoce a dos o más vecinos por su nombre. Sí = 1; No = 0 d10 En los últimos doce meses ha ayudado económicamente a familiares que
viven en otro hogar. Sí = 1; No = 0
d11 En los últimos doce meses ha ayudado económicamente o de otra forma a conocidos suyos que no son familiares.
Sí = 1; No = 0
d12 La semana pasada practicó algún deporte en el que se compite con otra persona u otro equipo.
Sí = 1; No = 0
d13 En algún momento de la semana pasada tuvo una buena charla con alguien sobre cosas que usted considera importantes en la vida.
Sí = 1; No = 0
d14 Pertenece a una Iglesia o religión. Sí = 1; No = 0
1 Sobre esta discusión véase Ansa, M., (2008) “Economía y felicidad: acerca de la relación entre bienestar material y bienestar subjetivo”, Ponencia, Ecocri: XI Jornadas de Economía Crítica; y Ferriss, A. (2002) Does material well-being affect non-material well-being?, Social Indicators Research 60, pp. 275-280.
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Tabla 1 Indicadores utilizados para representar bienes relacionales y bienestar económico
Variable Descripción Valores d15 Pertenece a un grupo o asociación en el que promueve activamente una
fe y/o valores religiosos. Sí = 1; No = 0
d16 Pertenece a un partido, movimiento o una organización política y/o social.
Sí = 1; No = 0
d17 Pertenece a una organización profesional, gremial o sindical. Sí = 1; No = 0 d18 Pertenece a una asociación de estudiantes o exalumnos. Sí = 1; No = 0 d19 Pertenece a la mesa directiva de una asociación de padres de familia. Sí = 1; No = 0 d20 Pertenece a una organización de vecinos. Sí = 1; No = 0 d21 Pertenece a una Organización No Gubernamental (ONG). Sí = 1; No = 0 d22 Pertenece a un voluntariado o a una asociación filantrópica. Sí = 1; No = 0 d23 Pertenece a algún grupo de autoayuda y/o superación de problemas
personales. Sí = 1; No = 0
d24 Pertenece a una liga o asociación deportiva. Sí = 1; No = 0 d25 Pertenece a alguna otra asociación civil de afiliación voluntaria (scouts,
rotarios, club de leones, etcétera). Sí = 1; No = 0
x1 Satisfecho con su vida familiar. Escala 1 a 10 x2 Satisfecho con su vida social. Escala 1 a 10 y1 Gasto corriente total per capita. Pesos y2 Satisfacción con la situación económica personal. Escala 1 a 10
1/ Cada dos meses, una vez al mes, más de una vez al mes. Fuente: Elaboración propia con datos del Módulo BIARE de la ENIGH 2012 del INEGI.
En cuanto a los bienes relacionales, los indicadores tienen que ver con el estado
conyugal, reuniones con amigos y familiares, redes sociales de Internet, apoyo en caso de
necesidad, relación con vecinos, solidaridad con familiares y amigos, satisfacción con la vida
familiar y con la vida social, así como pertenencia a diversos grupos y organizaciones. En
cuanto al bienestar económico, los indicadores se refieren al nivel de gasto corriente total per
capita y a la satisfacción con la situación económica personal. El primer indicador cuantifica la
dimensión objetiva del bienestar económico, en tanto que el segundo indicador cuantifica la
dimensión subjetiva del bienestar económico.
Se calcularon dos modelos:
22112525112
22112525111
...
...ln
xxddy
xxddy
γγββαγγββα
++++++=+++++=
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Para definir el nivel de significancia estadística de cada uno de los bienes relacionales
sobre las dos dimensiones del bienestar económico se tomó, como es usual, el criterio de un ρ-
value < 0.05 del estadístico t correspondiente, y para definir el nivel de significancia estadística
global del modelo se tomó el valor de la prueba F. Los resultados obtenidos del ejercicio
estadístico de regresión lineal se muestran en la Tabla 2.
Tabla 2 Resultados del cálculo de los modelos
Gasto corriente total per capita (ln)
Satisfacción con la situación económica personal
β, γ EE t ρ β, γ EE t ρ d1 -.155 .023 -6.800 .000 .127 .060 2.098 .036 d2 -.171 .026 -6.577 .000 .017 .069 .243 .808 d3 -.366 .027 -13.613 .000 -.058 .072 -.804 .421 d4 .057 .016 3.506 .000 -.027 .044 -.625 .532 d5 .071 .016 4.395 .000 .074 .043 1.725 .084 d6 .510 .019 27.569 .000 .377 .049 7.650 .000 d7 .076 .021 3.579 .000 .153 .056 2.713 .007 d8 .113 .016 6.942 .000 .246 .043 5.658 .000 d9 -.292 .024 -11.937 .000 -.205 .065 -3.163 .002 d10 .263 .016 15.947 .000 .424 .044 9.686 .000 d11 .153 .017 8.851 .000 .042 .046 .904 .366 d12 -.088 .028 -3.129 .002 .014 .075 .182 .856 d13 .165 .016 10.229 .000 -.116 .043 -2.713 .007 d14 -.049 .017 -2.916 .004 -.057 .045 -1.269 .204 d15 -.084 .022 -3.765 .000 -.141 .059 -2.372 .018 d16 -.034 .032 -1.070 .285 -.171 .085 -2.017 .044 d17 .491 .032 15.240 .000 .585 .086 6.829 .000 d18 .060 .050 1.198 .231 -.026 .134 -.195 .845 d19 -.162 .044 -3.662 .000 -.086 .117 -.735 .463 d20 -.044 .043 -1.019 .308 -.176 .115 -1.529 .126 d21 -.008 .078 -.105 .916 -.321 .209 -1.537 .124 d22 .192 .067 2.889 .004 .107 .177 .606 .545 d23 -.058 .049 -1.188 .235 -.134 .130 -1.033 .302 d24 .109 .036 3.019 .003 -.193 .096 -2.013 .044 d25 .178 .070 2.527 .012 .199 .187 1.062 .288 x1 .019 .005 4.104 .000 .303 .013 24.115 .000 x2 .018 .004 4.901 .000 .267 .010 26.583 .000 α 8.484 .048 175.692 .000 1.484 .128 11.555 .000 r2 0.261 0.227
EE 0.766 2.038 F 138.854 .000 115.587 .000 N 10,654 10,654
Fuente: Elaboración propia.
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Lo primero que puede observarse es que una mayor cantidad de bienes relacionales
afectan positivamente al bienestar económico objetivo que al bienestar económico subjetivo.
En cuanto a la dimensión objetiva del bienestar económico, resulta que estar registrado en una
red social de Internet y pertenecer a una organización profesional, gremial o sindical son los
bienes relacionales que más contribuyen a incrementar el gasto corriente total per capita.
También contribuyen al incremento del gasto corriente los siguientes bienes relacionales:
ayudar económicamente a familiares que viven en otro hogar; pertenecer a un voluntariado o
asociación filantrópica; pertenecer a otro tipo de asociación civil de afiliación voluntaria
(scouts, rotarios, etc.); tener una buena charla con alguien sobre temas importantes de la vida; y
ayudar económicamente o de otra manera a no familiares.
En cuanto a la dimensión subjetiva del bienestar económico, resulta que pertenecer a una
organización profesional, gremial o sindical, y ayudar económicamente a familiares que viven
en otro hogar son los bienes relacionales que más contribuyen a incrementar la satisfacción
con la situación económica personal.
Otros bienes relacionales que aumentan la satisfacción con la situación económica
personal son: estar registrado en una red social de Internet; los niveles de satisfacción con la
vida familiar y con la vida social; y contar con dos o más personas (familiares y/o no
familiares) en caso de necesidad.
Los resultados obtenidos permiten concluir que los bienes relacionales no sólo alteran el
bienestar económico subjetivo, sino también el bienestar económico objetivo, lo cual sugiere
que los aspectos psico-afectivo-emocionales de las relaciones interpersonales es un elemento
digno de tomarse en cuenta en el análisis de bienestar material.
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Los resultados del ejercicio respaldan la importancia que los mexicanos atribuyen a las
relaciones familiares en todos los ámbitos, pues el 95.1% de los mexicanos considera que la
familia es algo muy importante según la Encuesta Mundial de Valores (EMV) 2005. Así
mismo, se encontró que ayudar económicamente o de otra manera a familiares y/o a
conocidos es un bien relacional importante para el bienestar económico en sus dos
dimensiones.
Por otro lado, los resultados sugieren que pertenecer al voluntariado o a una asociación
filantrópica no es importante en la determinación del bienestar económico subjetivo, lo cual
podría explicarse debido a que el 35.1% de los mexicanos no confía en organizaciones
caritativas o humanitarias (EMV 2005), lo cual sin duda limita el apoyo que la población
mexicana podría brindar a desconocidos por estas vías institucionales.
En cuanto a las creencias religiosas, a pesar de que el 88.2% de la población mexicana
declara profesar la religión católica (EMV 2005), la realidad es que la mitad de los mexicanos
católicos sólo acude esporádicamente a los servicios religiosos, pues según la EMV 2005, el
49.6% de los católicos asiste a servicios religiosos una vez al mes, sólo en ocasiones especiales,
una vez al año, menos de una vez al año o nunca, es decir, una gran parte de la población
católica practica muy poco su religión. Este hecho podría explicar por qué pertenecer a una
Iglesia o a un grupo que promueve activamente una fe o valores religiosos no incrementa, por
lo menos en su dimensión subjetiva, el bienestar económico.
En cuanto a las telecomunicaciones, se concluyó que estar registrado en una red social de
Internet contribuye positivamente, y de manera importante, a las dos dimensiones del bienestar
económico. Estos son excelentes argumentos para apoyar las políticas tendientes a incrementar
la cobertura y el uso de Internet, pues en México aún es bajo el porcentaje de la población que
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disfruta de esos servicios. El porcentaje de usuarios de Internet, respecto a la población total,
es 97 en Noruega, 83 en Alemania, 78.1 en Estados Unidos y sólo 36.9 en México.1
Un resultado ambiguo es que practicar algún deporte competitivo reduce el gasto
corriente, pero pertenecer a una liga o asociación deportiva aumenta el gasto corriente y reduce
la satisfacción con la situación económica. Tal vez estos resultados se expliquen porque el
70.8% de la población mexicana de 12 años y más no realiza ninguna actividad deportiva2, es
decir, el deporte no es precisamente una de las actividades sociales más practicadas por los
mexicanos.
Otro resultado ambiguo es el relativo al estado civil. Estar casado afecta negativamente al
gasto corriente pero positivamente a la satisfacción con la situación económica personal. Este
resultado ilustra la compleja relación entre estado civil y felicidad en la sociedad mexicana. Por
un lado, aunque algunos valores y creencias de la sociedad mexicana han cambiado bastante
desde la segunda mitad del siglo XX, casarse todavía es para la mujer mexicana una aspiración
importante de su vida y considera al matrimonio como sinónimo de felicidad3. Por otro lado,
México sigue siendo de los países que reportan niveles muy altos de felicidad y de satisfacción
con la vida4 no obstante el crecimiento casi exponencial de la unión libre y del divorcio5.
Finalmente, se encontraron algunos resultados curiosos, por ejemplo: conocer a dos o
más vecinos por su nombre reduce el bienestar económico en sus dos dimensiones; y
pertenecer a un partido, movimiento u organización política y/o social reduce la satisfacción
1 Internet World Stats, Miniwatts Marketing Group, Copyright 2001-2013. 2 Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo 2009. 3 González, R. (2004) “Matrimonio: sinónimo de felicidad para mexicanas”, nota informativa, México, Comunicación e información de la Mujer AC (CIMAC). 4 Según la Encuesta Mundial de Valores 2005, el porcentaje de personas que dice ser muy feliz es 58.5 en México y 34.4 en Estados Unidos. 5 El porcentaje de la población de 15 años y más en unión libre pasó de 12.6 a 15.6 entre 1990 y 2010; y la tasa de divorcios por cada 100 matrimonios pasó de 4.4 a 16 entre 1980 y 2011. INEGI (2013) “Estadísticas a propósito del 14 de febrero, matrimonios y divorcios en México”, nota informativa, México.
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con la situación económica (¿incentivo para o explicación de la corrupción en el mundo de la
política?).
Uno podría pensar que, por su naturaleza no material, los bienes relacionales deberían
tener mayor influencia sobre la dimensión subjetiva del bienestar económico que sobre la
dimensión objetiva del mismo; sin embargo, la evidencia empírica aquí presentada demuestra
que una mayor cantidad de bienes relacionales incide de manera positiva sobre el gasto
corriente que sobre la satisfacción con la situación económica personal.
Esto nos lleva a pensar que el bienestar material pasa necesariamente por una mejora en
la provisión y usufructo de bienes relacionales, por lo cual es aconsejable para el gestor de
políticas públicas intensificar la producción de este tipo de bienes como una estrategia
adicional para incrementar no sólo el bienestar subjetivo, sino también el bienestar económico
objetivo de la sociedad mexicana.
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DETERMINANTES DE LA ASISTENCIA A CONCIERTOS DE MÚSICA CLÁSICA
¿Cuál es la probabilidad de que un mexicano asista a un concierto de música clásica, tomando
en cuenta si es hombre o mujer, su edad, su nivel de escolaridad, su nivel de ingreso, su
ocupación y la Entidad Federativa donde reside?
Puede ayudarnos a responder la pregunta planteada la Encuesta Nacional de Hábitos,
Prácticas y Consumos Culturales 2010 (ENHPCC 2010, en los sucesivo la Encuesta) del
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), que se llevó a cabo en el mes de
julio de 2010 y cuyos resultados se publicaron en 2011.
La base de datos de la Encuesta tiene representatividad nacional y para las 32 entidades
federativas con un total de 32,000 casos. A partir de la información de la Encuesta es posible
ajustar un modelo que permita predecir la probabilidad de que una persona asista a un
concierto de música clásica.
El cuadro 1 (los cuadros y gráficas se ubican al final del ensayo) muestra los distintos
géneros musicales que fueron considerados en la Encuesta. Para fines de este ensayo se ha
construido el término “música clásica” agrupando los siguientes géneros: ópera, clásica,
instrumental, religiosa y de cámara.
En la pregunta número 25 del cuestionario de la Encuesta se especifica:
¿De qué género(s) musical(es) fueron los conciertos o presentaciones de música a los que asistió
en los últimos doce meses? (Encuestador: Respuesta espontánea, anotar hasta tres respuestas en
orden de mención).
Tomando en cuenta que las personas podían dar hasta tres respuestas a la pregunta (por
ejemplo: banda, boleros y opera), vamos a considerar como asistentes a un concierto de música
clásica a aquellas personas que mencionaron, en cualquiera de las tres oportunidades, por lo
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menos uno de los géneros aquí considerados como “música clásica”. De este modo, tenemos
que asistieron a un concierto de música clásica únicamente el 3.7% del total de casos
ponderados (82’710,667).1
Las variables independientes a tomar en cuenta como determinantes de la asistencia a un
concierto de música clásica se indican en el cuadro 2.
Una vez que la información de la base de datos fue debidamente trabajada, se procedió a
estimar la probabilidad (p) de que un mexicano asista a un concierto de música clásica mediante
el siguiente modelo:
yep −+
=1
1
Con:
665544332211 xxxxxxy ββββββα ++++++=
Donde alfa y los betas son los parámetros a calcular; x1 a x5 se refieren a las variables
independientes indicadas en el cuadro 2 con sus respectivas categorías; y x6 se refiere a la
Entidad Federativa donde reside la persona encuestada. Los resultados de la estimación del
modelo se encuentran en el cuadro 3.
El modelo tiene significancia estadística tanto global (sig. de la prueba ómnibus = 0.000)
como individual (sig. de los valores de los parámetros beta = 0.000, el único caso no
significativo fue el Estado de Veracruz), y clasifica correctamente (predice) el 96.3% de los
casos.
1 Primera mención 2’188,739 casos; segunda mención 854,308 casos; tercera mención 262,660 casos, arrojando un total de 3’305,707 casos. A fin de no duplicar casos, sólo se tomaron en cuenta los que mencionaron por lo menos un género en cualquiera de las tres oportunidades que tuvieron para responder, lo cual arroja el resultado de 3’026,094 casos ponderados.
19
En base a los resultados obtenidos, es posible calcular la probabilidad para casos
específicos. He aquí algunos ejemplos:
Una mujer mexicana de 65 años de edad, con nivel de escolaridad de universidad, con un
ingreso familiar mayor de 12,000 pesos al mes, de ocupación jubilada, que reside en la Ciudad
de México (DF), tiene una probabilidad de 38.2% de asistir a un concierto de música clásica.
Un hombre mexicano de 30 años de edad, que sólo terminó la escuela secundaria, con
un ingreso familiar de entre 3,000 y 6,000 pesos al mes, que tiene un empleo, y reside en el
Estado de Tlaxcala, tiene una probabilidad de 0.2% de asistir a un concierto de música clásica.
La gráfica 1 muestra la probabilidad de asistir a un concierto de música clásica que tiene
un hombre de 45 años, con nivel de escolaridad de universidad o más, con un ingreso familiar
de más de 12,000 pesos al mes, empleado, de acuerdo a la entidad federativa donde reside.
Finalmente, el cuadro 4 muestra la probabilidad de asistir a un concierto de música
clásica que tiene una mujer de 45 años, con nivel de escolaridad de universidad o más y que
reside en Querétaro, a distintos niveles de ingreso y según su ocupación.
Así pues, algunos aspectos socio-económicos como el nivel de ingreso, la condición de
actividad económica, la edad, el nivel de estudios y el lugar de residencia pueden ser buenos
pronosticadores de la probabilidad de asistencia a conciertos de música clásica en México.
20
Cuadro 1 Géneros musicales considerados en la Encuesta
Baladas-romántica, pop Ranchera, mariachi Marimba Opera Regional Regueton Banda Religiosa Infantiles Boleros Rock en español Alternativo Clásica Rock en inglés Reguee Grupera, pasito duranguense Tecno/ Electrónica Rap Instrumental Tropical/salsa Música de cámara Jazz, blues Trova Otro New age World Music Todos Fuente: ENHPCC 2010.
Cuadro 2 Variables Independientes
(Porcentajes) Edad (x1) Ingreso Mensual (pesos) 3/ (x4) Casos válidos1/ 82.7 Casos válidos1/ 72.6 Mínimo 13.0 Hasta 1,500 13.2 Máximo 98.0 1,501 - 3,000 23.1 Media 36.4 3,001 - 6,000 35.7 Sexo (x2) 6,001 -12,000 16.5 Casos válidos1/ 82.7 Más de 12,000 5.8 Hombre 48.1 Depende del hogar 5.7 Mujer 51.9 Ocupación (x5) Escolaridad (x3) Casos válidos1/ 81.9 Casos válidos1/ 81.2 Trabaja 13.2 Nada 7.6 Trabaja y estudia 23.1 Primaria 24.2 Ama de casa 35.7 Secundaria 34.1 Estudiante 16.5 Preparatoria2/ 24.7 Jubilado 5.8 Universidad o más 9.4 Desempleado 5.7 1/ Ponderados, en millones; 2/ Incluye bachillerato o carreras técnicas; 3/ Se refiere a la suma de todo lo que ganan los integrantes de la familia que trabajan. Fuente: Elaboración propia con datos de la ENHPCC 2010.
21
Cuadro 3 Resultados del cálculo del modelo
β Sig.
β Sig.
Edad 0.013 0.000
Chih 0.527 0.000 Sexo (Hombre = 1) -0.185 0.000
DF 0.681 0.000
Escolaridad
0.000
Dgo 0.310 0.000 Primaria 0.475 0.000
Gto 0.076 0.000
Secundaria 0.831 0.000
Gro -0.258 0.000 Preparatoria1/ 1.540 0.000
Hgo 0.516 0.000
Universidad o más 1.900 0.000
Jal 0.167 0.000 Ingreso (pesos)
0.000
Mex 0.174 0.000
Hasta 1,500 -0.372 0.000
Mich 0.131 0.000 1,501 - 3,000 -0.537 0.000
Mor -0.203 0.000
3,001 - 6,000 -0.361 0.000
Nay 0.041 0.000 6,001 -12,000 -0.028 0.000
NL -0.538 0.000
Más de 12,000 0.403 0.000
Oax 0.050 0.000 Ocupación
0.000
Pue 0.099 0.000
Trabaja 0.162 0.000
Qrto 0.376 0.000 Trabaja y estudia 0.127 0.000
QRoo -0.024 0.007
Ama de casa -0.193 0.000
SLP -0.407 0.000 Estudiante -0.016 0.000
Sin 0.306 0.000
Jubilado 0.415 0.000
Son 0.123 0.000 Entidad Federativa
0.000
Tab -0.696 0.000
BC -0.774 0.000
Tam -0.934 0.000 BCS -0.175 0.000
Tlax -2.241 0.000
Cam 0.216 0.000
Ver -0.008 0.257 Coah 0.187 0.000
Yuc 0.379 0.000
Col -0.173 0.000
Zac -0.188 0.000 Chis 0.311 0.000
Constante -4.746 0.000
1/ Incluye bachillerato o carreras técnicas. Casos incluidos, ponderados, 71.1 millones. Prueba ómnibus (sig.) = 0.000; porcentaje correcto = 96.3. Categorías de control = mujer, sin estudios, depende del hogar, desempleada, vive en Aguascalientes. Fuente: Elaboración propia.
22
Cuadro 4 Probabilidad que tiene una mujer de asistir a un
concierto de música clásica (45 años, universidad, Querétaro)
Trabaja, nivel de ingresos mensuales (pesos): Hasta 1,500 7.7%
1,501 -3,000 6.6% 3,001- 6,000 7.8% 6,001 -12,000 10.6% Más de 12,000 15.4% Desempleada, depende del hogar 9.4% Ama de casa, depende del hogar 7.8% Fuente: Elaboración propia.
0%
5%
10%
15%
20%
25%D
F
Chi
h
Hgo
Qrt
o
Yuc
Chi
s
Dgo Sin
Cam
Coa
h Jal
Mex
Mic
h
Son
Pue
Gto
Oax
Nay
Ags
Ver
QR
oo
BC
S
Col
Zac
Mor
Gro
SLP
NL
Tab BC
Tam Tla
x
Gráfica 1Probabilidad que tiene un hombre
de asistir a un concierto de música clásica(45 años, empleado, universidad, más de 12,000 pesos)
Fuente: Elaboración propia.
23
DIVERTIMENTO ECONÓMICO
Preludio: non troppo serioso
El análisis de las cuestiones económicas no tiene porque hacerse siempre de una manera
aburrida o tediosa. Sin dejar de ser metodológicamente formales, se pueden analizar con
deleite, de forma amena y ligera, algunos tópicos curiosos de la economía.
Primer movimiento: allegretto
La felicidad puede medirse, y todo aquello que es cuantificable puede ser objeto de estudio
científico. La felicidad puede medirse de manera objetiva a través de algunas sustancias del
organismo humano llamadas biomarcadores, de la actividad cerebral y de marcadores
genéticos1. El estudio de los neurotransmisores sugiere que se pueden distinguir, al menos, tres
facetas de la felicidad vinculadas a biomarcadores específicos: los opiáceos con la felicidad
hedónica, la dopamina con la felicidad de la motivación por alcanzar una meta, y la oxitocina
con la felicidad de las relaciones sociales positivas.2
Medir la felicidad de manera objetiva es algo muy costoso y sólo puede aplicarse a un
número reducido de personas al mismo tiempo, motivo por el cual su uso en las ciencias
sociales está muy limitado. Por fortuna existe una manera subjetiva de medir la felicidad, la cual
1 Los biomarcadores son indicadores objetivos fisiológicos de trastornos psiquiátricos y de estados psicológicos. En la actividad del sistema nervioso, sobre todo en el cerebro, tienen su base objetiva los estados subjetivos y emocionales. Los marcadores genéticos son indicadores objetivos dentro del ADN que marcan las diferencias individuales que también pueden ser de predisposiciones a tendencias emocionales. Véase Yamamoto, J. (2014) Hacia una medición objetiva del bienestar subjetivo, Realidad, Datos y Espacio. Revista Internacional de Estadística y Geografía 5 (3), pp. 34–43. Los marcadores genéticos se han utilizado para verificar la llamada teoría del punto central (set point) o del equilibrio dinámico de la felicidad, la cual sostiene que los eventos de la vida provocan fluctuaciones transitorias sobre un determinado nivel de felicidad, pero en el largo plazo, la felicidad tiende a ese nivel central. El nivel central de la felicidad depende de las características propias de la personalidad de cada individuo, lo que a su vez viene dado por factores genéticos. En otras palabras, el nivel estructural de felicidad se hereda y no es posible modificarlo de manera permanente. Véase Weiss, A., T. Bates y M. Luciano (2008) Happiness is a personal(ity) thing: the genetics of personality and well-being in a representative sample, Psychological Science 19 (3), pp. 205-210, y Headey, B. (2008) Life goals matter to happiness: a revision of set-point theory, Social Indicators Research 86, pp. 213-231. 2 Yamamoto Op. Cit.
24
consiste en preguntar directamente a las personas qué tan feliz se consideran dentro de una
escala cuantitativa (de 1 a 10) o de una escala cualitativa (muy feliz, algo feliz, poco feliz, nada
feliz).
Actualmente disponemos de varias encuestas que preguntan a las personas acerca de su
nivel de felicidad y de su nivel de satisfacción con la vida. A nivel mundial tenemos las
encuestas de GALUP, World Values Survey, Latinobarómetro, entre otras. Para el caso de
México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) aplicó en 2012 el Modulo
de Bienestar Auto Reportado (BIARE) y la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM) aplicó en 2014 la Encuesta de Satisfacción con la Vida y la Sociedad (SAVISO).
Por cierto, si correlacionamos el nivel de felicidad con la edad utilizando los datos del
Modulo BIARE del INEGI podemos observar (Gráfica 1), sin forzar mucho la imaginación, el
mapa de México ¿curioso resultado, no?
8.15
8.20
8.25
8.30
8.35
8.40
8.45
8.50
8.55
18-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65-70
Gráfica 1México: felicidad promedio por grupos de edad
Fuente: Elaboración propia con datos del Modulo BIARE de la ENIGH 2012 del INEGI.
25
Los investigadores sociales se han interesado por conocer si existe algún tipo de relación
entre las variables económicas y la felicidad. La hipótesis de que “el dinero no da la felicidad”
se ha comprobado pero con resultados ambiguos. Por un lado, tenemos que para los grupos de
bajos niveles de ingreso, cualquier incremento en el ingreso o el consumo repercute de manera
positiva sobre la felicidad, pero para los grupos de altos ingresos, los incrementos en el ingreso
o el consumo no aportan nada a su nivel de felicidad1.
La investigación empírica ha demostrado que el desempleo produce infelicidad2 y que la
inflación reduce la felicidad3. Sin embargo, la investigación no ha podido determinar de manera
concluyente que el gasto público provoque felicidad o infelicidad: algunos estudios4 sostienen
que el gasto de gobierno tiene un efecto positivo sobre la felicidad, pero otros estudios5
señalan que el gasto público tiene un efecto negativo sobre el bienestar subjetivo.
Por otro lado, hay evidencia empírica de que las personas, para conservar su nivel de
felicidad, están dispuestas a permitir más inflación a cambio de menor desempleo. En un
estudio6 se encontró que el nivel de felicidad permanece constante si a cambio de una
reducción de un punto porcentual en la tasa de desempleo la tasa de inflación aumenta cinco
1 Véase Rojas, M. (2009) Economía de la felicidad: hallazgos relevantes respecto al ingreso y al bienestar, El Trimestre Económico 76 (3) (303), pp. 537-573; y Aparicio, A. (2011) Bienestar subjetivo del consumidor y concepto de felicidad, Argumentos. Estudios Críticos de la Sociedad, Nueva Época, 24 (67), pp. 67-91. 2 Clark, A. (2003) Unemployment as a social norm: psychological evidence from panel data, Journal of Labor Economics 21, pp. 323-351; Clark, A. y A. J. Oswald (1994) Unhappiness and unemployment, Economic Journal 104 (424), pp. 648-659; Clark, A., Y. Georgellis y P. Sanfey (2001) Scarring: the psychological impact of past unemployment, Economica 68 (270), pp. 221-41; y Frey, B. y A. Stutzer (2002) “Happiness and economics: how economy and institutions affect well-being”, Princeton University Press, Princeton and Oxford. 3 Blanchflower, D. G. (2007) “Is unemployment more costly than inflation?” NBER Working Paper 13505; y Di Tella, R., R. J. MacCulloch y A. J. Oswald (2003) The macroeconomics of happiness, Review of Economics and Statistics 85 (4), pp. 793-809. 4 Malesevic, L. y S. Golem (2010) Investigating macroeconomic determinants of happiness in transition countries. How important is government expenditure? Eastern European Economics 48 (4), pp. 59-75; Ram, R. (2009) Government spending and happiness of the population: additional evidence from large cross-country samples, Public Choice 138, pp. 483-490; y Kacapyr, E. (2008) Cross-country determinants of satisfaction with life, International Journal of social Economics 35 (6), pp. 400-416. 5 Bjørnskov, Ch., A. Dreher y J. Fischer (2007) The bigger the better? Evidence of the effect of government size on life satisfaction around the world, Public Choice 130, pp. 267-292. 6 Wolfers, J. (2003) “Is business cycle volatility costly? Evidence from surveys of subjective well-being”, NBER Working Paper 9619.
26
puntos porcentuales; y en otro estudio1 se señala que la tasa de cambio entre inflación y
desempleo que deja constante el nivel de felicidad es de 1.7 puntos porcentuales de inflación a
cambio de un punto porcentual de desempleo. Estos hallazgos contribuyen a orientar al gestor
de política económica ante su eterno dilema entre inflación y desempleo.
Segundo movimiento: presto con spirito
Se dice que el altruismo es un concepto anti-económico porque contradice el principio egoísta
que gobierna la conducta racional del homo economicus, o sea, la búsqueda del máximo bienestar
individual, al mínimo costo, sin preocuparse por mejorar o empeorar el beneficio de los demás.
Por fortuna, el homo economicus es sólo un constructo teórico, un instrumento analítico y
no una persona real. Al menos en México, la población parece muy dispuesta al altruismo:
Los números arrojados por la Encuesta Nacional sobre Filantropía y Sociedad Civil (ENAFI)
2005 nos llevan a una conclusión que parece sorprendente: de alguna u otra forma, todos los
mexicanos somos filántropos. O por lo menos, la abrumadora mayoría. Y es que, si sumamos
todas las modalidades de donar por las cuales se preguntó en la ENAFI resulta que, a lo largo
del año, un 97.3% de los mexicanos dona algo… La filantropía, en realidad, no es un privilegio
de las élites o una actividad restringida a unos cuantos altruistas: es algo que ya practicamos en
nuestra vida diaria […]2.
Un elemento que los donantes no toman en cuenta, para bien o para mal, es el efecto de
la inflación, es decir, la pérdida del poder adquisitivo de esas donaciones. Por ejemplo, si
tomaran esto en cuenta los organizadores del Teletón pondrían como meta a recaudar (Mt) no
el monto del año anterior (Mt-1) más un peso, es decir: Mt = Mt-1+1, sino el monto del año
1 Di Tella, R., R. J. MacCulloch y A. J. Oswald (2001) Preferences over inflation and unemployment: evidence from surveys of happiness The American Economic Review 91 (1), pp. 335-341. 2 Ablanedo, I., M. D. Layton y A. Moreno (2008) “Encuesta Nacional sobre Filantropía y Sociedad Civil (ENAFI): donaciones en México”, CEPI Working Paper No. 18, ITAM, México, p. 3.
27
anterior más la tasa de inflación esperada (Πe) más un peso, es decir: Mt = Mt-1+Πe+1. La
gráfica 2 muestra que las aportaciones al Teletón se han reducido una vez que tomamos en
cuenta el efecto de la inflación (a precios de la segunda quincena de 2010):
El altruismo no resuelve todos los problemas del mundo, pero por lo menos hace felices
a lo que reciben y a los que dan. Tomando datos de México, vemos en la gráfica 3 que aquellas
personas que han ayudado económicamente a otros son más felices que las personas que no lo
hacen. La conclusión es fácil: a donar para ser felices.
-12.1
-2.8
16.8
-2.2-0.3
9.4
17.0
11.0
15.7
0.7
-5.2-3.6 -3.4
2.0
-3.8 -3.2 -3.2
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Gráfica 2México: Recaudación del Teletón
(Var. % Real Anual)
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI y http://es.wikipedia.org.
28
Tercer movimiento: falsette
Si bien es cierto que se comete el delito de falsificación de billetes en México, aún no se
alcanzan niveles preocupantes, pues el nivel de falsificación de moneda nacional se encuentra
muy por debajo de países como Estados Unidos y Colombia1. En 2014, los dos billetes más
falsificados fueron los de 1,000 pesos y los de 200 pesos, al captarse 97.2 y 91.8 piezas
apócrifas por cada millón de piezas auténticas, respectivamente. El billete más falsificado en los
últimos años ha sido el de 1,000 pesos, tuvo su auge entre 2007 y 2009, al captarse 364.2, 416.8
y 393.3 piezas falsas por cada millón de piezas verdaderas como lo muestra la gráfica 4. Esta
información no incluye las piezas falsas aseguradas antes de circular.
El billete menos falsificado es el de 20 pesos (0.1 piezas capturadas por cada millón de
piezas auténticas en circulación en 2014). ¿Será que no es rentable su falsificación, o será acaso
que los falsificadores son muy avariciosos? Tal vez la explicación sea que la probabilidad (el
1 Banco de México (www.banxico.org.mx/billetes-y-monedas).
8.49 8.478.52
8.26
8.31 8.32
Familiares Amigos Instituciones
Gráfica 3México: Nivel de felicidad promedio delos que ayudan economicamente a otros
En los últimos 12 meses ¿ha ayudado económicamente a...?
Sí ha ayudado No ha ayudado
Fuente: Elaboración propia con datos del Módulo BIARE de la ENIGH 2012 del INEGI.
29
riesgo) de ser aprendido y purgar la pena correspondiente es la misma ya sea que se falsifique
un billete de 1,000 pesos que uno de 20 pesos. Si hubiera penas diferentes según la
denominación y el monto falsificado, entonces el billete más falsificado sería el de 20 pesos y
no el de 1,000 pesos.
Cuarto movimiento: bel canto
Parece ser que la venta de música es inmune a las crisis económicas que se han vivido en
México. En la década de 1980, la economía mexicana atravesó por varios años difíciles. En
1982 la producción nacional se contrajo un 0.6%, en 1983 un 4.2% y en 1986 un 3.6% según
datos del Banco de México (a precios de 1980). Pero fue precisamente en esa década cuando se
vendieron “como pan caliente” los discos del artista José José. En 1981 sus discos Romántico,
Gracias, 20 triunfadoras y Mi vida, logran altas ventas, tan sólo del último señalado se vendieron
más de 2 millones 419 mil copias a nivel nacional. En 1983 lanzó su álbum Secretos, el más
0
50
100
150
200
250
300
350
400
450
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Gráfica 4México: Falsificación de billetes
(Piezas falsas capturadas por millón de billetes en circulación)
Billete $50
Billete $100
Billete $200
Billete $500
Billete $1,000
Fuente: Banco de México.
30
vendido de su carrera, que alcanzó más de 2 millones de copias vendidas en las primeras
semanas de su lanzamiento y hasta la fecha se cuentan más de 11 millones de copias vendidas.1
En 1995, luego del famoso “error de diciembre”, la economía mexicana tuvo uno de sus
peores desempeños de la historia al contraerse el PIB real un 5.8% según datos del INEGI (a
precios de 2008, pero a precios de 2003 la caída fue de 6.2%). En ese año, el artista Luis Miguel
lanza al mercado su álbum El Concierto, grabado durante las actuaciones de 16 noches
consecutivas en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México en agosto de 1994, el cual
rompe record de venta en todos los formatos (doble-CD, Cassette, Laser Disc y HomeVideo)
alcanzando los dos millones de copias.2
En 2009, la economía mexicana nuevamente tuvo otro mal año, al caer la producción de
bienes y servicios un 4.7% según datos del INEGI (a precios de 2008, pero a precios de 2003
la caída fue de 6.0%). Coincide con esta crisis económica la muerte de Michael Jackson (25 de
junio), lo que provocó que tres de sus discos fueran de los más vendidos en México en ese año:
Thriller, para finales de 2009 alcanzó la nada despreciable cifra de un millón 700 mil unidades;
Dangerous, logró alcanzar la cifra de 600 mil unidades vendidas; y Bad, alcanzó 350 mil copias
vendidas.3
Pero este fenómeno no es privativo de México. La famosa crisis de las “hipotecas
basura” (subprime) provocó en Estados Unidos la peor crisis financiera desde la Gran
Depresión empujando a la economía a una recesión profunda entre 2007 y 2009:
La aguda incertidumbre, las ingentes pérdidas patrimoniales y el empañamiento de las
perspectivas de ingreso redujeron la confianza de los consumidores a mínimos sin precedentes, y
1 http://www.musica.com/letras.asp?biografia=7847 2 http://www.luismigueloficial.com/main.html 3 http://www.lasnoticiasmexico.com/951144.html
31
como consecuencia de la depresión del consumo, el PIB real retrocedió más del 6% el cuarto
trimestre de 2008 y 5.7% el primero de 2009, y la tasa de desempleo subió al 8.5%1.
En ese contexto, Britney Spears, la llamada “princesa del Pop”, logró vender más de 5
millones de copias de sus discos Blackout, Circus, Femme Fatale, My Prerogative, B In the Mix (vols.
I y II), y The Singles Collection.2 Tal vez las personas buscan refugiarse en la música ante las crisis
económicas.
Quinto movimiento: fantasía impromptu
El cuento infantil El mago de Oz, escrito por Lyman Frank Baum y publicado en Chicago en
1900, narra la historia de Dorita, una niña que vive en una granja en el estado de Kansas, y un
día es llevada por un tornado a un lugar totalmente desconocido habitado por extraños
personajes y un hada, quienes le indican que para regresar a su casa debe seguir el camino
amarillo y encontrar al mago de Oz. En el camino se encuentra con un espantapájaros sin
cerebro, un hombre de hojalata sin corazón y un león cobarde, y todos desean acudir con el
mago de Oz buscando solución a sus problemas. El cuento concluye señalando que el tal mago
de Oz era un anciano cansado que no pudo ayudar a nadie, y Dorita logra regresar a su casa
“chasqueando” sus zapatillas de plata.
Sin embargo, la historia del mago de Oz no es un cuento infantil, sino un relato, muy
bien disfrazado, de la problemática económica y política que vivían los Estados Unidos de
América a finales del siglo XIX3. Alrededor de 1890, lo que preocupaba a las economías más
industrializadas de la época era la deflación, es decir, la caída de los precios internacionales de
alimentos y de materias primas, lo cual redujo la rentabilidad de las empresas, pero sobre todo
1 Fondo Monetario Internacional (2009) “Informe Anual. La lucha contra la crisis mundial”, FMI, Washington, p. 18. 2 http://www.webconferencia.net/b-in-the-music/ventas-oficiales-de-discos-y-sencillos-519907.html 3 Rockoff, H. (1990) The “Wizard of Oz” as a monetary allegory, Journal of Political Economy 98 (4), pp. 739-761.
32
castigó severamente a los productores agrícolas. En 1894 el precio del trigo era poco más de
un tercio del precio que tenía en 1867, el precio del hierro cayó un 50% entre 1871 y 1898, y en
el Reino Unido (la principal economía de la época) los precios descendieron un 40% entre
1873 y 18961.
La causa principal de esta deflación fue la escasez relativa de oro a nivel mundial, por lo
que los políticos norteamericanos discutían la conveniencia de sustituir el patrón oro (emisión
de billetes respaldada por las reservas de oro del gobierno) por un patrón bimetálico en el cual
la plata también sirviera para respaldar la emisión de billetes. Los campesinos abogaban por el
patrón bimetálico y los banqueros por el patrón oro.
El tornado es la crisis económica. Kansas era un estado predominantemente agrícola
cuyos campesinos estaban fuertemente endeudados por la caída de los precios internacionales
de los alimentos, la familia de Dorita representa a una de tantas que perdieron su casa y su
tierra por no poder hacer frente a sus créditos hipotecarios. El camino de ladrillos amarillos es
la promesa del patrón oro como la solución a la crisis económica, y el nombre del mago es la
abreviatura de onza (Oz.) de oro. Las brujas malvadas del Este y del Oeste son los banqueros
de Nueva York y de California, quienes eran los mayores defensores del mantenimiento del
patrón oro.
El espantapájaros representa a los granjeros que no tuvieron “el cerebro” para prevenir y
salir de la crisis, el hombre de hojalata representa a los trabajadores de la industria que no
tuvieron “el corazón” para apoyar a los granjeros, y el león cobarde representa a la clase
política que no tuvo “el coraje” necesario para imponer el patrón bimetálico oro-plata. El león
cobarde también ha sido identificado con William Jennings Bryan (partido demócrata) que en
la Cámara de Representantes mostró su fuerte oposición al patrón oro desde 1892, pero perdió
1 Hobsbawm, E. (1998) “La era del Imperio (1875-1914)”, Labor Universitaria, Barcelona.
33
en tres ocasiones las elecciones presidenciales (1896, 1900 y 1908) frente a los candidatos del
partido republicano. El autor del cuento, sin duda un partidario del patrón bimetálico,
considera que la solución de la crisis estuvo todo el tiempo en la plata (las zapatillas de Dorita).
Únicamente el final del cuento no concuerda plenamente con los hechos económicos,
pues Estados Unidos y las economías europeas industrializadas lograron salir de la deflación y
de la depresión económica alrededor en 1895 gracias al descubrimiento de enormes depósitos
de oro en Sudáfrica, y al surgimiento del consumo en masa debido al crecimiento de la
población urbana (clase media), la venta a plazos de productos de alto precio y el desarrollo de
nuevas industrias, como el cine, entre otros factores1. Entonces sobrevino un periodo de auge
en la economía internacional conocido como belle époque, que terminaría de manera abrupta por
el inicio de la primera guerra mundial.
Sexto movimiento: missa solemnis
Según el economista inglés Alfred Marshall, los dos impulsos principales que ha tenido la
humanidad desde el origen de los tiempos han sido las cuestiones religiosas y las cuestiones
económicas2 (yo pensaba que esos impulsos eran la comida y el sexo). Teólogos y economistas
tienen algo en común: ambos hablan de milagros económicos.
Los economistas utilizan el término “milagro económico” para referirse a un
determinado periodo en el cual la actividad económica experimenta un elevado y sostenido
crecimiento. Por ejemplo, el “milagro económico alemán” se refiere a la sorprendente y rápida
recuperación que tuvo su economía después de la segunda guerra mundial, o del “milagro
económico mexicano”, que se refiere al periodo que va de 1954 a 1976, también conocido
1 Hobsbawn Op. Cit. 2 Marshall, A. (19634 [19208]) “Principios de economía”, Aguilar, Madrid.
34
como “desarrollo estabilizador”. Estos son ejemplos de lo que podríamos llamar “milagros
macroeconómicos”, milagros hechos por los políticos y los economistas.
Sin embargo, también tenemos testimonios de lo que podríamos denominar “milagros
microeconómicos”, intervenciones directas de Dios (o de la Divina Providencia) en nuestra
historia personal, con la finalidad de ayudarnos a afrontar o resolver algún problema
económico, ya sea mediante la obtención de dinero o de bienes materiales no esperados.
Estos milagros económicos pueden ocurrir tanto en el ámbito de la empresa:
Un elemento esencial que ha acompañado constantemente el desarrollo de la «Economía de
Comunión» en estos años [es que] en estas empresas se deja espacio a la intervención de Dios,
también en el contexto económico concreto. Y se experimenta que […] contra la corriente que la
praxis común de los negocios nos aconsejaría, [Dios] no deja faltar ese céntuplo que Cristo
prometió: una entrada no presupuestada, una oportunidad inesperada, el ofrecimiento de una
colaboración, la idea de un nuevo producto exitoso1.
Como en el ámbito del consumo:
En 1824, San Juan María Vianney, el santo cura de Ars, levantó un orfanato de niñas
abandonadas llamado “La Providencia” […] Un día faltó el pan, y en la despensa quedaba
poquísima harina. La señora Chanay, encargada de la cocina, se presentó desolada al cura para
contarle la desgracia. ¡Ruegue —le contestó el padre— y haga su pan! La señora obedeció y de
inmediato comenzó a amasar aquel puñado de harina que quedaba. Pero a medida que amasaba,
la masa aumentaba, hasta que llenó la batea. Alegremente, corrió para informar al cura de Ars,
quien contestó sencillamente: ¡Dios es muy bueno!2.
1 Lubich, Ch. (2000) La experiencia “economía de comunión”: una propuesta de gestión económica que nace de la espiritualidad de la unidad, en Luigino Bruni (comp.) “Humanizar la economía: reflexiones sobre la «Economía de Comunión»”, Ciudad Nueva, Buenos Aires, pp. 9-16, p. 15. 2 Ricciardi, R. (s/f) “Santo Cura de Ars” Verdad y Vida, colección honor de Dios, México, pp. 34-36.
35
Finale
Actualmente la construcción del conocimiento científico en todas las disciplinas se caracteriza
por ser un proceso de internacionalización asociado a la formación de redes de investigación
entre académicos de diferentes países. En estos grupos de investigación participan especialistas
de diferentes disciplinas buscando abarcar de manera simultánea los distintos aspectos de un
tema o problema, lo que aporta un enfoque multidimensional que utiliza (no confronta) la
atomización del conocimiento.
En este contexto, en las últimas décadas la ciencia económica se ha involucrado de
manera notable con otras disciplinas tales como la psicología experimental, la neurología y la
biología. Algunos hallazgos de esta interdisciplinariedad han dando como resultado el severo
cuestionamiento de varios paradigmas y constructos fundamentales de la teoría económica
(por ejemplo, la elección racional), y han introducido nuevas e inquietantes afirmaciones, como
por ejemplo la siguiente: la deuda en tarjeta de crédito puede predecirse por la estructura
genética de la persona1. ¿Se imagina? para solicitar un crédito ya no va a ser necesario
comprobantes de ingreso, sino una toma de sangre. La genoeconomía ya es toda una realidad.
1 De Neve, J. y J. H. Fowler (2009) “The MAOA gene predicts credit card debt”, disponible en: http://ssrn.com/abstract=1457224.
36
CONSUMO Y FELICIDAD: LA VISIÓN DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA1
Consumo y felicidad en la sociedad contemporánea
La vida humana, al menos en su parte material, se nutre y sostiene con el consumo de bienes y
servicios. Dejando de lado las disparidades existentes entre el consumo de los habitantes de los
diferentes continentes y países2, puede decirse que, en general, a nivel mundial el gasto de
consumo se ha incrementado a un ritmo sin precedentes en los últimos cuarenta años.3 De
alguna manera, este incremento del consumo masivo contribuye al bienestar humano porque
un mayor consumo incrementa la capacidad de las personas para procurarse una vida digna y
decente en el aspecto material, aunque lamentablemente no todos los habitantes del mundo
han tenido esta oportunidad. Pero, ¿ha hecho más felices a las personas este incremento del
consumo sin precedentes?
Trabajos empíricos relativos al tema del bienestar subjetivo han tratado de responder a la
pregunta anterior. De la revisión de algunos estudios que utilizan microdatos (datos a nivel
individual) puede extraerse la conclusión que, en general, existe una incidencia positiva del
consumo sobre la felicidad o sobre la satisfacción con la vida de los individuos.4 Utilizando
1 Versión resumida de APARICIO, A. “Aportes de la doctrina social de la Iglesia para una deontología del consumo”, Revista Iberoamericana de Teología 6 (11) (2010): 31-54. Agradezco a la Universidad Iberoamericana su gentil autorización para publicar esta versión resumida. 2 La quinta parte más rica de la población mundial que vive en los países de mayor ingreso consume el 58% de la energía mundial, el 75% de la electricidad, el 87% de los automóviles, el 74% de los teléfonos, el 46% de la carne y el 84% del papel. En suma, este grupo de población realiza el 86% del gasto de consumo total en el mundo. PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO, Informe sobre el desarrollo humano, Ediciones Mundi-Prensa, Madrid 1998, 50. 3 El gasto de consumo que realiza cada habitante del planeta se ha incrementado, en términos reales, un 80% entre 1970 y 2008. Este incremento del consumo per cápita resulta todavía más sorprendente si consideramos que en el mismo periodo la población mundial casi se duplicó, al pasar de 3,686 a 6,747 millones de personas. Las últimas cifras disponibles (correspondientes al año 2008) indican que a nivel mundial cada habitante gasta alrededor de 5,300 dólares anuales en consumo. La fuente para estos cálculos es el banco de datos de las Naciones Unidas que puede consultarse en www.un.org. 4 Una buena cantidad de estudios empíricos basados en el enfoque del bienestar subjetivo relativos al tema del consumo y la felicidad pueden encontrarse en R. VEENHOVEN World Database of Happiness, findings on POSSESSIONS, Erasmus University Rotterdam, Netherlands. De una revisión de 26 estudios realizada el 5 de octubre de 2008, se encontró que 17 estudios concluyen que poseer riqueza material, guardarropa de moda,
37
macrodatos (datos agregados a nivel de países), las estadísticas para Estados Unidos indican
que, en un estudio de corte longitudinal, el porcentaje de personas que dice estar feliz
prácticamente no se ha modificado desde 1957, aunque en el mismo periodo el consumo se ha
incrementado más del doble.1
Los resultados de los estudios con microdatos y macrodatos permiten concluir que, en
términos generales, el aumento del consumo tiene una incidencia positiva sobre la felicidad,
aunque no muy grande y no siempre segura. Este resultado no es sorprendente cuando se toma
en cuenta el hecho de que el aumento del consumo también ha traído perjuicios sociales e
individuales, tales como “la degradación ambiental y la destrucción de los ecosistemas, así
como una gran presión social sobre las personas para mantener niveles elevados de consumo
estimulados por un gasto competitivo para hacer exhibiciones conspicuas de riquezas”2.
La abundancia de consumo no tiene que ser necesariamente algo malo, el problema no
es el crecimiento del consumo en sí mismo, sino sus pautas y sus efectos sobre la gente, el
medio ambiente y la sociedad. El consumo contemporáneo “se sostiene sobre una capa de
emotividad que lo convierte en la experiencia posmoderna más verdadera; el individuo se
siente vivo, pleno y feliz en el consumo porque éste es la emoción”3. Esta forma posmoderna
de experimentar el acto de consumo no está exenta de riesgos, ya que “el valor de la realización
personal derivada del consumo, que es práctico y utilitario, también puede perder su carácter
automóvil, electrodomésticos, casa con jardín, televisión, radio, libros, teléfono fijo o teléfono celular, incide positiva y significativamente sobre la felicidad o la satisfacción con la vida. En cambio, los 9 estudios restantes encuentran que poseer bienes caros, comodidades en el hogar, teléfono o automóvil no tiene ninguna incidencia (ni positiva ni negativa) sobre el bienestar subjetivo, y que las deudas financieras contraídas para la adquisición de bienes de consumo son un factor que afecta negativamente la felicidad de las personas. 1 PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO, Op. Cit., 2; y R. LAYARD, La felicidad. Lecciones de una nueva ciencia, Taurus, México 2005, 42. 2 PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO, Op. Cit., 6. 3 A. GIL, “El consumo como emoción. Rasgos afectivos de la sociedad de consumo”, p. 193, en A. Gil y J. Feliu, (coords.), Psicología económica y del comportamiento del consumidor, UOC, Barcelona 2004, 181-218.
38
instrumental y cobrar sentido en sí mismo, volverse hedónico y momentáneo, y de esta forma,
superficial y egocéntrico”1.
A esta forma de vivir el acto de consumo subyace una concepción hedónico-utilitarista
de la felicidad2 en la cual “el goce inmediato, el vivir el presente, el hedonismo y el narcisismo
son los valores triunfantes, establecidos en una cultura del exceso, de la sobreproducción y del
gasto”3. En la sociedad posmoderna el individuo se encuentra sometido a una sobreabundancia
de signos y significados que lo incitan a consumir, no para satisfacer necesidades (reales o
ficticias, seculares o nuevas), sino para alcanzar la felicidad, hecho que resulta evidente en
cuantiosos mensajes publicitarios4. Pero este tipo de felicidad por su propia concepción
hedonista-utilitarista sólo puede ser temporal, efímera y requiere de un constante y siempre
creciente gasto de consumo.
Una de las consecuencias de la forma de entender el consumo en la sociedad
contemporánea es que las aspiraciones de consumo también han crecido notablemente.
Estudios hechos en los hogares de los Estados Unidos revelan que entre 1986 y 1994 el
1 AA. VV., “Psicología económica: una actualización bibliográfica”, p. 113, en C. Descouvieres, (dir.), Psicología económica, Editorial Universitaria, Santiago de Chile 1998, 36-193. 2 El hedonismo (del griego hedoné, placer) es un sistema filosófico que hace consistir el bien final en el placer. En la escuela de Aristipo de Cirene (cirenaica) la felicidad es entendida como el sistema de los placeres, pues el valor y la verdad hay que buscarlos exclusivamente en el placer, concretamente en el placer que se percibe de la impresión sensible. Por su parte, el utilitarismo de Jeremy Bentham sostiene que para alcanzar la felicidad lo decisivo es perseguir la mayor suma posible de placeres. El hedonismo psicológico es la forma más extrema de la doctrina utilitarista. Este tipo de hedonismo sostiene que los actos son motivados exclusivamente por el placer que se espera obtener derivado de cualquier acción en el tiempo. J. HIRSCHBERGER, Historia de la filosofía, Herder, Barcelona 1997. 3 V. BORRÁS, “Individuo, consumo y sociedad. La perspectiva sociológica”, p. 99, en A. Gil y J. Feliu (coords.) Psicología económica y del comportamiento del consumidor, UOC, Barcelona 2004, 55-145. 4 Algunos ejemplos de frases que la mercadotecnia utiliza en México son los siguientes: El Palacio de Hierro: “La felicidad existe. Hay que saber dónde encontrarla”; Banorte: “Autoestrene: la felicidad que da estrenar auto se nota”; Helados Nestlé: “Nutre tu día de felicidad”; Coca-Cola: “Repartiendo felicidad desde 1886”, “Destapa la felicidad”. Coca-Cola realizó una película de dibujos animados llamada “La Fábrica de la Felicidad” (en la cual lo que se fábrica, por supuesto, es el famoso refresco) y ha creado en España el “Instituto Coca-Cola de la Felicidad”. La postura de la DSI sobre este tema es clara: “… se dará de forma casi inevitable la impresión, en la publicidad comercial, de que poseer muchas cosas lleva a la felicidad y satisfacción, lo cual es erróneo y frustrante… La publicidad puede distorsionar la verdad”. CONSEJO PONTIFICIO PARA LAS COMUNICACIONES SOCIALES, Ética en la publicidad, 1997, no. 3 y 15.
39
ingreso necesario para llenar las aspiraciones de consumo se duplicó1. Esto significa que, en
menos de una década, las aspiraciones de consumo se duplicaron en la economía más
importante del mundo, la cual sirve como patrón de referencia para el resto de las economías y
sociedades (american way of life).
El crecimiento de las aspiraciones de consumo por sí mismas tampoco debe ser visto
como algo malo, pues la distancia entre el nivel de aspiraciones y el nivel de logros puede
establecer una “diferencia motivacional” para muchas personas2. La búsqueda de objetivos
produce alegría, por lo que tener aspiraciones es algo intrínsecamente bueno, incluso altas
aspiraciones, pues “cuando se tienen metas difíciles, desafiantes, [pero] concretas y hasta cierto
punto accesibles, la motivación se eleva”3. Sin embargo, el problema de tener aspiraciones
demasiado elevadas es que cuando éstas no pueden ser alcanzadas existe una alta probabilidad
de experimentar episodios de frustración y decepción por el fracaso de no haber conseguido lo
que se esperaba, sensación que termina provocando infelicidad.4
La idea de que la felicidad y la infelicidad son producto de la desproporción entre las
aspiraciones y los medios tiene su fundamento filosófico, entre otros autores, en Arthur
Schopenhauer, quien sostiene que:
Tras la pérdida de las riquezas o de una situación acomodada, tan pronto como se supera el
primer dolor, el estado de ánimo habitual no suele ser muy diferente del anterior, y esto se debe
al hecho de que, una vez que el destino ha reducido el factor de nuestras posesiones, nosotros
mismos reducimos en igual medida el factor de nuestras pretensiones. Esta operación es,
ciertamente, el dolor… A la inversa, en un caso de buena fortuna [se eleva el tope] a nuestras
1 PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO, Op. Cit., 60. 2 E. DICHTER, “Level of aspirations”, en R. Corsini y A. Auerbach, (edits.), Concise encyclopedia of psychology, John Wiley and Sons, USA 19962, 524. 3 AA. VV., Procesos psicológicos, Pirámide, Madrid 2001: 264. 4 Esta tesis ha sido expuesta en detalle en A. APARICIO, “Felicidad y aspiraciones crecientes de consumo en la sociedad postmoderna”, Revista Mexicana de Sociología 71 (1) (2009): 131-157.
40
pretensiones y éstas se expanden, esto constituye la alegría…. La fuente de nuestro descontento
se encuentra en nuestros intentos siempre renovados de subir el nivel de las pretensiones,
mientras la inmovilidad [de los medios] impide [que sean alcanzadas]1.
En su obra fundamental, Schopenhauer agrega que:
Toda felicidad [fluctúa en torno a] la relación entre nuestras pretensiones y lo que conseguimos;
da igual cuán grandes o pequeñas sean ambas magnitudes de esa relación, o si la relación puede
establecerse tanto por la disminución de la primera como por el incremento de la segunda, de
suerte que todo sufrimiento emana propiamente de la desproporción entre lo que reclamamos y
aguardamos con aquello que nos es dado2.
En el caso concreto de las aspiraciones de consumo, Lipovetsky ha manifestado que:
En las sociedades hipermodernas existe la cultura de la ansiedad, la frustración y el desengaño
porque ahora se promete la felicidad a todos y se anuncian placeres en cada esquina, lo que
aumenta las exigencias de mayor bienestar y una vida mejor, pero con ello más se ensanchan las
arterias de la frustración. Para combatir la decepción, las sociedades hipermodernas utilizan la
incitación incesante a consumir, pero ello nos condena a vivir en un estado de insuficiencia
perpetua, a desear siempre más de lo que podemos comprar, se nos tiene siempre insatisfechos,
amargados por todo lo que no podemos permitirnos3.
El referente conceptual de felicidad propio de la sociedad contemporánea crea un
aliciente que hace todavía más fuerte el crecimiento de las aspiraciones por el proceso de
adaptación o adaptación hedónica. Paradójicamente, la adaptación no significa un estado último o
estacionario del individuo, sino una situación que funciona como estimulante para la búsqueda
de nuevas experiencias y emociones. En el caso del consumo, el proceso de adaptación
1 A. SCHOPENHAUER, El arte de ser feliz. Explicado en cincuenta reglas para la vida, Herder, Barcelona 20003, 38-39. 2 A. SCHOPENHAUER, El mundo como voluntad y representación, Círculo de Lectores y Fondo de Cultura Económica, Barcelona y Madrid 2005, 176-177. 3 G. LIPOVETSKY, La sociedad de la decepción. Entrevista con Bertrand Richard, Anagrama, Barcelona 2008, 21-23, 44.
41
provoca que el consumidor, al comparar su situación presente con el pasado, piense que todo
aumento futuro en el consumo producirá mayor felicidad. El proceso de adaptación, una vez
completado, se vuelve un acicate para buscar nuevas emociones y placeres, y en la lógica del
consumo posmoderno se buscan nuevos consumos como una vía de escape del aburrimiento
que produce haberse adaptado a un nuevo nivel de confort.
Las aspiraciones de consumo dependen de factores de orden psicosocial por lo que
pueden modificarse de manera súbita y en gran volumen; mientras que los medios de
consumo, que se refieren básicamente al ingreso monetario de las personas (sueldos, salarios,
rentas, beneficios) y al crédito, suelen modificarse de manera lenta y gradual porque dependen
de variables estructurales de la economía tales como el incremento salarial, la productividad o
la tasa de ganancia.
Esta lentitud en el crecimiento de los ingresos en un contexto de aspiraciones de
consumo crecientes, ha provocado que cada vez más personas recurran al crédito comercial
como una fuente de ingreso adicional para tratar de satisfacer esas elevadas aspiraciones de
consumo, como lo demuestra el hecho de que, tan sólo entre 1992 y 1996, el número de
tarjetas de crédito en circulación aumentó 83% en Alemania, 62% en Francia, 48% en Estados
Unidos y 42% en Italia.1 La crisis hipotecaria en Estados Unidos, que desencadenó la crisis
económica mundial de 2008-2009, es un claro ejemplo de hasta dónde puede llegar el
endeudamiento como medio para financiar un consumo aspiracional creciente.
Así pues, no satisfacer las crecientes aspiraciones de consumo es una fuente muy
probable de infelicidad. Esto sugiere que, ante el lento crecimiento de los medios de consumo,
sería conveniente moderar el crecimiento de las aspiraciones de consumo para que éstas se
ubiquen en un nivel más cercano al crecimiento estructural de los medios de consumo. Para
1 PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO, Op. Cit., 60.
42
lograr esto, en un contexto de gran crecimiento del consumo masivo, una tendencia ya
irreversible, es necesario revertir el efecto que sobre las aspiraciones de consumo tienen
aquellos elementos de orden psicosocial y ético que caracterizan y definen al consumo
contemporáneo.
El consumo desde la perspectiva de la doctrina social de la Iglesia
La doctrina social de la Iglesia (DSI) es el conjunto de enseñanzas que el Magisterio de la
Iglesia católica ha expuesto desde finales del siglo XIX sobre la llamada “cuestión social”. El
adjetivo “social” abarca todos los campos en los que se desarrolla la convivencia humana, y se
extiende al panorama entero de las realidades que configuran y condicionan la vida del ser
humano en sociedad.1 Por ello, no es de extrañar que la DSI estudie y proponga soluciones,
desde su muy particular punto de vista, a problemas como la infelicidad individual y social que
se deriva de vivir en un ambiente en el cual el bienestar humano se identifica con el
crecimiento del consumo de bienes y servicios.
La Iglesia ha elaborado un amplio tratado sobre la vida económica que establece un
conjunto de principios generales, de normas criteriológicas para enjuiciar y de pautas prácticas
para la acción sobre el complejo mundo de las realidades económicas, todo ello con un
predominante carácter moral. Entre sus principales conclusiones, la DSI considera que el
modelo de desarrollo seguido en la economía es equivocado porque hace del principio del
desarrollo económico, de suyo reductor y limitado, una estructura alienante porque invierte la
relación entre los medios y los fines. Para la DSI el desarrollo económico no puede ser la
1 J. GUTIÉRREZ, Introducción a la doctrina social de la Iglesia, Ariel, Barcelona 2001, 33, 40-41.
43
finalidad última de la vida sino únicamente un instrumento, pues cuando se le convierte en el
fin último, la vida queda trastocada y se pierde la perspectiva total del horizonte humano.1
En principio, la DSI no critica a todo el capitalismo (economía de mercado, economía
libre o economía de empresa) pues considera como algo positivo —aunque no como valores
absolutos— los elementos económicos de la libertad, la empresa, el mercado, la propiedad
privada y el beneficio. Lo que la DSI critica es la tendencia que “ha inducido al ser humano a
confundir la felicidad y la salvación con formas inmanentes de bienestar material”2, pues “salir
del atraso económico, algo en sí mismo positivo, no soluciona la problemática compleja de la
promoción del [ser humano]”.3 Desde su punto de vista, la DSI considera inaceptable el
sistema ético-cultural del capitalismo, cuyos valores y formas de vida se concretan en el
consumismo, el cual propaga valores meramente utilitarios que dan por resultado la pérdida del
sentido de la existencia4 cuando se decide vivir para consumir.
Para la DSI, el fenómeno del consumismo “produce una orientación persistente hacia el
tener en vez de hacia el ser”5. El actual sistema ético-cultural ha creado una concepción global de
la vida basada en el superconsumismo que ha derivado en problemas psicosociales como el
consumo compulsivo.6 Esa concepción nace de un sistema económico que no cuenta con
criterios morales en sí mismo y, por lo tanto, no se guía por una imagen integral del ser
humano.7 Esta situación exige que la sociedad actual revise seriamente su estilo de vida que, en
1 Ibid., 449. 2 BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 2009, no 34. 3 Ibid., no 23. 4 R. SANZ DE DIEGO, “La evolución de la doctrina social de la Iglesia” pp. 133-134, en A. Cuadrón, (coord.), Manual de la Doctrina Social de la Iglesia, Biblioteca de Autores Cristianos, Fundación Pablo VI, Madrid 1993, 127-147. 5 Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 2005, no 360. 6 Se estima que el 5.6% de los estadounidenses son compradores compulsivos. AA. VV., “Estimated prevalence of compulsive buying behavior in the United States”, American Journal of Psychiatry, (2006) vol. 163 (October): 1806-1812. 7 AA. VV., “Principios y valores permanentes en la doctrina social de la Iglesia”, p. 97, en A. Cuadrón, (coord.), Manual de la Doctrina Social de la Iglesia, Biblioteca de Autores Cristianos, Fundación Pablo VI, Madrid 1993, 89-125.
44
muchas partes del mundo, tiende al hedonismo y al consumismo, despreocupándose de los
daños, de todo tipo, que de ello se derivan. El Papa Benedicto XVI ha señalado que:
Es necesario un cambio efectivo de mentalidad que lleve a la adopción de nuevos estilos de vida
en los que la búsqueda de la verdad, de la belleza y del bien, así como la comunión con las demás
personas para un crecimiento común, sean los elementos que determinen las opciones de
consumo1.
Para la DSI el hecho de que el consumo de las mercancías ocupe el centro de la vida y se
haya convertido en el único valor de la sociedad, no subordinado a ningún otro, se explica
porque en el propio sistema económico se ignora la dimensión ética y religiosa del ser humano,
limitándolo únicamente a la producción y al consumo de bienes y servicios.2 Las enseñanzas
del Magisterio en materia social afirman con certeza que:
La sociedad contemporánea vive en la búsqueda de la gratificación completa e inmediata, todo
está orientado a satisfacer carencias y cualquier pérdida provoca un vacío intolerable. El drama
de esta patología, soterrada en el corazón de tantas personas, es la incapacidad de amarse como
uno es, mientras no consiga un yo ideal basado en adquisiciones materiales con el que se sienta
contento3.
Para la DSI se da una plena enajenación del ser humano cuando la vida se orienta a tener
más, no a ser más, a tener sin límites y con desprecio del prójimo, colocando el fin del tener
ilimitado como fin último de la vida.4 En su famosa carta encíclica de 1987, Juan Pablo II
señaló que:
1 BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 2009, no 51. 2 Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 2005, no 375. 3 E. LÓPEZ, “Ecología: una visión cristiana de la Creación”, pp. 379-380, en A. Bravo (ed.), Calidad de vida y exigencias éticas. Memorias del III Simposio Internacional de Teología, Departamento de Ciencias Religiosas de la Universidad Iberoamericana, México 1996a, 357-382. 4 J. GUTIÉRREZ, Op. Cit., 395.
45
Hoy se comprende mejor que nunca que la mera acumulación de bienes y servicios, incluso a
favor de una mayoría, no basta para proporcionar la felicidad humana. Todos somos testigos de
los tristes efectos de esta ciega sumisión al mero consumo: una forma de materialismo craso y
una radical insatisfacción porque se comprende rápidamente que cuanto más se posee más se
desea1.
En este mismo sentido, Benedicto XVI ha criticado, incluso con dureza, la mentalidad y
la cultura consumista posmoderna en varios de sus mensajes y discursos:
• El mundo en el que vivimos, [está] marcado a menudo por el consumismo desenfrenado, por
la indiferencia religiosa y por un secularismo cerrado a la trascendencia2;
• Existe el peligro de que [los medios de comunicación social] se transformen en sistemas
dedicados a someter al ser humano a una publicidad obsesiva para… la venta de productos de
consumo3;
• Observando este don incesante [el Espíritu Santo], llegamos a ver los límites de todo lo que
acaba, la locura de una mentalidad consumista. En particular, empezamos a entender porqué la
búsqueda de novedades nos deja insatisfechos y deseosos de algo más4;
• ¿Qué decir del hecho de que en la actual sociedad consumista el lucro y el éxito se han
convertido en los nuevos ídolos ante los cuales muchos se postran?5;
1 JUAN PABLO II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 1987, no. 28. 2 Misa de Clausura del Congreso Eucarístico Italiano (Bari), Homilía Solemnidad del "Corpus Christi", (29 de mayo de 2005). 3 XLII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, “Los medios: en la encrucijada entre protagonismo y servicio. Buscar la Verdad para compartirla” (4 de mayo de 2008). 4 XXIII Jornada Mundial de la Juventud, Sydney, Australia (19 de julio de 2008). 5 Visita Pastoral a Cágliari, encuentro con los jóvenes, Plaza Yenne, (7 de septiembre de 2008).
46
• No hay que dejarse engañar por quienes tan sólo van en busca de consumidores en un
mercado de posibilidades indiferenciadas, donde la elección misma se presenta como el bien, la
novedad se confunde con la belleza y la experiencia subjetiva suplanta a la verdad1;
• La sociedad… a menudo se siente fascinada por la mentalidad moderna del consumismo
hedonista, con una peligrosa crisis de valores humanos y religiosos, y la deriva de un creciente
relativismo ético y cultural2;
• No es difícil constatar que en cada joven existe una aspiración a la felicidad que, sin embargo,
la actual sociedad de consumo explota frecuentemente de forma falsa y alienante3;
• No es fácil ser cristianos. Hace falta valentía y tenacidad para no conformarse a la mentalidad
del mundo, para no dejarse seducir por los señuelos a veces poderosos del hedonismo y el
consumismo4.
No obstante estas críticas, debe quedar claro que la DSI no está en contra de un mayor
nivel de consumo, pues es consciente que la humanidad requiere producción abundante de
bienes no sólo para la subsistencia elemental, sino para el decoro de la vida, pero señala con
firmeza que la finalidad deber ser el desarrollo integral del ser humano que tiene, además de
necesidades materiales, exigencias intelectuales, morales y religiosas.5
Esta concepción del consumo la desprende la DSI del principio del destino universal de los
bienes, el cual sostiene que:
La persona no puede prescindir de los bienes materiales que responden a sus necesidades
primarias y constituyen las condiciones básicas para su existencia; estos bienes le son
1 XLIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, "Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo, de amistad" (24 de mayo de 2009). 2 Celebración con los sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y movimientos laicales, viaje apostólico a la República Checa, Praga, (26 de septiembre de 2009). 3 Mensaje a los jóvenes, viaje apostólico a la República Checa, (28 de septiembre de 2009). 4 Visita Pastoral a Brescia y Concesio, visita a la Parroquia de San Antonino, (8 de noviembre de 2009). 5 J. GUTIÉRREZ, Op. Cit., 371-372.
47
absolutamente indispensables para alimentarse y crecer, para comunicarse, para asociarse y para
poder conseguir las más altas finalidades a que está llamada. Todo ser humano debe tener la
posibilidad de gozar del bienestar material necesario para su pleno desarrollo1.
Este principio invita a cultivar una visión de la economía inspirada en valores morales
que permitan tener siempre presente el origen y la finalidad de tales bienes “para así realizar un
mundo justo y solidario, en el que la creación de la riqueza pueda asumir una función positiva.
La riqueza debe ser empleada como medio útil para promover el bienestar de los hombres y de
los pueblos y para impedir su exclusión y explotación”2.
En la DSI la disponibilidad de bienes materiales, incluso en una cantidad superior a la
estrictamente necesaria para la vida, no es condenada en sí misma, sino su mal uso, y se
menciona que:
Una buena administración de los dones recibidos, incluidos los dones materiales, es una obra de
justicia hacia sí mismo y hacia los demás, actitud que hace al ser humano capaz de reconocer lo
relativo de los bienes económicos y de tratarlos como dones divinos que hay que administrar y
compartir, porque la propiedad originaria de todos los bienes pertenece a Dios3.
Por todo lo antes expuesto, es necesario proceder a una seria, honda y general reforma
de la manera en la que el acto de consumo es entendido en la vida económica contemporánea,
lo cual implica una reforma moral o de las costumbres, una emendatio morum, pues la raíz última
de la idea de que la felicidad depende de un consumo creciente es de carácter moral.4
Los problemas individuales y sociales derivados de una cultura consumista no pueden ser
abordados con éxito recurriendo únicamente a la psicología, es necesario estudiarlos a la luz de
1 Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 2005, no 171-172, y 174. 2 Ibid. 3 Ibid., no 323-324 y 326. 4 J. GUTIÉRREZ, Op. Cit., 378, 381 y 383.
48
la ética y no olvidar su dimensión espiritual. En su primera carta encíclica con tema social,
Benedicto XVI hizo un certero diagnóstico de esta realidad:
El ser humano, a veces se ve reducido a la psique y la salud del alma se confunde con el bienestar
emotivo. Las nuevas formas de esclavitud [entre ellas el consumo competitivo y exhibicionista] y
la desesperación en la que caen tantas personas, tienen una explicación no sólo sociológica o
psicológica, sino esencialmente espiritual. Una sociedad del bienestar, materialmente
desarrollada, pero que oprime el alma, no está bien orientada hacia un auténtico desarrollo
humano. Cuando el bienestar material se convierte en el objetivo de la vida se cae en un
reduccionismo perjudicial para el desarrollo integral de las personas y de los pueblos. El ser
humano también adquiere bienestar cuando crece espiritualmente, cuando dialoga consigo
mismo y con su Creador, y estando lejos de Él, el ser humano está inquieto y se hace frágil1.
Orientaciones éticas para el consumo
En estricto sentido no hay acciones económicas, sino aspectos económicos de las acciones
humanas cuando dichas acciones tienen que ver con la asignación de recursos escasos entre
fines alternativos, y tienen por objetivo final la eficiencia.2 Mucho se ha discutido acerca de que
la economía es una ciencia positiva porque le corresponde buscar soluciones eficientes en
función de los medios disponibles sin tomar en cuenta la moralidad de los fines. Sin embargo,
en la práctica diaria de la elección de los medios se introducen irremediablemente juicios de
valor. Por ello, “la vida económica debe ser comprendida como una realidad de múltiples
dimensiones”3, que también incluya sus aspectos éticos, pues “toda decisión económica tiene
consecuencias de carácter moral”4.
1 BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 2009, no 76. 2 A. ARGANDOÑA, “Economía y ética”, pp. 387-88, en A. Cuadrón, (coord.), Manual de la Doctrina Social de la Iglesia, Biblioteca de Autores Cristianos, Fundación Pablo VI, Madrid 1993, 385-403. 3 BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 2009, no 37-38. 4 Ibid.
49
El concepto de racionalidad de la teoría económica ortodoxa está basado en la hipótesis
implícita de que el grado de satisfacción que cada sujeto económico obtiene está solamente
determinada por el resultado de su comportamiento económico, independientemente de las
implicaciones morales, sociales, culturales y naturales que la selección de tal comportamiento
económico produzca. La DSI aporta luces para entender el papel de la ética en relación con la
economía porque “esta doctrina se ha formado recurriendo a la teología moral y a la filosofía,
que le dan un fundamento, y no descuida los aspectos técnicos de los problemas que estudia
desde un punto de vista moral a la luz de la Revelación”1.
La DSI considera que la relación entre moral y economía es necesaria e intrínseca, pues
la actividad económica y el comportamiento moral se compenetran íntimamente. A la
economía, tanto en el ámbito científico como en el nivel práctico, “no se le confía el fin de la
realización del ser humano, sino una tarea parcial: la producción, la distribución y el consumo
de bienes materiales y de servicios” 2. Pero la dimensión moral de la economía hace entender
que la eficiencia económica:
Debe promover un desarrollo solidario de la humanidad, pues desde un perfil moral, la actividad
económica debe tener como sujetos a todas las personas y a todos los pueblos, y todos tienen el
derecho de participar en la vida económica y el deber de contribuir al progreso del propio país y
de la entera familia humana3.
En el caso concreto del consumo, es la economía, y no la ética, la que debe establecer los
criterios que dirigirán el proceso de consumo desde el punto de vista de la eficiencia, pero la
ética tiene mucho que decir sobre esos mismos criterios en cuanto afectan y definen el
bienestar del ser humano. Esto no es de extrañar porque todo razonamiento económico tiene
1 R. SANZ DE DIEGO, Op. Cit., 136, 138 y 140. 2 Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 2005, no 330-333. 3 Ibid.
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implícitamente un concepto del ser humano y de la sociedad, de unas motivaciones y fines
según la doctrina ética de la que se parta. Ahora bien, existen muchas doctrinas éticas ¿cuál de
todas ellas debe tomar la economía como su referente moral? La teología moral en la que se
construye la DSI puede ser un referente moral válido para las actividades económicas porque
“ofrece principios y criterios basados en su experiencia multisecular y el cuidado con que ha
estudiado, fomentado y depurado las concepciones filosóficas sobre el ser humano y la
sociedad”1.
Así pues, a la luz de la DSI, el acto consuetudinario de consumo tendría un referente
ético basado en:
La inviolable dignidad de la persona humana, y en el valor trascendente de las normas morales
naturales, pues si se prescinde de cualquiera de estos dos pilares se corre el peligro de que el
consumo pierda su propio significado y se amolde a los sistemas económico-financieros
existentes, en vez de corregir sus disfunciones2.
Para la DSI es claro que el consumo:
Puede ser mal utilizado cuando quien lo gestiona tiene sólo referencias egoístas, y puede llegar a
transformar este medio, de suyo bueno, en pernicioso. Por eso, no se deben hacer reproches al
consumo en cuanto tal, sino al ser humano, a su conciencia moral y a su responsabilidad personal
y social3.
La DSI ofrece directrices de acción basadas en principios éticos de la teología moral. La
mayoría de las recomendaciones del Magisterio para la vida económica y social “son de fácil
aplicación no sólo para el cristiano, sino para todo creyente y, en general, para todo ser
1 A. ARGANDOÑA, Op. Cit., 392. 2 BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 2009, no 45. 3 Ibid., no 36.
51
humano de buen sentido y corazón recto”1. En el caso concreto del consumo, la DSI considera
al consumidor como un ser humano, una persona digna “creada a imagen y semejanza de Dios
y elevada a un fin sobrenatural trascendente a la vida terrena”2. Para la DSI, el acto de
consumo no es un fin en sí mismo, sino que está sujeto a un fin superior: el desarrollo integral
del ser humano. Este tipo de desarrollo “toma en cuenta las necesidades materiales y las
exigencias intelectuales, morales, espirituales y religiosas de las personas”3.
Esta forma de entender el acto de consumo se desprende del principio fundamental de la
dignidad de la persona humana que sostiene la DSI. Desde este principio, resulta indigno un
consumo inferior al mínimo necesario para una vida decente, es decir, la pobreza atenta contra
la dignidad humana; pero es igualmente indigno un consumo competitivo para la exhibición
porque daña la salud física y mental de las personas oponiéndose así a su realización personal
en esferas diferentes al bienestar material. Para la DSI, tener y poseer es necesario, pero el afán de
poseer sin medida es codicia, desorden y daño social. “Para las naciones como para las
personas, la avaricia es la forma más evidente del subdesarrollo moral”4.
La DSI enseña que “la verdadera felicidad es algo que sólo Dios puede satisfacer”5, por
lo que resulta inútil, falso y hasta peligroso identificarla con el consumo. El consumo debe ser
un medio para alcanzar el desarrollo humano pleno, pues contribuye a tener una vida feliz (no
es la vida feliz). Esto no supone una renuncia a la consecución del bienestar material, sino una
reordenación de fines y medios hacia el verdadero fin del consumo que es el desarrollo integral
del ser humano.
1 J. GUTIÉRREZ, Op. Cit., 82. 2 C. SORIA y J. DIAZ, Op. Cit., 92-93. 3 Ibid., 123. 4 PABLO VI, Carta enc. Populorum progressio, 1967, no 19. 5 “El deseo de la felicidad verdadera aparta al hombre del apego desordenado a los bienes de este mundo, y tendrá su plenitud en la visión y la bienaventuranza de Dios” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1997, no. 2548). “Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este deseo es de origen divino: Dios lo ha puesto en el corazón del [ser humano] a fin de atraerlo hacia Él, el único que lo puede satisfacer” (Ibid., no. 1718).
52
Por otro lado, en una sociedad que tiene un proyecto consumista para el ser humano, se
requiere de un nuevo modelo de persona más austero y sobrio, es decir, fomentar estilos de
vida que no tengan como fin en sí mismos el tener y el gozar en el consumo.1 Para la DSI la
austeridad y la sobriedad son frugalidad voluntaria, no impuesta externamente, y no son
sinónimos de pobreza o privación, sino de mesura y moderación, dos virtudes útiles para la
vida. Hoy, la factibilidad como principio normativo implica que “las cosas no se realizan porque sean
positivas y benéficas para el ser humano, sino porque son posibles”2, por lo que ahora se
consume, incluso de manera dispendiosa y perjudicial solamente porque es posible hacerlo.
La DSI enseña que se puede aprender a prescindir de bienes y servicios que no son
realmente necesarios para nuestro bienestar, y cuya privación no disminuye nuestro nivel de
calidad de vida. Sobre este punto Eduardo López es muy elocuente:
Hablar de ascetismo, en una cultura tan identificada con el hedonismo existencial, parece un
leguaje poco seductor. La renuncia será una experiencia que el destino impone, que nadie busca
con su propio querer… Tener satisfechas las necesidades básicas es un derecho, pero disfrutar de
todo lo superfluo, además de no dar la felicidad como lo muestran los datos objetivos, es una
provocación injustificada para los que añoran lo que nosotros despreciamos. A los que vivimos
en la abundancia nos resulta muy difícil comprender la cantidad enorme de cosas superfluas que
llegamos a considerar como necesarias… No es fomentar la renuncia por la renuncia, sino saber
aceptarla para obtener una mejora cualitativa que nos beneficia a todos… [Lamentablemente] a
1 A. CUADRON, “Finalidad de la economía: satisfacción de las necesidades humanas”, pp. 423-425, en A. Cuadrón, (coord.), Manual de la Doctrina Social de la Iglesia, Biblioteca de Autores Cristianos, Fundación Pablo VI, Madrid 1993, 405-425. 2 E. LÓPEZ, “Los retos actuales de las ciencias a la moral católica”, pp. 28-29, A. Bravo (ed.), Calidad de vida y exigencias éticas. Memorias del III Simposio Internacional de Teología, Departamento de Ciencias Religiosas de la Universidad Iberoamericana, México 1996, 25-49.
53
medida que las posibilidades van siendo mayores, y cuando los beneficios están al alcance de la
mano, el rechazo se dificulta aún más, fomentado por los intereses económicos1.
Tal como lo enseña la DSI, el ser humano debe ser consciente de dos cosas: que los
medios de consumo no siempre permiten el consumo de todo lo que podemos desear; y que la
adquisición de ciertos productos y servicios a nuestro alcance puede ser perjudicial para nuestra
salud física o mental. Ser conscientes de estas dos limitaciones ayuda a no sentir frustración
ante la imposibilidad de colmar las aspiraciones de consumo o ante la exclusión definitiva de
ciertos productos que, si bien pueden contribuir momentáneamente a nuestra felicidad, a largo
plazo implican perjuicios para nuestra salud. Los psicólogos insisten en que “la persona
madura no es la que se encuentra plenamente satisfecha porque nada le hace falta en su
proyecto infantil de totalidad, sino que es aquella que se abraza con cariño, y algo de humor, a
la limitación inherente a todo ser humano”2.
La DSI sostiene que:
La solidaridad debe ser con las generaciones pasadas, presentas y futuras, con la especie humana
en general, e implica el cuidado del hogar común, del planeta, para lo cual es necesario hacer
frente a los graves problemas ecológicos derivados del consumismo abandonando la lógica del
mero consumo3.
La DSI enseña que “más que dueño, el ser humano es teológica y biológicamente
administrador cuidadoso de los bienes naturales. El principio de solidaridad gravita sobre la
ecología, y se combina con criterios de sobriedad y autodominio en el consumo”4.
1 E. LÓPEZ, “Ecología: una visión cristiana de la Creación”, pp. 377-380, en A. Bravo (ed.), Calidad de vida y exigencias éticas. Memorias del III Simposio Internacional de Teología, Departamento de Ciencias Religiosas de la Universidad Iberoamericana, México 1996a, 357-382. 2 Ibid., 380. 3 Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 2005, no 360, 486. 4 J. GUTIÉRREZ, Op. Cit., 396.
54
En suma, pues, se trata de llevar cabo un consumo que respete la dignidad humana
(aquel consumo que aleja de la pobreza pero no se identifica con la felicidad, que sirve como
medio para el desarrollo integral del ser humano y que no es un fin en sí mismo), que sea
mesurado pero que no implique la privación de lo necesario, que sea lúcido y capaz de
renunciar a lo superfluo sin afectar el bienestar, que acepte la limitación y que sea solidario. Si
queremos que el consumo tenga un verdadero aporte a nuestra felicidad, es necesario
modificar los motivos por los que consumimos, y para ello es necesario poner en el centro de
la cuestión los aspectos éticos que están detrás de las aspiraciones de consumo.
55
CICLO ECONÓMICO Y VIDA CONSAGRADA: EL CASO DE LOS SACERDOTES EN MÉXICO
¿Incide el desempeño de la economía sobre la cantidad de personas que deciden consagrar su
vida a la Iglesia católica? Este breve ensayo trata de arrojar algunas luces sobre este tema.
El ciclo económico
El Producto Interno Bruto (PIB) se define como el valor monetario de la producción total de
bienes y prestación de servicios, valuada a precios de mercado, que realiza un país (en el
mercado interior y en el mercado exterior) en un periodo dado (por lo general un trimestre, y el
promedio de los cuatro trimestres es el PIB anual).
El tamaño de la economía de un país se mide por el valor del PIB nominal (también
llamado PIB a precios corrientes). Las cifras nominales contienen el aumento de los precios, es
decir, la tasa de inflación. El PIB nominal se utiliza como referente para evitar hablar de
cantidades monetarias que son muy grandes, por ejemplo, en lugar de decir “el comercio
exterior de México (importaciones + exportaciones) asciende a $1’175,254’123,275”, decimos
“el comercio exterior de México asciende a 3.5% del PIB (se sobreentiende que es el PIB
nominal).
El PIB real o PIB a precios constantes descuenta el aumento de los precios, es decir,
“desinfla” el PIB nominal. La tasa de variación porcentual del PIB real se utiliza para saber en
qué etapa del ciclo económico (o ciclo de los negocios) se encuentra la economía: auge,
desaceleración, recesión y recuperación.
Formalmente, se dice que se ha producido una recesión cuando el PIB real registra dos
trimestres consecutivos con tasas de variación negativas; la recuperación se declara cuando el
PIB real comienza a tener tasas de variación positivas; el auge aparece cuando se observan
56
tasas de variación positivas del PIB real cada vez más altas, y la desaceleración surge cuando se
registran tasas de variación positivas del PIB real pero cada vez menores.
Una economía no necesariamente tiene que pasar “en orden” las cuatro etapas del ciclo
económico, puede suceder que de una desaceleración se pase a un auge sin haber caído en una
recesión; o bien, que de un auge se pase directamente a una recesión. Por ejemplo, entre junio
de 1987 (cuando se salió de la recesión de 1986) y marzo de 1995 la economía mexicana logró
pasar constantemente de la desaceleración a la recuperación sin “visitar” la aduana de la
recesión; pero en 1995 se pasó directamente de un auge a una recesión sin mediar
desaceleración alguna, lo que explica, en parte, el carácter “sorpresivo” de la crisis económica
derivada del llamado “error de diciembre”, calificativo utilizad para referirse a la devaluación
del peso mexicano frente al dólar estadounidense en diciembre de 1994. El cuadro 1 contiene
información del ciclo económico en México.
Cuadro 1 PIB real en México
(Tasa de variación porcentual) 1969 3.4 1979 9.7 1989 4.1 1999 2.7 1970 6.5 1980 9.2 1990 5.2 2000 5.3 1971 3.8 1981 8.5 1991 4.2 2001 -0.6 1972 8.2 1982 -0.5 1992 3.5 2002 0.1 1973 7.9 1983 -3.5 1993 1.9 2003 1.4 1974 5.8 1984 3.4 1994 4.7 2004 4.3 1975 5.7 1985 2.2 1995 -5.8 2005 3.0 1976 4.4 1986 -3.1 1996 5.9 2006 5.0 1977 3.4 1987 1.7 1997 7.0 2007 3.1 1978 9.0 1988 1.3 1998 4.7 2008 1.4 Fuentes: Periodo 1969-1980: Aparicio, A. (2011) Series estadísticas de la economía mexicana en el siglo XX, en Economía Informa 369, pp. 63-85. (Se tomó el PIB a precios de 1980). Periodo 1981-1993: INEGI, Banco de Información Económica. (Se tomó el PIB a precios de 1993) Periodo 1994-2008: INEGI, Banco de Información Económica. (Se tomó el PIB a precio de 2008).
57
La vida consagrada
La vida consagrada a Dios se caracteriza por la profesión pública de los consejos evangélicos
de pobreza, castidad y obediencia en un estado de vida estable reconocido por la Iglesia.1 Los
hombres y mujeres de la vida consagrada:
Asumen un compromiso con Dios, expresado, más que con palabras, con formas y gestos
concretos que permiten seguir a Cristo muy de cerca, otorgar a Dios un gran espacio en la vida y
ofrecer a los demás un servicio generoso que no conozca límites ni reservas. Con el voto de
pobreza se renuncia a poseer cualquier cosa como propia y en su lugar se elige compartir con
todos. Con el voto de castidad se renuncia a tener una familia propia para, en su lugar, tener a
Dios y a los demás. Con el voto de obediencia se renuncia a tener proyectos propios para asumir
los proyectos de la Iglesia.2
El cuadro 2 muestra la cantidad de personas de vida consagrada que había en México en el año
2008. En esta ocasión nos dedicamos exclusivamente al estudio de la correlación entre el ciclo
económico y el número de sacerdotes en México.
Cuadro 2 Cantidad de personas de Vida Consagrada en México, 2008
Hombres Mujeres Total
Episcopados 158 Diocesanos (Residentes) 89 Titulares 69 Sacerdotes 15,743 Clero Diocesano 11,938 Clero Religioso 3,805 Diáconos Permanentes 804 Diocesanos 781 Religiosos 23 Religiosos No Sacerdotes (Profesos)1/ 1,469 Religiosas (Profesas)1/
28,128
Total 18,174 28,128 46,302 Fuente: Annuarium Statisticum Ecclesiae (2010). 1/ Votos temporales y perpetuos.
1 Catecismo de Iglesia Católica, 944. 2 O’Farril, Roberto (2011) “El pulso de la fe: una mirada a lo que nos hace creer”, Abacar Ediciones, México, p. 59.
58
Un sacerdote diocesano es un presbítero del clero secular diocesano que está incardinado
en una Iglesia particular o en una prelatura personal, mientras que un sacerdote religioso es un
presbítero miembro de un Instituto de vida consagrada.1 En términos “sacramentales” no cabe
distinción entre un presbítero del clero diocesano y un presbítero del clero religioso, pues el
efecto del Orden, en el grado de presbiterado, crea en los presbíteros una radical igualdad de
todos ellos, a la vez que los constituye, también ab initio, en cooperadores del ordo episcuporum; la
distinción aplica más bien desde el punto de vista de la “espiritualidad”.2
El cuadro 3 contiene información acerca del número de presbíteros en México en el
periodo 1969-2008. No fue posible obtener toda la información que se presenta en el cuadro 2
de la fuente oficial (el Annuarium Statisticum Ecclesiae), por lo que se realizaron estimaciones que
aparecen en letra cursiva de acuerdo a los siguientes criterios:
• Para 1969, las cifras de presbíteros del clero diocesano y del clero religioso se
calcularon suponiendo una proporción de 72.2% y 27.8%, respectivamente, del
total de presbíteros.
• Para 1971, la cifra total de presbíteros se estimó tomando una tasa de
crecimiento de 2.1% respecto al número total de presbíteros de 1970, y las cifras
de presbíteros diocesanos y religiosos se calcularon suponiendo una proporción
de 72% y 28%, respectivamente, del total de presbíteros.
1 Los Institutos de vida consagrada pueden ser Institutos religiosos o Sociedades de vida apostólica. Un instituto religioso es una sociedad en la que los miembros, según el derecho propio, emiten votos públicos perpetuos, o temporales que han de renovarse al vencer el plazo, y viven vida fraterna en común. Las Sociedades de vida apostólica, cuyos miembros, sin votos religiosos, buscan el fin apostólico propio de la sociedad y, llevando vida fraterna en común, según el propio modo de vida, aspiran a la perfección de la caridad por la observancia de las constituciones [Código de Derecho Canónico (CDC) 607, § 2-3; 731, § 1-2]. 2 Villar, José R. (1990) Clero secular, clero diocesano, clero religioso, clero extradiocesano. Anotaciones terminológicas, en “La formación de los sacerdotes en las circunstancias actuales”, Actas del XI Simposio Internacional de Teología de la Universidad de Navarra, Pamplona: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, pp. 305-314.
59
Cuadro 3 Indicadores del número de presbíteros en México
Presbíteros Presbíteros diocesanos Candidatos al Presbiterio
(ambos cleros) Total Diocesanos % Religiosos % Ordenaciones “Renuncias”
1969 8,142 5,879 72.2 2,263 27.8 158 29 3,631 1970 8,707 6,282 72.1 2,425 27.9 170 26 3,459 1971 8,890 6,401 72.0 2,489 28.0 208 33 3,552 1972 9,077 6,526 71.9 2,551 28.1 200 45 3,373 1973 9,266 6,653 71.8 2,613 28.2 199 66 3,334 1974 9,242 6,625 71.7 2,617 28.3 182 73 3,239 1975 9,380 6,890 73.5 2,490 26.5 228 42 2,651 1976 9,366 6,884 73.5 2,482 26.5 179 33 2,631 1977 9,615 7,055 73.4 2,560 26.6 194 53 2,746 1978 9,943 7,074 71.1 2,869 28.9 215 43 2,698 1979 10,095 7,113 70.5 2,982 29.5 149 35 2,848 1980 10,087 7,030 69.7 3,057 30.3 123 38 2,947 1981 10,235 7,162 70.0 3,073 30.0 154 34 3,385 1982 10,234 7,189 70.2 3,045 29.8 124 21 3,899 1983 10,110 7,208 71.3 2,902 28.7 146 21 4,217 1984 10,144 7,250 71.5 2,894 28.5 174 27 4,630 1985 10,298 7,330 71.2 2,968 28.8 182 20 4,923 1986 10,653 7,603 71.4 3,050 28.6 221 15 4,960 1987 10,750 7,648 71.1 3,102 28.9 195 26 5,253 1988 11,040 7,876 71.3 3,164 28.7 278 16 5,745 1989 11,317 8,090 71.5 3,227 28.5 266 17 5,763 1990 11,532 8,288 71.9 3,244 28.1 299 22 6,147 1991 11,695 8,420 72.0 3,275 28.0 302 17 6,368 1992 11,997 8,637 72.0 3,360 28.0 330 20 6,386 1993 12,196 8,832 72.4 3,364 27.6 355 29 6,567 1994 12,458 8,980 72.1 3,478 27.9 354 26 6,762 1995 12,684 9,222 72.7 3,462 27.3 387 23 6,919 1996 12,990 9,545 73.5 3,445 26.5 430 22 6,849 1997 13,241 9,686 73.2 3,555 26.8 399 14 7,519 1998 13,546 10,033 74.1 3,513 25.9 432 12 7,676 1999 13,840 10,235 74.0 3,605 26.0 391 32 7,608 2000 14,049 10,421 74.2 3,628 25.8 385 41 7,059 2001 14,245 10,627 74.6 3,618 25.4 364 33 6,700 2002 14,562 10,922 75.0 3,641 25.0 357 34 6,850 2003 14,800 11,136 75.2 3,664 24.8 355 50 6,752 2004 14,884 11,165 75.0 3,719 25.0 289 33 6,606 2005 15,069 11,306 75.0 3,763 25.0 382 24 6,644 2006 15,356 11,558 75.3 3,798 24.7 375 35 6,554 2007 15,602 11,772 75.5 3,830 24.5 358 34 6,524 2008 15,743 11,938 75.8 3,805 24.2 347 36 6,531 Los datos en cursiva son estimaciones. Fuente: Elaboración propia con datos del Annuarium Statisticum Ecclesiae.
60
• Para 1972, la cifra total de presbíteros se estimó tomando una tasa de crecimiento de
2.1% respecto al número total de presbíteros de 1971, y las cifras de presbíteros
diocesanos y religiosos se calcularon suponiendo una proporción de 71.9% y 28.1%,
respectivamente, del total de presbíteros.
• Para 1973, el número de presbíteros religiosos se obtuvo suponiendo que representan
el 28.2% del total de presbíteros.
• Para 1976, el número de presbíteros religiosos se obtuvo suponiendo que representan
el 26.5% del total de presbíteros (misma proporción que en 1974).
• Para 1991, las cifras de presbíteros diocesanos y religiosos se calcularon suponiendo
una proporción de 72% y 28%, respectivamente, del total de presbíteros.
• Para 2001, las cifras de presbíteros diocesanos y religiosos se calcularon suponiendo
una proporción de 74.6% y 25.4%, respectivamente, del total de presbíteros.
• Para 2002, las cifras de presbíteros diocesanos y religiosos se calcularon suponiendo
una proporción de 75% y 25%, respectivamente, del total de presbíteros.
En cuanto a las “renuncias” de presbíteros diocesanos, se optó por utilizar esa palabra
para sustituir el término que aparece en latín “defectiones (sese adbicatum)” en la fuente oficial
(Annuarium Statisticum Ecclesiae), término que es traducido al inglés y al francés, respectivamente,
como “defections” y “défections”, y que en español puede interpretarse como “desertar o
abandonar”, términos que pueden entenderse como que el expresbítero ha perdido su
ordenación sagrada, pero la información se refiere a la pérdida del estado clerical (derechos y
obligaciones del clero).
61
Un presbítero puede renunciar a su oficio eclesiástico por voluntad propia por diversas
razones, pero una vez recibida la ordenación sagrada ésta nunca se anula1. El estado clerical se
pierde únicamente por los siguientes motivos: sentencia judicial o decreto administrativo, en
los que se declare la invalidez de la sagrada ordenación; por la pena de dimisión legítimamente
impuesta; o por rescripto de la Sede Apostólica que solamente se concede a los presbíteros
cuando existen causas gravísimas2. Finalmente, la información de los candidatos al presbiterio
(ambos cleros) se refiere a los estudiantes de filosofía y teología en un seminario mayor,
comúnmente conocidos como seminaristas.
Para conocer la tendencia en el número de presbíteros se construyeron los índices y la
tasa que se describen en el cuadro 4. Para calcular el Índice de Presbíteros fue necesario
obtener los datos de la población total, los cuales se ofrecen en el cuadro 5. Los demás índices
se pueden calcular con los datos del cuadro 3. Las gráficas 1 a 5 ilustran la tendencia de cada
uno de los índices calculados.
Cuadro 4 Construcción de indicadores de tendencia en el número de presbíteros en México
Indicador Composición Índice de Presbíteros: Número total de presbíteros por cada 100 mil habitantes. Índice de Candidatos al Presbiterio: Número total de seminaristas entre número total de
presbíteros, multiplicado por 100. Índice de Ordenaciones de Presbíteros Diocesanos:
Número total de ordenaciones de presbíteros diocesanos entre número total de presbíteros diocesanos, multiplicado por 100.
Índice de Renuncias de Presbíteros Diocesanos:
Número total de renuncias de presbíteros diocesanos entre número total de presbíteros diocesanos, multiplicado por 100.
Tasa de Ordenación/Renuncias de Presbíteros Diocesanos:
Número total de ordenaciones de presbíteros diocesanos entre número total de renuncias de presbíteros diocesanos.
Fuente: Elaboración propia.
1 “El oficio eclesiástico se pierde por transcurso del tiempo prefijado, por cumplimiento de la edad determinada en el derecho, y por renuncia, traslado, remoción o privación” (CDC 84 § 1). 2 CDC 290.
62
Cuadro 5 Población Total en México
(Miles de habitantes) 1969 47,371 1979 65,430 1989 82,078 1999 97,115 1970 48,996 1980 66,847 1990 83,971 2000 98,439 1971 50,596 1981 68,389 1991 85,583 2001 99,716 1972 52,249 1982 69,967 1992 87,185 2002 100,909 1973 53,955 1983 71,581 1993 88,752 2003 102,000 1974 55,717 1984 73,232 1994 90,266 2004 103,002 1975 57,537 1985 74,921 1995 91,725 2005 103,947 1976 59,416 1986 76,650 1996 93,130 2006 104,874 1977 61,357 1987 78,418 1997 94,478 2007 105,791 1978 63,361 1988 80,227 1998 95,790 2008 106,683 Fuente: Aparicio, A. (2011) Series estadísticas de la economía mexicana en el siglo XX, en Economía Informa 369, pp. 63-85.
12
13
14
15
16
17
18
19
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
Gráfica 1Indíce de Presbíteros en México
Fuente: Elaboración propia.
63
20
25
30
35
40
45
50
55
60
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
Gráfica 2Indíce de Candidatos al Presbiterio en México
Fuente: Elaboración propia.
0
1
2
3
4
5
6
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
Gráfica 3Indíce de Ordenaciones de Presbíteros
Diocesanos en México
Fuente: Elaboración propia.
64
0
2
4
6
8
10
12
14
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
Gráfica 4Indíce de Renuncias de Presbíteros
Diocesanos en México
Fuente: Elaboración propia.
0
4
8
12
16
20
24
28
32
36
40
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
Gráfica 5Tasa de Ordenaciones/Renuncias
de Presbíteros Diocesanos en México
Fuente: Elaboración propia.
65
Ciclo económico y evolución del número de sacerdotes
Para averiguar si el ciclo económico ha tenido algún tipo de incidencia sobre los índices y la
tasa que dan cuenta de la tendencia en el número de sacerdotes se procedió a realizar varios
ejercicios estadísticos de regresión lineal cuyos resultados se muestran en el cuadro 6.
Cuadro 6 Incidencia del crecimiento económico en diversos indicadores de tendencia
del número de presbíteros en México
Índice de
Presbíteros
Índice de Candidatos
al Presbiterio
Índice de Ordenaciones de Presbíteros Diocesanos
Índice de Renuncias
de Presbíteros Diocesanos
Tasa de Ordenación/Renuncias
de Presbíteros Diocesanos
PIB real 0.158** -1.079** -0.019 0.266** -0.368 Constante 14.258*** 47.891*** 3.177*** 2.901*** 11.949*** R2 0.192 0.167 0.009 0.187 0.033 Error típico 1.1296 8.4038 0.7001 1.9388 6.9166 ANOVA (Prueba F) 9.035** 7.625** 0.335 8.726** 1.312 Correlación de Pearson 0.438** -0.409** -0.093 0.432** -0.183 Observaciones 40 40 40 40 40 * p<0.050 ** p<0.010 *** p<0.001 Fuente: Elaboración propia.
Tanto el Índice de Ordenaciones de Presbíteros Diocesanos como la Tasa de
Ordenación/Renuncias de Presbíteros Diocesanos no tienen relación con el ciclo económico
(ANOVA y correlación de Pearson no significativas), es decir, que la evolución en el número
de ordenaciones y de renuncias de sacerdotes diocesanos en México, es independiente de la
etapa del ciclo económico. Únicamente los Índices de Presbíteros, de Candidatos al Presbiterio
y de Renuncias de Presbíteros Diocesanos tienen una relación estadísticamente significativa
con el ciclo económico (ANOVA y correlación de Pearson significativas), por lo cual nos
concentramos en su análisis.
66
Índice de Presbíteros: tiene una relación positiva con el PIB real (0.158), lo que significa
que a medida que la economía entra en etapa de recuperación o de auge, aumenta el número de
presbíteros por cada 100 mil habitantes. Así mismo, cuando la economía se desacelera o cae en
recesión, el número de presbíteros por cada 100 mil habitantes disminuye.
Índice de Candidatos al Presbiterio: tiene una relación negativa con el PIB real (-1.079),
lo que significa que a medida que la economía entra en fase de recuperación o en un auge,
disminuye el número total de seminaristas como proporción del número total de presbíteros. Así
mismo, cuando la economía está en etapa de desaceleración o cae en una recesión, aumenta el
número total de seminaristas como proporción del número total de presbíteros.
Índice de Renuncias de Presbíteros Diocesanos: tiene una relación positiva con el PIB
real (0.266), lo que significa que a medida que la economía entra en fase recuperación o en
auge, aumenta el número de renuncias de presbíteros diocesanos, como proporción del número de
presbíteros diocesanos. Así mismo, cuando la economía entra en fase de desaceleración o cae en
recesión, disminuye el número total de renuncias de presbíteros diocesanos, como proporción del
número total de presbíteros diocesanos.
Los resultados obtenidos en los ejercicios de correlación entre el ciclo económico y los
tres indicadores de tendencia en el número de sacerdotes (Índices de Presbíteros, de
Candidatos al Presbiterio y de Renuncias de Presbíteros Diocesanos) que fueron
estadísticamente significativos parecerían contradictorios, pero en realidad no lo son, veamos
por qué. Cuando la economía se encuentra en expansión (recuperación o auge) tenemos tres
efectos: a) aumento en el número de presbíteros de ambos cleros; b) disminución en el número
de seminaristas de ambos cleros; y c) aumento en el número de renuncias de sacerdotes
diocesanos.
67
En realidad, la tendencia dominante es que cuando la economía está en expansión
aumenta el número de presbíteros, y cuando está en contracción (desaceleración o recesión) el
número de presbíteros disminuye. La reducción en el Índice de Candidatos al Presbiterio a
medida que la economía se expande se explica porque la cantidad de seminaristas se divide
cada vez entre un número mayor de presbíteros; así mismo, el aumento en las renuncias de
presbíteros diocesanos cuando la economía está en expansión se explica porque cada vez hay
más sacerdotes lo que hace que tanto el número de los que renuncian como de los que no
renuncian también se incremente. En suma, podemos decir que la tendencia “pura” es una
relación directa entre el ciclo económico y el número de sacerdotes en México.
Así pues, para la vida consagrada en México es bueno que la economía se encuentre en
expansión y, por el contrario, es malo que la economía caiga en desaceleración o recesión. Aquí
se tomó únicamente el caso de los sacerdotes, pero sospechamos que estás mismas
conclusiones podrían aplicarse también a otras formas de vida consagrada, es decir, para el
apostolado en general.
68
CONTEXTO SOCIO-ECONÓMICO Y RELIGIOSIDAD1
El catolicismo es todavía, por mucho, la religión más profesada por los mexicanos, aunque la
proporción de la población mexicana que se declara como católica ha disminuido de manera
importante en los últimos 40 años2.
Utilizando la base de datos de la Encuesta Mundial de Valores (EMV)3 llevada a cabo en
México en el año 2012, se analiza la información de las personas que se declararon católicas4
para conocer:
• Sus características socioeconómicas: estado civil, número de hijos, edad, sexo, nivel de
instrucción, satisfacción económica, problemas económicos, situación laboral, clase
social (subjetiva) y escala de ingresos (subjetiva).
• Su religiosidad: grado de compromiso con algunos valores que promueve la Iglesia
católica; la frecuencia con la que asiste a misa y hace oración; la importancia que tiene
Dios en su vida, la confianza en la Iglesia como institución y el significado que le
atribuyen a la religión.
1 Versión resumida de Aparicio, A. (2015) “Valores, prácticas y creencias de los católicos mexicanos: un estudio empírico con datos de la Encuesta Mundial de Valores”, Revista Iberoamericana de Teología, que aparecerá en el volumen 11, número 20 (julio-diciembre). Agradezco a la Universidad Iberoamericana su gentil autorización para publicar esta versión resumida. 2 El porcentaje de mexicanos que se declaran como católicos en los Censos de Población, paso de 96.2 a 82.7, entre 1970 y 2010, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). 3 Es un proyecto llevado a cabo por una red mundial de científicos sociales quienes desde 1981 han realizado seis oleadas (levantamientos) de la Encuesta (1981-1984, 1990-1994, 1995-1998, 1999-2004, 2005-2009 y 2010-2014) en casi 100 países, con el propósito de explorar los valores y opiniones de la gente, cómo cambian con el tiempo y cuál impacto social y político podrían tener. Aquí se utilizaron los datos del levantamiento más reciente para México, el cual se realizó del 11 al 19 de febrero de 2012 y fue coordinado por el investigador Alejandro Moreno (Departamento de Ciencia Política, Instituto Tecnológico Autónomo de México). Se encuestaron un total de 2,000 personas. 4 Se entiende por “católicos” las personas que así se declararon al responder a la pregunta: ¿pertenece usted a alguna religión o denominación religiosa? No se refiere a aquellas personas que cuentan con el sacramento del bautizo (al no ser cuestionados sobre eso no es posible determinar quien sí y quien no es católico bautizado). Se declararon como católicos 1,391 personas, es decir, el 69.6% del total de encuestados.
69
Esta información se recopiló con la idea de verificar empíricamente si existe algún tipo
de incidencia de los aspectos socioeconómicos sobre los valores, las prácticas y las creencias
religiosas de los católicos en México.
Del total de personas que se declararon católicas el 53% son mujeres; los grupos de edad
más numerosos son 18-25 años (22.2%), 26-35 años (26.2%) y 36-45 años (21.4%); la mayoría
son casados (48.8%), el 22.1% son solteros y el 18% vive en unión libre; el 21.1% no tiene
hijos, el 15.2% tiene un hijo, el 20.9% tiene dos hijos y el 19.1% tiene tres hijos; el 23% tiene la
secundaria terminada, el 14.5% tiene la preparatoria terminada y el 12.6% tiene la universidad
terminada.
En cuanto a características económicas, el 34% de los católicos tiene empleo de tiempo
completo o tiempo parcial, el 15.5% trabaja por su cuenta, el 28.6% se dedica al hogar y el
12.7% está desempleado; el 37.5% trabaja o trabajó para el sector privado; el 27.9% declaró
que supervisa a otras personas en el trabajo. La mayoría realizó en su trabajo tareas manuales
(48.2%) y rutinarias (41.3%), pero consideró que tuvo total independencia para realizarlas
(48.3%).
El 40.5% de los católicos considera que pertenece a la clase media baja, el 20.6% a la
clase media alta y el 19.3% a la clase obrera. En una escala del 1 a 10 de ingreso mensual, el
50.3% de los católicos se ubicaron así mismos en el nivel más bajo (1 a 2), y sólo el 3.7% en el
nivel más alto (9 a 10). El 64.7% de los católicos se declararon satisfechos con la situación
económica de su hogar (7 a 10, en una escala del 1 al 10).
En cuanto a los problemas económicos, el 16.1% de los católicos dijo que él y su familia
se quedó sin comer algunas veces en los últimos doce meses, el 22.1% se quedó algunas veces
sin algún medicamento o tratamiento médico, y el 34% se quedó sin ingresos de dinero. El
70
45.5% de los católicos dijo que durante el año pasado a su familia apenas le alcanzó su ingreso
para cubrir sus necesidades, y el 24.8% declaró que tuvo que pedir prestado para solventar sus
gastos.
Pasando al tema de los valores, creencias y prácticas religiosas de los católicos
mexicanos, la Tabla 1 (todas las tablas se localizan al final del presente ensayo) muestra el
grado de compromiso que tienen los católicos mexicanos con un conjunto específico de
valores. Las conductas que menos justifican los católicos mexicanos son: la violencia (contra la
esposa, los hijos y otras personas), el suicidio, el robo, las trampas en el pago de impuestos y
los sobornos. Respecto al aborto, la eutanasia y la prostitución, más de la mitad de los católicos
no justifica esas prácticas, pero en el caso del divorcio y las relaciones sexuales antes del
matrimonio, se puede apreciar que son prácticas que los católicos tienden a justificar cada vez
más.
Las Tablas 2 y 3 presentan datos acerca de algunas prácticas, creencias y opiniones sobre
la religión de los católicos mexicanos. Adicional a esa información, cabe señalar que según los
datos de la Encuesta, el 43.3% de los católicos declaró tener mucha confianza en la Iglesia, el
27.7% algo de confianza, el 24.2% confía poco y el 4.8% no confía nada. El 73.7% dijo ser
miembro, activo o no activo, de la Iglesia.
La Tabla 4 resume los resultados de varios ejercicios estadísticos que se realizaron para
tratar de averiguar si existía algún tipo de relación entre los valores indicados en la Tabla 1 y
algunas prácticas (asistencia a misa, hacer oración) y creencias (en Dios y la importancia de
Dios en la vida) de los católicos mexicanos, y si dichas relaciones están condicionadas, o no,
por el entorno socioeconómico.
71
En todos los casos se espera que los coeficientes de correlación (de orden cero y
parciales) tengan signo negativo, pues de acuerdo a los valores católicos no se justifican las
conductas referidas (robar, prostitución, etcétera). Los resultados que son de relevancia para el
análisis son aquellos señalados con asteriscos (*, **), pues indican que existe una relación
estadísticamente significativa entre los valores y las prácticas, y entre los valores y las creencias.
Los coeficientes de correlación de orden cero (también llamados de Pearson) no toman
en cuenta el efecto del entorno socioeconómico en la relación entre valores, prácticas y
creencias. Por su parte, los coeficientes de correlación parcial sí toman en cuenta el efecto del
entorno socioeconómico en la relación entre valores, prácticas y creencias, a través de las
variables de control (estado civil, sexo, edad, etcétera).
Por ejemplo, en la columna “Importancia de Dios” los valores de los coeficientes de
correlación de orden cero y parcial son -0.065 y 0.043, respectivamente, en la fila “Robar”. El
coeficiente de correlación de orden cero resultó estadísticamente significativo (tiene un *) pero
el coeficiente de correlación parcial no. De esto se infiere que el entorno socioeconómico sí
tiene que ver en la relación entre “el rechazo al robo y la importancia que tiene Dios en nuestra
vida”, pues la relación pasa de ser “significativa” a ser “no significativa” cuando se contemplan
variables como la edad, el nivel de ingreso, el número de hijos, el estado civil, etcétera.
Así pues, de la interpretación de los datos ofrecidos en la Tabla 4, se desprenden los
siguientes hallazgos:
a) Existe una relación, independientemente de si se toma en cuenta o no el contexto
socioeconómico, entre la importancia que atribuyen a Dios en su vida los católicos
mexicanos y algunos valores (rechazo a: soborno, homosexualidad, aborto, relaciones
sexuales antes del matrimonio, suicidio, eutanasia y violencia). Este resultado era
72
previsible porque se supone que mientras más importante sea Dios en la vida de los
católicos mexicanos, más afianzados estarán ciertos valores.
b) Sin embargo, el contexto socioeconómico anula la relación entre la importancia que los
católicos mexicanos le atribuyen a Dios en sus vidas y los valores que rechazan el robo,
la trampa en los impuestos, la prostitución y el divorcio. Este resultado implica que el
grado de justificación de conductas como el robo y la prostitución, depende más de
variables socioeconómicas (como podría ser el nivel de satisfacción con la situación
económica del hogar, por ejemplo) que de la importancia que tenga Dios en la vida de
los católicos mexicanos.
c) Ningún valor resultó estar relacionado con creer en Dios, independientemente de si se
toma en cuenta o no el contexto socioeconómico. Es decir, los católicos mexicanos
creen en Dios sin importar si sus opiniones sobre el aborto, la prostitución y el
divorcio, por ejemplo, coinciden plenamente o se alejan por completo de lo que
sostiene la doctrina cristiana al respecto.
d) El contexto socioeconómico hace significativa la relación entre la frecuencia con la que
se reza y los valores que rechazan la trampa en los impuestos y el soborno. Este
resultado implica que las variables socioeconómicas (como podría ser el nivel de
ingreso, por ejemplo) son importantes para explicar la relación entre la oración y el
valor de la honestidad de los católicos mexicanos.
e) La relación entre la frecuencia con la que se hace oración y los valores que rechazan
exigir beneficios del gobierno a los que no se tiene derecho, la homosexualidad, las
relaciones prematrimoniales y la eutanasia, si bien resultó estadísticamente significativa
(cuando no se toma en cuenta el contexto socioeconómico), tiene el signo “incorrecto”
(positivo, en vez del negativo teóricamente esperado). Dicha relación “incorrecta” deja
73
de ser estadísticamente significativa cuando se toma en cuenta el contexto
socioeconómico. Así pues, salvo el valor de la honestidad, ningún otro valor está
relacionado con la frecuencia que se hace oración. Al parecer, orar mucho, poco o
nada, no contribuye a afianzar los valores de los católicos mexicanos.
f) La relación entre la frecuencia con la que se asiste a misa y los valores que rechazan el
robo, la trampa en los impuestos, el divorcio, las relaciones sexuales prematrimoniales y
la violencia de padres a hijos, si bien resultó estadísticamente significativa (cuando no
se toma en cuenta el contexto socioeconómico), tiene el signo “incorrecto” (positivo,
en vez del negativo teóricamente esperado). Dicha relación “incorrecta” deja de ser
estadísticamente significativa cuando se toma en cuenta el contexto socioeconómico.
Así pues, ningún valor está relacionado con la frecuencia con la que se asiste a misa, es
decir, los valores de los católicos mexicanos son independientes de si se asiste siempre
o nunca a misa.
Todos estos resultados deben interpretarse con las debidas reservas, pues aunque la
muestra de la EMV cumple con los requisitos metodológicos para ser representativa de toda la
población de México, no puede inferirse por ello que dicha muestra también sea representativa
de toda la población católica mexicana.
El análisis aquí realizado contribuye a delinear la imagen del “católico mexicano de la
vida real”. En general, se comprobó que las creencias y las prácticas religiosas de ese “católico
mexicano de la vida real” distan, a veces demasiado, de lo que idealmente debería creer y hacer
todo católico de acuerdo a la doctrina de la Iglesia. Esta brecha entre praxis y doxia puede tener
dos interpretaciones completamente opuestas:
74
a) Una pesimista: los católicos mexicanos ni creen en lo que deberían creer, ni practican
lo que deberían practicar de acuerdo a la doctrina católica, por lo mismo, su actuación
en los asuntos de la vida cotidiana casi siempre se aleja de los preceptos de su fe, y esto
no tiene remedio, porque siempre ha sido, es y será así, pues no existe el “católico
perfecto”.
b) Una optimista: es posible reconocer áreas de oportunidad en las cuáles los católicos
mexicanos que no comparten los mismo valores que profesa su Iglesia —por ejemplo,
ese 9% que considera que el aborto y la eutanasia se justifican siempre— deberían
hacer mayores esfuerzos por ilustrar su fe, es decir, por conocer de manera más precisa
los argumentos racionales (y no los dogmas) en los cuales la Iglesia católica sustenta su
postura sobre esos temas.
Respecto a este último punto, es preciso señalar que para ilustrar la fe no hacen falta
grandes dotes intelectuales o estudios especiales1, sino la voluntad de conocer la doctrina
católica más allá del catecismo elemental recibido en la niñez, olvidado o deformado
posteriormente por las experiencias de la vida. Ilustrar la fe conduce a una fe “genuina” que
transforma las conductas y, con ello, la vida de las personas, como bien lo señala Luis Cencillo:
[…] cuando un “creyente” no se siente implicado, sino que practica rutinariamente unos ritos
determinados, que no llegan a transformarle, y más bien se siente “retenido” por un sistema de
creencias sin el dinamismo exigente de la fe, psicológicamente al menos parece que ha perdido la
estructura afectivo-mental de la genuina fe […] La fe vivida produce una transformación radical
1 Bastaría, para comenzar, la lectura sistemática del Catecismo de la Iglesia Católica: […] La Iglesia dispone ahora de esta nueva exposición autorizada de la única y perenne fe apostólica, que servirá de “instrumento válido y legítimo al servicio de la comunión eclesial” y de “regla segura para la enseñanza de la fe”, así como de “texto de referencia seguro y auténtico” para la elaboración de los catecismos locales. En esta presentación auténtica y sistemática de la fe y de la doctrina católica la catequesis encontrará un camino plenamente seguro para presentar con renovado impulso a los hombres de nuestro tiempo el mensaje cristiano en todas y cada una de sus partes […] (Cf. Juan Pablo II, Carta Apostólica Laetamur magnopere, 1997).
75
del fondo personal más conscientemente vivido, del cual han de brotar […] unos
comportamientos informados por la fe […] La fe tiene que ser algo más denso y dinámico que
una mera adhesión mental a “dogmas” o a un conformismo doctrinal y ritualista. La fe es acción,
instalación y respuesta vivida a las ofertas y proyectos concretos de Dios respecto a cada uno, en
su vida más personal […].1
Tabla 1 Nivel de compromiso de los católicos mexicanos con ciertos valores
(Porcentaje) Escala de 1 a 10, donde 1 = nunca se justifica, y 10 = siempre se justifica.
01-02 03-04 05-06 07-08 09-10 Exigir beneficios del gobierno a los que se sabe que no tiene derecho 39.1 12.4 17.0 12.3 17.8 Evitar el pago del pasaje en un transporte público 42.6 9.93 17.25 13.95 15.82 Robar 81.7 6.2 5.3 3.2 3.5 Hacer trampas en los impuestos si se tiene la oportunidad 76.0 8.4 6.3 4.2 4.9 Aceptar un soborno o “mordida” en el desempeño de sus deberes 77.9 7.0 6.3 3.5 4.7 La homosexualidad 40.5 7.2 24.1 12.4 13.5 La prostitución 55.4 7.8 18.7 8.0 9.1 El aborto 68.7 5.7 10.8 5.6 8.9 El divorcio 36.2 6.3 22.2 14.0 20.6 Tener relaciones sexuales antes del matrimonio 40.0 7.6 20.3 11.9 19.3 El suicidio 76.7 6.3 7.5 3.8 5.1 La eutanasia 59.5 8.4 12.3 7.0 9.4 Que un hombre le pegue a su esposa 85.0 3.8 5.0 1.9 4.0 Que los padres golpeen a sus hijos 78.7 5.9 7.8 2.9 4.7 La violencia contra otras personas 79.9 6.4 6.9 2.9 3.7 Fuente: Cálculos propios a partir de la Encuesta Mundial de Valores, México 2012.
1 Cencillo, L. (20022) “Psicología de la fe”, Ediciones Sígueme, Salamanca, pp. 49-50.
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Tabla 2 Prácticas religiosas y creencias de los católicos mexicanos
(Porcentajes) Asiste a servicios religiosos (misa): Reza o hace oraciones:
Una vez por semana o más 50.2 Varias veces al día 20.9 Una vez al mes 18.9 Una vez al día 43.4 Sólo en días festivos 13.7 Varias veces a la semana 13.9 Una vez año 4.2 Sólo cuando asiste a servicios religiosos 9.6 Menos de una vez al año 7.8 Sólo en los días festivos 2.1 Nunca, casi nunca 5.2 Una vez al año 1.4
Menos de una vez al año 5.9 ¿Qué tan importante es Dios en su vida?
(escala 1 a 10) Nunca, casi nunca 2.7
01-02 0.7 03-04 0.4 Cree en Dios 96.2 05-06 1.8 Cree en el infierno 64.0 07-08 7.4 09-10 89.7
Fuente: Cálculos propios con base en la Encuesta Mundial de Valores, México 2012.
Tabla 3 Opinión de los católicos mexicanos respecto a la Religión
(Porcentajes) La religión es muy importante en su vida 62.1 Independientemente de si va o no a la Iglesia, ¿diría usted que es…?:
Una persona religiosa 82.7 No es una persona religiosa 16.4 Ateo 0.7
El significado básico de la de la religión es: Seguir las normas y ceremonias religiosas 13.6 Hacer el bien a otras personas 85.7 Dar sentido a la vida después de la muerte 10.4 Dar sentido a la vida en este mundo 88.5
Está muy de acuerdo/de acuerdo con las siguientes frases: Siempre que la ciencia y la religión tienen conflictos, la religión tiene la razón 45.1 La única religión aceptable es mi religión 44.4 Todas las religiones deben enseñarse en las escuelas públicas 38.7 Las personas de otras religiones distintas son probablemente tan morales como los
que pertenecen a la mía 68.4
Fuente: Cálculos propios con base en la Encuesta Mundial de Valores, México 2012.
77
Tabla 4 Coeficientes de correlación
Valores Asistencia a Misa Rezar o hacer oración Cree en Dios Importancia de Dios ¿Qué tan justificable
es…? De orden
cero Parciales1/ De orden
cero Parciales1/ De
orden cero
Parciales1/ De orden cero
Parciales1/
Exigir beneficios del gobierno a los que se sabe que no se tiene derecho
0.016 -0.002 0.077* 0.058 0.040 0.041 0.037 0.042
Evitar el pago del pasaje en un transporte público
0.011 0.019 0.006 0.016 -0.059
-0.046 0.005 -0.002
Robar 0.085** 0.059 -0.019 -0.048 0.006 -0.017 -0.065* -0.043 Hacer trampa en los
impuestos si tiene la oportunidad
0.073* 0.045 -0.037 -0.072* -0.002
-0.027 -0.079* -0.051
Aceptar un soborno o "mordida" en el desempeño de sus deberes
0.047 0.021 -0.054 -0.084** 0.005 -0.014 -0.077* -0.062*
La homosexualidad 0.023 -0.004 0.070* 0.045 0.023 -0.012 -0.107** -0.066* La prostitución 0.059 0.032 0.028 -0.007 -
0.010 -0.051 -0.105** -0.060
El aborto 0.050 0.025 0.055 0.030 0.032 0.005 -0.101** -0.069* El divorcio 0.062* 0.042 0.057 0.044 -
0.017 -0.050 -0.066* -0.030
Tener relaciones sexuales antes del matrimonio
0.073* 0.034 0.082** 0.030 0.001 -0.040 -0.130** -0.081*
El suicidio 0.038 0.006 0.0135 -0.029 -0.007
-0.039 -0.105** -0.080*
La eutanasia 0.052 0.029 0.071* 0.040 0.000 -0.034 -0.141** -0.108** Que un hombre le
pegue a su esposa 0.020 0.002 0.000 -0.031 -
0.041 -0.051 -0.018 -0.013
Que los padres golpeen a sus hijos
0.069* 0.041 -0.011 -0.052 -0.011
-0.026 -0.082** -0.067*
La violencia contra otras personas
0.054 0.021 0.012 -0.029 -0.010
-0.027 -0.085** -0.068*
1/ Variables socioeconómicas de control: estado civil; número de hijos; sexo; edad; grado máximo de estudios; satisfacción con la situación económica del hogar; frecuencia con la que se quedaron, en los últimos doce meses, sin comer, sin algún tratamiento médico o medicamentos, sin ingresos de dinero; empleado o desempleado; sector laboral (público o privado); tareas laborales manuales o intelectuales, rutinarias o creativas, independencia para desarrollarlas; supervisión de otras personas en el trabajo; si ahorró o no el año pasado; clase social subjetiva; escala de ingresos subjetiva. * La correlación es significativa al nivel 0.05; ** La correlación es significativa al nivel 0.01. Fuente: Cálculos propios con base en la Encuesta Mundial de Valores, México 2012.
78
“AL QUE TE PIDA, DA…” DE LA CARIDAD MONETARIA
El recientemente publicado artículo de Lluis Oviedo1 nos informa de la gran cantidad de
estudios teóricos, empíricos y experimentales que se han llevado a cabo —desde la
antropología, la filosofía, la (socio)biología, la psicología, las neurociencias, la economía y la
psiquiatría— para encontrar los determinantes de la conducta humana del altruismo.
Dejando del lado la discusión acerca de si los términos altruismo y caridad son
sinónimos o no, en este ensayo nos referiremos a la caridad, entendida como:
La capacidad humana de hacer el bien a los demás, de compasión o empatía, de actividades
positivas o de ayuda que, en definitiva, todos entendemos que se trata de lo contrario al
comportamiento egoísta e individualista, cerrado sobre sí mismo o insensible ante las
necesidades y sufrimiento de los demás.2
Utilizando la base de datos de la Encuesta Nacional sobre Filantropía y Sociedad Civil
(ENAFI) 20133, se revisa si la caridad monetaria (donaciones de dinero) tiene algo que ver con
la religión practicada por el donante, si es que practica alguna. El cuadro 1 (todos los cuadros
se ubican al final del ensayo) muestra el tipo de religión practicada por los participantes en la
Encuesta.
El Cuadro 2 contiene información de las distintas vías a través de las cuales las personas
han hecho donativos monetarios a campañas de recolección de fondos, tomando en cuenta si
que pertenecen a un determinado grupo religioso (católicos, cristiano evangélico) o a ninguno
ya sea que sí crea en Dios (creyente) o no (ateo). Podemos ver que prácticamente no existe una
diferencia significativa entre las personas que pertenecen a una religión, los que sólo son
1 Oviedo, Lluis (2016) Altruismo y misericordia, Scripta Theologica 48, pp. 173-198. 2 Op. Cit. p. 174-75. 3 Elaborada por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y DATA Opinión Pública y Mercados.
79
creyentes o los que no son creyentes, en cuanto a los distintos medios a través de los cuales
contribuyen a campañas de recolección de fondos. El único caso donde podemos apreciar una
diferencia, más o menos importante, entre católicos y ateos es en las campañas de redondeo en
supermercados o tiendas de autoservicio, pues por esa vía hace donativos el 44.6% de los
católicos y sólo el 35% de los ateos.
El Cuadro 3 muestra la frecuencia con la que las personas (católicas, evangélicas,
creyentes y ateas) hacen caridad monetaria a grupos específicos de la sociedad que suelen pedir
dinero en la calle. Algunos de los resultados interesantes de ese cuadro son:
• El porcentaje de los que siempre hacen caridad a las “personas que piden en la calle” y
a los “limpia parabrisas” es mayor en los ateos (17.5).
• El porcentaje de los que siempre hacen caridad a los “viejitos” y a los “discapacitados”
es mayor en los creyentes que no profesan alguna religión (32.2 y 31.1%).
• El porcentaje de católicos que siempre hacen caridad a los “niños de la calle” (14.9) es
el doble del porcentaje de ateos que siempre hacen caridad a esos niños (7.5).
El cuadro 4 indica si se ha realizado un préstamo de dinero1 o una donación de dinero a
algún amigo, vecino o conocido. En general, las personas hacen más préstamos que donación
independientemente de si profesan una religión, sólo son creyentes o son ateos. En el caso de
los préstamos de dinero, son los creyentes los que más hacen esa práctica (52.2%), y en el caso
de la donación de dinero, son los ateos (42.5%) los que más realizan ese tipo de caridad, casi 10
puntos porcentuales más que los católicos (33%).
1 Al ser préstamos a amigos, conocidos o vecinos no implica que necesariamente medie un contrato (firma de pagarés), por lo cual hemos considerado a este tipo de préstamos como una especie de donación, que puede o no, devolverse en el futuro.
80
El análisis de la información contenida en los cuadros 1 a 4 no permite extraer
conclusiones inequívocas en cuanto a que los creyentes (que profesan una determinada fe o
no) hacen más caridad monetaria que los ateos, o viceversa. Lo que queda claro es que la
caridad monetaria no es patrimonio de nadie, sino que todos, independientemente de creencias
religiosas, hacemos caridad, lo cual no deja de ser una buena noticia.
En el caso concreto de los creyentes cristianos (católicos y evangélicos) en México, es
obvio que no todos cumplen con lo que dice el evangelio: “Al que te pida, da…”1, pues sólo
dos tercios donan dinero a quien se los pide en la calle. En todo caso, resulta más “obediente”
a la petición del evangelio ese 42.5% de ateos que dona dinero a amigos, vecinos o conocidos,
lo que debería llevar a la reflexión humilde a ese 66% de cristianos (católicos y evangélicos) que
no dona dinero a amigos, vecinos o conocidos.
Finalmente, se revisó si hacer caridad monetaria (prestar o donar dinero a amigos,
vecinos o conocidos) incide sobre la felicidad de las personas. El cuadro 5 contiene
información acerca de la cantidad de personas (católicos, evangélicos, creyentes sin religión y
ateos) que hacen caridad monetaria y si se declararon feliz o no feliz. Los resultados de los
ejercicios de regresión se encuentran en el cuadro 6 y su interpretación es la siguiente:
Para la población mexicana en general (sin tomar en cuenta si es creyente o no, o si
pertenece o no a algún credo religioso) el hecho de hacer caridad monetaria sí repercute
positivamente sobre su felicidad; para los católicos, los cristianos evangélicos y los creyentes
sin religión, el hecho de hacer caridad no repercute ni positiva ni negativamente sobre su
1 Mt 5: 42; Lc 6: 30.
81
probabilidad de ser feliz; para el caso de los ateos, el software utilizado no pudo calcular el
modelo correspondiente porque todos los ateos se declararon felices.1
En suma, hacer caridad monetaria es bueno para la felicidad cuando no se toma en
cuenta si se es o no creyente, o en otras palabras, no tiene nada que ver si se es creyente o no
para experimentar felicidad cuando se hace caridad monetaria. Así pues, en la medida de
nuestras posibilidades, todos, creyentes o no creyentes, deberíamos hacer caridad monetaria si
deseamos contribuir a nuestra felicidad (y por añadidura, a la felicidad de quien recibe nuestra
donación).
Cuadro 1 Religión practicada por los participantes
en la Encuesta Casos Porcentaje
Católica 913 76.7 Protestante tradicional 12 1.0 Cristiana evangélica 85 7.1 Mormón 5 0.4 Testigo de Jehová 17 1.4 Religiones orientales 4 0.3 Judío 1 0.1 Creyente 91 7.6 Ateo 40 3.3 No sabe/No Contesta 24 2.0
Total (válidos)1/ 1,192 100.0 1/ La muestra total son 1,200 casos. Fuente: ENAFI 2013.
1 Para la regresión logística binaria se requiere que en la variable dicotómica dependiente no todos los casos sean igual a 1 o igual a 0. Por lo menos en dos casos debe haber un valor que sea 1, si todos los demás casos son 0, o viceversa.
82
Cuadro 2 Caridad monetaria a campañas de recolección de fondos por tipo de medio
(Porcentaje)
Católico Cristiano
evangélico
Creyente
Ateo Sí No NSa/ Sí No Sí No Sí No
• Cargo a tarjeta de crédito o débito 6.2 93.5 0.2 7.1 92.9 5.5 94.5 7.5 92.5
• Donación en respuesta a una petición hecha por radio o tv para alguna causa
35.5 64.4 0.1 35.3 64.7 27.8 72.2 35.0 65.0
• Colectas en la vía pública como La Cruz Roja
59.6 40.3 0.1 55.3 44.7 55.6 44.4 65.0 35.0
• Campañas de redondeo en supermercados o tiendas de autoservicio
44.6 55.1 0.3 46.4 53.6 38.5 61.5 35.0 65.0
• Fichas en el súper, como "Un kilo de ayuda" u otras similares
23.9 75.9 0.2 20.0 80.0 25.6 74.4 17.9 82.1
• Compras de artículos de instituciones filantrópicas, como la UNICEF
9.0 90.4 0.7 11.9 88.1b/ 5.5 94.5c/ 12.5 87.5
• Cajero automático 11.7 88.1 0.2 11.9 88.1 11.1 88.9 12.5 87.5
• Internet 3.1 96.7 0.2 1.2 98.8 2.2 97.8 2.5 97.5
• Aportaciones anuales en efectivo o cheque
5.3 94.4 0.3 4.7 95.3 6.7 93.3 7.5 92.5
La suma de los porcentajes puede no ser 100 debido al redondeo. a/ No sabe, no contesta. b/ Incluye 1.2 que no sabe o no contesta. c/ Incluye 1.1 que no sabe o no Contesta. Fuente: ENAFI 2013.
83
Cuadro 3 Frecuencia de caridad monetaria en la vía pública a grupos específicos
(Porcentaje)
Ns/Nc Siempre A veces Nunca
Alguna persona que le pide en la callea/
Católico 0.4 11.0 52.6 36.0 Cristiano evangélico
9.4 58.8 31.8
Creyente
8.8 61.5 29.7 Ateo
17.5 27.5 55.0
“Limpia parabrisas”
Católico 4.5 14.3 42.9 38.3 Cristiano evangélico 3.5 9.4 47.1 40.0 Creyente 5.5 15.4 33.0 46.2 Ateo 5.0 17.5 47.5 30.0
“Niños en la calle”
Católico 4.5 14.9 55.3 25.4 Cristiano evangélico 3.6 11.9 65.5 19.0 Creyente 4.4 16.5 50.5 28.6 Ateo
7.5 42.5 50.0
“Viejitos”
Católico 2.1 26.2 59.9 11.8 Cristiano evangélico 2.4 20.0 70.6 7.1 Creyente 2.2 32.2 58.9 6.7 Ateo 2.5 17.5 55.0 25.0
Personas con discapacidad física
Católico 2.3 26.8 56.1 14.8 Cristiano evangélico 4.7 22.4 61.2 11.8 Creyente 2.2 31.1 52.2 14.4 Ateo
20.0 60.0 20.0
a/En “a veces” se incluye la opción “rara vez”: Católico 25.3; Cristiano evangélico 22.4; Creyente 18.7; Ateo 22.5. Fuente: ENAFI 2013.
84
Cuadro 4 Caridad monetaria a algún amigo, vecino o conocido
(Porcentaje)
Católico
Cristiano evangélico
Creyente
Ateo
En los últimos doce meses… Sí No NSa/ Sí No
Sí No
Sí No
• Le prestó dinero a algún amigo, vecino o conocido
45.0 54.9 0.1
44.0 56.0 52.2 47.8 41.0 59.0
• Le dio dinero a algún amigo, vecino o conocido
33.0 66.9 0.1
33.3 66.7
37.8 62.2
42.5 57.5
a/ No sabe, o no contesta. Fuente: ENAFI 2013.
Cuadro 5 Cantidad de personas1/ que hacen caridad monetaria y si son felices o no
Hace caridad monetaria2/ Felicidad3/
No Sí Total No Feliz Feliz Total
Católico 453 459 912 98 812 910 Protestante tradicional 6 6 12 2 10 12 Cristiano evangélico 41 44 85 5 79 84 Mormón 3 2 5 0 5 5 Testigo de Jehová 10 7 17 0 17 17 Religiones orientales 2 2 4 0 4 4 Judío 0 1 1 0 1 1 Creyente 38 53 91 8 83 91 Ateo 17 23 40 0 40 40 No sabe/No contesta 13 11 24 4 19 23 Total 583 608 1,191 117 1,070 1,187 1/Sólo casos válidos. 2/ Aquellos que prestan y/o dan dinero a amigos, vecinos o conocidos. 3/ “Feliz” se refiere a aquellas personas que declararon estar “muy feliz” o “bastante feliz”; “No Feliz” se refiere a aquellas personas que declararon estar “poco feliz” o “nada feliz”.
Fuente: ENAFI 2013.
85
Cuadro 6 Incidencia de la caridad monetaria sobre la felicidad
(Regresión logística binaria, método = introducir)
Mexicanos Católicos Cristiano
evangélico Creyente
sin religión Ateos
β 0.447* 0.366 -0.229 1.459 No se pudo calcular el modelo.
Constante 1.990*** 1.943*** 2.805*** 1.749*** Casos incluidos 1,195 9251/ 85 87 Pseudo R2 (%) 90.1 93.1 89.9 90.0
Prueba ómnibus (sig.) 0.015 0.089 0.797 0.065 1/ El software arroja 12 casos más del total de católicos declarados (913). Variable dependiente: Felicidad (Feliz = 1; No Feliz = 0). Variable independiente: Caridad monetaria (Sí hace = 1; No Hace = 0). Significancia estadística: * p<0.050; *** p<0.001. Fuente: Cálculos propios con datos de ENAFI 2013.
86
MILAGROS ECONÓMICOS: CRISTIANISMO VERSUS ESOTERISMO CONTEMPORÁNEO
En buena medida, las creencias y prácticas religiosas son producto de la experiencia humana de
la contingencia. Desde siempre el ser humano se experimenta como dependiente de poderes
superiores que están por encima de él y del mundo, y que actúan en su vida, por eso busca su
ayuda y protección. Además de preguntarse por el sentido de la vida, la persona creyente busca
la ayuda de Dios cuando se siente insegura, amenazada o en problemas, en especial cuando
vive experiencias límite (en el sentido de K. Jaspers)1.
En el caso concreto de los problemas económicos, es decir, aquellos relacionados con la
carencia o escasez de satisfactores (bienes y servicios) de necesidades de la vida material, o de
los medios para allegarse dichos satisfactores, el ser humano creyente ha entablado, desde
tiempos muy remotos, una relación con Dios.
Por ejemplo, en el contexto de la religión judía en tiempo de los fariseos (perusim,
separados) y sus escribas —que llegaron a la cumbre del poder ideológico unos 70 años antes de
Cristo— a fin de evitar posibles ofensas a Dios que pudieran desencadenar en calamidades
como sequías o plagas y, por lo tanto, padecer escasez de alimentos (entre otros males),
pensaban que era necesario normar, hasta los últimos detalles, las actividades de la vida
cotidiana de acuerdo a la Torah (613 mandamientos, de los cuales 248 son prescripciones y 365
son prohibiciones), haciendo de la Ley de la Pureza una verdadera religión2.
1 Coreth, E. (2006) “Dios en la historia del pensamiento filosófico”, Colección Verdad e Imagen núm. 171, Sígueme, Salamanca, pp. 329-330, 332, 336. 2 Bravo, C. (20124a) “Galilea, año 30. Historia de un conflicto (para leer el relato de Marcos)”, Serie Pastoral núm. 12, Centro de Reflexión Teológica A. C., México, pp. 49-54.
87
Así mismo, en el puritanismo protestante inglés y norteamericano de los siglos XVIII-
XX, la moral cuáquera exigía una práctica ascética de la vida profesional del individuo porque
eso complacía a Dios y redituaba en beneficios económicos para el hombre1.
En la historia del pensamiento económico se ha discutido ampliamente si la alegoría de
la mano invisible de Adam Smith se refiere a la divina providencia, a la acción de Dios actuando a
través de las pasiones humanas2. Siendo la divina providencia la realización y manifestación
constante del amor y de la voluntad salvífica de Dios3, y un acto por el que Dios, en su
amorosa sabiduría, ordena las cosas4, podría pensarse que la ley natural del “impulso por
mejorar nuestra propia condición que ha conducido al intercambio y a la civilización humana”5
sería un reflejo de la divina providencia actuando en los asuntos de orden económico. Dios es
responsable no sólo de la creación del orden, sino también de su conservación6.
Así pues, ante los apuros económicos —al igual que ante los problemas de salud, por
ejemplo— el creyente espera la ayuda de Dios para evitarlos o solucionarlos. Para el creyente,
cuando un problema económico importante se soluciona de manera providencial se está ante
un milagro económico, el cual atribuye a la intervención de Dios, de la misma manera que lo
hace cuando un enfermo desahuciado recupera la salud de manera repentina.
En el caso del milagro económico, la providencia de Dios puede llegar a través de
distintas vías: el natural devenir de la vida económica (un incremento de sueldo, un aumento en
las ventas, ahorros como consecuencia de una mayor productividad, nuevos mercados,
1 Weber, M. (19996, [1921]) “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”, Ediciones Coyoacán, México, pp. 98-100, 103. 2 Indavera, L. (2011) Errores en la estrategia argumentativa de la interpretación providencialista de la mano invisible de Adam Smith: el caso de la “Teoría de los Sentimientos Morales”, Discusiones filosóficas 12 (19), pp. 239-256. 3 Haag, H.; A. van den Born y S. de Ausejo (2000) “Diccionario de la Biblia”, Herder, Barcelona. 4 Brosse, O. de la; A. M. Henry y P. Rouillard (19862) “Diccionario del cristianismo”, Herder, Barcelona. 5 Smith, A. (2004 [17596]) Teoría de los sentimientos morales, Alianza Editorial, Madrid. 6 Browning, W. R. F. (1998) “Diccionario de la Biblia. Guía básica sobre los temas, personajes y lugares bíblicos”, Paidós, Barcelona, p. 373.
88
etcétera); la suerte (ganar la lotería); la generosidad del prójimo (recibir una donación en dinero
o en especie); o incluso eventos sobrenaturales (alimento que inexplicablemente se multiplica, por
ejemplo). Para el creyente Dios no es indiferente al hambre de los seres humanos, a sus
necesidades materiales1, y su divina providencia no sólo atiende a los lirios del campo o a las aves del
cielo, sino también a la especie humana2.
Pero ¿qué es un milagro? El milagro es un suceso que llama la atención porque aparece
de una manera inesperada, no se explica en general con las leyes mundanas y puede valorarse
como una prueba de la acción de Dios en el mundo, aunque se realice a través de criaturas que
actúan como causas segundas.3 En este sentido “cuanto más intensamente actúa Dios en el
mundo, tanto más actúa a su vez la criatura, y cuanto de manera más autónoma opera la
criatura, tanto más transmite la actividad de Dios al mundo”.4
A través del milagro Dios quiere entablar un diálogo con el beneficiario, es un
franqueamiento del límite que nos hace salir del círculo en que permanecemos encerrados para
entrar en el océano del misterio de Dios. Con los milagros, Dios deja una huella visible en el
mundo de los seres humanos, invitándoles a hacer una pregunta sobre el origen del hecho
sorprendente5.
Para los creyentes, los milagros son situaciones providenciales, giros de la vida, que sólo
pueden entenderse por una intervención de Dios. Al adentrarse en una relación personal con
Dios el creyente entiende todos los sucesos y destinos de la vida, a través de todas las aparentes
1 Ratzinger, J. (2007) “Jesús de Nazaret”, vol. I: desde el bautismo a la transfiguración, La Esfera de los Libros, Madrid, pp. 21-22. 2 O'Collins, G. y M. Farrugia (2007) “Catolicismo: historia y doctrina”, Herder, Barcelona, p. 258. 3 Ullrich, L. (1990) Milagro, en W. Beinert (dir.) “Diccionario de teología dogmática”, Herder, Barcelona, p. 445. 4 Frase de B. Weissmahr, citado en Ullrich Op. Cit., pp. 447-48. 5 León-Dufour, X. (19862) Conclusión, en X. León-Dufour (dir.) “Los milagros de Jesús según el Nuevo Testamento”, Colección Academia Cristiana núm. 33, Ediciones Cristiandad, Madrid, pp. 337-353, pp. 344, 351-353.
89
casualidades, como disposiciones y designios de Dios, y los acepta con confianza y gratitud
como una experiencia de la acción misteriosa de gracia de Dios1.
Milagros económicos en el contexto del cristianismo
Los primeros milagros económicos en el contexto del cristianismo podemos decir que fueron
los realizados por Jesús de Nazaret2. La historicidad de los milagros de Jesús es una cuestión
debatible, por lo cual:
Una demostración que conduzca a una certeza absoluta acerca de la veracidad histórica sobre
Jesús de Nazaret y sus milagros es imposible, pero se pueden descubrir algunos indicios
convergentes que conduzcan a una certeza propia de la verdad histórica, suficiente para mover a
un asentimiento plenamente humano3.
Los exégetas han establecido algunos criterios mínimos para llevar a cabo un test de
autenticidad histórica que permita comprobar, hasta donde es humanamente posible, el contenido
histórico de los milagros realizados por Jesús. Los indicios y los criterios acumulados y
convergentes conducen a certezas muy elevadas, o bien, a probabilidades y verosimilitudes. En
cuestión de historicidad no es posible exigir más4.
Los evangelios canónicos narran tres milagros económicos que realizó Jesús: la pesca
milagrosa, la transformación del agua en vino y la multiplicación de panes y peces. De acuerdo
1 Coreth Op. Cit. pp. 352, 379. 2 Nos referimos al Jesús histórico no al Jesús exaltado. “El Jesús histórico es una reconstrucción erudita basada en una lectura bajo la superficie de los evangelios que los despoja de todas las interpretaciones, amplificaciones y desarrollos que pudieron haber tenido lugar en su redacción” Piñeiro, A. (2006) “Guía para entender el Nuevo Testamento”, Colección Estructuras y Procesos, Serie Religión, Editorial Trotta, Madrid, p. 169. 3 Rubio, L. (2004) “El misterio de Cristo en la historia de la salvación”, Sígueme, Salamanca, pp. 265-269. 4 Latourelle, R. (19972) “Milagros de Jesús y teología del milagro”, Colección Verdad e Imagen núm. 112, Sígueme, Salamanca, p. 88.
90
a la tipología más usual1 estos milagros económicos de Jesús pertenecen al grupo de milagros
en forma de don.
En cuanto a la pesca milagrosa (Lc 5, 1-11; Jn 21, 3-14) la sobreabundancia está
destinada a llamar la atención sobre el autor del prodigio y a suscitar la cuestión de su
identidad. La iniciativa procede exclusivamente de Jesús que actúa con autoridad soberana. La
reacción de estupor es la del hombre en presencia de lo fascinans et tremendum. Estas reflexiones
acerca de este milagro no pretenden reducir todas las dificultades, pero por otra parte tampoco
nos autorizan a sacar la conclusión de que se trata de un acontecimiento no-histórico2.
Por su parte, el relato de las bodas de Caná (Jn 2, 1-11) es tan denso de simbolismo que
muchos exegetas, incluso católicos, sospechan de la historicidad del acontecimiento, aunque la
riqueza simbólica de un relato no es una prueba de su falta de historicidad3. El evangelista Juan
subraya el sentido teológico profundo de la persona y existencia de Jesús, teniendo como
punto de anclaje y de referencia la historia vivida de Jesús con quien él mismo trató. Juan
intenta mostrar que el Verbo se comprometió verdaderamente en la historia humana, por lo
cual sería incoherente consigo mismo si su relato se basara en acontecimientos ficticios, mitos
desnudos de todo valor histórico4.
La multiplicación de los panes es sin duda el milagro económico más portentoso de
Jesús5, motivo por lo cual se analiza con más detalle.
1 Cangh, J. M. van (1993) Milagros, en “Diccionario Enciclopédico de la Biblia”, Herder, Barcelona, pp. 1024-25. 2 Latourelle Op. Cit., pp. 181, 184. 3 Latourelle Op. Cit., pp. 225, 229. 4 Latourelle Op. Cit., p. 227. 5 En O'Farrill, R. (2014) “El Hijo del Carpintero. El relato más humano de Jesús de Nazaret. Curso Teológico del Evangelio de San Marcos” (89 archivos de audio en 2 CD’s), edición de autor, México, se sugiere una versión humana de cómo pudo haberse dado el suceso, la cual va más o menos así:
Primero, los discípulos experimentan desconcierto por lo descabellado de la propuesta de Jesús (“denles ustedes de comer”) y luego se ríen, tratando de dar por terminado el tema alegando cansancio. Ante la insistencia de Jesús (“¿cuántos panes tienen?”) se irritan, y con sarcasmo le
91
En primer lugar, hay que aclarar que se trata de un solo milagro con dos recensiones
diferentes1. Mateo (14, 15-21 y 15, 32-39) y Marcos (6, 35-44 y 8, 1-10) narran dos, en tanto
que Lucas (9, 12-17) y Juan (6, 3-15) sólo una. Por ser un milagro que atenta contra las leyes
normales de la naturaleza los estudiosos se muestran más bien escépticos respecto a su
historicidad2.
Los partidarios de la historia de las formas señalan que se trata de una creación de la
primera comunidad cristiana3, argumentado que el relato paralelo de Eliseo (2Re 4, 42-44)
sirvió de base para la redacción del milagro de Jesús4. Así pues, el relato de este milagro puede
ser más simbólico que histórico, señalando a Jesús como representante de la compasión de
Dios para los judíos y gentiles5.
Sin embargo, la mayoría de los exegetas coinciden en que al aplicar criterios de test de
autenticidad histórica, el resultado es que el milagro tiene serios indicios de haber sido un hecho
histórico. A continuación se señalan los más importantes criterios:
muestran a Jesús la cantidad de alimento de la cual disponen. Cuando escuchan la respuesta de Jesús (“¡Perfecto! Siéntenlos en grupos sobre la hierba”) el desconcierto entre los discípulos es aún mayor y murmuran entre ellos que Jesús se ha vuelto loco. Por curiosidad, más que nada, los discípulos acomodan a la gente como instruyó Jesús. Entre risas de incredulidad y expectación morbosa de los discípulos Jesús bendice los alimentos. A medida que Jesús da a los discípulos el pan y ellos se apuran a repartirlo entre la gente, un murmullo in crescendo se vuelve gran bullicio propio de un ambiente de fiesta. Los discípulos, enfrascados en la tarea de repartir el pan, hacen una pausa, miran a su alrededor y observan que todos están comiendo con alegría y camaradería. Los discípulos quedan estupefactos, no aciertan a comprender lo que ha pasado. Una vez terminado el banquete, que debió haber durado poco más de una hora, comienza a escucharse entre los asistentes un murmullo que a poco se convierte en un grito unánime: “¡Queremos que el nazareno sea nuestro rey!”. Algunos gritaban sólo porque los demás lo hacían, otros como una especie de sincero agradecimiento a Jesús por el banquete, y otros (tal vez la mayoría) porque tenían la idea de que si Jesús fuera su rey, entonces habrían más banquetes similares (¡pan gratis!). Los discípulos, aún pasmados por lo sucedido con los panes, se exaltan ante los gritos de la multitud y animan a Jesús para que acepte el título de rey, al tiempo que se emocionan porque se imaginan reinando con él. Entonces Jesús, muy molesto, le grita a la gente que se retire y ordena a sus discípulos huir del lugar, cosa que hacen en medio del bullicio y forcejeos con la muchedumbre.
1 Latourelle Op. Cit., p. 89. 2 Piñeiro, A. (2006) “Guía para entender el Nuevo Testamento”, Colección Estructuras y Procesos, Serie Religión, Editorial Trotta, Madrid, p. 202; y Ullrich Op. Cit., p. 445. 3 Haag et al., Op. Cit., p. 1252. 4 Cangh Op. Cit., p. 1017. 5 Browning Op. Cit., p. 312.
92
El criterio de singularidad del hecho apoya la historicidad del relato porque no obstante ser un
acontecimiento situado en los confines de la magia, la Iglesia ha decidido conservarlo con
fidelidad durante todo el período de formación de los evangelios, lo que no sucedió, por
ejemplo, con los apócrifos que la Iglesia desde siempre ha rechazado precisamente porque
sacrifican los hechos al gusto popular por lo maravilloso1.
De la aplicación conjunta de los criterios de testimonio múltiple y de acuerdo en el fondo y
diversidad de detalles se desprende que hay buenas razones para pensar que los dos relatos de
Marcos y de Mateo proceden de tradiciones independientes, el primero de una tradición
palestina y el segundo de una comunidad helenística; y que las seis recensiones del hecho
difieren en los detalles pero tienen acuerdo tanto en los elementos básicos del suceso como en
su doble interpretación: la tradición joánica subraya el simbolismo sacramental y la tradición
sinóptica el sentido cristológico2.
El criterio de estilo muestra que el milagro está en armonía con el estilo general de la
predicación y actuación de Jesús. El milagro de los panes comparte las características de los
otros milagros de Jesús3: siempre es necesaria la intervención de Jesús; no hace prodigios
punitivos para deslumbrar o para explotar el miedo del pueblo supersticioso; no hay ninguna
fórmula (palabras) mágica; ninguna intervención quirúrgica; ningún procedimiento de hipnosis
o de sugestión; el contexto del prodigio es siempre religioso; la actividad taumatúrgica de Jesús
es discreta (no alardea) no intenta explotar el carácter maravilloso del prodigio; y Jesús actúa
por su propia autoridad.
El criterio de discontinuidad sugiere que Jesús se aparta de la idea corriente en el Israel de su
tiempo de un Mesías político, y para darlo a entender claramente se sustrae a los intentos de la
1 Latourelle Op. Cit., pp. 92-93. 2 Latourelle Op. Cit., pp. 81-82, 93. 3 Latourelle Op. Cit., pp. 76-78, 93.
93
gente que quiere nombrarlo rey después de haber realizado el milagro. Por consiguiente, Jesús
rompe con la concepción antigua y presente del mesías y del reino1.
Por el criterio de explicación necesaria el relato nos pone en presencia de un conjunto de
datos y hechos que no se explican a menos que se reconozca el milagro como un hecho
auténtico, aunque prodigioso2: a) ¿Por qué, como consecuencia de aquel suceso se le quiso
proclamar rey? ¿A qué se debe esta peligrosa explosión de mesianismo político?; b) ¿Por qué
Jesús obligó a los discípulos a embarcarse sin retraso alguno, mientras él despedía a la
muchedumbre?; c) ¿Por qué este episodio, no comprendido al principio por los discípulos,
resultó sin embargo tan decisivo en su caminar hacia la fe en la mesianidad de Jesús?; y d) El
episodio tiene un sólido Sitz im Leben Jesu, es decir, está de acuerdo con el tiempo del ministerio
de Jesús. El estado de crisis, decepción, confusión, tensión y división que surge entre las filas
de sus discípulos a raíz de la actitud de Jesús después del milagro3, no tiene sentido más que en
un contexto prepascual. Después de pascua, este drama resulta inexplicable.
La exégesis del relato indica dos interpretaciones. Por un lado, se trata del banquete de la
vida, de la sencillez, de la caridad, del pan de vida —en contraposición al banquete de la muerte en el
cumpleaños de Herodes narrado con anterioridad en Mc 6, 21-28— y en este sentido se trata
de una anticipación de la Eucaristía. Es un signo de Jesús como pan vivo bajado del cielo para
alimento de los hombres y, sobre todo, como la resurrección y la vida4, Jesús es el verdadero
alimento del hombre, es el Logos, la Palabra eterna, el sentido eterno del que provenimos y en
espera del cual vivimos5. Por otro lado, el milagro revela que Dios no abandona nunca al ser
1 Latourelle Op. Cit., pp. 78, 93. 2 Latourelle Op. Cit., pp. 90-91, 94-95. 3 Rubio Op. Cit., p. 277. 4 Grelot, P. (1987) “Los evangelios y la historia”, Sección de Sagrada Escritura vol. 179, Herder, Barcelona, p. 178; Latourelle Op. Cit., p. 95; y Rubio Op. Cit., p. 307. 5 Ratzinger Op. Cit., p. 67.
94
humano, sino que acude en su ayuda, Jesús es el verdadero pastor que alimenta a su pueblo
con el pan material y el pan de la palabra1.
Sin embargo, la intervención de Dios para hacer posible el milagro está vinculada a la
actitud humana de compartir lo que se tiene —actitud que, tristemente, no surgió por iniciativa de
los discípulos—. Cuando el ser humano comparte lo que tiene, Dios interviene y ajusta para
todos y aun sobra. Lo que se ha de compartir con la gente es lo que se tiene y eso hará el
milagro, el dinamismo de compartir es lo que produce la abundancia del reino2.
Esta segunda interpretación del milagro, desvela la lógica creadora y recreadora del pan
compartido en contraposición a la lógica del pan comprado:
El pan significa todos los bienes de la tierra y comprar abarca todo el arco de proyectos, ideas y
ejecuciones para conseguirlos. El pan que se compra, si bien satisface la necesidad de
alimentarse, no realiza al sujeto el cual queda irremediablemente prisionero de su yo, alejado de la
alteridad de los demás. A la lógica del comprar Jesús opone la lógica del dar, entendida como
donación. A la lógica del yo, motivado por su necesidad y vuelto sobre sí mismo, Jesús opone la
lógica de, olvidándose de lo propio, inclinarse gratuitamente sobre las necesidades del otro. La
lógica del don acogido y consentido no sólo colma la necesidad del yo, sino que colma también
plenamente la de todos los demás; en ella, y gracias a ella, lo poco se multiplica en beneficio de
todos para hacerse sobreabundancia y exceso.3
Así pues, las principales características de los milagros económicos realizados por Jesús
son las siguientes. Aunque el resultado es asombroso, la forma en la cual se obra el milagro es
discreta, circunspecta, sin la menor estridencia. En estos milagros de Jesús no hay nada
1 Latourelle Op. Cit., p. 90. 2 Bravo Op. Cit., pp. 67-68; y Bravo, C. (20123b) “Jesús, hombre en conflicto. El relato de Marcos en América Latina”, Universidad Iberoamericana y Centro de Reflexión Teológica A. C., México, pp. 135, 146. 3 Sante, C. di (1998) “El Padre Nuestro. La experiencia de Dios en la tradición judeo-cristiana”, Colección Ágape núm. 18, Secretariado Trinitario, Salamanca, pp. 132-133.
95
sistemático, ni programado, ni previsible en su realización1, no avasallan ni amedrentan, sino
que son una llamada, suponen una apertura a su mensaje y a su misión, y pretenden servir de
ayuda a la fe2.
El milagro produce, además de asombro, la necesidad de interrogarse respecto a la
persona de Jesús y, en casos como el de Simón (Pedro), su seguimiento. El milagro puede
suscitar, en algunos, la fe en Jesús, por lo cual el milagro no se queda en la mera satisfacción de
necesidades, sino que contribuye a la salvación del alma del beneficiario porque establece una
relación transformadora entre Dios y la persona favorecida3. De este modo, el milagro
contribuye a implementar la voluntad de Dios en el mundo (“que todos los hombres se
salven”, 1 Tm 2, 3-4).
El clima natural del milagro es la escasez y carencia de alimento o bebida, lo que pone de
relieve la estrecha vinculación entre Jesús y el ser humano necesitado, el milagro no es para los
que poseen; es una manifestación, más sorprendente que de costumbre, de la relación que une
a Dios y su criatura en estado de miseria; pero el milagro no sustituye el esfuerzo humano
(hubo que echar las redes al mar, llenar tinajas de agua y compartir el pan que se tenía), si bien
contribuye, en una escala minúscula, a mejorar la condición humana4.
Finalmente, no es el dinero lo que se multiplica, sino el alimento y la bebida (peces, vino
y pan) los bienes materiales fundamentales de la existencia humana; el milagro es siempre una
donación de Dios, es decir, no hay mérito alguno del beneficiario; el milagro sucede ya sea a
1 León-Dufour Op. Cit., p. 350. 2 Ullrich Op. Cit., p. 446. 3 Latourelle Op. Cit., pp. 367-368. 4 León-Dufour Op. Cit., pp. 347-48, 350-51.
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petición del necesitado (vino) o por iniciativa de Jesús (pesca y pan); y la fe en Jesús no fue un
requisito previo para la realización del milagro, a diferencia de algunos milagros de curación1.
A continuación se presentan algunos testimonios2 de milagros económicos ocurridos en
un contexto de vida cristiano, específicamente católico, donde los solicitantes y/o beneficiados
directos del suceso son personas de vida consagrada.
Rita Antoinette Rizzo, conocida como la madre Angélica, es una monja franciscana
fundadora de la cadena de televisión EWTN que actualmente llega a más de 146 millones de
hogares en 127 países3. En 1980 decidió convertir el garaje del monasterio en Irondale,
Alabama, Estados Unidos, en un estudio de televisión para grabar programas, que después
enviaría a diferentes canales. Los gastos eran excesivos para sus posibilidades y pidiendo
préstamos comenzó a comprar los primeros equipos. La madre Angélica comenta:
Tuve un miedo terrible cuando hice el primer pedido de equipo de televisión. Cuando vi el
precio y vi la imposibilidad de pagar esas sumas astronómicas, me sentí abrumada por la
responsabilidad. No se pueden imaginar cuántas veces tomé el teléfono para cancelar la orden,
pero cada vez pasaba algo y no lo hacía […] El equipo de televisión, valorado en más de cien mil
dólares, comenzó a llegar al Monasterio. Esa suma era aparentemente imposible de pagar. Luego,
empezaron a pasar cosas inexplicables: la compañía contratada para iluminar el estudio, redujo su
precio de 48,000 a 14,000 dólares; las cámaras, valoradas en 24,000 dólares, se pagaron con un
donativo adquirido durante un viaje. Así encontraba fuerzas para seguir adelante.4
El padre Giovanni Salerno funda a comienzos de la década de 1980 el movimiento de
los Misioneros Siervos de los Pobres del Tercer Mundo. En agosto de 1968 parte con un
1 Por ejemplo, la curación de un paralítico (Mc 2: 5), la curación de una hemorroísa (Mc 5: 34) o la curación de un ciego (Mc 10: 52) 2 Escapa al objeto de este ensayo verificar la veracidad o no de todos los testimonios aquí incluidos, únicamente son citados con fines de análisis. 3 Véase http://www.ewtn.com 4 Peña, A. (2005) “La Providencia de Dios”, edición de autor, Lima, pp. 73-74.
97
grupo de Agustinos para la fundación de una Prelatura en la región andina del Apurímac, Perú,
un territorio en situación alarmante de pobreza y abandono. El padre Salerno cuenta:
En una ocasión estaba sumergido en enormes problemas. Tenía la urgente necesidad de una
construcción más amplia y funcional para la futura Obra San Tarsicio […] En febrero del 2000,
recibí la grata visita de una pareja de esposos de México. Los acompañé a visitar el terreno [...]
Aquella misma mañana había recibido amenazas de expulsión hasta el extremo de que se
pretendía transmitir inmediatamente una respuesta telefónica en tal sentido de Cuzco a Roma (a
la Congregación de Propaganda Fide) [...] Aquel mismo día en la tarde, los dos esposos, también
devotos de santa Teresita, con voz marcada por la emoción... me ofrecieron un cheque por dos
millones de dólares.1
Un señor de Ajofrín (Toledo) nos había regalado 14 hectáreas de terreno para construir el
Seminario. Se colocó la primera piedra el 3 de diciembre de 1989. Pero, en aquel momento, no
teníamos nada [...] Sentí un fuerte escalofrío de sólo pensar que nuestras arcas estaban vacías.
Pero, afortunadamente, no nos faltaba una gran confianza en la divina providencia [...] Pocos
meses después, nos informaron que unos bienhechores chinos de Macao habían enviado un
cheque de 250 dólares como primera ofrenda, de otras que enviarían sucesivamente. Pero, en
una segunda llamada telefónica, nos informaron que en realidad el cheque no era de 250, sino de
250,000 dólares [...] Con aquella suma cubrimos la mitad de los gastos de la construcción del
Seminario y de la capilla. La otra mitad nos fue dada por una pareja de esposos.2
De San Juan María Vianney, cura de Ars, se cuenta lo siguiente:
Un día, el pobre cura se encontró en apuros: tenía que pagar 500 francos, que representaban
mucho dinero en esa época, y no tenía nada en su bolsillo […] No sabía qué hacer. Pero cual no
1 Peña Op. Cit., pp. 77-78. 2 Idem.
98
fue su sorpresa, cuando en la calle una mujer se acercó y le dijo: “para sus obras, señor cura” y le
entregó un sobre donde había adentro 600 francos.1
En 1824 el párroco de Ars levantó un orfanato de niñas abandonadas llamado La Providencia. Un
día faltó el pan, y en la despensa quedaba poquísima harina. La señora Chanay, encargada de la
cocina, se presentó desolada al cura para contarle la desgracia. ¡Ruegue —le contestó el padre—
y haga su pan! La señora obedeció y de inmediato comenzó a amasar aquel puñado de harina que
quedaba. Pero a medida que amasaba, la masa aumentaba, hasta que llenó la batea. Alegremente,
corrió para informar al cura de Ars, quien contestó sencillamente: “¡Dios es muy bueno!”.2
En 1829, la cosecha había sido extraordinariamente escasa. En el granero del orfanato la reserva
se había agotado y quedaban sólo algunos puñados de trigo desparramados en el suelo. La
señorita Catalina Lassagne preguntó al Padre: ¿Qué hay que hacer ahora, señor cura...? ¿Cerrar el
orfanato y echar a las niñas afuera?, ¡Jamás! —dijo el párroco—, y ordenó a las niñas que
pidieran al Señor el pan de cada día. Al decir esto, él mismo tomó la escoba y amontonó los granos
de trigo desparramados en el suelo. Luego colocó en medio del montoncito unas reliquias de su
amigo del cielo San Francisco Regis, y se fue a rezar pensando: “Este santo, que en vida alimentó
a tantos pobres, ¿cómo no va a alimentar ahora a nuestras huerfanitas, desde el cielo donde es
mucho más poderoso?”. Un rato después llamó a la señora Chanay y le dijo: “Señora, vaya a
buscar el trigo que está en el granero”. La señora Chanay obedeció y unos minutos después se le
oyó gritar: “¡señor cura… señor cura!… ¡su granero está lleno!”. El santo se acercó para ver y
con su buena sonrisa exclamó tranquilamente: “¡oh! ¡Cuánto nos aman el Señor y san Francisco
Regis! Nuestras huerfanitas tendrán pan este invierno”. Nunca el granero había estado tan lleno y
no se explica cómo las vigas pudieron resistir tanto peso.3
1 Ricciardi, R. (s/f) “Santo Cura de Ars”, Colección Honor de Dios, Editorial Verdad y Vida, México, pp. 29, 34-36. 2 Idem. 3 Idem.
99
Un testimonio de milagro económico ocurrido en un contexto cristiano pero no
religioso es el siguiente:
Un elemento esencial que ha acompañado constantemente el desarrollo de la Economía de
Comunión en estos años [es que] en estas empresas se deja espacio a la intervención de Dios
también en el contexto económico concreto. Y se experimenta que después de cada [decisión]
contra la corriente que la praxis común de los negocios nos aconsejaría, él [Dios] no deja faltar
ese céntuplo que Cristo prometió: una entrada no presupuestada, una oportunidad inesperada, el
ofrecimiento de una colaboración, la idea de un nuevo producto exitoso.1
Todos estos testimonios de milagros económicos comparten algunas características de
los milagros económicos obrados por Jesús y añaden otra más, concretamente, ingresos de
dinero no esperado.
Milagros económicos en el contexto del esoterismo contemporáneo
No obstante la secularización contemporánea, lo religioso sigue viviendo de manera pujante, y
ante la crisis que viven las religiones institucionalizadas han ganado terrenos otras formas de
religión irracional basadas en doctrinas de cuño esotérico2. Una de esas doctrinas es la llamada
New Age o Era de Acuario, la cual sostiene que Dios es una especie de energía universal que
domina todo, y la religión significa entonces la identificación de mi yo con la totalidad cósmica3.
La difusión de esa doctrina se lleva a cabo a través de conferencias, talleres, cursos, podcasts,
audio libros, libros, películas y novelas bajo el tema genérico de superación personal y/o autoayuda,
1 Lubich, Ch. (2000) La experiencia “economía de comunión”: una propuesta de gestión económica que nace de la espiritualidad de la unidad, en L. Bruni (comp.) “Humanizar la economía: reflexiones sobre la «Economía de Comunión»”, Ciudad Nueva, Buenos Aires, pp. 9-16, p. 15. 2 Coreth Op. Cit., p. 372. 3 Ratzinger, J. (2005) “Fe, verdad y tolerancia: el cristianismo y las religiones del mundo”, Colección Verdad e Imagen núm. 163, Sígueme, Salamanca, pp. 113-114.
100
cuyas ventas1 reflejan la gran popularidad que ha alcanzado, incluso entre personas que se
autodefinen como cristianos católicos.
El número de católicos proclives a ser seducidos por ese tipo de doctrina esotérica es
bastante alto, como lo muestra el cuadro 1:
Cuadro 1 Católicos que comparten ideas esotéricas en varios países del mundo
Total de católicos
encuestados
Católicos que considera que es definitivamente verdadero, o
probablemente verdadero (Porcentaje)
- Los amuletos algunas veces traen buena suerte.
11,895 42.1
- Algunos adivinos realmente pueden ver el futuro.
11,883 36.0
- Algunos curanderos tienen poderes de curación dados por Dios.
11,851 53.7
- El signo zodiacal de nacimiento de una persona puede afectar el curso de su vida.
11,656 34.2
Fuente: International Social Survey Programme, Religion III - ISSP 2008 (ZA4950 Data file Version 2.2.0; GESIS Data Archive, Cologne 2012).
Un estudio2 ilustra, para el caso de la población mexicana, la fuerza y la raigambre que
muchas creencias y prácticas propiciatorias (Tarot, “amarres”, etcétera) tienen todavía en la
vida cotidiana de los católicos, no obstante que son prácticas completamente desaprobadas por
la doctrina cristiana.
1 En Estados Unidos el mercado de la superación personal rebasó los 11,000 millones de dólares en 2012, de acuerdo con Marketdata Enterprises Inc., una empresa de investigación de mercados, véase Círigo, A. (2014) ¿Cuánto cuesta autosuperarse?, Revista Contenido, julio, en línea, México. En México, en 2009, se vendieron 3.6 millones de ejemplares de libros de superación personal que representan un volumen de mercado de 224.5 millones de pesos a pesar de la crisis económica de ese año, véase Hernández, L. (2011) Libros de autoayuda, a flote en época de crisis, Periódico El Economista, en línea, 05 febrero, México. 2 Sánchez, G. (2011) Una aproximación antropológica a la comprensión de la eficacia realizativa de prácticas propiciatorias entre católicos de sectores medios en el Distrito Federal, Cuicuilco 18 (50), pp. 119-143.
101
En los libros que promueven esa doctrina1 se afirma que es posible obtener milagros
económicos, y de cualquier otro tipo, mediante el dominio de lo que llaman la ley de la atracción:
¡El Secreto es la ley de la atracción! Todo lo que llega a tu vida es porque tú lo has atraído. Y lo
has atraído por las imágenes que tienes en tu mente. Todo lo que piensas lo atraes. Las personas
que han acumulado riqueza han utilizado El Secreto, consciente o inconscientemente. Tienen
pensamientos de abundancia y riqueza.2
Según esta doctrina, la fórmula para obtener un milagro económico consiste en pedir a la
energía universal infinitamente proveedora (Dios) y pensar (visualizar mentalmente) que uno
ya posee lo que necesita o desea, y luego dar gracias por anticipado mediante un decreto que
finaliza con la frase “así sea y así es”. Un testimonio de la obtención de un milagro económico
por esta vía es el de Alfredo Cárdenas Villareal:
Sentía que cada vez era más difícil lograr pagar mi adeudo, el cual ascendía cerca de los setenta
mil pesos. Empecé a hacer la siguiente oración afirmativa: “Gracias Dios por haberme mandado
buenos negocios en los cuales me gané muy buenas cantidades de dinero. Magníficas comisiones
con las cuales ya pagué lo que debía”. Esta oración afirmativa la hacía cada vez que podía. En el
transcurso de un mes realicé varias operaciones donde obtuve lo necesario para liquidar todos
mis compromisos financieros y aún tenía un poco más.3
Según esta doctrina, la fórmula para obtener los milagros económicos está descrita en el
evangelio de Marcos4:
1 Por ejemplo, Butterworth, E. (2003) “Economía espiritual. Los principios y el proceso de la verdadera prosperidad”, Unity Books, Missouri; Hay, L. L. (1993) “Tú puedes sanar tu vida”, Círculo de Lectores, México; Murphy, J. (2011) “Piensa que eres rico. Utiliza el poder de tu mente subconsciente para encontrar la verdadera riqueza”, Arkano Books, México; y en especial los siguientes: Laut, Ph. (1995) “El dinero es mi amigo”, Editorial Pax, México; Hicks, E. y J. Hicks (2005) “Pide y se te dará. Aprende a manifestar tus deseos”, Urano, España; y Byrne, R. (2007) “El Secreto”, Urano, México. 2 Byrne Op. Cit., pp. 4, 6, 42. 3 Sosa, A. y J. L. Sosa (2010) “Oraciones científicas”, Grupo Editorial Tomo, México, pp. 149-150. 4 Tucker, W. T. (2008) “Milagros que se cumplen. Una autobiografía acerca del descubrimiento de Dios”, Colección Verticales de Bolsillo, Editorial Norma, Colombia.
102
22Jesús les respondió: “Tened fe en Dios”.23 Yo os aseguro que quien diga a este monte: “Quítate
y arrójate al mar” y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo
obtendrá. 24 Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración creed que ya lo habéis recibido y lo
obtendréis.1
Un expositor de esta doctrina hace la siguiente reflexión:
Dios no tiene elección. Dios promete concederte todo cuando sigues las instrucciones: [pedir y
creer que va a suceder]. A mí, que no era creyente, me parecía evidente que si alguien seguía
fielmente la fórmula, [Dios] no podría dejar que no se cumpliera la voluntad del que pide porque
Dios lo había prometido. ¿Cuál es, entonces, la fórmula para obtener milagros? Es muy simple y,
sin embargo, es lo más difícil de hacer: confiar en lo imposible, en lo inexplicable, por anticipado.
Rezamos y pedimos, pero nuestro miedo nos vence y entonces dudamos. Sin embargo, el
segundo paso [creer que va a suceder] es el más fácil de seguir si nos deslindamos de los
resultados. Es por ello que, a veces, es más fácil que un ateo reciba un milagro. Como no cree en
Dios ni en sus milagros, no se molesta en pedirlos. Sólo se resigna a los resultados esperados y
deja que las cosas transcurran con naturalidad, deja que “suceda”, y al hacerlo, “deja actuar a
Dios” sin proponérselo. A veces ansiamos algo tan desesperadamente que tememos “dejar
pasar”, y esa es nuestra perdición, porque eso demuestra una falta absoluta de confianza en que
Dios sí entiende nuestros deseos. Creer por anticipado que recibiremos el milagro que hemos
pedido sólo sucede si delegamos todo en Dios y nos quitamos del camino. Podemos decirle a
Dios qué y cuándo, pero no dónde ni cómo, pues decirle eso sería asumir el control. Creo que el
trabajo de tiempo completo de Dios es hacer milagros.2
Hay varias inconsistencias y contradicciones en esa reflexión, pero las principales son
dos. Por un lado, ¿cómo es posible que la fórmula funcione para un ateo, si por definición el
ateo no tiene fe en Dios, y lo que hace que funcione la fórmula es precisamente la fe en Dios?
1 Nueva Biblia de Jerusalén, 1999, Desclée de Brouwer, Bilbao. 2 Tucker Op. Cit., pp. 40-42, 44-45, 69.
103
Por otro lado, ¿acaso es Dios una especie de máquina de deseos que funciona siempre y cuando se
pulsen los botones correctos? Para esta doctrina, la respuesta es sí. Dios no tiene opción.
El siguiente testimonio personal de W. T. Tucker es por demás sorprendente:
Le debía sesenta mil dólares al hospital psiquiátrico, [no tenía empleo] y estaba a un paso de
perder mi casa. Miré al techo y le dije [a Dios]: “déjame sesenta mil dólares este mes en mi buzón
postal”. Al día siguiente, fui a mi buzón postal y encontré un sobre con un cheque por
quinientos dólares. Parecía ser una rebaja de algún tipo por algo que yo había comprado en el
pasado, y que no recordaba. Al día siguiente, encontré otro sobre en mi buzón postal con un
cheque por cuatro mil dólares que me había enviado un compañero de la Fuerza Aérea como
reembolso e intereses de un préstamo que le hice hace veinte años. Un día después encontré otro
sobre con un cheque del Departamento de Hacienda por cinco mil dólares porque hacía diez
años había pagado más de la cuenta en impuestos. A partir de entonces, todos los días encontré
sobres que contenían dinero en pequeñas y grandes sumas. Al cabo de veintinueve días, había
recibido un total de veintinueve mil dólares. Si estaba seguro de algo, era que tendría sesenta mil
dólares al día siguiente, plazo máximo que le había dado a Dios para que me diera el dinero que
le había pedido. Al día siguiente fui a mi buzón y abrí un sobre que contenía un cheque por valor
de cuarenta y cinco mil dólares enviado por el seguro médico de mi antiguo empleo. Quedé
atónito pero, y esto es lo realmente importante, ¡no me sorprendió! Yo estaba esperando que ese
cheque apareciera en mi buzón, aunque no supiera de dónde vendría.1
La popularidad de esta doctrina entre ateos y agnósticos puede tener dos explicaciones.
Por un lado, si el ser humano no tiene a Dios ni tiene un ídolo, entonces se encuentra en un
vacío existencial (V. Frankl) que lo motiva a reconocer como el sentido de su propia existencia
otras absolutividades, lo que desemboca en la adoración cultual de un ídolo político, ideológico
1 Tucker Op. Cit., pp. 35-37.
104
o puramente práctico1. Por otro lado, la tendencia a introducir la racionalidad económica en
todos los sectores ha llegado al campo religioso, de ahí que en el mercado de las doctrinas
religiosas aquellas que ofrecen los resultados más espectaculares son las que tienen mayor
demanda, la espectacularidad es lo que vende y el mundo religioso está entrando en esta línea
acentuando los aspectos vivenciales y subjetivos2.
Sin embargo, explicar la popularidad de la ley de la atracción entre los creyentes cristianos, y
en particular entre los católicos, tiene una mayor complejidad, por lo que sólo se dejan
señaladas algunas guías de análisis. Un primer factor es que el creyente católico no se sienta
implicado con su fe, que sea sólo un creyente de ocasión y que no viva conforme a lo que dice
creer3. Un segundo factor es la falta de una fundamentación racional (filosófica) de las
creencias religiosas4 de algunos católicos, lo cual hace que ellos consideren como inocuos para
su fe el hecho de adherirse a prácticas de tipo esotérico. Un tercer factor es la apología que esa
doctrina hace del Jesús milagroso que multiplica panes y camina sobre las aguas, la cual resulta no
sólo atractiva, sino hasta conveniente, para que el católico poco comprometido con su fe ya no
se sienta interpelado por el Jesús humillado en la cruz5. Finalmente, un cuarto factor, y quizá el
más importante, es el sentimiento de decepción por la falta de acción de Dios que el creyente católico
puede llegar a experimentar por no haberse visto beneficiado en su vida (según su percepción)
con algún milagro económico (“si eres Hijo de Dios, di que éstas piedras se conviertan en
1 Coreth Op. Cit., p. 335. 2 Ritzer, G. (2000) “El encanto del mundo desencantado. Revolución en los medios de consumo”, Ariel Sociedad Económica, Barcelona. 3 Fortman, B. de G. y B. K. Goldewijk (1999) “Dios y las cosas. La economía global desde una perspectiva de civilización”, Colección Presencia Social núm. 26, Sal Terrae, Santander. 4 Coreth Op. Cit., pp. 371-372, 374. 5 ¡Oh, no eres tú mi cantar! ¡No puedo cantar, ni quiero a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar. (“Saeta”, Antonio Machado). “Te sigo, pero no hablemos de cruz... Te sigo [pero] sin la cruz. Cuando caminamos sin la cruz, cuando edificamos sin la cruz y cuando confesamos un Cristo sin cruz, no somos discípulos del Señor: somos mundanos” S. S. Francisco (2013) Homilía, Santa Misa con los Cardenales, Capilla Sixtina, jueves 14 de marzo.
105
panes”, Mt 4, 3). Siempre será más fácil para el ser humano creer en la providencia de Dios
cuando hay un signo visible, material u objetivo, que cuando no lo hay.
Comparativo de milagros en ambos contextos
En los testimonios presentados de obtención de milagros económicos por medio de la ley de la
atracción resaltó el hecho de que el milagro tiene su manifestación en un ingreso monetario que
resuelve las necesidades pecuniarias del beneficiario. Esto no es extraño porque “el culto al
dinero constituye la mejor expresión emblemática de las religiones narcisistas activistas que
consisten en la salvación a través del éxito personal y social”1. En cambio, en los milagros
económicos de Jesús, por ejemplo, no es el dinero lo que se multiplica y se hace abundante,
sino el alimento y la bebida que son los bienes materiales fundamentales de la existencia
humana. Lo anterior no significa que el milagro económico cristiano no pueda manifestarse
también como un ingreso monetario inesperado (ya vimos algunos casos).
En el contexto del esoterismo contemporáneo, el milagro económico es obrado por uno
mismo a través de una supuesta fórmula, y Dios o la energía universal sólo juegan un papel de
proveedor que es forzado por la fría e impersonal relación de causa-efecto, mientras que en el
contexto cristiano el milagro es siempre una donación amorosa de Dios, el milagro no es una
cuestión de mérito del beneficiario.
En los milagros económicos de Jesús la fe en él no fue un requisito previo, es decir, Jesús
no forzó a los beneficiarios a “creer” en él como condición previa para que el milagro se
realizara. En cambio, en los milagros económicos esotéricos la persona es forzada a tener fe (si
puede llamarse a eso fe) en la energía universal proveedora, porque de otra manera la ley de
causa-efecto no da los resultados apetecidos, y dicho sea de paso, esa energía provee tanto
1 Gil, E. (1994) Religiones laicas de salvación, en R. Díaz-Salazar, S. Giner y F. Velasco (eds.) “Formas modernas de religión”, Alianza Universidad, Madrid, pp. 172-186, pp. 180-81.
106
bienes como males, porque el universo no entiende de bromas, si tus pensamientos son de
pobreza, entonces vivirás en la pobreza1.
En el milagro económico cristiano la fe que surge (si no la hubiera) o se consolida (si ya
la hubiera) a consecuencia del milagro puede llegar a ser una fe genuina, la cual está ligada a una
transformación interior de la persona2, un tipo de fe totalmente desconocido para la doctrina de la
ley de la atracción. La fe genuina:
[…] supone una implicación bastante más personal que las creencias, es una respuesta a la
interpelación divina. La estructura afectivo-mental de la genuina fe produce una transformación
radical del fondo personal más conscientemente vivido, del cual han de brotar comportamientos
informados por dicha fe; la genuina fe es acción, instalación y respuesta vivida a las ofertas y
proyectos concretos de Dios respecto a cada uno, en su vida más personal. La fe exige una
opción personal por una instalación existencial convencida, que saca del sistema de seguridades
en que se vivía instalado, para transformar a la persona, su vida y sus relaciones con los demás. La
fe asimilada produce una movilización afectivo-existencial que puede llegar a modificaciones
caracteriales, cambio de actitudes y proyectos de vida. La fe genera una serie de fenómenos en la
persona del creyente, en su percepción de la realidad, en su proyecto y su conducta, sus
motivaciones y su sistema de objetos.3
En el contexto cristiano cabe la posibilidad de que Dios no obre el milagro económico
solicitado y hay una respuesta coherente para ello (aunque tal vez, en un primer momento, no
muy agradable para el solicitante del prodigio): el milagro no era voluntad de Dios, es decir, no
hubiera contribuido a la salvación del alma del solicitante. En cambio, en el contexto de la ley de
la atracción si un milagro no se obra la única explicación posible es que no se utilizó
correctamente la fórmula. De esta forma, en el esoterismo hay alegría si el milagro se realiza, y
1 Byrne Op. Cit. 2 Latourelle Op. Cit., pp. 367-368. 3 Cencillo, Luis (20022) “Psicología de la fe”, Ediciones Sígueme, Salamanca, pp. 39, 49-50, 60, 76, 89.
107
hay tristeza, frustración y hasta culpabilidad de la persona si no se realiza. En cambio, en el
cristianismo siempre hay esperanza suceda o no el milagro, esperanza que se define no como “la
convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido
independientemente de cómo resulte”1. La esperanza genuina:
La esperanza sólo puede ser genuina siendo religiosa. El acto religioso del espíritu humano no es
sólo esperanza, pero es siempre esperanza. La espera se hace esperanza genuina cuando el
hombre confía, de un modo más o menos firme, en “ser siempre” [es decir, un alma eterna] y
descubre que aquello en que su confianza se apoya es el fundamento gratuito, creador y
obsecuente de la realidad [es decir, Dios]. Esperando así, el ser humano da figura tempórea al
sentimiento y a la realidad de su religación: espera en Dios.2
En suma, el mensaje (decepcionante) del esoterismo contemporáneo es: si sabes utilizar
eficientemente la ley de la atracción, entonces Dios solucionará tu problema económico; pero si
no sabes utilizar dicha ley, entonces te quedas con tu problema, y no hay nada más que puedas
hacer. El mensaje (esperanzador) del cristianismo es: si pides ayuda a Dios, entonces Dios te
ayudará para que, aún en medio o través de tu problema económico, se solucione éste o no, te
religues con Él, con todos los beneficios para tu alma que eso implica.
Finalmente, en el milagro económico cristiano es Dios quien obra el milagro movido por
el infinito amor que tiene hacia su creatura, el ser humano. En cambio, en el milagro
económico que promueve la doctrina de la ley de la atracción es el ser humano quien lo realiza, se
basta a sí mismo, y termina por tomar el lugar de Dios:
Tú eres tu propio creador y la ley de la atracción es tu gran herramienta para crear todo lo que
quieras en tu vida. Lo único que necesitas es a Ti mismo y tu habilidad para pensar cosas que se
1 Havel, V. (1990) “El poder de los sin poder”, Encuentro, Madrid. 2 Laín-Entralgo, P. (1984) “La espera y la esperanza. Historia y teoría del esperar humano”, Alianza Editorial, Madrid, p. 599.
108
hagan realidad. Eres Dios en un cuerpo físico. Eres espíritu encarnado. Eres vida eterna
expresándose como Tú. Eres un ser cósmico. Eres omnipotente. Eres omnisciente. Eres
inteligencia pura. Eres perfección. Eres magnificencia. Eres el creador y estás creando la creación
de Ti en este planeta. Eres el amo del universo. Eres el heredero del reino. Eres la perfección de
la vida. Y ahora conoces El Secreto.1
Sin duda, los problemas económicos ponen a prueba y cuestionan, a veces de manera
terrible, nuestra fe y confianza en Dios. Pero la doctrina cristiana enseña que el creyente debe
tener confianza no en que Dios resolverá sus problemas económicos milagrosamente, sino en
que, si uno se aviene a la voluntad de Dios, aún los peores problemas económicos no serán un
sufrimiento inútil, tendrán un sentido al contribuir a la salvación del alma, el bien supremo al
que todo cristiano debe aspirar.
Sin embargo, la popularidad que han alcanzado doctrinas esotéricas como la ley de la
atracción, aún entre creyentes católicos, es síntoma del analfabetismo religioso de los cristianos2,
o lo que es lo mismo, una fe poco ilustrada, poco formada. La razón y la fe no pueden
separarse sin que se reduzca la posibilidad del ser humano de conocerse de modo adecuado a sí
mismo, al mundo y a Dios3. Revertir la aceptación que ese tipo de doctrinas esotéricas han
alcanzado entre los católicos, es uno de los retos más importantes que tiene por delante la
Iglesia, como institución (responsabilidad de sus dirigentes) y como Pueblo de Dios
(responsabilidad de todos los creyentes).
1 Byrne Op. Cit., pp. 42, 57, 170 y 190. 2 Martínez, E. (2005) ¿Por qué las personas de hoy no pueden encontrar a Dios?, Iglesia Viva: Revista de Pensamiento Cristiano 223, pp. 9-28, p. 26. 3 Ocampo, M. (2000) “Fe y razón: reflexiones en torno a la carta encíclica de S. S. Juan Pablo II”, Universidad Anáhuac del Sur, México, p. 10.
109
ÍNDICES DE CATOLICISMO
Intuitivamente podemos pensar que el país más católico del mundo es Italia, por encontrarse
ahí la sede oficial de la Iglesia católica, el Estado Vaticano. Pero es algo que podemos tratar de
comprobar empíricamente, para lo cual proponemos elaborar tres medidas objetivas de
“catolicismo”: un Índice de Catolicismo Institucional (ICI), un Índice de Catolicismo Personal
(ICP) y un Índice de Catolicismo Global (ICG) que sería una síntesis de los dos primeros
índices.
El catolicismo institucionalizado tiene que ver con la cantidad de parroquias, obispos,
presbíteros, diáconos permanentes, religiosos, religiosas, misioneros laicos, catequistas,
sacramentos impartidos, institutos de vida consagrada, trámites de nulidad matrimonial, por
mencionar sólo algunos elementos.
El catolicismo personal tiene que ver con la frecuencia con la que se asiste a misa, la
frecuencia con que se hace oración, la importancia que tienen Dios y la religión en la vida
cotidiana, si se cree en el cielo, si se comparten valores que hacen injustificable el aborto, por
mencionar sólo algunos elementos, entonces también podría resultar que Italia no es el país
donde viven las personas más católicas del mundo.
A continuación se muestra la manera en la cual se pueden calcular estos índices.
Índice de Catolicismo Institucional
Cada año, en el mes de abril o mayo, la Oficina de Estadísticas del Estado Vaticano publica el
Annuarium Statisticum Ecclesiae (ASE)1, documento que contiene información cuantitativa acerca
1 La serie inicia en 1971. En cada edición, la información que contiene el ASE se refiere a dos años atrás, por ejemplo, la edición publicada en 2016 contiene información de 2014.
110
de la vida y del quehacer de la Iglesia católica a nivel mundial. Con la información del ASE es
posible construir un índice que mida qué tan católico es, en términos institucionales, cada país.
Para ejemplificar la construcción del Índice de Catolicismo Institucional (ICI) vamos a
utilizar la edición más reciente del ASE que está disponible (la del año 2002, con información
de 2000) en la biblioteca de la Universidad Pontifica de México (UPM)1. Primero, vamos a
construir los subíndices que cuantifiquen algunas características institucionales de la Iglesia
católica:
• Del número total de territorios eclesiásticos2 en el mundo (2,846), se obtuvo la
proporción que cada país tiene de ese total. A este resultado se le denominó Índice de
Territorios Eclesiásticos (ITE).
• Del número total de sedes pastorales en el mundo (408,637), que incluye parroquias,
estaciones misioneras y otras sedes, se obtuvo la proporción que cada país tiene de ese
total. A este resultado se le denominó Índice de Sedes Pastorales (ISP).
• Del número total de católicos bautizados (1’045.1 millones) en el mundo, se obtuvo la
proporción que cada país tiene de ese total. A este resultado se le denominó Índice de
Católicos Bautizados (ICB).
• Del número total de personas involucradas en el apostolado en el mundo (4’092,724),
que incluye obispos, presbíteros (clero diocesano y clero religioso), diáconos
1 La colección completa se encuentra en la Biblioteca Apostólica Vaticana, en Roma, Italia. En la Ciudad de México sólo es posible consultar los ASE de algunos años, además de en la biblioteca de la UPM, en las bibliotecas del Seminario Conciliar de México, de la Universidad Iberoamericana campus Santa Fe, del Archivo Histórico del Arzobispado de México, y en la Biblioteca “Lorenzo Boturini” de la Basílica de Guadalupe. 2 Se llaman territorio eclesiástico o circunscripción eclesiástica a los ámbitos de jurisdicción en los que se organiza pastoralmente la Iglesia. Cada circunscripción está formada por una comunidad de fieles que se confía a un pastor (obispo o prelado) con la colaboración de su presbiterio. Son circunscripciones eclesiásticas las diócesis, prelaturas territoriales, abadías territoriales, vicariatos apostólicos, prefecturas apostólicas, prelaturas personales, ordinariatos militares, ordinariatos personales, ordinariatos rituales y las administraciones apostólicas constituidas establemente. Cf. Código de Derecho Canónico 368-374.
111
permanentes (clero diocesano y clero religioso), religiosos, religiosas, hombres y
mujeres en institutos seculares1, misioneros laicos y catequistas, se obtuvo la
proporción que cada país tiene de ese total. A este resultado se le denominó Índice de
Apostolado (IA).
• Del número total de ordenaciones de sacerdotes diocesanos en el mundo (6,814), se
obtuvo la proporción que cada país tiene de ese total. A este resultado se le denominó
Índice de Ordenaciones (IO).
• De la suma total del número de cuatro sacramentos impartidos en el mundo
(43’632,413), que incluye tres sacramentos de iniciación (bautizo, confirmación y
primera comunión) y un sacramento de servicio (matrimonio), se obtuvo la proporción
que cada país tiene de ese total. A este resultado se le denominó Índice de Sacramentos
(IS).
• Del número total de institutos de vida consagrada de jurisdicción papal para hombres y
para mujeres en el mundo (117,243), se obtuvo la proporción que cada país tiene de ese
total. A este resultado se le denominó Índice de Institutos (II).
• Del número total de causas de nulidad matrimonial introducidas en primera instancia
en el mundo (59,327), se obtuvo la proporción que cada país tiene de ese total. A este
resultado se le denominó Índice de Nulidades (IN).
El cuadro 1 muestra los resultados del cálculo de cada uno de estos subíndices para los
primeros 15 países ordenados de mayor a menor valor en cada caso, de un total de 226 países
de los cuales recoge información el ASE. Brasil encabeza 5 de esos 8 subíndices, Polonia uno
de ellos (el de ordenaciones de sacerdotes diocesanos) y Estados Unidos dos de ellos, en
1 Un instituto secular es un instituto de vida consagrada en el cual los fieles, sin ser religiosos, se dedican a procurar la santificación del mundo sobre todo desde dentro de él (viviendo en el mundo = viviendo en el siglo, de ahí, secular). Cf. Código de Derecho Canónico 710-730.
112
particular, de manera muy importante, el subíndice referente a las causas de nulidad
matrimonial (el 62% de todas las causas de nulidad en el mundo se tramitan en ese país).
Cuadro 1 Valor de subíndices para el cálculo del ICI, año 2000
País ITE País ISP País ICB País IA
1 Brazil 0.0938 Brazil 0.1048 Brazil 0.1377 Brazil 0.1264
2 Italy 0.0801 Italy 0.0778 México 0.0858 United Sates 0.1255
3 United Sates 0.0678 Spain 0.0648 United Sates 0.0606 Italy 0.0905
4 India 0.0509 India 0.0601 Philippines 0.0603 México 0.0536
5 France 0.0344 France 0.0561 Italy 0.0535 Spain 0.0486
6 México 0.0299 United Sates 0.0511 France 0.0448 India 0.0402
7 Philippines 0.0281 Germany 0.0336 Colombia 0.0361 France 0.0381
8 Canadá 0.0253 Nigeria 0.0299 Spain 0.0356 Argentina 0.0364
9 Colombia 0.0249 Poland 0.0264 Poland 0.0354 Philippines 0.0281
10 Argentina 0.0246 Congo, D. R. 0.0245 Argentina 0.0321 Germany 0.0215
11 Spain 0.0239 México 0.0233 Germany 0.0263 Colombia 0.0215
12 Nigeria 0.0169 Argentina 0.0228 Congo, D. R. 0.0259 Congo, D. R. 0.0188
13 Congo, D. R. 0.0165 Indonesia 0.0195 Peru 0.0220 Poland 0.0168
14 Peru 0.0158 Madagascar 0.0185 Venezuela, B. R. 0.0205 Portugal 0.0162
15 Poland 0.0151 Portugal 0.0164 Nigeria 0.0159 Mozambique 0.0161
País IO País IS País II País IN
1 Poland 0.0839 Brazil 0.1098 United Sates 0.1455 United Sates 0.6169
2 Italy 0.0773 México 0.1048 Italy 0.1159 Italy 0.0507
3 India 0.0649 Philippines 0.0874 India 0.0878 Poland 0.0375
4 Brazil 0.0641 United Sates 0.0661 Brazil 0.0643 Canadá 0.0359
5 United Sates 0.0627 Italy 0.0395 Spain 0.0587 Spain 0.0320
6 México 0.0565 Colombia 0.0387 France 0.0474 México 0.0206
7 Colombia 0.0418 Poland 0.0357 México 0.0298 Brazil 0.0198
8 Spain 0.0345 Argentina 0.0304 Poland 0.0296 Great Britain 0.0175
9 Philippines 0.0289 Nigeria 0.0261 Canadá 0.0277 Germany 0.0143
10 Nigeria 0.0260 Guatemala 0.0235 Colombia 0.0228 Colombia 0.0115
11 Congo, D. R. 0.0247 India 0.0231 Germany 0.0226 India 0.0105
12 Germany 0.0222 Spain 0.0210 Argentina 0.0185 Australia 0.0102
13 Korea, R. 0.0217 Congo, D. R. 0.0202 Australia 0.0171 France 0.0094
14 France 0.0210 Peru 0.0196 Philippines 0.0150 Korea, R. 0.0088
15 Argentina 0.0183 Germany 0.0186 Great Britain 0.0141 Ireland 0.0073 Fuente: Elaboración propia.
113
Una vez construidos los subíndices respectivos, ahora es posible calcular el ICI para cada
uno de los países de acuerdo a la siguiente fórmula general:
1001 ×=∑
=
n
IICI
n
ii
c
Donde ICIc es el valor del índice para el país c, ∑Ii es la suma del valor de cada uno de los
i subíndices del país c, y n es el número total de subíndices incluidos. Por ejemplo, para el caso
de México, el valor del ICI es:
0530.51008
0206.00298.01048.00565.00536.00858.00233.00299.0 =×+++++++=MEXICI
El cuadro 2 muestra el valor del ICI para los primeros 154 países (de un total de 226),
ordenados de mayor a menor valor. Los valores del ICI de los Continentes y del mundo se
obtuvieron calculando el promedio simple de los respectivos países.
Así pues, resulta que Estados Unidos es el país con el catolicismo más institucionalizado
en el mundo. Este resultado se debe, en definitiva, al indicador de causas de nulidad
matrimonial. Si suprimiéramos ese subíndice, entonces Brasil ocuparía el primer lugar y
Estados Unidos el segundo. Dentro del Top Ten del catolicismo institucional no sorprende que
encontremos a Italia, México, España, Polonia, Francia, Filipinas y Colombia, pero un país que
no esperábamos encontrar en ese grupo es la India, ubicado en el quinto lugar.
114
Cuadro 2 Valor del ICI para un conjunto de países, año 2000
1 United Sates 14.9522 41 Bolivia 0.4454 81 Panamá 0.1327 121 Samoa 0.0284
2 Brazil 9.0094 42 Hungary 0.4426 82 Syrian A. R. 0.1244 122 Liberia 0.0280
3 Italy 7.3169 43 Netherlands 0.4258 83 Malaysia 0.1222 123 Norway 0.0270
4 México 5.0530 44 Slovakia 0.4155 84 Senegal 0.1196 124 Lao P. D. R. 0.0266
5 India 4.4155 45 Czech Rep. 0.3730 85 Chad 0.1138 125 Martinique 0.0262
6 Spain 3.9867 46 Haití 0.3687 86 China, T. 0.1120 126 Trinidad-Tobago 0.0251
7 Poland 3.5054 47 Ghana 0.3665 87 Iraq 0.1109 127 Solomon Is. 0.0250
8 France 3.3651 48 Côte d'Ivoire 0.3620 88 Belarus 0.1015 128 Polynesia, F. 0.0248
9 Philippines 3.3156 49 Croatia 0.3602 89 Pakistan 0.0986 129 Macau SAR 0.0244
10 Colombia 2.6119 50 Zambia 0.3517 90 Lesotho 0.0934 130 Singapore 0.0225
11 Argentina 2.3350 51 Burkina Faso 0.3364 91 Guinea, E. 0.0830 131 Sweden 0.0225
12 Germany 2.1168 52 Lebanon 0.3231 92 Malta 0.0808 132 Libyan, A. J. 0.0217
13 Canadá 1.8056 53 Switzwerland 0.3034 93 Israel 0.0745 133 Guinea-Bissau 0.0215
14 Congo, D. R. 1.7274 54 El Salvador 0.2959 94 Bangladesh 0.0720 134 Bulgaria 0.0215
15 Nigeria 1.6959 55 Japan 0.2921 95 Bosnia-Herz. 0.0660 135 Jordan 0.0203
16 Peru 1.3200 56 Romania 0.2841 96 Yugoslavia 0.0645 136 Bostwana 0.0191
17 Venezuela, B. R. 1.0716 57 Sri Lanka 0.2826 97 Albania 0.0635 137 New Caledonia 0.0189
18 Great Britain 0.9699 58 Burundi 0.2790 98 Greece 0.0605 138 Fiji Islands 0.0185
19 Chile 0.9646 59 Malawi 0.2745 99 Mali 0.0586 139 Cambodia 0.0183
20 Indonesia 0.9387 60 Costa Rica 0.2734 100 Timor, E. 0.0559 140 Morocco 0.0180
21 Portugal 0.9073 61 Rwanda 0.2715 101 Sierra Leone 0.0538 141 Nepal 0.0180
22 Ecuador 0.8970 62 Nicaragua 0.2633 102 Gabon 0.0500 142 Guyana 0.0170
23 Viet Nam 0.8153 63 Honduras 0.2541 103 Latvia 0.0443 143 Denmark 0.0168
24 Korea, R. 0.7982 64 Puerto Rico 0.2312 104 Namibia 0.0432 144 Niger 0.0163
25 Tanzania, U. R. 0.7816 65 Benin 0.2278 105 Luxembourg 0.0423 145 Tonga 0.0149
26 Guatemala 0.7762 66 Cuba 0.2265 106 Réunion 0.0416 146 Vanuatu 0.0148
27 Australia 0.7673 67 Papua N. G. 0.2199 107 Russian F. Eur. 0.0396 147 Suriname 0.0138
28 Kenya 0.7597 68 Lithuania 0.2112 108 Eritrea 0.0388 148 Kiribati 0.0138
29 Uganda 0.7439 69 Zimbabwe 0.2055 109 Turkey 0.0376 149 Bahamas 0.0137
30 Madagascar 0.6615 70 Sudan 0.1999 110 Hong Kong, SAR 0.0354 150 Swaziland 0.0132
31 Ireland 0.6411 71 Uruguay 0.1664 111 Russian F. Asia. 0.0354 151 N. Mariana Is. 0.0131
32 Belgium 0.6289 72 Togo 0.1631 112 Belize 0.0347 152 Grenada 0.0128
33 Ukraine 0.5696 73 C. African R. 0.1560 113 Cape Verde 0.0342 153 Gambia 0.0127
34 Angola 0.5383 74 Myanmar 0.1554 114 Kazakhstan 0.0337 154 Micronesia, F. S. 0.0125
35 Mozambique 0.5328 75 Slovenia 0.1432 115 Guadeloupe 0.0333 África 0.2334
36 Cameroon 0.5232 76 Thailand 0.1417 116 Jamaica 0.0321 América 0.8765
37 Austria 0.5186 77 Ethiopia 0.1412 117 Guinea 0.0317 Asia 0.2631
38 Dominican R. 0.4848 78 Egypt 0.1378 118 Algeria 0.0294 Europa 0.5880
39 South Africa 0.4666 79 N. Zealand 0.1377 119 Iran, I. R. 0.0292 Oceanía 0.0596
40 Paraguay 0.4566 80 Congo 0.1361 120 Mauritius 0.0288 Mundo 0.4425 Fuente: Elaboración propia.
115
¿Qué utilidad puede tener el ICI? Si se calcula de forma anual, sería posible observar el
avance o retroceso institucional de la Iglesia católica en cada uno de los países. También es
posible correlacionar el ICI con variables de tipo económico o social en cada país, por ejemplo,
el producto interno bruto (PIB) per capita, la concentración de la riqueza, o la tasa de
crecimiento de la población. Con el fin de ejemplificar lo anterior, la gráfica 1 ilustra la
correlación entre el ICI y el Índice de Desarrollo Humano (IDH). El IDH es un indicador
sintético de los logros medios obtenidos en las dimensiones fundamentales del desarrollo
humano, a saber, tener una vida larga y saludable, adquirir conocimientos y disfrutar de un
nivel de vida digno.1
1 La dimensión salud se evalúa con la esperanza de vida al nacer. La dimensión educación se mide por los años promedio de escolaridad de los adultos de 25 años o más y por los años esperados de escolaridad de los niños en edad escolar. La dimensión del nivel de vida se mide conforme al ingreso nacional per cápita. Las puntuaciones de los tres índices dimensionales se agregan posteriormente a un índice compuesto utilizando la media geométrica y así se obtiene el IDH. Véase http://hdr.undp.org.
0.000
0.100
0.200
0.300
0.400
0.500
0.600
0.700
0.800
0.900
0 2 4 6 8 10 12 14 16
IDH
ICI
Gráfico 1Correlación entre el IDH y el ICI, año 2000
Fuente: Elaboración propia.Los datos del IDH fueron tomados de Leandro Prados de la Escosura, "World Human Development, 1870-2007", Review of Income and Wealth Series 61, Number 2, pp. 220-247 (June 2015) DOI: 10.1111/roiw.121.
116
El IDH, como todo índice, simplifica y refleja sólo una parte del fenómeno que se quiere
medir, en este caso, el desarrollo humano, pues no contempla aspectos como la desigualdad en
la distribución de la riqueza, la pobreza, o cuestiones de género, todos ellos elementos que de
alguna manera están vinculados al desarrollo de las capacidades de los seres humanos.
No podemos hablar de una relación de causalidad (si el ICI determina el IDH, o
viceversa), sino solamente hablar de una relación positiva entre el ICI y el IDH. Es decir, que
el IDH es alto en aquellos países con un ICI alto (y viceversa), lo que puede interpretarse
como que el catolicismo es institucionalmente más fuerte en aquellos países con alto desarrollo
humano, o bien, que en los países con un IDH alto el catolicismo está más institucionalizado.
Índice de Catolicismo Personal
Para el cálculo del Índice de Catolicismo Personal (ICP) vamos a utilizar la Encuesta Mundial
de Valores (WVS por sus siglas en inglés) levantamiento 4 (1999-2004), y la Encuesta Europea
de Valores (EVS por sus siglas en inglés) levantamiento 3 (1999-2001). Se seleccionaron esos
levantamientos (waves) porque incluyen el año 2000 lo que hace posible la comparación de los
resultados del ICP con los valores del ICI. En total se tiene información para 58 países (27 de
la WVS y 28 de la EVS).
En la construcción del ICP vamos a proceder de manera similar a como lo hicimos en el
cálculo del ICI, es decir, primero se construirán varios subíndices que cuantifiquen algunas
prácticas, opiniones, creencias y valores de las personas católicas. Las categorías incluidas en
este análisis se indican en el cuadro 3.
117
Cuadro 3 Categorías para construir el ICP
Prácticas: Opiniones: Creencias: Valores
(No se justifica): • Miembro de la Iglesia. • Asistencia a misa. • Rezar.
• Importancia de la religión. • Fe religiosa en niños. • Confianza en la Iglesia. • Persona religiosa. • Importancia de Dios.
• Cree en Dios. • Cree en el infierno. • Cree en el cielo.
• Homosexualidad. • Aborto. • Divorcio.
Fuente: Elaboración propia.
Tenemos, pues, catorce subíndices que se calcularán para cada uno de los países y cuya
descripción es la siguiente:
• Índice de membrecía (A): mide la proporción de católicos, respecto al total de católicos
del país, que respondieron que pertenece a una organización religiosa (código de la
pregunta en las encuestas A065), o bien, que respondieron que es miembro, activo o
inactivo, de una Iglesia u organización religiosa (A098).
• Índice de asistencia a misa (B): cuantifica la proporción de católicos, respecto al total
de católicos del país, que respondieron que asisten a misa una vez a la semana o más
(F028).
• Índice de rezar (C): cuantifica la proporción de católicos, respecto al total de católicos
del país, que hacen oración o rezan una vez a la semana o más (F028B).
• Índice de importancia de la religión (D): cuantifica la proporción de católicos, respecto
al total de católicos del país, que respondieron que la religión es muy importante en su
vida (A006).
• Índice de fe religiosa en los niños (E): cuantifica la proporción de católicos, respecto al
total de católicos del país, que mencionaron que es importante inculcar en los niños la
fe religiosa (A040).
• Índice de confianza en la Iglesia (F): cuantifica la proporción de católicos, respecto al
total de católicos del país, que confían plenamente en la Iglesia (E069_01).
• Índice de persona religiosa (G): cuantifica la proporción de católicos, respecto al total
de católicos del país, que se considera una persona religiosa (F034).
118
• Índice de importancia de Dios (H): cuantifica la proporción de católicos, respecto al
total de católicos del país, que considera que Dios es muy importante en su vida
(F063).
• Índice de creencia en Dios (I): cuantifica la proporción de católicos, respecto al total de
católicos del país, que sí cree en Dios (F050).
• Índice de creencia en el infierno (J): cuantifica la proporción de católicos, respecto al
total de católicos del país, que sí cree en el infierno (F053).
• Índice de creencia en el cielo (K): cuantifica la proporción de católicos, respecto al total
de católicos del país, que sí cree en el cielo (F054).
• Índice de no-justificación de homosexualidad (L): cuantifica la proporción de católicos,
respecto al total de católicos del país, que dentro de una escala del 1 a 10, donde 1
significa “nunca se justifica la homosexualidad” y 10 significa “siempre se justifica la
homosexualidad”, respondieron 1, 2 ó 3. (F118).
• Índice de no-justificación de aborto (M): cuantifica la proporción de católicos, respecto
al total de católicos del país, que dentro de una escala del 1 a 10, donde 1 significa
“nunca se justifica un aborto” y 10 significa “siempre se justifica un aborto”,
respondieron 1, 2 ó 3. (F120).
• Índice de no-justificación de divorcio (N): cuantifica la proporción de católicos,
respecto al total de católicos del país, que dentro de una escala del 1 a 10, donde 1
significa “nunca se justifica un divorcio” y 10 significa “siempre se justifica un
divorcio”, respondieron 1, 2 ó 3. (F121).
Respecto a los subíndices L, M y N cabe señalar que se consideró que si se hubieran
tomando únicamente aquellos casos en los que se respondió 1 (nunca se justifica), ello reflejaría
una postura “fundamentalista”, en cambio, al dar “cierto margen” (respuesta 2 y 3) se buscó
captar aquellas actitudes que en general comparten el valor pero no de manera fundamentalista,
sino con cierto grado de tolerancia.
Por otro lado, es importante ponderar cada uno de estos catorce subíndices con la
proporción de católicos respecto a la población total de cada país (ponderador que
denominaremos p), debido a que en algunos países se tienen muy pocos casos de población
católica, por lo que es muy posible que en esos casos varios subíndices alcancen el valor
máximo (1.0000), lo que indicaría que en ese país las personas tienen el “grado máximo de
119
catolicidad”, conclusión que no es válida extraer con tan reducido número de casos, de ahí la
conveniencia de utilizar un ponderador.
El cuadro 4 muestra los resultados del cálculo de cada uno de estos catorce subíndices y
el valor del ponderador para el conjunto de 58 países, ordenados en orden alfabético.
Una vez construidos los catorce subíndices, es importante señalar que, a diferencia del
ICI, en el ICP la proporción de cada subíndice no es respecto al total mundial, sino al total del
propio país, motivo por el cual será necesario hacer la sumatoria del valor del subíndice de
todos los países en cada uno de los catorce subíndices, para de ese total mundial extraer el
porcentaje correspondiente para cada país, tal como se hizo en el ICI.
Así pues, el ICP para cada uno de los países puede calcularse de acuerdo a la siguiente
fórmula general:
100
1 1
1 ×
=
∑ ∑
∑
= =
=m
c
n
ii
n
ii
c
Ip
IpICP
Donde ICPc es el valor del índice para el país c, ∑Ii es la suma del valor de cada uno de
los i subíndices del país c, p es el ponderador, n es el número total de subíndices incluidos, ∑=
m
c 1
es la suma de los ∑=
n
iiIp
1
de los m países.
Por ejemplo, para el caso de México, el valor del ICP es:
( )( )2222.4100
2005.171
7767.97394.0 =×=MEXICP
120
Cuadro 4 Valor de subíndices para el cálculo del ICP, años entre 1999 y 2004
No. País Ponderador A B C D E F G H I J K L M N
1 Albania (2002)* 0.5823 0.2000 0.2052 0.6007 0.2977 0.3845 0.3345 0.7283 0.3519 0.9425 0.4378 0.5108 0.9225 0.4536 0.3439 2 Argentina (1999)* 0.7836 0.1434 0.2390 0.6588 0.4980 0.4676 0.3879 0.9158 0.6291 0.9900 0.4572 0.8478 0.4452 0.7283 0.2885 3 Austria (1999)** 0.9211 0.2854 0.2765 0.4958 0.2462 0.2290 0.1150 0.8548 0.2891 0.9191 0.2141 0.4580 0.4075 0.4643 0.2771 4 Bangladesh (2002)* 0.0013 0.5000 0.5000 0.5000 0.5000 0.5000 1.0000 0.5000 1.0000 0.5000 1.0000 1.0000 1.0000 1.0000 1.0000 5 Belarus (2000)** 0.1332 0.1014 0.2464 0.5072 0.2344 0.3134 0.4219 0.5652 0.3768 0.9855 0.6613 0.6825 0.7937 0.2941 0.2537 6 Belgium (1999)** 0.8598 0.1582 0.2611 0.4616 0.2406 0.1872 0.1433 0.8506 0.2037 0.9137 0.2225 0.4178 0.3799 0.4810 0.2466 7 Bosnia-Herz. (2001)* 0.1300 0.0584 0.5455 0.6490 0.4771 0.2792 0.3506 0.8926 0.5065 0.9539 0.7698 0.8239 0.6536 0.4967 0.2484 8 Bulgaria (1999)** 0.0043 0.0000 0.0000 0.3333 0.3333 0.0000 0.0000 0.6667 0.3333 0.6667 0.0000 0.0000 0.6667 0.0000 0.0000 9 Canada (2000)* 0.3803 0.2885 0.3042 0.6694 0.3435 0.3495 0.2228 0.8626 0.4192 0.9662 0.4919 0.7957 0.2767 0.3908 0.1846 10 Chile (2000)* 0.5410 0.2632 0.3829 0.7243 0.5334 0.4892 0.5473 0.7706 0.6886 0.9953 0.7143 0.8754 0.5218 0.8142 0.3931 11 China (2001)* 0.0081 0.7500 0.2857 n.c. 0.2500 n.c. n.c. 1.0000 n.c. n.c. n.c. n.c. 1.0000 1.0000 0.7500 12 Croatia (1999)** 0.9781 0.1392 0.3546 0.6538 0.2655 n.c. 0.2131 0.9205 0.3553 0.9795 0.6233 0.6831 0.7332 0.5325 0.3990 13 Czech R. (1999)** 0.8494 0.1720 0.2228 0.4801 0.2244 0.1857 0.1583 0.9178 0.2212 0.8494 0.3795 0.5383 0.4953 0.4440 0.2993 14 Denmark (1999)** 0.0088 0.5000 0.2500 0.3750 0.3750 0.2500 0.1429 0.7500 0.3750 0.8571 0.4286 0.4286 0.0000 0.5714 0.3750 15 Estonia (1999)** 0.0165 0.5000 0.3333 0.6667 0.3333 0.5000 0.2500 1.0000 0.6667 1.0000 0.3333 0.3333 1.0000 0.7500 0.2500 16 Finland (2000)** 0.0011 1.0000 0.0000 0.0000 0.0000 0.0000 0.0000 n.c. 0.0000 1.0000 n.c. n.c. 0.0000 0.0000 0.0000 17 France (1999)** 0.9189 0.0706 0.1166 0.2754 0.1456 0.1153 0.1801 0.6903 0.1053 0.8657 0.2805 0.4475 0.3502 0.2599 0.1577 18 Germany (1999)** 0.3580 0.1835 0.2661 0.5083 0.0972 0.2148 0.1787 0.7554 0.1142 0.8985 0.3120 0.4475 0.3365 0.5909 0.3302 19 Great Britain (1999)** 0.1623 0.0368 0.3209 0.4609 0.2030 0.3333 0.1880 0.7040 0.2164 0.9120 0.6639 0.8151 0.3383 0.4737 0.2889 20 Greece (1999)** 0.0156 0.0000 0.6471 0.5333 0.3750 0.5882 0.1765 0.4286 0.3529 0.6471 0.4286 0.5714 0.4667 0.4118 0.3529 21 Hungary (1999)** 0.6801 0.1748 0.1830 0.5181 0.2982 0.2689 0.2539 0.7902 0.2995 0.8399 0.2853 0.3897 0.9538 0.5486 0.4651 22 Iceland (1999)** 0.0043 0.5000 0.0000 0.7500 0.2500 0.2500 0.5000 0.7500 0.2500 0.7500 0.0000 0.6667 0.0000 0.7500 0.0000 23 India (2001)* 0.0299 0.3559 0.6102 0.8983 0.5932 0.5593 0.4915 0.9138 0.0000 0.9831 0.6667 0.6852 0.6111 0.4237 0.3898 24 Indonesia (2001)* 0.0651 n.c. 0.7692 n.c. 0.9231 0.9692 0.2745 0.7544 0.9692 1.0000 1.0000 1.0000 0.9231 0.8923 0.8308 25 Iraq (2004)* 0.0022 n.c. 0.8000 1.0000 1.0000 1.0000 0.2000 1.0000 1.0000 1.0000 0.8000 1.0000 n.c. 1.0000 0.8000 26 Ireland (1999)** 0.9564 0.1913 0.7106 0.7825 0.4007 0.4383 0.2612 0.7853 0.4169 0.9875 0.5775 0.8990 0.4585 0.7294 0.3706
121
Cuadro 4 Valor de subíndices para el cálculo del ICP, años entre 1999 y 2004
No. País Ponderador A B C D E F G H I J K L M N
27 Italy (1999)** 0.9927 0.1220 0.4833 0.7108 0.3806 0.3676 0.3209 0.9370 0.3780 0.9865 0.5723 0.6717 0.4119 0.5077 0.3219 28 Japan (2000)* 0.0087 0.6364 0.2727 0.7000 0.3636 0.1818 0.1111 0.6364 0.2222 0.8889 0.7500 0.7778 0.6000 0.5000 0.2000 29 Kyrgyzstan (2003)* 0.0038 0.2500 0.3333 0.7500 0.0000 0.2500 0.5000 1.0000 0.5000 1.0000 0.6667 0.6667 1.0000 0.5000 0.2500 30 Latvia (1999)** 0.3317 0.0808 0.1475 0.5026 0.2183 0.2323 0.4278 0.9433 0.2667 0.9405 0.4726 0.5274 0.8817 0.5959 0.4742 31 Lithuania (1999)** 0.9324 0.0540 0.1833 0.4282 0.1472 0.2500 0.1662 0.9637 0.3145 0.9603 0.7279 0.7700 0.8642 0.5123 0.3481 32 Luxembourg (1999)** 0.9358 0.1151 0.2743 0.3723 0.1864 0.2060 0.2019 0.7706 0.1682 0.8468 0.2636 0.3839 0.2739 0.3302 0.1794 33 Macedonia (2001)* 0.0029 0.3333 0.3333 0.3333 0.3333 0.0000 0.0000 1.0000 0.6667 1.0000 0.0000 0.0000 0.3333 0.0000 0.0000 34 Malta (1999)** 0.9899 0.1512 0.8366 0.8789 0.6793 0.5723 0.5005 0.7615 0.6834 0.9969 0.8201 0.8898 0.7140 0.9489 0.7160 35 Mexico (2000)* 0.7394 0.2604 0.6226 0.8447 0.7244 0.5550 0.5984 0.8293 0.8413 0.9902 0.7679 0.9075 0.5980 0.7619 0.4752
36 Moldova (2002)* 0.0279 0.0000 0.0741 0.5000 0.3600 0.4444 0.3600 0.9583 0.3077 0.9600 0.6316 0.6316 0.8000 0.6000 0.2800 37 Netherlands (1999)** 0.4900 0.5747 0.1909 0.5204 0.2081 0.0950 0.0773 0.9000 0.1086 0.9037 0.1422 0.5196 0.0727 0.3545 0.0868 38 Peru (2001)* 0.8363 0.2217 0.4591 0.8693 0.5324 0.5615 0.4209 0.9186 0.7120 0.9976 0.6517 0.8527 0.6798 0.8705 0.5164 39 Philippines (2001)* 0.7219 0.2807 0.5406 0.9199 0.8631 0.5819 0.6244 0.7998 0.8619 0.9953 0.9156 0.9621 0.4613 0.7121 0.6219 40 Poland (1999)** 0.9856 0.0544 0.6201 0.8156 0.4612 0.4424 0.3458 0.9722 0.5409 0.9931 0.6659 0.8159 0.7205 0.5891 0.3852 41 Portugal (1999)** 0.9694 0.0654 0.4150 0.6929 0.3072 0.2491 0.3948 0.9524 0.3906 0.9868 0.4425 0.6605 0.5674 0.5452 0.2701 42 Puerto Rico (2001)* 0.5795 0.3641 0.5572 0.9193 0.7634 0.6917 0.6348 0.8744 0.9124 0.9976 0.7062 0.9148 0.5000 0.7868 0.3867 43 Romania (1999)** 0.0768 0.0235 0.5422 0.6951 0.4286 0.6386 0.4762 0.8250 0.4405 0.9737 0.5968 0.6250 0.8551 0.5556 0.4286 44 Russian F. (1999)** 0.0047 0.1667 0.0000 0.5000 0.0000 0.5000 0.6000 0.8333 0.5000 0.8333 0.7500 0.7500 0.6000 0.3333 0.5000 45 Singapore (2002)* 0.0510 0.5844 0.7500 0.8026 0.4605 0.3462 n.c. n.c. 0.3766 1.0000 0.9733 0.9733 0.6154 0.7237 0.3974 46 Slovakia (1999)** 0.8340 0.1909 0.5657 0.7027 0.3575 0.4344 0.3858 0.9795 0.3920 0.9743 0.6345 0.7255 0.4543 0.5247 0.3532 47 Slovenia (1999)** 0.9486 0.0872 0.2519 n.c. 0.1601 0.2383 0.1649 0.8887 0.1978 0.8481 0.2783 0.3856 0.5526 0.3168 0.2277 48 South Africa (2001)* 0.1164 0.5893 0.6231 0.8482 0.6726 0.6558 0.5970 0.8232 0.6884 0.9881 0.4872 0.8975 0.6159 0.6372 0.5255 49 South Korea (2001)* 0.1388 0.6265 0.5361 0.6325 0.2831 0.3434 0.2606 0.4518 0.1747 n.c. n.c. n.c. 0.6687 0.6084 0.3614 50 Spain (1999)** 0.9857 0.0662 0.2993 0.4832 0.1696 0.2319 0.1803 0.6821 0.2038 0.9523 0.3901 0.5982 0.3348 0.5011 0.2290 51 Sweden (1999)** 0.0211 1.0000 0.1875 n.c. 0.3125 0.3125 0.1875 0.5000 0.3333 0.6923 0.4000 0.4286 0.2857 0.2143 0.1429 52 Tanzania (2001)* 0.2840 0.6455 0.8848 0.9424 0.8639 0.7333 0.6585 0.9495 0.8909 0.9970 0.9233 0.9010 0.9848 0.9667 0.5851
122
Cuadro 4 Valor de subíndices para el cálculo del ICP, años entre 1999 y 2004
No. País Ponderador A B C D E F G H I J K L M N
53 Uganda (2001)* 0.3553 0.3933 0.7949 0.9185 0.7606 0.6713 0.6667 0.9380 0.7904 0.9972 0.8042 0.9242 0.9719 0.8371 0.6348 54 Ukraine (1999)** 0.0169 0.0000 0.4545 0.8182 0.3636 0.2727 0.4545 0.9091 0.4545 0.9091 0.8750 0.8750 0.5455 0.6364 0.6364 55 United States (1999)* 0.2465 0.6214 0.5179 0.8351 0.5929 0.5393 0.3943 0.9127 0.6151 0.9964 0.7962 0.9481 0.2800 0.5471 0.1367 56 Venezuela (2000)* 0.6586 0.2503 0.3516 0.8435 0.7015 0.4790 0.6201 0.8614 0.8504 n.c. n.c. n.c. 0.7645 0.8380 0.3713 57 Viet Nam (2001)* 0.0592 0.6780 0.2881 0.8246 0.6102 0.6780 0.5517 0.9649 0.3750 0.9483 0.7708 0.8235 0.5652 0.9492 0.3469 58 Zimbabwe (2001)* 0.1712 0.8129 0.7661 0.9231 0.7529 0.7368 0.5858 0.9464 0.8802 1.0000 0.7244 0.9325 0.9706 0.9415 0.7882
*/ Encuesta Mundial de Valores. **/ Encuesta Europea de Valores. n.c. = no calculado porque no se incluyó la pregunta en la encuesta levantada en el país. Fuente: Elaboración propia.
123
El cuadro 5 muestra el valor del ICP para los 58 países ya señalados, ordenados de
mayor a menor valor. Así pues, resulta que la isla de Malta tiene el ICP más alto, lo que podría
interpretarse como que en ese país se encuentran las personas “más católicas” de acuerdo a sus
prácticas, opiniones, creencias y valores. Dentro del Top Ten del catolicismo personal llama la
atención la ausencia de países como España y Francia.
Cuadro 5 Valor del ICP para un conjunto de países, años entre 1999 y 2004
No. País ICP
No. País ICP
1 Malta (1999) 5.8684
30 United States (1999) 1.2573 2 Poland (1999) 4.8490
31 Zimbabwe (2001) 1.1759
3 Peru (2001) 4.5253
32 Germany (1999) 1.0944 4 Ireland (1999) 4.4743
33 South Africa (2001) 0.6563
5 Philippines (2001) 4.2763
34 Bosnia-Herz. (2001) 0.5849 6 Mexico (2000) 4.2222
35 Great Britain (1999) 0.5645
7 Italy (1999) 4.1585
36 Belarus (2000) 0.5009 8 Portugal (1999) 3.9298
37 South Korea (2001) 0.4011
9 Croatia (1999) 3.9148
38 Indonesia (2001) 0.3917 10 Slovakia (1999) 3.7388
39 Romania (1999) 0.3635
11 Lithuania (1999) 3.6436
40 Viet Nam (2001) 0.3244 12 Argentina (1999) 3.5229
41 Singapore (2002) 0.2385
13 Puerto Rico (2001) 3.3879
42 India (2001) 0.1428 14 Spain (1999) 3.0641
43 Moldova (2002) 0.1127
15 Austria (1999) 2.9762
44 Ukraine (1999) 0.0809 16 Czech R. (1999) 2.7725
45 Estonia (1999) 0.0761
17 Chile (2000) 2.7537
46 Sweden (1999) 0.0616 18 Venezuela (2000) 2.6665
47 Greece (1999) 0.0544
19 Belgium (1999) 2.5954
48 Japan (2000) 0.0347 20 Slovenia (1999) 2.5479
49 Denmark (1999) 0.0292
21 Luxembourg (1999) 2.4996
50 China (2001) 0.0238 22 Hungary (1999) 2.4903
51 Russian F. (1999) 0.0187
23 Uganda (2001) 2.3042
52 Kyrgyzstan (2003) 0.0172 24 Albania (2002) 2.2837
53 Iceland (1999) 0.0137
25 France (1999) 2.1795
54 Iraq (2004) 0.0134 26 Tanzania (2001) 1.9785
55 Bangladesh (2002) 0.0082
27 Canada (2000) 1.4583
56 Bulgaria (1999) 0.0075 28 Netherlands (1999) 1.3609
57 Macedonia (2001) 0.0072
29 Latvia (1999) 1.3002
58 Finland (2000) 0.0013 Fuente: Elaboración propia.
124
¿Qué utilidad puede tener el ICP? Si se calcula periódicamente de acuerdo a los
levantamientos de las encuestas (WVS y EVS), será posible observar el avance o retroceso del
catolicismo personal en cada uno de los países. También es posible correlacionar el ICP con
variables de tipo económico o social. En este caso, a título de ejemplo, la gráfica 2 ilustra la
correlación entre el ICP y el porcentaje de católicos que se declaran como “muy feliz” o
“bastante feliz” en cada país.
No podemos hablar de una relación de causalidad (si el ICP determina la felicidad, o
viceversa), sino solamente hablar de una relación positiva entre el ICP y el porcentaje de
católicos felices. Es decir, que el porcentaje de católicos felices es alto en aquellos países con
un ICP alto (y viceversa), lo que puede interpretarse como que el catolicismo personal es más
0
1
2
3
4
5
6
7
0 20 40 60 80 100
ICP
Católicos que dicen ser "muy feliz" o "bastante feliz"(%)
Gráfica 2Correlación entre el ICP y el sentimiento de felicidad, años 1999-2004
Fuente: Elaboración propia.Los datos del sentimiento de felicidad fueron tomados de la WVS y de la EVS (código de la pregunta A008).
125
intenso ahí dónde los católicos son más felices, o bien, que en los países donde los católicos
son más felices el catolicismo personal es más alto.
Índice de Catolicismo Global
Finalmente, es posible intentar obtener un Índice de Catolicismo Global (ICG) a través de un
promedio ponderado del ICI y del ICP, pero antes es preciso hacer las siguientes aclaraciones:
a) Debido a que el ICI está calculado sobre una base de 226 países y el ICP sobre una
base de 58 países, no son comparables directamente, por lo que es necesario recalcular el ICI
suponiendo que el total mundial corresponde a los 58 países del ICP;
b) En sentido estricto, sólo son comparables los índices que se refieren al mismo año en
cada país, lo cual se cumple únicamente en 7 casos (Canadá, Chile, Japón, México, Venezuela,
Bielorrusia y Finlandia) donde el ICP y el ICI se refiere, en ambos casos, al año 2000. No
obstante lo anterior, procederemos a calcular el ICG sólo a título de ilustración para los 58
países.
c) En cuanto al valor específico de las ponderaciones para cada uno de los índices no
existe un único criterio que sea correcto. En esta ocasión, vamos a fijar una ponderación mayor
al ICP (0.75) respecto al ICI (0.25), suponiendo que para “el católico común y corriente”, en lo
que respecta a su “religiosidad”, “pesan más” los aspectos personales (prácticas, opiniones,
creencias y valores) que los aspectos institucionales (número de sacerdotes, parroquias,
trámites de nulidad, etcétera) de su religión.
El cuadro 6 muestra los resultados del ICG para 58 países. De la muestra de países,
vemos que el ICG más alto lo tiene Italia, lo cual vendría a confirmar la intuición con la cual
iniciamos este ensayo. Dentro de Top Ten del ICG no hay sorpresas, están los países que
126
tradicionalmente calificamos como “muy católicos”, tal vez con la excepción de Estados
Unidos país en el cual, como ya se dijo, pesa mucho el aspecto institucional.
Cuadro 6 Índices de catolicismo personal, institucional y global para un grupo de países
No. País ICP (año)
ICI (2000)
ICG
No. País ICP (año)
ICI (2000)
ICG
1 Italy (1999) 4.1585 10.8486 5.8310
30 Germany (1999) 1.0944 3.1589 1.6105 2 United States (1999) 1.2573 19.3174 5.7723
31 Netherlands (1999) 1.3609 0.6242 1.1767
3 Mexico (2000) 4.2222 7.7746 5.1103 32 Latvia (1999) 1.3002 0.0711 0.9929 4 Poland (1999) 4.8490 5.1511 4.9245
33 Zimbabwe (2001) 1.1759 0.3193 0.9618
5 Philippines (2001) 4.2763 5.2138 4.5107
34 Great Britain (1999) 0.5645 1.3821 0.7689 6 Malta (1999) 5.8684 0.1120 4.4293 35 South Africa (2001) 0.6563 0.7139 0.6707 7 Peru (2001) 4.5253 2.0495 3.9063
36 Indonesia (2001) 0.3917 1.4477 0.6557
8 Spain (1999) 3.0641 5.8645 3.7642
37 South Korea (2001) 0.4011 1.1683 0.5929 9 Ireland (1999) 4.4743 0.9318 3.5887 38 Viet Nam (2001) 0.3244 1.2653 0.5596 10 Argentina (1999) 3.5229 3.6121 3.5452
39 Bosnia-Herz. (2001) 0.5849 0.1000 0.4637
11 Portugal (1999) 3.9298 1.3875 3.2942
40 Belarus (2000) 0.5009 0.1556 0.4146 12 Croatia (1999) 3.9148 0.5501 3.0736 41 Romania (1999) 0.3635 0.4373 0.3819 13 Slovakia (1999) 3.7388 0.6265 2.9607
42 Ukraine (1999) 0.0809 0.8419 0.2711
14 France (1999) 2.1795 5.1006 2.9098
43 Singapore (2002) 0.2385 0.0340 0.1874 15 Lithuania (1999) 3.6436 0.3250 2.8139 44 Japan (2000) 0.0347 0.4262 0.1326 16 Puerto Rico (2001) 3.3879 0.3359 2.6249
45 Moldova (2002) 0.1127 0.0177 0.0889
17 Chile (2000) 2.7537 1.4635 2.4312
46 Greece (1999) 0.0544 0.0998 0.0657 18 Austria (1999) 2.9762 0.7803 2.4272 47 Estonia (1999) 0.0761 0.0087 0.0593 19 Venezuela (2000) 2.6665 1.6809 2.4201
48 Iraq (2004) 0.0134 0.1781 0.0546
20 Czech R. (1999) 2.7725 0.5651 2.2207
49 Sweden (1999) 0.0616 0.0319 0.0542 21 Belgium (1999) 2.5954 0.9429 2.1823 50 Bangladesh (2002) 0.0082 0.1125 0.0343 22 Hungary (1999) 2.4903 0.6643 2.0338
51 Russian F. (1999) 0.0187 0.0612 0.0293
23 Uganda (2001) 2.3042 1.1641 2.0192
52 Denmark (1999) 0.0292 0.0244 0.0280 24 Slovenia (1999) 2.5479 0.2118 1.9639 53 China (2001) 0.0238 0.0042 0.0189 25 Luxembourg (1999) 2.4996 0.0636 1.8906
54 Kyrgyzstan (2003) 0.0172 0.0085 0.0150
26 Tanzania (2001) 1.9785 1.2297 1.7913
55 Bulgaria (1999) 0.0075 0.0347 0.0143 27 India (2001) 0.1428 6.5995 1.7570 56 Iceland (1999) 0.0137 0.0097 0.0127 28 Albania (2002) 2.2837 0.1006 1.7379
57 Macedonia (2001) 0.0072 0.0165 0.0095
29 Canada (2000) 1.4583 2.5669 1.7355
58 Finland (2000) 0.0013 0.0119 0.0039 Fuente: Elaboración propia.
127
PRÁCTICAS RELIGIOSAS Y FELICIDAD: EL CASO DE LA POBLACIÓN CATÓLICA
¿Contribuyen las prácticas religiosas a la felicidad de las personas creyentes? Hay tres
respuestas posibles para esta pregunta: no, sí, y en algunos casos. Un ejemplo de la primera
respuesta la encontramos en el ensayo denominado La Utilidad de la Religión, donde J. S. Mill
(1874) duda que la felicidad, entendida ésta como la consecución de placer y la ausencia de
dolor, pueda ser alcanzada por los creyentes a partir de sus prácticas religiosas, porque ellas
están basadas en el miedo al castigo, un miedo a la condena eterna.1
Un contundente sí, es la respuesta de Juan B. María Vianney, el santo cura de Ars, para
quien las prácticas de la oración y la comunión contribuyen a nuestra felicidad: “la oración es la
felicidad del hombre sobre la tierra”2 y “toda nuestra felicidad en este mundo consiste en
recibir a Jesucristo en la Sagrada Comunión”3.
Un ejemplo de la tercera respuesta es la que ofrece Romo (2006) al señalar que es posible
que la moral cristiana, y las prácticas religiosas que en ella se sustentan, contribuya a la felicidad
de las personas, siempre y cuando se cumplan algunas condiciones, entre ellas: la moral
entendida como praxis de la fe (coherencia entre la moral formulada y la moral vivida), el paso
de una moral heterónoma a una moral de autonomía teónoma (un cruce entre lo humano y lo
divino) y una moral centrada en la persona más que una moral centrada en la ley (primero el
amor y luego el cumplimiento normativo).4
Las tres respuestas que hemos ofrecido a la cuestión inicial se circunscriben al mundo de
la teoría, de la especulación, de las hipótesis o de las experiencias personales particulares. ¿Pero
1 Cf. C. MELLIZO, (edit., y trad.), John Stuart Mill: tres ensayos sobre la religión (La naturaleza; La utilidad de la religión; El teísmo), (Tecnos, Madrid 2012). 2 Citado en JUAN XXIII, Carta Encíclica: Sacerdotii nostri primordia. En el I centenario del tránsito del santo cura de Ars. [1° de agosto de 1959: AAS 51 (1959) 745-579.] 3 Citado en F. FERNANDEZ-CARVAJAL, “Antología de textos para hacer oración y para la predicación” (Ediciones Palabra, Madrid 152005) 176. 4 W. ROMO, “¿Permite ser feliz la moral cristiana?”, en Teología y Vida, 47/2-3, (2006) 243-273.
128
qué dicen las pruebas empíricas al respecto? ¿Cómo inciden las prácticas religiosas sobre
diferentes dimensiones del bienestar como son la salud física, la salud mental, la felicidad y la
satisfacción con la vida?
Revisión de estudios empíricos
El estudio de Ferraro (1998) para la población de Estados Unidos concluye que las prácticas
religiosas (asistir a servicios religiosos, leer libros religiosos y seguir programas religiosos en
radio o TV) están asociadas positivamente con la felicidad y con la satisfacción con la salud, y
negativamente con la depresión (es decir, a mayor práctica religiosa menor depresión). Así
mismo, afirma que las prácticas religiosas generalmente actúan como un contrapeso de los
efectos negativos que el sobrepeso puede tener sobre el bienestar de las personas, aunque en el
caso específico de las personas obesas, resultó que ellas son más propensas a experimentar
depresión y menores niveles de satisfacción con su salud no obstante tener altos niveles de
práctica religiosa1.
Para el caso específico de la población joven tenemos el estudio de Anastasi y Newberg
(2008) que contó con la participación de 30 estudiantes de una escuela católica en Pensilvania,
Estados Unidos, en el cual se observó que aquellos estudiantes (12) que recitaron el Rosario
tuvieron un considerable descenso en sus niveles de ansiedad, en comparación con aquellos
estudiantes (18) que no participaron en la recitación del Rosario.2
Por su parte, Johnstone y otros (2012) en un estudio realizado en los Estados Unidos
tomando una muestra de 160 individuos (hombres y mujeres) mayores de 18 años de distintas
1 K. F. FERRARO, “Firm believers? Religion, body weight, and well-being”, en Review of Religious Research 39/3 (1998) 224-244. 2 M. W. ANASTASI - A. B. NEWBERG, “A preliminary study of the acute effects of religious ritual on anxiety”, en Journal of Alternative and Complementary Medicine, 14/2 (2008) 163-165.
129
tradiciones de fe (de los cuales 41 fueron católicos), concluyen que las prácticas religiosas
privadas (como lo es rezar) tiene efectos positivos en la salud mental de las personas.1
Hay algunos estudios que específicamente se dedican a personas involucradas en un
ámbito religioso católico. Por ejemplo, el estudio de Corwin (2014) que realiza un análisis
lingüístico de datos etnográficos de un grupo de hermanas franciscanas de un convento en el
Oeste de Estados Unidos, y cuya conclusión es que la práctica de la oración que realizan las
hermanas franciscanas funciona como una forma de soporte social que contribuye a explicar
los elevados niveles de bienestar físico y psicológico que reportan esas religiosas.2 También está
el estudio de Büssing y otros (2016) en el cual participaron 7,390 personas dedicadas a
actividades de pastoral católica (42% sacerdotes, 13% diáconos, 20% asistentes de pastoral,
25% expertos de la Parroquia) concluye que cuando se reza en un ambiente privado la oración
tiene mayores efectos positivos sobre la salud física y mental, que cuando se reza en un
ambiente colectivo.3
Martínez (2004) toma como objeto de estudio a 80 jóvenes católicos de la ciudad de
Lima, Perú, pertenecientes a la parroquia El Buen Pastor adscrita a la Diócesis de Carabayllo.
El estudio correlaciona una escala de prácticas religiosas compuesta por 4 ítems (importancia
de la religión y de Dios; nivel de la espiritualidad y frecuencia de la práctica de rezar u orar) y
una escala de satisfacción con la vida, obteniendo como resultado que a mayor frecuencia de
rezo individual mayor es la satisfacción con la vida.4
1 B. JOHNSTONE y otros, “Relationships among spirituality, religious practices, personality factors, and health for five different faith traditions”, en Journal of Religion and Health 51/4 (2012) 1017-1041. 2 A. I. CORWIN, “Lord, hear our prayer: prayer, social support, and well-being in a catholic convent”, en Journal of Linguistic Anthropology, 24/2 (2014) 174–192. 3 A. BÜSSING y otros, “Health and life satisfaction of roman Catholic pastoral workers: private prayer has a greater impact than public prayer”, en Pastoral Psychology 65/1 (2016) 89-102. 4 M. R. MARTÍNEZ, Religiosidad, prácticas religiosas y bienestar subjetivo en jóvenes católicos de Lima norte (Tesis profesional; Facultad de Letras y Ciencias Humanas, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima 2014).
130
Partiendo del resultado ya comprobado por una gran variedad de estudios en lo referente
a que el ingreso monetario de una persona está positivamente correlacionado con su nivel de
bienestar subjetivo, el estudio de Dehejia y otros (2005) examinó, para la población de Estados
Unidos, si la asistencia a los servicios religiosos puede amortiguar las oscilaciones sobre el nivel
de felicidad que se dan a raíz de las variaciones en los niveles de ingreso, encontrándose que la
participación religiosa activa amortigua cerca de 2/3 de la reducción en la felicidad que se daría
ante una baja en el ingreso.1
El trabajo de Headey y otros (2008) para la población de Alemania estudia los efectos a
largo plazo de las prácticas religiosas sobre la satisfacción con la vida, encontrando que los
efectos positivos sobre el bienestar subjetivo de las personas derivado de las prácticas religiosas
no son transitorios, sino permanentes.2
El estudio de Ferre y otros (2010) para la población de Uruguay encontró que los
cristianos que más asisten a servicios religiosos (sin distinguir entre católicos y protestantes)
tienen una mayor probabilidad de estar satisfechos con la vida que quienes no lo hacen.3
También se han llevado a cabo estudios para conocer la incidencia de las prácticas
religiosas sobre la felicidad en la población infantil. Por ejemplo, el trabajo de Holder y otros
(2010) concluye que aunque las creencias espirituales resultaron ser un fuerte pronosticador de
la felicidad, las prácticas religiosas (ir a misa, rezar y meditar) resultaron muy débilmente
asociadas con la felicidad de los niños.4
1 R. DEHEJIA y otros, Insuring consumption and happiness through religious organizations (Working Paper 11576; National Bureau of Economic Research, Cambridge, Massachusetts 2005). 2 B. HEADEY y otros, Authentic happiness theory supported by impact of religion on life satisfaction: a longitudinal analysis with data for Germany (Discussion Paper 3915; Institute for the Study of Labor [IZA], Bonn 2008). 3 Z. FERRE y otros, Satisfacción con la vida, fe religiosa y asistencia al templo en Uruguay (Papers on Economics of Religion 10/01; Departamento de Teoría e Historia Económica, Universidad de Granada, Granada 2010). 4 M. D. HOLDER y otros, “Spirituality, religiousness, and happiness in children aged 8–12 years”, en Journal of Happiness Studies 11 (2010) 131–150.
131
En el estudio para la población de Estados Unidos realizado por Cohen-Zada y Sander
(2010) se comprobó que atender los servicios religiosos tiene significantes y positivos efectos
sobre la felicidad, en especial para las mujeres. Con base al resultado anterior se estimó el
efecto que tiene sobre la felicidad la anulación de las llamadas blue-laws (leyes que restringen la
actividad comercial los domingos) las cuales provocan que se asista menos a los servicios
religiosos, encontrándose que la anulación de esas leyes ha reducido la frecuencia de asistencia
a los servicios religiosos de las mujeres de raza blanca y también su nivel de felicidad.1
En el documento de Layard y otros (2012) se menciona que “un estudio reciente de la
Encuesta Social Europea encontró un pequeño, pero estadísticamente significativo, efecto
(positivo) sobre la satisfacción con la vida de «asistir siempre a los servicios religiosos» y de
«rezar siempre»”2.
El documento de Rojas y Martínez (2012) se mencionan los resultados de varios
estudios:
“La religiosidad entendida como la frecuencia de las prácticas religiosas también ha mostrado
una relación positiva con el bienestar subjetivo. Para el caso de la población chilena, Florenzano
y Dussaillant (2011) encuentran una relación positiva entre la religiosidad y la felicidad. De
acuerdo con sus hallazgos, quienes dicen practicar su religión activamente tienen una
probabilidad mayor de ser felices; concretamente, tienen una probabilidad de ser felices 4 puntos
porcentuales por encima de quienes no practican. García et al. (2008) llegan a hallazgos
equivalentes para la población de Monterrey, México, pues es también la frecuencia de la
práctica religiosa la que se correlaciona con el bienestar subjetivo. De acuerdo a sus hallazgos,
1 D. COHEN-ZADA - W. SANDER, Religious participation versus shopping: what makes people happier? (Discussion Paper 5198; IZA, Bonn 2010). 2 “A recent large study of individuals in the European Social Survey found small but statistically significant effects on life satisfaction of «ever attending religious services» and «ever praying»”. R. LAYARD y otros “The causes of happiness and misery”, en J. HELLIWELL y otros (eds.), World happiness report 2012 (The Earth Institute, Canadian Institute for Advanced Research, Centre for Economic Performance, New York 2012) 58-89, 72.
132
hay una diferencia estadísticamente significativa entre la felicidad promedio de aquellos que
asisten a servicios religiosos más de una vez a la semana y aquellos que nunca asisten. Esto
converge con hallazgos de otras regiones (Gauthier et al., 2006)”1.
El trabajo de Bechert (2013) concluye que las personas religiosas tienden a ser más
felices que las personas no religiosas, y para el caso de los países latinoamericanos con
población predominantemente católica no se obtuvieron resultados homogéneos, pues
mientras que en México, Chile y Uruguay no hay una correlación positiva relevante entre
religiosidad y felicidad, en Venezuela sí la hay.2
En la encuesta realizada en 2014 por el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana
(IMDOSOC), con una muestra de 4,313 personas (48% hombres y 52% mujeres) de 18 años y
más, a la pregunta ¿qué es lo que le provoca mayor felicidad de su religión? el 9% de los
católicos mexicanos respondió “asistir a misa”, y el 6% dijo “rezar/orar”.3
El estudio de Clark y Lelkes (2009) que contó datos de 90,000 individuos de 26 países
europeos, concluye que dos prácticas religiosas (asistir a la Iglesia y hacer oración) están
asociadas con mayores niveles de satisfacción con la vida.4
En el documento de Becchetti y otros (2015) se menciona que “Becchetti et al.,
demuestran que el trabajo voluntario, la participación religiosa, la ayuda a amigos/vecinos, y la
1 M. ROJAS - I. MARTÍNEZ (coords.) Medición, investigación e incorporación a la política pública del bienestar subjetivo: América Latina. Reporte de la Comisión para el Estudio y la Promoción del Bienestar en América Latina (Foro Consultivo, Científico y Tecnológico, México 2012) 45. 2 I. BECHERT, “Are religious people happier than non-religious people?”, en I. BECHERT - M. QUANDT (eds.), ISSP data report: religious attitudes and religious change (GESIS-Leibniz-Institut für Sozialwissenschaften, Köln 2013) 59-71. 3 INSTITUTO MEXICANO DE DOCTRINA SOCIAL CRISTIANA, Encuesta nacional de cultura y práctica religiosa en México (IMDOSOC, México 2014). 4 A. E. CLARK - O. LELKES, Let us pray: religious interactions in life satisfaction (Working Papers 2009-01; Paris School of Economics, Paris 2009).
133
participación en organizaciones de la comunidad afectan positiva y significativamente la
satisfacción con la vida”1.
En su estudio, Cappellen y otros (2016) le dan especial atención al papel de las
emociones como la variable intermedia (instrumental) que provoca que la asistencia a misa se
relacione positivamente con el bienestar subjetivo. En particular, el estudio concluye que los
sentimientos de reverencia, gratitud, amor y paz auto-reportados por los creyentes durante la
misa, son las emociones positivas que hacen que la experiencia de asistir a misa contribuya a
niveles más elevados de satisfacción con la vida.2
Un estudio empírico con datos de ISSP
Una vez revisada la literatura sobre el tema, vamos a presentar nuestro propio estudio empírico
para verificar si las prácticas religiosas contribuyen a la felicidad de las personas creyentes, en
particular, de las personas que profesan la fe católica. Para ello, se realizaron varios ejercicios
estadísticos utilizando la base de datos del Programa Internacional de Encuestas Sociales3 del
Instituto Leibniz para las Ciencias Sociales4 que contiene información acerca de opiniones,
actitudes y prácticas religiosas de un total de 59,986 personas (45.1% hombres, 54.9% mujeres)
de 15 años y más, recolectada entre noviembre de 2007 y julio de 2010 en 41 países, y cuyos
resultados se dieron a conocer en 2012.
1 “They (Becchetti et al.) show that voluntary work, religious attendance, helping friends/neighbors, and participation in community-related organizations affect life satisfaction positively and significantly”. L. BECCHETTI y otros, “Human values, civil economy, and subjective well-being”, en J. HELLIWELL y otros (eds.), World happiness report 2015 (The Earth Institute, Canadian Institute for Advanced Research, Centre for Economic Performance, Sustainable Development Solutions Network, Emirates Competitiveness Council, New York 2015) 132-151, 142. 2 P. VAN CAPPELLEN y otros, “Religion and well-being: the mediating role of positive emotions”, en Journal of Happiness Studies 17/2 (2016) 485-505. 3 INTERNATIONAL SOCIAL SURVEY PROGRAMME, Religion III - ISSP 2008 (ZA4950 Data file Version 2.2.0; GESIS Data Archive, Cologne 2012). 4 Es la institución más grande para el estudio de las ciencias sociales en Alemania, establecida en 1986, con sedes en Mannheim, Colonia y Berlín.
134
Metodológicamente, se procedió de la siguiente manera. Primero se seleccionó a la
población católica, tomando para ello únicamente aquellos individuos que declararon
pertenecer al grupo “Católico Romano”1, obteniéndose un total de 22,982 personas (casos),
que representan el 38.8% del total de los encuestados, como se indica en el cuadro 1 (todos los
cuadros se ubican al final del ensayo). Una vez definido el universo de población católica, se
procedió a conocer su nivel de felicidad2, obteniéndose como resultado que el 83.7% declaró
ser “muy feliz” o “algo feliz”, y el restante 16.3% declaró ser “poco feliz” o “nada feliz”, cifras
que se desprenden del cuadro 2.
Para representar las prácticas religiosas se seleccionó un conjunto de siete variables que
son las siguientes: la frecuencia con la que se asiste a misa; la frecuencia con la que se hace
oración; la frecuencia con la que se participa en las actividades organizadas por la Iglesia; la
frecuencia con la que se visita un santuario; si se poseen objetos religiosos (por ejemplo, un
crucifijo); si se es una persona que sigue la religión; y si se hizo algún tipo de sacrificio personal
(por ejemplo, ayunar) en un periodo religioso (por ejemplo, cuaresma). El cuadro 3 detalla el
tipo de pregunta y las etiquetas que corresponden a estas variables en la base de datos de la
Encuesta.
De la información que presenta el cuadro 4 se desprenden las siguientes características
de la población católica: el 11.9% nunca hace oración, en tanto que el 31.5% reza a diario (una
o varias veces); el 46.6% nunca participa en las actividades que organiza la Iglesia, algo que sí
hacen por lo menos cada mes el 17.4%; el 15% nunca asiste a misa, en tanto que el 25.1%
asiste por lo menos cada semana; el 35.6% nunca ha visitado un santuario por motivos
religiosos, mientras que el 42.5% visita un santuario por lo menos una o dos veces al año; el
1 La etiqueta de la variable en la base de datos es “R: Religious main groups, derived”. 2 La etiqueta de la variable en la base de datos es “Q1 How happy or unhappy”.
135
8.7% no sigue su religión ni se considera una persona espiritual, en cambio, el 32.8% considera
que sí sigue su religión y que es una persona espiritual; el 66.3% posee objetos religiosos y el
35.6% ha realizado sacrificios personales por motivos religiosos.
Con la información recopilada se llevaron a cabo varios ejercicios estadísticos (cálculo de
modelos), utilizando el procedimiento de regresión logística binaria (método = introducir),
para conocer el tipo de incidencia, si existe tal, de las prácticas religiosas (variables
independientes) sobre el nivel de felicidad (variable dependiente) de la población católica en
general, para los hombres, para las mujeres y por grupos de edad.
El nivel de felicidad se recodificó como una variable dicotómica (Feliz = 1; No Feliz =
0), donde “Feliz” incluye las categorías “muy feliz” y “algo feliz”, y “No Feliz” incluye las
categorías “poco feliz” y “nada feliz”.
A fin de contar con el mayor número de casos posibles se excluyó de los cálculos la
variable “Hace Sacrificios” debido a que aporta únicamente alrededor de ocho mil casos
válidos, equivalente al 35.5% del total del universo de católicos, en cambio, al proceder de la
manera descrita fue posible obtener un máximo de 20,100 casos válidos equivalente al 87.5%
del universo total de católicos.
Finalmente, a fin de evitar un sesgo de especificación, se calcularon las correlaciones
parciales entre todas las variables independientes (asistencia a misa y oración, asistencia a misa
y participación en las actividades de la Iglesia, asistencia a misa y objetos religiosos, etcétera;
oración y participación en las actividades de la Iglesia, oración y objetos religiosos, etcétera),
obteniéndose como resultado que ninguna interacción fue estadísticamente significativa,
motivo por lo cual el modelo calculado no incluye ninguna variable dicotómica de interacción.
136
Los resultados que se presentan en el cuadro 5 incluyen únicamente los valores de
aquellos coeficientes (parámetros β) que resultaron estadísticamente significativos a los niveles
habituales del estadístico ρ (0.050, 0.010 y 0.001). Teóricamente se esperan signos positivos en
todos los coeficientes. Además de la constante y del número de casos válidos, se ofrecen
algunos estadísticos de la bondad del ajuste (validez global de las estimaciones) de los cálculos
de los modelos. Los criterios para evaluar los estadísticos de bondad de ajuste son los
siguientes: es deseable una significancia cercana a cero en la prueba ómnibus; es deseable una
significancia cercana a 1 en la prueba Hosmer-Lemeshow; el estadístico R-cuadrado Cuenta
debe ser cercano a 100%; en tanto que los estadísticos R-cuadrado de Cox-Snell y R-cuadrado
de Nagelkerke son mejores cuando ambos se acercan a 1.
Por tratarse de variables independientes cualitativas se tomaron algunas categorías de
control, en este caso, aquellas que son contrarias a la práctica que se evalúa, es decir, “nunca
asiste a misa”, “nunca hace oración”, etcétera, lo cual debe tenerse en cuenta al momento de
hacer la interpretación de los resultados.
En general, los cálculos realizados tuvieron una significancia estadística global aceptable,
a acepción del cálculo realizado para los grupos de edad de 26-35 años y de 56-65 años
(significancia en la prueba ómnibus 0.183 y 0.341, respectivamente); así mismo, para el grupo
de edad de 56-65 años la significancia de la prueba Hosmer-Lemeshow resultó ser la más baja
(0.265). Así pues, estos dos grupos de edad (26-35 y 56-65 años) serán excluidos del análisis
por su baja significancia estadística. Los valores muy bajos de los pseudo R-cuadrados de Cox-
Snell y de Nagelkerke no deben preocuparnos demasiado porque los cálculos no se hicieron
con el fin de hacer pronósticos (análisis de prospectiva) acerca del valor puntual del nivel de
felicidad, sino únicamente para conocer el tipo de relación que existe entre las variables
137
(análisis correlacional). El valor de R-cuadrado Cuenta en todos los casos resultó superior a
80% lo que contribuye a una significancia global aceptable de los cálculos.
Análisis de resultados
(a) Asistencia a misa
Para el caso general, el nivel de felicidad de aquellos católicos que asisten a misa
(independientemente de la frecuencia) es mayor en comparación con aquellos católicos que
nunca asisten a misa. También se observa que conforme aumenta la frecuencia con la que se
asiste a misa también aumenta el nivel de felicidad, alcanzando su máximo en “cada semana”.
Esta tendencia positiva entre asistencia a misa y felicidad se observa de igual manera para
el caso general de las mujeres católicas, pero en el caso de los hombres católicos hubo una
particularidad: el nivel de felicidad de los hombres que asisten a misa sólo es mayor, en
comparación con aquellos hombres que nunca asisten a misa, cuando se asiste a misa poco
(varias veces al año) o de manera muy frecuente (cada semana y, especialmente, varias veces a
la semana).
En cuanto a los grupos de edad, sorprende el resultado de que para los católicos más
jóvenes (15-25 años) y para los adultos en el rango de 36-45 años, su nivel de felicidad aumenta
(en comparación con aquellos católicos pertenecientes a esos grupos de edad que nunca asisten
a misa) cuando asisten a misa con mayor frecuencia. En cambio para los adultos mayores
católicos (66 años en adelante) sólo es relevante el caso de asistencia a misa una vez (o más) a
la semana.
(b) Hacer oración
En todos los casos, excepto para el de las personas de 76 años y más, hacer oración
reduce el nivel de felicidad de los católicos, en comparación con aquellos católicos que nunca
138
hacen oración. Para el caso general, a medida que se hace oración con mayor frecuencia (es
decir, cuando se pasa de “una o dos veces al año” a “una o varias veces al día”) el nivel de
felicidad se reduce en comparación con aquellos que nunca hacen oración. Esta tendencia se
mantiene para el caso de las mujeres católicas, pero en el caso de los hombres católicos no hay
relación entre felicidad y la frecuencia con la que se hace oración. Por grupos de edad, estos
resultados negativos de la oración sobre la felicidad se mantienen para los católicos más
jóvenes (15-25 años).
(c) Participación en las actividades que organiza la Iglesia
En el caso general, participar con poca frecuencia (“menos de una vez al año”, o “una o
dos veces al año”) en las actividades que organiza la Iglesia aumenta la felicidad, en
comparación con aquellos que nunca participan en dichas actividades. Esta relación es aún más
marcada en el caso de las mujeres, donde la felicidad aumenta conforme aumenta la frecuencia
(alcanzando su máximo en “cada mes”) con la que se participa en las actividades de la Iglesia,
en comparación con aquellas mujeres que no participan. Para las personas entre 36 y 45 años
contribuye a su felicidad participar en las actividades de la Iglesia una o dos veces al año, lo
mismo que para el grupo de 76 años y más.
(d) Visita a un santuario
Visitar un santuario una o dos veces al año sólo aumenta la felicidad de aquellos
católicos que tienen 76 años y más, respecto a aquellos católicos de la misma edad que nunca
visitan un santuario. Si se asiste una vez al mes a un santuario se reduce la felicidad, en
particular de las mujeres católicas y de los católicos más jóvenes (15-25 años de edad).
139
(e) Posesión de objetos religiosos
Poseer un artículo religioso reduce, en general, la felicidad de los católicos, y en particular
la felicidad de los hombres católicos, en comparación con aquellos que no poseen ningún
artículo religioso. En el caso de las mujeres y por grupos de edad, la posesión o no de artículos
religiosos no tiene relación alguna con la felicidad.
(f) Seguimiento de la religión
Seguir la religión y considerarse una persona espiritual resultó estar relacionado de
manera ambigua con el nivel de felicidad, es decir, no se puede afirmar si esa relación es
positiva o negativa. Únicamente se obtuvo un resultado preciso para el grupo de católicos entre
66 y 75 años de edad, donde se observó que “seguir la religión y considerarse una persona
espiritual” reduce el nivel de felicidad en comparación con aquellos católicos entre 65 y 75
años de edad que no siguen la religión y no se consideran una persona espiritual.
Discusión y conclusión
De los resultados obtenidos, se desprende que la práctica religiosa que tiene mayor influencia
en la felicidad de la población católica es la asistencia a misa, y en especial cuando se asiste con
mayor frecuencia (hasta llegar a una o varias veces a la semana). Esta influencia positiva de la
asistencia a misa sobre la felicidad se refleja más en el caso de las mujeres que en el caso de los
hombres. Participar frecuentemente (una vez al mes) en las actividades que organiza la Iglesia
también contribuye a la felicidad de los católicos, en particular de las mujeres. Hacer oración, y
mientras se haga con mayor frecuencia, es una práctica religiosa que reduce la felicidad de los
católicos, en especial la felicidad de las mujeres.
Los resultados respecto a la asistencia a misa y a la participación en las actividades de la
Iglesia están en línea con las conclusiones de los estudios revisados; sin embargo, el hallazgo de
140
que hacer oración reduce la felicidad de los católicos es contrario a los resultados de esos
estudios, en particular a los de Clark y Lelkes (2009), Martínez (2014) y el estudio mencionado
en Becchetti y otros (2015)1.
El resultado negativo de la práctica de la oración sobre la felicidad de los católicos podría
justificarse argumentando que la forma y el contexto en el cual se lleva a cabo dicha práctica
religiosa no se ha tomado en cuenta en el análisis, lo cual es, de suyo, cierto. Sin embargo, la
argumentación también puede ir en un sentido diferente.
Tal vez rezar sí produce felicidad para los católicos, sólo que posiblemente se trate de un
tipo “diferente” de felicidad que no se corresponde con el tipo de felicidad que el católico tiene
en mente cuanto responde a la pregunta “¿qué tan feliz es usted? Es posible, por tanto,
plantear la hipótesis de que la felicidad que reportan los católicos en encuestas como la que
hemos utilizado es una felicidad “de acción”, una felicidad relacionada directamente con la
actividad humana, y más específicamente con la actividad social.
Asistir a misa y participar en las actividades que organiza la Iglesia son prácticas religiosas
en las cuales mientras mayor sea la cantidad de personas que participan en ellas es más
gratificante la experiencia para los asistentes. Por ejemplo, al “darnos fraternalmente la paz”
durante la celebración de la misa llega un momento, si hay mucha concurrencia, que parece que
hay una fiesta por las risas, los besos y los abrazos que se prodigan entre sí los asistentes, en
especial los miembros de una misma familia (algo de lo que no pocos sacerdotes se han
quejado argumentando, con cierta razón, que se pierde la solemnidad de la celebración, pues
los besos y los abrazos continúan aún durante la fracción del pan).
1 A. E. CLARK – O. LELKES, Let us pray…; M. R. MARTÍNEZ, Religiosidad, prácticas religiosas…; y L. BECCHETTI y otros, “Human values, civil…”.
141
En cambio, la oración tiene una lógica totalmente diferente, y en especial la oración
privada. La felicidad que reporta al católico la oración sería una felicidad de tipo “mística” que
nada tiene que ver, e incluso se contradice, con la felicidad “de acción”. Cuando la oración es
colectiva existen múltiples distractores que pueden ocasionar que la oración no sea “tan
profunda” como pudiera llegar a ser la oración que se realiza en un ambiente totalmente
privado y de recogimiento. La hipótesis es que este tipo de felicidad no es captado por las
encuestas, no es la felicidad que auto-reportan los católicos.
La hipótesis planteada sugiere que, cuando se trate de estudiar el efecto que tiene sobre
la felicidad una práctica religiosa de tipo más místico, como lo es rezar, lo mejor sería
cuantificar la felicidad no de manera “subjetiva” (a través de encuestas), sino de manera
“objetiva” a través, por ejemplo, de la actividad cerebral1 o de marcadores bioquímicos2.
El estudio de las creencias y prácticas religiosas y su relación con la actividad cerebral o
con la actividad bioquímica del ser humano, han dado origen a campos interdisciplinarios
conocidos entre los interesados en esas cuestiones como neuroteología3 y bioteología4. Los trabajos
en esos dos campos no cuantifican la felicidad (bienestar subjetivo) de las personas, sino sólo
1 Sobre el tema de la cuantificación de la felicidad a través de la actividad cerebral veáse R. DAVIDSON – B. SCHUYLER, “Neuroscience of happiness”, en J. HELLIWELL y otros (eds.), World happiness report 2015…, 88-105. 2 Los marcadores bioquímicos (como el alfa amilasa en la saliva, el cortisol libre en la saliva y la oxitocina) son sustancias del organismo que pueden utilizarse para cuantificar de manera objetiva estados afectivos del individuo (como la felicidad). Los marcadores genéticos, indicadores objetivos dentro del ADN, también pueden dar cuenta de las predisposiciones emocionales de los individuos (no sólo de las diferencias en el color de la piel o de enfermedades de origen genético como el Síndrome de Down). Véase J. YAMAMOTO, “Hacia una medición objetiva del bienestar subjetivo”, en Realidad, Datos y Espacio. Revista Internacional de Estadística y Geografía 5/3 (2014) 34-43. 3 El trabajo más famoso (no el primero, ni necesariamente el mejor) dentro del polémico campo de la neuroteología es A. NEWBERG, Principles of Neurotheology (Surrey/Burlington, Ashgate, Farnham, Surrey, England 2010) cuyas conclusiones y afirmaciones han sido severamente cuestionadas y debatidas. Sobre esta polémica véase S. VÖRÖS “Neurotheologia, Quo Vadis: some philosophical problems of neurotheology”, en Prolegomena: Journal of Philosophy 13/2 (2014) 351-372, y S. DIXON – G. WILCOX, “The counseling implications of neurotheology: a critical review”, en Journal of Spirituality in Mental Health 18/2 (2016) 91-107. 4 Un trabajo para iniciarse en el tema es M. CAVANAUGH, “Biotheology: a new synthesis of science and religion” (University Press of America, Lanham, Maryland, USA 1995).
142
algunos aspectos de su salud física (bienestar físico) o mental (bienestar psicológico)1, por lo
que todavía queda abierta la cuestión planteada: cuantificar los efectos de las prácticas religiosas
sobre la felicidad de las personas, cuantificando la felicidad (o bienestar subjetivo) a través de la
actividad cerebral o a través de marcadores bioquímicos. Parece que sólo es cuestión de tiempo
para que conozcamos de la publicación de tales estudios. Estaremos atentos.
1 Por ejemplo: A. J. GRAY, “Whatever happened to the soul? Some theological implications of neuroscience”, en Mental Health, Religion and Culture 13/6 (2010) 637-648; U. SCHJOEDT, “The religious brain: a general introduction to the experimental neuroscience of religion”, Method and Theory in the Study of Religion 21/3 (2009) 310-339; T. D. HILL y otros, “Religious attendance and biological functioning: a multiple specification approach”, en Journal of Aging and Health 26/5 (2014) 766-785; C. PAIVA y otros, “The impact of religiosity and individual prayer activities on advanced cancer patients' health: is there any difference in function of whether or not receiving palliative anti-neoplastic therapy?”, en Journal of Religion and Health 53/6 (2014) 1717-1727; D. M. YEAGER y otros, “Religious involvement and health outcomes among older persons in Taiwan”, en Social Science and Medicine 63/8 (2006) 2228-2241; C. F. HYBELS y otros, “Inflammation and coagulation as mediators in the relationships between religious attendance and functional limitations in older adults”, en Journal of Aging and Health 26/4 (2014) 679-697; R. E. DEW y otros, “A prospective study of religion/spirituality and depressive symptoms among adolescent psychiatric patients”, en Journal of Affective Disorders 120/1-3 (2010) 149-157; entre otros.
143
Cuadro 1 Cantidad de personas que se declararon como católicos en la Encuesta
Católico Romano1/
No Católico2/ Sin religión Total
Número % del Total
Irlanda 1,795 87.7 108 144 2,047 España 1,747 75.1 79 500 2,326 República Dominicana 1,614 79.2 363 62 2,039 Francia 1,222 51.5 89 1,063 2,374 México 1,188 82.0 143 117 1,448 Polonia 1,088 86.2 21 153 1,262 Chile 1,068 71.7 294 127 1,489 Croacia 1,049 88.3 62 77 1,188 Filipinas 971 80.9 229 0 1,200 Italia 961 89.4 6 108 1,075 Año 2008 255 91.1 1 24 280 Año 2010 706 88.8 5 84 795 Bélgica/Flandes 945 75.0 40 275 1,260 Portugal 879 88.3 37 79 995 Venezuela 836 77.8 160 79 1,075 Eslovaquia 792 70.6 142 188 1,122 Eslovenia 782 74.2 64 208 1,054 Austria 747 73.2 97 176 1,020 Hungría 613 61.3 229 158 1,000 Reino Unido 560 18.2 1,500 1,009 3,069 Gran Bretaña 173 8.7 943 865 1,981 Irlanda del Norte 387 35.6 557 144 1,088 Países Bajos 535 27.9 577 805 1,917 Uruguay 531 53.3 186 280 997 República Checa 509 34.5 73 894 1,476 Alemania 499 29.3 618 585 1,702 Occidental 480 40.7 509 189 1,178 Oriental 19 3.6 109 396 524 Suiza 410 33.7 497 308 1,215 Australia 335 20.2 609 715 1,659 Estados Unidos 329 24.2 812 218 1,359 Sudáfrica 272 8.3 2,535 473 3,280 Letonia 204 19.4 434 414 1,052 Ucrania 150 7.7 1,636 164 1,950 Corea del Sur 135 9.0 775 598 1,508 Nueva Zelanda 131 13.1 491 377 999 Taiwán 28 1.5 1,650 249 1,927 Israel 16 9.8 1,142 33 1,191 Dinamarca 13 0.7 1,651 278 1,942
144
Cuadro 1 Cantidad de personas que se declararon como católicos en la Encuesta
Católico Romano1/
No Católico2/ Sin religión Total
Número % del Total
Suecia 13 1.1 841 362 1,216 Noruega 7 0.7 883 170 1,060 Chipre 6 0.6 988 4 998 Rusia 2 0.2 821 158 981 Finlandia 0 0.0 917 200 1,117 Japón 0 0.0 450 735 1,185 Turquía 0 0.0 1,435 5 1,440 Sub Total 22,982 38.8 23,684 12,548 59,214 Casos perdidos*/
772
Total de Casos
59,986 1/ La etiqueta de la variable en la base de datos es “R: Religious main groups (derived)”. 2/ Incluye los grupos: protestante, cristiano ortodoxo, judío, Islam, budista, hinduista, otras religiones cristianas, otras religiones orientales y otras religiones. */ Los casos perdidos (no válidos) son debido a que la pregunta fue rechazada, la persona no pudo elegir, no supo o no respondió. Fuente: INTERNATIONAL SOCIAL SURVEY PROGRAMME, Religion III - ISSP 2008 (ZA4950 Data file Version 2.2.0; GESIS Data Archive, Cologne 2012).
Cuadro 2: Nivel de felicidad de los católicos
(Porcentajes*/)
Muy feliz 28.5 Algo feliz 55.2 Poco feliz 14.0 Nada feliz 2.3
Total 100.0 Casos válidos1/ 98.6 (22,664)
*/ La suma de los parciales puede no ser 100.0% debido al redondeo de las cifras. 1/ Los casos perdidos (no válidos) son debido a que la pregunta fue rechazada, la persona no pudo elegir, no supo o no respondió. Fuente: INTERNATIONAL SOCIAL SURVEY
PROGRAMME, Religion III - ISSP 2008 (ZA4950 Data file Version 2.2.0; GESIS Data Archive, Cologne 2012).
145
Cuadro 3 Variables utilizadas para representar las prácticas religiosas
Práctica Religiosa Pregunta en la Encuesta Etiqueta de la variable
en la base de datos
Asiste a Misa ¿Con qué frecuencia asiste usted a misa o a servicios religiosos?
R: Attendance of religious services: extended 9 pt answer scale
Hace Oración ¿Con qué frecuencia hace usted oración (reza)? Q27 How often R pray.
Participa en la Iglesia ¿Con qué frecuencia participa en actividades u organizaciones de una Iglesia o lugar de culto, aparte de asistir a los servicios religiosos)
Q28 Take part in church activities
Visita Santuario ¿Con qué frecuencia visita un santuario o realiza un viaje religioso como peregrinación por motivos religiosos? Por favor no tomar en cuenta asistencia regular a los servicios religiosos.
Q30 Visit holy place
Objeto Religioso Por motives religiosos, ¿usted tiene en su hogar una capilla, altar u objeto religioso como una imagen o crucifijo?
Q29 Shrine, altar in Rs home
Sigue la Religión ¿Cuál de las siguientes frases lo describe mejor a usted?
• Yo sigo una religión y me considero una persona espiritual interesada en lo sagrado.
• Yo sigo una religión pero no me considero una persona espiritual interesada en lo sagrado.
• Yo no sigo una religión pero me considero una persona espiritual interesada en lo sagrado.
• Yo no sigo una religión y no me considero una persona espiritual interesada en lo sagrado.
Q32 Best describes R
Hace Sacrificios Durante el año pasado ¿hizo usted algún sacrificio personal como expresión de su fe como ayunar, seguir alguna dieta especial, o dejar de hacer alguna actividad durante un periodo religioso como la cuaresma?
Optional Q4 Personal sacrifice as expression of faith
Fuente: Elaboración propia con datos de INTERNATIONAL SOCIAL SURVEY PROGRAMME, Religion III - ISSP 2008 (ZA4950 Data file Version 2.2.0; GESIS Data Archive, Cologne 2012).
146
Cuadro 4 Prácticas religiosas de la población católica
(Porcentajes*/)
Hace Oración
Participa en la Iglesia
Asiste a Misa Visita Santuario
Nunca 11.9 46.6 15.0 35.6 Menos de una vez al año 4.0 12.2 8.4 22.0 Una o dos veces al año 4.8 12.5 10.0 19.5 Varias veces al año 10.4 11.3 19.6 14.6 Cada mes 4.6 4.8 8.5 8.4 Dos o tres veces al mes 6.4 3.4 9.2
Casi cada semana 6.4 2.9 4.3
Cada semana 7.8 4.7 21.0 Varias veces a la semana 12.2 1.6 4.1
Una vez al día 22.0
Varias veces al día 9.5 Total 100 100 100 100 Casos válidos (número)1/ 22,574 22,733 22,721 22,709
Sigue la religión
Objeto Religioso
Hace Sacrificios
Sigo mi religión y soy una persona espiritual 32.8 Sí 66.3 35.6 Sigo mi religión, pero no soy una persona espiritual 44.9 No 33.7 64.4 No sigo mi religión, pero soy una persona espiritual 13.5
No sigo mi religión y no soy una persona espiritual 8.7
Total 100 100 100 Casos Válidos (número)1/ 21,103 22,805 8,152 */ La suma de los parciales puede no ser 100.0% debido al redondeo de las cifras. 1/ Los casos perdidos (no válidos) son debido a que la pregunta fue rechazada, la persona no pudo elegir, no supo o no respondió. Fuente: Elaboración propia con datos INTERNATIONAL SOCIAL SURVEY PROGRAMME, Religion III - ISSP 2008 (ZA4950 Data file Version 2.2.0; GESIS Data Archive, Cologne 2012).
147
Cuadro 5 Incidencia de las prácticas religiosas sobre la felicidad de los católicos
Por Sexo Por Grupos de Edad
General Hombres Mujeres 15-25 26-35 36-45 46-55 56-65 66-75 +76
Asistencia a Misa1/ *** *** *** **
** *
*** **
Menos de una vez al año
Dos o tres veces al año 0.243**
0.326** 0.602*
Varias veces al año 0.349*** 0.438*** 0.291** 1.026***
0.359* 0.338*
Una vez al mes 0.354***
0.412***
0.448* 0.427*
Dos o tres veces al mes 0.446***
0.542*** 0.850**
0.440*
Casi cada semana 0.417***
0.437** 1.469**
0.744*
Cada semana 0.684*** 0.637*** 0.698*** 1.286*** 0.608** 0.915*** 0.663*** 0.463*
0.611** Varias veces a la semana 0.663*** 0.811** 0.638*** 1.368* 1.008*
0.590* 1.039**
Hace Oración2/ ***
***
*
*
Menos de una vez al año
-0.540* -0.670*
Una o dos veces al año -0.225*
-0.407*
-0.695*
Varias veces al año
0.893* Una vez al mes
Dos o tres veces al mes
Casi cada semana
-0.317*
Cada semana
-0.358*
Varias veces a la semana
-0.291*
-0.575*
Una vez al día -0.335***
-0.553***
-0.867***
Varias veces al día -0.533***
-0.740*** -0.901* -0.949**
Participa en Actividades de la Iglesia3/
*
**
Menos de una vez al año 0.159*
0.190*
Una o dos veces al año 0.170*
0.242**
0.322*
0.557* Varias veces al año 0.247** Una vez al mes
0.281*
Dos o tres veces al mes
Casi cada semana Cada semana
-0.329*
Varias veces a la semana
Visita un Santuario4/ *
*
Menos de una vez al año
Una o dos veces al año
0.548*
Varias veces al año Una vez al mes -0.183*
-0.278** -0.607*
-0.468*
Tiene objetos Religiosos5/ -0.128** -0.140*
148
Cuadro 5 Incidencia de las prácticas religiosas sobre la felicidad de los católicos
Por Sexo Por Grupos de Edad
General Hombres Mujeres 15-25 26-35 36-45 46-55 56-65 66-75 +76
Sigue la Religión6/ *** * *
*
**
• Sigo mi religión y soy una persona espiritual
-0.813**
• Sigo mi religión, pero no soy una persona espiritual
• No sigo mi religión, pero sí soy una persona espiritual
-0.820**
Constante 1.547*** 1.508*** 1.612*** 2.225*** 1.966*** 1.524*** 1.207*** 1.221*** 1.838*** 0.845** Número de casos 20,100 8,553 11,545 2,464 3,489 3,834 3,575 3,086 2,318 1,319 Prueba omnibus (sig.) 0.000 0.000 0.000 0.023 0.183 0.000 0.001 0.341 0.000 0.003 Prueba Hosmer-Lemeshow (sig.)
0.543 0.984 0.358 0.929 0.655 0.772 0.443 0.265 0.613 0.872
R-cuadrado Cuenta (%) 83.7 82.8 85.0 82.6 82.6 83.0 84.0 84.6 84.6 84.3 R-cuadrado de Cox-Snell 0.010 0.010 0.015 0.021 0.012 0.020 0.018 0.012 0.032 0.046 R-cuadrado de Nagelkerke 0.018 0.017 0.025 0.049 0.024 0.036 0.029 0.018 0.049 0.067 Notas: 1/ Categoría de control: nunca asiste a misa. 2/ Categoría de control: nunca hace oración. 3/ Categoría de control: nunca participa en actividades de la Iglesia. 4/ Categoría de control: nunca visita un santuario. 5/ Categoría de control: no tiene objetos religiosos. 6/ Categoría de control: no sigue la religión y no es una persona espiritual. * (ρ) < 0.050 ** (ρ) < 0.010 *** (ρ) < 0.001 Fuente: Cálculos propios a partir de INTERNATIONAL SOCIAL SURVEY PROGRAMME, Religion III - ISSP 2008 (ZA4950 Data file Version 2.2.0; GESIS Data Archive, Cologne 2012).