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ENTRE TANTOS ADIOSES: UNA NOTA SOBRE LA DESPEDIDA
CERVANTINA DEL PERSILES.
Jos Montero Reguera Universidad de Vigo
I.- Preliminares
Cuando un escritor siente llegar el final de sus das o el acabamiento de su ciclo literario no es infrecuente que en sus ltimas creaciones vuelva sobre los asuntos, temas y motivos que le han venido obsesionando desde sus comienzos literarios: las lecturas de su juventud, circunstancias vitales que le han dejado especial poso biogrfico, viajes, recuerdos... Y, tambin, por qu no, ofrecen obras que pueden ser consideradas como una suerte de testamento literario: aquella obra con la que espera ser recordado.
Pocos aos antes de su muerte Lope da a la estampa un complejo libro, La Dorotea ("Postuma de mis musas Dorotea/ y por dicha de m la ms querida / ltima de mi vida / pblica luz desea")', que cumple a la perfeccin con las afirmaciones anteriores: libro de recuerdos y evocaciones, en l Lope vuelve sobre dos temas nunca olvidados: uno biogrfico, las relaciones con Elena Osorio, de la que ofrece la versin ms potica e idealizada; otro, literario, La Celestina, modelo reiterado desde muy temprano; con estos elementos, entre otros, La Dorotea acaba convirtindose en un autntico testamento literario. 2 Lo mismo cabe decir de Los trabajos de Persiles y Sigismundo, la obra postuma de Cervantes.
He elegido como prtico a este trabajo el ttulo de un esplndido poemario de Rafael Morales 3 que me sirve como ajustada sntesis de lo que hoy voy a comentar: la plasmacin literaria de
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Jos MONTERO REGUERA. Entre tantos adioses: una no...

una despedida a travs de una frmula que se repite, con mnimas modificaciones, en diversos autores.
II.- El adis del Persiles
El punto de partida lo constituye el prrafo final del prlogo que Cervantes redacta para Los trabajos de Persiles y Sigismun-do; all escribe: "Adis, gracias; adis, donaires; adis, regocijados amigos, que yo me voy muriendo y deseando veros presto contentos en la otra vida". 4 Se trata de un pasaje muy conocido que me ha causado profunda admiracin desde que me acerqu por vez primera al Persiles. La roUindidad de las palabras, acrecentada por el esquema trimembre conseguido a travs de la reiteracin del motivo bsico del prrafo ("adis"), el ritmo tan marcado con los acentos agudos recayendo de nuevo sobre la palabra clave, la alusin a elementos muy cervantinos ("gracias", "donaires", amistad); la solemnidad de las afirmaciones que se corta con un llamativo quiebro irnico ("deseando veros presto contentos en la otra vida"); la asuncin, en fin, de la muerte inevitable... todo ello conforma un prodigioso final para el prlogo.
III.- Indagaciones en la fuente
Me extraa por ello que no haya recibido, salvo en un caso, la ms mnima atencin por los editores modernos del Persiles.5 En efecto, slo Carlos Romero afirma que "Si bien se mira, la formulacin del 'deseo' por parte de C. contiene todos los elementos para preocupar a ms de un lector-amigo supersticioso, que habr tocado madera, hierro o lo que fuere" (p. 123); 6 pero este editor no se extiende en otros pormenores.
Y, sin embargo, estimo, el pasaje merecera algn tipo de anotacin, por cuanto que, por ejemplo, no es la nica ocasin en que Cervantes escribe una despedida similar. En efecto, en el propio Persiles se encuentra un prrafo parecido:
Adis, castos pensamientos de Auristela! Adis, bien fundados desinios! Sosegaos, pasos, tan honrados como santos; no esperis otros mauseolos ni otras pirmides ni agujas que las que os ofrecen esas mal breadas tablas. (II, 1, p. 281).

Ms interesante a este respecto es la despedida que se inserta al final de La gran sultana (III, 2925-40):
MADRIGAL. [ . . . ]
Adis, Costantinopla famossima! Pera y Permas, adis\ Adis, escala, Chifut y aun Gued! Adis, hernioso jardn de Visitax! Adis, gran templo que de Santa Sofa sois llamado, puesto que ya servs de gran mezquita! Tarazanas, adis, que os lleve el diablo, porque podis al agua cada da echar una galera fabricada desde la quilla al tope de la gavia, sin que le falte cosa necesaria a la navegacin!.7
Con todo, el texto ms relevante a este propsito (y el que a m me ha dado pie para indagar sobre la despedida cervantina del Persiles), es el que se inserta en el captulo primero del Viaje del Parnaso (I, w . 115-132):
"Adis", dije a la humilde choza ma; "adis, Madrid; adis tu Prado y fuentes, que manan nctar, llueven ambrosa;
adis, conversaciones suficientes a entretener un pecho cuidadoso y a dos mil desvalidos pretendientes;
adis, sitio agradable y mentiroso, do fueron dos gigantes abrasados con el rayo de Jpiter fogoso;
adis, teatros pblicos, honrados por la ignorancia que ensalzada veo en cien mil disparates recitados;
adis, de San Felipe el gran paseo, donde si baja o sube el turco galgo, como en gaceta de Venecia leo;
adis, hambre sotil de algn hidalgo, que por no verme ante tus puertas muerto, hoy de mi patria y de m mismo salgo".8

Esta vez la inagotable erudicin de Miguel Herrero Garca permite ilustrar la despedida cervantina antes de iniciar el imaginario viaje al Parnaso: la contextualiza en el seno de la literatura contempornea sobre Madrid y aporta textos procedentes del Romancero General ("Adis, adis, Villa y Corte, / que el vivir se va acortando...") y de Lope de Vega; as se despiden amo y criado en Los mrtires de Madrid (Obras de Lope de Vega, BAE, n. 186, pp. 221-22):
RICARDO.- Adis, Madrid, grato suelo, corte del mayor Monarca, teatro do representa el tiempo fortunas varias!
Adis, Babilonia ilustre, querida y amada patria, archivo donde se encierran del mundo nociones varias, espejo claro, que en ti hoy se miran tantas caras!
Adis, levantadas torres; adis, altivas ventanas; adis, altos chapiteles, ilustre adorno de tantas!
Adis, jardines ilustres de deleites, y adis, casas de placeres, y adis, quintas y quintas en alabanza!
Adis, cristalinas fuentes, dulces y hermosas aguas, que a los cristales ms finos en todo tiempo aventajan!
Adis, Seora de Atocha, imagen divina y santa, milagrosa en mar y tierra, a quien dan mil alabanzas; no me despido de vos; por siempre os llevo en el alma por espejo, luz y norte en el mar de mis desgracias!
Adis, San Blas, santo Obispo que ser razn que salga para alabaros del pecho

la voz, si me dais garganta; y pues me ayudasteis siempre, favorecedme en las armas!
\Adis, divino Doctor, norte y escritura santa, Jernimo penitente entre riscos y montaas!
Adis, prados; adis, hierbas entre races y plantas!, adis, lamos frondosos, deleites de tantas almas!
Adis, altos miradores; adis, calles; adis, plazas; que ha llegado el plazo a donde es fuerza os deje y me parta!
Adis, ilustre Sevilla; adis, famosa Granada; adis, Toledo imperial, Roma en santos, Troya en armas!
Adis, galanes valientes, discretas y hermosas damas, dolos a quien contemplan almas gentiles sus gracias!
Adis, dorados balcones, corrientes claras de agua, a do se forman mil soles por las tardes y maanas!
Adis, bellas celosas, archivos de las palabras, que entre tiernos corazones en horas ocultas pasan!
Adis, palacio famoso, de los Csares alczar, cuyos ricos edificios hasta el cielo se levantan!
Adis, labrador divino, que arrimado a una aguijada vivisteis tal, pues hoy quiere canonizaros Espaa!
Adis, deleitoso Chipre, del celo y del campo casa, do ha fabricado el ingenio mil curiosidades varias!

Aquestas cosas adis se queden, y en mi esperanza todo adis, pues de Dios tienen fin y principio en su gracia; que yo me voy a la guerra por conocer si es escasa mi fortuna, o si mi dicha, do presumo me levanta.
Como caballero noble, os promete y da palabra, insigne villa, es hijo, de morir por la fe santa.
RODRIGO.- Vlgame Dios! Es posible que acabaste? Yo aguardaba [ Vuse Ricardo] que me dejases un rato para publicar mis ansias.
Tanto sentimiento y pena! Pese a mi vida!, no vaya, que yo en mi vida lo hiciera sin mucho contento y gracia.
Y pues esto va de veras, con lacayeles [sic] palabras de vos, Madrid, me despido; San Miguel haya mi alma.
\Adis, blanco" pan de leche; adis, hermosas tajadas; adis, tabernas de corte, consuelos de mis desgracias, archivos de mis deseos, de mi tormento bonanza, de mi tristeza alegra, faroles de mi borrasca!
\Adis, plazuelas, cantones, sotanillos, fresca estancia donde a la vida del cuero duerme un lacayo y descansa!
Adis, baratillo y mozas; adis, gorra, capa y calzas, despensa, caballeriza, frenos, estribos, gualdrapas, arzones, sillas, cabestros, maniotas, cubas, pajas,

cebada, pesebre, espuela, mandil, peine y almohada!
Que yo me voy. Imagino que he de comer enramadas, albondiguillas de plomo con ms peso que sustancia.
Ya me parece que subo trepando por las murallas, donde hago tales hechos que al lacayismo ensalzaran.
No es difcil aportar otros ejemplos del mismo Lope:
Adis, doncellas fciles y blandas, que, en nombrndoos cualquiera casamiento, dejis las esperanzas de otro al viento; adis, cabellos, cartas, cintas, bandas.
Adis, tejados, rejas y barandas, que ya no quiero andar sin fundamento, hecho, por adorar un aposento, majadero cruel de vuestras randas.
Adis, deseos y esperanzas

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