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Teniendo en cuenta el auge de la expansión urbana hacia las áreas suburbanas, era evidente la
necesidad de que cualquier nuevo desarrollo generaran nuevos parques considerando el
aumento de la población, del desarrollo vial y del parque automotor, el cual ganaba primacía
dentro del espacio de la ciudad. Por lo anterior, se manifestaba la necesidad de dotación de
áreas verdes y parques de barrio, jardines y bosques, y por primera vez se hace referencia a la
demanda de espacios recreativos para los niños, lo cual evidencia una separación funcional del
espacio público y un gran interés por el reconocimiento de este tipo de espacios, ya que mucha
de las inversiones se dirigían al mejoramiento de la infraestructura vial y de los sistemas de
transporte.
“…Es Medellín la ciudad sin árboles , la ciudad sin lugar donde jugar y recrearse los niños,
donde respirar aire puro si no son las calles llenas de polvo y de vehículos…. El municipio tiene
gastos enormes y hacer parques no es un negocio como hacer tranvías: pero tanta obligación
tiene de lo uno como de lo otro (González, 2007)”
4.1.2 Los Planes y La Normativa
Al analizar las principales tipologías de espacio público que predominan en el periodo de
estudio se hace necesario revisar la evolución de los diferentes planes, normativa y los
principios que dispusieron e introdujeron la configuración de estos espacios en la ciudad.
- Las Leyes de Indias:
La legislación española definió proporciones rectangulares para la configuración de la plaza, sin
embargo como ya se mencionó por las condiciones topográficas el modelo urbanístico indiano
tuvo que adaptarse a las realidades locales trazando un cuadrado de dimensión igual a la de la
manzana. Desde la plaza mayor se impartía la retícula, la localización de una iglesia al oriente,
la casa del cabildo y posteriormente la localización de una ermita con su plazuela. (DAPM,
2005)
“La plaza mayor donde se ha de comenzar la población (…) si fuera lugar mediterráneo, en
medio de la población su forma en cuadrado prolongada, que por lo menos tenga un largo una
vez y media de su ancho(…) su grandeza proporcionada al numero de vecinos, y teniendo la
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consideración de que la población puede ir aumentando, no sea menos, que de doscientos pies
de anchos y trescientos de ancho ni mayor de ochocientos pies de largo y quinientos treinta y
dos de ancho, y quedara de mediana y buena proporción“ (Pérez de Soto, 1774)
Adicionalmente, esta legislación otorgó un nivel jerárquico a la iglesia y la plaza mayor, que
reafirmaron su papel como lugares emblemáticos e hitos urbanos.
- El Plano de Medellín Futuro:
Desde 1890 se evidenciaba una gran preocupación por el devenir de la ciudad, teniendo en
cuenta que la ciudad presentaba un acelerado crecimiento, y considerando el estado actual de
su infraestructura, como calles estrechas, y pocas áreas verdes, se manifestó la necesidad de
sentar las bases de una ciudad con sus plazas, avenidas y calles satisfaga las exigencias del
progreso y la higiene (González, 2007), que estuviera planeada desde los principios de
movimiento, hermosura y salubridad, por lo tanto se realiza una primera propuesta del Plano
para el ensanchamiento futuro de la ciudad, que tuviera en cuenta la aplicación de estas
propuestas higienistas y estéticas, resaltando la importancia del espacio público y de la trama
urbana en al configuración espacial de la ciudad.
En 1890 el Concejo de Medellín expidió el Acuerdo 4, con el fin de direccionar el desarrollo de
la ciudad, en su artículo 1, Se establece” El ingeniero del distrito procederá a trazar el plano del
ensanchamiento futuro de la ciudad de manera que las plazas, avenidas y calles tengan las
condiciones requeridas para el movimiento , salubridad y hermosura de una ciudad populosa”
Imagen 62 Plano de Medellín futuro, proyectado por el ingeniero Jorge Rodríguez Lalinde, 1913 Fuente : DAPM( 2005)
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No obstante, el plano propuesto que debía definir la ampliación futura para regularizar las vías,
mejorar el tráfico, definir los lugares para la localización del matadero y el mercado y mejorar las
condiciones higiénicas, definir la longitud y latitud de las manzanas, dirección de las avenidas y
calles, las dimensiones de las plazas, el lugar de avenidas, calles y plazas, no pudo concretarse
debido a los conflictos de intereses entre los agentes públicos y privados, considerando que las
instituciones políticas que decidían sobre la ciudad estaban dominadas por fuertes intereses
privados. Posteriormente, en 1906 se elaboró un plano que trató de recoger algunas de estas
ideas pero que no tuvo mucha incidencia dentro del planeamiento.
A pesar de estos avances, desde la planeación no se contaba con una concepción urbanística
integral del desarrollo y crecimiento de la ciudad, por lo tanto se convoca nuevamente a la
construcción del Plano de Medellín Futuro, que definiera las espacialidades públicas, con un
énfasis en resolver las necesidades de aperturas y ensanches vías, como elementos
determinantes en la configuración de la ciudad.
Con motivo del centenario de la Independencia de Antioquia la Sociedad de Mejoras Públicas
abrió el concurso para la elaboración del “Plano de Medellín Futuro “. Este plano fue adoptado
finalmente en 1913 dentro de una visión relativamente amplia, reiterando los principio de
higiene, comodidad y estética, “lleva a tener en cuenta el desarrollo de zonas verdes, espacios
públicos, vías para un transporte que se percibe será motorizado (tranvía, automóvil, tren),
servicios públicos (electricidad, teléfono, pero sobre todo agua y en menor escala alcantarillado)
y equipamientos sociales” (Melo, 1997), básicamente representó el primer esfuerzo desde la
planeación desde una función reguladora de pensar la ciudad con cierto orden y sentido
integrador, de construir una ciudad a partir de una visión integral y del buen manejo del espacio
urbano.
El plano de Medellín Futuro, marcó las primeras nomas para el desarrollo urbanístico de la
ciudad, su motivación fue el alto crecimiento de la ciudad, la necesidad de mejorar el tránsito y
las condiciones de higiene y movilidad, la necesidad de sentar las bases para una ciudad bien
planificada, señalando la importancia de un regulación pública del crecimiento de la ciudad y
por ende del espacio público, desde una estrecha vinculación entre lo público y lo privado.
(Botero, 1996)
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El resultado de este esfuerzo fue un plano racional influenciado por los ensanches de la ciudad
europea postliberal, con una regularidad en su trazado, se propusieron una serie de ensanches
de tramas regulares, “tablero de ajedrez” de forma cuadrada y rectangular, se evidencia la
estandarización, racionalidad y eficiencia, donde es posible reconocer algunos parques
decorativos .
Dicho plano estuvo vigente hasta 1926 y enfrentó muchas dificultades en su aplicación por la
fuerte presión de intereses privados, en cuanto a la oposición de los propietarios hacia las obras
públicas. Reiteradamente, se manifestó a través de muchos medios, la necesidad de la
actualización del plano de Medellín futuro y la generación de un plano regulador debido al
acelerado crecimiento de la ciudad.
...” Tal es la carencia de un plano regulador que oriente con sabia previsión futurista el
planeamiento de las vías arterias, la conexión por rutas de trafico rápido con los barrios satélite
de la ciudad, la ausencia de áreas verdes , parque y plazas, el haber abandonado el desarrollo
urbano al capricho interesado de los particulares, quienes en el desmedido afán de lucrarse han
erigido construcciones que no se compadecen con el clima , con el género de vida y la
idiosincrasia de nuestras gentes…. Nos asfixiamos en calles desoladas, sin árboles , ni fuentes.
(Revista Progreso no 65 1944, tomado de González 2007 )
En 1929 el Concejo Municipal contrató la elaboración de un plano también denominado
“Medellín futuro” terminado en 1931, el cual delimitó la ciudad áreas comerciales, industriales,
residenciales y de circulación, este plano nuevamente tuvo dificultades en su aplicación y sufrió
varias modificaciones, concibiendo algunas plazas y plazuelas y la reserva de bosques en la
ciudad.
Finalmente el plano de Medellín Futuro, fue una herramienta para planificar el crecimiento de la
ciudad pero no tuvo gran efecto en la definición de usos del suelo, no estableció normas
exigentes de espacio público, limitándose a aspectos centrales de la urbanización de los
nuevos barrios (Melo 1996) como su localización, la movilidad y planteamiento vial.
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Debido a la pérdida de vigencia del Plano de Medellín Futuro La Alcaldía invitó en 1940 al
urbanista Karl Brunner a visitar la ciudad. El urbanista insistió en la necesidad prioritaria de un
plano regulador y del ensanche urbano para la ciudad, enfocó sus propuestas hacia cuatro
puntos fundamentales: la reglamentación del desarrollo urbano mediante un código urbano, un
plano de las futuras vías y la regularización de las vías existentes, un plano guía de las futuras
urbanizaciones y un plano de zonificación donde se indicaran las distintas destinaciones,
residenciales, industriales, mixtas y zonas verdes.
La modernización de la ciudad sumada a este tipo de propuestas, introducen un énfasis
ingenieril y racional en la planeación de la ciudad con un desarrollo de tecnologías constructivas
y nuevos materiales, evidenciados en diferentes hechos como el diseño del infraestructura vial ,
de servicios públicos, la canalización del rio en 1940 que definió las vías estructurantes de la
ciudad y la canalización de la quebrada Santa Elena entre 1920 y 1930.
En esta época era evidente la necesidad del ensanche, apertura y rectificación de vías, el
urbanismo y la planeación fueron retados por los problemas de la movilidad, la cual se convirtió
en el énfasis del desarrollo, por encima de la preocupación por la generación de nuevos
espacios públicos de ámbito barrial. A partir de estos conceptos y recomendaciones el
desarrollo vial y la movilidad se convirtieron en los temas prioritarios en el desarrollo de la
ciudad y definiendo buena parte del ordenamiento y la planeación física de la misma.
No obstante, de manera paralela se realizaron algunas propuestas de embellecimiento y
enverdecimiento de la ciudad promovidas por la Sociedad de Mejoras Públicas y la oficina del
Ingeniero Municipal, en 1916 se creo la Comisión de Estética nombrada por el Consejo para
asesorar el Alcalde en materia de parques, jardines, arborización y espacio público, conformada
por el Ingeniero Municipal y miembros del Concejo y La Sociedad de Mejoras Públicas,
adicionalmente se generaron campañas de arborización de parques y paseos, en 1930 se
elaboró y aprobó un Plan General de arborización que rápidamente se puso en ejecución,
evidenciando como la arborización era un aspecto sustancial para la higiene y estética urbana.
Finalmente, el papel del plano de Medellín Futuro no fue tan importante y su incidencia fue poca
en el crecimiento de la ciudad ya que fue un poco tímido en sus planteamientos, aun mas
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cuando comienza a desarrollarse la parte occidental de la ciudad con mayor fuerza y a
instalarse grandes industrias a lo largo del valle en el eje del tren como Vicuña, Argos,
Tejicondor, Fabricato, Peldar.
- Evolución Normativa:
En cuestión de legislación urbanística, es interesante revisar las disposiciones normativas
expedidas después de la aprobación del Plano de Medellín Futuro; la mayoría de normativa
municipal estaba orientada a establecer los primeros parámetros de edificación, a través de
normas técnicas y procedimientos, donde temas como el alineamiento y la definición de la
sección y ocupación de las vías fueron determinantes, reafirmando su importancia dentro del
desarrollo y regulación de la ciudad.
Es así como el trazado de las vías en la ciudad cumplió un papel fundamental en el desarrollo
de la urbanización y la concentración de la población, en esta época la Administración avanzó
en la elaboración de reglamentos, la definición de condiciones técnicas de edificación y
especificaciones y dimensiones de las secciones viales.
Se definieron varios instrumentos de intervención del Estado para el ordenamiento urbano: la
entrada en vigencia del Código de Construcciones en 1935 que definía las especificaciones que
debían cumplir las construcciones de la época, en cuanto a las normas para construcciones
nuevas y reformas de lo existente, establecido por el Acuerdo Municipal 153 de 1935, la
expedición del estatuto de valorización en 1938 y un año después la reglamentación para el
ancho de las vías y la altura de las edificaciones.
En 1923 se promulga el Código de Urbanización y en 1930 aparece la primera reglamentación
para su desarrollo, se comienzan a definir parámetros para la configuración de los espacios
públicos en los nuevos barrios, no obstante, la tipología de parque barrial como tal no aparece
definida, es tratada de forma genérica y no hay parámetros específicos que definan su
configuración, en general, se establecen porcentajes de cesión de áreas públicas y las vías
continúan teniendo un papel preponderante, por la necesidad de conectar estos nuevos
desarrollos con la ciudad ya consolidada.
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El Acuerdo 18 de 1930, definió los requisitos para el desarrollo de las urbanizaciones,
estableciendo que toda urbanización previa a la edificación debería ceder gratuitamente todas
las calles y plazas al Municipio.
Posteriormente en el Acuerdo 154 de 1935 se estableció que el urbanizador debería dedicar un
30% del tamaño del lote a plazas y calles. En el Acuerdo 65 de 1939, el cual estableció las
bases para otorgar licencias de construcción, se definió como requisito para la aprobación de la
urbanización la presentación “ del proyecto de urbanización, de aceras, prados y de calles “ y el
“proyecto de plazas, jardines y locales especiales”, adicionalmente estableció en el artículo 64
un apartado para la definición de cesión de áreas verdes, definiendo un porcentaje de 35% de
suelo “genérico” para vías , plazas jardines y establecimientos como iglesias, escuelas y
campos de deporte.
Se avanzó en la elaboración de reglamentación que definió las condiciones técnicas respecto a
dimensiones de los componentes de la sección vial y sobre lo relacionado con servicios
públicos de alcantarillado, asesorados por la Sociedad de Mejoras Públicas.
En conclusión con la normativa anteriormente citada se llevó a cabo las tareas de planeación de
la ciudad. Hasta 1948 no hay una normativa que realice un énfasis en la planeación de la
ciudad y por ende del espacio público de manera mas integral y articulada, que además de
porcentajes de áreas definiera la localización óptima de los espacios públicos en los nuevos
desarrollos.
Respondiendo a lo anterior, la ley 88 de 1947, en su artículo 7, establece para los “Municipios
que tengan un presupuesto no inferior a los (200.000) pesos estará en la obligación de levantar
el Plano Regulador, que indique como deberá continuarse la urbanización futura de la ciudad”,
haciendo la claridad de que este plano no solo propondrá las mejoras sobre las áreas ya
construidas sino también la definición de los sitios donde deben ubicarse los sitios públicos,
sitios de recreo y deporte, templos, plazas, áreas verdes, escuelas y demás edificios necesarios
para la población “. Finalmente, la elaboración e implementación de dicho Plano representó el
mayor reto par la planificación de la ciudad y del espacio público a partir de 1948.
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4.2 La Ciudad del Plan Piloto de 1948 a 1970. “Transformación del Parque Barrial y surgimiento de las áreas verdes y el Parque Lineal”
Este segundo momento se caracterizó por los fenómenos de industrialización, migración y auge
de la urbanización de la ciudad; en la mitad del siglo XX Medellín enfrentó un acelerado proceso
de crecimiento demográfico, agravado por la violencia en zonas rurales que impulsó un proceso
de migración de esta población a las ciudades que estaban en proceso de consolidación, en
busca de mejores oportunidades de vida.
En 1950 Medellín, se consideraba la segunda ciudad de Colombia y principal centro industrial
en desarrollo con una población aproximada de 385.000 habitantes, la cual ascendió en la
década de los sesenta a 772.887 habitantes. En dicha época el Valle de Aburrá se
caracterizaba por una configuración urbana con una ocupación polinuclear, cuyos núcleos
fundacionales de las cabeceras municipales respondían en su mayoría a un trazado ortogonal
derivado de la reinterpretación de las Leyes de Indias, por su parte Medellín, vivía el auge del
proceso de industrialización que lo destacaba como el gran centro urbano del valle
sobrepasando el desarrollo urbano de las otras cabeceras municipales, destacándose como el
núcleo dominante. A partir de 1950 y a hasta 1970 se evidenció un crecimiento acelerado de la
ciudad, reafirmando su condición de núcleo principal consolidando el proceso de conurbación
hacia el norte y el sur del Valle de Aburrá. (Schnitter 2006).
Según esto, Medellín con su centro histórico se extendía hacia la ladera nororiental en unidades
menores o barrios definidos a partir del trazado ortogonal continuando las características
regulares de su trazado, urbanizaciones impulsadas por gestores privados legales e ilegales.
Hacia el suroriente se encontraba el trazado del Poblado separado del núcleo central, hacia el
suroccidente la ciudad se extendía hacia Belén, hacia el centro occidente se ubicaban los
nuevos desarrollos urbanos como Laureles, San Joaquín, la Floresta y pequeños núcleos o
fracciones como La América y Robledo; de igual forma se encontraban desarrollos en forma
lineal siguiendo el curso de las vías en las dos márgenes del río. (Schnitter 2005).
En el Valle de Aburrá, las industrias se localizaron diseminadas aprovechando la materia prima
y las fuentes de agua, algunas de estas se ubicaron desde principios del siglo cerca del eje del
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rio (en las áreas pensadas para el proyecto del parque nacional y zona residencial) y otras en
las periferias hacia las laderas orientales y occidentales, en este periodo estas siguieron
consolidando los principales barrios obreros y proyectos de vivienda generados en
inmediaciones de sus instalaciones entre la década de los años treinta y los años cuarenta a lo
largo de todo el valle, este proceso de urbanización buscaba rápidamente solucionar el
problema de la vivienda, tratando de satisfacer el aumento de la población por la aparición de la
industrialización y fue retomado posteriormente por las llamadas Cooperativas de Habitaciones
para Empleados que surgieron a mediados de siglo, construyendo muchos de los barrios del
costado nororiental y centro occidental de la ciudad.
Entre la década de los años sesenta y setenta, la ciudad vivió lo que muchos denominan “la
colonización urbana” (DAPM,2011) dónde el déficit de vivienda y la movilidad se convirtieron en
las principales problemáticas que debía atender el desarrollo y la planeación de la ciudad.
Imagen 63 Planos de Medellín 1950 Evolución Histórica de la ciudad y Estructura de al ciudad original , Fuente: ( Calle, CJ; Arbeláez, LF, Plan
Estratégico de Medellín, y del Valle de Aburrá 1997)
La infraestructura vial y la movilidad definieron la configuración urbana de Medellín, dónde la
estructura viaria y ferroviaria enmarcada en las condiciones longitudinales del valle y el eje
estructurador del río, del que se adelantaban obras parciales de canalización, comenzaron a
evidenciar la estructura de carácter metropolitano que adquiría el territorio.
Dentro de esta estructura basada en la movilidad y la vialidad, es importante mencionar las
unidades morfológicas mas representativas de dicho periodo, según el “Estudio de la forma
urbana y el crecimiento urbano de la región metropolitana” (Área Metropolitana, 2007) se
identifican las siguientes: