Entrevista con Alfonso López Michelsen

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:: El ex presidente considera que el liberalismo volverá a unirse cuando pase la polarización uribista. Entrevista con Alfonso López Michelsen “Uribe está solo porque ha querido” El ex presidente Alfonso López Michelsen dice que lo primero que debe hacerse en la Costa Atlántica para superar la crisis política, es abolir una práctica que nació en la región: la compra de votos. No descarta la opción de acudir a una nueva constituyente. Redacción Política sábado, 03 de marzo de 2007 El país se está desinstitucionalizando... El Partido Liberal volverá a ser mayoría cuando supere su división entre uribistas y antiuribistas... La soledad del presidente Uribe es provocada por él mismo, que se quiere poner por encima de todos... Son expresiones del ex presidente Alfonso López, quien en entrevista con El Espectador exteriorizó sus puntos de vista sobre la crisis política que hoy afecta al país. Usted fue el primer gobernador del Cesar y artífice de su creación, ¿cómo ve la crisis política y social que hoy lo afecta y, en general, a toda la Costa Atlántica? No es nuevo que haya rivalidad o controversia entre la gente del interior y la de la costa, principalmente por la imagen desfavorable que tienen en el interior acerca de la costa. Pero pongo de presente como la costa caribe está adquiriendo una categoría que hoy es inútil desconocer. Por ejemplo, ¿cuál es el mejor colegio bilingüe de Colombia?: el de Valledupar. Además, el mejor bachiller del Gimnasio Moderno es un vallenato. La ciudad mejor arborizada del país, con mejores servicios públicos como acueducto y alcantarillado, es Valledupar. De igual modo, hay que recordar que de esta provincia surgieron, entre otros, Gabriel García Márquez y Rafael Escalona, quienes han difundido lo mejor de la cultura colombiana ante el mundo. ¿Usted cree, como lo sugieren algunos comentaristas, que hay una especie de estigmatización de la costa y sus dirigentes? No creo que exista tal estigmatización, pero no faltan quienes abriguen este propósito. ¿Qué salida le ve a esta región y a su dirigencia en estos momentos de escándalo político y judicial? Creo que se impone con urgencia la abolición de ciertos procedimientos políticos que, desafortunadamente, tuvieron su origen, hace muchos años, en esta región del país. Específicamente me refiero a la compra de votos. ¿Hay una relación directa entre esas prácticas y los procesos judiciales actuales originados en presuntos fraudes electorales? Es la génesis de la situación actual, agravada por la famosa Constitución de 1991, que creó la circunscripción nacional para los senadores, subiendo los costos económicos de cada elección a niveles que hoy son impredecibles. Esta circunstancia puso en manos de los mayores capitalistas, independientemente de su origen, el manejo electoral de la cosa publica. ¿Qué esperanza tiene la Costa Atlántica, por estos días vapuleada por los escándalos y las capturas? La gente se guía habitualmente por los medios de comunicación, pero con el perdón de ellos y quienes los dirigen, en ocasiones no entienden ni lo que dicen. Hoy los dos departamentos más prósperos del país, sin déficit fiscal y con la perspectiva de hacer uso de recursos provenientes del carbón y del propio petróleo, pertenecen a la región atlántica. Son precisamente el Cesar y La Guajira, que disponen de recursos que no tienen otros departamentos. La pobreza y el atraso social y político de la Costa Atlántica, como lo refieren algunos comentaristas, a la luz de los hechos resulta una verdad a medias. ¿Qué opina del papel que están cumpliendo en la crisis? Yo hago parte de la prensa. De hecho, recientemente obtuve un premio de periodismo. Pero, por ejemplo, supe que contra la familia Araújo un columnista montó una leyenda increíble de fortuna mal habida. Yo puedo asegurar que la familia Céspedes, de donde procede Hernando Molina, y la familia Araújo, de donde vienen Álvaro o Consuelo Araújo Noguera, eran familias ricas desde mucho antes de que existiera el departamento del Cesar. Es más, las fortunas del Cesar son anteriores a todos estos acontecimientos. Parte de lo que ha ocurrido en el Cesar es el fruto de la antipatía de determinadas personas cercanas a la prensa contra la clase dirigente de este departamento. ¿Y cómo pueden afectarse los procesos judiciales? La Constitución de 1991 creó una excesiva dependencia entre los estrados judiciales y los organismos políticos. La Cámara terminó escogiendo a varios funcionarios del Poder Judicial, la terna para elegir a la Corte Constitucional acabó en manos del Presidente de la República, que es un jefe político. Entonces el problema parece ser que el sistema de elección de altos dignatarios de la justicia pasa por la política electoral. Hablando de procesos, ¿cómo ve la vinculación de su ex ministro de Agricultura, Álvaro Araújo Noguera, por presunto secuestro? No tengo los suficientes elementos de juicio para saber por qué se ordenó su detención, pero por lo que sé por algunos amigos de Valledupar, y no precisamente provenientes de la familia Araújo, esta es una situación muy extraña. Se produce un secuestro en el que aparecen los elementos típicos de un plagio: el secuestrador, el secuestrado y el rescate. Por mucho tiempo, no estuvieron vinculados ninguno de los miembros de la familia Araújo a este hecho. Pero aparece un familiar del secuestrado, quien emite unas opiniones, luego se retracta ante los delegados de la Corte y, sin embargo, esa última declaración no cuenta para efecto de descartar la acusación inicial, que fue fruto de la desesperación que afligía al declarante por no haber obtenido un puesto público, según sus propias palabras. Esperemos que se puedan conocer las razones para esta prácticamente condena que pesa contra Álvaro Araújo Noguera y contra su hijo Álvaro Araújo Castro. ¿Constituyente? Usted ha sido crítico de la Constitución de 1991. ¿Cree, como muchos lo sugieren, que en estos momentos de crisis es necesario convocar a una nueva asamblea constituyente? Se puede acudir a la nueva constituyente, pero también a algunas reformas parciales. ¿La circunscripción regional para el Senado de la República sería una buena opción? Creo que ya lo están proponiendo. ¿Qué significó la Constituyente para el Partido Liberal? Cuando en la Constituyente de 1991 se revocó el Congreso, hay quienes dicen que el resultado fue que después resultó reelegida la mayor parte de los congresistas que estaban en ejercicio antes de la revocatoria. Pero pocos se acuerdan de que el Partido Liberal no era mayoría en la Constituyente y, al producirse la revocatoria del Congreso, recuperó sus mayorías, sobre todo frente al M-19 y el conservatismo. ¿Ese ejemplo sirve para entender la crisis actual que vive el liberalismo? No. Recientemente lo que hubo fue un debate sobre la reelección presidencial, en el cual los grandes capitales privados, principalmente del llamado “Sindicato Antioqueño”, pusieron a disposición sus recursos en favor de la reelección. En otras palabras, para el liberalismo era una hazaña hacerle frente a la reelección sólo desde la plaza publica y confrontar a los medios de comunicación y a los grandes capitales administrados por la derecha, que fueron partidarios de la reelección. Pero la reelección presidencial ya pasó y el Partido Liberal sigue más dividido que nunca. Es una división reducida a la confrontación entre uribistas y antiuribistas. El Partido Liberal es en parte antiuribista y al mismo tiempo los partidos uribistas están integrados por liberales. Como La U y Cambio Radical, por ejemplo. ¿Usted ve posible que los liberales vuelvan a unirse? Es una división transitoria entre uribistas y antiuribistas. Cuando esta polarización pase, el liberalismo volverá a unirse y a ser mayoría. ¿Cómo ve el papel que asumió la Corte Suprema de Justicia en la actual crisis denominada la “parapolítica”? Este es un fenómeno anterior a la misma reelección. En los últimos 20 años yo propuse varias veces que se incluyera en la Constitución el recurso de amparo. Finalmente se adoptó con el nombre de recurso de tutela. Hoy, el conocido choque de trenes responde precisamente a la forma como quedó redactado el recurso de amparo con el nombre de tutela. El recurso de amparo existe en países como México sin que haya choque de trenes. Solamente aplicando los mismos atributos de revisión de aquellos procedimientos que parezcan contrarios al proceso legítimo. En su redacción, la tutela dejó en la ambigüedad la relación entre los poderes. Toda esa ambigüedad viene de la pobreza en su redacción. Más allá de la tutela, ¿usted le ve salida a la crisis política y la polarización de hoy? En el futuro inmediato no veo esa salida. Pero los jefes paramilitares van a saldar sus cuentas con la justicia en pocos años... Más allá del tema judicial, la crisis consiste precisamente en un escenario que desde la administración de Carlos Lleras califiqué como la desinstitucionalización del país. Como no hay instituciones sólidas, ahora son permanentes los conflictos. Guerra y paz Hace más de 30 años usted insistió en humanizar el conflicto en Colombia. ¿Cree que si se hubiera seguido este lineamiento se habría tomado otro curso? Yo creo que la idea era buena, pero siempre ha habido errores de interpretación en cuanto al alcance de esa expresión. ¿Cómo puede ser humanizar la guerra entregarles la zona del Caguán sin tasa ni medida a los insurrectos? ¿Y el caso del proceso con las autodefensas? No he seguido muy de cerca este proceso, pero me llama la atención, aunque resulte antipático hablar de uno mismo, que cuando yo cumplí 80 años y me hicieron un banquete en el hotel Tequendama, donde entre otros estuvo presente el actual presidente Álvaro Uribe, él mismo se molestó cuando yo dije que por el camino en que andábamos, iban a terminar de contestatarios del Gobierno los que en realidad eran sediciosos. Ahora él dice lo mismo, pero afirma que sus opositores son terroristas vestidos de civil. ¿Por qué sigue Colombia estancada en un conflicto que el mundo ya superó, de confrontación entre capitalistas y comunistas? Yo creo más bien que es la crisis del régimen presidencial, copiado del sistema americano, que ya hizo crisis en todo el mundo. Aunque lo traten de imponer en algunos países de Europa Oriental, estamos asistiendo a la crisis irreversible del presidencialismo. En México van camino de un conflicto violento. En Ecuador ya se habla de la necesidad de una constituyente. En todas partes, ese régimen que en Estados Unidos fue muy exitoso en razón de las dimensiones del país y de las coincidencias de su régimen federal, ha ido fracasando y en todo el mundo se abre paso el régimen parlamentario. En lugar de leyes de bancadas como se habla aquí, se requiere un régimen en el cual el gobierno se renueva cuando no cuenta con apoyo de opinión publica. Hoy, el régimen presidencial con período fijo y sin métodos que den salida a la inconformidad, puede terminar en golpes de Estado. En cambio, en el otro sistema terminan simplemente con la caída del gobierno. ¿Qué opinión le merece el nuevo canciller? ¿Cree que su posición de ex secuestrado le da una nueva luz de esperanza al acuerdo humanitario? Él adquirió el compromiso con la opinión publica de patrocinarlo. Después de tantas frustraciones ante esa expectativa, ¿sí le ve opciones reales al acuerdo humanitario? Entrevista con Alfonso López Michelsen domingo, 04 de marzo de 2007 07:00 p.m. Opinión página 1

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El ex presidente considera que el liberalismo volverá a unirse cuando pase la polarización uribista.

Entrevista con Alfonso López Michelsen

“Uribe está solo porque ha querido”El ex presidente Alfonso López Michelsen dice que lo primero que debe hacerse en la Costa Atlántica para superar la crisis política, es abolir una práctica que nació en la región: la compra de votos. No descarta la opción de acudir a una nueva constituyente.Redacción Política

sábado, 03 de marzo de 2007El país se está desinstitucionalizando... El Partido Liberal volverá a ser mayoría cuando supere su división entre uribistas y antiuribistas... La soledad del presidente Uribe es provocada por él mismo, que se quiere poner por encima de todos... Son expresiones del ex presidente Alfonso López, quien en entrevista con El Espectador exteriorizó sus puntos de vista sobre la crisis política que hoy afecta al país.Usted fue el primer gobernador del Cesar y artífice de su creación, ¿cómo ve la crisis política y social que hoy lo afecta y, en general, a toda la Costa Atlántica?No es nuevo que haya rivalidad o controversia entre la gente del interior y la de la costa, principalmente por la imagen desfavorable que tienen en el interior acerca de la costa. Pero pongo de presente como la costa caribe está adquiriendo una categoría que hoy es inútil desconocer. Por ejemplo, ¿cuál es el mejor colegio bilingüe de Colombia?: el de Valledupar. Además, el mejor bachiller del Gimnasio Moderno es un vallenato. La ciudad mejor arborizada del país, con mejores servicios públicos como acueducto y alcantarillado, es Valledupar. De igual modo, hay que recordar que de esta provincia surgieron, entre otros, Gabriel García Márquez y Rafael Escalona, quienes han difundido lo mejor de la cultura colombiana ante el mundo.¿Usted cree, como lo sugieren algunos comentaristas, que hay una especie de estigmatización de la costa y sus dirigentes?No creo que exista tal estigmatización, pero no faltan quienes abriguen este propósito.¿Qué salida le ve a esta región y a su dirigencia en estos momentos de escándalo político y judicial?Creo que se impone con urgencia la abolición de ciertos procedimientos políticos que, desafortunadamente, tuvieron su origen, hace muchos años, en esta región del país. Específicamente me refiero a la compra de votos.¿Hay una relación directa entre esas prácticas y los procesos judiciales actuales originados en presuntos fraudes electorales?Es la génesis de la situación actual, agravada por la famosa Constitución de 1991, que creó la circunscripción nacional para los senadores, subiendo los costos económicos de cada elección a niveles que hoy son impredecibles. Esta circunstancia puso en manos de los mayores capitalistas, independientemente de su origen, el manejo electoral de la cosa publica.¿Qué esperanza tiene la Costa Atlántica, por estos días vapuleada por los escándalos y las capturas?La gente se guía habitualmente por los medios de comunicación, pero con el perdón de ellos y quienes los dirigen, en ocasiones no entienden ni lo que dicen. Hoy los dos departamentos más prósperos del país, sin déficit fiscal y con la perspectiva de hacer uso de recursos provenientes del carbón y del propio petróleo, pertenecen a la región atlántica. Son precisamente el Cesar y La Guajira, que disponen de recursos que no tienen otros departamentos. La pobreza y el atraso social y político de la Costa Atlántica, como lo refieren algunos comentaristas, a la luz de los hechos resulta una verdad a medias.¿Qué opina del papel que están cumpliendo en la crisis?Yo hago parte de la prensa. De hecho, recientemente obtuve un premio de periodismo. Pero, por ejemplo, supe que contra la familia Araújo un columnista montó una leyenda increíble de fortuna mal habida. Yo puedo asegurar que la familia Céspedes, de donde procede Hernando Molina, y la familia Araújo, de donde vienen Álvaro o Consuelo Araújo Noguera, eran familias ricas desde mucho antes de que existiera el departamento del Cesar. Es más, las fortunas del Cesar son anteriores a todos estos acontecimientos. Parte de lo que ha ocurrido en el Cesar es el fruto de la antipatía de determinadas personas cercanas a la prensa contra la clase dirigente de este departamento.¿Y cómo pueden afectarse los procesos judiciales?La Constitución de 1991 creó una excesiva dependencia entre los estrados judiciales y los organismos políticos. La Cámara terminó escogiendo a varios funcionarios del Poder Judicial, la terna para elegir a la Corte Constitucional acabó en manos del Presidente de la República, que es un jefe político. Entonces el problema parece ser que el sistema de elección de altos dignatarios de la justicia pasa por la política electoral.Hablando de procesos, ¿cómo ve la vinculación de su ex ministro de Agricultura, Álvaro Araújo Noguera, por presunto secuestro?No tengo los suficientes elementos de juicio para saber por qué se ordenó su detención, pero por lo que sé por algunos amigos de Valledupar, y no precisamente provenientes de la familia Araújo, esta es una situación muy extraña. Se produce un secuestro en el que aparecen los elementos típicos de un plagio: el secuestrador, el secuestrado y el rescate. Por mucho tiempo, no estuvieron vinculados ninguno de los miembros de la familia Araújo a este hecho. Pero aparece un familiar del secuestrado, quien emite unas opiniones, luego se retracta ante los delegados de la Corte y, sin embargo, esa última declaración no cuenta para efecto de descartar la acusación inicial, que fue fruto de la desesperación que afligía al declarante por no haber obtenido un puesto público, según sus propias palabras. Esperemos que se puedan conocer las razones para esta prácticamente condena que pesa contra Álvaro Araújo Noguera y contra su hijo Álvaro Araújo Castro.¿Constituyente?Usted ha sido crítico de la Constitución de 1991. ¿Cree, como muchos lo sugieren, que en estos momentos de crisis es necesario convocar a una nueva asamblea constituyente?Se puede acudir a la nueva constituyente, pero también a algunas reformas parciales.¿La circunscripción regional para el Senado de la República sería una buena opción?Creo que ya lo están proponiendo.¿Qué significó la Constituyente para el Partido Liberal?Cuando en la Constituyente de 1991 se revocó el Congreso, hay quienes dicen que el resultado fue que después resultó reelegida la mayor parte de los congresistas que estaban en ejercicio antes de la revocatoria. Pero pocos se acuerdan de que el Partido Liberal no era mayoría en la Constituyente y, al producirse la revocatoria del Congreso, recuperó sus mayorías, sobre todo frente al M-19 y el conservatismo.¿Ese ejemplo sirve para entender la crisis actual que vive el liberalismo?No. Recientemente lo que hubo fue un debate sobre la reelección presidencial, en el cual los grandes capitales privados, principalmente del llamado “Sindicato Antioqueño”, pusieron a disposición sus recursos en favor de la reelección. En otras palabras, para el liberalismo era una hazaña hacerle frente a la reelección sólo desde la plaza publica y confrontar a los medios de comunicación y a los grandes capitales administrados por la derecha, que fueron partidarios de la reelección.Pero la reelección presidencial ya pasó y el Partido Liberal sigue más dividido que nunca.Es una división reducida a la confrontación entre uribistas y antiuribistas. El Partido Liberal es en parte antiuribista y al mismo tiempo los partidos uribistas están integrados por liberales. Como La U y Cambio Radical, por ejemplo.¿Usted ve posible que los liberales vuelvan a unirse?Es una división transitoria entre uribistas y antiuribistas. Cuando esta polarización pase, el liberalismo volverá a unirse y a ser mayoría.¿Cómo ve el papel que asumió la Corte Suprema de Justicia en la actual crisis denominada la “parapolítica”? Este es un fenómeno anterior a la misma reelección. En los últimos 20 años yo propuse varias veces que se incluyera en la Constitución el recurso de amparo. Finalmente se adoptó con el nombre de recurso de tutela. Hoy, el conocido choque de trenes responde precisamente a la forma como quedó redactado el recurso de amparo con el nombre de tutela. El recurso de amparo existe en países como México sin que haya choque de trenes. Solamente aplicando los mismos atributos de revisión de aquellos procedimientos que parezcan contrarios al proceso legítimo. En su redacción, la tutela dejó en la ambigüedad la relación entre los poderes. Toda esa ambigüedad viene de la pobreza en su redacción.Más allá de la tutela, ¿usted le ve salida a la crisis política y la polarización de hoy?En el futuro inmediato no veo esa salida.Pero los jefes paramilitares van a saldar sus cuentas con la justicia en pocos años...Más allá del tema judicial, la crisis consiste precisamente en un escenario que desde la administración de Carlos Lleras califiqué como la desinstitucionalización del país. Como no hay instituciones sólidas, ahora son permanentes los conflictos.Guerra y pazHace más de 30 años usted insistió en humanizar el conflicto en Colombia. ¿Cree que si se hubiera seguido este lineamiento se habría tomado otro curso?Yo creo que la idea era buena, pero siempre ha habido errores de interpretación en cuanto al alcance de esa expresión. ¿Cómo puede ser humanizar la guerra entregarles la zona del Caguán sin tasa ni medida a los insurrectos?¿Y el caso del proceso con las autodefensas?No he seguido muy de cerca este proceso, pero me llama la atención, aunque resulte antipático hablar de uno mismo, que cuando yo cumplí 80 años y me hicieron un banquete en el hotel Tequendama, donde entre otros estuvo presente el actual presidente Álvaro Uribe, él mismo se molestó cuando yo dije que por el camino en que andábamos, iban a terminar de contestatarios del Gobierno los que en realidad eran sediciosos. Ahora él dice lo mismo, pero afirma que sus opositores son terroristas vestidos de civil.¿Por qué sigue Colombia estancada en un conflicto que el mundo ya superó, de confrontación entre capitalistas y comunistas?Yo creo más bien que es la crisis del régimen presidencial, copiado del sistema americano, que ya hizo crisis en todo el mundo. Aunque lo traten de imponer en algunos países de Europa Oriental, estamos asistiendo a la crisis irreversible del presidencialismo. En México van camino de un conflicto violento. En Ecuador ya se habla de la necesidad de una constituyente. En todas partes, ese régimen que en Estados Unidos fue muy exitoso en razón de las dimensiones del país y de las coincidencias de su régimen federal, ha ido fracasando y en todo el mundo se abre paso el régimen parlamentario. En lugar de leyes de bancadas como se habla aquí, se requiere un régimen en el cual el gobierno se renueva cuando no cuenta con apoyo de opinión publica. Hoy, el régimen presidencial con período fijo y sin métodos que den salida a la inconformidad, puede terminar en golpes de Estado. En cambio, en el otro sistema terminan simplemente con la caída del gobierno.¿Qué opinión le merece el nuevo canciller? ¿Cree que su posición de ex secuestrado le da una nueva luz de esperanza al acuerdo humanitario?Él adquirió el compromiso con la opinión publica de patrocinarlo.Después de tantas frustraciones ante esa expectativa, ¿sí le ve opciones reales al acuerdo humanitario?

Entrevista con Alfonso López Michelsen

domingo, 04 de marzo de 200707:00 p.m.

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Después de tantas frustraciones ante esa expectativa, ¿sí le ve opciones reales al acuerdo humanitario?Todo acuerdo se hace entre dos, y aunque las Farc sostienen que existe voluntad, al mismo tiempo quieren imponer sus condiciones. Del otro lado están en la misma posición. Tendría que haber un tercero imparcial, pero hoy es muy difícil prever lo que va a suceder.Gobernar por mucho tiempo conlleva a la soledad presidencial, ¿eso le está ocurriendo al presidente Álvaro Uribe?Lo que le sucede a él es porque él mismo lo ha querido, porque quiere imponerse por encima de todos. La prueba es lo que sucede con la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores. Por ejemplo, la situación con Ecuador continúa muy delicada, pero se sigue manejando a espaldas de dicha comisión. ¿Cómo ve las elecciones de octubre? ¿Es la oportunidad de que el liberalismo recupere las grandes capitales?¿Y quiénes son los candidatos del Partido Liberal? Hace mucho tiempo que el liberalismo no presenta un candidato propio a la Alcaldía de Bogotá. El mismo Enrique Peñalosa aspira a ser candidato, pero no por el Partido Liberal. Ha habido una inmigración tan grande que no existe control del Partido en Bogotá. Hay distritos perimetrales que no tienen ningún antecedente.¿Cómo ve a Samper y sus peleas con Gaviria?Yo no estoy en la política militante. ¿Y a Gaviria?Lo mismo. Ya me siento fuera del „ring‟ político. Como dicen en el fútbol, ahora estoy en la banca.¿Cuál es su perspectiva sobre la situación inmediata del país, en medio de tanta confrontación política?Este es un período de transición del que no tenemos suficiente conciencia. Pero si lo miramos desde la perspectiva económica, el país vivió 50 años de la producción del café y hoy es apenas el tercer producto, por debajo del carbón y del petróleo.

Pegado de <http://www.elespectador.com/elespectador/Secciones/Detalles.aspx?idNoticia=6612&idSeccion=91>

lunes 20 de agosto de 2007

El López que no conocíOpinión de Vladdo | Director de Un Pasquín

Pese a su muerte, el mes pasado, las controversias que suscitaba el ex presidente Alfonso López Michelsen siguieron muy vivas, tanto entre sus seguidores como entre sus detractores y enemigos, que no eran pocos.Particularmente, al oír tantos testimonios sobre la vida, obra y milagros del viejo López, y viendo cómo se peleaban unos y otras por sacar a relucir sus mejores recuerdos, sus anécdotas más simpáticas o sus más profundas enseñanzas de vida, yo me sentí muy aliviado por no tener que traer a la memoria momentos pasados de mi existencia, ni me tuve que poner a rebrujar gavetas ni álbumes de fotos viejas para documentar mi cercanía con el ilustre finado. Para empezar, yo no quedé con ninguna cita pendiente con el ex mandatario liberal, ni había almorzado con él dos semanas ni dos días antes de su muerte. Mejor dicho: nunca almorcé ni comí con el doctor López; ni siquiera nos tomamos un tinto. Por lo tanto no sé qué platos le gustaban; ni supe si tenía alguna afición por la comida típica ni cuál era su postre favorito. Debido a que nunca tuvimos una cita, nunca tomamos trago juntos, así que no sé cuál era su licor predilecto. Tampoco estuvimos de tertulia, ni nos sentamos a hablar del Acuerdo Humanitario, ni a analizar la actualidad internacional ni la economía. Nunca hablamos de nuestros hijos ni de la familia. Sobre su música favorita no puedo decir nada; no sé si sabía más de compositores clásicos o vallenatos. Menos aún sé qué tal bailaba y aunque he oído decir que los López son peores bailarines que los Turbay, no me consta.No leí ningún libro por recomendación suya, ni sé cuál se le quedó empezado en la mesita de noche, como tampoco sé si prefería a los pintores renacentistas o a los impresionistas; ni a cuál personaje histórico admiraba.Jamás lo vi jugar golf, así que no sé cómo era su swing. Nunca me dirigí a él por su nombre, ni le decía „presidente‟ ni „pre‟. Es que nunca me dirigí a él.En fin, hace un mes sólo fui un espectador más de la disputa por los odios o los afectos del viejo López. Y me la gocé.

Pegado de <http://elperiodicodelao.blogspot.com/2007/08/el-lpez-que-no-conoc.html>

lunes 20 de agosto de 2007

Retrato de López Michelsen

Opinión de Ricardo Sánchez Ángel* | Especial para Un Pasquín

Lo sustancial del legado del expresidente López Michelsen es su larga fidelidad a la oligarquía política de la cual fue heredero, además de un continuador de su permanencia en la estructura del poder social en Colombia. Como joven profesor y abogado litigante, López mereció el apelativo endilgado por Gaitán: hijo del ejecutivo. Por acción u omisión, más allá de su exoneración jurídica, el hijo de López Pumarejo, contribuyó con sus habilidosas relaciones con la Handel a la caída del segundo gobierno de su padre, envuelto en una bruma de corrupción y desafecto de la opinión pública. Eran los tiempos en que ejercía la cátedra de Derecho Constitucional en la Universidad Nacional y barruntaba sus apuntes en libros, que muestran muy temprano su decidida apuesta por el legado hispano colonial y sus propuestas sobre el Estado fuerte. Fue un cultivador en el jardín de las ideologías históricas de la leyenda rosa de la dominación española. En sus memorias, García Márquez, al referirse a los “maestros de grandes nombres”, se expresa así del expresidente: “Entre ellos Alfonso López Michelsen, hijo del único presidente colombiano reelegido en el siglo XX, y creo que de allí venía la impresión generalizada de que también él estaba predestinado a ser presidente por nacimiento, como en efecto lo fue”. Una manera de evocar lo que ha estado establecido en Colombia desde el siglo XIX: la herencia familiar del poder político de la oligarquía liberal-conservadora, a través de los llamados delfines, hijos del ejecutivo, parientes y una telaraña de intereses en la constelación de los poderes. El nepotismo para ejercer la dominación como algo establecido, normal, natural y lógico. En el porvenir veremos reaparecer al delfín, Alfonso López Caballero, reclamando como algo obvio, con todos los méritos que le da ser miembro del club, el ser nominado como candidato a inquilino del palacio de los presidentes. Así las cosas, es lógico que López Michelsen fuera acérrimo opositor de la reforma agraria, no sólo la del presidente Lleras Restrepo, sino de todo tipo de reforma agraria en Colombia, y partidario de la vía capitalista en la agricultura, manteniendo la gran propiedad territorial latifundista y de hacienda. Su apología a la sociedad rural, tan oportuna en resaltar el folclor regional popular, le servía no obstante, para exaltar los valores de una oligarquía territorial de grandes familias.Vivió para ver la fusión y complicidad de esta capa social con los nuevos hacendados y ricos, provenientes del narcotráfico y el crimen organizado. Y la irrupción de la „„parapolítica‟‟, en la entraña misma del establecimiento que él defendió, con innovaciones de cambio que a la postre, eran de la estirpe del Gatopardo: que todo cambie para que todo siga igual. Con el MRL, Movimiento Revolucionario Liberal, de oposición al Frente Nacional, López se erigió en un crítico brillante e incisivo de la nueva violencia, la supo analizar en sus mejores escritos políticos, como Vida, pasión y muerte del Frente Nacional, en que muestra como la vieja violencia liberal-conservadora, se ejercía por parte del Frente Nacional contra los disidentes del MRL y del campesinado. Además mostró el espectro social de esa nueva violencia. Esta actividad de escritor la mantuvo toda su vida, haciendo gala de su formación histórica y política, con un afán permanente por la actualidad internacional.Otra dimensión suya es la de haber defendido los logros de la Revolución Cubana y haber reestablecido las relaciones diplomáticas con la isla en su gobierno. Como Canciller de Lleras Restrepo, y luego como presidente, acentuó un propósito de solidaridad con la recuperación del canal de Panamá, así como su acción en la paz de Centroamérica, reconociendo el papel de la revolución Sandinista.No obstante, el gobierno de López Michelsen fue sencillamente reaccionario. Su máxima propuesta fue la famosa “pequeña constituyente”, un cenáculo bipartidista para reformar el Estado, que afortunadamente fracasó y que dejó maltrecho su prestigio como constitucionalista. A los conflictos laborales y estudiantiles les dió tratamiento de movimientos subversivos, contra el orden público y con el expediente del Estado de Sitio reprimió la protesta y conculcó las libertades públicas, hasta llegar al paro cívico del 14 de septiembre de 1977, hace 30 años, el levantamiento urbano más importante desde el 9 de abril, con un saldo cuantioso de heridos, muertos y presos. Y el presidente exhibiendo tachuelas en la televisión, como prueba reina del propósito subversivo del paro, escena de la picaresca, que hizo las delicias de las caricaturas del maestro Osuna en El Espectador.En la búsqueda de la reelección presidencial, se vió envuelto en relaciones peligrosas con la presencia del narcotráfico en su campaña, comenzando un nuevo ciclo político de la vida nacional signado por esta siniestra corrupción de las costumbres. El legado de senectud de López fue el del acuerdo humanitario, al que se dedicó con porfía. En sus escritos sobre este tópico desplegó creatividad jurídica y política, constituyendo su verdadero testamento político. ---*Profesor de la Universidad Nacional y de la Universidad Externado.

Pegado de <http://elperiodicodelao.blogspot.com/2007/08/retrato-de-lpez-michelsen.html>

Opinión página 2