Entrevista con Ricardo Garibay

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“YA NO ME DOY HORROR: A LOS 72 AÑOS ESPERO ALGO DE MÍ(Entrevista con Ricardo Garibay) Silvina Espinosa de los Monteros El Financiero Miércoles 14 de octubre de 2009 “Si la vida no sirve para armar un gran poema, no sirve para nada”. En la primavera de 1995 Ricardo Garibay abrió las puertas de su casa en Cuernavaca para platicar sobre el que entonces era su más reciente libro publicado: Paraderos literarios, un delicioso mosaico de reflexiones literarias, que dio pie a una extensa conversación en la que el escritor habló sobre la vida y la muerte, temas íntimamente signados por su apasionada relación con los libros. Sitiado por una enorme biblioteca y con varias decenas de bolígrafos dispuestos verticalmente como una inesperada formación de soldaditos de plomo sobre su mesa de trabajo, Ricardo Garibay articulaba su elocuente discurso al tiempo que hacía frente a molestas interrupciones domésticas como el timbre del teléfono o los ladridos de una jauría de canes fugitivos, sobre los cuales hizo de pronto un llamado enérgico: “¡Echen esos perros para adentro o mátenlos, cualquiera de las dos cosas!” —Con más de 40 libros publicados, ¿podría concebir completa su obra sin Beber un cáliz (1965) y Fiera infancia (1982)? —Me gustaría concebirla sin esos libros. Son dos confesiones de una inutilidad muy impúdica. Hace poco, por que una hija mía está reuniendo mis obras completas, tuve que releer un poco de Fiera infancia y me llené de vergüenza. Me dije: “¿Cómo pude escribir esta brutalísima confesión?” No me explico. En este momento no lo haría. También, si ahora muriera mi padre, no escribiría Beber un cáliz. Creo que en ambos hay mucha impudicia, mucho descaro para ofrecerme de manera tan abierta. Me hubiera gustado que fueran como el resto: historias que he visto o he oído vivir. ¿Qué más? —En Paraderos literarios usted dice: “El dolor es un mal absolutamente intrascendente. La reflexión sobre el dolor sí lo trasciende”. ¿Considera al dolor fundamental en su obra? —¿Yo escribí eso?… Pues sí. Diría que sí, porque el dolor en seco no es nada. No es más que sufrimiento en muchos grados, hasta la locura, hasta la desesperación. Pero te la pongo aún más pesada: el dolor de Jesucristo en la cultura cristiano—occidental, sin la reflexión, no es nada. Sin la reflexión de Jesús y sin la reflexión de dos mil años después, no sería nada. —¿Es sobre lo que gira su obra? —Ahora me doy cuenta de que es muy posible que así sea. Me doy cuenta en este momento. Casi no tengo reflexiones sobre la felicidad o la alegría… ¡Qué lata, verdaderamente qué lata! Pero así es. Ni modo. ¡Ya! —Jaime Sabines coincide con usted sobre el dolor. Además, José Emilio Pacheco afirma que Beber un cáliz es el equivalente a La muerte del mayor Sabines pero en prosa. —¿Sí? Ahora que lo dice, me gusta estar emparentado con ese hombre magnífico que es Sabines. ¡Qué bueno, qué bueno!… ¡Ya! —Existen entre ustedes muchos vasos comunicantes. —Sí, ¿de qué color tiene los ojos Sabines? 1

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Entrevista a Ricardo Garibay

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  • YA NO ME DOY HORROR: A LOS 72 AOS ESPERO ALGO DE M (Entrevista con Ricardo Garibay) Silvina Espinosa de los Monteros El Financiero Mircoles 14 de octubre de 2009 Si la vida no sirve para armar un gran poema, no sirve para nada. En la primavera de 1995 Ricardo Garibay abri las puertas de su casa en Cuernavaca para platicar sobre el que entonces era su ms reciente libro publicado: Paraderos literarios, un delicioso mosaico de reflexiones literarias, que dio pie a una extensa conversacin en la que el escritor habl sobre la vida y la muerte, temas ntimamente signados por su apasionada relacin con los libros. Sitiado por una enorme biblioteca y con varias decenas de bolgrafos dispuestos verticalmente como una inesperada formacin de soldaditos de plomo sobre su mesa de trabajo, Ricardo Garibay articulaba su elocuente discurso al tiempo que haca frente a molestas interrupciones domsticas como el timbre del telfono o los ladridos de una jaura de canes fugitivos, sobre los cuales hizo de pronto un llamado enrgico: Echen esos perros para adentro o mtenlos, cualquiera de las dos cosas!

    Con ms de 40 libros publicados, podra concebir completa su obra sin Beber un cliz (1965) y Fiera infancia (1982)?

    Me gustara concebirla sin esos libros. Son dos confesiones de una inutilidad muy impdica. Hace poco, por que una hija ma est

    reuniendo mis obras completas, tuve que releer un poco de Fiera infancia y me llen de vergenza. Me dije: Cmo pude escribir esta brutalsima confesin? No me explico. En este momento no lo hara. Tambin, si ahora muriera mi padre, no escribira Beber un cliz. Creo que en ambos hay mucha impudicia, mucho descaro para ofrecerme de manera tan abierta. Me hubiera gustado que fueran como el resto: historias que he visto o he odo vivir. Qu ms?

    En Paraderos literarios usted dice: El dolor es un mal absolutamente intrascendente. La reflexin sobre el dolor s lo trasciende. Considera al dolor fundamental en su obra?

    Yo escrib eso? Pues s. Dira que s, porque el dolor en seco no es nada. No es ms que sufrimiento en muchos grados, hasta la locura, hasta la desesperacin. Pero te la pongo an ms pesada: el dolor de Jesucristo en la cultura cristianooccidental, sin la reflexin, no es nada. Sin la reflexin de Jess y sin la reflexin de dos mil aos despus, no sera nada.

    Es sobre lo que gira su obra? Ahora me doy cuenta de que es muy posible que as sea. Me

    doy cuenta en este momento. Casi no tengo reflexiones sobre la felicidad o la alegra Qu lata, verdaderamente qu lata! Pero as es. Ni modo. Ya!

    Jaime Sabines coincide con usted sobre el dolor. Adems, Jos Emilio Pacheco afirma que Beber un cliz es el equivalente a La muerte del mayor Sabines pero en prosa.

    S? Ahora que lo dice, me gusta estar emparentado con ese hombre magnfico que es Sabines. Qu bueno, qu bueno! Ya!

    Existen entre ustedes muchos vasos comunicantes. S, de qu color tiene los ojos Sabines?

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  • Azules. Ah, cre que los tena como yo, pero no. De qu color los tiene? No ve, coo, no ve? Grises o verdes? Verdes. Creo que a usted lo que le interesa es la anatoma de las frases

    ms que el estilo o el contenido. Yo dira que, en este momento, s. Se lo pondr en sus propias palabras, segn Paraderos

    literarios: Donde se juntan dos palabras se abre la inteleccin del mundo.

    Qu bonito! Eso es mo? Ah, qu bueno! Qu bueno! suelta la carcajada. S, as es. Ms que el argumento, lo que me hipnotiza es ver cmo la unin de dos palabras abre de repente una visin de lo que es la vida. Casualmente el libro que tiene usted en las manos es eso. Recuerdo un comentario que hice ah. En un pasaje digo que la actriz francesa Cecile Sorel describe fantsticamente la boca clsica de la italiana Duse. Esa descripcin lleva implcita el prestigio del mrmol, la antigedad griega. Hablar de una boca clsica es un dibujo casi perfecto de lo que es la boca de una mujer. Luego eso lo lleva usted hasta donde quiera en la historia: a repasar a todas las mujeres de bella boca que ha conocido uno, a soar en la posible poesa con una sonrisa, a entender lo que es la vida, a desesperarse ante la ausencia de explicacin de la fealdad, del por qu hay algunos que la padecen o la merecen y de nuevo a tratar de explicarse la inexplicable belleza que tanto abruma y tan eminente es para la condicin humana. Todo esto, tan slo

    con la boca clsica de la Sorel. Qu ms? Oiga, es la primera joven que me entrevista y no muestra miedo, al contrario. Todos vienen temblando de terror re maliciosamente.

    Sin la lectura y la escritura, no tiene caso la vida? No, no tendra ninguno. Qu sentido podra tener? Bueno, para mucha gente lo tiene. Esa gente no existe. Van, como deca Len Bloy, del tero al

    sepulcro, sin huella. Si la vida no sirve para armar un gran poema; si no sirve para leer y viajar por todos los pasajes secretos del mundo, a cualquier hora y por todos a la vez, no sirvi para nada.

    Entonces, para qu escribir? Para que el autor trascienda o para retratar la condicin humana?

    Si hay un hombre que pueda disfrutarla es para su felicidad. Ah est la gran literatura de todos los siglos, quien pueda ir a ella, beber all, ser feliz. Tendr grados de felicidad muy superiores a los que tiene el hombre comn. Eso es todo. Se escribe y se lee para ser feliz. No s los dems qu opinen y tampoco me importa mucho.

    Usted afirma que los mejores viajes son los que se hacen a travs de los libros. Por qu?

    Recuerde que vengo de una generacin donde Mxico todava era una bellsima ciudad de un milln de habitantes. No haba dinero para viajar. La clase media mexicana era sumamente modesta. El primer viaje de cierta importancia que yo hice fue a los 47 aos. Ya muy tarde. Despus pude viajar gracias a los polticos. Entre el ao pasado y ste me han ofrecido ir a Europa en tres ocasiones, pero no he aceptado. Ya vi el mundo, nada ms me faltaron como cinco lugares. Ahora prefiero quedarme a leer diez o

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    12 libros ms. Por otro lado, acab descubriendo que todos los seres humanos son exactamente iguales: el alma es la misma, si no la sabidura sera imposible. Acaso valga ms la pena entrar en ellos a travs de la gran literatura y no de lo que vayan dando los ojos y los odos segn los viajes multiplicados. Cunto hubiera tardado en encontrar la boca clsica? Leyendo la encontr de repente. Amin Maalouf cuenta que cuando son expulsados los espaoles de Andaluca van pesarosa y culpablemente alejndose en el mar y cuando vuelven la cabeza, la ciudad se ha convertido en una mnima lnea de melancola. Dnde se encuentra eso? Si aqu ya est la alegra: los libros, para qu salir? Me explico? Me entiende? Luego?

    Tener la certeza de que en la literatura se encontrarn imgenes como sa, tiene que ver con la fe?

    El escritor enmudece unos segundos. Es buena la pregunta, es muy loca, pero muy buena

    Probablemente s, porque tiene que ver con la esperanza Si ste es el mundo que se ve desde la literatura es probable que para m nunca se acabe. Puede ser, s, que de alguna manera exista el alma y que la muerte no sea total. No poseo el valor que Borges tuvo, ms o menos a la edad que ahora tengo, cuando dijo: La muerte tiene que ser total si no sera un fraude. No s si de veras lo crea, pero hay que tener o una valenta o una inconciencia o un disgusto de la vida muy grandes para poder afirmar tal cosa. Yo no quiero morir. S que me va a tocar. Sin embargo, si la literatura y el ser literario existen, tengo la esperanza de que la vida no acabe. Ya?

    Despus de 55 aos de oficio literario, cul es el balance? Ha valido la pena?

    Yo creo que s. He escrito 40 y tantos libros. Algo valdr. Algo le dar a vivir a otras personas. Creo que puedo ser de algn modo maestro de jvenes, cuando menos si no en mi logro, en mi actitud. Puedo decir que ya no me desdeo tanto como me desdeaba. Ya no me doy horror o asco. Ya espero algo de m. Conste, a los 72 aos.

    No es quiz la manera como uno se puede ir en paz? Acaso y no quiero irme! A ninguna parte! responde

    furioso. Ni con paz ni con desesperacin! Ha sido muy anrquica la entrevista. Nunca me haban hecho una as. No s qu va a hacer usted para ordenarla. Le suplico una cosa: ponga exactamente lo que he dicho. No me ayude. Djeme solo. Hecho? Otra vez la risa corta, plena. Terminamos. Hace calor, no quiere un refresco?