Epigenética conductual

3
Discover Magazine Las experiencias buenas o malas de nuestros antepasados se heredan a sus descendientes, provocando tendencias a ciertos comportamientos como la depresión o el alcoholismo. La idea del árbol genealógico toma un matiz nuevo con la epigenética conductual. En biología y ciencias de la salud, se denomina fenotipo a la expresión del genotipo en función de un determinado ambiente. 1 Los rasgos fenotípicos cuentan con rasgos tanto físicos como conductuales. Es importante destacar que el fenotipo no puede definirse como la "manifestación visible" delgenotipo, pues a veces las características que se estudian no son visibles en el individuo, como es el caso de la presencia de una enzima. Un fenotipo es cualquier característica o rasgo observable de un organismo, como su morfología, desarrollo, propiedades bioquímicas, fisiología y comportamiento. La diferencia entre genotipo y fenotipo es que el genotipo se puede distinguir observando el ADN y el fenotipo puede conocerse por medio de la observación de la apariencia externa de un organismo. La epigenética es el estudio de modificaciones en la expresión de genes que no obedecen a una alteración de la secuencia del ADN y que son heredables. Una de las fuentes de mayores modificaciones de los genes es el factor ambiental y puede afectar a uno o varios genes con múltiples funciones. Por medio de la regulación epigenética se puede observar cómo es la adaptación al medio ambiente dada por la plasticidad del genoma, la cual tiene como resultado la formación de distintos fenotipos según el medio ambiente al que sea expuesto el organismo. Estas modificaciones presentan un alto grado de estabilidad y, al ser heredables, se puedan mantener en un linaje celular por muchas generaciones. Esto es importante ya que cuando hay errores en las modificaciones se pueden generar enfermedades que perduren en una familia por mucho tiempo. Vamos a plantear una pregunta con cierta ingenuidad: ¿cómo sabe el ADN humano dónde colocar sus piezas para crear exactamente un ser humano particular? No hablamos de un individuo de la especie humana sino a una persona concreta, hijo o hija de ciertos padres, descendiente de cierta genealogía. De primera impresión podríamos pensar que la naturaleza trabaja sobre un cuadro básico de ingredientes, los cuales apenas sufren modificaciones a lo largo del tiempo. Pero según la investigación de un par de biólogos canadienses, las historias de vida (hábitos, estados emocionales, traumas psicológicos) de nuestros descendientes modifican y otorgan a nuestro material genético un grado extra de precisión.

Transcript of Epigenética conductual

Page 1: Epigenética conductual

Discover Magazine

Las experiencias buenas o malas de nuestros antepasados se heredan a sus descendientes, provocando tendencias a ciertos comportamientos como la depresión o el alcoholismo. La idea del árbol genealógico toma un matiz nuevo con la epigenética conductual.

En biología y ciencias de la salud, se denomina fenotipo a la expresión del genotipo en función de un determinado ambiente.1 Los rasgos fenotípicos cuentan con rasgos tanto físicos como conductuales. Es importante destacar que el fenotipo no puede definirse como la "manifestación visible" delgenotipo, pues a veces las características que se estudian no son visibles en el individuo, como es el caso de la presencia de una enzima.

Un fenotipo es cualquier característica o rasgo observable de un organismo, como su morfología, desarrollo, propiedades bioquímicas, fisiología y comportamiento. La diferencia entre genotipo y fenotipo es que el genotipo se puede distinguir observando el ADN y el fenotipo puede conocerse por medio de la observación de la apariencia externa de un organismo.

La epigenética es el estudio de modificaciones en la expresión de genes que no obedecen a una alteración de la secuencia del ADN y que son heredables. Una de las fuentes de mayores modificaciones de los genes es el factor ambiental y puede afectar a uno o varios genes con múltiples funciones. Por medio de la regulación epigenética se puede observar cómo es la adaptación al medio ambiente dada por la plasticidad del genoma, la cual tiene como resultado la formación de distintos fenotipos según el medio ambiente al que sea expuesto el organismo. Estas modificaciones presentan un alto grado de estabilidad y, al ser heredables, se puedan mantener en un linaje celular por muchas generaciones. Esto es importante ya que cuando hay errores en las modificaciones se pueden generar enfermedades que perduren en una familia por mucho tiempo.

Vamos a plantear una pregunta con cierta ingenuidad: ¿cómo sabe el ADN humano dónde colocar sus piezas para crear exactamente un ser humano particular? No hablamos de un individuo de la especie humana sino a una persona concreta, hijo o hija de ciertos padres, descendiente de cierta genealogía. De primera impresión podríamos pensar que la naturaleza trabaja sobre un cuadro básico de ingredientes, los cuales apenas sufren modificaciones a lo largo del tiempo. Pero según la investigación de un par de biólogos canadienses, las historias de vida (hábitos, estados emocionales, traumas psicológicos) de nuestros descendientes modifican y otorgan a nuestro material genético un grado extra de precisión.

La historia resumida comienza así: un neurólogo y un biólogo entran a un bar, toman un par de tragos y hablan con ligereza de sus respectivas líneas de investigación –al salir han creado un nuevo campo de la genética. Aunque no lo crean, esto es lo que les ocurrió en un bar de Madrid a Moshe Szyf (biólogo molecular y genetista de la

Page 2: Epigenética conductual

McGill University en Montréal) y a su amigo Michael Meaney, neurobiólogo de la misma universidad.

Desde la década de los 70, los genetistas saben que el núcleo de las células utiliza un componente estructural de las moléculas orgánicas, el metilo, para saber qué piezas de información hacen qué –por decirlo así, el metilo ayuda a la célula a decidir si será una célula del corazón, del hígado o una neurona. El grupo metilo opera cerca del código genético, pero no es parte de él. Al campo de la biología que estudia estas relaciones se le llama epigenética, pues a pesar de que se estudian fenómenos genéticos, estos ocurren propiamente alrededor del ADN.

Los científicos creían que los cambios epigenéticos se producían sólo durante la etapa del desarrollo fetal, pero posteriores estudios demostraron que de hecho algunos cambios en el ADN adulto podían resultar en ciertos tipos de cáncer. En ocasiones los grupos metilo se ajustan al ADN debido a cambios en la dieta o a la exposición a ciertas sustancias; sin embargo, el verdadero descubrimiento comenzó cuando Randy Jirtle de la Universidad de Duke demostró que estos cambios podían ser transmitidos de generación en generación.

Si esta jerga genetista es ardua para algunos, digamos que Szyf y Meaney simplemente desarrollaron una innovadora hipótesis mientras tomaban un par de cervezas: si la alimentación y los químicos podían producir cambios epigenéticos, ¿era posible que experiencias como el estrés o el abuso de drogas también pudieran producir cambios epigenéticos en el ADN de las neuronas? Esta pregunta fue el punto de partida para un nuevo campo en el estudio de la genética: la epigenética conductual.

Según este nuevo enfoque, las experiencias traumáticas de nuestro pasado así como las de nuestros ancestros inmediatos dejan una suerte de heridas moleculares adheridas a nuestro ADN. Cada raza y cada pueblo, así, llevaría inscrito en su código genético la historia de su cultura: los judíos y la Shoah, los chinos y la Revolución Cultural, los rusos y los GULAG, los inmigrantes africanos cuyos padres fueron perseguidos en el sur de Estados Unidos, o bien una infancia de maltratos y padres abusivos –todas las historias que podamos imaginar están influídas por nuestros antecesores.

Desde este punto de vista, las experiencias de nuestros ancestros modelan nuestra propia experiencia de mundo no solamente a través de la herencia cultural sino a través de la herencia genética. El ADN no cambia propiamente, pero las tendencias psicológicas y de comportamiento se heredan: así, puede que no sólo tengas los ojos de tu abuelo, sino también su mal carácter y su tendencia a la depresión.

Page 3: Epigenética conductual

Así como la magia y las terapias psicodramáticas afirman que para curar a una persona es preciso revisar su árbol genealógico, la genética actual comienza a abrirse paso en un nuevo campo que podría hacer que las “maldiciones familiares” sean cosa del pasado.

Discover Magazine