Eras del Cristianismo

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Una historia de revolucion y persecucion

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informacion editorial

datos editoriales

Titulo: el cristianismo en los primeros siglo

Ediccion y redaccion

E. Marin Marin Natalia diaz JaramilloStiven Suarez

Direccion juan camilo galeano

Fuentes: google. wikipedia

Fecha de publicacion 17 de marzo de 2011

Diseño: stiven suarez

Diagramacion: e. marin marin, natalia diaz

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Contenido

Iglesias y Reuniones Cristianas ..................................................... 4

Las 95 tesis ........................................................................................ 8

¿Clavadas o enviadas? ......................................................... 10

Reacción a las 95 Tesis .......................................................... 11

Los legados perdurables del Avivamiento de la Calle Azusa ..... 12

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Iglesias y Reuniones Cristianas En el Primer SigloUna de las dificultades con que se encuentran las personas que salen de una organización religiosa que ha dominado toda su vida es dónde poder encontrar el consuelo que pudiera llenar el vacío social y espiritual que queda. Donde antes parecía que había guía clara para todo aspecto del vivir cristiano, con respuesta para casi toda pregunta a través de los dic-tados de dirigentes que proclamaban ser dirigidos por el espíritu del Dios Altísimo, parece que ahora quedara poco de todo eso excepto perplejidad y desconcierto. Confiamos nuestra fe a una organización autoritaria, simplemente la ser-vimos al máximo y nos basamos en aquella fe a la hora de tomar impor-tantes decisiones en nuestra vida, solo para descubrir que dimos nuestra devoción a ilusiones de humanos imperfectos que no resultaron ser los emisarios de Dios que habíamos creído. La mesa en la que creímos que había un excelente banquete está ahora vacía. El oasis floreciente que pen-samos ver en el desierto árido fue solo un espejismo. Algunos se pueden sentir como en un desierto espiritual, sin refugio, teniendo mucho cuida-do a la hora de confiar de nuevo en alguna organización en la que puedan adorar sin caer de nuevo en alguna clase de control mental y decepción. Sin embargo, ¿cómo podemos seguir manteniendo una relación signifi-cativa con nuestro Creador además de poder tener asociación con com-

pañeros cristianos? ¿Cómo po-demos aplicar la instrucción del apóstol Pablo cuando aconsejó "consideremos cómo estimular-nos unos a otros al amor y a las obras excelentes, sin olvidarnos de nuestras reuniones, como es la costumbre de algunos, sino animádonos unos a otros , ..."?

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(Hebreos 10: 24,25 - NAS)Ahora podemos preguntar, ¿puede haber asociación cristiana sin que tenga que haber sumisión al dominio de hombres? ¿Puede haber unidad en Cristo sin que tenga que haber conformidad a una auto-ridad central terrestre? ¿Puede haber li-bertad cristiana en las reuniones, o puede la gente y las familias estudiar la Biblia en adoración correcta e independiente de los grandes grupos? Para entender estas y otras cuestiones acerca del compañerismo cristiano, vamos a ver en las Escrituras cómo adoraban juntos los segui-dores de Jesús y cómo se reunían como iglesia después de su muerte y resurreción en el primer siglo. Para poder entender el significado de iglesia en la comunidad cristiana primitiva, tenemos que examinar la palabra ekklesia, desde la que se tra-duce la palabra "iglesia." La "iglesia" (ekklesia ) en el primer sigloLa traducción literal de la palabra griega ekklesia es, en un sentido gene-ral, "asamblea" o "reunión." Desde el siglo V antes de Cristo, se aplicaba a cualquier grupo de ciudadanos griegos que se reunían con un propósito. En la traducción griega del "Nuevo Testamento" (Septuaginta), la palabra ekklesia denotaba una asamblea de israelitas y el término se intercambia-ba a veces con la palabra "sinagoga." La palabra iglesia (ekklesia) solo aparece en dos versículos en los evan-gelios, ambos en el libro de Mateo, y son dichos de Jesús. En la primera aparición, Jesús le dice a Pedro: "sobre esta roca edifico mi iglesia." (Ma-teo 16:18) Jesús aplica aquí la palabra "iglesia" en un sentido universal, refiriéndose a toda la asamblea espiritual de cristianos, siendo la "roca" su cuerpo espiritual del que Cristo es cabeza. (Efe.5:23) En esta aplicación hay una relación estrecha con la iglesia universal de su reino futuro.

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Marco Aurelio emperador filósofo, pasó 17 de sus 19 años de imperio guerreando. En las Memorias en que cada noche, bajo la tienda militar, anotaba algu-nos pensamientos «para sí mismo», se encuentra un gran desprecio hacia el cristianismo. Lo con-sideraba una locura, porque proponía a la gente común, ignorante, una manera de comportarse (fraternidad universal, perdón, sacrificarse por los otros sin esperar recompensa) que solo los filósofos como él podían comprender y practicar después de largas meditaciones y disciplinas. En un rescrito del 176-177 prohibió que sectarios fanáticos, con la introducción de cultos hasta entonces desconocidos, pusieran en peligro la religión del Estado. La situación de los cristia-nos, siempre desagradable, bajo él, se tornó más áspera. Coliseo Romano

Las florecientes comu-nidades del Asia Menor fundadas por el apóstol Pablo fueron sometidas día y noche a robos y saqueos por parte del populacho. En Roma el filósofo Justino y un grupo de intelectuales cristianos fueron con-denados a muerte. La floreciente cristiandad de Lyon fue aniquilada a raíz de la acusación de ateísmo e inmora-lidad. (Perecieron en-tre torturas refinadas también la muy joven Blandina y el quincea-ñero Póntico).Las relaciones que nos han llegado dan a en-tender que la opinión pública había ido exa-cerbándose con res-pecto a los cristianos. Grandes calamidades públicas (de las gue-rras a la peste) habían suscitado la convicción

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de que los dioses estu-vieran enojados con-tra Roma. Cuando se constató que en las ce-lebraciones expiatorias ordenadas por el empe-rador, los cristianos es-taban ausentes, el furor popular buscó pretex-tos para arremeter con-tra ellos.Esta situación siguió también en los prime-ros años del emperador Cómodo, hijo de Mar-co Aurelio. 2.3. La ofensiva de los intelectuales contra los cristianosBajo el reinado de Mar-co Aurelio, la ofensiva de los intelectuales de Roma contra los cris-tianos alcanzó el cul-men.«A menudo y errónea-mente -escribe Fabio Ruggiero- se cree que el mundo antiguo com-batió la nueva religión con las armas del de-recho y de la política. En una palabra, con las

persecuciones. Si esto puede ser verdadero (y, de todos modos, solo en parte) para el primer siglo de la era cristiana, ya no lo es más a partir de me-diados del segundo siglo. Tanto el mundo gentil como la Iglesia comprenden, más o menos en la misma época, la necesidad de combatirse y de dialogar en el terreno de la argumentación filo-sófica y teológica.

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Las 95 tesisLas 95 Tesis editadas por Melchior Lotter d.J.,

1522sEl Cuestionamiento de Martín Lutero al Poder y Eficacia de las Indulgencias (publicado en latín como Disputatio pro declaratione virtutis indulgentiarum), más conocido como Las 95 tesis, desafió las enseñanzas de la Iglesia de Roma con respecto a la naturaleza de la penitencia, la autoridad del Papa y la utilidad de las indulgencias. Esta publicación (clavada en las puertas de la Iglesia del Palacio de Wittenberg el 31 de octubre de 1517) detonaría un debate teológico que desembocaría en la Reforma y el nacimiento de varias tradiciones dentro del cristianismo, tales como el Luteranismo, el Presbiterianismo y el Anabaptismo.

Propósito de las Tesis Reconstrucción de las puertas de la Iglesia del Palacio donde Lutero clavó sus 95 tesis. Las originales fueron consumidas por el fuego en 1760.La Iglesia del Palacio de Wittenberg era el lugar donde se guardaba una de las colecciones individuales de reliquias más grandes de Europa, acumuladas por Federico III de Sajonia, príncipe elector de Sajonia. Las reliquias eran aquellos objetos que muchos cristianos medievales consideraban “santos” por haber pertenecido o estado en contacto con un Santo cristiano (incluso partes del propio cuerpo fallecido). De acuerdo a estas creencias (que posteriormente serían refrendadas por la

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Iglesia Católica Romana en el Concilio de Trento), su contemplación

torgaba méritos al espectador, de modo que podía recibir la absolución del castigo por sus pecados en el purgatorio. Hacia 1509, el príncipe elector llegó a poseer alrededor de 5.005 piezas, incluyendo varios frascos con la leche de la Virgen María, paja del pesebre donde nació Jesús, y el cadáver entero de uno de los inocentes masacrados por orden de Herodes el Grande. Estas reliquias eran mantenidas en relicarios (recipientes artísticos labrados sobre todo en plata dorada) y exhibidos una vez al año para que los fieles las venerasen.

En 1509, cada devoto visitante que hizo alguna donación para el mantenimiento de la Iglesia del Palacio recibió una indulgencia de cien días por cada reliquia.1 Antes de 1520, la colección de reliquias del Elector había aumentado hasta las 19.013 piezas, lo que permitía a los devotos peregrinos que donaran a la Iglesia del Palacio recibir una indulgencia que reduciría su tiempo en el purgatorio por 1,9 millones de días.

Las acciones de Lutero, sin embargo, no iban inicialmente contra

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la colección de su soberano, sino en respuesta a la venta de indulgencias por parte de Johann Tetzel, un sacerdote de la Orden

de los Hermanos Predicadores (Dominico), comisionado por el Arzobispo de Maguncia y por el Papa León X.

El propósito de Tetzel era desarrollar una campaña de recolección de fondos para financiar la renovación de la Basílica de San Pedro en Roma, y aunque el príncipe de Lutero, Federico III de Sajonia, y el príncipe del territorio vecino, Jorge el Barbado, duque de Sajonia, prohibieron la venta en sus dominios, feligreses de Lutero viajaron para comprarlas. Cuando estos creyentes venían luego a confesión, presentaban las indulgencias plenarias que habían adquirido, demandando que ya no necesitaban arrepentirse de sus pecados, puesto que el documento prometía perdón para todos ellos y más.

¿Clavadas o enviadas? La historia dice que Lutero clavó sus 95 tesis en las puertas de la Iglesia del Palacio de

Wittenberg el 31 de octubre de 1517, pero algunos eruditos han cuestionado la exactitud de este relato, observando que no existe

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ninguna evidencia contemporánea de tal hecho,3 otros han respondido a esta carencia señalando que la evidencia no se conserva porque en Wittenberg, la acción de clavar escritos en esa puerta era la manera acostumbrada de anunciar un acontecimiento en el campus universitario de aquella época.4Las puertas de las iglesias funcionaban en aquella época tal como los modernos tablones de anuncios. Por su parte, otros autores sugieren que la fijación puede haber ocurrido más bien durante noviembre de 1517. La mayoría conviene, por lo menos, en que Lutero remitió sus tesis al Arzobispo de Maguncia, al Papa, a algunos amigos y a otras universidades en

esa fecha.5 Con todo, las tesis fueron impresas muy pronto, y antes de 1518 habían sido extensamente leídas por toda Europa.

Reacción a las 95 TesisLutero redactó sus 95 tesis como soporte para un debate teórico, una “disputa” teológica, práctica corriente en la época. Concebidas para ser difundidas en un círculo restringido de teólogos, su éxito habría sorprendido al propio Lutero. Tras ser impresas en gran cantidad y ampliamente difundidas, las tesis tuvieron gran resonancia, pero las autoridades religiosas vacilaron, sin embargo, en condenar a Lutero. Este último continuará discutiendo con teólogos partidarios de las doctrinas de Roma, por ejemplo, con Johann Eck en la famosa disputa de Leipzig de 1519.

Las 95 tesis son finalmente condenadas definitivamente el 15 de junio de 1520 por la bula Exsurge Domine del papa León X. Lutero, entonces abiertamente en conflicto con la Iglesia de Roma, será excomulgado a principios del año siguiente.

El Papa León X exigió que Lutero se retractara por lo menos de 41 de sus tesis, pero el monje alemán, ya famoso en toda Europa, rechazó esta exigencia públicamente en la Dieta de Worms de 1521. Así, simbólicamente, daba inicio a la Reforma.

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Los legados perdurables del Avivamiento de la Calle Azusa

es el beneficiario de muchos legados duraderos, influyentes y de largo alcance, del avivamiento de la Calle Azusa.

EL MENSAJE DE LA CALLE AZUSA Bethel Bible College (Stone’s Folly), Topeka Kansas Parham’s Bethel Bible School, Houston, Texas

El mensaje que atrajo multitudes a la Misión de la Calle Azusa era considerado nuevo, novedoso, y revolucionario. Los cristianos de la época actual podían recibir el bautismo en el Espíritu

El cristianismo fue cambiado para siempre por el avivamiento de la Calle Azusa en Los Ángeles a principios del siglo pasado. Allí se celebraban cultos tres veces al día los siete días de la semana durante sus días gloriosos, desde 1906 hasta 1909. Las reuniones, dirigidas por William J. Seymour, pastor afroamericano, tenían lugar en el desvencijado edificio de una misión bajo el nombre de Fe Apostólica. Por imposible que

en aquellos momentos pareciera, el

a v i v a m i e n t o de la Calle Azusa estaba destinado a convertirse en un momento

decisivo en la historia mundial

del cristianismo.

Los humildes creyentes que se reunieron en la Calle Azusa en 1906 no se habrían podido imaginar siquiera los resultados históricos del avivamiento que ellos ayudaron a desatar en Los Ángeles. Hoy, el movimiento pentecostal mundial

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Santo como lo habían recibido los apóstoles en el día de Pentecostés, con la evidencia bíblica de las lenguas. El padre teológico de este mensaje

fue Charles Fox Parham, antiguo pastor metodista que se había unido al Movimiento de Santidad. En la Escuela Bíblica Bethel (fundada en Topeka, Kansas, en 1898), los estudiantes de Parham sostenían que las lenguas eran la evidencia de esta bendición pentecostal. La primera persona que esperimentó este fenómeno en Bethel fue Agnes Ozman. Lo ocurrido allí en el día de Año Nuevo de 1901 se convirtió en el prototipo del pentecostalismo

moderno. En 1905, Parham sirvió de mentor a William J. Seymour en otra escuela bíblica de Houston, Texas. Entonces Seymour llevó el mensaje pentecostal a Los Ángeles cuando llegó para pastorear una pequeña iglesia negra de Santidad. Los miembros de la iglesia rechazaron de inmediato su mensaje. Después de un mes de

reuniones de oración en una casa de la calle Bonnie Brae, Seymour y varios más hablaron en lenguas. Esto atrajo grandes multitudes a aquella pequeña casa. Mientras buscaban un edificio mayor en el centro de Los Ángeles, Seymour y su rebaño encontraron una iglesia episcopal metodista africana abandonada en la Calle Azusa. En abril de 1906 comenzaron los históricos cultos.1

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LOS LEGADOS PERDURABLES DE LA CALLE AZUSA

Es posible que el legado más importante de la Calle Azusa sea la renovación de los carismas (dones del Espíritu) en la iglesia moderna. Durante siglos, las iglesias occidentales, tanto católicas romanas como protestantes, habían adoptado el punto de vista de que los dones del Espíritu habían cesado al terminar la Era Apostólica. Este concepto, conocido como la teoría de la cesación, se volvió especialmente dominante entre los fundamentalistas y algunos grupos de Santidad que rechazaban el pentecostalismo. Con la explosión de lenguas en la Calle Azusa, la atención de la Iglesia se dirigió también a los demás dones del Espíritu. Junto a la glosolalia , los dones de profecía y de sanidades adquirieron prominencia.

Los pentecostales fueron los primeros cristianos desde la iglesia antigua que asociaron las lenguas con el bautismo en el Espíritu Santo. Antes de 1901, miles de personas de los grupos de Santidad y de Keswick habían afirmado tener un bautismo en el Espíritu Santo con diversas evidencias que daban validez a su experiencia.

Después de 1908, los pentecostales escogieron la expresión evidencia inicial para describir la forma en que entendían la experiencia pentecostal. Esto significaba que los otros dones del Espíritu

también eran evidentes, aunque las lenguas eran el primero en manifestarse, como había sucedido en el libro de Hechos. Puesto que el principal texto usado para dar validez a la experiencia era Hechos 2, el movimiento recibió el nombre de pentecostal .

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Después de 1960, el movimiento carismático proclamó que otros carismas, y con ellos el fruto del Espíritu, podían ser evidencia de la experiencia pentecostal. Citando pasajes de 1 Corintios, los nuevos pentecostales de las iglesias tradicionales prefirieron que se les llamara carismáticos , en vez de neopentecostales, como se les había llamado primero. Así, el nombre de carismáticos indicaba que todos los dones del Espíritu daban igualmente validez al bautismo en el Espíritu Santo.

CONCLUSIÓN

El pequeño grupo de adoradores que se reunieron en la Calle Azusa en 1906 nunca habrían podido imaginar siquiera los históricos resultados del avivamiento que ellos ayudaron a desatar en Los Ángeles. Nunca pertenecieron a una gran denominación. Ninguna de las grandes denominaciones pentecostales de hoy, como las Asambleas de Dios o la Iglesia de Dios en Cristo, se puede arrogar la exclusividad en cuanto a esta Misión. La Calle Azusa pertenece a todo el cuerpo de Cristo. No son sólo los afroamericanos los que pueden reclamar como suyo a Seymour, ni tampoco los pentecostales solamente; él pertenece a todo el cuerpo de Cristo, en todas las naciones, etnias y pueblos. Y el bautismo en el Espíritu Santo, con los dones y las gracias que le acompañan, no pertenece solo a los pentecostales, sino que es de todo el cuerpo de Cristo.

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ContraportadaEl cristianismo ha pasado por múltiples etapas desde su surgi-miento, ha pasado pro épocas que han amenazado su permanen-cia, pero estas adversidades solo resultaron en un expansionismo mas rápido, fuerte y fortalecido de este grupo.durante siglos ha habido una división, que se genera por la de-fensa de un evangelio verdadero y conforme a la biblia, contra el dogmatismo y tradicionalismo de la llamada “religión popular”

Es ineluctable poder intuir que se puede conseguir la felicidad tan solo con el querer, se requiere poder creer y conceder amor hacia los demás y tan solo con tener fe