Érase una vez un radialista...

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RAFAEL ARCHONDO BOLIVIA El músico menor Érase una vez un radialista. Desde 1950 ha surgido en La Paz una generación de radialistas comprometidos con las aspiraciones de la población aymara. En 1968, un ex músico de canciones foldóricas, Carlos Palenque, se unió a esa labor con un éxito impresionante. Veinte años después llegó a ser candidato a la Presidencia obteniendo 200 mil votos y liderando la cuarta fuerza política nacional. L a Paz tiene el alma dividida. El acto mismo de su fun- dación exhibe esta carac- terística. Es así que el 20 de octubre de 1548 los colo- nizadores españoles "depo- sitaron" esa ciudad en el pueblo indígena de Chuquiagu'. Esto significa que los europeos recién llegados se instalaron en los terrenos vacantes de la orilla izquierda del río Choqueyapu sin afectar la propiedad de la comunidad lugareña. Al hacer esto no estaban mostrando un gran espíritu de tolerancia, sino obede- ciendo una ordenanza de Carlos V en la que se disponía que los indígenas no podían ser desplazados de sus parcelas y que la población del Nuevo Mundo RAFAEL ARCHONDO, boliviano, es Licenciado en Ciencias de la Comunicación. debía permanecer segregada. La divi- sión de la ciudad en barrios de indios y blancos es el testimonio más evidente de la aplicación de una especie de apartheid que pervive hasta nuestros días con rasgos renovados. Hoy, La Paz es más vulnerable a la influencia de los valores neocoloniales importados y a los hábitos elitistas de las clases dominantes que la habitan. Ese endeble bienestar la ha convertido tam- bién en un poderoso imán de las migra- ciones campesinas2. Se calcula que cada año llegan a La Paz 16 mil migrantes. La confluencia contradictoria y complemen- taria de ambas vertientes configura la presencia vital de las dos caras de la urbe: la occidental y la indígena. En materia comunicacional, la división también se hace evidente. La CHASQUI 45, abril 1993 29

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Desde 1950 ha surgido en La Paz una generación de radialistas comprometidos con las aspiraciones de la población aymara. En 1968, un ex músico de canciones foldóricas, Carlos Palenque, se unió a esa labor con un éxito impresionante. Veinte años después llegó a ser candidato a la Presidencia obteniendo 200 mil votos y liderando la cuarta fuerza política nacional. CHASQUI 45, abril 1993 29 BOLIVIA RAFAEL ARCHONDO, boliviano, es Licenciado en Ciencias de la Comunicación.

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RAFAEL ARCHONDOBOLIVIA

El músico menor

Érase una vez un radialista.Desde 1950 ha surgido en La

Paz una generación deradialistas comprometidos con

las aspiraciones de lapoblación aymara. En 1968,

un ex músico de cancionesfoldóricas, Carlos Palenque, se

unió a esa labor con un éxitoimpresionante. Veinte años

después llegó a ser candidato ala Presidencia obteniendo 200mil votos y liderando la cuarta

fuerza política nacional.

La Paz tiene el alma dividida.El acto mismo de su fun-dación exhibe esta carac-terística. Es así que el 20 deoctubre de 1548 los colo-nizadores españoles "depo-

sitaron" esa ciudad en el pueblo indígenade Chuquiagu'. Esto significa que loseuropeos recién llegados se instalaronen los terrenos vacantes de la orillaizquierda del río Choqueyapu sin afectarla propiedad de la comunidad lugareña.Al hacer esto no estaban mostrando ungran espíritu de tolerancia, sino obede-ciendo una ordenanza de Carlos V en laque se disponía que los indígenas nopodían ser desplazados de sus parcelasy que la población del Nuevo Mundo

RAFAEL ARCHONDO, boliviano, es Licenciadoen Ciencias de la Comunicación.

debía permanecer segregada. La divi-sión de la ciudad en barrios de indios yblancos es el testimonio más evidente dela aplicación de una especie deapartheid que pervive hasta nuestrosdías con rasgos renovados.

Hoy, La Paz es más vulnerable a lainfluencia de los valores neocolonialesimportados y a los hábitos elitistas de lasclases dominantes que la habitan. Eseendeble bienestar la ha convertido tam-bién en un poderoso imán de las migra-ciones campesinas2. Se calcula que cadaaño llegan a La Paz 16 mil migrantes. Laconfluencia contradictoria y complemen-taria de ambas vertientes configura lapresencia vital de las dos caras de laurbe: la occidental y la indígena.

En materia comunicacional, ladivisión también se hace evidente. La

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mayoría de los migrantes son bilingües,hablan el aymara, su idioma materno, ytambién el castellano, dominante en lasrelaciones urbanas. Además, son porta-dores de normas culturales propias quedeben adaptarse a las nuevas reali-dades. Es por eso que desde 1950 hasurgido en la ciudad una generación deradialistas que conectaron sus cora-zones y su estilo con las aspiraciones dela creciente población aymara.

En 1968, un ex músico de cancionesfolclóricas llamado Carlos Palenque seunió a esa labor con un éxito impresio-nante. Veinte años después llegó a sercandidato a la Presidencia cosechando200 mil votos y liderizando la cuartafuerza política nacional.

Carlos Palenque ha conseguido des-pertar muchas pasiones. Para algunoses el mismísimo diablo, para otros elmismísimo Dios. Uno de sus más fero-ces contendores, el actual canciller deBolívia, alguna vez lo comparó con Hitlery un programa televisivo hizo unaencuesta con la inquietante pregunta:¿Le teme usted a Palenque? Por otraparte, su partido político es admirado porla mística de sus militantes y el culto a lapersonalidad de su carismático líder.

Esta polarización se debe a quePalenque representa a esa poblacióndifusa y oscilante que algunos gustan lla-mar mestizos, otros cholos o plebeyos, yque, en las laderas de La Paz, han edifi-cado un cerco con paredes de adobe yladrillo, techos de calamina y fiestasvecinales. Las razones de su éxitopueden leerse en su propio discursodivulgado por las ondas radiales desdehace más de dos décadas.

Para comprender el llamado "fenó-meno Palenque" intentaremos unaoperación teórica ciertamente arriesga-da. Partiremos de la visión del mundo, lasociedad y la política que tiene Palenquepara luego aproximarnos a las carac-terísticas de su público. Veremos así, si"el mundo según Palenque" correspondeculturalmente a la gente que todos losdías enciende su radio para escucharlo overlo con ansiedad.

El mundo según Palenque"Vivimos en un país que es la casa

grande y cuando los hermanos estánmal, hay que ayudarlos. El pueblopaceño es así, la gente pobre nos va adar un pedazo de pan, lo ha de partir en

El Caso Palenque:transferencias entre espacioscomunicativos y políticos

XAVIER IZKO

En el panorama de las últimas elec-ciones bolivianas (1989) destaca la ful-gurante aparición de nuevas agru-paciones políticas como Conciencia dePatria-CONDEPA y la Unión CívicaSolidaridad-UCS. CONDEPA (el partidodel ex-folclorista y radialista CarlosPalenque), fundado apenas ochomeses antes, ganó limpiamente en sudebut las elecciones nacionales ymunicipales en el departamento de LaPaz, derrotando a grandes partidostradicionales como el MovimientoNacionalista Revolucionario-MNR y laAcción Democrática Nacionalista-ADNe instalando a la primera 'chola' conpollera -la comadre Remedios- en elParlamento boliviano. Y esta victoriasupone la irrupción de un actor socialy político no sospechado por lamaquinaria de las predicciones elec-torales. ¿Qué raro fenómeno seesconde tras este imprevisto triunfo deun partido novato en las lides políti-cas?

La primera respuesta es casiobvia: CONDEPA logra configurar unespacio que hace posible la expresiónde sectores sociales marginados, nosólo del juego político, sino de la mis-ma escena social e identitaria. Lamigración aymara a la ciudad, laeconomía informal, los servicios, lasamas de casa, el pequeño comercio dela chola con pollera y, más en general,la subcultura "chola", discriminada ymarginal en el tejido urbano, son losespacios a partir de los cuales cobraarraigo el fenómeno Palenque. Lo quees menos obvio es la trayectoria deesta emergencia, tras la que se oculta

XAVIER IZKO es español, músico yantropólogo. Es Profesor del Programa deMaestría en Antropología de la FacultadLatinoamericana de Ciencias Sociales,KLACSO en Quito.

la habilidad para fraguar un tipo decomunicación alternativa.

Mucho antes que CONDEPA,el sistema de Radio y TelevisiónPopular-RTP, del que es fundador ypropietario el propio Carlos Palenque,había logrado crear un espacio decomunicación al servicio de la expre-sión popular de vastos sectoressociales marginados. La RTP se estruc-tura precisamente al servicio de susdisminuidas posibilidades de sobre-vivencia, de la carencia de trabajoestable, la ausencia de servicios bási-cos, la discriminación étnica contra hmujer de pollera, la violencia domésti-ca, y va configurándose como un espa-cio comunicativo donde la gentesocializa sus problemas cotidianos, através del uso de aymara, el accesodirecto al micrófono y la emotivateatralización de la vida cotidiana, ani-mada por el "compadre" Palenque y la"comadre" Mónica, su esposa.

Este estilo de comunicación directairá canalizando progresivamente lanecesidad de participación de la gentey propiciará la constitución de un com-plejo juego de interacciones que inter-pela las necesidades más sentidas,tanto de las participantes como de losoyentes, incluyendo la realización decampañas públicas y donaciones, yque confluirá gradualmente en lagestación de un movimiento social-popular, estructurándose posterior-mente bajo la forma de partidopolítico.

La estrategia desarrollada porPalenque en la RTP -la socialización delo privado, la inmediatez comunicativa,la incidencia sobre los problemascotidianos de los sectores populares alos que se dirige- intentará prolongarseluego, ciertamente, en la ampliación ycualificación de la vida política a través

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de la inclusión de la esfera de lo coti-diano, que dotará a CONDEPA de unaoáentación eminentemente pragmáticaen sus actuaciones. Pero aquí surgeprecisamente la pregunta: ¿Hasta quépunto las características de este micro-espacio comunicativo pueden trans-ferirse al macro-espacio de la escenapolítica sin alterarse y perder su estruc-tura básica? ¿Se tratará de una simpleproyección ideológica, sobre ía escenapolítica, de formas de interacción queson solamente posibles en el micro-

I espacio comunicativo de la Radio yTeiensión Popular?

Podemos seguir preguntándonos,en este sentido, si la escasa institu-donalización y la ambigüedad pro-gramática de CONDEPA no obedecenal intento explícito de que el espacio

i de lo político siga alimentándose delas demandas de los sectores popu-lares; pero también, a la inversa, si elacceso a la lógica del poder político

; no terminará reproduciendo dentro deCONDEPA las mismas prácticas de los

¡ partidos tradicionales, afectando de: alguna manera al sistema mismo de la

Radio y Televisión Popular.Aunque sólo el tiempo -y CONDE-

ÍPA- tienen la palabra, el "caso¡Palenque" atestigua, sin embargo, la¡peculiar emergencia de un espacio[político a partir de la configuración| previa de un espacio comunicativo.

Mientras tanto, siguen formándose•gas colas, sobre todo de mujeres, a| la entrada de la RTP, en la calle Juan

: la Riva de la Ciudad de La Paz. Al[otro lado de la calle se levanta la sede[principal de CONDEPA, subrayan-ido físicamente la voluntad de conver-Igencia de ambas instancias, la comu-jnicativa y la política, en el mismoi espacio. 9

dos. Nosotros también podríamos ponerqué partecita, porque de lo que unogana, un poquito bajar para aliviar enalgo el hambre de nuestros hermanos"(noviembre, 1986).

El radialista concibe a la sociedadcomo una gran familia, todos sentadosen una mesa, bajo un mismo techo, com-partiendo el pan. Así Palenque justifica laayuda social que presta. Él dirige un pro-grama meridiano en el que la genteacude a quejarse por algún atropello o asolicitar la cooperación en caso denecesidad material o afectiva. Allí el con-cepto de hogar es utilizado constante-mente. La radio da para eso porque estáen un lugar privilegiado del hogar: "Estees el lugar donde conversamos como lohace la familia diariamente" (agosto,1988).

La cálida relación que existiría entretodos los miembros de la sociedad sereproduce con rasgos más cercanos yfraternos entre el pueblo y el hombre delmicrófono. Ese vínculo afectivo tiene unahistoria:

"Así poco a poco ustedes han sabidoconfiar en su radioemisora, en su progra-ma de mediodía, por el hecho que conpalabras sencillas, sencillo como estepueblo, nos entendíamos todos los díasy compartíamos momentos de amarguray también momentos de felicidad" (agos-to, 1988).

A lo largo de esos años se habríaconstruido el cariño, la protección mutua,el compadrazgo. Para Palenque la vincu-lación tiene características cotidianas:

"Nos ha tocado vivir momentos dealegría con ustedes. Hoy nos toca tam-bién, como siempre ocurre en la familia,que unas cuantas lágrimas... y es pordolor, es por impotencia y hasta porrabia" (junio, 1988).

La base de las lealtades es la soli-daridad social, por eso aquel queincumple con estos preceptos es reduci-do por el discurso a una condición ani-mal:

"Yo quisiera que esa mujer, diré másbien, aquella hiena con forma de mujer,que dio a luz y abandonó con la placentaa su hija, que reflexione, que venga arecoger el fruto de su pecado" (septiem-bre, 1987).

Palenque ocupa un rol paternaldeterminado dentro de esa cooperativafraternal: Acecho

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"Quiero construir el hogar para losniños que duermen y sufren en lascalles, quiero darles calor, quieroestrecharlos entre mis brazos y quieroarrancarlos de aquel lugar donde duer-men en las calles y zaguanes. Quiero lle-varlos a esa casa grande para que nosufran. Esos niños no tienen padres, notienen madres, son huérfanos y sufren"(agosto, 1988).

Así en el papel de jefe de familia,pastor del rebaño y caudillo ejemplar,Palenque hace defensa cerrada de losniños y se enfrenta a la figura del vio-lador:

"Que sepan quienes ven con ojosmaliciosos a los niños que aquí tienen asus principales enemigos. Que no losvean con ojos libidinosos. A los niñoshay que verlos con ternura, hay que ver-los con amor. Tengo muchos niños queestán cerca mío. Ellos necesitan protec-ción, vamos a cuidarlos, vamos a con-denar a quienes los mal utilizan" (abril,1988).

Pero además de ser padre, enmuchas otras ocasiones es también hijo,es la criatura de ese pueblo, la creaciónmás solicita y elaborada de las masas:

"Ustedes me han enseñado a sergente desde muy niño y les debo todo loque soy. Quiero estar más cerca de mipueblo y servirlo de rodillas, porque yo loamo, lo he amado siempre" (agosto,1988).

Puede deducirse que, al igual quePalenque, el pueblo también cumple undoble rol, es padre e hijo a la vez. Haeducado al radialista, pero al mismotiempo le encomienda a su criatura latarea de proteger y defender, de asumirun papel paternal hacia su propia razónde ser.

Es de ahí que Palenque tiene comopunto de partida de todo su discurso a lafamosa promesa que hizo en el templode San Francisco. El realiza un pactodoble con Dios y con el pueblo:

"Hace unos días atrás solamente juréestar cerca de los humildes y los pobres,luchar por los trabajadores y los niños.Frente a esta Iglesia he renovado unjuramento y ese juramento es sagrado.Yo no traicionaré nunca a mi pueblo,jamás. Al contrario, lo serviré hasta el finde mis días" (agosto, 1988).

Llegamos aquí a una conclusión casiteológica: servir al pueblo es servir a

Dios. Ambos le han encomendado lamisma tarea. Esto se ve plenamentereflejado en este otro fragmento:

"El día de la celebración del octavoaniversario de la radio popular, cuántosniños y ancianos asistieron, muchagente, cansados ellos levantaban suspañuelos diciéndole al Señor gracias porla existencia de Radio y TelevisiónPopular que no es otra cosa que lafilosofía de Cristo en la tierra. Somosseguidores de él, somos quienes pre-tendemos de alguna manera, en unpequeño porcentaje, seguir su ejemplo"(abril, 1988).

La política según PalenqueLos políticos, según Palenque, se

deben a sus electores, son su creación.Por lo tanto, es el pueblo el que instituyey destituye a los que manejan el poder.

Es así que dice:"Yo quiero decirles a los actuales

gobernantes que el poder no es eterno,que el poder se va, es efímero, dos, tres,cuatro años y se va. ¿Por qué tanto abu-so de poder entonces si el poder se va?La vida misma se va compadres, la vidamisma se termina. No se puede abusardel poder que nos brinda el pueblo cadacuatro años. Tenemos que responder alpueblo de nuestros actos después de loscuatro años" (junio, 1988).

Así se equipara nuevamente alpueblo con Dios. Ambos deben juzgarnuestros actos cuando la vida y el poderse terminan. Dios castigará o premiará alas personas una vez que su existenciaha concluido. El pueblo hará lo mismocon su voto cuando terminen los cuatroaños del ejercicio del poder.

Así, Palenque sentencia:"El voto está en nuestras manos,

sabremos castigar a quienes nos casti-garon" (agosto, 1988).

Para evitar ese castigo, el políticotiene que seguir estos mandamientos:

"Que no se gobierne entre cuatroparedes, que se gobierne de cara alpueblo, que no se le engañe. Que se ter-mine de una vez por todas la insensibili-dad, que en el Palacio de Gobierno y enlos ministerios haya gente que piense ensus hermanos, no en sus bolsillos. Quese hagan cargo de la gente que sufre"(agosto, 1988).

El mundo político se divide en dosbandos confrontados: Palenque y el

Palenque harestituido lacomunitaria,

forma simbólica, a trlos medios de comuíLo ha hecho en los rde sus propias ideasconcepciones, de forintuitiva, ejercitandodiálogo entre su oferdiscursiva y la demarpúblico.

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Enmascarado de Saquisilí

pueblo, por el otro sus enemigos. A ellos,el líder comunicacional les dice lo si-guiente:

"Que escapen los pichicateros4, queescapen los que le roban al pueblo, losque trafican con el hambre de loshumildes, los que jamás les dan nada.Más bien que escapen los que le quitanal pueblo el pan de la boca, que esos sevayan" (junio, 1988).

El origen de la cosmovisión dePalenque

Muchos dirán que todo lo exhibido noes otra cosa que un discurso de rasgosjesuscristianos y caritativos, salpicadocon aditivos culturales andinos y patrióti-cos. En otras palabras, pura sensiblería,embustes para practicar un prebendalis-mo harto conocido en la políticanacional. Yo prefiero partir de otroscimientos porque, volviendo al principio,

[ no creo que Palenque sea parte de lotradicional. Si fuera así no despertaríasemejantes vorágines de rechazo y

i admiración simultáneas.

Entonces, ¿podemos encontrar algúnparentesco entre esta visión particulardel mundo y el público migrante de La

Paz?. En otras palabras, ¿por qué un

discurso como éste encendió verdaderashogueras sentimentales en los barriosmarginales?

Aventuremos algunas probablesrespuestas. Su cultura y muchas de suspautas de conducta tienen su origen enlas parcelas frías y llenas de paja bravadel altiplano andino. Según muchosantropólogos, sino todos, allí desarro-llaron una forma de ser comunitaria, soli-daria, recíproca. Por sus propiascarencias materiales, que se remontan amucho antes del Tahuantinsuyo, la soli-daridad social, más que una virtud a pon-derar, es un requisito para la sobre-vivencia. En los Andes incluso la opre-sión debía ir precedida de obsequios ydádivas, es decir que para ser autoridadhabía que mostrar la capacidad de redis-tribuir lo que uno había acumulado. Casise podría decir que los estados pre-colombinos, en esta parte del continenteeran prebéndales por obligación.

Esta estructura social y económicase acopió funcionalmente con los esta-dos colonial y republicano que sesucedieron después de la conquista. Poreso mismo, las pautas colectivas decomportamiento comunitarias se siguie-ron reproduciendo hasta nuestros días.

Cuando los migrantes llegan a la ciu-dad esta lógica se rompe, aumentan lastensiones, unos se hacen más ricos,mientras los más se empobrecendramáticamente. No hay comunidad queregule la asignación de los recursos y nohabiendo controles, surge una clásicapirámide social.

Es dable pensar entonces que laurbe crea una profunda angustia porrestituir los lazos de solidaridad, aquellosque alivian los contrastes y aminoran lamiseria.

Por eso apostamos a que Palenqueha restituido la lógica comunitaria de for-ma simbólica a través de los medios decomunicación. Lo ha hecho por supuestoa su manera, en los marcos de suspropias ideas y concepciones. Lo hahecho también de forma intuitiva, ejerci-tando un diálogo entre su oferta discursi-va y la demanda del público.

Al analizar el discurso de CarlosPalenque podemos detectar también lasupervivencia, bajo nuevas formas, deuna cosmovisión andina, recubierta deropajes católicos y populistas.

Quizás esa sea la explicación denuestra duda inicial. Ciertas personas letemen a Palenque porque subleva losdemonios interiores de los aymarás,porque oxigena las maneras de ser ypensar de lo "indio", formas que ya secreía desterradas. Porque al hacerlo,revive también los miedos nocturnos deconquistador, sus sudores más íntimosfrente a un pueblo al que consideraenfermo, ladino e irremediable y su con-ciencia de minoría soterrada en un cercodel que no puede escapar pese a susesfuerzos por proclamarse boliviano. *

REFERENCIAS

1) Rossana Barragán, Espacio urbano ydinámica étnica en La Paz en el sigloXIX, 1990, La Paz, HISBOL.

2) El 23 % de la población bolivianadesplazada entre 1950 y 1976, eligióLa Paz como lugar de nueva residen-cia. El dato muestra que esa ciudades el atractivo migracional másimportante.

3) Radio Televisión Popular (RTP) es ladenominación común de los dosmedios de comunicación de Palen-que.

4) Pichicatero es el adicto a las drogaso el narcotraficante, en la jerga popu-lar.

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