Erik H. Erikson. La verdad de Gandhi

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1 Erik H. Erikson. La verdad de Gandhi. Sudamericana, Bs. As. 1973. Págs. 454-462. 1. SATYAGRAHI Y SOLDADO Ahora debo reseñar una secuela poco gloriosa. No pretendemos que el propio Acontecimiento representa un episodio glorioso: enfrentar a algunos grupos de habitantes de Ahmedabad contra otros fue un esfuerzo local, como un ensayo ante un público provinciano. Este hecho se percibirá claramente cuando rememoremos lo ocurrido en Ahmedabad desde el ángulo del primer Satyagraha nacional, exac

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1 Erik H. Erikson. La verdad de Gandhi. Sudamericana, Bs. As. 1973. Pgs. 454-462. 1. SATYAGRAHI Y SOLDADO Ahora debo resear una secuela poco gloriosa. No pretendemos que el propio Acontecimiento representa un episodio glorioso: enfrentar a algunos grupos de habitantes de Ahmedabad contra otros fue un esfuerzo local, como un ensayo ante un pblico provinciano. Este hecho se percibir claramente cuando rememoremos lo ocurrido en Ahmedabad desde el ngulo del primer Satyagraha nacional, exactamente un ao despus, durante los Idus de marzo de 1919. Entonces se movilizaran centenares de miles de indios de todas las regiones y todas las religiones; el propio Imperio Britnico sera el principal antagonista y la opinin mundial el sobrecogido espectador. Pero por lo menos habr demostrado su carcter de ensayo real y minucioso, a pesar de unos pocos y tremendos defectos, los mismos que se manifiestan en los ensayos escrupulosos. El Satyagraha de los campesinos de Kheda ya estaba preparndose cuando Gandhi dirigi a los obreros de Ahmedabad. Y como vimos, apenas unos das despus del ayuno, con un apremio que reflejaba la existencia de una obligacin cuyo cumplimiento se haba demorado, y probablemente tambin la esperanza de superar los factores de ambigedad de Ahmedabad, Ghandi asumi la direccin del movimiento de Kheda. En estas pginas podemos tratar esta nueva campaa slo como una consecuencia de la que se realiz en Ahmedabad, pues para hacer justicia a cualesquiera de las campaas de Gandhi se necesita por lo menos un libro. Al comienzo de cada una padeci lo que l mismo compar con los dolores del parto, y al final de la mayora no se senta seguro como nunca lo estuvo con sus propios hijos de haber producido un modelo meritorio de lo que una empresa semejante deba y poda ser. El problema original de Kheda era claro y bastante sencillo: Tambin all el monzn de 1917 haba sido excesivo, y provocado la prdida general de las cosechas en un distrito que normalmente gozaba de relativa prosperidad. La ley estableca que el pago del impuesto agrario poda postergarse u omitirse cuando la cosecha era un 25 por ciento menor que el ndice normal, y Gandhi estaba convencido de que ese era indudablemente el caso en 1917. En su carcter de presidente del Sahba de Gujarat, un organismo creado para estudiar las peridicas privaciones de los campesinos y llamar la atencin del gobierno sobre el asunto, en enero de 1918 haba aconsejado al pueblo de Kheda que suspendiera los pagos hasta que el gobierno pudiese estudiar la cuestin. El gobierno, que consideraba a Gandhi y sus amigos nada ms que agitadores ajenos a la regin, rehus aceptar su evaluacin de la cosecha e insisti en el pago de los impuestos de este rico y frtil distrito, sobre todo porque tena buenos motivos para atribuir parte del aumento de los precios a la especulacin con los granos y los manejos de los aprovechadores de la guerra. En realidad, muchos de los agricultores ms prsperos bien podan permitirse el pago, y en cambio otros estaban totalmente imposibilitados; por su parte, Gandhi vio en esta situacin la oportunidad de que los individuos prsperos y educados demostrasen su solidaridad con los desposedos, y les ayudasen a superar su temor a una burocracia que no vacilaba en confiscar y vender la tierra y el ganado de los morosos. De modo que el 22 de marzo se inici el Satyagraha de Kheda con el compromiso general de sufrir todas las consecuencias antes que pagar la totalidad o parte del impuesto y, por supuesto, de desarrollar la campaa con moderacin no violenta. El problema se arrastr durante casi tres meses, y slo el 6 de junio Gandhi pudo anunciar el fin de la lucha un final poco elegante como dijo entonces y repiti en su Autobiografa, porque una campaa del Satyagraha puede considerarse meritoria slo

2 cuando los satyagrahis emergen de ella ms fuertes y animosos que al comienzo.38 Pero es evidente que sinti la falta de esa elevacin no tanto en los campesinos como en el gobierno. Estaba convencido de que para los campesinos la campaa represent algo que era mas importante que algunas ventajas limitadas, a saber, el comienzo de un despertar. . - el principio de su verdadera educacin poltica. Pero el gobierno altivamente concedi, sin la ms mnima generosidad en el tono o el espritu, lo que podra haber otorgado fcilmente es decir, la pequea proporcin del impuesto que se origina en los ms pobres, al mismo tiempo que se aseguraba la promesa de las sumas mucho ms elevadas que ahora los campesinos prsperos rehusaban pagar. Gandhi no poda entusiasmarse ante este resultado, si bien como es natural los campesinos estaban complacidos al comprobar que al menos por una vez conseguan expresarse y resistir sin verse castigados. Hay slidas razones para creer que, habiendo demostrado la viabilidad del Satyagraha entre los obreros y los campesinos de su Gujarat nativa, Gandhi ansiaba emprender tareas ms amplias: Queremos obtener los mismos derechos que los ingleses, y aspiramos a ser socios del Imperio exactamente como los dominios de ultramar. Contemplamos la posibilidad de aspirar al virreinato.3~ Si bien ejecutaba las tareas locales con entusiasmo y cuidando escrupulosamente los detalles, se hubiera dicho que su imaginacin y su necesidad de accin se orientaron bruscamente hacia los problemas nacionales y quizs tambin se liberaron de las ltimas restricciones originadas en el consejo de Gokhale. Pero a medida que se manifestaban sus ambiciones nacionales, lo asaltaba nuevamente ese extrao complejo de sentimientos y de ideas que haba caracterizado las confrontaciones anteriores que implicaban la necesidad de combatir al gigante britnico: primero deba ofrecer ayuda y socorro al organismo materno en peligro. Al principio no neg que este gesto encerrase un evidente motivo ulterior. Como escribi al Virrey al aceptar la invitacin a una conferencia de guerra en Delhi, que deba celebrarse en abril, cuando todava no se haba resuelto el problema de Kheda: Reconozco que en la hora de peligro debemos dar como hemos decidido hacer total e inequvoco apoyo al Imperio, del cual aspiramos a ser en un futuro prximo asociados en el mismo sentido que lo son los dominios de ultramar. Pero es evidente que nuestra respuesta se origina en la esperanza de que as alcanzaremos ms rpidamente la meta aun dira que del mismo modo que el cumplimiento de un deber confiere automticamente el correspondiente derecho. El pueblo tiene derecho a creer que las reformas inminentes mencionadas en vuestro discurso incluirn los principios generales bsicos del Plan del Congreso y la Liga, y estoy seguro de que esta confianza ha permitido que muchos miembros de la Conferencia presten su cooperacin sin reservas al gobierno. El plan del Congreso y la Liga era un proyecto de amplias reformas polticas aprobado por el Congreso Nacional Indio y la Liga Musulmana en 1916, con la esperanza de preparar el gobierno propio de la India como parte integral del Imperio en fecha temprana en total armona con la historia y la poltica britnicas. Pero no es posible analizar el modo en que Gandhi afront esta precaria circunstancia sin llegar a la conclusin de que padeca cierta implicacin emotiva un tanto irracional. Tanto sus compaeros como sus antagonistas se preguntaron en ese momento qu le ocurra, y no pocos dudaron precisamente de lo que a Gandhi le pareca indudable es decir, su consecuencia y su fidelidad a la verdad. Las Obras completas de Gandhi nos permiten nuevamente seguir el desarrollo y percibir las distintas dimensiones de sus agudos conflictos sus relaciones con los amigos y los hijos, as como con el Virrey; su

3 condicin mental y fsica, as como sus discursos y sus actos. Y en todas estas cuestiones ahora podemos considerar tpicos ciertos sentimientos de ansiedad y ciertas tensiones que se manifestaron en su bsqueda de la verdad durante toda la vida de Gandhi, desde el lecho de muerte de su padre hasta su propia muerte. Como Gandhi escribi al Virrey: Tembloroso y dominado por el temor he decidido que es mi deber participar en la conferencia. En una carta dictada el Virrey le inform que no entenda el temor ni el temblor, y que no crea en ellos. Tampoco yo, agregaba gratuitamente el secretario del Virrey. Pero Gandhi continu manifestando una actitud a medias perturbada y a medias desafiante y en la reunin estableci un precedente al declarar en hindi: Con cabal sentido de mi responsabilidad, pido se apoye la resolucin es decir, la resolucin que propona el reclutamiento inmediato de 500.000 indios para el ejrcito britnico. Algunos afirman que era la primera vez que un indio pronunciaba oficialmente una frase india en presencia del representante del Rey-Emperador! Pero el contenido demostr que Gandhi era un sbdito excesivamente entusiasta; y en realidad, fue un hombre que nunca pudo obedecer sin desbordarse en sentimientos sumisos y utpicos: Si pudiese conseguir que mis compatriotas volviesen sobre sus pasos, haria que anulasen todas las resoluciones del Congreso, y que no hablasen de gobierno propio o responsable mientras durase la guerra. Hara que India ofreciese todos sus hijos aptos como sacrificio al Imperio en su momento ms difcil; y s que por haberlo hecho India se Convertira en el socio ms favorecido del Imperio y que las distinciones raciales se convertiran en cosa superada. Por otra parte, no vacil en reinterpretar sus propios actos de Champarn y Kheda que, podemos estar seguros de ello, hasta ese momento apenas haban preocupado al Virrey: Los problemas de Champarn y Kaira son mi contribucin directa, definida y especial a la guerra. Que se me pida suspender mis actividades en esa direccin, y ser como pedirme la vida. Pero inmediatamente comienza a formular sus condiciones. Primero, se exime de las consecuencias del reclutamiento, afirmando que: Personalmente no matar ni herir a nadie, amigo o enemigo. Y luego compromete a sus camaradas satyagrahis por un precio a aquello de lo que l mismo se eximi: La solucin del problema de Kaira. . -tambin me permitir utilizar para los fines de la guerra a mis colaboradores de Kaira, y me posibilitar obtener reclutas del distrito. Pero a tal extremo el Mahatma en ciernes adopta ahora la posicin de un sbdito disciplinado de Su Majestad que ofrece voluntariamente su prontuario al secretario del Virrey es decir, su foja de servicios militares! Estuve a cargo del Cuerpo Indio de Ambulancias, formado por 1.100 hombres durante la Campaa ber, y asist a las batallas de Colenso. Spionkop y Vaalkranz. Fui mencionado especialmente en los despachos del general Bullen. En 1906, durante la Campaa zul, estuve al frente de un cuerpo similar de 90 indios, y recib el agradecimiento especial del gobierno de Natal. Finalmente, al comienzo de esta guerra organic en Londres el Cuerpo de Ambulancias formado por casi 100 estudiantes, y en 1915 regres a India a causa de un grave ataque de pleuresa, sufrido mientras realizaba la instruccin necesaria. Finalmente, el mismo da, escribi al secretario del Virrey una carta que es tan insinuante que casi parece perversa: Me gustara hacer algo que lord Chelmsford considerase autntico esfuerzo de guerra. Creo que si se me concede el cargo de reclutador jefe har llover hombres sobre ustedes. Disclpeme la impertinencia. Ayer el Virrey pareca plido. Todo mi corazn estaba con l mientras lo miraba, escuchando los discursos. Que Dios lo gue y los proteja a l y a usted, su fiel y devoto

4 secretario. Siento que usted es ms que un secretario para l. Esta frase final, en verdad gratuita, fortalece la impresin de que estamos frente a una irrupcin de devocin filial de carcter irracional una impresin suscitada inicialmente por el deseo explcito de Gandhi de ofrecer todos los hijos aptos de India como sacrificio al Imperio. Es evidente que al sugerir que se lo designe reclutador jefe del Imperio en peligro est cerca de afirmar que es el nico disponible; y al mismo tiempo s dira que envidia la oportunidad del secretario de ser ms que un secretario para el Virrey de aspecto desfalleciente y en verdad, esto no implica que quiere representar el papel de hijo atento y servicial? Entretanto, el tema padre-hijo se ha agravado en la esfera legtima de su propia familia en realidad, un sesgo catastrfico en la relacin de Harilal con su padre muy posiblemente coincidi con el giro personal de la carta de Gandhi al secretario del Virrey. Sea como fuere, al da siguiente de la carta oficial Gandhi redact una misiva dirigida a Harilal, con toda la ambivalencia abismal pero al mismo tiempo eso parece inconsciente que hemos llegado a considerar sobrentendida. Ahora es muy evidente que a su vez Harilal estaba dispuesto a vengarse de su moralista progenitor. La carta se refiere a cierta estafa que segn parece provoc dificultades legales al propio Harilal y a un socio comercial. Lo que debe interesarnos aqu son los temas que Gandhi, que seguramente no adverta sus aspectos de vindicta, desarrolla en la carta. Todos actan de acuerdo con su naturaleza un tema que confirma que Harilal es orgnicamente un ladrn al mismo tiempo que lo condena otra vez como vctima de los pecados de su padre. Luego, se informa a Harilal que su padre hizo algo muy grande en Delhi, tema que es cruel subrayar en momentos en que el hijo hizo algo muy mezquino. Pero el padre no explica al hijo en qu consiste el hecho importante eso el hijo puede leerlo en los diarios, o quizs enterarse por Mahadev, si en efecto el secretario tiene tiempo de escribirle. Mahadev (agrega el padre) ha ocupado tu lugar, pero el deseo de que hubieses sido t se niega a desaparecer. Morira con el corazn destrozado si no tuviese Otros hijos. Incluso ahora, si deseas ser un hijo comprensivo sin desplazar a nadie que represente ese papel frente a mi, tu lugar est asegurado. Esto ocurra el 19 de mayo. Dos semanas despus Gandhi an no haba recibido la aprobacin oficial que le permitira realizar su ofrecimiento filial al Imperio; el secretario del Virrey haba remitido la desconcertante correspondencia a Lord Willingdon, gobernador de Bombay. Entretanto, de acuerdo con un informe secreto remitido al gobierno, el entusiasmo inicial de 8.000 oyentes de Patna se desvaneci a medida que el discurso progresaba. Gandhi se present como el agente fiel del gobierno, pero al mismo tiempo como lder de Bihar, y aconsej al pblico que formase un ejrcito republicano y lo acompaase, acudiendo a donde lo ordenara el gobierno. Muchas personas se retiraron discretamente. El 30 de mayo, cuatro semanas despus de su ofrecimiento, Gandhi escribi nuevamente al secretario de Willingdon, y se le contest redondamente que en el trabajo para la guerra no se aceptaban condiciones. Despus de recibir una acre respuesta de Gandhi, el 11 de junio, el secretario puso en duda la conveniencia de aceptar una discusin poltica contenciosa en una resolucin que expresaba lealtad a Su Majestad el Rey-Emperador, record a Gandhi su compromiso incondicional, y afirm que las promesas condicionales (como la de Tilak) difieren de una negativa franca a cooperar slo por la falta de sinceridad. Gandhi se trag el insulto, y pidi despus a Annie Besant y Jinnah una declaracin enftica.., en favor del reclutamiento incondicional. En la carta a Jinnah hay una nota de humor enfermizo cuando propone se explique a los miembros de la Liga por el Gobierno

5 Propio que comiencen por buscar la Oficina de Reclutamiento y todo lo dems les ser dado por aadidura. Tal es esencialmente el mensaje que en su carcter de salvador dedicado a reclutar hombres Gandhi trat de llevar a los campesinos a quienes pocos meses antes haba exhortado a adoptar una actitud de resistencia al gobierno. De modo que en el plazo de un mes, los mismos campesinos de Kheda, a quienes haba advertido que deban mostrarse no violentos y caballerosos incluso frente a los ms brutales funcionarios britnicos, vieron retornar al Mahatma pero esta vez para rogarles que empuasen las armas y se convirtiesen en soldados britnicos. Estaban atnitos. Te hicimos grande! Apostrofaron a su lder (recuerda Shankerlal), Te ayudamos a organizar el trabajo del Satyagraha! Y mira lo que ahora nos pides! No slo rehusaron reunirse y escucharlo; adems, le negaron derechamente transporte y alimento, de modo que fracas en la empresa y ms tarde se derrumb fsica y mentalmente. Pero no fue el nico que perdi el toque: tambin Vallabhbhai Patel e Indulal Yagnik cooperaron con Gandhi en el Volante de Reclutamiento N 1, que utilizaba la abrumadora lgica de todos los planes de reclutamiento, que sacrificaban cierto nmero de hombres por el bien comn: En el distrito de Kheda hay 600 aldeas. Cada aldea tiene trmino medio una poblacin de ms de 1.000 personas. Si cada aldea diese por lo menos veinte hombres, el distrito de Kheda podra formar un ejercito de 12.000 hombres. La poblacin de todo el distrito representa siete lakhs, y este nmero implicar por lo tanto e] 1,7 por ciento, un ndice menor que la tasa de mortalidad. Es evidente que en ese momento Gandhi sufra un grave desequilibrio; haba llegado demasiado lejos, y ya no aceptaba respuestas negativas de nadie. Y si semana tras semana escriba a todos sus amigos: Hasta ahora no he podido presentar un solo recluta, por eso mismo se esforzaba ms desesperadamente, hasta que al fin estaba enloquecido por este asunto del reclutamiento. No hago otra cosa, no pienso en otra cosa, y slo de esto hablo. El mismo da que escribi esta clara confesin de que haba perdido el control de s mismo, Gandhi sufri un ataque extremadamente doloroso de disentera y fiebre alta; y pocos das ms tarde dict (durante meses no podra escribir o caminar) la afirmacin de que soportaba la enfermedad ms grave de su vida. En esta enfermedad, con toda su extremada debilidad y su ostentosa mansedumbre, haba lo que slo podemos denominar una contenida furia; pues de ningn modo fue posible aclarar si estaba muriendo de causas naturales o por su negativa a aceptar ms remedios que los suyos propios. nicamente despus que Ambalal y Saraladevi acudieron a fines de agosto con un cmodo automvil para llevarlo a su residencia, y un mes despus, por insistencia del propio Gandhi, al ashram; y slo despus que hubo preparado ceremoniosamente la hora de su muerte entre los fieles miembros del ashram, Anasuya insisti en llamar a un verdadero mdico. El mdico dijo sin rodeos a Gandhi que su pulso era totalmente normal, y que padeca un colapso nervioso, atribuible como todos los colapsos nerviosos en esa poca al agotamiento. El propio Mahatma acept sinceramente este diagnstico, aunque incluso hoy las Obras completas oficiales prefieren afirmar que estuvo al borde de la muerte. Pero lo que aqu nos interesa no es si realmente estaba mortalmente enfermo, o slo lo imagin. El problema es qu factores determinaron en ese momento histrico que este hombre se convirtiese en el centro vivo y doliente de un conflicto entre la alternativa que siempre existi en la mente de los hombres: buscar la gloria y la inmortalidad matando y muriendo, en la defensa heroica de un territorio o de una concepcin del mundo a la que se cree en peligro mortal, y salvar la propia alma a riesgo de perder la vida al extender incluso al

6 enemigo la fe del amor humano. Como Gandhi advirti ahora con horror y desprecio, ninguno de sus satyagrahis rehus ir a la guerra por la renuencia a matar: estaba claro que simplemente no deseaban morir. Y no pas mucho tiempo antes de que Gandhi pronunciara las fatdicas palabras: Lo que hemos considerado dharma no es tal. En nombre de la no violencia incurrimos en graves violencias. Temerosos de derramar sangre, atormentamos cotidianamente a la gente y le secamos la sangre. Un bania jams puede practicar la no violencia. Nos sobrecoge esta sbita percepcin, especialmente si hemos intentado comprender por qu el profeta necesitaba hacerse or en su propio pas. Tambin deba entender dnde estaba el error de su mensaje? En ese momento Gandhi mir con nuevos ojos a los hombres que son distintos de los banias ingleses, maharashtrians, kshatriyas e identific elementos de su propia naturaleza y sus circunstancias que podan convertir en virtud muy relativa la inclinacin hacia el Satyagraha. Como escribi a C. F. Andrews: Cuando los amigos me decan que para el pueblo la resistencia pasiva era un arma de los dbiles, me rea de la calumnia, como entonces la denominaba. Pero ellos tenan razn y yo estaba equivocado. Slo en mi caso y en el de unos pocos colaboradores se origin en nuestra fuerza y recibi el nombre de satyagraha, pero en la mayora se trat pura y simplemente de apelar a la resistencia pasiva porque era demasiado dbil para utilizar mtodos violentos. En Kaira se me revel constantemente este descubrimiento. Y cuando percibi este hecho, lo hizo profundamente. Comprendi que el ahimsa no haba sido inventado por personas mansas o indefensas, del mismo modo que en la civilizacin occidental el puritanismo fue el modo de vida, no de los individuos reprimidos, sino de los que eran esencialmente lascivos: el ahimsa fue predicado al hombre cuando estaba en el vigor pleno de la vida y poda mirar en la cara a sus adversarios. Es conmovedor ver que Gandhi, una vez que se permite prestar odos a los valores propios de los guerreros, se complace en pensamientos tan picantes como esta tirada contra los mdicos, en una carta a un paciente que le pide consejo: Pero no puede esperarse ms que asesinatos autorizados de la ms emprica de las profesiones. Cuando me entero de su enfermedad, experimento deseos de disparar sobre los mdicos, pero mi ahimsa se interpone. O interpretando los robustos clamores que los lavanderos profieren diariamente a orillas del ro, parece dispuesto a aceptar por lo menos una de las bases instintivas de la agresin: Cuando lavamos ropas, las golpeamos pero nos complace hacerlo, porque sabemos que as las limpiamos. En realidad, uno sospecha que Gandhi podra acercarse al reconocimiento emocional de la violencia pasando por la idea de que uno debe desembarazarse con energa de lo que es irremediablemente impuro. Esa misma semana escribe a Devadas que su desagrado frente a la suciedad est aumentando y no disminuyendo. Y la misma impaciencia con los depravados y los cobardes o con la identidad negativa de los que simplemente estn indefensos se percibe en las palabras pronunciadas antes, en la inauguracin de su campaa de reclutamiento, el 21 de junio en Nadiad una asamblea a la cual asisti un millar de personas: Es esencial que este pas asuma la responsabilidad de su propia defensa, que sea capaz de defender a su pueblo. No seremos aptos para el swaraj mientras no seamos capaces de organizar nuestra propia defensa. La impotencia de India reside en que su defensa siempre debe depender dc los britnicos. Modificar esta situacin es un deber Sagrado que debemos cumplir sin demora. As, partiendo de esta base emocional, Gandhi comenz a percibir y difundir la

7 verdad segn la entenda entonces. Si alimentamos este cobarde temor, cmo podemos ser iguales a los britnicos? Si veo a un dhed (intocable) y le pido que se siente a mi lado y le ofrezco alimento, se estremece de temor. Ser mi igual slo cuando posea fuerza suficiente para no temerme. Afirmar que es mi igual (cuando carece de esa fuerza) equivale a aadir el insulto a la. Injuria. Gandhi llega a la conclusin de que el problema de la intocabilidad que impregna a India se repite en el nivel del Imperio, representando toda India el papel de los intocables. Adems, agrega con ese tipo de candor que es al mismo tiempo sagaz y temerario, a menos que uno est dispuesto a aceptarlo todo por fe, mientras ayudamos al Imperio debemos aprender disciplina militar, conquistar experiencia militar y adquirir la fuerza necesaria para defendernos. Si disponemos de esa fuerza, podremos incluso combatir al Imperio en el caso de que quiera jugarnos una mala pasada. Y en respuesta a las preguntas ansiosas de Esther Faering (tpicas de la preocupacin de sus amigos ante su falta de consecuencia) explica el caso desde el punto de vista del Satyagraha: Quin soy yo para aconsejar al hombre que quiere matar pero no puede hacerlo porque est impedido? Antes de que pueda comprender que es virtuoso no matar, debo devolverle el brazo que perdi... Una nacin incapaz de pelear no puede conocer por experiencia la virtud de no luchar. No infiero de ello que India debe luchar. Pero si afirmo que India debe conocer el modo de hacerlo. Advierto que estoy citando ms de lo que admite la pgina impresa o de lo que est dispuesto a soportar el lector bien dispuesto: pero ningn comentario podra expresar la soberbia claridad de los nuevos y sorprendentes conceptos de Gandhi conceptos por cierto indispensables en la historia de la no violencia militante: He llegado a comprender con claridad mucho mayor que antes que en la violencia hay no violencia. Este es el gran cambio que ha sobrevenido. No haba comprendido cabalmente el deber de evitar que un ebrio haga el mal, de matar a un perro que agoniza o que est infectado de rabia. En todos estos casos, la violencia de hecho es no violencia. La violencia es una funcin del cuerpo. El brahmacharya consiste en abstenerse de la complacencia sexual, pero no criamos a nuestros hijos para que sean impotentes. Habrn respetado el brahinacharya nicamente si a pesar de poseer la ms vigorosa virilidad pueden dominar el impulso fsico. Del mismo modo, nuestros hijos deben ser fsicamente robustos. Si no podemos renunciar totalmente al impulso hacia la violencia, podemos permitirles que incurran en violencia, que usen su fuerza para combatir, convirtindolos de ese modo en seres no violentos. La no violencia fue enseada por un kshatriya a un kshatriya. Y le dice a C. F. Andrews que: La guerra nos acompaar siempre. Aparentemente no es posible transformar toda la naturaleza humana. Pero todo esto se escribi no slo en una era preatmica sino tambin postdarwiniana, y por consiguiente debe situarse en perspectiva, lo que precisamente intentar hacer como conclusin. Tiene carcter ms normativo el concepto de que el hombre tambin lucha por el territorio que se ha asignado, por su lugar en la tierra y por su progenie, Los individuos deben alcanzar el moksha y el ahimsa. La prctica cabal del ahimsa se contradice con la posesin de la riqueza y la tierra, o con la crianza de los nios. Hay autntico ahimsa en defender a mi esposa y mis hijos incluso a riesgo de abatir al malhechor. Es ahimsa perfecto no golpearlo, sino interponerse y recibir sus golpes. Si este concepto ayud a Gandhi a percibir ms claramente su propio papel, tambin le aclar su propia funcin en la cultura india una cultura que haba cultivado las virtudes marciales slo en ciertas castas y tribus. En un sistema de castas, los

8 profesionales cuyo dharma y formacin se realizaban en la disciplina y la tica de la guerra organizada podran proteger a los sectores ms amplios de la comunidad que se dedicaban al pacfico mantenimiento del mundo un mundo que por eso mismo poda ser tanto ms sensual e indulgente. Pero en una nacin de ciudadanos iguales que no estaban dispuestos a dejar su defensa en manos de una potencia extranjera era necesario distribuir de distinto modo la funcin de los diferentes dharmas; y las posibilidades de un Satyagraha serian a lo sumo tan slidas como el coraje de un sector representativo, no de una minora de la ciudadana. Creo que en Occidente hemos afrontado un problema anlogo en los descendientes dispersos de la nacin juda, que se especializaron excesivamente en las actividades mercantiles e intelectuales, y durante siglos debieron confiar su propia defensa a los guerreros de los pases que los albergaban, los que a menudo se volvieron en actitud de sdica repugnancia contra quienes no podan o no queran defenderse. La mera sospecha de que los judos que permitan a su Dios exigirles una prenda en la forma del prepucio de sus varones no lucharan porque no podan hacerlo ha sido indudablemente un factor poderoso del antisemitismo popular, que alcanz su ms alto nivel cuando un linaje vanidoso e insustancial de militares se apoder de una nacin derrotada que tema desesperadamente por su propio destino. En vista de los valores que los judos de la dispora han venido a representar, la prueba tarda de que podan librar una guerra nacional puede parecer a muchos un anacronismo histrico. Y en efecto el triunfo de los soldados israeles se manifiesta como un fenmeno muy atemperado, pues lo contrapesa cierta tristeza ante la necesidad de reingresar en la realidad histrica utilizando mtodos militares que los judos no inventaron, pero que aplican con soberbia eficacia. Dir ms: No es posible que esta demostracin histrica de un potencial militar convierta por doquier en mejores satyagrahis potenciales a los judos amantes de la paz? Y no es evidente tambin que los defensores del Poder de las Tinieblas por doquier incorporan a sus postulados, ms o menos fanticamente, el supuesto de que slo la experiencia de la clera disciplinada suministra la base del autntico autocontrol? Y ellos (tanto como sus hermanos no violentos) confirman su posicin con este aspecto del mensaje de Gandhi: Es difcil ensearles a defenderse y al mismo tiempo no mostrarse dominante. Hasta ahora les ensebamos a no responder con violencia si alguien los golpeaba. Podemos continuar haciendo lo mismo? Qu efecto tendr esta enseanza sobre el nio? En su juventud se mostrar un hombre tolerante o tmido? Mi capacidad de pensamiento no alcanza a dilucidar el punto. Use la suya. Este nuevo aspecto de la no violencia que se me ha revelado suscita problemas interminables. No he descubierto una llave maestra para todos los enigmas, pero es necesario hallarla. Debemos ensear a nuestros hijos a devolver dos golpes por uno, o tolerar el golpe descargado por el ms dbil, pero responder si los ataca uno ms fuerte, y soportar la paliza que recibirn? Qu debe hacer si un funcionario oficial lo ataca? El nio debe someterse momentneamente al castigo, y luego acudir en demanda de consejo, o har lo que parezca ms conveniente en las circunstancias y se atendr a las consecuencias? Tales los problemas que afrontamos si se renuncia a la va real que consiste en ofrecer la otra mejilla... No es posible trepar los Himalaya siguiendo un camino recto. No puede afirmarse que en ese sentido tambin el camino de la no violencia es difcil? Que Dios nos proteja es mi ms ferviente deseo. Por lo mismo, puede ser desastroso para un movimiento por la paz permitirse ataques despectivos a los hombres que an estn bajo juramento militar y cumplen SU deber; o ignorar su existencia. Y en efecto, el volumen de las Obras Completas que

9 contiene las cartas, los discursos y las notas de Gandhi durante este perodo concluye con una observacin ominosa y proftica: una vez aclarada la imposibilidad de ignorar las virtudes de la violencia disciplinada, el futuro de un pueblo como los indios, la mayora de los cuales no haba aprendido a asumir las identidades basadas en la guerra organizada, Siempre correra el peligro de desembocar en la violencia desorganizada o no violencia indisciplinada: Hoy compruebo que todos desean matar, pero la mayora teme hacerlo o no dispone del poder necesario. Sea cual fuere el resultado, estoy seguro de que el poder debe devolverse a India. El resultado puede ser una matanza. Pero India debe pasar por ello. La situacin actual es intolerable. Al margen de que el Mahatma haya integrado estos conceptos en su cuerpo de ideas fundamentales, en todo caso ha sido permanente motivo de diversin para los intelectuales y los polticos, que exigen una posicin consecuente. Pero como vimos y volveremos a ver, a su juicio esta verdad deba revelarse en la accin y el conflicto, no en los textos. Y a la larga, los marciales pathanes, el nico grupo de indios que jams lo atac fsicamente (hasta que el asesino descarg su golpe) fueron precisamente quienes le ayudaron a dilucidar esta cuestin, cuando en la dcada de 1930 realizaron la ocupacin no violenta de Peshawar y obtuvieron el desarme moral de algunas de las mejores tropas del Imperio. Por lo dems, la consecuencia de Gandhi estuvo siempre en la continuacin del experimento: y si en este proceso ech a perder muchas oportunidades que parecan perfectas, tambin convirti en xitos inauditos algunas situaciones completamente desesperadas. En el plazo de pocos meses, apenas recobrado (o tal vez recobrndose por ese medio) habra de pasar a la accin nacional, ofreciendo a las masas de compatriotas un nuevo tipo de experiencia colectiva a saber, el triunfo de la no cooperacin. Tambin en esto afrontara el peligro de la violencia desorganizada de un pueblo que no estaba preparado para la violencia ni para la no violencia. Entretanto, las expresiones de este perodo demuestran cun mal informadas estn las crticas superficiales que formulan incluso algunos de los observadores ms cultos, y de acuerdo con las cuales Gandhi habra sido un hombre tan unilateral y visionario que viva desvinculado de la realidad; o que fue incapaz de anticipar los disturbios que, en efecto, ms tarde mancillaran el rostro de India independiente. Se preguntan qu habra hecho en relacin con la invasin de las hordas chinas, o cmo las habra enfrentado. Pues bien, en efecto previ la violencia desorganizada de India y otros pases; y con respecto a los chinos, nadie puede saber lo que un hombre tan complejo habra dicho o hecho. Pero es igualmente importante advertir que no concibi un posible triunfo del Satyagraha en escala nacional o internacional abordando el tema con cierta ingenua paz mental, o incluso sin graves sntomas de conflicto interior. Negarlo resolviendo el asunto con una alusin a su agotamiento fsico, como hacen sus partidarios, parece injusto vista la envergadura del hombre. El propio Gandhi no rehsa denominar colapso nervioso a lo que otros interpretan como una crisis fsica seguida de recuperacin. Sin duda, esto ltimo existi; pero, no ha llegado el momento de desechar las categoras de la perturbacin puramente fsica, mental o espiritual cuando nos referimos a las luchas ntimas de uno de los hombres ms ntegros y dotado de milagrosa energa sobre todo cuando lo inspiraba el impulso mismo de la reaccin despus de un perodo temporario de duda de s mismo y de inactivacin?