¿Es posible pensar otra escuela?
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¿Es posible pensar otra escuela?
Por: Daniel Alejandro Contreras Castro*
*Daniel Alejandro Contreras Castro, Normalista Superior egresado del Programa de Formación
Complementaria de Educadores de la ENS de Villavicencio, y estudiante del II semestre de la licenciatura de
lengua castellana y literatura en la Universidad Santo Tomás.
Correo electrónico: [email protected] o [email protected].
Nuestro mundo ha estado en constante cambio y es en la actualidad en donde podemos
evidenciar esta idea pues no podemos decir que la sociedad de hoy es igual que la de hace 50
años sería absurdo afirmarlo, sin embargo existen paradigmas que son herencia del siglo
pasado que buscan responder a las necesidades del ser humano contemporáneo; las cuales
son totalmente diferentes.
De esta manera, la escuela como eje principal de este escrito, es víctima de estos paradigmas,
pues conserva de ellos, una concepción de conocimiento; como aquello que es parametral,
repetitivo y fragmentado. En este sentido, las instituciones educativas se encuentran
descontextualizadas, y lejos de las nuevas teorías sobre cómo se enseña y se aprende; y cómo
se origina estos procesos en los seres humanos.
Es así, como cabe preguntarnos, ¿Dónde están los avances que se están dando ahora en
materia de educación?, ¿Por qué la escuela es tan inflexible frente a los avances dados a lo
largo de la historia? O ¿Acaso no hay avances que la escuela pueda tomar para transformarse?
lo más curioso es que los avances han existido y siguen existiendo, pues las propuestas son
dadas a conocer, sin embargo es la escuela quien se ha vuelto paradigmática; impidiendo así
su constante trasformación.
Retomando lo anterior, el post-modernismo que rodea la contemporaneidad, comenzó a darse
alrededor del siglo XX tras los planteamientos de la mecánica cuántica, la relatividad, la
teoría del caos, y la cibernética, planteando de esta manera que el conocimiento ya no buscaba
una certeza, por tanto no podía ser dogmático, acabado, ni terminado, por el contrario debía
ser transversal, y holístico, es decir en términos educativos, interdisciplinar, de esta manera
la razón ya no sería el único instrumento para acceder a él.
En este sentido, se alejaría así de una “búsqueda casi esquizofrénica del orden y el control…”
(Campos, 2008, p. 3), pues el mundo de ahora es complejo, dinámico, y conectado, es decir,
lleno de incertidumbre, en palabras de Morín (1999, p.76) “aunque conservemos y
descubramos nuevos archipiélagos de certidumbre, debemos saber que navegamos en un
océano de incertidumbre”.
De este modo, la incertidumbre transciende más allá de una simple duda, y es vista como lo
indeterminado, lo aleatorio, y lo desconocido, en otras palabras, es una fuente de
confrontación, en donde se busca “comprender” el dinamismo que existe dentro de ella, en
la cual un elemento principal, es la relación de las diferentes articulaciones dentro de las
ramas del conocimiento, es decir, la complejidad.
En concordancia con lo anterior, hasta aquí se ha puesto en evidencia por qué la Escuela se
encuentra descontextualizada, y su posibilidad de cambio a partir de la comprensión de la
incertidumbre y la complejidad, de lo cual apenas se ha dado un bosquejo.
Es por esto que la Escuela no puede pretender que los docentes sean interdisciplinares cuando
estos “(…) no aprenden a pensar el mundo en forma integral, compleja y dinámica…”
(Vasco, Bermúdez, Escobedo, Negret & León, 1999, p. 11) más aún, sino empezamos a
sembrar en ellos desde su formación estas visiones alejadas de la fragmentación, así como
nos lo dice Rodrigo Campos (2008):
“La incertidumbre impone la necesidad de una pedagogía diametralmente opuesta a
la construida en la modernidad ya que debe ser capaz de responder a unas realidades
cada vez más multidisciplinares, transversales, multidimensionales, transnacionales,
globales y planetaria (…) En este sentido la labor educativa debe concebirse como un
proceso que va más allá de la transmisión y adopción de información, conocimientos,
habilidades y destrezas. Debe convertirse en un espacio propicio para el mejoramiento
integral de la especie humana bajo el principio de la vinculación con el medio y con
la vida" (p. 7- 11)
De igual forma, se han propuesto gran diversidad de alternativas, las cuales se han
desarrollado para interpretar la complejidad del mundo, en donde se encuentra, el trabajo por
proyectos de aula; los cuales buscan acerca la realidad que rodea al niño al aula de clase a
través de la interdisciplinariedad, y teniendo como punto de partida sus intereses. En este
sentido Montserrat Ventura (2006) una de las exponentes de esta forma de trabajo, dice:
“A nuestro modo de ver los proyectos de trabajo:
(…) Ofrecen la posibilidad de que los aprendices (o sea todos y todas) se puedan
vincular a la realidad, es decir que sirvan para construirnos como personas a través de
la significación profunda de la realidad compleja y cambiante, que nos envuelve. Así
como repensar nuestras propias posibilidades de intervenir en este mundo”
De esta forma, en esta propuesta el docente es visto como el jalonador del proceso de
aprendizaje a través de los espacios para el dialogo, la confrontación y el compartir
experiencias dentro del aula, en donde los procesos evaluativos son continuos, integrales,
individuales y colectivos. Es así como al trabajar por proyectos, se podría ir mucho más lejos
al “eliminar las materias” porque se hablaría de interdisciplinariedad, y al partir de los
intereses de los niños y las niñas, se podría romper con el molde de los grados de escolaridad.
En este orden de ideas, se resalta las aproximaciones de abordar esta posibilidad de
transformación a través de los proyecto de aula, que realiza la Escuela Normal Superior De
Villavicencio, ubicada en Colombia, en el departamento del Meta, desde su modelo
pedagógico “Pedagogía de la Acción y la Construcción” ha planteado “buscar formar
educadores comprometidos con el papel de un docente que direcciona y orienta el proceso
de desarrollo mental de sus estudiantes, como garantía de su posibilidad de reflexionar e
intervenir éticamente sobre sí mismo y sobre el mundo de la vida”. (ENSV, 2003)
De hecho desde la óptica de la ENSV, se da un papel activo al docente y al estudiante, en
donde educar no es transmitir y aprender no es simplemente hacer y repetir, concibiendo que
la finalidad de la educación es el “pleno desarrollo del ser humano en todas sus dimensiones”
(ENSV, 2003)
Para finalizar, además de la ENSV, existen otras instituciones educativas que se han sumado
a estos cambios tan necesarios para la Escuela de hoy, a partir de la comprensión del mundo
como algo complejo, dinámico y cambiante, en donde a través del tiempo se plantearan
nuevas teorías, posturas, y perspectivas, que pueden ser contrarias a lo que se ha plasmado
en este documento, sin embargo esto es parte del proceso de trasformación que se ha visto a
través de la Historia, siendo apenas esto un comienzo en el cual no podemos olvidar que
“aunque conservemos y descubramos nuevos archipiélagos de certidumbre, debemos saber
que navegamos en un océano de incertidumbre” (Morín,1999, p.76), aquel mar en el que han
navegado hombres, mujeres y jóvenes que se atrevieron a cuestionar… ¿Es posible pensar
otra escuela?.
Bibliografía
Campos, Rodrigo. (2008). Incertidumbre y complejidad: Reflexiones acerca de los retos y
dilemas de la pedagogía contemporánea, Volumen 8, Numero 1.
ENSV (2003). Documento, Enfoque Pedagógico de la Escuela Normal Superior de
Villavicencio.
Morin E., (1999). El método, tomo III: El conocimiento del conocimiento. España, Cátedra
Vasco, Bermúdez, Escobedo, Negret y León, (1999), El saber tiene sentido
Ventura Robira, M. (2006). Los proyectos de trabajo enseñan a vivir la complejidad del
mundo en que vivimos. Del curriculum fragmentado al curriculum
integrado. Ponència, Encuentro de Experiencias Educativas en trabajos por
Proyectos, Bogotá, COLÒMBIA.