ESCUELAS TEOLÓGICAS FILOSÓFICAS · Es una etapa de esplendor cultural: Lucrecia, Virgilio,...

21
Historia de la Filosofía Filosofía patrística 1 ESCUELAS TEOLÓGICAS FILOSÓFICAS LOS APOLOGISTAS Siglo I al siglo II hasta el 200 d.C. SANJUSTINO (-165 ) SAN IRENEO (140-202). TACIANO EL ASIRIO ESCUELA DE ALEJANDRÍA: CLEMENTE DE ALEJANDRÍA. (150-215) ESCUELA DE CESAREA DE PALESTINA. ESCUELA DE SIRIA TERTULIANO (155-220) APOGEO DE LA PATRÍSTICA Siglo III al siglo IV, hasta el 450 d.C. ESCUELA DE CESAREA DE PALESTINA: BASILIO, GREGORIO DE NANCIANZO, GREGORIO DE NISA. OCCIDENTE : AGUSTÍN DE HIPONA.(354 -430) ORÍGENES ( 185-284) DECADENCIA DE LA PATRÍSTICA Siglo V d.C. desde el 450 BOECIO CASIODORO ISIDORO DE SEVILLA (560-636) BEDA EL VENERABLE. (673-735) MOVIMIENTOS RELIGIOSOS FILOSÓFICOS GNÓSTICOS MARCIÓN (85-160) VALENTÍN (-161) BASILIDES (120-161) MANIQUEISMO MANI (216-276) ARRIANOS ARRIO (256-336) PELAGIANOS PELAGIO (360-425) LA FILOSOFÍA PATRÍSTICA Siglos I IV d.C.

Transcript of ESCUELAS TEOLÓGICAS FILOSÓFICAS · Es una etapa de esplendor cultural: Lucrecia, Virgilio,...

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 1

ESCUELAS TEOLÓGICAS FILOSÓFICAS

LOS

APOLOGISTAS Siglo I al siglo II hasta el

200 d.C.

SANJUSTINO (-165 )

SAN IRENEO (140-202).

TACIANO EL ASIRIO

ESCUELA DE ALEJANDRÍA: CLEMENTE DE ALEJANDRÍA. (150-215)

ESCUELA DE CESAREA DE PALESTINA.

ESCUELA DE SIRIA

TERTULIANO (155-220)

APOGEO DE

LA PATRÍSTICA Siglo III al siglo IV, hasta

el 450 d.C.

ESCUELA DE CESAREA DE PALESTINA: BASILIO, GREGORIO DE NANCIANZO, GREGORIO

DE NISA.

OCCIDENTE : AGUSTÍN DE HIPONA.(354 -430)

ORÍGENES ( 185-284)

DECADENCIA DE

LA PATRÍSTICA Siglo V d.C. desde el 450

BOECIO

CASIODORO

ISIDORO DE SEVILLA (560-636)

BEDA EL VENERABLE. (673-735)

MOVIMIENTOS

RELIGIOSOS

FILOSÓFICOS

GNÓSTICOS

MARCIÓN (85-160)

VALENTÍN (-161)

BASILIDES (120-161)

MANIQUEISMO MANI (216-276)

ARRIANOS ARRIO (256-336)

PELAGIANOS PELAGIO (360-425)

LA FILOSOFÍA PATRÍSTICA Siglos I – IV d.C.

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 2

CRONOLOGÍA: Del siglo I a. al siglo V d.C. El imperio romano acaba en el 475 d.C. tras la caída de Rómulo

Augusto.

LUGAR: ITALIA, PENÍNSULA IBÉRICA, GRECIA, EGIPTO, MAR MEDITERRÁNEO

ACONTECIMIENTOS HISTÓRICOS, POLÍTICOS Y SOCIALES

El Imperio Romano (desde el siglo I a.C.hasta la caída del Imperio romano de occidente en el 475 d.C.

Tras vencer a Marco Antonio y a Marco Emilio Lépido, ganándose la simpatía del Senado, Octavio se proclama

Imperator (supremo mando militar) y augusto (supremo poder divino). Entre el 30 a.C. al 14 d.C. se abre un

período de paz en todo el Mediterráneo. A la muerte de Octavio, le sucede Tiberio, y tras éste, Nerón

Es una etapa de esplendor cultural: Lucrecia, Virgilio, Horacio son los literatos latinos más destacados. En

filosofía es conocido en todo el orbe romano el filósofo cordobés y estoico Séneca...

Durante el reinado de Adriano se instaura el Derecho romano con el fin de armonizar leyes, decretos y edictos.

Entre los siglos II y III renacen las religiones histéricas y se implanta el cristianismo.

A partir del 285 y con Diocleciano y Maximiano se instaura la Tetrarquía formado por dos Augustos y dos

Césares subordinados a aquéllos.

Durante el gobierno de Constantino (del 312 al 337) se declara al cristianismo como única religión oficial y se

decide en el Concilio de Nicea (325) la doctrina oficial la Iglesia para evitar las diversas interpretaciones de los

evangelios.

Juliano el Apóstata asciende al trono en el 361 proclamando un Edicto de Tolerancia, por lo que se permitió a

otros cultos religiosos instalarse en Roma.

En la Batalla de Adrianópolis (378) los bárbaros derrotan a los romanos.

Teodosio El grande, sube al poder en el 379 y convoca el Concilio de Constantinopla para declarar al cristianismo

como religión oficial y proscribir el paganismo. A su muerte, el imperio romano se divide en dos: la parte oriental

(con capital en Constatinopla) a su hijo Arcadio, y la parte occidental (con sede en Roma) a su hijo menor Honorio.

El último emperador de occidente fue Rómulo Augusto, que en el 475 fue depuesto por Odoacro. Comienza la

Edad Media.

EL CRISTIANISMO

El cristianismo se extendió, por obra de San Pablo como religión universal abierta a todas las naciones desde el

siglo I de nuestra era. El mensaje cristiano .que ofrecía a todos los hombres la salvación en virtud de la fe en

Jesús como el Cristo resucitado, fue ganando progresivamente adeptos en todas las religiones y estratos

sociales.

En el siglo II se redactaron las primeras defensas de la nueva religión por parte de apologetas cristianos,

griegos y latinos, con la intención de obtener de los emperadores romanos reconocimiento jurídico. Al mismo

tiempo, surgieron las sectas gnósticas, que afirmaban la salvación de los hombres en virtud de un conocimiento

(gnosis) superior a la multitud. Otras sectas cristianas (arrianos, maniqueos…) impidieron la unidad del mensaje

cristiano ante las múltiples interpretaciones sobre Cristo.

A partir del siglo III, un grupo de intelectuales paganos (Orígenes, Clemente de Alejandría) introdujeron

conceptos tomados de la filosofía platónica en la doctrina cristiana que representó el punto de partida de la

interpretación filosófica del dogma cristiano. Se declaran heréticas otras versiones representadas por las

distintas sectas cristianas.

En el siglo IV-V la expansión del cristianismo bajo una única Doctrina y formulando los dos dogmas

fundamentales:

EL DOGMA TRINITARIO (Concilio de Nicea (325) y Constantinopla (381), según el cual en Dios

hay una sola sustancia en tres personas distintas.

EL DOGMA CRISTOLÓGICO (Concilio de Efeso (431) y Calcedonia (451) según el cual en Cristo,

hombre perfecto y Dios perfecto, se unen las dos naturalezas, humana y divina, en una sola

persona y sustancia.

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 3

El Edicto de Milán , promulgado por Constantino en el 313, concedía a la religión cristiana el mismo derecho que a

todas las demás “a rendir culto a Dios libremente”. La religión cristiana fueron protegidas por la institución

imperial. Los cristianos, convencidos de que su religión era la única verdadera, adoptaron actitudes intolerantes

persiguiendo y prohibiendo otras manifestaciones religiosas y paganas.

Juliano, el Apóstata (361-363) , proclamó la tolerancia universal a todas las religiones y del paganismo

En el 380 el emperador Teodosio convierte el cristianismo en religión oficial (Concilio de Nicea) , y empieza a

perseguirse el paganismo, decretando penas civiles contra los herejes.

LA FILOSOFÍA CRISTIANA

No es una filosofía en sentido estricto, sino una religión con un mensaje de salvación. Como proyecto de

salvación, el cristianismo es un modo de vida, una verdadera filosofía práctica cuya finalidad es facilitar

a los individuos un camino hacia la virtud y la felicidad.

Las principales tesis que constituyen el dogma cristiano son:

1. El mundo es el resultado de la creación. Dios hace el mundo desde la nada. (creatio ex nihilo) La idea

de la creación acentuaba el poder ilimitado de Dios y diferenciaba nítidamente al creador -ser

necesario- de las criaturas -seres contingentes-

2. Monoteísmo. Solo existe un Dios, al que los cristianos llaman Padre.

3. Omnipotencia divina. La idea de un Dios omnipotente está unida al Dios único y creador. A su vez se

vincula dicha idea con la experiencia de los milagros. En este punto se produjo un fuerte choque

entre la filosofía griega y el cristianismo. Aquélla surgió frente al mito como una explicación de la

naturaleza como un cosmos regido por la necesidad frente al caos producido por la arbitrariedad

de los dioses.

4. El tiempo es un tiempo lineal, histórico, vital. . El cristianismo, a partir de la idea de creación,

concibe un desarrollo lineal del tiempo histórico, dirigido por Dios, hacia el fin de los siglos. De aquí

la esperanza en la venida del Señor frente al fatalismo del pensamiento precristiano, tan presente

en los estoicos.

5. Nueva antropología. El hombre es el camino de Dios. Esta hecho a imagen y semejanza de Dios. El

alma es inmortal. . Al final de los tiempos los cuerpos resucitarán. No es la realidad misma de Dios,

sino una realidad intermedia que tiene en sus manos la libertad radical para resistirse al pecado y

ser feliz.

6. El cristianismo afirma que el pecado es fruto de dos factores: la maldad humana que se inclina hacia

el pecado y La libertad del individuo. Con ello, cobran sentido pleno y dramático las ideas de culpa y

arrepentimiento, de pecado y de redención.

7. Las normas morales que aporta el cristianismo son la fusión de los mandamientos del Antiguo

Testamento y las bienaventuranzas del Nuevo, y constituyen el camino hacia la felicidad, que se

entiende como salvación en el más allá.

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 4

Con el término PATRÍSTICA se designa a todos los cristianos eclesiásticos que vivieron entre los siglos III y VIII y murieron en

la fe cristiana y en la comunión con la Iglesia. Para ser reconocidos como tales deben presentar cuatro características: ortodoxia doctrinas,

santidad de vida, aprobación por parte de la Iglesia y antigüedad hasta el final del siglo VIII.

La Patrísticas arraiga básicamente en las costas de Alejandría y destacan en ella Clemente de Alejandría y Orígenes, quienes

representan una síntesis del cristianismo con la filosofía. Se divide en dos grupos: la oriental (Patrística griega) y la latina (Patrística latina).

El pensamiento patrístico tiene carácter teológico. Surge como reflexión motivada por la necesidad de fijar el dogma cristiano y luchar

contra las herejías especialmente el gnosticismo.

Varios son los rasgos que caracterizan al pensamiento cristiano:

Apologética. Defensa del cristianismo frente a las persecuciones políticas a que fue sometido por negarse a rendir culto al emperador

frente a los ataques de los filósofos paganos que consideraban supersticiosa su doctrina

Fijación del Nuevo Testamento. El texto definitivo de los Evangelios no quedo fijado hasta el siglo IV en la Carta de Atanasio (367)

Interpretación correcta de los textos bíblicos. Debido a la ambigüedad y oscuridad de muchos pasajes de la Biblia, proliferaron gran

número de interpretaciones, que se contradecían entre sí. Las distintas herejías surgidas a partir de estas interpretaciones ponían en

peligro la unidad doctrina cristiana.

Asimilación de la Filosofía griega y desarrollo del Dogma: Pensamiento teológico. Principalmente se utiliza a Platón como autor de

referencia (a través de Orígenes, San Agustín y Pseudos-Dionisio Areopagita). Sigue en importancia los estoicos (a través de Séneca y

Epícteto).

La actitud de los pensadores cristianos ante la filosofía es, en general, bastante negativa. No hay más sabiduría que la revelación

evangélica, y esta contradice toda la filosofía y supera la razón. Sin embargo, el mayor padre de los padres no dudan en tomar de la

filosofía griega conceptos y modos de pensamiento para crear sus propias doctrinas.

Se plantea pues el problema entre la razón (filosófica y humana) y la fe. No hay más que una sola verdad y se encuentra resumida en el

Logos, la palabra revelada por Dios.

Surge progresivamente la necesidad de una mejor comprensión y conceptualización de la revelación bíblica y se desarrolla el Dogma

cristiano utilizando terminología propiamente filosófica.

Los temas principales que va a desarrollar la patrística son: la unicidad de Dios, su bondad y su espiritualidad. Dios es el creador del

mundo a partir de la nada y no a partir de una materia preexistente. El hombre posee un cuerpo y un alma (como la filosofía platónica).

Pero el cuerpo es también creación divina, y el alma no se encuentra en él como consecuencia del pecado anterior. El alma es inmortal,

pero no posee preexistencia alguna, ni tampoco se reencarna. Su origen se explica por creación directa de Dios (creacionismo) o,

también a veces, por generación paterna (generacionismo, traducionismo). Por fin, se insiste en la libertad del hombre.

PRINCIPALES PERÍODOS DE LA FILOSOFÍA PATRÍSTICA CRISTIANA

PADRES APOSTÓLICOS Conocen directamente a los apóstoles

LOS APOLOGISTAS

Siglo I al siglo 200 d.C.

Defienden el cristianismo de los ataques de la filosofía pagana

Justino e Ireneo

Escuela de Alejandría: Clemente

Escuela de Cesarea

Escuela de Siria

Tertuliano

APOGEO DE LA PATRÍSTICA

Siglo III al siglo V (hasta el

450)

Escuela de Cesarea de Palestina: Basilio, Gregorio de Nacianzo, Greogorio de Nisa

Occidente : Agustín de Hipona

DECADENCIA DE LA

PATRÍSTICA

Siglo V chal siglo VIII

Bocio

Casiodoro

Isidoro de Sevilla

Beda el Venerable

SECTAS HERÉTICAS GNÓSTICOS : Marción, Valentín, Basilides

MANIQUEÍSMO: Mani

ARRIANOS: Arrio

PELAGIANOS: Pelagio

FILOSOFÍA PATRÍSTICA CRISTIANA (siglo I- V d.C)

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 5

DEFINICIÓN:

Son conocidas como los Padres apologetas. Se caracterizan por la defensa del cristianismo contra el paganismo

y la gnosis. Su defensa se llevaba a cabo con escritos breves – apologías- , de escasa relevancia

REPRESENTANTES .

JUSTINO.

Es el primero que intenta aproximar la fe cristiana a la filosofía (razón), a partir de la consideración de que

Jesús es el Logos mismo.

TACIANO El Asirio

Sostiene

1. A Dios se le conoce por sus obras

2. De Dios nace el Logos o el Demiurgo y de este emana el mundo material

Acaba uniéndose a la secta gnóstica

IRENEO

Sostiene:

1. Que ha un solo Dios

2. Que Dios creo el mundo libremente y no por necesidad.

3. Que Dios lo creo a partir de la nada y no a partir de una materia preexistente.

4. Que el alma es inmortal por voluntad de Dios, no por su naturaleza y en ella reside el entendimiento y el

libre albedrío (el pecado no anula la libertad del hombre, solo la disminuye)

CLEMENTE DE ALEJANDRIA

Sostiene

1. La Filosofía griega y el Antiguo testamento son la preparación para el cristianismo

2. Dios está más allá de la unidad misma por lo que no puede haber un conocimiento positivo de Dios., pero

podemos conocerlo a través de su hijo o Logos, que es cosustancial con él.

TERTULIANO

Se adhirió a la versión del cristianismo denominada montanismo y más tarde fundó su propia secta. Sostiene:

1. Que a Dios se le conoce a partir de sus obras y que es perfecto puesto que es increado.

2. Que todo, incluso Dios, es alma y cuerpo, ya que el espíritu es cuerpo

3. Que el alma de los hijos se genera a partir del alma de los padres (traducionismo)

LOS APOLOGISTAS (hasta el 200 d.C)

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 6

DEFINICIÓN:

Esta centrada en la elaboración de la Doctrina cristiana.

Hay que distinguir entre Padres griegos y Padres latinos. Los padres griegos tienen una formación de la

filosofía helenística y una mayor influencia neoplatónica

REPRESENTANTES .

SAN AGUSTÍN (354- 430 )

Es el primero que intenta aproximar la fe cristiana a la filosofía (razón), a partir de la consideración de que

Jesús es el Logos mismo.

ORÍGENES (185 -284)

Se acerca a las posturas gnósticas del momento. Sostiene :

1. En las Escrituras hay un triple significado: el somático, el psíquico y el espiritual. El significado más

literal es más propio de la fe, los otros del conocimiento, pero hay que subordinar la fe al conocimiento.

2. Por encima de los Evangelios hay un Evangelio eterno, que solo una minoría puede conocer.

DEFINICIÓN:

Se caracteriza por ser un período de reelaboración y sistematización de la Doctrina cristiana.

Su relevancia filosófica fue escasa , quizás con excepción de Pseudo-Dionisio

REPRESENTANTES .

Boecio

Casiodoro

Isidoro de Sevilla

Beda El Venerable.

PATRÍSTICA Apogeo ( Del 200 al 450)

PATRÍSTICA Decadencia ( Del 450 en adelante)

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 7

DEFINICIÓN:

Todos estos movimientos religiosos o filosóficos-religioso, tienen en común el ser interpretaciones del mensaje evangélico

que tuvieron una gran incidencia en el movimiento cristiano de los primeros siglos , que fueron finalmente consideradas

heréticas por el sector triunfante.

REPRESENTANTES .

LOS GNÓSTICOS

Se denominaban así porque pretendían poseer el conocimiento de verdades últimas (frente a los agnósticos) .

Es una síntesis de doctrinas procedentes de las filosofías helenísticas y de religiones orientales.

Tenían en común con el cristianismo y las religiones mistéricas que se presentaban como una doctrina de salvación,

considerando que la salvación viene a través del conocimiento.

Sus representantes: Marción, Basilides, y Valentín

LOS MANIQUEOS

Esta doctrina se debe a Mani (216-276(, que elabora una religión sincrética con elementos tomados del mazdeísmo,

el judaísmo, el cristianismo, e incluso el budismo.

Según Mani, existen sustancias o raíces eternas: la Luz (también llamada Bien o Dios) y la Oscuridad (también

llamada Mal o Materia). El choque de estas dos raíces dio lugar al tiempo y al mundo, en los que ambas se

entremezclan. Los hombres han de luchar por el triunfo del Bien, que no significa la aniquilación del Mal, sino la

separación de los dos principios.

EL ARRIANISMO

Esta Doctrina se debe a Arrio (256-336) el más importante hereje cristiano. De sus obras solo se conservan dos

cartas y fragmentos de un poema : Thalia.

Considera que el Logos, es decir, Jesús, no es Dios sino un ser creado como los demás. Por lo tanto, tampoco es

eterno. Esto generó una fuerte división entre los arrianos y los defensores de la divinidad de Cristo. El emperador

Constantino convocó el Concilio de Nicea (325) , en el cual el arrianismo es condenado y sus tesis declaradas

heréticas.

EL PELAGIANISMO

Se debe a Pelagio (360-425) , monje británico contemporáneo de San Agustín con el que tuvo una agria polémica

Frente a la predestinación que admite San Agustín sostiene que el hombre nace libre sin pecado. Solo se esta en

pecado porque el individuo lo cometa libremente.

La muerte y la concupiscencia son procesos naturales y no consecuencia del pecado. El bautismo no es necesario.

Tampoco es necesario ninguna gracia para salvarse, ya que la gracia esta difuminada en la creación. De igual modo

no se precisa de la Iglesia para la salvación. Para salvarse se necesita de la Ley y de los Evangelios.

MOVIMIENTOS RELIGIOSOS-FILOSÓFICOS

GNÓSTICOS, MANIQUEOS, ARRIANOS Y PELAGIANOS

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 8

CRONOLOGÍA: Siglo IV y V

LUGAR: Italia Y Argelia

BIOGRAFÍA

354 Nace en Tagaste, ciudad próxima a Cartago (Souk Ahras, Argelia). De padre pagano y

madre cristiano. Estudia retórica y lleva una vida licenciosa, como afirma en su obra

Confesiones.

372. En Cartago enseña retórica y filosofía. Destaca en retórica , pero no logra dominar el

griego. Lleva una vida muy disipada. Convive con una mujer, Floria Emilia, con la que mantendrá

una relación apasionada y con la que tendrá un hijo: Adeoodato en el 372.

373. Lee el diálogo Hortensio, de Ciceron. Inicia su búsqueda apasionada de la verdad, que le

llevará al cristianismo.

374. Atraviesa un período escépticos provocado por el contacto con los maniqueos, cuyo

racionalismo extremo no era capaz de ofrecer respuestas satisfactorias. Duda de sus

capacidades para alcanzar la verdad.

384. Abre una escuela de retórica en Milán . Lee a Plotino y a Platón. Acepta el cristianismo.

387. Se convierte al cristianismo, tras conocer al obispo San Ambrosio. Regresa a Roma,

Renuncia a su vida marital y se retira a Casiaciaco con su madre e hijo. Muere su madre.

391. Se traslada a Hipona (Annaba en Argelia) , donde es nombrado Obispo a finales del 395.

Se dedica a escribir obras de filosofía y de religión. Se dedica a combatir las diversas

herejías a las que se enfrentaba el cristianismo.

418-422. El Imperio romano se desmorona. Alarico saquea Roma y San Agustín participa en el

Concilio de Cartago.

430. Muere cuando los vándolos de Genserico asedían Hipona. Tenía 76 años de edad.

AGUSTÍN DE HIPONA (354 – 430) La filosofía Patrística

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 9

OBRAS

. Contra academicos. (386), una discusión con el escepticismo de la academia nueva. Los primeros escritos de San Agustín están dedicados a combatir los errores que él mismo había seguido durante su juventud. Así, combate a los escépticos, maniqueos y pelagianos en su obras Contra los académicos, Sobre el libre albedrío, etc.

. De beata vita. (386), viejo tema de la felicidad y la virtud.

. De ordine. (386), sobre el orden de las cosas y sobre el mal.

. Soliloquia. (386-387), sobre el conocimiento, la verdad, la sabiduría y la inmortalidad.

. De inmortalitate animae. (387)

. De ordine. De quantitate animae (387-388)

. De libero arbitrio. (388-395), sobre la libertad y el origen del mal.

. De diversis quaestionibus. (388-395), una porción de cuestiones bíblicas, teológicas y filosóficas.

. De magistro. (399), un diálogo entre Agustín y su hijo Adeodato sobre el enseñar y el aprender.

. De vera religione. (391), tema de la fe y de la ciencia

II. DE LOS ESCRITOS POSTERIIORES

. Confessiones. (387-401), De carácter autobiográfico, son la historia de su corazón y, en el sentido bíblico de la palabra "confíteor", no un reconocimiento o una declaratoria, sino la alabanza de un alma que admira la obra de Dios dentro de sí misma. De todos sus trabajos ha sido el más leído y admirado universalmente. Muy difícilmente puede encontrarse en la literatura otro libro que pueda equipararse con éste en lo referente al análisis penetrante de las más complejas impresiones del alma, a la sensación comunicativa, a la elevación del sentimiento, o a la profundidad de sus visiones filosóficas.

. De Trinitate. (400-416), obra más extensa sobre las relaciones de la razón y la revelación, y con un intento de pensar la Trinidad ayudándose en la introspección en el espíritu del hombre.

. De civitate Dei. (413-426), obra maestra de san Agustín, en 22 libros, con su visión del imperio romano en ruina y su filosofía de la historia. Fue escrita entre los años 413 y 426 para refutar la opinión de que la caída de Roma en poder de los godos de Alarico (año 410) había sido causada por la aceptación del cristianismo y por el abandono de los dioses del Imperio que, en castigo, habían dejado a Roma desamparada en manos de los bárbaros. Agustín se enfrenta a esta opinión en los cinco primeros libros, mostrando que Roma había caído por su egoísmo y por su inmoralidad. Además, en los cinco libros siguientes, Agustín demuestra que ni el politeísmo popular ni la filosofía antigua fueron capaces de preservar el Imperio y dar la felicidad a sus habitantes. Los otros doce libros están dedicados a presentar el nacimiento, desarrollo y culminación del enfrentamiento entre las dos ciudades, la terrena y la celestial, encarnada ésta en la Iglesia de Cristo.

. Las Retractaciones. (escritas hacia el final de su vida, 426-428) son una revisión en orden cronológico de sus escritos, donde se explican la motivación y la idea dominante de cada uno de ellos. Constituyen una muy valiosa guía para captar la evolución del pensamiento de san Agustín; son la historia de su mente.. Las Cartas, que ascienden a 270 dentro de la colección Benedictina (53 de ellas corresponden a remitentes de Agustín), son un tesoro de gran valor para profundizar en el conocimiento de su vida, de su influencia e, incluso, de su doctrina

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 10

INFLUENCIAS:

De su madre Mónica, cristiana, una influencia espiritual. Pero no bautizó a su hijo.

Cicerón: “Hortensio” , un diálogo en el que se identifica la felicidad con la sabiduría, y

la sabiduría con el conocimiento de la verdad Afición por la filosofía y la espiritualidad.

La búsqueda de la verdad será la meta de su vida

Maniqueísmo. El mundo constituido por dos principios: El Bien y el mal. Se mantiene

unido a esta secta durante diez años. Lo que le atraía de ella era el racionalismo, su

desprecio por el Antiguo Testamento y su doctrina del mal. Su encuentro con Fausto

de Mileto, el más destacado representante del maniqueísmo, le decepciona y rechaza

esta doctrina.

Escepticismo. A través de Cicerón. Crisis gnoseológica: duda escéptica. En el 383 se

traslada a Roma y entra en contacto con el escepticismo de la nueva Academia.

Neoplatonismo : “Eneadas” de Plotino. Dios y el alma son entidades inmateriales.

La lectura del Fedón y del Timeo de Platón. La inmortalidad del alma y el origen del

mundo platónicas

La carta del apóstol San Pablo a los Romanos: Cristo como maestro espiritual y

salvador. Solo la gracia de Cristo puede salvar al hombre.

Conversión al cristianismo. Tras escuchar los sermones de San Ambrosio, llega a la

convicción de que la Biblia , sobre la cual la Iglesia fundamenta la fe, es la verdadera

autoridad. Bautismo en Milán en el 387 por San Ambrosio. Ordenado sacerdote en el

391. Sólo dentro de si mismo el hombre encuentra la verdad.

Obispo de Hipona. Lucha contra las herejías. Unificación del Dogma

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 11

PROYECTO FILOSÓFICO-RELIGIOSO

A Dios y al alma deseo conocer. Dos problemas le inquietan al filósofo: uno concerniente al alma y el otro

concerniente al Dios. El primero nos lleva al propio conocimiento, el segundo al conocimiento de nuestro

origen (Acerca del Orden, II, 18, 47)

LA RELACIÓN ENTRE LA RAZÓN Y LA FE

Busca la fe, encuentra el intelecto

"En pocas palabras os voy a decir cómo hemos de entenderlo sin controversia alguna: entienda para creer mi

palabra; cree para entender la palabra de Dios" (Sermón 43,9)

No hay una distinción clara entre razón y fe en la obra de San Agustín, lo que marcará el

discurrir de todo su pensamiento. Existe una sola verdad, la revelada por la religión, y la

razón puede contribuir a conocerla mejor.

Dado que sólo existe una única Verdad, el objetivo de la fe y de la razón será el mismo. Sin

embargo, a nivel de colaboración, San Agustín establece el siguiente orden:

1. La fe precisa de la razón antes y después de la adhesión de la mente a la verdad revelada.

Antes, porque la razón ayuda al hombre al presentarle los motivos racionales de la creencia.

Después, porque, una vez aceptada la fe, la razón contribuye en el esclarecimiento de sus

contenidos. Así pues, en lo que respecta al tema de la fe, no se encuentra en San Agustín

una fe ciega, sino una fe precedida y acompañada de la razón: antes de la fe, la razón

investigará las razones naturales para creer; después de la fe, la razón investigará el

mismo contenido de la fe, en el que encontrará verdades accesibles al conocimiento natural,

que procurará demostrar, y otras inaccesibles de las que sólo intentará lograr cierta

inteligencia.

2. La razón presupone la fe. La razón por sí sola no basta para alcanzar la verdad, pues por

naturaleza es limitada, débil e imperfecta. La razón por si misma no puede conducirnos a la

verdad, a la sabiduría. Es un instrumento al servicio de la fe.

La mutua colaboración puede expresarse en la fórmula:

"Comprende para creer, cree para comprender".

"Cree para comprender", nos dice, en una clara expresión de predominio de la fe; sin la

creencia en los dogmas de la fe no podremos llegar a comprender la verdad, Dios y todo lo

creado por Dios (la sabiduría de los antiguos no sería para él más que ignorancia); "comprende

para creer", en clara alusión al papel subsidiario, pero necesario, de la razón como instrumento

de aclaración de la fe: la fe puede y debe apoyarse en el discurso racional ya que,

correctamente utilizado, no puede estar en desacuerdo con la fe, afianzando el valor de ésta.

Esta vinculación profunda entre la razón y la fe será una característica de la filosofía cristiana

posterior hasta la nueva interpretación de la relación entre ambas aportada por santo Tomás

de Aquino, y supone una clara dependencia de la filosofía respecto a la teología

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 12

TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

Noli foras ire, in te ipsum redi. In interiori homine habitat veritas, et si tuam naturam mutabilem

inveneris trnscende et te teipsum (De la verdadera religión, 39,72)

No salgas fuera, vuelve a ti mismo; en el interior del hombre habita la verdad. Y si encuentras la naturaleza

mutable, transciende también a ti mismo.

Si quiere saber donde encuentra el sabio la sabiduría, te responderé: en sí mismo

(Contra Académicos, III, 14,31)

LA BÚSQUEDA INTERIOR: En la autoconciencia se fundamenta la Verdad

El conocimiento del alma (la naturaleza humana) y de Dios (nuestro origen y nuestro destino) viene dado por un

proceso de autoconocimiento (Principio de interiorización). Es en el interior del hombre donde habita la verdad.

Su orientación platónica le llevará a defender que la verdad no ha de buscarse en el mundo exterior por medio

de los sentidos, sino reflexionando, volviendo la mirada hacia el interior de uno mismo.

En ese conocimiento cierto que tiene la mente de sí misma y por sí misma, en la experiencia interior, asentará

San Agustín la validez del conocimiento. En el análisis de la conciencia el hombre atisba dos verdades:

1. Conocimiento de si mismo, de su alma, como naturaleza limitada y contingente. Si el hombre se conoce a

si mismo, sabe hasta donde puede llegar. Esta conciencia de su propia finitud le obliga a reconocer que

hay algo en él que le trasciende.

2. La presencia de Dios, que habita en el interior , y nos obliga a reconocer la dependencia del hombre con

respecto al creador. La mente, buscando la verdad en sí misma, se trascenderá a sí misma al encontrar

en ella las ideas, verdades inmutables que no pueden proceder de la experiencia. Este tipo de

conocimiento solo puede darse a través de la Iluminación divina

Esta verdad descubierta sirve para combatir el escepticismo defendido por la Academia Nueva, con cuyas

tesis había simpatizado anteriormente, Niegan los escépticos la posibilidad de alcanzar certeza alguna. Ante

ello San Agustín replica afirmando la necesaria certeza de la propia existencia: ¿puedo razonablemente

dudar de mi existencia, aun suponiendo que todos mis juicios estuvieran siempre equivocados? No, dice San

Agustín, ya que aun en el caso de que me engañarse no dejaría de existir (al menos el juicio "si fallor, sum"

sería siempre verdadero, asegurando la certeza de mi existencia); pero la certeza es triple, ya que el

hombre existe, vive y entiende.

EL CONOCIMIENTO.

Distinguirá San Agustín varios tipos de conocimiento, asegurada su posibilidad: el conocimiento sensible y

el conocimiento racional; el conocimiento racional, a su vez, podrá ser inferior y superior.

El conocimiento sensible es el grado más bajo de conocimiento y, aunque realizado por el alma, los sentidos

son sus instrumentos; este tipo de conocimiento sólo genera en mí opinión, doxa, tipo de conocimiento

sometido a modificación, dado que versa sobre lo mudable (puede observarse la clara dependencia platónica

del pensamiento agustiniano); al depender del objeto (mudable) y de los sentidos (los instrumentos)

cualquier deficiencia en ellos se transmitirá al conocimiento que tiene el alma de lo sensible. El verdadero

objeto de conocimiento no es lo mudable, sino lo inmutable, donde reside la verdad. Y el conocimiento

sensible no me puede ofrecer esta verdad.

El conocimiento racional, en su actividad inferior, se dirige al conocimiento de lo que hay de universal y

necesario en la realidad temporal, y es el tipo de conocimiento que podemos llamar ciencia (como los

conocimientos matemáticos). Ese tipo de conocimiento depende del alma, pero se produce a raíz del

"contacto" con la realidad sensible, siendo ésta la ocasión que permite que la razón origine tales

conocimientos universales.

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 13

El conocimiento racional, en su actividad superior, es llamado por San Agustín sabiduría; es el auténtico

conocimiento filosófico: el conocimiento de las verdades universales y necesarias, las ideas, siguiendo a

Platón. Hay, pues, una gradación del conocimiento, desde los niveles más bajos, sensibles, hasta el nivel

más elevado, lo inteligible, la idea: "Las ideas son formas arquetípicas o esencias permanentes e

inmutables de las cosas, que no han sido formadas sino que, existiendo eternamente y de manera

inmutable, se hallan contenidas en la inteligencia divina" (De ideis, 2).

LA ILUMINACIÓN DIVINA

Las ideas se encuentran, pues, en la mente de Dios. ¿Cómo se alcanza el conocimiento de las ideas? Dado

su alejamiento de lo sensible, realidad en la que se encuentra el hombre, las ideas sólo se pueden conocer

mediante una especial iluminación que Dios concede al alma, a la actividad superior de la razón. El verdadero

conocimiento depende, pues, de la iluminación divina.

¿Cómo interpretar esta iluminación? Según la llamada interpretación ontologista la iluminación

significaría que el alma contempla directamente las ideas o esencias en la mente divina, lo que plantea problemas

teológicos, dado que de alguna manera el alma contemplaría la esencia divina. Otras interpretaciones conciben la

iluminación como un poder que Dios concede a la razón, una virtud especial por la que el alma queda capacitada

para alcanzar por sí misma las verdades eternas, pero que el alma no posee por naturaleza. Para otros la

explicación nos la daría el símil que establece Platón entre el sol y el Bien: la idea de Bien ilumina todas las

demás realidades permitiendo que sean captadas (presentándose así como la fuente del ser y del conocimiento).

Por consiguiente, las ideas, que están en Dios y son los arquetipos o modelos inmutables de realidades mutables,

son conocidas por el hombre mediante una iluminación. Dicha iluminación, mediante la cual la verdad se irradia

desde Dios sobre el espíritu del hombre, no consiste en una iluminación sobrenatural, ni en una revelación, sino

que se trata de algo natural.

San Agustín no es ontologista: Dios es la luz por la que vemos, pero no es la luz que vemos. Tampoco es

Dios quien forma los inteligibles, sino que es la regla de la verdad y necesidad de los juicios ciertos. El problema

de la verdad y el problema de Dios coinciden en San Agustín. Por medio de una ascensión, en la que San Agustín

realiza el paso del mundo exterior al mundo interior, y del mundo interior a lo superior, se echa de ver que

ninguna cosa mutable es Dios. Tampoco el espíritu humano es Dios. Sin embargo, Dios está presente de algún

modo en dicho espíritu por la verdad y el bien. Dios es el soporte y el garante de nuestras verdades y valores.

Sólo por Él es comprensible la exigencia absoluta de la vida intelectual y ética.

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 14

ANTROPOLOGÍA

El hombre es, según el Doctor de Hipona, un alma que se sirve de un cuerpo. Es una simbiosis de animalidad y de

racionalidad, pero recibe la forma de Dios y, por ello toma conciencia de que es un don de Dios, una huella de la

divinidad

El ser humano es un compuesto de cuerpo (materia) y alma (forma). Por supuesto que la realidad más

importante es el alma, dentro de la más estricta tradición platónica, concibiendo el cuerpo como un mero

instrumento del alma. El alma es una sustancia espiritual y, tal como nos la presenta Platón en el Fedón,

simple e indivisible. Asume todas las funciones cognoscitivas de las que la más importante será la realizada

por la razón superior, ya que tiene como objeto la sabiduría (y es en ella en donde se da la iluminación).

Además de las funciones propias de la inteligencia le corresponden también las de la memoria y la voluntad,

adquiriendo ésta última un especial protagonismo en su pensamiento, al ser considerada una función superior

al entendimiento.

El alma es inmaterial e inmortal, pero a diferencia de lo que ocurría en el platonismo no es eterna. Los

argumentos para defender la inmortalidad proceden del platonismo: siendo el alma de naturaleza simple no

puede descomponerse, ya que no tiene partes; por lo que ha de ser indestructible, inmortal. El alma hecha a

imagen de Dios (imago dei), es reflejo de la Trinidad en sus tres facultades: memoria (Dios padre como ser),

entendimiento (Cristo como la sabiduría) y voluntad (Espíritu santo como amor). Todo lo que no es Dios,

participa de Él. Dios, para San Agustín, es intimior intimo meo, más íntimo que la propia intimidad

Por lo que respecta a la explicación de su origen San Agustín oscila entre dos posiciones: el creacionismo y el

generacionismo o traducianismo. Según la primera Dios crearía el alma con ocasión de cada nuevo nacimiento

de un ser humano (lo que plantearía problemas a la hora de explicar el pecado original ¿Crearía Dios almas

imperfectas, manchadas por el pecado original?). Según la otra teoría el alma se transmitiría de padres a

hijos al ser generada por los padres, igual que éstos generan el cuerpo (de este modo se podría explicar la

transmisión del pecado original, pero plantearía el problema de la unidad y simplicidad del alma individual

¿Transmitirían los padres una parte de su alma a sus hijos? ¿Quedaría entonces la suya fragmentada? etc.).

El hombre, conociéndose a sí mismo como imagen de Dios llega al conocimiento de ese Dios. El hombre desea

ser feliz y el lugar natural del corazón humano es Dios. Hacia Él tiende todo el amor digno y noble. La

felicidad sólo puede consistir en la posesión de Dios por el amor.

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 15

DIOS Y LA CREACIÓN DEL MUNDO

El tema que más ocupa a San Agustín es el tema de Dios. Su filosofía es predominantemente una teología,

siendo Dios no sólo la verdad a la que aspira el conocimiento sino el fin al que tiende la vida del hombre, que

encuentra su razón de ser en la beatitud, en la visión beatífica de Dios que alcanzarán los bienaventurados

en la otra vida, para cuya obtención será necesario el concurso de la gracia divina.

San Agustín no se preocupa, sin embargo, de elaborar pruebas sistemáticas de la existencia de Dios,

aunque propone diversos argumentos que ponen de manifiesto su existencia, haciéndolo con esa estricta

intención. Entre ellos se encuentran los que, a partir del orden observable en el mundo, concluyen la

existencia de un ser supremo ordenador, o los basados en el consenso, que recalcan la universalidad de la

creencia en dioses por parte de todos los pueblos conocidos. También encuentra a Dios en el interior del

hombre, a donde San Agustín acostumbra a dirigirnos para encontrar en nosotros la verdad. Es

precisamente por ese camino por el que vamos a encontrar la que suele considerar con propiedad la

demostración de la existencia de Dios a partir de las ideas o verdades eternas: el fundamento de tales

verdades inmutables no puede estar en las cosas creadas, que son cambiantes, sino que ha de estar en un

ser inmutable y eterno, a su vez, es decir, en Dios.

Respecto a la creación, es el resultado de un acto, libre, de Dios. El mundo ha tenido un principio: para San

Agustín el mundo no es autosubsistente, sino que ha tenido un principio. Dios es el creador del mundo. El

acto creativo no es fruto de una emanación necesaria de la esencia divina, sino que depende del consejo y

de la voluntad libre de Dios. Así pues, su doctrina sobre la creación está en oposición a cualquier tipo de

emanantismo intelectualista que le atribuya una necesidad esencial o razón suficiente

Dios conoce todas las cosas desde la eternidad: las que ha hecho, las que pudo hacer y hará, y las que pudo

hacer y nunca hará. Ese conocimiento de Dios es en las ideas divinas, que reciben el nombre de razones

eternas. Sobre la base de las razones eternas, Dios creó libremente el mundo a partir de la nada (expreso

rechazo del emanacionismo de Plotino). Primero creó una materia amorfa, en la cual estaban las razones

seminales, es decir, los gérmenes de las cosas que habrían de manifestarse con el paso del tiempo.

Después, y según el transcurso del tiempo, esas razones seminales desarrollaron todas las virtualidades

que contenían. Tales razones seminales son la materialización creada de las razones eternas increadas. La

teoría de las rationes seminales, alejada del aristotelismo y de ascendencia estoica, rompe la legalidad

unívoca y fijista en la generación de las naturalezas físicas, y afirma una primacía de la causalidad

creadora por encima del curso natural; pero no niega la congruencia y connaturalidad de la acción divina, ni

reduce a mera contingencia y arbitrariedad divina el orden del mundo físico.

No obstante, las esencias de todas las cosas creadas se encontraban en la mente de Dios como ejemplares

o modelos de las cosas, tanto de las creadas en el momento original como de las que irían apareciendo con

posterioridad, es decir, de todo lo posible, pero no existente todavía. Es el llamado ejemplarismo, que se

complementa con la teoría, de origen estoico, de las rationes seminales. Los seres materiales se componen

de materia y forma, pero no todos han sido creados en acto desde el principio del mundo. En el momento de

la creación Dios depositó en la materia una especie de semillas, las rationes seminales, que, dadas las

circunstancias necesarias, germinarían, dando lugar a la aparición de nuevos seres que se irían

desarrollando con posterioridad al momento de la creación. En el acto de la creación Dios crea, pues, unos

seres en acto y otros en potencia, como rationes seminales, por lo que todos los seres naturales habrían

sido creados desde el principio del mundo, aunque no todos existirían en acto desde el principio.

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 16

ÉTICA

La ética agustiniana, aunque inspirada directamente por los ideales morales del cristianismo, aceptará

elementos procedentes del platonismo y del estoicismo, que encontramos también en otros aspectos de su

pensamiento. Así, compartirá con ellos la conquista de la felicidad como el objetivo o fin último de la

conducta humana; este fin será inalcanzable en esta vida, dado el carácter trascendente de la naturaleza

humana, dotada de un alma inmortal, por lo que sólo podrá ser alcanzado en la otra vida. Hay aquí una clara

similitud con el platonismo, mediante la asociación de la idea de Bien con la de Dios, pero prevalece la

inspiración cristiana al considerar que la felicidad consistiría en la visión beatífica de Dios, de la gozarían

los bienaventurados en el cielo, tras la práctica de la virtud.

EL PECADO ORIGINAL

“En Adan ha pecado toda la humanidad”. El pecado original e transmite a todos los hombres que están

condenados desde su nacimiento . Adan, antes de la caída tenía libre voluntad y podía haberse abstenido de

haber pecado. Pero desobedecieron a Dios al comer la manzana y penetró en ellos la corrupción,

transmistiéndolo a la descendencia. Todos los seres humanos nacemos con este pecado original. Sólo el

bautismo puede salvarnos, además de la misericordia de Dios.

Aparece una visión negativa y pesimista del ser humano. Somos malos por naturaleza.

LA GRACIA DIVINA

Tras la caída, sólo la Gracia de Dios puede hacer virtuoso al ser humano. La Gracia es la intervención de Dios

a favor del hombre. No es suficiente con ser virtuoso para salvarse. Puesto que todos hemos heredado el

pecado de Adan y somos imperfectos, merecemos la condenación eterna. Si Dios fuera justo condenaría a

todos los hombres, pero por la Gracia divina algunos son los elegidos para ir al cielo. Salvarse o condenarse

esta predestinado y es decisión de Dios.

EL MAL EN EL MUNDO

Respecto al problema de la existencia del mal en el mundo (si Dios es la suma Bondad ¿por qué lo permite?)

la solución se alejará del platonismo, para quien el mal era asimilado a la ignorancia, tanto como del

maniqueismo, para quien el mal era una cierta forma de ser que se oponía al bien; para San Agustín el mal no

es una forma de ser, sino su privación; no es algo positivo, sino negativo: carencia de ser, no-ser. Todo lo

creado es bueno, ya que el ser y el bien se identifican.

El mal, pues, no ha sido creado por Dios. Sin embargo, existe. Por consiguiente, no puede sino consistir en la

privación de la perfección debida. Y, por ser privación, para existir se apoya en el bien como en un sujeto. A

partir de San Agustín, estas dos identificaciones: del ser con el bien, y del mal con la privación del bien (y,

por tanto, privación de ser o de realidad), las encontraremos frecuentemente repetidas por los pensadores

medievales.

Conviene distinguir entre las diferentes clases de males:

1. El mal metafísico (seres creados por Dios) , supone una imperfección ontológica con respecto a Dios ,

que es el Sumo Bien. Los seres creados al ser

2. Los males físicos o naturales no son propiamente males, según San Agustín, sino privaciones queridas

por Dios en vistas del bien total del universo.

3. El único mal verdadero es el mal moral, el pecado, que procede de la libre voluntad de las criaturas

racionales. La voluntad humana, considerada en sí misma, es buena, y el libre albedrío es un bien y

condición para alcanzar la felicidad. Sin embargo, la voluntad creada es falible, se puede equivocar, y el

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 17

ejercicio del libre albedrío comporta el riesgo del pecado. Por consiguiente, la voluntad libre se hace

mala cuando está privada del orden debido.

La moralidad tiene su base en la ley eterna, a la que no escapa ningún ser creado. La Ley divina ampara a la

ley natural, y la ley temporal, ha de supeditarse a la ley natural, como ésta lo está a la ley divina. La ley

divina sólo determina inexorablemente a la naturaleza física y a los seres irracionales, no así al hombre,

dotado del libre albedrío. Por ser libre, sobre él recaen obligaciones de perfección. En este contexto de ley

divina explica Agustín el problema del mal: las cosas de por sí son buenas, pero cuando se apartan del orden

querido por Dios, se produce el mal. El mal hay que entenderlo como privación, como relajación del ser. Si

Dios tolera el mal, es para que el hombre pueda ejercer su libertad. El hombre alcanza su plenitud, su

felicidad solamente en su encuentro con Dios.

LA LIBERTAD

El hombre es libre. Puede elegir entre el bien y el mal. Pero esta determinado a querer el bien, a salvarse y a

no condenarse. Agustín de Hipona distingue dos tipos de libertad: el libre albedrío (libertas minor)

capacidad de elegir entre el bien y el mal; y la auténtica libertad (libertas mayor), la del hombre virtuoso

que camina con paso cierto hacia su encuentro con Dios. Esta libertad es entendida como liberación del

pecado y orientación de la vida por el bien. Para ser libre no basta poder elegir, sino tener un proyecto de

vida buena y capacidad para realizarlo. Para ello el hombre necesita la ayuda o gracia de Dios.

Al carecer de una visión adecuada de Dios, los seres humanos se equivocan en sus elecciones y orientan su

conducta hacia bienes mutables y efímeros.

EL AMOR

El amor constituye la esencia del hombre, es lo que mueve la conducta del hombre. Cuando el hombre ama a Dios

sobre todas las cosas, su amor se llama caridad; cuando el amor se dirige a sí mismo y hacia las cosas mundanas,

entonces se llama concupisciencia Así, para San Agustín lo ético es voluntad o, como él gusta decir, amor. La

acción moral no se reduce en nuestro filósofo a un silogismo, sino que se produce como función de un estrato

profundo del corazón humano, es decir, de la voluntad y amor. San Agustín ve el alma de la moral en el amor. De

ahí el sentido de su fórmula: "Dilige et quod vis fac" (Ama y haz lo que quieras).

POLÍTICA

LAS DOS CIUDADES

En cuanto a la sociedad y la política, San Agustín expone sus reflexiones en La ciudad de Dios, obra escrita a

raíz de la caída de Roma en manos de Alarico y de la desmembración del imperio romano. Los paganos habían

culpado a los cristianos de tal desastre, argumentando que el abandono de los dioses tradicionales en favor del

cristianismo, convertido desde hacía tiempo en la religión del imperio, había sido la causa de la pérdida del poder

de Roma y de su posterior destrucción. . No los cristianos, responderá Agustín, sino los vicios, la relajación y el

desgobierno han llevado al Imperio a la decadencia.

En esa obra San Agustín ensaya una explicación histórica para tales hechos partiendo de la concepción

de la historia como el resultado de la lucha de dos ciudades, la del Bien y la del Mal, la de Dios y la terrenal, de

la luz y de las tinieblas. Dos ciudades, generadas respectivamente por el amor del hombre hacia Dios (civitas Dei

o ciudad de Dios), y por el amor del hombre a sí mismo (civitas terrena o ciudad terreral), se disputan el dominio

de la tierra, y ambas aspiran a la paz. Las dos ciudades, una ordenada a lo material y otra a lo espiritual, se

distinguen y hasta se oponen: "Dos amores fundaron dos ciudades: el amor del hombre por sí mismo, que lleva al

desprecio de Dios, la ciudad terrena; el amor de Dios, que lleva al desprecio de sí mismo, la celestial. La primera

se gloria en sí misma, la segunda en Dios". La ciudad terrena aspira a la paz que coincide con el bienestar

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 18

temporal, mientras que la ciudad celestial aspira a la paz eterna que se obtiene después de la muerte, gracias a

la plena posesión de Dios en la visión beatífica.

La ciudad de Dios la componen cuantos siguen su palabra, los creyentes; la terrenal, los que no creen.

Esa lucha continuará hasta el final de los tiempos, en que la ciudad de Dios triunfará sobre la terrenal,

apoyándose San Agustín en los textos sagrados del Apocalipsis para defender su postura. De hecho, la oposición

señalada será utilizada posteriormente para defender la prioridad de la Iglesia sobre los poderes políticos,

exigiendo su sumisión, lo que ocurrirá en la alta edad media. Asegurada esa dependencia, San Agustín aceptará

que la sociedad es necesaria al individuo, aunque no sea un bien perfecto; sus instituciones, como la familia, se

derivan de la naturaleza humana, siguiendo la teoría de la sociabilidad natural de Aristóteles, y el poder de los

gobernantes procede directamente de Dios

Las dos ciudades están mezcladas y se entrecruzan: no son dos tipos de realizaciones históricas (Estado

civil e Iglesia, por ejemplo), sino principios opuestos de la conducta personal y de las realidades sociales. Por

consiguiente, esta contraposición no responde a las dos realidades sociales de la Iglesia y los Estados civiles,

sino que expresa más bien las dos comunidades espirituales según la ley de Dios o contra ella, comunidad del

orden o del caos, del ideal o del instinto. Así pues, en el desarrollo de la historia, los contornos de las dos

ciudades no son perfectamente netos: la Iglesia no coincide con la ciudad de Dios, ya que en el interior de ella

conviven buenos y malos, del mismo modo en que la ciudad terrena no se identifica con ninguna entidad política

determinada. Lo mismo Iglesia que Estado pueden alinearse tanto en un campo como en otro. Agustín reconoce

el carácter natural de la sociedad civil y del Estado. La Iglesia, por su parte, ha de servir de mentora de la

sociedad y del Estado, para vigilar y encaminar a los hombres a su salvación. La autoridad civil, si se halla

impregnada del espíritu cristiano, puede facilitar y promover la ciudad eterna postulada por la voluntad divina.

Pertenece al sentido de la historia del mundo el hecho de que estas dos ciudades se contrapongan y

luchen entre sí. Sin embargo, y ésta es la conclusión de San Agustín, cualquiera que sea la historia de la

humanidad, con sus alternancias de predominio del bien y del mal, al final la "civitas terrena" perecerá y saldrá

vencedora la "civitas Dei", en virtud del amor a Dios, "pues el bien es inmortal y la victoria ha de ser de Dios".

REPERCUSIÓN E INFLUENCIA

Recoge y sintetiza toda la filosofía grecorromana

Unifica el dogma cristiano

Desarrollo de un pensamiento teológico cristiano

Nuevos conceptos inéditos para la filosofía anterior: creación, trascendencia divina, historia lineal,

personalidad, libertad, maldad humana.

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 19

REPERCUSIÓN E INFLUENCIA

La influencia universal de Agustín en todas las edades subsiguientes puede explicarse por los dones

combinados del corazón y la mente. Su obra, profundamente unitaria y expresión auténtica de su vida, es la de

un hombre religioso y teórico, que sintió una gran pasión por la verdad que identificó con la inquietud por lo

absoluto y el anhelo de felicidad. Su diálogo con el pensamiento antiguo le llevó a una integración con el

cristianismo en la dinámica de su propio filosofar. Así, la integración agustiniana del platonismo en la filosofía

cristiana genera su metafísica ejemplarista. Metafísica de la verdad que fundamenta el ascenso a Dios como

verdad eterna y se despliega en el ejemplarismo gnoseológico de la iluminación y el ejemplarismo moral de la

participación por la criatura en la ley eterna. Pero San Agustín no es un platónico cristianizado: su metafísica

del espíritu descubre dimensiones inexploradas para el pensamiento antiguo y podría decirse que cumple por

primera vez el llamamiento del "conócete a ti mismo". La influencia de San Agustín en la evolución de la filosofía

occidental ha sido tan grande que bien puede decirse que el agustinismo es una constante histórica que informa

los más diversos movimientos doctrinales, tanto de inspiración cristiana como de carácter inmanentista. A partir

de San Agustín, el platonismo quedó adherido durante siglos al cristianismo, ya que no hay Santo Padre de la

Iglesia católica, griego o latino, que haya ejercido una influencia tan decisiva y que haya gozado de tanta

autoridad como San Agustín en los siglos posteriores. En la historia del agustinismo filosófico podemos

distinguir tres fases muy distintas: Primero, el período de su triunfo casi exclusivo en el Occidente, hasta el

siglo XIII.

Podemos decir que Agustín fue el Gran Maestro del Occidente durante las largas edades que fueron

oscurecidas por la invasión de los bárbaros, pero que a pesar de todo sobrellevaron la carga de preservar las

ciencias del futuro.

En estos tiempos no tuvo absolutamente ningún rival, y si acaso lo hubo, ese fue uno de sus discípulos,

Gregorio Magno quien, después de haber sido formado en su escuela, popularizó sus teorías. El papel de

Orígenes, quien injertó neoplatonismo en las escuelas cristianas del Oriente, fue el que desempeñó Agustín en el

Occidente, con la diferencia de que el Obispo de Hipona tuvo más éxito en desligar las verdades del platonismo

de los sueños de la imaginación oriental. En consecuencia, se inició con esto una corriente de ideas platónicas que

nunca cesarán de actuar sobre el pensamiento occidental. Esta influencia se manifiesta de varias maneras. Se

encuentra en los compiladores de este período, que son tan numerosos y merecedores de reconocimiento -tales

como Isidoro, Beda, Alcuino- quienes tomaron abundantemente de las obras de Agustín, igual que lo habían

hecho los predicadores del siglo VI y, notablemente, San Cesáreo. En las controversias, especialmente en las

grandes disputas de los siglos IX y XII sobre la validez de las ordenaciones simoníacas, el texto de Agustín

juega la parte principal. En el período pretomista del escolasticismo, entonces en proceso de formación a saber,

desde Anselmo hasta Alberto Magno, Agustín es el gran inspirador de todos los maestros, entre los cuales se

cuentan Anselmo, Abelardo, Hugo de San Víctor, este último llamado por sus contemporáneos otro Agustín o,

inclusive, el alma de Agustín: Los principales autores escolásticos de la Edad media siguieron las huellas de San

Agustín desde el principio de sus especulaciones, y la concepción platónico-cristiana del mundo informó sus

mentes. Pueden ser considerados agustinianos Scotus Eriugena, San Anselmo, Abelardo, Pedro Lombardo, los

escritores de la escuela de San Víctor, etc. Cuando ya en el siglo XIII comenzaron a ser conocidas las obras

metafísicas y físicas de Aristóteles, se produjo una doble actitud frente a sus doctrinas: en unos, de repulsa,

por creerlas peligrosas para la fe; en otros, de simpatía, porque pensaron que podían servir de sólido

fundamento para el pensamiento cristiano. Los primeros se mantuvieron fieles a la tradición platónico-

agustiniana; los segundos rompieron con esa tradición o redujeron notablemente su contenido para dar entrada a

las teorías aristotélicas.

La primera corriente estuvo principalmente representada por los autores de la orden franciscana; la

segunda se escindió en dos corrientes: la del aristotelismo averroísta y la del aristotelismo adaptado a las

exigencias de la fe, representada principalmente esta última por San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino.

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 20

Aunque la escuela agustiniano-franciscana no dejó de utilizar algunos elementos aristotélicos, ni la escuela

aristotélico-tomista rompió del todo con la tradición, deben señalarse algunos caracteres que las distinguen,

además de la distinción básica de defender una la concepción platónica y la otra la concepción aristotélica,

tamizadas ambas por la fe cristiana. El agustinismo del siglo XIII se caracteriza, pues, en general, por

defender las siguientes tesis: la primacía de la voluntad sobre el entendimiento (y, por consiguiente, predominio

del amor sobre el conocimiento, de la intuición afectiva sobre los métodos racionales), la producción de todos o

de algunos conocimientos sin en concurso inicial de las cosas externas o sensibles (teoría de la iluminación), el

hilemorfismo universal (todas las criaturas, incluso las espirituales, están compuestas de materia y forma), la

positividad de la materia (que no es pura potencia), la pluralidad de formas substanciales en el individuo, la

identidad del alma y sus facultades (negación de la distinción esencial de las potencias del alma), la imposibilidad

de la eternidad del mundo, la identificación de la filosofía y la teología en una sabiduría única. Los dos

principales representantes de esta corriente fueron Alejandro de Hales y San Buenaventura. Alejandro de

Hales escribió un Comentario al Maestro de las Sentencias y una Suma de toda la Teología, que dejó sin

terminar, a las cuales hay que añadir algunas Quaestiones monográficas. Conoció casi toda la obra de Aristóteles

y parte de la de Avicena, pero en los puntos de controversia siguió la tradición agustiniana.

San Buenaventura es el principal representante de la tradición platónico-agustiniana, aunque usa también

conceptos tomados de Aristóteles. Sus obras son la mayor parte de carácter espiritual y místico. Desde el

punto de vista filosófico, las más importantes son: el Comentario a los cuatro libros de las Sentencias,

Itinerarium mentis in Deum, Breviloquium, De reductione artium ad theologiam y algunas Quaestiones

disputatae. Las tesis características del agustinismo medieval son aceptadas casi íntegramente por San

Buenaventura, aunque debe insistirse en el carácter religioso-místico de su pensamiento.

La revolución doctrinal efectuada por Alberto Magno y Tomás de Aquino a favor de Aristóteles alarmó

a la vieja escuela del agustinismo entre los dominicos lo mismo que entre los franciscanos, pero especialmente

entre los últimos, que eran discípulos del eminente doctor agustiniano San Buenaventura. Esto explicará la

condena, hasta ahora poco comprendida, de muchas proposiciones de Santo Tomás de Aquino tres años después

de su muerte, decretada el 7 de marzo de 1277 por el Obispo de París, y el 18 de marzo de 1277 por el

Arzobispo de Canterbury, Robert Kilwardy, dominico. La escuela agustiniana representaba la tradición, el

tomismo el progreso. La censura de 1277 fue la última victoria de un agustinismo demasiado rígido. La feliz

fusión gradual de los dos métodos en las dos órdenes de franciscanos y dominicos trajo consigo un acuerdo

sobre ciertos puntos sin excluir diferencias sobre otros que estaban todavía oscuros (como, por ejemplo, la

unidad o la multiplicidad de formas), al mismo tiempo que favoreció el progreso en todas las escuelas. Sabemos

que la canonización de Santo Tomás causó el retiro de las condenaciones de París (14 de febrero de 1325). Más

aun, la prudencia o la moderación de la nueva escuela contribuyeron poderosamente a su triunfo. Alberto

Magno y Santo Tomás, lejos de ser adversarios de San Agustín, como se decía, se colocaron en su escuela y, en

tanto que modificaron ciertas teorías, tomaron dentro de su sistema la doctrina del obispo africano. Por

consiguiente, ya no había una escuela estrictamente agustiniana, porque todas las escuelas lo eran. Todas

eliminaron ciertos puntos especiales y retuvieron la misma veneración hacia el maestro.

Por consiguiente, Tomás de Aquino también reconoció la indiscutible autoridad de San Agustín como

doctor de la fe; pero, en cuanto filósofo, asumió algunas de sus teorías y rechazó otras. Concretamente, Santo

Tomás aceptó tres importantes doctrinas agustinianas: el trascendentalismo causal o abismo metafísico

existente entre Dios y las criaturas (que son causadas); el ejemplarismo, recogiendo la doctrina de la

participación en la cumbre de su pensamiento metafísico; y la solución al problema del mal. Sin embargo, tuvo

serias reservas respecto a la estructura metafísica de la criatura y la doctrina del conocimiento agustinianas.

Así, frente a la iluminación divina de la inteligencia, el Aquinate propone la actividad abstractiva del intelecto

agente.

En el siglo XV Bessarion (1472) y Marsilio Ficino (1499) usaron el nombre de Agustín con el propósito de

entronizar a Platón en la Iglesia y excluir a Aristóteles. En el siglo XVII es imposible negar ciertas semejanzas

Historia de la Filosofía

Filosofía patrística 21

entre el cartesianismo y la filosofía de San Agustín. Finalmente, señalaremos que Malebranche, al igual que

mucos de sus sucesores en el siglo XIX, estaba equivocado en atribuir su propio ontologismo al Doctor de Hipona