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Esta abeja haragana se preocupaba más por estar de flor en flor en lugar de cumplir con sus responsabilidades como las demás abejas
Las abejas de la colmena se encargan de alimentar a las recién nacidas.
Las abejas De la entrada se dieron cuenta que la abeja no trabajaba, y dijeron:
Compañera: es necesario que trabajes, porque todas las abejas
debemos trabajar.
Yo ando todo el día volando,
y me canso mucho.
No es cuestión de que te canses sino de que trabajes
un poco. Es la primera advertencia que te hacemos.
Al día siguiente de nuevo las abejas de la entrada detuvieron a la haragana y le dijeron:
Hay que trabajar, hermana.
¡Uno de estos días lo voy a
hacer!
No es cuestión de que lo hagas uno
de estos días sino mañana mismo
Al tercer día las la haragana dijo a las abejas de la entrada:
¡Si, sí, hermanas! ¡Ya me acuerdo de lo que
he prometido!
No es cuestión de que te acuerdes de lo prometido, sino de que trabajes.
Hoy es diecinueve de abril. Pues bien: trata de que mañana veinte, hayas traído una gota siquiera de miel. Y
ahora, pasa.
¡No se entra!¡Yo quiero
entrar! Esta es mi colmena.
Esta es la colmena de unas pobres
abejas trabajadoras. No hay entrada para
las haraganas.
Mañana Trabajare sin
falta
No hay mañana para
las que no trabajan
La abeja cayó en un hoyo dejado por un tronco de árbol, con la mala suerte de encontrar a una serpiente en el que rea sui enemiga, tenía frío y se arrepentía de haber actuado a tiempo
Voy a quitar del mundo a un mal
bicho como tú. Te voy a comer, abeja.
¡No es justo eso, no es justo! No es justo que
usted me coma porque es más fuerte que yo. Los
hombres saben lo que es justicia.
¿Tú crees que los hombres que les quitan la miel a
ustedes son más justos, grandísima
tonta?
¡Bueno! Con justicia o sin ella, te voy a
comer
Usted hace eso porque es menos inteligente que
yo.
—¿Yo menos inteligente que
tú, mocosa?
Vamos a hacer dos pruebas. La que
haga la prueba más rara, ésa gana. Si gano yo, te como. ¿Y si gano
yo?
Si ganas tú, tienes el derecho de pasar la
noche aquí, hasta que sea de día. ¿Te conviene? Acepto
La Serpiente comenzó con la apesta, y enroscó en su cola una semilla de eucalipto haciéndolo bailar como un trompo
Nunca podrás hacer algo
mejor de lo que yo hago JAJAJA
El caso es que mientras el trompito bailaba, la abeja había tenido tiempo de examinar la caverna y había visto una plantita que crecía allí. Era un arbustillo, casi un yuyito, con grandes hojas del tamaño de una moneda de dos centavos.
Voy a hacer algo mejor, voy a desaparecer, sin
salir de aquí, ni esconderme bajo tierra
Me va a hacer el favor de darse vuelta, y contar hasta
tres. Cuando diga "tres", búsqueme por todas partes,
¡ya no estaré más!
La culebra dijo rápidamente:"uno..., dos..., tres", y se volvió y abrió la boca cuan grande era, de sorpresa: allí no había nadie. Miró arriba, abajo, a todos lados, recorrió los rincones, la plantita, tanteó todo con la lengua. Inútil: la abeja había desaparecido.
Me rindo, esta prueba es fantástica! Has
ganado .. No te comeré!
La abejita se había ocultado en la flor sensitiva que al menor contacto se cerraba ocultándola completamente, aunque la serpiente perdió la apuesta, fue una noche terrible donde la abeja tuvo que recordarle su victoria para no ser comida.
La abeja llegó llorando a la entrada de la colmena, las abejas guardias no le dijeron nada en esta ocasión porque sabían que habían aprendido la lección de aquella noche tan fría.
Así fue, en efecto. En adelante, ninguna como ella recogió tanto polen ni fabricó tanta miel.
Presentado por: Laura Vanesa Castro
Julieth Marcela Guerrero
FACULTAD: INGIENERIA BIOMEDICAUNIVERSIDAD MANUELA BELTRAN
CATEDRAAÑO 2011