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industria y del proletariado como clase rectora del proceso. Allí se analiza cómo el surgimiento del marxis- mo creó la posibilidad del avance de la ciencia, no solo en el análisis de las condiciones materiales de vida, sino también de las formas de transición, esto es, de la estrategia y la táctica. En otras palabras, se busca analizar allí cómo "los clásicos" se plantearon desde un punto de vista de revolucionarios prácticos, los problemas relacionados con la naturaleza del proceso revolu- cionario y sus correspondientes etapas en las con- diciones concretas de la Europa del siglo XIX, así como el programa, los métodos, las vías y formas de tránsito revolucionario de una sociedad a otra y el problema de la organización. Se destaca también allí, la superioridad del análisis marxista por sobre las otras corrientes, demostrado prácticamente en la preeminencia que adquiere esta concepción en la orientación de las luchas revolucionarias en el presente siglo. Roberto Salom ESTRATEGIA Y TACTICA: LA POLITICA COMO CIENCIA: MARX y ENGELS Summary: The present article analyzes the rise of a scientific conception about change, based on an objective analysis of social classes when capita- lism was surging, as well as big industries and the proletariat as the guidind class in the process. We shall also analyze how the surging of marxism created the possibility for the advancement of science, not only in the analysis of the material conditions of life but also of the forms of transi- tion, that is, of all that concerns strategy and tactics. Resumen: El presente artículo analiza el surgi- miento de una concepción científica del cambio, apoyado en el análisis objetivo de la lucha de cla- ses en la época del surgimiento del capitalismo, de la gran industria y del proletariado como clase rectora del proceso. Se analiza también cómo el surgimiento del marxismo creó la posibilidad del avance de la ciencia no solo en el análisis de las condiciones materiales de vida, sino también de las formas de transición, es decir, de la estrategia y la táctica. INTRODUCCION El presente artículo es parte de un trabajo más amplio cuyo objeto de estudio es el problema de la estrategia y la táctica de las organizaciones de izquierda en Costa Rica. Aquí me propongo analizar el surgimiento de una concepción científica del cambio, apoyada en el análisis objetivo de las luchas de clases en la época del surgimiento del capitalismo, de la gran 1. El carácter de la revolución en la Europa del siglo XIX Como se sabe, el pensamiento y la obra de Marx y Engels se nutren de tres fuentes que hasta enton- ces se habían desarrollado separadamente como lo destaca Lenin en su obra "Tres Fuentes y Tres Partes Integrantes del Marxismo": la filosofía clási- ca alemana, el socialismo francés y la economía polí tica inglesa. A partir de allí, elaboraron una síntesis teórica que es denominada por Plejánov, uno de los prime- Rev. Filosofía Univ, Costa Rica XXVI (63, 64), 89-96, 1988

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industria y del proletariado como clase rectoradel proceso.

Allí se analiza cómo el surgimiento del marxis-mo creó la posibilidad del avance de la ciencia,no solo en el análisis de las condiciones materialesde vida, sino también de las formas de transición,esto es, de la estrategia y la táctica.

En otras palabras, se busca analizar allí cómo"los clásicos" se plantearon desde un punto devista de revolucionarios prácticos, los problemasrelacionados con la naturaleza del proceso revolu-cionario y sus correspondientes etapas en las con-diciones concretas de la Europa del siglo XIX, asícomo el programa, los métodos, las vías y formasde tránsito revolucionario de una sociedad a otray el problema de la organización.

Se destaca también allí, la superioridad delanálisis marxista por sobre las otras corrientes,demostrado prácticamente en la preeminencia queadquiere esta concepción en la orientación delas luchas revolucionarias en el presente siglo.

Roberto Salom

ESTRATEGIA Y TACTICA: LA POLITICA COMO CIENCIA:MARX y ENGELS

Summary: The present article analyzes the riseof a scientific conception about change, based onan objective analysis of social classes when capita-lism was surging, as well as big industries and theproletariat as the guidind class in the process.We shall also analyze how the surging of marxismcreated the possibility for the advancement ofscience, not only in the analysis of the materialconditions of life but also of the forms of transi-tion, that is, of all that concerns strategy andtactics.

Resumen: El presente artículo analiza el surgi-miento de una concepción científica del cambio,apoyado en el análisis objetivo de la lucha de cla-ses en la época del surgimiento del capitalismo,de la gran industria y del proletariado como claserectora del proceso. Se analiza también cómo elsurgimiento del marxismo creó la posibilidad delavance de la ciencia no solo en el análisis de lascondiciones materiales de vida, sino también delas formas de transición, es decir, de la estrategia yla táctica.

INTRODUCCION

El presente artículo es parte de un trabajo másamplio cuyo objeto de estudio es el problema dela estrategia y la táctica de las organizaciones deizquierda en Costa Rica.

Aquí me propongo analizar el surgimiento deuna concepción científica del cambio, apoyadaen el análisis objetivo de las luchas de clases en laépoca del surgimiento del capitalismo, de la gran

1. El carácter de la revolución en la Europa delsiglo XIX

Como se sabe, el pensamiento y la obra de Marxy Engels se nutren de tres fuentes que hasta enton-ces se habían desarrollado separadamente como lodestaca Lenin en su obra "Tres Fuentes y TresPartes Integrantes del Marxismo": la filosofía clási-ca alemana, el socialismo francés y la economíapolí tica inglesa.

A partir de allí, elaboraron una síntesis teóricaque es denominada por Plejánov, uno de los prime-

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ros marxistas rusos, como materialismo dialéctico,para referirse a las concepciones filosóficas y mate-rialismo histórico para referirse a la teoría social.

El asentamiento de las concepciones socialistasde Marx y Engels en premisas de tipo materialista,constituyó el punto de partida de una radical dife-renciación en tre las concepciones socialistas pre-marxistas y el socialismo marxista. Con Marx yEngels el socialismo adquiere un carácter científicoy tiene su correlato en el movimiento social, en laevolución del movimiento obrero europeo desde laLiga de los Justos, pasando por la de los Comunis-tas, hasta la elaboración del Manifiesto del PartidoComunista, hacia mediados del siglo XIX. A partirde allí como lo muestra Theotonio Dos Santos,(1972), se establece una íntima relación entre laconformación política del movimiento obreroeuropeo como un movimiento con ideología pro-pia y el rompimiento con las concepciones pre-científicas por parte de los conductores de ese mis-mo movimiento. Los primeros aportes de Marx yEngels, desde la perspectiva materialista al movi-miento obrero y a las corrientes socialistas estánplasmados en obras tales como La Sagrada Fami-lia, La Ideología Alemana, Tesis sobre Fewerbach,La Crítica a la Filosofía del Derecho de Hegel, ElManifiesto del Partido Comunista y La Miseria dela Filosofía.

En los prefacios a las diferentes ediciones del"Manifiesto Comunista", Marx y Engels resaltanlos principios en que esta obra está basada, asícomo la evolución que ellos mismos fueron tenien-do de acuerdo a las transformaciones de las condi-ciones económicas, sociales y políticas, así comode la experiencia revolucionaria acumulada por elproletariado europeo.

Así, en el "Prefacio a la Edición Alemana de1883" del Manifiesto, Engels destaca que "la ideafundamental de que está penetrado todo el Mani-fiesto, consiste en que la producción económicay la estructura social que de ella se deriva necesa-riamente en cada época histórica, constituyen unabase sobre la cual descansa la historia política e in-telectual de cada época y que por lo tanto, todala historia (desde la disolución del régimen primiti-vo de propiedad común de la tierra) ha sido unahistoria de lucha de clases explotadoras y explota-das, dominantes y dominadas, en las diferentes fa-ses del desarrollo social, y que ahora esta lucha hallegado a una fase en que la clase explotada y opri-mida (el proletariado) no puede ya emanciparsede la clase que la explota y la oprime (la burgue-sía), sin emancipar al mismo tiempo y para siem-

pre, a la sociedad entera de la explotación, la opre-sión y las luchas de clases- y agrega-, esta ideafundamental pertenece única y exclusivamente aMarx", (Marx y Engels, Obras Escogidas 1973,T. IV, pg. 87).

El planteamiento marxista sobre la caducidaddel régimen capitalista no puede ser, sin embargo,reducido a una visión mecanicista. De allí la im-portancia de una teoría política que empieza porseñalar con toda precisión cuál es la fuerza socialencargada de llevar a cabo la tarea de sustituirel régimen capitalista por una sociedad más avan-zada que resuelva las contradicciones fundamenta-les del capitalismo. Pero Marx y Engels señalaronademás las concepciones estratégicas y tácticas queservirían de base a esa obra emancipadora.

El esfuerzo ideológico-político de Marx y En-gels se concentró fundamentalmente en dotar almovimiento obrero de los instrumentos que lepermitieran realizar eficazmente su liberación.

Marx y Engels desarrollan sus concepciones enun contexto en el cual se consolida el capitalismoen su fase pre-monopolista y en el que se constitu-yen los estados nacionales en la lucha contra el"antiguo régimen". Esta fase se prolonga aproxi-madamente hasta principios de la década del 70del siglo pasado.

Durante ese período Marx y Engels realizanimportantes aportes en torno a la táctica del pro-letariado ante las revoluciones democráticas euro-peas y las luchas por la independencia nacional demuchos pueblos del viejo continente.

Algunos de esos planteamientos constituyenuna base muy importante para orientar la luchadel movimiento revolucionario actual en los paísescapitalistas periféricos, en la medida en que en es-tos países continúan pendientes transformacionesdemocráticas, a pesar de que la constitución delEstado Nacional transcurrió paralelamente a la demuchos países europeos.

La concepción del partido, como una fuerzapolítica independiente que garantiza los interesesestratégicos del proletariado (1) así como la ela-boración de las concepciones sobre las fuerzas mo-trjces en la revolución democrático-burguesa, sobrela política de alianzas del proletariado, son entreotras, algunas de las concepciones que se desarro-llan a raíz de las experiencias de las revolucionescentro-europeas de 1848-50 y que constituyen, co-mo decíamos, un antecedente muy importantepara las elaboraciones posteriores en torno a la re-volución en los países periféricos.

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A ese respecto dice el dirigente revolucionariocubano Carlos Rafael Rodríguez: "a este tipo derevoluciones populares, burguesas por su conte-nido pero "plebeyas" por sus métodos y progra-mas de lucha, se les denominó desde entonces"democrático-burguesas" (1978, pg. 220). Y agre-ga- "el papel principal en ellas no le estaba asig-nado ya a la burguesía.

Marx supo apreciar cabalmente la desigualdadde condiciones prevalescientes entre los distintosestados del viejo continente, preocupándose porelaborar en consecuencia una estrategia y una tác-tica precisas de acuerdo a cada situación particular.

A propósito, decía el propio Engels: "Por eso,cuando fundamos en Alemania un gran periódiconuestra bandera no podía ser otra que la banderade la democracia. pero de una democracia que des-tacaba siempre, en cada caso concreto, el carácterespecíficamente proletario, que aun no podía es-tampar de una vez y para siempre en su estandar-te. -y agrega- si no hubiéramos procedido deeste modo ... no nos hubiera quedado más remedioque ponemos a predicar el comunismo en algunahojita lugareña y fundar, en vez de un gran partidode acción, una pequeña secta. -y luego concluye-pero el papel de predicadores en el desierto ya nonos cuadraba: habíamos estudiado demasiado biena los utopistas para caer en ello. No era para esopara lo que habíamos trazado nuestro programa"(Garaudy, Roger, 1975, pg. 174).

En esa perspectiva, el carácter revolucionariode la clase obrera se entiende por su capacidad decolocarse a la cabeza de otras clases y capas socia-les, suceptibles de ser aliadas en pro de un proyec-to revolucionario.

Por ello el proletariado no puede enajenar supapel en la revolución democrática. El proletaria-do debe imprimirle su sello a la revolución demo-crática, tratando de llevarla hasta sus últimas con-secuencias, frente a las vacilaciones de la burguesíay la pequeña burguesía. Esa lucha le garantiza alproletariado quedar en buen pie para avanzar ha-cia el socialismo.

Esta problemática estaba planteada hacia me-didos del siglo pasado en Alemania, donde aunestaba pendiente la realización de la revolucióndemocrático-burguesa, que habían hecho los fran-ceses desde 1789. En consecuencia Marx y Engelsplantearon con claridad al proletariado alemán,la necesidad de su organización independiente yde forjar una alianza con la burguesía y los secto-res medios en contra del régimen feudal.

El propio Marx escribió al respecto: "el prole-tariado, debe marchar con el gran ejército demo-crático, en el extremo del ala izquierda, pero evi-tando siempre romper su enlace con el grueso delejército. Debe ser el más impetuoso en el ataquey su espíritu combativo debe animar al ejércitoen el asalto a la Bastilla. Porque la Bastilla no hasido tomada todavía -decía Marx parangonandola situación alemana a la francesa-, el absolutis-mo no ha sido derrotado. Y mientras la Bastillapermanece en pie, los demócratas tendrán quepermanecer unidos. El proletariado no tiene dere-cho a aislarse, debe rechazar por duro que le pa-rezca, todo lo que pueda separarlo de sus aliados"(Idern.).

Este planteamiento de Marx y Engels tiene unaextraordinaria vigencia en términos de la proble-mática de la revolución contemporánea en Amé-rica Latina. Entre los grandes problemas que seponen en discusión a partir de experiencias revo-lucionarias tan relevantes como la cubana, chilenao nicaragüense, lo constituyen la política de alian-zas del proletariado en las distintas etapas de la re-volución, la ubicación precisa del enemigo prin-cipal en cada etapa de la lucha y la conformaciónde una fuerza política que garantice la independen-cia de la "clase" y que sepa resguardar los objeti-vos estratégicos, frente a la mayor flexibilidadtáctica y la más amplia política de alianzas posi-ble.

Para el caso alemán en la primera mitad delsiglo XIX, Marx y Engels cifraban esperanzas enlas potencialidades revolucionarias de la burgue-sía alemana frente al absolutismo, así como queen las condiciones de desarrollo de Alemania enel siglo XIX, la revolución burguesa pudiese derivaren una revolución proletaria, aun antes que en In-glaterra y Francia.

Este carácter profundamente dialéctico del pen-samiento marxista, por su apego a las condicionesconcretas de la realidad y al nivel de la concienciade las distintas clases, es lo que permite avisorar lasposibilidades revolucionarias del proletariado ale-mán, incluso antes que el de Inglaterra y Francia,a pesar de estar más atrasado que el de estos paí-ses. Lo que es más, años más tarde, hacia 1883en su correspondencia, Marx va a la posibilidad deldescenlace de la revolución en Rusia.

En efecto, hacia finales del siglo pasado el mo-vimiento revolucionario se había trasladado deEuropa a Rusia, sin embargo, Marx y Engels con-tinuaban viendo la revolución en este último

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país, indisolublemente ligada al descenlace de larevolución europea.

Pero volviendo a Alemania, a la postre allíla burguesía se muestra incapaz para realizar supropia revolución. En consecuencia, Marx y Engelspropugnan por un cambio de táctica del movimien-to obrero, tratando entonces de unir a los sectoresmedios y al proletariado.

Al respecto, el biógrafo de Marx, Franz Mehring,advierte que éste y Engels se habían dado cuentacon un año de atraso, acerca de la necesidad decambiar de táctica. Según Mehring, las ideas ex-puestas en el Manifiesto Comunista, consistíanen que el proletariado coadyuvara a la revoluciónburguesa, pero sin tratar de dirigirla todavía enesta fase y mucho menos de transformarla en larevolución proletaria. Mehring comenta que enun principio apoyaron a la burguesía, al puntode que censuraron al más destacado militante obre-ro de su movimiento, Stephan Born, por agitarconsignas proletarias en aquella situación. Un añodespués de esto, Marx y Engels se pronunciaronya por una organización obrera independiente.

Por ello, Marx fue objeto de los ataques de al-gunos sectores de la izquierda de la época, a quie-nes se enfrentó y denunció con energía en unasesión de la Liga de los Comunistas, tal y como le.destaca de nuevo Franz Mehring: "La minoría su-planta la posición crítica por la dogmática; la ma-terialista por la idealista. Para ella el motor de larevolución no es la realidad. Allí donde nosotrosdecimos a la clase obrera: Tenéis que pasar quince,veinte, cincuenta años de guerras de pueblos, nosolo para cambiar la realidad, sino para cambiarosa vosotros mismos, capacitándoos para el poder,vosotros le decís: O subimos inmediatamente alpoder o nos echamos a dormir. Allí donde noso-tros hacemos ver, concretamente, a los obrerosde Alemania el desarrollo insuficiente del prole-tariado alemán, vosotros aduláis del modo másdescarado, acariciando el sentimiento nacional ylos prejuicios de casta de los artesanos alemanes,lo cual no negamos que os dará más popularidad.Hacéis con la palabra proletariado lo que los demó-cratas con la palabra pueblo: la convertís en un"icono", (1965, pg. 167).

Así pues para Marx, la elaboración de la estra-tegia y la táctica desde la perspectiva del proleta-riado no dependen de la voluntad, sino de la reali-dad económica y social y de la situación de las dis-tintas clases, así como de la correlación de fuerzasde las distintas clases en lucha y de su nivel de con-ciencia.

Por otro lado, como se ha dicho, Marx insistiósiempre en la necesidad de mantener la indepen-dencia orgánica del proletariado frente a las otrasclases. En su época era el único que reinvindicabacon toda claridad esa independencia, la cual seplasmaba en una organización de carácter político,representante de los intereses del proletariado. Enesa perspectiva, el partido está llamado a garantizarlos intereses estratégicos de la clase obrera y trabaralianzas con todas aquellas clases que son suscepti-bles de ser atraídas para enfrentar al enemigo prin-cipal en cada etapa del proceso (2).

Con la participación independiente del proleta-riado en la revolución democrática, es decir, através de su organización propia, Marx y Engelsbuscaban que quedara desde entonces perfecta-mente clara la diferencia irreconciliable entre elproletariado y la burguesía.

Por su parte, la crítica planteada por Marx alPrograma de Gotha en 1875 contiene, como se sa-be, las elaboraciones estratégico-tácticas funda-mentales, que el pensamiento de Marx aporta ala lucha del proletariado al arribar el último ter-cio del siglo XIX.

Es necesario tener presente que en la Europade la época, el gran acontecimiento que servía,de punto de referencia para los revolucionarios,era la revolución francesa en 1789. Es por ello,que, al menos para el caso de países como Ale-mania, la principal preocupación de Marx antela perspectiva de la revolución democrática era queel proletariado no se dejara aislar.

De allí que, hasta la primera mitad del siglopasado, como hemos visto, su énfasis estuvo pues-to en las luchas democráticas en general, evitandollevar hasta sus últimas consecuencias las diferen-cias entre la democracia burguesa y la democraciaproletaria.

Pero en Francia, Marx impulsaba la insurrec-ción proletaria, que de hecho se produjo en 1871con los comuneros de París, quienes a la postre,fueron derrotados.

Con respecto al carácter de la revolución enFrancia dice Engels: "Gracias al desarrollo políti-co y económico de Francia desde 1789, Parísha sido colocada desde hace 50 años en una posi-ción tal que no podía estallar ninguna revoluciónque no asumiera un carácter proletario, es decir,sin que el proletariado que había comprado la vic-toria con su sangre, presentase sus propias reinvin-dicaciones después del triunfo conseguido".(Marx y Engels, Obras escogidas 1973, T. V. pg.106).

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Esclaro que tanto para el caso de Alemania has-ta mediados del siglo pasado como para el caso deFranciadesde 1789, se trataba de elaborar la estra-tegiay la táctica del proletariado en la perspectivadela revolución socialista.

Sin embargo, la formulación de la necesidaddel paso por una revolución democrática para lamayoría de los países de Europa, por parte deMarxy Engels, era el producto de un análisis con-cretode la situación concreta, en la cual el objeti-vo fundamental consistía, como ya ha quedadodicho, en impedir que el movimiento obrero seaislarade otras clases revolucionarias.

2. La concepción de lucha para los paísescoloniales y semi-coloniales

Ahora bien, pensando en la situación de los paí-sescoloniales y semi-coloniales, para Marx el desa-rrollodel capitalismo constituía una premisa indis-pensablepara poder realizar la revolución socialistaallí.

Según él, la revolución en esos pueblos depen-derá de que las transformaciones económicas quese operaran, los acercara al modo de produccióncapitalista.Marx consideraba que el sufrimiento deesos pueblos se acrecentaría de permanecer enesasituación de opresión.

No obstante, él comprendía también que el de-sarrollo económico que el capitalismo produciríaen las colonias, por sí solo, tampoco emanciparíaa las masas ni mejoraría su condición social, perosí daría paso a un nuevo tipo de relaciones entrelascolonias y las metrópolis capitalistas.

En cuanto a la lucha política emancipadora delas colonias, Marx pensaba ya en la necesariainfluencia y relación que había entre la lucha porel socialismo del movimiento obrero en las metró-polis capitalistas y las luchas emancipadoras en lascolonias. Pero, de ningún modo es atribuirle aMarx una concepción europeo-centrista que algu-nas veces se le ha achacado, que estableciera unasupeditación absoluta del movimiento emancipa-dor en las colonias al movimiento obrero europeo.y en efecto, no otra cosa se desprende de la si-guiente cita de Marx: "Los hindúes no podrán re-coger los frutos de los nuevos elementos de la so-ciedad, que ha sembrado entre ellos la burguesíabritánica, mientras en la propia Gran Bretaña lasactuales clases gobernantes no sean desalojadaspor el proletariado industrial o mientras los pro-pios hindúes no sean lo bastante fuertes para aca-bar de una vez y para siempre con el yugo británi-

co ... (Marx, K. y Engels, F. pg. 109, subraya-dos míos). Es decir, Marx naturalmente preveíauna íntima relación entre los destinos del movi-miento emancipador en las colonias y el del movi-miento obrero en las metrópolis coloniales. Perono como una supeditación absoluta o como laúnica alternativa.

Marx se enfrenta así a tres tipos de situaciones,frente a las cuales vislumbra diversas alternativas:1) la situación de los países europeos en los queaún estaba pendiente la revolución democráticoburguesa, como Alemania y la mayor parte de lospaíses de Europa Central, hacia mediados del sigloXIX. 2) La situación de países como Inglaterra yFrancia, donde el movimiento obrero se encontra-ba ya en condiciones de poder plantear sus propiasreivindicaciones, dentro de un movimiento políti-co predominantemente proletario, 3) Finalmente,la situación de los países coloniales y atrasados,en donde la lucha se planteaba en términos deemancipación del tutelaje colonial, y en donde ala sazón no se podía hablar prácticamente de movi-miento proletario.

3. La "dictadura del proletariado", las formasde lucha, la política de alianzas y la concep-ción del Partido

Las concepciones de Marx y Engels fueron tam-bién evolucionando, en la medida en que se trans-formaban las condiciones concretas de lucha de lasdiferentes vertientes del movimiento revoluciona-rio.

En efecto, después de la experiencia de las re-voluciones democrático-burguesas centro-europeasde 1848-49, se consolida en toda Europa la prime-ra fase de desarrollo capitalista. Como resultadode esa situación, Marx y Engels se plantean enton-ces la revolución desde un punto de vista proleta-rio, y, en consecuencia, se plantean también la ne-cesidad de organizar al proletariado en un movi-miento independiente, frente a las otras capas yclases de la sociedad, movimiento que garantizaráel carácter proletario de la revolución, es decir,que resguardará los intereses estratégicos de estaclase, planteándose frente a cada situación concre-ta, la táctica adecuada para hacer avanzar el movi-miento revolucionario en su conjunto.

Durante esta etapa, Marx y Engels se abocana la consolidación internacional, a nivel de Europay los Estados Unidos, del movimiento comunista.Ello contribuyó de manera decisiva a difundir en-tre la clase obrera las ideas del socialismo en una

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perspectiva de lucha por el poder político. Estaperspectiva de trabajo implicó la liquidación deotras corrientes ideológicas que influían sobre elmovimiento obrero, alcanzando así el pensamientomarxista la hegemonía en el seno del mismo. EsteTrabajo tuvo su más alta expresión en la conforma-ción de la 10 Internacional Comunista en 1864.

A partir de la década de los años 70 del sigloanterior, se empieza a evidenciar una nueva fasede desarrollo del sistema capitalista. El predomi-nio de los monopolios sella definitivamente la pri-mera fase del desarrollo capitalista, la fase de "li-bre competencia". Justamente en ese momento,hacia 1871 se produce el triunfo de la primera re-volución proletaria, conocida como "La Comunade París".

Ese contexto socio-económico y ese aconteci-miento político, abren un nuevo período para elmovimiento obrero en los países capitalistas desa-rrollados. Marx y Engels apoyaron decididamenteesa revolución y estuvieron en contacto permanen-te con los comuneros de París hasta el momentode su derrota. Luego se encargaron de extraer lasprincipales conclusiones de esa experiencia histó-rica, las cuales se convierten en patrimonio de todoel movimiento revolucionario.

A raíz de esta experiencia, Marx y Engels, es-tablecen con toda precisión el complemento a lateoría revolucionaria de destruir el Estado comoinstrumento de dominación de las clases dominan-tes: la sustitución de esa dictadura de la burgue-sía, por una dictadura que representara los intere-ses de la mayoría de la sociedad, la dictaduradel proletariado, con sus propias instituciones.

Este concepto no responde a ningún dogma,ni idea preconcebida. Es el producto del análisisconcreto de la experiencia histórica del proletaria-do. No se piensa tampoco en ninguna forma espe-cífica de Estado, sino que se trata de una concep-ción antitética a la del Estado burgués en su con-junto, independientemente de la forma que éstetenga.

Como se sabe, en la concepción marxista elEstado es el instrumento de dominación de unasclases por otras, y la toma del poder políticoconstituye así, el problema cardinal de toda revo-lución.

Al respecto de lo anterior, Engels resalta la im-portancia de asimilar las nuevas experiencias delmovimiento revolucionario en un balance de laexperiencia de 1871: "La Comuna ha demostradosobre todo que la clase obrera no puede simple-mente tomar posesión de la máquina estatal exis-

tente y ponerla en marcha' para sus propios fines"(Marx, K. y Engels, F. Obras 1973 T. VI pg: 85).

Correlativamente a la tesis de la necesaria des-trucción del Estado burgués y a la formulaciónde la tesis de la dictadura del proletariado, Marxy Engels se plantean un problema táctico funda-mental: el problema de las formas de lucha.

Es necesario advertir que este problema tampo-co fue planteado de manera dogmática. En estesentido, el planteamiento formulado por Marxy Engels debe ser entendido, como resultado dela experiencia revolucionaria, como una reivindi-cación por su parte, de la utilización de los mediosviolentos de lucha. El planteamiento marxistaoriginalmente, no pretendió absolutizar la concep-ción de la utilización de los métodos violentos delucha del proletariado.

Otro aspecto fundamental que va a ser incorpo-rado a la estrategia del movimiento revolucionario,después de la Comuna y de la situación de aisla-miento en que quedó el proletariado en aquellaoportunidad, .es el del papel de otras clases consi-deradas también como revolucionarias junto alproletariado y particularmente del campesinado.En "El problema campesino en Francia y Alema-nia" y la "Crítica al Programa de Gotha", Marxy Engels destacan el valor estratégico de la alianzaobrero-campesina y refutan enfáticamente la tesisde que frente a la clase obrera, todas las otras cla-ses no forman más que una masa reaccionaria.

Con esas concepciones madura también la tesisde dotar a la clase obrera de un partido indepen-diente, como condición indispensable para lograrla victoria de la revolución proletaria, a la que yase ha hecho alusión.

Igualmente se destacan las intervenciones deMarx y Engels en la Conferencia de Londres, enla que se analizó y se sacaron las principales con-clusiones de la Comuna de París, enfatizando enla necesidad de impulsar la creación de organiza-ciones sindicales masivas, así como la lucha contrael sectarismo en todas sus formas, como aspectosfundamentales de la teoría del partido. Se evi-dencia asímismo, la participación de los intelectua-les en el movimiento obrero, en igualdad de condi-ciones con los obreros. Como evidencia de la ma-duración del movimiento obrero se pronunciantambién por la aceptación sin sectarismos de laparticipación de los obreros religiosos. Ya desdelos congresos de la 10 Internacional, el movimien-to comunista reivindica la tesis de la nacionaliza-ción de la riqueza por parte del Estado y por lacentralización de la economía en manos del Esta-

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do. Durante ese período se da también una intensalucha en contra del anarquismo lidereado por Ba-kunin en el seno del movimiento obrero. Se escla-rece también el papel del movimiento obrero res-pecto a las huelgas, reconociéndolas como unanecesidad en la lucha entre el capital y el trabajo.

En fin, la Comuna corona todo un período enel que se somete a prueba a todo el movimientoobrero y a todas las tendencias que influían sobreél mismo. En particular se ponen en evidencia laslimitaciones de los blanquistas, los proudhonianosy los anarquista s, consolidándose las concepcionesmarxistas.

4. La problemática del fin del siglo XIX: refor-ma o revolución

Después de la Comuna y con el surgimiento dela etapa monopolista se produce en los países desa-rrollados una extraordinaria expansión de las fuer-zas productivas. Con ello se abre también un perí-odo relativamente pacífico en la lucha de clases,así como el desarrollo de las formas legales de lu-cha por parte del movimiento obrero.

La problemática de revolución democrática-re-volución proletaria, de la primera mitad del sigloXIX, es sustituida por la problemática reforma-re-volución hasta finales del siglo. Desde el punto devista marxista, el movimiento revolucionario nose opone a las reformas. Estas permiten al proleta-riado desarrollar una política de acumulación defuerzas en pos de los objetivos estratégicos de larevolución.

En igual medida, el desarrollo de los medioslegales no constituyen en sí mismos, una alterna-tiva frente a otras formas de lucha. La lucha declases se desarrolla de diversas formas, pasa porperíodos relativamente pacíficos y por períodosrelativamente violentos, pero en la perspectivamarxista, el proletariado debe aprender a conju-gar las más diversas formas de lucha.

Durante esa época de desarrollo relativamentepacífico, se le plantean al movimiento obrero nue-vos desafíos, tales como la posibilidad de la parti-cipación en los gobiernos burgueses, el papel delas huelgas generales, la perspectiva frente a losproblemas del imperialismo y de las guerras impe-rialistas.

En ese período se constituye la II Internacio-nal, sobre la base de un gran desarrollo de las orga-nizaciones obreras en los distintos países. Comoconsecuencia de lo anterior el nacionalismo delmovimiento obrero se acentúa, pero a la vez ad-

quiere dimensiones más universales, puesto queempieza a incorporarse la problemática de lospaíses coloniales y dependientes.

Durante los primeros años de vida de la IlInternacional, muerto ya Marx, Engels se conso-lida como su principal dirigente. El orienta el desa-rrollo de la tendencia socialdemócrata en ascenso,poniendo un particular énfasis como se ha dicho,en las formas legales de lucha.

Sin embargo, en el seno de este movimientose empieza a incubar una corriente de carácter"reformista", la cual da una respuesta unilaterala la problemática de la época al absolutizar el pro-blema de las vías legales y pacíficas y de las pers-pectivas del reformismo. Después de la muertede Engels, esta tendencia se convierte en la predo-minante en el seno de la II Internacional.

Uno de los grandes historiadores del movimien-to socialista, G. D. H. Cole, señala que las previsio-nes marxistas del desarrollo de la revolución en Eu-ropa Occidental y particularmente en Inglaterra,formuladas en 1847 en el Manifiesto, resultaronsuperadas por el portentoso desarrollo capitalista.Según este historiador "esta fue una de las grandesrazones por la cual el marxismo, en Europa Occi-dental, sufrió una transformación tan profundaen manos de los sucesores de Marx, mientras queel primer diagnóstico de 1847 continuaba siendomás apropiado para la situación de los países me-nos desarrollados del mundo, y sobre todo paraRusia". (Cole G.D.H., 1964. Pg: 256).

Sin embargo resulta abusivo plantear que elmarxismo sufrió una profunda transformaciónen manos de todos los sucesores de Marx. Aunquecorno hemos dicho, esta tendencia "reformista"se convirtió en la principal, dentro de la Il Inter-nacional, las concepciones revolucionarias no deja-ron de agitarse en el seno del movimiento obre-ro europeo, entre figuras tan prestigiosas comoLenin y Rosa Luxemburgo.

Desde el punto de vista de los marxistas, el de-sarrollo de esta tendencia "obrerista", conviertea la social democracia en el partido de los obrerospero no en el partido de la revolución obrera.

El "reformismo" tiene un origen histórico ysocial concreto: el surgimiento de una aristocraciaobrera y de una capa de funcionarios, diputadosparlamentarios y representantes obreros en admi-nistraciones locales, en los países desarrollados yen virtud del fenómeno imperialista, que haceque la clase obrera se vuelque sobre sí misma, envez de asumir el liderazgo de toda la sociedad.

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Después, como se verá, la revolución rusa sellaesa división del movimiento obrero entre el marxis-mo revolucionario por un lado y las corrientes"reformistas" por otro, surgiendo así la III Inter-nacional.

Para el presente siglo, el eje de la revoluciónpasa de Europa a Rusia, como ha quedado dichoatrás y allí se establece el puente a través del cualel marxismo se empieza a convertir en una ideolo-gía rectora del proceso revolucionario en los paísessubdesarrollados y dependientes.

NOTAS

(1) Queremos aclarar de una vez que con esta formula-ción no estamos pretendiendo endosar la "teoríadel partido único", que con frecuencia se ha que-rido derivar por algunos sectores de izquierda queno utilizan creadoramente el marxismo de la mayorparte de las experiencias del "socialismo real".

(2) Aquí de nuevo la expresión "el partido" evocauna concepción de "partido único", que no endo-samos como un dogma. La expresión tiene aquíun carácter más bien retórico.

BIBLlOGRAFIA

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Rodríguez, Carlos Rafael. Lenin y la cuestión colonial,en: Cuba en el tránsito al socialismo... Ed, SigloXXI Editores, México, 1978.

Roberto SalomEscuela de Sociología y Antropología

Universidad de Costa Rica