ESTRATEGIAS PRACTICAS PARA EL APRENDIZAJE DEL...

ESTRATEGIAS PRACTICAS PARA EL APRENDIZAJE DEL DERECHO

(TÉCNICAS DE USO INMEDIATO)

Lic. Octavio R. ACED~ QUEZADA +

Las presentes líneas están escritas para ayudar a los estudiantes de Derecho, a ser mejores, para inducirlos a que busquen denodadamen- te superarse en lo que a rendimiento escolar se refiere, en términos de aprovechamiento real y calificación o sea, mayor aprendizaje y calidad universitaria.

Por razón de los destinatarios del presente trabajo, se encuentra escrito en un lenguaje llano y fácil de entender y, a veces, machacón, circunstancia ésta que en más de una ocasión podría escandalizar a algún purista docto; la única intención con ello, es facilitar la lectura del presente ensayo y, a partir de ello, proporcionar algunas herra- mientas técnicas que permitan al estudiante de leyes, aprovechar mejor su paso por la universidad, para que no pierda, en el canpus universitario, su valioso tiempo juvenil.1

Parto de una realidad paradójica, la siguiente: a pesar de que un joven entra a estudiar una carrera profesional, en este caso leyes, lo cierto es que nunca, o casi nunca, se le enseña a estudiar dicha materia; es decir, pasará entre cuatro y medio a cinco años, mínimo, estudiando, sin habérsele enseñado nunca precisamente a hacer aquéllo para lo cual se matriculó en una institución de educación superior.2

Profesor de Metodología Jurídica y Filosofía del Derecho en la Escuela Libre de Dm'echo de Sinaloa.

1 Por cierto, una de las etapas más bellas en la vida de todo profesionista. 2 También hace referencia a esa que nosotros llamamos "realidad paradbjica".

L E I ~ E R , Sebastian, Así se aprende (Psicología aplicada del aprender). Traduccibn de Ambrosio Berasain Villanueva, 2a. ed., 1976, Editorial Herder, S. A., España, p. 20; se queja de que "El estudio no es objeto de instrucción y prlicticamente tampoco lo es de investigacibn, aun cuando debería ser una disciplina bisica, la más importante de todas", pues se trata, precisamente, de enseñar a estudiar, que es lo que nosotros decimos en el texto. Don Alvaro D'Ors, dice, que "no se aprende conveniente- mente y en el momento oportuno, algo tan elemental y primario como es en que consiste el estudio". D'ORS, Alvaro, Nuevos papeles del oficio universitario, Edicio-

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Esto es lo que nos apuró a redactar algunas notas muy utilitarista, de uso inmediato, para los que se inician en el estudio del derecho.

Asimismo, por la raz6n señalada en el párrafo precedente, el presente documento, puede ser aprovechado con una lectura que prescin- da de las notas: sin embargo, una segunda lectura, bien amerita el atender las notas, así devendrá más provechosa, sea por la índole de los comentarios ahí vertidos, sea por la orientación bibliográfica que ofrecemos.

Como queda claro, entonces, este trabajo va dirigido fundamentalmente a estudiantes de derecho, su finalidad es darle algunas pautas básicas que pueda utilizar en sus estudios de licenciatura; de ahí, como decimos, su afán hartamente utilitarista. El fin enunciado .delimita y da sentido a las líneas que. siguen.

En síntesis, procuramos responder . a la siguiente pregunta: 2Qut debe hacer el alumno para aprender derecho?

Antes que todo, el futuro abogado debe estar y permanecer motivado para el estudio.3 Para lograrlo, es importante que se cuestione a . sí mismo l o siguiente: ¿Por qué estudio derecho? $rá ello a servirme de algo? ¿Estoy realmente seguro que es mi deseo estudiar leyes?

Me parece que en las respuestas a las interrogantes formuladas,d y muchas otras que de ese jaez pudieran formularse, se encuentra el g6r- men de lo que vengo llamando automotivación para estudiar derecho; es decir, la fuerza interna, íntima, personalísima, que nos impele a iniciar y permanecer en nuestro empeño de estudiar una carrera profesional, en este caso, la de derecho. Esto es, la vocaci6n s profesional para el estudio del derecho.

Todo estudiante ha de sentir un profundo deseo de conocer las leyes y, además, los diversos y multifacéticos estudios que sobre ellas se han

nes Rialp. S. A., España. 1980, p. 38 y tampoco, agregamos nosotros, cbmo llevarlo a cabo con éxito y toda eficacia.

LEITNER. Sebastidn, ibidem, p. 96, "El estudiante tiene que tener una razón para estudiar, tiene que ver un sentido en dicha actividad, necesita un motivo".

4 Que son- de un autoplanteamiento forzoso e ineludible. Sin embargo, mas importante que la mera formulaci6n de preguntas, lo son las respuestas que propon- gan los estudiantes.

6 En un sentido general, esta es "un llamado interior que nos impele al ejem- cio de una profesibn.. . es la inclinación de un individuo hacia determinada carrera, oficio o arte". MANGANIELLO. José María, Vocacidn de abogado, 2a. ed., 1954, Ediciones Arayú, Argentina, p. 13.




hecho, se llevan a cabo en el presente y, seguramente, se continuarán llevando en el futuro, pues no parece que en el mediano plazo la sociedad vaya a prescindir del orden ju r íd ic~ .~ O sea, además de las leyes propiamente dichas, debe conocer y estudiar la doctrina. En realidad, los estudios doctrinales resultan ser un verdadero imperativo en nuestro sistema jurídico, de derecho legislado, cuyo estudio científico constituye materia precisamente de la doctrina y, de modo más específico, de la llamada dogmática jurídica.

Además, ha de estarse permanentemente interesado en conocer los vericuetos interpretativos y operativos de nuestro sistema legal, así como los criterios jurisdiccionales observados cuando los tribunales aplican las leyes a los casos concretos que le son puestos en su conocimiento y para su decisión. No hacerlo, lleva a estar despegado de la realidad legal, con las consiguientes e indeseables lagunas en su for- mación profesional y, además, con el fatal demerito del prestigio de la institución donde se hubiesen cursado los estudios.

Motivación para el estudio del derecho significa, tambign, que el estudiante permanentemente ha de estar prendido a una leal sed y anhelo por saber cada día más del objeto de su vocación profesional. Inclusive, pensamos, que el estudiante de leyes, en tanto y cuanto tal, ha de apasionarse por el estudio tanto de la teoría jurídica como de la praxis legal.

Y és que si no permanece continua y dinámicamente motivado hacia el estudio, corre el peligro de caer fatalmente en la abulia acadé- mica, bajando con ello el rendimiento escolar en términos de aprol vechamiento y calificacián, tal y como lo digo antes; todo ello, con la consiguiente frustración. universitaria y, además, lo que es ,igualmente desagradable, con e1,eventual abandono de los estudios. .

No obstante lo anterior, esa llama vocacional ha de encontrar1,a el estudia~ite dentro de sí mismo, o de sí misma, no en el exterior, no afuera. Es decir, la motivación por el estudio de leyes es una verdadera tarea interior. El estudiante mismo debe motivarse. Para lograrlo, piénsese en las siguientes palabras, del padre Villoror - "La adquisi- ci6n de cultura es una de las actividades que más ennoblecen al- hom-

6 Véase lo que al respecto decimos, cuando en otras oportunidades nos hemos pronunciado en contra de 10 que hemos denominado "pesimismo jurídico", XCRDO QUEZADA, Octavio R., Reflexiones en torno a 'la jurisdiccidn, en Revista - Jurfdica del Poder Judicial del Estado de Sinaloa, año 3. niim. 7, abril 1989, Mkxico, pp. 75 y ss. La ciencia juridica y su oájeto, en Revista de la Facultad de Derecho de Méxi- co, t. XL, niims. 172-173-174, julio-diciembre de 1990, UNAM, Mkxico. p. 11.




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bre. En nuestra patria sólo una minoría tiene el privilegio de llegar a las aulas universitarias. Este hecho lamentable debe responsabilizar a nuestros universitarios en aprovechar al máximo la oportunidad que se les brinda, no sólo en beneficio propio sino también para que un día puedan transmitir a otros lo que han recibid^",^ tarea ésta, la socialización del conocimiento, a la que, por cierto, todos los universitarios estamos llamados.

Por otro lado, debe tenerse muy claro, que el "estudiar es una téc- nica que se aprende como cualquier otra, sólo que es necesario selec- cionar el texto detallado, los materiales y métodos aplicables", tanto a las necesidades personales de cada estudiante como a la realidad de nuestro ámbito académico.

"S610 se aprende por el propio esfuerzo, por la concentración mental, por la actividad personal; no se puede aprender por el simple hecho de pertenecer a un grupo sindical, ni por la mera presencia física, inerte e inoperante en una sala de clases".

"El alumno es el agente principal de su educación, él es el sujeto que debe palpar, sentir, gustar y recrearse con lo que es el estudioW.8 Es decir, el alumno debe ser el primer interesado en sus propios estudios, no sus amigos, el gobierno, la ONU, el club, el novio o la no- via lNOl Él es el único responsable tanto del presente como de su futuro. Asumir responsablemente la tarea propia es un reto existencial.

A este respecto, de la necesidad del esfuerzo y empeño personal del estudiante, hacen referencia Colin y Capitant cuando, en el prólogo a la primera edición de su obra clásica, escriben: "Ni el arte, ni la ciencia del derecho son cosas fáciles. Advertimos a los jóvenes que nos lean, que el estudio de este libro no les evitará el trabajo personal de la reflexión ni de la tarea índispensable consistente en tener a -la vista y meditar el texto de las disposiciones escritas cuya exégesis constituya aún, a pesar de todo, la base de la enseñanza del Derecho civi1".9

Oigamos unas palabras muy sabias: "En la universidad es el estudiante el que tiene realmente la iniciativa; el que debe programar su propio estudio, dentro naturalmente, del cuadro de enseñanzas que la universidad le puede ofrecer; es él el que debe asumir la responsabi-

7 V u o n o TORSNSO, Miguel, Metodologia del trabajo juridico, Sa. ed., 1980, Uni- versidad Iberoamericana, Mexico, p. 5.

Escuela Normal Superior del Estado de Mbxico, Métodos de estudio, la. ed., 1980, Siglo Nuevo Editores, S. A., Mbxico, pp. 7-8.

9 COLIN. Ambrosio, et al., Curso elemental de derecho civil, t . lo., trad. Revista General de Legislación y Jurisprudencia, 4a. ed., 1975, Editorial Reus, S. A., Espaiia, p. 8.




lidad de sus propias decisiones. Porque, si queremos ser sinceros, 10 más importante del estudio universitario es el esfuerzo personal de cada estudiante, y los profesores no podemos aspirar a más que a servir de ayuda a la iniciativa voluntaria de cada estudiante".1° Los profesores solamente constituimos unos facilitadores de los afanes, esfuerzos y anhelos estudiantiles; el principal actor del proceso universitario es, o debe ser, el alumno, no el profesor ni el personal administrativo. Al menos, esto es lo que por ahora nos interesa.

Más aún, la motivación para el estudio, repetimos, es una tarea interior, muy propia y personal de cada persona, y solamente al estudiante corresponde dar una respuesta en torno de ello. "Se trata de algo que cabría expresar diciendo que el hombre es el ser que afronta problemas; problemas que tiene que resolver por su propia cuenta. Esto fue visto aguda y certeramente ya en la filosofía socrático-plató- nica, por lo que respecta a los problemas cognoscitivos. El hombre es el único ser que tiene problemas de conocimiento. Ni Dios, ni las bes- tias tienen problemas de conocimiento. Dios lo sabe todo y, por tanto, no siente la urgencia de saber algo que no sepa. El animal no sabe, pero no sabe que no sabe y por eso no siente la necesidad de saber. El hombre no sabe; pero sabe que no sabe lo que no sabe y que le importa saber eso que no sabe; o dicho con otras palabras, tiene conciencia de sus ignorancias concretas y se siente urgido para colmarlas, lo cual tiene que hacer por su propia cuenta, imaginando primero cómo puede lograrlo y lanzándose después a ponerlo en práctica. Ahora bien, esto vale no sólo para caracterizar los problemas intelectuales, sino también todas las demás funciones de la vida9'.12

2. ALGUNOS ERRORES GRAVES QUE ES NECESARIO 3 EVITAR 'tr

Son varios, nos interesa destacar los siguientes y, sobre todo, que sean meditados muy profundamente por nuestros estudiantes para que, una vez que hayan sido motivo de hondas reflexiones, se avoquen a la co- rrección de las deficiencias encontradas:

a) Existe una inercia sociocultural, que debemos desterrar, consistente en ir a la escuela "por ir", porque es lo que se hace; es decir,

l o D'ORS, Alvaro, cit. p. 31. 11 El binomio profesor-alumno no es en este momento nuestro tema. 1-2 RECASENS SICIIPS, Luis, Tratado general de fibsofia del derecho, 3a. ed., 1975,

Editorial Porrúa, S. A., México, p. 77.




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se va a la escuela por costumbre, se estudia por inercia, no por con- vicción, que es como debería ser. Contra este vicio hemos de luchar todos. Para ello, como decimos antes, es muy importante que el alumno permanezca motivado para el estudio.

b) Desafortunadamente, en muchas ocasiones, el estudiante Ino sabe por qué va a la escuela! No tiene conciencia de la razón de estudiar. Esto nos apuró a escribir las presentes líneas. El estudiante debe tener muy claro el motivo de matricularse en una escuela universitaria.

c) Otro defecto, es buscar exclusivamente la memorización de artícu- los de la ley, textos y doctrinas. No se trata de eso, más bien, y con todo que una buena memoria es requisito indipensable tanto para el estudio como para el ejercicio profesional, de lo que realmente se trata es de comprender, de captar, de asimilar el contenido de los diversos temas que se estudian, de las lecturas que se hacen. Para lograr ello, más adelante damos algunas sugerencias prácticas, las cuales, de ser observadas, indiscutiblemente que se convertirían en factor deter- minante del anhelado éxito académico, al menos, para eso se va a la vniversidad.

d) En ocasiones, la preocupación fundamental de1 alumno es apro- bar la materia, no conocerla, cuando lo correcto es esto último. Lo mismo acontece en tratándose de calificaciones, a veces, se busca un número, más que un aprendizaje integral de una materia. Corregir esta falla, al igual que las anteriormente indicadas, ha de convertirse en. tarea fundamental de nuestros estudiantes. , ,

3. LA HORA-CLASE. COMO APROVECHAR LA J L E C C Z ~ N VERBAL

como es bien sabido, nuestra realidad universitaria exhibe a la lec- ción verbal, en un salón de clase, llamado también aula, como el paradigma -del proceso enseñanza-dprendizaje en' nuestro pais.as' Si',esa es en este tm~mento nuestro 'realidad, a continuación damos' algunos "tips": para mejorar y aprovechar el' tiempo real que se permanezca en clase, generalmente periodos de eiitre cuarenta y cinco a cincilenta y cinco minutos, excepcionalmente estaremos en casos que exceiIen de dicho periodo.

, ,

13 Un ver&deru ,alegato en favor de la lscci6n velbal, puede verse en: G ~ N Z Á L E Z MORAL, S. 1. Ireneo, Metodologia del trabajo cientifico, 4a. ed., 1973, Editorial "Sal Terrae", España, pp. 24 y ss.




a) De manera preliminar, debemos decir que resulta indispensable adquirir inmediatamente el libro o libros de textos y que, además, 61 mismo sea leído día a día, conforme se avanza en el programa. Por otro lado, el estudiante no debe confiarse ciegamente en la sola opi- nión del autor del libro de texto, siempre es bueno cotejarla con la de otros autores, ha de tenerse presente que en el campo cientifico la disparidad de opinión, a veces, es la regla.

b) Antes de entrar a clase, lo ideal es que el alumno se formule preguntas relacionadas con el tema que va a ser materia de la' misma.

Para lograr lo anterior, han de realizarse cuando menos tres lecturas relacionadas con. dichos tópicos. Esto significa que, al final de cada clase, el estudiante debe ya saber el tema de la próxima y que, ade- mas, lea y reflexione sobre lo leido, aunque la comprensión inicial sea mínima, generalmente así será, d l o es lo normal y natural. En esto, resulta de invaluable auxilio la carta descriptiva de la materia o programa del curso a seguir, documento que debe ser localizado y ob- tenido por el alumno, lo más pronto posible, al inicio del cutso, desde la primera ,clase.

.&.o anottido,'constituye en realidad un requisito para la eficaz asis' teneia a 'clase, pues por med20 de la lectura' previa, el estudiante habrá "efectuado una primera identificación de lo que" le parece importante o poco claro, y habrá ya "localizado visualmente en e1 temario el desarrollo de, Ia exposición",~~ lo cual resulta de suIna importancia parai@prove&ar eficazaente, como detimos, la hora clase.

G) Lo deskable es que se consulte previamente tamb?én; la legisla- ci0a:r-elati,va; que será materia de la clase.l6 Ello tedunda'rá en itn be: neficio indiscutible en cuanto a aprové'chamiento se refiere. ! , ,

.. Leea y releer las disposiciones jurldicas (los 'ai-tíblos de la ley), cuando menos! cinco veces cada una, es una garantía de efitendimien- to hínimb del1 contenido legal. Nosotros recomendamos, inclusive, qiiC s6:e'iscriba'ctiarído menos una vez el texto del artículo de que sk trate: nuektra éxperiencia docente perniitk asegurar que muchos de los ,buenos alumnos l'o hacen. '

, . , . I , a

Escribir el numeral legislativo ayuda a tonocerlo y, sobre 'todo, a ,eritánderlo. La comprensión del sentido y alcance de la ley, se'vueIve un factor de sobrevivencia en un mundo profesional tan competitivo

14 KETELE, S . R. DE et , al., Cuestión (es) de m'todo. Cómo estudiar' & ' l a universidad, trad. Cristina Cazón Soulu, Ediciones Uriiversidad de Navarra, S. A. (EUNSA), Espaáa, 1991,. p. 24.

13 En lo posible, tambíén, res~luciones o precedentes aplicables al caso.




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como el nuestro y en donde, como es hartamente sabido, la ley escri- ta tiene preeminencia sobre la costumbre judicial.

d) Prestar suma atención al expositor es necesario. ¡Ni parpadear está permitido! En este sentido, la atención es "una condición del trabajo mental que consiste en la orientación y aplicación de las funuo- nes mentales al objeto de aprendizajeM,l6 en este caso, la información, datos y conocimientos que está transmitiendo el profesor o cualquier otro expositor, como pudiera ser un alumno, por ejemplo.

e) Para ello, los estudiantes deben procurar adiestrarse en el arte d e la concentración.

La ignorancia o incapacidad para concentrarse, de la que padecen la mayoría de nuestros alumnos, es un mal de nuestro tiempo. No obstante ello, "hay que persuadirse que la falta de atención o de concentración tiene solución: conociendo las causas que la originan y poniendo los debidos remedios. Estos -no nos hagamos ilusiones- no serán cómodos, ya que pueden significar un verdadero régimen de vida. Pero quien logra dominar su atención, por grandes que hayan sido los sacrificios. impuestos, no quedará desilusionado del resultado. En efecto, sólo* quien tiene carácter (dominio de si mismo, energia y firmeza de áni- mo) es capaz de dominar la atención y controlar las distracciones"," cualidad ésta, por cierto, indispensable para el exitoso desempeño pro-- fesional.

Sobre esto, es importante que el alumno no tenga ideas preconcebi- das sobre los contenidos de las materias ni sobre sus profesores, ya q u e tales prejuicios pueden influir gravemente para no lograr fijar la aten-- ción en un tema o exposición determinada. Los prejuicios no ayudan al conocimiento ni a la academia.

"$ómo podéis mejorar vuestra atención? En principio es preciso que tengáis un interés determinado por los estudios que estáis haciendo, poseer capacidad para los mismos y, con preferencia, unos fines. claros y a largo plazo con relación a la vocación y a vuestro t r a b a j ~ en la vida. El interés, la capacidad y la decisión dan como resultado. un fuerte deseo e intención de aprender" y, por ende, desarrolla= la capacidad de atención y concentración.

f ) No faltar a clases es un hábito indispensable, al menos en nuestra realidad escolar. "Las enseñanzas universitarias impartidas en una

16 Escuela Normal Superior del Estado de México, cit. p. 72. 17 VILLORO TORANZO, Miguel, cit. p. 28. 18 M.u>oox, Harry, Cdmo estudiar, trad. de M. Dolores Bordas y Pmdencio Co-

mes, 8a. d., 1979, Oikos-ta~, S. A. Editores, España, p. 37.




escuela o Facultad de Derecho forman un todo, cuyas partes son las asignaturas. Éstas, a su vez, tienen una unidad sistemática que forzosa- mente hay que exponer en un número determinado de clases. Cada una viene a ser como un eslabón de una cadena: si falta uno, la cadena pierde su consistencia".lg No tiene sentido inscribirse en una universidad de sistema escolarizado y no asistir a clase.

En este caso, puntualidad y disciplina son un imperativo insoslayable si se desea el éxito en los estudios.

g) Aprender a preguntar en clase requiere esfuerzo y tesón, pero también, aprender dicho arte, dará frutos muy buenos. No debe pre- guntarse por el solo afán de que el maestro piense que el alumno "participa" en clase. Vale más que permanezca callado si no va a hacer una pregunta coherente, ordenada y relacionada con el punto que en ese momento se está tocando. Al maestro no se le va a engañar, al preguntar sin haber leído cuando menos una vez. Para poder preguntar adecuadamente, debe observarse lo que digo en los puntos líneas arriba, respecto de la preparación para la clase.

h) En relación con los apuntes de clase, los consejos de1 padre Villo- ro me parecen insuperables: "Sólo en un caso será absolutamente necesario tomar apuntes: cuando no haya texto. En los demás casos, cada alumno verá si le favorece o perjudica el tomar apuntes. Para algunos, ese esfuerzo puede significar una ocasión de distracción. En cambio, para los alumnos a los cuales les cuesta trabajo el atender, generalmente el tomar apuntes significa una participación activa en la clase y el reunir un material de consulta que posteriormente tendrá un valor inapreciable.

"El cómo tomar apuntes es algo muy personal, que depende de las facultades y hábitos de cada uno, y que se aprende con la práctica. En general se pueden dar los siguientes consejos, que suelen ser prove- chosos para los más: 1) evitar los dos extremos: el tratar de anotarlo todo y el anotar casi nada; 2) consignar las ideas centrales, subrayadas en la clase por el maestro; 3) adoptar signos propios (por ejemplo iniciales) para simplificar el trabajo; 4) escoger una carpeta de hojas sueltas, lo que permitirá reordenar los temas, y enriquecerlos con apor- taciones posteriores; 5) dedicar una nueva página a cada tema nuevo; y 6) no anotar lo que ya está en el libro de texto; es mejor subrayar el texto y a lo más hacer en los apuntes una referencia al texto".20

1s VILIBRO TORANZO, Miguel, cit. p. 27. 20 Zbidem, p. 90. Don Ireneo González dice que los apuntes de clase deben Iiacer-

se con brevedad, exactitud, claridad y orden, cit., p. 40.





En suma, la cuestión esta de los apuntes de dase es alga muy importante que debe ser meditado con mucha seriedad, por el estudiante, antes de tomar cualquier decisión al respecto.

i) Por último, dentro del presente apartado, una apostilla en contra del autodidactismo.m

Don Ireneo González dice que la inferioridad de la autoeducación aparece claramente, si nos fijamos en los inconvenientes que la acom- pañan, entre otros: la alta probabilidad de que queden lagunas en el conocimiento, pues pudiera ser que se estudiaran s610 aquellas materias a que tienen especial inclinación, dejando a un lado las que no gustan tanto, lo cual sucederá muchas veces sólo porque no se 'saben vencer las dificultades que al principio de todo estudio se encúentran; es muy posible que aun las cosas mismas que se estudian no se entiendan bien, por no tener quien resuelva las dificultades y disipe las dudas que en todo estudio se ofrecen; otro peligro, "en que con frecuencia caen los autodidactas, es el de formarse un entendimiento pequeño, cerrado, estrecho, con dureza de. juicio y apego exagerado a su manera de ver, aunque sea falsa, por estar habituados a presentar las &as solamente ante el tribunal de su entendimiento propiow.22 , l

Por su lado, el P. Sertillanges dice, que los autodidactas. ti,enen muchos "puntos débilesW,a3 pues tanto su acervo informativo como su formación intelectual, devienen hartamente fragmentarias, merced :a la falta de dirección y tutoría en el estudio de una materia o fenóme- no, ,según lo ha venido demostrando la experiencia universitark de muchos docentes. , . , , i , y ; ! , .:

Para concluir, solamente diremos que, la clase oral, ''cuando el quk la da es un verdadero maestro, si ,se encuentra frente a verdaderos discípulos, es uno de los medios ,más eficaces de tra-minisión :.d& cd- mocirnient~",~~ pues .es una oportunidad, perennemente renav¿ldajt~de .aspirar el 'conocimiento. En este sentida, pensamos que, en .sanal ~ t eb ría,. toda clase. debería ser una verdadera' conferencia, profunda, don:

> % . , , , , , . , . . , ,; ~, !:l. )

21 Entiendo por autodidactismo la creencia o suposición de que es posid& &u,- -lar un programa de estudio individual (solitario), con un programa de ,estudios, escolarizado, con asistencia a clases. Es obvio que en este punto no estamos .refinen- donos al estudio individual de cada quién. Este es, el estudio. individual:, huelga decirlo, condici6n de existencia universitaria.

22 GONZALEZ MORAL, S. 1. Ireneo, cit., p. 24-25. . <

23 SERTILLANGES, A. D., La vida intelectual, s/t., 5a. ed., 1969, Editorial Estela, , , , 'S! , S. A., España, p. 44.

24 PINA, Rafael de, Pedagogia universitaria, la. ed., 1960, Ediciones ~otas , ' Mtxi- , , . , ,, co, p. 35.




cisa y clara. Es más, ello debería ser un reto para quienes tenemos . la grata tarea. de profesar alguna materia universitaria.

4. LA ORGANIZACIdN. "EL TIEMPO ES ORO" , .

Bueno,, pensemos .que el joven estudiante está suficientemente motivado para estudiar derecho y, además, asiste regularmente a clases. &u& sigue.. . ? Organizarse, distribuir el tiempo disponible para su mejor aprovechamiento. Esto es fundamental y, en la. mayoría de los casos, fqctor de sobrevivencia. . "Mudios estudiantes tienen dificultad para distribuir su tiempo ade-

cuadamente entre las muchas actividades que les absorben. Algunos estudiantes dicen que son más felices cuando se sienten libres para trabajar cuando les place. ProbabJemente serían más felices si no hicieran ningún trabaj0".~5 2 0 no?

"El h i t o acaddmico depende de dos organizar el tiempo, esforzarse por aprender eficazmente y emplear técnicas ya comproba- das para estudiar con efectividad. , . "Administrar eficientemente el .tiempo es un factor importante para el éxito. académico. El tiempo resulta más fácil de malgastar y muy difícil de cgtrolar; constantemente se tiene la oportunidad de usarlo mal y derrocharlo. , . "Si se desperdicia el tiempo, no se podrá responder eficazmente a las obligaciones académicas. No se debe permitir como estudiante perder el tiempo en actividades sin sentido. : "Es necesario recordar que en una institución de tipo superi~r, se

requiere del doble de tiempo que se da de clase dentro del aula, para realiqr el estudio.

"Se dificulta estudiar porque no hay organización al hacerlo. Cuan- do se ,intenta estudiar, siempre hay algo que evita la concentración eficiente a manera de lograr asimilar algo.

S "Pero todas las deficiencias pueden ser subsanadas por medio de, un programa de estudio eficiente, permitiendo esto eliminar la desorga- nización en los estudios, dedicar el tiempo necesario a cada actividad, actuar. como se debe en el momento adecuado; adaptarse a las necesidades individuales.

"Es muy importante lograr un equilibrio adecuado entre. dormir, comer, estudiar, trabajar y divertirse. Crear hábitos regulares es, esen-

26 MADDOX, Harry, cit., p. 19.





cial para el éxito académico y ello requiere mucha práctica y autodis- ciplina, pero proporciona resultados placenteros al obtener mejores calificaciones ahora y adquirir óptimos hábitos de trabajo para el futuro.

"Los hábitos de trabajo que se desarrollan en la etapa de estudiante influirán sin duda sobre el éxito futuro en la vida profesional.

"El horario debe ser a la vez que realista, práctico; flexible para adaptarse a los requerimientos cambiantes y equilibrado entre trabajo y diversi6n".26

Dicho de manera resumida: "Es necesario planificar la utilización de tiempo, el día de mañana, Ia semana entrante, e1 mes próximo, etcétera.

"Es necesario estipular el tiempo máximo para cada actividad. "Jerarquizar las actividades previstas en prioritarias, importantes,

rutinarias e intrascendentes. Y una muy importante, el suprimir las repeticiones inne~esarias",~' se vuelve un imperativo insoslayable, de observancia obligatoria, cuando se desea el éxito en los estudios profesionales.

"Los planes y horarios son aún más necesarios para los estudiantes que para las demás personas porque, fuera de la clase, tienen una li- bertad ilimitada para hacer lo que quieran. Los obreros, hombres de ne- gocios, abogados, médicos y profesionales de cualquier clase, han de trabajar según un horario y un plan para poder hacer un mejor uso de su tiempo, pero su horario viene en gran parte decidido por fac- tores sobre los cuales no tienen control. El trabajo del estudiante no está controlado de una manera tan estricta por las circunstancias ex- ternas y, precisamente por esta razón, el establecimiento de las horas de trabajo debería de hacerse de modo que el estudio no se realice a ratos perdidos.

"Las ventajas de un horario estriban en un ahorro de tiempo y esfuerzo, y en la eficacia que resulta de tener una visión general de la totalidad de la carga de trabajo. Sin un horario es probable que pa- séis mucho tiempo indecisos en determinar cuándo y qué habéis de estudiar, en reunir los libros y el material necesario y en encontrar la adecuada disposición mental para el trabajo productivo. Se consume mucha energía de un modo innecesario al intentar elegir entre una cosa u otra y al provocar la decisión de trabajar"?

26 Escuela Normal Superior del Estado de México, cit. p. 76-77. 27 Ibidem, p. 74.

MADWX, Harry, cit., pp. 22-23.




En fin, el estudiante tiene que organizarse, planear su vida presente y futura, porque si no lo hace así, corre el serio peligro de que los días, meses y años, pasen sin tan siquiera darse cuenta de ello. Al respecto, recuerdo un magnífico consejo de mi querido maestro de Introduc- ción al Estudio del Derecho: "Si tú no aprovechas el tiempo, éste se aprovechará de ti, haciéndote igualmente viejo y mayormente inútil".

Para aprovechar el tiempo, debe concientizársele y actuar en conse- cuencia. ¡El estudiante es el único responsable de ello!

Elaborar un horario de trabajo y un plan de vida y carrera son con- dicionantes de éxito. A este respecto, dice Leitner que con frecuencia lo que falta en la vida es el orden y, que eso, "vale también para el estudio",29 indiscutiblemente que el ser ordenado en los estudios es condicionante del éxito en los mismos.30

5. LUGAR DE ESTUDIO

Debe seleccionarse un lugar fijo donde estudiar; ése será un espacio donde el estudiante pasará muchas horas de su vida, por lo tanto, para obtener de dicho sitio el máximo provecho, ha de ser conforta- ble, limpio, contar con buena iluminación y encontrarse adecuadamente ventilado. Creo que estas cualidades del lugar de estudio, son fácilmente logrables en nuestra realidad; todo es cuestión que así se quiera.

Son elementos del lugar de estudio: una silla y una mesa de trabajo o escritorio, que posibiliten el confort en la lectura y al escribir, además del subrayado y la toma de notas o apuntes, es decir, me re- fiero a un equipamiento mínimo que haga factible una lectura diná- mica. Por ello, no han de percibirse ruidos de televisión, radio, telé- fono ni voces humanas 31 así como ningún otro sonido o estridencia que resulte distractivo para la actividad intelectual.

Por otro lado, lo ideal es que "el lugar habitual de estudio sea tam- bién el sitio donde estén depositados los instrumentos que han de servir al estudio. Por tales, hay que entender antes que nada los libros de texto y los códigos o leyes que se van estudiando en clase. También

LEITNER, Sebastian, cit., p. 56. 30 Sobre lo expuesto en el presente parigrafo, es muy importante consultar a:

BROWN, William F., HOLIZMAN, Wayne H., Guía para la supervivencia del estudiante, trad. de Jesús Burillo y Luis M. Laosa, 2a. reimpresidn, 1976, Editorial Trillas, S. A., México, especialmente pp. 53 y SS.

Sobre esto, cfr. BROWN, William F.; HOLTZMAN, Wayne H., cit., pp. 64 y SS.




174 oCTAVI0 R. ACEDO QUEZADA . ,

son. instrumentos de trabajo los cuad,ernos, papel, lápices, goma de borrar, que se emplean para notas, apuntes o re~úmenes".~2 ., A

En todo momento, se ha de permanecer correctamente sentado y gua~dando la más adecuada~posición anatómica y, por ningún 'motivo banal, ha de ausentarse del lugar de estudio, a no ser por una.r&n poderosa que lo justifiqile.

6. EL LIBRO, SUS LECTURAS

No ignoro el actual desamor a los libros; éste también es u n signo de los tiempos. [Malo!

Contra esa actitud de desapego a los libros, ,hemos de luchar todos, universitarios o no, sin desmayo alguno y con toda energía, equivale a dejarse vencer por la abulia y en enfado, lo cual no se justifica en una época necesitada, entre otras cosas, de cultura y conocimiento, que mejor que los propios estudiantes pongan el ejemplo, a ello aspiramos. / ,

Apoyo y pregono una campaña en favor del libro y la lectura, pues esta y aquél són fuente perenne de conocimientos,, inspiración, espar- cimiento, reflexih y análisis. Sin el libro, al menos en la carrera de derecho y en nuestra realidad nacional, sin libros jno hay conocimiento jurídico!; 83 en el presente caso, obviamente, se trata de conocimientos, precisamente de los cuales podemos predicar que son jurídicos.

Por favor, estudiantes de leyes, ¡vuelvan al libro! Solamente en él encontrarán medios efectivos para estudiar y, luego aprender, las diversas materias jurídicas para posteriormente ejercer derecho. Esta afir- mación nuestra es válida para cualquier sistema legal operativo; .es decir, de manera general, pertenezcan al sistema del common Iaw o al romano canónico, sean del mundo oriental o del occidental. .

"Por la lectura podemos acercarnos a las mentes más preclaraside la humanidad y tratar de enriquecernos con sus pensamientos. Los l,ibros, sobre todo los buenos libros, son amigos discretos, siempre dispuestos a , servirnos, unos ayudándonos a encontrar las respubtas que busca- mos, otros abriéndonos a perspectivas insospechadas sobre la vidn, la

VILLORO TORANW, Miguel, cit., pp. 32-33. , 33 Entendiendo por conocimiento, "una parte de la actividad pensante de 'los in-

dividuos que implica tener presente en la mente cierto objeto ideal o real,. bajo el supuesto de que el mismo es considerado como conocido y se distingue brmal- mente del sujeto cognoscente". L w SÁENZ, Leoncio, Procesos de investigacidn jurí- dica, 2a. ed., 1993, Editorial PorrSia-UNAM, Mbxico, p. 17.




naturaleza, la humanidad o la historia, otros más comunicándonos las experiencias, las fantasías, los anhelos o las visiones poéticas, de personas, de tiempos y países diferentes o cercanos a nosotros. Son discretos, no nos presionan, están allí para cuando queramos alargar la mano, no se quejan si los abandonamos, nos responden si sabemos interrogarlosW,34 dice, con toda razón, el padre Villoro.

Es indudable que todo buen estudiante de leyes ha de ser un insa- ciable lector. En efecto, la lectura ocupará muchas horas de la vida mientras se es estudiante, e igualmente, una vez que se egresa, si es que se desea entrar a un proceso de mejoramiento continuo y superarse permanentemente como persona y como profesionista; en este sentido, la lectura, tanto especializada como de cultura general, será uno de los ejes fundamentales en esas tareas, convirtiéndose, de esa manera, en un hábito indispensable.

Ahora bien, las lecturas han de ser activas, esto es, cuestionando en todo momento lo que se está leyendo; en este sentido, dialogar con el escritor se convierte en una necesidad, sea que se esté estudiando una teoría, una interpretación dogmática o una sentencia.

Sobre lo dicho, y la necesidad del estudio permanente, recordemos el primer Postulado del Abogado, salido de la pluma del eximio maestro don Carlos Arellano García: "1. Actualiza permanentemente tus conocimientos. El Derecho es dinámico, no debes empezar a descono- cerlo. Quien se empolva, muere lentamente como profesionista, realiza los esfuerzos necesarios para enterarte de los nuevos ordenamientos, de las reformas, de las adiciones, de la nueva jurisprudencia y participa en la tarea exegéti~a".~~ El estudio debe ser, en todo estudiante de leyes, futuro abogado, norma de vida.

Más aún, Couture, en el mandamiento primero, escribe: "El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día menos abogado"; 38 en efecto, según afirmamos, estudiar ha de ser un hábito permanente en todo aquel que aspire a ser jurista.

VILLORO TORANZO, Miguel, cit., p. 39-40. 8s AWIANO GARC~A, Carlos, Normas minimas en la ética de la abogacia, en Revis-

ta de Investigaciones Jurídicas, núm. 8, año 8, Escuela Libre de Derecho de Mkxico, Mbxico, 1988, p. 552.

36 COUTURE, Eduardo J., Los mandamientos del abogado, 9a. ed., 1986, Ediciones Depalma, Argentina, pp. 23 y 5s. Al hacer la exégesis, anota: "¿Qué abogado puede abrigar la seguridad de conocer todas las disposiciones? ¿Quién puede estar cierto de que, al emitir una opinión, ha tenido en cuenta, en su sentido plenario y total, ese imponente aparato de normas?", que integran el orden juridico de un país determinado.





Como dice el P. Sertillanges, la lectura "es el medio universal para aprender y es la preparación inmediata o remota para producir.

"Jamás se piensa de una manera aislada: pensamos en sociedad, en inmensa colaboración; trabajamos con los trabajadores del pasado y con los del presente.

"Saber leer y utilizar las lecturas es una necesidad primordial para el hombre de estudio".37

Sobre la lectura y sus diversos métodos, que también pueden aprenderse y ser desarrollados hábilmente, pueden consultarse con mucho provecho, entre otras, las obras de William F. Brown y Wayne H. Holtzman,38 Harry Maddox,39 Richard Feeman 40 y, finalmente, la de Clifford T. Morgan y James Deese.41

7 . RECOMENDACIONES ESPECfFZCAS

A continuación se dan algunos "tips" muy específicos y concretos que, de observarse y ser llevados a la práctica, ayudarán mucho en los estudios profesionales de leyes.

a) En cuanto se encuentre en cualquier libro, recopilación de precedentes jurisprudenciales, monografía, artículo en revista o en cualquier otro lugar, referida alguna disposición legal (artículos de la ley), es muy importante que se revise si tal regla legal tiene o no un equivalente en el orden jurídico al cual se están aplicando los esfuerzos; o sea, buscar lo que nosotros hemos denominado equivalentes legislativos.

Así, por ejemplo, alguien de Yucatán que estudie en el Distrito Federal, con base en exposiciones orales y libros, digamos de Derecho Civil, utilizando como referencia dogmática el Código Civil para el Distrito Federal en Materia Común y para toda la República en Ma- teria Federal, bien hará si en el momento de repasar las diversas disposiciones legales del Código Civil del Distrito Federal, busca inmediatamente el correlativo del Código Civil de Yucatán, o bien, de no existir disposición legal equivalente, vale la pena investigar la manera

37 SERTILLANCES, A. D., cit., pp. 129-130. 38 BROWN, William F.; HOLTZMAN, Wayne H., especialmente pp. 77 y SS. 39 M L ~ D O X , Harry, cit., pp. 77 y ss. 40 FREEMAN, Richard, Cómo estudiar con eficiencia, versi6n castellana de Alfonso

Rubio y Rubio y Ma. del Rosario Briones, 3a. ed. (3a. reimpresibn) 1978, ITESM, MCxico, pp. 30 y ss.

41 MORGAN, Cliford T.; DEESE James, Cómo estudiar, s/t, 5a. ed., 1972 Editorial Magisterio Español, S. A., España, pp. 67 y ss. h t a es una de las mejoras obras que hemos visto sobre el tema en cuestión.




en que dicha legislación regula la misma materia; lo mismo vale para todas las materias de carácter dogmático.

b) Se debe procurar estudiar casos prácticos, para ello, pueden con- seguirse copias de expedientes ya concluidos y leerse detenidamente, nos referimos a expedientes de, por ejemplo: averiguaciones previas, juicios civiles, mercantiles y familiares, procesos penales, de conflictos laborales, de procesos contencioso administrativo y, finalmente, de con- troversias constitucionales en cualquiera de sus modalidades.

En este sentido, don Rafael de Pina dice, respecto de los trabajos prácticos, que "deben considerarse imprescindibles en la enseñanza del derech0".~2 Teoría y práctica son, pues, elementos fundamentales en la formación de los abogados.

Sobre esto, prácticamente no hay discusión alguna entre los escrito- res de estos temas.

c) Es muy positivo entrar a trabajar en un lugar que tenga relación con la carrera, a más tardar al encontrarse en la etapa intermedia de los estudios de licenciatura.43 {Dónde trabajar? Puede ser, por ejemplo, en cualesquiera de los centros de aplicación jurídica que mencio- namos en el párrafo siguiente. Lo importante es "entrar en el am- biente".

Sobre esta mencionada necesidad de conocer la carrera desde el punto de vista práctico, se pronuncia F. Lee Bailey, cuando dice: "El momento ideal para iniciar el proceso de preparación44 es durante los años de estudio en la facultad, cuando las personas son más suscepti- bles de ampliar sus horizontes, con gran rapidez "46 en efecto, entre más pronto el estudiante tenga contacto con la realidad profesional, más pronto asimilará los secretos y el encanto de la carrera por la cual se ha decidido y, además, ello redundará en una sólida formación universitaria y, seguramente, tal proceder servirá para mejor preparar al estudiante a fin de lograr un óptimo desempeño profesional.

d) Altamente provechoso resulta visitar centros de aplicación jurí- dica. Esto debe hacerse prontamente, por ejemplo: juzgados civiles, penales y familiares, Junta Local de Conciliación y Arbitraje, Agen- cias del Ministerio Público, Federal y del Fuero Común, Juzgados federales, Administración Jurídica Fiscal que corresponda, Centros de

42 PINA, Rafael de, cit., p. 40. 43 Esta es una sugerencia que inveteradamente hemos hecho a nuestros alumnos. 44 Se refiere a la preparación para la práctica profesional. 45 BAILEY, F. Lee, Cómo se ganan los juicios. El abogado litigante, s/t, 2a. reim

presión, 1995, Editorial Limusa, S. A. de C. V., Mexico, p. 33.





informática jurídica, Registros públicos de la propiedad y del comer- cio, Tribunal de lo Contencioso Administrativo, Procuraduría Federal del Consumidor, Notarías Públicas, Comisiones de Derechos Humanos, gubernamentales o no gubernamentales, Cámaras legislativas, Bufetes de abogados litigantes, Centros de Readaptación Social (CERESOS), en sus distintas modalidades, etcétera.

A este respecto, el profesor Alan M. Dershowitz, de la Escuela de Derecho de Harvard, dice: "Para una preparaciún jurídica óptima, debe haber equilibrio entre las experiencias en el aula, la d a del tribunal y en el bufeteW.46 Indiscutiblemente que, entre más ambientes profesionales se visiten y, en ellos se conviva, mejor para el "sentimien- to" de la realidad jurídica. Creemos que ésta es una tarea a realizarse por todos los alumnos de leyes.

Como claramente podemos ver, los incisos b), c ) y d) anteriores, im- plican un llamado a los estudiantes a que pongan sus o,jos en los "hechos", esto es, en la facticidad jurídica, máxime si se tiene en cuenta que, aún hoy día, "La formación del jurista se dedica con preferencia a las normas y se da la sensación de que los hechos forman parte de un más allá extrajurídic0",4' lo cual como lo podemos comprobar quienes ejercemos la abogacía, efectivamente es verdad, de ahí que, reiteramos, el estudiante debe ocuparse en conocer la facticidad de la profesión, de conocer "hechos".

e) Las actividades de investigación teórica y práctica son también fuente de enorme aprovechamiento estudiantil, interesarse por desarrollar dichos trabajos. siempre rinde buenos frutos.*

"El verdadero estudiante no se contenta con memorizar y repetir las enseñanzas del maestro. Siguiendo a Ortega y Gasset, el auténtico estudiante universitario, también y sobre todo investiga, porque la in- vestigación profundiza los conocimientos adquiridos, los corrige o de- pura y amplía los horizontes del ~aber".~V Ahora bien, la investigación jurídica se lleva a cabo mediante el uso de técnicas, mismas que tam- bién pueden ser aprendidas, principalmente a través de libros y prác- ticas constantes.

46 DERSHOWITZ, Alan M., en el prefacio a la obra citada de F. Lee Bailey, p. 9. 47 MART~NEZ GARCIA, Jesús Ignacio, La imaginacidn jurídica, la. ed., 1992, Edito-

rial Debate, S. A., España, p. 43. 4.8 Cfr. ARELWNO GARC~A, Carlos, Práctica jun'dica, la. ed., 1979, Editorial Porniid,

S. A., México, pp. 75 y SS. 4s HERNÁNDEZ ROMO, Miguel Angel, Reflexiones para los estudiantes, en Revista

de Investigaciones Jurídicas, núm. 12, año 12, Escuela Libre de Derecho de Mkxico, Mkxico, 1988, p. 563.




f) El alumno debe estudiar muy, pero muy a fondo, el O los libros de texto. jAprendérselo! Además, ha de efectuar lecturas de reforza- miento. Esto debe ser algo cotidiano.

g) Indiscutiblemente que ha de aprenderse a subrayar los libros, aprender a hacerlo se convierte en un imperativo, sobre todo para aque- llos estudiantes que de manera compulsiva y sin ton ni son subrayan lo que se les pone enfrente, desgraciadamente, en la mayoría de las veces, el solo libro de texto.

El consejo es el siguiente: usa un solo color para las ideas princi- pales o que se considera deben memorizarse o aprender al detalle (una definición, un argumento conceptual); otro para los nombres propios (Planiol, Carnelutti, Rojina Villegas, Zaffaroni); otro para los ordenamientos legales invocados (Código Fiscal de la Federación, Código de Procedimientos Civiles, Ley Federal del Trabajo, Código Penal); otro para fechas, en ocasiones es importante tomarlas en cuenta; otro para nacionalidades o países; otro para las notas de pie de página, como decimos en el presente trabajo, éstas deben ser revisadas, es lo recomendable; otro para los artículos de alguna ley u ordenamiento citado, etcétera.

Además, el alumno debe sentirse con el más absoluto derecho de escribir sus opiniones, ideas, dudas e inquietudes sobre el texto mismo que se está estudiando, aprovechando para ello los márgenes del libro,50 laterales e inferiores y superiores.

h) Cada vez que se tenga oportunidad, han de realizarse lecturas de derecho comparado; esto ampliará el horizonte práctico y científico del futuro abogado. El valor pedagógico del derecho coniparado ha sido apologizado en nuestro país, entre otros ilustres autores, por don Héctor Fix-Zam~dio.~l

Las lecturas que proponemos, abarcan tanto obras doctrinarias como al gran número de tratados y convenciones internacionales en donde nuestro país es parte o bien, ha participado y que, por mandato del artículo 133 de la Constitución General, forman parte del derecho mexicano.

Por otro lado, en una época como la nuestra de plena apertura y globalización económica, así como de gran transformación social y

50 En esto, es claro que partimos de la base de que el libro es propiedad del estudiante.

61 Entre otros trabajos del maestro, véanse los relativos contenidos en FIX-ZAMU- DIO, Héctor, Ensayos sobre metodologia, docencia e investigación jurídicas, la. ed., 1981, UNAM, México, especialmente pp. 259 y SS., 277 y SS. y 325 y SS.





política, los estudios de derecho comparado se vuelven un imperativo insoslayable, al grado de que el maestro Ledezma, dice, sobre esto, que un jurista que se precie de ser tal, no puede desconocer, "cuando menos, un panorama de los sistemas jurídicos del mund0".~2

i) Formar grupos de estudio es una buena estrategia, siempre y cuando funcionen adecuadamente y no suplan el estudio individual. Tales grupos constituyen solamente un complemento al estudio personalísi- mo que, sin embargo, cuando son bien conducidos, pueden ayudar mucho al aprendizaje.

Para el trabajo en grupo, es necesario que, antes de proceder a ello, cada uno de los participantes "previamente haya trabajado y detecta- do con precisión los puntos que deben ser aclarados", así como que "los participantes comuniquen sus observaciones y críticas, tanto posi- tivas como negativas, en cuanto al contenido y forma de la exposi- ción", pues de lo contrario, "el ejercicio pierde sentido y constituye una pérdida de tiempo para todos".53

j ) "No menos útil para profundizar, es hacer por escrito la síntesis de lo estudiado día a día".54 Los expertos recomiendan esto: "Habéis de revisar y clasificar vuestras notas el mismo día9'.55

k) Reconocer el índice de los libros de texto, familiarizarse con ellos, al principio del curso, rinde buenos dividendos. Esto es así porque "el índice de un libro es como el mapa de un alpinista que orienta cuando se encuentra en medio de la espesura del bosque. Sin mapa, sin ese índice, el alumno se perderá en nociones vagas y artículos desarticula- dos".5@ ES, como decimos antes, profundizar en el estudio de los libros de texto.57

52 LEDEZMA, Dr. José de Jesús, Las tendencias actuales del derecho, en Evoluci6n y Tendencias Actuales del Derecho. Colegio de Notarios del Distrito Federal, M6xi- co, 1994, p. 5. Más adelante, agrega, que es fundamental conocer dichos sistemas, pues no conocerlos, "es tanto o un mucho ser analfabeta jurídico", p. 8. Libros fundamentales para el inicio en el tema: LOZ~NO, Mario G., Los grandes sistetnas juridicos, versión castellana de Alfonso Ruiz Miguel, Editorial Debate, España, 1982 (405 pp.). P~zao~uzo, Alejandro, Curso de derecho comparado, trad. de Juana Bignozzi, la. ed., 1987, Editorial Ariel, S. A., España (235 pp.). Con bastante provecho puede verse también CAPPELLET~I, Mauro, El derecho comparado: método y finalidades (una propuesta metodoldgica), en Dimensiones de la Justicia en el Mundo Contemporáneo (Cuatro estudios de derecho comparado), trad. Héctor Fix Fierro, la. ed., 1993, Edi- torial Porrúa, S. A., México, pp. 13-42.

53 KETELE, S. R. DE, et al., cit., p. 74. 54 HERNANDEZ ROMO, Miguel Angel, cit., p. 562. 55 MADDOX, Harry, cit., p. 111. 66 HERNÁNDEZ ROMO, Miguel Angel, cit., ndm. 20. 57 Sobre esto, cfr. LAXA SÁENZ, Leoncio, cit., p. 196.




1) Leer tanto a autores modernos como a clásicos resulta siempre muy formativo en la carrera del futuro abogado; por ejemplo, para las materias jurídico penales, se puede leer con mucho provecho la obra de Beccaria; para derecho civil, las obras de Colín y Gapitant así como las de Planiol. Para derecho procesal, a Carnelutti, Chiovenda y Calamandrei, por ejemplo. En fin, lo importante es hacer las lecturas que sugerimos, para bien y mejora de los estudiante^.^^

m) En esta época es urgente y muy importante aprender bien cuando menos otras dos cosas, que aparentemente no guardan relación es- trecha con el universo jurídico: un idioma que no sea el castellano 59

y, el uso ampliado de la computadora. Si no se hacen amlm cosas, el estudiante corre el peligro de convertirse en un verdadero analfabeta universitario.

Dice muy claramente, a este respecto, el abogado argentino Augusto Morello: "En la actual meseta de las exigencias el profesional del derecho se ve acuciado por una exigencia 'trilingüe': castellano-inglés- computación, más una formación de posgrado (master); en ese marco se insertan los conocimientos específicamente jurídicos".60

Sin embargo, ya algunos autores pregonan no solamente el indispensable conocimiento de la computadora, sino, además, proclaman el estudio de la informática jurídica. Veamos.

"El jurista que sabe entendérselas con una computadora no es más que la imagen superficial de la informática jurídica, de lo que se trata es que el mismo jurista sea capaz de adoptar o asumir una meto- dología nueva en su trabajo y de modificar su visión del derecho. La informática jurídica, en suma, nos induce a plantearnos otras preguntas sobre el derecho y nos ofrece otro punto de partida para observarlo y hacerlo evol~cionar".~1

5s Esta recomendación la formulan también, entre otros eximios maestros universitarios, PEREIRA MENAUT, Antonio Carlos, Educacidn universitaria nueva y vieja o de la casa de la troya a la posmodernidad, en Ars Iuris, Revista del Instituto de Documentación e Investigacibn Jurídicas de la Facultad de Derecho de la Universi- dad Panamericana, núm. 12, 1994, México, p. 188; VILLORO TORANZO, Miguel, cit., p. 40 y 5s.; GONZÁLEZ MORAL, S. 1, Ireneo, cit., pp. 56 y ss.

69 Cfr. Von WOBESER, Claus, El futuro de los despachos de abogados, en Evolu- ci6n y Tendencias Actuales del Derecho, Colegio de Notanos del Distrito Federal, México, 1994, p. 195.

MORELLO, Augusto M., Los abogados (desafios de los 90), Librería Editora Pla- tense-Abeledo-Perrot, Argentina, 1995, p. 24 n.

81 FIX FIERRO. Héctor et al., Tendencias y perspectivas de la informdtica juridica, en Tendencias Actuales del Derecho, la. ed., 1994, UNAM-FCE, México, p. 225. Con provecho puede leerse también, sobre este tema, PRADO. Pedro Antonio, La infor- miitica y el abogado, Abeledo-Perrot, Argentina, 1988 (130 pp.) .




182 QCTAVXO R. ACEDO QUEZADA

h) Leer revistas juridicas serias resulta siempre, además de útil, conveniente y necesario para una sólida formación profesional, toda vez que la revista permite actualizar los conocimientos con mayor rapidez que el libro y posibilita al estudioso estar al día en la discusión cien- t í f i~a ."~ Además, también, nos posibilita conocer los avances y las mo- dificaciones habidas a los criterios y precedentes jurisdiccionales.

Dice don Ireneo González, que la importancia de las revistas es gran- dísima, que constituyen "un instrumento de trabajo científico completamente imprescindible, pues en ellas se publican los progresos de la ciencia; se proponen las dificultades y discuten las cuestiones; se some- ten a juicio crítico las líneas generales de las grandes obras; se editan textos y documentos breves; se dan juicios de las obras importantes aparecidas" 6a y, sobre todo, como decimos antes, nos permiten estar permanentemente actualizados, circunstancia esta indispensable para el futuro éxito profesional.

ñ) Un aspecto muy importante, que debe ser ampliamente reflexio- nado por el estudiante, es el relativo a la paciencia.64

Varios maestros universitarios se refieren a ella, cuando hablan de los temas a que se contrae el presente ensayo. Dice don Ireneo Gon- zález, que muchas veces los estudios no rinden todo lo que deberían rendir, "porque no se sabe estudiar; las energías intelectuaies podrían producir más, si se supiera aprovecharlas mejor. El éxito en los estudios es fruto de larga paciencia, organizada e inteligenteu.= También don Eduardo J. Couture reclama paciencia, cuando, en "Los Manda- mientos del Abogado", número 7, enseña: "TEN PACIENCIA. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su ayuda".6s

El P. Sertillanges dice que el trabajo creador requiere, entre otras virtudes, tres, "que se corroboran mutuamente para evitar que una abra caiga en la mediocridad o la indigencia. Hay que aportar al tra-

82 GONZÁLEZ MORAL, S. 1. Ireneo, cit., p. 105, "Conocer lo que se va publicando ,en libros y en revistas tiene una importancia extraordinaria, y proporciona inapre- ,ciables utilidades".

63 Ibídem, pp. 202-203. 64 Esta es una observación que hemos hecho a quienes han sido alumnos nuestros.

.El estudiante a veces se desespera porque quisiera, en el menor tiempo posible, "de- \varar" el conocimiento.

.65 Ibid., p. 6. 6 s CQUTURE, Eduardo J., cit., p. 49, agrega en la exégesis: "Existe un pequeño

.demonio que ronda y acecha en torno de los abogados y que cada día pone en peligro su misibn: la impaciencia"; que mejor que desde su época de estudiante el futuro abogado se ejercite en este arte de la paciencia, que es lo que nosotros sugerimos en el .texto.




'bajo la constancia para mantenerse firme en su realización; la paciencia para soportar las dificultades, y la perseverancia para evitar el

desgaste de la voluntad".67 En este sentido, la persistencia se vuelve una virtud que indispensa-

blemente ha de vivirse, y entender, que cursar una carrera profesional no es una competencia para determinar quién es más brillante, sino para saber al final del camino, quién buscó con las suficientes ganas ,el título profesional.

o) El maestro Pereira Menaut proclama un nuevo quadrivium, a ,saber: Hablar, leer, escribir, pensar.6s Ojalá todos los universitarios sigamos estas importantes palabras. Esa es la única manera de avanzar 'en nuestros estudios y, a la vez, aportar algo al avance de la ciencia, la jurídica en este caso, lo cual, por cierto, es tarea de todos los involu- tcrados en esta tan bonita tarea.

Estamos convencidos de que, a pesar de la tecnologización de la vida moderna, la importancia y trascendencia de aprender el quadrivium +citado, pero sobre todo y fundamentalmente, de vivirlo, es una afir- mación absolutamente cierta y atendible.

p) Cada vez que le sea posible, el estudiante ha de asistir y partici- par lo más activamente posible, en conferencias, seminarios, talleres, simposia, congresos, tanto en nuestro país como en el e~tranjero.~@ Estas interesantes y formativas tareas, enriquecen enormemente el per- fil curricular del abogado. Además, es otra manera de mantenerse al día, tanto en los aspectos meramente doctrinales como en los legislativos y jurisprudenciales.

Inclusive, sobre esto, pensamos que, de resultar ello necesario, vale la pena llegar hasta el sacrificio económico; ello, a la larga, dará grandes frutos.

q) Muy formativo para los futuros abogados, resultan ser las lecturas de biografías de los grandes juristas de todos los tiempos. El conocer los esfuerzos de los grandes maestros, tiene un profundo valor mo- tivacional y pedagógico que debe ser aprovechado por los estudiantes.

437 SERTILLANGES, A. D., cit., p. 182. 68 PEREIRA MENAUT, Antonio Carlos, cit., p. 190. Sobre el pensar dice: "Los estu-

diantes tienen que aprender a pensar por su cuenta", p. 193. Cuanta verdad y necesidad encierran esas palabras.

69 Actividades académicas en el extranjero son hoy día un imperativo en la for- mación del profesional.





Entre otros autores, ponderan esta valía, don Rafael de Pina,70 José Ma. Martínez Val 7 1 y, Gilbert Hight.72

r) De manera muy enfática, recomendamos también a los alumnos la consulta directa de las fuentes, esto es, los libros, leyes, códices, mo- nografía~, artículos de revista, etcétera, que los autores jurídicos citan en sus obras o bien, algunos expositores citan durante sus alocuciones.

No obstante lo dicho, suscribimos las siguientes palabras del maestro Floris Margadant, escritas en el prefocio a la primera edición de su obra que citamos, cuando en relación a las referencias bibliográfi- cas dice, que "El alumno generalmente no las consulta"; con todo y que tiene razón el autor citado, no por ello debemos hacer hincapié en la importancia que tiene la consulta directa a las fuentes, según decimos antes.

Por cierto, en el prefacio antes mencionado del maestro Floris Mar- gadant, encontramos unas palabras muy emotivas cuyo valor pedagó- gico a nuestro juicio es grande: "En una época en que la meta de todos parece ser la jornada laboral de media hora, el jurista continúa siendo un trabajador sin limitación de horario, obligado a continuar estudiando toda la vida y a sacrificar gran parte de sus noches al trabajo. Es mejor que el alumno comience ya de una vez a acostumbrarse. Y si la dificultad resultare invisible, debe el estudiante recordar que, también en profesiones distintas de la jurídica, puede' realizarse una labor socialmente útil y lograr cierta felicidad personal",74 que es tanto como decir que mejor le vale al alumno dedicarse a estudiar otra carrera, pero no la de leyes, o bien, quizá, convenga recomendarle buscar algún otro oficio, arte, técnica o profesión.

8. LOS EXAMENES

En el presente apartado, pasaremos revista a algunos aspectos rela- cionados con los exámenes, intentando, sobre todo, dar algunas estra-

70 PINA, Rafael de, cit., pp. 45-46. 7 1 MART~NEZ VAL, J O S ~ Ma., GalerZa de grandes juristas, Bosch, Casa Editorial, S. A.,

España. 1993, pp. 8 y SS.

72 HICHET, Gilbert, El arte de enseñar, versión castellana de Josefina Valderrama de Robinson y Oscar Ricardo Robinson, Editorial Paidos, Argentina, 1976, p. 26.

73 Agregando a renglón seguido que el alumno "casi nunca tiene a su disposición las obras respectivas". F ~ o m MARGADANT S., Guillermo, El derecho privado romano (como introduccidn a la cultura juridica contemfioranea), 6a. ed., 1975, Editorial Es- finge, S. A., México, p. 8.

74 Ibidem, p. 9.




tegias bisicas y de inmediata aplicación por el estudiante interesado, que le posibiliten obtener un mejor resultado en las evaluaciones.

Como lo hemos venido haciendo en el curso de las presentes líneas, al hablar de este tema, en todo momento estaremos referenciando una realidad como la nuestra, en donde, por otro lado, los exámenes forman un cortejo inseparable de nuestros estudiantes y, al menos en el corto plazo, no parece que vayan a desaparecer de nuestro medio.76

a) iQué son los exúmenes?

No deseamos quedarnos en el umbral de la respuesta, diciendo que es la evaluación acerca del aprovechamiento cuantitativo y cualitativo, que los alumnos tienen en una materia o asignatura. Tal respuesta en nada ayuda y, al contrario, ensombrece el mensaje que hemos de tras- mitir. Además, podemos afirmarlo, todo mundo sabe lo l u e son los exámenes en la Universidad; me parece que sale sobrando un concepto, pues lo importante es, a nuestro juicio, la actitud que el estudiante tenga ante los mismos.

En nuestra realidad actual, los exámenes devienen casi el único instrumento de "medición" del desempeño académico de los alumnos; no es la oportunidad de sobre ello; la realidad es ésa y punto, a ello hemos de atenernos en estos apuntes.

En virtud de lo expuesto, entonces, hemos de decir que los exáme- nes son, generalmente, un listado de preguntas, más o menos amplias, que periódicamente los maestros aplican a los alumnos, a fin de eva- luar su desempeño escolar. Generalmente, son esos exámenes, casi los los únicos parámetros de que la Universidad se vale, para determinar si un estudiante "pasa" o no. He ahí la importancia de este tema y, más aún, la urgencia de que nuestros alumnos tomen conciencia de ello y procedan en consec~encia.~~ {Procedan? ¿Cómo? Veamos.

b) Preparación remota

Llamamos preparación remota para los exámenes, al conjunto de actividades, estrategias y actitudes, que el estudiante debe observar des-

75 LO cual justifica, de suyo, que los "estudiemos" en un trabajo de esta naturaleza.

76 "Con frecuencia los exámenes (parciales y finales), son la ruina de muchos estudiantes que en realidad son capaces". BROWN, William F.; HOLTZMAN, Wayne H., cit., p. 89.





d e el inicio de clases, es decir, desde mucho antes de que se fije "el día del examen", pues, como dice el maestro De Pina, los exámenes, "tal y como se realizan en la generalidad de los Centros de enseñanza, ,en sus diversos grados, constituyen un verdadero tormento para los alumnos y una molestia para los profesores"l7

Estamos seguros de que, si los estudiantes siguen las indicaciones que .en el presente trabajo hacemos, acerca de algunas estrategias de estu- .dio, la llegada de los exámenes no será para ellos motivo de angustia .o miedo, como acontece, desgraciadamente, para la mayoría sino, al contrario, serán tomados como una oportunidad de "ponerse a prueba" y de autoevaluarse.

En este sentido, estamos totalmente de acuerdo con Maddox, cuando ,dice que "La primera preparación para un examen importante empieza .al principio del curso",7* pues es evidente que, si desde el inicio del año escolar, del semestre o bien, en algunos casos, del trimestre, el 2stu- odiante desarrolla una serie de actividades tendientes precisamente a "aprender", tal y como lo tratamos de decir en el cuerpo del presente Ltrabajo, llegará al examen debidamente preparado y fortalecido para "enfrentarse" al mismo.

"Los exámenes están pensados para medir hasta qué punto habéis #estudiado una materia, de forma que el mejor modo de preparar unos exámenes consiste en desarrolIar unos hábitos de estudio sistemáticos. Si seguís el consejo que ya os hemos dado sobre los métodos de plani- ficación, redacción de notas y estudio eficiente no habréis de tener ninguna dificultad en los exámenes.

"No hay forma de pasar un examen sin hacer el trabajo necesario para .ello. Pero podéis aseguraros de que estáis plenamente dispuesto para un examen importante. Esto significa tener un conocimiento perfecto de la materia y tenerla tan bien organizada y entendida que podáis .escribir sobre ella desde muchos puntos de vista. Esto también quiere ,decir que estáis tranquilos y confiados, descansados y sin nervios".'"

.c) Preparación @-óxima

El objetivo fundamental de esta etapa es "el de permitir el repaso a Tondo de todas las materias de las que vas a examinarte".

n7 PINC, Rafael de, cit., p. 59. A pesar de que las mencionadas palabras fueron escritas hace más de treinta años, la realidad que indican, desgraciadamente, es ailn la misma hoy día.

7s MADDOX, Harry, cit., p. 113. f19 Passim.




"Organizar este periodo supone planificar tu estudio en el tiempo. disponible, teniendo en cuenta el conjunto del programa y repartién- dolo lo mejor posible a lo largo de la jornada"."O Es decir, se trata de establecer y desarrollar un programa, de cara, precisamente, a los exá-- menes.

Para lograr lo anterior, habrá que, en primer lugar, especificar el número de días de que se dispone para estudiar y, luego, habrá de ela- borarse un plan de trabajo, para ello, deben alternarse las asignaturas difíciles con las fáciles, para evitar el cansancio; dividirse las asignaturas difíciles o voluminosas, aplicando el principio de alternancia enunciado anteriormente; es importante prever días de 'recuperación', en caso de que sea necesario repasar aspectos difíciles, o recuperar un retraso o, sencillamente, descansar; tomarse un respiro poco después. del examen es muy positivo en esa época: el esfuerzo realizado dismi- nuye las posibilidades de concentracióngl del estudiante.

¿Descansar? cómo? Fundamentalmente mediante algún paseo al aire libre, haciendo algún ligero ejercicio físico o respiratorio O, con alguna lectura recreativa.

NO se debe estudiar fragmentariamente, es el momento de repasar- lo todo.

Es altamente recomendable, también, repasar los apuntes, los textos. que sirvieron de apoyos fundamentales durante el curso regular, así como la legislación correspondiente y la jurisprudencia al respecto, pera todo, todo, dentro de un programa diseñado de un modo muy realista. por el propio estudiante.

En la víspera de examen, es decir, el día anterior al mismo, "evita volver a leer a toda prisa el temario completo: podrías aumentar l a sensación de ignorancia y dejarte llevar por la angustia".

Sin embargo, debe tenerse muy claro que se trata de repasar el cien por ciento del curso, no la mitad o el setenta y cinco por ciento.

"Más bien, es el momento de proceder a un último repaso de los resúmenes elaborados hasta el momento de un examen: permiten ojear rápidamente el conjunto de la asignatura.

"Tras la lectura atenta de los resúmenes, relájate y piensa en otra cosa. Acuéstate temprano, con el fin de estar en plena forma al día

so KETELE, S. R. DE, et al., cit., pp. 121 y ss. 81 Passim.





siguiente".82 Se trata, en suma, de que el día previo al examen sea de absoluta tranquilidad.=

Se trata, ahora, en este tópico, de ver cuál es la actitud correcta ante los exámenes.

d) La correcta actitud ante los exámenes

"Los estudiantes consideran los exámenes como pruebas de la vida, tormentos de los que se puede escapar y a las que hay que obrev vivir.^^ Miran estas pruebas con temor y espanto, y con frecuencia están terri- blemente nerviosos, tanto antes como mientras dura el examen. Esta actitud negativa y temerosa está desafortunadamente reforzada por el hecho de que las calificaciones dependen de ellos. El estudiante que no está muy bien preparado puede tener fácilmente la impresión de que el examen es un instrumento para derrotarle y expulsarle de la vida académica.

"En la mayoría de los casos no hay por qué adoptar esta actitud frente a los exámenes. Si se han cultivado los buenos hábitos de estudio, se debe estar lo suficientemente bien preparado para no temer 'que se le carguen a uno' y se debe presentar al examen con confianza y optimismo. Después de todo, éste también le proporciona a uno la oportunidad de demostrar lo que sabe y de recibir la recompensa por el estudio que ha hecho. Los exámenes parciales de una asignatura le dan la oportunidad de saber algo acerca de su preparación y de cómo debe corregir sus deficiencias. Valiéndose de ellos, el estudiante puede estar en una buena posición para estudiar eficazmente con miras al examen final y hacerlo bien.

"Una de las cosas desagradables con respecto a los exámenes es que los estudiantes frecuentemente no rinden todo lo que pueden, ya que van tan nerviosos y con tal tensión que no lo hacen tan bien como podrían. Olvidan cosas que sabían un momento antes, cometen errores tontos y pierden el sentido de lo que tiene importancia y de lo que carece de ella.

"Probablemente, la mejor medicina contra esta enfermedad es estar bien preparado. Si vas al examen tan bien preparado como debieras,

82 Ib. p. 130; cfr. BROWN, William F.; HOLTZMAN, Wayne H., cit., pp. 92 y SS. 83 En general, la mayoría de los autores consultados a este respecto, están de

acuerdo en lo dicho. 8.i Desgraciadamente ésta es una idea generalizada.




no tienes por qué estar nervioso, y lo harás todo lo mejor posible que puedas, que es de lo que se trata".

De lo que se está hablando, es de que la situación óptima es que el estudiante esté y se sienta, además, muy seguro y confiado de sí mismo y de lo que sabe. Es oportuno que se tenga conciencia de que se sabe que sabe.

"Esta cuestión tiene una importante dimensión psicológica. Muchos estudiantes no se dan cuenta de que el 'estar hecho polvo' durante un examen es frecuentemente una excusa que se dan a sí mismos. Están nerviosos no sólo porque no están preparados y saben que no lo están, sino también porque entonces no quieren sentirse culpables de no estarlo. La excusa de estar nervioso es frecuentemente una defensa pueril que los estudiantes dan para evitar la vergüenza de confesar su propia falta de preparación.

"Además de estar bien preparado, hay algunas otras cosas que puedes hacer para reprimir tus sentimientos de excitación y nerviosismo. Una de ellas es ir al examen con tiempo y llegar con cierta antelación. Procura no ir agobiado, porque simplemente agrava tu estado de nervios y después estarás en peores condiciones para hacer el examen. Otra cosa que debes hacer es descansar deliberadamente antes del examen' y mientras estés esperando a que éste comience. No trates de hacer un repaso de último momento,s5 pasando revista a tus apuntes o libro de texto. No te pongas a discutir con otros estudiantes respecto a ciertas ideas de tus apuntes; esto sólo servirá para ponerte nervioso. Recuerda que no puedes hacer nada que merezca la pena en tan poco tiempo; todo lo que conseguirás haciéndolo es confundirte y excitarte más. Es preferible que pases los últimos minutos que preceden al examen hablando de algo intrascendente, leyendo el periódico o hacien- d o otra cosa que no te haga pensar en la prueba que te e~pera".~6

e) En el momento de estar en el examen

Como decimos antes, lo más importante en este caso es conservar la serenidad y el mantenimiento de una actitud tranquila, casi diríamos complaciente.

Una actitud como la que sugerimos, será, desde luego, producto de una adecuada preparación de los exámenes y, entonces, se erigirá en una

85 Error &te en el que muy frecuentemente incurren nuestros estudiantes. 86 MOKGAN, Clifford T.; DEESE, James, cit., pp. 125-126.





arma invencible para "enfrentarse" al examen con el mayor de los. éxitos. Esta afirmación es producto de lo que hemos observado con los mejores alumnos.

Luego, ha de procederse a revisar detenidamente el tipo de examen que se está proponiendo: Si son preguntas concretas o temáticas; el nivel de complejidad de las mismas; si consiste sencillamente en un cuestionario o bien, combina diversas clases de técnicas de evaluacibn; en fin, se trata de un minucioso "reconocimiento" del exanien.

Se trata, en este caso, de leer muy concienzudamente el examen, antes de proceder a contestarlo, casi diríamos: De haber tiempo, vale la pena reflexionar en el contenido del examen, ello darh mayor calidad a las respuestas.

Luego, habrá de procederse a contestar, primero lo más fácil, y, luego, lo más difícil. De esta manera, una vez satisfecho lo más fácil, se estará en mejor disposicihn de aplicarse a lo más complejo de responder. Seguir este orden ayuda mucho, muchos buenos alumnos lo hacen.

Obviamente, lo dicho antes, vale para el examen escrito. ¿Qué hacer en caso de un examen oral?

Antes que nada, mantenerse sereno y con la más absoluta tranquilidad de ánimo. de igual manera que para el examen escrito, según decimos antes. Esta es una regla de invaluable valor que muchos buenos estudiantes observan.

Por otro lado, el alumno ha de proceder de igual manera que en el caso de examen escrito, es decir, primero determinar el objeto del examen, del cuestionamiento, entenderlo, para luego proceder a dar al examinador las respuestas del caso. Es decir, se trata de:

a ) Escuchar primero la pregunta y entenderla completamente. b) Responder con exactitud única y exclusivamente la materia de la

pregunta. Pero, sobretodo, ha de responderse con gran aplomo y confianza, olvidando la inseguridad o la pedantería, error éste en que al-- gunos estudiantes incurren, quizá por su nerviosismo.

Estamos seguros que, de seguirse la serie de técnicas que hemos ve-- nido exponiendo en el cuerpo del presente trabajo, la llegada del examen solamente constituirá una etapa más del curso o periodo de estudios pero sin que, ni por asomo, el mismo constituya una oportunidad de tortura, como dice el maestro De Pina.




9. CONSIDERACION FINAL

Hemos intentado esbozar una primera reflexión operativa acerca de cómo debe proceder el estudiante de para obtener un mayor aprovechamiento de su estancia académica en la Universidad.

Procuramos en todo momento no teorizar, sino proponer estrategias eficaces en lo inmediato. El juicio sobre el logro o la infructuosidad del ensayo, corresponde por derecho propio a los lectores.

El presente ensayo contiene más de treinta recomendaciones concretas, muy determinadas y fácilmente realizables en nuestra realidad prácti~a.~s Sólo falta la voluntad del estudiante. Éste, además, puede acudir a la información bibliogrifica que proporcionamos, para profundizar en los tópicos que hemos planteado y, de esa manera, llegar por su propia cuenta a conclusiones válidas para sí mismo, las cuales, en todo caso, resultan ser las más importantes.

Por otro lado, estamos seguros, que los docentes jurídicos encontra- rán, en el presente trabajo, sugerencias interesantes para su trabajo profesoral, mismas que podrán ir adecuando a su realidad universitaria individual.

Quisimos dejar para el último una reflexión que hace el maestro De Pina, y que deseamos compartir: "El problema pedagógico esencial es un problema de colaboración entre maestros y alumnos, es decir, que la eficacia de la enseñanza requiere no sólo maestros que quieran y sepan enseñar, sino también alumnos que quieran y estén en condiciones de aprender. Cuando falla cualquiera de estos elementos personales, el fracaso es seguro y los perjuicios que en el orden social se producen son todavía más lamentables que los que en la esfera de l o particular se ocas i~nan" ,~~ pues abogados impreparados son una verdadera amenaza para el todo social en su conjunto; de ahí que, entonces, por su exterminio debamos luchar esforzadamente todos los universitarios dedicados a la teoría y práctica del derecho.

\

87 Siempre tuvimos en mente al estudiante de nuestro tiempo, de nuestra real& dad, de la carrera de Licenciado en Derecho.

88 Muy utilitaristas, como decimos al principio. 8% PINA, Rafael de, cit., p. 122.




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* Zas obras que se indican, fueron exprofeso consultadas para la elaboraci6n de gas presentes notas; esdarecer y diseñar un reportorio bibliográfico completo sobre e l tema, seria labor de equipo y, seguramente, de años, es mucho lo que al respecto se ha escrito. Se trataria, en realidad, de una obra enciclop6dica a la cual, en este momento, no aspiramos; por otro lado, nuestros estudiantes encontrarán en los autores aquí invocados, decenas de sugerencias y abundancia de información y datos adicionales (que complementan el documento.




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