Estudios Bíblicos Conferencias 2015

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2015 Pastor Elias Bracho 1

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Estudios Bíblicos

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2015

Pastor Elias Bracho

Temas

- La Autoridad- - -

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Primer Tema:

La autoridad

I. Propósitos de la Autoridad

Existen tres propósitos fundamentales por los cuales se delega autoridad:

a) Para establecer el orden disciplinario y acabar con el desorden y la anarquía.

Anarquía es un concepto que procede de la lengua griega y que hace mención a la ausencia de poder público. Puede estar relacionado con el movimiento político que propone la existencia de una organización social que no sea jerárquica o con un conflicto en un Estado consolidado (generalmente democrático).

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Pro

pòsi

tos

de la A

uto

rid

ad

Para establecer el orden

Para desatar el poder de Dios

Para mantener la Unidad del

cuerpo

Dios es un Dios de orden, aún en las actividades espirituales y todo lo que concierne a su Iglesia Él demanda disciplina.

1 Corintios 14:40 “pero hágase todo decentemente y con orden.”Mateo 18:15-18 “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.”

En el relato de la creación se registra que Dios le hablo a la tierra por cinco días consecutivos, pero al sexto día le hablo fue al hombre y le delego autoridad sobre la tierra, desde ese día Dios no le ha hablado más a la tierra, porque es el hombre quien tiene que ejercer autoridad sobre ella. Dios ordenó las cosas en la tierra y le delego al hombre autoridad para que mantuviera el orden. Indica que un hombre sin autoridad es un desorden y causa desorden. El hombre con la autoridad que Dios ha delegado sobre él tiene poder para tener control y dominio de las catástrofes que se producen en la tierra, por esta causa Elías oro para que no lloviera y no llovió, y para que lloviera y llovió. Josué oro para que el sol se detuviera y se detuvo el globo terráqueo a la voz de la autoridad que Dios delego sobre un hombre.

Proverbios 29:18 dice: Sin profecía el pueblo se desenfrena; Mas el que guarda la ley es bienaventurado. (Reina Valera 1960) “Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena, pero bienaventurado es el que guarda la ley”. (La Biblia de las Américas)

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Donde no hay quien reciba la visión de Dios (que viene siendo su propósito) no hay quien ejerza autoridad. Donde no se ejerce autoridad no hay obediencia, donde no hay obediencia no hay sujeción, donde no hay sujeción no hay sumisión, donde no hay sumisión reina la anarquía y la rebeldía entrando en un desorden moral y espiritual.

Uno de los graves problemas que tuvo la nación de Israel fue que Josué no se encargó de preparar líderes. Cuando Josué murió el pueblo se desenfrenó, porque no había un líder en quien colocar la visión y delegar autoridad. Por eso es que en nuestra Iglesia necesitamos hombres con autoridad, que conozcan el sistema, y la ejerzan de esta forma se acaba con la anarquía y el libertinaje dentro de la Iglesia.

Tenemos el ejemplo claro de la Iglesia de los Corintios, donde por falta de visión y de autoridad reinó la anarquía, la división, la confusión, y el desorden, tanto moral como espiritual. Pablo estuvo con los Corintios dieciocho meses, mientras fundaba la Iglesia.

Hechos.18:7-11 “Y saliendo de allí, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la cual estaba junto a la sinagoga. Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados. Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; 10porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios.”

Luego se fue y dejó a Apolo encargado de la Iglesia.

Hechos.19:1 “Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Éfeso.”

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Apolo se negó a quedarse en la Iglesia.

1ª Corintios.16:12 “Acerca del hermano Apolos, mucho le rogué que fuese a vosotros con los hermanos, mas de ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tenga oportunidad.”

Después de Apolo vino Pedro, quien estuvo entre los Corintios por muy corto tiempo.

1ª Corintios 1:12 “Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.”

Pero, ninguno de estos líderes estuvo en una forma definitiva y concreta sino en forma parcial y ocasional. Por esta causa la Iglesia era dirigida por cartas que el Apóstol Pablo escribía debido a las informaciones que recibía de Estéfanas, Fortunato, Acaico y los de Cleo (1ª Corintios 1:11. 1ª Corintios 16. 17). Y por cartas que la Iglesia enviaba a Pablo (1ª Corintios 7:11). De esta forma se dirigió la Iglesia de los Corintios, nunca tuvo un líder al frente y, por ende, nunca tuvo una visión y no hubo quien ejerciera autoridad, por esta causa reinó la anarquía y el desorden tanto espiritual como moral.Esto indica que donde no hay visión ni autoridad, no hay dirección ni sometimiento, y donde no existen tales cosas el pueblo se desenfrena y entra en la rebeldía.b) Para desatar el poder de Dios y establecer el Reino de los cielos.

Lucas 10:19 “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.”

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Debemos entender que la autoridad que tenemos se debe al poder que recibimos, y el

poder que recibimos se desata por la autoridad que tenemos. Nadie puede desatar el poder del Espíritu Santo sino es a través de la autoridad

- Una cosa es el poder y otra cosa es la autoridad.

Autoridad: Es el derecho legal que Dios nos ha dado para desatar su poder y ejercer dominio sobre algo o alguien en la tierra.

Romanos 13:1-2 “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.”

Mateo 28:16-20 (La gran comisión) “Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado.  Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.  Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”

Que Jesús le quitó el poder al diablo cuando lo venció: eso es totalmente falso. El diablo tiene un poder devorador, destructor y violento: “Mata, hurta, y destruye”. (Juan 10:10.) Es tanto el poder que Satanás tiene, que se necesita un poder como el del Espíritu Santo para contrarrestar sus obras producto de su poder.Cuando Jesús vino a la tierra, lo que le quitó al diablo fue la autoridad que Adán le delegó en el Huerto del Edén, y fue esa la autoridad que Satanás utilizó para desatar su poder.

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Por esta causa es importante conocer todo lo que tiene que ver con autoridad en cuanto a su sistema, para ejercerla con propiedad, y así desatar los poderes de Dios que están en nosotros y alcanzar los objetivos para su Reino.

c) Para mantener la unidad del cuerpo.

Si en una institución (sea cual sea) no se conocen ni se toman en cuenta los principios de autoridad, no podrá reinar la unidad.

En la Iglesia como cuerpo, y en la familia como componente de la Iglesia, Dios constituyó autoridades que se deben respetar en forma recíproca. Donde no se toma en cuenta la autoridad y no hay respeto ni sujeción, reina la anarquía, la rebelión, la indisciplina y la autocracia, (Régimen político en el que una sola persona gobierna sin someterse a ningún tipo de limitación y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad). Rompiendo así los principios de unidad. 1ª Corintios 1:12

II. La Palabra y su autoridad intrínseca.

La autoridad es propiedad de la Palabra, es parte de su naturaleza, de su ser, es algo inherente en ella. Hablar de la Palabra es hablar de la autoridad y viceversa. Nunca se podrá ejercer autoridad sin tomar en cuenta la Palabra. El no someterse a la palabra es rebelarse en contra de su autoridad. La Palabra es y refleja la autoridad de Dios.

Razones de la autoridad en la Palabra de Dios

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Satanás sigue teniendo poder, lo que no tiene es autoridad para desatar su poder, a menos

que se la deleguemos.

1. La Palabra fue autenticada por Jesús en el desarrollo de su Ministerio, en sus dichos y en hechos, dándole cumplimiento en vida.2. Las Escrituras fueron autenticadas por los discípulos y fueron fundamento para sus escritos. Muchas de las cosas que los discípulos escribieron, fueron tomadas de los escritos del Antiguo Testamento.

3. La Palabra procede de Dios y es Dios (Revelación escrita)Juan 1:1 “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.”

4. Sustenta y produce la vida Hebreos 1:3 “El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder…”

1ª Pedro 1:23 “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.”

4. Es creativa Juan 1:3 “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”

5. Es veraz por su inspiración, revelación e iluminación 1ª Pedro 1:10-12 “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.”

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2ª Pedro 1:16.21 “Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.”

6. Su autoridad es inherente a ella misma. No está sujeta a las corrientes del pensamiento humano ni está sujeta a su aprobación

7. Es eterna-infinita-Inmutable.- Eterna: Se adapta a todos los tiemposIsaías 40:8 “Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.”

- Infinita: No tiene fronteras 2ª Timoteo 2:9 “En el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa.” 

- Inmutable: No cambia Hebreos 6:17 “Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento.”

8. Sus verdades como registro son trascendentales.

9. No se devalúa ni pasa a la historia. Ella hizo y registra la historia.

10. Es eficaz Que produce el efecto esperado e infalible. (Que no puede fallar o equivocarse).

11. Es espíritu y vida (Juan 6:63). “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.”

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12. Está por encima y tiene precedencia ante la filosofía, la psicología, la sociología, los credos, los dogmas, la religión, la tradición y las costumbres.

III. La autoridad del nombre de Jesús.

¿En qué radica la Autoridad del Nombre de Jesús?

Para dar una respuesta acertada debemos hacer una semántica de los términos que se utilizan para referirse al nombre. Semántico: Del significado de las palabras o de las oraciones o relacionado con él. El término griego “Onoma” tiene dos significados y dos aplicaciones:

1. Se utiliza en general del nombre con el que se nombra o se le hace el llamado a una persona, o para nombrar una cosa. Ejemplos: Marcos 3:16.17; 14:32. Lucas 1:5.2. El nombre representa el título y la dignidad de una persona. En el caso de Jesús, la autoridad del nombre no está en expresar las siglas Jesús, el poder está en la posición y posesión que este hombre llamado Jesús obtuvo por su obediencia y su estado de humillación.

Aplicado a nosotros como creyentes, el poder del nombre está en que se nos pueda revelar y podamos entender y aceptar: la autoridad, el carácter, el rango, la majestad, el poder, la excelencia que Jesús adquirió por causa de su exaltación por haberse humillado (Filipenses 2:9), y que fueron transferidas al creyente por el pacto de sangre que se dio en la persona de Jesús.

Cuando Jesús dijo: “Todo lo que pidieres en mi nombre”, lo que quiso decir fue: “Todo lo que pidieres en mi autoridad, rango, majestad, poder, excelencia, posición y posesión, yo te

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lo daré, porque me llevas a mí como representante legal” (Juan 14:13; 15:16; 16:23).

Y al mencionar: “En mi nombre echarán fuera demonios…”, lo que quiso decir fue: bajo mi autoridad, rango, majestad, poder, excelencia, posición y posesión; que les ha sido transferido, por causa del pacto de sangre, echarán fuera demonios.

El pasaje de Filipenses 2:9.11 en una forma parafraseada lo que quiere decir es lo siguiente: “Y le dio un nombre (autoridad, rango, majestad, poder, excelencia, que todo esto indica un señorío), que es sobre todo nombre (autoridad, rango, majestad, poder, excelencia, señorío), para que en el nombre que se le dio a Jesús, (es decir, para que en la autoridad, rango, majestad, poder, excelencia, señorío), se doble toda rodilla… Y toda lengua confiese que Jesucristo es el SEÑOR - del griego (“Kirios”) "señor, Señor, maestro"- para la gloria de Dios Padre”.

Nota: Haciendo una síntesis del desarrollo, el nombre al cual se refiere Filipenses es al Señorío que Jesús recibió, que indica su posición y posesión.

IV. La autoridad incluye dominio propio.

El que seamos proactivos siendo selectos en las decisiones es un derecho que el creador nos concedió. Esta virtud (la pro actividad) es la capacidad que tenemos los seres humanos de elegir como actuar cualquiera que sea la situación. Todos los seres humanos somos proactivos y muchos en su pro actividad han elegido ser Reactivos que es

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donde radica el gran problema de los cristianos. Ser Reactivos es dejarse afectar por el medio ambiente que nos rodea, no teniendo poder de decisión como para elegir las cosas que vayan acorde al carácter de Dios, a nuestro beneficio, en pro y en función del Reino de la luz. Para ser Proactivos en el aspecto positivo tomando decisiones sabias se requiere del dominio propio.

1. El tener “Dominio propio” se conoce como el poder controlador de la voluntad bajo las operaciones del Espíritu Santo. (Hechos 24:25).

2. El “Dominio Propio” está en someterse a la voluntad de Dios a favor de sus demandas que están reveladas en su Palabra 2ª Pedro 1:16.

3. El “Dominio Propio” tiene que ver con el sometimiento del carácter y de los deseos carnales. Es el nivel de disciplina que tiene la persona evitando que la vida se desmorone; tiene que ver con uno que se retiene por dentro Tito. 1:8 “Sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo” 

Es tener cuidado de uno mismo 1ª Timoteo 4:16 “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”

Una persona que no conozca y no tenga Dominio Propio no podrá en ningún caso ejercer la autoridad, por la sencilla razón, que si no tiene autoridad sobre sí mismo, no la podrá tener sobre otro.

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El término “Dominio propio” viene del griego “Enkrateia”, y

tiene que ver con la fuerza de

4. El “Dominio Propio”: Es la fuerza de la voluntad que un ser tiene para tomar decisiones sabias y dar pasos firmes y concretos. Si no tenemos dominio sobre nuestra propia vida, y no sabemos administrarnos a nosotros mismos, nunca podremos ejercer autoridad para administrar los recursos de Dios.

Si la carne y las pasiones dominan al espíritu renacido, nunca se podrá ejercer autoridad ya que es un principio espiritual establecido en las Escrituras Sagradas.

2ª Pedro 2:9-10 “Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores.”

Judas 1:8-10 “No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores. Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.”

2ª Corintios 10:3-6 “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta”.

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Pablo dice que las armas que hemos recibido de Dios son netamente espirituales, y son con la finalidad de derrumbar todo argumento y razonamiento que ha creado un estado de mente ajena a la voluntad de Dios, y que cuyo estado de mente es una fortaleza satánica que no le da cabida a la Palabra de Dios.

La obra de Dios por el Espíritu, a través de las armas, es destruir dichas fortalezas, y en lugar de ellas colocar la Palabra, creando un estado de mente espiritual de acuerdo a la voluntad de Dios, para que haya una vida de obediencia y sometimiento a la autoridad, y de esa forma castigar y acabar con la desobediencia en la vida del creyente, y así poder cumplir con el principio que demanda la autoridad, que establece:

La autoridad y la baja estima. El complejo de inferioridad, y el auto depreciación, que son rasgo de una baja estima, son factores determinantes para cercenar la posibilidad de ejercer autoridad. La formación de un carácter en la estima de un individuo es de alta necesidad para ejercer la autoridad y alcanzar el propósito. Una persona que no tenga una identidad en quien es, lo que tiene y lo que puede en Cristo Jesús, jamás podrá ejercer autoridad.

Debemos entender y conocer nuestro potencial y la capacidad que tenemos para el ejercicio de la autoridad. En el caso de los doce príncipes de Israel que fueron a espiar la tierra prometida, diez de ellos bloquearon el ejercicio de la autoridad por la baja estima en la que cayeron, y por causa de esto les embargó el temor. Quien ejerce autoridad por causa del Reino, no debe intimidarse por ninguna circunstancia, debe estar claro a quien

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Quien no tenga dominio y control de sí mismo, no podrá ejercer autoridad

representa, la posición y posesión que obtenemos y en la que estamos, cuál es nuestro legado, y sobre todo tomar en cuenta con el Dios que contamos. 

V. Sometidos a la autoridad, ejercemos autoridad.

El nivel más alto en el ámbito de la autoridad, no es recibir ni ejercer autoridad, es estar bajo autoridad. Porque:

El someterse a la autoridad es un antecedente y a su vez es un buen comienzo para los que en su tiempo ejercerán autoridad de parte de Dios. El principio está establecido en la Palabra: Si te sometes a Dios, como la máxima autoridad, puedes ejercer autoridad; resiste al diablo y el huirá de ti, de lo contrario no obtendrás resultados favorables. Pasemos a analizar la Escrituras:Santiago 4:7“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”

Según el testimonio que da Mateo, Jesús ejercía autoridad porque estaba sometido a la autoridad del Padre. Si analizamos el texto, lo podemos entender:

(Mateo 8:8.9). “Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.” 

Observe que el derecho que tenía el centurión para ejercer autoridad sobre los soldados que tenía bajo su mando

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El recibir y ejercer la autoridad está en proporción directa de que te hayas sometido a ella.

era porque él estaba sujeto a la autoridad. El mismo caso se dio en Jesús.

La frase que utilizó el centurión en la conversación que tuvo con Jesús es “…también yo”, que gramaticalmente está incluyendo a Jesús, indicando que Jesús podía ejercer autoridad porque estaba sometido a la autoridad.

Mateo 20:21 “Entonces les dijo: Pues dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.”

Éstas son expresiones que demarcan lo claro que estaba Jesús con relación al sometimiento a la autoridad.

En una ocasión a Jesús le cobraron los tributos del templo que equivalían a dos dracmas, y Él, sin vacilación alguna, conociendo los principios, los pagó. Él sabía que debía cumplir con las leyes tributarias.

Jesús estaba claro con los principios de autoridad y se sometió a ellos, aunque, por dos razones, Él estaba exento de pagarlos. Para mayor comprensión del caso vamos a estudiar el pasaje.

Mateo17:24.27 “Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? Él dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti.”

Lo primero que hay que tomar en cuenta es que éste era un tributo eclesiástico para el sostenimiento del templo, y que

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todo judío mayor de veinte años debían pagar, y no era obligatorio sólo se cancelaba por principios y por estado de conciencia, y ésta era una de las razones por la cual Jesús estaba exento del pago, ya que el tributo era un deber que se hacía por conciencia, y no era un impuesto obligatorio.

Al analizar el pasaje encontramos la segunda causa de mayor fuerza que exoneraba a Jesús de dicho pago. Tomándolo del texto original lo describe como sigue.“Y cuando ellos llegaron a Cafarnaum, se acercaron a Pedro los que cobraban las dos dracmas y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? Él dijo: sí”Y cuando llegó a la casa, Jesús se le anticipó, diciendo: ¿Qué opinas, Simón? ¿De quien reciben impuestos o tributos los reyes de la tierra? ¿De sus hijos, o de los extraños?Y cuando respondió de los extraños, Jesús le dijo: Entonces los hijos están exentos”.El lenguaje de Jesús está claro, que lo que quiso decir fue: “Si los tributos son eclesiásticos, es decir, para el sostenimiento del templo, porque me cobran a mí dicho tributo si el templo es de mi Padre” ( y agregó por estado de conciencia) “Sin embargo, para que no los ofendamos,…paga por mí y paga por ti”Nota: En esto podemos ver reflejado lo serio que era Jesús con los principios de autoridad, hasta el punto que mandó a pagar un tributo que por derecho a Él no le correspondía pagar. - A continuación estudiaremos otro caso de mayor relevancia, relacionado con los principios de autoridad a los cuales Jesús se sometió.

Cuando el sumo sacerdote interrogó a Jesús bajo conjuro, inmediatamente Él respondió a la pregunta reconociendo la autoridad delegada de parte de Dios que había en el sumo sacerdote.

Mateo 26:63-64 “Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas

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si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.” El término “Conjurar” en griego es “Exorkizo” que indica: apelar o recurrir a la autoridad superior para conseguir soluciones o respuestas concretas.

Según la ley (Levítico.5:1) se había establecido, que una persona que fuera interrogada bajo conjuro, no debía callar ante el interrogante, ya que se consideraba un acto de rebelión en contra de la autoridad a quien se había apelado en el conjuro.

Si Jesús no daba una respuesta concreta y veraz ante el sumo sacerdote que lo había interrogado bajo conjuro, apelando a Dios como autoridad superior, hubiera sido como rebelarse a Dios mismo y era considerado profanación ante la ley, que era lo mismo que tomar el nombre de Dios en vano. Jesús conociendo los principios de autoridad y el sometimiento a ella, no vaciló en responder a la pregunta que le hiciera el Sumo Sacerdote bajo conjuro.

Éstas son verdades que debemos tomar en cuenta como cristianos, debemos tener sumo cuidado de no hacer nada que atente en contra de la autoridad de Dios; así como tener presente que donde esté la autoridad representada, allí esta Dios porque Él es Autoridad. 

Pablo dijo “que nos sometamos a las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas” (Romanos 13:1-2).

Efesios 5:22 “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.24Así que, como la iglesia está

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sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.”

Efesios 5:33 “Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.”

Pablo exhorta a las casadas a estar sujetas a sus maridos como al Señor. Igualmente lo hace con los hijos dándoles el mismo mandamiento. Como no se escapa la exhortación a los maridos, a quienes les dicen que deben amar a sus esposas en similitud a Cristo que amó a la Iglesia, hasta el punto que se entregó por ella.El mensaje de Pablo estriba en que es de igual importancia, como principio de autoridad, el que haya sujeción en la esposa y los hijos para con el marido, pero que de parte del marido haya amor, comprensión, respeto, consideración y armonía; que todas estas virtudes son parte de la provisión del marido como cabeza o cobertura del hogar. Además, el marido debe ser el proveedor para el hogar en el aspecto financiero, sobre él descansa la responsabilidad de parte de Dios. Pablo lo dejó establecido como principio de autoridad.

“Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.” (1ª Timoteo.5:8).

Estos mandamientos que Pablo presenta indiscutiblemente forman parte de principios que componen el sistema de la autoridad, que al no tomarlos en cuenta nos rebelamos en una forma descarada y abierta a los mandamientos de Dios, que es como rebelarnos a Él mismo. El sometimiento a la autoridad es complejo porque te lleva a una vida de obediencia que viene como producto de un quebrantamiento. Una persona que no haya alcanzado y entendido lo que es el quebrantamiento le será difícil cumplir con el principio de sujeción. 

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El quebrantamiento produce la humillación; la humillación nos lleva a la abnegación; (Renuncia voluntaria a los propios deseos, afectos o intereses en beneficio de otras personas), la abnegación produce la sumisión; (Acción de someterse, sin cuestionamientos a la autoridad) la sumisión produce la sujeción; la sujeción produce la entrega de una voluntad; la entrega de la voluntad nos lleva a la obediencia; la obediencia es estar bajo la autoridad, al estar bajo la autoridad, ejercemos autoridad y al ejercer la autoridad, alcanzamos los objetivos.

La mejor de nuestras motivaciones y acciones nunca podrán sustituir nuestra obediencia a la voluntad de Dios. “lo

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Quebrantamiento

Humillación

Abnegación Sumisión

Sujeción

Entrega de la voluntad Obediencia

Estar bajo autoridad

Ejercemos Autoridad

Cumplimos los objetivos

Debemos entender que estar sometidos a la autoridad es aceptar

la voluntad de Dios en nuestras vidas. Por lo cual, atentar en contra de la voluntad de Dios es estar en

más grande que puedes hacer para Dios, es que hagas lo que te ha mandado a hacer, porque lo grande no está en hacer sino en obedecer”.

Para Dios no cuenta lo que yo haga de mi propia voluntad, sino que haga lo que Él me mandó a hacer, porque eso es obediencia, que indica el estar sometido a su autoridad.Ronald Shor le dijo a Dios en una de sus oraciones: “Señor, quisiera tener algo que nunca haya sido tuyo para dártelo y poder decir que algo te di. Si te doy mi carro, Tú hiciste la materia prima, ya fue tuyo. Si te doy mi casa ya fue tuya, Tú hiciste la materia prima. ¿Qué te puedo dar de mi propiedad que nunca haya sido tuyo?”. Escuchó la voz de Dios cuando le dijo: “Ronald, hay una sola cosa que no es mía, y que viene siendo mía cuando me la entregas”. Él le preguntó “¿Qué Señor?”, y Dios le contestó: “Tu voluntad. Yo te hice con libre albedrío, tú decides a quien entregas tu voluntad”.

La Biblia dice que se agrada más Jehová de la obediencia que de los muchos sacrificios, y que se le preste atención a su Palabra que la grosura de muchos carneros.

1ª Samuel 15:22-23 “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.”

Debemos aprender que el hacer la voluntad de Dios indica estar en obediencia, el estar en obediencia indica estar bajo su autoridad, al estar bajo su autoridad puedes ejercer autoridad, y al ejercer autoridad puedes alcanzar los objetivos.

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VI. Debemos ser constituidos para ejercer autoridad

Uno de los factores que hay que tomar en cuenta para ejercer autoridad es entender, que:

Quienes no han sido constituidos no pueden ejercer autoridad por dos cosas:

1. Porque no es: Que tiene que ver con la constitución.

2. Porque no tiene autoridad para hacer: Que tiene que ver con el derecho que se ha otorgado para fungir en lo que ha sido constituido.

Dios siempre le concede autoridad a quien Él ha constituido en un cargo, si no hay constitución, no hay autoridad.

Según Mateo 16:18 Pedro recibió la autoridad después que fue constituido, pasemos a analizar el pasaje:Nota: Antes de analizar el pasaje quiero dejar en claro un principio que tiene que ver con la hermenéutica como reglas de interpretación. Cada vez que consigas en las Escrituras los términos puertas, diestra, cuernos, cabeza o llaves, es o puede ser aplicado a poder o autoridad según la ilación del pensamiento del emisor. En el caso que sigue el término puertas es aplicable al poder de la muerte o al satánico; y llaves es aplicable a la autoridad.

“Y yo también te digo: que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del Reino…” (Mateo16:18.19).

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En Dios lo importante no

Observe que Pedro recibió la autoridad después de ser constituido, el texto dice: “…tú eres pedro…Y a ti te daré las llaves”.

El término “Tú eres” tiene que ver con la constitución que Simón recibe de parte de Jesús.“…Y a ti te daré” .Tiene que ver con la delegación de la autoridad.

En el lenguaje alegórico lo que Jesús quiso decir a Pedro fue: “El diablo puede trancar todas las puertas que quiera, tú tienes las llaves para abrirlas”

En relación a las llaves en contraste a las puertas que se presenta en el pasaje, se debe tomar en cuenta que la autoridad que recibimos de Dios como las llaves del Reino solo abrirán las puertas que satanás te sierra en oposición al reino de Dios, pero nunca podrá abrir las puertas que tu sierras por causa de quebrantar principios, o las puertas que Dios sierra en su designio en relación a su voluntad.

Con este ejemplo Bíblico y otros que daremos, debemos dar por entendido que se debe ser constituido para ejercer autoridad

En el libro de los Hechos, tenemos un segundo ejemplo claro de lo que venimos tratando acerca del ser constituido para ejercer autoridad, es el caso de unos exorcistas que trataron de tomar la autoridad del nombre de Jesús sin ser constituidos. Los exorcistas conjuraron a los demonios en el nombre del Jesús que profesa Pablo, los demonios dijeron “a Jesús conocemos y sabemos quién es Pablo, pero quiénes son ustedes”.

Hechos 19:13-16 “Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por

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Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.”

Si analizamos bien el texto, los demonios lo que quisieron decir fue: “Conocemos la posición que Jesús y Pablo tienen y a quien representan, pero ¿quiénes son ustedes?”, en otras palabras “¿quién los llamó y constituyó para hacer lo que están haciendo?”. Por causa de ellos no haber sido constituidos no podían, ni debían ejercer autoridad; ignoraron los derechos y los deberes de la autoridad y les trajo graves resultados: salieron desnudos, lo que equivale a un despojo, heridos, totalmente derrotados. Mi consejo es: No trates de ejercer autoridad si no has sido constituido para ello.

Es muy denigrante hablar a favor de nuestra propia autoridad o tratar de establecerla nosotros mismos.

Aunque David fue ungido por Dios y designado como futuro rey, por largos años permaneció bajo la cobertura de Saúl. No extendió nunca su mano para instituir su propia autoridad. De igual modo, si alguna vez Dios lo designa a usted como líder, debe permanecer en obediencia a la autoridad designada, y tomar en cuenta que si no ha sido constituido por Dios como autoridad, todo esfuerzo propio por establecer autoridad será penoso e inútil y penado ante los ojos de Dios.

Cualquier intento de constituirse uno mismo en autoridad, debe ser totalmente erradicado, dejemos que constituya Dios su autoridad en nosotros y nadie trate de establecer la suya.

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Por esta causa, cuando sea sometida a prueba la autoridad delegada que se le ha confiado, no haga nada; los que se rebelan, no se rebelan contra usted sino contra Dios, y por ende pecan contra la autoridad de Él, no contra la suya; la persona a quien así deshonran, critican y se oponen es a Dios, y los que se oponen y atacan a dicha autoridad encontrarán interceptada su trayectoria espiritual y no habrá progreso para ellos.

El gobierno de Dios que se rige en autoridad es un asunto muy serio, ojalá sea Dios indulgente o tolerante con nosotros para que sepamos lo que es la autoridad, temiendo a Dios que es el autor y fuente de la autoridad, y desconfiar así de nosotros mismos para nunca instituir nuestra propia autoridad.

En Hechos capítulo 8, verso 18 al 20, tenemos otro ejemplo: se trata de uno llamado Simón el mago, quién quiso comprar la autoridad que sólo se obtiene cuando Dios la delega después de haber sido constituido.

Si analizan bien el texto hubo un intento de soborno, y cuando se trata de los asuntos de Dios no hay lugar para el soborno (cohecho) ni para el más fuerte; esto no es del que quiere, no es del primero que llega, es algo que está en el deseo de Dios, Él es quien elige, constituye y delega la autoridad.

En Números capítulo 16 versos 1 al 30, tenemos otro ejemplo: es el caso de Coré, Datan y Abirán quienes quisieron tomar la autoridad por sus medios sin ser constituidos y perecieron.

Lo que más me llama la atención es que Coré y sus seguidores, pertenecientes a la tribu de Leví, la que Dios escogió para el sacerdocio, con todo y en la posición en la que estaban, cayeron en este error, acto que es inaceptable e imperdonable, Números 16:7.11.

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Esto es un denominador común en nuestros tiempos, ya que quienes se rebelan en contra de las autoridades son los líderes; son escasos los casos que un nuevo convertido caiga en rebeldía produciendo divisiones y causando daños a la grey. Es penoso que existan líderes que deberían estar en un nivel de madurez como para no caer en estos errores y, sin embargo, están incurriendo en ellos. Pero no nos engañemos, Dios no puede ser burlado, algún día seremos confrontados por Él, y de todo daremos cuenta.

VII. Obediencia o rebeldía ante las autoridades establecidas por Dios.

- Sabemos que Dios es la fuente de la autoridad.- Sabemos que el Espíritu Santo es la máxima autoridad en la Iglesia.- Sabemos que los hombres que Dios ha constituido como Ministros y como el gobierno de la Iglesia son la máxima representación de la autoridad de Dios en la Iglesia.

También debemos tomar en cuenta, y tener muy en claro que rebelarse a uno de estos hombres es rebelarse al Espíritu Santo en forma directa, y rebelarse al Espíritu Santo es rebelarse en contra de Dios. Hechos 5:1.11.

La autoridad que Dios delega a un hombre para un cargo específico es tan determinante que Dios nunca va a pasar por alto la autoridad que ha delegado a uno de estos hombres aunque estén equivocados.Dios no nos hará responsables por la obediencia equivocada, sino al contrario, hará responsable a la autoridad delegada por su acción errónea, pero nosotros seremos galardonados por la obediencia a ellos.Si tu líder, en un supuesto, te da una orden equivocada pero en su demanda no quebranta ningún principio Bíblico, ni quebranta la moral, ni la ética; no tendrás ningún problema delante de Dios en el presente ni en el día del juicio por causa

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de haber obedecido a una orden equivocada del líder. Él será juzgado y reprendido por Dios por abusar de la autoridad, más tú serás premiado por tu obediencia a la autoridad que Dios ha delegado en él.

Cuando Moisés se casó con la mujer cusita (descendiente de Cam), Aarón y María (hermanos de Moisés) murmuraron en contra de él, conducta que desagradó a Dios. Ellos tenían sus razones para hacerlo pero no tenían autoridad ni derecho de parte de Dios; eso era problema de Dios con Moisés, que tenía que resolver en lo personal. Aron y María tenían que mantenerse al margen, lo único que podían y debían hacer era corregirlo no murmurar.

En lo personal aprendí un principio en cuanto a mis líderes y sus errores:“Un buen discípulo es aquel que aprende aún hasta de los errores de su maestro, pero nunca lo difama, lo critica, lo ataca, ni lo persigue”. El caso de David es un ejemplo a seguir, no se atrevió a poner las manos en contra del ungido de Dios, independientemente de cuál fuera su conducta. David sabía que Saúl estaba totalmente equivocado y desubicado, pero no se atrevió a rebelarse en contra del ungido de Dios, hasta el punto que expresó: “…Guárdame Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová” 1ª Samuel 26:9.11.

Para David tenía tanto valor la autoridad delegada en un hombre escogido por Dios, que el simple hecho de haber cortado la orilla del manto del rey Saúl, lo consideró un acto de rebeldía, hasta el punto que se turbó en su corazón por haber hecho tal cosa. 1ª Samuel 24:4-6. “…y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl. Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa

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contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él;...”

En una segunda oportunidad, David se acercó a Saúl pero esta vez sólo tocó cosas que estaban aparte del cuerpo de Saúl, no algo que estuviera sobre su cuerpo. En esta ocasión se llevó la lanza y la vasija del agua que estaban en la cabecera de Saúl. David fue más cuidadoso al dirigirse al ungido de Jehová, para no atentar en contra de la autoridad.

1ª Samuel 26:9.11 “…Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente? …guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová. Pero toma ahora la lanza que está a su cabecera, y la vasija de agua, y vámonos”.

Es lamentable decirlo, pero en estos tiempos, tenemos el tipo de persona que no se lleva lo que tienes en la cabecera, sino que te quieren arrancar la cabeza.

Pablo en una ocasión pidió perdón por la forma atrevida en la que se dirigió al Sumo Sacerdote. Él conocía muy bien los principios de autoridad, hasta el punto que citó la Escritura para salvaguardarse en el principio de autoridad que había quebrantado.

Hechos 23:5 “Pablo dijo: no sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo”.

Éxodo.22:28 “No injuriarás a los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo”

Algunas versiones dicen: “A los que gobiernan tu nación”

Igualmente, podemos mencionar la actitud que tomó el arcángel Miguel contra Satanás. Miguel conocía lo que es

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autoridad y no se atrevió a proferir juicio de maldición. (2ª Pedro 2:10.11, Judas 9)

A Satanás, siendo Lucifer, Dios lo colocó como la máxima representación de su autoridad entre las huestes angelicales; Miguel como arcángel, conociendo los principios de autoridad, con todo y que Satanás es un ser caído y por causa de su caída había perdido toda autoridad, evitó caer en el terreno de maldición, de condenación, al proferir juicio contra Satanás y acudió a la autoridad de Dios y dijo “que el Señor te reprenda”. Judas 1:9.

Si analizamos el contexto anterior y el subsiguiente de Judas 9, nos daremos cuenta de que el escritor viene desarrollando un tema que tiene que ver con el rechazo de la autoridad establecida, tomando como ejemplo en el aspecto negativo a las ciudades de Sodoma y Gomorra, comparándolas con Caín, Balaán y Coré, cuyos personajes cometieron actos de rebeldía.

En contraste a esa rebeldía, pone como ejemplo al arcángel Miguel que fue prudente en el momento que fue confrontado por un ser que en un tiempo fue su autoridad, no tomo decisiones a la ligera sino que acudió a quien tenía toda la autoridad, esto es, Dios para así cumplir con los principios y mantenerse al margen. 2ª Pedro.2:10.11.

“…no obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores. Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por

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lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.” Judas: 8,12.

Otros de los grandes ejemplos que tenemos referente a la autoridad lo está en el caso de Moisés, Aarón y Hur. Dice la Biblia que hubo un momento de guerra y cuando Moisés levantaba la mano el pueblo prevalecía y viceversa. Viendo esto, Aarón y Hur buscaron una piedra para que él se sentase y se afirmase, luego le levantaron los brazos. Si observamos bien el pasaje, no se metieron con la vara que tenía Moisés en la mano, que representa la autoridad delegada de Dios, sólo levantaron sus brazos, porque ellos sabían que la vara funciona en las manos de quien Dios la ponga. (Éxodo 17:8.12).

En nuestros tiempos es todo lo contrario, tenemos casos de gente que te busca una piedra pero no para que te sientes y te afirmes, sino para atravesártela para que te caigas, y luego en vez de levantarte la mano donde tienes la vara, lo que te quieren es quitar la vara. (Éxodo.17:8.12).

Ten esto presente: Nunca trates de tomar la vara que representa la autoridad, a menos que Dios te la dé, la vara funciona en las manos de quien Dios la ponga. ¿Se puede servir a Dios sin estar sujeto a la autoridad, ni haber sido constituido? Claro que sí, pero Dios nunca aprobará dicho servicio. El ejemplo más claro lo tenemos en el caso de Nadab y Abiu hijos de Aarón, quienes siendo sacerdotes ofrecieron fuego que para Dios fue extraño por causa de no haber sido constituidos para tal ceremonia. Ellos eran sacerdotes pero no sumos sacerdotes. Note que el incensario fue el mismo, el fuego también, la ceremonia en su totalidad fue la misma, pero quienes la estaban llevando a cabo no estaban autorizados ni constituidos por Dios para tal fin, y esto fue lo que a Dios le extrañó. No trates de hacer para Dios nada, si Él no te ha constituido.

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VIII. La fuente de la autoridad, la máxima autoridad y la máxima representación de la autoridad.

¿Quién es la fuente de la autoridad? 

Según Juan 19:10-11, la autoridad está en Dios y es delegada a los hombres. Jesús le dijo a Pilato: “…ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba…”

La autoridad en Dios es inherente y absoluta. Él es el autor de la autoridad, Dios es autoridad, la autoridad es parte de su naturaleza.

¿Por qué Dios es la fuente de la autoridad?

El tratar de explicar el ser de Dios es algo inconcebible, inexplicable, abstracto. El ¿Quién hizo a Dios? Es una pregunta llena de necedad, porque se basa en la falsa suposición de que Dios viene de alguna parte y ésta suposición te lleva a otra pregunta ¿De qué parte viene? La respuesta es, que esta pregunta ni siquiera tiene sentido. Es como preguntar “¿A qué huele el azul?” El azul no está en la categoría de las cosas que tienen olor, así que la pregunta en sí misma es defectuosa y necia. De la misma manera, Dios no está en la categoría de las cosas que son creadas, o llegan a existir, o son causadas. Dios no tiene causa ni procedencia de creación, Él simplemente Es ¿Cómo sabemos esto? Bien, sabemos que de la nada, nada procede. Así que si alguna vez hubo un tiempo en que no existía absolutamente nada, entonces nada hubiera podido existir. Pero las cosas existen. Por lo tanto, puesto que nunca pudo haber habido absolutamente nada de la nada, algo tuvo que haber, ser, o estar siempre antes de la nada, para que de la nada en su ser del ser hacer las cosas que existen. Este ser que ha sido y ha estado por la eternidad es a quien llamamos Dios.

En lo científico, es imposible estudiar a Dios, Él es abstracto, 31

es un ser que no se puede meter en un cubo de ensayo y analizarlo por completo en forma absoluta. La teología nos da algunos indicios muy minúsculos, pequeños destellos de información de la naturaleza de Dios, de sus propiedades o virtudes, de sus obras, sus nombres redentivos y calificativos; dejándonos ver parte de su grandeza.

Según Éxodo 3:14, Dios es absoluto en todas las cosas incluyendo la autoridad. Pasemos a analizar el pasaje.

En el texto antes mencionado, Dios le dijo a Moisés “YO SOY EL QUE SOY”

El término “YO SOY”- en el aspecto etimológico- encierra características y valores que son absolutos y propios del ser a quien se le atribuye.

“YO SOY” indica “SER”, del hebreo “HAYAH”. Entre sus características y valores, determina la existencia abstracta que interpretado significa: “Existir por sí mismo, permanecer en uno mismo”, mostrando a quien se le atribuye el término, un gozar de absoluta independencia”

Cuando Dios le dijo a Moisés: “YO SOY ME ENVIÓ A VOSOTROS” lo que quiso decir fue: “Dile a ellos, que el que existe por sí mismo, permanece en él mismo y no depende de nadie, te está enviando”

Cuando analizamos el término “JIREH”, como nombre compuesto de Dios en su única y absoluta característica, significa: “EL QUE SE PROVEE”, determinando lo absoluto de Dios, indicando que Él no queda desprovisto del favor de nadie (Génesis.22:14). Él es independiente, autosuficiente, de Él dependen y proceden todas las cosas, Él es la sustancia misma del universo y de todo lo creado. (Hebreos1:3).

En Juan 5:26, se reflejan las características del gran “Yo soy”. 32

Jesús dijo: “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo,…”

Alguien dijo una hipérbole al tratar de explicar este texto: “Dios tiene tanto poder que pudo haberse hecho Él mismo”.

Hay tres causas por las cual debo aceptar a Dios:

a) Por lo que Él es: Que indica su naturalezab) Por lo que Él ha dicho: Que indica su palabra y la integridad en ella.c) Por lo que Él ha hecho: Que indica su obra.

Pero debemos tomar en cuenta una verdad: aunque Dios no haya hecho nada en nosotros, es suficiente que Él lo “Sea” y que Él lo haya “Dicho”.

Su autoridad en lo que Él “Es”, y en lo que Él ha “Establecido”, es una garantía absoluta para confiar en Él.

Job entendió lo absoluto de Dios en su autoridad, aún en los momentos más difíciles, donde no veía resultados positivos expresó: Job 13:15 “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré…”Job 19:25 “Yo sé que mi Redentor vive…”

Nunca olvides esta verdad: “Cuestionar, dudar, y opinar la naturaleza de Dios en lo que “Él Es”, y su palabra en lo que “Él ha Establecido”, es quebrantar el principio más grande de autoridad”.

Ante una palabra que recibas de Dios - por causa de la autoridad intrínseca que hay en ella, por lo que Dios es, y por lo que Dios ha dicho - nunca opines, ni dudes, ni cuestiones, sólo cree.

¿Quién es la máxima autoridad?

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La máxima autoridad en la Iglesia es el Espíritu Santo. Él es quien toma y debe tomar las decisiones en la Iglesia en una forma colectiva y en el creyente a nivel personal.

Nunca los discípulos en una forma personal, ni en la Iglesia en una forma colectiva, tomaron decisiones sin consultar al Espíritu Santo.

Debemos tomar en cuenta que el Espíritu Santo es una persona: tiene mente, voluntad, convence, investiga, revela, enseña, escudriña, redarguye, testifica, intercede, da órdenes, dirige, guía, ayuda, consuela, se apaga, se le puede mentir, se puede blasfemar en contra de Él y se contrista, se puede tener comunión con Él.

Tomando en cuenta estas verdades, debemos tratar al Espíritu Santo como lo que Él es: como una persona.

Tomar decisiones - aún en lo personal - sin consultar con el Espíritu Santo, es desaprobar su personalidad y además es desautorizarlo por completo en nuestras vidas.

El Espíritu Santo es la máxima autoridad en la Iglesia y en el creyente en lo personal; no tomarlo en cuenta en las funciones que viene a desarrollar en nosotros, sería lo mismo, que no aceptar que Él es la máxima autoridad, y esto rompe con un principio de autoridad, y así no ejercemos autoridad. Toma en cuenta que en todo lo que emprendamos, debemos consultar con el Espíritu Santo, tenemos una sociedad con Él y no debemos romperla.

En una ocasión Henry Hinn personalmente me dijo: “El Espíritu Santo y tú son socios, pero Él es el socio mayoritario. Si quieres tener éxito en todo lo que emprendas, nunca rompas tu sociedad con el Espíritu, no lo desautorices en nada; recuerda que Él tiene las mayores acciones en el Reino, y como tal es quien da las órdenes, nosotros sólo obedecemos;

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Él es la máxima autoridad donde te encuentres”.

A continuación algunos pasajes que presentan a la persona del Espíritu Santo tomando decisiones en lo personal en la vida de los Discípulos, y en la Iglesia en forma colectiva.

Hechos 5:32 “y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo…”Hechos 8:29 “y el Espíritu dijo a Felipe: acércate y júntate a ese carro”Hechos 10:19 “y mientras Pedro pensaba en la visión le dijo el Espíritu: he aquí, tres hombres te buscan”Hechos 11:12 “ y el Espíritu me dijo:( hablando Pedro) que fuese con ellos”Hechos 13:2 “ministrando estos al Señor, y ayunando dijo el Espíritu Santo…”Hechos 13:4 “ellos, entonces, enviados por el Espíritu…”Hechos 15:28 “porque ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros…”Hechos 16:6 “y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia…”Hechos 16:7 “y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se los permitió…”Hechos 20:23 “salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo…”Hechos 20:28 “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispo, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su propia sangre.”Hechos 21:4 “y hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu…”Hechos.21:11 “… y atándose los pies y las manos dijo: esto dice el Espíritu Santo…”Romanos 8:14 “porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios...”Romanos 8:16 “el Espíritu mismo da testimonio a nuestro

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espíritu, de que somos hijos de Dios.”Romanos 8:26, “y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades…”

¿Quién es la máxima representación de la autoridad de Dios?

Todo aquel que ha sido constituido por Dios o por las autoridades competentes. En el caso de la Iglesia como institución, la máxima representación de la autoridad son los que Dios ha constituido y les ha conferido un don Ministerial.

Hebreos 13:17 dice: “Obedeced a vuestros pastores (líderes según el texto original) y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta…”

Según Apocalipsis capítulos 2 y 3, las cartas fueron enviadas a 1as Iglesias que estaban en Asia, pero fueron dirigidas al ángel de la Iglesia como la máxima representación de la Autoridad de Dios en la Iglesia.

Desde el punto de vista etimológico podemos demostrar que el que posee un don Ministerial recibe todo el respaldo de Dios en su autoridad para ejercer el don sin intermediarios. Esto lo observamos y entendemos cuando analizamos las características y los valores del don Ministerial.

El término Don para referirse al Ministerio es “Domata”, que es el plural del singular “Doma”.

El Doma: Es una naturaleza adquirida por Dios, y en este don está incluida la misma naturaleza de Dios para ejercer el don. Por esta causa podemos entender y aceptar ciertas características y valores que son propiedades del don. El que posee este don (Doma) tiene la habilidad y la capacidad de guiarse a sí mismo y de guiar a otros (en las

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directrices que recibe de Dios) ya que tiene una relación directa con Él por causa del don. Es decir, un hombre que haya recibido de Dios dicho don no debe ser dirigido por ningún tipo de organización, federación, concilio, directiva o Iglesia; ya que recibe un poder absoluto y está bajo la cobertura y dirección de Dios.

Por esta razón, el modelo Bíblico del gobierno de la Iglesia, es netamente Teocrático.

1. No es Autocrático: porque no es un hombre el que se dirige a sí mismo y se gobierna por sí solo.

2. No es Democrático: porque no es el pueblo el que se dirige a sí mismo o se auto gobierna.

3. Es Teocrático: porque es Dios dirigiendo y gobernando a través de hombres llenos del Espíritu Santo, con un llamado, una pasión, una misión y una visión.

Es por ello que alegamos que los Ministerios que Dios ha constituido como Domata representan la Autoridad de Dios en la Iglesia.

VIII. Deberes y derechos de la autoridad. El cómo ejercer autoridad.

Para ejercer autoridad se debe conocer los deberes y los derechos que tiene dicha autoridad, y entre ellos existen limitaciones.

Debemos conocer cómo, cuándo y dónde ejercer autoridad:- Cómo: nos indica la forma.- Cuándo: nos indica el tiempo.- Dónde: nos indica el lugar.

El cómo ejercer autoridad.37

Cuando nos referimos al cómo ejercer autoridad, hacemos referencia a la forma. Existen actitudes negativas que nos llevan a ejercer autoridad fuera del orden establecido por Dios. A continuación vamos a detallar cada una de ellas.

a) La autoridad no se impone, se expone y se ejerce.

Una cosa es estar bajo la autoridad, y otra es estar bajo autoridad. El estar bajo la autoridad es estar bajo un control, es estar haciendo las cosas en el capricho y la obstinación de otro, es vivir bajo una imponencia, autocracia, dictadura; sin tener derecho a nada. Cuando en el ejercicio de la autoridad no se respetan tus derechos, y se te exponen tus deberes, tal autoridad no procede de Dios. Es almática, sensual, carnal, diabólica.Esto es presentado por el Apóstol Pedro en una de su carta, Él dijo:

1a Pedro 5:2-3 “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey…”

Cuando una persona impone la autoridad, entra en el terreno de la manipulación, intimidación, el control, el dominio, cercenando e irrespetando los derechos que tienen los demás.

Dios no opera de esta forma, Él persuade en amor.Persuadir: Es el acto de enamorarte para ganar tu voluntad.La manipulación, intimidación y el control; son productos de la autocracia, la independencia y el humanismo, que es el asesino de la gracia, tomando tus propias decisiones e ignorando la voluntad de Dios e imponiéndote a ella entrando en el terreno del gobierno humano.

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La autoridad nunca fue delegada para imponerla, sino para exponerla y ejercerla.

b) La autoridad no busca ni defiende una posición.

Cuando una persona defiende una posición no conoce lo que es autoridad. El que tiene y ejerce autoridad de parte de Dios, debe saber que tiene una posición, por ende la autoridad que ejerce se debe a la posición que tiene. Por esta razón, a Jesús le era difícil contestar la pregunta que le hizo el Sumo Sacerdote en relación a su posición como el Mesías; Él sabía que lo era y no tenía que manifestar, vociferar, ni defender dicha posición.En la respuesta que Jesús le da al Sumo Sacerdote lo deja en claro, Él le dijo: “tú lo has dicho” (Mateo.26:64). Es decir “yo no lo dije: tú lo dijiste”. Jesús estaba claro y convencido en el asunto, Él sabía que era el Mesías, no tenía que hacer alarde de ello.

Moisés no defendió la posición que tenía, él sólo ejerció la autoridad que Dios le delegó por causa de su posición, y Dios en respuesta a la posición que le había dado, respaldó la autoridad que esté ejerció. (Números 16:1-34).

La vindicación, la defensa o cualquier otra reacción que pudiera darse por causa de una posición que se ha recibido de Dios, debe venir de Dios, no del hombre. El que se vindica a sí mismo, no conoce a Dios y duda de su posición. Nadie en la tierra pudo ser más autoritario en su defensa que Cristo, sin embargo, nunca defendió su posición. 

El que hable a favor de sí mismo, está bajo juicio, por lo tanto, carece de autoridad. Cada vez que uno trata de vindicar o defender su posición, pierde el derecho de ejercer autoridad. Alguien dijo: “La autoridad y la defensa propia no son incompatibles”.

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c) La autoridad no es compatible con la violencia y el agravio.

La autoridad es todo lo contrario a la violencia y al agravio; ella refleja: amabilidad, cordialidad, afabilidad, benevolencia, humildad, mansedumbre, templanza, honra, respeto. (Romanos: 13:7).

Cuando Coré, Datan y Abirán se rebelaron en contra de Moisés, él los mandó a llamar en una forma pacífica para arreglar cuentas. Números 16:12.

En esto podemos ver reflejado la mansedumbre de un hombre, que ha entendido lo que implica la autoridad que se le ha confiado.Tenemos como ejemplo el caso de Pedro cuando cortó la oreja del siervo del Sumo Sacerdote en el momento que fueron a entregar a Jesús. En el acto de violencia que se dio por parte de Pedro, Jesús lo reprendió; el Señor tenía muy claro que la autoridad no es compatible con la violencia. (Mateo.26:51.54).

Generalmente se da por sentado que cosas tales como las que se nombran a continuación son los requisitos necesarios que debe reunir una autoridad: esplendor, magnificencia, personalidad, presencia, apariencia fuerte, poder. Además se argumenta que para ser autoridad uno debe poseer una firme determinación, ideas geniales y labios elocuentes; pero no son estas cosas las que representan la autoridad, en cambio sí representan la carne.

Nadie en el Antiguo Testamento superó a Moisés como autoridad establecida por Dios, no obstante, fue el más manso de todos los hombres. Moisés nunca acudió a la violencia para defender la autoridad que Dios le delegó.“Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”. (Numero12:3).

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En el Nuevo Testamento no hubo un hombre con mayor autoridad que Jesús, sin embargo, Él resaltó su mansedumbre más que su autoridad, hasta el punto que se puso de ejemplo a sus discípulos y les dijo: “aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”. (Mateo11:29).

Para ser autoridad y ejercerla, se necesita llevar por delante la mansedumbre, la violencia te cercena el derecho de ejercer autoridad. Alguien dijo: “La mansedumbre es lo que le da balance a la autoridad en el momento que se ejerce”.Nota: Los gritos, el agravio y la violencia es instinto de inseguridad en lo que se “es”, y en lo que se “ejerce”, y es el arma de los que no tienen razón.

d) La autoridad ni hace ni dice ni toma decisiones arbitrarias.

El que tiene autoridad debe usar la prudencia, que tiene que ver con la sabiduría, y a la vez debe tener dominio propio.La Sabiduría: Es el arte de saber transmitir el conocimiento, en dichos o en hechos, la sabiduría es la madre de la prudencia.Dominio propio: Es la fuerza de la voluntad. Es lo que te hace tomar decisiones sabias para dar pasos concretos evitando que la vida se desmorone.El dominio propio. No nos deja ser impulsivos en las cosas que hablamos o en las acciones que emprendemos como producto de las decisiones que tomamos.

Jesús fue muy prudente con lo que hacía y decía, el texto dice: “…no abrió su boca para nada”.

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Quien no sabe refrenar sus acciones negativas y su

lengua, no es apto para ejercer

Jesús habló cuando tenía que hablar, dijo lo que tenía que decir, y actuó cuando tenía que actuar. (Mateo 27:11.14. Marcos 15:2.5. Lucas 23:1.5. Juan 18:28.37).

La autoridad en cuanto a las acciones: El testimonio de un hombre de Dios mide el nivel que tiene para ejercer autoridad. En lo secular todas las acciones negativas que un funcionario de cualquier institución haga a la luz pública, le costarán el cargo y la posición que tiene. Pasa por el proceso de degradación y destitución. En mi opinión, en lo espiritual las demandas son mayores.Es muy importante que un hombre de Dios sea íntegro en todas sus acciones, debe tener mérito de todo y con todos donde se encuentre. Debemos entender que un hombre sin un buen testimonio puede seguir siendo la autoridad y tener autoridad, pero no tiene fuerza ni credibilidad para ejercerla; por causa de sus malas acciones pierde todos los derechos ya que cae en desgracia y pierde el favor de los hombres cayendo en un terreno de desgracia.

Jesús condeno la actitud que tuvieron los escribas y fariseos al exponer la autoridad sin tomar en cuenta la vivencia de ella, Él dijo: “En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos…” (Mateo 23:2)

El término Cátedra del griego tiene que ver con lugar de eminencia donde solo podían sentarse a ejercer los que estaban constituido para lo tal. El caso registrado en el pasaje muestra, que los que estaban dando intrusiones en relación a los mandamientos de Dios dados a Moisés, habían perdido el derecho de ejercer autoridad siendo representante de ella, por no hacer de los mandamientos que exponían un estilo de vida.

La autoridad en cuanto a los dichos o sus palabras: Un hombre con autoridad debe tener sumo cuidado con lo que dice; con una palabra que diga bajo la autoridad de Dios puede bendecir o puede maldecir.

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Como Ministros de Dios debemos tener cuidado cómo nos dirigimos a la Iglesia, a nuestros vecinos, o quienes nos rodean.

En el rol de padres, debemos considerar la forma cómo nos dirigimos a nuestros hijos, si expresamos palabras de maldición o condenación o en lugar de esto, los bendecimos deseando y declarando para ellos lo mejor.

Como esposo, ser medido y tener sumo cuidado cómo nos dirigimos a nuestras esposas, ellas deben ser: amadas, protegidas, enamoradas. De nuestros labios deben salir palabras de elogios, y no ofenderlas ni maldecirlas verbalmente. Por estas causas, como representantes de la autoridad no debemos tomar decisiones arbitrarias en lo que hacemos o decimos; seamos prudentes.

e) La autoridad es sensible ante la autoridad donde se encuentre.

El que ejerce autoridad tiene una visión de la misma, percibe y capta la autoridad donde se encuentre y la obedece siendo solidario con ella. La autoridad nunca pasa por alto a las autoridades ni las desautoriza, sino que les da el apoyo que se requiere. Ten presente que donde vayas o te encuentres siempre te vas a conseguir la autoridad representada, y vas hacer confrontado por ella; no la resistas ni te opongas, solo sujétate y obedécela.

f) La autoridad no indica tener todo el tiempo la razón.

No se tiene la razón porque se es la autoridad; ejercemos autoridad porque lo que hacemos es razonable delante de Dios y de los hombres.El que ejerce autoridad sabe pedir perdón cuando se equivoca, y a su vez reconoce los errores cuando los comete, respetando

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así los derechos que tienen sus semejantes. Además de esto, es humilde para recibir consejos, es fácil de ser corregido, porque tiene presente que no le resta nada el aprender, al contrario, reconoce que el aprendizaje lo hace sabio y prudente para ejercer la autoridad con razón.

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