Evaluación formativa de uso del punto y coma

De acuerdo a lo estudiado, marca punto o punto y coma en los lugares que corresponda

1. El odio nada engendra solo el amor es fecundo 2. Algunos reían, cantaban y bailaban otros solo conversaban3. De América, conocía todos los países de Europa, solo uno o dos.4. El viaje de ida lo hizo en bus el de vuelta, en auto5. Las entradas se agotaron muy pronto había gran expectación por el

partido6. En el verano, tenía alergia n el invierno, reumatismo7. A pesar de todo, pronunció su discurso con él arrancó prolongados

aplausos8. Juan te lo dirá solo él puede saber la respuesta a tu pregunta

9. “Las campanas de la torre están sonando en nuestro pecho, al nivel de nuestro corazón, que late fuerte se ven brillar, lejos en las viñas, los azadones, con una chispa de plata y sol se domina todo: las otras azoteas los corrales, donde la gente, olvidada, se afana, cada uno en lo suyo las manchas del arbolado de los corralones, con el toro o la cabra el cementerio, adonde a veces llega, pequeñito, apretado y negro, un inadvertido entierro de tercera ventanas con un muchacha en camisa que se peina, descuidada, cantando el río, con un barco que no acaba de entrar graneros, donde un músico solitario ensaya el clarinete…”

Corrección

1. El odio nada engendra; solo el amor es fecundo.2. Algunos reían, cantaban y bailaban; otros solo conversaban.3. De América, conocía todos los países; de Europa, solo uno o dos.4. El viaje de ida lo hizo en bus; el de vuelta, en auto5. Las entradas se agotaron muy pronto; había gran expectación por el

partido.6. En el verano, tenía alergia; en el invierno, reumatismo.7. A pesar de todo, pronunció un discurso; con él arrancó prolongados

aplausos.8. Juan te lo dirá; solo él puede saber la respuesta a tu pregunta9. “Las campanas de la torre están sonando en nuestro pecho, al nivel

de nuestro corazón, que late fuerte; se ven brillar, lejos en las viñas, los azadones, con una chispa de plata y sol; se domina todo: las otras azoteas; los corrales, donde la gente, olvidada, se afana, cada uno en lo suyo; las manchas del arbolado de los corralones, con el toro o la cabra; el cementerio, adonde a veces llega, pequeñito, apretado y negro, un inadvertido entierro de tercera; ventanas con una muchacha en camisa que se peina , descuidada , cantando ; el río, con un barco que no acaba de entrar; graneros, donde un músico solitario ensaya su clarinete…”