EVALUACIÓN INTEGRAL APRENDIZAJE · modelo de competencias, en consecuencia, la evaluación está...

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EVALUACIÓN

INTEGRAL

DEL

APRENDIZAJE

Manual del participante

Directorio

Candita Victoria Gil Jiménez Directora General

Tomás Pérez Alvarado Secretario Académico

Patricia Alejandra Bernal Monzón Directora de Formación Académica

Carmen Ibarra Salas Coordinadora de Impartición de

Programas de Formación Académica

Patricia Toledo Márquez Coordinadora de Desarrollo de Programas

de Formación Académica

Rosa Rubí Gómez Coordinadora de Evaluación de la

Formación Académica

Diseño de contenidos: Maricela Corona Cordero

Diana Morales López

Fecha de elaboración: julio de 2010

Fecha de actualización: marzo de 2014

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Contenido PRESENTACIÓN ........................................................................................................................... 6

UNIDAD DE APRENDIZAJE I: EVALUACIÓN EDUCATIVA .......................................................... 8

1.1 Modelos de evaluación ................................................................................................ 10

1.1.1 El Modelo Psicométrico........................................................................................... 10

1.1.2 El Modelo Sistémico ................................................................................................. 11

1.1.3 El Modelo Comunicativo o Psicosocial ................................................................ 12

UNIDAD DE APRENDIZAJE II: EVALUACIÓN EN EL MODELO ACADÉMICO ......................... 16

2.1 Fundamentos de la evaluación ................................................................................... 17

2.2 Características de la evaluación ................................................................................. 24

2.3 Funciones de la evaluación ......................................................................................... 25

2.4 Proceso de evaluación del aprendizaje .................................................................... 29

2.5 Instrumentación de la evaluación del aprendizaje .................................................. 30

2.5.1 Recolección de la información y orientación del aprendizaje ........................ 36

2.5.1.1 Técnicas de evaluación informal ....................................................................... 37

2.5.1.2 Técnicas de evaluación semiformales .............................................................. 39

2.5.1.3 Técnicas de evaluación formales ...................................................................... 41

2.6 Orientación del aprendizaje ......................................................................................... 49

Referencias documentales .................................................................................................... 52

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PRESENTACIÓN

Una de las actividades que el docente lleva a cabo es la evaluación, es innegable

que para poder desempeñarla cuenta con un conocimiento teórico y práctico, lo

cual implica tener cierta concepción del modo en que se aprende y en que se

enseña; como resultado pueden identificarse tantas ideas y formas de evaluar

como agentes de enseñanza existan.

Por esa razón, se hace necesario contar con un referente homogéneo que defina

para el Sistema Nacional de Colegios de Educación Profesional Técnica, la

evaluación integral y el proceso de evaluación del aprendizaje en apego a los

postulados del Modelo Académico.

Si bien en el Modelo Académico vigente, la evaluación se caracteriza por el

proceso a seguir y por la sistematización de la misma, el resultado no es sólo la

reestructuración didáctica, sino el cambio de paradigma que requiere su

ejecución. De esta manera a un cambio en los procedimientos debe corresponder

un cambio en las creencias y actitudes, al menos en la reflexión, porque éstas son

las que condicionan lo que se hace.

El curso Evaluación Integral del Aprendizaje, está orientado a cubrir los estándares

institucionales establecidos en la Norma Técnica de Institución Educativa: Propiciar

el Aprendizaje Significativo; ya que se considera una competencia en el quehacer

cotidiano del docente.

La evaluación dentro del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica, es

una característica de la práctica educativa, que ha dejado de ser una actividad

que se realiza al final de un tema, de una unidad, de un trabajo o de un módulo,

para asumirse como proceso complejo, en el que se recuperan los aprendizajes al

mismo tiempo que se aprende.

La evaluación como competencia del docente puede ser estudiada para

posteriormente ser evaluada bajo un proceso riguroso que permitirá su

reconocimiento.

El curso Evaluación Integral del Aprendizaje, está centrado en la adquisición y la

aplicación de una serie de estrategias que le permitirán abordar las situaciones de

evaluación como parte del proceso educativo donde convergen la planeación

de las sesiones y la creación de ambientes de aprendizaje.

¡Gracias por participar!

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EVALUACIÓN INTEGRAL

DEL APRENDIZAJE

Propósito: El Docente identificará el proceso de evaluación

integral del aprendizaje de acuerdo con el Modelo Académico

para favorecer el aprendizaje de los alumnos.

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UNIDAD DE APRENDIZAJE I: EVALUACIÓN

EDUCATIVA

PROPÓSITO:

El Docente conceptualizará el término evaluación a

partir de la evolución del concepto para considerarlo

como elemento indisociable del proceso educativo.

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UNIDAD DE APRENDIZAJE I: EVALUACIÓN

EDUCATIVA

El concepto evaluación, tiene múltiples acepciones, por ejemplo, está asociado a

la tarea de realizar mediciones sobre la importancia de las características de un

objeto, hecho o situación particular; también se asume la visión de

hetereoevaluación; es decir, un proceso que se lleva a cabo desde el docente al

alumno; o bien como una comparación entre sujetos. Sin embargo, la evaluación

involucra otros factores que van más allá y que en cierto modo la definen.

La referencia al término evaluación comparte un campo semántico con los

siguientes términos:

Medición: se refiere a comparar el grado de cumplimiento respecto de una

característica o medida la cual puede ser cuantitativa o cualitativa. El proceso se

realiza mediante tres etapas, la primera requiere de definir la cualidad o atributo

que se pretende medir; la segunda consiste en determinar las diferentes formas

mediante las cuales se podrá manifestar o hacer perceptible el rasgo elegido; y la

tercera consiste en definir los procedimientos para que las manifestaciones

percibidas sean traducidas a enunciados.

Acreditación: se refiere a la tarea de constatar determinadas evidencias de

aprendizaje que se plantean para el curso. La acreditación hace referencia a

resultados muy concretos respecto a los aprendizajes esperados que se definen en

el programa de estudios, mediante la cual se determina si se lograron o no los

resultados, para que la institución educativa otorgue la acreditación

correspondiente.

Calificación: la calificación se considera la expresión cualitativa (apto/no apto) o

cuantitativa (10, 9, 8) del juicio de valor que se emite sobre la actividad y logros del

alumno, lo cual se lleva a cabo mediante la asignación de un valor; en este juicio

de valor se suele querer expresar el grado de suficiencia o insuficiencia,

conocimientos, destrezas y habilidades del alumno, como resultado de algún tipo

de prueba, actividad, examen o proceso.

Certificación: se refiere a la confirmación de ciertas características de un objeto,

persona, u organización; en el ámbito educativo denota la validación de

conocimientos o habilidades por una institución educativa tras la demostración de

dichos conocimientos o habilidades.

10

Examen: es un instrumento de evaluación que tiene como finalidad obtener

información respecto de los contenidos conceptuales, procedimentales o

actitudinales esperados por el alumno. Existen diversos tipos de exámenes, como

orales y escritos; dentro de estos últimos los hay, por ejemplo, de opción múltiple,

falsa y verdadera, correlación o preguntas abiertas.

La complejidad de la conceptualización, se puede observar siguiendo la evolución

del concepto educativo en los siguientes modelos de evaluación.

1.1 Modelos de evaluación

1.1.1 El Modelo Psicométrico

REFERENTE TEÓRICO

•Corrientes positivista y conductista

FINALIDAD

•Centrado en medir el resultado de aprendizaje

CARACTERÍSTICAS

•Sistematizaciónde la evaluaciónvinculada conlos objetivos deaprendizaje

Privilegia lasconductasobservables amedir con laevaluación

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1.1.2 El Modelo Sistémico

• Psicología cognoscitiva

Referente Teórico

• Actuar como instrumento para regular y adaptar laprogramación a las necesidades y dificultades deaprendizaje de los alumnos.

Finalidad

• Utiliza métodos cualitativos para gestionar el procesoeducativo a favor de disminuir los obstáculos.

• Se realiza un diagnóstico inicial para readaptar laprogramación.

• Realiza seguimiento al proceso como parte de laevaluación formativa.

• Establece mecanismos de regulación.

• Refuerza el éxito de los aprendizajes.

• Verifica los resultados mediante la evaluación sumativa.

Características

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1.1.3 El Modelo Comunicativo o Psicosocial

Por lo anterior, se puede afirmar que la evaluación es una tarea compleja y como

se observa, condicionada por el paradigma educativo y las concepciones

educativas del modelo evaluativo al que pertenezca.

El común denominador del concepto evaluación hace referencia a los siguientes

elementos.

REFERENTE TEÓRICO

Retoma su fundamentoen la psicología social

FINALIDAD

No se establecenlímites entre lasactividades deevaluación y lasactividades deaprendizaje; laevaluación es uninstrumento quepermite mejorar lacomunicación yfacilitar el aprendizaje.

CARACTERISTICAS

Promueve laautonomía delalumno mediantemétodospedagógicos deevaluación como laautoevaluación y lacoevaluación.

La evaluaciónformativa permiteceder al alumno laresponsabilidad y elcontrol de suaprendizaje.

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La evaluación como actividad se refiere a la intencionalidad y planificación que

patentiza la finalidad de la misma. La evaluación cumple con el rasgo de obtener

información al determinar el qué y el para qué se evalúa el proceso educativo;

asimismo, el tipo de información que se requiera determinará los criterios de

referencia, los instrumentos a aplicar y los momentos de evaluación. Otro elemento

que se asocia con la evaluación es el que posibilita emitir juicios y tomar decisiones

para redirigir las acciones en el proceso educativo. Por último, la evaluación

implica determinar los referentes de evaluación mediante los cuales se identifica el

tipo de aprendizaje a alcanzar.

Como es de observarse, hasta el momento no existe “el concepto de evaluación”,

dado que la noción y metodología se va transformando en función de la

concepción de enseñanza y de aprendizaje. Actualmente se hacen críticas a los

diferentes modelos, tales como que no se puede medir realmente el aprendizaje,

o que no son válidas las preguntas que lleven a la memorización; o se duda de la

posibilidad de diagnosticar y sobre todo, de eliminar las causas de los errores

durante el proceso de aprendizaje, además de la dificultad de recurrir a estrategias

para lograr la evaluación formativa.

EVALUACIÓN

Es una actividad

Implica determinar

los referentes del proceso

Permite obtener

información

Posibilita la emisión de un juicio, para la

toma de decisiones

14

Sin embargo, es innegable que la actividad de evaluación está arraigada en

creencias y hábitos de quien la ejecuta, en consecuencia, modificar la práctica

de evaluación implica cambiar la práctica educativa.

CR

EEN

CIA

S EN

EV

ALU

AC

IÓN • Actividad final de un

curso o tema.

• Instrumento que calificalo realizado o elproducto logrado.

• Calificación reflejo de losresultados alcanzados.

• Representación deldocente.

• Establecida sinparticipación delalumno.

• Centrada en loscontenidos deaprendizaje

CO

NC

EPC

IÓN

MO

DIF

ICA

DA

DE

EVA

LUA

CIÓ

N •Proceso permanenteen la enseñanza y elaprendizaje.

•Oportunidad paramejorar la enseñanzay el aprendizaje.

•Calificación conelementos derivadosde las actividades, lasactitudes y laimplicación delaprendizaje.

•Diálogo entredocentes y alumnos.

•Participación de lossujetos que aprenden.

•Centrada en lascompetencias deaprendizaje.

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De no modificarse la concepción ni las actividades de evaluación, seguirán

existiendo repercusiones en el proceso de aprendizaje; por ejemplo, la

desmotivación de los alumnos ante las tareas de evaluación, o bien la excesiva

ansiedad que en ocasiones resulta en una mala ejecución y por consiguiente en

una mala evaluación; lo anterior en demérito de la autoestima.

Otro aspecto que seguiría perpetuando es el

reforzamiento del aprendizaje memorístico, que en lo

cognitivo, impide o concede la mínima oportunidad

para que los alumnos desarrollen otro tipo de

habilidades de pensamiento, como de composición

escrita compleja o pensamiento creativo,

argumentativo y crítico, etcétera; por ende, los

alumnos tendrán dificultades en la adquisición de

estrategias para aprender a aprender.

No menos importante es el mensaje implícito que se transmite en la cultura de

evaluación, como: la importancia de pasar un examen frente al proceso de

aprendizaje donde se descubren y construyen ideas; la relación entre la

memorización y los resultados definidos como calificación satisfactoria; el valor

otorgado a toda acción evaluativa como instrumento para sumar o restar

calificación en lugar de considerarla como elemento de formación del alumno; y

el considerar que la elaboración personal de conclusiones, ideas o

fundamentaciones es menos favorecida frente al requisito de repetir las ya

existentes.

Por eso se asume que la evaluación en la perspectiva del aprendizaje es un

compromiso de todos los involucrados, en este contexto, el docente necesita

conocer la evaluación como práctica educativa desde la dimensión institucional

para lograr su transformación dentro del aula.

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UNIDAD DE APRENDIZAJE II: EVALUACIÓN EN

EL MODELO ACADÉMICO

PROPÓSITO:

El docente identificará el proceso de evaluación del

Modelo Académico para evidenciar la evaluación

formativa.

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“No todo lo que cuenta es evaluable,

ni todo lo que puede evaluarse cuenta.”

Albert Einstein

El Modelo Académico, según sus postulados teóricos, se fundamenta en el

paradigma constructivista de la educación, en la educación integral y en el

modelo de competencias, en consecuencia, la evaluación está permeada de

dichas concepciones.

2.1 Fundamentos de la evaluación

Desde el punto de vista constructivista, el alumno sólo aprende cuando es capaz

de construir significados por sí mismo y atribuir sentido a los contenidos propuestos

para el aprendizaje.

Lo que da significado al aprendizaje, es que el alumno logre un sentido de

apropiación de lo que aprende; que el aprendizaje forme parte de su experiencia;

y que le dé autonomía en aprendizajes suplementarios.

Es por eso que la evaluación en el paradigma constructivista se refiere a un proceso

dinámico de construcción de significados, en el cual el alumno toma control y

responsabilidad en la realización de la actividad evaluadora; mientras que al

enseñante, la evaluación le permite captar una parte de lo que el alumno

aprende, dejando ver el grado de significatividad atribuida a los contenidos

durante el proceso educativo, así como la utilización de dicho aprendizaje en la

construcción de otros significados.

Se puede afirmar que en la evaluación del aprendizaje no basta evaluar

conductas observables o productos del aprendizaje; al contrario, se requiere

incorporar aspectos globalizadores de evaluación de proceso y sobre todo de

evaluación de competencias. Es sabido que las conductas que demuestran la

ocurrencia de algún tipo de aprendizaje están respaldadas por un proceso de

actividad constructiva, mediante las cuales, puede obtenerse información sobre

los procesos y operaciones involucrados utilizando diversas estrategias.

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La evaluación está siendo orientada, desde la concepción constructivista, a ser un

proceso de ayuda para conocer las formas y grados en que el alumno construye y

da significado a su aprendizaje; se trata de proporcionar una ayuda a los alumnos,

para permitir un aprendizaje con sentido. Es por eso que la evaluación se considera

como la recuperación de los aprendizajes y un momento de aprendizaje por sí

mismo, con el fin de determinar qué aprendizajes se lograron, cómo se obtuvieron,

qué favoreció su logro y cuáles aprendizajes no se lograron y por qué.

Otro aspecto muy importante de la evaluación en el paradigma constructivista, es

tener presente la evaluación del trabajo en equipo, la valoración de los procesos

individuales de aprendizaje y la valoración conjunta de los integrantes del grupo a

partir de las normas establecidas.

En cuanto a la educación por competencias, se asume que éstas constituyen una

totalidad de saberes: saber, saber hacer y saber ser, mismos que son movilizados

para intervenir en diferentes situaciones. En consecuencia, el objeto de la

evaluación de competencias es averiguar el grado de aprendizaje en función del

sentido y funcionalidad que el alumno le otorgue a dichos saberes.

En congruencia con la Reforma Integral de la Educación Media Superior, la

evaluación de competencias reconoce tres tipos:

Competencias genéricas: Las que permiten comprender el mundo e influir en él,

capacitan a los alumnos para seguir aprendiendo de forma autónoma a lo largo

de sus vidas, para desarrollar relaciones armónicas con quienes les rodean y

participar eficazmente en su vida social, profesional y política a lo largo de la vida.

Competencias disciplinares: Se caracterizan por integrar conocimientos,

habilidades y actitudes, que aportan diferentes disciplinas, para solucionar un

problema teórico o práctico. De igual manera, se refieren a procesos mentales

complejos que permiten a los estudiantes enfrentar situaciones complejas como las

que caracterizan el mundo actual.

Competencias profesionales: Son aquellas que se refieren a un campo del

quehacer laboral. Es deseable que la formación basada en competencias

profesionales se vincule con las Normas Técnicas de Competencia Laboral, porque

proporcionan un referente valioso para la formación pertinente.

La evaluación de competencias implica plantear circunstancias que requieran el

uso de la competencia; es decir, concretar la evaluación en la complejidad de la

vida. “Cuando decimos que queremos evaluar en competencias, estamos

diciendo que vamos a reconocer la capacidad que un alumno o alumna ha

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adquirido para dar respuesta a situaciones más o menos reales, problemas o

cuestiones que tienen muchas probabilidades de llegar a encontrar, aunque es

evidente que nunca del mismo modo en el que han sido aprendidos.”1

La evaluación de competencia es un término incluyente que abarca la evaluación

de competencias genéricas, competencias disciplinares y competencias

profesionales, éstas últimas en relación a una Norma Técnica de Competencia

Laboral, por lo que habrá de retomarse la evaluación de competencias laborales.

La evaluación de competencias laborales se define como el proceso de reunir

evidencia y emitir juicio sobre la naturaleza y la extensión del progreso hacia los

requisitos de desempeño establecidos en un estándar o un resultado, conforme al

logro o alcance del estándar de competencia.

Por lo tanto, la evaluación de competencias laborales es una evaluación que se

lleva a cabo con relación a criterios de desempeño que se establecen en las

normas o estándares, los cuales ayudan a determinar la cantidad y la calidad de

las evidencias requeridas, para poder emitir los juicios de competente y todavía no

competente sobre el desempeño ejecutado.

Como es sabido, es difícil observar la competencia, debido a que está basada en

el conocimiento, la comprensión, las habilidades técnicas, la habilidad para

resolver problemas, las aptitudes y la ética que conforman el desempeño laboral

exitoso. Por lo tanto, es necesario identificar las claves del desempeño que

permitan reunir evidencia de cantidad y calidad suficiente; para entonces, poder

hacer juicios razonables.

Así que, la evaluación de competencia laboral al igual que la evaluación de

competencias en general, debe ser un proceso integrado que abarque

conocimiento, habilidad, actitud y aptitud conformando un desempeño completo.

Si la competencia es un proceso integrado, evaluar la competencia debe

reconocerse también como un proceso integrado.

Para evaluar la competencia laboral, es necesario reunir evidencia que pueda

sumar todos los elementos clave de la misma, el conocimiento, la comprensión, las

habilidades técnicas, la habilidad para resolver problemas, las aptitudes y la ética.

Las evidencias a recopilar durante este proceso, se clasifican de acuerdo con lo

siguiente:

1 ZABALA, Antoni, Arnau Laila, 11 ideas clave Cómo aprender y enseñar competencias, Ed. GRAO, COLOFON,

México 2008, pág. 200.

20

La demostración de desempeño: El comportamiento en sí mismo el que se requiere

para que un alumno ejecute una actividad laboral.

La obtención de producto: El resultado de una actividad que sirve para juzgar el

resultado de un desempeño.

La posesión de conocimiento: Se refiere a un conjunto de conocimientos, teorías,

principios y habilidades cognitivas que se movilizan y fundamentan el desempeño.

La posesión de actitudes, hábitos y valores: Referida a los atributos personales para

el desempeño.

La evaluación que pretende medir todos los aspectos de la competencia, se llama

evaluación holística.

Como se observa, la naturaleza de la evaluación de competencias es compartida,

el principio fundamental es que está centrada en el desempeño real de los

alumnos, soportado por evidencias válidas y confiables. En el entendido que, el

desempeño del alumno no se reduce a una simple observación de un saber hacer

orientado al resultado dentro del aula; por el contrario, se asume desde una

EVALUACIÓN HOLISTICA

Habilidades técnicas

Resolución de

problemas

Comprensión

Conocimiento

Ética

Aptitudes

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perspectiva más amplia, en donde el desempeño es la movilización de los saberes

para dar respuesta a una situación problema, es en otras palabras, la oportunidad

del alumno para demostrar su competencia.

La implicación más relevante en la evaluación de competencias, es la necesidad

de transformar la práctica evaluativa, para reconocer la competencia del alumno

ante situaciones cotidianas de la vida real, o lo más cercana a la realidad, que

exigen respuestas de distintos dominios o saberes.

Ahora bien, la evaluación desde el enfoque integral se refiere al carácter holístico

de la evaluación, en el cual, las dimensiones cognitiva, psicomotriz y afectiva son

indisociables del alumno y por ende de su aprendizaje.

En el entendido que la competencia es una unidad indivisible que se construye de

forma inveterada, las dimensiones cognitiva, psicomotriz y afectiva han de estar

presentes en la acción evaluadora, promoviendo actuaciones o construcciones de

los alumnos relacionadas con las competencias previstas por los programas de

estudios. Por lo tanto, se requieren esquemas de aprendizaje y evaluación más

activos, en donde el alumno pueda entender, entre otras cosas, lo que significó

dicha actividad en relación al módulo y en su formación profesional, lo que logró

hacer, así como lo que le funcionó para alcanzar o no el resultado esperado.

Para ello, deben plantearse experiencias de aprendizaje en las que se amplíen

progresivamente los contextos de aplicación de los saberes aprendidos, de

manera que los significados que se construyan adquieran una mayor riqueza

semántica; como resultado de la relación que se establezca con los diversos

contextos posibles. Las situaciones de evaluación que se planteen serán

coherentes con la amplitud de los contextos usados en la enseñanza,

proponiéndose para la evaluación actividades que tomen en cuenta la

competencia a desarrollar y aquello que se pretende valorar de sus aprendizajes.

Un enfoque integral de la evaluación, tiene sentido cuando ésta se visualiza de

manera natural en el proceso didáctico, a partir de aportar y valorar información

de las prácticas cotidianas en el aula, tales como la realización de las estrategias

guiadas por el enseñante, la comunicación entre los alumnos, con la finalidad de

orientar, regular, construir, promover y reorientar el aprendizaje.

Esta visión de evaluación permite al enseñante realizar observaciones continuas

sobre la situación didáctica, en dos dimensiones, la primera, para valorar la

eficacia de las estrategias y recursos pedagógicos utilizados; y la segunda, para

replantear las prácticas didácticas y tomar decisiones oportunas. Es así como la

evaluación permite la “continuidad” necesaria durante todo el curso o secuencia

educativa; y al mismo tiempo es un mecanismo entre enseñante y alumno para

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compartir significados, que pocas veces se hacen patentes durante el proceso

educativo.

Un común denominador de los referentes teóricos de la evaluación, es evaluar la

significatividad de los aprendizajes, este aspecto es un proceso complejo, sobre

todo en un modelo de evaluación donde predominan los medios formales de

captación de información para comprobar resultados parciales y finales a través

de instrumentos diseñados para tal fin.

Dada la importancia de evaluar la significatividad de los aprendizajes, es necesario

definir lo que ello implica en la evaluación, identificando básicamente dos

aspectos importantes:

El grado en que los alumnos han construido, gracias a la ayuda pedagógica

recibida y al uso de sus propios recursos cognitivos, interpretaciones significativas y

valiosas de los contenidos revisados.

El grado en que los alumnos han sido capaces de atribuir un valor funcional (no

sólo instrumental o de aplicabilidad, sino también con relación a la utilidad que

estos aprendizajes puedan tener en el futuro) a dichas interpretaciones.

Ahora bien, para valorar si un aprendizaje es significativo, se debe tener en cuenta

que el aprender significativamente es una actividad progresiva y personal, por lo

que puede valorarse teniendo definidos claramente los criterios que pongan en

evidencia el grado y modo de significatividad con que se requiere que se aprenda

algo.

Otro aspecto necesario es plantear y seleccionar de forma estratégica las

actividades e instrumentos de evaluación en congruencia con la competencia

para hacer emerger los indicadores sobre la significatividad de lo aprendido.

Entonces ¿qué se puede observar para valorar la significatividad? De acuerdo con

Coll y siguiendo las ideas de Ausubel, se requiere observar la amplitud y

complejidad de los aprendizajes; es decir, el grado de vinculación o interconexión

semántica; o bien, la cantidad y calidad de relaciones existente entre los

esquemas previos y el contenido nuevo que se ha de aprender, en los diferentes

niveles de integración inclusiva.

Un mayor grado de interconexión y organización de esquemas en un saber o

competencia, es resultado de múltiples experiencias de aprendizaje, este esquema

cognitivo permite, tanto almacenar como recuperar la información, pero sobre

todo constituye la base para la adquisición de nuevos aprendizajes.

Otro elemento más de la significatividad del aprendizaje es la potencialidad de lo

aprendido, referida al conocimiento estratégico que permite al alumno saber qué

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sabe, cómo lo sabe y en qué y para qué contextos le puede resultar útil eso que

sabe.

Aunado a lo anterior, la funcionalidad de los aprendizajes también es un elemento

que proporciona significatividad, porque permite movilizar los aprendizajes en la

solución de problemas cotidianos, así la evaluación compromete el aprendizaje en

el descubrimiento, exploración, explicación, clasificación, solución de problemas,

elaboración de argumentos o productos; de tal manera que existe flexibilidad al

hacer uso de lo aprendido.

El último aspecto a observar, se refiere a la autogestión progresiva del aprendizaje

en la cual, el alumno es capaz de seleccionar actividades e instrumentos de

evaluación ejerciendo control y responsabilidad en el aprendizaje. Lo importante

es comprobar que los alumnos han aprehendido las ayudas y apoyos para el

aprendizaje.

Desde esta visión, la evaluación integral, la evaluación constructivista y la

evaluación de competencias comparten las funciones y finalidades educativas y

no de control, calificación, clasificación o exclusión.

"En términos precisos, debe entenderse que evaluar con

intención formativa no es igual a medir ni a calificar, ni tan

siquiera a corregir. Evaluar tampoco es clasificar ni es

examinar ni aplicar tests. Paradójicamente, la evaluación

tiene que ver con actividades de calificar, medir, corregir,

clasificar, certificar, examinar, pasar test, pero no se

confunde con ellas. Comparten un campo semántico, pero

se diferencian por los recursos que utilizan y los usos y fines a

los que sirven. Son actividades que desempeñan un papel

funcional e instrumental. De estas actividades artificiales no

se aprende. Respecto a ellas, la evaluación las trasciende.

Justo donde ellas no alcanzan, empieza la evaluación

educativa. Para que ella se dé, es necesario la presencia de

sujetos"2

Al respecto, se definen las características de la evaluación, que habrán de estar

presentes en todas las acciones de evaluación.

2 ÁLVAREZ Méndez, Juan Manuel,

http://diplomadoendocenciauniversitaria.blogspot.com/2007/08/caracterizacin-global-de-la-

evaluacin.html, 3 de junio de 2010

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2.2 Características de la evaluación

Siendo la evaluación un proceso fundamentalmente educativo, destinado a

favorecer el aprendizaje, debe tener al menos las siguientes características:

Confiable: que aplica el mismo juicio para todos los alumnos; derivado de la

estabilidad y consistencia de los criterios de evaluación, con los cuales se pueden

obtener los mismos resultados en situaciones similares con alumnos diferentes.

Integral: que involucra las dimensiones intelectual, social, afectiva, motriz y

axiológica; en donde se considera que la evaluación es inherente al aprendizaje,

en consecuencia una alternativa para formar al alumno en las diferentes

dimensiones del ser humano y no sólo una representación numérica.

Participativa: dado que permite mantener un diálogo con los actores principales

del proceso educativo, la evaluación participativa permite al alumno ser

protagonista de su proceso de aprendizaje. Involucrarse en el proceso de

evaluación requiere poner en práctica estrategias como autoevaluación y

coevaluación.

Transparente: se refiere a comunicar las pretensiones de la evaluación a los

alumnos y docente, para que se reconozcan los objetivos, aspectos y criterios a

evaluar, así como las actividades con las que se recogerá la información del

aprendizaje; de esta manera, la transparencia será un sinónimo de referente de

aprendizaje congruente con los aprendizajes requeridos por la competencia.

Válida: cuando se logra evaluar lo pretendido con relación al propósito, de esta

forma las evidencias solicitadas deben corresponder con los referentes

establecidos en la guía de evaluación.

Al caracterizar la evaluación, también se debe establecer su quehacer en el

proceso educativo, no sólo como actividad puntual o final, por el contrario, como

elemento del proceso de aprendizaje.

Cabe reconocer la institucionalización de la educación y con ello dos visiones de

la evaluación, una predominantemente académica y otra social, ambas en el

desarrollo integral del ser humano.

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2.3 Funciones de la evaluación

El objetivo de la evaluación del aprendizaje en sentido genérico, es valorar el

aprendizaje en su proceso y resultados; sin embargo, no se puede negar que la

evaluación es un proceso de comunicación donde interactúan evaluador y el

evaluado. Al asumir que la evaluación es un proceso de comunicación, es

necesario delimitar qué es lo que se quiere comunicar y para qué. En este contexto,

se establecen las finalidades de la evaluación, subrayando la función pedagógica

y la función social.

La función pedagógica destaca la importancia de la evaluación como

orientación, diagnóstico, afianzamiento del aprendizaje, ambiente de aprendizaje,

retroalimentación y preparación para la vida, entre otras.

La función pedagógica tiene que ver directamente con la comprensión,

regulación y mejora de la situación de enseñanza y aprendizaje. Se puede concluir

que, se evalúa para obtener información que permita, en un momento

determinado, saber qué pasó con las estrategias de enseñanza y cómo es que

están ocurriendo los aprendizajes de los alumnos, para que en ambos casos sea

posible realizar las mejoras y ajustes necesarios. En consecuencia, la función

pedagógica es un asunto central para la concreción de una enseñanza

verdaderamente adaptativa.

La función pedagógica se integra al proceso de enseñanza como una genuina

evaluación continua, dirigida a tomar decisiones de índole pedagógica y que

verdaderamente justifica o da sentido a la evaluación.

En consecuencia, los objetos de la evaluación no sólo son los procesos de

aprendizaje de los alumnos, sino también el proceso mismo de la enseñanza. Sin la

función pedagógica, la evaluación del proceso educativo no obtendría

información para realizar los ajustes que en un momento determinado se

consideran necesarios para el logro de las metas educativas, ni se podría saber si

se ha logrado el éxito deseado, minimizando la función reguladora durante la

enseñanza y el aprendizaje.

La evaluación en su función pedagógica, activa un dispositivo de regulación

continua de los aprendizajes, sigue un recorrido no necesariamente lineal

identificado en tres finalidades didácticas: evaluación diagnóstica, evaluación

formativa y evaluación sumativa.

La evaluación diagnóstica: permite obtener información respecto de las

condiciones iniciales del aprendizaje, los conocimientos previos que alumno y

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grupo manifiestan con relación a una determinada competencia y favorece la

toma de decisiones en pro de hacer más eficiente el proceso educativo.

La información pertinente para regular el proceso de enseñanza y de aprendizaje

debe corresponder con: el grado de adquisición, los prerrequisitos de aprendizaje,

las ideas alternativas, las estrategias de aprendizaje que se dominan, las actitudes

y los hábitos en relación al aprendizaje; así como de las condiciones del contexto

donde se desenvuelven.

La evaluación formativa: debe considerarse como una evaluación orientada al

aprendizaje y eliminar las formas de reproducción de la información transmitida. La

forma en que los alumnos aprehenden los contenidos depende de la evaluación

que se utilice, los alumnos no podrían reflexionar, justificar, valorar o realizar; si los

enseñantes no modifican la estrategia de evaluación.

La función de la evaluación formativa es la de evaluar para ayudar a aprender, a

estudiar y a corregir errores a tiempo; por lo que la evaluación se vuelve

permanente, sutil, sencilla y variada; y no necesariamente una evaluación que

termine en una asignación cualitativa o cuantitativa, sino una información precisa

para la toma de decisiones cotidianas en beneficio del aprendizaje de los alumnos.

Lejos debe quedar aquella práctica que limita la evaluación

a la calificación final, cuando ya no hay remedio para

mejorar los procesos de enseñanza y de aprendizaje, las dos,

de la mano. Se trata de transformar el culto al examen, a la

dinámica de la participación, de la construcción, del

diálogo, del intercambio, en la que la información sea

relevante para la construcción del aprendizaje y para

superar las dificultades, incluidos los errores.3

El potencial formativo de la evaluación es el medio más relevante y significativo

para asegurar el aprendizaje, en la medida que el alumno aprende

simultáneamente se evalúa, por ello es un proceso continuo y participativo; en

donde también se define la forma en que el alumno estudia, si se quieren modificar

las estrategias de aprendizaje que los alumnos utilizan para aprender, habrá que

modificar la forma en que éstos son evaluados.

3ZABALA, Antoni, Arnau Laila, 11 ideas clave Cómo aprender y enseñar competencias, Ed. GRAO, COLOFON,

México 2008, pág. 223.

27

La evaluación formativa permite la regulación pedagógica, la gestión de las

actividades y la consolidación de los éxitos. En este nuevo paradigma, el carácter

formativo está en la intención con la que se realiza este tipo de evaluación y en el

uso que se hace de la información, es por ello que no se concibe un aprendizaje

sin evaluación, ni tampoco una evaluación sin aprendizaje.

Transitar a este concepto de evaluación, según Juan Manuel Álvarez, requiere

entender el significado de la siguiente manera:

“La evaluación educativa, en contextos de formación,

desempeña funciones esencialmente de aprendizaje y sólo

cuando aseguramos que el alumno aprende podemos

hablar de evaluación formativa. En este sentido, la

evaluación debe estar al servicio de quien enseña y sobre

todo de quien aprende, porque ella es garantía de

aprendizaje. Es aprendizaje. Ambas actividades, evaluación

y aprendizaje, son actividades dinámicas que interactúan

dinámicamente en el mismo proceso, estableciendo

relaciones de carácter recíproco para encontrar su propio

sentido y significado en cuanto que las dos se dan en el

mismo proceso. En la medida en que la enseñanza y el

aprendizaje –las dos- son actividades críticas, la evaluación

se convertirá en actividad crítica que culminará con la

formación del alumno como sujeto con capacidad de

autonomía intelectual y con la capacidad de

distanciamiento respecto a la información que el medio

escolar y con capacidad para transferir los conocimientos

adquiridos a las situaciones problemáticas o no en las que se

encuentre. Sólo hay que darle la oportunidad.4

Por último, la función pedagógica de la evaluación hace uso de la finalidad

didáctica al llevar a cabo la evaluación sumativa que resulta de la síntesis de

procesos del pensamiento autónomo y crítico del sujeto que aprende, para

que no se confunda con un instrumento de evaluación; en ese sentido, es

bien sabido que se aprende mucho más de lo que se puede demostrar en un

examen; así que la evaluación sumativa es justamente una oportunidad para

develar lo que el alumno ignora y una aproximación a la forma en que ha

comprendido la información.

4 SACRISTAN, José Gimeno, Compilador, Educar por competencias, ¿qué hay de nuevo?, Madrid 2008, Ed.

MORATA, p. 225

28

Es así como la evaluación sumativa “calcula” el valor del resultado y puede

servir para investigar todos los efectos de los elementos involucrados, para

examinarlos y compararlos con las necesidades que lo sustentan. Un ejemplo

de este tipo de evaluación es la acreditación de los módulos.

Por otro lado, la educación es una actividad social y socializadora y, por ende, lo

que comunica hace referencia a metas sociales por naturaleza. La función social

de la evaluación se refiere a los usos que se dan de ésta más allá de la situación

de enseñanza y aprendizaje, y que tienen que ver con cuestiones tales como la

selección, la promoción, la acreditación, la certificación y la información a otros.

Esta función en ocasiones ha sido priorizada y equiparada a la asignación de una

escala valoral al término de un curso.

Es importante también, que la función social se considere como un mecanismo de

retroalimentación, dado que la información que se obtiene puede ser comunicada

a los alumnos, padres de familia y autoridades educativas, al final de un periodo

de formación del que se quiere hacer un balance, para tomar decisiones y mejorar

el proceso educativo.

La función social que se le asigna a la evaluación, la convierte en un proceso

complejo de reflexión, construcción, interpretación y comunicación de los

resultados, consecuentemente tomar decisiones que permitan responder a las

expectativas de los involucrados.

La evaluación en sus dos funciones debe entenderse como un acto de

conocimiento, que permite saber qué sucede en el aula, con el alumno, con el

docente, con los programas de estudio, con los referentes de evaluación, con las

estrategias de enseñanza; y esa, es la oportunidad de hacer docencia, de hacer

educación.

Las funciones de la evaluación se cumplen al mismo tiempo que tiene lugar el

proceso de enseñanza y el proceso de aprendizaje; sin embargo, es necesario

identificar cuál es el proceso de evaluación a seguir en el actual Modelo

Académico.

29

2.4 Proceso de evaluación del aprendizaje

El Modelo Académico, retoma la definición de Antonio Ayala Ramos, como

concepción institucional de esta práctica educativa:

“La evaluación de los aprendizajes es “un proceso a través

del cual se observa, recoge y analiza información relevante

del proceso de aprendizaje de los alumnos con la finalidad

de reflexionar, emitir juicios de valor y tomar decisiones

pertinentes y oportunas para optimizarlo”.

La evaluación del aprendizaje inicia con el diseño de los documentos curriculares,

Programa de Estudios y Guía Pedagógica, manteniendo la visión de evaluación

inherente al proceso tanto de enseñanza como de aprendizaje.

En el Programa de Estudios, la evaluación de competencias se instituye como el

punto de partida del proceso educativo. Los Programas de Estudios de los módulos

se diseñan a partir de diversos elementos curriculares, estructurados en unidades

didácticas llamadas Unidades de Aprendizaje con un propósito establecido, que

para ser desarrollado requiere del logro paulatino de los Resultados de Aprendizaje

que la conforman. Alcanzar un Resultado de Aprendizaje requiere ejecutar las

actividades de evaluación para movilizar los contenidos de aprendizaje definidos.

Es así como las actividades de evaluación logran establecer un eje organizador del

contenido de aprendizaje en una situación o problema que refleje la realidad

cotidiana. Cada actividad de evaluación de los programas de estudio, involucra

en su ejecución contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales

equiparables a una competencia o a un aspecto de ella, además indica la

ponderación; es decir, el valor en términos de porcentaje que tiene respecto de la

evaluación total del módulo.

En complemento, la Guía Pedagógica en el Capítulo de Guía de Evaluación

describe la instrumentación de la evaluación del aprendizaje mediante la Matriz

de Valoración o Rúbrica.

La Matriz de Valoración o Rúbrica, es el instrumento de evaluación que describe los

indicadores a evaluar en el desempeño o producto de desempeño resultado de

la actividad de evaluación; con este instrumento se garantiza que cada indicador

corresponda con uno o varios componentes de la actividad de evaluación, tales

como conceptos, procedimientos o actitudes.

30

2.5 Instrumentación de la evaluación del

aprendizaje

Las actividades de evaluación son de aplicación obligatoria, puesto que al

desarrollarlas se generan las evidencias de aprendizaje de los alumnos, mismas que

serán valoradas de acuerdo con la Matriz de Valoración o Rúbrica para su posterior

registro en el Sistema de Administración Escolar (SAE).

En consecuencia, el docente tendrá que revisar los documentos curriculares para

establecer la relación entre las actividades de evaluación marcadas en el

programa de estudio (qué se evalúa) y la matriz de valoración o rúbrica incluida

en la guía de evaluación (con qué se evalúa). A partir de la interpretación de los

documentos curriculares se podrá realizar la estrategia particular de aplicación.

En la estrategia, la actividad de evaluación deberá cumplir con dos funciones, la

primera en el ámbito del aprendizaje, incorporando técnicas de enseñanza que

Unidad de aprendizaje

Unidad de aprendizaje

Unidad de aprendizaje

Resultado de

aprendizaje

Actividad de

evaluación

Rúbrica

Rúbrica

31

requieran del alumno actuaciones no mecánicas, ni conocimientos memorísticos,

sino la movilización de los saberes, entendida como la respuesta ante realidades

que integren conocimientos, habilidades y actitudes. La segunda en el terreno de

la evaluación del aprendizaje a través de una situación que otorga sentido y

funcionalidad a los contenidos y propósitos de aprendizaje “actividad de

evaluación”, sin reducirla a la simple obtención de las evidencias del alumno.

A partir de la interpretación de los documentos curriculares el docente puede

establecer su estrategia, identificando:

Es de observarse que la estrategia de evaluación del aprendizaje en el aula, no

puede imaginarse al margen de los documentos curriculares, el docente debe

identificar lo que se predetermina y a partir de ello, realizar la planeación de

sesiones con una visión que conjunte, las estrategias de enseñanza, las estrategias

de aprendizaje y las estrategias de evaluación.

De tal manera que el docente, concrete:

¿Q

es

ava

lua

r?

Saberes de la competencia

Evidenciasrequeridas porla actividad dela evaluación

¿Pa

ra q

eva

lua

r?

Para formar y valorar la idoneidad

¿C

on

qu

é e

va

lua

r?

Con los criterios establecidos en el instrumento matriz de valoración o rúbrica

Referentes establecidos de inclusión de la formación integral

32

Una vez planeada la estrategia de evaluación integrada al proceso de enseñanza

y de aprendizaje, tiene lugar la acción estratégica en el aula; éste es un momento

clave para el logro de los aprendizajes, ya que la planeación constituye la

herramienta del enseñante para contribuir a que los alumnos alcancen los

propósitos del curso en general y los resultados de aprendizaje en particular.

Las acciones que el docente debe considerar para evaluar el aprendizaje en el

aula son las siguientes:

1. Definir compromisos grupales y establecer contratos individuales de

aprendizaje.

2. Informar al grupo los aspectos institucionales de la evaluación.

3. Promover el interés del alumno indicando lo que se espera de su

aprendizaje y la manera que será desarrollado.

¿En

qu

é m

om

en

tos

ev

alu

ar?

Define momentosdidácticos de laevaluación.

Prevee la evaluacióncontinua ypermanente

¿C

on

qu

é e

stra

teg

ia?

A partir de laactividad de laevaluación paramovilizar loscontenidos deaprendizaje

De acuerdo con lafinalidad didáctica dela evaluación

Para desarrollar yevidenciar lacompetencia

Favorece laretroalimentación delproceso deaprendizaje

33

4. Explicar la actividad de evaluación y lo que se espera de su ejecución

como parte del proceso de aprendizaje, teniendo como fin el desarrollo

de la competencia mediante la movilización de los contenidos

aprendidos.

5. Transparentar la evaluación dando a conocer el instrumento y los criterios

establecidos para tal fin.

6. Generar mediante las estrategias planeadas para el desarrollo de la

actividad de evaluación, el desempeño de la competencia,

evidenciando saberes conceptuales, procedimentales y actitudinales.

7. Incorporar evaluaciones diversas que abarquen la formación integral.

8. Monitorear la ejecución de actividades de evaluación en pro de la

evaluación formativa, favoreciendo el éxito durante la ejecución y

también en los resultados conseguidos.

9. Evaluar las evidencias producidas con la participación de los alumnos,

utilizando los referentes establecidos.

10. Registrar los resultados de la evaluación como acción sistematizada de

seguimiento del progreso individual y grupal

11. Analizar los resultados obtenidos a lo largo del proceso, diagnosticando

las causas que intervinieron para favorecer o para obstaculizar el

aprendizaje, además de alternativas para mejorar el proceso.

Como es de observarse, las acciones de evaluación están presentes desde el inicio

del curso e involucran condiciones institucionales, grupales e individuales con un fin

común: el aprendizaje de los alumnos.

Es importante reflexionar que: lograr una evaluación integral del aprendizaje no es

sinónimo de realizar las actividades de evaluación definidas en los programas de

estudio; por el contrario, se requieren otras formas de evaluación, en las cuales no

necesariamente habrá una calificación. La evaluación del aprendizaje que se

persigue abarca la diversidad de estrategias de evaluación y por ende de

aprendizaje, la participación del alumno, la finalidad de lograr aprendizajes

disminuyendo el fracaso escolar y la utilización de la información para la toma de

decisiones que mejoren el proceso de enseñanza aprendizaje.

34

Con la evaluación de competencias se obtiene información respecto del Perfil del

Profesional Técnico y Profesional Técnico Bachiller; no obstante, al hablar de

formación integral, se debe evitar la concepción de la evaluación como apéndice

de la enseñanza para creer en una evaluación que ayude al aprendizaje, a

enseñar a aprender, y enseñar a estudiar. Por ello, se reitera que las actividades de

evaluación no pueden sustituir el trabajo de evaluación integral del aprendizaje de

los docentes, porque éstos son los que pueden atender los aspectos particulares

de cada grupo e incluso de cada alumno, de modo que se brinde

retroalimentación detallada y oportuna.

Una vez que la actividad de evaluación se ha realizado y con ello generado y

evaluado las evidencias, es importante retroalimentar al alumno:

La retroalimentación implica repensar la evaluación en el entendido que las

actividades de evaluación programadas para el curso son para asignar una

calificación que queda registrada en el Sistema de Administración Escolar y por lo

tanto es definitiva; por el contrario, se debe considerar que las actividades de

evaluación son una oportunidad de aprendizaje, tras las reorientaciones de la

evidencia presentada, cambiando la idea de que una valoración es definitiva, por

la de que el alumno puede mejorar su desempeño.

Es aquí cuando la retroalimentación adquiere la importancia para el aprendizaje,

al proveer información y notas que brinden el soporte para el desarrollo total de la

competencia, es decir, permitan al alumno tomar decisiones sobre mejorar o no su

aprendizaje, o bien modificar o no el resultado de su evaluación. Al mismo tiempo

se concreta el trabajo de acompañamiento del docente en el proceso de

aprendizaje, no sólo porque incluye notas o informa al alumno la manera de

mejorar, sino porque el alumno tiene la oportunidad de reelaborar su actividad de

¿Qué hacer conla información?

Registrando losavances de laejecución de laactividad de laevaluación

Retroalimentar alalumno para ellogro delpropósito deaprendizaje

35

evaluación y el docente tiene la oportunidad de que sean atendidas sus

recomendaciones, que de otra manera no tendría caso hacerlas.

Esta es la razón de la posibilidad del alumno para presentar en diferentes ocasiones

la evidencia resultado de la actividad de evaluación, evitando coartar el proceso

de mejora en el aprendizaje. En este proceso la disposición e interés del alumno

convergen con la experiencia del docente, en un diálogo permanente que es

educación.

Sin embargo, ante esta posibilidad es necesario no dejar en solitario al alumno,

durante la evaluación del aprendizaje requiere del acompañamiento del docente

en la ejecución de las actividades de evaluación, de tal manera que se asegure el

logro del propósito.

En suma, la retroalimentación tiene una gran relevancia para decidir sobre el

comportamiento de distintos aspectos relacionados con la enseñanza, como

pueden ser las estrategias de enseñanza, el arreglo didáctico, las condiciones

motivacionales, el clima socio-afectivo existente en el aula, la naturaleza y

adecuación de la relación docente-alumno o alumno-alumno y la ayuda para el

aprendizaje, en función claro está, de las metas educativas que se persiguen.

Recabar la información pertinente para retroalimentar el proceso educativo en

cuestión, requiere del uso de diversas técnicas de evaluación.

Por lo tanto, es necesario establecer estrategias para recopilar información valiosa

al proceso de aprendizaje; las técnicas e instrumentos de evaluación facilitarán

esta labor.

36

2.5.1 Recolección de la información y orientación del

aprendizaje

Las técnicas de evaluación son el recurso empleado por el docente para llevar a

efecto los propósitos planeados desde la estrategia de evaluación, con el fin de

disminuir la distancia entre lo que se enseña y lo que se evalúa.

La descripción de las técnicas que se presentarán en este documento se clasifican

en:

Por su parte, los instrumentos de evaluación se refieren al soporte físico que se

emplea para recoger la información sobre la evaluación de los aprendizajes, y no

constituyen un fin en sí mismos. Todo instrumento provoca o estimula la presencia o

manifestación de lo que se pretende evaluar, es decir una evidencia. Los

instrumentos pueden clasificarse en:

Instrumentos informales: aquellos ejercicios que no tienen objetivos precisos, ni un

procedimiento definido, sino que se sustentan en opiniones o trabajos por equipo

o plenarias grupales. Éstos se consideran instrumentos de evaluación porque buena

parte de la apreciación de los procesos de aprendizaje es de carácter informal.

Técnicas Formales

Técnicas Semiformales

Técnicas Informales

37

Instrumentos formales: los instrumentos formales de evaluación contienen un

conjunto estructurado de criterios, los cuales posibilitan la obtención de

información, tales como: definición, criterios o parámetros de evaluación, objetivos

claros y específicos del objeto a evaluar, aplicación sistemática del instrumento, el

uso de métodos precisos para el análisis y para la emisión de juicios. Los instrumentos

formales de evaluación contienen un conjunto estructurado de criterios, los cuales

posibilitan la obtención de la información.

Es importante acotar que varias de las técnicas e instrumentos que se presentarán

a continuación, no pueden pertenecer exclusivamente a uno de los tipos de

técnica clasificados.

Para seleccionar la técnica y el instrumento de evaluación es necesario tener claro:

Los aspectos a evaluar.

Los criterios para realizar la evaluación.

La escala de evaluación.

La manera de recuperar la información.

El mecanismo de participación de los alumnos.

Las características del instrumento de evaluación.

2.5.1.1 Técnicas de evaluación informal

Las técnicas informales se utilizan constantemente en el proceso de enseñanza

aprendizaje con una duración breve, generalmente el enseñante no suele

presentarlas como actos evaluativos y el alumno no las reconoce como

evaluación; sin embargo, es necesario hacer intencionada esta técnica. Las

técnicas informales se clasifican en:

a. Observación de las actividades.

b. Exploración por medio de preguntas.

a. Observación de las actividades: Es una técnica que se utiliza en forma

incidental o intencional al enseñar y/o cuando los alumnos aprenden en

forma más autónoma, porque la observación de lo que los alumnos dicen o

hacen cuando aprenden es una actividad imprescindible para la

realización de la evaluación formativa y procesal.

Puede utilizarse para el diagnóstico, la evaluación formativa o la evaluación

sumativa (aunque en estos casos será más instrumentada y por lo tanto más

formal). Es útil para valorar los aprendizajes de los distintos contenidos

curriculares conceptuales, procedimentales y actitudinales.

38

Cuando esta técnica se usa con un fin formal requiere de planificación y

sistematización mediante la delimitación de lo que se observará, los criterios

para valorarlo y el instrumento empleado para el registro y evaluación, así

como su posterior interpretación que ayudará a la toma de decisiones. Para

sistematizar el acto de observación se puede recurrir a los siguientes

instrumentos:

Registros anecdóticos: implican la narración por escrito de los hechos,

episodios, secuencias, etc., importantes en el proceso de aprender, y al

efectuar un análisis de los diferentes registros a lo largo de un periodo, es

posible establecer cuáles son las tendencias de desarrollo de cada

estudiante.

FICHA PARA REGISTRO ANECDÓTICO

Fecha:

Alumno:

Módulo:

Situación o contexto:

Descripción de la actuación del alumno:

Interpretación o valoración:

Listas de control: en las listas de control se incluyen las conductas o rasgos

de las mismas que interesa evaluar en forma de listado. La tarea de

evaluación consiste en ir haciendo una verificación de la presencia o

ausencia de cada una de ellas.

Diarios de clase: en éstos se recoge la información que interesa, se usa

durante un periodo largo, en el cual se tiene que escribir con regularidad. El

39

diario de clase sirve para registrar los sucesos que tienen lugar durante la

sesión y para analizar, interpretar, reflexionar sobre distintos aspectos del

proceso educativo, tales como: aprendizaje de los alumnos, la enseñanza,

la interacción maestro-alumno, la gestión escolar y la disciplina. Como en

todo diario se pueden escribir observaciones, comentarios, pendientes,

valoraciones, frustraciones o problemáticas.

Exploración a través de preguntas: las preguntas que se plantean en el aula

se elaboran con el fin de estimar el nivel de comprensión de los alumnos

sobre algo que se está revisando, y con base en ello, proporcionar de

manera oportuna algún tipo de ayuda requerida, como: repeticiones,

reformulaciones, aclaraciones y profundizaciones sobre algún aspecto o

corrección. Se pueden utilizar las preguntas dirigidas, para asegurarse de

que los alumnos “están comprendiendo” las ideas principales de su discurso.

La confección de las preguntas se realiza sobre la base de: 1) las intenciones y

objetivos de clase, o de los temas tratados, 2) la demostración de pertinencia en

contextos cercanos a su realidad, y 3) para explorar el procesamiento profundo de

la información tales como análisis, síntesis, comparación, en espera de la

comprensión y no sólo la reproducción de la información aprendida.

2.5.1.2 Técnicas de evaluación semiformales

Las técnicas semiformales se caracterizan por tener la intención de recabar

evidencia producida por los alumnos sin ser estrictamente una actividad de

evaluación. En este tipo de evaluación se encuentran:

a. Los trabajos y ejercicios en clase.

b. Las tareas y los trabajos fuera de clase.

c. La evaluación de portafolios.

a. Los trabajos y ejercicios en clase: Lograr aprendizajes requiere de la

realización de actividades planeadas estratégicamente para enseñar,

aprender y evaluar al mismo tiempo, es así que los trabajos y ejercicios

efectuados en situaciones de aprendizaje deben plantearse para que los

alumnos, reflexionen, profundicen y practiquen los contenidos; y para que

los docentes puedan valorar y orientar el aprendizaje. Los trabajos y

40

ejercicios de clase son monitoreados por el docente con el único fin de

evaluar permanentemente, dando lugar a la evaluación formativa que

de manera natural permita tomar decisiones para la regulación

interactiva, retroactiva o proactiva.

La regulación interactiva proporcionada en el momento y situación en

que se realizan los trabajos y ejercicios, es con seguridad la modalidad

más valiosa. Como consecuencia de ello, se deberán buscar las formas

más apropiadas de comunicar los mensajes pertinentes sobre el éxito de

los trabajos y ejercicios, sobre el uso correcto o incorrecto de las

estrategias cognitivas y metacognitivas, sobre las actitudes asumidas

durante la interacción con el equipo y con el grupo, para resolverlas y

corregir directa o indirectamente, según sea necesario.

Es posible, para tal caso, emplear conjuntamente con la técnica de

trabajos y ejercicios en clase, otras técnicas que permitan la participación

del alumno en la evaluación, tales como la autoevaluación y la

coevaluación.

b. Las tareas y los trabajos fuera de clase: Existen múltiples tareas y trabajos

que se suelen ser encomendados a sus alumnos, tales como: ejercicios;

solución de problemas, visitas a centros de trabajo o museos, trabajos de

investigación en la biblioteca, búsqueda de información en internet,

entrevistas, registros de observación, lectura de libros, preparación de

exposiciones, entre otros, los cuales pueden desarrollarse en forma

individual o en equipos. Los trabajos extraclase, son fuente valiosa al

alumno y al docente sobre el progreso en el logro del aprendizaje.

Las tareas y trabajos extraclase deben estar planeados con la intención

de obtener determinada información que permita recabar la evidencia

sobre el progreso en el aprendizaje. El docente también deberá

monitorear estas actividades, indicando los criterios que serán evaluados;

de tal forma que su participación sea de acompañamiento y proporcione

la ayuda necesaria para el logro de la tarea o trabajo asignado. Es así

como se mantiene una comunicación permanente, es decir, una

evaluación continua y formativa que retroalimenta el proceso.

c. La evaluación de portafolios: El portafolios contiene una colección útil de

trabajos del alumno que exhibe los esfuerzos, el progreso y sus logros en

una o más áreas. El portafolios debe incluir la participación del alumno en

la selección de los elementos, los criterios de evaluación y la evidencia de

su autoreflexión.

41

El portafolios en la evaluación de competencias, es una recopilación

seleccionada de evidencias que los alumnos hacen de sus propias

producciones de aprendizaje a lo largo de un periodo determinado, a la

que se agrega el testimonio de las decisiones que son capaces de tomar,

del modo de comunicar sus aprendizajes y de sus reflexiones, acerca de

los contenidos y su particular manera de aprenderlos, dando cuenta de

las dificultades habidas y los progresos obtenidos; en este sentido, el

portafolios es considerado una evaluación cualitativa que contribuye

tanto a la construcción de conocimientos como al desarrollo de su

conciencia metacognitiva.

Es fundamental identificar todas aquellas evidencias que posibilitan el juego de

retroalimentación, corrección y replanteo de las estrategias en clase, por lo que,

el proceso de la evaluación de los trabajos que contiene el portafolios, deberá

facilitar que el alumno por sí mismo o guiado por el enseñante, encuentre

evidencias de comprensión de los contenidos que aprende, del tipo de

estrategia que utiliza para resolver las diferentes tareas, de sus fortalezas, de sus

aspectos a mejorar, del uso de su tiempo, de la organización de su tarea, entre

otras.

Lo más importante en la evaluación de portafolios, es que permite la reflexión

conjunta sobre los productos incluidos y sobre los aprendizajes logrados. Por un

lado, es posible que el docente reflexione sobre las producciones de los alumnos

para analizar los progresos de su aprendizaje, al mismo tiempo que le permite

analizar las actividades y estrategias de enseñanza empleadas, y orientar su

actividad docente próxima. Por otro lado, por medio del portafolio los alumnos

llegan a reflexionar sobre sus procesos y productos de aprendizaje.

2.5.1.3 Técnicas de evaluación formales

En la evaluación puede asociarse a una evaluación institucional que arroja una

calificación numérica basada en el rendimiento estudiantil, mientras que una

evaluación informal no contribuye a la calificación final del estudiante. Por lo

general, este tipo de evaluación se basa en aspectos estandarizados y

sistematizados, para recoger datos respecto al progreso académico. En el caso del

CONALEP la evaluación formal se realiza a través de las actividades de evaluación,

de acuerdo con los programas de estudio del módulo y la matriz de valoración o

rúbrica de la guía de evaluación.

Este tipo de técnicas suelen utilizarse en forma periódica al finalizar un periodo

específico. Dentro de ellas encontramos varias modalidades:

42

a. Comprobación

b. Organizadores gráficos

c. Evaluaciones internas

d. Evaluación del desempeño

a. Comprobación: Es el proceso mediante el cual se revisa y verifica que los

alumnos cuenten con la competencia esperada. Durante mucho tiempo la

comparación ha aparecido en el ámbito educativo con la intención de

lograr una evaluación objetiva, lo más “libre” posible de interpretaciones

subjetivas, con la posibilidad de cuantificar el grado de rendimiento o

aprendizaje por medio de calificaciones consistentes en números.

La comparación se realiza mediante diferentes instrumentos llamados

exámenes.

Los exámenes pueden ser por lo menos de dos tipos: los estandarizados,

elaborados por especialistas ajenos al contexto del aula y los diseñados por

el enseñante según las necesidades del grupo; en otra clasificación los tipos

son referidos a normas y a criterios.

La evaluación referida a normas es donde se compara el desempeño de un

alumno contra otro alumno o grupo de alumnos con mayor eficiencia en el

desempeño. La evaluación criterial compara el desempeño de los alumnos

contra ciertos criterios diseñados previamente para estimar el lugar de un

aprendiz en relación con un saber conceptual, procedimental, o actitudinal.

Existe una diversidad de exámenes tales como: orales, preguntas abiertas,

frases incompletas, opción múltiple o falso y verdadero, pero todos

pretenden valorar aquello para lo cual han sido construidos y al mismo

tiempo generar información consistente.

b. Organizadores gráficos: Son herramientas visuales que permiten presentar

información y exhibir regularidades y relaciones de tal manera que se

representen las ideas. para su elaboración se requiere determinar la

información que será incluida, elegir un formato o técnica de representación

gráfica, organizar la información en títulos y subtítulos y resaltar las relaciones

entre las ideas.

El mapa conceptual por ejemplo, se realiza mediante proposiciones lógicas

que dejan ver los conceptos jerarquizados sobre un tema; son una

alternativa para la evaluación de contenidos conceptuales, especialmente

43

útil para observar cómo los alumnos han aprendido a relacionar las

diferentes temáticas o contenidos revisados, solicitando además que sea

acompañado de una explicación escrita u oral, pueden proveer más

información para la evaluación, sin olvidar que, para valorar los mapas, lo

recomendable es establecer los criterios en los que se atienda, según el tipo

de estrategia seleccionada y lo que se requiera evaluar.

Existe una diversidad de organizadores gráficos tales como: mapa cognitivo,

redes semánticas, cuadro de doble entrada, cuadro sinóptico, diagrama de

llaves, cuadro 3 Q, gráfico satelital, círculos concéntricos, entre otros. Lo

importante es diversificar la evaluación y al mismo tiempo enseñar diferentes

recursos de aprendizaje.

c. Evaluaciones internas: Se refieren a las evaluaciones que se llevan a cabo

por los propios integrantes del grupo. Estos tipos de evaluación son muy

necesarios para desarrollar habilidades de autorregulación y se

complementan mutuamente favoreciendo actitudes de responsabilidad,

respeto y construcción social del aprendizaje.

Las evaluaciones internas que se presentan son autoevaluación y

coevaluación:

• Autoevaluación: La autoevaluación es la técnica de evaluación en

donde el agente evaluado y el sujeto de evaluación es la misma

persona, con esta técnica se desarrolla la capacidad de

autorregulación y autoevaluación en los alumnos porque la

autoevaluación requiere que los alumnos tomen la responsabilidad de

monitorearse a sí mismos y hagan juicios acerca de su propio

aprendizaje.

La autoevaluación, es una representación que el alumno hace de sus

propias capacidades y formas de aprender, por lo que es necesario que

sea una práctica habitual en los ámbitos educativos.

44

LISTA DE COTEJO PARA LA AUTOEVALUACIÓN DE UNA TAREA

Plantel: Docente:

Curso:

Fecha: Puntaje Total: 6 puntos

Objetivo: Valorar el desempeño durante la actividad.

Instrucciones: Marcar con una “X” en la casilla correspondiente. Asignar 3 puntos

a cada SÍ.

INDICADORES SÍ NO

1. Leí toda la información sobre los diversos aspectos

investigados.

2. Reflexioné sobre lo leído.

3. Seleccioné todas las ideas centrales de los diferentes

textos.

4. Elaboré un bosquejo sobre el tema.

5. Sinteticé todas las ideas centrales seleccionadas.

6. Elaboré un texto escrito.

Puntaje obtenido:

45

Coevaluación: La coevaluación consiste en la evaluación de pares; es

decir, evaluar el desempeño de un alumno por otro alumno. Esta es una

forma innovadora de evaluar, la cual tiene como característica

promover la participación de los alumnos en este proceso y

proporcionar retroalimentación a sus compañeros.

La coevaluación favorece la conceptualización de la evaluación como

parte del proceso formativo, muestra madurez de los participantes, ya

que está al servicio de la autoestima y del autoconcepto; por otra parte,

permite identificar la fase del proceso en que cada quien se encuentra,

y facilita una mayor implicación del alumno en sus procesos de cambio,

ya que hace posible responder a la pregunta ¿qué tengo que cambiar

para hacerlo mejor?

Además, la coevaluación, en el sentido de evaluación de pares, le

permite al alumno apreciar los aciertos y las dificultades de sus

compañeros en la ejecución de las actividades, mismo que tendrá que

realizar también él o con su equipo. La experiencia de ser evaluadores

enfatiza la atención sobre los criterios con los que van a ser evaluados,

haciéndose más conscientes de todo el proceso educativo, integrando

a la evaluación en un sentido formativo y como un aspecto fundamental

para el mejoramiento de su desempeño.

a. Evaluación del desempeño: Hablar de evaluación de desempeño refiere

cualquier forma de evaluación que responda a las características de tareas

auténticas, en las cuales no sólo se evalúa lo que el alumno sabe o verbaliza,

sino lo que es capaz de hacer, resolver o producir involucrando diferentes

capacidades del ser humano y sobre todo la interrelación con lo cotidiano.

Para evaluar el desempeño se requiere un instrumento que consta de dos

partes, una tarea y un listado de criterios para evaluar y calificar su

realización.

46

Ejemplo de Instrumento para evaluar el desempeño:

Renovemos nuestro cuarto

“Cambiemos de decoración nuestro cuarto”

Objetivos a lograr por medio de las tareas:

Los estudiantes podrán:

• Medir las cantidades usando unidades, instrumentos y métodos

apropiados;

• Usar y resolver proporciones;

• Desarrollar modelos en escala;

• Estimar las cantidades y determinar los niveles con exactitud;

• Organizar los materiales;

• Explicar su proceso de pensamiento.

Descripción de la tarea para evaluación del desempeño:

Deseas cambiar la ubicación de los muebles de tu habitación, pero tus padres

no piensan que es una buena idea. Para convencerlos vas a dibujar un

modelo en dos dimensiones en escala para ver cómo quedaría la habitación

con los cambios realizados.

Procedimiento:

1. Medir las dimensiones del espacio en la habitación que deseas cambiar,

incluyendo la localización y las dimensiones de todas las puertas y

ventanas. También es necesario medir la cantidad de espacio ocupada

por cada mueble de dicha habitación. Estas dimensiones deben ser

enumeradas explícitamente.

2. Aplicar la proporción dada para encontrar las dimensiones en escala de

la habitación y de todos los artículos que hay en ella.

3. Hacer un modelo en escala de la habitación, señalando en el papel de

plano dónde están todas las ventanas y puertas.

4. Realizar los dibujos de cada mueble en escala, en una hoja de cartulina, y

recortarlos.

5. Distribuir los muebles en escala sobre el plano de la habitación-modelo en

nuevas ubicaciones en las que deseas colocarlos, y pegarlos.

6. Escribir una breve explicación de por qué crees que los muebles se deben

colocar de la manera que están en tu modelo.

47

La evaluación de desempeño tiene como finalidad movilizar los saberes, teniendo

como recurso una situación cotidiana; dentro de este tipo de evaluación se

pueden incluir la actividad de evaluación de los programas de estudio y la rúbrica

contra la cual se coteja dicha evaluación.

Actividades de evaluación: Se refieren a una situación didáctica que actúa

como movilizadora de los saberes, en ella se proponen situaciones-problema

que representan los diferentes contextos de interacción del alumno para

movilizar en su ejecución diferentes conocimientos sobre contenidos

específicos, destrezas, habilidades mentales y actitudes, a ser evaluados.

Con las actividades de evaluación se puede evaluar:

El procedimiento empleado: conjunto de pasos para llegar a un resultado.

El producto resultante: objeto concreto, resultado del desempeño.

El conocimiento: referentes teóricos disciplinarios involucrados en la

ejecución o desempeño de la actividad de evaluación y en consecuencia

del producto resultante.

Las actitudes: acciones que dejan ver la postura y decisión ante ciertos

valores, hábitos y actitudes requeridos en el desempeño y producto

establecido en la actividad de evaluación.

Las actividades de evaluación basadas en situaciones-problema están

predeterminadas en los Programas de Estudio del Módulo, no obstante, para lograr

una evaluación integral se requiere utilizar diferentes técnicas en los diferentes

momentos didácticos.

Rúbricas: Son guías de puntaje que permiten describir el grado en el cual un

aprendiz está ejecutando un proceso o un producto. En ella se seleccionan

criterios a tener en cuenta para la elaboración de un trabajo y muestra los

niveles de calidad posibles para cada uno de estos criterios. Si se le agrega

puntaje a cada nivel de calidad, podemos utilizar la matriz, además, como

instrumento formal y traducir los resultados de la evaluación a una escala

numérica o conceptual, lo que permite comunicar y comparar los resultados

obtenidos por los diferentes alumnos, al mismo tiempo de contar con el

registro de los mismos.

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Rúbrica para la exposición de un tema

Nombre del evaluador:

Nombre del compañero:

Señala con una “X” el cuadro que mejor representa lo que piensas acerca de la

exposición oral de tu compañero.

Criterio de evaluación Muy bien Bien Tiene que mejorar

El expositor está informado

y conoce el tema.

El expositor trató los

aspectos importantes del

tema.

El expositor hizo preguntas

sobre el tema.

El expositor utilizó ejemplos.

El expositor utilizó apoyos

visuales.

El expositor utilizó palabras

adecuadas para expresar

lo que quería decir.

El expositor habló claro y

fuerte a la hora de hacer

su exposición.

Con la recolección de la información se pretende favorecer la regulación del

aprendizaje, la actuación del enseñante consiste en establecer mecanismos de

recogida de información; considerando un equilibrio entre evaluaciones

instrumentadas y no instrumentadas, aunado a la búsqueda de estrategias

didácticas como la autoevaluación que potencia la autonomía del alumno,

permitiéndole independencia en la evaluación de sus aprendizajes.

49

La forma de obtener información debe ser variada, orientada siempre al logro del

aprendizaje de los alumnos. En ese sentido, la información obtenida y valorada,

permite orientar el aprendizaje.

2.6 Orientación del aprendizaje

En el entendido que la evaluación es aprendizaje, es necesario concretar la forma

en que se realizará la orientación del mismo. La orientación del aprendizaje se

conceptualiza como un proceso de ayuda continua, tanto de los procesos como

de los resultados de aprendizaje, teniendo siempre como referente los criterios de

evaluación. La orientación del aprendizaje se realiza en dos modalidades:

INDIVIDUAL. Consiste en la atención personalizada durante las sesiones, en las

cuales el enseñante ayuda en la identificación, análisis de alternativas y toma de

decisiones para la solución de problemas que se presentan durante el proceso

educativo.

GRUPAL. Se realiza con el grupo, a manera de retroalimentación en cuanto a la

valoración de resultados y la verificación de logros. Consiste en brindar información,

orientar, formular preguntas y valorar las tareas que realizan los alumnos, los

productos y los desempeños.

Orientar el aprendizaje es el mecanismo de retroalimentación en el proceso

educativo, bajo la perspectiva constructivista es una actividad fundamental para

cumplir con los propósitos de una evaluación consciente, participativa,

transparente, que tiene como fin verificar el cumplimiento de los logros y mejorar

los procesos y resultados en el aprendizaje.

La información que se proporciona al alumno como orientación del aprendizaje,

es acerca de su desempeño actual, posibilitando de ser necesario un ajuste, o bien,

reconociendo la efectividad en el proceso; por tanto, debe hacerse de forma

inmediata, específica, informativa, sobre el desempeño y con tono emocional

positivo.

La información a proveer durante la orientación del aprendizaje consistirá en:

La revisión del logro en la perspectiva cognitiva, un indicador de logro es una señal

reveladora del nivel de comprensión y del tipo de razonamiento que alcanza el

alumno sobre el tema o disciplina particular objeto de la enseñanza. Es por eso que

la revisión del logro de los resultados de aprendizaje sirve para valorar lo que

aprendió el alumno en relación al impacto en su estructura conceptual; es decir,

50

que la información nueva aprendida haya permitido la reestructuración de la

información previa.

La orientación del proceso aprendizaje, pretende apoyar el proceso individual y

único de cada alumno. Para lo cual, se requiere proveer información que transfiera

responsabilidad al alumno para decidir qué criterios son importantes para él, qué

metas ha tratado de alcanzar, hasta qué punto las alcanzó y por qué, de esta

forma se manifiesta no sólo lo que el estudiante sabe del contenido como

información, sino lo que pueda hacer y el significado que le atribuye.

La información proporcionada impactará el progreso, el autodesarrollo, el proceso

y el ritmo de cambio conceptual de cada alumno a medida que avanza su

pensamiento y se apropia de la disciplina objeto de enseñanza; es decir, una

evaluación de referente personal.

Otro aspecto que orienta el aprendizaje de los alumnos es la revisión de

compromisos, que en un inicio sirve para contrastar el marco de referencia creado

a partir de los contratos de aprendizaje y los compromisos grupales establecidos

en el encuadre, y en una segunda intención, pero no menos importante, para

regular los procesos de socialización desde la actuación individual, ambos en pro

del aprendizaje.

La orientación de los alumnos está sustentada en el diálogo para asegurar el

intercambio de información y formación, mediante recomendaciones para la

actuación conjunta con el objeto de incluir actividades de orientación y

asesoramiento en los procesos formativos más relevantes y en los momentos de

toma de decisiones de la vida educativa.

La orientación de los aprendizajes de los alumnos cobra sentido, desde la

perspectiva constructivista, si:

Recoge información, no sólo de los productos o resultados obtenidos por el

alumno, sino de los procesos por los que atraviesa en su aprendizaje, tanto

aquellos que son fácilmente observables como los que no lo son.

Permite formular juicios, tanto de valor cualitativo como de valor cuantitativo

y tomar decisiones relacionadas con el futuro.

Sus resultados son comunicables.

El alumno participa activamente en la obtención y análisis de las

informaciones que la evaluación provee.

51

Estas informaciones, el alumno las utiliza para tomar conciencia, revisar y

mejorar sus modos de aprendizaje y su producción.

Estimula en los alumnos la atención y reflexión sobre procesos de

aprendizaje, contribuyendo a su auto evaluación.

En la evaluación constructivista se construye el aprendizaje durante la evaluación

porque ésta permite que, experiencias, procedimientos o trayectos recorridos

durante el aprendizaje, sean conscientes para el alumno, y por lo tanto puedan ser

corregidos. En otras palabras, orientar el aprendizaje es ir verificando la

consecución de logros.

La orientación del aprendizaje juega un

papel primordial porque, como toda

comunicación humana, es un proceso

para reconstruir el sentido y el

significado personal de la actividad

específica de aprendizaje.

La mejora del aprendizaje de cualquier

alumno está centrada en la adquisición

y la aplicación de una serie de

estrategias que le permitan abordar las

situaciones de aprendizaje de un modo

más eficaz. La orientación del

aprendizaje es un elemento de apoyo a

la formación y de ayuda al aprendizaje, con lo cual se puede observar que la

acción evaluadora no termina con la obtención de la información, sino que a ésta

le sigue la mejora del aprendizaje.

Ahora bien, para dar seguimiento y llevar un control de la evaluación en apoyo al

aprendizaje, debe registrarse.

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Referencias documentales

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http://diplomadoendocenciauniversitaria.blogspot.com/2007/08/caracterizacin-

global-de-la-evaluacin.html, 3 de junio de 2010.

CÁZARES, Aponte Leslie, Cuevas de la Garza José Fernando, Planeación y

evaluación basada en competencias, Ed. TRILLAS, México 2008.

Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica, Modelo Académico de

Calidad para la Competitividad. Criterios de Evaluación, junio 2008.

DÍAZ-Barriga, Arceo, Hernández Rojas Gerardo, Estrategias docentes para un

aprendizaje significativo, una interpretación constructivista, 2ª Ed. MC GRAW HILL,

México 2004.

GARCÍA, González Enrique, Pedagogía constructivista y en competencias, Ed.

TRILLAS, México 2010.

SACRISTAN, José Gimeno, Compilador, Educar por competencias, ¿qué hay de

nuevo?, Ed. MORATA, Madrid 2008.

ZABALA, Antoni, Arnau Laila, 11 ideas clave Cómo aprender y enseñar

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