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EXPERIENCIAS E INNOVACIONES EN EDUCACIÓN

Serie publicada en español, en francés y en inglés

Títulos publicados :

1. El caso T E V E C 2. El proyecto sobre la evaluación de la idoneidad escolar 3. Innovación en la enseñanza de la lectura en el Reino Unido 4. C ó m o se realizan los cambios en la educación: una contribución al estudio

de la innovación 5. Cambios de la enseñanza secundaria y sus repercusiones en la educación

permanente en Canadá 6. U n a escuela de la comunidad en Yugoslavia 7. La escuela secundaria básica en el campo : una innovación educativa en

Cuba 8. U n a experiencia de ruralización de la enseñanza : el I P A R y la reforma

camerunesa 9-10-11. La innovación de la educación en Asia: I. Singapur, Irán y la India

12-13. La innovación de la educación en Asia: II. República de Corea e Indonesia

14. El periodo experimental del bachillerato internacional: objetivos y logros 15. El empleo de la radio por los grupos de estudio en la República Unida de

Tanzania • . 16. La reforma de la educación en Perú 17. Establecimiento de una institución de enseñanza por correspondencia 18. Participación de la juventud en el proceso de desarrollo: un estudio de

caso en Panamá 19. La innovación pedagógica al servicio de la reforma agraria: el ITA de

Mostaganem, Argelia 20. La formación postuniversitaria de los docentes: una experiencia nueva

en Nigeria

Las designaciones empleadas y la presentación del material en esta publicación no supone la expresión de un criterio por parte de la Secretaría de la Unesco a propósito de la situación jurídica de un país o territorio ni de sus autoridades, ni tampoco en lo concerniente a la delimitación de las fronteras de ningún país o territorio.

Experiencias e Innovaciones en Educación N ° 19 Una serie de la Oficina Internacional de Educación

La innovación pedagógica al servicio de la reforma agraria: el I T A de Mostaganem, Argelia

por Noureddine Boukli

y los dirigentes del I T A

Estudio preparado para el Servicio Internacional de Informaciones y de Estudios sobre las Innovaciones Educativas (IERS)

Editorial de la Unesco - Paris 1976

Publicado en 1976 por la Editorial de la Unesco 7, Place de Fontenoy, 75700 Paris, France

Edición española I S B N 92-3-301309-X

Edición inglesa I S B N 92-3-101309-2 Edición francesa I S B N 92-3-201309-6

Impreso en Suiza por «Journal.de Genève» © Unesco 1976 [B]

Prefacio

Con este estudio la serie "Experiencias e innovaciones en educa­ción", aborda un sector: la formación de los ingenieros agrónomos en un país que ha hecho de la reforma agraria una de sus priori­dades. En efecto, en el marco de los esfuerzos del desarrollo nacional, Argelia, desde 1969, inició lo que se denomina su Revolución Agraria. La creación en Mostaganem de un Instituto de Tecnología Agrícola, está destinado a suministrar a la agricultura los dirigentes que necesita, por lo que desempeñará una tarea de primer orden en ese contexto. Sin embargo, es el carácter profun­damente innovador de la formación dispensada a esos ingenieros tanto en su espíritu como en su organización, lo que justifica ante todo, la importancia dada a este estudio en la presente serie y en el servicio del IERS. Es interesante destacar que el proyecto ha sido objeto también de una serie de diapositivas acompañado de una cassette sonora, así como de un film.

La Secretaría expresa su más sincero agradecimiento al Sr. Noureddine Boukli, Secretario General del Ministerio de Agricultura y de la Reforma Agraria de la República Democrática y Popular de Argelia, quien con la colaboración de un conjunto de dirigentes del ITA de Mostaganem, reunieron el material que permitió efectuar la presente monografía; cabe destacar, sin embargo, que todos los puntos de vista expresados en el mismo, no son necesariamente los de la Unesco. Las informaciones y experiencias pedagógicas fueron, por otra parte, objeto de una publicación mucho más detallada que el ITA efectuó en una edición restringida y que podrá obtenerse mediante pedido1.

1. República Democrática y Popular de Argelia. Ministerio de Agri­cultura y de la Reforma Agraria. Dirección de enseñanza agrí­cola. Instituto de Tecnología Agrícola de Mostaganem. La nova­tion pédagogique : données quantifiées, faits pédagogiques. Mostaganem, 197^. ^03 págs., figuras, cuadros.

Indice

Introducción p. 2

I. Creación y organización del ITA p. 7

1. Organización de los institutos de tecnología p. 2. Reclutamiento de cursillistas p. 10

II. Los ejes de formación p. 22

1. Formación humana p. 23 2. Formación de base p. 27 3. Formación especializada p. 25 U. Formación económica p. 24

III. Organización de la enseñanza y estrategia del empleo de los útiles pedagógicos p. 28

1. Organización de la enseñanza p. 28 2. La evaluación de los conocimientos adquiridos p. 3. Los útiles pedagógicos p. 32

IV. Los cursillos y su lugar en el sistema pedagógico del ITA p. 43

1. El cursillo de impregnación p. 43 2. Los cursillos del sector común p. 47 3. Los cursillos del tercer año p. 49 k. El cursillo profesional previo de cuarto año p.

Conclusion p. 53

El ITA de Mostaganem

Introducción

En Argelia, el Instituto de Tecnología Agrícola (ITA) de Mostaganem, asegura, en su sucesivo, la formación de los ingenieros agrónomos, siendo un establecimiento de reciente creación que brinda a.sus alumnos una formación original en muchos aspectos. La presente monografía se propone destacar el carácter innovador, de la ense­ñanza dispensada.

La creación del ITA se inscribe dentro del marco general de una política orientada hacia el desarrollo de la agricultura en Argelia. Para estar en condiciones de analizar sus diversos as­pectos y precisar sus implicaciones en materia de formación de los futuros dirigentes en esta rama de la economía nacional, es con­veniente referirse a una "Nota de orientación sobre la formación de los ingenieros agrónomos" del 5 de mayo de 19^9, que fuera difundida por la Secretaría General del Ministerio de Agricultura y de la Reforma Agraria. Damos a continuación importantes resú­menes que abordan sucesivamente los siguientes puntos:

situación general de la agricultura en Argelia; condiciones previas para su desarrollo;

- condiciones de reclutamiento de los alumnos-ingenieros; - orientación de su formación;

inserción en la vida pro.fesional.

Situación general de la agricultura argelina

"Desde 1962, la producción agrícola estuvo asegurada por los traba­jadores de los campos administrados por las cooperativas de los ex Moudjahidine y por los campesinos apoyados por el sacrificio incansable de un pequeño numero de técnicos que, por otra parte, estaban agobiados por las tareas administrativas. Durante el trans­curso de esos siete años, la agricultura siguió produciendo; se la administró pero no se la incrementó.

"El,esfuerzo nacional de desarrollo, se dirigió, en primer lugar, hacia otros sectores considerados prioritarios, sobre todo

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a la creación de una administración nacional, la escolarización de la juventud y la creación de industrias básicas.

"Ahora "bien, la población argelina desde la independencia aumentó en un 3,2yf por año, y por esta razón, debemos ahora moder­nizar nuestra agricultura, para alimentar la nación y mejorar el nivel de vida de los trabajadores agrícolas procurándoles empleos productivos. Todas estas tareas deben ser realizadas para preservar nuestro patrimonio de bienes raíces y asegurar el equilibrio eco­nómico del país, desarrollando su mercado interior. El funciona­miento de las industrias básicas destinadas a movilizar la tota­lidad de la economía argelina, está condicionado en parte, por las posibilidades que ofrece el mercado interno.

"Hoy en día, cuando el esfuerzo del desarrollo nacional se concentra en la agricultura, se abre de esa manera, una etapa importante para el futuro de Argelia.

"Esperamos por otra parte, a través de nuestra experiencia, contribuir a la solución de los problemas de otros países enfren­tados con los mismos apremios de desarrollo."

Condiciones previas para el desarrollo de la agricultura

Según la Nota de orientación, el desarrollo eficaz de la agricul­tura argelina debe apoyarse en una triple serie de medidas: "el montaje, en numerosos niveles, de un medio técnico masivo"; la creación de una "animación-vulgarización que favorezca el ingreso dinámico de los trabajadores"; el desarrollo de la "colaboración de unos y otros en el seno de las estructuras cooperativas y socialistas de producción, de transformación y de comercialización".

En este campo general, ya se han adoptado numerosas medidas y algunas están en la fase de elaboración. Al respecto, se pueden citar: "la intensificación de la formación profesional de los tra­bajadores especializados y de técnicos agrícolas"; el incremento de los efectivos de las escuelas regionales de agricultura tri­plicando su capacidad"; la adopción de medidas intensivas, pro­visorias de vulgarización del progreso agrícola"; "la creación de un instituto de tecnología agrícola".

"Este Instituto tiene por misión la de formar, en cuatro años, ingenieros prácticos y de trabajos en las diferentes especializa-ciones requeridas para hacer frente a las necesidades de la moder­nización de la agricultura.

"Su inauguración está prevista para el correr del año universi­tario I969/7O. La primera promoción de 500 a 800 ingenieros debe egresar en 1972.

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"Así, luego de diez años de su independencia y gracias a todos sus esfuerzos conjugados, Argelia comenzará a tener, en numero y en calidad, los planteles dirigentes que tiene necesidad para hacer de su agricultura una profesión moderna, de acuerdo a las aspiraciones y a las necesidades del pueblo argelino."

Condiciones de reclutamiento de los alumnos-ingenieros

La organización del ITA está, por lo tanto, concebida para asegurar una formación profesional en cuatro años. Se determinarán los alumnos de cada promoción luego de un estudio previo del medio indispensable para promover el desarrollo de la agricultura; y podrán variar en función de la evolución de las necesidades. Esta evolución es susceptible de conducir a la creación de otros insti­tutos análogos. Los ingenieros agrícolas formados de esa manera, disfrutarán de un estatuto de funcionarios y recibirán un presa-lario durante su escolaridad. Resulta, por lo tanto, que el insti­tuto debe ofrecerles todas las garantías de promoción y de empleo. Estos ingenieros deben ser "agentes de desarrollo" y "verdaderos pioneros del desarrollo agrícola". En consecuencia, los candidatos que se recluten deberían ser "voluntarios concientes de la impor­tancia nacional de la tarea que se les será confiada, y capaces de seguir una enseñanza superior". Conviene pues, definir las condi­ciones de acceso teniendo no sólo en cuenta la posesión de un diploma (bachillerato o diploma técnico), sino también y sobre todo, las características de la personalidad del candidato. Las condiciones exigidas deberán ser difundidas ampliamente en los establecimientos de enseñanza secundaria y profesional.

Orientación de la formación

"La formación dada por el instituto será concreta, estrechamente ligada a las realidades agrícolas, orientada hacia la acción y la intervención, y por supuesto, especializada."

La misión del Instituto emerge directamente de este preámbulo. Debe "formar ingenieros que sean capaces de asumir sus tareas, una vez finalizada su formación" y "darles una amplitud general de conocimientos que les permitan adaptarse, a través de cursos de capacitación periódicos, a las etapas futuras del desarrollo agrícola".

Esta formación esta repartida en cuatro años de enseñanza teó­rica y práctica en el último año (el cuarto), que constituye la transformación en profesional, se realiza exclusivamente sobre el

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terreno; el primer año de enseñanza, concebido como una propedéutica y un año de enseñanza metodológica, debe permitir al alumno adquirir un nivel de conocimientos suficientes para que pueda emprender los estudios de agronomía general y los estudios especializados pre­vistos para las etapas posteriores del curso. Durante los dos años siguientes, esta formación adquiere un carácter más técnico. Al finalizar el segundo año, el alumno elige una opción en la que posteriormente se especializará. El cuarto año pasa totalmente fuera del Instituto; el futuro ingeniero realiza numerosos cur­sillos que le permitirán aplicar los conocimientos que adquirió" y demostrar también su responsabilidad.

La misión del Instituto no se limita sólo a la formación de los ingenieros agrícolas; debe además "transformarse en el lugar de reciclado de los dirigentes de la agricultura. Desde su inaugura­ción, sus cursos y conferencias serán públicos y accesibles a todos aquellos que desean beneficiarse de los mismos".

A lo largo de su formación los alumnos deben "tener el sentido de las realidades y de las responsabilidades" y, para lograrlo, "deben participar en las diferentes actividades relativas a la producción de los trabajadores agrícolas, especialmente en los grandes períodos de trabajos".

Los ingenieros que egresen del Instituto deberán "promover la agricultura argelina, convenciendo, entrenando y organizando a los trabajadores". De esta manera, su formación debe permitirles adqui­rir "sólidos conocimientos científicos y técnicos", pero debe igualmente contribuir al desarrollo del "espíritu de iniciativa, aptitudes al trabajo en equipo y cualidades pedagógicas". Los alumnos estarán, pues, distribuidos en pequeños grupos y se apli­carán "todas las medidas que favorezcan para que el estudiante se haga cargo de su propia formación". Además, se dará la mayor impor­tancia a todo lo que favorezca el completo desarrollo moral, fí­sico e intelectual de los futuros ingenieros, por medio de los deportes y de la organización de los esparcimientos, así como a través de cursillos y viajes de estudio. Podrán beneficiarse, principalemente, de la experiencia y de la reflexión de los espe­cialistas argelinos y mundiales de la agricultura y del desarrollo".

Obtención del diploma y destino

Las condiciones de obtención del diploma de ingeniero están, natu­ralmente, adaptadas a las características de la formación que fueron detalladas anteriormente.

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Durante los cuatro años de estadía en el Instituto, "la adqui­sición de conocimientos será controlada a medida que se vaya rea­lizando la formación".

Al finalizar el año de cursillos prácticos, "se entregará el diploma de ingeniero luego de la presentación de un informe" redactado por cada alumno y expuesto "ante un tribunal formado, principalmente, por personalidades ajenas al personal docente".

Los diplomados "tendrán aseguradas amplias posibilidades de tra­bajo, en los sectores públicos y parapublicos, en la investigación, la enseñanza, la producción, las industrias que tratan los diversos aspectos de la agricultura y en los organismos de comercialización agrícola".

Incorporación a la vida profesional

La Nota de orientación destaca que "la incorporación en la produc­ción en todos los niveles de estos nuevos ingenieros, como asimismo de los técnicos egresados de las escuelas regionales de agricultura, no dejarán de plantear problemas que desde ya atraen nuestra atención".

Durante sus cuatro años de formación y su año de cursillos de

aplicación, los alumnos-ingenieros habrán tenido la posibilidad de establecer numerosos contactos con los trabajadores de las explo­taciones agrícolas y con los campesinos. Además, habrán seguido una "enseñanza obligatoria de psicología, de sociología y de his­toria del trabajador agrícola magrebino". Estas diferentes expe­riencias les habrán, pues, preparado para "este encuentro cuyo éxito condiciona el logro de la operación".

"De parte de los trabajadores agrícolas, debemos movilizar todas las fuentes de nuestra imaginación y de nuestros servicios para crear un clima sediento de progreso, de tal manera que la llegada de importantes promociones de dirigentes, a partir de 1972, sea deseada y esperada por parte de los trabajadores y de los campesinos".

La Nota de orientación concluye: "La agricultura argelina va a vivir un momento crucial y decisivo en los próximos diez años. El Instituto de Tecnología Agrícola de Mostaganem, jalón fundamental de esta nueva política, debe ser el punto de confrontación de esas aspiraciones y el punto de partida de este nuevo dinamismo".

Esta nota define, pues, precisamente, el marco y las misiones atribuidas al ITA, así como las características de los ingenieros que debe formar este instituto. Luego de varios años de

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funcionamiento del ITA, es posible analizar cómo se concretaron las diversas propuestas en la realidad y destacar el carácter original de ciertas prácticas pedagógicas aplicadas.

Apartándose deliberadamente del plan establecido en la Nota de orientación, el siguiente texto reagrupa las informaciones dispo­nibles en cuatro capítulos:

1. Creación y organización del ITA de Mostaganem. 2. Definición y contenido de los ejes de formación. 3. Organización de la enseñanza y estrategia del empleo de los

medios pedagógicos. k. Concepción y desenvolvimiento de los cursillos prácticos sobre

el terreno.

Las conclusiones permitirán examinar en que medida el ITA de Mostaganem, en su forma actual, alcanzó los objetivos asignados por sus creadores. Con la experiencia adquirida, será posible encarar la incorporación de las mejoras susceptibles de hacer, tanto en lo que se refiere a su estructura como a su funcionamiento.

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I. Creadon y organización del ITA

El ITA fue creado por la Disposición 69-82 de 15 de octubre de 19Ô9- Los otros institutos tecnológicos fueron creados algunos meses más tarde (Disposición 69-106 del 26 de diciembre de 1969). Esta creación fue decidida para responder a los objetivos del Plan Cuatrienal, con miras de asegurar la formación del personal diri­gente necesario para el desarrollo de Argelia.

En 1970, las necesidades de personal dirigente que debían cumplirse desde este año hasta I98O fueron fijadas de la siguiente manera:

500 ingenieros de nivel 6; 6OOO a 7OOO ingenieros y asimilados de nivel 5; 15 000 a 17 000 técnicos y asimilados de nivel k; 30 000 a 35 000 agentes técnicos de nivel 3; 70 000 a 80 000 obreros calificados de nivel 2.

El ÏTA de Mostaganem tiene por misión formar de 6000 a 7000 dirigentes de nivel 5» denominados "ingenieros - agentes de des­arrollo". Para lograr ese objetivo, fue necesario recibir promo­ciones cuyos efectivos aumentaron regularmente; pasando de 350 a 1000 alumnos entre 1969 y 1973. Resulta evidente, que este único establecimiento no se encuentra en condiciones de formar la tota­lidad de les ingenieros que se necesitan y se ha encarado la cons- -trucción de un segundo ITA en Guelma.

En la sección del Plan Cuatrienal 1970-1973 que trata de la "satisfacción de las necesidades de la economía", se ha encarado la creación de institutos tecnológicos en el marco de una política general y que se formula de la siguiente manera:

"La actividad fundamental que permite la satisfacción de las necesidades de la economía en hombres capaces, reside en la polí­tica de creación de institutos tecnológicos... En efecto, los institutos tecnológicos se basan en tres principios fundamentales:

el primer principio es el principio de la intensidad de los objetivos de formación;

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- el segundo principio es el principio de excepción de los medios de formación; el tercer principio, finalmente, es el principio de urgencia de los objetivos de formación.

"Los objetivos de formación de los institutos de tecnología están vinculados con las perspectivas de desarrollo del país... La formación en los institutos tecnológicos, a la manera de la "formación en el taller" se propone, tomando como base estudios previos de puestos, partir de las tareas reales y dar los conoci­mientos teóricos necesarios para las tareas que deberán desempe­ñar".

En el sector agrícola, el programa prevé una mejora de la situa­ción consecutiva a la nueva orientación de la producción y al aumento generalizado de los rendimientos. En el prefacio al Informe sobre el sector agrícola, se destaca: "El programa de formación de los dirigentes, cuya incidencia en el sector agrícola aparecerá a largo plazo, están orientadas (al igual que las medidas a largo plazo contenidas especialmente en la Reforma Agraria) a hacer desa­parecer progresivamente, la dualidad del mundo rural dividido entré un sector evolucionado y un sector tradicional, con miras a lograr una sola agricultura moderna, integrada estrechamente en las acti­vidades de las otras ramas de la economía nacional".

De esta definición de los objetivos, surge que los institutos tecnológicos deben asegurar una formación que permita una adapta­ción directa a los puestos de trabajo. Estos-establecimientos reclutan los alumnos-ingenieros sin condiciones previas de diploma y su destino ulterior está decidido en función de las prioridades de empleo previamente definidas. Así en el caso del ITA de Mosta-ganem, se retuvieron cuatro prioridades fundamentales; estas deter­minan el plan de empleo de los cursillistas de las cuatro primeras promociones. Estas prioridades son las siguientes:

1. Empleo como formador, a fin de lograr una completa argelización de toda la formación, agrícola antes del comienzo del Tercer Plan Quinquenal (límite 1977); el ITA y los institutos tecno­lógicos medios agrícolas (ITMA) aseguran, en lo fundamental, la satisfacción de las necesidades de formadores; entre 197^ y 1977, alrededor del h5% de los ingenieros egresados del ITA se dedicarán a las tareas de formación.

2. Empleo como ingenieros de proyectos o de investigación, a fin de fortalecer al máximo los equipos existentes, lo que

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permitirá el montaje de un sistema de dirigentes, formación vulgarización e investigación.

3. Empleo, a nivel de la producción local, en el marco de las Comisarías de Desarrollo Rural (CDR), con la creación de equipos multidisciplinarios en cada uno de ellos, para crear un equipo dirigente masivo en las diversas células de pro­ducción.

h. Empleo, a nivel de los organismos administrativos, asegurando el desarrollo y la gestión de la agricultura argelina, y en particular, en las Direcciones Agrícolas de Daira (DAD), (una Daira es el equivalente a un distrito), con la constitu­ción en cada DAD de equipos multidisciplinarios reagrupando como mínimo, especialistas en las disciplinas siguientes: agricultura, ganadería, economía, maquinaria agrícola, fomentos de los recursos de un país y silvicultura.

Hay pues, seis grandes especializaciones de ingenieros, que fueron determinadas para satisfacer las necesidades agrícolas del país. La especialización en cultivos múltiples comprenden, tres secciones: cultivos alternados, cultivos de hortalizas y cultivos perennes.

1. ORGANIZACIÓN DE LOS INSTITUTOS TECNOLÓGICOS

Se ha previsto naturalmente una organización adaptada al logro de los objetivos precitados. Los institutos tecnológicos no dependen de la enseñanza superior. Están bajo la tutela directa de los di­ferentes ministerios de quienes dependen los grandes sectores de la actividad del país. Son establecimientos de carácter administrativo y cada uno de ellos esl̂ á dirigido por un Consejo de Administración.

El personal permanente del ITA puede dividirse en tres cate­gorías: a) los formadores que están en contacto directo con los alumnos; su número es de l60; b) el personal, denominado de "apoyo pedagógico", que asegura el funcionamiento de los diferentes ser­vicios del ITA; sus efectivos son de 70 personas; c) el personal administrativo, que son alrededor de i^O personas.

Las cuatro promociones agrupan alrededor de 2̂ +00 alumnos. Por consiguiente, en el ITA, el porcentaje de personal dirigente pro­medio es de una persona por cada diez cursillistas. Este porcen­taje varía, lógicamente, según las disciplinas. Es mucho más ele­vado para el sector común que corresponde a los dos primeros años de formación, y es más débil para los alumnos del cuarto año que se encuentran en un curso preprofesional.

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Este personal tiene estatutos muy diferentes. En particular, el personal pedagógico comprende funcionarios y agentes eventuales del estado argelino, oficiales en servicio nacional, cooperantes técnicos extranjeros, voluntarios del servicio nacional activo francés y formadores egresados del ITA.

2. RECLUTAMIENTO DE CURSILLISTAS

Dada la urgencia de la formación, se adopto una política de reclu­tamiento original, basada en una sensibilización de los alumnos de los establecimientos de enseñanza secundaria. Para este fin, se emplearon cuatro medios de información colectivos diferentes: la prensa (a través de la publicación de anuncios en dos periódicos); la fijación de anuncios o carteles en los liceos, escuelas regio­nales y lugares públicos (2.000 carteles en total); la radiodifusión (emisión de comunicados breves); "las giras de sensibilización", que permitieron visitar más de 50 liceos.

Estas giras fueron realizadas por equipos de dos personas. Se efectuaban de acuerdo a un plan bien definido que preveía: a) una conferencia dada a los alumnos de las dos clases finales del liceo, ilustrada con un montaje de diapositivas sobre la vida del ITA; b) una entrevista con los responsables de la orientación escolar y profesional así como con la administración, para discutir las condiciones materiales del examen y e ) una presentación de docu­mentos: folletos de información sobre el ITA, fichas de inscripción para el examen, contratos de alumnos-ingenieros.

Esta política dio sus frutos: en 1973, se presentaron al examen 2.100 candidatos; la mitad de ellos lograron ser admitidos en el primer año. Estos cursillistas son, en su gran mayoría, hombres (97$); más de la mitad de los candidatos admitidos tienen entre 20 y 21 años. Los dos tercios de los alumnos provienen de los liceos (los 9/10 tenían una formación científica). Pasaron el examen, a la finalización de uno o de otro de las dos clases terminales. Las escuelas regionales de agricultura suministran la casi totalidad de los otros candidatos y sólo el 3% son técnicos ya comprometidos en la producción.

Una encuesta realizada en 1970 permitió definir las motiva­ciones de los candidatos que se presentan al examen. Las razones principales de la elección del ITA y de la carrera de ingeniero agrícola, clasificada por orden de importancia decreciente, son las siguientes: deseo de efectuar estudios superiores; vocación

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para la agricultura; salidas, porvenir; métodos de enseñanza, "becas, ventajas económicas, deseo de no repetir la clase en que se encontraban; deseo de adquirir una especialización.

Por otra parte, desde su ingreso al ITA, cerca del 80Í? de los cursillistas declaran halber elegido ya su futura especialización. En el momento de .su admisión, los alumnos se comprometen a tra"bajar durante diez años en los servicios del Ministerio de Agricultura y de la Reforma Agraria.

Este "breve estudio de la organización del ITA, así como del origen y de las características de sus alumnos permite analizar con más precisión las condiciones de la formación de los futuros ingenieros.

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H . Los ejes de formación

De una manera general, los objetivos de formación de los institutos tecnológicos están vinculados a las perspectivas del desarrollo del país. En el caso particular del ITA, los ejes de formación de los cursillistas están definidos con referencia a un perfil y a un comportamiento finales, considerados como deseables para un inge­niero agrícola egresado de este establecimiento. Una nota de la dirección pedagógica del ITA, de febrero de 1972, precisa las cuatro características de este comportamiento:

1. El ingeniero debe ser un "agente de desarrollo agrícola, es decir que debe estar capacitado para modificar las actuales estructuras de la producción y para promover el desarrollo de la nueva organización establecida". Esta gestión no es un pri­vilegio del ingeniero del ITA y, si así fuera, no debe conti­nuar: actuará en tanto que agente del desarrollo en el seno de un grupo de personas, campesinos, trabajadores agrícolas, etc. El conjunto del grupo es quien posee la información necesaria para lograr la comprensión y para la "solución" de los proble­mas; es decir, el conjunto del grupo es quien cambia, actúa..."

2. El ingeniero debe estar "especializado", es decir, que debe dominar las técnicas típicas de su especialización, frente a situaciones que se plantean en el terreno, cada vez más com­plejas.

3. Debe ser "adaptable" para estar en condiciones de emplear plenamente sus capacidades científicas, en el marco de tipos de otras actividades, además de las que le son propias a su estricta especialización inicial.

U. Por último, el ingeniero debe ser "capaz de trabajar en equipo multidisciplinario y a diferentes niveles".

Teniendo en cuenta este perfil general del futuro ingeniero, se retuvieron cuatro principales ejes de formación: formación humana con sus implicaciones en lo que se refiere a la vida colec­tiva en el ITA: formación básica en las disciplinas científicas

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y técnicas; formación especializada, que comprende en particular la formación de formadores; formación económica. Las modalidades prácticas de la aplicación de estos diferentes tipos de formación se estudian a continuación.

1. FORMACIÓN HUMANA

La formación humana está concebida como una formación práctica y teórica para el conocimiento de las organizaciones, de los hombres y de las instituciones. Debe preparar al ingeniero para que pueda asumir plenamente su función social de agente de desarrollo. La formación teórica está asegurada por la enseñanza de la sociología, dada durante los dos primeros años del sector común, al que se agrega la enseñanza de la economía y de la gestión que se estu­diarán posteriormente (véase el punto k "Formación económica"). La participación activa de los cursillistas en el funcionamiento real de la institución en la que viven durante cuatro años, cons­tituye la base de la formación práctica.

Enseñanza de la sociología

Esta enseñanza ocupa alrededor del 1% del tiempo total dedicado a la formación teórica para el conjunto de las disciplinas. La ense­ñanza en clase está completada por cursillos distribuidos a razón de unos veinte días por año. El ejemplo de la enseñanza de la sociología dispensada en el curso del segundo año de estadía en el ITA permite describir las modalidades prácticas.

En este establecimiento, los objetivos de todas las fases de formación están descritas en las "fichas de definición de los objetivos del sector común". El objetivo de la formación sociológica está definido, en particular, de la siguiente manera: "El ingeniero debe ser capaz de analizar las implicaciones sociales de un pro­blema en una situación agrícola real, en el marco del desarrollo". En función de este objetivo global, se destacan dos objetivos intermedios: "poner en evidencia el hecho de que la organización en el sector agrícola no sólo es el resultado de presiones, sino también el resultado de la adopción de decisiones"; "analizar los aspectos humanos de la introducción y del desarrollo de la gana­dería bovina en los sectores agrícolas administrados a través de la autogestión".

La enseñanza se brinda en clases que comprenden las fases siguientes:

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- lectura y análisis de un documento escrito; - vision de una emisión televisada como ilustración de un caso

estudiado; - realización de un ejercicio de control individual o colectivo

(por grupo de tres alumnos) que responde a dos preocupaciones diferentes: a) verificación de la comprensión y de la asimila­ción de los conocimientos expuestos en el documento de clase (a través de un cuestionario de multiple elección); b) incita­ción a la reflexión sobre la experiencia adquirida en el curso práctico con la ayuda de un conjunto de preguntas accesibles.

Para los ejercicios no se ha previsto la corrección individual. Los cursillistas reciben los escritos corregidos, informaciones complementarias pueden de igual manera, difundirse por intercomu-nicadores internos, o ser objeto de una segunda presentación tele­visada.

En el correr de ese mismo año del sector común, los alumnos participan a tres cursillos cuyos objetivos respectivos son los siguientes: a) describir la decisión adoptada a partir de las informaciones recogidas por medio de entrevistas; b) descubrir los inconvenientes que plantea la ganadería bovina y como inciden los mismos en los trabajadores; estimando las consecuencias humanas y técnicas; c) completar el análisis sociológico del establo, estu­diando el nivel de información y de formación de los trabajadores, así como su participación en la gestión.

Los alumnos-ingenieros son distribuidos por grupos de tres en las explotaciones que se dedican a la ganadería. Se les entrega un documento escrito que constituye una guía del cursillo. Cada grupo debe participar en cuatro tipos de actividades: recogida de informaciones a través de entrevistas, consultas de documentos; tratamiento de esas informaciones; elaboración de análisis; redac­ción de un informe.

Para la enseñanza de la sociología, se ha previsto un formador por cada grupo de cien alumnos. Los formadores se consagran a multi­ples tareas pedagógicas entre las cuales conviene mencionar: la elaboración de la progresión de las clases; la coordinación con los equipos de formadores que trabajan en otras disciplinas (los cursillos se realizan en dos o más materias y esta organización condiciona la progresión de las diversas enseñanzas); la inves­tigación y el análisis de la documentación; la redacción de los

i).

documentos de las clases; la preparación y la difusión de emisiones de television; la corrección de los ejercicios y los informes de los cursos prácticos.

Parece que el número de formadores es insuficiente para ase­gurar un aprovechamiento correcto de los alumnos que se encuentran distribuidos en 2k salas, en los cursos de enseñanza y en las 100 explotaciones, en los cursos prácticos. El trabajo de los cur­sillistas, se evalúa regularmente y se le otorgan dos notas durante todo el año, una luego de la corrección del informe sobre el curso relativo a la agricultura, la economía y la sociología, y la otra, luego de la presentación de la tesis oral basada en la exposición de un informe de trabajos prácticos (una nota colectiva para grupos de tres alumnos ).

Participación de los alumnos en el funcionamiento del establecimiento

Al margen de las clases de enseñanza, los alumnos son alentados vivamente a participar de una manera directa en la vida colectiva del ITA. De acuerdo a un documento redactado por la Oficina "Vida colectiva", el objetivo general de la animación socio-cultural y deportiva confiada a la vida colectiva dirige sus esfuerzos a des­pertar las potencialidades que contiene cada alumno-ingeniero, que conducen al completo desarrollo moral, físico e intelectual, lo mismo que a despertar su sentido cívico y político (concienti-zación de la importancia de su incorporación profesional futura para el desarrollo de Argelia).

En el sistema de educación del ITA, la formación técnica y la formación humana están vinculadas indisolublemente. La animación, en la acepción amplia del vocablo, constituye la base de la for­mación global deseada para el futuro ingeniero. Orientado hacia las funciones dirigentes del país, debe no sólo ser competente en su propia especialidad y dedicado al servicio de su país, sino, además, ser capaz de promover actividades de formación y de trans­formación de las instituciones tradicionales.

En consecuencia, la animación socio-cultural forma parte inte­grante de la formación de la capacidad, ya que la misma contribuye a despertar el espíritu cívico y a que los alumnos-ingenieros se hagan cargo de sus responsabilidades'.

El o'rgano motor de esta animación es la Asociación de Alumnos que se denomina Centro Cultural de los alumnos-ingenieros del ITA de Mostaganem (CCEI). Según sus estatutos, esta asociación, fundada en 1971, tiene por finalidad:

- promover actividades recreativas y educativas diversas, físicas, prácticas, artísticas, deportivas, intelectuales, económicas y cívicas;

- crear y animar secciones deportivas, artísticas y culturales; estrechar y fomentar los vínculos de amistad entre los alumnos-ingenieros del ITA, y facilitar los intercambios culturales con otros circuios extranjeros a este establecimiento;

- administrar y desarrollar las actividades materiales del Círculo de alumnos-ingenieros;

- mantener y mejorar el material recibido, adquirido o fabricado por el Círculo Cultural.

Esta Asociación se compromete a no perseguir otros objetivos • que aquellos que están definidos en sus estatutos- Todos los estu­diantes la integran, puesto que, de hecho, no se perciben cotiza­ciones. El CCEI está administrado por tres organismos: a) la asam­blea general que reagrupa los estudiantes de los tres primeros años, dado que los alumnos del cuarto año se encuentran en cursos profesionales previos; b) el Consejo de la Asociación, integrado por quince miembros - cinco por cada promoción; los miembros del Consejo son elegibles durante cuatro años y son elegidos por la Asamblea General; c) la Mesa, elegida en el seno del Consejo, que comprende un presidente, tres vicepresidentes y un tesorero general.

La Administración general del ITA participa de derecho al fun­cionamiento de la Asociación. El Director General del Estableci­miento es estatutariamente Presidente de honor del CCEI. Es en presencia del Director General que, cada año, la Mesa saliente presenta su balance y su informe moral y financiero ante la Asam­blea General y la Mesa nuevamente elegida. La Administración facilita el desarrollo de las actividades del CCEI poniendo a su disposición los estudios y las salas dando autorización para que no asistan en esos casos a las clases. El Presidente del CCEI es invitado a asistir a las reuniones más importantes del Consejo de Dirección, que tratan temas de pedagogía y de disciplina.

El CCEI recibe una subvención anual del Estado que asciende a 10.000 DA. En el presupuesto del ITA, existe un crédito afectado al funcionamiento del Centro. Este crédito alcanzó en 1971* a I5.OOO DA. El CCEI administra tres hogares, lo que le otorga igual­mente otros ingresos empleados para la retribución del personal de servicio y para el autofinanciamiento de las diferentes acti­vidades de la Asociación.

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Estas actividades están coordinadas por tres departamentos del CCEI. El departamento "Cultura" anima las actividades teatrales (dos grupos con un centenar de miembros) y musicales (cuatro orquestas), así como un cine-club y un club de fotografía. Los adhérentes del grupo teatral escriben y montan ellos mismos sus propias obras que tratan, en general, temas socio-políticos. Cada año se organizan una decena de conferencias cuyos temas se refieren, entre otros, a la Revolución Agraria y a la organización de la justicia en Argelia. El CCEI publica la Revista-ITA, pequeña publi­cación bimestral que informa de los acontecimientos de la vida cotidiana de la institución. El departamento "Deportes" anima las actividades deportivas en una decena de disciplinas en las que participan más de 500 licenciados. El departamento "Esparcimiento" administra los tres hogares que comprenden salas de bar, salas de recepción de la televisión y las salas de juegos.

Las condiciones de alojamiento desempeñan probablemente una función importante en el modo de vida colectiva de los alumnos-ingenieros. Sin embargo, es difícil evaluar en forma cualitativa y cuantitativa, esta influencia. Los cursillistas viven en tres ciudades que se encuentran en Mostaganem. Disponen de apartamentos en el que se alojan de cuatro a ocho alumnos. Este régimen de semin-ternado favorece poco los contactos directos con los habitantes de la ciudad, pero los estudiantes participan, sin embargo, en las actividades sociopolíticas de la ciudad y de su región, y emprenden campañas en el marco de la Juventud del Frente de Liberación Nacional y del Comité de Apoyo a la Revolución Agraria. Este comité está representado por cinco delegados ante el Comité Universitario del Voluntariado que funciona a escala nacional. En relación con los Comités de apoyo de los liceos y de los otros organismos lo­cales y regionales, el Comité del ITA interviene regularmente en las obras populares de la Willaya (prefectura). Publica una revista titulada ITA - Revolución Agravia, que se difunde en toda la ciudad. Los estudiantes voluntarios se encuentran de esa manera, comprometidos en una acción revolucionaria de edificación nacional. Consideran que su participación al voluntariado constituye un medio privilegiado que les permite penetrar en el medio rural y crear relaciones más estrechas con la juventud activa de Mostaganem.

2. FORMACIÓN DE BASE

La formación de base constituye el sector común de los estudios, y está organizada en torno a cinco disciplinas principales:

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"biología, química, matemáticas, física y estadística. En la clase, en el taller, y en el laboratorio se le consagran, en total, alrededor de 300 horas de enseñanza en el primer año y UOO horas en el segundo.

En matemáticas, por ejemplo, el objetivo de la formación se define de la siguiente manera: "El ingeniero debe ser capaz de utilizar las matemáticas como una herramienta para la solución de los problemas de la agronomía".

Las clases de enseñanza duran una hora y media. Los cursos se difunden por circuito cerrado de televisión y los documentos escritos se remiten a los alumnos en forma de fichas de estudio y de fichas de ejercicios. El formador está a disposición de los estudiantes en el estudio de animación central; de esa manera, puede responder a las preguntas que los estudiantes le plantean por intercomunicador. Los otros formadores se encuentran en las salas, a razón de un animador para trece salas, reagrupando cada una, veinte alumnos. Los ejercicios se efectúan individualmente y las clases terminan con una discusión común de los resultados.

En el primer año existe igualmente un curso de matemáticas redactado y que se entrega a cada estudiante. Este curso repasa las nociones básicas que se estiman ya adquiridas al ingreso del ITA. En ese sentido, si bien no forma parte estricta de la ense­ñanza dispensada, permite, en cambio, que cada alumno complete su propia formación y de esa manera, se encuentre en el nivel general- exigido para el ingreso en el establecimiento. El curso consta de tres fascículos de cien páginas cada uno. Sólo se lo emplea a título individual. Antes de estudiar un fascículo, se exige que cada alumno verifique sus conocimientos. De esa forma, el alumno diagnostica sus lagunas eventuales y entonces puede remediarlas estudiando las partes correspondientes del curso de matemáticas, concebido para el repaso de las diferentes nociones. La adquisición de conocimientos se controla a través de la reali­zación de numerosos ejercicios programados, de tipo lineal. El estudio de cada noción termina con la realización de una prueba.

La química, la biología y la física se enseñan a través de las secciones de producción animal y de producción vegetal, en el limite estricto de sus necesidades, a fin de alcanzar los objetivos fijados en materia de agricultura y de ganadería. Las clases en los laboratorios están dirigidas por equipos especializados.

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3. FORMACIÓN ESPECIALIZADA

La formación especializada se otorga durante el tercer y cuarto año de. escolaridad del ITA. De acuerdo a los objetivos generales definidos anteriormente, se observa que esta formación no es total­mente satisfactoria y en la actualidad se está realizando un estudio a fin de lograr las posibles mejoras.

Características generales de la formación especializada

En el tercer año, se imponen a los alumnos-ingenieros los objetivos de formación en función del perfil deseable del ingeniero que se está formando y de acuerdo al plan de destino de los cursillistas que egresan del ITA. Los estudiantes participan en dos clases de actividades:

- las actividades en la clase que les permiten adquirir conoci­mientos y métodos, incorporar esos conocimientos mediante la realización de ejercicios y el empleo de esos métodos para el estudio de los problemas que se les plantean. Las diversas acti­vidades intelectuales que se exigen para abordar un problema dado, son expuestas por los formadores y discutidas con los alumnos ;

- las actividades sobre el terreno están repartidas en tres etapas: a) preparación de los cursillos, que implica la definición de los objetivos del curso y la discusión de la actividad que se debe seguir; b) el curso propiamente dicho, durante el cual los alumnos-ingenieros disfrutan del apoyo metodológico de los formadores (se prevé un formador para 12 a 15 alumnos), lo que les permite centralizar mejor sus actividades en los objetivos previamente definidos, detectar toda desviación injustificada y proceder a las correcciones necesarias; c) aprovechamiento del cursillo, realizado por grupos de h a 5 alumnos implicando el análisis de las informaciones recogidas, el establecimiento de un diagnóstico sobre el funcionamiento de la explotación o el desarrollo de la región y la elaboración de propuestas de mejora.

Sin embargo, cabe destacar que estos cursillos no constituyen una integración real en los problemas de desarrollo. Las diferentes secciones definen los objetivos a niveles no homogéneos. Esas secciones están aisladas entre si, lo que hace imposible todo tra­bajo multidisciplinario. Los estudios efectuados a menudo no tienen repercusión en la producción, debido a que no son tomados en cuenta

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por las propiedades rurales. Es por esta razón que los alumnos del tercer año conservan fundamentalmente las motivaciones1 de tipo escolar y es difícil obtener una verdadera motivación de tipo pro­fesional. Por último, los formadores no participan verdaderamente en los trabajos sobre el terreno. Convendría pues, asociar mucho más estrechamente el ITA a la solución de problemas concretos de desarrollo, permitiendo que los formadores participen directamente en el esfuerzo de desarrollo. De igual forma, los alumnos-ingenieros deberían recibir una formación sobre el terreno que se adaptase mejor a su futura misión.

Las modificaciones propuestas con este fin se analizarán en la conclusión, en forma más detallada, y se destacarán sus ventajas e inconvenientes respectivos.

En el cuarto año, los cursillistas deben definir los objetivos del cursillo, tomando en consideración los imperativos de la es­tructura de recepción y de las necesidades de su propia formación, homologada por una evaluación. Debe pues, hacer un cierto equili­brio entre esos dos tipos de orientaciones. Para lograrlo, contarán con la colaboración de los formadores de cuarto año. Cabe constatar nuevamente que esos formadores son aparentemente insuficientes, ya que en la actualidad sólo se preven ocho formadores para más de 1»00 cursillistas. Las estructuras del curso, son, en su conjunto, muy diversas y por esta razón, el grado de iniciativa de los estu­diantes y la importancia del apoyo de que disponen sobre el terreno son en igual forma, muy variables.

Formación de formadores

Los diversos organismos encargados de la formación de los dirigentes de la agricultura tienen necesidades urgentes en materia de forma-dores. Se les asignarán los ingenieros egresados del ITA que hayan recibido una formación especial, que les permita asumir una doble función de formador y de ingeniero sobre el terreno. Se estima que en 1977, el ITA habrá formado un total de 1.600 ingenieros; más de 9OO serán afectados en puestos de producción y cerca de 700 llegarán a ser formadores. Esta función, por lo tanto, constituye una ubicación muy importante para los actuales cursillistas.

Alrededor de unos 15 ingenieros serán afectados al Centro Nacional de Pedagogía Agrícola, que es un órgano de reflexión que se encarga del desarrollo de la política pedagógica. Al comienzo del año escolar 1977, está previsto inaugurar quince institutos medios de tecnología agrícola, que permitirán la formación de técnicos especializados cuya calificación profesional corresponderá

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al nivel h. El plantel de profesores para esos institutos, en parte estará formado por ingenieros egresados del ITA. Por otra, 25 ingenieros ejercerán las tareas de director pedagógico en los centros técnicos de formación agrícola que "brinda una formación práctica, con una calificación profesional correspondiente al nivel 3. La enseñanza dispensada en cada uno de esos estableci­mientos se orienta fundamentalmente sobre una producción principal (arboricultura, cultivos alternados, etc.). El ingeniero que estará a cargo de un centro técnico determinado, debe por lo tanto, ser un especialista de producción correspondiente. Por último, el ITA encontrará l60 de sus antiguos alumnos trabajando como forma-dores, que serán afectados a la enseñanza del sector comíin, a la formación especializada y a la formación práctica en los talleres y laboratorios.

Los ingenieros - que se enfrentan con una doble actividad -al ejercer estas responsabilidades, son verdaderos "formadores-pro-ductores". Durante su escolaridad en el ITA y durante los cursillos, deben hacer frente a situaciones concretas de aprendizaje y de reflexión que les permitirán prepararse para sus futuras activi­dades. La formación de los formadores se concibe, por ende, sobre la base de cinco objetivos principales:

1. Análisis de los problemas que se plantean a los formadores del ITA, en las diversas etapas de la definición de los objetivos de formación, de la preparación de los contenidos de la ense­ñanza, de la organización de las intervenciones en condiciones reales, de la creación de situaciones adecuadas para el apren­dizaje y de su aprovechamiento.

2. Evaluaciones de las iniciativas que tomaron los formadores del ITA, estudiando en que medida ellas responden a las necesidades de los cursillistas en formación.

3. Apreciación de la totalidad del sistema pedagógico adoptado por el ITA, analizando su nivel de adecuación frente a situa­ciones especiales.

k. Explicación de la elección metodológica de intervención elegida por el ITA dentro de su estrategia de formación, basada en el aprovechamiento de los cursillos sobre el terreno; para esto, los cursillistas deben discutir con los formadores sobre el estudio pedagógico global .0 consecutivo de los diferentes tipos de actividades iniciadas en condiciones reales.

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5. Adquisición de una maestría del empleo de los auxiliares pedagógicos utilizados en el ITA, ya sea para difundir la in­formación, ya sea para que los áLumnos puedan expresarse, comu­nicar y actuar.

Para que se puedan alcanzar esos diferentes objetivos, se fijó una progresión que define los niveles de formación previstos al finalizar cada uno de los cuatro años de escolaridad en el ITA. De esa manera, al final del primer año del sector común, el alumno debe poder: trabajar en una unidad de base que comprende de 3 a 5 cursillistas e integrarse en un grupo de trabajo, de acuerdo a la enseñanza dada en clase y a la formación práctica en el taller; comunicarse con los otros grupos y con los formadores; emplear el sistema pedagógico adoptado por el ITA con fines de autoformación y estar en condiciones de utilizar la documentación de carácter general así como también los documentos recibidos al iniciarse'cada clase de trabajo; analizar un objetivo pedagógico y deducir del mismo una estrategia de trabajo; describir la situación pedagógica propuesta por los formadores; describir el sistema de evaluación; establecer un balance de su propio trabajo.

Al final del segundo año del sector común, el alumno tiene que haber desarrollado considerablemente sus facultades de análisis y de síntesis, gracias a una reflexión de la experiencia adquirida. Se le exige sobre todo: definir, clasificar y analizar las activi­dades en las que participó durante los dos primeros años de la formación; establecer correlaciones entre los objetivos pedagógicos perseguidos y la evolución del comportamiento de los cursillistas; identificar los modos de evaluación utilizados y establecer las correlaciones con el resultado final de cada actividad, tal como ha sido evaluado; elucidar sus opciones y verificar las informa­ciones que pudo recoger sobre los problemas de desarrollo, la carrera de ingeniero, las diversas posibilidades que se le ofrecen (ingeniero de producción o de formación-producción), y sobre la especialización que hará en el tercer año; describir el objetivo final de la formación para cada situación profesional enfocada.

Al finalizar el tercer año, el cursillista debe estar en condi­ciones para asumir una situación profesional previa de formador.

Durante el cursillo de cuarto año,'los alumnos-ingenieros comienzan a ejercer actividades de formador en los diversos esta­blecimientos en los que pueden ser afectados. Entonces, trabajan en equipos multidisciplinarios y toman a su cargo ciertos objeti­vos de formación que se caracterizan tanto por su finalidad

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profesional como por sus relaciones en la práctica. Podrá tratarse, por ejemplo, de observar, analizar, efectuar un diagnostico y pro­poner soluciones en lo referente al cultivo de cereales en una determinada parcela de terreno. La adopción del objetivo de for­mación está precedida por una preparación durante la cual se define la estrategia, es decir, la prevision y la programación de las diferentes situaciones pedagógicas, así como las relaciones que conviene establecer entre ellas.

En estas situaciones, el cursillista anima el grupo de alumnos del que es responsable. Trabaja con los formadores afectados en el organismo que lo acogió para la realización de ese cursillo, dirige reuniones de preparación de las futuras actividades sobre el terreno, las sitúa y dirige reuniones de explotación así como de evaluación. Finalizado el cursillo, el futuro formador propone una estimación del objetivo de formación.

La duración prevista para esas actividades de iniciación en la función de formador representa la mitad de la duración total del cursillo de cuarto año. Estas actividades no se ejercen durante un período estrictamente determinado; por el contrario, se ex­tienden a lo largo de todo el año. Permiten al cursillista estable­cer contactos con los miembros del personal docente de los diversos establecimientos de formación así como con los dirigentes que se encargan del desarrollo de la producción agrícola.

Los alumnos-ingenieros se encuentran, por otra parte, directa­mente asociados a esta producción dentro de la segunda actividad que ejercen durante su cursillo profesional previo. En ese caso, igualmente permanecen agrupados en equipos multidisciplinarios y se les confía la consecución de una producción o de un problema particular en el seno de un grupo reducido de unidades de produc­ción, (a lo sumo, tres a cuatro unidades).

Al finalizar este cursillo, los alumnos-ingenieros redactan una memoria que representa un estudio profundo de un problema de producción que se plantea en la práctica. Esa memoria debe ser un trabajo original elaborado sobre la base de observaciones concretas, efectuadas sobre el terreno. Su autor debe concebirla con una óptica de agente de desarrollo, vale decir, que la memoria debe proponer soluciones concretas que traigan consigo cambios sobre el carácter de las estructuras de la autogestión y de la Revolución Agraria. Al terminar el cursillo, los estudiantes deben entregar igualmente un informe de análisis del curso que trata al conjunto de las actividades realizadas a través de las distintas experiencias

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vividas por los cursillistas, su evolución y las acciones recí­procas acaecidas durante el cursillo profesional previo. El aná­lisis de las actividades de formación ocupa un importante lugar en este informe final, que contiene una descripción de las diver­sas situaciones, se sitúa al principio de una reflexión sobre la función del formador y el alcance de las actividades emprendidas, encaradas bajo el doble aspecto del impacto sobre el desarrollo y la formación del alumno-ingeniero.

De esa manera, los 2 documentos que redacta cada cursillista son en definitiva, complementarios: las actividades de formación y sus relaciones con el medio ambiente se estudian en el informe de análisis del curso, mientras que los problemas de producción se tratan más especialmente en la memoria. Esos dos documentos reflejan, por lo tanto, directamente, los dos aspectos de la for­mación dada al ingeniero del ITA, con miras a permitirle el ejer­cicio de su doble función de formador y de ingeniero de producción.

U. FORMACIÓN ECONÓMICA

Así como las otras formaciones específicas, la formación económica presenta un doble carácter teórico y práctico a la vez. Se dispensa bajo la forma de enseñanza del sector común. En el tercer año, se prevé una especialización "economía" que ocupa una parte mucho más considerable del tiempo de enseñanza. Para el sector común, la duración total de los períodos de enseñanza y de curso es de aproximadamente 11*0 horas por año. En el tercer año, la misma du­ración se multiplica por ocho (más de 1100 horas de formación); se reparte entonces, más o menos de la misma manera, entre la enseñanza en clase y los cursillos.

Formación teórica

En el primer año la enseñanza se organisa en dos partes, a las que se le asigna respectivamente los objetivos siguientes:

- para la primera parte: a) estudio de los planes de producción, de financiamiento, de abastecimiento y de cultura que se ela­boraron para un sector agrícola administrado por autogestión; b) preparación de la contabilidad de una explotación general para un sector agrícola administrado por autogestión;

- para la segunda parte', a) análisis de la contabilidad de la explotación general empleando el método de los ratios; b) análisis de esa misma contabilidad basándose en los bene­ficios brutos.

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En el segundo la formación económica se reparte en cinco períodos, y se prevén tres períodos de cursillos.

El período 1 y el cursillo 1 se consagran al estudio del sector agrícola.

Durante el período 2 y el cursillo 2 se prosigue la descrip­ción del sector agrícola y se establecen comparaciones entre las diversas explotaciones que tienen sistemas de producción análogos. Para estas comparaciones se toma como base una explotación deter­minada; de hecho es un modelo teórico preparado por los cursillis­tas.

Los períodos 3 y k se consagran al estudio de la organización del trabajo completada a través de la comparación con el modelo teórico. Las enseñanzas versan sobre la teoría del valor, la estrategia del desarrollo y el análisis de la agricultura en tanto que actividad económica.

El último período se consagra a la redacción del informe de síntesis final. Durante este mismo período los cursillistas parti­cipan en un seminario sobre la revolución agraria.

Unos cincuenta alumnos siguen la formación económica especia­lizada que se da en el tercer año. Esta formación se reparte en cuatro períodos durante los cuales se estudia respectivamente la economía general, el sector que no se administra por autogestión, el sector que se administra por autogestión y el sector de apoyo a la autogestión y a la Revolución Agraria. Al terminar esta for­mación, los estudiantes tienen que haber adquirido un nivel de conocimientos que les permitan: conocer y analizar el ámbito eco­nómico global en el que tendrán que intervenir dada su condición de cursillistas; elaborar las técnicas de registro, de análisis y de previsión a la escala de un grupo de agentes económicos; utilizar esas mismas técnicas, así como las técnicas de ejecución, a la escala de una unidad de producción; conocer los servicios de apoyo para la autogestión y para la Revolución Agraria.

Razonando en términos de objetivos de formación, se puede decir, por lo tanto, que el cursillista debe estar en condiciones de ana­lizar una situación, hacer un diagnóstico y proponer mejoras al nivel de una unidad de producción o de un servicio, como en el marco de una unidad territorial (comuna, distrito, región, etc.). Gracias a esta formación, los alumnos-ingenieros estarán en condi­ciones para ejercer las funciones de gestionarios en las oficinas o cooperativas, o agentes de desarrollo, que constituyen verdaderos enlaces de los servicios de planificación.

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Formación práctica

La formación económica práctica se adquiere en el ámbito de acti­vidades relacionadas con la definición de las orientaciones peda­gógicas dei ITA, con la participación en los consejos paritarios y en la gestión financiera de los diversos servicios de animación de la vida colectiva del establecimiento.

En lo fundamental esta formación práctica se efectúa en el ámbito de los objetivos de formación, de acuerdo a la estrategia pedagógica adoptada. El análisis del desarrollo de los cursillos, permitió precisar la naturaleza y la importancia de los ejercicios prácticos realizados por los estudiantes. Gracias a una serie de rectificaciones periódicas, el sistema alternado entre las clases teóricas y los cursillos permite una constante progresión de esta formación.

No conviene insistir en este aspecto fundamental de la forma­ción práctica, en el campo económico, pero se verá cómo se completa muy eficazmente mediante la participación directa de los alumnos en la vida de la institución que los acpge.

Ocho delegados de los alumnos-ingenieros, es decir, dos delega­dos por año, son invitados a participar en las reuniones de orien­tación pedagógicas organizadas por la Dirección pedagógica. Pueden dar su punto de vista. Más aún, los estudiantes pueden participar en todas las reuniones previstas en el ámbito del sector común y presentar propuestas. En regla general, dos delegados de los alumnos, asisten a las reuniones que tienen por objeto hacer el balance de las etapas de formación o establecer planificaciones de conjunto. Acaece igualmente que grupos completos de alumnos-ingenieros estén presentes. Por otra parte, se organizan varios seminarios sobre la Revolución Agraria en los que participan la mitad de los estudiantes. Los delegados de los alumnos del tercer año, están autorizados a asistir a otros consejos convocados por la dirección pedagógica. En la práctica, sólo van cuando les concierne directamente. Pueden de igual manera, participar en las reuniones de las diversas secciones (cultivos de hortaliza y maquinaria agrícola, por ejemplo) a las que se les convoca regularmente. La sección "ganadería" organiza cada año de siete a ocho reuniones de información a las que asisten de 20 a 60 alumnos-ingenieros.

Se convocan consejos paritarios para resolver en materia de disciplina. Se invitan a los ocho miembros del comité de coordina­ción y de dirección elegidos por los alumnos. Deben estar presentes seis delegados. Pueden emitir sugerencias, dar su opinión y

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estudiar el expediente del acusado así como la solicitud del deman­dante. Los delegados participan en la votación final en el mismo plano que el presidente de la reunión y los cinco representantes de la administración.

La administración financiera de las actividades relacionadas con la vida colectiva se lleva a cabo en el ámbito del círculo cultural de los alumnos-ingenieros cuya función dinámica en la vida del establecimiento ya ha sido estudiada. En cada promoción, quince cursillistas consagran un tiempo considerable a la adminis­tración. Ese tiempo varía de acuerdo a los períodos de iniciación de las diversas actividades cuyo funcionamiento depende de las partidas de los responsables a los cursos. En general, la mayor parte de las actividades se realizan efectivamente de tres a cinco días por semana. Como promedio, los alumnos-ingenieros pasan una o dos horas en el círculo o en el hogar por día. Entre sus acti­vidades, el tesorero general debe estar presente en el círculo, más o menos unas dos horas diarias. Los estudiantes participan en la administración de la Casa ITA: dos delegados por promoción representan a sus camaradas ante los servicios de administración de.las ciudades y del economato (cocina, restaurant y abasteci­miento). Esos delegados consagran como promedio una o dos horas diarias a las actividades de vigilancia en el restaurant (el actual restaurant, con una capacidad de 320 lugares, sirve como promedio I.5OO cubiertos por comida). De esta manera, se establecen contac­tos permanentes e informales con los responsables administrativos de las ciudades y del economato. Además, cada año, se celebran entre 5 y 10 reuniones de carácter más organizado, durante las cuales se discuten los problemas de administración del estableci­miento.

De esta manera, en el ITA se ha dispuesto todo para que el estudiante reciba una formación económica completa. Tiene la posi­bilidad de familiarizarse con problemas de administración inheren­tes a grupos de importancia muy variable, lo que le permite darse cuenta de la diversidad de los problemas que tendrá que conocer durante su carrera profesional.

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ni . Organización de la enseñanza y estrategia del empleo de los útiles pedagógicos

El análisis de los ejes de formación permitió evocar ciertos aspectos de la organización de la enseñanza. Cabe precisar ahora, las características esenciales y mostrar cómo el conjunto de los medios pedagógicos de que dispone el ITA incide en la realización de los objetivos de formación que hemos señalado anteriormente.

1. LA ORGANIZACIÓN DE LA ENSEÑANZA

La adquisición de conocimientos teóricos y prácticos se realiza durante los cuatro años de escolaridad en el ITA, de acuerdo a una progresión estrictamente definida. Los dos primeros años, que integran el sector común, permiten adquirir simultáneamente cono­cimientos fundamentales de agronomía y métodos de trabajo. El tercer año se consagra a la adquisición de conocimientos, útiles y gestiones inherentes a una especialización determinada. El cuarto año permite al alumno actuar, asumir responsabilidades, trabajar en equipos multidisciplinarios y prepararse para ocupar el cargo profesional para el cual se ha preparado. Los veinticinco mejores alumnos egresados del ITA tienen, por otra parte, la posibilidad de continuar estudios complementarios.

Las etapas de la enseñanza

La formación se brinda en tres campos. En la sala de clase o de documentación, el alumno adquiere conocimientos, reflexiona sobre las observaciones realizadas durante el curso y prepara el próximo curso. En el laboratorio, tiene la posibilidad de aplicar prácti­camente sus conocimientos y adquirir cierta experiencia práctica. En el cursillo, el estudiante se encuentra enfrente al mundo rural; recoge datos e informaciones y estudia los problemas reales.

A fin de que esas diferentes experiencias se completen reci­procamente, es conveniente prever una planificación racional de su integración en todas las etapas de la enseñanza. En principio, cada una de esas etapas comprende cuatro partes:

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- adquisición de los conocimientos en las clases, en el labora­torio o en el taller;

- preparación directa del cursillo; - participación en el cursillo; - aprovechamiento del cursillo.

En el primer año, una etapa de la enseñanza dura de uno a tres meses. Un equipo formado por un especialista de la enseñanza pro­gramada y por la totalidad de los formadores responsables del desarrollo práctico, definen los objetivos correspondientes al curso. Posteriormente, y habida cuenta de los resultados obtenidos en el curso anterior, un "formador-productor" determina la estra­tegia y el contenido, así como los medios pedagógicos que deben utilizarse. Cabe señalar aquí la originalidad de este sistema que implica que todos los años se vuelvan a estudiar sistemáticamente los objetivos y métodos de formación, basándose en la evaluación objetiva de los resultados obtenidos luego de cada etapa, y te­niendo en cuenta la experiencia adquirida de esta manera, para mejorar continuamente las condiciones de la enseñanza. La elabo­ración de los documentos que se deben emplear durante una deter­minada etapa, sólo se realiza luego de haber efectuado este examen de conciencia, que prolonga los trabajos de "precisión del tiro".

Dada la importancia numérica de las promociones de alumnos-ingenieros se recurre sistemáticamente a las técnicas de tele-ense­ñanza para la difusión de las materias de enseñanza. Los documentos preparados son aprovechados y difundidos por un equipo que comprende de 5 a 8 formadores. Dos de ellos permanecen en el estudio central con el objeto de asegurar la difusión por circuito cerrado de tele­visión. Este circuito abarca todas las salas, (en total unas 20). Los otros formadores se distribuyen en las oficinas de enlace, unidas por un circuito de intercomunicación a las diversas salas de un mismo piso del edificio de enseñanza, que tiene una capaci­dad de aproximadamente 150 alumnos-ingenieros. La comunicación que se establece de esa manera, entre el estudio central y las oficinas de enlace, por una parte, y las clases por otra, es de doble direc­ción, dado que cada clase está equipada con dos receptores de •televisión y un micrófono de intercomunicación. De este modo, los alumnos tienen la posibilidad de obtener la ayuda de los formadores que se encuentran en las oficinas de enlace. Esta organización técnica presenta, sin embargo, un inconveniente, en el sentido que los formadores no tienen la posibilidad de observar el comporta­miento de los alumnos en las salas de clase.

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La difusión de las materias, se completan mediante reuniones de evaluación de la enseñanza, durante las cuales los alumnos-ingenieros se reúnen con los formadores a fin de puntualizar las reuniones de revisión.

2. LA EVALUACIÓN DE LOS CONOCIMIENTOS ADQUIRIDOS

La evaluación de los conocimientos adquiridos por los cursillistas se realiza en dos niveles.

En primer lugar, en el curso de cada etapa de enseñanza, se invita a todos los alumnos a que procedan a una autoevaluación que •les permite sobre todo, revisar los conocimientos adquiridos en las clases anteriores. No obstante, parece que esta técnica de evaluación no permitió lograr los resultados esperados. El por­centaje de asistencia de los alumnos a estas reuniones, es un por­centaje más bien mediano, y habida cuenta que esta evaluación es anónima, los que participan en la misma tienden a sobrestimar sus propias actuaciones. Corrigen ellos mismos sus ejercicios y el grupo salo conoce el resultado global.

En segundo lugar, cada año se organizan numerosos exámenes dentro de cada sección. De esa manera, en el primer año se preven 21 exámenes con el fin de completar las 20 reuniones de autoeva-luación. El número anual de los exámenes disminuye regularmente durante la escolaridad (15 exámenes en el segundo año, unos diez en el tercero - ese número varia según las secciones - y un examen final en el cuarto año). Los cursillistas tienen plena conciencia de la importancia de estos exámenes cuya organización goza, por otra parte, de una amplia aprobación en el establecimiento, tanto de parte de los alumnos como de los formadores y de la administra­ción. Los cursillistas tienen realmente una motivación y se pudo constatar que realizaban un trabajo sumamente serio durante las semanas que precedían cada examen.

El sistema de notas que se adoptó comprende cinco niveles que corresponden a los diferentes grados alcanzados en los objetivos definidos para una etapa determinada de enseñanza.

El nivel 5 supone el dominio de todos los conocimientos exigi­dos; y permite sobre todo, seleccionar a los alumnos aptos para continuar estudios posteriores que les darán acceso a posiciones profesionales de un nivel superior. Aproximadamente el 1% de los alumnos de la primera promoción alcanzó este nivel. El nivel k corresponde al doble logro de los objetivos fundamentales y

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secundarios. El nivel h comprende sólo el logro de los objetivos fundamentales, que es el que obtienen la mayoría de los alumnos. El nivel 2 corresponde a un trabajo insuficiente y el nivel 1 a un trabajo desdeñable.

Las notas obtenidas desempeñan un papel importante en el de­sarrollo de la escolaridad en el ITA, permitiendo sancionar las insuficiencias constatadas. En el caso extremo, puede significar el fin de la escolaridad del alumno, aunque muy amenudo, un tra­bajo insuficiente elimina, ipso facto la posibilidad de elegir el lugar del cursillo y el futuro destino profesional. En el caso contrario, se prevé un sistema completo de recompensas: posibilidad para continuar la escolaridad el año siguiente, prioridad a la elección del lugar del cursillo y del puesto profesional, posibi­lidad para continuar los estudios luego de haber recibido el diplo­ma del ITA. Este tipo de evaluación del trabajo, permite de igual manera corregir los errores en la elección de la especialización. En esta forma, luego de haber examinado sus notas, aproximadamente el 7% de los cursillistas de la primera promoción, pudieron reo­rientarse. Se informa regularmente a los alumnos de las notas, y pueden impugnarlas en las discusiones con los formadores. La tota­lidad de las notas obtenidas pour una promoción constituye igual­mente una base de evaluación de los resultados finales de la en­señanza; los informes que redactaron los formadores toman en cuenta las notas logradas de esta manera.

3. LOS ÚTILES PEDAGÓGICOS

En esta parte, describiremos los diversos auxiliares de la ense­ñanza y las diferentes instalaciones a las que se recurre con miras a asegurar una formación de óptima calidad, habida cuenta de las diversas aptitudes y características de los alumnos determinadas luego del examen de ingreso, o durante la escolaridad, así como los objetivos finales de la formación brindada en el ITA y del relativo aislamiento geográfico de este establecimiento. Primeramente se estudiarán los auxiliares de enseñanza, vale decir, la documenta­ción escrita y audiovisual, luego las instalaciones, es decir, los laboratorios y los talleres.

La documentación

El fondo de documentación del ITA reagrupa dos grandes categorías de documentos: los que fueron realizados en el plano local y los que fueron adquiridos. Los documentos de la primera tienen

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una gran importancia en el ámbito de la formación, pues su concep­ción pedagógica está estrechamente adaptada a los objetivos fijados. Este doble origen de los documentos se los vuelve a encontrar en la documentación escrita y en la documentación audiovisual.

La documentación escrita

En este sector, el ITA adoptó una actitud claramente innovadora, que se concretó en la creación de un verdadero "banco de documen­tos" reservado para el uso del establecimiento. La organización adoptada asegura la recogida, el análisis, el almacenamiento y la difusión de informaciones referentes a la institución y a su medio ambiente. Se la concibió con miras a favorecer las reorientaciones de la formación, en función de la experiencia adquirida durante los períodos precedentes. Esta organización constituye lo que sus promotores denominan la "memoria institucional" del ITA. Este vocablo destaca la función activa que desempeña en la vida de la institución, en el seno de la cual asegura la circulación perma­nente de una importante corriente de informaciones útiles para el análisis de las situaciones concretas, la adquisición de conoci­mientos, la reflexión, el aprendizaje y el entrenamiento.

Organización de la "memoria institucional"

Un servicio de documentación recoge, clasifica y hace circular documentos muy variados: trabajos originales de los formadores, estudios diversos, informes o memorias de los alumnos durante la escolaridad. Un servicio de análisis y de elaboración de la infor­mación se dedica sobre todo a la recogida y al análisis de la in­formación relativas a todas las posibilidades preprofesionales y profesionales (puestos existentes o a crearse) así como las dife­rentes posibilidades de educación pedagógicas y de investigación que han sido propuestas a los alumnos durante su formación. En un establecimiento de estas características, este dispositivo permite compartir, transmitir y aprovechar todas las experiencias que se acumularon en materia de pedagogía, gracias a la elaboración de documentos que constituyen evaluaciones de cada uno de los momentos de la enseñanza. En una institución que se ocupa de la formación de un importante grupo de cursillistas, existen necesariamente estructuras más o menos autónomas, organizadas en forma de células, secciones o servicios. Su integración en el seno de una misma organización y su cooperación efectiva se facilitan a través de esos intercambios de informaciones. El servicio adoptado controla

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las corrientes de informaciones de distintos orígenes, incluso opuestos, y organiza su concentración pnemónica, condición indis­pensable para la creación de un efecto acumulativo.

Para facilitar el acceso a los documentos, se creó un fichero central clasificado por palabras claves, que forman parte de un tesauro elaborado en común por el Centro Nacional de Pedagogía Agrícola de Argelia y el ITA. Este tesauro comprende 1.200 palabras claves, empleadas para las investigaciones documentales que se refieren a una docena de temas importantes (ciencias exactas, ma­quinaria agrícola, por ejemplo). A cada palabra clave corresponde una ficha en la que constan los números de identificación de las diferentes bases de información (libros, revistas, estudios, in­formes, memorias, fotografías, diapositivas, dibujos animados, cintas magnéticas, cintas de video).

Los documentos de evaluación que constituyen la base de la "memoria institucional" permiten redactar fichas de análisis que contienen informaciones cuantificadas y hechos significativos. Los documentos originales se establecieron sobre la base de encuestas y observaciones sistemáticas de diferentes situaciones. Ciertos estudios analizan las características de la población de los cur­sillistas del ITA (estudios sociológicos de los alumnos que salva­ron el examen de ingreso, encuesta sociológica sobre un muestreo de alumnos de Uto. año, grabaciones de entrevistas que permiten un análisis del comportamiento de los alumnos). Otros trabajos, constituyen evaluaciones de las "gamas de actividades" propuestas a los alumnos-ingenieros y métodos de trabajo que adoptaron en las diversas situaciones pedagógicas. Se procede igualmente a un aná­lisis de los fondos documentarios disponibles para cada una de las materias de enseñanza del sector común lo que permite crear expe­dientes de documentación. Las encuestas realizadas a los alumnos de cuarto año que realizan cursillos en las propiedades rurales administradas por el sistema de autogestión o en las explotaciones del sector privado son utilizadas para un análisis de las carac­terísticas de las diferentes situaciones profesionales previas. Se hicieron "expedientes de clases" tomando como punto de partida observaciones de la difusión de la enseñanza durante un período determinado del sector común. Luego del primer año de formación se redactaron 17 informes de fin de etapa por año. Los formadores de las diversas secciones del tercer año, establecen balances informales y formales. Estos ejemplos podrían multiplicarse, bastan para destacar la variedad de los documentos que se ponen a disposi­ción de los formadores y de los alumnos. Cada año se producen de

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100 a 200 documentos nuevos. Su interés como fuente de información se puede ilustrar por el hecho siguiente: de unos 1500 préstamos de documentos de esta clase, cerca de 900 se dan a personas u orga­nismos ajenos al establecimiento: formadores de los institutos tecnológicos, servicios de las Direcciones de Agricultura de Willaya, visitantes y alumnos-ingenieros de cuarto año que alcan­zaron la etapa profesional previa. La importancia de estos prés­tamos exteriores significa la confirmación del valor pedagógico de estos documentos.

La concepción de los documentos para uso estrictamente didác­tico, (documentos de reunión) se definen tomando como base los objetivos elegidos para el período de enseñanza correspondiente. Cada documento es redactado por un formador especializado en el tema tratado. El documento constituye una especie de capítulo de un manual, de enseñanza, pero está concebido de modo que pueda bas­tarse asimismo y no exigir una explicación en clase. Esta concep­ción permite, por lo tanto, la supresión de toda lectura de docu­mento de estudio durante las clases de enseñanza. Además, al ter­minar su escolaridad el alumno se encuentra en posesión de una colección completa de documentos a los que podrá consultar ulte­riormente cuando se encuentre trabajando comp profesional.

La elaboración de los documentos didácticos exige importantes esfuerzos de parte de los formadores. En término medio, la ela­boración de la totalidad de los documentos que se emplearán durante una sola clase, exige más cuatro días de trabajo. Para esta tarea, el autor utiliza su propia documentación así como la que se puede procurar en la biblioteca. Puede igualmente entrar en relación con diversos organismos oficiales que disponen de una documentación más especializada que se puede consultar en los organismos, o comunicarse a los formadores, ya sea como préstamos o ya sea como donación definitiva. Los documentos de enseñanza son objeto cada año de un nuevo enfoque y de una actualización de su contenido. Esta política de renovación constituye el reflejo concreto de la preocupación de una constante adaptación de la enseñanza dispensada a los alumnos-ingenieros.

El establecimiento de este dispositivo al servicio de un desarrollo continuo del sistema pedagógico vigente en el ITA encuen­tra, sin embargo, numerosas dificultades, pues la afluencia de informaciones que debe tratar sobrepasa la capacidad de asimilación de los servicios de los usuarios. Los problemas que se deben ana­lizar son, a menudo, muy complejos y, surge, de un modo general,

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que la selección precisa de la información util y pertinente, su­pone el establecimiento de un numero demasiado importante de corre­laciones. Un sistema informático, concebido para el tratamiento de la documentación, permitiría superar estas dificultades y, por esta razón, el ITA previo muñirse de una computadora que permitirá la realización de este trabajo.

La documentación esevita "clásica"

La biblioteca central cuenta con más de 9.000 obras que significan aproximadamente 3.TOO títulos diferentes. Además, otras numerosas obras, que se emplean constantemente para la enseñanza, se encuen­tran en depósito en forma permanente en las diversas secciones. Más del 50% de esta documentación trata sobre tres principales temas: ciencias exactas, economía, y ciencias humanas. Como promedio la biblioteca da en préstamo más de 3.000 libros anuales a los 1.600 alumnos y alrededor de 700 prestamos a los formadores y al personal asimilado. Recibe igualmente una colección de revistas que se pueden consultar en la biblioteca. Los plazos para la obten­ción de las obras, luego de formalizado un pedido, son de 6 a 12 meses. Todos los formadores pueden solicitar libros por intermedio del Centro de Documentación del ITA. Las compras se realizan a través de la Sociedad Nacional de Edición y de Difusión que centra­liza los pedidos de los múltiples organismos. No obstante, es lamen­table que esta sociedad no trate directamente con los institutos técnicos que editan numerosas e importantes obras. Dichos documen­tos sólo llegan al ITA en muy pequeño número por vía oficiosa. Es esta sin ninguna duda, una demostración de la insuficiencia de la organización actual.

La documentación audivisual

El fondo de documentación audiovisual cuenta con aproximadamente 2l*.000 diapositivas, UO.OOO fotografías, 200 films cinematográficos de l6 mm y 1^00 emisiones de televisión grabadas en el ITA. Estas emisiones tratan fundamentalmente sobre temas inherentes a las ciencias exactas, economía, agronomía, producciones animales y vegetales así como también la enseñanza del árabe. Esta documenta­ción es valiosa y a la vez diversificada; los alumnos tienen acceso a la misma a través de sus delegados o de sus representantes per­tenecientes al CCES o al CSRA.

En el ámbito de la formación, la televisión está llamada a desempeñar una doble función. Por una parte, permite que un formador se dirija simultáneamente a una población de 1.000 alumnos, lo que

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significa que la función se multiplica; por otra parte, las emi­siones de television preparan a los alumnos para una mejor compren­sión de los fenómenos observados sobre el terreno, familiarizán­dolos con los trabajos que deben realizar, lo que corresponde a una función de información.

Al margen de las emisiones de carácter puramente didáctico, la videoteca del ITA posee documentos audiovisuales que han sido con­cebidos para promover una actitud prospectiva frente a los proble­mas generales de desarrollo. A iniciativa del comité de apoyo de la reforma agraria, se realizaron varias emisiones en directo así como otras televisadas que trataban temas diversos tales como la juventud, la función de la mujer, la guerra, etc. Esas realiza­ciones son el trabajo de pequeños grupos de alumnos que realizan la concepción, la realización, la difusión y la animación. Estas tareas los forman para que puedan hacerse cargo y para la gestión de una reunión de información que implica la difusión de un docu­mento televisado, seguido de un debate.

Determinadas emisiones hacen una evaluación de la situación profesional en la que evolucionará posteriormente el alumno-inge­niero permitiéndole de esa manera familiarizarse con su función futura. En este sentido, varias emisiones que tratan sobre la función del ingeniero-formador en los institutos técnicos medios agrícolas, se realizaron en Tlemcen. Fueron destinadas a los alum­nos de la primera promoción de futuros formadores, en las que se abordaron temas específicos como son la preparación y la difusión de las materias. De esa manera, los estudiantes pudieron conocer los métodos empleados por el personal docente a quienes en el futuro deberían reemplazar.

Dos emisiones de veinte minutos muestran la función del inge­niero como agente de desarrollo; una trata sobre los voluntarios en Mesra y la otra, sobre el socialismo. Ambas fueron presentadas a un público de por lo menos 1.500 alumnos, que de ese modo fueron ilustrados sobre su función en las actividades como voluntarios.

Condiciones del empleo de la doavmentaaion

Con el objeto de apreciar el uso que se hace del fondo documentario, conviene dar un ejemplo preciso de su empleo. Consideraremos el caso de una exposición hecha por alumnos de tercer año. Al comenzar el año, los formadores de la sección entregaron a los estudiantes una lista de temas. Los estudiantes fueron agrupados en unidades

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de base, a razón de cuatro estudiantes por unidad. Cada uno de esos grupos eligió un tema que será objeto de una exposición que se pre­sentará en el correr del año a unos veinte alumnos.

Los formadores de la sección remiten a las unidades de base los documentos escritos y los documentos audiovisuales. A estos docu­mentos de base, se agregan los documentos complementarios que pro­vienen, por ejemplo, de institutos tecnológicos extranjeros o de diversos organismos argelinos (se trata sobre todo de exposiciones sobre resultados experimentales). El aporte personal de los estu­diantes consiste en las informaciones que pudieron recoger durante sus cursillos.

La preparación de la exposición se desarrolla de la manera siguiente: la unidad de base comienza por explicar el tema y defi­nir el objetivo principal así como los secundarios; efectúa la elección de la documentación escrita y realiza una selección teórica

^de la documentación audiovisual. Estos objetivos y esta selección se remiten a los formadores. Se inicia una discusión que puede con­ducir o no, a un nuevo planteamiento de premisas. Se puede esta­blecer entonces, la estructura de la exposición. Los documentos audiovisuales (diapositivas o dibujos animados) están a disposición de los formadores y se exhiben en presencia de los estudiantes. La selección definitiva, se realiza, por lo tanto, en forma colectiva. Corresponde luego que los miembros de la unidad de base distribuyan equitativamente las tareas con el fin de elaborar una preparación profunda de los diversos momentos de la exposición. Esta prepara­ción se presenta, en todos sus detalles, a los formadores que de esa manera conocen el orden de desarrollo de la exposición y la respectiva duración de sus diferentes etapas. La discusión poste­rior que se realiza permite una puntualización en común que será definitiva.

Condiciones de producción de los diversos documentos

Para la enseñanza teórica de las clases, hay una producción de documentos de estudio cuyo volumen.total representa, según los años, de 1200 a 1700 páginas. Dichos documentos son redactados por los formadores que tienen acceso a los locales de la biblioteca. Además pueden obtener en préstamo permanente, las obras que nece­sitan. Un servicio de reproducción gráfica asegura la producción de todos los documentos escritos. Este servicio comprende un equipo de dactilógrafos, una oficina de realización del conjunto de los trabajos gráficos y fotográficos así como un taller de reproducción

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equipado con una gama completa de máquinas para la impresión y la edición de documentos originales hechos en matrices o en offset. Este servicio emplea alrededor de unas kO personas e imprime cerca de I.5OO.OOO hojas mensuales. Cada formador debe enviar su texto manuscrito con una anticipación de un mes a la fecha de difusión prevista. Este plazo significa ciertamente una desventaja, sobre todo cuando que preparar rápidamente documentos destinados a las reuniones de recuperación, luego que los formadores pudieron cons­tatar que ciertas nociones no fueron asimiladas correctamente por los estudiantes, lo que requiere la realización de una segunda exposición.

El ITA dispone, para la realización de las emisiones de tele­visión, de un estudio de grabación y de varias unidades móviles equipadas con materiales para reportajes cinematográficos. El for­mador que no haya encontrado en el archivo la emisión que necesita, puede realizarla bajo su propia responsabilidad. Los plazos pre­visibles para una normal realización, son de siete semanas. Este período abarca las diferentes etapas del trabajo: preparación del escenario, tomas fotográficas, confección de las ilustraciones gráficas, grabación de la emisión y proyección previa y control de la misma. El ITA dispone de varios estudios que los formadores utilizan para trasmitir en directo, la enseñanza. Cada clase exige un medio día de preparación para la confección de los dibujos y esquemas de ilustración. Los documentos gráficos son utilizados mediante la ayuda de un proyector. Cada formador puede, por supuesto, incluir secuencias documentales, elegidas de otras emisiones ya grabadas. Tiene, además, acceso permanente a la colección de foto­grafías y de diapositivas. Los servicios técnicos del ITA, se ocu­pan igualmente, de la reproducción de ese tipo de documentos, pero una vez más, debemos decir que los plazos de reproducción son re­lativamente largos: aproximadamente unas U8 horas para unos diez cliches. Por otra parte, la proyección previa de las emisiones grabadas deben preverse con cierto tiempo, ya que el servicio de difusión encuentra ciertas dificultades de programación debido a las necesidades de las salas para esta operación.

Los laboratorios

El ITA dispone de 15 laboratorios que le permiten realizar trabajos prácticos de química, biología, edafología y protección de los vegetales. Hay que agregar una sala de preparación, una sala para ensayos de cría y un almacén. El funcionamiento de esos laboratorios

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está bajo la responsabilidad de doce formadores. Dada la importan­cia del número de participantes en los trabajos prácticos del sec­tor común, cada formador debe repetir doce veces la misma clase.

Al comienzo de cada práctica de laboratorio se distribuyen documentos sobre el tema a realizar. Un formador expone la finali­dad de la clase y hace demostraciones prácticas vinculadas con los diversos ejercicios que se deben efectuar. Los alumnos traba­jan en grupos de dos, y cuentan con la ayuda permanente de un asistente. Anotan sus resultados en fichas de evaluación, las que serán corregidas, anotadas y trasmitidas a la oficina que se encarga de la gestión pedagógica del sector común.

A guisa de ejemplo sobre la evolución prevista para los tra­bajos prácticos, se puede señalar que en química los alumnos del primer año comienzan por familiarizarse con el material de labora­torio, luego realizan diversos tipos de análisis sobre los ele­mentos integrantes de las materias alimenticias. Estudian las características de los suelos y proceden a trabajos de graduación volumétrica. En el segundo año, efectúan la dosificación del total de sustancias calcáreas de un suelo determinado. El análisis de la leche les permite apreciar las cualidades de la misma. También se inician en el reconocimiento de las rocas. En biología vegetal los alumnos del primer año observan y describen las partes que forman una planta y estudian los criterios de identificación de una fa­milia de plantas. En biología animal, realizan disecciones y ana­lizan las etapas de la reproducción sexuada de los animales (fecundación y primeras segmentaciones del huevo). Los trabajos prácticos del segundo año se refieren al conocimiento de las plantas perennes.

Los trabajos prácticos en el laboratorio aumentan considerable­mente durante el tercer año, y se organizan, entonces, en el ámbito de las especializaciones inherentes a cada sección. Cabe señalar de igual manera, que los alumnos del cuarto año tienen la posibi­lidad de utilizar los laboratorios, pudiendo contar con un apoyo técnico, en la medida que el alejamiento de los cursillos prácticos les permita volver periódicamente al ITA. De esta manera, pueden asociar estrechamente los conocimientos adquiridos en clase, las observaciones efectuadas en el terreno y los trabajos prácticos del laboratorio. Este ha sido el caso, por ejemplo, para el estudio de una clase de endoparásitos de las viñas: los nematodos. Con miras a este estudio, los alumnos recibieron las principales infor­maciones en clase; sobre el terreno se les inició en la prospección

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y determinación de los focos de nematodos, así como en las técnicas de la toma de muestras de suelos y raíces; en el laboratorio, por último, se estudiaron los parásitos utilizando diferentes métodos de preparación, coloración y extracción. La multiplicidad de los estudios efectuados confiere a esta experiencia un carácter de investigación completa y valiosísima como elemento formador.

Los talleres

El ITA dispone de cuatro talleres dedicados respectivamente a la agricultura, a la ganadería, a la maquinaria agrícola y a la topo­grafía. El conjunto de estos talleres, está bajo la dirección de un responsable que se ocupa de la coordinación pedagógica y admi­nistrativa así como también la gestión. La descripción que damos a continuación, muestra que la noción de taller está dada en un sentido muy amplio. Un taller, puede en efecto, comprender impor­tantes superficies de terreno, en las que los alumnos tienen la posibilidad de realizar actividades agrícolas "en tamaño real"; y también puede limitarse a salas especializadas en las que se brinda una enseñanza teórica, preparatoria para las prácticas en el campo.

Los objetivos de la formación dispensada en el taller se pueden clasificar en cinco sectores. Para cada uno daremos un ejemplo con­creto, que ilustra sobre el carácter específico del objetivo a al­canzar. Estas cinco categorías son las siguientes:

a) aprendizaje de métodos: el estudiante debe ser capaz de aplicar el método general de observación de una parcela de terreno, en el caso particular de la observación de un suelo y de las plan­tas cultivadas;

b) aprendizaje de técnicas: en topografía, el alumno debe saber emplear un mapa o un plano para determinar su situación actual, evaluar la superficie de la parcela que se propone estudiar y definir el sentido de la pendiente más grande;

c) aprendizaje de gestos y movimientos: el alumno-ingeniero debe saber bosquejar un perfil de cultivos;

d) aprendizaje de reflejos: el cursillista debe ser capaz de acer­carse a un animal teniendo en cuenta las medidas de seguridad exigidas para cada especie;

e) desarrollo del sentido de observación: debe saber identificar los diferentes tipos de cereales antes de que se hayan formado las espigas.

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La elección de estos objetivos condiciona la estructura, el equipamiento y la organización de los talleres. En ese sentido, el taller de agricultura, situado a 6 kilómetros del ITA consti­tuye una verdadera explotación de más de 20 hectáreas, en la que se practican el cultivo de la viña, de los árboles frutales y los cultivos alternados: cereales, leguminosas, cultivos forrajeros y cultivos de hortalizas. Para realizar los diferentes trabajos agrícolas, se utilizan la maquinaria de un taller que se encuentra a 5 kilómetros. En ese taller, se hallan afectados permanentemente, cuatro formadores y cuatro obreros. Los alumnos.son distribuidos en cuatro salas, a razón de 20 alumnos por clase. El taller dis­pone, además, de un edificio de explotación, de un almacén y de una oficina.

El taller de ganadería está situado a dos kilómetros del taller de agricultura, vale decir, a 8 kilómetros del ITA. Cuenta con 21 caballos que están a disposición del club hípico, unos 30 bovinos y 80 ovinos. Se está instalando un colmenar. El taller cuenta con importantes instalaciones: salas de estudio y laboratorio, sala de operación, enfermería veterinaria, instalaciones para eliminar los parásitos, cebaderos para unos diez bovinos, parque de esta­bulación libre para unas diez vacas lecheras y establo tradicional. Dispone además de unas dos hectáreas de terreno. El personal per­manente está formado por un responsable formador, un jefe de es­tablo y tres obreros. Los veterinarios ofrecen periódicamente su asistencia.

El taller de maquinaria agrícola esté, situado a cuatro kiló­metros del ITA. Los alumnos disponen de dos salas de clase con una capacidad de 20 alumnos cada una. Un galpón-taller dispone de lu­gares de trabajo, con una capacidad de 5 a 6 alumnos cada uno. Hay que agregar los abrigos para el material agrícola, así como un terreno de ejercicios y de demostración de una superficie de dos hectáreas. El taller dispone de una gama completa de maquinaria agrícola: tractores, herramientas de trabajo, de trabajos super­ficiales, de cosecha, de cosechas de forraje, y tratamiento de los cultivos. Las máquinas herramientas y las soldadoras permiten efectuar las reparaciones más urgentes. Para la adquisición de conocimientos tecnológicos básicos se emplean bocetos animados y motores fijos. Un animador coordina el empleo de esos materiales para el aprovechamiento del taller de agricultura. Un segundo ani­mador es responsable del empleo del taller de maquinaria agrícola, por la sección especializada correspondiente (tercer año de ense­ñanza) .

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- El taller de topografía está instalado en el ITA. Para los cursos y los trabajos prácticos se utiliza ya sea las salas y anfi­teatros, ya sea el campo propiamente dicho, ya sea los terrenos exteriores. Este taller dispone de materiales de agrimensura, diver- • sos aparatos de nivelación y de topometría. Su archivo de documen­tos consiste en unas 9000 fotografías aéreas y 200 mapas topográ­ficos , así como unas treinta emisiones de television y de montajes de diapositivas. Seis animadores aseguran su funcionamiento y una dibujante prepara los documentos.

Las clases en el taller duran de dos a tres horas. Se orga­nizan en grupos de 20 alumnos. Durante los dos primeros años del sector común, el número anual de reuniones oscila de k a 10 según los talleres. En el tercer año, la frecuencia de las clases aumenta considerablemente: se organizan 13 clases para la sección de los cultivos alternados, 20 para las de maquinaria agrícola, 25 para silvicultura y 1*0 para el ordenamiento rural.

Los trabajos que se realizan en el taller, son de naturaleza muy variada. Pueden ser hechos a nivel de observaciones, con el tratamiento ulterior de los datos e informaciones recogidas. Estas observaciones se concebirán, por ejemplo, con miras a la identifi­cación de una etapa vegetativa de un cereal, de la estimación de la densidad de la vegetación por hectárea, o de la descripción de un perfil de cultivo. Podrá también tratarse de ejercicios con un carácter mucho más práctico que consistan, por ejemplo, en elegir y definir las condiciones de trabajo de una herramienta, en función de un objetivo determinado de trabajo en el campo. La enseñanza de la topografía, se da de acuerdo con modalidades particulares. Para cada etapa, una o dos clases que comprenden documentos y emisiones de televisión, son seguidas por una o dos clases prácticas sobre el terreno. En esta enseñanza, la interpretación de los clichés foto­gráficos ocupa un lugar muy importante (alrededor de las 2/3 del horario previsto para los trabajos prácticos del segundo año).

De este modo, la gama de útiles pedagógicos empleados en el ITA es muy completa, ya que reagrupa a la vez los auxiliares de uso estrictamente didáctico y los materiales de explotación. Gracias a este conjunto, los alumnos adquieren conocimientos teóricos que luego pueden aplicarlos en condiciones reales. El alejamiento de los diversos talleres del ITA refleja incluso la verdadera dimen­sión de este establecimiento.

IV. Los cursillos y su lugar en el sistema pedagógico del ITA

Ya hemos destacado la importancia que se da a los cursillos prác­ticos en la formación impartida en el ITA. La originalidad de su concepción y de su organización radica en su estricta integración en una evolución razonada de esta formación. Los cursillos se es­calonan a lo largo de toda la escolaridad. En función de los obje­tivos particulares asignados, los períodos de cursillos pueden clasificarse en cuatro grandes categorías: el cursillo de impreg­nación, los cursillos del sector común, los cursillos del año de especialización y el cursillo de formación profesional previa de los alumnos de cuarto año.

1. EL CURSILLO DE IMPREGNACIÓN

Al iniciarse las clases, los nuevos alumnos-ingenieros sólo perma­necen 2h horas en el ITA para cumplir diversas formalidades. En esta oportunidad se agrupan en unidades de hase que comprenden tres alumnos cada una. Siete de esas unidades forman un grupo. Durante esta jornada, se les suministra informaciones generales sobre el cursillo de impregnación, especialmente sobre los objetivos de la primera etapa. Al día siguiente, los alumnos se dirigen hacia los lugares donde se dan los cursillos y se distribuyen en los diversos sectores rurales, a razón de una unidad de base por cada sector administrado por autogestión. Los 1050 alumnos de la primera pro­moción, fueron distribuidos en 350.sectores rurales, reagrupados en 1+7 "zonas de cursillos" que comprendían cada una 7 unidades de base. Este cursillo se encuentra bajo la responsabilidad de 36 animadores; para asegurar su conducción éstos se distribuyen en lé sectores que reagrupan cada uno tres zonas de cursillos. La duración del cursillo de impregnación es de nueve semanas.

Según la "Guía del cursillo de impregnación", los obj etivos de este primer contacto con el terreno son de dos órdenes: pedagógico y metodológico.

Objetivos pedagógicos

El cursillo debe dar al alumno la oportunidad de acercarse y des­cubrir la realidad agrícola, de integrarse a un nuevo medio y de plantearse las interrogantes sobre las situaciones reales que vive, para encarar las formas de acciones posibles para lograr un even­tual cambio. Al observar el desarrollo, la gestion y la vida del sector agrícola administrado por autogestión, el cursillista debe ser capaz de poner en evidencia las influencias respectivas de las estructuras tradicionales, de los factores económicos y sociales, así como de los diversos organismos técnicos, administrativos y comerciales. De esta manera, podrá emitir hipótesis sobre las causas de esas influencias y tratar de estimar sus consecuencias. Este análisis de los objetivos muestra que no se trata de un cursi­llo de adquisición de conocimientos técnicos sino de una verdadera introducción en el medio social del sector administrado por auto­gestión.

Objetivos metodológicos

El conjunto de los estudios realizados en el correr del cursillo debe significar para el alumno una iniciación metodológica. No se busca verificar si los cursillistas están o no en condiciones de efectuar una u otra operación lógica, aunque el cursillo consti­tuye en cierto modo un período de aprendizaje, pero si piensa que de esa manera, podrán constatar que es necesario apoyarse en un método cuando se quiere lograr un objetivo determinado. En ese sen­tido, el cursillo de impregnación constituye una preparación para la enseñanza que posteriormente se dará en el ITA. En efecto, a lo largo de toda la escolaridad los alumnos recibirán una enseñanza basada en objetivos, lo que implica la adquisición de métodos. Por otra parte, entre los objetivos generales asignados a la formación en el ámbito del ITA, está implícito el conocimiento de un método lógico y una gestión científica.

No es nuestra intención elaborar una lista completa de las ope­raciones lógicas que los alumnos deberán efectuar durante el cur­sillo. Nos limitaremos a citar las siguientes: determinación de las informaciones necesarias para el análisis de un tema determi-mado, delimitación de un campo de observación, elección de una muestra y estimación de su representatividad, relación de infor­maciones de distinto origen, empleo de una referencia, destacar las diferencias y formulación de hipótesis.

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El cursillo de impregnación constituye también una iniciación al trabajo en grupo. Para la mayoría de los alumnos, el trabajo en grupo constituye un método nuevo, que a veces difícilmente se acepta ya que siempre es arduo llevarlo a la práctica. Por supuesto, el cursillo no constituye un verdadero aprendizaje de este método, pero debe desempeñar una función como elemento revelador permitien­do observar las limitaciones y las dificultades que aparecen, con el objeto de dar posteriormente una explicación del funcionamiento real de las unidades de base y del grupo durante el período de explotación que seguirá el cursillo. Con esta finalidad, se creó una ficha de autoevaluación que los miembros de cada unidad de base llenan al terminar cada período del cursillo.

Organización del cursillo

El descubrimiento del medio se realiza en cinco etapas, sobre todo a través de la participación física en las obras, la observación y las discusiones con los trabajadores del sector agrícola admins-trado por autogestión. Al final de cada etapa, se hace una reunión con todas las unidades de base que estaban distribuidas en una mis­ma zona de cursillo.

Durante la primera etapa, el alumno toma contacto con los obre­ros agrícola que tiene ocasión de encontrar en las diversas obras de la explotación; en la segunda etapa, estudia en que medida los trabajadores tienen un conocimiento satisfactorio del cultivo al que se consagra la obra. El cursillista busca, de igual manera, si existe una relación entre esos conocimientos y la actitud de los trabajadores frente a la tarea que deben cumplir. Durante la ter­cera etapa, se abordan problemas de orden sociológico, que tratan, por ejemplo, la determinación de las relaciones que existen entre los trabajadores de las diferentes categorías, así como de la parte que les corresponden en las decisiones relativas a la producción. La cuarta etapa se consagra sobre todo al estudio de las condicio­nes de vida de los trabajadores fuera de la explotación y su incor­poración en sus respectivas comunidades. Este análisis debe permi­tir evaluar la influencia del medio en los trabajadores y estimar en qué medida incide en su comportamiento y en sus actitudes du­rante la jornada de trabajo en la explotación adminstrada por auto­gestión. La quinta etapa, debe conducir a una síntesis que defina el funcionamiento práctico de la explotación desde el punto de vista de la autogestión y a una evaluación de la influencia respec­tiva de las estructuras inherentes a la explotación y de los

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organismos exteriores. Puede resultar que ese funcionamiento prác­tico sea el reflejo fiel de los textos que rigen la autogestión, pero también puede revelar que se alejan del mismo. En los dos casos, los cursillistas deben formular hipótesis que permitan ex­plicar la situación observada.

Función de los animadores

Los animadores del cursillo de impregnación son formadores perte­necientes a todas las secciones del sector común, a los laborato­rios y a varias secciones del tercer año. Las informaciones sobre la conducción del cursillo les son suministradas durante las dos clases preparatorias; también figuran en "Guía de cursillo para animadores".

Durante el cursillo, las intervenciones de los animadores son múltiples y variadas. Les corresponde en efecto, ocuparse de todos los problemas materiales, iniciar a los cursillistas en el trabajo y precisar nuevamente, los objetivos de cada etapa del cursillo, cada vez que sea necesario. Los animadores incitan a los alumnos a que manifiesten y profundicen sus reflexiones fundadas sobre hechos vividos y observados. Los animadores brindan un apoyo meto­dológico en la conducción de encuestas y en la relación de los hechos observados. Por último, al finalizar las etapas organizan las reuniones y se ocupan de la animación de las mismas. Estas permiten el conocimiento común del trabajo efectuado, la discusión sobre ciertos temas y la presentación de la etapa, siguiente.

Aprovechamiento del cursillo

De regreso al ITA, cada unidad de base redacta un informe final que un animador corrige, pero al que no se adjudica nota alguna. Se dedica una clase para la discusión de ese informe corregido. Por último, se organiza una mesa redonda que reúne a los alumnos-ingenieros , los animadores, un responsable agrícola y un director de la explotación administrada por autogestión. La discusión que se realiza facilita que los alumnos hagan preguntas sobre el desen­volvimiento del cursillo y sobre el funcionamiento de la autogestión. Parece que el aprovechamiento del cursillo tal como se lo concibe actualmente, no da entera satisfacción a los alumnos. Las solucio­nes que se han propuesto para mejorar esta realidad se mencionarán en las conclusiones.

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2. LOS CURSILLOS DEL SECTOR COMÚN

Durante cada uno de los dos primeros años de escolaridad, los alumnos participan, en Oran, en cuatro o cinco cursillos de una du­ración de diez días. Se trata de cursillos denominados "Alternos", estrechamente integrados al desarrollo de una etapa de enseñanza. Además de estos cursillos, se prevén cuatro días de visitas en diversas explotaciones y organismos.

Al igual que en el caso del cursillo de impregnación, la pro­moción se divide en grupos que comprenden el mismo número de unida­des de base. Esta organización permite la concepción de cursillos orientados hacia temas diferentes. En el ITA se seleccionaron cuatro importantes temas: producción animal, producción vegetal, economía y sociología. En principio se prevén de dos a tres cur­sillos por tema; en consecuencia, cada alumno participa solamente en una parte de la totalidad de los cursos organizados de esa manera. Durante cada uno de los períodos de cursillos, se exige que los alumnos-ingenieros realicen un trabajo bien determinado en relación con un objetivo pedagógico que se definió al comienzo del año. De esta manera, por ejemplo, el cursillista de economía debe buscar los documentos necesarios con miras a la elaboración de un estudio económico y contable de la explotación general, y tomar conocimiento de la incidencia del mismo en la contabilidad final del sector agrícola en el que trabaja. En producción animal, el alumno efectúa observaciones y encuestas sobre las diversas cate­gorías de animales que integran la explotación, y analiza las in­formaciones recogidas para obtener informaciones aprovechables sobre las características de esos animales y las de sus produc­ciones. En sociología, el cursillista debe poder explicar la elec­ción de la autogestión, o descubrir las exigencias de la ganadería bovina, analizando las consecuencias de las mismas sobre los traba­jadores y estimando las consecuencias humanas y técnicas. Estos pocos ejemplos bastan para señalar que la finalidad de los cursillos del sector común, es muy diferente de la del cursillo de impregna­ción. Se trata esta vez de llevar a cabo sobre el terreno un ver­dadero trabajo de análisis y síntesis aprovechando de los conoci­mientos adquiridos durante la escolaridad en el ITA. Además, las informaciones recogidas de esta manera constituirán los datos de base que servirán para la realización de ejercicios complementa­rios, a la vez teóricos y prácticos.

La importancia de esta interacción entre los períodos de ense­ñanza y los períodos de cursillos se ve mejor aún cuando se analiza

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el desenvolvimiento de una etapa de enseñanza. Como ejemplo repre­sentativo se puede tomar el caso del cursillo de producción vegetal que siguen los alumnos de primer año. Su objetivo está claramente definido: en una parcela dada se trata de recoger informaciones relativas al suelo y a la planta. Este cursillo está precedido de clases de enseñanza durante las cuales los formadores presentan la etapa de enseñanza en su conjunto y exponen el método elegido para el estudio sobre el terreno. La evolución y la programación de las clases permiten que el alumno adquiera el conjunto de los conoci­mientos teóricos relativos a las plantas y a los suelos que se estu­diarán durante el cursillo. En el laboratorio, el cursillista pro­cederá a un estudio morfológico detallado de una de esas plantas, luego se dirigirá al taller de agricultura en el cual, durante cinco clases de trabajos podrá efectuar todas las operaciones en el terreno que posteriormente repetirá por su propia iniciativa durante un período del cursillo. Esta primera parte de la etapa de enseñanza termina con dos clases en sala que constituyen una preparación directa para el cursillo. El alumno aprende en la mis­ma, por ejemplo, cómo tratar las informaciones recogidas durante las observaciones y cómo utilizar la guía de curso que se diera. Este documento precisa el trabajo que debe efectuar la unidad de base.

Durante el cursillo, los estudiantes están alojados en la explo­tación rural. En un caso concreto, deben elegir la parcela que van estudiar, investigar sobre los cultivos anteriores, realizar un estudio topográfico, proceder a una observación global y a un estu­dio de zona provisoria,efectuar un recorrido de la parcela, seguido por un estudio de zona definitivo y determinar la elección de las estaciones de mensura. Cada unidad de base tiene una libreta en la que se anota diariamente y se describen los métodos y técnicas utilizados por los estudiantes para realizar las diferentes obser­vaciones. Además deben hacer un plan de la parcela que van estudiar y llenar las fichas de observaciones y de informaciones que utiliza­rán durante el cursillo con miras al conocimiento común de los resultados.

En la etapa de enseñanza, se prevén tres clases que permiten poner en evidencia las diferencias entre las observaciones efec­tuadas en una misma parcela por dos unidades de base diferentes, determinar las diferencias realmente significativas y dar una in­terpretación de las mismas. De esta manera, el trabajo del alumno se evalúa por un método comparativo. Puede apreciar la metodología que siguió, y efectuar las puntualizaciones pertinentes. Después

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de las clases de aprovechamiento, los formadores y los alumnos, poseen todos los elementos necesarios para hacer una estimación del trabajo realizado durante la etapa de enseñanza analizada y para una confrontación de esos resultados con los objetivos inicial-mente definidos.

La interacción cursillos-clase de enseñanza que se acaba de analizar corresponde al tipo de organización más simple. El esquema general puede complicarse un poco, si se quiere lograr una integra­ción mayor entre estos dos tipos de actividades formadoras. En el segundo año, se prevén dos tipos de cursillos, denominados respec­tivamente "cursillo de ida" y "cursillo de retorno". El cursillo de ida, cuya duración es de diez días, se consagra a la recolección de datos. Se trata de una colección de informaciones realizada bajo el control de un formador que tiene la responsabilidad de ik unidades de base. A continuación de este primer cursillo, once clases de trabajos dirigidos y organizados en el ITA, permiten efec­tuar un análisis de los datos recogidos y formular propuestas de modificación de la situación observada. El cursillo de retorno dura 6 días. Las unidades de base presentan sus propuestas a los respon­sables de las diferentes explotaciones. Los alumnos discuten sobre la posible aplicación de esas recomendaciones y deben estar en con­diciones para estimar las consecuencias técnicas y sociales de las mismas. De esta manera se pone de relieve el aspecto sociológico para que los cursillistas puedan circunscribir mejor los problemas humanos relacionados con las diversas actividades prácticas en las explotaciones. Finalmente, en el ITA las unidades de base exponen oralmente a un jurado, las condiciones de su cursillo de retorno así como los resultados que obtuvieron. Este modo de explotación, permite obtener una evaluación global de las diversas etapas de una determinada actividad agrícola, por ejemplo, la ganadería.

3. LOS CURSILLOS DE TERCER AÑO

En el tercer año, los cursillos representan una parte mucho más importante de la escolaridad. En ciertas especializaciones su du­ración alcanza 90 días, y se completan a través de visitas muy minuciosas en diversas realizaciones técnicas. En total, se consa­gran 72 días a este tipo de estudios sobre el terreno. La visita organizada por la sección de maquinaria agrícola dura nueve días consecutivos.

Los cursillos deben permitir que los alumnos efectúen un estu­dio agronómico de un sistema de producción encarado bajo el ángulo

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de la misma producción. En la explotación que los recibe, deben buscar situaciones reales cuyo análisis y comparación permitirán establecer un diagnóstico, destacando la importancia y la jerar-quización de los problemas de producción. Los objetivos de los diversos cursillos se conciben, naturalmente, con miras a favorecer esta gestión. Por ejemplo, en la sección de cultivos perennes, el alumno debe ser capaz de establecer un diagnóstico y proponer soluciones aplicables en el sector privado cooperativo y en el sector administrado por autogestión, tanto en el nivel de la par­cela explotada (con miras a la mejora cuantitativa y cualitativa de la producción) como en el de la unidad de producción (mejora de las condiciones de producción mediante la utilización óptima de los recursos disponibles) y como en el de la pequeña región que reagrupa una muestra de unidades de producción (desarrollo agrí­cola surgido de acciones de difusión del progreso). Se propusieron objetivos análogos a los alumnos de las otras secciones. Lo que acabamos de decir, basta para ilustrar el carácter pragmático y la orientación definida en una perspectiva de desarrollo.

En el tercer año, los alumnos se agrupan en unidades de base de cuatro cursillistas cada una. Cada una de esas unidades evolu­ciona de manera autónoma y la sección de la que depende no prevé ninguna estructura de conocimiento comían de las experiencias. Cada formador tiene la responsabilidad de dos o tres unidades de base. La intervención de este animador se basa en su conocimiento pro­fundo de las condiciones reales encontradas en la estructura recep­tiva de los cursillistas. El cursillo anual se divide en un deter­minado número de distintos períodos. Esta subdivisión se impone a menudo por la distribución de los trabajos agrícolas durante un ciclo anual. En esta forma, para la sección de los cultivos alter­nados, los dos meses de cursillos están divididos en cinco períodos distribuidos en el ciclo de los cultivos de invierno. Entre esos diversos períodos, el alumno vuelve al ITA donde puede utilizar los datos recogidos durante el cursillo y recibir un complemento de formación participando en clases en sala y en el taller. Estos períodos alternados de cursillos no implican una discontinuidad de la actividad, puesto que esta es considerada como una entidad independiente a la cual el alumno se consagra parcialmente. Antes de alcanzar la etapa del diagnóstico final, el cursillista puede también proceder a síntesis particulares sobre los diferentes tipos de cultivos.

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k. EL CURSILLO PROFESIONAL PREVIO DE CUARTO ASO

El cursillo de cuarto año dura siete meses durante los cuales los cursillistas viven fuera del ITA. Cada año, los datos del plan de empleo de la promoción saliente y las posibilidades de recepción de las diversas estructuras agrícolas se confrontan con miras a establecer un plan de cursillos que defina la distribución de los alumnos. Estos eligen su futuro puesto profesional al terminar el tercer año, y esta elección determina igualmente el lugar del cursillo, así como las condiciones correspondientes.

Durante el cursillo los alumnos deben participar en actividades de carácter profesional inscribiéndose directamente en el ámbito de las estructuras de recepción. Para llevar a cabo tales activi­dades, se les pide que realicen una gestión científica, que tra­bajen en el seno de un equipo multidisciplinario y que mejoren su especialización a fin de estar en condiciones de ocupar el puesto profesional que se ha previsto en el plan de empleo. Se trata, por lo tanto, esta vez, de un verdadero cursillo de responsabilidad que asegura la transición entre la escolaridad y la vida activa.

Los cursillistas pueden ser recibidos en dos clases de estruc­turas agrícolas: la estructura de desarrollo integrado que parti­cipa en el desarrollo de varios factores de producción (Direcciones agrícolas de Willaya o de Daïra, Comisarías de desarrollo rural) y estructura, de desarrollo sectorial, responsables de un único sector de producción (proyectos de desarrollo de los cultivos de hortalizas y cereales, diversas oficinas e institutos de investi­gación). Los cursillistas se reagrupan en equipos y trabajan en principio sobre un objetivo común.

El plantel dirigente que se ocupa de los alumnos, está formado en primer lugar,, por la estructura agrícola de recepción. Por otra parte, varía mucho de una a otra estructura. Efectivamente, el personal dirigente que ejerce su actividad en estos organismos no está siempre disponible y les es difícil asegurar un apoyo técnico regular. Sin embargo, pueden brindar algunas estructuras a los cursillistas con equipo dirigente permanente. Así ocurre, por ejem­plo, en los perímetros de desarrollo integrado. Los cursillistas tienen también la asistencia de los formadores del ITA que deben trabajar a jornada completa en el cuarto año. Una visita de apoyo a un equipo, dura en general, medio día. Los alumnos reciben igual­mente el apoyo técnico de los formadores de las diferentes seccio­nes de tercer año, que participan en el cursillo a tiempo parcial.

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Los alumnos-ingenieros pueden, por último, solicitar el apoyo téc­nico del ITA haciendo pedidos de información y recibiendo como res­puesta, los documentos necesarios. Cabe sin embargo precisar, que esta posibilidad no está totalmente aprovechada.

Ya se menciono que al terminar el cursillo, los alumnos deben entregar una memoria y un informe de cursillo que serán clasifi­cados por un jurado. En el caso de la memoria, el jurado aprecia el rigor de la gestion científica y técnica adoptada por el cur­sillista: empleo y crítica de las informaciones recogidas luego de encuestas, de observaciones o de investigaciones bibliográficas; justificación de la elección metodológica y técnica; coherencia y valor técnico, vale decir, relación entre observaciones, análisis, propuestas e interés práctico de las recomendaciones. El jurado discute también la limitación del campo de estudio, y la origina­lidad del trabajo presentado; estima el valor de los resultados que contiene. En el caso del informe del cursillo, se trata de apreciar en qué medida se lograron los objetivos del cursillo. El jurado tendrá en cuenta la organización del trabajo (programación de las actividades, colaboración existente con las estructuras de recepción, importancia del trabajo en equipo o preponderancia del trabajo individual) y dominio de la técnica utilizada para la con­ducción de las diversas actividades (elección de esta técnica, validez de su empleo, estudio crítico). Evaluará la diferencia existente entre los objetivos iniciales y los resultados de las actividades técnicas y apreciará las reflexiones y críticas sobre las actividades llevadas a cabo, la situación de agente de desa­rrollo y la propia formación del cursillista.

De esta manera, en cuatro años de escolaridad en el ITA, cada alumno-ingeniero se encontró en contacto con el mundo rural duran­te más de la mitad de ese tiempo (cabe agregar la duración de las visitas a las de los períodos de cursillo). En lo que concierne a la adquisición y asimilación de los conocimientos teóricos y prácticos, las ventajas de este plan de formación, resultan evi­dentes y sus efectos pueden medirse directamente. Por cierto que son tan importantes para la formación humana pero en ese caso es mucho más difícil evaluarlas. A fin de cuentas, la calidad de la formación dada en el ITA tendrá que reflejarse en la excelente adaptación de los ingenieros agrícolas en las funciones que deberán cumplir. No obstante, esta institución tiene una formación dema­siado reciente como para que desde ahora se haga un balance ob­jetivo.

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Conclusión

Al finalizar este análisis, resulta útil puntualizar los logros y dificultades que el ITA encontró y encarar como la estructura de este establecimiento, la organización actual de sus actividades y las funciones correspondientes a su personal permanente, podrían evolucionar en el sentido de una mejora de la calidad de la forma­ción que allí se brinda.

A fin de destacar las iniciativas y los resultados que incon­testablemente deben figurar en el activo del ITA, tal como funciona en la actualidad, se pueden adoptar una referencia cronológica siguiendo la escolaridad de los alumnos-ingenieros. El primer . éxito concierne al reclutamiento: gracias a los importantes esfuer­zos de difusión llevados a cabo en los diferentes medios de ense­ñanza secundaria y técnica, el ITA pudo reclutar promociones que fueron una muestra representativa de la población de los adoles­centes argelinos capaces de continuar estudios superiores. Cuales­quiera que fueran los orígenes, el establecimiento supo desarrollar, en un sentido favorable, un cierto "espíritu de cuerpo". Durante los años del sector común, la formación teórica y humana que dis­frutan los estudiantes, se aleja deliberadamente de un estudio tradicional - considerado, no sin razón, como un aliciente a la pasividad - y se adopta, por el contrario, una estrategia que recu­rre a la iniciativa de cada individuo, que de esa manera, es res­ponsable de su autoformación. Esto exige naturalmente que la ense­ñanza teórica que se otorga sea asimilable directamente por los alumnos y adaptada estrechamente a los objetivos de formación. Habida cuenta de esta acotación, la permanente discusión de los métodos y contenidos pedagógicos, de los que ya hemos discutido extensamente, debe considerarse como una solución muy original, cuya realización supone verdaderos esfuerzos de parte de sus ini­ciadores y brinda una importante contribución a la eficacia de la enseñanza. Cuando el aprovechamiento de los cursillos se haya de­sarrollado aún más, la alternancia y la integración de los perío­dos de formación teórica y de formación práctica adquirirán igual­mente su valor. Para la formación especializada, el ITA está en

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condiciones de ofrecer una gama de especializaciones que refleja, de manera muy satisfactoria, los grandes ejes del empleo futuro de los alumnos-ingenieros, ya que está dotado de un equipo que permite asegurar esta formación en muy buenas condiciones. La concepción y la realización práctica del cursillo de cuarto año responden a una preocupación mayor de creación de una transición progresiva entre una situación de mayor o menor dependencia del cursillista con relación al establecimiento que lo acoge y una situación pro­fesional en la que el joven ingeniero se encuentra sólo enfrentando nuevas responsabilidades.

Parece que las dificultades encontradas se deben fundamental­mente a la importancia de los efectivos de las promociones que el ITA debe asegurar su formación. Como hemos precisado en la intro­ducción, estos niveles de efectivos han sido impuestos por las obligaciones inherentes al desarrollo de la agricultura argelina, que tiene necesidad de un mayor plantel dirigente, disponible en el plazo más breve posible. En lo que atañe al funcionamiento del establecimiento, ese "peso" de las promociones trae consigo incon­venientes de diverso orden. En primer lugar, se crea un cierto aislamiento entre los grupos de los cursillistas; cualquiera que sea el indiscutible valor de la estrategia de autoformación que se adoptó, cabe precisar que siempre se trata de alumnos recientemente egresados de un establecimiento de enseñanza secundaria que tienen necesidad de un apoyo pedagógico permanente para estar en condicio­nes de seguir el ritmo de la progresión de sus conocimientos, defi­nidos por la Dirección Pedagógica del ITA. A este respecto, es evidente que el numero actual de los formadores-animadores del instituto es insuficiente; cualesquiera sean su competencia y su y su dedicación, estos no están en condiciones de brindar el apoyo que los alumnos tienen el derecho de esperar de su parte. Las fór­mulas de enseñanza colectiva que se han puesto en práctica, aún cuando se han adaptado bien a la presente situación, sólo podrían ser totalmente beneficiosas siempre y cuando exista un plantel dirigente suficientemente capaz de colaborar con cada alumno que encontrara dificultades de asimilación. Si nos referimos a la dis­tribución de los niveles de competencia que los estudiantes alcan­zan al final de su escolaridad, se puede afirmar que el desarrollo de una ayuda de esta naturaleza se traduciría en una diferencia general en los niveles superiores. Estos mismos inconvenientes, vinculados a los efectivos, tienen su incidencia en los importantes campos de la creación, la difusión y la explotación de los auxilia­res de enseñanza, y ya hemos señalado al respecto, la relativa

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lentitud del funcionamiento de los servicios de edición de los diversos documentos que exigen plazos de elaboración y publicación muy importantes, lo que crea una mayor dificultad cuando se trata de prever una rápida revisión de un contenido pedagógico que no satisfizo en su forma inicial. A nivel de los cursillos, por último, la importancia de los efectivos está en el origen de la dispersión de los alumnos en un gran número de estructuras de recepción que el ITA no está en condiciones de seleccionar en función de crite­rios objetivos de la calidad de esta recepción. Nuevamente deben destacar que los formadores, poco numerosos, responsables de zonas de cursillos muy amplias, sólo tienen contactos esporádicos con los cursillistas que muy a menudo tienen necesidad de su apoyo. En resumen, parece por lo tanto difícil administrar perfectamente un establecimiento encargado de la formación de aproximadamente l600 • alumnos. Verosímilmente si las circunstancias lo hubieran permitido, la creación de unidades de enseñanza más pequeñas hubiera dado resultados mejores.

Estas dificultades no escaparon a los responsables del ITA que ya formularon hipótesis de evolución y encararon una reestructura­ción de los objetivos de la formación.

En este ámbito se prevé asociar más estrechamente el ITA a los problemas de desarrollo, permitiendo que los formadores participen directamente en los esfuerzos en ese sentido y que los alumnos-ingenieros se beneficien de una formación más adaptada a su futura misiónj teniendo al mismo tiempo que resolver, rápidamente, pro­blemas concretos. Una evolución"de este tipo, supone un aumento del plantel dirigente, y ya acotamos que l6o ingenieros egresados del ITA se incorporarían a dicha institución como formadores. Para acercar más el Instituto a su campo de experiencia, se ha encarado organizar una implantación geográfica de determinadas secciones del tercer año fuera de Mostaganem y crear en torno de cada sección descentralizada, una zona de actividades que estaría bajo la respon­sabilidad de esta misma sección. Posteriormente, una nueva distri­bución de los alumnos-ingenieros de cuarto año, entre las diferentes zonas-escuelas permitiría mantener el carácter multidisciplinario del cursillo profesional. Esta descentralización sería susceptible de promover el establecimiento de lazos más estrechos entre los organismos de desarrollo y los formadores del ITA que entonces tendrían la posibilidad de participar directamente en las activi­dades de esos organismos.

Una estrategia de este tipo permitiría concebir una formación especializada de los estudiantes verdaderamente integrada a la

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realidad. Para lograrlo, habría que adaptar los estudios pedagó­gicos y metodológicos. Ya no se trataría de hacer visitas como espectador, o seguir los cursillos de observación y de apreciación sin repercusiones mensurables en el funcionamiento de las explota­ciones de recepción, sino más bien de relacionar el proceso de formación a una metodología del estudio in situ de los problemas agrícolas e incluso de la dinámica del desarrollo. Los objetivos de la formación dada en el tercer año deberían orientarse nueva­mente con una óptica de acción de desarrollo. Convendría de igual manera, que los formadores se prepararan para desempeñar una fun­ción mucho más activa. Al estar integrados a la producción, podrían adquirir una amplia experiencia práctica de la que podrían benefi­ciarse los alumnos que estuviesen a su cargo.

Ya se han establecido medidas de orden práctico con miras a esta estrategia. Los formadores consagrarán, por lo menos, dos días por semana para las actividades sobre el terreno. Un grupo permanente de agrónomos asegurará el desarrollo de los estudios y las actividades emprendidas. Se establecerán contratos de formación que definan con precisión la función de cada uno en el nivel de la producción, de la formación y de la investigación. De igual modo, se prevé que los alumnos de cuarto año realicen una actividad de formadores en relación con sus camaradas de tercer año. Finalmente, las secciones de especialización dispondrán cada una de un pedagogo que se encargará de seguir todas las etapas del aprendizaje, de formar los alumnos-ingenieros de tercer año y de participar en el perfeccionamiento de los cursillistas de cuarto año.

Toda reforma presenta naturalmente ciertos inconvenientes y genera determinadas obligaciones. En este caso particular, hay que temer que la tendencia a las especializaciones haga más difícil el trabajo multidisciplinario. En lugar de razonar en términos de "especialización técnica", quizás fuera mejor concebir una."espe­cialización en ciertos tipos de actividades". Este estudio exigirá la organización de reagrupamientos y de retornos periódicos al ITA así como encuentros entre las diversas secciones. El destino de los formadores especializados deberá decidirse en tal forma que aseguren un nivel mínimo de múltiples disciplinas en cada una de las secciones. Debido a la dispersión geográfica y en ausencia de medidas apropiadas, puede producirse un debilitamiento de las rela­ciones entre el sector común y las especializaciones, cuando en la actualidad estas relaciones son ya insuficientes en la organización del instituto. Esta dificultad podrá superarse a condición que cada sección vuelva a definir el perfil del alumno-ingeniero que debe

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formar y que el programa del sector común se reorganice con miras a promover una importante interacción entre los estudios fundamen­tales y el programa elegido para cada una de las secciones des­centralizadas. Las metodologías deberán armonizarse para facilitar una transición entre el sector común y la especialización.

Es muy importante que el ITA conserve el control pedagógico de la totalidad de la formación estableciendo las estructuras de comu­nicación indispensables, mejorando las diversas formas de apoyo pedagógico y creando un dispositivo que permita el análisis obje­tivo de la formación y de la evolución de las secciones dispersas entre las zonas-escuelas.

Además, esta evolución implica una mejora considerable del aprovechamiento actual de los cursillos. Es conveniente restituir y analizar las diferentes situaciones vividas, según los regímenes y las condiciones de cursillo. Los trabajos que se llevan a cabo sobre el terreno deberán registrarse de manera más detallada. Durante el primer año del sector común, será necesario proceder a un estudio más profundo de los "hechos" y desarrollar la inicia­ción socioeconómica.

Otras medidas permitirán mejorar la actividad de los formadores. En la actualidad, se constata que muchos de ellos tienen una impreg­nación semejante a la de los alumnos. En general, los formadores no tienen la información indispensable que les permitiría definir correctamente el sentido de sus intervenciones sobre el terreno. Por lo tanto, será necesario prever, reuniones de preparación que permitan, entre otras cosas, precisar la función administrativa de los formadores, las condiciones de la animación pedagógica de un cursillo, la naturaleza de las informaciones que deberán reco­gerse en las explotaciones administradas por autogestión, las etapas de la preparación y del aprovechamiento de un cursillo y el sentido que se debe dar a cada intervención en función del objetivo final para lograr una perfecta integración del cursillo en el cua­dro general de la formación.

Por último, sería deseable que los ingenieros egresados del ITA no perdiesen definitivamente los vínculos con la casa-madre. Estos contactos les permitirían sobre todo actualizar sus conoci­mientos dentro de una óptica de formación continua. En ese sentido se elaboró un proyecto en 197^, que destaca la necesidad de una formación de este género y prevé la creación de una estructura de educación permanente cuyas tareas podrían ser las siguientes:

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- gestión de los pedidos específicos provenientes de los inge­nieros, en materia de documentación, de informaciones, de con­sultas, de contactos y de consejos;

- preparación y difusión de informaciones actualizadas referentes a los problemas técnicos o situaciones particulares de desa­rrollo ;

- estudio de un problema de terreno planteado por los ingenieros; este estudio se confía a un equipo multidisciplinario de cursi­llistas de cuarto año;

- organización de seminarios de reflexión que reagrupa ingenieros con puestos de responsabilidad y equipos multidisciplinarios de formadores del ITA.

El ITA también sacaría beneficios de estos intercambios, pues estaría en condiciones de obtener un conocimiento más preciso de los diferentes problemas y situaciones que deben enfrentar los ingenieros formados en el ITA, y efectuar un diagnóstico de las relaciones existentes y definir las relaciones futuras que deberían establecerse con los ex-alumnos, habida cuenta de los problemas que se plantean a escala regional- Estas informaciones y estos vínculos les permitirían efectuar una evaluación más precisa de la formación dada a los cursillistas y encarar las posibles modifi­caciones definiendo la evolución de los contenidos, de los métodos y del propio funcionamiento de la institución.

La evocación de estas perspectivas permite destacar el carácter dinámico de los objetivos que se propone el ITA. Con la mirada hacia el futuro, preocupado en mejorar la calidad de la formación que dispensa actualmente, y completamente conciente de sus respon­sabilidades en el ámbito del desarrollo general de la agricultura argelina, este establecimiento ya demostró ampliamente su eficacia y merece que los esfuerzos de la totalidad de su personal, se re­flejen en resultados cuya probable evolución justificará la con­fianza que siempre les brindaron sus promotores.

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Cuestionario N ° 19

A fin de mejorar y desarrollar esta serie, agradeceríamos a nuestros lectores que nos hagan llegar sus impresiones. (Se ruega colocar « si» o « no » en la casilla que sigue a cada pregunta. Utilice el reverso de esta hoja para cualquier comentario.)

1. ¿Estima Y d . que los análisis de los autores son útiles para su trabajo? [ en particular:

— ¿Cree V d . que presente un estudio suficiente del tema en discusión? [ ¿Considera V d . que constituye una base de discusión y de estudios ulteriores? | | ¿Piensa V d . que es demasiado abstracto para ser útil? I |

¿Puede V d . mencionar casos de innovación en su país (o en su especializa-ción) que puedan presentar interés para otros países si fueran objeto de una difusión apropiada? R o g a m o s nos suministre el nombre de las personas e instituciones que puedan darnos m á s informaciones sobre estos proyectos.

Se ruega indicar su nombre y dirección al remitir este cuestionario a la Oficina Internacional de Educación, Palais Wilson, 1211 Ginebra 14, Suiza, o en los casos que correspondan a esas regiones, a la Oficina Regional de la Unesco para la Educación (Bangkok, Dakar o Santiago de Chile).