extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de...

19
p re - t extos colección textos y pretextos ALIAS PESSOA Jerónimo Pizarro Edición y traducción de Pere Rovira www.elboomeran.com

Transcript of extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de...

Page 1: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

p r e - t e x t o s

colección textos y pretextos

ALIAS PESSOA

Jerónimo Pizarro

Edición y traducción de Pere Rovira

www.elboomeran.com

Page 2: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

© JERÓNIMO PIZARRO

© DE LA PRESENTE EDICIÓN:

PRE-TEXTOS, 2013

LUIS SANTÁNGEL, 1046005 VALENCIA

www.pre-textos.com

IMPRESO EN ESPAÑAISBN: 978-84-15576-52-5 • DEPÓSITO LEGAL: V-838-2013

DISEÑO GRÁFICO: PRE-TEXTOS (S.G.E.)

ILUSTRACIÓN DE LA CUBIERTA: FERNANDO PESSOA

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obrasólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Dirí-

jase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

ADVANTIA, S.A. TEL. 91 471 71 00

Impreso en papel FSC® proveniente de bosques bien gestionados y otras fuentes controladas

Esta obra ha contado con el apoyo de la Direção-Geral do Livro,

dos Arquivos e das Bibliotecas / Portugal

www.elboomeran.com

Page 3: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

Y de nuevo, casi imperceptible, un rumor de algo:Pessoa o la inminencia de lo desconocido.

OCTAVIO PAZ (1961)

www.elboomeran.com

Page 4: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

U N O Y M U C H O S

www.elboomeran.com

Page 5: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

www.elboomeran.com

Page 6: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

1. ¿EXISTE PESSOA?

Esta pregunta es algo intempestiva, pero bien merece la penaintentar contestarla, si no en un plano metafísico, sí en un planotextual.

La cuestión, por lo demás, no es nueva y podría reformu-larse de un modo más abstracto y abarcador: ¿existe el autor?

Recupero esta cuestión porque el caso de Fernando Pessoainvita a hacerlo. Además, tal vez hoy sea un buen momento pararetomarla, ahora que la obra pessoana quedó bajo dominio pú-blico, que casi todo lo que Pessoa publicó en vida se encuentranuevamente publicado y que «sólo» falta la edición de los tex-tos y fragmentos que dejó inéditos en el momento de su muerte.Digo «sólo», así entre comillas, porque aunque el escritor yafuera conocido antes de 1935, fecha de su muerte, la gran mayo-ría de su obra quedó guardada en dos pequeños baúles y ha per-manecido inédita hasta hoy.

Para responder esta primera cuestión, formularé otras y dis-cutiré la publicación de una parte del archivo o espólio que aúnhoy los editores no han privilegiado: la que contiene los cua-dernos pessoanos (signatura general, 144), es decir, los peque-ños soportes en los que se encuentra una parte de la producciónartística del poeta y otros textos y notas de su autoría.

* * *

Paso a hacer dos afirmaciones, también algo categóricas yquizá desconcertantes: el Livro do Desasocego no existe, del mis-

19

www.elboomeran.com

Page 7: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

mo modo que el Fausto no existe. Cuando leemos estos volú-menes es imposible que no nos cuestionemos cómo se pudohaber convertido a Pessoa en libro –y todavía más–, en un librotitulado Livro.

¿Por qué afirmo que estos libros no existen? Porque, más alládel deseo de los editores de ofrecer una obra compacta, másallá de sus eventuales iluminaciones (Teresa Sobral Cunha dicehaber descubierto finalmente un hilo en el laberinto), la rea-lidad es menos grandilocuente: de estos libros-proyecto sóloexisten fragmentos. Richard Zenith propuso editar el Livro enhojas sueltas, para que cada lector pudiese reorganizarlo en fun-ción de su propia lectura. Es una opción. Pero si así se hiciera,gran parte del archivo de Fernando Pessoa podría ser publicadoen hojas sueltas, porque prácticamente sólo existen «fragmen-tos, fragmentos, fragmentos».3

En lo tocante al Fausto, lo más posible es que su frágil arqui-tectura sea más visible cuando sea reeditado. Si existieran másediciones, hablaríamos no del Fausto, sino de los Faustos. Dehecho, el Fondo de Cultura Económica tiene un su catálogoun llamado Primer Fausto –un boceto de una edición posterior–y ese texto primerizo viene seguido de un poema de un tal Coe-lho Pacheco, un falso heterónimo de Fernando Pessoa.

Es forzoso admitir que ni el Livro ni el Fausto tienen unaforma, es decir, que su forma depende de una idealización yque, aunque existan en el mercado, no existen como una «ver-sión autorizada por el autor», que sería la entidad más próximaa un arquetipo. Estas obras no existen sino como simulacrosde un Libro inexistente, y por lo tanto pueden ser leídas y edi-tadas de formas muy diversas.

20

3 Cf. «Pero todo fragmentos, fragmentos, fragmentos»; apunte sobre la primerafrase del Livro do Desasocego, en una carta del 19 de noviembre de 1914 de FernandoPessoa a Armando Côrtes-Rodrigues (v. Pessoa, 1945).

www.elboomeran.com

Page 8: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

Y para ir aún más lejos, aunque tuvieran una forma más omenos definida, como es el caso de Mensagem, la lectura lastransformaría. No existen textos que sean enteramente perfectos,coherentes o unívocos, sino lecturas que construyen en retros-pectiva esa aparente plenitud que se atribuye a la obra fijada.

Leer el Livro do Desasocego o el Fausto implica leer esos tex-tos como fueron leídos por sus primeros lectores: los editoresque organizaron los fragmentos y que, muchas veces, borraronlas marcas de fragmentariedad. Sin embargo, la fijación tex-tual no nos impide reconocer que la numeración de los frag-mentos es artificial, ni establecer nuevos nexos y descubrir quela no-existencia del Livro puede ser una condición de su exis-tencia. Debido a que en sí mismo no existe, a que simboliza loque quedó de una obra soñada, el libro representa la virtuali-dad del Libro.

¿Existe Pessoa? Como pessoa (o máscara), no como «Pe-ssoa».

* * *

Más allá de la indicación de un orden, suele faltarnos unaverdadera visión de conjunto.

¿Qué textos habría incluido o excluido Pessoa en una deter-minada publicación o con qué designación los habría reunido?

En la mayoría de los casos no lo sabemos, en otros existendecenas de esquemas posibles. «¿Qué habría hecho Pessoa?», sevuelve, por lo tanto, una pregunta si no innecesaria, por lo me-nos imposible de satisfacer con una única respuesta.

Pessoa es, como la naturaleza y como Caeiro, «partes sin untodo», la cual es una definición sintética y precisa del conceptode fragmentariedad. Cuando procuramos construir un todo apartir de algunas de sus partes, corremos el riesgo de crear unobjeto fantástico.

21

www.elboomeran.com

Page 9: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

Hasta cierto punto, lo que aquí está en cuestión es el hechode que Pessoa dejó la mayor parte de sus obras incompletas (in-cluidas sus eventuales Obras completas4) y, en consecuencia, queel compilador pessoano corre fácilmente el riesgo de confun-dirse con el autor.

Un compilador es quien reúne, lee, selecciona y transcribetextos ajenos. Pero puede ocurrir que su función se funda conla del autor, con todas las implicaciones ideológicas que de estepunto se desprenden; en efecto, su intervención puede ser máso menos neutra o más o menos comprometida.

Pero la cuestión de respetar o no los títulos de los proyec-tos pessoanos, de publicar o no lo que Pessoa teóricamente ha-bría publicado, resume sólo una parte del problema. Todos loseditores son conscientes de los desafíos de editar a un escritormúltiple hasta en sus esquemas y proyectos, inconstante hastaen sus emprendimientos.

La cuestión central que convendría abordar es la de la frag-mentariedad de la obra.

¿Cómo publicar fragmentos? ¿Qué queda de la imagen delautor de una obra (y de las nociones que asociamos a ésta: crea-ción, originalidad, inspiración o propiedad) cuando esa obra esfragmentaria, cuando la imagen que devuelve está despedazada,cuando, en definitiva, no es una sino muchas?

Otra vez te vuelvo a verPero, ay, ¡a mí no me vuelvo a ver!Se partió el espejo mágico en el que me volvía a ver idéntico.Y en cada fragmento fatídico sólo veo un pedazo de mí;¡Un pedazo de ti y de mí!

(Contemporanea, 3.ª serie, n.º 2, junio de 1926)

22

4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obrascompletas y otros cuentos (1971).

www.elboomeran.com

Page 10: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

En esta multiplicidad autoasumida reside toda la moderni-dad de Pessoa, y a ella es a la que, en mi opinión, debemos man-tenernos fieles. Una lógica totalizadora termina por falsear el es-tallido de ese «espejo mágico» e impide la dinámica fragmentariaen la que el autor se vuelve a ver y nos ve, sugiriendo, no unaidentificación, sino una multiplicidad de perspectivas.

Se podría ir más lejos: la imagen del espejo recuerda el tiem-po y el carácter fugitivo de la representación; sólo un «espejo má-gico», de hecho, podría capturar una figura idéntica a sí misma.

Aun así, y para retomar la metáfora, el autor confiesa queel espejo se partió. Es por este motivo por el que el editor nopuede reconstruirlo sin ser culpable de haber deseado la re-construcción de una quimera: un «espejo mágico».

¿Cómo publicar cada fragmento sin ese deseo excesivo de en-cadenarlo a otro y de alcanzar la imagen originaria de ese espejosoñado? La fragmentariedad pessoana no es la de un jarrón par-tido; es una fragmentariedad, por decirlo de algún modo, másradical y profunda, casi «irreparable» o «irreversible».

¿Existe Pessoa? En sus papeles, en sus fragmentos.

* * *

Es bastante probable que en el paso de los documentos es-critos por Pessoa de sus míticos baúles a las cajas que ahora losguardan en la Biblioteca Nacional de Portugal se haya perdidoel orden provisional y precario que aproximaba físicamente al-gunas hojas; en este caso, sería justo ver el archivo o espólio comoun jarrón partido, o mejor, como un cuaderno desmembrado.Sin embargo, en esta situación convendría hablar de fragmen-tación y no de fragmentariedad, que remitiría a algo menos acci-dental y más constitutivo. Por eso, sólo en este caso se justificaríaesa práctica de índole arqueológica que es la resolución del rom-pecabezas.

* * *23

www.elboomeran.com

Page 11: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

El rompecabezas sigue siendo una figura platónica. Citemosun caso frecuente de fragmentariedad extrema: en un soportepueden convivir dos o más fragmentos. Un fragmento desti-nado al puzzle-Caeiro, otro fragmento destinado al puzzle-sensa-cionismo y otro sin destino (un aforismo, por ejemplo). Los tresfragmentos coexisten en una hoja de papel que ya no da reali-dad física a un único fragmento. Es decir, esa hoja contiene laspiezas de tres puzzles diferentes, uno de ellos aún por identi-ficar. Si ponemos la hoja en el puzzle A, no encajará perfecta-mente y todavía tendríamos que decidir qué hacer con losfragmentos extraños. Lo mismo sucedería si la pusiéramos enel B o en el C.

Hasta ahora, muchos editores han suprimido los fragmen-tos «extraños» al rompecabezas que están haciendo, para no darla sensación de un rompecabezas triple, o, de otra manera, deun rompecabezas de piezas a la vez únicas y múltiples.

Si un día descubriéramos las piezas originales, descubriría-mos que el rompecabezas nunca existió. Como en la mesa dedisección surrealista en la que se encuentran un paraguas y unamáquina de coser, encontraríamos un par de objetos no del todoidénticos, como por ejemplo, un sobre comercial encajado enuna hoja arrancada de una agenda.

* * *

Por lo tanto, tenemos pedazos, pero ningún «espejo mágico».¿Qué debemos hacer? Idealmente, reconocer que los fragmen-tos son la solución y no el problema.

1) No intentar «desfragmentarlos», limando sus aristas e in-tentando encajarlos en una unidad perdida.

2) No ocultar la existencia de otros fragmentos, cuando enun mismo soporte físico coexisten dos o más fragmentos. (Pue-de bastar una nota para indicar que existen.)

24

www.elboomeran.com

Page 12: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

3) Intentar organizarlos –suponiendo que algún tipo de or-ganización deban tener–, pero sin pretender que se operó el mi-lagro de su organización absoluta.

(Nota: un sobre comercial pegado y una hoja arrancada deuna agenda podrían estar juntos: un texto iniciado en una hojasuelta podría continuar en un sobre. El tipo de enlace puede sersurrealista o cubista. Pero es interesante no perder de vista estamaterialidad de cada pieza, que son todo menos idénticas. Silos fragmentos de una obra parecen semejantes –casi idénticos,por arte de magia– es porque en la hoja impresa se pierden lasdiferencias, volviendo indistinguibles, por ejemplo, los textosmanuscritos de los mecanografiados.)

* * *

Ese libro/no-libro que es el Desasocego abarca casi toda laobra de Fernando Pessoa.

Hay muchos escritores tendenciosamente fragmentarios,como Valéry o Nietzsche, por ejemplo, pero ninguno de ellospresenta un desafío tan grande al editor como el que planteael escritor portugués.

Pessoa publicó muy poco en vida y legó a la posteridad nouna obra acabada (hay autores que preparan sus obras comple-tas en vida), sino una obra por conocer y organizar. En el espó-lio deben existir fragmentos destinados a unos quinientosproyectos, o más, algunos de los cuales no pasaron de su enun-ciación.

El volumen creciente de las obras hasta ahora publicadas sedebe, en parte, al hecho de que se han encontrado más fragmen-tos destinados a ellas. Pero el volumen no las vuelve más o me-nos fragmentarias. Por el contrario, el Livro do Desasocego y elFausto, los dos emblemáticos ejemplos ya citados, son tan frag-mentarios como ciertos cuentos de los cuales restan apenas dos

25

www.elboomeran.com

Page 13: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

o tres fragmentos, es decir, independencia de su tamaño. Final-mente, para esas dos obras Pessoa acumuló fragmentos durantemás de dos décadas. ¿Y qué «espejo mágico» podría retener laimagen de todos esos años?

¿La imagen? No, las imágenes.

* * *

Sí, Pessoa no publicó la mayoría de sus papeles y quizá nohabría publicado la mayoría de los libros que hoy conocemos.Con seguridad, no los publicaría con los títulos ni con la formaque tienen hoy. ¿Páginas Íntimas e de Auto-Interpretação? Nipensarlo. ¿Cartas de Amor? Ni loco.

Todos los editores le han sido más o menos infieles. Sin embargo, y gracias a esos y otros libros, hoy lo conoce-

mos mejor. Si a lo largo de estos años no se hubiera publicadolo que Pessoa no publicó, su obra cabría en un pequeño volu-men, mucho más reducido que el de sus traducciones. Queda-ríamos privados de conocer a António Mora y cientos de poe-mas ortónimos y heterónimos.

El nombre de «Pessoa» en la cubierta de un libro tiene suparte de convencionalismo. Los editores son corresponsablesde lo que hoy consideramos su obra: la infidelidad a esa obraestaba ya anunciada, en cierto modo, desde el momento en quese descubrieron los famosos baúles como un tesoro intacto.

La pregunta siguiente encierra, por lo tanto, una paradoja:¿cómo ser fiel a Pessoa, siéndole infiel?

La respuesta podría ser ésta: sin intentar suplantarlo. Dice Pessoa en «O Homem de Porlock» (1934)5 que «de lo

que podría haber sido, sólo queda lo que es»; y añade, «del poe-ma, o de los opera omnia, sólo [queda] el principio y el fin de

26

5 O Homen de Porlock (signaturas 109-1 a 109-3). Primera publicación en Fradi-que, año 1, n.º 2, 15 de febrero de 1934. Reproducido en Hyram. Filosofía Religiosa e

www.elboomeran.com

Page 14: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

algo perdido», es decir, «disjecta membra que, como dijo Carly-le, es lo que queda de cualquier poeta, o de cualquier hombre».

Ante ese hecho, el editor tiene dos opciones: intentar adivi-nar la forma de ese texto perdido o trabajar con lo que quedó,es decir, con «lo que es». Intentar adivinar ese texto perdidoequivale a partir del principio de que ese texto existe; trabajarcon «lo que es» consiste en reconocer que ese texto no existe,pero que existe lo que quedó de él.

En el primer caso «suplantamos» a Pessoa; en el segundo,aceptamos «lo que es» sin nostalgia de lo que «podría habersido».

¿Existe Pessoa? Sólo el principio y el fin de muchas cosas ima-ginadas. O mejor: sólo los fragmentos de muchas cosas imagina-das, pues esos fragmentos no son necesariamente «el principioy el fin» de un todo, dos términos que remiten también a la ideade una totalidad.

* * *

Pessoa desestabilizó, avant la lettre, la famosa tríada que Fou-cault criticó: el autor, el libro, la obra.

Creó el drama en gente y se presentó más como actor quecomo autor, desapareciendo, así, como instancia «originaria» y«profunda». Su único libro –el Livro con ese título– es un núme-ro, aún por definir, de fragmentos que pueden ser reorganiza-dos de diversas maneras, algunos de los cuales han migrado,sorpresivamente, a otros libros (Aforismos e Afins, por ejemplo).Su obra es un conjunto de obras, la mayoría de las cuales sonpóstumas y están atribuidas a diferentes actores/autores, figu-ras en las cuales volvemos a encontrar a Pessoa como él se veía,parcialmente, en cada parte de sí mismo.

27

Ciências Ocultas (1953, pp. 176-180) y, más recientemente, en Crítica: ensaios, arti-gos e entrevistas (2000, pp. 490-492).

www.elboomeran.com

Page 15: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

¿Qué está en juego? La posibilidad de leer a Pessoa sin ceñirse a los conceptos

tradicionales de autor, de libro y de obra que él mismo volvióproblemáticos. No para defender que Caeiro es el autor de lospoemas caeirianos o que Soares es el autor del Livro, sino por-que no es necesario buscar a un Pessoa idéntico a sí mismo,reencontrar al mismo Pessoa en un «espejo mágico». Hay querecordar que Pessoa, ese teórico de la despersonalización dra-mática, tiene inscrito en su nombre el fingimiento: pessoa, queviene del latín perso-na, significa máscara.

* * *

«Pessoa», el nombre del autor que surge como denomina-dor común de un conjunto de obras («activas») y como causade múltiples lecturas («pasivas»), es también el nombre de unproblema: «El valor indicativo que nosotros les atribuimos [alos nombres de los autores] es, en primer lugar, el nombre deun problema» (Derrida, 1967, p. 148). O la designación de va-rios problemas: origen, identidad, coherencia…

¿Existe Pessoa? Existen múltiples «Pessoas». Múltiples per-sonae. El Pessoa íntimo, el Pessoa político, el Pessoa esotérico,el Pessoa poeta inglés; el Pessoa menino da sua mãe, el Pessoaempleado de oficina, el Pessoa por conocer, el Pessoa empre-sario, etcétera. Y antes de esta multiplicación póstuma, ya exis-tía el Pessoa que escribía como Caeiro, como Campos y comoReis; la escisión de la obra en ortónima y heterónima; la proli-feración del autor, ese autor de autores.

La mayor parte de los editores y los críticos presentan úni-camente a un Pessoa. Crean esa coordenada llamada «Pessoa»,coordenada que el poeta habría articulado de otra manera oque, simplemente, no habría articulado.

¿Qué está en juego?

28

www.elboomeran.com

Page 16: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

Los diferentes modos de imaginar al autor. No tanto a la per-sona (sujeto empírico), sino al autor (ese lugar hacia el cual «re-mite» una gran parte de la bibliografía «activa» y «pasiva»). Esadiversidad en el acceso al autor, implica que todos nosotroshemos multiplicado a Pessoa, a nivel editorial y crítico.

El Pessoa de la editorial Ática, de la llamada vulgata no es elmismo de la Edición Crítica, y esto no se debe tan sólo a lascorrupciones o a las lagunas de algunos textos de Ática.

La identificación de Pessoa con Lisboa, en el imaginario cul-tural, implica la formación de una imagen, de un «simulacro»(Baudrillard) y, si queremos, incluso de una persona. «Pessoa»es esa persona… «Pessoa», máscara de Lisboa… No el hom-bre, sino el nombre que hoy asociamos a esa ciudad y no sóloa esa ciudad.

* * *

Por ello defiendo que a Pessoa se lo debe publicar más comoexiste y menos como nos gustaría verlo. Por ejemplo, debería-mos rehabilitar la materialidad de los soportes físicos y las mar-cas de fragmentariedad de algunos escritos; estas últimas suelenser indicios del estatuto de cada texto (más o menos provisio-nal, más o menos fragmentario) y, por eso mismo, el testimoniode un atributo que no limita sino que, por el contrario, multi-plica las posibilidades de lectura. No es necesario editar en fac-símil toda la obra de Pessoa para rescatar ciertas peculiaridades,pero conviene no sobreeditarla, hasta el punto de volver al escri-tor (mágicamente) idéntico a sí mismo. Hay textos de naturale-za diversa y textos en lenguas diferentes, o en más de un idioma.¿Qué hacer con ellos? ¿Limpiar, pulir, podar algunos textosmenos acabados –que contienen abreviaturas, símbolos, señalesde duda, etcétera– para publicarlos junto a otros más acabados,y olvidar sus características? ¿Publicar sólo en una lengua un

29

www.elboomeran.com

Page 17: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

proyecto bilingüe? ¿Publicar en portugués lo que «escandalo-samente» está en inglés (tal y como ocurrió con The Door, porejemplo)? ¿Corregir el inglés o el francés de Pessoa? Consideroque no. Es hora de reconocer a Pessoa como escritor trilingüey de afrontar el estado incompleto de sus textos, no como unobstáculo por superar, sino como una realidad fáctica inelu-dible.

* * *

Anuncié al principio que trataría sobre la publicación de unaparte del espólio que sólo hasta el final de 2009 comenzó a serprivilegiada: la que contiene los cuadernos pessoanos (signa-tura general, 144). Es lo que haré enseguida.6

Tiene sentido discutir la publicación de estos soportes des-pués de las observaciones anteriores, puesto que se trata, pre-cisamente, de publicar objetos que contienen textos de carácterfragmentario, muchos de los cuales Pessoa quizás no habría pu-blicado. En este caso «Pessoa» existe como identificación, comonombre de autor, pues a nadie más se le pueden atribuir los tex-tos manuscritos en esos cuadernos, pero existe menos como elartífice de una obra (un «cuaderno»), que como el responsablede una serie de apuntes que, por «casualidad», se encuentranen un formato encuadernado.

En todo caso, lo que interesa destacar más es que los tres delos rasgos principales de la producción pessoana –heterogenei-dad, discontinuidad y brevedad–, que se pueden reunir en lanoción de fragmento–, también están presentes en los cuader-

30

6 Véase, Pizarro (2012), «Pessoa’s Notebooks: windows to crowded streets», capí-tulo del libro-revista Private: no (not) enter. Personal Writtings and Textual Scholarship,editado por João Dionísio. Consúltese también el site de la Biblioteca Nacional de Por-tugal, http://purl.pt/1000/1/cadernos/index.html

www.elboomeran.com

Page 18: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

nos, como totalidad, y que esos cuadernos son, cada uno, unmicrocosmos del espólio. De hecho, muchas hojas manuscri-tas que integran el espólio podrían ser páginas de los cuadernos,pues se asemejan a ellas en la utilización del espacio, en el tipode texto que preservan, etcétera, o fueron dobladas para mul-tiplicar el número de páginas. Además, algunas hojas descosi-das o arrancadas de los cuadernos están hoy archivadas con lasdemás. Pero los cuadernos constituyen una unidad –forzosa,si se quiere, como cualquier carpeta que guarda hojas sueltas–y permiten observar bien el carácter fragmentario y abierto dela escritura gracias al tipo de textos que suelen albergar. Textosrápidos, menos revisados, que tienden a compartir una serie derasgos –la heterogeneidad, la discontinuidad y la brevedad– quedesafían, como ya se dijo, los conceptos de «obra», de «autor»y de «libro».

* * *

El proyecto de editar los cuadernos pessoanos es comparableal de la edición de otros cuadernos modernos, entre los cualesse destacan los carnets de travail de Flaubert, los notebooks de Ja-mes Joyce y los cahiers de Paul Valéry. En algunos países ya existecierta tradición de publicar estos materiales. El espectro de lasediciones va desde la selección de algunas páginas a la ediciónintegral de los cuadernos, acompañada o no de facsímiles. Loscarnets de travail de Flaubert son dieciocho, los notebooks deJoyce más de cincuenta y los cahiers de Valéry doscientos sesentay uno. Los cuadernos pessoanos –casi todos ellos carnets o note-books, si consideramos su tamaño «de bolsillo»– son cerca detreinta.

En Francia, una antología de cahiers valerianos anticipó laedición integral de los mismos. En otros países, como Perú oArgentina, se quedó en una antología. De los cuadernos de César

31

www.elboomeran.com

Page 19: extos y pretextos - elboomeran.com · 4 Sobre este título bastaría recordar el de un libro de Augusto Monterroso: Obras completas y otros cuentos (1971). .

32

Vallejo o Macedonio Fernández, por ejemplo, sólo se conocenlos fragmentos que los editores entregaron a la imprenta. Estosúltimos no parecen haber concebido los cuadernos como po-tenciales obras autónomas, sino como un árbol del cual searrancan sólo los frutos más maduros o brillantes. En el caso dePessoa, se ha optado por una edición integral antes de procedera una o varias antologías que después, como ocurrió con Valéry,abran el camino a una edición completa.

* * *

¿Cuál es la situación de los cuadernos pessoanos? ¿Cuál es sucontenido? ¿Cuál es su interés?

En el área inventariada de 144A a 144D2 se conservan vein-tiocho cuadernos de notas que abarcan un periodo de más detreinta años, es decir, toda la vida literaria de Pessoa.7 De elloshan salido fragmentos que hoy integran todo tipo de compila-ciones: desde textos de Ricardo Reis a poemas ingleses, de tex-tos de Pantaleão a poemas franceses.

La heterogeneidad es, sin duda, uno de sus rasgos caracterís-ticos. Pantaleão y Reis coexisten también con notas de lecturay proyectos empresariales…

El interés de los cuadernos es múltiple: ofrecen la posibilidadde aproximar varios textos que, en el archivo, están dispersos;permiten relocalizar textos ya editados –y, por tanto, decons-truir y reconfigurar la obra pessoana para observarla desde otraperspectiva–; ayudan a establecer una cronología de los escritosy de los proyectos del poeta; y contienen innumerables pági-nas inéditas, decisivas para que conozcamos mejor su «vida-obra».

7 A los veintiocho cuadernos bien catalogados habría que añadir otros, como el 153,que están mal catalogados, es decir, por fuera de la sección correspondiente.

www.elboomeran.com