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fa división territorialen la marca Superior de al-t1ndalus
por Luis Molina Martínez y María-Luisa Ávila Navarro
EEstado omeya de al-Andalus tuvo siempre, a lo largo de sus dos siglos de existencia,una clara vocación centralista. Por ello no es deextrañar que, con el paso del tiempo, fueracreando una compleja organización del territorio bajo su dominio con un objetivo si no única, sí primordialmente fiscal.
AI-Andalus se hallaba dividido en una seriede provincias de muy desigual extensión y población; pequeñas y densamente pobladas lasmás fértiles -las más ricas, por tanto-: comolas situadas en el Valle del Guadalquivir: Jaén,Córdoba, Cabra, Écija, Morón, Carmona, Sevilla, Sidonia, Niebla; mucho mayores y conpocos habitantes las de las zonas montañosas yde la Meseta Sur.
La más completa y fiable rp]ación de provincias de al-Andalus es la que nos ofrece el historiador y geógrafo cordobés Ahmad al-Riizi (m.955) en la Introducción Geográfica de su Historia y en ella se basaron principalmente LéviProven<;al y Monés para elaborar sus propiasnóminas provinciales. Sin embargo, bien porque al-Razi omitiera algún nombre, bien porque se produjeran efectivamente algunas modificaciones en la división provincial, lo cierto esque esa relación suministrada por el cronistacordobés no puede ser considerada totalmenteexacta y completa, pues las fuentes históricasmencionan los nombre de algunas provincias nocitadas por Al,1mad al-Raú, como las de Priego, Osuna, Baza, etc.
Ignoramos en qué momento se implanta estadivisión territorial vigente en los años en los queescribe su Historia al-RazI, pero lo cierto es quehasta bien entrado el reinado del califa CAbdal-Ral;1man 1Il, al-Na~ir, dicha división -en elcaso de que existiera con anterioridad- no sería auténticamente efectiva, debido a que el poder central se veía incapaz de mantener durante largos períodos dé tiempo todo el territoriode al-Andalus bajo su control, llegando en ocasiones la situación a extremos como en la épo-
.....oz;;o"lO.-........ RepresentaCión de la• '" península Ibérica
A~ y del norte de Afríca.... 'en un mapa
de al-Istajd.
ca del emir CAbd Allah, el soberano anterior acAbd al-Ral)man 11I, de quien las crónicascuentan, con cierta exageración, que en algunosmomentos de su reinado su poder no se extendía más allá de las murallas de Córdoba.
Centrándonos en la Marca Superior, hasta latoma de Zaragoza por el califa CAbd alRa~an 1I1 en el 937, son muy escasos y breves los períodos en que esa zona permanece ensu totalidad bajo la autoridad de los soberanoscordobeses. Sus ciudades y regiones cambiancontinuamente de mano de acuerdo con los avatares de los enfrentamientos entre las distintasfamilias dominantes. El poder central a lo másque llega en el mejor de los casos es a reconocer y legitimar situaciones de hecho, por lo quedifícilmente podía imponer una delimitaciónterritorial por él diseñada.
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DISTRITOS 'DE LAS MARCAS SUPERIQR y MEDIAa~rll"Pl'11¡1it\I1!~' :, liCn.~ ~(1tI.\1fl1l'1111' ,1I;1l:C'TI~,I"
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«sensiblemente distinto del de las circunscripciones provinciales del intelioD>. La causa de estas diferencias era, evidentemente, el carácter dezonas fronterizas que hacía que en ellas lo militar predominase sobre cualquier otra consideración.
Hussain Monés lleva más lejo.s hl teoría deLévi-Proven~al y considera que existían dos tipos de provincia en al-Andalus, las coras y·lasmadinas, especie de ciudades-provincia. Esassupuestas madinas serían <das regiones de importancia militar: las de las fronteras, la capital y la regiÓri que la protegía del norte» -serefiere con esta última a la provincia de FirriS,Castillo del Hierro, al noroeste de Córdoba-oPiensa también Monés que las ciudades-provincia se regían por un jefe militar (qa'id), mientrasqUe las caras estaban al mando de un gobernador civil (Camil). Pero los datos que poseemosno nos permiten dar por buena esta suposición,puesto que tenemos noticias de varios personajes que desempeñaron el cargo de ciimil deZaragoza y de otras provincias de la Marca
Casco antiguode Huesca.Ciudad claveen la defensa de laMarca Superior
¡ de al-Andalus.
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A partir de la caída de la dinastía omeya y delsurgimiento de los Reinos de Taifas, a comienzos del siglo Xl, la antigua división provincialdesaparece definitivamente en la Marca Superior, que con los Tuyibíes y, sobre todo, con losBanü Hüd, constituye una unidad política.
De lo dicho se desprende que la organizaciónterritorial que nos ha conservado Alfmad alRazl, y que de él pasó a multitud de autores queescribían cuando ya no quedaba el menor vestigio de ella, no tuvo en la Marca Superior unavida dilatada. Sin embargo ello no quiere decirque el estudio de dicha organización territorialen la Marca Superior carezca de interés; muy alcontrario, es el único método que poseemospara intentar conocer con precisión el pªpel quejugaba la Marca dentro de la estructura administrativa y política del Estado omeya, apartede que, por encima de las alternancias políticas,los factores puramente geográficos que influyeron en la delimitación de las fronteras provinciales hicieron que, después dl;) la des~paricióndel poder central, se mantuviera una cierta división regional del territorio.
La denominación habitual que los textos hi.spanoárabes dan a las provincias de al-An.daluses la de cara (kura), pero, como notó muy bienLévi-Proven<;al, este término no suele ser aplicado a las provincias de las Marcas. La cuestiónen sí careceria de importancia si no fuera porque tras esas diferencias en la nomenclaturapueden esconderse sensibles diferencias en el régimen administrativo entre las circunscripcionesde las zonas fronterizas y las de las regiones meridionales. Esta es la razón de que se halla prestado bastante atención a esteproblema y de quetambién nosotros nos detengamos brevementeen esta cuestión.
Lévi-Proven<;al piensa que las Marcas eran«opuestas a las circunscripciones provincialesdel interior, llamadas caras» y que, por sus especiales características, su estatuto debía ser
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Superior, como es el caso de cAbd Allah ibnKulayb en el 234/848-849 o cAbd al-Wahhabibn Ahmad ibn Mugit en el 257/870-871. Porotra p~rte, no parece muy convincente la explicación que da para la presencia de FirriS' dentro de esa relación de ciudades-provincia, puespor importancia estratégica para la defensa deCórdoba ante el ~ntonces muy lejano enemigodel norte con mucho mayor motivo debía figurar en esa relación el Llano de los Pedroches(Fal)$ al-Ballüt) , atravesado por buena parte delos caminos que llevaban a Córdoba desde elnorte.
La distinción entre caras y madinas que haceMonés parece, por tanto, poco creíble. Sus argumentaciones se basan principalmente en eltestimonio de dos obras geográficas, la FarJ:wtal-anfus de lbn Gii.lib y el MuCyam al-bu/dande Yáqüt; ambas derivan de Al:tmad al-Ráií,pero ninguna de ellas -y esto es más claro enla de Yaqüt- ha conservado fielmente la precisa terminología administrativa que utilizabael historiador cordobés. Como demuestra eltomo V del Muqtabis de Ibn I:Iayyan, y bastacon ver los índices de la edición y de la traducción, muchas de las supuestas madinas ociudades-provincia de Monés son mencionadasen esta fuente -más antigua y fiable que lasotras dos- como caras, por ejemplo, Santaver,Calatrava, FirrE, Santarem, Lisboa y Ocsouobao Nótese, sin embargo, que ninguna de lasprovincias de la Marta Superior es denominada
cara, a pesar de que todas ellas son citadas numerosas veces en la obra.
Jacinto Bosch, par su parte, señala que, aunque es muy poco frecuente hallar el términocara aplicado a las provincias fronterizas, síencontramos la expresión genérica «las caras dela Marca». Por ello piensa que no es pertinente establecer una diferenciación radical entre circunscripciones de la frontera y del interior y quetodas ellas recibían el nombre de cara.
En el estado actual de nuestros conocimientos es imposible resolver definitivamente lacuestión. Una cosa está clara: las provincias dela Marca Superior no recibieron nunca la denominación de cara, a pesar de contar con una estructura interna (una ciudad capital y, de elladependientes, un nuevo variable de distritos, iqlim, pI. aqa/im) aparentemente idéntica a la delas caras. Cuáles fueron las razones de esas diferencias en la denominación es algo que ignoramos, pero como hipótesis podría pensarse quela causa está en el tipo de relación existente entre estas provincias fronterizas y el poder central. Así, mientras que las caras dependen todas y cada una de ellas directamente deCórdoba, en la Marca Superior parece existir enocasiones una especie de virreinato en Zaragoza bajo cuya jurisdicción se hallan todas las provincias de la Marca y que constituye un poderintermedio entre las circunscripciones de esazona y la capital del Estado.
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Alberca (s. XI), castillo'musulmán de Balaguer
(Lérida).
La división provincial en la MarcaSuperior
Nuestra fuente principal para establecer la división provincial que existía en la Marca Superior durante el período cordobés va a ser la obradel historiador y geógrafo cordobés A1)mad alRiizl. El original árabe de su crónica no se nosha conservado, pero no es difícil su reconstrucción, al menos en su sección geográfica, queconstituía la Introducción de la obra, gracias ala traducción portuguesa realizada hacia el 1300para el rey don Dionís de Portugal, traducciónque, aunque también perdida, sirvió de base ala versión castellana (la famosa Crónica delmoro Rasis) y a la Crónica de 1344. Por otraparte son muy numerosos los autores árabesque reproducen extensos pasajes de la obra deAl)mad al-Riizi, copiándolos más o menos literalmente. No es en modo aLguno exageradoafirmar que al-Riizl es el padre de la Geografíaen al-Andalus, pues no sólo fue el precursor indiscutible, sino que su influencia sobre la producción posterior se mantuvo viva y con fuerza hasta el siglo XVll.
De acuerdo con los datos de al-Razí, podemos ubicar en La Marca Superior las provinciasde Tudela, Huesca, Barbitiiniya, Zaragoza yLérida. .
No incluimos dentro de esta relación a Calatayud, a pesar de que frecuentemente los investigadores modernos la han considerado provincia independiente, ya que como tal aparece enla Crónica del moro Rasis. Sin embargo todaslas fuentes árabes que siguen a al-Riizi, en especiallbn Giilib y Yaqüt, coinciden en hacerladep.;:nder de Zaragoza. Por otra parte, las localidades que, de acuerdo con la redacción dela Crónica del moro Rasis, parecen depender deCalatayud -Maluenda, Daroca y Somed- soncitadas siempre por los geógrafos y los cronistas hispanomusulmanes como pertenecientes ala jurisdicción (Camal) de Zaragoza. En cualquier caso, Calatayud disfrutó siempre de unaposición algo especial por la importancia estratégica que tenía al ser paso prácticamente obligado en el camino hacia Zaragoza y en largosperíodos de su historia musulmana contó congobernador propio.
Provincia de Zaragoza
La provincia de Zaragoza era la más extensa eimportante de toda la Marca Superior y ocupaba una posición central al estar rodeada por las
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otras: Tudela al oeste, Huesca al norte, Barbitiiniya y Lérida al este.
Sin duda era también la más poblada, pues,aparte de la capital, la mayor ciudad de la Marca, tenía bajo su jurisdicción localidades importantes como Calatayud y Daroca. También contribuiría a hacerla la provincia más poblada elhecho de que en su territorio se encontraban losfértiles valles de un buen número de ríos importantes, el Ebro, el Jalón, el Jiloca, el Gállego,el Huerva, etc. Más adelante veremos cómo lahidrografía juega un importante papel en la división provincial de la Marca Superior.
El número de topónimos mencionados porlos geógrafos y cronistas árabes como pertenecientes a la provincia de Zaragoza es muy elevado. Entre los que adquirieron mayor renombre,por uno u otro motivo, podemos mencionarAlcañiz, Rueda, Belchite, Ricla, Cutanda y Caspe, además de las localidades antes nombradas,como Calatayud y Daroca.
Pero más importante que ofrecer una largarelación de nombres nos parece intentar fijarcon la mayor exactitud posible los Límites deesta provincia, estudio que realizaremos también para las otras circunscripciones que enumeremos.
Alquézar (Huesca).Anr/gua forralela
musulmana, despuéscasr/llo a/sr/ano.
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Gabarda (Huesca).Restos del castillomusulmán.
Como antes dijimos, al oeste de Zaragoza seencontraba la provincia de Tudela. La línea limítrofe entre ambas debía pasar muy cerca deBorja, localidad que en los textos más antiguosaparece casi siempre citada junto a Tarazona,como si constituyeran una unidad geográfica.Esto podría hacernos pensar que Borja se hallaba incluiaa en la misma provincia que Tarazona, es decir, la de Tudela, pero un autor tardío, Ibn al-Abbar, nos informa en su Takmilaque Borja pertenecía a Zaragoza. En cualquiercaso, el poblado de Cabañas de Ebro, a orillasdel río, era ya indudablemente parte de la provincia de Zaragoza.
Desde allí la línea de demarcación continuaría hacia el este, posiblemente a través de losMontes de Castejón hasta alcanzar en el río Gállego los actuales límites entre Zaragoza y Huesca, con Zuera como punto más septentrional,bajando por la Sierra de Alcubierre -Robrespertenecía ya a Huesca-, los Monegros -también mencionados dentro de la provincia deHuesca-, Caspe, Alcañiz y Calanda. poblando hacia el oeste a partir de Calanda, llegaba aCutanda y, en ese punto, seguiría el valle delJiloca, dejando el río al este y alejándose progresivamente de él hasta llegar al Jalón a la altura de Ariza. Finalmente la línea torcía hacia elnoreste, alcanzando de nuevo la frontera entreZaragoza y Tudela.
Sin embargo estos límites pueden variar algoen su sector meridional si tenemos en cuenta ladescripción que al-CUgri hace de tos distritos deZaragoza. Uno de ellos, el de Zaydün, «contiguo a Tortosa, Valencia, Tudmír y Santaver»,ve nacer en su territorio el río Jiloca, «por lazona de la ciudad de Galwfirja», que con muchas reservas podríamos identificar con Celia ocon Celadas, ya cerca de Teruel, con lo que ladivisoria entre la provincia de Zaragoza y la situada al sur de ella, la de Santaver, en lugar deseguir una línea recta desde Calanda a Cutanda bajaría d.esde la primera localidad hacia el
suroeste, hasta llegar al nacimiento dél río Ji·loca y luego seguiría el curso de este río haciael norte.
La mejor descripción de la provincia de Zaragoza es, sin lugar a dudas, la que nos ofreceel geógrafo almeriense del siglo XI Alünad ibncUmar al-CUgrí. La enume.ración que hace delos distritos (aqfillm) de Zaragoza nos demuestra que, como era lógico suponer por otra parte, la población se agrupaba casi exclusivamenteen los valles de los ríos más importantes, Ebro,Gállego, Jalón, Jiloca y Huerva. El texto deal-cUdri" dice:
«Distritos de Zaragoza:
Distrito de la Ciudad, que va desde la PI,l~r
ta meridional de Zaragoza hasta la Cuesta (Caqaba) de Mallla (Velilla).
Distrito de Qa$r cAbbfid (Cazarabet), contiguo al de la Ciudad. Qa!jr cAbbfid se halla cerca de Tortosa y en estos momentos está anexoa ella.
Distrito de eutanda, a sesenta millas de laciudad de Zaragoza. En este distrito nace el ríoBalfas(Huerva), en Una hoz conocida por FayyBarjra.
Distrito de Zaydün, contiguo a Tortosa, Valencia, Tudmír y Santaver. En este distrito, enla comarca de la ciudad de Galwiirja, nace el ríoJiloca, que sigue su curso hasta desembocar enel Jalón.
Distrito de Baltas, cuyo río (el Huerva) riegadesde la aldea de Muwfila (Muel) hasta la ciudad de Zaragoza a lo largo de veinte mÍllas (... ).
Distrito de Fu.ntus, que tiene un manantialque riega desde la comarca de Balad Nuwabohasta que desemboca en el río Ebro, a lo largode veinte millas.
Distrito de Jalón, al occidente de Zaragoza,cuyo río riega desde la aldea de Cabañas y Ricla hasta la Puerta de Zaragoza a lo largo decuarenta millas (... ).
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Borja (Zc¡ragoza).Restos de la fortaleza
musulmana.
Distrito de Balsar (Belchite), donde se hallala fortaleza de al-MunastTr (Almonacid), conocida como Zuda de los Banü Jat~ab (... ).
Distrito de Gállego, cuyo río riega la zona adyacente al Puente de Zaragoza (... ). En su tramo final el río riega desde al-$ujayra (Zuera),pasando por Manzillfassan, hasta el Puente deZaragoza a lo largo de veinte millas».
Sólo con la lectura superficial de este valioso texto se aprecia la estrecha relación, a la queantes aludíamos, entre los valles de los ríos y losdistritos de esta provincia:
En el río Ebro se situaban el de la Ciudad,desde Zaragoza a Velilla, y el de Cazarabet, quedebía extenderse hasta los limites con Tortosa.
El distrito de Jalón comprendía el curso bajode ese río, desde Riela, y el tramo del Ebro quecorre entre Cabañas y Zaragoza.
En el Huerva hallamos los distritos de Cutanda, en su curso alto, y de Pleitas o BaltaS, ensu tramo final, a partir de la aldea de Mue!.
En el Gállego, en el sector que pertenecía aZaragoza, ya que sus primeros kilómetros transcurrían por la provincia de Huesca, el distritode ese mismo nombre.
Sobre el Jiloca, en su curso alto, se hallabael distrito de Zaydún.
Por último, el de Belchite debía ocupar la ribera del Aguasvivas y el de Funtus, si lo identificamos con Fuentes de Ebro, la del pequeño ríoGinel.
Salta a la vista que esta relación de distritosde Zaragoza no es completa, pues aun limitándonos a los valles de los ríos, quedan fuera deella el tramo final del Jiloca, entre el distrito deZaydún y su desembocadura en el Jalón, conDaroca como ciudad más importante, y el curso alto del Jalón, en la comarca de Calatayud.
La no mención de estos dos distritos en la relación aquí comentada nos obliga a volver so-
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bre una cuestión que ya apuntamo~ antes: lasversiones romances de la obra de AJ:tmad alRazi, nuestra fuente principal para conocer ladivisión teritorial en al-Andalus, nos hablan deCalatayud, como provincia distinta de la de Zaragoza y bajo cuya jurisdicción se hallaban ciudades como Daroca. El texto de al-cUdn parece corroborar esa opinión, al omitir justamentelas comarcas de Calatayud y Daroca. Aducíamos antes en contra de esta suposición la unanimidad casi total entre los cronistas y geógrafos árabes a la hora de situar Calatayud dentrode las dependencias de Zaragoza, pero, puestoque las palabras de al-CUgrÍ hacen brotar denuevo la duda, intentaremos acallada con pruebas tomadas precisamente de las dos obras quela han provocado: la de al-cUdrT y la Crónicadel moro Rasis.· ,-
Panorámica del castillomusulmán de Daroca(zaragoza), (SS. V///-XII).
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CIUDADE:S MUSULMANAS EN ARAGÓNss. X-)(J
El geógrafo almeriense sigue en sus descripciones de las provincias de al-Andalus el mismoesquema en todos los casos: comienza con unadescripción geográfica de la capital y de la provincia y continÚa con la mención de los rebeldes que enseñorearon la provincia. Cuando habla de Calatayud -lo mismo ocurre conDaroca- no hallamos la menor descripcióIlgeográfica, sino que pasa directamente a rélatar acontecimientos históricos, de forma que Laestructura general de todo el capítulo no da piepara aceptar la independencia administrativa deCalatayud y Daroca con respecto a Zaragoza.
-Para corroborar nuestra hipótesis contamos conotfo dato revelador proporcionado por el mismo al-CUgri: al relatar la campaña de Osma del322/934, dirigida por él califa al-Na~ir, refierela sumisión de la fortaleza de Maluenda, ocupada por hombres del tuyibí Muhammad ibnHasim. Esta fortaleza, situada a ~rillas del Jiloca y muy cerca de Calatayud, pertenecía, según. al.cUgri, a la jurisdicción (Camal) de Zaragoza. Su posición geográfica, justamente en elcentro del territorio que ocuparía la supuestaprovincia de Calatayud, nos obliga a pensar quesi Maluenda dependía de Zaragoza, toda la co-
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marca en la que se encuadra, Calatayud y Daroca, tambiéa dependían de ella.
La Crónica del moro Rasis, como hemos dicho, habla de una provincia de Calatayud, peroalgunos indicios nos permiten suponer que setrata de una interpolación de los traductores alportugués. Toda la sección geográfica de estaCrónica sigue un esquema inmutable, en el quecada capítulo, que contiene la descripción deuna provincia, se irucia con la frase «parte eltérmino' de ... con el de... », mencionando en ellala provincia que va a describir y la que acabade descri bir. En el caso de Calatayud esta reglaparece cumplirse en principio (<<parte el término de Calatayud con el de <;aragos;a» pero, alpasar a la siguiente cora, a los interpoladores seles pasó por alto modificar la frase convenientemente -algo que, por cierto, no olvidaron alintroducir también por su cuenta la provinciade Badajoz, interpolación ésta debida a los traductores al castellano, no a los portugueses-oDe este modo hallamos que «parte el términode Baruxa con el de <;aragos;a», con lo que queda claro que en el texto original de Al)mad alR1i.zí no se menciona Calatayud como «término» o provincia.
A pesar de'ello, la ausencia de las comarcasde Calatayud y Daroca de la relación de distritos de Zaragoza de al-CUgrl no nos parece debida a un olvido casual, sino que la vemos comoel reflejo de una situación política real -Calatayud independiente de Zaragoza- que está encoatradicción con la división territorial teórica,según la cual Calatayud se hallaba dentro de lacircunscripción de Zaragoza.
Como resumen podríamos afirmar que, conun muy pequeño margen de error, la provjnciade Zaragoza estaba formada por el valle delEbro entre Cabañas y Caspe y por toda la cuenca sur de ese río.
Provincia de Tudela
Coincidiendo con lo que acabamos de ver referido a Zaragoza, la provincia de TudeJa se articula también a lo largo del valle de un río, elEbro, y la mayoría de sus localidades importantes se ubican en sus orillas, principalmente ensu margen derecha.
Los límites septentrionales de esta demarcación variaron grandemente. a lo largo de losaños de dominación musulmana, de acuerdocon los avatares políticos y bélicos. En los momentos de mayor expansión del Estado cordobés las poblaciones de Viguera y Nájera dependían de Tudela, pero si queremos fijar una líneafronteriza mínimamente estable debemos colocarla a la altura de Calahorra.
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.g Llceríd mU5u/mdnd~ (s. X) procedente
de Tude/d.
Otras ciudades importantes de esta provinciaeran, aparte de la capital, Arnedo, Alfaro, Valtierra, Tarazana, antigua sede de los gobernadores, y Estercuel.
Provincia de Huesca
Con todas las inevitables variaciones producidas por su carácter de zona fronteriza, la provincia de H uesca debía extenderse entre los valles de los ríos Gállego al oesJe y Alcanadre aleste, desde las primeras estribaciones de los Pirineos, con las sierras de Loarre, Guara, etc.,hasta los Monegros.
Su úruca ciudad de importancia era Huesca,pero las crónicas árabes nos han conservado elnombre de un buen número de fortalezas y castillos, como los de Bolea, Nueno, Labata, Piracés, Angáscara y Robres, así como las peñas.de Sen y Men.
Provincia de Barbitaniya
La estrecha franja que de norte a sur se extiende entre los ríos AJcanadre y Cinca constituíael territorio de la provincia de Barbitaruya, cuyacapital era Barbastro. .
Lo reducido de su territorio fue probablemente la causa de que a veces fuera anexionada administrativamente a Huesca, por no mencionar las múltiples ocasiones en que los señoresmás o menos independientes de esta última ciudad la uman por la fuerza a sus dominios.
Vista general deAlbarracin (/éruelj,capital de la taifade los Banu-Razin.
Es frecuente que las crónicas árabes empleanpara designarla, en lugar de Barbitaniya, la expresión «Barbitaniya (Bol taña ?), Barbastro yAlquézar, con sus alfoces».
Además de estas tres plazas, también sonmencionadas en su jurisdicción las localidadesde Muñones, Selgua y unas inidentificadas alBakka y Surwan.
Provincia de Lérida
Al este del Cinca se encontraba la fértil provincia de Lérida, que se extendía por el sur hastaFraga y Mequinenza. La parte más occidentalde esta demarcación ocupaba zonas pertenecientes en la actualidad a Aragón, con localidades como Monzón, Momegastre (cerca de Peralta de la Sal, no confundir con el Monmagastrede Lérida estudiado por Hernández Jiménez) yCalasanz.
Recursos económicos de la región
La Marca Superior era una región eminentemente agrícola, de la que todos los historiadores árabes coinciden en resaltar su fertilidad. Nila ganadería ni la industria -aunque más propio sería hablar de artesanía- alcanzaron un
desarrollo importante. Tampoco destacaba laMarca Superior por la riqueza de sus recursosminerales, pero todas estas carencias eran remediadas ampliamente por la riqueza de su suelo,de forma que las provincias de la región, sobretodo Zaragoza y Tudela, debían contarse entrelas más prósperas de todo al-Andalus.
En Zaragoza eran renombradas las minas desal gema, de una blancura purísima, que Vallvé identifica con las de Remolinos. Esta es laúnica mención que poseemos sobre cualquiertipo de explotación minera en toda la Marca Superior. En el río Segre, por otro lado, se encontraban arenas auríferas de Las que, si damos crédito a los cronistas, se extraían grandescantidades de oro de la mejor calidad.
En cuanto a ganadería, las fuentes históricaspermanecen mudas al respecto, lo cual nos 'permite suponer que no debía ser una actividadmuy difundida en la región. Unas vagas alusiones a cría de ganado, sin especificar de qué tipo,en la región de Tudela son los únicos datos queposeemos.
La artesanía de la Marca contaba con un único producto de prestigio, las pellizas zaragocíes,en cuya confección los habitantes de la capitalalcanzaron un arte inigualable. Se hacían con'pieles de marta cebellina o castor. En Calatayud se fabricaban objetos de cerámica dorada
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que se exportaban a todos los confines de alAndalus.
Pero frente a esta relativa pobreza minera,ganadera y artesanal, la agricultura tuvo unenorme desarrollo, con importantes explotaciones cerealísticas en la región de Tudela; el grano era molido en unos molinos instalados enbarcazas que se podían trasladar de un lugar aotro a lo largo del río; también se mencionanmolinos harineros, éstos fijos, en la localidadoscense de Bolea.
Gran fama tenían también las leguminosas,como las habas y garbanzos de Zaragoza que,según un geógrafo, pueden conservarse hastaveinte años sin que se estropeen.
Lérida producía un lino abundante y de calidad, utilizado para la obtención de fibras textiles y aceite de linaza. Desde allí se exportabaincluso a los países cristianos fronterizos y atodo al-Andalus.
Sin embargo donde la Marca Superior destacaba tanto por la cantidad como por la calidadde sus productos era en los árboles frutales. Losgeógrafos señalan, tal vez con un punto de exageración, pero en cualquier caso de forma muysignificativa, que en el precio final de la frutaen Zaragoza incidían más los gastos de transporte -a pesar de que no debían ser muy grandes las distancias desde el punto de origen- queel coste intrínseco del producto. Asimismo losexcedentes, muy abundantes, llegaban a ser utilizados como abono, yen Zaragoza no se consumían frutas pasas porque sobraban en todotiempo las frescas.
Había viñedos en Zaragoza, Darqca, Alcoleade Cinca y Monzón; higueras en Calatayud;manzanos en Huesca y Zaragoza; perales enHuesca, Ricla y Zaragoza; acerolas y nísperosen Huesca, etc. Las zonas extramuros de las ciudades se hallaban cubiertas de frondosos huertos y jardines. Los olivos crecían en la zonaoriental de la región, en lo que al-Idrísí deno-
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mina, muy gráficamente, Iqlim al-Zaytün, Lérida, Mequinenza y Fraga.
CAya'ib en la Marca Superior
Un género clásico dentro de la literatura geográfica árabe es el de los caya'ib (maravillas o prodigios), en el que se recogen todo tipo de sucesos que a los ojos de los autores musulmanes sepresentaban como extraños o asombrosos. Loscaya'ib podían ser tanto acontecimientos reales-costumbres o características de pueblos exóticos, prodigios de la naturaleza, animales desconocidos en el ámbito cultural del autor, vestigios de civilizaciones desaparecidas, etc.como leyendas o fábulas increíbles, muchas delas cuales no eran otra cosa que deformacioneso exageraciones, ya sea de origen literario o popular, de hechos auténticos o acontecimientoshistóricos.
En la España musulmana este género contócon destacados cultivadores, entre los que sobresale el geógrafo almeriense al-CUqri, repetidamente citado a lo largo de este trabajo, quienen su Tar~¡C al-ajbár recoge numerosos cayá'ib,de muchos de los cuales el mismo autor fue testigo. En su obra se entremezclan curiosidadesde la naturaleza con tradiciones preislámicas referidas a milagros, talismanes, lugares sagrados,etcétera. El extremo opuesto en al-Andalus loo_cupa al-Zuhrl (siglo VI/Xli), cuyo Kitiíb alYifrajiyya contiene Ciiya'ib que son fábulasincreíbles en las que no es difícil encontrar aveces huellas de un origen histórico.
Como no podía ser menos, la Marca Superiortambién es mencionada como lugar donde se sitúan varios caya'ib; algunos de entre los másimportantes y curiosos serán descritos a continuación.
El más conocido de todos y el que más vecesaparece relatado por los geógrafos árabes es el
Fachada principal deLa Aljaferia (s. X),antes de las obras.
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-Castillo musulmánde Cadrete (Zaragou).Fortaleu del sistemadefensivo de Zaragoza.
que se refiere a la imposibilidad de que las serpientes penetren en la ciudad de Zaragoza. Conel paso del tiempo y al transmitirse la noticia deun autor a otro, ya no son sólo las serpientes lasque mueren nada más entrar en la ciudad, también los alacranes y cualquier animal dañino sufren los mismos efectos. Esta leyenda, según demostró Vallvé, tiene su origen en una malainterpretación de un pasaje de las Etimologíasde Isidoro de Sevilla, c;omplicado todo ello porla creencia de que en e.sa ciudad se hallan enterrados dos de los Compañeros de Mahoma, unode los cuales se llamaba f.lanas, nombre quequiere decir «serpiente». Piensa también Vallvé que las tumbas de estos dos «santos» musulmanes no son otra cosa que la islamización dela Iglesia subterránea de las Santas Masas o delos Innumerables Mártires de Zaragoza, llamada también de Santa Engtacia.
De un modo semejante, y prueba de cómo sevan deformando con el paso del tiempo estoscaya'ib, la causa del calificativo de al-Baydií(<<la Blanca») que se aplica a Zaragoza, que enun primer momento era el color de sus murallas, construidas con un mármol de blancuraimpoluta, llega a ser para algún autor el hechode que irradia una resplandeciente luz blancatanto de día como de noche.
Cerca de la aldea de Pleitas hay una fuenteque mana agua sólo un día al año, permaneciendo seca el resto. El día en cuestión es el primero de agosto y su agua fluye de puesta de sol apuesta de sol.
También es famosa la historia de la mujerbarbada de Tudela, que, por su curiosidad,
traducimos a continuación según la versióndel geógrafo de Saltes Abú CUbayd al-Bakrí(s. xi):
«Había en Tudela, poco después del año 400de la hégira (1009-1010) o en ese mismo año,una mujer que tenía una poblada barba, entodo semejante a la de un hombre. En sus viajes y en todo lo demás se comportaba como losvarones, hasta que el cadí de la región ordenóa unas comadronas que la examinasen, pero enun pómer momento no se atrevieron por el aspecto que tenía, hasta que, forzadas por el cadí,comprobaron que era mujer, por lo que dio orden de que se afeitara, se vistiese con ropajes femeninos y no viajase más que con aquellas personas con quien le uniesen lazos de parentesco».
Algunas construcciones que los musulmaneshallaron al entrar en la Península Ibérica llamaron grandemente su atención y las más espectaculares de entre ellas pasaron rápidamente aser tema de cayá'ib, como fue el caso de unaiglesia situada en Las cercanías de Daroca, llamada Abarüniya, y que, segun los autores musulmanes, tenía trescientas sesenta puertas.
En la ciudad de Fraga existían unas galeríassubterráneas que eran utilizadas por los moradores de la ciudad para refugiarse en ellas encaso de peligro. Estaban formadas por una especie de silos subterráneos en forma de botella,con la entrada muy estrecha y que se ensanchaba bajo tierra. De ese silo partían multitud degalerías en las que ningún atacante osaría entrarpor lo intrincado de su disposición. Estas galerías disponían de puertas que permitían aislaruno o varios sectores en caso de que el enemi-
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_.....
go intentase hacer salir a los allí refugiados pormedio del humo. También existía otra salida secreta para escapar por ella como último recurso. Estas construccioues llevaban el nombre defuyúy, muy probablemente derivado del romancefoyo (hoyo). En época musulmana estos subterráneos debían continuar en uso, pues variosgeógrafos nos informan de que era costumbreen la región dejar en los testamentos y donaciones alguna cantidad para ampliar o mantener enbuen estado dichos «hoyos», siendo considerado esto como una obra piadosa. Otros autoreslocalizan estas galerías subterráneas en la llanura de Lérida, llamada Maskiyiin, sin que estosuponga en modo alguno contradicción con loanteriormente visto, pues la proximidad geográfica entre las dos localizaciones nos inclina apensar que era una costumbre de toda esa región y no sólo de una localidad.
Las ciudades de la Marca Superior
Zaragoza
La capital de la Marca Superior era, evidentemente, la ciudad más importante de la zona. Según los cálculos de Torres Balbás, la poblaciónde Zaragoza alcazaría las 17000 almas, peroesto se refiere únicamente a los habitantes delnúcleo de la ciudad, la madlna, delimitado porlas murallas de origen romano, que ocupabauna extensión de 47 hectáreas aproximadamente. Habría que añadir la población de los arrabales que rodeaban la medina, entre ellos el deCineja, y los de la otra orilla del río Ebro, comoel de Altabás, con lo que el número de habitantes de todo el conjunto urbano de Zaragoza ensus momentos de máximo esplendor bajo el dominio musulmán podría sobrepasar los 25 000.
En las murallas de Zaragoza, de origen romano como acabamos de decir, se abrían cuatropuertas, cuya localización ha planteado -y, enalgún caso, sigue planteando- ciertos problemas. Siguiendo la estructura habitual de lasurbes romanas, Zaragoza se articulaba en torno a dos ejes, el cardo y el decumanus, que cortaban la ciudad en forma de cruz, desembocando en cuatro puertas, enfrentadas entre sí dosa dos.
Una de esas puertas, la más renombrada entre los autores musulmanes por hallarse en suscercanías la tumba de I:Ianas al-~ancaní, era laBiib a/-Qib/a. El término qib/a en al-Andalusera empleado en el sentido de «SUI», por lo quese pensó que esa Bab a/-Qib/a se correspondíacon la puerta más meridional, puerta que, sinembargo, no mira exactamente al sur sino másbien al suroeste. Pero el testimonio que aportaal-CUgrT, seguido casi textualmente por al-
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l:IimyarT, es bastante claro para la correcta identificación de la Bab a/-Qib/a de Zaragoza. Según la traducción de F. de la Granja, el textodel geógrafo almeriense reza así:
«Dicen que fue construida en forma de cruz,y le hicieron cuatro puertas [con tal disposiciónque] una de ellas, en el comienzo del solsticiode verano queda frente al sol naciente, y laopuesta, que corresponde a Occidente, quedafrente al sol poniente. En el comienzo del solsticio de invierno el sol naciente queda frente ala puerta que corresponde a la qibla, y el poniente frente a la puerta opuesta.»
Aparte de los evidentes errOres de este pasaje, es interesánte notar que <<la puerta que corresponde a la qibla» se halla situada frente alsol naciente, con lo que no puede en modo alguno ser identificada con la puerta situada al suroeste, sino que claramente corresponde a laoriental, que se abre hada el sureste, llamadatambién Puerta de Valencia.
Por otra parte, esto coincide con la habitualdesviación que los geógrafos árabes dan al ejenorte-sur, que toma la dirección NNO-SSE; deesta forma, al-CUgri nos indica que el Ebro corre junto a Zaragoza de norte a sur, que el Gállego se halla al este de la ciudad y que el Huerva fluye de oeste a este, localizaciones que sólopodemos aceptar como correctas si tenemos encuenta la mencionada desviación de los puntoscardinales.
La Puerta del Puente no plantea problema alguno. Se trata lógicamente de la situada al noreste, justo enfrente del puente que cruza el ríoEbro.
La que se abría al noroeste se llamaba Puerta de Toledo y se hallaba cerca de la Sudda, según testimonia la Historia de Jaime el Conquistador.
Finalmente, la puerta suroeste era denominada de $inhaya o Cineja, hoy en día ArcoCinegio.
Pero algunos cronistas árabes mencionantambién la Puerta de los Judíos (Bab a/- Yahüd),«al occidente de la ciudad», yen cuyas afuerasse hallaba la tumba de I:Ianas al-Sancani. Tradicionalmente se ha venido ipentificando estaPuerta de los Judíos con la de Toledo que,como acabamos de ver, se loc'aliza en el noroeste y es lamás occidental de las cuatro. Se suponía que la ubicación en sus cercanías de latumba de IjanaS' era siemplemente un error delos historiadores. Pero hay una serie de datosque nos llevan a proponer su identificación conla Puerta Cineja, al suroeste.
Ya hemos visto que la Puerta de la Qibla, esdecir, «del sur», se hallaba sin duda alguna alsureste, por lo que, de acuerdo con eso, la puerta occidental debía situarse al suroeste. En el
ESQUEMA DE ZARAGOZA MUSULMANAENrRE PARENTESIS, LUGARES ACTUALES___.LiMITES AI'¡ZOXIMADOS DEL MURO DE TIERRA
ARRABAL DE ATAI3AHAS(ALTAI3ÁS)
I(PLAZA
DETENERíAS)
\PUERTA ,
DE IALQUIBLA I
•ARRABALES ,
"----..' o·'r'\\ "~...-------... 'O \-\\1,',\
Todas sus c'asas destacan por encima de sus murallas.»
La primera parte del párrafo puede referirseperfectamente a la muralla de piedra de origenromano, de apariencia marmórea -de ahí elapelativo de «la Blanca» que se daba aZaragoza-, pero no así la segunda que, en casode no ser totalmente falsa, podría describir lacerca exterior. De esta forma, esa defensa estaría constituida por un foso más o menos profundo -no, desde luego, de cuarenta codos,más de veinte metros-, con una pequeña barrera en su borde interior, que en su punto másalto no sobrepasaría los tres metros. En cualquier caso, la personalidad del autor del pasaje comentado, al-Zuhrí, muy dado a las fantasías, nos inclina a pensar que la descripción quenos ofrece de las murallas de Zaragoza puedeser únicamente ulta invención o, en el mejor delos casos, una profunda deformación de larealidad.
La medina se hallaba rodeada de arrabales,jardines y cementerios. Conocemos con bastante exactitud el emplazamiento de uno de estosúltimos, el de la Bab al-Qibla, situado a lasafueras de la puerta de ese nombre, al surestede la dudad. Ignacio de Asso habla de un cementerio musulmán que se extendía entre laiglesia del Carmen y la de Santa Engracia, alsur, y que Pedro IV ordenó trasladar en 1337fuera de los muros nuevos.
R '_____ 10•,,(PUERTA
DESANCHO)
I,I
(pLAZADEL
PORTILLO)\,
\.\.\.
"\... (CALLE~ DE~~ AZOQUE)
(PUERTA DEL CARMENO
PORTÓN DE BALTAX)..."-.. O CRIPTA DE LA5 ,-'
.... _ SANTAS MASAS(STA' ENGRACIA)
oAL]AFERíA
(CAMINO DE ALMOZARA)
mismo sentido apunta un documento árabe delos recogidos por García de Linares, que sitúael arrabal de Cineja «a poniente de la ciudad».Por último la judería de Zaragoza se hallaba enel ángulo sudeste del recinto, mucho más cerca, por tanro, de la Puerta Cineja que de la deToledo, situada en el extremo opuesto de lamedina.
De esta forma podría pensarse que la supuesta tumba de Banas se hallaba al sureste de lacerca, a medio camino entre la Puerta de la Qibla y la de los Judíos, y de ahí proceden las vacilaciones de los historiadores a la hora de fijar su emplazamiento.
A cierta distancia de esta muralla de piedradebió levantarse un muro de tierra, cuyo origental vez se halle en la cerca que levantó Mui)ammad ibn Lubb cuando asediaba la ciudad, queentonces se hallaba en poder del tuyIbí Mul:Jammad ibn cAbd al-RaJ:1man, apodado al-Anqar«<el Tuerto»). Ocurría esto en el año 276/890.No poseemos muchas noticias sobre esta muralla, pero tal vez nos aclare algo un pasaje delgeógrafo al-Zuhrí que, al describir la ciudad deZaragoza, afirma:
«Su muralla es de karjrjan [piedra blanca, porosa pero resistente]' de bloques escuadrados ymachihembrados, Por su parte exterior se eleva a cuarenta codos, más o menos, pero por elinterior se halla al mismo nivel de las calles yvías, sobresaliendo como mucho cinco codos.
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Plaza de España.1ai"~1Q de Zaragoza, lugar
~ donde estaba ubicadaii!i!iiJ!\!~~~~ la antigua Puerta
Cinegia de la Zaragoza,musulmana.
CASTILLO-PALACIO LA ALJAFERíA • ZARAGOZAPlANTA GENERAL
RECONOCIDOS _
MUROS MUSULMANES< ,---,SUPUESTOS L----l
MUROS AÚN NO DETERMINADOS O
Al norte, en la otra orilla del río Ebro, se encontraba el arrabal de Altabás o Atabahas, queposiblemente haya que identificar con el de losCurtidores (al-Dabbiigin) mencionado en alguna fuente árabe.
Al sur de la ciudad estaba el arrabal de Cineja, que recibiría ese nombre por haberse instalado allí individuos de la tribu beréber de~inhaYa.
La almuzara (al-mu~iira)de Zaragoza estabasituada al oeste de la ciudad, en la orilla derecha del Ebro, y el nombre se ha conservado referido a un extenso campo regado por una acequia, llamada también de la Almuzara,derivada del río Jalón y que proporcionabaagua a la Aljafería.
La comunidad judía de Zaragoza debía agruparse, como era costumbre en las ciudades hispanomusulmanas, en un bardo propio, la judería. No se tienen datos concretos sobre suemplazamiento exacto, pero creemos con LacaIra que debía estar situada en las cercanías delángulo sureste de la medina, en el lugar queocupó posteriormente bajo el dominio cristiano. Esta localización, por otra parte, casa perfectamente con nuestra teoría sobre el emplazamiento de la Biib al- Yahüd o Puerta de losJudíos, que suponemos ubicada en la lienzo surde la muralla.
Más difícil es conocer dónde se hallaba el barrio cristiano. Torres Balbás apunta la posibilidad de que, como en Toledo, los mozárabesde Zaragoza viviesen mezclados con los musulmanes. Lacarra, por su parte, coloca el barriomozárabe en el ángulo noroeste del recintoamurallado, por estar en esa zona la iglesia másimportante, la de Santa María, convertida mástarde en el templo del Pilar. Ambas teorías, basadas más en deducciones que en datos concretos y comprobables, son igualmente plausibles,pero lo cierto es que hoy por hoy, y mientras alguna nueva noticia no venga a corroborar una
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Plano del PJlado-Castillo de la A1j.aferia, traZAdo sobll.' un plJllO del sigl() XVlU.
u otra, es imposible precisar la ubicación de lacomunidad mozárabe de Zaragoza.
Ya hemos mencionado la existencia de unaiglesia, la de Santa María, dentro de los murosde la ciudad. Lacarra piensa que había otrasmuchas en la Zaragoza musulmana, pero la mayoría de las que enumera más bien parecen sermezquitas cristianizadas tras la conquista, conla segura excepción de la Iglesia de las SantasMasas, fuera de la muralla romana y al sur dela ciudad.
Planta de La Aljafería.
Al enumerar anteriormente las puertas de lamedina zaragozana mencionábamos la delPuente y señalábamos que su ubicación noplanteaba problemas. Como es lógico, la localización del puente al que el nombre de esa puerta hacía referencia tampoco ofrece dudas, perolas dificultades surgen a la hora de precisar elmaterial con el que dicho puente estaba construido. Hasta hace poco se venía admitiendoque era de piedra, pero a fines de la década pasada Guillermo Fatás publicó un artículo en elque subraya el hecho de que no poseemos ningún dato que nos perm,ita suponer que en época musulmana, o con anterioridad, existió enZaragoza up puente de piedra. Como testimonio en cOntra aduce un pasaje del Bayiin de IbnCIgari, traducido por Huici, que, por su interés, transcribimos a continuación:
«Alfonso el Batallador, en el invierno del1117-18, escribió a sus feudatarios de allende elPirineo, exponiéndoles sus planes y pidiéndoles su concurso, y al llegar la primavera, acudieron los francos en gran número, jinetes y arqueros en su mayoría, según el Bayan, que fijael principio del asedio al parecer la luna de ~a
far del 512 -24 de mayo del 1118-. y aquíempieza Ibn CIgari a darnos cuenta de los inci-
dentes del sitio, que hasta ahora nos eran desconocidos. Los zaragozanos, al verse cercadospor un contingente incompleto, pues aún no tenía a su frente al rey, hicieron una salida y cruzando el río, trabaron reñido combate, pero alarreciar el ataque de los siJiadores, la plebe dela ciudad, inexperta y mal dirigida, se dispersóy encaminó sus pasos al arrabal de los curtidores para tomar el puente que lo unía a la ciudad;al llegar a él se produjo un embotellamiento ycomo los cristianos iban a su alcance, se apresuraron a prenderle fuego. Por ser de madera,ar'dió en su totalidad y sólo gracias al vado existente entre el arrabal y el casco de la población,pudieron los fugitivos ponerse a salvo y evitarun gran desastre.»
El testimonio es claro, pero es preciso advertir que, por desgracia, la traducción de Huici noes literal, pues el manuscrito utilizado se hallaen muy mal estado de conservación y tiene numerosas lagunas, lo que obligó a Huici a no publicar la edición del texto árabe y a abandonarla idea de ofrecer una traducción completa, porlo que, al no concer qué dice exactamente el texto, ignoramos si este puente de madera era o noel «Puente de Zaragoza» por excelencia, e incluso cabe la posibilidad de que el original no
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Puente de Piedrade Zdragoza, ubicado
en el mismo lugarque el puence de
época musulmana.
- •.-~
- Muralla musulmana.Medina de Huerca a finesdel siglo IX.
O Morería desde 1096.
('
MezquitaMayor(luego catedral)
Plano de Huesa(Según M.I. Falcón
y].L. Corral.)
Muralla musulmana(a fin del siglo IX)
'C""":~4-_~-Zuda
HUESCA MUSULMANA(Sobre un plano del siglo XVI/O
Judería desdeal menos el siglo XII
o Recinto ibero-romano
O Barrio mozárabe
O Judería
MORERíAdesde 1096
I-Fayyag, contemporáneo del almeriense, noshan descrito con bastante precisión las obrasrealizadas para cambiar de lugar el mi{lráb.Aunque distintas entre sí, las dos versiones coinciden en lo sustancial: una vez demolido el antiguo muro de la qibla, pero conservando intacfb,el mi~,.ab, se excavó bajo éste y fue asentadosobre un par de gruesas vigas de madera. Bajoellas s'e instalaron unas columnas cilíndricas ytirando con sogas se comenzó el traslado. En unprimer momento aparecieron algunas grietas enel mi!Jrab , por lo que, para evitar su destrucción, fue preciso cincharlo firmemente. De estemodo fue colocado en el lugar asignado, quehabía sido previamente preparado para conseguir una buena cimentación, y alrededor delmilyrab comenzó a levantarse el nuevo muro dela qibla unos metros más allá de donde se enéontraba antes.
especifique claramente la naturaleza del puente y el considerarlo de madera sea una interpretación o una deducción de Huici.
El resto de las alusiones que las fuentes árabes hacen a este puente tampoco ayudan a solucionar el problema. Los geógrafos guardan silencio sobre él, con la excepción de al-Idrisi(s. XII), a quien copia al-BimyarT, que lo califica de «grandioso» (Ca:{.lm). En las crónicas históricas son también escasas las menciones, casisiempre motivadas por los daños que en él causaban las avenidas del río, como en los años2121827,224/839 y 354/965. El gran historiador cordobés Ibn Bayyán describía con bastante detalle, al parecer, las inundaciones del212/827, que también afectaron a la muralla,pero, desgraciadamente, el manuscrito de esaparte del Muqtabis, utilizado por LéviProven¡yal para redactar su Historia de la España musulmana, se extravió tras la muerte delarabista francés y su edición nunca vio la luz-ahora se ha vuelto a encontrar en Egipto yestá anunciada su publicación-, de forma quedesconocemos si la creencia de Lévi-Proven¡yalde que el puente de Zaragoza era de piedra esdebida a que seguía la opinión generalmente admitida o a que en el texto del Muqtabis halló algún dato que apoyaba esa creencia. En tanto nose publique esa valiosísima fuente, la posturamás prudente es dejar la cuestión simplementeplanteada y no aventurar opiniones que, por elmomento, no pueden ser otra cosa que hipótesis imposibles de demostrar y siempre escasamente documentadas por la carencia de datosseguros.
La mezquita mayor de Zaragoza, que se alzaba en el solar que hoy en día ocupa la Seo,fue edificada, según refieren los historiadores,aunque es poco creíble, por el mítico l;Ianas alSancani, verdadero «patrón» de la Zaragoza~usulmana. No contamos con ninguna descripción mínimamente detallada de esta mezquita.Tan sólo sabemos que se efectuaron al menosdos ampliaciones, una en el año 242/856, financiada con el quinto legal del botín conseguidopor Müsa ibn Müsa en una expedición contraBarcelona, durante la cual se conquistó el castillo de Tárrega. Según una crónica cristianaesta expedición tuvo lugar cuatro años antes, enel 852.
Pero la ampliación que más admiró a los escritores musulmanes fue la realizada por MunQir ¡bn Ya~ya ál-TuyTbj (reinó entre el4ü9 y el414/1023). En esta ocasión se amplió la mezquita trasladando el muro de la qibla, donde se hallaba el m i/:lrab , levantado, según la leyenda,por BanaS. Bien fuera porque realmente se creíaque era obra de ese personaje, bien por el valor intrínseco del mihrab, se decidió conservarloy trasladarlo al nue~o muro de la qibla. Tantoal-CUgri como el historiador ecijano Ibn Abi
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= -
Este mi{1rab, según nos informa el poco defiar al-Zuhrl, seguido por el anónimo autor del[}ikr bi/ád a/-Anda/us, consistía en un bloquede piedra ahuecado con gran arte y maestría,sobre el que se había colocado una piedra octogonal -una concha, dice el [)ikr-. En opinión de al-ZuhrT, este mi/Jráb era una maravillosa obra de arte y en ningún otro lugar delmundo islámico existía una construcción de esetipo que se le pudiera igualar.
Una nueva descripción de Zaragoza
Para concluir este capítulo dedicado a la capital de la Marca Superior, presentamos la traducción de un texto inédito a ella referido. Se trata de un pasaje de la obra Iqlibiis a/-anwarwa-/limás a/-azhár jiansáb (o asma) a/-~al:zába
wa-ruwál a/-atár, de Abü Muhammad cAbdAllah ibn cAli"-al-Rusati" (466-54211074-1147),autor nacido en Orihuela y fallecido en Almería. A pesar de que no contiene ninguna noticia novedosa ni aporta datos totalmente inéditos, creemos oportuno traducirlo aquí enprimicia:
«Zaragoza se halla en la Marca Oriental deal-Andalus. Es la ciudad blanca y la urbe másimportante de toda la frontera de al-Andalus.Se alza a orillas de un río llamado Ebro y todasu muralla está construida con mármol reforzado interiormente con plomo. La rodean cuatro ríos:
Al occidente corre el río Huerva [WarbaJ,que la riega por su parté meridional a los piesde la muralla, hasta que desemboca en el Ebro.
El Ebro discurre al oriente y la ciudad se extiende a lo largo de su curso, que llega hasta lasmurallas.
Al norte se halla el río Jalón, que desemboca en el Ebro en un lugar por encima de laciudad.
El Gállego discurre al oriente del Ebro y atraviesa infinidad de aldeas que no tienen parangón en la Tierra, hasta verter sus aguas en elEbro, al sur de la ciudad.
Todos estos ríos riegan gran número de castillos y comarcas muy pobladas y extensas, fértiles en extremo, cuyos frutos y productos agrícolas tienen tal calidad y son tan abundantesque su fama se ha extendido por todas partes.
La región produce también sal gema.
Hoy en día está en manos del enemigo-¡Dios la restituya al Islam!-.»
Huesca
La topografía de la ciudad de Huesca nos es casimejor conocida, curiosamente, que la de Zaragoza en muchos aspectos. La ciudad contabacon tres murallas: una, de piedra, que rodeabael antiguo núcleo romano, -en la parte alta de lavilla; este recinto se convirtió en época musulmana en la auténtica medina de Huesca y en élse hallaban los edificios más importantes, comola zuda y la mezquita mayor, convertida luegoen catedral. Entre este recinto y el segundo, conmuralla también de piedra, se extendía el barriomozárabe, con el templo de San Pedro el Viejo. Por último, una cerca de tierra rodeaba algunos arrabales y barrios, entre ellos la judería,al oeste de la ciudad.
Conocemos los nombres de algunas puertasde Huesca, la mayoría de las cuales debíanabrirse en la segunda muralla de piedra, comola de /faral a/-Qümis; al noroeste, la Bab a/Qibla; al sureste, junto a la actual plaza de SanLorenzo, la Babalgerit (Bab al-Hadid) y la deBenhayún. .
En el exterior de la ciudad se entremezclabanlas casas de los arrabales e innumerables jardines y huertos de frondosa vegetación. Al occidente estaba el arrabal Garbi(occidental), el de
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Castillo musulmán deA/beruela de Tubo(Huesc4 siglo X.
-..... ·.m;¡;r tttT ti
:.
1'/O
GRISERA
O. MelQuil<l Mayorl. Santa María Magdalenol2. San Nicolás3. San Salvador (supues(i! mezquita alhandaka)4. San Jorge5. San Jaime6. Reostos murall<l "ár<lbe7. Casa con fuste árabe8. Santa María u Sl.me,)9. San luan (supuesta n1ezquiLa moros)
10. Botica de los moros11. Mezquita12. San Pedro13. Sector de la tenería14. Molinos de aceite
ALBAR
r-----------------'.,...-I---"T'"-~--------- ......------__. Plano de Tude/a, , I ~ islámica y mudéjar.
" (Según Pavón" Ha/donado.)
II
II
Almecorella (al-Muqaybara, el cementerio pequeño), el de Haratalcomez y el barrio judío.Al sur, el de la Bab al-Qiblf:¡. También son mencionados en los documentos árabes los barriosde Almeriz (al-mirTy), La Mesa (al-Ma' ida) yMorillón (Murillün).
Tenemos noticias de dos cementerios musulmanes, uno llamado en documentos cristianos«almecora», al oriente, entre la ciudad y el ríoIsuela; otro, situado al oeste, llevaba el nombrede al-muqaybara, «el cementerio pequeño».Como hemos visto antes, este último dio nombre a un barrio.
Del río Isuela, que riega la zona seprentrionaly la oriental de la ciudad, salían dos acequiasque atravesaban la villa por el recinto comprendido entre las dos murallas de piedra y que, después de suministrar agua a dos baños públicos,servían para regar los huertos que se extendíanal sur de la ciudad, donde crecían manzanos,perales y otros muchos árboles frutales.
Tudela
Si al hablar de Zaragoza y Huesca señalábamosque los textos árabes de historiadores y geógrafos no nos proporcionaban apenas datos útilespara conocer la topografía de esas ciudadesbajo el dominio musulmán, en el caso de Tudela esas carencias se ac(ecientan. Tan sólo con-
tamos con informaciones vagas sobre la extrema fertilidad de los huertos que rodeaban laciudad y muy poca cosa más, aparte de la curiosa noticia que hallamos en al-I:j.imyarl referente a que las puertas de la ciudad de Tudelano se cerraban por la noche. Incluso una mínima alusión al puente sobre el Ebro y a una delas puertas de la medina, que se encuentra en laversión castellana de la Crónica del moro Rasis,es una interpolación de los traductores castellanos, pues la frase en cue_stión no aparece en laCrónica de 1344, inspirada en la versión portuguesa del Rasis, ni en ninguna fuente árabe delas muchas que copian a Al)mad al-Razí.
Por fortuna contamos con dos interesantestrabajos sobre Tudela: el de Jaime üliver Asín,sobre lo.s orígenes de su nombre, y el de BasilioPavón, sobre su arte islámico y mudéjar. Conellos podemos remediar la carencia de datos delas fuentes árabes.
La ciudad es de fundación árabe, obra decAmrüs Ibn Yüsuf en el año 802, que cumplíaórdenes del emir de Córdoba al-I:j.akam 1. Enun primer momento Tudela tuvo un carácter estrictamente militar, al constituir el principalbastión defensivo del curso medio del Ebro.Con el tiempo, y sobre todo gracias a la pérdida de importancia de Tarazana, cuyos habitantes se trasladaron en gran número a Tudela, ésta.conoció un gran desarrollo demográfico y eco-
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nómico, en el que sin duda colaboraría la fertilidad de las tierras circundantes y su privilegiada posición. De esta forma la cerca de la ciudadse traslada hacia el este, desde el arroyo Merdancho o Mediavilla hasta las orillas del Queiles, ocupando toda la ladera oriental del cerroen cuya cima se levantaba la alcazaba, el núcleoa partir del cual se desarrolló la ci udad.
La superficie intramuros de Tudela era en elmomento de su conquista por Alfonso I en1119, según Torres Balbás, de unas 23 hectáreas, con lo que, de acuerdo con el método decálculo ideado por este autor, debería contarcon una población de unas 6000 almas.
Gracias a documentos cristianos conocemosel nombre de algunas de sus puertas: la delPuente, que daba al puente sobre el Ebro; la deZaragoza, sobre el río Queiles, y la de Calahorra, abierta hacia el oeste. Más dudosa es laexistencia en época musulmana de 13 Puerta deVeblla, que se correspondería con la del mismonombre existente más tarde en la cerca exteriorde la morería, y la de Albacares, que aparece endocumento de 1344, donde existía un puente sobre el río Queiles.
Poco más conocemos con certeza sobre laTudela musulmana, a no ser el emplazamientode la mezquita aljama que, como es habitual,fue convertida en la catedral de la ciudad trassu paso a manos cristianas.
Calatayud
Ultima de las ciudades de la Marca Superior queestudiamos aquí, Calatayud tuvo en todos losmomentos de su historia musulmana una enorme importancia estratégica al ser paso obligado en el camino entre la Marca Media, con capital en Toledo, y Zaragoza.
Según algunas versiones, debe su nombre(Qal''al Ayyiíb = Castillo de Ayyub) al hecho
I Bibliografía
de haber sido fundada por Ayylib ibn Habw alLajmi, gobernador de al-Andalus tras· el asesinato de cAbd al-cAziz, hijo del conquistador deal-Andalus, Müsa ibnNu~ayr. Es muy probable que esta atribución sea falsa y motivada únicamente por el deseo de prestigiar los orígenesde la villa; el Ayyúb al que hace referencia elnombre de la ciudad sería entonces cualquierpersonaje llamado así, desconocido y de pocamonta, que levantó el «Castillo de Ayyüb» o«Castillo Mayor», punto de partida del desarrollo de Calatayud.
La ciudad comienza a adquirir importanciaen el reinado del emir Mu~ammad, que ordenó a cAbd al-Ra~man al-Tuywi poner en uso yreparar las fortalezas de Calatayud y Daroca enel año 862. Posiblemente de esta época daten lasmurallas árabes. En el momento de su conquista por Alfonso I en 1120 la superficie amurallada era de unas 40 hactáreas, casi el doble,como antes vimos, de la de Tudela, de formaque no sería aventurado afirmar que Calatayud,con casi 10000 habitantes era la segunda ciudadde la Marca, después de Zaragoza.
La característica principal de la topografía deCalatayud es lo accidentado del suelo en el quese levanta. Torres Balbás lo describe así:
«Inmediata a una pródiga vega llave de varias vías naturales, ocupaba una situación estratégica inmejorable. La ciudad fundóse por losmusulmanes poco después de la conquista en unbarranco moldeado por la erosión, cuyo fondose aprovechó para calle principal que unía dospuertas opuestas de la cerca. Ésta hubo de encerrar las cumbres de los cuatro cerros que dominaban el barranco y la ciudad, en los que selevantaron otras tantas encumbradas fortalezas,descender al fondo de los dos barrancos que losseparan y volver a bajar hacia la vega y el ríopara dejar intramuros la parte oriental llana,protegida también por el foso natural del ríoJalón.»
Estudio geográfico
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