Feliz 2012

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Beni Nadie le dijo que era imposible por eso lo intentó y lo consiguió FELIZ AÑO 2012 Graciela Bello

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Calendario cuento

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Beni

Nadie le dijo que era imposible por eso lo intentó y lo consiguióFELIZ AÑO 2012

Graciela Bello

Por la ventana entraron todos los cuentos. Un hada me los leyó al oído y mis sueños se hicieron realidad.

Eugenia Alcázar

Lisa G. - Pintora

Y salieron de su cabeza llena todos los pájaros y l os peces saltarines.

Y las ideas se dejaron abrazar en su cuaderno de flores rojas.

Una fiesta de colores, formas y deseos se apoderóde nuestro mes de marzo y de la barriga enorme de

las nubes se descolgó un arco iris como confeti.

Joan miró

Cuando se despertó de la siesta al día le quedaban muchas horas, por eso decidió salir al jardín y pase ar los

charcos. Había leído que mojarse de lluvia en abril trae la suerte

en el amor.

Agustina Barnés.

La mujer de sonrisa y mirada profunda no esperaba a que sucediera.

Ella siempre hacía todo lo posible para que ocurriera y, por eso, a diario cogía un tren

que la llevara a la verde primavera.

Lola Roig

Mamá, mamá, tengo sed.Toma agua.

Mamá, mamá tengo hambre.Toma pan.

Mamá, mamá tengo miedo.Toma mis brazos.

Julie-Ann Bowden

En un viejo almacén apareció encerrado el mar. Cuando el sol calentó las chapas y el niño

enganchó al pez, las olas rompieron la frontera y amaneció un nuevo día.

Anna Roig

Serpentinas de colores como carreteras secundarias dibujé en el mantel y el joven de barba canosa me

imaginó con él de vacaciones. Después nos imaginamos mirando la lluvia de estrell as

en las noches lentas.

Paul Klee

Le entregó el ajado plumier con la colección de lapi ceros desgastados y la goma de nata. Ella los guardó. El olor de escuela antigua invadió el aula recién

estrenada.

Martín León Barreto

Y en el atardecer apareció la lechuza y las viejas hojas de los árboles se hicieron multicolores. El

viejo tronco sufrió su pérdida…, pero nadie, nadie diría nada, porque el bosque lloraba

despacio y en silencio…

Patricia González

-¡Música, maestro, por favor!- ¿Música? ¿para qué?- Para bañar la luz, para tejer las voces, para resp irar las caricias, para saltar las penas y para salpimentar la vida.

Raquel Díaz Reguera

Y llegando a su fin, se despojó de los abrigos, de l as servidumbres, de los inciertos y se fue a buscarla.

Al cabo de los días se acordó de Zilefoña y también l a dejó en libertad.

Alejandra Acosta