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Ficha Técnica

Lectura recomendada para QUIEN QUIERA LEER Y SOÑAR

Duración media de lectura 50 minutos

Escrito por Susana Gómez Castiñeira

Ilustraciones Susana Armas y Sara Martínez (10 y 8 años)

Proyecto "Educ-ando"

web www.lailusionmuevemispiernas.com

Chispa y Sombra en la Isla de los Volcanes 1

LOS SUEÑOS DE

CHISPA Y SOMBRA

CHISPA Y SOMBRA EN LA ISLA DE LOS VOLCANES

...COMIENZA LA AVENTURA

Susana Armas


"Eran las 10 de la noche, cuando la tierra se abrió de pronto cerca de Timanfaya, muy cerca del pueblo sureño de Yaiza, en la isla de Lanzarote, y una enorme montaña se elevó del seno de la tierra escupiendo llamas, cual dragón , y continuó ardiendo sin tregua durante diecinueve días,

e intermitentemente, durante más de 5 años..."

Hacía calor, estaba atrapada en medio de la tierra en llamas, miré para

un lado, para el otro.., y no había escapatoria.., mi piel notaba el calor

que se acercaba, yo corría como una descosida, cuando algo golpeó mi cabeza y caí al suelo.

Cuando abrí los ojos ya era demasiado tarde, miré hacia atrás y...¡nooo! ¡la lava! ¡la lava! ¡estaba ahí, rozando mis pies! ¡Socorro! ¡Mamáaa! ¡Mamaaaaaaá!

Abrí los ojos sobresaltada, miré hacia los lados, empapada en sudor y un

susto terrible que hacía palpitar mi tan fuerte que parecía que me clavasen cuchillos en el pecho.

-¡Uff! -Suspiré más tranquila - Todo ha sido un sueño...

Chispa se sentó en su cama, recogió una carta que se le cayó al suelo al quedarse dormida, y la volvió a leer.

Era una nota de Sombra, su amigo, su compañero de juegos, su alma gemela. Unas letras escritas que despertaron en ella un hormigueo en el estómago, una idea que la llevó a un duermevela volcánico, donde su imaginación voló sin límites.

La carta era muy clara, como siempre:


¿Un viaje en patinete?- palabras con sonido salieron de la boca de Chispa, a pesar de estar sola en la habitación- ¿Recorrer mundo? Eso bien podía llamarse una linda aventura. ¿Aventura? ¿He dicho aventura?- dijo Chispa tapándose la boca.

A partir de ese pensamiento en alto, nada podría parar a ese sustantivo.., a esa palabra mágica para Chispa :

aventura Solo al escucharla Chispa se sentía nerviosa, curiosamente intranquila, como si toda su energía y todas sus ganas se marchasen corriendo para disfrutarla.


¡Aventura!

¡Sí! Estaba decidida, lo tenía claro.

Objetivo de la tarde establecido:

Todo lo que ocurrió tras esa charla con Sombra no fue nada fácil.

Antes de salir en patinete había que tachar todas las tareas de una lista preparada tras una tarde larga de trabajo en equipo.

LISTA DE COSAS

QUE HAY QUE HACER

ANTES DE SALIR

A SOÑAR EN PATINETE

Acudir al punto de encuentro:

Esquina de la plaza .

Hora: después de las

clases de música.


Uff! ¡Qué difícil fue convencer a papá y a mamá!

¡Casi he tenido que prometer que me portaría bien hasta que tuviese

65 años! Lo intenté de 1.000 maneras: que si hacía todos los

días del resto de mi vida la cama y recogía mi habitación, que si prometía sacar sobresalientes hasta que terminase la universidad, que sacaría al perro por la mañana, por la tarde, por la noche, hasta que los perros pudiesen hablar y salir solos a donde ellos quisiesen...

Y así con todo lo que se me ocurrió.


Tras mucho pensar, ellos aceptaron con una condición, solo una (pero.., que para mí fue como si me cargase la mochila con el mundo entero) :

-Chispa- dijo mamá- confiamos plenamente en ti y te dejaremos salir en busca de tus sueños. Por ello solo te

pedimos una cosa : debes ser responsable.

Vaya..."responsable"....

Yo creo que podría cumplir con mi promesa (aunque la palabra esa.., tuviese muchas letras y mucha importancia de la seria. Importancia igual que las palabras importantes de los mayores, por ejemplo: impuestos, democracia, lista de la compra, corrupto...y alguna más pero que ahora no me acuerdo)

Bueno, al lío : ¡Ahora a por el resto de la lista!

Tras semanas de nervios, entrenamientos, esfuerzos sobre el patinete (bajar en él es genial pero subir.., subir es terriblemente difícil) y los preparativos , la lista de tareas se completó y se convirtió en una lista con todos los deberes hechos y tachados. ¡Y qué gusto da poder tachar lo que tanto trabajo ha costado conseguir!

Y así, el viernes soñador llegó y nuestras ganas y trabajo hecho

estaban bien guardados en nuestras alforjas, allí nos acompañarían durante todo el viaje.

Nos despedimos hasta dentro de dos días. Papá soltó , por lo menos, 50

"tencuidados" y mamá me recordó muy seria esa palabra con

tantas letras "sean responsables".

Con 51 palabras más en nuestras mochilas, emprendimos el viaje que

nos llevaría a atravesar la isla de Lanzarote como verdaderos

conquistadores en patinete.


, las temibles Peñas del Chache a 670 metros de altura, hizo que mi

lengua, mi corazón y mi miedo al fracaso, a no poder conseguirlo, estuviesen todo el rato, en cada impulso , recordándome que nada es fácil si lo que quieres conseguir es algo grandioso. (Y estaba claro que para mí, este viaje en patinete era lo más grandioso que mis piernas podían soñar, al menos por el momento).

Antes de embestir la última subida hacia las Peñas, descansamos en la plaza de Haría, allí nos esperaba Coke con cara de preocupación y misterio.

-¿Cómo vais chicos? ¡Ya falta poco para conseguir llegar a la cima! ¡ Es genial!- intentó animarnos con un tono tan extraño que Sombra y yo dijimos a la vez :

-¿Te pasa algo, Coke?

Él cerró un poco los ojos, con mirada como de "agente secreto", y se

acercó a nosotros girando la cabeza hacia los lados, como buscando soledad y ningún oído chismoso.

-Necesito que me hagan un favor. Es de vital importancia. Tan, tan importante que si me dicen que no.., mi abuelo tendrá graves problemas -(Esto último lo dijo tan bajito y tan cerquita de mi oído que me puso nerviosa).

-¡Claro Coke!-dijo Sombra- ¡Cuenta con nosotros! ¿Qué ocurre?

Y fue así como Coke nos explicó que su abuelo, que vive en Uga (al

sur de la isla) le acababa de llamar diciéndole que necesitaba urgentemente que alguien le llevase las dos cajas que tenía en el almacén de la casa de Coke. La roja y la verde. Solo esas. Y que a nadie se le ocurriese abrirlas bajo ningún concepto.


Nos contó también que su abuelo tenía una voz nerviosa, seria y preocupada (algo nada normal en su abuelo) y que si no tenía esas cajas antes de esta mañana.., pues algo ocurriría con unos bichos que envenenarían todo el agua...

-¿Qué dices, Coke?- dije- Explica bien eso. ¿Qué te dijo tu abuelo exactamente?

-No lo sé Chispa, mi abuela lo llamó y tenía que irse a toda prisa a hablar con el laboratorio de no sé donde porque el agua está en peligro por

culpa de un monstruo-bicho o unos bichos-monstruosos. Eso es lo único que entendí.

La voz de Coke era como un elástico que estiras y estiras hasta llegar

a pensar que en un centímetro más de tensión se rompería sin más: parecía que iba a estallar en la siguiente palabra.

-Tranquilo Coke, estamos contigo. Te ayudaremos. ¿Tienes las cajas? ¿Tus padres no pueden llevarlas? El coche sería más rápido.

-No , Sombra- dijo con una voz lastimera- ellos hoy no llegan a casa

hasta tarde. Me está cuidando Julia.

Julia: vecina de Coke

-¡Pues venga! ¡Dejémonos de cháchara! ¿Dónde están esas cajas?-

hablé con prisa- ¿Qué tienen dentro?- pregunté, exclamé, apuré.

-Ni idea Chispa-dijo Coke- Solo sé que no se pueden abrir, que dentro hay algo que está vivo. Al menos en la caja roja. En la verde.., ni idea. Solo he comprobado que es más pesada. Pero tiene que ser algo muy importante para necesitarlo el abuelo para liberarse de ese peligro de los monstruos o lo que sea... ¡Por favor, lleguen rápido! ¡Estoy preocupado!

Las cajas no eran muy grandes ni muy pesadas pero el misterio que había dentro era más grande que nuestros patinetes, eso estaba claro.

Yo me encargué de la caja roja. La caja viva.


Sombra de la verde. La caja más pesada y silenciosa.

Emprendimos de nuevo nuestra "patinetada", subiendo hacia la montaña y pensando a mil por hora (cosa que nuestro vehículo no hacía, ya que su velocidad sería como de menos 10 por hora con la tremenda cuesta que teníamos bajo nuestros pies). Nuestro plan inicial había cambiado en un suspiro y el recorrido que teníamos pensado realizar, pasó a un segundo plano. Ahora lo importante era ayudar a nuestro amigo Coke.

-Aaaaagh! ¡Sombra!- me sobresalté- ¡Esta caja hace

muchos ruidos extraños! ¿Y si lo que hay dentro se

muere por ir en patinete? ¿Y si no puede estar la caja

al sol? ¿Y si tiene que comer o algo así?

Cuando una no está segura de algo, es lo que suele pasar, que aparecen como por arte de magia muchas más dudas de las que tenía al principio...

No sabíamos qué había dentro. No teníamos ni idea. Lo único claro era que teníamos que ser responsables e ir a toda mecha a casa del abuelo de Coke.

Objetivo: llegar a UGA lo antes posible.


Subir a las Peñas del Chache, la zona más alta de la isla de Lanzarote, es algo fácil para un senderista, para un explorador, para un motorista, o incluso un . Pero para dos "patinetistas" es algo mucho

más complicado, sobre todo si teníamos la prisa que teníamos nosotros.

Mi corazón iba a mil por hora y mis piernas parecían que iban a estallar.

¡Venga Chispa, tú puedes!- Pensaba para darme ánimos.

Sombra, un poco más adelante, avanzaba al ritmo de una tortuga en patinete, y yo, más atrás, avanzaba al ritmo de una tortuga más pesada en patinete...ja ja ja...¡Y el abuelo de Coke en un peligro monstruoso!

¡Menudos rescatadores fue a buscar Coke!

Una hora después, con millones de gotas de sudor derramadas sobre la carretera, derretidos de cansancio y sedientos de más energía,

alcanzamos la cima. ¡Lo hicimos!


Sombra miró para mi, casi sin aliento, y los dos nos pusimos a reír sin poder frenar nuestra locura...

¡Vaya esfuerzo el que acabábamos de hacer!

-¡Vaya, Chispa!-dijo Sombra- Pensé que mis piernas se soltarían de mis caderas y se marcharían huyendo para no volver a encajarse más en mi..., ja , ja, ja....

Estaba tan emocionado que Chispa mezclaba lágrimas con una amplia sonrisa por el tremendo palizón de cuesta que nos acabábamos de meter.

¡Sí! ¡Vaya logro!

¡Ahora solo faltaba bajar y bajar hasta el centro de la isla y darle mucho impulso a nuestros patinetes para llegar cuanto antes a Uga.

Dejando atrás la cima de Lanzarote, el viento nos dio de cara, refrescando nuestros cansados cuerpecillos. Bajar por la pista de tierra en dirección a Teguise fue divertido, más que la subida, mucho más.

La velocidad aumentó, las piedras saltaban a nuestro paso, los baches eran esquivados y saltados hasta que....

¡cataclón, chinc, poc, trafff, pofff,

santoguauuuu, clink, fffhhhhhhh,

sopfff! Sombra frenó en seco, miró para atrás y me vio envuelta en una nube de polvo...

Yo no sabía ni qué había ocurrido, solo que me dolía mucho una rodilla.

¡Vaya trastazo más grandeeee!


Sombra soltó el patinete enseguida y subió corriendo en mi busca.

Lo que vio no fue nada tranquilizador.

De donde venía el dolor (mi rodilla) salía mucha sangre, me había

hecho un buen corte...

-¡Sombra! ¡Sombra! ¡¡Ayyyy!!! ¡Uff! ¡Cómo dueleeee!- dije entre lágrimas.

Y, de repente, me acordé.

E, inmediatamente, abrí la boca y mucho más mis dos ojos.

Me asusté.

¡La caja! ¡Sombra! ¡Sombra! ¡La caja!- dije medio a gritos, medio llorando.

¡No estaba!

¡Madre mía! ¡La caja había desaparecido!

Me levanté como pude y Sombra me echó un grito

-¡Quédate quieta Chispa!- ¿Pero no ves como estás sangrando? ¡Voy a por el botiquín! ¡Tú aprieta la herida para que no sangre más! ¡La caja puede esperar!

Sombra siempre ha sido el "resuelto" . Él todo lo soluciona (o lo

intenta) con la sabiduría de muchos libros de exploradores leídos, manuales de aventureros en apuros y rescates de animales en peligro de ser atropellados, ser comidos por gatos, ser cojos de por vida o qué se yo...

Así, mientras él iba a por el botiquín , yo apretaba el corte para que no saliese mucha sangre más y, de paso, me puse a buscar la caja.

No la encontraba por ninguna parte. ¿Se habría caído mucho más arriba? ¿Y si se había abierto? ¿Y si lo que había dentro se había escapado? ¿Y sí...?

-¡Sombra, no encuentro la caja! ¿Qué vamos a hacer? ¡El abuelo de Coke la necesita!


No sabía si llorar por mi tremendo dolor de rodilla o por la caja perdida.

Entre el cansancio, la caída , el corte y la pérdida.., estaba

desconcertada, asustada, agobiada, acelerada y angustiada.

Menos mal que Sombra estaba allí.

-Antes que la caja, Chispa, está tu herida. Vamos a limpiarla y a parar el

"sangrerío" este. ¡Estás manchando todo el camino! -¡Ja, ja y ja! Casi que me río, Sombra...- le dije yo con tono medio en broma medio en serio.

Después de la cura, parecía que el corte era menos profundo de lo esperado (genial). La herida paró de sangrar. Yo me incorporé dolorida e intenté mover la pierna.

Dolía pero.., no sería impedimento para continuar con la misión.

¡Vamos, Sombra! ¡Tú mira por los lados del camino! ¡Yo iré corriendo

hacia arriba a ver si está allí la caja!- comencé a organizar la batida de búsqueda.

No tuvimos que buscar demasiado tiempo, la caja estaba cerca del patinete, al lado del camino, en un hoyo, ¡y estaba cerrada!

Sombra la cogió, acercó su oreja a la caja y se quedó quieto, en silencio...

Nada

Nada..

Nada...

ESPERA


Ahora

Ahora..

Ahora...

¡Ahora sí! ¡Se mueve!

¡Lo que haya dentro de la caja sigue vivo!

Los dos nos abrazamos alegres y gritamos ¡¡¡sí!!! ¡Vaya alivio!

¡Ya ni me dolía la rodilla! ¡Uppss! Sí, perdón, algo sí dolía. :)

Sombra me ayudó a recoger todo el estropicio de mi caída, la mochila,

las alforjas, la patineta...

Todo había salido disparado para todas partes.

En cinco minutos todo estuvo en orden, mi rodilla en su sitio y las prisas por llegar a Uga eran cada vez mayores.

Bajamos, continuamos bajando, llegamos a la Villa de Teguise y allí repusimos agua en nuestras botellas, comimos un tremendo

y volamos hacia nuestro destino.

He de decir que para poder realizar todo este esfuerzo físico, además

de ese bocadillo, tenemos que reponer energía comiendo

a cada rato. ¡Sin energía no funcionamos!

Y el agua es igual de importante, tan importante que sin ella, ¡no

podríamos avanzar!


Y también he de deciros que me encantan los momentos de pausa para comer y reponer líquidos : paro, respiro, como, bebo, disfruto y ¡baterías cargadas!

¡Es genial!

Apenas hablábamos, el calor era sofocante, y ya no teníamos fuerzas para muchas risas. Nuestros patinetes y nosotros, nada más. Zancadas tras zancadas, sin pausa.

Las cuestas hacia arriba eran tremendamente duras y unas veces Sombra y otras veces yo, decaíamos en nuestro intento por avanzar sin parar.

Nuestros músculos dolían y nuestro interés por llegar era más fuerte

que el cansancio y las ganas de tumbarnos a dormir y descansar.

Al vernos pasar, la gente se quedaba mirándonos...

-¡Vaya prisa que llevan, chicos! ¿Pero qué diablos es eso? ¿Una bici-patinete? ¡¡¡!!!!¿¿¿¿???? ¡Ya no saben qué inventar! -Decían.

Y nosotros: un saludo, una sonrisa y a "darle a la pata" sin tregua.

Así pasamos un pueblo tras otro hasta llegar a la Geria.

¡Guauuuu!

¡La Geria!

Para los que no sepáis lo que es la Geria... os la describo:

Es la luna en la tierra.

Es negra, marrón, rojiza...

Llena de millones de trillones de piedrecitas

minúsculas llamadas picón o rofe .


Con volcanes y montañas y con miles y miles

de socos.

¿Que qué es un soco?

Os lo describo también:

Un soco es un muro de piedras en forma semicircular que protege lo que está dentro (del soco) del azote del viento.

Pues la Geria está lleeeeeena de socos que protegen la planta que hay dentro de cada uno de ellos.

Y es alucinante.

Os muestro un dibujo de un "trozo" de Geria (por si acaso soy mala,

malísima describiendo paisajes)


Pasar con nuestros patinetes por allí, ya tan cerquita de la casa del abuelo de Coke, con el día ya terminando y el sol naranja iluminando el camino, es como ser astronauta y pisar la luna por primera vez.

Sin tenerlo previsto, Sombra paró en seco.

Frenazo.

Yo, tras él, sin tenerlo previsto, me paré.

Frenazo.

-¿Qué ocurre, Sombra? ¿Estás bien?- pregunté.

Susana Armas


-Mi caja se mueve Chispa- dijo él muy serio- O eso o que me estoy

volviendo loco y tengo alucinaciones. Siento como algo se

mueve. Y no es una cosa, o un animal o lo que sea lo que hay dentro. Son muchas o muchos.

Yo abrí mucho los ojos. ¡Las dos cajas estaban vivas!

Vamos, Sombra, lleguemos ya a Uga. Allí sabremos qué hay dentro y para qué son tan importantes estas cajas para el abuelo de Coque.

Y así fue.

Arrancamos nuestras cansadas piernas, "patineteamos" un poquito más y....Uga.

¡LLEGAMOS a Uga!

Nuestra sin ser nuestro objetivo en un principio .

Pero que ahora era muy importante para nosotros, para Coke y para su abuelo.

¡¡Sí!!! ¡LO LOGRAMOS!

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!

La señora Claudia, la abuela de Coque, nos abrió la puerta y puso una cara muy extraña al vernos.

Estaba claro que en un principio no nos reconoció (ella nos conoce de vernos en los cumples de Coke) y después de nuestro saludo comenzó a relacionar : amigos de mi nieto, Uga, vienen en patinete y....poco más...

Su cara era un poema.

-¿Pero qué hacen aquí chicos? ¿Cómo, cómo han llegado hasta

aquí? ¿Y sus padres? ¿Y esos patinetes? - todo en ella eran preguntas.


Pero su cara se quedó de colores cuando vio que teníamos dos cajas, una cada uno de nosotros, que le resultaban muy conocidas...

-Pero, pero, pero y ¿esas cajas? ¿Por qué tienen ustedes esas

cajas?

Ja , ja, ja...¡Vaya lío que tenía! Entramos en su casa, nos dio dos tremendos vasos llenitos hasta "super arriba" de zumo fresco de naranja y nos sentamos en un sofá

tremendamente cómodo.

Allí, más tranquila ella, más descansados nosotros, le explicamos todo.

Mientras se iba aclarando la historia, el abuelo de Coke, el Señor Luis, entró en casa acompañado de un señor con un maletín como de médico.

Él se quedó extrañado al vernos y sobretodo se quedó boquiabierto al ver que sobre nuestros

regazos estaban sus dos cajas .

Tuvimos que volver a contar toda la historia para que

todos supiesen el porqué estábamos allí con las dichosas cajas.

Cuando terminamos nuestras explicaciones fue nuestro turno de quedarnos alucinados, sorprendidos, boquiabiertos y todas las palabras del diccionario que significasen algo parecido a esos adjetivos.

¡Ya sabíamos qué había en las cajas! ¡Y hasta sabíamos quién era ese hombre con un maletín parecido al de un médico!

Sara Martínez


Y todo era porque ¡el aljibe del abuelo de Coke estaba

lleno de suciedad y el agua a puntito de contaminarse! ¡Y dentro de las cajas había bichosssss!

Bichos en forma de lombriz o serpiente que servían para ....para limpiar el aljibe de los pequeños monstruillos capaces de contaminar miles de litros de agua...

Esos animales que había en la caja roja, serían más o menos como mi mano de tamaño, pero el Señor Luis nos dijo que podían ser más grandes.

El abuelo de Coke nos contó que el señor que tenía a su lado acababa de analizar el agua del aljibe y le comentó que era importantísimo que trajese "el bicho" inmediatamente.

Y es que así lo llamaban: el bicho.

En realidad era una anguila de mar que vive perfectamente en agua dulce, un pez en forma de serpiente que desde hacía cientos de años se "domesticaba" en la isla, para utilizarlo como depredador natural de todos los seres vivos que anidaban en los aljibes y pozos.

Y eso contenía mi caja....una "caja-pecera".

Al abrirla había una pequeña pecera de plástico, parecida a una fiambrera, con cinco "bichos". ¡Y estaban vivos!

-Pero Señor Luis- interrumpió Sombra- ¿La otra caja, entonces qué

contiene? En un principio no se movía y después.., creo que sí.., o eso


me lo parecía, y creo que agua, o una pecera dentro... pues no..hay , ¿verdad?

¡Ay Sombra!- comenzó a reírse el Sr. Luis- Coke no me debió entender, le dije que esa caja, la que tú tienes, no la cogiese, que no se confundiese , que solo necesitaba la de color verde, no la azul.

-¿Cómo? ¿Qué no era necesaria? ¡Con lo que pesa! ¿Pero qué hay dentro?- preguntó intrigado Sombra.

-Pues , descúbrelo tú.., abre la caja....

Cuando Sombra abrió la caja, descubrió decenas de lombrices enormes

que se movían intranquilas. Una especie de carnada para la pesca

que se "despierta", se "activa" con el ajetreo, el movimiento y el calor..

Una caja cargada de tierra y lombrices...ja, ja, ja.

¡Sacamos las lombrices de paseo turístico!

...y termina la aventura


-Bueno, Sombra- le dije dándole unas palmaditas sobre su espalda mientras preparábamos nuestros sacos de dormir escuchando el sonido majestuoso del mar cerquita de Las Salinas de Janubio y charlábamos sobre las aventuras del día antes de descansar y regresar mañana a casa- al menos el abuelo de Coke pudo salvar a tiempo el agua de la contaminación segura y nosotros, con tanta prisa, ni hemos podido disfrutar del paisaje del camino recorrido.

-¿Y eso es bueno, Chispa? ¡Eso no es bueno! ¡¡Ni hemos

tenido tiempo de respirar!!

-¡Ay, Sombra! ¡Claro que es bueno!- sonreí yo- Hemos salvado el aljibe y

mañana nuestro camino de regreso será ¡como si no lo hubiésemos hecho nunca!

Ja, ja, ja- reímos los dos.


Y es que..,

para qué frustrarse con tonterías...

¡Si la vida está llena de caminos y de

aventuras!


¡Gracias por la lectura!

y muchísimas gracias por formar parte de

esta aventura en patinete

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