Fiesta Cruces Luricocha Huanta
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LA FIESTA DE LA CRUZ EN LURICOCHA
RITUAL FESTIVO
Foco de cultura
Casona de San Marcos
Tejedoras de lujo
Emprendedoras cusqueñas
Sem
ana d
el 2 a
l 8 d
e may
o de
2011
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Semanario del Diario Oficial El Peruano| Año 104 | 3a etapa | N° 223
SINCRETISMO. La devoción a la Cruz de Mayo en Luricocha combina las ceremonias religiosas con ritos andinos. FOTO: Martín Alvarado
2 VARIEDADES
TRADICIÓN
2008 © TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
Variedades es una publicación del Diario Oficial
DIRECTOR FUNDADOR : CLEMENTE PALMA
DIRECTORA (E) : DELFINA BECERRA GONZÁLEZ
SUBDIRECTOR : JORGE SANDOVAL CÓRDOVA EDITOR : MOISÉS AYLAS ORTIZ
EDITOR DE FOTOGRAFÍA : JEAN P. VARGAS GIANELLA EDITOR DE DISEÑO : JULIO RIVADENEYRA USURÍN
DIAGRAMACIÓN : CÉSAR FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
TELÉFONO : 315-0400, ANEXO 2030 CORREOS : [email protected] [email protected]
RESUMEN5 | CRÓNICAUn grupo de cusqueñas ha mejorado su
vida con productos de alpaca.
16 | EL OTRO YOMatilde Ureta de
Caplansky confiesa
su anhelo de ser una
novelista.
8 | ARQUEOLOGÍAPobladores se suman a la recuperación
del complejo Marcahuamachuco.
12 | CULTURALa histórica casona de San Marcos,
cronología, usos y ocupaciones.
14 | HISTORIASInternos del Larco Herrera presentan
singular muestra fotográfica.
FIESTA DE LA CRUZ EN LURICOCHA
Guardianes de la feA cinco kilómetros de la ciudad de Huanta, en Luricocha, el madero cristiano despierta la devoción de los creyentes. Al ritmo de los chunchos, personajes de la selva, las cruces adornadas son reunidas en la iglesia, después participan de una procesión en la plaza del pueblo y vuelven en hombros a sus respectivas comunidades.PORTADA
ESCRIBE: JESÚS RAYMUNDO TAIPEFOTOS: MARTÍN ALVARADO
En los cerros no solo gobiernan los apus o wamanis,
los dioses de las montañas, sino también las cruces.
En el distrito de Luricocha, en la provincia de Huanta,
la mayoría de las 47 cruces que allí habitan solo descienden
a la iglesia del pueblo cada 3 de mayo, para bendecir la fe de
los creyentes. El resto del año coronan las cimas o reposan
en los adoratorios y las casas particulares.
Desde hace mucho tiempo, el aforismo popular "Maypin
Cruz, chaypin Dios", que significa "Donde está la Cruz, allí
se encuentra Dios", se practica en las comunidades. Ello
explica por qué existen cruces en los caminos de herradura,
las abras, las lomas y los cerros elevados. Su presencia
ilumina la fe en las capillas, las iglesias, en las casas y los
ingresos de los pueblos.
Sin embargo, las cruces no le han restado importan-
cia a los cerros, que son venerados por los favores que
conceden o por temor a sus castigos. "Una vez asumida la
prédica católica, más allá de la pretensión de exorcizar a los
demonios de las tierras en proceso de catequización con
cruces en las cumbres, los propios indígenas han debido
confirmar, con este nuevo símbolo, lo que desde hace
mucho antes consideraban sagrado", afirma Luis Millones
en su obra La cruz del Perú.
SINCRETISMO FESTIVOLa fiesta de las cruces de Luricocha conjuga ceremonias
católicas con antiguos ritos andinos. El 30 de abril, a las
cuatro de la madrugada, las hermandades se encargan
de bajar las cruces a las casas de los mayordomos o a la
capilla que se improvisa en el pueblo. Allí son arregladas,
pintadas y adornadas con ramas de arrayán, romero,
tallos de caña de azúcar, flores y paños coloridos. En la
noche se les rinde culto con cirios de diversos tamaños
y colores.
La cruz que corona el cerro Puchapunya (2900 m. s.
n. m.), patrón del pueblo, es la de mayor prestigio. Para
la fiesta solo desciende una copia, que es considerada
su hermana menor. Le sigue en importancia la cruz de
Huatuscaya (3060 m. s. n. m.), en cuya base se ubica el
puente que permite cruzar el río Huarpa.
Ambas tienen cargadores especializados llamados
yugos, quienes tienen el privilegio de "vestirlas".En ocasio-
nes, bailan como negritos, con máscaras y vestuarios que
imitan a los descendientes africanos. Las cruces también
tienen sus cuadrillas de ocho o diez chunchos, personajes
que imitan a los nativos de la región amazónica. Visten
cushmas, portan plumas, llevan collares y en sus cabezas
y hombros cuelgan pieles y animales de la selva.
(LAS CRUCES) SON ARREGLADAS, PINTADAS Y ADORNADAS CON RAMAS DE ARRAYÁN, ROMERO, TALLOS DE CAÑA DE AZÚCAR, FLORES Y PAÑOS COLORIDOS. EN LA NOCHE SE LES RINDE CULTO CON CIRIOS DE DIVERSOS TAMAÑOS Y COLORES...
Lunes 2 de mayo de 2011 3
AYACUCHO
En la víspera, el 2 de mayo, los pobladores chamisas
(retamas secas) juegan con los nina toros. Se trata de un
armazón de palos forrados con cuero de chivo que en la parte
delantera y superior lleva las astas del toro. Se encuentra
forrado con trapos y se empapan con querosene. Sobre
el armazón y el forro se ubican los cohetes. El encargado
de darle vida es alguien que se lo pone sobre la cabeza
y espalda para corretear a los creyentes, que huyen por
temor a ser dañados.
Saturnino Ayala Aponte cuenta que la banda toca la
música del toro toro. En tanto, los danzantes de tijeras de
diversas edades realizan sus mejores pasos acrobáticos
acompañados por la música del arpa y el violín. Las mu-
jeres cantan harawis (temas de hondo sentimiento lírico)
poniendo las manos en la boca, a manera de bocina, para
elevar sus voces agudas.
Los antiq chunchos, que evocan a los danzantes del
Antisuyo (región este del Tahuantinsuyo), tocan sus antaras
y danzan alrededor del líder, que toca un instrumento de
tamaño desproporcionado. Los instrumentos, que han sido
fabricados con cañas de la selva, miden de cinco centímetros
a dos metros de largo. Por la variedad de espectáculos que
sufren cambios con el tiempo, la víspera se considera una
fecha pomposa.
El 3 de mayo, cientos de cruces de diversos tamaños
y decenas de tronos se concentran en la iglesia del distrito.
Son acompañados por los que participaron en la víspera,
además de los mayordomos y las autoridades de diversas
comunidades. La misa comienza una vez que los patrones del
pueblo, las cruces de Puchapunya, patrón de los calvarios, y
Huatuscaya, patrón de las capillas. Ambas lucen hermosas
mantas tejidas por los campesinos y paños bellamente
bordados.
Durante la homilía del sacerdote, grupos de chunchos
danzan al ritmo de sus antaras, mientras las mujeres vuel-
ven a entonar sus harawis. "Ni yugos ni chunchos reciben
honorarios, pero durante la fiesta se les da comida y bebida
sin escatimar. Su dedicación a la Cruz se ofrece como un
acto de fe, que será compensado con favores por el madero
sagrado", afirma Luis Millones.
BENDICIÓNAl terminar la misa se impone la santa bendición. Luego
se realiza la procesión alrededor de la plaza de armas de
Luricocha. Como ocurre en diversos pueblos andinos y
desde hace varios siglos, los sacerdotes no se oponen a
las costumbres andinas. Por eso, aceptan la manera como
los pobladores entienden la fe. Son las hermandades las
que coordinan con el párroco las actividades que realizarán
en la iglesia y otras, como la bendición de una cruz, que se
efectúan fuera de ella.
Las obligaciones de los mayordomos son cuidar que las
cruces lleguen en buen estado a la festividad. No les deben
faltar flores ni hojas de arrayán, romero y clavel, que son
obsequiadas por los devotos que viven en las zonas alejadas.
Se encargan también de contratar una banda musical para
animar las celebraciones. Además de recurrir a sus ahorros,
ellos reciben el apoyo de paisanos y familiares, que aportan
dinero u obsequios.
El alcalde de Luricocha, Edgar Pelayo Sánchez, cuenta
que este día se consume chichas de la zona, como molle,
jora y maíz. Además se ofrecen los platos típicos de la zona,
como el patachi de trigo, el puca picante, el cuy chactado,
los chicharrones, el puchero y el mondongo. Desde hace 15
años se realiza también el Festival de la Palta, que permite
exhibir las más de cuarenta variedades de este producto y sus
derivados, así como ofrecer espectáculos musicales.
El ritual de las cruces termina cuando todas vuelven a
sus lugares de origen, cargados en hombros de los creyen-
tes. Lo hacen de prisa, corriendo atropelladamente. En sus
comunidades se iniciará otra celebración que, por lo general,
dura una semana. Allí, los campesinos entonan canciones,
bailan al compás de sus instrumentos musicales y viven
la alegría por haber cumplido con sus patronos, que les
garantizan buenas cosechas.
Imitando a las semillas de la parábola bíblica, las cruces
esparcen sus bondades en los modestos hogares por resto
de los días.
APUNTES
Aunque no se puede confirmar si los incas tenían una cruz en lugar sagrado, lo cierto es que desde el siglo XVI simboliza al cristianismo en América.
En tiempos de evangelización y de extirpación de idolatrías la cruz se convirtió en compañero inseparable del doctrinero.
En la actualidad, numerosas cruces se levantan en gran parte del territorio nacional, donde se organizan sus festividades el 3 de mayo.
En Huanta, Ayacucho, también se celebra la festividad del Señor de Cruz Verde, quien es sacado en procesión por las calles principales.
4 VARIEDADES
TRADICIÓN