Filo Sofia

19
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA I N T R O D U C C I Ó N FILOSOFÍA.—Por filosofía se han entendido principalmente dos cosas: una ciencia y un modo de vida. La palabra filósofo ha envuelto en sí las dos significaciones distintas del hombre que posee un cierto saber y del hombre que vive y se comporta de un modo peculiar. Filosofía como ciencia y filosofía como modo de vida, son dos maneras de entenderla que han alternado y a veces hasta convivido. Ya desde los comienzos, en la filosofía griega, se ha hablado siempre de una cierta vida teórica, y al mismo tiempo todo ha sido un saber, una especulación. Es menester comprender la filosofía de modo que en la idea que de ella tengamos quepan, a la vez, las dos cosas. Ambas son, en definitiva, verdaderas, puesto que han constituido la realidad filosófica misma. Y solo podrá encontrarse la plenitud de su sentido y la razón de esa dualidad en la visión total de esa realidad filosófica; es decir, en la historia de la filosofía. Hay una indudable implicación entre los dos modos de entender la filosofía. El problema de su articulación es, en buena par te, el problema filosófico mismo. Pero podemos comprender que ambas dimensiones son inseparables, y de hecho nunca se han dado totalmente desligadas. La filosofía es un modo de vida, un modo esencial que, justamente, consiste en vivir en una cierta ciencia y, por tanto, la postula y exige. Es, por tanto, una ciencia la que determina el sentido de la vida filosófica. Ahora bien: ¿qué tipo de ciencia? ¿Cuál es la índole del saber filosófico? Las ciencias particulares —la matemática, la física, la historia— nos proporcionan una certidumbre respecto a algunas cosas; una certidumbre parcial, que no excluye la duda fuera de sus propios objetos; y, por otra parte, las diversas certezas de esos saberes particulares entran en colisión y reclaman una instancia superior que decida entre ellas. El hombre necesita, para saber en rigor a qué atenerse, una certeza radical y uní2 versal, desde la cual pueda vivir y ordenar en una perspectiva jerárquica las otras certidumbres parciales.

description

filosofia axiologia

Transcript of Filo Sofia

Page 1: Filo Sofia

HISTORIA DE LA FILOSOFÍAI N T R O D U C C I Ó NFILOSOFÍA.—Por filosofía se han entendido principalmente doscosas: una ciencia y un modo de vida. La palabra filósofo haenvuelto en sí las dos significaciones distintas del hombre queposee un cierto saber y del hombre que vive y se comporta deun modo peculiar. Filosofía como ciencia y filosofía como modode vida, son dos maneras de entenderla que han alternado y aveces hasta convivido. Ya desde los comienzos, en la filosofíagriega, se ha hablado siempre de una cierta vida teórica, y almismo tiempo todo ha sido un saber, una especulación. Es menestercomprender la filosofía de modo que en la idea que deella tengamos quepan, a la vez, las dos cosas. Ambas son, en definitiva,verdaderas, puesto que han constituido la realidad filosóficamisma. Y solo podrá encontrarse la plenitud de su sentidoy la razón de esa dualidad en la visión total de esa realidadfilosófica; es decir, en la historia de la filosofía.Hay una indudable implicación entre los dos modos de entenderla filosofía. El problema de su articulación es, en buena parte, el problema filosófico mismo. Pero podemos comprender queambas dimensiones son inseparables, y de hecho nunca se handado totalmente desligadas. La filosofía es un modo de vida,un modo esencial que, justamente, consiste en vivir en una ciertaciencia y, por tanto, la postula y exige. Es, por tanto, una cienciala que determina el sentido de la vida filosófica.Ahora bien: ¿qué tipo de ciencia? ¿Cuál es la índole del saberfilosófico? Las ciencias particulares —la matemática, la física,la historia— nos proporcionan una certidumbre respecto aalgunas cosas; una certidumbre parcial, que no excluye la dudafuera de sus propios objetos; y, por otra parte, las diversas certezasde esos saberes particulares entran en colisión y reclamanuna instancia superior que decida entre ellas. El hombre necesita,para saber en rigor a qué atenerse, una certeza radical y uní2versal, desde la cual pueda vivir y ordenar en una perspectivajerárquica las otras certidumbres parciales.La religión, el arte y la filosofía dan al hombre una conviccióntotal acerca del sentido de la realidad entera; pero no sin esencialesdiferencias. La religión es una certeza recibida por el hombre,dada por Dios gratuitamente: revelada; el hombre no alcanzapor sí mismo esa certidumbre, no la conquista ni es obrasuya, sino al contrario. El arte significa también una cierta convicciónen que el hombre se encuentra y desde la cual interpretala totalidad de su vida; pero esta creencia, de origen ciertamentehumano, no se justifica a sí misma, no puede dar razón de sí;no tiene evidencia propia, y es, en suma, irresponsable. La filosofía,por el contrario, es una certidumbre radical universal queademás es autónoma; es decir, la filosofía se justifica a sí misma,muestra y prueba constantemente su verdad; se nutre exclusivamentede evidencia; el filósofo está siempre renovando

Page 2: Filo Sofia

las razones de su certeza (Ortega).LA IDEA DE LA FILOSOFÍA.—Conviene parar la atención un momentoen algunos puntos culminantes de la historia, para vercómo se han articulado las interpretaciones de la filosofía comoun saber y como una forma de vida. En Aristóteles, la filosofíaes una ciencia rigurosa, la sabiduría o saber por excelencia: laciencia de las cosas en cuanto son. Y, sin embargo, al hablar delos modos de vida pone entre ellos, como forma ejemplar, unavida teorética que es justamente la vida del filósofo. Despuésde Aristóteles, en las escuelas estoicas, epicúreas, etc., que llenanGrecia desde la muerte de Alejandro, y luego todo el Imperioromano, la filosofía se vacía de contenido científico y se va convirtiendocada vez más en un modo de vida, el del sabio serenoe imperturbable, que es el ideal humano de la época.Dentro ya del cristianismo, para San Agustín se trata de lacontraposición, aún más honda, entre una vita theoretica y unavita beata. Y unos siglos más tarde, Santo Tomás se moveráentre una scientia theologica y una scientia philosophica; la dualidadha pasado de la esfera de la vida misma a la de los diversosmodos de ciencia.En Descartes, al comenzar la época moderna, no se trata yade una ciencia, o por lo menos simplemente de ella; si acaso,de una ciencia para la vida. Se trata de vivir, de vivir de ciertomodo, sabiendo lo que se hace y, sobre todo, lo que se debe hacer.Así aparece la filosofía como un modo de vida que postulauna ciencia. Pero al mismo tiempo se acumulan sobre estaciencia las máximas exigencias de rigor intelectual y de certezaabsoluta.No termina aquí la historia. En el momento de madurez dela Europa moderna, Kant nos hablará, en su Lógica y al finalde la Crítica de la razón pura, de un concepto escolar y un conceptomundano de la filosofía. La filosofía, según su conceptoescolar, es un sistema de todos los conocimientos filosóficos. Peroen su sentido mundano, que es el más profundo y radical, lafilosofía es la ciencia de la relación de todo conocimiento conlos fines esenciales de la razón humana. El filósofo no es ya unartífice de la razón, sino el legislador de la razón humana; y eneste sentido —dice Kant— es muy orgulloso llamarse filósofo.El fin último es el destino moral; el concepto de persona morales, por tanto, la culminación de la metafísica kantiana. La filosofíaen sentido mundano —un modo de vida esencial del hombre—es la que da sentido a la filosofía como ciencia.Por último, en nuestro tiempo, mientras Husserl insiste unavez más en presentar la filosofía como ciencia estricta y rigurosa,y Dilthey la vincula esencialmente a la vida humana y a la historia,la idea de la razón vital (Ortega) replantea de un modoradical el núcleo mismo de la cuestión, estableciendo una relaciónintrínseca y necesaria entre el saber racional y la vidamisma.ORIGEN DE LA FILOSOFÍA.—¿Por qué el hombre se pone a filosofar?1 Cf. mi Biografía de la Filosofía, I. «La filosofía griega desde su origenhasta Platón» (Emecé, Buenos Aires 1954). [Obras, vol. II.]

Page 3: Filo Sofia

Contadas veces se ha planteado esta cuestión de un modosuficiente. Aristóteles la ha tocado de tal manera que ha influidodecisivamente en todo el proceso ulterior de la filosofía. El comienzode su Metafísica es una respuesta a esa pregunta: Todoslos hombres tienden por naturaleza a saber. La razón del deseode conocer del hombre es, para Aristóteles, nada menos que sunaturaleza. Y la naturaleza es la sustancia de una cosa, aquelloen que realmente consiste; por tanto, el hombre aparece definidopor el saber; es su esencia misma quien mueve al hombrea conocer. Y aquí volvemos a encontrar una más clara implicaciónentre saber y vida, cuyo sentido se irá haciendo más diáfanoy transparente a lo largo de este libro. Pero Aristóteles dice algomás. Un poco más adelante escribe: Por el asombro comenzaronlos hombres, ahora y en un principio, a filosofar, asombrándoseprimero de las cosas extrañas que tenían más a mano, y luego,al avanzar así poco a poco, haciéndose cuestión de las cosas másgraves tales como los movimientos de la Luna, del Sol y de losastros y la generación del todo. Tenemos, pues, como raíz másconcreta del filosofar una actitud humana que es el asombro.El hombre se extraña de las cosas cercanas, y luego de la totalidadde cuanto hay. En lugar de moverse entre las cosas, usar deellas, gozarlas o temerlas, se pone fuera, extrañado de ellas, yse pregunta con asombro por esas cosas próximas y de todos losdías, que ahora, por primera vez, aparecen frente a él, por tanto,solas, aisladas en sí mismas por la pregunta: «¿Qué es esto?»En este momento comienza la filosofía.Es una actitud humana completamente nueva, que se ha llamadoteorética por oposición a la actitud mítica (Zubiri). Elnuevo método humano surge en Grecia un día, por primera vezen la historia, y desde entonces hay algo más radicalmente nuevoen el mundo, que hace posible la filosofía. Para el hombremítico las cosas son poderes propicios o dañinos, con los quevive y a los que utiliza o rehuye. Es la actitud anterior a Greciay la que siguen compartiendo los pueblos en donde no penetrael genial hallazgo helénico. La conciencia teorética, en cambio,ve cosas en lo que antes eran poderes. Es el gran descubrimientode las cosas, tan profundo que hoy nos cuesta trabajo ver queefectivamente es un descubrimiento, pensar que pudiera ser deotro modo. Para ello tenemos que echar mano de modos queguardan solo una remota analogía con la actitud mítica, peroque difieren de la nuestra europea: por ejemplo, la concienciainfantil, la actitud del niño, que se encuentra en un mundo llenode poderes o personajes benignos u hostiles, pero no de cosasen sentido riguroso. En la actitud teorética, el hombre, en lugarde estar entre las cosas, está frente a ellas, extrañado de ellas, yentonces las cosas adquieren una significación por sí solas, queantes no tenían. Aparecen como algo que existe por sí, apartedel hombre, y que tiene una consistencia determinadas unas propiedades,algo suyo y que les es propio. Surgen entonces las cosascomo realidades que son, que tienen un contenido peculiar.1 Cf. mi Biografía de la Filosofía, I. «La filosofía griega desde su origenhasta Platón» (Emecé, Buenos Aires 1954). [Obras, vol. II.]

Page 4: Filo Sofia

Y únicamente en este sentido se puede hablar de verdad o falsedad.El hombre mítico se mueve fuera de este ámbito. Solocomo algo que es pueden ser las cosas verdaderas o falsas. Laforma más antigua de este despertar a las cosas en su verdades el asombro. Y por esto es la raíz de la filosofía.LA FILOSOFÍA Y su HISTORIA.—La relación de la filosofía consu historia no coincide con la de la ciencia, por ejemplo, con lasuya. En este último caso son dos cosas distintas: la ciencia,por una parte; y por otra, lo que fue la ciencia, es decir, su historia.Son independientes, y la ciencia puede conocerse, cultivarsey existir aparte de la historia de lo que ha sido. La cienciase construye partiendo de un objeto y del saber que en un momentose posee acerca de él. En la filosofía, el problema es ellamismas; además, este problema se plantea en cada caso según lasituación histórica y personal en que se encuentra el filósofo,y esta situación está, a su vez, determinada en buena medidaIntroducción 5por la tradición filosófica en que se halla colocado: todo el pasadofilosófico va ya incluido en cada acción de filosofar; en tercerlugar, el filósofo tiene que hacerse cuestión de la totalidaddel problema filosófico, y por tanto de la filosofía misma, desdesu raíz originaria: no puede partir de un estado existente dehecho y aceptarlo, sino que tiene que empezar desde el principioy, a la vez, desde la situación histórica en que se encuentra.Es decir, la filosofía tiene que plantearse y realizarse íntegramenteen cada filósofo, pero no de cualquier modo, sino en cadauno de un modo insustituible: como le viene impuesto por todala filosofía anterior. Por tanto, en todo filosofar va inserta lahistoria entera de la filosofía, y sin esta ni es inteligible ni, sobretodo, podría existir. Y, a la vez, la filosofía no tiene másrealidad que la que alcanza históricamente en cada filósofo.

VERDAD E HISTORIA.—Pero esto no significa que no interesela verdad de la filosofía, que se considere a esta simplementecomo un fenómeno histórico al que sea indiferente ser verdaderoo falso. Todo sistema filosófico tiene pretensión de verdad; porotra parte, es evidente el antagonismo entre ellos, que estánmuy lejos de la coincidencia; pero ese antagonismo no quieredecir, ni mucho menos, incompatibilidad total. Ningún sistemapuede pretender una validez absoluta y exclusiva, porque ningunoagota la realidad; en la medida en que cada uno de ellosse afirma como único, es falso. Cada sistema filosófico aprehendeuna porción de la realidad, justamente la que es accesibledesde el punto de vista o perspectiva; y la verdad de un sistemano implica la falsedad de los demás, sino en los puntos en queformalmente se contradigan; y la contradicción solo surge cuandoel filósofo afirma más de lo que realmente ve; es decir, lasvisiones son todas verdaderas —se entiende, parcialmente veidaderas—y en principio no se excluyen. Pero, además, el puntode vista de cada filósofo está condicionado por su situación histórica,

1 Cf. mi Biografía de la Filosofía, I. «La filosofía griega desde su origenhasta Platón» (Emecé, Buenos Aires 1954). [Obras, vol. II.]

Page 5: Filo Sofia

y por eso cada sistema, si ha de ser fiel a su perspectiva,tiene que incluir todos los anteriores como ingredientes de su propiasituación; por esto, las diversas filosofías verdaderas no sonintercambiables, sino que se encuentran determinadas rigurosamentepor su inserción en la historia humana.

F I L O S O F Í A GRIEGALOS SUPUESTOS DE LA FILOSOFÍA GRIEGASi dejamos aparte el oscuro problema de la filosofía oriental—india, china—, donde lo más problemático es el sentido de lapalabra misma filosofía, y nos atenemos a lo que ha sido esarealidad en Occidente, encontramos que su primera etapa es lafilosofía de los griegos. Esta fase inicial, cuya duración rebasael milenio, se distingue de todas las posteriores en que no tienea su espalda ninguna tradición filosófica; es decir, emerge deuna situación humana concreta —la del hombre «antiguo»—, enla cual no se da el momento, el ingrediente filosófico. Esto tienedos consecuencias importantes; en primer lugar, en Grecia seasiste a la germinación del filosofar con una pureza y radicalidadsuperiores a cuanto ha venido después; por otra parte, la circunstanciavital e histórica del hombre antiguo condiciona directamentela especulación helénica hasta el punto de que eltema capital de la historia de la filosofía griega consiste en averiguarpor qué el hombre, al llegar a cierto nivel de su historia,se vio obligado a ejercitar un menester rigurosamente nuevo ydesconocido, que hoy llamamos filosofar. No se puede entrar aquíen este problema; pero es indispensable apuntar al menos algunosde los supuestos históricos que han hecho posible y necesariala filosofía en el mundo helénico '.Una forma de vida está definida, sobre todo, por el repertoriode creencias en que se está. Naturalmente, esas creencias vancambiando de generación en generación —como ha mostradoOrtega—, y en eso consiste la mutación histórica; pero ciertoesquema mínimo perdura a través de varias generaciones y lesconfiere la unidad superior que llamamos época, era, edad. ¿ Cuálesson las creencias básicas en que está el hombre griego, quelimitan y configuran su filosofía?

El heleno se encuentra en un mundo que existe desde siemprey que como tal no es nunca problema, sino que toda cuestiónlo supone ya. Este mundo es interpretado como naturaleza,y por ello como principio, es decir, como aquello de donde emergeo brota toda realidad concreta; aparece, pues, como dotadode virtualidad, de capacidad productiva. Pero a la vez es unamultiplicidad: en el mundo hay muchas cosas que son cambiantesy definidas por la contrariedad. Cada una de ellas tiene unaconsistencia independiente, pero no son siempre, sino que varían;y sus propiedades se entienden como términos de oposicioneso contrariedades: lo frío es lo contrario de lo caliente, lopar de lo impar, etc.; esta polaridad es característica de la mente

1 Cf. mi Biografía de la Filosofía, I. «La filosofía griega desde su origenhasta Platón» (Emecé, Buenos Aires 1954). [Obras, vol. II.]

Page 6: Filo Sofia

antigua. Las propiedades inherentes a las cosas permiten suutilización en una técnica que se diferencia radicalmente de losprocedimientos mágicos, que manejan las cosas como poderes.Este mundo del hombre griego es inteligible. Se puede comprender;y esta comprensión consiste en ver o contemplar esarealidad y decir lo que es: teoría, lagos y ser son los tres términosdecisivos del pensamiento helénico, y se fundan en esa actitudprimaria ante el mundo. La consecuencia de ello es que elmundo aparece como algo ordenado y sometido a ley: esta es lanoción del cosmos. La razón se inserta en ese orden legal delmundo, que se puede gobernar y dirigir; y la forma concreta deesa legalidad en lo humano es la convivencia política de los hombresen la ciudad. Es menester contar con ese mínimo esquemade las creencias antiguas para comprender el hecho histórico dela filosofía griega.

I . LOS P R E S O C R Á T I C O S1. La escuela de Mileto.Se llama presocráticos a los filósofos griegos anteriores aSócrates. Esta denominación tiene, por lo pronto, un valor cronológico:son los pensadores que viven desde fines del siglo vilhasta acabar el siglo ν antes de Jesucristo. Pero tiene además unsentido más profundo: los primeros barruntos de la filosofíagriega se pueden considerar como verdadera filosofía porquedespués de ellos ha habido una filosofía plena e indudable. A laluz de la filosofía ya madura —desde Sócrates en adelante—,resultan filosóficos los primeros ensayos helénicos, no todos loscuales merecerían ese nombre si no fuesen comienzo y promesade algo ulterior. Por ser pre-socráticos, por anunciar y prepararuna madurez filosófica, son ya filósofos los primeros pensadoresde Jonia y de la Magna Grecia. No puede olvidarse que si escierto que el presente depende del pasado, a la vez refluye sobreél y lo condiciona. Las afirmaciones concretas de los más viejospensadores indios o chinos se aproximan con frecuencia a algunosde los griegos; pero la diferencia capital está en que despuésde los presocráticos ha venido Sócrates, mientras que a la balbucienteespeculación oriental no siguió una plenitud filosófica enel sentido que esta palabra tomó en Occidente. Esta es la razónde la radical diferencia con que se nos presenta el pensamientoinicial de los helenos y el de los orientales^Los últimos presocráticos no son anteriores a Sócrates, sinocontemporáneos suyos, en la segunda mitad del siglo v. Peroquedan incorporados al grupo que le antecede por el tema y elcarácter de su especulación. En toda la primera etapa de lafilosofía se trata de la naturaleza (φύσις). Aristóteles llama a estospensadores φυσιολόγοι, los físicos; hacen una física con métodofilosófico. Frente a la naturaleza, el presocrático toma una actitudque difiere enormemente de la de Hesiodo, por ejemplo.12 Historia de la Filosofía

Este pretende narrar cómo se ha configurado y ordenado el mundo,o la genealogía de los dioses; hace una teogonia, cuenta un

1 Cf. mi Biografía de la Filosofía, I. «La filosofía griega desde su origenhasta Platón» (Emecé, Buenos Aires 1954). [Obras, vol. II.]

Page 7: Filo Sofia

mito; la relación entre el mito y la filosofía es próxima, comoadviritió Aristóteles, y constituye un grave problema; pero setrata de cosas distintas. El filósofo presocrático se enfrenta conla naturaleza con una pregunta teórica: pretende decir qué es.Lo que define primariamente la filosofía es la pregunta que lamoviliza: ¿qué es todo esto? A esta pregunta no puede contestarsecon un mito, sino con una filosofía.EL MOVIMIENTO.—Ahora bien: ¿qué es lo que hace a los griegospreguntarse por lo que son las cosas? ¿Cuál es la raíz delasombro que movió por vez primera a los griegos a filosofar?En otros términos: ¿qué es lo que extraña al heleno y le hacesentirse extraño a ese mundo en que se encuentra? Repárese enque la situación de los presocráticos se diferencia de la de todoslos filósofos posteriores en que estos, al plantearse un problema,han hallado junto a él un repertorio de soluciones ya propuestasy ensayadas, mientras que los presocráticos recurren de lasrespuestas que dan la tradición o el mito a un nuevo instrumentode certeza, que es justamente la razón.La filosofía griega tiene un origen muy concreto y conocido.Comienza en las costas jónicas, en las ciudades helénicas de AsiaMenor, en los primeros años del siglo vi antes de Cristo, tal veza fines del vn. Dentro del mundo griego, la filosofía tiene, pues,un origen excéntrico; solo tardíamente, en el siglo v, aparecela especulación filosófica en la Grecia propia. Las ciudades dela costa oriental del Egeo eran las más ricas y prósperas de laHélade; en ellas se produjo primero un florecimiento económico,técnico y científico, promovido parcialmente por los contactoscon otras culturas, sobre todo la egipcia y la irania. En Mileto,la más importante de estas ciudades, apareció por vez primerala filosofía. Un grupo de filósofos, pertenecientes a tres generacionessucesivas, aproximadamente, hombres de gran relieve enla vida del país, intentan dar tres respuestas a la pregunta porla naturaleza. A este primer brote filosófico se suele llamar escuelajónica o escuela de Mileto, y sus tres figuras capitales yrepresentativas son Tales, Anaximandro y Anaxímenes, cuya actividadllena el siglo vi.TALES DE MILETO.—Vivió desde el último tercio del siglo VIThasta mediados del vi. Los relatos antiguos le atribuyen múltiplesactividades: ingeniero, astrónomo, financiero, político; comotal, se cuenta entre los Siete Sabios de Grecia. Tal vez con lejanoorigen fenicio. Probablemente viajó por Egipto, y se le atribuyela introducción en Grecia de la geometría egipcia (cálculode distancias y alturas según la igualdad y semejanza de triángulos,pero, con seguridad, de un modo empírico). También predijoun eclipse. Es, pues, una gran figura de su tiempo.Para lo que aquí más nos interesa, su filosofía, la fuente principaly de más valor es Aristóteles, autoridad máxima para lasinterpretaciones de toda la presocrática. Aristóteles dice que,según Tales, el principio (αρχή) de todas las cosas es el agua; esdecir, el estado de humedad. La razón de esto sería que los animales1 Cf. mi Biografía de la Filosofía, I. «La filosofía griega desde su origenhasta Platón» (Emecé, Buenos Aires 1954). [Obras, vol. II.]

Page 8: Filo Sofia

y las plantas tienen el alimento y la semilla húmedos.La tierra flota sobre el agua. Por otra parte, el mundo estaríalleno de espíritus o almas y de muchos demonios; o, como diceAristóteles, «todo está lleno de dioses».Se ha llamado a esto hilozoísmo (animación o vivificación dela materia). Pero lo verdaderamente importante es el hecho deque Tales, por primera vez en la historia, se hace cuestión de latotalidad de cuanto hay, no para preguntarse cuál fue el origenmítico del mundo, sino qué es en verdad la naturaleza. Entrela teogonia y Tales hay un abismo: el que separa la filosofía¿e toda la mentalidad anterior.14 Historia de la FilosofíaANAXIMANDRO.—Sucedió a Tales a mediados del siglo vi en ladirección de la escuela de Mileto. De su vida apenas se sabenada cierto. Escribió una obra, que se ha perdido, conocida conel título que posteriormente se dio a la mayoría de los escritospresocráticos: Sobre la naturaleza (περί φύσεως). Se le atribuyen,sin certeza, diversos inventos de tipo matemático y astronómico,y más verosímilmente, la confección de un mapa. A la preguntapor el principio de las cosas responde diciendo que es el ápeiron,το άπειρον. Esta palabra significa literalmente infinito, pero no ensentido matemático, sino más bien en el de ilimitación o indeterminación.Y conviene entender esto como grandioso, ilimitadoen su magnificencia, que provoca el asombro. Es la maravillosatotalidad del mundo, en que el hombre se encuentra consorpresa. Esta naturaleza es, además, principio: de ella surgentodas las cosas: unas llegan a ser, otras dejan de ser, partiendode esa αρχή. pero ella permanece independiente y superior a esoscambios individuales. Las cosas se engendran por una segregación,se van separando del conjunto de la naturaleza por unmovimiento como de criba, primero lo frío y lo caliente, y luegolas demás cosas. Este engendrarse y perecer es una injusticia, unaαδικία, un predominio injusto de un contrario sobre otro (lo calientesobre lo frío, lo húmedo sobre lo seco, etc.). Por esta injusticiaexiste el predominio de las cosas individuales. Pero hay unanecesidad que hará volver a las cosas a ese fondo último, sininjusticias, el ápeiron, inmortal e incorruptible, donde no predominanunos contrario^ sobre los otros. La forma en que ha deejecutarse esa necesidad es el tiempo. El tiempo hará que lascosas vuelvan a esa unidad, a esa quietud e indeterminación de laφύσις, de donde han salido injustamente.Anaximandro, aparte de su astronomía, bastante desarrollada,en la que no hemos de entrar, representa el paso de la simpledesignación de una sustancia como principio de la naturaleza auna idea de esta, más aguda y profunda, que apunta ya los rasgosque van a caracterizarla en toda la filosofía presocrática:una totalidad, principio de todo, imperecedera, ajena a la mutacióny a la pluralidad, opuesta a las cosas. Veremos aparecerreiteradamente estas notas en el centro mismo del problemafilosófico griego.ANAXÍMENES.—Discípulo de Anaximandro, también de Mileto,en la segunda mitad del siglo vi. Es el último milesio importante.Añade dos cosas nuevas a la doctrina de su maestro. En

1 Cf. mi Biografía de la Filosofía, I. «La filosofía griega desde su origenhasta Platón» (Emecé, Buenos Aires 1954). [Obras, vol. II.]

Page 9: Filo Sofia

primer lugar, una indicación concreta de cuál es el principio dela naturaleza: el aire, que pone en relación con la respiración oaliento. Del aire nacen todas las cosas, y a él vuelven cuandose corrompen. Esto parece más bien una vuelta al punto deLos prcsocráticos 15vista de Tales, sustituyendo el agua por el aire; pero Anaxímenesagrega una segunda precisión: el modo concreto de formaciónde las cosas, partiendo del aire, es la condensación y rarefacción.Esto es sumamente importante; no solo ya la designaciónde una sustancia primordial, sino la explicación de cómode ella se producen todas las diversas cosas. El aire enrarecidoes fuego; más condensado, nubes, agua, tierra, rocas, según elgrado de densidad. A la sustancia primera, soporte de la variedadcambiante de las cosas, se añade un principio del movimiento.En este momento, el dominio persa en Jonia va a impulsarla filosofía hacia el Oeste.2. Los pitagóricosPITÁGORAS.—Después de los milesios, el primer núcleo filosóficoimportante son los pitagóricos. A fines del siglo vi, lafilosofía se traslada de las costas de Jonia a las de la MagnaGrecia, al sur de Italia y a Sicilia, y se constituye lo que Aristótelesllamó la escuela itálica. Parece que la invasión persa enAsia Menor desplazó hacia el extremo occidental del mundo helénicoa algunos grupos jónicos, y de esta fecunda emigraciónsurgió el pitagorismo.Es uno de los problemas más oscuros y complejos de la historiagriega. Por una parte, es problemático todo lo que se refierea la historia del movimiento pitagórico; en segundo lugar,sumamente difícil su interpretación. Aquí tendremos que limitarnosa consignar sus rasgos más importantes, sin entrar en lasgraves cuestiones que suscita.El fundador de esta escuela fue Pitágoras; pero Pitágoras espoco más que un nombre; apenas se sabe nada de él, y nadacon certeza. Parece que procedía de la isla de Samos, y fue aestablecerse a Crotona, en la Magna Grecia. Se le atribuyen variosviajes, entre otros a Persia, donde hubo de conocer al magoZaratás, es decir, a Zoroastro o Zaratustra. Probablemente nose ocupó nunca de matemáticas, aunque sí posteriormente su escuela;la actividad de Pitágoras debió de ser principalmente religiosa,relacionada con los misterios órficos, emparentados a suvez con los cultos de Dionysos. Aristóteles habla de los pitagóricosde un modo impersonal, subrayando esa vaguedad con suexpresión favorita: los llamados pitagóricos...LA ESCUELA PITAGÓRICA.—Los pitagóricos se establecieron enuna serie de ciudades de la Italia continental y de Sicilia, y luegopasaron también a la Grecia propia. Formaron una liga osecta, y se sometían a una gran cantidad de extrañas normas16 Historia de la Filosofíay prohibiciones; no comían carne ni habas, ni podían usar vestidode lana, ni recoger lo que se había caído, ni atizar el fuegocon un hierro, etc. Resulta difícil comprender el sentido de estas1 Cf. mi Biografía de la Filosofía, I. «La filosofía griega desde su origenhasta Platón» (Emecé, Buenos Aires 1954). [Obras, vol. II.]

Page 10: Filo Sofia

normas, si es que tenían alguno. Se distinguían entre ellos losacusmáticos y los matemáticos, según el carácter y el grado desu iniciación. La liga pitagórica tenía una tendencia contraria ala aristocracia; pero acabó por formar una e intervenir en política.Como consecuencia de esto, se produjo una violenta reaccióndemocrática en Crotona, y los pitagóricos fueron perseguidos,muchos de ellos muertos, y su casa incendiada. El fundadorlogró salvarse, y murió, según se dice, poco después. lylás tardealcanzaron los pitagóricos un nuevo florecimiento, llamado elneopitagorismo.

3. Parménides y la escuela de EleaAparte de los pitagóricos, hay un brote filosófico fundamentalen la Magna Grecia: la escuela eleática, que tiene su centroen Parménides, y sus continuadores principales en Zenón y Meliso.Este grupo de filósofos tuvo la más alta importancia. Conellos la filosofía adquiere un nivel y un grado de profundidad queantes no tenía, y el influjo de Parménides es decisivo en todala historia de la filosofía griega y, por tanto, en su totalidadhasta hoy. Esta escuela tiene, fuera de ella, un antecedente queconviene mencionar: Jenófanes.JENÓFANES.—Era de Colofón, en Asia Menor. No se sabe sufecha exacta, pero sí que vivió al menos noventa y dos años, yque era posterior a Pitágoras y anterior a Heráclito. Por tanto,vivió en la segunda mitad del siglo vi y primera del v. Se sabetambién que recorría la Hélade recitando poesías, en general1 Sobre este problema de la matemática griega, véase Biografía de laFilosofía, I, iii, y sobre todo, Ensayos de teoría, «El descubrimiento delos objetos matemáticos en la filosofía griega». [Obras, IV.]Los presocráticos 19

suyas. La obra de Jenófanes estaba escrita en verso; son elegíasde carácter poético y moral, en las que se mezclan a veces atisbosde doctrina cosmológica. Lo más importante de Jenófaneses, por una parte, la crítica que hizo de la religión popular griega,y por otra, un cierto «panteísmo» precursor de la doctrinade la unidad del ser en la escuela eleática.Jenófanes sentía el orgullo de la sabiduría, y le parecía muysuperior a la simple fuerza o a la destreza física. Considerabainmerecida la admiración hacia los vencedores en los juegos, enlas carreras, etc. Encontraba inmorales y absurdos a los diosesde Hornero y Hesiodo, de los que s'olo se pueden aprender, dice,robos, adulterios y engaños. Al Tnismo tiempo rechaza el antropomorfismode los dioses, diciendo que, así como los etíopeslos hacen chatos y negros, los leones o los bueyes los harían, sipudieran, en figura de león o de buey. Frente a esto, Jenófaneshabla de un único Dios. Copiamos los cuatro fragmentos de sussátiras referentes a esto (Diels, frag. 23-26): «Un solo dios, elmayor entre los dioses y los hombres, no semejante a los hombresni por la forma ni por el pensamiento.—Ve entero, piensaentero, oye entero.—Pero, sin trabajo, gobierna todo por la fuerzade su espíritu.—Y habita siempre en el mismo lugar, sin moversenada, ni le conviene desplazarse de un lado para otro.»1 Cf. mi Biografía de la Filosofía, I. «La filosofía griega desde su origenhasta Platón» (Emecé, Buenos Aires 1954). [Obras, vol. II.]

Page 11: Filo Sofia

Estos fragmentos tienen un sentido bastante claro. Hay unidad—divina— subrayada fuertemente. Y este dios uno es inmóvily todo. Por esto dijo Aristóteles que Jenófanes fue el primeroque «unizó», es decir, que fue partidario del uno. Y por estarazón, prescindiendo del oscuro problema de las influencias, esforzoso admitir a Jenófanes como un precedente de la doctrinade los eleáticos.PARMÉNIDES.—Parménides es el filósofo más importante detodos los presocráticos. Significa en la historia de la filosofía unmomento de capital importancia: la aparición de la metafísica.Con Parménides, la filosofía adquiere su verdadera jerarquía yse constituye en forma rigurosa. Hasta entonces, la especulacióngriega había sido cosmológica, física, con un propósito y un métodofilosófico; pero es Parménides quien descubre el tema propiode la filosofía y el método con el cual se puede abordar. Ensus manos la" filosofía llega a ser metafísica y ontología; no vaa versar ya simplemente sobre las cosas, sino sobre las cosasen cuanto son, es decir, como entes. El ente, el idv, óv, es el grandescubrimiento de Parménides. Hasta tal extremo, que la filosofíasensu stricto empieza con él, y el pensamiento metafísicohasta nuestros días conserva la huella que le imprimió la mentede Parménides. Y junto al objeto, el método que nos permite20 Historia de la Filosofíallegar a él, lo que los griegos llamaron νους, noüs', y los latinostradujeron por mens, mente, pensamiento o incluso tal vez, enalgunos casos, espíritu. Este noüs, como ya veremos, está enuna esencial unidad con el ón. La interpretación de la filosofíade Parménides presenta graves dificultades. Aquí no podemosentrar en ellas, sino simplemente indicar el núcleo más nuevo yeficaz de su pensamiento. La interpretación del filósofo eleáticoha dado pasos decisivos en los últimos años con la labor deKarl Reinhardt y, sobre todo, de mi maestro Zubiri.Parménides de Elea vivió a fines del siglo vi y en la primeramitad del v: no se puede dar mayor precisión sobre su fecha.No parece probable la relación personal con Jenófanes, a pesarde indudables influencias. También parece que le alcanzaron lasdel pitagorismo. Platón le dedicó un diálogo de su mismo nombre,tal vez el más importante de todos los platónicos. Aristótelesle dedica mucha atención. Además, se conservan considerablesfragmentos de un poema de Parménides, escrito en hexámetros,que se conoce con el título tradicional Sobre la naturaleza.ONTOLOGÍA o METAFÍSICA.—Podemos preguntarnos ahora el sentidodel descubrimiento de Parménides. Las cosas, en griegoχράγιχατα, prágmata, muestran a los sentidos múltiples predicadoso propiedades. Son coloreadas, calientes o frías, duras o blandas,grandes o pequeñas, animales, árboles, rocas, estrellas, fuego,barcos hechos por el hombre. Pero consideradas con otroórgano, con el pensamiento o noüs, presentan una propiedad sumamenteimportante y común a todas: antes de ser blancas, orojas, o calientes, son. Son, simplemente. Aparece el ser como

1 Cf. mi Biografía de la Filosofía, I. «La filosofía griega desde su origenhasta Platón» (Emecé, Buenos Aires 1954). [Obras, vol. II.]

Page 12: Filo Sofia

una propiedad esencial de las cosas, como lo que se ha llamadodespués un predicado real, que no se manifiesta sino al noüs.Las cosas son ahora δντα, entes. Y .el óv y el νους aparecen en unaconexión esencial, de modo que no se dan el uno sin el otro.Los presocráticos 23Parménides dice en este sentido que son lo mismo el ser y elnoein o noüs. A los ojos del noüs el ente es uno e inmóvil, frentea la pluralidad y cambio de las cosas que se dan en la sensación.En Parménides comienza ya la escisión de los dos mundos, elde la verdad y el de la apariencia (opinión o dóxa), que es falsedadcuando se toma como la realidad verdadera. Esta escisiónva a ser decisiva para el pensamiento griego.Con Parménides, pues, la filosofía pasa de ser física a serantología. Una ontología del ente cósmico, físico. Y ocurre precisamenteque, como el ente es inmóvil, la física es imposibledesde el punto de vista del ser y, por tanto, de la filosofía. Lafísica es la ciencia de la naturaleza, y naturaleza es el principiodel movimiento de las cosas naturales. Si el movimiento no es,no es posible la física como ciencia filosófica de la naturaleza.Este es el grave problema que se va a debatir en todos los presocráticosposteriores y no va a encontrar una solución suficientemás que en Aristóteles. Si el ente es uno e inmóvil, no hay naturaleza,y la física es imposible. Si el movimiento es, se necesitauna idea del ente distinta de la de Parménides. Esto es loque consigue, como veremos en su hora, Aristóteles. Antes deél, la filosofía griega es el esfuerzo para hacer posible el movimientodentro de la metafísica de Parménides. Esfuerzo fecundo,que mueve a la filosofía y la obliga a plantearse el problema deraíz. Una lucha de gigantes en torno al ser, para decirlo confrase de Platón.EL PROBLEMA GENERAL.—Parménides había llegado a descubrirlas cosas como entes, como algo que es; y, a consecuencia deesto, había tenido que atribuir al ente una serie de predicadosque resultan contradictorios con el modo efectivo de comportarselas cosas; y de aquí surgía el problema. Un problema, enefecto, es eso: la conciencia de una contradicción. El ejemploclásico del palo sumergido en el agua, que es recto al tacto yquebrado a la vista, que es recto y no recto, y, por tanto, esy no es. Así, el ente es uno e inmóvil, pero de hecho resulta quelas cosas —que son— se mueven y son muchas. La contradicciónque aquí aparece es en el fondo la misma con la cual se las huboParménides: la del ser y el no ser.Parménides ha descubierto que cuando de una cosa se diceque es blanca, no solo tenemos la cosa y la blancura, sino queademás tenemos el es, que penetra las dos y hace que la cosasea blanca. El ente es, como dice Platón, una tercera cosa, uncierto tercero,

A) HERÁCLITOParménides y Heráclito. Son aproximadamentecontemporáneos, pero Heráclito se mueve dentro de

1 Cf. mi Biografía de la Filosofía, I. «La filosofía griega desde su origenhasta Platón» (Emecé, Buenos Aires 1954). [Obras, vol. II.]

Page 13: Filo Sofia

la dialéctica parmenidea del ser y el no ser, y, por tanto, sepuede considerar filosóficamente como sucesor de Parménides.Heráclito despreciaba a la muchedumbre y condenaba los cultosy ritos de la religión popular. Teofrasto lo llama «melancólico».Los griegos le dieron, por su estilo un tanto sibilino, el sobrenombrede «Heráclito el Oscuro». Dice el oráculo de Delfos queni manifiesta ni oculta su pensamiento, sino que lo indica porsignos. Y esto se podría aplicar tal vez a sus escritos.EL DEVENIR.—Lo que más importa es caracterizar la metafísicade Heráclito y situarla dentro de la evolución de la filosofíaposterior a Parménides. Heráclito afirma taxativamente lavariación o movimiento de las cosas: ζάντα psi, todo corre, todo•fluye. Nadie se puede bañar dos veces en el mismo río, porqueel río permanece, pero el agua ya no es la misma. La realidades cambiante y mudable. Por esto la sustancia primordial es elLos presocráticos 27fuego, la menos consistente de todas, la que más fácilmente setransforma. Además —dice—, la guerra es el padre de todas lascosas, πόλεμος ζατήο πάντων. Es decir, la discordia, la contrariedad,es el origen de todo en el mundo. El mundo es un eterno fuegoque se transforma. Como lo igual se conoce por lo igual, segúnun viejo principio de conocimiento, el alma seca, la que se pareceal fuego, es la mejor de todas y la que mejor conoce: elalma del sabio. El alma húmeda, como barro, es un alma inferior.

B) EMPÉDOCLES

1 Cf. mi Biografía de la Filosofía, I. «La filosofía griega desde su origenhasta Platón» (Emecé, Buenos Aires 1954). [Obras, vol. II.]