Filosofia Moral y Pluralismo, Famoral (Lecturas Obligatorias)

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UNIVERSIDAD DE CHILE Facultad de Derecho Departamento de Ciencias del Derecho Curso Filosofía Moral Sección profesor Marcos Andrade Moreno Primer semestre de 2012 LECTURAS OBLIGATORIAS I Filosofía Moral y Pluralismo 1. MAGEE, Brian, “Una introducción a la filosofía. Diálogo con Isaiah Berlin”, en del mismo Los hombres detrás de las ideas. México D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1993, pp. 17-46. 2. DESCARTES, René, “Primera Meditación”, en del mismo Meditaciones Metafísicas y otros textos. Madrid: Gredos, 1987, pp. 15- 21. 3. PLATÓN, “El Critón”, en del mismo Diálogos. México D. F.: Porrúa, 1966, pp. 28-34. 4. ORELLANA BENADO, M. E., “Identidad, filosofía y tradiciones”, prólogo a Scruton 1999, pp. xviii-xxi. 5. __________, “Tradiciones y concepciones en filosofía” (extracto), en O. Nudler (ed.), Filosofía de la Filosofía (Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, Vol. 33). Madrid: Trotta, 2010, pp. 49-78. 6. __________, “Tres concepciones de la filosofía”, en del mismo Pluralismo: una ética del siglo XXI. Santiago de Chile: Universidad de Santiago de Chile, 1996, pp. 21-36. 7. SCRUTON, Roger, “Naturaleza de la filosofía”, en del mismo Filosofía moderna: una introducción sinóptica. Santiago de Chile: Cuatro Vientos, 1999, pp. 1-15. 8. ANSCOMBE. G.E.M., “La filosofía moral moderna”, en de la misma La filosofía analítica y la espiritualidad del hombre (trad. Ch. Martin y J. M. Torralba). Pamplona: Eunsa, 2005, pp. 95-122. 9. MACINTYRE, Alasdair, “La naturaleza del desacuerdo moral actual y las pretensiones del emotivismo”, en del mismo Tras la virtud. Barcelona: Crítica, 2004, pp. 19-39. 10. CORTINA, Adela, “Ética como filosofía moral” y “Panorama ético contemporáneo: ¿tiempos de ética domesticada?”, en de la misma Ética Mínima. Introducción a la filosofía práctica. Madrid: Tecnos, 2009, pp. 37-53; 55-73.

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UNIVERSIDAD DE CHILE

Facultad de Derecho Departamento de Ciencias del Derecho Curso Filosofía Moral Sección profesor Marcos Andrade Moreno Primer semestre de 2012

LECTURAS OBLIGATORIAS I

Filosofía Moral y Pluralismo

1. MAGEE, Brian, “Una introducción a la filosofía. Diálogo con Isaiah Berlin”, en del mismo Los hombres detrás de las ideas. México D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1993, pp. 17-46. 2. DESCARTES, René, “Primera Meditación”, en del mismo Meditaciones Metafísicas y otros textos. Madrid: Gredos, 1987, pp. 15-21. 3. PLATÓN, “El Critón”, en del mismo Diálogos. México D. F.: Porrúa, 1966, pp. 28-34. 4. ORELLANA BENADO, M. E., “Identidad, filosofía y tradiciones”, prólogo a Scruton 1999, pp. xviii-xxi. 5. __________, “Tradiciones y concepciones en filosofía” (extracto), en O. Nudler (ed.), Filosofía de la Filosofía (Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, Vol. 33). Madrid: Trotta, 2010, pp. 49-78. 6. __________, “Tres concepciones de la filosofía”, en del mismo Pluralismo: una ética del siglo XXI. Santiago de Chile: Universidad de Santiago de Chile, 1996, pp. 21-36. 7. SCRUTON, Roger, “Naturaleza de la filosofía”, en del mismo Filosofía moderna: una introducción sinóptica. Santiago de Chile: Cuatro Vientos, 1999, pp. 1-15. 8. ANSCOMBE. G.E.M., “La filosofía moral moderna”, en de la misma La filosofía analítica y la espiritualidad del hombre (trad. Ch. Martin y J. M. Torralba). Pamplona: Eunsa, 2005, pp. 95-122. 9. MACINTYRE, Alasdair, “La naturaleza del desacuerdo moral actual y las pretensiones del emotivismo”, en del mismo Tras la

virtud. Barcelona: Crítica, 2004, pp. 19-39. 10. CORTINA, Adela, “Ética como filosofía moral” y “Panorama ético contemporáneo: ¿tiempos de ética domesticada?”, en de la misma Ética Mínima. Introducción a la filosofía práctica. Madrid: Tecnos, 2009, pp. 37-53; 55-73.

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1. Magee, Brian, “Una introducción a la filosofía. Diálogo con Isaiah Berlin”, en del mismo Los hombres detrás de las ideas. México D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1993, pp. 17-46.

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2. Descartes, René, “Primera Meditación”, en del mismo Meditaciones Metafísicas y otros textos. Madrid: Gredos, 1987, pp. 15-21.

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3. Platón, “El Critón”, en del mismo Diálogos. México D. F.: Porrúa, 1966, pp. 28-34.

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4. Orellana Benado, M. E., “Identidad, filosofía y tradiciones”, prólogo a Scruton 1999, pp. xviii-xxi.

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5. Orellana Benado, M.E., “Tradiciones y concepciones en filosofía” (secciones 1, 2 y 4), en O. Nudler (ed.), Filosofía de la Filosofía (Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, Vol. 33). Madrid: Trotta, 2010, pp. 49-78.

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Osc

ar N

udle

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iloso

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fía (

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vol.

31, T

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10 p

p. 4

9 –

78)

TRADICIONES Y CONCEPCIONES EN FILOSOFÍA

M. E. Orellana Ben

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, 38

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l es

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y, d

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llan

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996,

235

, 248

-9).

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«occ

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«occ

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fiel

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, in

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mos

un

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ón u

mbi

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l qu

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s y,

aún

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ma

del

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o X

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ide

ntif

icac

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ino

«occ

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nto

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cide

ntal

y

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fica

. D

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s su

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l; e

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n la

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co

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def

iend

e y

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s re

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tiva

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fía,

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cos

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s prá

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fica

s de

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n su

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o de

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tint

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os,

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men

tos

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s) m

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de r

espo

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nqui

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es,

por

nom

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cas

del

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ient

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fía,

en

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mol

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. Si

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mis

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y ot

ros

dom

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tale

s co

mo

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cien

cias

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ratu

ra e

n to

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tam

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filo

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s m

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n a

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ón,

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serí

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énti

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ón

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al, l

ingü

ísti

ca, t

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ca o

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Tal

ser

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l fu

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de

las

dist

inta

s va

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cion

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tant

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que

se

hace

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las

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bien

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XX

, cad

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es c

omen

zaro

n a

usar

ta

mbi

én e

l pl

ural

, las tradiciones filosó

fica

s, l

a si

tuac

ión

en r

igor

no

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bió

muc

ho p

orqu

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si n

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qué

ente

ndía

por

una

«tr

adic

ión»

, co

nfia

ndo

acas

o en

que

por

una

vez

lo

impo

sibl

e oc

urri

ría

en f

ilos

ofía

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sabe

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l m

ero

«rui

do»

asoc

iado

con

un

térm

ino

serí

a su

fici

ente

par

a de

fini

r o

eluc

idar

su

pape

l te

óric

o. A

sí,

se

pasó

por

alt

o la

pre

gunt

a m

etaf

ilos

ófic

a ac

erca

de

cuál

ser

ía e

l m

ejor

uso

del

tér

min

o tradición,

pret

endi

éndo

se q

ue e

ra i

nter

cam

biab

le salva veritatis

con,

ent

re v

aria

s ot

ras

pala

bras

, concepción.

Rec

ién

a fi

nes

del s

iglo

XX

y e

n al

guna

lite

ratu

ra te

mpr

ana

del s

iglo

XX

I se

encu

entr

an

exce

pcio

nes

que

cons

titu

yen

lo q

ue p

udié

ram

os d

enom

inar

la

posi

ción

de

min

oría

sob

re

este

asu

nto,

por

eje

mpl

o, c

uand

o el

fil

ósof

o al

emán

Han

s-Jo

hann

Glo

ck s

osti

ene

que:

«U

na

conc

epci

ón h

istó

rica

pla

usib

le t

rata

la

filo

sofí

a an

alít

ica

com

o una tra

dición filosófica

en

evol

ució

n, u

n co

njun

to d

e pr

oble

mas

, m

étod

os y

cre

enci

as q

ue s

e tr

ansm

iten

de

man

era

soci

al d

esde

el

pasa

do y

que

se

desa

rrol

lan

en e

l ti

empo

», y

tam

bién

cua

ndo

afir

ma

que:

«L

a fi

loso

fía

anal

ític

a no

es

solo

un

diál

ogo

abst

ract

o o

idea

liza

do, s

ino

uno

que

tien

e lu

gar

Page 45: Filosofia Moral y Pluralismo, Famoral (Lecturas Obligatorias)

en i

nsti

tuci

ones

y q

ue s

e de

sarr

olla

en

la h

isto

ria»

(G

lock

, 20

08,

Cap

. 8;

el

énfa

sis

y la

tr

aduc

ción

son

mío

s), o

cua

ndo

el e

stad

ouni

dens

e A

. J. M

andt

señ

ala

que:

«la

fil

osof

ía e

s a

la v

ez u

na e

mpr

esa

raci

onal

y u

na c

omun

idad

de

prác

tica

» (M

andt

, 198

9, 8

1).

La

vers

ión

más

ela

bora

da d

e la

pos

ició

n de

min

oría

es

aque

lla

que

se d

enom

inó

al

inic

io c

once

pció

n ar

gum

enta

tiva

de

la f

ilos

ofía

y,

más

tar

de,

plur

alis

mo

met

afil

osóf

ico

mul

tidi

men

sion

al

(cf.

O

rell

ana

Ben

ado,

20

00;

1999

; 19

97;

1994

; O

rell

ana

Ben

ado,

B

oben

riet

h y

Ver

dugo

, 19

98)3

. Seg

ún e

lla,

cor

resp

onde

ría

dist

ingu

ir d

e m

aner

a ta

jant

e en

tre tradición filosó

fica

y, p

or e

l otr

o la

do, c

oncepción filosó

fica

. Com

o su

nom

bre

lo h

ace

espe

rar,

en

ambo

s ca

sos,

dic

ha v

ersi

ón d

el p

lura

lism

o m

etaf

ilos

ófic

o re

com

iend

a us

ar e

l pl

ural

: la

s tr

adic

ione

s fi

losó

fica

s y

las

conc

epci

ones

de

la

fi

loso

fía.

L

as

prác

tica

s fi

losó

fica

s, p

or c

iert

o la

s de

l si

glo

XX

, se

ent

ende

rían

mej

or c

uand

o se

las

ubi

ca e

n el

co

ntex

to d

e un

a fa

mil

ia d

e tr

adic

ione

s fi

losó

fica

s qu

e, r

ecog

iend

o un

tér

min

o in

trod

ucid

o po

r el

au

stri

aco

Lud

wig

W

ittg

enst

ein,

co

mpa

rtir

ían

solo

un

«p

arec

ido

de

fam

ilia

» (W

ittg

enst

ein,

198

8, s

ecci

ones

66,

67,

69,

71-

6, 7

7).

Y c

uand

o se

rec

onoc

e qu

e la

s pr

ácti

cas

filo

sófi

cas,

com

o la

s de

muc

hos

otro

s do

min

ios,

ten

dría

n se

ndas

dim

ensi

ones

institucional

y política

, ade

más

de

la d

enom

inad

a ha

ce u

n m

omen

to conce

ptual,

idea

l o

de

leng

uaje

4 .

La

dim

ensi

ón institucional

de l

as p

ráct

icas

fil

osóf

icas

des

igna

, po

r de

pro

nto,

los

ce

ntro

s de

fo

rmac

ión,

in

vest

igac

ión

e ir

radi

ació

n en

fi

loso

fía

y la

s re

des

que

tale

s in

stit

ucio

nes

inte

gran

; lo

s te

xtos

que

en

ella

s so

n co

nsid

erad

os c

anón

icos

par

a ca

da u

no d

e ta

les

prop

ósit

os;

los

proy

ecto

s,

líne

as

y pr

ogra

mas

de

in

vest

igac

ión

que

en

ello

s se

ej

ecut

an.

Ell

a in

clui

ría

tam

bién

los

rit

os m

edia

nte

los

cual

es l

as p

erso

nas

son

inco

rpor

adas

a

dich

o do

min

io d

e pr

ácti

cas

y, t

ambi

én,

aque

llos

med

iant

e lo

s cu

ales

se

las

dist

ingu

e du

rant

e su

car

rera

; la

s in

stan

cias

de

reun

ión

peri

ódic

a, c

omo

sem

inar

ios

y co

ngre

sos,

así

co

mo

los

dem

ás m

edio

s a

los

cual

es s

e re

curr

e pa

ra l

a di

fusi

ón y

deb

ate

crít

ico

de l

as

dist

inta

s co

ncepciones filosó

fica

s: l

os a

rtíc

ulos

en

revi

stas

eru

dita

s, l

os l

ibro

s pu

blic

ados

po

r la

s ed

itor

iale

s es

peci

aliz

adas

e i

nclu

so,

ya d

esde

fin

es d

el s

iglo

XX

, los

tex

tos

que

solo

se

dif

unde

n en

la

Web

; y,

por

dej

ar h

asta

aqu

í la

list

a, l

as f

uent

es y

los

can

ales

med

iale

s lo

s cu

ales

se

post

ula

a la

fin

anci

ació

n de

act

ivid

ades

y p

roye

ctos

, ta

nto

aque

llos

que

son

pr

esen

tado

s po

r lo

s ce

ntro

s m

ism

os

com

o de

lo

s qu

e cu

enta

n so

lo

con

el

aval

de

de

term

inad

os in

divi

duos

(M

andt

, 198

9, 7

7-81

)5.

Aho

ra b

ien,

la

dim

ensi

ón política

de

las

prác

tica

s fi

losó

fica

s id

enti

fica

los

fac

tore

s de

di

stin

to tip

o qu

e co

nfie

ren

y re

stan

pod

er a

los

fil

ósof

os y

en

térm

inos

de

los

cual

es f

orm

an

las

alia

nzas

y l

as r

ival

idad

es q

ue d

eter

min

an e

l cu

rso

de s

us p

ugna

s. A

sab

er,

desd

e la

s si

mpa

tías

o a

ntip

atía

s pe

rson

ales

, las

hab

ilid

ades

exp

osit

ivas

, arg

umen

tati

vas

y de

lide

razg

o as

í co

mo

su d

omin

io d

e au

tore

s, p

robl

emas

y t

emas

; el

pre

stig

io d

e la

s in

stit

ucio

nes

en l

as

cual

es s

e fo

rman

, de

aqu

ella

s en

las

cua

les

se d

esem

peña

n as

í co

mo

el r

econ

ocim

ient

o qu

e al

canz

an t

anto

su

obra

com

o lo

s di

scíp

ulos

cuy

a fo

rmac

ión

han

supe

rvis

ado;

y,

hast

a el

m

onto

de

los

recu

rsos

eco

nóm

icos

que

con

trol

an y

su

capa

cida

d de

mod

ific

ar e

n vi

rtud

de

éste

tan

to e

l di

seño

de

la r

ed i

nsti

tuci

onal

com

o lo

s te

mas

y p

robl

emas

que

son

abo

rdad

os.

3

El

segu

ndo

apel

lido

de

esta

pos

ició

n pl

ural

ista

en

met

afil

osof

ía b

usca

con

tras

tarl

a co

n lo

que

Nic

hola

s R

esch

er ll

amó,

en

ingl

és, «

plur

alis

mo

met

afil

osóf

ico

orie

ntat

ivo»

cf.

Res

cher

(19

94).

4

Agr

adez

co a

Edu

ardo

Fer

man

dois

la s

uger

enci

a de

pre

cisa

r es

te p

unto

. 5

La

idea

de

incl

uir

en e

sta

dim

ensi

ón a

los

rit

os d

e in

corp

orac

ión

al d

omin

io d

e pr

ácti

cas

filo

sófi

cas

(por

ej

empl

o, l

a ob

tenc

ión

de g

rado

s ac

adém

icos

) es

de

Nud

ler

(199

4),

en u

na c

onfe

renc

ia n

o pu

blic

ada,

dic

tada

en

la U

nive

rsid

ad H

ebre

a de

Jer

usal

én.

Page 46: Filosofia Moral y Pluralismo, Famoral (Lecturas Obligatorias)

Alg

unas

de

esta

s al

ianz

as y

riv

alid

ades

son

int

erna

s a

la f

ilos

ofía

mis

ma.

Otr

as s

on

exte

rnas

, y la

rel

acio

nan

con

otro

s do

min

ios

de p

ráct

icas

; est

o es

, con

otr

os c

onte

xtos

en

los

cual

es,

med

iant

e pr

ácti

cas

dive

rsas

, lo

s se

res

hum

anos

tam

bién

dis

eñan

y b

usca

n di

fund

ir

sus co

ncepciones

, lu

chan

do d

e m

aner

a in

cesa

nte

entr

e el

los

y el

las,

en

esa

pugn

a qu

e, d

e se

r co

rrec

to e

l jui

cio

lapi

dari

o de

Hob

bes,

term

inar

ía s

olo

con

la m

uert

e.

La

posi

ción

de

may

oría

en

met

afil

osof

ía, a

la c

ual se

alu

dió

al c

omie

nzo,

no

reco

noce

qu

e la

s di

men

sion

es i

nsti

tuci

onal

es y

pol

ític

as s

ean

part

e de

lo

filo

sófi

co6 .

Dad

o qu

e el

las

apun

tan

a as

pect

os c

oncr

etos

, prá

ctic

os o

em

píri

cos

(seg

ún p

refe

rirí

an ta

l vez

dec

ir a

lgun

os,

a su

man

era

de estar-en

-el-mundo o

, seg

ún a

ún o

tros

, a s

u en

carn

ación e

n el

mun

do r

eal)

y

diri

gen

la a

tenc

ión,

en

su n

ivel

bás

ico,

a q

uien

es p

ract

ican

det

erm

inad

as f

ilos

ofía

s, l

as

pers

onas

rea

les

y co

ncre

tas

que,

com

o bi

en d

esta

có e

l es

paño

l M

igue

l de

Una

mun

o, s

on e

n úl

tim

o té

rmin

o lo

s au

tore

s en

fil

osof

ía, t

ales

dim

ensi

ones

no

podr

ían

cont

ar c

omo,

en

rigo

r,

filo

sófi

cas

(Una

mun

o, 1

937)

. Un

cont

raje

mpl

o de

la p

osic

ión

de m

ayor

ía s

urge

cua

ndo,

por

ej

empl

o, i

nten

tam

os e

nten

der

el q

ue o

bras

sob

re u

n au

tor

dado

que

son

de

cali

dad

sim

ilar

en

rmin

os

de

su

docu

men

taci

ón,

rigo

r e

imag

inac

ión

(com

o,

por

ejem

plo,

la

s de

l ne

ozel

ande

s B

enne

tt,

el i

nglé

s St

raw

son

y el

chi

leno

Tor

rett

i so

bre

el p

rusi

ano

Kan

t),

publ

icad

as c

on s

olo

mes

es d

e di

fere

ncia

, te

ngan

im

pact

os t

an d

isím

iles

en

la d

iscu

sión

po

ster

ior

(Ore

llan

a B

enad

o,

2006

, 21

4-21

5).

¿Aca

so

serí

a se

nsat

o so

sten

er

que

tale

s fe

nóm

enos

no

son

sign

ific

ativ

os e

n té

rmin

os f

ilos

ófic

os?

El

plur

alis

mo

met

afil

osóf

ico

mul

tidi

men

sion

al,

por

el c

ontr

ario

, so

stie

ne q

ue lo

fi

losó

fico

ser

ía c

once

ptua

l, pe

ro t

ambi

én i

nsti

tuci

onal

y p

olít

ico.

Y r

eser

va e

l té

rmin

o tradición filosó

fica

par

a ha

blar

de

algo

más

com

plej

o qu

e un

a m

era co

nce

pción o

suc

esió

n de

ell

as7 .

Seg

ún e

sta

eluc

idac

ión

del t

érm

ino,

una

trad

ició

n fi

losó

fica

est

aría

con

stit

uida

por

la

con

junc

ión

de r

acim

os d

e co

ncepciones filosó

fica

s, s

urgi

das

de p

ráct

icas

que

est

án

ancl

adas

en

una

y la

mis

ma

red institucional,

y qu

e se

des

arro

llan

y m

odif

ican

en

la h

isto

ria

a la

luz

de

pugn

as q

ue t

iene

n di

men

sion

es política

s (e

sto

es,

de a

lian

zas

y ri

vali

dade

s qu

e no

son

sie

mpr

e, a

unqu

e pu

edan

ser

lo a

lgun

as v

eces

, de

tip

o po

líti

co p

arti

dist

a o,

inc

luso

, ge

opol

ític

o). P

ara

habl

ar d

e un

a tradición filosó

fica

se

requ

erir

ía q

ue r

esul

tara

de

prov

echo

ex

plic

ativ

o as

ocia

r ra

cim

os

de co

nce

pciones

de

la

fi

loso

fía,

la

s cu

ales

si

bi

en es

tán

enfr

enta

das

unas

con

otr

as p

or m

últipl

es d

esac

uerd

os (

debi

dos,

por

eje

mpl

o, a

dif

eren

cias

re

spec

to d

e la

s am

bici

ones

, la

s pr

egun

tas,

los

mét

odos

o l

as r

espu

esta

s),

sin

emba

rgo,

pr

eser

van

la c

apac

idad

de

argu

men

tar

y de

bati

r en

tre

ella

s8. E

s de

cir,

que

no

se e

ncue

ntra

n ta

n di

stan

tes,

en

térm

inos

de

sus

dim

ensi

ones

con

cept

uale

s, i

nsti

tuci

onal

es y

pol

ític

as,

com

o pa

ra p

rese

ntar

se u

nas

ante

las

otra

s co

mo

ridí

cula

s o

indi

gnas

de

ser

tom

adas

en

seri

o (e

n D

umm

ett,

1978

hay

un

ilum

inad

or e

jem

plo

refe

rido

a l

a fi

loso

fía

anal

ític

a);

sobr

e el

te

ma

del

ridí

culo

y l

a ar

gum

enta

ción

rac

iona

l (c

f. O

rell

ana

Ben

ado,

200

4; 1

996)

. L

o fi

losó

fico

ser

ía e

n pa

rte

conc

eptu

al p

ero,

tam

bién

, en

part

e in

stit

ucio

nal y

en p

arte

pol

ític

o.

6

Par

a el

uso

que

Rus

sell

hiz

o de

lo

que

deno

min

ó un

a “a

ctit

ud p

uram

ente

filo

sófi

ca”

y ot

ra q

ue s

e in

spir

aría

en

el “

espí

ritu

his

tóri

co”

en s

u in

tent

o po

r in

terp

reta

r a

Lei

bniz

com

o su

ant

eces

or c

f. G

oeth

e (2

007,

195

-6).

7 U

na d

efen

sa t

empr

ana

del

plur

alis

mo

en m

etaf

ilos

ofía

que

, sin

rec

onoc

er l

a di

vers

idad

de

sus

dim

ensi

ones

, va

lora

el d

esac

uerd

o en

las

prác

tica

s ar

gum

enta

tiva

s de

la f

ilos

ofía

en

Res

cher

(19

93).

8

Cf.

Dav

idso

n (1

984)

par

a un

arg

umen

to s

egún

el

cual

, al

inte

rior

de

un m

arco

con

cept

ual

cual

quie

ra r

esul

ta

impo

sibl

e ha

cer

plau

sibl

e (e

n el

sen

tido

de

tom

arse

en

seri

o) l

a ex

iste

ncia

de

otro

mar

co,

que

sea

por

com

plet

o di

sjun

to d

el o

inc

onm

ensu

rabl

e co

n el

pri

mer

o. A

hora

bie

n, e

sto

no i

mpi

de q

ue t

ales

opc

ione

s se

pr

esen

ten

com

o ri

dícu

las

o in

dign

as d

el in

tent

o de

ent

rar

en u

n di

álog

o ra

cion

al c

on e

llas

.

Page 47: Filosofia Moral y Pluralismo, Famoral (Lecturas Obligatorias)

¿Cóm

o se

pre

sent

aría

una

his

tori

a de

las

prác

ticas

filo

sófi

cas,

así

com

o de

los

acue

rdos

y

desa

cuer

dos

que

mot

ivan

su

s de

bate

s,

que

estu

vier

a es

crita

de

sde

una

tal

posi

ción

m

etaf

ilosó

fica

? N

o co

rres

pond

e aq

uí i

nten

tar

resp

onde

r en

det

alle

una

pre

gunt

a ta

n co

mpl

eja

(ni s

ería

tam

poco

el au

tor

de e

ste

capí

tulo

la

pers

ona

indi

cada

par

a ha

cerl

o). P

ero

esbo

zar

sus

línea

s ge

nera

les

mue

stra

cuá

nto

ella

div

ergi

ría

de l

o qu

e an

tes

se d

enom

inó

la p

osic

ión

de

may

oría

; es

dec

ir,

aque

lla q

ue i

ntro

duce

la

filo

sofí

a ha

blan

do e

n si

ngul

ar d

e la tradición

filosófica

. Ant

es d

e la

mod

erni

dad

y du

rant

e do

s pe

ríod

os, l

argo

s pe

ro d

isju

ntos

, las

prá

ctic

as

filo

sófi

cas

habr

ían

esta

do a

grup

adas

en

raci

mos

de

conc

epci

ones

filo

sófi

cas al interior de una

y la m

isma tradición filosófica

. L

a pr

imer

a de

est

as t

radi

cion

es f

ilosó

fica

s se

ría

la g

rieg

a,

helé

nica

o,

por

así

deci

r, c

lási

ca c

uyos

ini

cios

est

aría

n en

las

esp

ecul

acio

nes

acer

ca d

e la

na

tura

leza

últi

ma

del

mun

do a

soci

adas

con

los

pre

socr

átic

os.

Ella

alc

anza

ría

su m

ayo

ría de

edad e

n A

tena

s y

con

Sócr

ates

. E

n pa

rtic

ular

, co

n su

rec

hazo

de

la a

rgum

enta

ción

de

auto

rida

d, e

xpre

sada

con

su

irón

ica

reac

ción

ant

e el

dic

tam

en d

el O

rácu

lo qu

e lo

pr

ocla

mar

a el

más

sa

bio

de lo

s at

enie

nses

: «S

olo

que

nada

».

Dos

gr

ande

s ra

cim

os

de

conc

epci

ones

in

icia

les

se

enfr

enta

rían

, a

cont

inua

ción

, en

dic

ha t

radi

ción

filo

sófi

ca,

la u

na e

star

ía a

soci

ada

con

su

disc

ípul

o Pl

atón

, la

otra

con

Ari

stót

eles

, el

disc

ípul

o de

est

e úl

timo.

Cua

ndo

se las

nom

bra

en

virt

ud d

e su

s re

spec

tivas

po

sici

ones

epi

stem

ológ

icas

se

las

deno

min

a «r

acio

nalis

mo»

y

«em

piri

smo»

, y

si s

e lo

que

se

desa

taca

en

ella

s so

n su

s pr

opue

stas

met

afís

icas

se

las

llam

a «i

deal

ism

o» y

«m

ater

ialis

mo»

. M

ás t

arde

, en

est

a tr

adic

ión

surg

en, e

ntre

otr

as, co

ncep

cion

es

cíni

cas,

epi

cúre

as, e

scép

ticas

y e

stoi

cas

ante

s de

ext

ingu

irse

700

año

s m

ás ta

rde,

en

el s

egun

do

sigl

o de

la

era

com

ún,

con

Plot

ino

o, s

i se

lo

pref

iere

, co

n su

edi

tor,

Porf

irio

(C

ollin

s, 1

998,

80

-133

).

Var

ios

sigl

os lu

ego

de e

xtin

guid

a és

ta y

en

el p

erío

do ta

rdom

edie

val o

de

la b

aja

edad

m

edia

, hab

ría

surg

ido

una

segu

nda

trad

ició

n fi

losó

fica

, dis

tint

a po

r di

scon

tinu

a en

tér

min

os

inst

ituc

iona

les

de l

a an

teri

or;

a sa

ber,

la

trad

ició

n m

enci

onad

a en

el

segu

ndo

párr

afo

de l

a pr

esen

te s

ecci

ón,

aque

lla

que

pued

e pr

esen

tars

e en

soc

ieda

d co

n el

ape

llid

o occiden

tal

o cristiana

y,

tam

bién

, en

re

tros

pect

iva

y co

mo

hom

enaj

e al

m

ás

dest

acad

o de

su

s re

pres

enta

ntes

, tomista

. E

sta

segu

nda

trad

ició

n fi

losó

fica

fue

pra

ctic

ada

prim

ero

en l

as

abad

ías

y m

onas

teri

os y

, m

ás t

arde

, en

las

uni

vers

idad

es e

urop

eas

y aq

uell

as f

unda

das

a pa

rtir

del

sig

lo X

VI

bajo

su

mod

elo

en e

l N

uevo

Mun

do (

Col

lins

, 19

98,

451-

522)

. A

lcan

za

su e

sple

ndor

cua

ndo

el r

acim

o ag

usti

nian

o de

con

cepc

ione

s de

la

filo

sofí

a es

des

plaz

ado

por

aque

l ela

bora

do a

par

tir

de los

esc

rito

s de

l «d

octo

r an

geli

cal»

, Tom

ás d

e A

quin

o, q

uien

si

guie

ndo

los

paso

s de

l ra

bí M

oshé

ben

Mai

món

(el

fil

ósof

o ju

dío

que,

aun

que

escr

ibía

en

árab

e y

se f

irm

aba

«El

Esp

añol

», e

s us

ual

deno

min

ar «

Mai

món

ides

», l

a he

leni

zaci

ón d

e su

no

mbr

e qu

e us

aron

los

mon

jes

en l

atín

) lo

gró

com

pati

bili

zar

el m

onot

eísm

o de

rai

gam

bre

jude

ocri

stia

na c

on e

l mat

eria

lism

o ar

isto

téli

co (

Bro

adie

, 199

7, 2

81-2

).

Si b

ien

la t

radi

ción

occ

iden

tal

o cr

isti

ana

se p

roye

ctó

hast

a el

sig

lo X

X,

entr

e ot

ras,

co

n la

s co

ncep

cion

es f

ilos

ófic

as a

soci

ada

con

el f

ranc

és J

acqu

es M

arit

ain

(que

der

ivó

en e

l ll

amad

o «s

ocia

lism

o co

mun

itar

io»)

y d

e L

eona

rdo

Bof

f (l

a «t

eolo

gía

de l

a libe

raci

ón»)

, ya

a

med

iado

s de

l si

glo

XV

II l

a en

cont

ram

os t

amba

lean

te, lu

ego

de l

os s

uces

ivos

gol

pes

a su

s ba

ses

que

sign

ific

aron

el

Des

cubr

imie

nto

de A

mér

ica

(un

mun

do n

uevo

par

a lo

s fi

lóso

fos

med

ieva

les,

for

mad

os e

n la

lec

tura

e i

nter

pret

ació

n de

la

Bib

lia

y de

la

trad

ició

n cl

ásic

a);

las

guer

ras

de r

elig

ión;

la

mec

ánic

a de

Gal

ileo

y d

e N

ewto

n as

í co

mo

las

filo

sofí

as d

e B

acon

y L

ocke

(so

bre

esto

s pi

lare

s de

pen

sam

ient

o m

oder

no v

eáse

Pap

p y

Bab

ini,

1954

); y

la

inv

enci

ón d

e la

im

pren

ta,

por

nom

brar

los

pri

ncip

ales

. E

n su

ma,

has

ta l

a m

oder

nida

d,

habr

ían

exis

tido

dos

tra

dici

ones

fil

osóf

icas

: la

gri

ega,

hel

énic

a o

clás

ica

y, s

epar

ada

de l

a

Page 48: Filosofia Moral y Pluralismo, Famoral (Lecturas Obligatorias)

prim

era

por

vari

os c

ient

os d

e añ

os en los cu

ales no hubo prá

cticas filosó

fica

s, l

a tr

adic

ión

occi

dent

al, c

rist

iana

, o tom

ista

. En

ambo

s ca

sos

habr

ía te

nido

sen

tido

hab

lar

en s

ingu

lar,

de

«la

trad

ició

n fi

losó

fica

»; q

ue e

s có

mo,

por

com

pren

sibl

es r

azon

es,

lo s

igui

eron

hac

iend

o du

rant

e el

sig

lo X

X l

os a

utor

es c

rist

iano

s, a

quel

los

que,

en

sent

ido

prop

io,

pert

enec

en a

la

trad

ició

n cr

isti

ana,

med

ieva

l, oc

cide

ntal

o to

mis

ta e

n fi

loso

fía.

A

par

tir

de l

a m

oder

nida

d y

el f

lore

cim

ient

o de

sus

cie

ncia

s y

tecn

olog

ías,

por

cie

rto

del

sigl

o X

VII e

n ad

elan

te,

la s

itua

ción

cam

bia.

Aho

ra c

orre

spon

de c

ontr

asta

r es

ta s

egun

da

trad

ició

n fi

losó

fica

, con

otr

a de

cor

te m

oder

no, l

aico

o c

ient

ífic

o, c

uya

figu

ra m

áxim

a se

ría

ese

New

ton

al c

ual

Loc

ke c

alif

ica

sin

vaci

laci

ón d

e «i

ncom

para

ble»

, la

cua

l se

ext

ende

ría

hast

a K

ant,

con

dist

into

s ra

cim

os d

e co

ncep

cion

es d

e la

fil

osof

ía d

e co

rte

jude

ocri

stia

no o

de

ísta

, em

piri

sta,

ide

alis

ta,

raci

onal

ista

y r

omán

tico

. E

n el

sig

lo x

x, i

rrum

pe l

a di

vers

idad

. A

hora

las

prá

ctic

as f

ilos

ófic

as s

e ub

icar

ían

al i

nter

ior

de m

últi

ples

tra

dici

ones

fil

osóf

icas

, qu

e se

ale

jan

cada

vez

más

en

térm

inos

ins

titu

cion

ales

, po

líti

cos

e, i

nclu

so,

conc

eptu

ales

. Por

tal

m

otiv

o el

diá

logo

y

la a

rgum

enta

ción

ent

re el

las

se v

uelv

e de

poc

o in

teré

s,

inne

cesa

rio,

en

ocas

ione

s in

viab

le, p

rese

ntán

dose

las

resp

ecti

vas

conc

epci

ones

una

s an

te la

s ot

ras

com

o ri

dícu

las

o, m

ás s

impl

e, c

omo

ya n

o fi

losó

fica

s en

abs

olut

o. T

al s

ería

el c

aso,

en

el s

iglo

XX

de

las

trad

icio

nes

que,

por

fal

ta d

e m

ejor

es e

tiqu

etas

, pu

eden

den

omin

arse

an

alít

ica,

exi

sten

cial

, m

arxi

sta

y to

mis

ta.

Dur

ante

el

men

cion

ado

sigl

o, c

ada

una

de e

stas

tr

adic

ione

s fi

losó

fica

s tu

vo r

edes

ins

titu

cion

ales

pro

pias

en

las

cual

es,

desd

e lu

ego,

se

publ

icar

on d

icci

onar

ios

y to

da o

tra

clas

e de

tex

tos

de f

ilos

ofía

; se

red

acta

ron

y ex

amin

aron

te

sis

doct

oral

es; y

se

cele

brar

on s

emin

ario

s, c

onfe

renc

ias

y co

ngre

sos.

E

star

íam

os ah

ora

fren

te a

una

plu

rali

dad

de t

radi

cion

es f

ilos

ófic

as,

cuya

s re

des

inst

ituc

iona

les

muc

has

vece

s no

tuv

iero

n co

ntac

tos,

ni

inte

rés

en d

esar

roll

arlo

s, e

ntre

las

cu

ales

la

exce

pció

n se

rían

alg

unos

int

ento

s en

tre

la t

radi

ción

ana

líti

ca y

aqu

ella

que

ést

a úl

tim

a, c

on e

l m

atiz

des

deño

so i

nevi

tabl

e en

una

len

gua

insu

lar,

bau

tizó

com

o «f

ilos

ofía

co

ntin

enta

l».

Así

se

enti

ende

que

ni

el m

arxi

smo

ni e

l to

mis

mo

haya

n si

do s

iqui

era

men

cion

ados

en

una

obra

eru

dita

, de

gran

ali

ento

, rig

or y

doc

umen

taci

ón, p

ubli

cada

a f

ines

de

l si

glo

XX

con

el

subt

ítulo

«G

uía

de l

a fi

loso

fía

de l

os ú

ltim

os t

rein

ta a

ños»

(D

´Ago

stin

i, 19

97).

A l

a lu

z de

l pl

ural

ism

o m

etaf

ilos

ófic

o m

ultidi

men

sion

al e

sta

cegu

era

se e

xpli

ca e

n té

rmin

os de

ha

ber

pasa

do

por

alto

la

s di

men

sion

es in

stit

ucio

nale

s y

polí

tica

s de

la

s pr

ácti

cas

filo

sófi

cas.

¿P

ara

qué

escr

ibir

sob

re l

a tr

adic

ión

mar

xist

a o

la t

omis

ta s

i na

die,

ni

en l

a tr

adic

ión

anal

ític

a ni

tam

poco

en

la t

radi

ción

con

tine

ntal

, m

ás a

llá

de s

us p

ecul

iare

s co

ncep

cion

es f

ilos

ófic

as, e

star

ía in

tere

sado

en

leer

sob

re e

llas

? H

abla

r en

tér

min

os d

e un

ran

go a

bier

to p

ero

acot

ado

de tra

diciones filosófica

s, c

on

sus

resp

ecti

vos

raci

mos

de

conc

epci

ones

, an

clad

as e

n re

des

inst

ituc

iona

les

dive

rsas

y

disj

unta

s, s

omet

idas

a p

ugna

s po

líti

cas

inte

rnas

en

el m

arco

de

las

soci

edad

es q

ue l

es d

an

sopo

rte

orde

na e

l pa

nora

ma

de l

as p

ráct

icas

fil

osóf

icas

en

el s

iglo

XX

. A

quí

tene

mos

ta

mbi

én u

na m

aner

a de

tom

arno

s en

ser

io e

l im

pact

o qu

e, a

par

tir

del

sigl

o X

IX,

tuvo

la

prof

esio

nali

zaci

ón

de

las

prác

tica

s fi

losó

fica

s;

es

deci

r,

su

conf

inam

ient

o a

mar

cos

inst

ituc

iona

les

univ

ersi

tari

os.

La

hist

oria

del

sig

lo X

X n

o pe

rmit

e de

scon

ocer

el

pape

l ju

gado

en

el f

lore

cim

ient

o y

deca

denc

ia d

e la

s di

stin

tas

trad

icio

nes

filo

sófi

cas

de l

os

suce

sivo

s va

iven

es g

eopo

líti

cos,

com

o lo

s en

fren

tam

ient

os b

élic

os e

ide

ológ

icos

cen

trad

os

en E

urop

a de

l m

edio

sig

lo e

ntre

193

9 y

1989

. ¿C

ómo

igno

rar

el i

mpa

cto

que

tuvo

en

la

filo

sofí

a de

l si

glo

XX

el

desp

laza

mie

nto

de l

os f

ilós

ofos

que

ela

bora

ron

los

dist

into

s ra

cim

os d

e co

ncep

cion

es c

ient

ific

ista

s en

la

trad

ició

n an

alít

ica

de l

as u

nive

rsid

ades

en

los

país

es d

e la

Eur

opa

cent

ral,

que

fuer

an d

erro

tado

s en

dic

ho c

onfl

icto

, a

las

univ

ersi

dade

s an

glop

arla

ntes

ubi

cada

s en

los

paí

ses

que

triu

nfar

on e

n él

? Sin

inv

ocar

tal

es f

acto

res,

no

Page 49: Filosofia Moral y Pluralismo, Famoral (Lecturas Obligatorias)

habr

ía m

aner

a de

ent

ende

r có

mo

sus

prop

uest

as s

e fu

sion

aron

e i

nflu

yero

n en

el

raci

mo

prag

mat

ista

de

conc

epci

ones

fil

osóf

icas

, co

n el

cua

l co

mpa

rtía

n un

int

erés

por

la

nuev

a ló

gica

de

raig

ambr

e al

gebr

aica

. Pa

ra r

esum

ir e

n or

den

alfa

béti

co (

y, d

esde

lue

go,

sin

pret

ende

r qu

e la

s et

ique

tas

prop

uest

as c

omo

los

apel

lido

s de

las

dis

tint

as t

radi

cion

es f

ilos

ófic

as s

ean,

de

man

era

indi

scut

ible

, la

s m

ejor

es)

y en

rmin

os

de

la

ante

rior

el

ucid

ació

n,

en

el

sigl

o X

X

corr

espo

nder

ía h

abla

r de

una

trad

ició

n an

alít

ica,

con

rac

imos

de

conc

epci

ones

cie

ntif

icis

tas,

co

tidi

anis

tas

e hi

stor

icis

tas;

un

a tr

adic

ión

exis

tenc

ial

con

conc

epci

ones

vo

lunt

aris

tas,

fe

nom

enol

ógic

as y

her

men

éuti

cas;

una

tra

dici

ón m

arxi

sta;

y a

ún o

tra

trad

ició

n oc

cide

ntal

, cr

isti

ana

o to

mis

ta (

Ore

llan

a B

enad

o, 1

994,

22)

. Sin

rec

urri

r a

la v

oz «

trad

ició

n fi

losó

fica

»,

un i

nflu

yent

e au

tor

espa

ñol

ya h

abía

rec

onoc

ido

la e

xist

enci

a de

las

tre

s pr

imer

as,

aunq

ue

por

ente

ndib

les

razo

nes

polí

tica

s e

inst

ituc

iona

les,

pro

pias

de

la E

spañ

a en

la

cual

esc

ribi

ó,

él h

aya

omit

ido

siqu

iera

men

cion

ar l

a tr

adic

ión

tom

ista

o c

atól

ica

(Mug

uerz

a, 1

974,

23)

9 .

Otr

os a

utor

es h

abla

n en

tér

min

os d

e «e

scue

las

o co

rrie

ntes

fil

osóf

icas

» en

tre

las

cual

es

seña

lan

al

«pos

itiv

ism

o ló

gico

, fi

loso

fía

anal

ític

a,

prag

mat

ism

o,

feno

men

olog

ía,

exis

tenc

iali

smo,

her

men

éuti

ca,

estr

uctu

rali

smo,

pos

test

ruct

ural

ism

o…»

(cf.

Nud

ler,

200

3,

1).

¿Cuá

n si

mil

ares

y c

uán

dife

rent

es f

uero

n la

s pr

ácti

cas

filo

sófi

cas

al i

nter

ior

de e

sas

dist

inta

s tr

adic

ione

s, l

a he

léni

ca, l

a m

edie

val

u oc

cide

ntal

, la

mod

erna

o l

aica

y, e

n el

sig

lo

XX

, la

ana

líti

ca,

la e

xist

enci

al,

la m

arxi

sta

y la

tom

ista

? ¿C

uánt

o de

lo

que

era

dist

inti

vo

entr

e lo

s gr

iego

s de

hec

ho r

enac

ió e

n lo

s m

onas

teri

os c

rist

iano

s de

Occ

iden

te d

uran

te l

os

cien

tos

de a

ños

en l

os c

uale

s se

con

side

ró l

a fi

loso

fía

com

o un

a A

NC

ILL

A T

EO

LO

GIÆ

, un

in

stru

men

to d

e la

teo

logí

a cr

isti

ana?

¿A

caso

la

radi

cali

zaci

ón d

el e

jerc

icio

con

cept

ual

puro

de

pon

erse

en

el l

ugar

del

otr

o qu

e pr

acti

can

mon

oteí

stas

sin

cero

s co

mo

Tom

ás d

e A

quin

o y

Mai

món

ides

res

pect

o de

l pag

ano

Ari

stót

eles

no

hace

de

lo s

uyo

el c

omie

nzo

de lo

que

, en

rigo

r, m

erec

ería

ser

lla

mad

o «f

ilos

ofía

»? ¿

Es

rele

vant

e al

ent

endi

mie

nto

de l

as p

ráct

icas

fi

losó

fica

s el

des

plaz

amie

nto

que

sufr

e el

cen

tro

de g

rave

dad

filo

sófi

co p

or l

as d

isti

ntas

re

gion

es

euro

peas

y,

co

n po

ster

iori

dad,

a

Am

éric

a?

¿Pod

emos

en

tend

er

las

actu

ales

pr

ácti

cas

filo

sófi

cas

sin

refe

renc

ia a

la

prof

esio

nali

zaci

ón d

e la

doc

enci

a, l

a fo

rmac

ión

y la

in

vest

igac

ión

en f

ilos

ofía

, que

car

acte

rizó

el s

iglo

XX

? ¿C

ómo

las

afec

tará

el s

urgi

mie

nto

de

los

nuev

os m

edio

s pa

ra l

a re

copi

laci

ón y

dif

usió

n de

res

ulta

dos

así

com

o pa

ra s

u de

bate

? ¿A

caso

es

posi

ble

el c

ulti

vo d

e pr

ácti

cas

met

afil

osóf

ícas

rig

uros

as s

in t

omar

dis

tanc

ia d

e lo

s pr

inci

pale

s ce

ntro

s de

cul

tivo

de

las

dist

inta

s tr

adic

ione

s fi

losó

fica

s, c

on s

us p

ecul

iare

s e

irre

sist

ible

s at

ract

ivos

? ¿S

erá

esta

úl

tim

a un

a «v

enta

ja

com

para

tiva

» de

l ám

bito

ib

eroa

mer

ican

o pa

ra e

l cul

tivo

de

la m

etaf

ilos

ofía

?

Las

pre

gunt

as d

el p

árra

fo a

nter

ior

(que

, po

r ci

erto

, no

es

del

caso

int

enta

r re

spon

der

aquí

), m

uest

ran

cuán

vas

to e

s el

cam

po d

e la

met

afil

osof

ía,

cuan

do s

u pr

egun

ta i

nici

al s

e fo

rmul

a no

en

térm

inos

de qué sea la filosofía s

ino,

en

cam

bio,

de

qué

pode

mos

apr

ende

r

9

Por

que

no d

isti

ngui

ó en

tre tradición filosó

fica

y,

del

otro

lad

o, conce

pción filosófica

, M

ugue

rza

titu

ló s

u in

fluy

ente

com

pila

ción

La conce

pción analítica de la filoso

fía.

En

rigo

r, c

omo

su o

bra

mue

stra

, ex

isti

eron

co

ncep

cion

es c

ient

ific

itas

y c

otid

iani

stas

, a la

s cu

ales

la

disc

usió

n po

ster

ior

sum

ó ot

ras

de c

orte

his

tori

cist

a y,

po

r fi

n,

plur

alis

ta

mul

tidi

men

sion

al.

Su

tesi

s se

gún

la

cual

el

ex

iste

ncia

lism

o se

ría

«una

fi

loso

fía

de

insp

irac

ión

feno

men

ológ

ica»

tam

bién

es

disc

utib

le. A

ún s

i se

con

cede

que

Jea

n-P

aul

Sar

tre

fue

el p

rim

ero

en

usar

la

etiq

ueta

«ex

iste

ncia

lism

o»,

¿se

sigu

e qu

e él

tie

ne u

n m

ejor

der

echo

al

títu

lo d

e «f

unda

dor»

de

la

trad

ició

n ex

iste

ncia

l en

fi

loso

fía

que

quie

nes,

si

n ha

berl

o he

cho,

in

trod

ujer

an

sus

pecu

liar

es

tem

as,

preo

cupa

cion

es y

mét

odos

; a

sabe

r, K

ierk

egaa

rd y

Nie

tzsc

he?

Se

trat

a de

la

natu

rale

za r

etro

spec

tiva

del

co

noci

mie

nto

filo

sófi

co, a

sunt

o so

bre

el c

ual v

olve

rem

os e

n la

con

clus

ión.

Page 50: Filosofia Moral y Pluralismo, Famoral (Lecturas Obligatorias)

acer

ca d

e la

fil

osof

ía c

uand

o at

ende

mos

más

a la

con

tinu

idad

y c

ambi

o de

sus

prá

cticas

que

al c

onte

nido

de

sus productos.

Des

de lu

ego,

sal

tan

a la

vis

ta la

s di

fere

ncia

s co

n la

s de

sig

los

ante

rior

es.

Has

ta e

l si

glo

XIX

, po

r ej

empl

o, l

os f

ilós

ofos

no

escr

ibía

n papers

para

rev

ista

s er

udit

as,

ni o

rgan

izab

an c

ongr

esos

. T

ampo

co,

por

cier

to,

esta

ban

obli

gado

s a

com

peti

r en

tre

ello

s (y

no

solo

ent

re e

llos

, sin

o qu

e, ta

mbi

én, c

on q

uien

es c

ulti

van

otro

s do

min

ios

de

prác

tica

s) y

ant

e ag

enci

as e

stat

ales

o p

riva

das,

des

de s

us d

iver

sas

trad

icio

nes

filo

sófi

cas,

m

edia

nte

proy

ecto

s di

seña

dos

para

atr

aer

fina

ncia

ción

par

a su

s in

vest

igac

ione

s, a

poyo

par

a su

s ay

udan

tes

o pa

ra l

a ce

lebr

ació

n de

reu

nion

es c

ient

ífic

as.

La

preg

unta

por

las

prá

cticas

filosófica

s y

las

trad

icio

nes

filo

sófi

cas

incl

uye,

por

cie

rto,

el

inte

rés

en l

a di

men

sión

co

ncep

tual

de

lo f

ilos

ófic

o, p

ero

perm

ite

ir m

ás a

llá

de é

l.

Segú

n el

plu

rali

smo

met

afil

osóf

ico

mul

tidi

men

sion

al,

corr

espo

nder

ía h

abla

r de

la

filo

sofí

a de

l si

glo

XX

en

térm

inos

de

una

fam

ilia

de tradiciones filosó

fica

s, c

ada

una

de l

as

cual

es,

mie

ntra

s vi

ve e

n la

his

tori

a, e

stá

cons

titu

ida

por

una

dim

ensi

ón c

once

ptua

l, un

a in

stit

ucio

nal,

en l

a cu

al l

a an

teri

or s

e en

carn

a; y

aún

otr

a, l

a di

men

sión

pol

ític

a, q

ue c

ubre

la

s re

laci

ones

de

anta

goni

smo

y al

ianz

a en

tre

mie

mbr

os d

e un

a y

la m

ism

a tr

adic

ión

así

com

o co

n la

s ot

ras

trad

icio

nes

filo

sófi

cas

e, i

nclu

so, m

ás a

llá

de e

llas

, con

qui

enes

cul

tiva

n ot

ros

dom

inio

s de

prá

ctic

as (

Ore

llan

a B

enad

o, 1

999)

. En

este

sen

tido

, ell

as c

ompa

rtir

ían

un

«par

ecid

o de

fam

ilia

» po

r pa

rtid

a do

ble:

de

un l

ado

en s

enti

do l

ógic

o, p

or t

ener

una

y l

a m

ism

a es

truc

tura

for

mal

tri

dim

ensi

onal

; de

l ot

ro,

en s

enti

do h

istó

rico

, po

r co

mpa

rtir

la

here

ncia

com

ún d

e lo

s au

tore

s gr

iego

s; d

e aq

uell

os e

n la

trad

ició

n m

edie

val q

ue, e

n se

ntid

o es

tric

to,

corr

espo

nder

ía ll

amar

«o

ccid

enta

l»;

y de

qui

enes

, co

men

zand

o co

n B

acon

y

Des

cart

es s

e re

bela

ron

en s

u co

ntra

, ha

sta

culm

inar

con

Rou

ssea

u y

Kan

t, au

tore

s a

part

ir

de l

os c

uale

s, p

or d

iver

sos

mot

ivos

con

cept

uale

s, i

nsti

tuci

onal

es y

pol

ític

os,

surg

e la

di

vers

idad

may

or d

e tr

adic

ione

s fi

losó

fica

s qu

e fl

orec

ió d

uran

te e

l si

glo

XX

. L

as d

iver

sas

tradiciones filosó

fica

s qu

e co

-exi

stir

on d

e m

aner

a pa

cífi

ca u

nas

vece

s, y

bel

iger

ante

en

otra

s, r

epre

sent

an d

isti

ntas

iden

tidades

fil

osóf

icas

, una

de

las

cual

es e

s la

fil

osof

ía a

nalí

tica

, co

n su

s m

últi

ples

con

cepc

ione

s.

¿Val

drá

la

pena

di

stin

guir

en

tre

los

conc

epto

s de

tradición filosófica

y

los

de

movimiento

y

escu

ela

filo

sófi

ca?

La

resp

uest

a a

esta

pr

egun

ta

depe

nder

á de

l po

der

expl

icat

ivo

que

pued

a as

igna

rse

a la

s di

stin

tas

eluc

idac

ione

s de

los

mis

mos

. A

lgun

os

cons

ider

an q

ue l

as d

iscu

sion

es a

cerc

a de

la

iden

tida

d de

la

filo

sofí

a an

alít

ica

cum

plen

la

func

ión

de a

segu

rar

la a

tenc

ión

y le

alta

d de

los

filó

sofo

s ac

adém

icos

en

impo

rtan

tes

cent

ros

de e

stud

ios,

de

man

era

de g

ener

ar u

na d

iscu

sión

reg

ular

que

ase

gure

la

difu

sión

de

una

cier

ta c

once

pció

n fi

losó

fica

. Si

n em

barg

o, d

ado

que

el g

iro

ling

üíst

ico

no f

ue a

dopt

ado

de

man

era

unán

ime

y qu

e, i

nclu

so q

uien

es l

o ad

opta

ron

lueg

o lo

aba

ndon

aron

, su

rge

un

prob

lem

a bá

sico

res

pect

o de

la

natu

rale

za d

e la

fil

osof

ía a

nalí

tica

; a

sabe

r, q

ue s

i bi

en

pare

ció

cons

titu

ir u

na u

nida

d po

r la

pop

ular

idad

del

gir

o li

ngüí

stic

o, u

na t

al «

unan

imin

dad

idea

cion

al»

nunc

a ex

istió.

Por

es

to

serí

a im

posi

ble

afir

mar

qu

e la

fi

loso

fía

anal

ític

a co

nsti

tuya

una

esc

uela

(Pre

ston

, 200

7).

Segú

n ot

ros,

el

conc

epto

de

«esc

uela

» su

pond

ría

la e

xist

enci

a de

las

rel

acio

nes

pers

onal

es, e

ntre

otr

as d

e fo

rmac

ión,

que

une

n a

los

mie

mbr

os d

e la

mis

ma.

Ser

ía u

n gr

upo

basa

do e

n re

laci

ones

dir

ecta

s y

una

tran

sfer

enci

a ta

mbi

én d

irec

ta d

e do

ctri

nas

o m

étod

os.

Un

«mov

imie

nto»

, por

su

part

e, s

e di

stin

guir

ía d

e un

a es

cuel

a po

r tr

atar

se d

e un

fen

ómen

o «m

ás s

uelt

o» (looser)

. E

n es

ta v

isió

n, t

radi

ción

fil

osóf

ica

deno

tarí

a un

fen

ómen

o qu

e, d

e un

a ge

nera

ción

a o

tra,

ext

iend

e y

tran

smit

e su

s as

pect

os d

octr

inal

es,

met

odol

ógic

os y

es

tilí

stic

os. E

l hec

ho d

e qu

e la

fil

osof

ía a

nalí

tica

cue

nte

al m

enos

cin

co g

ener

acio

nes,

seg

ún

un a

utor

, jus

tifi

carí

a ha

blar

de

ella

com

o un

a tradición (

Glo

ck, 2

008)

. M

ejor

que

hab

lar

de

Page 51: Filosofia Moral y Pluralismo, Famoral (Lecturas Obligatorias)

movimientos

o de

tradiciones filosófica

s se

ría,

seg

ún o

tros

, hac

erlo

en

térm

inos

de escu

elas,

po

rque

fil

osof

ía c

onsi

stir

ía d

e m

aner

a es

enci

al e

n la

pro

ducc

ión

de t

eorí

as (

Pre

ston

, 20

07).

Si

bien

el

m

undo

fi

losó

fico

te

ndrí

a lo

qu

e aq

se

ha

deno

min

ado

dim

ensi

ones

in

stit

ucio

nale

s y

polí

tica

s, la

s di

visi

ones

en

tre

las

dist

inta

s co

ncep

cion

es

se tr

azar

ían

sigu

iend

o lí

neas

idea

cionales

o co

nceptuales.

Est

e fa

ctor

ser

ía b

ásic

o pa

ra a

segu

rar

la

unid

ad e

iden

tida

d de

un

grup

o fi

losó

fico

.

2. ¿

FU

E O

ES Ú

TIL

HA

BL

AR

DE

UN

A T

RA

DIC

IÓN

«C

ON

TIN

EN

TA

Y C

ON

TR

AST

AR

LA

C

ON

OT

RA

AN

AL

ÍTIC

A E

N L

A F

ILO

SO

FÍA

DE

L S

IGL

O X

X?

E

n té

rmin

os d

e la

his

tori

a de

las

prá

ctic

as f

ilosó

fica

s de

l si

glo

XX,

está

cla

ro q

ue f

ue

usua

l con

tras

tar

su d

esar

rollo

en

el c

ontin

ente

eur

opeo

con

aqu

el q

ue tu

vo e

n el

ám

bito

ang

lo-

esta

doun

iden

se (

Glo

ck,

2008

, 19

97;

Bag

gini

& S

tang

room

, 20

02;

D`A

gost

ini,

2000

). H

ay

múl

tiple

s in

tent

os d

e id

entif

icar

car

acte

ríst

icas

que

, at

endi

endo

a l

os m

étod

os a

los

que

ella

s re

curr

en, j

ustif

icar

ían

cont

rast

ar e

sas

dos

form

as d

ifer

ente

s de

hac

er f

iloso

fía:

la

cont

inen

tal

y la

ana

lític

a (B

aldw

in,

2001

; C

ritc

hley

, 20

01;

Kuk

lick,

200

1).

El

limita

do é

xito

de

tale

s in

tent

os s

ugie

re q

ue m

ient

ras

se p

erm

anez

ca a

l in

teri

or d

e la

dim

ensi

ón c

once

ptua

l no

se

tend

rá é

xito

. A l

a ta

xono

mía

bas

ada

en e

l co

ntra

ste

«ana

lític

o co

ntin

enta

l» B

erna

rd W

illia

ms

obje

tó q

ue e

lla m

ezcl

a un

tér

min

o de

car

ácte

r ge

ográ

fico

con

otr

o de

cor

te m

etod

ológ

ico,

lo

cual

ser

ía e

quiv

alen

te a

cla

sifi

car

los

auto

móv

iles

en a

quel

los

de tr

acción delantera

y, p

or o

tro

lado

, japoneses

(W

illia

ms,

199

6).

Aho

ra b

ien,

la

fuer

za d

e es

ta v

isto

sa o

bjec

ión

pare

cerí

a re

sidi

r en

que

los

tér

min

os

empl

eado

s es

tén

sien

do u

sado

s co

mo descripciones

más

bie

n qu

e co

mo nombres.

Per

o, ¿

es

esta

la

mej

or m

aner

a de

ent

ende

r lo

que

est

á oc

urri

endo

? A

ún s

i se

con

cedi

era

que

la

Org

aniz

ació

n de

Nac

ione

s U

nida

s es u

na o

rgan

izac

ión,

no

qued

aría

cla

ro q

ue s

us m

iem

bros

se

an,

com

o se

ñaló

Kri

pke,

«na

cion

es»

(en

rigo

r, s

on e

stad

os), n

i m

ucho

men

os q

ue s

ean

aque

llas

«nac

ione

s» q

ue e

stán

«un

idas

». E

n té

rmin

os d

e la

taxo

nom

ía p

rese

ntad

a en

la s

ecci

ón

ante

rior

ser

ía u

n er

ror co

nsid

erar

que

la c

onju

nció

n de

una

trad

ició

n co

ntin

enta

l y o

tra

anal

ítica

es

exh

aust

iva

del p

anor

ama

filo

sófi

co d

el s

iglo

XX

. Por

que

qued

aría

n ex

clui

das,

por

lo m

enos

, la

tra

dici

ón c

rist

iana

, m

edie

val

o to

mis

ta a

sí c

omo

la t

radi

ción

mar

xist

a, c

on s

us m

últip

les

y di

vers

as c

once

pcio

nes

de la

filo

sofí

a.

Con

sidé

rese

aho

ra l

a di

stin

ción

int

rodu

cida

por

Kan

t en

su Crítica

de la R

azón P

ura

, en

tre

raci

onal

ista

s y

empi

rist

as,

la c

ual

pret

endi

ó da

r cu

enta

de

la h

isto

ria

de l

a fi

loso

fía

en

térm

inos

de

dos

conc

epci

ones

riv

ales

en

térm

inos

epi

stem

ológ

icos

. Pa

ra h

acer

la é

l ut

iliza

un

crite

rio

rela

cion

ado

de m

aner

a ex

clus

iva

con

la d

imen

sión

con

cept

ual

de l

a fi

loso

fía,

sin

co

nsid

erar

las

dim

ensi

ones

ins

tituc

iona

l y

polít

ica,

el

cual

est

á su

jeto

a l

a ob

jeci

ón q

ue,

en

rigo

r, e

xage

ra l

a di

stan

cia

entr

e am

bas

post

uras

par

a vo

lver

más

atr

activ

a la

pro

pues

ta

kant

iana

(Is

higu

ro, 1

977)

. El es

tado

unid

ense

Will

iam

Jam

es e

labo

ró a

par

tir d

e la

mis

ma

una

taxo

nom

ía b

asad

a en

«di

fere

ncia

s de

tem

pera

men

to».

En

send

as c

olum

nas

agru

pó l

os q

ue

deno

min

ó «ten

der-m

inded

» y

«tough-m

inded

» a

los

cual

es a

trib

uyó

las

cara

cter

ístic

as d

e ra

cion

alis

ta (

guia

dos

por

«pri

ncip

ios»

), in

tele

ctua

lista

, ide

alis

ta, o

ptim

ista

, rel

igio

so, p

artid

ario

de

l lib

re a

lbed

río,

mon

ista

, do

gmát

ico;

y e

mpi

rist

a (g

uiad

o po

r «h

echo

s»),

sen

saci

onal

ista

, m

ater

ialis

ta, p

esim

ista

, irr

elig

ioso

, fat

alis

ta, p

lura

lista

, esc

éptic

o (J

ames

, 199

5).

La

ante

rior

car

acte

riza

ción

rec

onoc

e qu

e la

filo

sofí

a de

pend

e de

alg

o di

stin

to d

e aq

uello

qu

e re

gist

ra la

dim

ensi

ón c

once

ptua

l y q

ue, p

or e

nde,

una

taxo

nom

ía c

ompl

eta

de lo

filo

sófi

co

requ

erir

á de

otr

as p

rem

isas

, cu

yas

clav

es é

l as

oció

con

el

tem

pera

men

to i

ndiv

idua

l. Si

bie

n es

ta p

ropu

esta

pud

iera

par

ecer

hoy

alg

o ex

cént

rica

, bue

na p

arte

de

la d

istin

ción

ent

re f

ilóso

fos

Page 52: Filosofia Moral y Pluralismo, Famoral (Lecturas Obligatorias)

«ana

lític

os»

y fi

lóso

fos

«con

tinen

tale

s» s

upon

e ta

mbi

én d

istin

guir

las

res

pect

ivas

prá

ctic

as

filo

sófi

cas

solo

en

la d

imen

sión

con

cept

ual,

por

ejem

plo,

señ

alan

do l

as s

upue

stas

dif

eren

cias

en

los

res

pect

ivos

«es

tilos

» (c

f. G

lock

, 20

08,

cap.

6;

Ore

llana

Ben

ado,

199

6, 2

48-9

; C

ohen

, 19

86,

§5). E

sto

supo

ne q

ue l

a fi

loso

fía

cont

inen

tal

y la

ana

lític

a se

esc

ribe

n co

n es

tilos

di

stin

tos

(el u

no, s

e su

pone

, osc

uro;

el o

tro,

cla

ro),

dos

form

as d

ifer

ente

s y

dist

ante

s la

una

de

la o

tra

de h

acer

filo

sofí

a. L

a im

agen

de

dos

mun

dos

dist

into

s en

cier

ra a

lgo

de v

erda

d (c

f. C

ollin

i, 20

06). P

ero

oblig

a a

preg

unta

rse

si e

l tr

abaj

o de

des

crib

irlo

s no

pod

ría

ser

hech

o de

m

ejor

man

era

en á

reas

dis

tinta

s a

la m

etaf

iloso

fía,

com

o pu

dier

an s

er la

his

tori

a in

tele

ctua

l o la

hi

stor

ia d

e la

s id

eas.

Una

com

pila

ción

rec

ient

e m

uest

ra q

ue l

os t

emas

que

int

eres

aban

a

filó

sofo

s en

las

trad

icio

nes

anal

ítica

y c

ontin

enta

l en

sus

inic

ios

habr

ían

teni

do m

ás e

n co

mún

de

lo q

ue e

s ha

bitu

al rec

onoc

er. A

sí,

la

filo

sofí

a de

l si

glo

XX

, ta

nto

en l

as t

radi

ción

ana

lític

a co

mo

en l

a co

ntin

enta

l, no

s pr

esen

ta c

on p

robl

emas

his

tóri

cos

de i

nter

pret

ació

n qu

e so

n m

ás r

icos

y d

esaf

iant

es

de l

o qu

e es

ta c

aric

atur

as e

stán

dis

pues

tas

a re

cono

cer;

y s

i no

lo

hici

eran

, no

serí

an

cont

ribu

cion

es d

e im

port

anci

a en

la h

isto

ria

de la

filo

sofí

a (F

loyd

y S

hieh

, 200

1, 4

).

El

cont

rast

e en

tre

anal

ític

os y

con

tine

ntal

es e

n la

fil

osof

ía d

el s

iglo

XX

muc

has

vece

s fu

e tr

azad

o en

rmin

os

de

anti

nom

ias

cari

catu

resc

as:

los

anti

met

afís

icos

y

los

anti

cien

tífi

cos;

los

ahi

stór

icos

y l

os h

isto

rici

stas

; lo

s in

erte

s y

los

que

busc

an e

l se

ntid

o-de

-la

-vid

a; y

, po

r úl

tim

o, l

os q

ue s

e oc

upan

de

prob

lem

as i

rrel

evan

tes,

aun

que

con

el m

étod

o co

rrec

to,

y lo

s qu

e ha

cen

just

o lo

opu

esto

. E

ste

man

ique

ísm

o m

etaf

ilos

ófic

o oc

ulta

la

com

plej

idad

may

or d

e un

asu

nto

que

no t

iene

esp

eran

za d

e se

r re

suel

to s

i se

pas

an p

or a

lto

las

dim

ensi

ones

ins

titu

cion

ales

y p

olít

icas

que

son

tam

bién

par

te d

e la

dis

tanc

ia e

ntre

am

bas

trad

icio

nes.

3.

¿C

ÓM

O S

E R

EL

AC

ION

AN

LA

TR

AD

ICIÓ

N A

NA

LÍT

ICA

Y E

L P

OSIT

IVIS

MO

?

Al

inte

rior

de

la t

radi

ción

ana

líti

ca e

xist

iría

un

raci

mo

cien

tifi

cist

a de

con

cepc

ione

s de

la

filo

sofí

a, c

uya

gene

alog

ía i

nclu

iría

dis

ting

uido

s an

tepa

sado

s, e

l m

ás c

erca

no d

e lo

s cu

ales

se

ría

el p

osit

ivis

mo

de C

omte

en

el s

iglo

XIX

y,

más

atr

ás,

Kan

t en

el

sigl

o X

VII

I co

n su

en

tend

imie

nto

de l

a tr

adic

ión

cien

tífi

ca,

mod

erna

o l

aica

en

térm

inos

de

la p

ugna

ent

re e

l em

piri

smo

(que

har

ía d

e L

ocke

el

desc

endi

ente

de

Bac

on)

y el

rac

iona

lism

o (q

ue h

aría

lo

prop

io c

on L

eibn

iz y

Des

cart

es).

Seg

ún d

icho

rac

imo,

el l

engu

aje

serí

a an

álog

o a

una

teor

ía

lógi

ca o

mat

emát

ica,

con

axi

omas

y r

egla

s pa

ra c

onst

ruir

fór

mul

as m

edia

nte

las

cual

es,

cuan

do te

nem

os é

xito

, con

stru

imos

un

mod

elo

corr

ecto

, úti

l y v

erda

dero

, a lo

men

os d

e un

a pa

rte

de l

a re

alid

ad.

Su

cara

cter

ísti

ca b

ásic

a de

sde

un p

unto

de

vist

a ló

gico

ser

ía r

egis

trar

ob

serv

acio

nes

y fo

rmul

ar h

ipót

esis

teó

rica

s ac

erca

del

mun

do e

n el

cua

l vi

vim

os.

Alg

unas

de

est

as ú

ltim

as p

erm

iten

hac

er p

redi

ccio

nes

exit

osas

en

térm

inos

de

las

cual

es l

ogra

mos

co

ntro

lar

el m

undo

fís

ico,

cad

a ve

z de

mej

or m

aner

a. O

tras

afi

rmac

ione

s so

n fa

lsas

, in

acep

tabl

es o

soñ

ador

as.

Cor

resp

onde

ría,

en

últi

mo

térm

ino,

a l

a ci

enci

a di

rim

ir,

quiz

ás

con

algú

n ap

oyo

de e

luci

daci

ón f

ilos

ófic

a, c

uále

s so

n un

as y

cuá

les

las

otra

s.

Sin

emba

rgo,

aun

que

no s

iem

pre

con

esta

s pa

labr

as,

desd

e el

pri

mer

ter

cio

del

sigl

o X

X y

al

inte

rior

de

la tr

adic

ión

anal

ític

a, s

e re

cono

ció

tam

bién

la e

xist

enci

a de

un

raci

mo

de

conc

epci

ones

«co

tidi

anis

tas»

, se

gún

el c

ual

serí

a in

corr

ecto

hac

er d

el l

engu

aje

cien

tífi

co

(en

part

icul

ar, a

quel

de

la ló

gica

mat

emát

ica)

el p

rinc

ipal

obj

eto

de e

stud

io d

e la

fil

osof

ía, a

ti

empo

que

rec

onoc

erle

la

cali

dad

de «

trib

unal

», p

ara

segu

ir l

a m

etáf

ora

de K

ant,

ante

el

aaah06
Line
Page 53: Filosofia Moral y Pluralismo, Famoral (Lecturas Obligatorias)

del

posi

tivi

smo

lógi

co.

En

cuan

to

Ber

lin

sabí

a qu

e no

pr

eten

día

hace

r es

o qu

e lo

s po

siti

vist

as ló

gico

s ha

cían

, pod

ía c

oncl

uir

que

él n

o ha

cía

filo

sofí

a. (

Para

una

inte

rpre

taci

ón

dist

inta

véa

se O

rell

ana

Ben

ado,

200

0.)

Por

fin,

hay

que

evi

tar

tam

bién

otr

a po

sici

ón e

xtre

ma

defe

ndid

a po

r el

ing

lés

Pet

er

Hac

ker

segú

n la

cua

l ab

raza

r el

cie

ntif

icis

mo

es i

ncom

pati

ble

con

ser

un f

ilós

ofo

anal

ític

o,

mot

ivo

por

el c

ual

nieg

a ta

l tí

tulo

a Q

uine

(H

acke

r, 1

996)

. E

l es

tado

unid

ense

ser

ía u

n «a

póst

ata»

por

neg

ar l

a di

stin

ción

ana

líti

co/s

inté

tico

, cu

ya a

cept

ació

n pe

rmit

iría

rec

onoc

er

en R

usse

ll y

los

mie

mbr

os d

el C

írcu

lo d

e V

iena

a f

ilós

ofos

ana

líti

cos

a pe

sar

de s

u ci

enti

fici

smo.

La

posi

ción

de

Hac

ker

a es

te r

espe

cto

tien

e el

cos

to d

e ex

clui

r de

la tra

dici

ón

no s

olo

a Q

uine

sin

o ta

mbi

én a

Don

ald

Dav

idso

n, F

red

Dre

tske

, Je

rry

Fodo

r y

Alv

in

Gol

dman

. H

acke

r es

in

capa

z de

re

cono

cer

com

o ta

l el

as

í ll

amad

o «r

etor

no

del

natu

rali

smo»

en

la t

radi

ción

ana

líti

ca s

egún

el

cual

y a

l co

ntra

rio

de l

a po

sici

ón q

ue é

l su

pone

sos

tend

ría

todo

par

tida

rio

del a

náli

sis

conc

eptu

al, c

orre

spon

de a

qui

enes

cul

tiva

n la

s pr

ácti

cas

filo

sófi

cas

esta

r al

tan

to d

e lo

s av

ance

s en

la

cien

cia

cont

empo

ráne

a (K

itch

er,

1992

).

4. C

ON

CL

USIÓ

N

E

n el

sig

lo X

VII

I, K

ant

tuvo

la

espe

ranz

a de

pon

er a

la

met

afís

ica

(que

, en

est

e ca

so p

uede

to

mar

se c

omo

una

refe

renc

ia a

tod

a la

fil

osof

ía)

en «

el s

egur

o ca

min

o de

una

cie

ncia

». E

s de

cir,

con

duci

rla

por

una

send

a qu

e pe

rmit

iera

en

ella

, al

igu

al q

ue o

curr

e en

los

dom

inio

s de

prá

ctic

as e

xact

as o

for

mal

es (

com

o la

lógi

ca y

la m

atem

átic

a) y

en

los

que

son

empí

rico

s o

natu

rale

s (c

omo

la f

ísic

a y

la b

iolo

gía)

pas

ar d

e m

aner

a ra

cion

al d

el d

esac

uerd

o al

ac

uerd

o re

spec

to a

cuá

l es

la

únic

a re

spue

sta

corr

ecta

par

a ca

da p

regu

nta

que

está

bie

n de

fini

da.

Com

o ya

hab

ía o

curr

ido

con

Loc

ke e

n el

sig

lo a

nter

ior,

los

des

lum

bran

tes

éxit

os

de l

a co

ncep

ción

mod

erna

del

con

ocim

ient

o o

de «

la c

ienc

ia»

(aqu

ella

que

ant

es f

uera

re

sum

ida

en t

érm

inos

del

esl

ogan

, observar

para

med

ir, para

im

aginar

hipótesis

que

permiten

predecir el cu

rso de la natura

leza

) co

men

zaba

n a

cega

r in

clus

o a

los

prin

cipa

les

auto

res

en l

as l

etra

s m

ás h

uman

as, h

acié

ndol

os a

nhel

ar q

ue e

n su

s pr

opio

s ám

bito

s pu

dier

a oc

urri

r al

go s

imil

ar.

De

ahí

que

Kan

t ha

ya b

usca

do o

frec

er u

na f

ilos

ofía

con

stru

ida

por

anal

ogía

con

la

mec

ánic

a ce

lest

e de

New

ton,

así

com

o M

arx

cree

ría

en e

l si

glo

sigu

ient

e ha

ber

hech

o lo

pro

pio

con

su te

oría

de

la h

isto

ria.

Si

n em

barg

o, u

na c

arac

terí

stic

a de

las

prá

ctic

as f

ilos

ófic

as e

s la

per

sist

enci

a de

l de

sacu

erdo

ent

re u

n rango abierto pero aco

tado d

e re

spue

stas

que

, en

dis

tint

os m

omen

tos

de la

hi

stor

ia,

se

ofre

ce

para

ca

da un

a de

su

s pr

egun

tas

al

inte

rior

de

la

s di

stin

tas

tradiciones filosófica

s. A

la

dive

rsid

ad i

nter

na d

e re

spue

stas

par

a la

s di

stin

tas

preg

unta

s al

in

teri

or d

e un

a tr

adic

ión

filo

sófi

ca,

se s

umó

la i

rrup

ción

de

la d

iver

sida

d de

tra

dici

ones

fi

losó

fica

s qu

e, p

or e

star

anc

lada

s en

red

es i

nsti

tuci

onal

es d

isju

ntas

y s

omet

idas

a d

isti

ntos

va

iven

es p

olít

icos

, tuv

iero

n ca

da v

ez m

enos

inte

rés

y po

sibi

lida

d de

arg

umen

tar

entr

e el

las,

un

a si

tuac

ión

que

se m

ostr

ó co

n cl

arid

ad d

uran

te e

l sig

lo X

X.

Por

otra

par

te,

si d

uran

te e

l si

glo

XX

I la

exa

ltac

ión

de l

as c

ienc

ias

y la

s te

cnol

ogía

s m

oder

nas

com

o la

s ún

icas

dim

ensi

ones

de

eval

uaci

ón d

e lo

cog

niti

vo p

ierd

e fu

erza

al

inte

rior

de

las

dist

inta

s tr

adic

ione

s fi

losó

fica

s (u

n as

unto

, de

sde

lueg

o, p

or c

ompl

eto

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into

del

irr

acio

nali

smo

que

se n

iega

a r

econ

ocer

la

nove

dad

y el

pod

er a

soci

ado

con

las

mis

mas

),

cabe

es

pera

r un

a se

nsib

ilid

ad

may

or

a la

na

tura

leza

re

tros

pect

iva

del

cono

cim

ient

o qu

e of

rece

n lo

s do

min

ios

de p

ráct

icas

lit

erar

ias,

com

o la

fil

osof

ía y

la

hist

oria

; es

to e

s, e

l co

ntin

uo f

lore

cim

ient

o de

una

div

ersi

dad

de r

espu

esta

s re

spec

to d

e

aaah06
Line
Page 54: Filosofia Moral y Pluralismo, Famoral (Lecturas Obligatorias)

cuál

es s

on l

as m

ejor

es m

aner

as d

e le

er e

n el

pre

sent

e lo

s te

xtos

her

edad

os p

or l

as d

isti

ntas

tr

adic

ione

s fi

losó

fica

s.

Una

lec

ción

met

afil

osóf

ica

clar

a su

rge

de a

tend

er a

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hist

oria

de

las

prác

tica

s fi

losó

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s es

cuá

n m

al e

ncam

inad

o es

taba

Aye

r, e

n el

cap

ítul

o fi

nal

de s

u m

ás f

amos

o li

bro,

cua

ndo

sost

uvo

que:

«…

nada

hay

en

la n

atur

alez

a de

la

filo

sofí

a qu

e ju

stif

ique

la

exis

tenc

ia

de

part

idos

o

“esc

uela

s”

filo

sófi

cas

en

conf

lict

(Aye

r 19

71,

157)

. E

l de

sacu

erdo

ent

re l

as d

isti

ntas

con

cepc

ione

s fi

losó

fica

s, l

ejos

de

ser

un e

scán

dalo

com

o so

stuv

o K

ant,

resu

lta

ser

ahor

a un

a co

ndic

ión

de p

osib

ilid

ad d

e la

bús

qued

a de

la v

erda

d en

el

ám

bito

fil

osóf

ico

(Ore

llan

a B

enad

o, B

oben

riet

h y

Ver

dugo

199

8).

Per

o có

mo

sea

eso

posi

ble

es u

n as

unto

que

cor

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onde

dej

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7. Scruton, Roger, Filosofía moderna: una introducción sinóptica, capítulo 1 “Naturaleza de la filosofía”. Santiago de Chile: Cuatro Vientos, 1999, pp. 1-15.

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8. Anscombe. G.E.M., “La filosofía moral moderna”, en de la misma La filosofía analítica y la espiritualidad del

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9. MacIntyre, Alasdair, Tras la virtud, capítulo 2 “La naturaleza del desacuerdo moral actual y las pretensiones del emotivismo”. Barcelona: Crítica, 2004, pp. 19-39.

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10. Cortina, Adela, Ética Mínima. Introducción a la filosofía práctica, capítulos 1 “Ética como filosofía moral” y 2 “Panorama ético contemporáneo: ¿tiempos de ética domesticada?”. Madrid: Tecnos, 2009, pp. 37-53; 55-73.

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